Las asambleas nacionales constituyentes surgen en respuesta a profundas
crisis institucionales productos de un cambio en la situación social, económica y política de un país. Efectivamente, la constituyente de 1991 no fue la excepción a la regla, en tanto la Colombia que representaba era una desestabilizada y malherida por el auge de grupos al margen de la ley y el narcotráfico, y lerda por la política proteccionista que había estancado su economía. La pluralidad ideológica en los constituyentes devino en un avance constitucional sin precedentes, tomando como modelo las constituciones garantistas de Weimar (1919) y Querétaro (1917) con el fin de consolidar un estado social de derecho “democrático, caracterizado por el reconocimiento de derechos económicos, sociales y culturales, con una idea de propiedad privada, pero sumada a la existencia de su función social y con una importante labor interventora del Estado en todos los niveles”. Sin embargo, hay quienes consideran que la nueva ley fundamental no fue precisamente la panacea, sino que, por el contrario, fue la legitimación de algunos males al establecer dos cartas de navegación antinómicas, una social y otra económica, que en el lenguaje real se traduce en la dependencia de la primera a la segunda, lo que resulta en principio contradictorio con el fin del Estado Social.
Es por ello que el ensayo tiene como propósito analizar la constitución
económica desde una postura sistemática y teleológica con el fin de determinar si es ella contraria a la consecución de los fines sociales del Estado, es decir, precisar si existe una antinomia entre estas dos. Para determinarlo analizaremos cuatro puntos claves sobre la composición del articulado económico constitucional, sin entrar en extenso en toda su composición: el primer punto consistirá en analizar la compatibilidad de la política colombiana neoliberal con los principios del Estado Social; el segundo será observar el modelo económico de la constitución de 1991, para ello se analizarán los principios económicos de la misma junto con su desarrollo jurisprudencial; el tercero constará en examinar en conjunto los derechos económicos, sociales y culturales de la carta; por último se observará el régimen hacendístico, para dar respuesta al interrogante que nos hemos planteado.
Introducción al derecho internacional privado: Tomo III: Conflictos de jurisdicciones, arbitraje internacional y sujetos de las relaciones privadas internacionales