Sie sind auf Seite 1von 4

Yo escribo junto a tu nombre

Yo me dejo doler por tu piedad


dislocar en tu dolor

Comparto
en tu imaginación
un lugar entre los agonizantes
entre los animales que inspiran
la compasión
o el llanto

Qué formas fracasadas somos


Qué palios de sombra

Si los desechos hablaran


Si la carne
pudiera llorar
pudiera rogar
pediría que la entierren

Todo en nosotros
una muerte que empieza
Cada hora frente al vacío
de su inmaculada nulidad
(la luz, se busca en el oído)

Todo en nosotros se destruye


palabra por palabra
lo que somos

Hemos abierto nuestra soledad:


las semillas del tiempo

(Horas que crecen en la boca,


como una floración vacía)

Nidos de la tristeza
(pájaros del pesar)
Y hemos puesto en la madera,
la fragilidad de las larvas
En el acero,
el orín de la corrosión

Amado la luz al desleírse, noche:


como los cuerpos al entrar en la muerte.

Hemos olvidado la palabra del comienzo


y la palabra del final.

Tiempo en que una hora abre sus manos,


y un hombre cierra, en sí, todas las puertas

(El ángel de la soledad se posó en tu boca)

Mudas a la destrucción,
se agitan las sombras

Todo arderá sin fuego


callará porque no calla
comí parte de mi corazón.

Nada de lo que nace es feliz

(Tampoco esta palabra)

No lo son las formas que cantan su desafección


o los lugares abiertos por Nadie para que las cosas fueran

No lo es el tiempo
(inquieto o amado)
en el interior de lo que es

La nada,
que tiembla junto al ser
su existencia

Hay en nosotros un tiempo


Un tiempo que no es el que transcurre en el afuera
Un tiempo en el que las cosas vuelven a surgir para
siempre
(Cada perdón que no dimos
cada despedida que encarnamos)

Una lluvia interminable de pájaros que caen


Caen desde el techo
de una estación de metro cualquiera
como hoy

Cuerpos que afrontan el vacío


Cientos

¿Abrieron sus alas?


Incesante la fascinación del abismo

Todo hombre es una herida abierta


en la carne de la soledad:
supura

Y los días
una costra que un perro llagado devora

Día a día
llaga a llaga
el animal se lastima

Tú me tomas en mis llagas,


no en las palabras

¿Encuentras menos pavor en palpar un cuerpo


que en soportar su vacío?

Las palabras están solas


Nada, sino esa luz inhabitable


como ver en la acera un perro muerto
o llevar las vísceras en las manos
y la mirada turbia de quien se fue en la memoria.
Nada, sino esa luz,
de quieta soledad, de blancas alas
danzando en torno a la vacuidad de ser.

Das könnte Ihnen auch gefallen