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PLAN DE RESTAURACIÓN DEL BOSQUE SECO TROPICAL DE LA RESERVA

NATURAL DE LA SOCIEDAD CIVIL SANGUARÉ


(SUCRE, COLOMBIA)

PABLO LÓPEZ BUSTAMANTE

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
Instituto de Biología
Medellín
2011
PLAN DE RESTAURACIÓN DEL BOSQUE SECO TROPICAL DE LA RESERVA
NATURAL DE LA SOCIEDAD CIVIL SANGUARÉ
(SUCRE, COLOMBIA)

PABLO LÓPEZ BUSTAMANTE

Trabajo de grado para aspirar al título de Biólogo

ASESORA
CRISTINA LÓPEZ GALLEGO
Bióloga
Aspirante Profesora Auxiliar
Instituto de Biología
Universidad de Antioquia

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
Instituto de Biología
Medellín
2011
~~~~ Nota de aceptación

Presidente del Jurado

Jurado

Jurado

Ciudad y Fecha (día, mes, año)


A MI PADRE,
MADRE Y HERMANOS
AGRADECIMIENTOS

Muy especialmente agradezco a mi madre Gloria Elena Bustamante por allanarme el


camino para cumplir esta tarea, fue el eje fundamental para lograrlo. Agradezco a mi
asesora Cristina López Gallego por su dedicación y tiempo invertido en esta labor.
Igualmente agradezco a Natalia Montoya Zapata por el apoyo y la compañía incondicional
en todo el trabajo. También Agradezco a la Administración de la Reserva Sanguaré,
Álvaro Roldan y Diana Serna, por todo el apoyo prestado durante todo el trabajo y por
permitir la elaboración del proyecto en Sanguaré, un hermoso lugar con grandes sueños.
De igual forma un agradecimiento a todo el personal de la reserva, especialmente a José
Fernando Cali por su incondicional ayuda en la fase de campo. Muy especialmente
agradezco a Laura Victoria Cano, estudiante de Biología, por la ayuda en la fase de
campo y por la compañía y apoyo durante la elaboración de todo el trabajo. De la misma
manera me encuentro muy agradecido con Samuel Ivanovich y Estela Quintero por su
ayuda en la fase de campo. Finalmente muchas gracias a todas las personas que algún
momento estuvieron involucradas con el trabajo y permitieron su desarrollo de la mejor
forma.
CONTENIDO

Pg.
1. PRESENTACION DEL PLAN DE RESTAURACION ……………………………….. 1

2. PLAN DE RESTAURACION……………………………………………………………. 5

2.1. RESTAURACIÓN Y BOSQUES SECOS TROPICALES ……………………….. 5

2.2. CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DEL BOSQUE SECO EN UNA RESERVA


DE LA COSTA CARIBE COLOMBIANA…………………………………………… 9

2.3. DESCRIPCIÓN DEL SITIO PRE-PERTURBACIÓN……………………………… 11

2.4. NECESIDAD DE UN PLAN DE RESTAURACIÓN DEL BOSQUES SECO


TROPICAL (BS-T) EN LA RESERVA NATURAL SANGUARÉ…………………. 16

2.5. CONDICIONES EXISTENTES……………………………………………………… 17

2.5.1. Flora……………………………………………………………………………….. 19

2.5.2. Fauna……………………………………………………………………………… 20

2.5.3. Hidrología…………………………………………………………………………. 22

2.5.4. Suelos…………………………………………………………………………….. 24

2.5.5. Actividades económicas………………………………………………………… 25

2.6. ÁREA DE RESTAURACIÓN ………………………………………………………. 27

2.7. META DE RESTAURACIÓN ………………………………………………………. 30


2.8. BARRERAS DE RESTAURACIÓN………………………………………………… 30

2.8.1. Físicas…………………………………………………………………………….. 30

2.8.2. Bióticas……………………………………………………………………………. 35

2.8.3. Del paisaje………………………………………………………………………… 44

3. ESTRUCTURA Y COMPOSICIÓN DEL BOSQUE SECO TROPICAL (Bs-t) DE LA


RESERVA SANGUARÉ………………………………………………………………… 46

3.1. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………….. 46

3.2. METODOLOGÍA…………………………………………………………………….. 49

3.3. RESULTADOS………………………………………………………………………. 55

3.3.1. Grupos Taxonómicos …………………………………………………………… 55

3.3.2. Hábitos de crecimiento ………………………… ………………………………. 59

3.3.3. Estructura………………………………………………………………………… 60

3.3.4. Índices de diversidad……………………………………………………………. 66

3.3.5. Estado de los individuos de la parcela………………………………………… 67

3.3.6. Especies de interés en conservación o reportadas por UICN………………. 68

BIBLIOGRAFIA…………………………………………………………………………………. 70

ANEXOS…………………………………………………………………………………………. 78
LISTA DE GRAFICAS

Pg.
Grafica 1. Gradiente de productividad-estrés relacionado a caracteres funcionales y
estructurales relevantes para la restauración de un ecosistema (Prach y Hobbs, 2008)…3

Grafica 2. Familias más diversas encontradas en la parcela permanente de 1ha de la


reserva natural Sanguaré ……………………………………………………………………… 56

Grafica 3. Numero de géneros encontrados por familia en la parcela permanente de 1 ha


de la reserva natural Sanguaré……………………………………………………………….. 57

Grafica 4. Familias más diversas encontradas en la sub-parcela permanente de 0.16 ha


de la reserva natural
Sanguaré.………………………………………………………………………………………. 58

Grafica 5. Numero de géneros encontrados por familia en la sub-parcela permanente de


0.16 ha de la reserva natural Sanguaré………………………………………………………58

Grafica 6. distribucion de los habitos entre los individuos encontrados en la parcela


(izquierda) y en la sub-parcela (derecha)……………………….……………………………60

Grafica 7. Distribución de abundancia de las familias de plantas leñosas con DAP≥10 cm


de la parcela permanente de la Reserva Sanguaré………………………………………… 58

Grafica 8. Distribución de abundancia de especies de las plantas leñosas con DAP≥10


cm de la parcela del bosque seco de la Reserva Sanguaré………………………………..62

Grafica 9. Distribución de abundancias en clases diamétricas de los individuos de las


plantas leñosas con DAP≥10 cm de la parcela permanente del bosque seco de la Reserva
Sanguaré………………………………………………………………………………………... 62
Grafica 10. Distribución de abundancia de familias en la comunidad de plantas leñosas
con DAP≥1 cm de la sub-parcela permanente de la Reserva Sanguaré…………………63

Grafica 11. Distribución de abundancia de especies de plantas leñosas con DAP≥1 cm de


la parcela del bosque seco de la Reserva Sanguaré……………………………………… 64

Grafica 12. Distribución de abundancias en clases diamétricas de los individuos DAP≥1


cm de la sub-parcela permanente del bosque seco de la Reserva Sanguaré…………… 65
LISTA DE MAPAS

Pg.
Mapa 1. Cobertura vegetal presente en la Reserva Natural de la Sociedad Civil Sanguaré,
Golfo de Morrosquillo. (Tomado de Huertas, 2005)………………………………………….15

Mapa 2. Ubicación del sitio de estudio…………………………………………………………18

Mapa 3. Ubicación de la Reserva Natural de la Sociedad Civil Sanguaré respecto al mapa


de estudios de suelos del IGAC. (Tomado de Huertas, 2005)………………………………25

Mapa 4. Fotointerpretación de las coberturas vegetales de la reserva Sanguaré de una


fotografía aérea de 1943. Tomado de San Martin y Angarita (2010)……………………….30
LISTA DE TABLAS

Tabla 1. Fauna reportada para la Hacienda El Pilón (Tomado de San Martín y Angarita,
2010)……………………………………………………………………………………………… 14

Tabla 2. Lista de plantas consumidas por C. Thous (tomada de Gómez, 2010)…………22

Tabla 3. Lista de plantas consumidas por P. cancrivorus (tomada de Gómez, 2010)… 22

Tabla 4. Índices de diversidad de la parcela de 1 ha y la sub-parcela de 0.16 ha……… 66

Tabla 5. Numero de individuos dentro de las categorías de “Código vivo” de las plantas
leñosas con DAP≥10 cm y con DAP≥1 cm………………………………………………….. 68
LISTA DE ANEXOS

Pg.
Anexo A. Metodología de las dos primeras fases del plan de restauración del plan de
restauración. Modificado de Clewell et al. (2005)…………………………………………… 78

Anexo B. Especies de mamíferos reportados en el área de la Reserva Natural de la


Sociedad Civil Sangraré. Tomado de Huertas (2005)……………………………………… 83

Anexo C. Clasificación de los suelos encontrados en la Reserva Natural de la Sociedad


Civil Sanguaré. Basado en el mapa de suelos (fuente mapa IGAC 1983). Tomado de
Huertas, 2005……………………………………………………………………………………….. 84

Anexo D. Lista de los códigos del estado de las plantas en la parcela y la suba-parcela.
Tomado de Phillips et al……………………………………………………………………….. 86

Anexo E. Composición florística de las plantas leñosas y nuevos reportes de especies


encontradas en 2 Rap’s (0.2 ha) en la Reserva Sanguaré. Tomado de Sanmartín y
Angarita (2010)…………………………………………………………………………………. 87

Anexo F. Especies encontradas en las colecciones generales de la reserva Sanguaré por


San Martín y Angarita (2010)…………………………………………………………………. 92

Anexo G. Lista de familias y especies de la parcela de 1 ha la reserva Sanguaré…….. 94

Anexo H. Lista de especies de la Sub-parcela de 0.16 ha de la reserva Sanguaré…..... 95


RESUMEN

Los bosques secos tropicales encaran unas de las más grandes amenazas a su
biodiversidad como consecuencia de las actividades antrópicas. Como respuesta a esta
problemática, en el Caribe colombiano surgen propuestas para su conservación, como
aquella promovida por la reserva Sanguaré. En consecuencia con estas propuestas, la
reserva Sanguaré incentiva la puesta en marcha de proyectos que alientan la
recuperación del bosque seco a través de la restauración. De esta manera iniciamos la
elaboración de un Plan de Restauración del Bosque Seco Tropical (Bs-t), siguiendo la
metodología propuesta por SER (Sociedad para la Restauración Ecológica) para tal
efecto. Dentro del marco del proyecto comenzamos una recopilación de información en
torno al bosque seco, tanto a nivel local como en todo el trópico, para generar un marco
conceptual para la restauración. Con base en esta información y el conocimiento de
expertos definimos las metas y algunas de las barreras de restauración y además
estimamos un área tentativa de restauración con base en un estudio de fotointerpretación
de coberturas vegetales. Adicionalmente, como respuesta a la necesidad de llenar
algunos vacios en la información y por la necesidad de iniciar el monitoreo de la dinámica
sucesional del bosque y establecer una línea base de monitoreo de la restauración,
establecimos una parcela permanente de 1 ha. Con los datos derivados de su medición
determinamos la estructura y composición del bosque, que sumado a un estudio florístico
previo, se constituye en la información base para determinar su estado de conservación.
Con esta información definiremos las necesidades en torno a la restauración, para poder
diseñar estrategias de remoción de las barreras y de restauración, igual que sus
metodologías de monitoreo.
1. PRESENTACION DEL PLAN DE RESTAURACION

Como respuesta a una necesidad, principalmente de la administración de la reserva


Sanguaré en contestación a un compromiso por recuperar la diversidad y funcionalidad
ecosistémica del sitio, pero sobre todo a una necesidad mundial de recuperar y conservar
los bosques tropicales, especialmente el Bosques seco tropical (Bs-t), se decide diseñar
un plan de restauración para el Bosque Seco Tropical (Bs-t) y las coberturas vegetales
asociadas de esta reserva caribeña. Como objetivo principal de esta tarea se planteo

Diseñar un plan de restauración del bosque seco tropical para la reserva natural de la
sociedad civil Sanguaré, entre los actores relevantes de la conservación, usando
información disponible sobre este tipo de ecosistema y los tipos de cobertura vegetal a
restaurar, e información nueva generada a través de investigación sobre la ecología del
bosque que apoye la definición del plan, para tener un marco de referencia para su
restauración.

Siguiendo este lineamiento se plantearon metas de restauración y se definió cómo


articular el plan de restauración con el plan de manejo de la reserva, trabajo que
centraliza sus necesidades a nivel de conservación y recuperación de ecosistemas, y
también como articularse con los actores relevantes para las actividades de conservación
en la zona. Asimismo se elaboro un marco conceptual que sirve para la planeación
conceptual del proyecto de restauración, reuniendo información disponible sobre el
ecosistema de bosque seco a restaurar y el paisaje en el cual está inmerso dicho
ecosistema en Colombia y regiones similares a la zona de estudio, incluyendo una
sección donde se describe la composición y estructura del bosque de la reserva, y se
definen algunas de las principales barreras de restauración del bosque.

Con esta información se pretende generar estrategias de remoción o control de las


barreas de restauración y el diseño de estrategias de restauración del bosque. Junto con
estas trazar las metodologías de monitoreo de la restauración, es decir, el monitoreo de

1
las estrategias de remoción de las barreras y de las estrategias, y así poder medir su éxito
de tal forma que se puedan corregir en un mediano y largo plazo.

Para la elaboración del plan nos basamos en los Lineamientos de la Sociedad Ecológica
de Restauración (SER) Para el Desarrollo y Manejo Ecológico de los Planes de
Restauración, los cuales se publicaron en un documento llamado “Guidelines for
Developing and Managing Ecological Restoration Projects, 2nd Edition” (Clewell et al.,
2005). Este documento se uso como una guía para establecer los pasos a través de los cuales
se conseguirá realizar el plan de manera sistemática y metódica, dividiéndolo en seis
diferentes fases. De las seis fases en este trabajo se siguieron las dos primeras debido al
alcance, sin embargo, este trabajo inicia con un proceso en el cual se aspira delinear cada
una de las fases de la metodología hasta realizar y ejecutar el plan de restauración
completamente. Las fases son las siguientes: la planeación conceptual, las tareas
preliminares, la planificación de la ejecución, la ejecución del proyecto, las tareas pos-
ejecución y la evaluación y publicidad. Cabe aclarar que se escogieron los pasos que se
creyeron pertinentes de las dos fases a evaluar para la elaboración del plan de
restauración, omitiendo algunos que al parecer no hacen falta para alcanzar los objetivos.
Para más información acerca de la metodología del plan ver Anexo A.

Para la definir los puntos de la metodología del plan, principalmente para el desarrollo de
la planeación conceptual, precisamente para especificar las metas y las barreras de
restauración, se realizo un taller con personas directamente relacionadas con actividades
de conservación del bosque seco en Sanguaré y Colombia. Posteriormente, para generar
la información necesaria para desarrollar las tareas preliminares, nos apoyamos en
revisiones de estudios y literatura disponible para el ecosistema de bosque seco, en los
estudios elaborados en la reserva y en la información obtenida del componente de
investigación, que se baso en el establecimiento de un parcela permanente de monitoreo.
Esta información servirá de base para tomar decisiones sobre las fases de la planeación
de la implementación y la implementación de tareas.

El componente de investigación consistió en un estudio con el objetivo de obtener una


aproximación a la composición, estructura y diversidad del bosque, que en conjunto con
un estudio florístico previo, se uso para definir las condiciones existentes del sitio del
2
proyecto, describir la biota e Identificar la clase de ecosistema a restaurar de acuerdo con
la metodología a emplear para la elaboración del plan. Pues la información sobre la
estructura del bosque es muy valiosa para determinar que estrategias de restauración es
mejor utilizar. Por ejemplo, se ha planteado que en ecosistemas que son muy poco
productivos o altamente productivos y poseen unas pocas especies dominantes, es mejor
utilizar estrategias de intervención técnicas, mientras en ecosistemas más diversos y con
productividad media es mejor la sucesión espontanea (Prach y Hobbs, 2008) (grafica 1).

Grafica 1. Gradiente de productividad-estrés relacionado a caracteres funcionales y


estructurales relevantes para la restauración de un ecosistema (Prach y Hobbs, 2008).

Para lograr una aproximación a la composición, estructura y diversidad del bosque, se


estableció una parcela permanente de monitoreo de 1 ha, ampliamente utilizadas en
bosques tropicales para describir la composición y estructura de estas comunidades (para
más detalle ver Cap. 3). Los datos derivados de la parcela fueron usados para construir
curvas de distribución de abundancias de especies, índices de diversidad y estimados
sobre la estructura y composición del bosque, definiendo la abundancia de las especies
en términos del número de individuos y sus DAP. Estos datos serán usados para realizar
3
recomendaciones sobre las especies más adecuadas para facilitar la regeneración del
bosque, de acuerdo a su abundancia actual y la abundancia de las especies en los
ecosistemas de referencia, que se definirán en el plan de restauración.

A continuación se presentan cada una de las secciones que componen el plan de


restauración, incluyendo el estudio de composición, estructura y diversidad del Bosque
Seco Tropical (Bs-t) de la reserva.

4
2. PLAN DE RESTAURACION

2.1. RESTAURACIÓN Y BOSQUES SECOS TROPICALES

Los bosques secos tropicales y subtropicales ocurren en áreas donde la temperatura


media anual es más alta de 17 °C, donde la precipitación media anual es de 250-2000
mm, con un periodo de 5-6 meses recibiendo menos de 100 mm y donde la tasa anual del
potencial de transpiración excede la precipitación (Pennington et al., 2009; Janzen, 1988;
Murphy y Lugo, 1986). Los bosques secos tropicales son más pequeños en estatura y
menos complejos florística y estructuralmente que los bosques húmedos tropicales, tienen
en promedio cerca de la mitad o menos de las especies de árboles de estos últimos
bosques (Murphy y Lugo, 1986; IAvH, 1998), por lo que el grado de similaridad florística
con las especies del bosque húmedo parece ser bajo (Murphy y Lugo, 1986).

Alrededor del mundo los bosques áridos o semiáridos son refugio de muchas plantas y
especies animales únicas y son también el origen de muchas plantas de cultivos
domesticados importantes y especies de cría (Janzen, 1988). Este ecosistema es el hogar
del 35% de la población mundial y de muchas de las haciendas del mundo (Newton,
2008). Una grafica de la densidad poblacional para cinco países en América central
mostro que el 79% de la gente vive en las zonas de vida secas y húmedas, con el 15%
viviendo en las zonas de vida de bosques muy secos (Murphy y Lugo, 1986). La razón
para este patrón es probablemente biológica o ecológica, pues comparados con los
bosques de lluvia el bosque seco es más fácil de clarear para la agricultura, el clima es
también más apropiado para la ganadería, además el suelo es a menudo más fértil
porque en ambientes subhumedos ocurre menos lixiviación y las plantas invasoras y la
vegetación sucesional tienden a ser menos agresivas en estos climas, sumado a que el
impacto de los humanos podría ser menor en estos ambientes (Murphy y Lugo, 1986).

El bosque seco tropical cubre más área que el bosque húmedo (Whigham et al., 1990),
42% de la cobertura de bosque mundial es bosque seco, el 33% es bosque húmedo y
5
solamente el 25% es bosque de lluvia. En Suramérica, el bosque seco está representado
por el 22% de las áreas boscosas (Murphy y Lugo, 1986; IAvH, 1998). Pero a pesar de su
cobertura, este tipo de bosques está altamente amenazado por la gran deforestación y
pobremente representado en el portafolio de áreas protegidas en Colombia y Venezuela,
como en otros países tropicales (Ruiz y Fandiño, 2005; IAVH, 1998). Consecuentemente,
este ecosistema ha sido destruido casi en su totalidad, quedando en Colombia menos del
1,5% de 80.000 km2 de la cobertura original, sin embargo, recientemente se publico que el
13% de 76,581 km2 del gran bioma del bosque seco tropical corresponde a vegetación
secundaria, excluyendo arbustales, lo que daría un estimado del bosque seco actual de
9,955 km2 (Ruiz y Fandiño, 2009), pero gran parte ha sido reemplazado por pastizales
para el ganado, campos de cultivo y talado para extracción forestal (Huertas, 2005).

