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Un ecosistema es un conjunto de seres vivos y elementos inertes que se relacionan entre sí

en un medio. En los ecosistemas acuáticos el medio es el agua. En cambio, en los


ecosistemas terrestres o biomas el medio es la tierra. Como consecuencia, en los
ecosistemas acuáticos los seres vivos no tienen problemas para mantenerse hidratados,
mientras que en los terrestres desarrollan mecanismos para evitar la deshidratación. Sin
embargo, en el agua supone un problema la escasez de oxígeno disuelto, que condiciona la
supervivencia. El conjunto de todos los ecosistemas de la Tierra recibe el nombre de
ecosfera.

Mares y océanos

En los ecosistemas marinos se distinguen distintas zonas ocupadas por seres vivos
diferentes. La profundidad de las aguas es importante porque de ella dependen la luz y la
temperatura y, por tanto, el tipo de organismos que se encuentran en estos ecosistemas.

En la plataforma continental (menos de 200 m) viven el plancton vegetal y animal,


constituido por algas y crustáceos, fundamentalmente. Aquí se encuentra la zona fótica, la
parte iluminada.

En la zona batial (entre 200 y 4.000 m) vive el necton, formado por peces, calamares,
tortugas marinas, focas y ballenas.

En la zona abisal (más de 4.000 m) vive el bentos, constituido por estrellas de mar,
esponjas y otros animales. A pesar de que la zona abisal es un ecosistema relativamente
pequeño, sus aportes a la biodiversidad son significativos en cuanto a la variedad de
especies presentes en ella, ya que muchos de los organismos que habitan estos abismos son
únicos y no se encuentran presentes en ninguna otra región geográfica de la Tierra.

Estuarios, deltas y marismas

Los estuarios, deltas y marismas son los ecosistemas acuáticos más fértiles, en los que es
mayor la variedad de seres vivos. Éstos se caracterizan por su gran adaptación a las mareas.

En estos ecosistemas depositan sus huevos muchas especies animales (moluscos,


crustáceos y peces) y son lugar de descanso de peces migradores (como el salmón y la
anguila).

Ríos y lagos

Los ríos y lagos son ecosistemas acuáticos en los que se distinguen tres zonas, con
diferencias en las condiciones y en los seres vivos que las habitan.

Ríos:
En el curso alto, con muchas corrientes, el agua es muy fría y está bien oxigenada, por lo
que abundan los salmones y las truchas. También son frecuentes los cangrejos, los tritones
y el martín pescador.
En el curso medio se desarrollan los organismos vegetales: la disminución de las corrientes
les permite fijarse. Es en esta zona donde hay mayor variedad de seres vivos.
En el curso bajo, el agua es fangosa debido a las lentas corrientes, por lo que hay poca luz y
escasa variedad de especies.
Lagos:
La zona litoral presenta vegetación a lo largo de la orilla.
La zona limnética sólo presenta plancton vegetal.
La zona profunda está habitada por un número reducido de especies animales.
Zonas húmedas, ciénagas y pantanos
Son ecosistemas muy fértiles, con muchos organismos vegetales y gran variedad de especies
animales que dependen de ellos. Tienen especial interés porque se rellenan de agua y
mantienen los acuíferos próximos.

De forma estacional, las corrientes de agua (debidas a las fuertes lluvias o las mareas) y los
incendios liberan al agua muchos nutrientes. Cuando cesan estos fenómenos, los nutrientes
se acumulan en el fondo, permitiendo la invasión de vegetales terrestres hasta que el
humedal desaparece.

Aguas subterráneas y acuíferos

Las aguas subterráneas constituyen ecosistemas muy útiles para el hombre. Son una de las
principales fuentes de suministro para el uso doméstico y agropecuario, para lo cual deben
ser depuradas debido a que su componente vivo está integrado por microorganismos.

Los acuíferos son acumulaciones de agua subterránea sobre una capa de terreno
impermeable, formado normalmente por arcilla o pizarra. Son ecosistemas muy inestables,
sometidos a grandes variaciones debido a la actividad humana.

Los ecosistemas aéreos son considerados como ecosistemas de transición dado que los
individuos que lo integran no pueden estar en él de una manera permanente. Tienen que
descender al suelo para buscar nutrientes, descansar, procrear, etc. Por este motivo,
algunos especialistas los integran dentro de los ecosistemas terrestres.
Como todos los ecosistemas se compone de varios partes, solo que los organismos vivos
dependen de los nutrientes que estan en el suelo, en tanto los ecosistemas aereos no son
autosuficientes, y tampoco existe el reciclado de los elementos que se utilizan en los
procesos de obtencion de energia, pero como alli habitan aves, esporas, insectos, ... se dice
que ecosistema aereo actua como un sistema, pero que a diferencia de los ecosistemas
acuaticos y terrestres, la energia que circula en los sistemas del aire no se recicla y no son
autosuficientes

De todas formas, hay que destacar que existen los ecosistemas artificiales, que son
creados por el ser humano y que no existen en la naturaleza. Un invernadero, un dique y
una pecera, por ejemplo, son ejemplos de ecosistemas artificiales.
La aceptación más amplia del concepto de ecosistema artificial incluye a los asentamientos
urbanos como las ciudades, pese a que éstos presentan varias diferencias con los
ecosistemas naturales.
Entre las principales señas de identidad que son propias de cualquier ecosistema artificial
tenemos que decir que se encuentra el hecho de que cualquier aspecto o condición del
citado ecosistema puede ser modificado por la voluntad y la acción del hombre. De esta
manera, por el ejemplo el suelo sería una de esas condiciones modificables ya que el ser
humano lo altera con fertilizantes, cambia los cultivos que en él se desarrollan…
Otra de las características principales que tiene un ecosistema artificial es el hecho de que
en él el individuo necesita proveerse de fuentes de energías artificiales, además de la que
tiene a través del Sol. Y es que gracias a aquellas es como podrá hacer funcionar los
distintos dispositivos que posee para sobrevivir tales como las calderas o la iluminación.
Asimismo tampoco hay que olvidar que dentro de este tipo de ecosistema que estamos
analizando en mayor profundidad existen una serie de elementos que se dan llamar en
bióticos o abióticos. En concreto se establecen tres grandes grupos:
Factores bióticos. Dentro de esta clasificación se incluyen tanto los animales que en aquel se
crían como las plantas que se cultivan.
Factores abióticos naturales. Por su parte, bajo dicha denominación se encuentran
elementos tales de la madre Naturaleza como son la tierra, el agua, la lluvia o el aire.
Factores abióticos. En este caso, con este término se hace referencia a construcciones
llevadas a cabo por el hombre como las viviendas, las presas, los puentes o los edificios en
general.
La modificación de un ecosistema natural por parte del hombre también puede generar un
ecosistema artificial. Un ecosistema natural que sufre la extinción de una especie por la
acción humana ya pierde su condición original, por lo que puede pasar a considerarse como
un ecosistema artificial o, al menos, un ecosistema natural modificado.
Hay que tener en cuenta que la modificación de los ecosistemas naturales suele traer
consecuencias como la desertización y el surgimiento de plagas, afectando la
biodiversidad y los recursos de la naturaleza.

Lee todo en: Definición de ecosistema artificial - Qué es, Significado y


Concepto http://definicion.de/ecosistema-artificial/#ixzz46WSTVag4

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