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SECCIÓN 3

CARDIOLOGÍA
F. Navarro-López, X. Bosch Genover, J. Azpitarte Almagro, A. Bayés de Luna, A. Betriu Gibert, J. Brugada Terradellas,
J. Candell Riera, J. Castell Conesa, A. Cortina Llosa, J.M.ª Cruz Fernández, J.L. Delcán, I.J. Ferreira Montero,
V. Fuster de Carulla, R. García Civera, J. Guindo Soldevila, V. López García-Aranda, V. López Merino,
J. López-Sendón, E. Marín Huerta, J.M.ª Miró Meda, J.C. Paré Bardera, G.A. Sanz Romero, J. Soler Soler,
A. Serra Peñaranda, M.P. Tornos Mas y X. Viñolas Prat

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Anatomía funcional del sistema cardiovascular
A. Cortina Llosa y V. Fuster de Carulla

La función básica del sistema cardiovascular es la de bom- tricular para verterla luego a los ventrículos a través de las
bear la sangre para conducir el oxígeno y otras sustancias válvulas auriculoventriculares (AV). La pared auricular es
nutritivas hacia los tejidos, eliminar los productos residuales delgada, y su superficie cavitaria, lisa, excepto en las orejue-
y transportar sustancias, como las hormonas, desde una par- las. El tabique interauricular es muscular, excepto su porción
te a otra del organismo. media que es ovalada y fibrosa; vista desde la aurícula dere-
Cualquier alteración del corazón y de los vasos (incluyen- cha es cóncava, con un repliegue en su borde anterior, la
do los linfáticos) tiene interés no sólo por el trastorno en sí fosa oval. En algunos individuos persiste abierta, aun des-
mismo que representa, sino también por los problemas de re- pués del nacimiento, a modo de válvula, pero sin que la san-
gulación general que puede acarrear como consecuencia gre pase de la aurícula izquierda a la derecha debido a la
del fallo de aporte de sangre y oxígeno a los tejidos. mayor presión del lado izquierdo, que mantiene cerrada esta
En este capítulo se revisarán los principios básicos de la especie de válvula.
anatomía funcional cardiovascular, así como sus bases ul- Los ventrículos ejercen, mediante su contracción, la fuerza
trastructurales. principal para que la sangre circule. La cavidad ventricular
izquierda es mayor y menos rugosa que la derecha, con una
pared de 8-12 mm de grosor, en contraste con la del ventrícu-
Anatomía funcional del sistema cardiovascular lo derecho, que es de 3-4 mm. La superficie interna de am-
bos ventrículos es trabecular, sobre todo la del derecho.
En el ventrículo derecho deben distinguirse dos porciones
Corazón cavitarias que, pese a comunicar libremente, se hallan sepa-
El corazón (fig. 3.1 A y B) ocupa en la cavidad torácica radas por un anillo de bandas musculares. Se trata de una
una posición asimétrica, con el ápex dirigido hacia abajo, porción posteroinferior, en la que aboca la válvula tricúspide
hacia delante y hacia la izquierda. Por otra parte, las cavida- que contiene los músculos papilares, y de una porción ante-
des cardíacas derechas ocupan una posición anterior y dere- rosuperior o infundibular, de la cual parte la arteria pulmo-
cha respecto a las izquierdas. nar. Por tanto, las válvulas tricúspide y semilunar pulmonar
El corazón se halla rodeado por el pericardio, el cual está se hallan separadas, siendo la tricúspide inferior y posterior,
formado por dos hojas de tipo seroso, la interna (pericardio mientras la pulmonar es superior y anterior. En el ventrículo
visceral) y la externa (pericardio parietal). Ambas hojas que- izquierdo la válvula mitral y la semilunar aórtica están a un
dan separadas entre sí (cavidad pericárdica) por una fina mismo nivel, siendo la segunda algo anterior y medial res-
capa de fluido lubricante que permite al corazón moverse li- pecto a la primera. Ambas válvulas se hallan, en contraste
bremente. con el lado derecho, separadas sólo por una banda fibrosa.
Las aurículas contribuyen con su contracción al 15-25% En conjunto, las cuatro válvulas están dispuestas de modo
del llenado ventricular. Además, tienen un papel de reservo- que ambas semilunares son mediales y anteriores (la pulmo-
rio, es decir, acumulan la sangre mientras dura la sístole ven- nar más anterior e izquierda que la aórtica), mientras que las

A B

P
AO

P AI
AO AI
AD
VD
T
M
VI

VI

VD

Fig. 3.1. A. El corazón visto de frente. Se ha practicado una ventana, quitando la pared anterior del ventrículo derecho y el tabique interventricu-
lar. B. El corazón visto lateralmente a través de una ventana, tras quitar la pared libre del ventrículo izquierdo. En A y B se pueden apreciar las vál-
vulas auriculoventriculares, mitral (M) y tricúspide (T), las válvulas sigmoides aórtica (AO) y pulmonar (P); el trígono fibroso es la porción limita-
da por estas cuatro válvulas. Nótese que las cavidades izquierdas tienen una situación posterior y forman el borde izquierdo del corazón, mientras
que las derechas, además de constituir el borde derecho, tienen una situación anterior, hechos que tienen un interés básico en los estudios radioló-
gicos del corazón. AD: aurícula derecha; AI: aurícula izquierda; VD: ventrículo derecho; VI: ventrículo izquierdo.

397
CARDIOLOGÍA

El tejido de especialización incluye las siguientes estructu-


1 ras anatómicas: el nódulo sinusal de Keith-Flack, situado en
la aurícula derecha, muy próximo a la desembocadura de la
2 vena cava superior; el nódulo auriculoventricular de Aschoff-
Tawara, situado en la porción inferior de la aurícula dere-
cha, muy cerca de la implantación de la valva septal tricúspi-
3 de, y el fascículo de His, que parte del nódulo AV y transcurre
4
por el borde posterior de la porción membranosa del tabi-
5 7 que interventricular, y cuyas ramificaciones más distales
constituyen la red subendocárdica de Purkinje, que penetra
varios milímetros en la profundidad de la pared ven-
6 9
tricular y está en continuidad directa con las fibras miocárdi-
cas ordinarias. Existen, además, tres fascículos auriculares
10 (el anterior con el haz de Bachmann, el medial de Wencke-
bach y el posterior de Thorel) de tejido especializado que co-
11 munican el nódulo sinusal con el nódulo AV, por lo que se
8 los denomina fascículos internodales. Éstos, al parecer, tam-
bién pueden formar ramificaciones de tejido especializado
que, comunicando directamente la aurícula con el ventrícu-
lo, contribuyen a ciertas arritmias cardíacas.
Desde el punto de vista anatomopatológico, el fascículo
de His y sus ramas tienen una importancia especial, pues a
menudo se hallan alterados en la enfermedad coronaria.
Fig. 3.2. Tejido miocárdico especializado. 1: nódulo sinusal; 2: haz Además, dado que la porción más medial de la válvula aórti-
de Bachmann; 3: haz anterior; 4: haz posterior; 5: haz medial; 6: nó-
dulo AV; 7: fascículo de His; 8: rama derecha de His; 9: rama izquier- ca se halla muy próxima al fascículo de His y sus ramas, no
da de His; 10: rama superoanterior izquierda; 11: rama inferoposterior resulta extraño que lesiones, agudas o crónicas, de aquélla
izquierda. se compliquen a veces con bloqueos de la conducción AV.
Respecto a las dos ramas en que se divide el fascículo de
His, la derecha transcurre a lo largo del tabique interventricu-
lar, y casi en la punta del ventrículo derecho da numerosas
válvulas auriculoventriculares son posteriores y dispuestas la- ramificaciones que se distribuyen por dicha cavidad; la rama
teralmente. El tabique interventricular es muscular y de un izquierda cruza al lado izquierdo del tabique interventricular
grosor similar al de la pared ventricular izquierda. Sin embar- y, ya desde su origen, da diversas ramificaciones que se dis-
go, hay una pequeña área membranosa en su parte superior tribuyen por el ventrículo izquierdo, pero que pueden agru-
dividida por la válvula tricúspide en dos porciones: una infe- parse en un grupo más anterior y superior, largo y delgado, y
rior interventricular y otra superior auriculoventricular. Esta otro más posterior e inferior, corto y grueso.
última separa la parte superior del ventrículo izquierdo colin- El hecho de que la rama izquierda se ramifique desde su
dante con la aorta, de la parte inferior de la aurícula derecha origen, en contraste con la rama derecha, que lo hace muy
colindante con la válvula tricúspide. distalmente, explica que un bloqueo de rama derecha sea a
Las válvulas auriculoventriculares tricúspide y mitral están menudo un hallazgo electrocardiográfico poco significativo,
delimitadas por un anillo fibroso no bien definido, en el que pues puede producirse por una lesión mínima, mientras que
se origina o inserta la mayor parte de la musculatura cardía- un bloqueo de rama izquierda requiere una lesión mucho
ca. La válvula tricúspide se halla formada por tres valvas: la más extensa e importante.
anterior, la media o septal y la posterior; la válvula mitral
consta de dos valvas: la anterior o aórtica y la posterior. Las Circulación coronaria
valvas no están separadas por completo, es decir, su comisu- El conocimiento de la disposición anatómica y de la fisio-
ra o labios no alcanzan el anillo fibroso. En los bordes irregu- logía de la circulación coronaria es necesario para compren-
lares de las valvas se insertan las finas cuerdas tendinosas, las der algunos aspectos de la mayoría de las enfermedades car-
cuales se continúan en grupos con los músculos papilares díacas y, muy en particular, del infarto de miocardio. La
que nacen de la pared ventricular: tres o cuatro en el ven- disposición anatómica varía de forma considerable entre los
trículo derecho y dos o tres en el ventrículo izquierdo. Du- diversos individuos.
rante la sístole ventricular las valvas coaptan por la parte La importancia clínica de las arterias coronarias radica en
de su cara auricular más cercana al borde. La contracción de que su obstrucción es el origen del infarto de miocardio y de
los músculos papilares impide que se abran hacia la aurícula la angina de pecho. Normalmente suele haber dos arterias
y regurgite sangre en ese sentido. coronarias principales: la izquierda, que nace del seno de
Las válvulas semilunares pulmonar y aórtica constan de Valsalva próximo a la valva aórtica anterior izquierda, y la
tres valvas cada una: una derecha, una izquierda y una pos- derecha, que se origina en el seno de Valsalva colindante
terior para la válvula aórtica, y una anterior, una derecha y con la valva anterior derecha. La arteria coronaria izquierda,
una izquierda para la pulmonar. Las valvas poseen unos bor- tras un curso de 0,5-2 cm entre la arteria pulmonar y la au-
des algo engrosados, que se adaptan perfectamente entre sí rícula izquierda, se bifurca en una rama descendente anterior
cuando las válvulas están cerradas. A diferencia de las valvas y otra denominada circunfleja. La rama descendente anterior
auriculoventriculares, las semilunares no se insertan en un (rama interventricular) desciende por el surco interventricu-
anillo fibroso, sino que lo hacen en el borde inferior de tres lar anterior, suele rodear la punta cardíaca y asciende por la
dilataciones respectivas o pequeñas cavidades (senos de Val- cara posterior en un corto trecho. La rama circunfleja recorre
salva) en el origen de las arterias pulmonares y aórtica. Los el surco AV izquierdo y dobla hacia la izquierda y atrás. La
senos de Valsalva son de pared delgada y tienen particular arteria coronaria derecha, tras discurrir entre la arteria pul-
interés los dos que lindan con las valvas anteriores aórticas, monar y la aurícula derecha, pasa por el surco AV derecho
por cuanto en ellos se originan ambas arterias coronarias. hacia atrás y suele descender, como rama interventricular
Además de la estructura valvular y de la musculatura de posterior, por el surco interventricular homónimo. En algu-
trabajo hay que destacar la existencia de un tejido especiali- nos casos, la rama interventricular posterior procede de la
zado, encargado de la producción y la conducción del estí- rama circunfleja de la arteria coronaria izquierda. Microscó-
mulo eléctrico. Su organización y disposición se resumen en picamente existen numerosas anastomosis entre las diversas
la figura 3.2. ramas coronarias, que en casos de obstrucciones pueden ha-

398
ANATOMÍA FUNCIONAL DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR

cerse muy evidentes en la angiografía como circulación cola- puesta a diferentes estímulos nerviosos, humorales o farma-
teral, capaz de funcionar de manera eficaz como un meca- cológicos. Esta propiedad anatomofuncional determina que
nismo de reserva. las arteriolas sean un elemento fundamental en la regulación
Es importante conocer la fuente principal de irrigación de de la presión arterial, así como de la afluencia variable de
las diversas regiones cardíacas. La porción anterior del tabi- sangre a un órgano determinado según las necesidades me-
que interventricular, las partes colindantes de las paredes an- tabólicas del momento.
teriores de ambos ventrículos y la punta cardíaca están irriga- Los capilares tienen una simple pared endotelial, a través
das por la rama descendente anterior. La mayor parte del de la cual se produce el intercambio de sustancias con los te-
ventrículo derecho, así como la porción posterior del tabi- jidos, siendo diferente la permeabilidad en las diversas regio-
que interventricular y la parte vecina de la pared posterior nes. En condiciones fisiológicas el número de capilares que
del ventrículo izquierdo reciben el flujo sanguíneo de la arte- en un órgano determinado están abiertos a la circulación de
ria coronaria derecha. Por último, todo el ventrículo izquier- la sangre varía según sus necesidades. Si la actividad meta-
do restante está irrigado por la rama circunfleja. En cuanto al bólica del órgano en un momento dado es importante, éste
tejido específico de conducción, el nódulo sinusal recibe su recibe mucha sangre y todos los capilares tienden a funcio-
sangre a partir de una arteria, que en el 55% de los casos pro- nar. Por el contrario, cuando las necesidades metabólicas
viene de la coronaria derecha, y en el 45% de la circunfleja. son mínimas, el aflujo de sangre disminuye y funciona sólo
Dicha arteria también suministra el principal aporte de san- una parte de los capilares. En algunos tejidos y órganos (de-
gre a la musculatura auricular y al tabique interauricular; el dos, base de las uñas, punta de la nariz, cuerpos cavernosos
nódulo AV está irrigado en el 90% de los casos por una rama del pene, riñón, pulmones, etc.), hay arteriolas y vénulas que
posterior de la arteria coronaria derecha, mientras que el comunican directamente y evitan la estación capilar interme-
10% proviene de la arteria circunfleja que también irriga dia.
el fascículo de His, así como la parte más alta de sus ramas El sistema venoso recoge la sangre de los capilares y la
derecha e izquierda, en tanto que la parte distal es irrigada vierte en la aurícula derecha por medio de las venas cavas
por ramas de la arteria descendente anterior. superior e inferior. Esto se realiza gracias a un ligero gradien-
El flujo de sangre a través de las arterias del ventrículo iz- te de presión que existe entre el sistema venoso y la aurícula.
quierdo ocurre casi por completo durante la fase diastólica, Merced a su gran elasticidad, las venas contienen mucha
debido a que la tensión intramiocárdica durante la sístole sangre, de modo que en reposo el 50-65% del volumen de
impide que el flujo coronario se produzca durante esta fase. sangre se encuentra en el sistema venoso y, además, grandes
En cambio, en el ventrículo derecho, debido a que éste ofre- cambios en su repleción hemática no se traducen por modi-
ce poca tensión intramuscular durante la sístole, la sangre ficaciones importantes de presión. Sin embargo, no debe
fluye en ambas fases de la circulación. Así, los factores que considerarse a las venas como un sistema de conducción pa-
disminuyen la presión diastólica o el tiempo de diástole (ta- sivo, sino que gracias a su musculatura lisa responden a una
quicardias) repercuten sobre la circulación coronaria, en variedad de influencias nerviosas y humorales. Así, un es-
particular en el lado izquierdo. tímulo nervioso puede originar una constricción tal de las ve-
Las arterias coronarias pequeñas y las arteriolas van co- nas que exprima hacia el corazón gran parte de su contenido
brando cada día mayor importancia clínica. En este sentido, sanguíneo. Las venas de las extremidades están, además, so-
cada vez se conoce mejor el papel de la “enfermedad de pe- metidas a la acción mecánica de la musculatura esquelética,
queños vasos” en la insuficiencia cardíaca y en la isquemia. que durante su contracción tiende a exprimir la sangre hacia
Las arteriolas coronarias responden fácilmente a estímulos el corazón, efecto que es favorecido por el sistema valvular
neurohumorales (hoy día se concibe al corazón como un ór- venoso, que impide que una parte de ella retorne hacia la
gano neuroendocrino, además de su carácter clásico de periferia.
bomba aspirante-impelente), en particular a la hipoxemia y a
la demanda o consumo de oxígeno por parte del miocardio, Circulación pulmonar
dilatándose de tal manera en estas circunstancias que el flu- La función fundamental de la circulación pulmonar con-
jo coronario puede incrementarse considerablemente. Para siste en proveer de oxígeno a la sangre y liberar el anhídrido
que tal dilatación sea posible es esencial que el endotelio carbónico. La arteria pulmonar, a su salida del ventrículo de-
esté preservado y pueda producir el factor de relajación en- recho, se sitúa por delante y algo hacia la izquierda respecto
dotelial. a la aorta, bifurcándose debajo del cayado aórtico en las ar-
Las venas coronarias se distribuyen en dos sistemas princi- terias pulmonares derecha e izquierda. Un corto ligamento
pales. El sistema del seno coronario está constituido por ve- –el ligamento arterioso– conecta la superficie superior de la
nas de recorrido similar al de las arterias coronarias descen- bifurcación con la inferior del cayado aórtico. No es más que
dente anterior y circunfleja, que llevan la mayor parte de la un rudimento del conducto arterioso fetal. Las paredes vascu-
sangre del ventrículo izquierdo y desembocan, a través del lares del sistema arterial pulmonar son más delgadas que las
seno coronario (cavidad venosa en el surco AV posterior iz- del sistema arterial periférico. Esta diferencia de grosor se de-
quierdo), en la aurícula derecha. Por otro lado, gran parte de sarrolla después del nacimiento, con la fragmentación de las
la sangre procedente del ventrículo derecho desemboca fibras elásticas de las paredes arteriales pulmonares, lo cual
también en la aurícula derecha por medio de orificios inde- obedece probablemente a la disminución de la presión arte-
pendientes del seno coronario. rial pulmonar. En el adulto, la presión arterial pulmonar es la
sexta parte de la sistémica, y, sin embargo, el flujo pulmonar
Circulación sistémica es equiparable al sistémico. Esto se explica por la menor re-
La importancia funcional de la aorta y las grandes arterias sistencia vascular que opone la circulación pulmonar al paso
en la circulación estriba en que regulan la velocidad y la uni- de sangre.
formidad de la corriente sanguínea. Esto se halla garantizado Las arteriolas pulmonares se comportan de forma más pasi-
por la elasticidad de la pared arterial, que obra como un re- va que las sistémicas. Reaccionan relativamente menos a los
gulador, pues la sístole carga dichas paredes elásticas con estímulos nerviosos, humorales o farmacológicos y, además,
energía mecánica, la cual, durante la diástole, actúa como de un modo diferente. Así, la hipoxia arterial y la hipercap-
fuerza impulsora de la corriente sanguínea en los vasos peri- nia ocasionan vasoconstricción en la circulación pulmonar,
féricos. Por tanto, la elasticidad vascular ahorra trabajo al co- mientras que en la sistémica producen vasodilatación. Tanto
razón y, al propio tiempo, amortigua la intensidad de la ola en condiciones fisiológicas como patológicas, la influencia y
sistólica cardíaca. el alcance de la acción nerviosa sobre el sistema vascular
Las arterias de menor calibre, y sobre todo las arteriolas, pulmonar son, en el presente, inciertos. Existen dos mecanis-
poseen abundantes elementos musculares en disposición mos reguladores del flujo sanguíneo que tienden a mantener
anular, lo que explica los cambios en su luz vascular en res- un buen intercambio gaseoso en diferentes áreas pulmona-