En Colombia el Bosque seco Tropical se distribuía originalmente en las regiones de la


llanura Caribe y valles interandinos de los ríos Magdalena y Cauca entre los 0 y 1000 m
de altitud y en jurisdicción de los departamentos del Valle del Cauca, Tolima, Huila,
Cundinamarca, Antioquía, Sucre, Bolívar, Cesar, Magdalena, Atlántico y sur de la Guajira;
también se encontraban algunos enclaves, pero de menor extensión, en las Islas de San
Andrés y Providencia, en la región norte de la península de la Guajira, en Santa Marta
(Magdalena), en Gamarra (Cesar), en el Cañón del río Chicamocha (Santander),
Convención y Ocaña, alrededores de Cúcuta (Norte de Santander), en el Cañón del
Dagua (Valle del Cauca), en Villa Vieja (Huila) y en el Valle del río Patía (Cauca) (IAVH,
1998). En Colombia no se conoce exactamente el total de la cobertura original del bosque
seco, pero se estima que cubría la mayor parte de estas regiones, las cuales abarcan una
extensión de más de 8’146.000 hectáreas (IAVH, 1998).

De las tres grandes regiones con Bosque seco Tropical en Colombia, según el Instituto
Alexander von Humboldt (1998) la llanura Caribe incluyendo el sur de la Guajira, es la
región con mayor cobertura en la actualidad; en segundo lugar se encuentra la región
seca del valle del río Magdalena, en los departamentos del Tolima, Cundinamarca y Huila,
que según Díaz (2009), en Ruiz y Fandiño (2009), en estas encontramos los bosques
secos más extensos cubriendo unos 1.355 km2, pero casi la mitad de estos se encuentran
fuertemente intervenidos; y finalmente, en tercer lugar, según el Instituto Alexander von

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Humboldt (1998) el Valle geográfico del río Cauca, en donde solo existen pequeños
remanentes aislados.

En la región de la llanura Caribe se registran 8 localidades donde se presenta Bosque


seco Tropical, cinco de las cuales presentan condiciones relictuales (incluyendo Montes
de Oca-Cerrejón en los departamentos de Guajira y Cesar) con un área total de 33.416 ha
y tres presentan bosques secundarios con cerca de 100.000 ha en la región de Zambrano
en el departamento de Bolívar (IAvH, 1998).

Las grandes amenazas por actividades antropogénicas encaradas por el bosque seco
tropical afecta la vida de millones de personas. Por ejemplo, en América central y el
Caribe, cerca del 90% de los bosques secos son deforestados o impactados de
numerosas maneras por humanos (Molina y Lugo, 2006). Por esto que en las áreas del
clima seco los problemas socioeconómicos pueden ser severos, la extrema pobreza es
común, y la tasa de emigración humana es a menudo alta. La restauración y el uso
sostenible de la biodiversidad es por tanto fundamental para el desarrollo de la vida y la
mitigación de la pobreza en estas áreas (Newton, 2008).

La restauración de bosques ha sido propuesta como una estrategia complementaria para


la conservación de estos ecosistemas, dada la alta degradación en la que se encuentran
muchas de las áreas de bosque en los trópicos, ya que la riqueza de especies podría recuperase

rápidamente durante la sucesión de bosque secundario, sin embargo, la composición de especies seguirá siendo muy

diferente a la de bosque maduro por muchas décadas (Hooper et al., 2004), reto que enfrentan iniciativas
como estas. De esta manera la restauración ecológica, tal y como la definió la Sociedad
para la Restauración Ecológica (SER), representa una solución para enfrentar este
problema, asistiendo y acelerando la recuperación de de este tipo de ecosistemas.

La ecología de la restauración ha sido significativamente desarrollada en las últimas


décadas y ha sido reconocida como una disciplinan completamente independiente en los
últimos años (Cairns y Heckman, 1996; Young, 2005). Esta última es la ciencia asociada
con la restauración ecológica, que es una práctica más vieja, por lo menos en su forma
más aplicada (Young, 2005).

7
La restauración se trata de una actividad deliberada que inicia o acelera la recuperación
de un ecosistema con respecto a su salud, integridad y sostenibilidad (SER, 2004). En
otras palabras, la restauración ecológica es el esfuerzo practico por recuperar de forma
asistida las dinámicas naturales tendientes a restablecer algunas trayectorias posibles de
los ecosistemas históricos o nativos de la región, entendiendo que las dinámicas naturales
deben estar dirigidas a la recuperación, no de la totalidad sino de los componentes
básicos de la estructura, función y composición de especies, de acuerdo a las condiciones
actuales del ecosistema que se va restaurar (Vargas, 2007; Vallejo et al., 2011). Con
frecuencia, el ecosistema que requiere restauración se ha degradado, dañado,
transformado o totalmente destruido como resultado directo o indirecto de las actividades
del hombre, sin embargo, algunas veces estos impactos también pueden ser por causas
naturales (SER, 2004).

La restauración trata de retornar un ecosistema a su trayectoria histórica para garantizar


su viabilidad ecológica a largo plazo, por lo tanto, las condiciones históricas originales son
el punto de partida ideal para diseñar la restauración (SER, 2004). Sin embargo, en
algunos ecosistemas no se conoce su estado inicial y retornar el ecosistema a su
trayectoria inicial es muy difícil. El ecosistema puede volver a varias de sus trayectorias
posibles, pero difícilmente puede llegar a su estado original (Vargas, 2007). Es decir, la
capacidad de un ecosistema de recuperarse dependerá de los componentes y funciones
afectadas, así la recuperación será más fácil si la degradación ha afectado a los
componentes bióticos que si ha afectado a los recursos básicos y/o a la capacidad de
asimilación de los recursos, entonces en el primer caso, el cese de la degradación podría
llevar a la recuperación del ecosistema sin intervención, mientras que en el segundo caso
es improbable una autorrecuperación, sin embargo, incluso si cesa la degradación, es
posible que no se recupere el ecosistema si los componentes se han perdido o afectan a
algún proceso crítico del mismo y es entonces cuando se requiere la restauración del
ecosistema, cuando la regeneración natural sea improbable o demasiado lenta para los
objetivos propuestos, especialmente cuando no intervenir podría conducir a un aumento
de la degradación (Vallejo et al., 2011).

En todo caso, la restauración ecológica busca iniciar o facilitar la reanudación de los


procesos que le permiten al ecosistema retornar a la trayectoria deseada y volverse
8
autosostenible (SER, 2004), en algunos casos independiente si es posible retornarlo a un
estado inicial. Finalmente, cabe resaltar que la restauración ecológica, además de tener
metas ecológicas y biológicas, debe tener metas culturales que busquen fortalecer e
iniciar la relación del ser humano con los recursos naturales, de una manera sostenible y
aprovechable, de tal manera que el bosque sea prestador de servicios para las
comunidades que los habitan y lo rodean, lo cual ayuda a garantizar su conservación.

2.2. CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DEL BOSQUE SECO EN UNA RESERVA


DE LA COSTA CARIBE COLOMBIANA

El Golfo de Morrosquillo es una zona de gran importancia socioeconómica para la costa


Caribe Colombiana, pasando de ser una región netamente agropecuaria, a ser el principal
puerto de salida del petróleo colombiano, y a la vez una región turística importante por
sus playas y paisajes (Huertas, 2005). Debido a esto, sus tierras han sido sobre
explotadas de diferentes maneras, especialmente en la franja costera en donde su
cobertura vegetal nativa ha sido reemplazada casi completamente por pastizales,
cocotales y durante las últimas décadas por la construcción de centros turísticos (Huertas,
2005). Más alejados de la línea costera, se encuentran numerosas haciendas que realizan
prácticas ganaderas extensivas (Huertas, 2005).

En este paisaje altamente degradado de los ecosistemas secos de la costa Caribe


Colombiana, existen pocos relictos de bosque seco y muy pocos de ellos se encuentran
bajo alguna figura de protección como aéreas protegidas (IAVH, 1998; Ruiz y fandiño,
2005), tan solo en existen dos parques naturales, El Tayrona en el departamento del
Magdalena y el Old Providence & McBean Lagoon en Providencia (Ruiz y Fandiño, 2009).
En la región del Golfo de Morrosquillo, existen algunos fragmentos de bosque seco en
diferentes estados de conservación, pero bajo ninguna figura de protección o
conservación. Sin embargo, existen algunas iniciativas gubernamentales (desde las
CARs) y de la sociedad civil para la conservación y restauración de los ecosistemas de la
zona.

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Sanguaré es una iniciativa de la sociedad civil para crear una reserva con fines de
conservación y explotación sostenible de ecosistemas como el bosque seco, los
manglares y humedales y sistemas costeros de la región. La reserva de Sanguaré fue
creada en predios de una hacienda tradicional ganadera y de cultivos agrícolas, en donde
el abandono de los potreros ganaderos y los campos de cultivo han volcado los objetivos
de explotación del terreno hacia la conservación y la recuperación de su biodiversidad,
siguiendo la razón fundamental de la existencia de las reservas naturales de la sociedad
civil.

Dentro del plan de manejo de la reserva Sanguaré se contemplan estrategias para


promover la conservación y mejorar el estado de los relictos de bosque seco actuales y
para facilitar la regeneración del bosque en sitios donde las actividades agropecuarias
han sido abandonadas. De esta manera, la reserva pretende explorar e implementar
estrategias de restauración para el bosque seco y otros ecosistemas en la zona,
enmarcadas en protocolos adecuados para la planificación de acciones de conservación,
propuestos por entidades que pretenden fomentar el éxito de proyectos, por ejemplo
implementado el buen diseño de un plan de restauración.

Los planes de restauración son una herramienta para tratar de aumentar la efectividad de
un programa de restauración, de tal manera que se maximice el éxito de las metas de
conservación con una implementación apropiada (Young, 2000). Es así que para
enmarcar la restauración dentro de los estándares de conservación, se han creado
metodologías guía que intentan garantizar el éxito de los proyectos de restauración (SER,
2005). Además, este tipo de metodologías permite realizar manejo adaptativo, que facilita
evaluar el éxito del proyecto a mitad de camino y determinar si se necesitan hacer
correcciones para alcanzar la trayectoria deseada (CMP, 2007).

Con este proyecto, se pretende realizar uno de estos planes de restauración para la
Reserva Sanguaré, de tal manera que se garantice el éxito de las actividades de
restauración cuando se vayan a realizar, enmarcándolas dentro de un contexto general de
un plan de manejo, en concordancia con sus metas y objetivos. Es decir, uno de los
objetivos específicos del plan de manejo de la reserva es Plantear Estrategias para
mitigar las principales amenazas sobre sus Elementos de Conservación (Sanín, 2010).
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Dentro de esta, se encuentra la estrategia de “Ganadería Compatible” que busca
implementar prácticas compatibles con el medio ambiente ayudando en la recuperación
del suelo y los ecosistemas y por otro lado la integración con la sostenibilidad de la
reserva por medio de actividades conjuntas que generen ingresos para mantenimiento e
investigación. Así, en el marco de esta estrategia se planteo una meta que busca diseñar
un plan de acciones inmediatas para lograr la recuperación del suelo y la vegetación
nativa.

Las otras dos estrategias, (a) Turismo sostenible y (b) Gestión de apoyo para educación
y concientización en torno a artes de pesca selectiva y responsable, buscan incentivar la
restauración de ecosistemas. La primera generando ingresos por medio de esta actividad
económica, busca cubrir los diversos gastos en la reserva incluyendo investigación y
restauración de ecosistemas, la segunda estableciendo alianzas estratégicas con
entidades cuyo interés involucre la restauración de ecosistemas, entre otros. Por lo tanto
el plan de restauración responde a una necesidad ya establecida en el plan de manejo de
la reserva y a una necesidad de la conservación de un ecosistema que encara las más
agresivas amenazas antropogenicas en el Caribe colombiano.

2.3. DESCRIPCIÓN DEL SITIO PRE-PERTURBACIÓN

Durante la mitad del S. XIX, en esta zonas se estableció una pequeña hacienda llamada
El Pilón, que comprendía los campamentos de la Aguada, el Juncal, Artesano (actual
Reserva Natural Sanguaré) y Balsillas. La principal actividad productiva en la hacienda
era la comercialización de cocos provenientes de la Aguada, Balsillas y San José, donde
existían grandes plantaciones naturales, los cuales eran comercializados en San Onofre y
Cartagena. Además, en la hacienda aprovechaban el junco en la elaboración de esterillas
para monturas de caballo, mulo y burro, con el propósito de evitar la formación de
peladuras o ulceras en sus lomos. También aprovechaban la enea (Typha angustifola)
para la elaboración de esteras utilizadas para protegerse del sol y para dormir.

Dentro de la hacienda existieron pequeños cultivos de pan coger para la alimentación de


los trabajadores. Cabe resaltar, que en el patio de la casa de la hacienda existían frutales
11
sembrados como: mango (Mangifera indica), níspero (Achras sapota), naranja (Citrus sp.)
y ciruela (Spondias purpurea) (San Martín y Angarita, 2010).

La hacienda fue comprada por los Alemanes Guillermo Ledher, Heinrich Lundh y Herber
Shade, que para 1959 introdujeron maquinaria pesada (Buldócer y Tractor), con la que se
intervinieron lugares de bosque vírgenes para ampliar los potreros y campos para cultivo,
pues en para entonces al interior de la hacienda existía una cobertura de bosque de
aproximadamente una extensión de 2,000 ha. Además se construyeron cuerpos de agua
artificiales y vías de comunicación.

A partir de 1959 las actividades se encaminaron a la tala, tumba y quema, con el


propósito de establecer dichas áreas de cultivo de pan coger y más tarde la siembra de
pasto para la ganadería, que para entonces ya alcanzaba las 1,000 cabezas de ganado.
Los árboles tumbados eran usados para la construcción de casas, corrales, cercas
divisorias, ranchos, leña, entre otros (San Martín y Angarita, 2010).

Tras una fragmentación de los predios de la hacienda en varios propietarios, El Pilón


terminaría a manos de Fabio Valencia Hoyos. Para entonces, según personas de la zona,
el bosque aun era muy grande y denso y se extendía desde la orilla de la playa hasta el
interior de los predios y desde Rincón del Mar hasta el corregimiento de Berrugas, con
solo un pequeño potrero muy cerca a la laguna El Eneal. Estas personas afirmaban que
en el bosque se podían encontrar árboles y palmas de gran altura cuyos fustes
presentaban un diámetro que superaba los 50 cm. Según ellos, se registraban
poblaciones de Roble (Tabebuia rosea), ceiba tolua (Bombacopsis quinata), Caracolí
(Anacardium excelsum), palma de vino (Attalea butyracea), coco (Cocos nuciferas),
camajon (Sterculia apétala), campano (Pithecellobium saman), sangregao (Pterocarpus
acapulcensis), indio desnudo (Bursera simaruba), yarumo o guarumo (Cecropia peltata)
Zaragoza (Conocarpus erectus), cedro (Cedrela odorata), bálsamo de tolú (Myroxylon
balsamun) y gramíneas como la guadua (Bambusa guadua). También se extraían ciertas
plantas para uso medicinal, de las cuales mencionaron la cascarilla (Copaifera officinalis),
utilizada para las mordeduras de serpientes, de cien pies, al parecer refiriéndose a la
escolopendra (Scolopédridos), que es altamente venenosa (San Martín y Angarita, 2010).

12
Afirmaban que en el bosque habitaba una variada fauna silvestre (tabla 1), dentro de la
cual se destacaban mamíferos como el venado racimo o venado de cola blanca, que se
podía observar en los bosques poco densos, en los rastrojos o matorrales, los conejos en
gran abundancia, en los estratos medio y superior del bosque o en el dosel se observaban
monos aulladores (Alouatta seniculus), monos titi cabeza de algodón (Saguinus oedipus)
y monos araña (Ateles belzebuth), los cuales eran identificados por sus diferentes
vocalizaciones; también el oso perezoso (Bradipus variegatus), el perro de monte, saíno
o “tatabra” (Tayassu sp) y los felinos como tigrillos, gato de monte y jaguar o tigre pintaó,
como es llamado en la zona (Panthera onca). Estos últimos fueron sometidos a una fuerte
presión por la caza, sin embargo cabe resaltar que la mayoría de los mamíferos eran
cazados (San Martín y Angarita, 2010).

El impacto más fuerte sobre el bosque fue causado durante la propiedad de Fabio
Valencia Hoyos, debido a las fuertes actividades económicas de orden agrícola y
pecuaria, para lo cual procedió a la tala de muchos árboles de interés comercial hasta
acabar casi por completo poblaciones de especies representativas del bosque seco de la
zona como el roble, el cedro, la ceiba tolúa, el caracolí, el Carreto, el bálsamo de tolú,
para comercializarlas y al mismo tiempo poder utilizar el espacio producto de la tala en la
ganadería. Todo esto junto con la agricultura, entre otros de maíz, yuca, ñame y tabaco, la
construcción de obras civiles, para las cuales procedían a realizar tumba y quema del
bosque, se fueron convirtiendo en las principales causas de deforestación del bosque y de
pérdida de especies de la zona, incluyendo la especie de tortuga endémica de los
departamentos de Sucre y Córdoba llamada la Hicotea Carranchina (San Martín y
Angarita, 2010).

Por estas razones la cobertura vegetal ha cambiando drásticamente en la reserva. San


Martin y Angarita (2010) mostraron que para 1943 el área correspondiente a bosque seco
era de 472.5 Ha, área que se fue transformando y fueron apareciendo claros, dando como
resultado la aparición de pastizales y rastrojos; así para 1954 el área de bosque había
disminuido un 9%, es decir, tenía 348.5 ha. Pero su diminución más drástica fue entre
1954 y 1974, tiempo durante el cual el bosque se redujo a 96.3 ha de bosque, es decir se
perdieron 252.2 ha. Cabe resaltar que para 1974 la cobertura vegetal más dominante
fueron los pastizales con 125.1 ha. Por lo tanto para, para 1974 se habían perdido en
13
total 376.2 ha de bosque seco desde 1943. Finalmente para 1992 el área de bosque
estaba reducida a 75 ha.

Por otro lado San Martin y Angarita (2010) observaron la presencia de arroyos
temporales, con cauces bien definidos, que estaban rodeados por bosques de galería
durante los años 1943, 1954 y 1974. Sin embargo, estos bosques desaparecieron junto
con los cauces de sus arroyos por la fuerte intervención antropica que hubo durante estos
años y posterior a 1974.

Grupo Nombre común Especie


Sapo Buffo buffo
ANFIBIA
Rana Platanera Hyla crepitans
Iguana Iguana iguana
Carranchina Btrachemys dahli
Tortuga carey E. imbricata
Babilla Cocodrylus fuscus
REPTILIA
Caimán Cocodrylus acutus
Boa Boa constrictor
Guarda Caminos Liophis lineatus
Mapana Bothrops asper
Guacamaya Ara macao
Guacharaca Ortalis garrula
Pisingo Dendrocygna autumnalis
AVES
Tucán Ramphastos citrolaemus
Pájaro Carpintero Melanerpes rubricapillus
Polloneta Porhyrula martinica
Ponche Hydrochaeris hydrochaeris
isthmius
Conejo Sylvilagus floridanus
Ñeque Dasyprocta punctata
Guartinaja Agouti paca
Venado racimo Odocoileus virginianus
MAMIFEROS Saino o Tatabra Tayassu pecans
Mono aullador Alouatta seniculos
Mono tití cabeza de algodón Saguinus oedipus
Mono araña Aletes belzebuth
Perezoso Bradypus sp
Tigre pintado o Jaguar Panthera onca
Tigrillo Leopardus pardalis
Tabla 1. Fauna reportada para la Hacienda El Pilón (Tomado de San Martín y
Angarita, 2010).

14
Huertas (2005) determino para el 2005 el área de bosque en 95.331 ha (Ver mapa 2), lo
que nos indica una recuperación de esta cobertura con respecto a 1992. Sin embargo,
cabe resaltar que en el trabajo de Huertas (2005) y en el trabajo de San Martin y Angarita
(2010) el bosque se definió con dos tipos de cobertura vegetal: un palmavinal de un área
bastante grande y la cobertura vegetal conocida como bosque seco tropical, lo que
genera un ruido en la definición del área del bosque seco de la reserva. Huertas (2005)
determino que el área comprendida por los pastizales era para entonces de 240,861 ha,
sin embargo, hay que aclarar que la capa vegetal que él define como pastizales
corresponde a una Sabana o Chaparral, que se cree que puede ser una cobertura vegetal
natural en la reserva. Para los rastrojos determino un área de 155,967 ha, sin embargo,
esta cobertura también es una mezcla de varios tipos de coberturas equivalentes a
Rastrojos, pastizales y potreros, de los cuales varios de estos últimos hoy en día no son
usados para ganadería y en otros se está permitiendo que ocurran los procesos
regeneración natural. (Ver mapa 1).

