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INTRODUCCIÓN
Las bacterias son microorganismos unicelulares que se han relacionado con el ser
humano desde sus orígenes. Su sistema inmune se ha modelado y evolucionado por
su relación hospedero-parásito. Desde el punto de vista inmunológico, las bacterias
tienen 2 formas de comportarse, cuando causan una infección. Las bacterias que
utilizan la vía extracelular y las intracelulares. Además también sus estructuras
moleculares diferentes han inducido una respuesta inmune que ha permitido al ser
humano alcanza el desarrollo y preeminencia sobre todas las especies que habitaron
este planeta.
BACTERIAS EXTRACELULARES
Estas tienen en general un comportamiento biológico al enfrentarse al sistema inmune
del hospedero más directo, exponiendo sus diferentes moléculas, a las moléculas y
células de los sistemas inmunes innato y adquirido.
Cuando una bacteria extracelular inicia una infección, se presentan los principales
pasos de la misma en la siguiente forma:
a) Adherencia
b) Invasión bacteriana
c) Reproducción bacteriana
d) Producción de toxinas y otras moléculas que afectan la respuesta inmune
a) Adherencia:
El primer paso es la adherencia de la bacteria a las células que pueden ser de
la piel o de las mucosas. En el caso de la piel, se unen a la capa córnea y
seguidamente se reproducen, colonizando el área, para lo cual el sistema inmune
innato de la piel, producen ácidos grasos que le limitan la reproducción y luego la capa
córnea se desprende en pequeños fragmentos, eliminando este grupo bacteriano.
También juegan un papel importante los linfocitos T, que se encuentran en los alveolos
y en la mucosa localizandose intraepiteliales del aparato respiratorio, así como
intestinal en funciones de cooperación de iniciar una respuesta inmune adquirida
cuando se producen infecciones a este nivel.
Entre los mecanismos de evasión que han desarrollado las bacterias en las mucosas
están las Neisseria gonorrhoeae y el Haemophylus influenzae que producen proteasas
que atacan a las moléculas de IgA secretora tipo I, en la región de bisagra a nivel del
aminoácido prolina, rompiéndola y desactivándola. El ser humano ha desarrollado otra
molécula de IgA secretora denominada tipo 2, la cual no tiene o está muy reducida la
prolina y es resistente a la proteasa.
El sistema inmune con cada cambio antigénico crea hilos IgA secretores para los
nuevos antígenos presentados.
b) Invasión Tisular
Cuando las bacterias penetran las barreras naturales, por cualquier causa,
ejemplo (heridas y llegan a los tejidos subcutáneo o submucoso y empiezan a
reproducirse, se ponen en contacto con la primera línea de células de la inmunidad
innata que son los Fagocitos polimorfonucleares neutrófilos y los macrófagos-
monocitos, quienes reconocen a las bacterias a través de sus proteínas que se
conocen como, Patrones Moleculares Asociados a Patógenos (PAMP).
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fijadora de la manosa (MBL), que reconoce la manosa y otro carbohidrato relacionado
molecularmente, otro la proteína C reactiva que reconoce la Fosfonilcolina, la proteína
fijadora de los lipopolisacáridos (LBP) y el CD14 que también se une a los
lipopolisacáridos (LPS) y a receptores de lectina que se encuentran en la superficie de
la membrana de los fagocitos unidos a carbohidratos como la manosa.
c) Reproducción bacteriana
Al penetrar en los tejidos, las bacterias extracelulares inician su reproducción
activando mecanismos de defensa como la fagocitosis antes mencionada, la
activación del Complemento por sus tres vías, iniciando la vía alterna y la de las
lectinas y la clásica iniciada por anticuerpos “naturales” IgG que están dirigidos contra
patrones moleculares conservados en las bacterias y que son comunes a los mismos y
que se han formado dichos anticuerpos en infecciones previas, actuando como
opsoninas, que se unen a los generados por activación del complemento como el C3b,
C3bi y el C3dg, mejorando el proceso de la fagocitosis, pues los fagocitos tienen
receptores para Fc de IgG y los receptores CR1, CR2 y CR3 de complemento.
Los linfocitos TCD4 a su vez tienen los subgrupos TH1 y TH2 y los linfocitos T
supresores o reguladores. La presencia de IL12 por macrófagos o célula NK, los
linfocitos TH1, al activarse inducen los citoquinas IL2, gamma interferón y FNT Alfa,
promueven una fuerte inmunidad celular y la producción de anticuerpos IgG tipo 1.
Si se produce IL4 por mastocitos o grupos de linfocitos TH2, se generan más linfocitos
TH2, produciendo IL4, IL5 e IL6, se produce una respuesta inmune predominante de
anticuerpos especialmente de IgG e IgE y una inmunidad celular.
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El papel principal de estos linfocitos reguladores en las infecciones bacterianas es
para limitar al sistema inmune, evitando que la respuesta sea exagerada y pueda
lesionar más los tejidos vecinos.
Otros como el estreptococo con la proteína M, fija el factor H, que atrapa el C3b
inactivando el factor I.