399
CARDIOLOGÍA

res. Por un lado, la existencia de una zona con hipoxia alveo- sin que tal incremento del flujo, incluso hasta 3 veces el nor-
lar ocasiona una constricción vascular en dicha localización, mal, se traduzca por un aumento de las presiones capilar y
de lo que resulta una mayor perfusión de sangre en las zonas arterial pulmonares.
mejor ventiladas. Por otro lado, en zonas del pulmón poco Las venas de la circulación pulmonar drenan en cuatro
perfundidas se produce una broncoconstricción local, debi- principales: dos derechas, superior e inferior, que provienen
da, posiblemente, a una disminución en la concentración de del pulmón derecho y abocan a la aurícula izquierda por su
anhídrido carbónico. lado derecho, y dos izquierdas, superior e inferior, que pro-
Los capilares pulmonares tienen una presión de 7-10 mmHg, ceden del pulmón izquierdo y que abocan en la misma au-
lo cual contrasta con la presión de 25-35 mmHg de los capila- rícula por su lado izquierdo. Como en la circulación sistémi-
res de la circulación sistémica. Suponiendo unas paredes ca- ca, el 50-65% del volumen de sangre pulmonar está conteni-
pilares pulmonares normales, la presión capilar tiene que do en su sistema venoso.
elevarse hasta más de 30 mmHg, es decir, superar a la pre- La circulación pulmonar, al igual que la coronaria, partici-
sión osmótica, para que se produzca edema pulmonar. Por pa de alguna manera en la mayoría de las enfermedades car-
lo tanto, la baja presión capilar en los pulmones es funda- díacas. Así, la congestión pulmonar es el motivo de la disnea
mental para prevenir el edema pulmonar. Al igual que ocu- en los casos de insuficiencia cardíaca del lado izquierdo. Por
rre en la circulación sistémica, muchos capilares pulmonares otro lado, la hipertensión pulmonar, cualesquiera que sean
normalmente están cerrados, pero actúan como reserva, las causas, constituye el motivo más importante de la apari-
abriéndose en forma pasiva ante un flujo mayor de sangre, ción de insuficiencia cardíaca del lado derecho.

Función ventricular normal y patológica


X. Bosch Genover

Bases celulares de la contracción cardíaca


Estructura de los miocitos A
El miocardio se compone de células o fibras musculares
estriadas, cada una de las cuales contiene numerosas miofi-
brillas, compuestas, a su vez, por sarcómeras iguales dispues-
tas en sentido longitudinal (fig. 3.3). El resto de citoplasma
contiene el núcleo, las mitocondrias y un sistema membra-
noso intracelular, el retículo sarcoplásmico.
La sarcómera es estructural y funcionalmente la unidad Línea M
contráctil; está delimitada por dos líneas oscuras adyacentes, Mitocondria B
las líneas Z (fig. 3.3), cuya distancia entre sí varía según el Línea Z
grado de estiramiento o contracción del músculo. En el cen-
tro se halla una banda oscura de anchura constante, la ban- L S I
da A, flanqueada por dos bandas claras de anchura variable, Banda A
las bandas I. Las bandas de las sarcómeras reflejan la super- 2,2 µm
posición de dos grupos de miofilamentos constituidos, a su
vez, por proteínas contráctiles: los más gruesos están forma- C
dos por una proteína, la miosina, y se localizan en las bandas
A. Los filamentos más delgados están compuestos por otra Actina
proteína, la actina, se hallan unidos a cada línea Z y se pro- Miosina
yectan hasta el centro de las sarcómeras desde las bandas I
hasta las bandas A. En el centro se superponen con los fila-
mentos gruesos compuestos por moléculas de miosina. Las
bandas I contienen sólo filamentos finos de actina, mientras 1 µm M L S
que en las bandas A existen filamentos finos y gruesos, con H Banda I
puentes que los atraviesan (fig. 3.3). A 1,5 µm
Cada fibra cardíaca está separada por una membrana ex- Banda A Z
terna, el sarcolema, que presenta invaginaciones a lo largo
de las líneas Z de las sarcómeras (fig. 3.4). El sarcolema ac-
túa como una barrera iónica y conserva, en relación con el Fig. 3.3. A. Estructura de las fibras miocárdicas vistas al microsco-
pio óptico. B. Sección longitudinal de una miofibrilla vista al micros-
espacio extracelular, la elevada concentración intracelular copio electrónico. Puede observarse la disposición en paralelo de las
de potasio (K+) y la baja concentración de sodio (Na+) y cal- miofibrillas compuestas por sarcómeras conectadas en serie. C. Esque-
cio (Ca++). Estos gradientes iónicos transmembrana se man- ma de una sarcómera en el momento en que desarrolla máxima ten-
tienen mediante tres sistemas: la bomba de Na+-K+, el inter- sión muscular. Los filamentos gruesos de 1,5 mm de longitud, com-
cambio Na+-Ca++ y una bomba extractora de Ca++. puestos de miosina, se localizan en la banda A; los filamentos
Cerca de las líneas Z, el sarcolema presenta amplias inva- delgados de 1 mm de longitud, compuestos fundamentalmente por ac-
ginaciones, el sistema T, con ramificaciones en el interior de tina, se extienden desde la línea Z a través de la banda I hasta la ban-
las fibras miocárdicas. Cerca de él, se halla el retículo sarco- da A y terminan a los lados de la zona central H. La zona H es el área
central de la banda A en la que no hay filamentos delgados. Los fila-
plásmico, compleja red de canales intracelulares formado mentos de actina y miosina se superponen únicamente en la banda A.

400
FUNCIÓN VENTRICULAR NORMAL Y PATOLÓGICA

B
Túbulo T
Saco lateral
A
Ca++
Sistema Cisterna
Ca++
Sistema T longitudinal terminal
2Na+
ATPasa

Ca
+

++
a+
C
Membrana
basal
Sarcolema

Mitocondria

Fig. 3.4. A. Sección longitudinal de fibras


miocárdicas, en la que puede observarse la
relación existente entre el sarcolema, el sis-
tema T y el retículo sarcoplásmico. B. Am-
pliación del esquema anterior para ilustrar Líneas Z
el intercambio de Na+ y Ca++ en el retículo
sarcoplásmico.

por membranas tubulares interconectadas longitudinalmen- Activación cardíaca y acoplamiento excitación-contracción


te, que rodean cada miofibrilla y desempeñan un papel fun- La célula miocárdica está polarizada en reposo y su inte-
damental en la excitación muscular. rior contiene una carga eléctrica relativamente negativa con
respecto al exterior, con un potencial transmembrana de –80
El proceso contráctil a –100 mV. En reposo, el interior de la célula miocárdica
contiene concentraciones elevadas de K+ respecto al exte-
Las interacciones entre filamentos gruesos y delgados en rior, el cual, a su vez, contiene altas concentraciones de Na+
la banda A generan la fuerza y el acortamiento del miocar- y Ca++.
dio. La característica diferencial de la fibra muscular mio- El sarcolema contiene la bomba Na+-K+ que, al activarse,
cárdica es que la longitud de sus filamentos permanece extrae sodio del interior celular (fig. 3.4). En la fase 2 del po-
constante tanto en reposo como durante la contracción. Así, tencial de acción, existe una corriente lenta de Ca++ hacia el
al activarse la sarcómera, los filamentos de actina son empu- interior de la célula a través del sistema T. Ello estimula el re-
jados hacia las bandas A, cuya anchura permanece constan- tículo sarcoplásmico a liberar más Ca++ que, al entrar en la
te, mientras que las bandas I se estrechan y las líneas Z se sarcómera, se combina con la troponina C y activa la con-
acercan. tracción de los miofilamentos (fig. 3.5). Posteriormente, el
La miosina tiene actividad enzimática por medio de la retículo sarcoplásmico repone Ca++ a partir del existente alre-
adenosintrifosfatasa (ATPasa). Los miofilamentos delgados dedor de las miofibrillas, lo que hace disminuir su concentra-
están compuestos por una doble hélice de dos cadenas de ción en ellas. Como resultado, se inhibe la interacción acti-
moléculas de actina en estrecho contacto con dos proteínas na-miosina responsable de la contracción y se produce la
reguladoras de la contracción cardíaca, la tropomiosina y la relajación de las fibras miocárdicas.
troponina. Esta última, a su vez, tiene tres componentes: las El adenosintrifosfato (ATP) es la principal fuente de ener-
tropomiosinas C, I y T. A diferencia de la miosina, la actina gía utilizada en la contracción cardíaca. La actividad de la
no posee actividad enzimática propia pero puede combinar- ATPasa miosínica determina la velocidad de la contracción
se con la miosina en presencia de ATP y Mg++, lo que activa cardíaca al intermediar en la frecuencia con que se forman y
la ATPasa de la miosina. Esta interacción es inhibida por la deshacen los puentes de actina y miosina.
tropomiosina durante la relajación muscular.
Durante la activación, el Ca++ se une a la troponina C mo-
dificándose la estructura de esta proteína, de forma que la Mecanismos de la contracción cardíaca
actina se desliza entre los filamentos de miosina, lo que pro-
voca el acortamiento muscular (fig. 3.5). Posteriormente, la
falta de ATP separa la unión entre los puentes de miosina y
la actina. Estas uniones entre los filamentos de actina y mio- Papel de la longitud del músculo
sina se forman y rompen de forma cíclica siempre que exista La fuerza de contracción de cualquier fibra muscular de-
suficiente Ca++. Cuando éste disminuye por debajo de cierto pende de su longitud inicial. Cuanto más estirada está la fi-
nivel, el complejo troponina-tropomiosina inhibe la interac- bra miocárdica, mayores son la superposición e interacción
ción entre los puentes de miosina y los filamentos de actina. entre los dos grupos de miofilamentos, gruesos y finos, de la
Por tanto, el calcio iónico es el principal mediador de la con- sarcómera. Del mismo modo, la longitud de la sarcómera re-
tractilidad cardíaca y, en realidad, la mayoría de los fárma- gula la activación del sistema contráctil al variar su sensibili-
cos con acción inotrópica positiva actúan aumentando la dad al Ca++. Sin embargo, la contractilidad disminuye tanto
concentración de Ca++ alrededor de los miofilamentos. con longitudes pequeñas de la sarcómera como con estira-

401
CARDIOLOGÍA

Filamento delgado Filamento grueso


Sarcolema


+
1. Polarización:
El complejo troponina-tropomiosina –
bloquea el contacto entre +
actina y miosina –
+
Ca++ –


+ Ca++
2. Despolarización: –
El Ca++ se une a la +
troponina C e inhibe
la acción del complejo –
troponina-tropomiosina +

+

+
3. La miosina y el ATP –
se unen a la actina +
– Miosina y ATP Fig. 3.5. Secuencia de fenómenos que
+ ilustran el papel de las proteínas contrácti-
– les y las proteínas moduladoras durante el
mecanismo de activación y contracción.
Ca++ 1: antes de la despolarización, el comple-
4. El ATP es hidrolizado jo troponina-tropomiosina bloquea el con-
por la actomiosina, + ADP
se libera ADP y P, tacto de las cabezas de miosina con la ac-
el retículo sarcoplásmico P tina. 2: cuando aumenta la concentración
capta Ca++ + de calcio, la troponina C se une al calcio
– e inhibe la acción del complejo troponina-
+ tropomiosina. 3: las cabezas de miosina
– junto con ATP o ADP se unen a la actina.
5. Repolarización + 4: el ATP se hidroliza rápidamente por
– efecto de la actomiosina. 5: la miosina se
+ transforma y se acortan las sarcómeras; el
– ADP y el P resultantes de la hidrólisis del
+ ATP se liberan al retículo sarcoplásmico y
– la miosina vuelve al estado de relajación,
iniciándose la repolarización celular. (Modi-
ficada de J. WILKMAN-COFFELT, D.T. MASON).

mientos excesivos, ya que, en este último caso, los miofila- Las variaciones de la actividad contráctil del corazón pue-
mentos finos salen de las bandas A y no se genera tensión. den expresarse como desplazamientos de la curva fuerza-ve-
locidad. De esta forma puede comprobarse, experimental-
La relación entre la longitud inicial de las fibras muscula- mente, que aumentos en la longitud basal de la fibra
res y la fuerza desarrollada es de capital importancia para miocárdica incrementan la fuerza de contracción sin modifi-
comprender la función del músculo cardíaco. Esta relación car de forma apreciable la velocidad de acortamiento. Este
constituye la denominada ley de Starling que establece que, aumento de la contractilidad está mediado, como ya se ha
a un aumento del volumen ventricular –lo cual está en fun- señalado, por un incremento en la disponibilidad intracelu-
ción de la longitud inicial del músculo cardíaco– correspon- lar de Ca++.
de un aumento en la fuerza de la contracción ventricular. Se Es importante recordar que, a diferencia de la fibra muscu-
ha comprobado que, dentro de unos límites, la longitud de lar aislada, en el corazón íntegro existen otros factores que
las sarcómeras es directamente proporcional a la longitud condicionan el llenado y la expulsión de sangre de los ven-
del músculo cardíaco. trículos; éstos son las características anatómicas del corazón
y el pericardio, así como las presiones intracavitarias.
Durante la contracción, las fibras miocárdicas se acortan y
Relación fuerza-velocidad engruesan, la cavidad ventricular disminuye en sus ejes lon-
La actividad mecánica de cualquier músculo puede expre- gitudinal (un 9%) y transversal (un 25%) y la superficie inter-
sarse por su capacidad de acortamiento y de desarrollo de ten- na disminuye más que la externa. Como consecuencia, el
sión. Una propiedad fundamental de la musculatura es que la grosor de la pared aumenta un 25-35%.
velocidad de acortamiento se relaciona inversamente con Además de los cambios en el tamaño y la forma del ventrí-
la tensión desarrollada, principio que se conoce por la relación culo que ocurren normalmente durante el ciclo cardíaco, la
fuerza-velocidad. Según este principio, cuanto mayor es la car- morfología ventricular varía según las distintas enfermedades
ga que tiene que levantar un músculo, menor es la velocidad cardíacas.
de acortamiento. A diferencia del músculo esquelético, que
puede incrementar su fuerza de contracción reclutando otras
fibras musculares y aumentando la frecuencia de activación, el Propiedades diastólicas de los ventrículos
músculo cardíaco lo hace alterando la longitud de la fibra mus-
cular en reposo y aumentando la contractilidad; ambos meca- En la diástole ventricular es posible distinguir dos fases,
nismos mejoran la relación fuerza-velocidad. una primera de relajación activa, y otra posterior de relaja-

402
FUNCIÓN VENTRICULAR NORMAL Y PATOLÓGICA

ción pasiva. Durante la primera fase de llenado ventricular,


existe una fase rápida de relajación ventricular activa en rela- Disminución Aumento
ción con la recaptación de Ca++ por el retículo sarcoplásmi- de la de la
distensibilidad distensibilidad
co. En este período, la velocidad de relajación depende del

del ventrículo izquierdo


Normal
nivel de estado inotrópico y de propiedades intrínsecas de la

Presión diastólica
relajación dependientes de la precarga y la poscarga. Así, un
efecto inotrópico positivo acorta la sístole y aumenta la velo-
cidad de relajación, lo que se denomina efecto lusotrópico.
Un efecto similar se obtiene aumentando la frecuencia car-
díaca debido al efecto inotrópico positivo de la taquicardiza-
ción (relación fuerza-frecuencia). Otro factor importante en
esta primera fase de llenado ventricular es el gradiente de
presión existente entre las aurículas y los ventrículos en el
momento en que se abre la válvula AV.
Durante las fases siguientes de la diástole ventricular, los Volumen diastólico del ventrículo izquierdo
factores que determinan el llenado ventricular pasivo son
las dimensiones de las cavidades ventriculares, el grosor
de las paredes y las propiedades mecánicas intrínsecas del Fig. 3.6. Relación presión-volumen del ventrículo izquierdo en tres
situaciones distintas: un individuo sano, una situación en la que la dis-
músculo cardíaco. tensibilidad ventricular está aumentada, como en la insuficiencia aórti-
La relación entre la presión y el volumen diastólico ventri- ca crónica, y otra en la que la distensibilidad está disminuida, como
cular no es lineal, sino que sigue una línea curva (fig. 3.6). en la miocardiopatía hipertrófica.
Para valores bajos de presión telediastólica del ventrículo iz-
quierdo, la curva presenta una pendiente suave, en la que
grandes cambios de volumen causan pequeños cambios de Volumen sanguíneo total
presión. En el límite superior de la presión diastólica normal, Cuando se halla disminuido el volumen sanguíneo total,
la pendiente de la curva es más pronunciada y se hace expo- como ocurre durante una hemorragia o una deshidratación,
nencial, lo que indica que, al aumentar progresivamente el retorno venoso de sangre al corazón disminuye y, como
el volumen de la cavidad ventricular, la distensibilidad ven- consecuencia, disminuyen el volumen telediastólico (precar-
tricular disminuye y el ventrículo se hace más rígido. ga) y el gasto cardíaco.