Mapa 1. Cobertura vegetal presente en la Reserva Natural de la Sociedad Civil


Sanguaré, Golfo de Morrosquillo. (Tomado de Huertas, 2005)
15
A pesar del panorama tan desolador, a partir de Octubre del 2002, se decide en conjunto
con Álvaro Roldan, Diana Serna y los propietarios de la hacienda, constituir en los
predios una Reserva, desarrollando acuerdos para cambiar la vocación de los terrenos
hacia la conservación y uso sostenible de recursos naturales, así como la implementación
del ecoturismo como actividad económica compatible. A partir de esta fecha se adelantan
diversas investigaciones y planes de manejo para los ecosistemas de la reserva. En el
marco de estas investigaciones se identifica la necesidad de conservar, pues sumado a
los antecedentes de degradación de los ecosistemas de la zona, la necesidad inicial de
comenzar a conservar y recuperar los ecosistemas de la hacienda se identifica, puesto
que los propietarios de los terrenos se dieron cuenta que tenían graves problemas de
erosión en muchos de sus potreros, escasez de agua durante casi todo el año y baja
productividad ganadera (1 a 1,2 cabezas/ Ha) (Huertas, 2005). Adicionalmente, varios
expertos que han trabajado en la reserva han manifestado la necesidad de enriquecer los
relictos de bosque seco presentes allí (A. Roldán, com. pers.).

Además, cabe resaltar que en el área que comprende Sanguaré se encuentran algunos
de los ecosistemas más productivos y/o amenazados del planeta como son: bosques
secos tropicales, manglares, praderas de pastos marinos y arrecifes coralinos.
Adicionalmente, la reserva está ubicada en la zona amortiguadora del “Parque Nacional
Natural Corales Del Rosario y San Bernardo”, lo que ha hecho que se convierta en una
región con gran desarrollo turístico con todas las implicaciones que esto conlleva
(Huertas, 2005). De esta manera la restauración del bosque seco se convierte en una
actividad primordial para el desarrollo ambiental en términos de su sostenibilidad.

2.4. NECESIDAD DE UN PLAN DE RESTAURACIÓN DEL BOSQUES SECO


TROPICAL (BS-T) EN LA RESERVA NATURAL SANGUARÉ

En regiones como el Caribe colombiano, especialmente en el caso del Golfo de


Morrosquillo, donde se encuentra la reserva natural Sanguaré, que están altamente
degradadas y fragmentadas, la restauración se vuelve una herramienta importante para la
conservación. En los casos en los cuales la problemática con los recursos naturales tiene
como base una problemática social, la restauración no solo se enfoca en la recuperación
16
de la biodiversidad sino en mejorar el bienestar humano en esos paisajes degradados
(Gann y Lamb, 2006). Ya no basta conservar y proteger áreas representativas de
ecosistemas, sino que tenemos que aprender a restaurar paisajes, ecosistemas,
comunidades y poblaciones de plantas y animales, para garantizar la sostenibilidad de los
sistemas naturales, seminaturales y sociales en grandes ecorregiones, y de esta forma
garantizar la sostenibilidad de los servicios ambientales regionales, los cuales mantienen
las economías funcionando (Vargas, 2011). Además, la restauración ecológica mejora la
diversidad biológica de los paisajes degradados, y resulta en beneficios como el aumento
en poblaciones y la distribución de especies raras o amenazadas, el aumento de la
conectividad del paisaje, el aumento en la disponibilidad de bienes y servicios ambientales
y contribuye al mejoramiento del bienestar humano (Gann y Lamb, 2006).

De esta manera, la restauración del bosque representa una estrategia adecuada para las
metas de conservación de una Reserva como Sanguaré, que al solucionar sus
problemáticas de conservación, degradación de sus paisajes y ecosistemas naturales,
mejorar sus planes ecosturistcos y disminuir las dificultades en la productividad ganadera,
podría aportar soluciones a problemas a gran escala, tanto ecológicos como sociales en
la zona del Golfo de Morrosquillo. Además, específicamente, los planes de restauración
son herramientas metodológicas bastante eficaces, que garantizan el éxito de los
proyectos, que enmarcan la restauración dentro de planes de conservación. Estas
metodologías se usan con el fin de que las organizaciones y los individuos interesados en
conservar o restaurar cuenten con una guía que les asista para incrementar al máximo la
efectividad y eficiencia de sus proyectos y para obtener el mayor beneficio de la
conservación, permitiendo implementar técnicas de manejo adaptativo, con el fin de
evaluar el éxito de la restauración a corto, mediano y largo plazo y tomar decisiones para
corregir la trayectoria deseada en los proyectos.

2.5. CONDICIONES EXISTENTES

La reserva se encuentra en la punta norte del golfo de Morrosquillo (9°41’45,89” a


9°43’55,52” N y 75°40’39,49” a 75°42’51,20” W, coordenadas planas: de 1.150.000 a
1.154.000 m E y 1.564.000 a 1.568.000 m N con origen occidente), municipio de San
Onofre, departamento de Sucre, en el sector conocido como La Aguada (Huertas, 2005)
17
(ver Mapa 2), que corresponde al extremo norte de la llanura aluvial del mismo,
conformada por depósitos fluviales pleistocénicos de la formación Magdalena y por la
sedimentación aluvial reciente (El Golfo Buceo & Verano, 2011, en Huertas, 2005, y
Sanín, 2010).

Mapa 2. Ubicación del sitio de estudio (Tomado de Huertas, 2005).


Tiene un área de 906.4 Ha de las cuales 394.958 Ha pertenecen a la hacienda
Morrosquin y 511.442 Ha a la hacienda Lagomar. Su altitud va desde los 0m hasta los
40m. En el Noroeste, en la Hacienda Morrosquin, se encuentran algunas zonas de
manglar y algunas lagunas costeras como La Boquilla, Ana Gómez, El Caimán y La Raya.
Hacia el sur se encuentran un playón con escasa vegetación y paralelo a este una franja
de sucesión secundaria, seguido por un humedal llamado Laguna El Juncal. En la
hacienda Lagomar, en el este, se encuentran la laguna natural de agua dulce El Eneal,
con una matriz arbustiva que la rodea; al noreste predominan los potreros y al sureste las
zonas de manglar (Huertas, 2005).

Durante cinco meses del año la zona es totalmente seca y aproximadamente el 70% de la
vegetación pierde su follaje (Sanín, 2010). El promedio anual de lluvias en la zona es de
1.000mm y la evapotranspiración promedio es de 1.749mm (El Golfo Buceo & Verano,
2011), lo que genera un déficit hídrico en la zona. En esta zona se genera un régimen

18
pluviométrico bimodal, es decir, la presencia de dos períodos secos y dos períodos
húmedos; los períodos secos corresponden a los meses de diciembre-abril y de julio-
septiembre, y los períodos húmedos de abril-mayo y de octubre-noviembre; la
temperatura promedio es de 27ºC, con una máxima de 38°C y una mínima de 18°C (El
Golfo Buceo & Verano, 2011)

En la reserva se han venido adelantando procesos de recuperación de suelos, protección


de los acuíferos de la zona e implementando programas de conservación (Huertas, 2005).
Además, se comenzaron a hacer estudios sobre la biodiversidad y la ecología de dicho
mosaico, que se compone de potreros, pastizales, lagunas naturales y artificiales,
fragmentos de bosque seco y manglares. Siguiendo esta línea, Huertas (2005)
implemento un SIG en la reserva, con el fin de que sirviera como una herramienta para
darle un mejor manejo, administración y seguimiento a los fines por los cuales fue creada,
de tal forma que permitiera articular sobre ella los diferentes proyectos de conservación y
manejo sostenible que se han venido desarrollando y se desarrollaran en el futuro. Así se
ha comenzado a recopilar información básica (ambiental, biológica y ecológica), para
posteriormente realizar análisis acerca de las prioridades de investigación, sobre el estado
del ecosistema, las estrategias de conservación, entre otros.

Entonces, con el uso de esta herramienta se ha determinado que en la Reserva Sanguaré


existe un relicto de 110 hectáreas de bosque secundario que, según la zonación de la
reserva, están divididas en zonas de conservación y de recuperación. (Sanín, 2010). A
continuación se describen las características bióticas y abióticas relacionadas con este
ecosistema.

2.5.1. Flora: Dentro del bosque, San Martin y Angarita (2010) encontraron 37 familias, 81
géneros y 82 especies (para mayor información sobre las familias y las especies ver
anexo E), excluidas hierbas y lianas, distribuidas, según los hábitos de crecimiento, en
árboles (61 %), arbustos (38 %) y en palmas (1 %), en un inventario llevado a cabo
siguiendo la metodología de Gentry (1982). También realizaron colecciones generales en
las demás coberturas vegetales, en la cuales reportaron 15 familias, 23 géneros y 20
especies (ver anexo F).

19
Las familias más abundantes fueron Fabaceae, seguida por Sapindaceae, Sterculiaceae,
Bignoniaceae y Rubiaceae. Adicionalmente, las familias con mayor número de especies
fueron Fabaceae, seguida por Rubiaceae, Euphorbiaceae, Moraceae, Bignoniaceae y
Flacourtiaceae. De los 81 géneros identificados el más diverso fue Machaerium, seguido
por Ficus y Tabebuia. Pero cabe resaltar que el 16 % de las familias estuvo representado
por géneros que presentaron únicamente dos especies y el 73% restante solo de una.

Además, encontraron que las especies más abundantes fueron Matayba scrobiculata,
Sterculia apétala y Guazuma ulmifolia, las cuales estuvieron presentes en todos los
transeptos y correspondieron al 74% de los individuos, seguidos por Tabebuia rosea con
14% y Albizia caribea con 12%. Las especies más frecuentes fueron Sterculia apetala que
estuvo presente en el 18% de los transeptos, seguida por Attalea butyracea con el 17%,
Tabernaemontana cymosa, Guazuma ulmifolia y Trichilia hirta con el 12%, Matayba
scrobiculata con el 11%, Randia Formosa con el 9% y Albizia caribea con el 8%.

2.5.2. Fauna: Los ecosistemas de la reserva son muy ricos en fauna. Contienen un poco
mas de 200 especies de aves, 30 de mamíferos, algunas especies endémicas como la
tortuga de cuello torcido (Mesoclemmys dahli) y el cangrejo azul (Cardisoma guanhumi)
(Sanín, 2010), y 14 especies de anuros (Calle, 1998).

Con respecto a la entomofauna Herrera (2004) reporto 15 órdenes, con 126 familias, 79
géneros y 28 especies de insectos. De las 126 familias se encontraron 100 en el bosque
(con 23 exclusivas para bosque), 74 en pastizal (con 13 exclusivas), 50 en casas o
domicilios (con 5 exclusivas) y finalmente 30 en rastrojo (con 1 exclusiva), estableciendo
que las familias más abundantes en el bosque fueron Scarabaeidae, Formicidae y
Calliphoridae.

Adicionalmente encontró que en las estaciones lluviosa y seca la familia más abundante
fue Formicidae y en la estación de transición (entre la seca y la húmeda) fue
Scarabaeidae. Durante la estación lluviosa capturo menor cantidad de individuos y de
familias, seguido de la estación seca y en la época de transición capturo el mayor número
de individuos, pero cabe resaltar que algunas familias solo se capturaron exclusivamente

20
en solo una de las estaciones mencionadas. Esto sugiere un patrón en los picos de
abundancia de la entomofauna con relación a la época del año en la reserva Sanguaré.

La diversidad de Coleópteros Copro-necrófagos (Scarabaeidae: Scarabaeinae) (cabe


resaltar que esto son los insectos más abundantes en la reserva) equivale a 12 especies
para las zonas de recuperación o bosque mixto (como fue llamado por Rivera (2004)), 9
para el relicto de bosque seco, 8 para los pastizales y 5 para los potreros, con un total de
14 especies (Rivera, 2004). Según Rivera (2004) la diversidad de coleópteros puede dar
luces sobre el estado de los mamíferos del bosque, debido a que los coleópteros son un
buen indicador de este grupo, además de ser clave para el entendimiento de la dinámica
del bosque.

Con respecto a los mamíferos, en la reserva se han reportado los siguientes especies
carnívoras: el zorro de monte (Cerdocyon thous) (Canidae), el mapache (Procyon
cancrivorus) (Procyonidae), el tigrillo (Leopardus pardales) (Felidae) y la tayra (Eira
barbara) (Mustelidae) (Gómez, 2010). Además, Gómez (2010) ha observado dentro de la
reserva venado (Mazama sp.) (Cervidae), chigüiro (Hidrochoerus isthmius) (Caviidae),
ñeque (Dasyprocta sp.) (Dasyproctidae), armadillo (Dasypus sp.) (Dasypodidae), chucha
(Didelphis marsupiales) (Didelphidae), hormiguero (Tamandua mexicana)
(Myrmecophagidae), y ardilla roja (Sciurus granatensis) (Sciuridae). Sin embargo,
previamente se habían reportado para toda la reserva 25 especies mamíferos (anexo B)
(Huertas, 2005), dentro de las cuales ya estaban reportadas varias de las especies
mencionadas por ella. También se tiene registro de varias especies de murciélagos
pertenecientes a géneros Carollia, Artibeus, y Sturnira (Phyllostomidae) (Gómez 2010),
que son importantes en procesos de regeneración por dispersar semillas de plantas
pioneras.

Para los tres mamíferos del orden carnívora, se identificaron sus dietas, dentro de las
cuales se reporto material vegetal, tales como semillas, cáscaras de frutos y restos
vegetales (como hojas y fragmentos de tallos delgados), sin embargo las hojas fueron
principalmente de gramíneas (Gómez, 2010). Es de resaltar que para el zorro de monte
(Cerdocyon thous) (Canidae), Gómez (2010) encontró siete tipos de semillas diferentes
(tabla 2) y para el mapache (Procyon cancrivorus) (Procyonidae) encontró 11 tipos de
21
semillas (Tabla 3). El autor del trabajo resalta el hecho de que los frutos sean comunes en
la dieta de estos dos mamíferos y que las semillas sean excretadas sin daños aparentes,
además de sus antecedentes como potenciales dispersores de semillas, lo que según ella
es probable que estén contribuyendo al desarrollo y regeneración del bosque de la
reserva.

Ítem alimenticio Órgano N Frecuencia


Plantas 7 43,75
Familia Especies
Elaeocarpacea Mutingia calabura 2 12,5
Malpighiaceae Byrsonuma sp Frutos 4 25
Arecaceae 2 12,5
Annonaceae Annona muricata 1 6,25
Fabaceae 1 6,25

NI NI Semilla 5 31,25
Tabla 2. Lista de plantas consumidas por C. Thous (tomada de Gómez, 2010).

Ítem alimenticio Órgano N Frecuencia


Plantas 11 78,57
Familia Especie
Elaeocarpaceae Mutingia calabura 5 35,71
Malpighiaceae Byrsonima sp Frutos 9 69,29
Rubiaceae Alibertia edulis 1 7,14
Anacardiaceae Astronium graveolens 1 7,14
Mangifera indica Cascara 1 7,14
Lamiaceae Hyptry sp 1 7,14
Fabaceae Desmodium sp 1 7,14
NI NI Semillas 10 71,43
Tabla 3. Lista de plantas consumidas por P. cancrivorus (tomada de Gómez, 2010).
Por otro lado, es importante mencionar que actualmente se están realizando varios
inventarios de los organismos de la reserva, entre los cuales están un inventario de aves,
otro de murciélagos, y también se está realizando un trabajo sobre la riqueza y diversidad
de mariposas diurnas (papilionoidea y hesperoidea) en el bosque seco tropical (Ríos,
2011), el cual representa una fuente de información valiosa sobre el estado de
conservación de la vegetación del bosque, por la relación que tienen estos organismos
con la plantas. Varios de estos se espera que sean entregados en el transcurso de este
año.

22
2.5.3. Hidrología: Huertas (2005) delimito dentro de la reserva 85,998 ha de espejos de
agua dulce y 120,367 ha de agua salada. Algunas de estas superficies son lagunas
naturales y zonas inundables que se caracterizan por ser hábitat para gran cantidad de
especies de aves locales y migratorias y también se constituyen como el hábitat de
hurones, babillas, reptiles y poblaciones de chigüiros, que encuentran gran oferta de
alimento en su vegetación acuática (Sanín, 2010). Se cree que estas lagunas tienen dos
posibles orígenes: un mar 3m por encima del actual o como consecuencia del movimiento
de placas tectónicas (aún presentan un pequeño porcentaje de salinidad) (Sanín, 2010).

En la reserva se destacan dos humedales: El Juncal y El Eneal, con un área de 15,109 ha


y 63,810 ha, respectivamente (Huertas, 2005). Éstos no reciben aportes de agua salobre
y se abastecieron por años de arroyos temporales de agua dulce formados durante las
épocas de lluvia, sin embargo, debido a la deforestación de sus causes y a la
construcción de jagüeyes para ganadería, durante los últimos años el agua se ha perdido
por escorrentía, disminuyendo drásticamente las aguas que surten estos humedales,
factor determinante en la transformación de estos ecosistemas (Sanín, 2010).
Los arroyos temporales solo se forman durante las épocas de lluvia, pero sus causes
están directamente relacionados con la cobertura vegetal y las zonas ganadeas, y
además de que son importantes al constituirse como una de las principales fuentes de
agua de los humedales, ayudan a evitar que el agua se pierda por escorrentía (Sanín,
2010). Los caños o arroyos más importantes que influyen en la zona son: Arroyo Cascajo,
principal arroyo de San Onofre sobre El Golfo que desemboca en el Arroyo Zaragocilla, el
Arroyo El Venado, el Arroyo Salado y el Arroyo del Medio que desembocan cerca al
puerto de Berrugas; el Arroyo Mondongo, el Arroyo Roseta y el Arroyo El Veranero (El
Golfo Buceo & Verano, 2011).

El Veranero es el principal arroyo que aporta agua a los humedales de la reserva y su


curso natural ha sido desviado artificialmente varias veces con el fin recuperar las lagunas
El Eneal y El Tanque, secadas completamente durante periodos extremos de sequia
(fenómenos del niño) (Sanín, 2010). Existen otros pequeños arroyos más recientes que
apenas se alcanzan a percibir debido al poco caudal y la suave pendiente que poseen
(Sanín, 2010).

23
La reserva cuenta con un acuífero y, debido a que es una región semi-árida, tiene gran
importancia para la zona (Sanín, 2010). Estos son cuerpos de agua que se infiltra desde
la superficie producto de las lluvias, cursos de agua y los embalses naturales o artificiales,
el agua llega hasta un estrato rocoso impermeable donde se establece y desde allí puede
ser explotada como un recurso, variando su profundidad y nivel de acuerdo a la
composición del suelo y a las recargas (cantidad de agua que se infiltra desde la
superficie) (Sanín, 2010). Cabe resaltar que la llanura costera aluvial del golfo de
Morrosquillo mantiene durante todo el año un nivel freático relativamente alto. (El Golfo
Buceo & Verano, 2011)

El acuífero más importante tiene 6 m de profundidad y está ubicado a 20 m de distancia


del agua de mar, surte de agua a la reserva y a una comunidad aproximada de 1000
habitantes en las islas de San Bernardo (pertenecientes al PNN Corales del Rosario y
San Bernardo) y zonas aledañas (Sanín, 2010). Lo que preocupa enormemente es el
aumento en su explotación, pues teniendo en cuenta sólo una parte de la población
beneficiada, la Isla de Boquerón y la parcelación La Cangrejera, se encontró que el
consumo anual es de 2.500.000 litros, lo que muestra que para su manejo es necesario
considerar aspectos físicos, ambientales y sociales, con el fin de regular su consumo. (El
Golfo Buceo & Verano, 2011)

2.5.4. Suelos: Para la reserva se han identificado varios tipos de suelos basado en el
mapa de suelos del IGAC de 1983 que son: Arenal (Ara), Estancuela, erosión leve (Eta),
San Antonio (SAa), La Granja, erosión moderada (GAa1-2), Santa Lucía, erosión leve
(SLa1), San Sebastián (STab) y San Sebastián, erosión moderada (STab1-2) (ver anexo
C) (Huertas, 2005). Cada uno de estos tipos de suelos esta georeferenciado en una capa
temática del SIG de la reserva (Mapa 3). Sin embargo, los análisis de suelo han sido muy
pobres, solo se han extraído unos cuantos núcleos de suelo (A. Roldán, com. pers.), por
lo tanto es pertinente hacer un análisis más profundo sobre el tipo y calidad de suelo.

24
Mapa 3. Ubicación de la Reserva Natural de la Sociedad Civil Sanguaré respecto
al mapa de estudios de suelos del IGAC. (Tomado de Huertas, 2005).