Otras moléculas que son exotoxinas son los superantígenos, que son producidos por
bacterias como el Staphylococcus aureus que produce una serie de enterotoxinas
entre las cuales está la TSST-1 que se une al receptor de antígeno de los linfocitos T,
en su región VB2 (región variable 2 de la cadena Beta) y el complejo mayor de
Histocompatibilidad tipo II (CMH), produciendo activación de las clonas de linfocitos T
que tengan dichas regiones, induciendo a los linfocitos a producir grandes cantidades
de citoquinas, especialmente el FNT Alfa, con las funciones inherentes a dicha
citoquinas, que es tóxica para las células endoteliales, cambiando su forma aplanada a
una forma rugosa, donde se rompen glóbulos rojos, se deposita la fibrina y se
establece en coágulo produciendo coagulación intravascular diseminada, y si además
produce la liberación de histamina en forma masiva de los basófilos y células cebadas
ocasionando caída de la presión arterial por vasodilatación capilar produciendo un
síndrome de shock tóxico que es similar al séptico, que son diferentes en su origen
pero similares los dos cuadros clínicos.
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Los superantígenos para estimular a los linfocitos T no utilizan las hendiduras del
complejo mayor de histocompatibilidad, ni el sitio del antígeno en el receptor de
antígeno de los linfocitos T. Las clonas de linfocitos que son estimulados por los
superantígenos, se agotan y entran en apoptosis, eliminándolas.
El otro grupo de toxinas, son las endotoxinas que forman parte de las moléculas de las
paredes bacterianas y que se originan cuando se destruyen las bacterias, en los
tejidos, como es el caso del lipopolisacárido (LPS) que están constituidos por el lípido
A, el oligosacárido central y las cadenas laterales O (antígeno O). Los anticuerpos
que son dirigidos al antígeno O, no son neutralizantes para el efecto biológico del LPS
como endotoxinas y su utilidad se ha usado en el laboratorio clínico para clasificar los
diferentes miembros de una especie de bacterias (serotipos).
Pero desde el punto de vista inmunológico, los anticuerpos IgG dirigidos al lípido A,
neutralizan al LPS.
Los LPS tienen receptores para las glicoproteínas del CD14 y de la proteína fijadora
de LPS, ambas glicoproteínas se ensamblan y se unen a los receptores tipo TOLL2 y 4
en los macrófagos, activando la vía de señalización intracelular NFDB que actúa a
nivel nuclear desreprimiendo el ADN, donde está codificado el gen del Factor de
Necrosis Tumoral Alfa y de otras citoquinas con IL-1 e IL-6 que son citoquinas
proinflamatorias.
La liberación masiva de LPS por una infección generalizada por bacterias gram
negativas, produce grandes cantidades de FNT Alfa que como ya se describió
anteriormente, induce coagulación intravascular diseminada, vasodilatación periférica,
con caída de la presión arterial y produce un shock séptico.
La proteína M tiene 3 segmentos importantes, el más externo tiene los epítopos que
inducen una respuesta de anticuerpos IgG (opsoninas), luego tiene una región
intermedia, donde están los epítopos que originan reacción avanzada de los
anticuerpos que se forman, ya que algunos pacientes genéticamente determinados,
atacan las fibras cardiacas produciendo una enfermedad autoinmune (fiebre
reumática) y en la parte inferior de la proteína M, están los epítopos de célula T, cuyos
péptidos encajan en las CMH de los individuos que tienen Fiebre reumática y que
producen la cooperación a las células B para la producción de anticuerpos
autoinmunes.
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La proteína a es liberada al medio, formando complejo inmune que pueden activar el
complemento produciendo sintomatología inflamatoria, en órganos donde pueden
depositarse estos complejos inmunes.
BACTERIAS INTRACELULARES
Estas bacterias escapan a los mecanismos de la respuesta inmune introduciéndose a
una célula que es clave en dicha respuesta al macrófago.
El macrófago, que pertenece a la inmunidad innata tiene una estrecha relación con la
inmunidad adquirida, de la cual es un modulador de dicha respuesta, especialmente
cuando actúa como célula presentadora de antígenos a los linfocitos T y como célula
efectora de la inmunidad celular, cuando es activado por el Gamma Interferón
(producido principalmente por el grupo de linfocitos TH1).
Los macrófagos que no están activados, son fácilmente infectados por las bacterias
intracelulares, entre ellas: el Mycobacterium tuberculosis, Listeria monocytogenes y
Salmonella typhi. Al ser infectados, estos macrófagos presentan antígenos ligados al
CMH tipo I a linfocitos TCD8 citotóxicos y a los linfocitos TCD4 a través de sus CMH
tipo II, para montar toda una respuesta inmune a través de citocinas como Gamma
Interferón y FNT Alfa.
Los macrófagos infectados que presentan antígenos a los linfocitos T citotóxicos son
destruidos por apoptosis y liberan las bacterias intracelulares, que son entonces
fagocitadas por macrófagos activados por Gamma Interferón y FNT Alfa.
Por otro lado, los macrófagos activados son muy resistentes a ser infectados por estas
bacterias, las cuales son destruidas porque estos tienen una cantidad de lisosomas
que a aumentado hasta un 80%, producen una mayor cantidad de óxido nítrico y
utilizan una mayor cantidad de oxígeno y glucosa.
También se conoce que el FNT Alfa en macrófagos infectados, les activa la apoptosis
directamente.
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La Listeria monocytogenes, tiene un mecanismos de evasión al ser fagocitada por el
macrófago, al acidificarse el fagosoma, activa una enzima lecitinasa que produce una
solución de continuidad en la pared del fagosoma introduciéndose al citoplasma y
reproduciéndose luego en él, destruyéndolo posteriormente.
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