Distribución del volumen sanguíneo


Factores determinantes de la función Incluso con un volumen sanguíneo normal, el volumen
ventricular y del gasto cardíaco ventricular depende de la distribución de la sangre en los
compartimientos intratorácico y extratorácico, lo que, a su
El grado de acortamiento del músculo cardíaco, y, por lo vez, está determinado por las siguientes circunstancias:
tanto, el volumen de eyección, está determinado por tres Posición del cuerpo. La fuerza de la gravedad tiende a se-
condiciones: a) la longitud del músculo al iniciarse la con- cuestrar la sangre hacia las partes declives. La posición ortos-
tracción (precarga); b) el estado inotrópico del músculo, es tática aumenta el volumen sanguíneo extratorácico a partir
decir, de la relación fuerza-velocidad-longitud, y c) la tensión del intratorácico y disminuye el trabajo cardíaco. A la inver-
que tiene que desarrollar el músculo durante la contracción sa, la inmersión del cuerpo en agua o la ausencia de fuerza
(poscarga). Dado que el gasto cardíaco es el resultado de de gravedad, como ocurre en los vuelos espaciales, aumen-
multiplicar el volumen sistólico o volumen de eyección por tan el volumen sanguíneo intratorácico y la precarga.
la frecuencia cardíaca, los determinantes del gasto cardíaco Presión intratorácica. En condiciones normales, la presión
son los tres factores que condicionan el volumen de eyec- intratorácica media durante el ciclo respiratorio es negativa.
ción más la frecuencia cardíaca (fig. 3.7). Esto facilita el retorno venoso al corazón, especialmente du-
rante la inspiración, en que la presión se hace más negativa.
Todas las situaciones que hacen aumentar la presión intrato-
Precarga (volumen telediastólico ventricular) rácica, como la tos, la maniobra de Valsalva o un neumo-
El rendimiento del miocardio en su función de bomba tórax a tensión, dificultan el retorno venoso y disminuyen el
está determinado, en gran medida, por la longitud de las fi- volumen plasmático intratorácico y el volumen ventricular y,
bras musculares al final de la diástole y, por lo tanto, por su como consecuencia, el volumen sistólico o de eyección y el
volumen diastólico ventricular, siguiendo la ley de Starling. A trabajo ventricular.
su vez, los determinantes de la precarga ventricular son el vo- Presión intrapericárdica. Cuando está elevada, como ocu-
lumen plasmático total y su distribución en el organismo y la rre durante un taponamiento cardíaco, se dificulta el llenado
contracción auricular.

Tamaño del Resistencia


Precarga ventrículo periférica
izquierdo
Volumen Presión
latido arterial
Acortamiento Gasto
Contracti- de las fibras cardíaco
lidad miocárdicas
Frecuencia
cardíaca
Fig. 3.7. Factores determinantes de la
función cardíaca y del mantenimiento de
Poscarga
la presión arterial. Las líneas continuas in-
dican un efecto potenciador, mientras que
la línea discontinua señala la existencia
de un efecto inhibidor.

403
CARDIOLOGÍA

Relación
fuerza-frecuencia
Catecolaminas Digital y otros
circulantes agentes inotrópicos

Impulsos nerviosos Anoxia


simpáticos ESTADO CONTRÁCTIL Hipercapnia
DEL MIOCARDIO Acidosis

Depresión Fármacos
intrínseca depresores
Función ventricular

Pérdida
de miocardio

Fig. 3.8. Factores que determinan el es-


tado contráctil del miocardio y repercu-
Volumen telediastólico ventricular sión de sus alteraciones (aumento o dis-
minución de la contractilidad) sobre la
función ventricular.

ventricular durante la diástole y disminuye el volumen dias- alteraciones súbitas en la curva de función ventricular y la re-
tólico e, igualmente, el volumen de eyección y el trabajo car- lación fuerza-velocidad.
díaco.
Tono venoso. La venoconstricción hace disminuir el volu- Catecolaminas circulantes
men sanguíneo extratorácico y aumentar el volumen intrato- Las catecolaminas liberadas por la médula suprarrenal por
rácico y el volumen de eyección ventricular. Esto se produce efecto de la estimulación adrenérgica, aumentan la frecuen-
en situaciones muy variadas por efecto de la activación neu- cia cardíaca y la contractilidad, al estimular los receptores
rohormonal, como ocurre durante el ejercicio físico, situa- beta. Este mecanismo es más lento que la respuesta a la libe-
ciones de estrés o hipotensión arterial. Algunos fármacos ración de noradrenalina por los nervios cardíacos, pero es
como la nitroglicerina, un potente venodilatador, producen importante en situaciones de hipovolemia o insuficiencia
efectos opuestos. cardíaca congestiva.
Acción bombeante de la musculatura esquelética. Durante
el ejercicio físico, los músculos bombean la sangre fuera del Relación fuerza-frecuencia cardíaca
reservorio venoso y la dirigen hacia el espacio intratoráci- La relación fuerza-velocidad está también influida por el
co aumentando, pues, el volumen ventricular y el gasto car- ritmo y la frecuencia cardíacos. Así, por ejemplo, las extrasís-
díaco. toles ventriculares inducen una potenciación postextrasistóli-
ca en el latido siguiente, al inducir la entrada de Ca++ al inte-
Contracción auricular rior de las células. Asimismo, el aumento de la frecuencia
La contracción auricular, que ocurre al final de la diástole cardíaca incrementa la velocidad de acortamiento de las fi-
ventricular, aumenta el llenado de los ventrículos y el volu- bras musculares.
men telediastólico. Este hecho tiene especial importancia en
casos de hipertrofia cardíaca, en la cual la pérdida de la con- Medicamentos inotrópicos positivos
tracción auricular, como ocurre durante la fibrilación auricu- La digital, los fármacos simpaticomiméticos y otros, como
lar, disminuye notablemente el llenado ventricular y el volu- la cafeína y la teofilina, aumentan la contractilidad cardíaca.
men telediastólico, lo que conduce a una disminución del Variaciones en el contenido de calcio iónico en sangre,
gasto cardíaco y del rendimiento cardíaco. Otras circunstan- como ocurre en pacientes en hemodiálisis, producen tam-
cias que disminuyen la contribución auricular al llenado bién cambios en la contractilidad.
ventricular son el acortamiento o el alargamiento patológi-
cos del segmento PR en el ECG, la disociación AV y el infarto Depresores fisiológicos
auricular. Tanto la hipoxia como la hipercapnia, la isquemia y la aci-
dosis, disminuyen la contractilidad del miocardio.
Contractilidad miocárdica Depresores farmacológicos
Los factores que modifican la contractilidad del miocar- Muchos fármacos tienen un efecto inotrópico negativo.
dio actúan sobre la función ventricular con independencia Entre ellos destacan la mayoría de los antiarrítmicos y los fár-
del volumen telediastólico ventricular. Su efecto se debe a macos utilizados como anestésicos, los antagonistas del cal-
que modifican la relación fuerza-velocidad-longitud de la cio y el alcohol.
musculatura cardíaca. Dichos factores son los siguientes
(fig. 3.8): Depresión miocárdica intrínseca
A pesar de que todavía se desconoce el mecanismo funda-
Actividad del sistema nervioso simpático mental responsable de la depresión de la contractilidad en la
El factor más importante que regula la contractilidad mio- insuficiencia cardíaca crónica, se sabe que el estado inotró-
cárdica es la cantidad de noradrenalina liberada por las ter- pico de cada unidad de miocardio está disminuida.
minaciones nerviosas simpáticas, lo que condiciona su ac-
ción sobre los receptores betadrenérgicos del miocardio. Pérdida de la masa ventricular
Cambios rápidos en la contractilidad se deben a variaciones Después de un infarto de miocardio, la zona necrosada es
en la cantidad de impulsos nerviosos que pasan por el siste- hipocinética o acinética, lo que deprime la función ventricu-
ma adrenérgico del corazón. Este es el mecanismo más im- lar aunque otras zonas del miocardio puedan tener una fun-
portante por el que se producen, en condiciones fisiológicas, ción normal o, incluso, sean hipercinéticas. Situaciones simi-

404
FUNCIÓN VENTRICULAR NORMAL Y PATOLÓGICA

lares pueden ocurrir en pacientes con angina de pecho, por va o/y la reducción de la poscarga aumentarán el gasto car-
disfunción transitoria o reversible de la contractilidad regio- díaco.
nal del ventrículo izquierdo.
Frecuencia cardíaca
Poscarga ventricular Un aumento de la frecuencia cardíaca produce un efecto
El volumen sistólico o de eyección depende sobre todo inotrópico positivo y, como se ha comentado antes, aumenta
del grado de acortamiento de las fibras musculares cardía- también la velocidad de relajación. En el individuo normal,
cas. La velocidad y la intensidad de acortamiento ventricu- la taquicardia no aumenta el gasto cardíaco puesto que pro-
lar, para cualquier grado de longitud de las fibras musculares voca, por vía refleja, una disminución del retorno venoso,
cardíacas (precarga) y estado inotrópico, están inversamente con lo cual el volumen sistólico se reduce. Sin embargo, si se
relacionadas con la poscarga impuesta al músculo durante la mantiene constante la precarga, toda taquicardia aumenta el
contracción. La poscarga, pues, se define como la tensión o gasto cardíaco. Ello ocurre, no obstante, dentro de ciertos lí-
estrés desarrollada por la pared ventricular durante la sístole. mites, a partir de los cuales se acorta la diástole y se dificulta
Por lo tanto, la poscarga ventricular depende de la presión el llenado ventricular, observándose una disminución del
aórtica, del volumen y del grosor ventricular, siguiendo la ley gasto cardíaco cuando la frecuencia cardíaca supera los
de Laplace, según la cual, la tensión de la fibras miocárdicas 180 lat/min.
depende del producto de la presión intracavitaria ventricular
por el radio de la cavidad, dividido por el grosor de la pared.
Por consiguiente, para una misma presión arterial, la poscar-
Cambios durante el ejercicio físico
ga que debe vencer un ventrículo dilatado es mucho mayor Durante el ejercicio físico en bipedestación, la hiperventi-
que la de un ventrículo normal. Por otro lado, un ventrículo lación, el efecto de bombeo de la musculatura y la veno-
hipertrófico tolerará mejor poscargas elevadas. constricción resultante aumentan el retorno venoso y el lle-
A su vez, la presión arterial depende sobre todo de las re- nado ventricular y la precarga. Al mismo tiempo, la acti-
sistencias vasculares periféricas, las características físicas del vación adrenérgica sobre el miocardio, el aumento de las cate-
árbol arterial (rigidez, distensibilidad, entre otras) y del volu- colaminas circulantes y la taquicardia, incrementan la con-
men sanguíneo que contenga al iniciarse la contracción ven- tractilidad (fig. 3.9, curvas 1 y 2) y el volumen sistólico sin
tricular (precarga) (fig. 3.7). Para cualquier valor de volu- modificar, o incluso disminuyendo, el volumen telediastóli-
men telediastólico ventricular y de estado inotrópico, el co (fig. 3.9, puntos A y B). El incremeno del gasto cardíaco
volumen sistólico de los ventrículos depende inversamente, resultante del aumento de la precarga y la contractilidad, ele-
pues, de la poscarga. va sólo de forma moderada la presión arterial, porque este
El papel crucial de la poscarga ventricular en la regulación efecto está contrabalanceado por la vasodilatación de las ar-
cardiovascular se resume en la figura 3.7. Los incrementos de terias de la musculatura con la consiguiente disminución de
la precarga y de la contractilidad aumentan el grado de acor- las resistencias vasculares periféricas.
tamiento de las fibras miocárdicas, mientras que los aumen-
tos de la poscarga lo disminuyen. El grado de acortamiento
miocárdico y el volumen ventricular determinan el volumen Evaluación de la función cardíaca
sistólico. La presión arterial, a su vez, depende del producto
del gasto cardíaco y las resistencias vasculares periféricas, Existen múltiples métodos, tanto invasivos como no invasi-
mientras que la poscarga depende del tamaño ventricular y vos, para evaluar la función ventricular. De un modo resumi-
de la presión arterial. Así, un aumento de la presión arterial do es posible clasificarlos clínicamente en seis grupos:
inducido por vasoconstricción, por ejemplo, aumenta la post-
carga lo que, a través de un mecanismo regulador, hará dis-
minuir el acortamiento de las fibras miocárdicas, el volumen
Medición del gasto cardíaco
sistólico y el gasto cardíaco. Esto último tiende a restaurar la En reposo, el volumen sistólico y el gasto cardíaco pueden
presión a los niveles basales. estar disminuidos en pacientes con insuficiencia cardíaca.
Cuando la función ventricular se deprime y la cavidad se Dicha disminución puede comprobarse mediante cateteris-
dilata hasta un nivel en que se agota la capacidad de reserva mo cardíaco o ventriculografía isotópica. Sin embargo, estos
dependiente de la precarga, como ocurre en los casos de in- dos parámetros dependen no sólo de la contractilidad del
suficiencia cardíaca congestiva, la poscarga ventricular resul- miocardio, sino también de la precarga, la poscarga y la fre-
ta crucial para mantener la función ventricular. En estos ca- cuencia cardíaca, por lo que son índices de función circula-
sos, la disminución del gasto cardíaco induce una activación toria más que de función cardíaca. Además, a menudo se
neurohormonal que aumenta la poscarga, lo que hace dismi- mantienen en límites normales. Así, en reposo el índice car-
nuir todavía más el gasto cardíaco e incrementar el consumo díaco, es decir, el gasto cardíaco corregido por la superficie
miocárdico de oxígeno. Estos efectos pueden contrarrestarse corporal, varía ampliamente entre 2,2 y 4,2 L/min/m2, por lo
en parte con la administración de vasodilatadores (véanse que este parámetro resulta ser muy poco sensible para medir
Insuficiencia cardíaca y Shock cardiogénico). la función cardíaca.
Todos los factores mencionados que determinan la fun-
ción ventricular interaccionan entre sí de forma compleja
con el fin de mantener un gasto cardíaco suficiente para
Presiones cardíacas
cubrir las necesidades metabólicas de los tejidos, de mane- Una evaluación más precisa de la función cardíaca puede
ra que, en un individuo sano, la alteración de uno de estos obtenerse si, además del gasto cardíaco, se mide la presión
factores no suele modificar el gasto cardíaco debido a la de llenado ventricular, es decir, la presión en telediástole.
activación de mecanismos compensadores. Así, de todos Esta presión es importante porque, en ausencia de valvulopa-
los mecanismos mencionados, el que más actúa sobre la tía auriculoventricular, refleja la presión media de la aurícula
función ventricular en un individuo sano es la modificación izquierda y es, además, igual a la presión capilar pulmonar y
de la precarga o volumen ventricular telediastólico, que, a a la presión pulmonar diastólica, que puede medirse fácil-
su vez, depende del volumen de sangre disponible para lle- mente con un catéter colocado en la arteria pulmonar. En el
nar el corazón, mientras que modificaciones del inotropis- lado derecho del corazón, la presión telediastólica ventricu-
mo o de la poscarga no modifican sensiblemente el gasto lar equivale a la presión de la aurícula derecha y a la presión
cardíaco. Por el contrario, en situaciones de insuficiencia venosa central. Aunque la medición aislada de la presión de
cardíaca secundarias a depresión de la contractilidad, la llenado ventricular ofrece poca información, puesto que de-
administración de un fármaco con acción inotrópica positi- pende no sólo del volumen ventricular sino también de su