2.5.5. Actividades Económicas: Dentro de la Reserva Sanguaré existen tres actividades


económicas, el ecoturismo, acuaturismo y la ganadería sostenible. Los dos primeros
comienzan como producto de la búsqueda de alternativas económicas diferentes de la
ganadería, los esquemas convencionales de turismo y como respuesta a las diversas
inquietudes frente a las necesidades humanas de desarrollar actividades deportivas
interactuando con la naturaleza. Se inicia con la creación del “Centro de buceo El Golfo”
con el fin de aprovechar las instalaciones de la hacienda ganadera Morrosquín, para
ayudar su sostenibilidad económica. Pero a través del tiempo se transforma la idea inicial
de ser sólo un centro de buceo hacia otras actividades, en las que se han tenido en
cuenta prácticas mas sostenibles, por lo cual surge” El Golfo buceo y verano”, con una
visión que se acerca más al ecoturismo tal como es definida por el congreso de la
república (El Golfo Buceo & Verano, 2011):

“aquella forma de turismo especializado y dirigido que se desarrolla en áreas con un


atractivo natural especial y se enmarca dentro de los parámetros de desarrollo humano
sostenible. El ecoturismo busca la recreación, el esparcimiento y la educación del visitante
25
a través de la observación, el estudio de los valores naturales y de los aspectos culturales
relacionados con ellos. Por lo tanto el ecoturismo es una actividad controlada y dirigida
que produce un mínimo impacto sobre los ecosistemas naturales, respeta el patrimonio
cultural, educa y sensibiliza a los actores involucrados acerca de la importancia de
conservar la naturaleza. El desarrollo de las actividades ecoturísticas deben generar
ingresos destinados al apoyo y fomento de la conservación de las áreas naturales en las
que se realiza y a las comunidades aledañas”.
Esta transformación empieza con el cambio de prácticas en el manejo interno de la
institución por medio de:
1. Racionalización del consumo en los servicios de agua, luz y productos con
empaques no reciclables.

2. Menor consumo de alimentos procesados.

3. Manejo de desechos sólidos a través del reciclaje.

4. tratamiento de aguas servidas en los pozos sépticos con bacterias para


degradación de compuestos orgánicos y control de olores.

5. Mayor utilización de productos no procesados y mano de obra de la región.

6. Implementación de campañas de educación ambiental con los visitantes y


los niños de la región en cuanto a conservación ambiental, racionalización
del consumo y manejo de desechos sólidos a través de charlas, talleres,
actividades de sensibilización, jornadas de limpieza en las playas y
manuales de normas ambientales.

7. Creación de programas que reúnen principios de ecología, deporte,


aventura y crecimiento personal como constante dentro de las actividades
ofrecidas en escenarios naturales, como las praderas marinas, manglares,
bosque seco tropical, ciénagas y llanuras costeras con el menor impacto
ambiental posible.

8. Implementación de deportes no contaminantes como el windsurf, el


canotaje, la navegación a vela, las caminatas y las cabalgatas.

26
9. Creación de otra serie de programas con un enfoque más educativo como
el avistamiento de aves, salidas de vida marina, salidas de campo de
universidades en las áreas de biología y educación ambiental y
campamentos de verano para niños y de tercera edad.

10. Recuperación de ecosistemas degradados como las zonas de manglar, por


medio de la apertura de las bocas de las lagunas costeras, que por
dinamismo de playas son cerradas, causando la muerte a gran parte de
estas.

11. Financiación de trabajos de grado, pregrado y estudios que se han iniciado


con caracterizaciones de flora y fauna y que posteriormente estarán
encaminadas a la protección y recuperación de ecosistemas degradados.

12. Promoción artesanal de productos elaborados por los pobladores y con


fibras naturales de la región.

2.6. ÁREA DE RESTAURACIÓN

De acuerdo a una fotointerpretación de las coberturas vegetales de la reserva de una


fotografía aérea de 1943, se determino que el relicto bosque seco tropical tenía un área
de 472.5 ha para esta fecha (ver mapa 4) (San Martin y Angarita, 2010). Aun que no se
sabe con exactitud si esta es el área original del bosque, este es el dato más antiguo que
se tiene que muestra una área de bosque relativamente poco intervenida y con mayor
cobertura en los últimos 60 años. Cabe resaltar, que según comunicación personal con
campesinos de la zona, para 1943 el área de la reserva tenía un bosque muy conservado,
con gran variedad de especies arbóreas y animales.

De acuerdo a la fotointerpretación, además del bosque, la reserva tenía varios pastizales


que en conjunto sumaban una área de 34.3 ha, los cuales eran fruto de la intervención
antrópica a baja escala para extracción de productos maderables, lo que generó
pequeños claros dominados por vegetación herbácea. Por otro lado estaban los rastrojos
altos con un área de 248.7 ha, dominados por Mantequero (Byrsonima crassifolia (L.)
Kunth) y Peralejo (Curatella americana L.), y la presencia de lagunas de agua dulce y
agua salada, alrededor de la cuales se encontraban arboles de 20-40m de altura. Además
27
habían extensos bosques de manglar y sectores erosionados entre los rastrojos y el
bosque (San Martin y Angarita, 2010).

Hay que aclarar que la cobertura llamada Rastrojos por San Martin y Angarita (2010) se
piensa que puede llegar a ser una sabana natural que se conserva hasta hoy. Además,
cabe resaltar que esta cobertura vegetal siempre ha estado presente según el estudio de
la dinámica de las coberturas vegetales de la reserva (San Martin y Angarita, 2010). Por lo
tanto este ecosistema no se considera como un estadio sucesional del bosque seco.

Fuera de estas coberturas vegetales, la fotografía mostro la presencia de arroyos


temporales de agua dulce, que venían de la parte nororiental de la reserva, con
predominante vegetación ribereña y bosques de galería, sin embargo tanto sus cauces
como los bosques desaparecieron por la fuerte intervención antropica (San Martin y
Angarita, 2010). En la fotografía de 1943 aparecía un pequeño corredor de bosque hacia
la parte nororiental, este corredor nos muestra la dirección que el cauce llevaba para
entonces (mapa 4). Actualmente, se tienen georeferenciados tres arroyos temporales que
desembocan en los manglares y en la laguna el eneal salado, los cuales siguen una
trayectoria similar a la que seguían para el año 1943, puesto que han sufrido algunas
modificaciones debido a la infraestructura ganadera y las vías de acceso.

De esta manera, el área de restauración se calcula con la suma del área del bosque mas
el área de los pastizales, lo que equivale a 502.8 ha. Sin embargo, actualmente esta área
está representada por un palmavinal de un área significativa, que ha sido considerado
como parte del bosque seco tanto en los trabajos de San Martín y Angarita (2010) como
en el de Huertas (2005), y por diferentes estadios sucesionales del bosque seco: un
bosque secundario y dos rastrojos, uno dominado por maíz tostao (Cordia Sp.) y otro un
poco más diverso. Pero hay que aclarar que los bosques de galería alrededor de las
lagunas, los humedales y los arroyos temporales son un ecosistema con características
particulares y es pertinente considerarlos como una cobertura vegetal a parte de las
demás, de tal forma que la recuperación de los bosques de galería y sus cauces tengan
una estrategia de restauración particular.

28
Esta área de restauración es considerada bajo el supuesto de que donde existió bosque
seco conservado anteriormente, hoy existe una alta probabilidad de recuperarlo,
asumiendo que no existen procesos de degradación irreversibles que impidan la
recuperación de dicho ecosistema, pues cabe resaltar que el nivel de perturbación y la
naturaleza de las especies afecta fuertemente la regeneración (Sagar y Singh, 2005).

Sin embargo, a pesar de la alta vulnerabilidad del bosque seco y de que su regeneración
es más lenta que la del bosque húmedo, debido a su relativa simplicidad y estructura, el
bosque seco tiene potencial para recuperarse hasta un estadio maduro mas rápidamente
que un bosque húmedo y podría ser mas resilente, incluso se ha estimado el tiempo de
recuperación en 150 años comparado con 1000 años del bosque húmedo (Murphy y
Lugo, 1986). Además, de acuerdo a personal de la reserva y campesinos de la zona, el
bosque seco en Sanguaré tiene buena capacidad de recuperación.

Mapa 4. Fotointerpretación de las coberturas vegetales de la reserva Sanguaré de una


fotografía aérea de 1943. Tomado de San Martin y Angarita (2010)

29
2.7. META DE RESTAURACIÓN

Manejar la sucesión del ecosistema correspondiente a la zona de vida de Bosque Seco


Tropical (bs-t) de la zona de conservación de la reserva natural de la sociedad civil
Sanguaré, para mantener un ecosistema funcional a larga plazo. De esta manera se
pretende recuperar el potencial de sostenibilidad a largo plazo de este ecosistema de
bosque, tratando de simular la dinámica de un ecosistema de referencia correspondiente
a un Bosque Seco Tropical del Caribe colombiano poco perturbado por actividades
antrópicas. Se pretende garantizar que el bosque tenga potencial para suministrar bienes
y servicios naturales específicos como consecuencia de la restauración, tales como
hábitat de fauna y flora nativa carismática y en general protección de la biodiversidad de
este tipo ecosistemas. Además se espera que el manejo para mantener un bosque
funcional sirva para la regulación de caudales de los arroyos temporales y protección de
los acuíferos, lagunas y humedales de la reserva, y para apoyar la implementación de los
planes eco-turísticos que se vienen desarrollando en la reserva desde hace algunos años
a través del Eco-hotel El Golfo.

2.8. BARRERAS DE RESTAURACIÓN

2.8.1. Físicas

1. Compactación de suelo: el sobrepastoreo conduce a la compactación y a sí


mismo a la degradación progresiva de la vegetación (Vallejo et al., 2011). Incluso
un aumento en la compactación producido por el sobrepastoreo puede afectar el
crecimiento de raíces, el intercambio gaseoso del suelo y las tasas de infiltración,
lo que podría afectar la germinación de semillas (Holl, 1999). Esto se debe a que
al compactar el suelo se disminuye el volumen entre sus partículas, lo que implica
menos espacio vacío (porosidad) y aireación (renovación del aire del suelo),
factores que también reducen la microbiota del suelo y aumentan la erosión
(Sanín, 2010). Además, una capacidad de infiltración reducida puede disminuir
sensiblemente el agua disponible para las plantas, que es de especial importancia
en aquellos lugares donde las condiciones climáticas son limitantes, por las
precipitaciones escasas y torrenciales, ya que el agua es un factor primario para el

30
desarrollo de la vegetación y la recuperación del conjunto del ecosistema en estos
hábitats (Vallejo et al, 2011).

Además, investigaciones en varios sitios neo tropicales demostraron que muchos


factores podrían impedir la sucesión de bosque tropical, incluyendo la falta de
nutrientes del suelo y su compactación (Holl et al., 2000), ya que la degradación
del suelo afecta también la dinámica de las poblaciones y la actividad de los
organismos presentes en los suelos, principalmente de aquellos que tienen una
relación simbiótica con las plantas, como los hongos y las bacterias (Ceccon,
2011).

2. Erosión eólica e hídrica del suelo: en Sanguaré se han realizado importantes


movimientos de tierra para crear cuerpos de agua y construir vías y viviendas,
entre otros, modificando enormemente el micro relieve de la zona (Huertas, 2005).
Esto sumado a la deforestación y al sobrepastoreo, que conduce a la
compactación y a sí mismo a la degradación progresiva de la vegetación,
exponiendo el suelo a la erosión por agua y viento (Vallejo et al., 2011), ha dejado
el suelo desnudo en gran parte de la reserva y es por esto que se ha detectado
una fuerte erosión laminar y cárcavas de origen eólico e hídrico (Vélez, 2005). Al
quedar el suelo desnudo, el agua y el viento arrastran las partículas de suelo y
destruyen los agregados de la superficie, produciendo un arrastre de semillas, que
puede ser significativo en situaciones de pendiente pronunciada, sellando y
encostrando el suelo, lo que altera el intercambio gaseoso, dificultando la
emergencia de plántulas y limitando la infiltración del agua de lluvia, lo que reduce
la disponibilidad de agua para las plantas (Vallejo, 2011).

En Sanguaré la erosión se ha venido monitoreando desde el 2001 en varios


potreros y para febrero del 2005, cinco potreros de diecisiete, aun sufrían
problemas de erosión pero solo en tres eran graves, en uno de los cuales se
habían adelantado obras de prevención y mitigación de erosión correspondientes
a la siembra de la gramínea Carimagua (Andropogon sp.) y el establecimiento de
tres barreras de Leucaenas (Leucaena leucocephala), además de los trinchos
presentes en las cárcavas, sin embargo, estas especies tuvieron una muy baja
31
supervivencia (Vélez, 2005). Para esta misma fecha se había pensado insistir en
la siembra de Icacos (Chrysobalanus icaco) como especie controladora de la
erosión. Adicional a estas medidas de prevención, también se ha propuesto
mantener fuentes de agua apropiados para el ganado, evitar el sobrepastoreo y
realizar mantenimiento y adecuación de vías para evitar más erosión en las zonas
donde el suelo esta mas perturbado, lo cual estaba siendo cumplido hasta el año
2005. Es de resaltar que el potrero “El Bolsillo”, que había sido reforestado en el
2001, fue tratado con micorrizas (Vélez, 2005).

No obstante de las medidas tomadas, Vélez (2005) determina en el tercer


monitoreo de sostenibilidad de la reserva que aun la remoción del suelo sigue
siendo bastante alta, con 471 ton/ ha por año en una de las parcelas de monitoreo,
la cual rebasa su tasa de recuperación que es de 1.6 ton/ ha por año, lo muestra
un grave problema de erosión que debe ser tratado.

3. Desviación de cauces de aguas superficiales: en la reserva existían arroyos


temporales de agua dulce, con predominante vegetación ribereña y bosques de
galería. sin embargo, tanto sus cauces como los bosques riparios desaparecieron
por la fuerte intervención antropica. De acuerdo a fotografías aéreas de 1943, sus
cauces estaban bien definidos y la vegetación ribereña era abundante, pero hoy
en día los caudales son muy pequeños, sus cauces están muy poco definidos,
incluso algunos ya no afloran desde el subsuelo durante el estiaje y solo se puede
observar su presencia debido a que la vegetación asociada revela la trayectoria y
sinuosidad que sigue.

Actualmente, se han adelantado algunos procesos para la recuperación de sus


cauces, pero no han sido suficientes. En general se han construido pequeños
jagüeyes alimentados por los arroyos durante el invierno, para que el ganado
bovino tenga abrevaderos en el verano, cuando escasea drásticamente el agua.
Pero la construcción de estas pequeñas represas tiende a reducir la carga de
sedimentos y los caudales aguas abajo de la presa, y si la disminución en la carga
sólida es significativa, comienza un proceso de erosión aguas abajo, de tal forma
que si la reducción de los caudales punta es notable, se produce una
32
sedimentación en el cauce por falta de capacidad de transporte (González y
García, 1998). Así, la construcción de los jagüeyes, de las carreteras y la
deforestación se han convertido en las principales causas de la casi desaparición
de los arroyos.

En Sanguaré varios de los jagüeyes mencionados se han construido desviando los


cauces naturales para represar el agua en algunos puntos estratégicos para el
ganado y así mismo varias de las desviaciones de los arroyos han sido con el fin
de construir dichas carreteras, interrumpiendo la dinámica natural de estos y
aislando sus poblaciones. La significativa reducción en los caudales, la
rectificación de los cauces, o desviación en este caso, para un beneficio social, tal
como creación de abrevaderos o creación de carreteras, ocasiona la destrucción
del bosque de galería (González y García, 1998).

En un estudio en México se dieron cuenta que el represamiento en la parte alta de


una cuenca ocasionaba cambios en la dinámica y geomorfología del rio y la
desviación desecaba una sección importante, afectando la continuidad entre la
parte alta y el valle, reduciendo el caudal en temporada de riego entre 70 y 97%, lo
que resulto en intensas modificaciones de los bosques ribereños y su vegetación
asociada (Ortiz-Arrona et al., 2005).

Además la ganadería, que lleva al sobrepastoreo en las riberas de estos arroyos,


afecta profundamente el funcionamiento de estos ecosistemas fluviales y perturba
las interrelaciones entre el cauce y su llanura de inundación, aumentando la
escorrentía por la compactación del suelo e insuficiente protección de la
vegetación, o incluso modificando su morfología, siendo unas de las causas del
inicio de los procesos de incisión o inestabilidad del cauce (González y García,
1998). Todo esto, en conjunto con el represamiento del agua de los cauces, se
podría traducir en una alta vulnerabilidad a la sequia (Ortiz-Arrona et al., 2005), lo
que finalmente podría conducir a una desertificación.

No obstante, en los últimos años los administradores de la reserva se han dado


cuenta de la importancia de estas fuentes de agua para la dinámica de los
33
ecosistemas, principalmente para la fauna, puesto que varias especies de
animales encuentran refugio o fuente de alimentación allí (González y García,
1998). Además, fuera de que los sistemas fluviales son muy valiosos por el agua
que ofrecen, también generan una serie de recursos y valores como movimiento y
energía, pesca como alimento, vegetación acuática y ribereña, fauna asociada a la
presencia de un rio, sedimentos aluviales, valor recreativo, valor paisajístico y
valor científico y cultural (González y García, 1998).

Reducir los efectos de la desviación de los cauces y como consecuencia disminuir


el sobrepastoreo en las riberas, de tal manera que se proteja el suelo, la
vegetación y la fauna asociada, es de vital importancia tanto para este ecosistema
como para los ecosistemas terrestres. Igualmente lo es para los humedales de la
reserva y su cobertura vegetal asociada, ya que estos reciben un gran flujo de
agua de los arroyos, que debido a su casi desaparición se han visto gravemente
afectados (Sanín, 2010). Además las riberas son una zona de transición entre los
sistemas terrestres de la ladera y los acuáticos del cauce y su vegetación
estabiliza las orillas de los cauces, contribuye con materiales leñosos y residuos
vegetales a la materia orgánica del rio, controla la entrada de luz, la llegada de
otra materia orgánica y nutrientes al cauce, además de la gran diversidad de
especies y la elevada productividad de los bosques de galería, constituyéndose en
uno de los ecosistemas de mayor valor ecológico y paisajístico (González y
García, 1998).

La vegetación ribereña ofrece hábitats y nichos ecológicos para numerosas


especies, que encuentran en la ribera un medio apropiado para su desplazamiento
y dispersión, y regula la dinámica del ecosistema mediante su influencia en el
movimiento y migraciones de fauna, entre otros (González y García, 1998). Como
se ha determinado en varios estudios, es necesario favorecer la conectividad a
través de paisajes, restaurando o protegiendo los ecosistemas ribereños que
conectan fragmentos y permiten el movimiento y colonización de especies,
haciendo el papel de corredores biológicos naturales, pues a grandes escalas es
fundamental mantener un mosaico ecosistemico diverso y sus procesos entre los
diversos parches (CCAD-UNDP/GEF, 2002).
34
En las regiones semiáridas el bosque de galería es muy importante, ya que ofrece
un mayor contraste paisajístico entre las especies caducifolias dependientes del
agua y las especies esclerófilas del entorno seco, constituyendo un refugio
esencial para numerosas especies, donde encuentran un ambiente más fresco y
húmedo (González y García, 1998). En las regiones con regímenes de caudales
estacionales, los hábitats ribereños son particularmente sensibles a cambios
hidrológicos y por esto es fundamental mantener una conectividad entre los flujos
de las riberas al cauce y sobre todo del cauce a las riberas, que provean suficiente
agua a la llanura de inundación, semillas, materia orgánica, sedimentos, etc. que
aseguren la regeneración natural de su vegetación (González y García, 1998).

Por lo anterior la disponibilidad de agua es un factor limitante en el desarrollo de la


ribera, especialmente en las zonas semiáridas, incluso el mantenimiento de
caudales mínimos inadecuados en estas zonas tiene consecuencias más graves
que en regiones húmedas, y podría ocasionar cambios drásticos en la comunidad
vegetal, favoreciendo la dominancia de especies adaptadas a menor humedad que
invaden la ribera (González y García, 1998).

En conclusión el restablecimiento de los cauces y la disminución de su


perturbación es fundamental por la gran cantidad de bienes y servicios que aporta
tanto a los seres humanos como los demás organismos y es fundamental para el
desarrollo de los bosques de galería, que son muy diversos y ofrecen hábitat y
alimento a muchas especies animales. Además juegan un rol muy importante en la
conectividad de los paisajes naturales, cumpliendo el papel de corredor biológico
natural, lo que dinamiza los ecosistemas de la zona y promueve los procesos de
regeneración y sostenibilidad.

