La SUBJETIVIDAD
EN RizsceSOSSIISSSIIIIIAAIIIIIVIVIUITITUIL,
CariruLo I
‘UN MODO DE PENSAR DE NUESTRO TIEMPO
‘Nuestra generacién, si no recupera sus raices, seguirs leyendo alos
‘escépticos contempordneos con la ilusi6n de resolver el mal que la
aqueja. Tendidos entre la Utopia y el desencanto, no podemos,
embargo, atemperar nuestro anhelo de verdades. Hemos sido gi
peados por las catdstrofes del siglo; pareceria que algunos piensan
que se puede justificar todo porque él fue acabando con nuesteas
certezas. Los intelectuales, si no revisamos nuestra
‘mos huérfanos; ni siquiera somos hijos de padres divorciados como
nos ocurrié durante afios cuando intentibamos guardar en el esp
jempo, coexistiendo, los restos de la escuela de
losofia sartreana. Lisa y llanamente, nuestros pa-
des han muert
La muerte de los padres puede llevar a
iacién del propio ser por intolerancia
in embargo, es inst
ss propias representaciones inte-
* Flores de aquellos que nos engendraron.
‘Un desencantado es siempre alguien que sufre por el encanta
miento previo, pero el desencanto es una manera de estar vivo; por-
que podemos defendernos de todas las
gradado. El discurso del desencantado no es igual al del escéptico
que nunca creyé. Atin para negarse a si mismo, para destruir todas
sufrimiento que le han implicado, la certeza de lo
negativo es planteada con desesperacién; su propia cruzada contra
Ja fe es apasionada y vehemente. Porque los hombres no pueden de-
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