405
CARDIOLOGÍA

distensibilidad, su medición simultánea con el gasto cardía- el ventrículo izquierdo durante la sístole, mientras que el
co permite construir curvas de función ventricular (fig. 3.8), área situada por debajo de la presión diastólica de la curva
con las cuales se comprende mejor el estado hemodinámi- representa una medición del trabajo diastólico realizado
co. Además, con estos datos se pueden calcular diferentes ín- para distender el ventrículo durante la diástole.
dices de función cardiovascular, como las resistencias vascu- La posición y la pendiente de la curva presión-volumen
lares pulmonares y sistémicas y el trabajo cardíaco (véase ventricular durante la diástole ofrecen información sobre las
Shock cardiogénico). propiedades diastólicas del ventrículo (fig. 3.6), mientras que
la relación presión-volumen al final de la sístole ventricular
constituye un índice muy útil de función ventricular y, espe-
Volúmenes ventriculares cialmente, de la contractilidad ventricular, puesto que es
Un método más sensible para valorar la función ventricu- el único factor independiente de la precarga y la poscarga
lar que la medición de las presiones intracardíacas lo consti- (fig. 3.11).
tuye la medición de los volúmenes ventriculares y, especial-
mente, de la fracción de eyección, que es la relación entre el
volumen sistólico y el volumen telediastólico, según la fór- Fisiopatología de la insuficiencia cardíaca
mula:
Desde un punto de vista clínico la insuficiencia cardíaca
FE = VS/VTD = VTD-VTS/VTD puede definirse como la situación en la que una anomalía
Donde FE: fracción de eyección; VS: volumen sistólico; de la función cardíaca impide que el corazón expulse sangre
VTD: volumen telediastólico y VTS: volumen telesistólico. suficiente para cubrir las necesidades metabólicas de los teji-
Este parámetro suele estar disminuido en pacientes con in- dos o sólo puede hacerlo con unas presiones de llenado ven-
suficiencia cardíaca en etapas iniciales y subclínicas, puede tricular muy elevadas.
medirse mediante angiografía, ventriculografía isotópica o Aunque la mayoría de los casos de insuficiencia cardíaca
ecocardiografía y constituye el parámetro con mayor valor se deben a insuficiencia miocárdica, es decir, a un déficit de
pronóstico en pacientes con cardiopatía isquémica. La ma- la contractilidad o de la relajación del miocardio, en algunos
yor limitación del método lo constituye el hecho de que de- casos puede existir insuficiencia cardíaca sin anomalías de
pende no sólo de la contractilidad del miocardio sino tam- la función miocárdica, debido a situaciones en las que un
bién de la precarga y la poscarga, por lo que algunos corazón normal tiene que hacer frente de forma aguda a una
pacientes sin disfunción ventricular pueden tener fracciones gran elevación de la precarga o la poscarga, como durante
de eyección disminuidas en situaciones de precarga baja o una crisis hipertensiva o una rotura de cuerdas tendinosas de
elevación extrema de la poscarga. la válvula mitral. Por otro lado, es importante diferenciar la
insuficiencia cardíaca de otras dos situaciones posibles: esta-
dos de insuficiencia circulatoria en los que la función cardía-
Cambios con el ejercicio ca no está alterada, como en el shock hipovolémico, y situa-
ciones en las que hay congestión circulatoria por retención
Un método todavía más sensible para detectar disfunción
hidrosalina sin que exista disfunción cardíaca, como en un
ventricular es la medición de los cambios circulatorios du-
síndrome nefrótico.
rante el esfuerzo físico. Así, se determinan el gasto cardíaco,
la presión telediastólica ventricular y el consumo total de
oxígeno tanto en reposo como durante el esfuerzo máximo. Mecanismos de adaptación o compensadores
A diferencia del individuo normal, en pacientes con insufi-
En situaciones de déficit de la contractilidad o de sobre-
ciencia cardíaca la presión telediastólica ventricular se eleva
cargas hemodinámicas, el corazón dispone de varios meca-
por encima de los 12 mmHg sin que aumente el volumen
nismos de adaptación con el fin de mantener su función de
sistólico y con un ligero incremento del gasto cardíaco que
bomba. Los más importantes son:
no se acompaña de un aumento paralelo del consumo de
1. La dilatación ventricular, consecuencia del efecto del
oxígeno.
aumento de la precarga, producido por la retención hidrosa-
lina, sobre el alargamiento de las fibras miocárdicas siguien-
Movimiento y tensión de la pared ventricular do la ley de Starling. De esta forma, se produce un alarga-
miento de las sarcómeras que favorece la superposición de
La función ventricular puede evaluarse también mediante los filamentos gruesos y delgados y, por consiguiente, au-
cateterismo cardíaco y ecocardiografía midiendo la relación menta la contractilidad.
fuerza-velocidad y el grado de acortamiento miocárdico, con 2. La hipertrofia del miocardio, que aumenta la masa de
el fin de detectar alteraciones en la velocidad de acortamien- tejido contráctil.
to y tensión desarrollada. Así se puede calcular la tensión o 3. La liberación de catecolaminas por el sistema nervioso
estrés parietal, que, según la ley de Laplace descrita antes, es simpático del corazón y por las glándulas suprarrenales.
igual al producto de la presión intraventricular por el radio, 4. La activación del sistema renina-angiotensina-aldoste-
dividido por el grosor de la pared. rona.
En pacientes con cardiopatía isquémica pueden observar- Estos mecanismos son capaces de mantener la función
se alteraciones en los movimientos de la pared ventricular en cardíaca en etapas iniciales y suelen dominar la semiología
forma de hipercinesia, hipocinesia, acinesia o discinesia (fig. de la insuficiencia cardíaca, pero su capacidad es finita y, a
3.9). Estos cambios se observan sólo en las zonas con déficit largo plazo, suelen producir efectos adversos.
de perfusión coronaria, por lo que las alteraciones contrácti-
les son regionales y es posible que se conserve una correcta Dilatación e hipertrofia cardíaca
función ventricular global. El corazón insuficiente es capaz de expulsar un volumen
sistólico normal durante mucho tiempo a expensas del au-
Relación presión-volumen mento del volumen diastólico y, por tanto, de la precarga, si-
guiendo los principios de la ley de Starling. De este modo, se
Por último, la medición simultánea de estos dos paráme- estiran las sarcómeras, lo que incrementa el número de luga-
tros permite obtener la denominada curva o asa presión-vo- res donde pueden interaccionar los filamentos de actina y
lumen, cuya altura y anchura están determinadas por la pre- miosina, y aumenta su sensibilidad al Ca++. Por otro lado, la
sión sistólica y el volumen ventricular (fig. 3.10). El área hipertrofia cardíaca es otro mecanismo de reserva del cora-
comprendida por debajo de la presión sistólica de la curva zón insuficiente por el que el miocardio consigue nuevas
representa una medición del trabajo sistólico efectuado por unidades contráctiles (fig. 3.12).

406
FUNCIÓN VENTRICULAR NORMAL Y PATOLÓGICA

Telediástole
Normal
Telesístole Presión
isovolumétrica

Presión
Relación pasiva
presión-volumen
Discinesia
Acinesia

A B C

Volumen

Fig. 3.11. Representación gráfica de tres curvas de presión-volumen


(A a C) obtenidas durante tres latidos cardíacos tras variar la precarga
y la poscarga ventricular. Obsérvese cómo el vértice superior izquier-
do de cada asa finaliza en la línea de presión isovolumétrica. Este
Fig. 3.9. Alteraciones de la motilidad regional de la pared del ventrí- punto se corresponde con la incisura dícrota de la curva de presión
culo izquierdo en pacientes afectos de cardiopatía isquémica. Pueden aórtica y el volumen telesistólico. La pendiente de la línea que une es-
observarse los contornos ventriculares en telediástole y telesístole en tos puntos y que representa la relación presión-volumen telesistólicos,
proyección oblicua anterior derecha. A partir del área ventricular y, co- constituye un índice muy fiable de contractilidad ventricular, pues es el
nociendo los diámetros ventriculares, puede estimarse la fracción de único parámetro que es independiente de la precarga y la poscarga.
eyección, principal parámetro para evaluar el pronóstico de estos pa- Un aumento de la contractilidad ocasiona un incremento (desviación
cientes. El cálculo de este índice es más exacto si se conocen los volú- a la izquierda) de la pendiente, mientras que la disminución de la con-
menes ventriculares, los cuales pueden determinarse mediante ventri- tractilidad se traduce en una reducción de la pendiente.
culografía isotópica o, con menor exactitud, con ecocardiografía
bidimensional.
una sobrecarga adicional sobre el resto del miocardio y se
crea un círculo vicioso que termina consolidando la insufi-
ciencia cardíaca.
La hipertrofia cardíaca no aparece únicamente cuando
3 Expulsión (sístole)
existe una sobrecarga de presión o de volumen. En casos de
necrosis celular, como ocurre tras un infarto de miocardio,
existe también una hipertrofia de los miocitos viables con un
D C incremento tanto de su diámetro, como ocurre en las sobre-
cargas de presión, como de su longitud, como sucede en las
Presión

4 2
sobrecargas de volumen.
Relajación 2 Sístole Tanto la sobrecarga de presión como la de volumen pro-
isovolumétrica
isovolumétrica ducen alteraciones en la geometría y el grosor del ventrículo
izquierdo que tienden a mantener la tensión sistólica de la
pared dentro de límites normales. Así, cuando la causa pri-
B
A maria de la hipertrofia es una sobrecarga de presión, la ten-
sión sistólica de la pared del ventrículo izquierdo aumenta
1 Llenado ventricular (diástole)
bruscamente, lo que provoca una reproducción en paralelo
Volumen de las miofibrillas, con engrosamiento de los miocitos e
hipertrofia concéntrica de la pared. Este engrosamiento de
la pared es suficiente para que, siguiendo la ley de Laplace, la
Fig. 3.10. Relación presión-volumen del ventrículo izquierdo duran- tensión parietal se normalice. Cuando la causa primaria de
te un ciclo cardíaco. El segmento 1 corresponde al llenado ventricular
durante la diástole, el 2 a la sístole isovolumétrica, el 3 a la fase de ex- la hipertrofia es una sobrecarga de volumen, aumenta la ten-
pulsión de sangre hacia la aorta durante la sístole ventricular y el 4 a sión diastólica del ventrículo izquierdo, lo que provoca una
la fase de relajación isovolumétrica. reproducción en serie de las sarcómeras, con alargamiento
de los miocitos y dilatación ventricular. Esta dilatación incre-
menta la tensión sistólica por efecto de la ley de Laplace, lo
que provocará hipertrofia de la pared, que normalizará la
Estos dos mecanismos compensadores suelen activarse se- tensión sistólica.
cuencialmente. Así, ante una sobrecarga hemodinámica, ya El incremento de la síntesis proteica en la hipertrofia
sea de presión, como en la hipertensión arterial, o de volu- cardíaca se asocia a un aumento del RNA total y del RNA
men, como en la insuficiencia aórtica, el ventrículo respon- mensajero. De esta manera, la sobrecarga hemodinámica au-
de inicialmente aumentando la longitud de las sarcómeras menta la síntesis global de proteínas aunque altera cualitati-
con el fin de obtener una superposición óptima de los fila- vamente éstas; es decir, se sintetizan isoformas de proteína
mentos gruesos y delgados. Más tarde, se produce un aumen- que estuvieron presentes durante la vida fetal y neonatal,
to de la masa muscular por medio de la hipertrofia, que será cuando la síntesis proteica en el corazón era también rápida,
concéntrica con cavidad ventricular pequeña en los casos y otras proteínas como el péptido natriurético auricular, lo
de sobrecarga de presión y excéntrica con dilatación ven- que significa reexpresión de los genes de dichas proteínas.
tricular si es de volumen. Ello permite mantener la presión
arterial en los casos de sobrecarga de volumen, sin que dis-
minuya la contractilidad. En etapas posteriores, existe una
Alteraciones de la función diastólica ventricular
disminución del inotropismo y el corazón recurre a la esti- En la insuficiencia cardíaca pueden existir anomalías tan-
mulación simpática. Finalmente, se produce necrosis celular to en sístole (disfunción sistólica) como en diástole (disfun-
con formación de fibrosis y tejido cicatricial. Esto provoca ción diastólica). En la denominada insuficiencia cardíaca

407
CARDIOLOGÍA

Otras situaciones que facilitan la disfunción ventricular dias-


tólica son la edad avanzada y la diabetes mellitus.
En muchos pacientes coexisten las dos alteraciones, los
Sobrecarga ventrículos están dilatados e hipertróficos y se observa una
de presión alteración de la función tanto sistólica como diastólica del
corazón, con lo que éste se llena y vacía mal.
La contribución de la contracción auricular al llenado
Presión (mmHg)

ventricular es muy importante en circunstancias en que au-


100 Normal Sobrecarga menta la rigidez ventricular. La pérdida de la contracción
de volumen auricular en estos casos determina una elevación de la pre-
sión auricular, que causará congestión pulmonar, y una dis-
minución del llenado ventricular y, por lo tanto, del volumen
de eyección y del gasto cardíaco.

Metabolismo cardíaco
0 En la insuficiencia cardíaca existe una anomalía del aco-
100 plamiento excitación-contracción que reduce el suministro
de Ca++ a los sitios contráctiles, lo que disminuye el rendi-
Volumen (mL/m2) miento cardíaco. A pesar de ello, se desconoce todavía en
qué sitio exacto se produce la alteración, la base molecular
del trastorno, y si la causa radica en un defecto de produc-
Fig. 3.12. Ejemplos de tres asas de presión-volumen del ventrículo ción de energía, su conservación o su utilización. Así, se
izquierdo obtenidas en un individuo sano, un paciente con una sobre-
carga crónica de volumen (insuficiencia aórtica) y en otro afecto de sabe que puede haber una alteración grave de la función
una sobrecarga de presión (estenosis aórtica). ventricular sin que exista una alteración de la función mito-
condrial o una disminución de los depósitos de fosfatos de
alta energía. De todas formas, existe una anomalía en la ma-
nipulación del Ca++ por el retículo sarcoplásmico, lo que es
sistólica, cuyo prototipo es la miocardiopatía dilatada, la fundamental para el desarrollo de la insuficiencia cardíaca.
anomalía primaria es un déficit de la contractilidad. Esto
conduce a una disminución del volumen sistólico y del gasto
cardíaco, así como a un vaciado ventricular inadecuado, di-
Cambios neurohormonales
latación cardíaca y elevación de la presión diastólica ventri- Las dos principales alteraciones de la insuficiencia cardía-
cular (fig. 3.13). ca son la disminución del gasto cardíaco y la elevación de la
En la insuficiencia cardíaca diastólica, la anomalía prima- presión de la aurícula izquierda como consecuencia del au-
ria está constituida por una alteración o dificultad de la rela- mento de la presión diastólica ventricular. La reducción del
jación ventricular, lo que conduce a la elevación de la pre- gasto cardíaco provoca la estimulación del sistema adrenér-
sión diastólica ventricular sin dilatación cardíaca y, por gico, la activación del sistema renina-angiotensina-aldostero-
tanto, con unos volúmenes ventriculares normales (fig. 3.13). na y el aumento en la producción de vasopresina u hormona
Este déficit de relajación puede ser funcional, como ocurre antidiurética (véase Insuficiencia cardíaca). En los estadios
durante la isquemia, o deberse a la existencia de unas pare- iniciales de la insuficiencia cardíaca, estos tres mecanismos
des engrosadas y rígidas, como sucede en situaciones de hi- son realmente compensadores y logran mantener la circula-
pertrofia ventricular, siendo el prototipo de esta entidad la ción. Sin embargo, el mantenimiento de la activación de es-
miocardiopatía hipertrófica y la miocardiopatía restrictiva. tos mecanismos resulta, a la larga, contraproducente ya que

Fig. 3.13. Curvas de función ventricu-


lar sistólicas y diastólicas obtenidas al
Normal Hipertrofia Dilatación relacionar la precarga (volumen tele-
diastólico) con el trabajo cardíaco y la
presión telediastólica, respectivamente,
en un individuo sano, un paciente con
miocardiopatía hipertrófica y otro pa-
ciente afecto de miocardiopatía dilata-
da. El ventrículo normal (izquierda) al-
canza una presión telediastólica de 30
mmHg (edema de pulmón) cuando el
40
Edema volumen telediastólico es de 200 mL. En
contraste, el paciente afecto de miocar-
Distensibilidad 30 diopatía hipertrófica (centro), con una
Presión telediastólica
(mmHg) 20 cavidad ventricular pequeña con hiper-
10
trofia concéntrica, tiene una función sis-
tólica normal, pues la relación entre el
volumen telediastólico y el trabajo sistó-
lico no se modifica. Sin embargo, pre-
Función 100 senta una insuficiencia ventricular dias-
Trabajo sistólico tólica porque la presión telediastólica
(g/m/lat) 50 alcanza el nivel a partir del cual se pro-
duce el edema de pulmón (30 mmHg)
con un volumen telediastólico menor
0 100 200 0 100 200 0 100 200
(130 mL). Por el contrario, el paciente
Volumen telediastólico (mL) afecto de miocardiopatía dilatada (dere-
cha) tiene insuficiencia o fallo sistólico
porque el trabajo sistólico está muy dis-
minuido, a la vez que la distensibilidad está aumentada, pudiendo alcanzar valores muy altos de volumen telediastólico ventricular (280 mL)
antes de presentar un edema pulmonar.