2.8.2. Bióticas

1. Crecimiento demográfico de Attalea butyracea (Mutis ex L. f.) Wess. Boer: por


observaciones directas del bosque de la reserva, se ha notado que donde
predomina la palma de vino los procesos de regeneración están detenidos o muy
35
lentos en comparación con los lugares donde no domina. Se ha planteado que
esto sucede debido a la acumulación de hojas caídas de la palma en el
sotobosque, que impiden la llegada de semillas de otras especies al suelo o su
germinación y aquellas que logran germinar son aplastadas por las hojas,
matándolas o impidiendo su desarrollo. Además, la predominancia de esta palma
en el dosel impide la entrada de luz, generando condiciones muy pronunciadas de
sombra lo que se piensa que puede afectar el desarrollo de otras especies.

Uribe et al (2001) en un estudio en Las Brisas, Sucre, encontró que había mayor
densidad poblacional de Attalea butyracea en zonas altamente perturbadas (con
tala, quema, agricultura y ganadería) y en estadios sucesionales intermedios, al
comparar las densidades y estructuras poblacionales de dos sitios, uno altamente
perturbado y otro menos perturbado, y entre estadios sucesionales. Mientras que
en los estadios más conservados y en zonas menos perturbadas la densidad era
muy baja en todas las clases de edad de la palma.

Uribe et al (2001) pensaron que las condiciones de los sitios perturbados


propiciaban la dispersión y germinación de las semillas de la palma, e incluso que
los ciclos de siembra y cosecha ayudaban al establecimiento de sus plántulas.
Según ellos, esto se debe a aspectos de la biología y ecología de Attalea
butyracea, tales como características físicas de la semilla y de su dispersión, que
le permiten resistir las perturbaciones y colonizar nuevos espacios, y además a los
requerimientos lumínicos en su desarrollo, lo que le permite aprovechar la apertura
de claros durante su desarrollo y alcanzar así su estado adulto.

2. Poblaciones de Búfalos cimarrones y de Bovinos: dentro de la reserva se


encuentra una población de búfalos cimarrones, los cuales hacían parte de la
producción ganadera, pero se escaparon y actualmente se están reproduciendo.
De acuerdo a observaciones del personal de la reserva, los búfalos han estado
erosionando los fragmentos de bosque, tumbando arboles de un tamaño
considerable, aplastando y comiéndose las plántulas y agudizando el
sobrepastoreo y la compactación del suelo en las zonas de conservación de la
reserva.
36
3. Alta densidad de lianas: las lianas son componentes importantes del dosel de
muchos bosques, particularmente en el trópico (Perez-Salicrup, 2001).
Usualmente representan entre el 2-4% de la biomasa leñosa de arboles y entre el
30-60% de las especies (Terceros, 2005) y pueden alcanzar el 20-30 % del follaje
del dosel (Perez-Salicrup, 2001). En Sanguaré, de acuerdo a observaciones en
campo, hemos notado que hay una alta densidad de lianas, especialmente de la
especie Phryganocidia corymbosa o Catabre, que a menudo cubre todo el
sotobosque e incluso llega hasta el dosel, alcanzando diámetros mayores a 10 cm
de DAP.

A menudo es común verlas dominando diferentes coberturas vegetales que van a


ser restauradas. Incluso se ha notado que en varias de estas coberturas parece
que ejercieran una fuerte influencia sobre la regeneración, lo cual podría estar
desviando la trayectoria ecológica del bosque. Los bejucos una vez establecidos
pueden persistir en el sotobosque incluso después de que el dosel se haya
cerrado, llegando a mantenerse por varias décadas o más, cubriendo totalmente
un área e impidiendo la sucesión vegetal (Terceros, 2005).

Las lianas pueden influenciar las tasas de crecimiento y mortalidad de los arboles
por lo menos de 5 maneras: (1) compitiendo con los arboles por luz, así
enlenteciendo el crecimiento de los arboles, (2) incrementando la tasa de
mortalidad de los arboles por el peso que producen en sus coronas e
incrementando la tensión mecánica sobre el tallo y las raíces, (3) incrementando el
número y tamaño de árboles derribados cuando las lianas los sobrecargan, (4)
enlenteciendo las tasas de crecimiento en altura de los arboles jóvenes en los
claros por la combinación de los efectos de la sombra y el daño mecánico que
producen (5) y atando los árboles e incrementando su estabilidad a nivel individual
(Putz, 1984). Por ejemplo, Putz (1984) encontró que el área basal de Luehea
seemannii disminuía con el incremento de lianas sobre sus individuos y que las
lianas parece que incrementan la probabilidad de que sus hospederos se caigan
debido a la sombra y el peso que les genera.

37
Además, según Perez-Salicrup (2001), la estructura del dosel afecta el piso del
bosque donde crecen las plántulas de arboles y es posible que la presencia de
lianas en el dosel afecte la regeneración de arboles a través de varios de los
efectos mencionados, tal como lo constato él mismo al hacer un experimento
donde cortaba las lianas de pequeñas parcelas experimentales y las comparaba
con otras parcelas sin intervenir, concluyendo que estas dificultan el crecimiento
de las plántulas de arboles, pero no la supervivencia, de diferentes maneras y así
la capacidad de las especies arbóreas para regenerarse.

Además, parece que el corte de lianas en bosques secos puede aumentar la


producción de frutos y el crecimiento de los árboles y esto puede estar relacionado
con la competencia por agua de las lianas con los árboles, como se determino en
varios estudios, debido a que las primeras son buenas conductores de agua por
sus grandes vasos, por lo que al liberarse esa competencia, queda mas agua
disponible para los arboles, los cuales la utilizan eficientemente sin la presencia de
lianas (Perez-Salicrup, 1997).

4. Aprovechamiento no autorizado de PFNM por las comunidades: Actualmente


en Sanguaré, numerosos pobladores de la zona ingresan a la reserva a extraer
frutos, cortezas, hojas de palma y de otras especies, obtienen palmito y vino de la
fermentación del líquido conseguido del meristemo de la palma, entre otros. De la
misma forma la reserva hace aprovechamiento de estos recursos para la
elaboración de recetas culinarias ofrecidas en el menú del eco-hotel El Golfo,
Buceo y Verano.

Aun que no se tiene claro cuál es impacto que puede estar causando la
explotación de estos recursos sobre las poblaciones de las especies
aprovechadas, ni sobre las comunidades y los ecosistemas, es necesario tener en
cuenta que podría estar afectándolos y es pertinente hacer estudios y
metodologías de manejo sobre su aprovechamiento, de tal manera que el impacto
se reduzca al mínimo.

38
La promoción de la extracción comercial de los PFNM ha jugado un importante
papel en muchos proyectos de conservación y desarrollo, basados en el supuesto
que soportan la producción y el comercio y ayudan a mejorar las condiciones de
vida, sin comprometer el ambiente, disminuyendo la tala y el pastoreo (López,
2008; Ticktin, 2004). Sin embargo, según las perspectivas de aprovechamiento
que hoy presentan, los PFNM pueden ocasionar su sobreutilización o
sobrexplotación, conllevando a una declinación de las poblaciones nativas con
fuertes implicaciones ecológicas y económicas (López, 2008). Esta
sobrexplotación podría afectar la fisiología y tasas vitales de los individuos,
cambiar los patrones demográficos y genéticos de las poblaciones y alterar los
procesos a nivel de comunidades y ecosistemas (Ticktin, 2004). Además, la
demanda y el consumo de diversos productos del bosque vienen provocando su
agotamiento a un ritmo alarmante, siendo una de las causas subyacentes de la
pérdida de biodiversidad (López, 2008).

Siguiendo esta línea, entonces se pueden identificar dos clases de impactos


ecológicos originados en el aprovechamiento y manejo del recurso biológico: (1)
impactos sobre las especies en sí, con los efectos sobre tamaño de población,
distribución y composición genética de la población (2) e Impactos sobre el
ecosistema (López, 2008; Hiremath, 2004).

A nivel de poblaciones, principalmente altera las tasas de supervivencia,


crecimiento y reproducción de los individuos aprovechados y estos cambios
pueden afectar la estructura y dinámica poblacional, sin embargo, los efectos son
muy variables entre poblaciones, además pueden variar de acuerdo a la parte
aprovechada de la planta, a condiciones ambientales, al método de
aprovechamiento, al manejo y al uso de la tierra (Ticktin, 2004). Estos efectos
pueden llevar a que las poblaciones sean incapaces de regenerarse a largo plazo,
lo que provocaría la desaparición de las especies sobrexplotadas sin ningún tipo
de manejo, lo que finalmente afectaría la dinámica de la comunidad y el
ecosistema.

39
A nivel de comunidades y ecosistemas el aprovechamiento de ciertos PFNM
puede causar su degradación de varias maneras (Hiremath, 2004). La mayoría de
frutos colectados para la venta son comidos por mamíferos y aves (López, 2008;
Ticktin, 2004), y aun que el efecto del aprovechamiento de frutos, semillas y flores
es todavía desconocido, algunos estudios muestran como el aprovechamiento y
las plantaciones pueden afectar negativamente la composición y diversidad de las
comunidades de aves, y es posible que las de primates, que son importantes
dispersores y predadores que compiten con los humanos por el aprovechamiento,
pero también cabe aclarar que el efecto sobre ellos tampoco se ha examinado
(Ticktin, 2004). Como consecuencia las frutas, semillas o flores aprovechadas
condicionan la presencia y abundancia de frugívoros y granívoros (López, 2008).
Esto afecta algunos procesos ecológicos tales como dispersión de semillas e
incluso predación, que ayudan al mantenimiento de la diversidad, entre otros.
Otros estudios muestran que el aprovechamiento de PFNM puede incrementar la
susceptibilidad de las plantas aprovechadas al ataque de herbívoros y hacer más
susceptibles las poblaciones a patógenos (Ticktin, 2004).

Entonces, el aprovechamiento de PFNM puede alterar la estructura, composición


diversidad y regeneración del bosque. Por ejemplo en bosques secos deciduos de
la india con alta intensidad de aprovechamiento hay baja riqueza de especies,
área basal, baja mortalidad de arboles, bajo número de individuos en las clases de
tamaño comparado con áreas de bosque con baja intensidad de aprovechamiento,
además tienen una alta proporción de plantas en el sotobosque dispersadas por
viento en relación a las dispersadas por animales, lo que sugiere un cambio en la
composición del bosque a largo plazo (Ticktin, 2004).

Otros ejemplos muestran que el aprovechamiento de PFNM puede causar la


disminución de nutrientes por la extracción de grandes cantidades de partes de
plantas muy ricas en nutrientes (Hiremath, 2004) o causar la erosión del suelo
resultado de la sobrexplotación de plantas que ayudan a estabilizarlo (Hiremath,
2004; Ticktin, 2004).

40
5. Cacería ilegal de fauna silvestre: Para muchos humanos, las especies salvajes
no son únicamente fuente de alimento sino que también sirve para una variedad
de otros propósitos, como por ejemplo comercio, incluyendo exportación e
importación, y ritos mágico-religiosos y medicina tradicional (Redford y Robinson,
1991), pero cabe resaltar que en al menos 62 países, la caza, incluyendo la de
peces, contribuye aproximadamente con un 20% de la proteína animal de la dieta
de las personas (Zapata, 2001; Redford y Robinson, 1991). Sin embargo, los
conservacionistas se han dado cuenta que las principales amenazas para la vida
salvaje en América Latina son la perdida de bosque prístino y su aprovechamiento
no regulado, principalmente para propósitos comerciales (Shaw, 1991). Por
ejemplo, en un estudio en el amazonia peruana sobre la sustentabilidad de la
cacería en cuatro comunidades Quichuas, se concluyo que la caza de 12 de 15
especies era insostenible y que la cacería estaba generando un impacto negativo
sobre las poblaciones de mamíferos, por lo tanto dichas especies eran vulnerables
a la extinción (Zapata, 2001).

En sanguaré algunos de los cazadores de la zona ingresan a la reserva tanto en la


noche como en el día para hacer cacería ilegal, principalmente de chigüiros y
venados, entre otros como tortugas, ñeque y liebres silvestres. También ponen
trasmallos en las desembocaduras de los arroyos a la laguna El Eneal capturando
grandes cantidades de peces. Esto con diferentes fines, desde el comercial hasta
la caza de subsistencia (Álvaro Roldan com. persona). Sin embargo, no se tienen
datos sobre la sustentabilidad de la caza en la reserva y no se sabe exactamente
si las poblaciones de los animales cazados están siendo sobrexplotadas,
sobrepasando sus tasas de producción. No obstante, es pertinente disminuir la
caza hasta niveles mínimos, de tal manera que no se afecten los procesos de
dispersión y depredación, evitando que la dinámica del bosque se vea afectada.
La insuficiente dispersión de semillas es un factor principal que impide la
regeneración de bosque secundario tropical en muchos sitios neotropicales
(Hooper et al., 2004).

Las plantas tropicales tienen una gran variedad de adaptaciones para dispersar
sus semillas con el fin de: (1) escapar de los depredadores y de los patógenos que
41
pueblan el árbol progenitor; (2) colonizar sitios más favorables para la germinación
y el establecimiento de plántulas; (3) efectuar una dispersión lo más directa
posible, garantizándole a las semillas la llegada a sitios favorables (Dalling, 2002).
Este proceso puede ser facilitado por vectores tales como aves, mamíferos o
incluso peces, que pueden dispersar las semillas lo más lejos posible del árbol
progenitor, donde las probabilidades de supervivencia son mayores, y esto tiene
un efecto directo sobre los patrones de distribución espacial de las plantas
(Dalling, 2002). Por otro lado, los dispersores también juegan un papel importante
en la dispersión secundaria, es decir, la trayectoria que siguen las semillas
después de llegar al suelo, que también incide en el patrón de distribución espacial
de las plantas, pues por ejemplo, varios mamíferos entierran las semillas y luego
germinan (Dalling, 2002).

En cuanto al papel de la predacion, según Janzen (1970) y Connell (1971), en


Asquith (2002), los enemigos naturales de una especie arbórea son en gran parte
responsables de que los bosques tropicales sean tan diversos, es decir, cada árbol
en estado reproductivo se encuentra rodeado por un área considerada critica, en
la cual las probabilidades de reproducción son muy bajas y la mortalidad de las
semillas y plántulas son muy altas por la acción de predadores y patógenos tales
como mamíferos. Dada la baja probabilidad de reclutamiento que tienen los
individuos de la especie de este árbol progenitor, los individuos de otras especies
tienen mayor probabilidad de establecerse en esta área, lo que genera que el
número de especies sea relativamente alto.

También existen plantas que dependen de un solo animal para su dispersión, tal
como Calvaria major que necesitaba del tracto digestivo del Dodo para romper la
dormancia y por esta razón cuando el Dodo se extinguió la planta se extinguió.
Así, las plantas que dependen de animales para transportar sus semillas son
susceptibles de que su dispersión falle cuando el dispersor se vuelve raro o extinto
y la interrupción de ese mutualismo puede traer graves consecuencias en el
mantenimiento de las poblaciones de plantas (Chimera, 2004).

42
Entonces un régimen modificado de dispersión de semillas debido a la perdida de
agentes dispersores nativos se esperaría que influencie la estructura y
composición del bosque seco en el tiempo (Chimera, 2004) y este régimen se
puede afectar por la pérdida de agentes dispersores, tal como sucede en la
reserva por la caza indiscriminada. Además, muchos estudios han indicado que la
falta de dispersores de semillas, particularmente animales, es uno de los
principales limitantes de la recuperación del bosque tropical en grandes áreas
perturbadas, pues para su recuperación es necesario que ocurran varios procesos,
incluyendo la dispersión de semillas, ya que por ejemplo la recuperación de
pastizales abandonados generalmente es dependiente de la dispersión de
especies del bosque tropical, porque muchas de sus semillas son de muy corta
duración y no están presentes en el banco (Holl et al., 2000). Y cabe resaltar que
la recuperación de la composición de especies de bosque maduro sobre sitios
usados intensamente puede ser muy lenta, ya que este uso intensivo elimina la
regeneración de arboles del banco de semillas y el rebrote de raíces, dejando a la
dispersión de semillas como un mecanismo critico para la regeneración del bosque
(Hooper et al., 2004)

Todo esto sumado a que la dispersión de semillas también se limita por que la
mayoría de los frugívoros no viajan a través de áreas abiertas grandes y aquellos
dispersores que lo hacen raramente se aventuran a ir más lejos del borde del
bosque (Hooper et al., 2004). Por ejemplo, los primates neotropicales son
arbóreos y a menudo son incapaces de cruzar áreas sin bosque, además que
resultan en densidad poblacionales bajas y a menudo son sometidos a la
persecución directa de los humanos (Michalski y Peres, 2005). Es decir, sumado a
la caza y su efecto sobre las poblaciones de animales dispersores, los pocos que
sobreviven o no se ven gravemente afectados, pueden tener limitaciones en el
comportamiento como dispersores en áreas fragmentadas, como los mosaicos
agrícolas como Sanguaré.

43
2.8.3. Del paisaje

1. Baja conectividad y diversidad de especies vegetales del ecosistema


restaurar: el bosque seco de la reserva es un ecosistema que se encuentra
inmerso en una matriz agrícola y por ende, dada la vocación sus terrenos por
años, ha sido impactado fuertemente, lo que ha resultado en que hoy no se
encuentre conectado con ningún sistema forestal de la zona. Cabe resaltar que la
mayoría de bosques que antes existieron en la región ya no existen o son
fragmentos muy pequeños y aislados, de los cuales ninguno se encuentra cerca
de la reserva.

La fragmentación tiene dos componentes esenciales: la reducción del área total de


hábitat disponible y el fraccionamiento del área remanente en parches aislados y
estas son las principales causas de la crisis actual de la biodiversidad y la
extinción de especies (CCAD-UNDP/GEF, 2002). Como lo señala Collinge (1996),
uno de los resultados de la fragmentación es que las poblaciones de plantas y
animales que se encuentran en los remanentes del ecosistema degradado
también son subdivididas y reducidas, lo que podría excluir ciertas especies del
ecosistema inmediatamente o incrementar su probabilidad de extinción.

Por otro lado, la fragmentación del bosque aumenta la proporción borde - interior y
el tamaño del borde de los fragmentos con relación al hábitat que lo rodea (Young,
1999; Collinge 1996), lo que lleva a que los remanentes del bosque se expongan a
la alteración del ambiente físico, tal como mayor exposición a la luz y
consecuentemente aumento de la temperatura, disminución de la humedad
relativa en el borde y aumento de la velocidad del viento, lo que podría alterar la
comunidad de plantas y animales (Collinge, 1996).

Asociados a los cambios ambientales se encuentran los cambios en la estructura y


composición en la comunidad de plantas, pues en el borde, como se ha
encontrado en algunos estudios, podría incrementar la densidad de especies
pioneras y de arbustos (Collinge, 1996). Esto favorece especialmente malezas a
expensas de especies más raras y especializadas del interior (Young, 1999), lo
que finalmente podría resultar en un cambio eventual en la composición de la

44
especies del interior debido a la dispersión de semillas desde el borde hacia el
interior, reemplazando especies del interior tolerantes a la sombra por especies del
borde (Collinge, 1996).

Otra consecuencia de la fragmentación es la disminución del área del bosque al


ser dividido en remanentes. La consecuencia de esto es el aumento del borde con
respecto al tamaño del interior de bosque, es decir, entre más pequeño sea el
remanente mayor es la proporción del interior de bosque, llegando a haber
remanentes que son completamente hábitat de borde (Collinge, 1996). Además,
según varios estudios de fragmentación, la reducción de área lleva a la
disminución en la riqueza de especies del remanente, debido a la disminución en
el tamaño poblacional de algunas especies (Collinge, 1996).

Sumado a todo esto, el hecho de que el fragmento de bosque seco de Sanguaré


no tenga ninguna conexión con otros bosques secos mas conservados o
igualmente conservados, evita el movimiento de plantas y animales entre
fragmentos, lo que permitiría que mas especies existieran o que las poblaciones
persistieran mucho más tiempo de lo esperado, manteniendo atributos de hábitats
continuos y soportando mas diversidad biológica (Collinge, 1996). Esta podría ser
una de las razones por las cuales el bosque seco de Sanguaré tiene baja
diversidad de especies vegetales, pues la conectividad es el factor principal de
cómo el paisaje facilita o realiza difíciles movimientos o flujos entre parches de
hábitat o ecosistemas (CCAD-UNDP/GEF, 2002). Además, la fragmentación
también reduce el tamaño de las poblaciones de animales y la composición de la
comunidad, lo que afecta la diversidad de plantas del bosque, ya que estos
dispersan y polinizan flores entonces resultan críticos para la reproducción de
muchas especies de árboles (Asquith, 2002). Para más profundidad ver la sección
7.2, sub-sección 4.