408
FUNCIÓN VENTRICULAR NORMAL Y PATOLÓGICA

causa vasoconstricción excesiva, aumento de la poscarga, re- liberación de este neurotransmisor, junto con la disminución
tención excesiva de sal y agua, diselectrolitemias y arritmias de los receptores betadrenérgicos, puede ser la causa de la
ventriculares. Por el contrario, la elevación de la presión pérdida del soporte adrenérgico, muy necesario en el cora-
auricular estimula la producción de péptido natriurético au- zón insuficiente.
ricular, que actúa como hormona contrarreguladora e indu- En los estadios avanzados de la insuficiencia cardíaca,
ce vasodilatación y aumento de la diuresis, lo que contraba- cuando las concentraciones plasmáticas de catecolaminas
lancea, en parte, los efectos nocivos de la activación neuro- están aumentadas y los depósitos cardíacos de noradrenali-
hormonal anteriormente citada. na se hallan vacíos, el miocardio depende de la estimulación
adrenérgica extracardíaca procedente de la médula suprarre-
nal, lo que explica el deterioro que estos pacientes suelen
Sistema nervioso adrenérgico presentar si se les administra un bloqueador beta. Esta esti-
El sistema nervioso adrenérgico ha despertado un gran in- mulación adrenérgica sistémica tiene efectos deletéreos por-
terés en los últimos años debido a su reconocida importan- que aumenta las resistencias vasculares periféricas y la post-
cia en la contractilidad miocárdica. Un índice de la actividad carga e induce la aparición de arritmias ventriculares. Esto
de este sistema lo constituye la medición de los niveles plas- ha sido corroborado por la comprobación reciente de que la
máticos de noradrenalina, tanto en situación basal como du- supervivencia de estos pacientes depende inversamente de
rante el esfuerzo. En pacientes con insuficiencia cardíaca, la la concentración de noradrenalina en plasma.
actividad del sistema nervioso adrenérgico está muy aumen- En resumen, la anomalía fundamental en los pacientes con
tada, lo que se traduce en un incremento de los niveles plas- insuficiencia cardíaca es la disminución de la relación fuerza-
máticos de noradrenalina tanto en reposo como durante el velocidad del miocardio y de la curva longitud-tensión activa,
esfuerzo físico. Recientemente se ha demostrado que el pro- lo que refleja la reducción del estado contráctil del miocardio
nóstico de estos pacientes varía en relación inversa con el (fig. 3.14, curvas 3 y 4). En la mayoría de los casos, el gasto car-
grado de elevación de los niveles plasmáticos de noradrena- díaco y la función ventricular son normales en reposo a ex-
lina. La importancia del sistema nervioso adrenérgico en el pensas de un aumento en la longitud de las fibras miocárdicas
mantenimiento de la contractilidad ventricular en la insufi- en telediástole y del volumen ventricular siguiendo la ley de
ciencia cardíaca congestiva se pone de manifiesto por los Starling (fig. 3.14, puntos A a D). La elevación de la precarga
efectos descompensadores, en estos pacientes, del bloqueo se acompaña de un aumento paralelo de la presión capilar
adrenérgico. Por esto, en general, la administración de fár- pulmonar, responsable de los síntomas de disnea que presen-
macos bloqueadores suele estar contraindicada. tan estos pacientes. El incremento de la contractilidad que
A diferencia de la concentración plasmática de noradre- ocurre durante el ejercicio físico está abolido o muy disminui-
nalina, el contenido de ésta en el miocardio de dichos pa- do en la insuficiencia cardíaca, debido al agotamiento, en el
cientes se halla muy disminuido, al interferir el elevado tono miocardio, de los depósitos de noradrenalina y de la densidad
adrenérgico en la biosíntesis de noradrenalina. Además, la de los receptores beta y a la disminución de la sensibilidad a
densidad de los receptores betadrenérgicos del miocardio y las catecolaminas y a los impulsos de los nervios adrenérgicos
la concentración de AMPc están también disminuidas. El (fig. 3.14, curvas 3 y 3’). El aumento del retorno venoso que
AMPc activa la proteincinasa –que fosforiza los canales de ocurre con el esfuerzo físico hace que el miocardio insuficien-
calcio, facilitando así la entrada de Ca++ en el sarcolema– y te trabaje en la porción más alta de la curva longitud-tensión
una proteína del retículo sarcoplásmico, el fosfolambán, que siguiendo la ley de Starling y, aunque ello mejora ligeramente
potencia la captación de Ca++ y termina la contracción. En la la función ventricular, se hace a expensas de un aumento del
insuficiencia cardíaca, el déficit de AMPc intracelular prolon- volumen y de la presión diastólicos del ventrículo izquierdo y,
ga el potencial de acción y la duración de la contracción. por tanto, de la presión capilar pulmonar, lo que se traduce
A pesar de que los depósitos cardíacos de noradrenalina clínicamente en disnea y una limitación acusada de la toleran-
no son imprescindibles para mantener el estado contráctil in- cia al esfuerzo. En etapas terminales, la curva longitud-tensión
trínseco del miocardio, en la insuficiencia cardíaca la menor se hace descendente (fig. 3.14, curva 4) hasta el punto de que

2 C
Actividad
máxima Normal: ejercicio

1 Normal: reposo Fig. 3.14. Conjunto de curvas de fun-


Función ventricular

ción ventricular correspondientes a indivi-


ESTADO CONTRÁCTIL duos sanos y a pacientes con insuficiencia
DEL MIOCARDIO cardíaca tanto en reposo como tras reali-
zar un esfuerzo físico, en las que se mues-
tra la interacción de la distensibilidad y la
B 3
contractilidad del miocardio sobre la pre-
Marcha
carga ventricular (volumen telediastóli-
3' Ejercicio co). En el eje de las abscisas se indican
Insuficiencia cardíaca los valores de volumen telediastólico del
Reposo D Reposo ventrículo izquierdo que producen aumen-
A
tos paralelos de las presiones de llenado
E Disminución
4 mortal de la ventricular hasta niveles que provocan
contractilidad disnea y edema pulmonar. En el eje de las
ordenadas se indican los niveles de fun-
Disnea Edema pulmonar ción ventricular necesarios para mantener
el gasto cardíaco en reposo, tras un ejerci-
Volumen telediastólico ventricular cio leve (caminar) y tras un esfuerzo má-
ximo. Las líneas de puntos representan la
DISTENSIÓN función ventricular teórica en los casos
DEL MIOCARDIO en que se elevara la precarga al máximo
e ilustra que, en estos casos, la curva se
hace descendente.

409
CARDIOLOGÍA

el rendimiento cardíaco ya no satisface las demandas meta- MORGAN HE, BAKER KM. Cardiac hypertrophy: Mechanical, neural and
bólicas del organismo incluso en reposo y/o la presión capi- endocrine dependence. Circulation 1991, 83: 13-20.
lar pulmonar está tan elevada que produce edema pulmonar MORGAN JP, PERREAULT CL, MORGAN KG. The cellular basis of contrac-
tion and relaxation in cardiac and vascular smooth muscle. Am
(fig. 3.14, punto E). Heart J 1991; 121: 961-967.
NAVARRO F. Análisis de la función diastólica del ventrículo izquierdo:
Bibliografía especial relajación y distensibilidad. En: IRIARTE MM, SAGASTAGOITIA JD
(eds). Insuficiencia cardíaca crónica. Barcelona, MCR, 1989; 137-
HERZIG JW, RUEGG JC, SOLARO RJ. Myocardial excitation-contraction 162.
coupling is influenced through modulation of the calcium sensiti- VATNER SF, SHANNON R, HITTINGER L. Reduced subendocardial coro-
vity of the contractile proteins. Heart Failure 1991; 6: 244-252. nary reserve: A potential mechanism for impaired diastolic func-
JENNINGS GL, ESLER MD. Circulatory regulation at rest and exercise and tion in the hypertrophied and failing heart. Circulation 1990; 81
the functional assessment of patients with congestive heart failure. (supl III): 8-16.
Circulation 1990; 81 (supl II): 5-11. WILKMAN-COFFELT J, MASON DT. Mechanisms of cardiac contraction.
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Examen clínico del sistema cardiovascular


A. Cortina Llosa, V. Fuster de Carulla, J.M.a Cruz Fernández, V. López García-Aranda y A. Bayés de Luna

Una vez conocida la fisiopatología básica del sistema car- siempre al clínico la posibilidad de que tengan un origen
diovascular cabe preguntarse sobre la traducción clínica que cardíaco: a) disnea; b) dolor precordial; c) palpitaciones; d)
los problemas pueden ocasionar. Estas alteraciones pueden hemoptisis; e) edemas; f) cianosis; g) embolias sistémicas, y
implicar manifestaciones subjetivas (síntomas) o presentarse h) síncope.
de un modo objetivo (signos). En el primer caso dichas mani-
festaciones se recogen por medio de la anamnesis, y en el se- Disnea
gundo, mediante la exploración clínica. La disnea es un síntoma caracterizado por sensación de di-
En patología médica el diagnóstico clínico o de las enfer- ficultad respiratoria –la respiración puede que sea muy traba-
medades del aparato cardiovascular ha de ser etiológico, josa, poco profunda, muy rápida, etc.– y de falta de aire. Sus
anatómico y funcional, para lo cual se dispone de la anam- características parecen diferir según la causa que la produce
nesis, el examen clínico, el examen radiológico y el ECG, en- (cardíaca, respiratoria, metabólica, histérica, etc.). Dado que
tendiendo, que la radiografía de tórax y el ECG, en cardiolo- la disnea es una manifestación subjetiva, su intensidad es
gía, deben formar parte de la exploración clínica. muy variable según la sensibilidad individual de cada pacien-
De todos los pasos, el fundamental es la anamnesis, segui- te; ello explica que, en circunstancias similares, un enfermo
do de la exploración física. Estos dos métodos, bien ejercita- se muestre completamente incapacitado, mientras que otro
dos e interpretados, pueden proporcionar el diagnóstico de realice sus ocupaciones habituales con relativa normalidad.
certeza en alrededor del 90% de los pacientes. En algunos, La disnea de origen cardíaco puede presentarse de diver-
sin embargo, será necesario el empleo de técnicas especiales, sas formas, las cuales, aunque obedecen a circunstancias fi-
como ecocardiograma, estudios radioisotópicos, cateterismo siopatológicas algo diferentes, suelen depender de una con-
cardíaco, angiocardiografía, etc., para precisar el diagnóstico gestión venosa en el pulmón y constituir un síntoma clave de
o determinar la gravedad de la lesión. En todo caso, hoy es- la insuficiencia cardíaca del lado izquierdo. Al parecer, la
tán de moda los árboles de decisiones en los que se basa el sensación disneica de los enfermos cardíacos se debe funda-
juicio diagnóstico y, para ello, la anamnesis y el examen clí- mentalmente al aumento del trabajo de la musculatura respi-
nico son indispensables. En este sentido, las exploraciones ratoria necesario para vencer la rigidez del parénquima pul-
especiales no establecen diagnósticos, sino que dan informa- monar ingurgitado de sangre; por ello, durante la disnea el
ción (muy útil) para la toma de decisiones, pero dicha infor- paciente se adapta con una respiración más bien superficial
mación ha de estar integrada en la historia clínica. Como es y taquipneica. Por el contrario, la disnea del paciente con
evidente, la exploración cardíaca aislada del corazón resulta enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) se debe a
insuficiente para establecer el diagnóstico, ya que podrían la obstrucción en el tracto respiratorio al paso de aire, que el
pasar inadvertidos cuadros clínicos más generalizados en los paciente trata de superar con una respiración más bien pro-
que el corazón es sólo uno más de los órganos afectados. funda y menos taquipneica. La historia clínica, junto con los
Además, cuadros a veces muy solapados, como una infec- signos y síntomas asociados, el ECG y la radiografía de tórax
ción urinaria o pulmonar, una anemia, un hipertiroidismo, constituyen la base más firme en donde se apoya el diagnós-
etc., pueden ser los verdaderos desencadenantes de una tico diferencial entre ambas causas de disnea.
insuficiencia cardíaca en corazones que hasta entonces ha-
bían estado bien compensados. Disnea de esfuerzo. Suele ser la manifestación más tempra-
na y frecuente de la insuficiencia cardíaca del lado izquierdo
o de la estenosis mitral. Es necesario averiguar en cada enfer-
Anamnesis* mo el grado de actividad física necesario para que aparezca,
es decir, si se produce, por ejemplo, al subir unos pocos pel-
Los enfermos cardíacos pueden carecer de sintomatolo- daños, tras caminar algunos metros por calles empinadas o
gía. Por otro lado, los mismos síntomas resultantes de las en- bien después de esfuerzos mayores. Será tanto más grave
fermedades cardíacas pueden también originarse a partir de cuanto más fácil sea su presentación, pero para valorarla co-
otros órganos o sistemas del organismo. No obstante, los sín- rrectamente hay que tener presente la diferente sensibilidad
tomas indicados a continuación deben hacer sospechar individual y la actividad diaria habitual. La disnea que apare-
ce al vestirse, al desnudarse o al anudarse los zapatos es más
propia del enfermo con EPOC, pues en estas circunstancias,
*A. Cortina Llosa y V. Fuster de Carulla debido a la posición del cuerpo, no puede efectuar una ex-

410
EXAMEN CLÍNICO DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR

pansión suficiente del tórax, lo cual constituye el mecanismo TABLA 3.1. Disneas de tipo cardíaco
fundamental de compensación de estos enfermos. También
Disnea de esfuerzo
es importante saber si la disnea es reciente o data de muchos Ortopnea
años. En el caso de un comienzo reciente (se excluyen las Disnea aguda en reposo
variedades de disnea aguda) es más probable que la disnea Disnea paroxística cardíaca
de esfuerzo se deba a insuficiencia cardíaca que a enferme- Edema agudo pulmonar
dad pulmonar crónica. Respiración periódica (Cheyne-Stokes)

Ortopnea. Es una variedad de disnea que denota un grado


avanzado de insuficiencia cardíaca izquierda. Se caracteriza en el infarto de miocardio, en una crisis hipertensiva, en la fi-
por aparecer en decúbito, y los enfermos refieren que, para brilación auricular muy taquicárdica o en la rotura espontá-
evitarla, aumentan el número de almohadas cuando están nea de una cuerda tendinosa mitral. En los casos de insufi-
echados. Ello se debe a que en la sedestación, y sobre todo ciencia crónica se forma un engrosamiento progresivo
con las piernas colgando, disminuye el retorno venoso de alveolocapilar, que evita que se produzca la trasudación al-
sangre al corazón y, por lo tanto, se reduce la congestión pul- veolar durante las exacerbaciones agudas. Existen diversos
monar. La ortopnea puede ser también síntoma del asma grados de edema agudo, pero en todos ellos el paciente re-
bronquial y de otras enfermedades graves del pulmón, pro- fiere una disnea importante y se oyen crepitantes difusos en
bablemente porque la elevación del diafragma en la sedesta- la auscultación pulmonar. En su grado más grave y angustio-
ción permite una mejor expansión pulmonar. Algunos enfer- so, con estertores difusos, incluso oídos por el propio pacien-
mos tienen tos de decúbito, que si no es pleural o por te a modo de ruido de olla hirviente, se produce una expec-
bronquiectasias suele depender de cardiopatía, con un signi- toración espumosa rosada o blanca muy característica. Su
ficado parecido al de la ortopnea. duración es impredecible y el cuadro extremadamente grave
requiere un tratamiento de máxima urgencia. En casos poco
Disneas agudas de origen cardíaco. Son desencadenadas, frecuentes, el edema de pulmón puede ocurrir por un mero
sobre todo, por una insuficiencia brusca del corazón izquier- trastorno de la permeabilidad alveolocapilar, sin que exista
do y por arritmias agudas. Se presentan de modo muy repen- insuficiencia cardíaca, por ejemplo, en las neumonitis víricas
tino, ya sea durante la noche –disnea paroxística nocturna, extensas, los accidentes vasculares cerebrales, la inhalación
la cual es una variedad disneica muy característica– o bien de gases tóxicos, la intoxicación con heroína, las grandes al-
durante las horas del día; pueden ocasionar un edema agu- turas, etc.
do de pulmón. Es importante señalar que tanto la disnea de Ante toda disnea aguda, aparte del posible origen car-
presentación nocturna como la diurna y el edema agudo díaco o respiratorio (asma, neumotórax agudo, entre otros),
de pulmón obedecen a un mismo mecanismo fisiopatológi- debe pensarse siempre en la posibilidad de embolia pulmo-
co fundamental: la producción aguda de una congestión ve- nar (taquipnea, asociada o no a dolor torácico e hipoxe-
nosa del parénquima pulmonar, que en el caso del edema mia). La disnea por embolia grasa ocurre en las primeras 48
de pulmón trasuda a los alveolos. h siguientes a un traumatismo importante con fracturas óse-
La disnea paroxística nocturna es una variedad disneica as. En la neurosis de ansiedad la disnea suele percibirse so-
aguda con características muy determinadas, que se presen- bre todo en reposo, es de tipo suspiroso, acompañada de
ta en casos de insuficiencia cardíaca izquierda, por lo gene- otros signos de ansiedad, y el paciente tiene la sensación de
ral crónica, y acontece, como su nombre indica, durante la que su respiración no es suficientemente profunda. En la aci-
noche. Una o dos horas después de acostarse, el paciente dosis metabólica y la uremia, la taquipnea profunda no suele
despierta súbitamente con una sensación de ahogo que lo acompañarse de disnea, excepto que se compliquen con
obliga a sentarse o ir hacia una ventana en busca de aire; en edema de pulmón.
ocasiones el acceso se acompaña de tos y respiración sibi-
lante, debido a la ingurgitación sanguínea que estrecha los Respiración periódica. Fue descrita por primera vez por
bronquios. La sofocación y el ahogo, que a veces se acompa- CHEYNE en 1818, en relación con uno de sus pacientes: “Du-
ñan de palpitaciones o dolor retrosternal constrictivo, suelen rante varios días su respiración fue irregular; cesaba por
durar 10-30 min, tras los cuales el acceso remite y el paciente completo durante un cuarto de minuto y entonces reapare-
puede volver a la cama y dormir tranquilamente el resto de cía, al principio muy superficial, y luego, de manera progresi-
la noche. Durante el episodio, la piel está pálida, ligeramente va, se hacía cada vez más evidente, hasta llegar a una respi-
cianótica, fría y sudorosa. Los casos más graves de disnea pa- ración rápida y profunda, que, seguidamente, se debilitaba
roxística nocturna evolucionan hacia el edema agudo de poco a poco hasta cesar de nuevo. En conjunto, todo el ciclo
pulmón. duraba alrededor de un minuto.” Más tarde, STOKES, en 1854,
La respiración sibilante de origen cardíaco –asma cardía- relacionó el fenómeno con una enfermedad cardíaca grave.
ca– que a veces acompaña a la disnea paroxística nocturna, Este modelo de respiración se observa durante el sueño en
a la ortopnea e, incluso, a la disnea de esfuerzo se debe a algunos individuos sanos, pero su presencia en otras circuns-
obstrucción respiratoria o ingurgitación sanguínea de la pa- tancias sugiere una lesión cerebral, por ejemplo, un trau-
red bronquiolar; puede suscitar dificultades diagnósticas con matismo o accidente vascular cerebral, o una insuficiencia
la del asma bronquial. Si existe el antecedente de ataques as- ventricular izquierda, por lo común en pacientes con cardio-
máticos desde la infancia, lo más probable es que se trate de patía isquémica o hipertensiva, en los que coexiste una es-
asma bronquial. Cuando se presenta por primera vez en el clerosis vascular cerebral. En la respiración de Cheyne-Sto-
adulto, es posible que su origen sea cardíaco. No obstante, kes, el centro respiratorio está deprimido y no responde a las
debe recordarse que en los pacientes bronquíticos o asmáti- tensiones normales de anhídrido carbónico y oxígeno, y tras
cos, el estado respiratorio puede agravarse por insuficiencia la fase apneica, el CO2 retenido provoca la fase respiratoria
cardíaca, influyendo ambos factores, respiratorio y cardíaco, rápida y profunda. Este tipo de respiración, así como las
en la génesis de la disnea y de las sibilancias, si éstas existen. otras formas de disnea cardíaca, no deben confundirse con
De hecho, con gran frecuencia la insuficiencia cardíaca y la el síndrome de hipoventilación y disnea de los individuos
enfermedad respiratoria se encuentran intrincadas en un obesos, que a veces puede adoptar también una forma perió-
mismo enfermo, y es tarea del clínico desglosar ambos com- dica.
ponentes. Las variedades de disnea cardíaca descritas (tabla 3.1)
El edema agudo de pulmón es la forma más grave por la –disnea de esfuerzo, ortopnea, disnea de presentación aguda
que se manifiesta una insuficiencia brusca e importante del y respiración de Cheyne-Stokes– normalmente se deben a in-
corazón izquierdo, en particular a causa de una enfermedad suficiencia cardíaca izquierda, y, excepto en la de Cheyne-
o alteración cardíaca de comienzo repentino, por ejemplo Stokes, el motivo fundamental es una sobrecarga sanguínea

411
CARDIOLOGÍA

pulmonar por hipertensión pulmonar venosa debida a insufi- o meses o bien si la aparición o su empeoramiento fue repen-
ciencia cardíaca izquierda. Sin embargo, existen algunos ca- tino, en cuyo caso suele constituir un síntoma premonitorio
sos especiales de disnea cardíaca cuyo origen patogénico es del infarto de miocardio. El dolor del infarto es semejante al
diferente. En los cortocircuitos cardíacos (comunicación in- de la angina en cuanto a su localización y carácter, pero la
terauricular o interventricular) de izquierda a derecha, y en duración es más prolongada (habitualmente más de 30 min),
los extracardíacos (ductus arteriosus), la disnea puede deber- resulta más intenso y no guarda relación con el esfuerzo.
se en gran parte a la plétora pulmonar por el gran incremen-
to sanguíneo que afluye a los pulmones; la disnea de los Pericarditis aguda. El dolor de la pericarditis aguda se ori-
enfermos cuyo cortocircuito es de derecha a izquierda (cia- gina en el pericardio parietal, aunque a veces se produce por
nosis) obedece en parte a la hipoxia. Los pacientes con es- participación de la pleura vecina. Se localiza en la región es-
tenosis pulmonar cerrada pueden, de forma excepcional, ternal o parasternal y se irradia hacia el cuello, la espalda, el
referir disnea por bajo gasto cardíaco. La presencia de dis- epigastrio y, sólo en forma excepcional, en contraste con la
nea, en pacientes con insuficiencia cardíaca derecha, se angina y el infarto, hacia los brazos; suele ser penetrante,
debe, excepto en los casos de gran ascitis o hidrotórax que pero su intensidad es muy variable; es un dolor persistente
produce compresión, a una insuficiencia concomitante del que se exacerba por lo general con la inspiración, la deglu-
corazón izquierdo o bien a enfermedad pulmonar (cor pul- ción, los cambios posturales, etc., y por lo general mejora en
monale agudo o crónico). sedestación.
De acuerdo con la gravedad de la disnea de esfuerzo se
pueden establecer cuatro clases o grados funcionales (GF), Aneurisma disecante de la aorta. El dolor suele ser de pre-
según la New York Heart Association: en el GF I, el paciente sentación aguda y de extrema intensidad; su topografía de-
no presenta síntomas; en el GF II, los síntomas aparecen sólo pende de la localización de la disección. Así, en la disección
ante una actividad normal; en el GF III, existen síntomas ante próxima al cayado, que es la más frecuente, el dolor se loca-
una actividad inferior a la normal, y en el GF IV, los síntomas liza en la porción anterior del pecho y tiende a irradiar hacia
se producen incluso en reposo. la espalda, donde muy a menudo predomina, y a veces ha-
cia el cuello, la nuca y los brazos. En las horas o días siguien-
Dolor precordial tes, si la disección avanza, se afectan, progresivamente, el
El interrogatorio sobre la existencia de dolores torácicos abdomen, la región lumbar y los miembros inferiores. En
debe efectuarse con paciencia. En su valoración hay que te- ocasiones, el dolor es menos intenso y la disnea o el síncope
ner en cuenta las siguientes características: a) su localiza- pueden ser los síntomas de presentación. Interesa valorar
ción e irradiación; b) su cualidad; c) la duración, y d) facto- siempre la historia previa de hipertensión arterial, hábito
res o circunstancias que los provocan o agravan y que los marfanoide, entre otros.
alivian. Las enfermedades cardiovasculares que pueden ma-
nifestarse por dolores torácicos son principalmente cuatro: la Embolia pulmonar. En la embolia pulmonar masiva el do-
cardiopatía isquémica, la pericarditis aguda, la embolia pul- lor tiene las características del de la oclusión o la insuficien-
monar y el aneurisma disecante agudo de la aorta. cia coronarias, aunque el shock y la disnea dominan el cua-
dro clínico. En realidad, la gran mayoría de los autores
Angina de pecho. Este término, que se debe a WILLIAM HE- consideran que el dolor se debe a una insuficiencia corona-
BERDEN, designa un tipo de dolor que obedece a una circula- ria por la hipotensión y la hipertensión pulmonar. Ello tam-
ción coronaria insuficiente pero transitoria y reversible. Di- bién explicaría, en parte, el dolor que se produce en ocasio-
cho autor describió claramente, en 1768, las características nes en pacientes con otros tipos de hipertensión pulmonar
del angor, que pueden resumirse en las siguientes: el dolor (cor pulmonale, hipertensión pulmonar primaria, estenosis
se localiza en la región retrosternal y puede irradiar, sobre mitral y síndrome de Eisenmenger) y en la estenosis pulmo-
todo, hacia el brazo izquierdo; su cualidad es opresiva o nar grave.
constrictiva, el paciente la expresa gráficamente llevando su La causa más común de dolor torácico no depende del
puño cerrado sobre el esternón (también es frecuente una sistema cardiovascular. Se trata de una molestia localizada
sensación urente); su duración es relativamente corta (1- habitualmente en la región inframamaria izquierda, que rara
10 min) y, por último, se desencadena con el esfuerzo (al su- vez irradia a otras partes; puede ser de naturaleza punzante y
bir una cuesta, etc.), obligando al paciente –por lo común de corta duración –a veces sólo un instante–, pero en otras
afecto de aterosclerosis coronaria– a detenerse, hasta que el ocasiones es un dolorimiento tenso, menos localizado, que
dolor desaparece. En casos dudosos, la prueba de esfuerzo, persiste de horas a meses o años. Su frecuente origen en la
con el objetivo de provocar el dolor y los cambios eletrocar- pared superficial torácica puede evidenciarse por su apari-
diográficos de isquemia miocárdica, puede ser de ayuda ción al presionar o pinzar la musculatura de la región; no se
diagnóstica. produce ni se agrava durante el esfuerzo, sino que incluso
La angina puede también manifestarse en reposo (angina puede aliviarse y reaparecer luego. Estas molestias tan fre-
inestable) como resultado de la rotura de placas y pequeñas cuentes son de naturaleza funcional. En muchos casos existe
trombosis intracoronarias o, quizá, desencadenada por es- un trastorno psicológico evidente, que se manifiesta por dis-
pasmo coronario. Por otra parte, la angina nocturna que ocu- nea suspirosa, temblores, fatiga, palpitaciones, ansiedad, etc.
rre durante las primeras horas del sueño parece obedecer a En la figura 3.15 se indican otros procesos causantes de dolor
situaciones de insuficiencia cardíaca izquierda, más o menos torácico que deben tenerse en cuenta.
latentes, que se agravan con el decúbito. El dolor anginoso
se produce además cuando las demandas de oxígeno del co- Palpitaciones
razón están aumentadas por diversos motivos, como emocio- La palpitación es uno de los síntomas que más induce a
nes, estenosis aórtica cerrada con hipertrofia ventricular, consultar al médico ante el temor de que sea expresión de
anemias, taquicardias, etc., situaciones algunas de ellas en una cardiopatía orgánica. Puede definirse como una sensa-
las que, además del aumento del consumo de oxígeno, exis- ción molesta del latido cardíaco, que se manifiesta en formas
te un factor de hipoxemia (anemias) o de insuficiente perfu- diferentes: sacudidas o golpes en el pecho, latidos en el cue-
sión por hipotensión o por diástoles cortas con disminución llo, sensación de vuelco o brinco del corazón, ausencia de
del flujo coronario (taquicardias, etc.). En todas estas cir- un latido cardíaco o bien presencia de un latido sobreañadi-
cunstancias, sin embargo, el angor sólo suele presentarse do, etc. La sensación molesta de las palpitaciones tiene su
cuando existe cierto grado de aterosclerosis coronaria. base fisiopatológica en cambios de la contractilidad o del vo-
lumen de expulsión cardíaco durante la sístole, pero, al igual
Infarto de miocardio. Es de suma importancia determinar si que en otros síntomas cardíacos, interviene en gran medida
la angina de pecho ha permanecido estable durante semanas la sensibilidad del individuo particular.

412
EXAMEN CLÍNICO DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR

Alteraciones psíquicas

Síndromes compresivos medulorradiculares


Hernia de disco (cervicoartrosis)
Osteoartritis vertebral
Tumor vertebral o medular
Lesiones mediastínicas
Enfisema o enfermedad de Hamman
Procesos expansivos (aneurisma aórtico,
tumores)
Procesos infecciosos
Síndromes compresivos de la salida torácica
Costilla cervical
Síndrome del escaleno anterior
Alteraciones cardiovasculares Síndrome costoclavicular de hiperabducción
Angina de pecho e infarto de miocardio del hombro y compresión tumoral del
Pericarditis plexo braquial
Embolia e infarto pulmonares y otros procesos
con hipertensión pulmonar
Aneurisma disecante de la aorta Alteraciones de la pared superficial
Aneurisma aórtico Periartritis y artritis del hombro
Tensión o lesión del pectoral menor (soldados)
y otros músculos costales
Fibrositis
Enfermedad de Bornholm y otras miositis
Herpes zoster y otras neuritis intercostales
Enfermedades pleuropulmonares Desplazamiento del cartílago costal
Traqueítis Fractura costal (traumática, patológica)
Pleuritis Costocondritis o síndrome de Tietze
Neumotórax espontáneo Tromboflebitis o síndrome de Mondor

Lesiones diafragmáticas Alteraciones digestivas


Hernia diafragmática Esofagitis con reflujo (hernia de hiato y otras)
Espasmo esofágico, síndrome de la flexura
esplénica y otros disfuncionalismos
Gastritis y úlcera péptica
Colelitiasis y colecistitis
Rotura esofágica
Pancreatitis aguda
Peritonitis

Fig. 3.15. Procesos causantes de dolores torácicos.

Palpitaciones sin enfermedad cardíaca. Son las más fre- paciente puede advertir por sus características de ritmo regu-
cuentes y suelen ser la manifestación de extrasístoles esporá- lar y rápida frecuencia de los latidos (a veces acompañado
dicas, que son muy comunes, o bien la mera sensación del por poliuria); la palpitación que corresponde a la fibrilación
latido cardíaco normal, sobre todo en individuos ansiosos, auricular suele ser irregular y en general rápida.
los cuales notan el latido cardíaco al acostarse del lado iz- Dado que rara vez las palpitaciones están presentes en el
quierdo. Las personas emotivas también presentan a menu- momento de interrogar al paciente, a menudo resulta de
do una palpitación rápida que no es más que una taquicar- gran valor indicarle que realice un esfuerzo, cambios postu-
dia sinusal y que, a diferencia de la taquicardia paroxística, rales u otras maniobras que él sabe pueden desencadenar-
la perciben con un comienzo y una terminación graduales y las. Si así no se reproducen, la clave del diagnóstico reside a
solapados; en estos casos, la palpitación se asocia a menudo menudo en que el enfermo imite, golpeando con un dedo
a otras manifestaciones de hiperventilación (p. ej., hormi- sobre la mesa, la frecuencia aproximada y el ritmo de la pal-
gueos en las manos, sensación de ansiedad y de dificultad pitación; con este simple método es posible a veces identifi-
respiratoria, mareo, dolores torácicos atípicos, etc.). Rara vez car no sólo las extrasístoles aisladas, sino también una taqui-
la taquicardia sinusal es la manifestación de un feocromoci- cardia paroxística auricular o una fibrilación auricular. Un
toma (se asocia a hipertensión arterial). Las palpitaciones en registro continuo del ritmo cardíaco, por ejemplo durante 12-
individuos normales durante el ejercicio físico traducen la ta- 24 h, con el método Holter (mientras el paciente realiza su
quicardia y la hipercinesia cardíacas. Sin embargo, su pre- actividad habitual), puede ser de ayuda en el diagnóstico del
sencia ante un ejercicio físico moderado puede indicar una tipo de arritmia, cuando ésta no se haya podido establecer
enfermedad cardíaca o fibrilación auricular descontrolada. por otros medios.