Por estas razones, en este tipo de mosaicos es necesario mantener y restaurar


superficies adecuadas de diversidad de ecosistemas nativos y su conectividad, es
necesario favorecer conexiones a través del paisaje, restaurando o protegiendo los
ecosistemas ribereños que conectan fragmentos y permiten el movimiento y
colonización de especies (CCAD-UNDP/GEF, 2002).
45
3. ESTRUCTURA Y COMPSICION DEL BOSQUE SECO TROPICAL (Bs-t) DE LA
RESERVA SANGUARÈ

3.1. INTRODUCCIÓN

En Colombia el Bosque Seco Tropical es considerado uno de los ecosistemas más


degradados, fragmentados y menos conocidos. Son pocos los lugares donde existen
inventarios completos, sólo se han realizado inventarios de pocos grupos y existe
reducida información de historia natural y dinámica del bosque (IAvH, 1998). Muchas
revisiones discuten en detalle la definición, ecología y biología del bosque seco tropical
(Pennignton et al., 2009), pero en Colombia, en total, solo se registran 73 estudios
publicados concernientes a este ecosistema, entre los cuales la mayoría se concentran en
la región Caribe, con 50 publicaciones e información cartográfica referente a la cobertura
vegetal, predominando los estudios florísticos y de aves (IAvH, 1998).

Se ha determinado que son muy pocos los remanentes existentes de Bosque seco
tropical en Colombia que presentan condiciones relictuales, que en estructura y
composición de especies sean semejantes a las condiciones originales de este hábitat. La
región Caribe, por ejemplo, una de las que tenia mayor cobertura de bosque seco tropical,
ha sido transformada y actualmente corresponde a etapas sucesionales secundarias que
muestran características de vegetación sub-xerofítica (IAvH, 1998). Este proceso de
transformación ha llevado a que estudios sobre la diversidad biológica de este ecosistema
sean de gran valor, sobre todo en términos de la conservación y la restauración, sumado
a que es un ecosistema con gran biodiversidad, lo que se ve reflejado en los bosques
secundarios hoy existentes de esta zona de vida.

En otras palabras, el bosque seco en invierno podría parecer uniformemente verde, pero
en la estación seca cambia hacia un mosaico de diez tipos de hábitat distinguidos por las
tasas de sequia diferencial de los diferentes suelos y la exposición solar, diferentes

46
edades de la sucesión y diferentes tipos de vegetación (Janzen, 1988) lo que refleja en
parte la diversidad que podría albergar.

En general, los bosques secos tropicales presentan la mitad o un tercio del total de las
especies de plantas que los bosques húmedos y muy húmedos tropicales (Janzen, 1988;
Murphy y Lugo, 1986), con marcadas excepciones como son las familias Cactaceae,
Capparidaceae y Zygophyllaceae (IAvH, 1998). Sin embargo, tiene una alta diversidad β,
grandes cambios taxonómicos con la distancia, tanto a nivel de especies como de familia.

No obstante de la alta diversidad β, quizá existe una integridad filogenética en los


elementos florísticos del bosque seco neotropical y ya se han caracterizado en algunas
regiones cuales son los mas representativos y comunes de este ecosistemas (Pennignton
et al., 2009). Sin embargo, cada remanente de Bosque Seco Tropical en la región Caribe
colombiana presenta grupos y ensamblajes de especies particulares y en las unidades de
conservación existentes en bosque seco no están representadas la totalidad de las
especies típicas de este ecosistema (IAvH, 1998), lo que le confiere gran importancia a
cada remanente existente, si se busca conservar una muestra representativa de este en
Colombia.

Sumado a la riqueza florística, estructuralmente los bosques secos son muy diferentes a
los bosques húmedos. En el bosque seco la altura promedio del dosel es cerca del 50% y
el área basal el 30 al 75% del bosque húmedo, además mientras los bosques húmedos
tienen tres o más estratos del dosel el bosque seco tiene solo uno (Murphy y Lugo, 1986).
Éste posee un dosel continuo, pero sus árboles se vuelven muy quebradizos con lluvias
anuales de 500 mm o incluso menos (Pennignton et al., 2009). Además, El índice de área
foliar del bosque seco es la mitad del valor del bosque húmedo y la cobertura vegetal
terrestre es más alta en el bosque seco (Murphy y Lugo, 1986).

Dada su vasta riqueza, diversidad y bajo estado de conservación, sumado a que es un


ecosistema con características únicas tanto a nivel estructural como de composición, es
de vital importancia emprender iniciativas de conservación y restauración del bosque
seco. Para que estas iniciativas sean efectivas se vuelve fundamental el estudio de los
estadios de crecimiento secundario, que es fundamental para el entendimiento de la
47
dinámica de la pérdida del bosque y su recuperación (Ruiz y Fandiño, 2009). Sin
embargo, según Ceccon (2011) en 1995 se afirmaba que no existía todavía una teoría de
dinámica de claros y el papel de los diferentes gremios de especies en la sucesión de los
bosques secos tropicales, e incluso más recientemente, la investigación en términos de
sucesión secundaria de estos bosques todavía se encuentra en términos de teoría, muy
lejos de la que existe para los bosques húmedos tropicales.

La importancia de entender la dinámica sucesional y de regeneración de los bosques


secos, en el contexto de la restauración, radica en la importancia de poder predecir cómo
se comportara el bosque con determinada intervención, definir cómo enriquecerlo y
recuperarlo funcionalmente, detectar barreras de restauración y listas de especies para el
enriquecimiento del bosque, de tal forma que se pueda restablecer la trayectoria ecológica
deseada con base en ecosistemas de referencia. Por ejemplo, Ceccon (2011) encontró
que el reclutamiento de plántulas en bosques secos tropicales es bastante alto, pero la
mortalidad también es muy alta comparada con los bosques húmedos, lo que sugiere que
la restauración por siembra directa de semillas, que es considerado más económico que
la producción de plántulas, puede fácilmente resultar en fracaso, por lo que en proyectos
a gran escala, para restaurar por siembra directa de semillas, el número de semillas
tendría que ser extremadamente alto, lo que implicaría un trabajo exhaustivo de colecta y
aún existiría el riesgo de fracaso.

Por otro lado, la estructura de un bosque puede llegar a mostrarnos el comportamiento de


la regeneración y estos datos se pueden usar para interpretar sus patrones. Por ejemplo,
una estructura vegetal caracterizada por la presencia de suficientes plántulas, juveniles y
adultos, indica una regeneración exitosa de especies de bosque y la presencia de
juveniles bajo arboles adultos indica la composición futura de la comunidad, además de
que las curvas de distribución de abundancia pueden ser la base para desarrollar
estrategias para alcanzar el estado deseado de composición y clases de tamaño (Sagar y
Singh, 2005).

Tomando en consideración lo anterior, se pretende monitorear el bosque de la reserva


Sanguaré a largo plazo para determinar su dinámica de regeneración. Este primer
muestreo se constituye en el primer monitoreo, con el cual determinamos la composición,
48
estructura y diversidad del bosque para empezar a apoyar la planeación de su
restauración. Teniendo esta información como base preliminar del estado del bosque, si
se compara con otros bosques de la misma zona de vida y la misma historia evolutiva, se
determinará su estado de conservación y se sugerirán listas de especies para
enriquecerlo. Entonces, con este primer monitoreo y con los que se realizaran
posteriormente, mas la información ambiental y la información de los demás grupos de
organismos, se comenzará a delinear una estrategia de restauración con manejo
adaptativo, teniendo como base la información del proceso de regeneración.

3.2. METODOLOGÍA

Se estableció una parcela permanente en la zona más conservada del remanente de


bosque seco de la reserva, localizada con ayuda de mapas. Se estableció siguiendo la
metodología de RAINFOR en Field Manual for plot establishment and remeasurement
(Phillips et al., 2008), la cual se describirá a continuación:

Establecimiento:

Se estableció una parcela cuadrada de 1 ha (100 x 100 m), pues esta área permite que
los eventos típicos de caídas de árboles o que la formación de claros no afecte toda la
estructura de las parcelas y que sean lo suficientemente pequeñas como para muestrear
un solo tipo de suelo (Phillips et al., 2008). Cada parcela se subdividió en 25 cuadrantes
de 20 x 20 metros, para hacer la medición de variables y los respectivos muestreos,
delimitados con hilo de polipropileno (Ver figura 1).

Adicionalmente se estableció una sub-parcela de 40 x 40 m, eligiendo 4 cuadrantes de la


parcela de 20 x 20 m aleatoriamente. Cada uno de los cuadrantes subdividido en
cuadrantes de 10 x 10 m, se subdividió a su vez en sub-cuadrantes de 5 x 5 m para hacer
la medición de variables y los respectivos muestreos. Cada división fue delimitada con hilo
de polipropileno.

El establecimiento y delimitación se hizo usando una brújula de nivel, un clinómetro,


jalones y cinta métrica para formar la red de sub-parcelas de 10 x 10 m (100 sub-
49
parcelas), delimitadas por tubos de PVC en los vértices, marcados de acuerdo con el
sistema cartesiano de coordenadas. A la parcela se le registro el azimut de la línea
madre.

Monitoreo:

Dentro de cada cuadrante, los árboles y arbustos con un DAP ≥10 cm, que tuvieron más
del 50% de sus raíces dentro de la parcela, se marcaron con una placa de aluminio
numerada a una altura de 1.80 m para evitar afectar el punto de medición del CAP. Para
las lianas, se marcaron aquellas que tuvieron más del 50% de sus raíces dentro de la
parcela y un diámetro≥10 cm entre 0 m y 2.5 m a lo largo del tallo, siendo 0 m el punto de
enraizamiento. Estas últimas se marcaron 50 cm arriba del punto de medición del CAP.

A los arboles con múltiples tallos se les marcaron todos los tallos que tuvieron un DAP≥10
cm y a las lianas que se ramificaban antes de 2.5 m a lo largo del tallo, se les marcaron
cada una de las ramas que tuvieron un diámetro ≥10 cm dentro de esa longitud. Para esta
actividad se usaron martillos, clavos, alambre de cobre, placas de aluminio, metro y
marcadores indelebles.

A cada árbol se le pinto una línea con pintura asfáltica a 1.30 m desde el suelo para fijar
su punto de medición del CAP y a las lianas se le pintaron dos líneas sobre el tallo,
igualmente, para fijar sus puntos de medición del CAP, a 1.30 m desde el punto de
enraizamiento y en el punto más ancho entre 0 m y 2.5 m, siendo 0 m el punto de
enraizamiento. Para esta actividad se usaron brochas, pintura asfáltica, disolvente y tizas
blancas.

A las plantas leñosas marcadas se les midió el CAP en los puntos marcados con la
pintura, a los árboles y arbustos en un solo punto y a las lianas en dos puntos. Las
medidas se consignaron en los respectivos formularios, en los cuales se anoto la familia y
la especie de la planta, el nombre común (cuando sea posible), la altura, el habito de
crecimiento, el número del individuo, el número del cuadrante en el que se encontraba, el
código vivo que le perteneció y las observaciones pertinentes (Ver Anexo 1). Para la
medición del CAP se limpiaron y eliminaron los excesos de corteza muerta, musgos,
50
líquenes y se separaron las lianas del tronco de los individuos en el sitio donde se midió el
CAP o el diámetro. Para esta actividad se emplearon estropajos, guantes de carnaza y
tijeras podadoras.

Cuando se presento alguna deformidad en el punto de medida o cuando la presencia de


las raíces tablares sobrepasaron 1.30 m de altura, se estableció un nuevo POM (punto de
medida) 50 cm mas arriba de la deformidad, donde el tallo era más uniforme. La altura de
cada POM nuevo fue registrada en los formularios respectivos.

En sub-parcela de 0.16 ha (40 m x 40 m) se medio la regeneración natural. Todos los


arboles y lianas que tuvieron más del 50% de las raíces dentro de la sub-parcela, con un
DAP≥1 cm para los arboles y para las lianas un diámetro≥1 cm entre 0 m y 2.5 m a lo
largo del tallo, siendo 0 m el punto de enraizamiento, se marcaron con una placa de
aluminio numerada. A los arboles con múltiples tallos se les marcaron todos aquellos que
tuvieron un DAP≥1 cm y a las lianas que se ramificaban antes de 2.5 m a lo largo del tallo,
se les marco cada una de las ramas que tuvieron un diámetro≥1 cm dentro de esa
longitud.

A cada árbol se le pinto una línea con pintura asfáltica a 1.30 m de altura desde el suelo
para fijar su POM y para las lianas en dos puntos sobre el tallo, a 1.30 m desde el punto
de enraizamiento y en el punto más ancho entre 0 m y 2.5 m, siendo 0 m el punto de
enraizamiento. Para esta actividad se usaron los mismos instrumentos y materiales usado
en la parcela de 1 ha.

A las plantas leñosas marcadas se les midió el CAP en los puntos marcados con la
pintura. Cada medida se consigno en los respectivos formularios de la misma forma como
se hizo para la parcela de 1 ha. Cuando se presento alguna deformidad en el punto de
medida o cuando la presencia de las raíces tablares sobrepasaron 1.30 m de altura, se
realizo el mismo procedimiento llevado a cabo en la parcela para dichas excepciones.

A cada planta, tanto en la parcela como en la sub-parcela se le asigno un código, una


letra que determina su estado llamado “Código Vivo”, lo cual permitió tener datos sobre el
estado de cada individuo dentro de la parcela y poderles hacer un seguimiento más
51
detallado (Para mayor información ver Anexo 3). Esto posibilito hacer estimaciones acerca
del estado de los individuos. Esta información se consigno en los respectivos formularios
como se menciono anteriormente.

Procesamiento e identificación de las muestras botánicas:

Se colectaron muestras de cada individuo censado y medido y posteriormente se secaron


al horno. Estas fueron identificadas con la ayuda de claves taxonómicas, guías de campo,
la asesoría de botánicos especialistas y por comparación con especímenes del herbario
de la Universidad de Antioquia (HUA). Además, se genero una colección de referencia
única dentro del herbario HUA. Para la toma de muestras botánicas se utilizaron tijeras y
corta ramas.

La mayoría de los individuos en la sub-parcela fueron identificados hasta especie excepto


por 8 individuos de la familia Myrtaceae, un individuos del genero Ouratea, 5 individuos
del genero Inga, 150 individuos del genero Cupania, 6 individuos del genero Chomelia,
22 individuos del genero Allophylus y 16 individuos, entre lianas y arboles, que no fue
posible colectarlos debido a que se encontraban defoliados o la muestra no era de fácil
consecución debido a la altura del planta. Para la parcela de 1 ha solo fueron 2
individuos del genero Allophylus, 33 individuos del genero Cupania y 6 individuos que no
fue posible colectarlos, entre lianas y arboles.

Mapeo:

Se mapearon todos los arboles en cada una de las parcelas trazadas, en formularios
especialmente diseñados para esto (anexo 2), con el fin de poder hacer en el futuro
análisis de distribución de las especies dentro de la parcela y para poder encontrar más
fácilmente los arboles en una posterior remedición.

Análisis de Datos

Se realizaron bases de datos en Excel con las características observadas en campo de


cada individuo, su DAP, su nombre científico y su nombre común. Con la información de
52
las bases de datos se realizaron curvas de distribución de individuos entre las familias,
entre las especies y entre las categorías diamétricas, para observar patrones asociados a
la estructura de la comunidad, basados en abundancia y composición, de tal manera que
las curvas se conviertan en la base fundamental para el seguimiento de la comunidad y
sus cambios en estructura, composición y diversidad a largo plazo.

También se determino la composición, la riqueza especifica, la riqueza de géneros y de


familias y la proporción y abundancia de hábitos dentro de la parcela. Se estimo el área
basal total de la parcela, por especie y por familia con base en el diámetro estimado para
cada individuo censado, de acuerdo a la siguiente ecuación:

AB= π/4(d)2

Donde,

AB: área basal


D: diámetro del tronco a la altura del pecho.

También se estimaron los siguientes índices de diversidad:

Riqueza específica: se estimo la riqueza de especies por parcela, siguiendo la siguiente


formula:

R= # especies / área muestreada

Diversidad alfa: para estimar la diversidad alfa se usaron el índice de Shannon y el índice
de Simpson:

Índice de Simpson (λ): es un índice de dominancia ya que se encuentra fuertemente


influenciado por las especies más dominantes. Es una medida del grado de concentración
de los individuos (Villarreal et al. 2006), es decir, muestra la probabilidad de que dos

53
individuos sacados al azar de una muestra correspondan a la misma especie (Villareal et
al. 2006). El índice se define como:

λ = 1-D

Donde,

( − )
D = Σ[ ]
(N − )

Donde,

ni = número de individuos de la i- esima especie


N = número total de individuos de la muestra

Índice de Shannon (H’): es un índice de equidad que se ve fuertemente influenciado por


las especies más abundantes. Asume que todas las especies están representadas en las
muestras, indicando qué tan uniformes están representadas (en abundancia), teniendo en
cuenta todas las especies muestreadas (Villarreal et al, 2006).

´=−∑ ln ∑ =1

Donde,

Pi = abundancia proporcional de la especie i, lo cual implica obtener el número de


individuos de la especie i dividido entre el número total de individuos de la muestra.

Especies de interés en conservación: Adicionalmente, se determino cuales de las


especies están reportadas en los libros rojos de la UICN, cuáles son las especies más
abundantes y cuales las especies más raras en cada parcela y para ambas parcelas,

54
como una base para obtener una lista de las especies mas vulnerables o importantes para
su conservación o para la conservación del bosque seco.

3.3. RESULTADOS

Resultado del muestreo de 906 individuos, en el estudio se registraron 52 especies


pertenecientes a 48 géneros que corresponden a 30 familias de plantas vasculares.
Todas las especies son nativas según la base de datos del herbario de la Universidad de
Antioquia HUA, del herbario Nacional Colombiano y del MOBOT (2011) y no se reporto
ninguna especie invasora según el listado de plantas introducidas para Colombia arrojado
por el análisis de Cárdenas D. et al. (2010).

A partir de las colecciones hechas en campo se generaron 54 registros de herbario, un


espécimen por especie reportada durante el estudio, depositadas en el herbario de la
Universidad de Antioquia HUA. Las muestras depositadas en el herbario constituyen la
colección de referencia de la parcela y es el inicio de la colección de referencia de plantas
de la reserva Sanguaré.

3.3.1. Grupos Taxonómicos

Individuos con DAP ≥ 10 cm: todas las especies reportadas pertenecieron al grupo de
las Angiospermas (plantas con flor). De las 21 familias reportadas la que mayor número
de especies presento fue Fabaceae (5), seguida por Malvaceae, Salicaceae, Moraceae y
Sapindaceae (grafica 2). Entre estas familias, las mas ricas poseen entre 2 y 5 especies,
lo que representa el 51.6 % de las 31 especies encontradas. El resto de las familias solo
están representadas por una sola especie.

Este resultado es coincidente con lo encontrado por Idarraga et al (2010) en un bosque


seco de Antioquia, donde Fabaceae (Mimosoideae, Faboideae y Caesalpiniodeae) se
encuentra entre las familias más ricas en especies de tierras bajas. Sin embargo, cabe
resaltar que el muestreo de Idarraga et al (2010) fue en un bosque seco en el municipio
de Támesis, en la cuenca del rio Cauca, el cual tiene un historia muy diferente a los
boques de caribe colombiano.
55
6

5
No. especies
4

Grafica 2. Familias más diversas encontradas en la parcela permanente de 1ha de la


reserva natural Sanguaré.

En total se identificaron 31 géneros de plantas vasculares. La familia con el mayor número


de géneros fue Fabaceae con 5, seguida por Malvaceae y Salicaceae con 3,
Bignoniaceae, Moraceae y Sapindaceae con 2 (grafica 3) y el resto de las familias solo
tuvieron de a un solo genero. Esto quiere decir que el 71.4 % de las familias estuvieron
representadas por un genero, el 19.4 % por dos géneros, el 4.8 % por tres géneros y el
restante 4.8 % por cinco géneros.

56
6

5
No. generos
4

Figura 3. Numero de géneros encontrados por familia en la parcela permanente de 1 ha


de la reserva natural Sanguaré.

Todos los generos estuvieron representados por una sola especie. Cabe resaltar que para
algunos géneros los tratamientos taxonómicos son escasos o las colecciones no
presentan flores y/o frutos, los cuales frecuentemente son indispensables para obtener
una mejor resolución taxonómica, por lo tanto los generos Cupania y Allophylus de la
familia Sapindeaceae no fue posible identificar las morfoespecies hasta el nivel de
especie.