Arritmias. Pueden asociarse, o no, a enfermedad cardíaca. Alteraciones hemodinámicas. Las palpitaciones pueden
Las más comunes, y que a menudo se manifiestan en forma no representar enfermedad cardíaca, advertir sobre la pre-
de palpitaciones, son: las extrasístoles, la taquicardia paroxís- sencia de una arritmia o ser la manifestación persistente de
tica auricular y la fibrilación auricular. Las extrasístoles se ex- la expulsión ventricular de un volumen considerable de san-
presan con frecuencia por una sensación de sobresalto, de gre. Así ocurre en las insuficiencias aórtica o mitral, en los
falta de un latido o bien por la presencia de un latido sobre- cortocircuitos intracardíacos o extracardíacos, en los estados
añadido. La sensación de sobresalto no se debe a la extrasís- circulatorios hipercinéticos (p. ej., embarazo, hipertiroidis-
tole en sí misma, sino al latido siguiente, el cual, se ejecuta mo, síndrome carcinoide, etc.).
con mayor vigor para expulsar un volumen de sangre tam-
bién mayor, y tanto más cuanto más larga sea la pausa entre Hemoptisis
la extrasístole y el latido siguiente. La taquicardia paroxística La tos con expulsión de sangre no es un síntoma infre-
auricular empieza y acaba con una palpitación súbita que el cuente en los pacientes con enfermedad cardíaca. Ocurre en

413
CARDIOLOGÍA

diversas circunstancias y, para determinar cuál de ellas es la len cursar con presión venosa normal, y b) el edema de las
verdadera responsable, la inspección del esputo puede ser extremidades inferiores más frecuente se debe a insuficien-
de gran ayuda. Así, no tienen el mismo significado clínico cia venosa y se reconoce por la presencia de varices y pig-
patológico una hemoptisis franca, es decir, la expulsión mentación de la piel. También reviste suma importancia
abundante de sangre líquida, a menudo por necrosis o rotu- saber con certeza si el edema de las extremidades inferiores
ra arterial, que una pequeña cantidad de sangre o filamentos precedió o siguió a la disnea y si es unilateral o bilateral. El
de ésta, a menudo por rotura de los vasos venosos. edema de la descompensación cardíaca derecha presenta
La hemoptisis por enfermedad cardiovascular aparece en las siguientes características: a) suele asociarse a disnea, que
las siguientes circunstancias: lo precede por meses o años, debido a insuficiencia previa
1. Puede presentarse a modo de pequeños coágulos como del corazón izquierdo (enfermos mitrales, etc.), enfermedad
un síntoma precoz, a veces el primero, de la estenosis mitral. pulmonar (cor pulmonale), etc.; b) no se presenta en forma
Aunque por lo común es recurrente, en estos casos la he- súbita en las descompensaciones agudas (p. ej., embolia pul-
moptisis tiende a desaparecer espontáneamente en el curso monar), pues el edema requiere cierto tiempo para desarro-
de 2 o 3 años. Se atribuye a la rotura de pequeños vasos ve- llarse, y c) suele ser bilateral, excluyéndose, pues, los ede-
nosos broncopulmonares como resultado del incremento mas unilaterales por trombosis venosa u obstrucción lin-
brusco de la presión venosa pulmonar –tras un esfuerzo, du- fática. En algunos casos el edema cardíaco no se acompaña
rante el embarazo, etc.– y rara vez ocurre en los estadios tar- de disnea. Ello ocurre en las insuficiencias derechas por le-
díos, pues el engrosamiento de la pared venosa o bien el in- sión aislada de dicho lado y en ciertos casos de enfermedad
cremento de la resistencia vascular precapilar pulmonar cardíaca global (enfermedad miocárdica, pericarditis cons-
(que impide el desarrollo de una presión venosa demasiado trictiva o con derrame compresor, etc.); sin embargo, es más
elevada) son elementos protectores que las evitan. frecuente que la disnea y los edemas se asocien casi desde el
2. La expectoración hemoptoica o esputo con sangre en- principio.
tremezclada puede ser una de las manifestaciones de la Tanto el aumento de la presión venosa como la retención
bronquitis aguda, la disnea paroxística o el edema agudo de excesiva de sodio y, por consiguiente, de agua, son los dos
pulmón (abundante esputo rosado), desencadenados por es- requisitos esenciales para la formación de los edemas en la
tenosis mitral o insuficiencia ventricular izquierda. Esta ex- insuficiencia del corazón derecho. No obstante, existen aún
pectoración se atribuye a la intensa congestión broncopul- muchos puntos por dilucidar. Mientras que el aumento de la
monar (hemoptisis congestivas) con trasudación por roturas presión venosa (consecutiva a la claudicación del corazón
vasocapilares. En estos casos, a diferencia de los del primer derecho) favorece la trasudación de líquido en los lugares
grupo, la disnea es más llamativa que la hemoptisis. en que éste se localiza, la retención hidrosalina determina el
3. La expectoración hemoptoica que aparece en los casos verdadero contenido edematoso y, por ello, la tendencia al
muy avanzados de insuficiencia cardíaca congestiva se de- aumento de peso. La retención hidrosalina obedece a un in-
be muy a menudo a un infarto pulmonar, producido por lo cremento de la actividad del eje renina-angiotensina-aldoste-
general por embolia a partir de tromboflebitis de los miem- rona como respuesta a la disminución del volumen sistólico
bros inferiores. cardíaco y de la perfusión renal y, a la dificultad del catabo-
4. La rotura de un aneurisma arterial o arteriovenoso, sifilí- lismo hepático de la aldosterona debido a la congestión de
tico o micótico dentro de un bronquio, y las lesiones necróti- esta víscera secundaria a la insuficiencia cardíaca derecha.
cas arteriales por bronquiectasias, tuberculosis o neoplasia El factor natriurético auricular tiene, en este sentido, gran im-
bronquial, pueden ser causas de hemoptisis franca, por lo portancia. La disminución del volumen circulante efectivo
común muy intensa. (pese al aumento de la volemia) y los cambios de osmolari-
dad promueven además, en los casos más avanzados, la se-
Edemas creción de hormona antidiurética, lo cual explica también
El edema, o acumulación excesiva de líquidos, demostra- en parte la retención de agua y la hiponatremia dilucional
do clínicamente –el enfermo refiere hinchazón y el médico (aunque el sodio total del organismo está aumentado) en los
lo detecta al presionar con un dedo la piel que recubre una casos más avanzados de insuficiencia cardíaca.
eminencia ósea (p. ej., la tibia) y observar la aparición de La acumulación intraperitoneal de líquido –ascitis– tam-
una fóvea que persiste unos segundos–, es un signo relativa- bién suele ser una manifestación de insuficiencia derecha de
mente tardío de insuficiencia cardíaca derecha. En realidad grado avanzado, que es referida por el paciente como hin-
no se aprecia hasta que se han acumulado más de 5 L en el chazón abdominal. La ascitis de origen cardíaco está prece-
espacio intersticial; por esta razón, el edema cardíaco está dida casi invariablemente por edemas de las extremidades,
precedido por oliguria y aumento de peso, signos estos que pero en ciertas circunstancias, como la pericarditis constricti-
con frecuencia el paciente percibe antes que la hinchazón va y la enfermedad tricúspide, puede ser más llamativa que
edematosa. El edema se intensifica a lo largo del día y dismi- los edemas, en cuyo caso plantea problemas diagnósticos
nuye o desaparece tras el descanso nocturno. Su localiza- con una enfermedad primaria hepática.
ción depende sobre todo de la ley de la gravedad, de mane- La acumulación intrapleural de líquido –hidrotórax– suele
ra que en los enfermos ambulatorios su aparición es bilateral ocurrir cuando existen de forma simultánea hipertensión ve-
en ambas extremidades inferiores (pies y tobillos), mientras nosa pulmonar e hipertensión venosa sistémica, pues las
que en los encamados se localiza primordialmente en el venas pleurales drenan su sangre tanto al sistema venoso
área sacra, zona de enorme importancia en la exploración general como al pulmonar. Por esta razón, la hipertensión
de todo enfermo cardíaco encamado. venosa de un solo sistema no suele producirlo, siendo en
Cuando la acumulación de líquido es muy importante, cambio frecuente cuando se asocian insuficiencias cardía-
el edema es generalizado (anasarca); se hallan afectas la cas izquierda y derecha o pericarditis. El derrame por predo-
totalidad de las extremidades inferiores, los genitales, el minio de la insuficiencia de las cavidades derechas suele lo-
abdomen, los brazos, la pared torácica e, incluso, la cara calizarse en el lado derecho.
(en particular los párpados); no obstante, la localización
facial del edema debe ante todo sugerir la posibilidad de Cianosis
una etiología renal o bien de una obstrucción de la vena La cianosis es la coloración azulada de la piel o las muco-
cava superior. sas, por lo que es más un signo que un síntoma. El diagnósti-
Desde el punto de vista del diagnóstico diferencial del co clínico por simple inspección no es fácil, excepto que la
edema se recordarán dos principios fundamentales: a) el ede- cianosis sea importante. Aparece cuando la hemoglobina re-
ma cardíaco por insuficiencia ventricular derecha suele aso- ducida en los capilares y las vénulas superficiales excede
ciarse a presión venosa elevada evidente en la inspección aproximadamente los 5 g/100 mL. La cantidad de hemoglobi-
del pulso yugular, mientras que los edemas no cardíacos sue- na reducida en la sangre capilar depende sobre todo de dos

414
EXAMEN CLÍNICO DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR

factores: de la concentración de oxígeno en la sangre arterial la argirosis (en individuos que ingieren preparados de plata)
y de la cantidad de oxígeno extraído por los tejidos. Por lo o la hemocromatosis.
tanto, el exceso de hemoglobina reducida capilar puede ser
el resultado tanto de una desaturación del oxígeno de la Embolias sistémicas
sangre arterial, en cuyo caso se habla de cianosis central, En determinadas circunstancias pueden formarse trombos
como de una extracción excesiva de oxígeno por los tejidos, en las cavidades izquierdas del corazón, los cuales son capa-
que constituye una cianosis periférica. Como es evidente, la ces de desprenderse y migrar hacia el territorio cerebral, vis-
instauración de cianosis es más difícil en los individuos ané- ceral o periférico, ocasionando embolias arteriales. Las cau-
micos, con poca hemoglobina, que en los policitémicos sas principales son: a) fibrilación auricular dependiente o no
y poliglobúlicos con más de 160 g/L de hemoglobina. En de enfermedad mitral, en cuyo caso el trombo se localiza en
condiciones normales, la sangre arterial está virtualmente la aurícula izquierda; b) infarto de miocardio y enfermedad
saturada de oxígeno, de modo que de los 150 g/L de miocárdica primaria, con trombosis en el ventrículo izquier-
hemoglobina que contiene, únicamente 7,5 g/L están en for- do, y c) endocarditis infecciosa, con trombosis de la válvula
ma reducida, mientras que la sangre venosa, como conse- mitral o aórtica. De todas ellas, la causa más común de em-
cuencia de la extracción de oxígeno por los tejidos, contiene bolias es, sin duda, la enfermedad mitral con fibrilación auri-
alrededor de 47,5 g/L, siendo el contenido capilar de hemo- cular. En estos casos, dado que la trombosis auricular se for-
globina reducida el equivalente medio de ambos, arterial y ma con mayor frecuencia durante los primeros días de la
venoso, que es aproximadamente de unos 26 g/L. fibrilación, y, por otro lado, dado que, al parecer, sólo los
La cianosis de tipo central se produce en las cardiopatías trombos recientes son capaces de embolizar, los fenómenos
congénitas con cortocircuito desde el corazón derecho al iz- embolígenos tienden a producirse tras el comienzo de fibrila-
quierdo. Las dos principales son la tetralogía de Fallot y el ción auricular, pudiendo ocurrir mientras la aurícula fibrila o
síndrome de Eisenmenger (hipertensión pulmonar secunda- inmediatamente después de recuperar el ritmo normal (en
ria a comunicación interauricular, interventricular o persis- forma espontánea o por el tratamiento).
tencia del conducto arterioso, todas ellas con cortocircuito La embolia cerebral es más frecuente que la visceral y
invertido). En estas situaciones, una parte de la sangre, al no periférica y en muchas ocasiones es múltiple. Suele ser un
circular a través de los pulmones, no se oxigena. También accidente de comienzo súbito, y aunque los síntomas sean
aparece en las enfermedades pulmonares que originan una inicialmente importantes, a menudo con pérdida de con-
oxigenación insuficiente de la sangre en los pulmones ciencia, la recuperación puede producirse en el transcurso
(EPOC), por alteraciones de la ventilación/perfusión, efecto de minutos u horas. La embolia visceral puede ocurrir en las
shunt, etc. La cianosis de tipo periférico se produce cuando arterias mesentéricas, en cuyo caso el cuadro clínico se ca-
el flujo sanguíneo a través de la piel está enlentecido o dismi- racteriza, al comienzo, por un dolor epigástrico, repentino e
nuido; ello ocurre normalmente con el frío o bien en pacien- intenso, acompañado, o no, de shock; también puede afec-
tes con shock cardiogénico o periférico. En todos estos casos tar las arterias renales, y entonces produce un dolor similar
suele haber vasoconstricción, que es máxima en las superfi- al cólico renal, en el que el signo fundamental suele ser ma-
cies descubiertas y que contribuye en parte al enlentecimien- crohematuria o microhematuria. La embolia en las arterias
to de la sangre y a la aparición de la cianosis. En contraste esplénicas a veces es silenciosa, pero otras produce perisple-
con la cianosis de tipo central, la de origen periférico suele nitis con dolor y roce, o esplenomegalia por hemorragia del
ser, pues, menos intensa, de partes acras y la temperatura de órgano; por último, el cuadro clínico de la embolia corona-
la piel más fría. El cor pulmonale es un claro ejemplo en el ria es indiferenciable del de la trombosis coronaria y, como
que pueden manifestarse ambos tipos de cianosis: la central en las situaciones clínicas anteriores, su naturaleza sólo po-
por la enfermedad pulmonar, y la periférica –en los casos dría intuirse cuando exista alguna de las causas embolizan-
avanzados–, por disminución del gasto cardíaco. tes mencionadas. La embolia de las extremidades pasa muy
La diferenciación clínica entre ambos tipos de cianosis es a menudo inadvertida, sobre todo si se ocluyen los vasos
habitualmente sencilla. En la práctica, la periférica se presen- más periféricos. Si se obstruye la arteria braquial o la femo-
ta sólo en las partes superficiales frías, es decir, en la piel de ral, los síntomas dependerán de la situación del émbolo y de
dedos, mejillas, nariz y cara externa de los labios, en contras- la eficacia de la circulación colateral.
te con la central, que aparece, además, en las mucosas ca-
lientes, es decir, conjuntiva, cara interna de los labios y meji- Otros síntomas cardíacos
llas, lengua, etc. Por otra parte, la cianosis periférica tiende a
desaparecer al frotar o calentar la piel, lo cual no ocurre Síncope. Es la pérdida brusca y transitoria de la conciencia
cuando su origen es central. Desde el punto de vista del diag- debida a disminución del riego cerebral, es decir, a isquemia
nóstico clínico es fundamental recordar que la cianosis cen- cerebral. Cuando en lugar de pérdida de conciencia sólo
tral suele asociarse a dedos en palillo de tambor (las falanges existe obnubilación se denomina lipotimia. Otras manifesta-
terminales de los dedos de las manos y de los pies presentan ciones, como debilidad muscular o movimientos convulsi-
un abultamiento esferoide y hay, además, un encorvamiento vos, son accesorias. Entre sus múltiples etiologías las más fre-
convexo longitudinal muy exagerado de las uñas). Con todo, cuentes son: a) la de origen circulatorio periférico, es decir,
si la duda persiste, debe medirse la saturación arterial de oxí- hipotensión debida a reflejo vasovagal, reducción transitoria
geno, que en la cianosis central es, por lo común, inferior al de la presión arterial en individuos por otra parte normales
85% y se acompaña con mucha frecuencia de poliglobulia pero con hipotensión crónica, hipotensión secundaria a fár-
compensadora. Tras reconocer una cianosis de tipo central macos, etc., y b) la de origen cardiogénico, por reducción
hay que recordar que la de origen cardíaco no suele acom- transitoria del volumen de eyección cardíaco debido a tras-
pañarse de disnea muy intensa, excepto en el edema agudo torno del ritmo o de la conducción cardíaca, a obstrucción
de pulmón, mientras que en la de origen pulmonar la disnea del flujo (estenosis aórtica, miocardiopatía hipertrófica obs-
suele dominar el cuadro clínico. Además, la cianosis hipoxé- tructiva, hipertensión pulmonar, etc.), a enfermedad miocár-
mica de génesis pulmonar se reduce o desaparece respiran- dica grave, etc.
do oxígeno puro durante 5-10 min, mientras que la cardíaca El síncope debe diferenciarse de otras alteraciones de la
no se corrige con esta medida. conciencia (epilepsia, histeria, hipoglucemia, etc.) y vestibu-
Por último, hay que señalar que no se debe confundir la lares (vértigo, etc.).
cianosis genuina, debida a un aumento de la hemoglobina
reducida de la sangre circulante, con el color muy parecido Tos y bronquitis. Suelen presentarse en forma recurrente
de otros derivados de la hemoglobina, como la metahemo- en dos tipos principales de trastornos de la fisiología cardio-
globina o la sulfohemoglobina, resultantes de la ingestión de vascular: en la congestión venosa pulmonar debida a insufi-
ciertos fármacos, o incluso con otras pigmentaciones, como ciencia ventricular izquierda o enfermedad mitral y en la plé-