Individuos ≥ 1 cm DAP: todas las especies reportadas pertenecieron al grupo de las


Angiospermas. De las 24 familias encontradas la que mayor número de especies presento
fue Fabaceae (8), seguida por Rubiaceae, Bignoniaceae, Sapindaceae, Apocynaceae,
Malvacaeae (grafica 4), entre otras. Como mencione anteriormente, la familia Fabaceae
siempre se encuentra entre las más ricas en especies y hábitos y entre las más
abundantes en tierras bajas en el neotropico. Rubiaceae también se encuentra entre las
familias más ricas en especies y hábitos en todos los inventarios en el neotropico
(Idárraga et al, 2010), afirmación que coincide con el resultado presentado.

57
9
8
7
6 No. especies
5
4
3
2
1
0

Figura 4. Familias más diversas encontradas en la sub-parcela permanente de 0.16 ha de


la reserva natural Sanguaré.

Las familias mas ricas poseen entre 2 y 8 especies, lo que representa el 61.9 % de las 42
especies encontradas para la sub-parcela. El resto de las familias poseen de a una sola
especie.

8
7
6
No. generos
5
4
3
2
1
0

Figura 5. Numero de géneros encontrados por familia en la sub-parcela permanente de


0.16 ha de la reserva natural Sanguaré.

58
En total se identificaron 40 géneros de plantas vasculares. La familia con mayor número
de géneros fue Fabaceae (7), seguida por Rubiaceae, Bignoniaceae y Sapindaceae con 3
géneros cada una, Apocynaceae, Malvaceae, Moraceae y Salicaceae con 2 géneros cada
una (grafica 5) y el resto de familias solo estuvieron representadas por un solo género. Es
decir, el 66.67% de las familias esta representado por un solo genero, el 16.67% por dos
géneros, el 12.5% por tres géneros y el 4.2% por 7 géneros.

La mayoría de los géneros (95%) estuvieron representados por una sola especie, excepto
Chomelia y Machaerium cada uno con dos especies. Ambos géneros pertenecen a unas
de las dos familias más ricas y abundantes en los inventarios en tierras bajas, Rubiaceae
y Fabaceae, respectivamente. Cabe resaltar que para algunos géneros los tratamientos
taxonómicos son escasos o las colecciones no presentan flores y/o frutos, que como ya
se ha mencionado frecuentemente son indispensables para obtener una mejor resolución
taxonómica, por lo tanto los generos Chomelia, Inga, Ouratea, Allophylus y Cupania
tuvieron baja resolucion taxonomica y no fue posible identificar algunas morfoespecies
hasta el nivel de especie.

3.3.2. Hábitos de crecimiento

Entre los 906 individuos censados y muestreados se registraron cinco tipos de hábitos:
árboles, arbustos, lianas, palmas y hierbas. Dado que el muestreo fue dirigido
principalmente a las especies leñosas, la categoría árbol fue la más representativa tanto
en la parcela como en la sub-parcela.

De los 657 individuos censados en la sub-parcela la mayoría fueron arboles (75.95%),


seguido por arbustos (20.1%), lianas (2.7%), palmas (1.1%) y finalmente hierbas (0.15%)
(Grafica 6). En la parcela de 1 ha no se encontró ninguna hierba, pero entre los 306
individuos los arboles (79.4%) siguieron siendo el habito mas común, seguido por las
palmas (16.3 %), que fueron mas abundantes que los arbustos (2.9%), y por ultimo las
lianas (1.3%) (Grafica 6).

59
Árbol Árbol

Palma Arbusto
Liana
Arbusto
Palma
Liana
Hierba

Grafica 6. distribucion de los habitos entre los individuos encontrados en la parcela


(izquierda) y en la sub-parcela (derecha)
3.3.3. Estructura

Individuos ≥ 10 cm DAP: se registraron 306 individuos/ha, mucho menos de lo


reportado por Giraldo et al (2010) en un bosque seco en Támesis, Antioquia. Los
individuos pertenecen a 37 morfoespecies, entre las cuales solo pudieron ser
identificadas 32 hasta el nivel de especie, las cuales se distribuyen entre 21 familias
(para más información acerca de las familias y las especies ver anexo G). La familia
más abundante fue Malvaceae, seguida por Arecaceae, Sapindaceae,
Anacardiaceae, Apocynaceae, Fabaceae y Lauraceae. La especie más abundante
fue Attalea butyracea, seguida por Guazuma ulmifolia, Cupania sp, Spondias
mombin, Tabernaemontana cymosa y Nectandra cf. cuspidata.
70
60
50
40 Familia
30
20
10
0
LAURACEAE

RUBIACEAE

MALPIGHIACEAE
MELIACEAE

CECROPIACEAE

BIGNONIACEAE
MALVACEAE

ARECACEAE

SAPINDACEAE

ANACARDIACEAE

APOCYNACEAE

FABACEAE

LAMIACEAE

CELASTRACEAE

60
Grafica 7. Distribución de abundancia de las familias de plantas leñosas con
DAP≥10 cm de la parcela permanente de la Reserva Sanguaré.

La distribución de los individuos entre las especies y las familias se caracteriza por
tener una fuerte dominancia de unas pocas especies y familias, con la presencia de
muchas especies raras con muy pocos individuos, lo que se refleja en la
pronunciada curva en forma de jota invertida (grafica 7 y 8). Esto nos indica un baja
equitabilidad en la distribución de los individuos entre las especies de plantas del
bosque seco de la reserva. En este resultado se cumple la afirmación de McGill et al
(2007), quienes dicen que la distribución en forma de jota invertida es una ley
universal que se cumple para todas las comunidades bióticas.

Con respecto a la distribución de individuos en clases diamétricas, los datos


sugieren que la comunidad está compuesta principalmente por individuos de clases
de tamaño pequeño (grafica 9), lo que coincide con Giraldo et al (2010) en un
bosque seco en Támesis. El 48.69 % del total de los individuos, tienen un DAP entre
10–20 cm, categoría en la cual las especies con mayor cantidad de individuos son
Cupania sp., Spondias mombin, Tabernaemontana cymosa y Guazuma ulmifolia.

El resto de las categorías están representadas por muchos menos individuos. En la


categoría 20-30 cm esta representado el 15.03 % de los individuos y esta dominada
por las especies Guazuma ulmifolia y Cupania sp., igual que en la de 30–40 cm
(8,82 %), dominada por Guazuma ulmifolia. Es de resaltar la usencia de Attalea
butyracea en las categorías de 10 a 30 cm, característica que indica una baja
densidad de juveniles de la especie, factor que puede ser importante en la dinámica
poblacional y quizá pueda sugerir alta mortalidad de plántulas.

La categoría diamétrica de 40-50 cm resalta por presentar un poco más abundancia


de individuos (10,45 %) con respecto al patrón que se venía dando en la gráfica. Sin
embargo, hay que resaltar que la mayoría son de la especie Attalea butyracea, una
palma de la cual sus poblaciones se consideran una barrera de regeneración natural
en el bosque seco de la reserva.

61
En la categoría de 50-60 cm y 60-70 cm, sucede lo mismo que en la de 40–50 cm, la
especie más abundante y prácticamente la única es Attalea butyracea. En las tres
últimas categorías diamétricas, de 70 a 100 cm de DAP, que juntas suman menos
del 2% de los individuos, la única especie fue Enterolobium cyclocarpum, a
excepción de un solo individuo de Attalea butyracea en la de 70–80 cm.

60
50
40
30 Abundancia
20
10
0

Grafica 8. Distribución de abundancia de especies de las plantas leñosas con DAP≥10 cm


de la parcela del bosque seco de la Reserva Sanguaré.
200
categorias diametricas

150
categorias diametricas
100

50

0
10-20 20-30 30-40 40-50 50-60 60-70 70-80 80-90 90-100

Grafica 4. Distribución de abundancias en clases diamétricas de los individuos de las


plantas leñosas con DAP≥10 cm de la parcela permanente del bosque seco de la
Reserva Sanguaré.

Se estimo un área basal de 28.95 m2/ha, mucho mayor a la estimada por Giraldo et al
(2010) para un bosque seco en el municipio de Támesis, Antioquia (18 m2/ha). La familia
62
Arecaceae fue la que mas aporto con 39,35 % del total, seguida por Fabaceae,
Malvaceae y Anacardiaceae que en conjunto aportan el 45,26 %. El restos de las familias
tuvieron un aporte menor del 3.6 %, siendo la familia Phyllanthaceae la que menos área
basal tuvo con menos del 0.042 %.

La especie con mayor área basal fue Attalea butyracea con el 39,35 % del total, seguida
por Enterolobium cyclocarpum, Spondias mombin y Guazuma ulmifolia que en conjunto
aportaron el 38.47 %. El resto de las especies tuvieron aportes de menos del 5.6 %,
siendo Phryganocidia corymbosa la especie que menos área basal aporto con menos del
0.033 %.

Individuos ≥ 1 cm DAP: se registraron 657 individuos/0.16 ha, que igualmente que en la


parcela de 1 ha es un dato mucho menor que el reportado por Giraldo et al (2010) en
Támesis. Los individuos están distribuidos entre 58 morfoespecies, de las cuales 42
fueron identificadas hasta el nivel de especie, y 24 familias, entre las cuales la familia
Myrtaceae tuvo una sola morfoespecie que no pudo ser identificada hasta un nivel mas
allá de familia (Para más información acerca de las familias y especies ver Anexo H).
Las familia mas abundante fue Sapindaceae, seguida por Rubiaceae, Anacardiaceae,
Lauraceae, Primulaceae, Malvaceae y Fabaceae (grafica 10). La especie mas abundante
de la comunidad fue Cupania sp., seguida por Spondias mombin, Psychotria microdon,
Nectandra cf. cuspidata, Stylogyne micrantha y Allophylus sp (grafica 5).
200
180
160
140
120
100 Familia
80
60
40
20
0

Grafica 10. Distribución de abundancia de familias en la comunidad de plantas leñosas


con DAP≥1 cm de la sub-parcela permanente de la Reserva Sanguaré.
63
160
140
120
100
Especie
80
60
40
20
0

Grafica 11. Distribución de abundancia de especies de plantas leñosas con DAP≥1 cm de


la parcela del bosque seco de la Reserva Sanguaré.

En la distribución de individuos entre las especies y las familias se observa el mismo


patrón que en los individuos con DAP≥10 cm, una fuerte dominancia de unas pocas
especies y familias muy abundantes y muchas familias y especies raras con pocos
individuos, patrón reflejado en la pronunciada curva en forma de jota invertida (grafica 10
y 11). Entonces, igualmente se demuestra una baja equitabilidad en la abundancia de las
poblaciones de plantas de la comunidad.

La distribución de los individuos entre las clases diamétricas muestra que la mayoría de
los individuos que componen la comunidad pertenecen a clases de tamaño pequeñas, tal
como lo muestra la característica curva de jota invertida (grafica 12). Los individuos con
DAP de 1–2 cm representan el 37.6% del total de individuos, entre los cuales la especies
más abundantes son Cupania sp, Psychotria microdon y Spondias mombin.

La categoría de 2-3 cm de DAP es la segunda que más tiene individuos con el 24.1% del
total, en la cual las especies más abundantes son las mismas que en la categoría
anteriormente descrita, lo que sucede también en las categorías de 3 a 20 cm, con la
diferencia que su abundancia va disminuyendo con el aumento en el diámetro de los
árboles, siguiendo el patrón mostrado en la grafica 12. La categoría diamétrica de 9-10 cm
64
se destaca por tener solo 2 individuos, uno perteneciente a la especie Tabernaemontana
cymosa y el otro a la especie Ouratea sp. Cabe resaltar la usencia de Attalea butyracea
en las categorías intermedias, de 20 cm hacia abajo, característica que indica la baja
regeneración de esta especie en el bosque.

Finalmente, las categorías de 20 cm en adelante tienen muy bajo número de individuos,


entre todas suman el 7.61 % del total. En estas no se observa una dominancia marcada
de ninguna de especie. Cabe resaltar que a partir de los 30 cm de DAP, en todas las
categorías se destaca la presencia de Attalea butyracea. También se resalta la presencia
de Nectandra cf cuspidata y Tabebuia ochracea subsp. Neochrysantha en las categorías
de 30 a 50 cm, de Sterculia apetala en las categorías de 40 a 60 cm y la presencia de un
solo individuo de Enterolobium cyclocarpum en la categoría de 60-70 cm. Estas últimas
especies son típicas de bosque seco tropical (Bs-t).

300

250

200
Categorias diametricas
150

100

50

0
1-2 3-4 5-6 7-8 9-10 20-30 40-50 60-70

Grafica 7. Distribución de abundancias en clases diamétricas de los individuos DAP≥1 cm


de la sub-parcela permanente del bosque seco de la Reserva Sanguaré.

Se estimo un área basal de 4.79 m2/0.16ha, a la cual la familia que mas aporta es
Arecaceae con un 30.41 % del total, seguida por Malvaceae con un 26.37 %. El resto de
las familias tuvieron aportes por debajo del 9 %, sin embargo cabe resaltar que las
familias Fabaceae, Sapindaceae, Apocynaceae, Lauraceae, Bignoniaceae y
Anacardiaceae en conjunto aportan el 37.89 % del total del área basal estimada. La
familia con menos área basal fue Piperaceae con menos del 0.002 % del total.

65
La especie con mayor área basal fue Attalea butyracea, que aporto un 30.41 % al total del
área basal estimada, seguida por Guazuma ulmifolia y Sterculia apetala, Enterolobium
cyclocarpum, Cupania sp, Tabernaemontana cymosa, Nectandra cf. Cuspidata, Tabebuia
ochracea subsp. Neochrysantha y Spondias mombin, que en conjunto aportan el 62.67 %
del total. El resto de especies tuvieron menos del 2 % del área basal estimada y la
especie que menos área basal tuvo fue Piper piojoanum, con menos del 0.002 % del total.

3.3.4. Índices de diversidad

De acuerdo al índice de diversidad de Simpson ambas comunidades de plantas leñosas


monitoreadas en este trabajo, la de individuos con DAP≥10 cm y la de individuos con
DAP≥1 cm, tienen alta dominancia de unas pocas especies. En la primera el índice arrojó
un valor bastante alto, que sugiere que existe una probabilidad del 90.35 % de
encontrarse un individuo al azar de la misma especie dentro de la comunidad (tabla 4). En
la segunda el valor también fue muy alto, sugiriendo también una probabilidad del 88.85
% de encontrarse un individuo al azar de la misma especie dentro de la comunidad (tabla
4).

Este resultado es congruente con el resultado arrojado por la grafica de distribución de


individuos entre las especies, que nos muestra una alta dominancia de unas pocas
especies y una baja equitabilidad en la distribución de los individuos entre las especies.

El patrón mostrado por el índice de Simpson es confirmado por el resultado arrojado por
el índice de Shannon para ambas comunidades de plantas, que muestra un valor de
diversidad bastante bajo, igualmente, mostrando que la comunidad tiene una distribución
de sus individuos entre las especies muy poco equitable (tabla 4).

Parcela Shannon (H) Simpson (1-D) Especies Individuos


1 ha 2,664 0,9035 31 300
0,16 ha 2,728 0,8885 43 642
Tabla 4. Índices de diversidad de la parcela de 1 ha y la sub-parcela de 0.16 ha

66
3.3.5. Estado de los individuos de la parcela

A partir de la lista de códigos para clasificar el estado vivo de cada uno de las plantas
leñosas con DAP≥10 cm censados en la parcela (anexo D), se obtuvieron los siguientes
resultados. El 64.7 % de los individuos estuvo dentro de la categoría “vivo normal” y el
22.55 % estuvo dentro de la categoría “vivo normal con múltiples tallos” (tabla 5). Los 39
individuos restantes estuvieron dentro de diversas categorías que no alcanzaron ni el 4%
del total de individuos (tabla 5).

Dentro de esta última minoría, cabe resaltar las categorías que podrían constituir claros
dentro del bosque, tales como “tallo partido con rebrotes” que tuvo un 0.98 % del total de
individuos, “vivo caído” que tuvo un 3.6 % y “vivo sin hojas” que tuvo un 0.98 % (tabla 5).

Dentro de la categoría “tallo partido con rebrotes” se encontraron las especies Guazuma
ulmifolia, Spondias mombin y Trichilia hirta. Todos los individuos se encontraron partidos
a más de 4 metros de altura y estaban reiterando.

En la categoría “vivo caído” encontramos las especies Enterolobium cyclocarpum y


Cupania sp, la primera con dos individuos y la segunda con cuatro, y las especies
Tabernaemontana cymosa, Vitex orinocensis, Spondias mombin, Nectandra cf Cuspidata
y Securidaca tenuifolia, todas con un solo individuo. Todas las especies de esta última
categoría son arbóreas, excepto Securidaca tenuifolia que en la literatura aparece como
una liana, sin embargo fue encontrada en hábito arbustivo. También cabe resaltar que
todos los individuos estaban caídos de raíz, muy posiblemente debido a que las
inundaciones aflojaron la tierra y el árbol perdía el sostén de las raíces.

Por ultimo, en la categoría “vivo sin hojas” se encontraron las especies de arboles
Cupania sp, y Guazuma ulmifolia y la palma Attalea butyraceae. Todos eran arboles de
gran porte, muy adultos.

Para las plantas leñosas con DAP≥1 cm se obtuvieron resultados muy similares. El 63.31
% de los individuos estuvo dentro de la categoría “vivo normal” y el 28.77 % estuvo dentro
de la categoría “vivo normal con múltiples tallos” (tabla 5). Los 52 individuos restantes
67
estuvieron dentro de diversas categorías que no alcanzaron ni el 4% del total de
individuos (tabla 5).

Entre estas ultimas categorías se encontraron algunos individuos dentro de la categoría


“vivo caído”, pertenecientes a las especies Margaritaria nobilis, Spondias mombin y
Cupania sp, y otros pocos individuos dentro de la categoría “vivo sin hojas”. Casi todos
estos últimos no fueron posible identificarlos, excepto por un individuo de la especie
Cupania sp.
DAP≥10 cm DAP≥1 cm
Código vivo No. Individuos % individuos No. %individuos
Individuos
A 198 64,71 416 63,31
Ah 69 22,54 189 28,76
B 1 0,32 0 0
Bc 1 0,32 0 0
Bi 1 0,32 0 0
C 8 2,61 25 3,81
Ce 1 0,32 0 0
Ch 0 0 7 1,06
Ce 1 0,32 0 0
D 3 0,98 3 0,46
Deh 2 0,65 0 0
Dh 6 1,96 2 0,30
E 6 1,96 1 0,15
El 1 0,326 0 0
Hl 3 0,98 0 0
I 2 0,65 4 0,61
Ic 0 0 2 0,30
Ih 1 0,32 0 0
L 2 0,65 7 1,06
Total 306 100 657 100
Tabla 5. Numero de individuos dentro de las categorías de “Código vivo” de las plantas
leñosas con DAP≥10 cm y con DAP≥1 cm.

3.3.6. Especies de interes en conservacion o reportadas por la UICN

Ninguna de las especies registradas en este estudio se encuentra reportada en alguna de


las categorias de amenza de la UICN. Sin embargo hubo dos especies que la UICN tiene
categorizados como LC (“preocupacion menor”), que no esta constituido como un grado
68
de amenza, pero que significa que siendo un taxon muy comun y de amplia distribucion,
podria estar amenazado en algunas regiones. Las especies son Lecythis minor y Attalea
butyracea, la primera, una especie muy rara dentro del bosque, únicamente con un solo
individuo, que es muy característica de los bosques secos de Colombia y que ha sido
altamente explotada en la zona para obtención de madera, y la segunda, una especie
muy común en la zona de estudio y a lo largo del caribe colombiano.

Otra especie de interés para la conservación es Enterolobium cyclocarpum, una especie


con muy pocos individuos dentro de la parcela y que es característica de bosque seco
tropical. La mayoría de los individuos que alguna vez existieron en la zona fueron talados
por su potencial maderable.

Otras especies de interés en conservación que no fueron reportadas en este estudio son
Copaifera officinalis y Switenia macrophylla, ambas casi desaparecidas en la zona por su
explotación maderera y reportadas por San Martín y Angarita (2010) como de interés en
conservación. La segunda esta reportada en el apéndice II de CITEX como “Comercio
controlado” y por la UICN en la categoría “críticamente amenazada”. Ambas especies son
características de los boques secos tropicales. Otra especie es Copernicia tectorum, una
palma reportada para tierras bajas y que se encuentra reportada por la UICN en la
categoría “casi amenazada”. Esta última también fue reportada por San Martín y Angarita
(2010) y no fue registrada en este estudio.

Cabe resaltar que la mayoría de las especies reportadas se encuentran con abundancias
muy bajas, son bastante raras, lo que puede sugerir que las poblaciones tienen muy
pocos individuos, aspecto que podría llevar a la desaparición de estas especies en la
zona sino son consideradas como blancos de conservación.

69
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77
ANEXOS

Anexo A. Metodología de las dos primeras fases del plan de restauración del plan de
restauración. Modificado de Clewell et al. (2005).

Planeación Conceptual:
1. Identificar la ubicación del sitio del proyecto y sus límites: se delinearan los
límites del proyecto y se ubicaran en mapas, preferiblemente elaborados con
fotografía área y, también, sobre mapas de suelo y topográficos que muestren
la cuencas hidrográficas y diferentes aspectos del paisaje. Se debe usar
sistemas de posicionamiento global, tales como GPS, entre otros.

2. Identificar la necesidad para la restauración ecológica: describir que paso en el


sitio que ha generado la necesidad de restauración. Describir las mejoras
anticipadamente que se conseguirán con la restauración. Los beneficios
podrían ser ecológicos, económicos, culturales, estéticos, educacionales y
científicos.

3. Identificar la clase de ecosistema a restaurar: nombrar y describir brevemente


la clase de ecosistema que fue degradado, dañado o destruido. Deben ser
agregadas otras descripciones para facilitar la comunicación con aquellos que
no están familiarizados con los paisajes naturales de dicha bioregion. Las
descripciones deben incluir estructura de la comunidad, las formas de vida,
categorías taxonómicas predominantes (familia y genero), condiciones de
humedad, condiciones de salinidad y contexto geomorfológico.

4. Identificar las metas de restauración: las metas son los estados ideales y las
condiciones que un esfuerzo de restauración ecológica intenta alcanzar. Las
metas proveen las bases para las actividades de restauración, y más tarde se
vuelven las bases para la evaluación del proyecto. Se deben establecer metas
culturales claras, pues estas son la base para el entendimiento del público
sobre los beneficios del proyecto.
78
5. Identificar las condiciones físicas del sitio que son necesarias reparar: algunos
ecosistemas son disfuncionales por los daños al ambiente físico del suelo,
tales como compactación, erosión, desviación de aguas superficiales etc. El
ambiente físico debe ser capaz de sostener poblaciones reproductivas viables
que compromete la biota del ecosistema a restaurar.

6. Identificar agentes estresantes que necesitan ser controlados o reiniciados: los


agentes estresantes son factores recurrentes en el ambiente que mantienen la
integridad del ecosistema evitando o disminuyendo la capacidad de
establecimiento de algunas especies competitivas. Pueden ser fuegos, anoxia
causada por inundaciones, periodos de sequia, choques de salinidad por
marea, sustratos inestables por viento, agua o gravedad. En algunos
ecosistemas existen agentes estresantes, que podrían ser actividades
sostenibles, de origen cultural, como cosechas o fuegos controlados. Este tipo
de agentes estresantes son de tipo cultural.

7. Identificar y listar la clase de intervenciones bióticas que son necesarias:


algunas veces se requiere manipular la biota, particularmente la vegetación,
para reducir o erradicar especies no deseadas e introducir o aumentar
especies deseadas. Por ejemplo especies invasivas no nativas o especies
nativas que retrasan la sucesión vegetal a veces deben ser removidas. Otras
especies como micorrizas, especies fijadoras de nitrógeno y microbiota del
suelo puede ser necesario introducirlas. A menudo se utilizan mecanismo de
atracción para animales colonizadores, como el establecimiento de perchas
para aves, entre otros.

8. Identificar restricciones del paisaje: la demografía poblacional de muchas


especies en los proyectos de restauración podrían ser afectadas adversamente
por condiciones y actividades externas al sitio del proyecto, en el paisaje que lo
rodea. La restauración no debe ser llevada a cabo si el paisaje está
amenazando con el éxito del proyecto.

79
9. Identificar las fuentes de personal y equipos de trabajo necesarios: personal a
contratar, voluntarios y determinar la necesidad y disponibilidad de equipos
especiales.

10. Identificar recursos bióticos necesarios y sus fuentes: podrían ser semillas,
propagulos de plantas, plantas cultivadas en viveros y animales para el
establecimiento en el sitio del proyecto.

11. Determinar la duración del proyecto: esto tiene implicaciones en el costo, los
proyectos a corto plazo pueden ser más cotosos que los proyectos a largo
plazo, pues en los últimos algunas actividades pueden ser reemplazadas por
procesos naturales.

Tareas Preliminares

12. Preparar presupuestos para las tareas preliminares.

13. Documentar las condiciones existentes del sitio del proyecto y describir la biota: la
documentación para este lineamiento debe incluir un inventario sistemático que
cuantifique el grado de degradación o daño. Debe estar determinada la
composición de especies y estimada la abundancia de especies. Debe ser descrito
en detalle la estructura de las comunidades que componen el sitio del proyecto
para permitir una predicción realista de la efectividad de los esfuerzos de
restauración. Deben ser descritos los suelos, la hidrología y el ambiente físico.
Esta información sirve para la posterior evaluación del proyecto, la cual depende
de la comparación del sitio del proyecto antes y después de la restauración. Se
debe intentar tener un archivo de fotografías debidamente marcadas de todos los
estados del sitio del proyecto, fotografías de todos los ángulos posibles,
referenciadas geográficamente, que sirva de evidencia del cambio, es decir con
fines comparativos.

14. Documentar la historia del sitio del proyecto que llevo a la necesidad de
restaurarlo: contar la historia del sitio, ampliando lo que se documento en el punto
2, para obtener una historia más comprehensiva. Se debe registrar la fecha en la

80
que ocurrieron los impactos al ecosistema. Esto se puede complementar con fotos
pre- y pos-perturbación.

15. Monitoreo pre-proyecto: se debe tomar medidas, antes de comenzar el proyecto,


de algunas variables tales como calidad del agua, cantidad de aguas
subterráneas, entre otros. En caso de que esas medidas continúen tomándose
durante el proyecto, estas pueden servir de indicadoras de la efectividad del
proyecto, mostrando la necesidad de hacer correcciones en medio del curso del
proyecto.

16. Establecer el ecosistema de referencia: el modelo de referencia representa las


condiciones futuras sobre las cuales el proyecto de restauración es diseñado y las
cuales servirán como base para la evaluación del proyecto. La referencia puede
consistir en la condiciones pre-perturbación del ecosistema si son conocidas, en
uno o más sitios sin perturbar que tengan la misma clase de ecosistemas,
descripciones de tales sitios u otro documento.

La selección del ecosistema de referencia puede llegar a ser difícil cuando no se


conoce el tipo de ecosistema a restaurar porque su trayectoria histórica está
fuertemente alterada o cuando no existe ese tipo de ecosistemas de referencia en
la bioregion. En casos externos la referencia puede ser un listado de especies
nativas que podrían contribuir al ensamblaje de un ecosistema.
17. Reunir información autecologica pertinente para especies clave: esto con el fin de
buscar un eficaz establecimiento de las especies claves. Si es necesario, para
esto se pueden realizar ensayos y chequeos del establecimiento y crecimiento de
las especies.

18. Conducir investigaciones según sea necesario para valorar la efectividad de los
métodos y estrategias de restauración: parcelas experimentales o proyectos
pilotos a pequeña escala podrían demostrar viabilidad o debilidades en el diseño o
ejecución de la restauración. Estos proyectos piloto son importantes cuando se va
intentar por primera vez un proyecto de restauración en una clase de ecosistema
en una bioregion.

81
19. Decidir si las metas del ecosistema son realistas o necesitan alguna modificación:
el potencial de alcanzar las metas escogidas en el punto 4, ahora, podría parecer
poco real a la luz de una información más profunda generada posteriormente. Se
podrían agregar nuevas metas y revalorar las existentes y modificarlas si es
necesario.

20. Preparar una lista de objetivos diseñados para alcanzar las metas de restauración:
puntualiza las acciones que serán realizadas para lograr las metas y resultados.
cada resultado final es llamado un objetivo, entonces si se cumplen la mayoría o
todos los objetivos, se cumplen las metas. Los objetivos entonces son indicadores
del logro de las metas. También se deben establecer los objetivos culturales, si se
tienen metas culturales.

21. Establecer un enlace entre el público y el proyecto: los residentes


automáticamente se vuelven interesados en la restauración. Ellos necesitan saber
cómo se verán beneficiados con el proyecto. Si a los residentes les favorece la
restauración, ellos cuidaran del proyecto y lo protegerán con soporte político, de lo
contrario el proyecto podría fracasar.

22. Arreglar la participación pública en la planeación e implementación del proyecto


para cumplir las metas culturales.

23. Instalar caminos y otra infraestructura necesaria para la implementación del


proyecto: para proveer mejor acceso a los sitios de restauración y facilitar la
implementación y mantenimiento del proyecto. Esto podría reducir el tiempo del
proyecto, mejorar la seguridad, crear oportunidades para los tours de relaciones
públicas, entre otros beneficios. En lo posible, la infraestructura debe ser removida
al final de la implementación del proyecto.

24. Comprometer y entrenar el personal quien supervisará y conducirá las tareas de


implementación del proyecto: el personal asistirá a trabajos y conferencias donde
recibirán la información base sobre restauración y el proyecto mismo. Se les
informaran y explicaran cada una de las metas y objetivos.

82
Anexo B. Especies de mamíferos reportados en el área de la Reserva Natural de la
Sociedad Civil Sangraré. Tomado de Huertas (2005).

Familia Especie Nombre vulgar


Didelphidae Didelphis marsupialis Chucha, Zarigüeya
Myrmecophagidae Tamandua mexicana Oso hormiguero
Bradypodidae Bradypus variegatus Perezoso
Dasypodidae Dasypus novemcinctus Gurre, Armadillo
Noctylionidae Noctilo alviventris Murciélago
Cebidae Cebus albifrons Mono cariblanco
Cebidae Alouata seniculus Mono aullador
Canidae Cerdocyon thous Zorro de monte
Canidae Procyon cancrivorus Zorra piemuchacho, Mapache
Procyonidae Potos flavus Perro de monte
Procyonidae Bassarisium gabbi Olingo
Procyonidae Martes martes Marteja
Tayassuidae Tayassu pecari Zaino
Felidae Leopardua pardalis Ocelote, Tigrillo
Felidae Puma concolor Puma
Felidae Felix jaguarundi Gato montes
Mustelidae Eira barbara Taira, Comadreja
Mustelidae Galictis vittata Hurón
Cervidae Mazama americana Venado
Hydrochaeridae Hydrochaeris hydrochaeris Chigüiro
Sciuridae Sciurus granatensis Ardilla
Sciuridae Sciurus igniventris Ardilla
Dasyproctydae Dasyprocta punctata Ñeque
Dasyproctydae Coendou bicolor Puerco espín
Agoutidae Agouti paca Guagua
Leporidae Silvilagus floridianus Conejo de monte

83
Anexo C. Clasificación de los suelos encontrados en la Reserva Natural de la Sociedad Civil Sanguaré.
Basado en el mapa de suelos (fuente mapa IGAC 1983). Tomado de Huertas, 2005

Símbolo Nombre Pendiente Erosión Conjunto Subgrupo Características

ARa Consociación Arenal 0-3% Arenal Typic Ustipsament Muy superficiales, limitados por materiales de textura
gruesa
y altos contenidos de sales. Drenaje excesivo.

GAa1-2 Asociación La Granja 0-3% Ligera a La Granja Aeric Halaquept Muy superficiales, limitados por nivel freático alto y
moderada Manzanillo Aquic Ustipsament sales. Estas últimas
forman costras en muchos sitios. Drenaje pobre a
imperfecto

SAa Asociación San Antonio 0-3% San Antonio Sulfic Fluvaquent Muy superficiales, permanecen la mayor parte del año
bajo el agua.
Texturas finas y gruesas debidas a altos contenidos de
material orgánico y arenas.
Muy pobremente drenados y pantanosos

SLa1 Asociación Santa Lucia 0-3% Ligera Santa Lucia Typic Argiudoll Moderadamente profundos y profundos, limitados por
Cocosolo Vertic Eutropept arcillas compactadas.
Se agrietan en sitios, Bien a moderadamente drenados

ETa1 Asociación Estanzuela 0-3% Ligera Estanzuela Vertic Tropaquept Superficiales en su mayoría, limitados por nivel freático
Tolú Plinthic Tropaquept alto y arcillas compactadas. Se agrietan y presentan
estructuras en cuñas bien definidas. Sufren
encharcamientos e inundaciones. Drenaje pobre a
imperfecto

STab Asociación San Sebastián 0-7% San Typic Haplustalf Profundos a moderadamente profundos, limitados por
Sebastián Vertic Ustropept arcillas compactadas y carbonato de calcio.
Torrente Se agrietan en sitios, presentan estructuras en cuña y
superficies de presión. Bien drenado.

STab1-2 Asociación San Sebastián 0-7% Ligera a San Typic Haplustalf Profundos a moderadamente profundos, limitados por
moderada Sebastián Vertic Ustropept arcillas compactadas y carbonato de calcio.
Torrente Se agrietan en sitios, presentan estructuras en cuña y
superficies de presión. Bien drenado.

84
Continuación Anexo C

Material parental Procesos Geomorfológicos actuales Formas Origen Relieve

Arenas y poco material Acumulación de materiales organo- Superficies en fajas Marino Playas y barras
vegetal semidescompuesto minerales por acción estrechas plano
de brisas, olas y corrientes marinas y convexas,
fluviomarinas. Deflación marina. paralelas a la orilla del
mar

Sedimentación de arenas y Sedimentación marina, eólica y fluvio- Superficies planas que Marino Playones
limos con materiales salinos marina, sufren
erosión laminar ligera a moderada en inundaciones en forma
surquillos. regular
Procesos de oxido-reducción.

Sedimentos finos de arcilla, limo y Acumulación de sedimentos finos Superficies plano- Marino Manglares y
materiales de diferente origen cóncavas que pantanos
vegetales descompuestos, que permanecen
descansan sobre inundables la mayor parte
estratos profundos de arenas, del año
material coralino y sales.

Sedimentos de texturas finas y Escurrimiento difuso normal, Superficies planas con Marino Terrazas
medias que acumulación y erosión ligera en sitios. micro relieve plano-
descansan generalmente sobre convexo
basamento de arenas

Sedimentos de arcillas expandibles Acumulación de materiales finos de Superficies plano- Marino Terrazas
(tipo 2:1) sobre depósitos profundos arcillas cóncavas
de arenas, material coralino y sales. y limo en su mayor parte

Sedimentos de texturas medias y Escurrimiento difuso normal en los Superficies planas y Fluvio- Terrazas
finas de arcillas expandibles domos, ligeramente planas marino
(tipo 2:1) con altos contenidos de concentrado en las depresiones. con micro relieve
carbonatos de calcio. ondulado.

Sedimentos de texturas medias y Escurrimiento difuso normal en los Superficies planas y Fluvio- Terrazas
finas de arcillas expandibles domos, ligeramente planas marino
(tipo 2:1) con altos contenidos de concentrado en las depresiones. con micro relieve
carbonatos de calcio. ondulado.

85
Anexo D. Lista de los códigos del estado de las plantas en la parcela y la suba-parcela. Tomado de Phillips et al.

86
Anexo E. Composición florística de las plantas leñosas y nuevos reportes de especies encontradas en 2 Rap’s (0.2 ha) en la Reserva Sanguaré.
Tomado de Sanmartín y Angarita (2010)

87
Continuación Anexo E

88
Continuación Anexo E

89
Continuación Anexo E

90
Continuación Anexo E

91
Anexo F. Especies encontradas en las colecciones generales de la reserva Sanguaré por San Martín y Angarita (2010)

92
Continuación anexo E

93
Anexo G. Lista de familias y especies de la parcela de 1 ha la reserva Sanguaré
Familia Especie
ANACARDIACEAE Spondias mombin L.
APOCYNACEAE Tabernaemontana cymosa Jacq.
ARECACEAE Attalea butyracea (Mutis ex L. f.) Wess. Boer
Phryganocidia corymbosa (Vent.) Bureau ex K. Schum.
BIGNONIACEAE
Tabebuia ochracea subsp. neochrysantha (A.H. Gentry) A.H. Gentry
BURSERACEAE Bursera simaruba (L.) Sarg
CANNABACEAE Trema micrantha (L.) Blume
CECROPIACEAE Cecropia peltata L.
CELASTRACEAE Maytenus ebenifolia Reissek
EUPHORBIACEAE Sapium glandulosum (L.) Morong
Andira inermis (W. Wright) Kunth ex DC.
Copaifera canime Harms
FABACEAE Enterolobium cyclocarpum (Jacq.) Griseb.
Inga vera Willd.
Machaerium capote Triana ex Dugand
LAMIACEAE Vitex orinocensis Kunth
LAURACEAE Nectandra cf. cuspidata Nees & Mart.
MALPIGHIACEAE Mascagnia ovatifolia (Kunth) Griseb.
Apeiba tibourbou Aubl.
MALVACEAE Guazuma ulmifolia Lam.
Sterculia apetala (Jacq.) H. Karst.
MELIACEAE Trichilia hirta L.
Helianthostylis sprucei Baill.
MORACEAE
Maclura tinctoria (L.) D. Don ex Steud.
PHYLLANTHACEAE Margaritaria nobilis L. f.
POLYGALACEAE Securidaca tenuifolia Chodat
RUBIACEAE Chomelia spinosa Jacq.
Homalium guianense (Aubl.) Oken
SALICACEAE Vitex orinocensis Kunth
Xylosma intermedia (Seem.) Triana & Planch.
Allophylus sp.
SAPINDACEAE
Cupania sp.
94
Anexo H. Lista de especies de la Sub-parcela de 0.16 ha de la reserva Sanguaré

Familia Especie
ACANTHACEAE Aphelandra scabra (Vahl) Sm.
ANACARDIACEAE Spondias mombin L.
Spondias mombin L.
APOCYNACEAE Stemmadenia grandiflora (Jacq.) Miers
Tabernaemontana cymosa Jacq.
ARECACEAE Attalea butyracea (Mutis ex L. f.) Wess. Boer
BIGNONIACEAE Crescentia cujete L.
Phryganocidia corymbosa (Vent.) Bureau ex K. Schum.
Tabebuia ochracea subsp. neochrysantha (A.H. Gentry) A.H.
Gentry
BORAGINACEAE Cordia panamensis L. Riley
BURSERACEAE Bursera simaruba (L.) Sarg.
CONNARACEAE Connarus panamensis Griseb.
ERYTHROXYLACEAE Erythroxylum carthagenense Jacq.
FABACEAE Andira inermis (W. Wright) Kunth ex DC.
Copaifera canime Harms
Enterolobium cyclocarpum (Jacq.) Griseb.
Inga sp.
Machaerium capote Triana ex Dugand
Machaerium microphyllum (E. Mey.) Standl.
Pithecellobium dulce (Roxb.) Benth.
Senna bacillaris (L. f.) H.S. Irwin & Barneby

95
Continuación Anexo G

Familia Especies
LAMIACEAE Vitex orinocensis Kunth
LAURACEAE Nectandra cf. cuspidata Nees & Mart.
LECYTHIDACEAE Lecythis minor Jacq.
MALVACEAE Apeiba tibourbou Aubl.
Guazuma ulmifolia Lam.
Sterculia apetala (Jacq.) H. Karst.
MELIACEAE Trichilia hirta L.
MORACEAE Ficus nymphaeifolia Mill.
Maclura tinctoria (L.) D. Don ex Steud.
MYRTACEAE Mytaceae sp1
OCHNACEAE Ouratea sp.
PHYLLANTHACEAE Margaritaria nobilis L. f.
PIPERACEAE Piper piojoanum Trel. & Yunck.
PRIMULACEAE Stylogyne micrantha (Kunth) Mez
RUBIACEAE Chomelia sp.
Chomelia spinosa Jacq.
Psychotria microdon (DC.) Urb.
Rosenbergiodendron formosum (Jacq.) Fagerl
SALICACEAE Casearia guianensis (Aubl.) Urb.
xylosma cf. intermedia (Seem.) Triana &
Planch
SAPINDACEAE Allophylus sp.
Cupania sp.
Serjania mexicana (L.) Willd.

96

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