415
CARDIOLOGÍA

tora pulmonar, debida a un exceso del flujo sanguíneo en el ratorias y digestivas. En ocasiones, los dedos en palillo de
círculo menor, causada por una comunicación interauricu- tambor son unilaterales (aneurisma aórtico, fístulas arteriove-
lar o interventricular o por la persistencia del conducto arte- nosas, etc.). En la persistencia del conducto arterioso con hi-
rioso, y que, a diferencia de la congestiva venosa, sólo origi- pertensión pulmonar (por cortocircuito de derecha a izquier-
na hemoptisis si hay una bronquitis acompañante. da) se pueden afectar sólo los dedos de los pies o incluso los
La tos y la bronquitis pueden también ocurrir como conse- de la mano izquierda. Las petequias (en cualquier localiza-
cuencia de la compresión del bronquio principal derecho o ción), las hemorragias subungueales y los nódulos de Osler,
izquierdo por aneurisma o dilatación de la aorta, de la arte- rojizos y dolorosos, localizados en las yemas de los dedos,
ria pulmonar o bien de la aurícula izquierda, como ocurre palmas de las manos o plantas de los pies, pueden ser mani-
en la enfermedad mitral. festaciones de una endocarditis infecciosa. El eritema nudo-
so de los antebrazos y las piernas se debe, entre otras posibi-
Fatiga. Al igual que otros síntomas clínicos muy poco espe- lidades, a la fiebre reumática; por último, una xantomatosis o
cíficos, la fatiga puede tener un origen cardíaco, pero cuan- depósitos de cristales de colesterol, palpables en las áreas de
do ello ocurre suelen ya existir otros signos y síntomas suges- extensión o tendones de las manos y los codos, coincide a
tivos de cardiopatía. Se produce en la insuficiencia cardíaca menudo con una cardiopatía isquémica.
con disminución apreciable del volumen minuto. El pacien-
te refiere pesadez en las extremidades al hacer ejercicio, de- Examen del pulso y de la presión arterial
bilidad, cansancio general o agotamiento. Como existen pa-
cientes que confunden la fatiga con la disnea, es esencial un Pulso arterial
interrogatorio minucioso. El pulso arterial es una onda de presión y depende de los
factores reseñados en la figura 3.16 A. Existe una estrecha re-
Dolor abdominal. El dolor en el hipocondrio derecho en lación entre su configuración y la onda de presión arterial,
un enfermo cardíaco debe hacer pensar en distensión de la así como entre su frecuencia, regularidad y ritmo con los lati-
cápsula hepática por congestión. El dolor abdominal agudo dos ventriculares.
por embolia mesentérica ya se ha mencionado antes. Normalmente se palpa sólo la onda expansiva del pulso,
pero no el tono arterial. Para apreciar el pulso, en especial su
cualidad, se requiere cierta experiencia. Se aplica un dedo
Exploración física –el de preferencia personal– sobre la arteria y se va aumen-
tando la presión ejercida sobre ella, para apreciar la onda,
empezando muy suavemente hasta que se percibe el máxi-
Inspección general mo impulso, lo cual corresponde a una presión ejercida por
Desde el principio debe obtenerse una idea general del pa- el dedo equivalente a la presión diastólica. Si en vez de se-
ciente, respecto a su actitud, su modo de expresarse, su cons- guir esta técnica se presiona con firmeza desde el principio,
titución –pues son importantes algunas alteraciones que el pulso puede pasar fácilmente inadvertido, en particular en
coinciden con cardiopatías (síndrome de Marfan, mongolis- un enfermo con volumen latido bajo.
mo, síndrome de Turner, hipotiroidismo, etc.). También im- Por otra parte, la tensión o dureza orienta sobre la presión
porta el estudio de anomalías de la piel, como el color (ane- sistólica. La pulsación correspondiente a cada sístole se per-
mia, cianosis, pigmentación por hemocromatosis, etc.), cibe con un retraso variable según la distancia a la que se ha-
eritemas (lupus eritematoso, etc.), inmovilidad, retracción y lle la arteria del corazón. La exploración debe llevarse a
endurecimiento (esclerodermia) y hemangiomas cutáneos cabo en todas las arterias superficiales –radiales, braquiales,
y mucosos (telangiectasia hemorrágica hereditaria, que pue- carótidas, temporales, pedias, tibiales posteriores, poplíteas y
de cursar con cianosis central por fístulas arteriovenosas pul- femorales–; pero, desde el punto de vista cardiológico, es
monares), etc. fundamental la palpación de los pulsos carotídeos (fig. 3.16
La inspección general de la cabeza, del cuello y del tronco, A) y del pulso femoral simultáneamente con el radial (es im-
además de proporcionar información acerca de posibles portante para el diagnóstico de coartación aórtica).
anomalías que acompañan a las cardiopatías congénitas, es La evaluación completa del pulso comprende: el análisis
orientadora en otros sentidos. Así, el examen ocular puede detenido de la frecuencia del ritmo, de la forma (amplitud,
revelar exoftalmos hipertiroideos, un arco senil parcial o velocidad de ascenso) y de la tensión.
total, que en pacientes menores de 50 años se asocia a veces
Frecuencia. Se expresa como el número de pulsaciones por
a cardiopatía isquémica, los párpados pueden mostrar xante-
minuto. Puede calcularse rápidamente y de modo aproxima-
lasmas, que en individuos jóvenes pueden ser una manifesta-
do multiplicando por cuatro el número de pulsaciones en
ción de hipercolesterolemia, y el examen de las conjuntivas
15 seg. La frecuencia del pulso es equivalente a la frecuencia
y de las mucosas revela anemia, poliglobulia o cianosis cen-
de los latidos ventriculares auscultados mediante el estetos-
tral; el examen del cuello puede poner de manifiesto un bo-
copio, con excepción de los casos en que la onda pulsátil,
cio y latidos arteriales y venosos anormales, y el examen del
al no ser de un volumen suficiente, deja de palparse. Tales
tronco puede informar sobre el tipo de respiración y malfor-
contracciones ventriculares frustradas, o pulso deficitario,
maciones torácicas.
ocurren en las extrasístoles muy prematuras y en los latidos
La inspección de las extremidades, en particular de las ma-
precoces de la fibrilación auricular taquicárdica. En casos
nos, permite detectar los siguientes signos de importancia:
de presión arterial muy baja, o bien en ciertas taquicardias,
piel caliente en los estados circulatorios hipercinéticos (em-
la frecuencia del pulso tampoco se aprecia bien.
barazo, tirotoxicosis, estados emocionales, etc.), que en caso
de hipertiroidismo y ansiedad se acompaña de sudación y Ritmo. El pulso normal es regular, es decir, las pulsaciones
temblor en las manos; piel fría, pálida y cianótica en el se suceden con intervalos iguales o, a lo sumo, muestran una
shock; dedos en palillo de tambor (acropaquía) que consis- ligera variación dependiente del tiempo respiratorio (arrit-
ten en un abultamiento de las falanges terminales con una mia sinusal). Un pulso totalmente irregular sugiere fibrilación
convexidad longitudinal exagerada de las uñas, una pérdida auricular; una irregularidad esporádica, latidos extrasistóli-
de la angulación normal entre la base de éstas y la piel adya- cos; por último, una irregularidad regular la constituyen las
cente y una sensación esponjosa al palpar la raíz de las uñas. extrasístoles que aparecen de modo constante tras un núme-
La acropaquía puede ser hereditaria, en cuyo caso no indica ro fijo de latidos, como ocurre con el bigeminismo, el trige-
anormalidad alguna, pero a menudo es una manifestación minismo, etc.
de las cardiopatías congénitas con cianosis, de endocarditis
bacteriana –es un signo tardío, que desaparece con rapidez Forma. Su examen no es fácil, pero tiene un valor diagnósti-
al resolverse la enfermedad– y de ciertas enfermedades respi- co muy importante. El ascenso de la onda del pulso es uni-

416
EXAMEN CLÍNICO DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR

A el volumen de expulsión cardíaca está disminuido y, ade-


más, como compensación, cuando existe vasoconstricción
periférica. Ello ocurre en el shock, sobre todo en el cardiogé-
nico y el hipovolémico, en las taquicardias y, por último, en
la estenosis aórtica, en la que puede mantenerse un volumen
Resistencias Capacitancia sistólico adecuado hasta grados muy avanzados, pero a ex-
Velocidad Volumen pensas de una prolongación de la sístole (véase Pulso tardo),
de eyección de eyección con disminución de la presión sistólica. La enfermedad ate-
Válvula aórtica Contractilidad Llenado ventricular rosclerótica de las arterias carotídeas puede producir un pul-
Frecuencia cardíaca so carotídeo pequeño asociado a un soplo, que no siempre
Drogas Distensibilidad
Insuficiencia cardíaca Válvula mitral
es fácil distinguir del pulso carotídeo pequeño con soplo
Catecolaminas transmitido de la estenosis aórtica.
El pulso grande o magnus se comprueba cuando el volu-
men de expulsión cardíaco está incrementado (tendencia a
Resistencias aumentar la presión sistólica) y hay una disminución de la
periféricas
resistencia vascular periférica (tendencia a disminuir la pre-
sión diastólica). Ello ocurre en los estados circulatorios hi-
percinéticos (embarazo, emociones, fiebre, anemia, tirotoxi-
cosis, etc.), en los cortocircuitos extracardíacos (ductus
B arteriosus, fístulas arteriovenosas, etc.), en la insuficiencia
aórtica, en el bloqueo cardíaco completo y en la tetralogía
de Fallot (la aorta recibe sangre de ambos ventrículos). En la
1
esclerosis vascular de la vejez, siempre que las paredes vas-
culares no estén esclerosadas, el pulso será magnus, debido
a la disminución de la elasticidad arterial (aumento de la
presión diferencial).
Además de las alteraciones cuantitativas, el análisis de la
forma del pulso permite detectar alteraciones cualitativas:
Velocidad de ascenso y descenso de la onda pulsátil. El pul-
so saltón se caracteriza por una onda de ascenso muy rápi-
2
do, poco sostenida, y de descenso también brusco o pulso
colapsante. El dedo sólo aprecia el contragolpe de la onda
pulsátil durante un instante (el ascenso rápido es más apre-
ciable en la carótida y el descenso rápido en la femoral).
Tiende a producirse cuando existen un aumento del volu-
men o de la contractilidad (expulsión rápida) y una disminu-
3 ción de la resistencia periférica (descenso rápido), situacio-
nes descritas en el pulso magnus, pero sobre todo en los
estados circulatorios hipercinéticos, en los cortocircuitos ex-
tracardíacos y, muy en particular, en la insuficiencia aórtica.
La fase ascendente del pulso es, de forma característica, muy
rápida en la insuficiencia mitral y en la miocardiopatía hiper-
trófica.
4
El pulso tardo se caracteriza porque la onda pulsátil as-
ciende lentamente y es muy sostenida. Se asocia sobre todo
a la estenosis aórtica moderada o cerrada, en la cual, duran-
te la sístole, aunque suele expulsarse un volumen de sangre
normal, ello se hace de un modo prolongado, disminuyendo
además la presión sistólica. Por esta razón, el pulso tardo y el
pulso pequeño, junto a vibraciones en la última parte de la
rama ascendente (pulso anacroto) (fig. 3.16), coinciden en
Fig. 3.16. A. Factores que influyen en el pulso arterial. B. Diferentes ti- la estenosis aórtica importante, constituyendo un signo clíni-
pos de pulso arterial. 1. Normal. 2. Bisferiens. 3. Anacroto. 4. Dicroto.
co de interés para el diagnóstico y la valoración de la severi-
dad de esta lesión aórtica.
El latido doble designa un pulso con dos ondas durante
forme y bastante agudo, la cúspide se mantiene un instante y cada ciclo cardíaco. La onda adicional puede ocurrir duran-
el descenso de la onda es rápido. En conjunto, el movimien- te la sístole o la diástole. El pulso bisferiens se caracteriza por
to que se palpa es suave y uniforme. La dificultad para en- una primera onda debida a la eyección de sangre muy rápi-
contrar la arteria radial de un lado puede deberse a que su da e intensa que, tras un ligero descenso, se continúa con
curso sea aberrante, a una obstrucción arterial aguda o cró- una segunda onda correspondiente a la fase final de eyec-
nica (tras cateterismo cardíaco, enfermedad de Takayasu, es- ción sistólica. El pulso bisferiens ocurre típicamente en la es-
tenosis aórtica supravalvular, etc.) o a una compresión proxi- tenosis aórtica asociada a insuficiencia, moderada o grave.
mal, por ejemplo, por un aneurisma aórtico disecante. El El pulso dicroto es un pulso doble, debido a que la onda
pulso radial de un lado puede también ser débil o ausente dicrota diastólica de reflexión se hace palpable. Se presenta
tras una derivación operatoria de Blalock (arteria subclavia- cuando la resistencia periférica y, por tanto, la presión dias-
arteria pulmonar), que se lleva a cabo en pacientes cardía- tólica están disminuidas. Ello ocurre, como ya se ha indica-
cos cianóticos congénitos. Un pulso femoral pequeño y retra- do en relación con los pulsos magnus y saltón, en los estados
sado con respecto al radial es típico de la coartación aórtica. circulatorios hipercinéticos, en particular en los estados fe-
Las alteraciones de la forma pueden ser cuantitativas: briles, y en la insuficiencia aórtica.
Cambios en amplitud o volumen (fig. 3.16 B). La amplitud El pulso alternante, en el que cada pulsación grande es se-
está determinada por varios factores, pero especialmente por guida de otra pequeña, se aprecia más fácilmente mediante
la presión diferencial entre la sistólica y la diastólica. El pulso la toma de la presión con el esfigmomanómetro: al tomar la
pequeño o parvus se advierte de modo característico cuando presión sistólica sólo se detecta uno de cada dos latidos,

417
CARDIOLOGÍA

pero tras bajar más de 10 mmHg se registran todos, con una les de oír, lo cual es muy frecuente, debe vaciarse el brazal
intensidad alternante. El mecanismo de producción de este por completo, poner el brazo vertical hacia arriba para que
pulso consiste en una alternancia en la fuerza de contrac- drene la sangre venosa y, tras una nueva insuflación, bajarlo
ción ventricular izquierda que se produce en los casos de in- de nuevo; esta maniobra da resultados excelentes.
suficiencia ventricular izquierda grave. El método auscultatorio puede ser fuente de diversos erro-
El pulso paradójico se describe como un pulso de volu- res. Así, en ocasiones, tras alcanzar el nivel sistólico y seguir
men mucho menor en la inspiración que en la espiración. En vaciando el brazal, existe una discontinuidad auscultatoria o
los individuos normales la presión sistólica puede descender zona muda, vacío auscultatorio, tras el cual se vuelven a per-
10 mmHg durante la inspiración, lo cual se detecta mejor cibir los latidos. Éstos pueden interpretarse erróneamente
con el esfigmomanómetro que mediante la palpación del como correspondientes a la presión sistólica, cuando en rea-
pulso. Se debe a que en la inspiración el lecho vascular pul- lidad ésta es mayor. Dicho error se evita comprobando me-
monar acumula relativamente más sangre que la que le lle- diante palpación que el pulso radial haya desaparecido an-
ga, por lo que, a pesar del mayor retorno venoso que implica tes de empezar a deshinchar el brazal.
la inspiración, el volumen que alcanza el ventrículo izquier- La utilización de brazales corrientes de 12-13 cm de an-
do y que éste expulsa es menor, por lo que disminuye ligera- chura es adecuada para el adulto, aunque debe tenerse en
mente la presión arterial. El término pulso paradójico arterial cuenta que la lectura de la presión sistólica será algo más
se presta a confusión, pues en realidad no es más que la exa- alta de la real en los individuos con brazos gruesos (se nece-
geración del fenómeno normal descrito, y se define por un sita más presión con el manguito para comprimir la piel) y
descenso de la presión sistólica superior a 10 mmHg durante más baja si los brazos son muy delgados. Por dicha relación
la inspiración. Esto ocurre cuando disminuye mucho la pre- entre la amplitud relativa del brazal y el registro de la pre-
sión intratorácica durante la inspiración –EPOC–, con lo que sión, para medir la presión en los niños pequeños se utilizan
el lecho vascular se distiende más de lo normal; también se manguitos de 3-8 cm de anchura y, en cambio, de 18-20 cm
produce cuando el retorno venoso durante la inspiración es para medirla en los obesos o en los adultos a nivel del muslo.
menor que el habitual, como sucede en la pericarditis cons- Otra causa de error la constituyen las mediciones que se
trictiva, el taponamiento cardíaco, la insuficiencia cardíaca repiten tras mantener el manguito a tensión mucho rato o no
derecha grave, la obstrucción de la vena cava superior y la haberlo vaciado por completo de aire. En el shock, el regis-
embolia pulmonar. tro de la presión con el esfigmomanómetro puede ser muy
El pulso bigeminado es una alternancia del volumen del inexacto y por ello se utiliza el registro intrarterial continuo.
pulso de un latido a otro, producida por extrasístoles alterna- Por último, ya hemos indicado la importancia de que el en-
das, de manera que cada pareja de latidos está constituida fermo se encuentre tranquilo, pues, en caso contrario, las
por una onda normal o aumentada y por otra pequeña, que lecturas pueden ser muy altas y conducir a una interpreta-
es la extrasistólica. ción falsa. Así, algunos enfermos con estado de ansiedad lle-
gan, tras tranquilizarse, a acusar descensos de 60 mmHg en
Registro de la presión arterial poco tiempo.
El registro preciso de la presión arterial sólo puede obte-
nerse con una cánula intrarterial que mida la presión de ma- Valores normales. En el individuo sano, la presión arterial
nera directa. Sin embargo, su medición con el esfigmomanó- es bastante constante. En los niños de 3 a 10 años la presión
metro corriente es suficientemente exacta. Se efectuará de sistólica es, aproximadamente, de 90 mmHg; entre los 10 y
manera sistemática en ambos brazos, al menos en la primera 15 años, de 100 mmHg; entre los 15 y 30 años, de 120-
visita del paciente. 130 mmHg; entre los 30 y 50 años, de 130-140 mmHg, y entre
los 50 y 60 años, de 140-160 mmHg. La presión arterial diastó-
Técnica. El esfigmomanómetro más utilizado es el de mercu- lica representa, en estado normal, la mitad de la sistólica
rio. El paciente debe estar cómodamente tendido y relajado más unos 10 mmHg.
y tomarse el tiempo necesario para recobrarse de la tensión Normalmente, la presión sistólica en las piernas es unos
emocional o del esfuerzo físico. El brazo ha de estar comple- 10 mmHg superior a la de los brazos, pero la diastólica es si-
tamente desnudo, para evitar la compresión de la ropa y faci- milar. El registro de la presión arterial en las extremidades in-
litar la aplicación del brazal, que debe apretarse bien, a unos feriores puede confirmar el diagnóstico de coartación de aor-
3 cm por encima de la flexura del codo, cuidando que la cá- ta (hipertensión en los brazos en relación con la de las
mara de aire ocupe sobre todo la parte de dentro, por donde piernas) y tiene importancia en la valoración de la enferme-
discurre la arteria humeral. dad obstructiva aortoilíaca en reposo y tras ejercicio.
Método palpatorio. Se insufla el brazal hasta que desapare- En estado fisiológico la presión arterial por las tardes supe-
ce el pulso humeral o radial, que se palpa con la otra mano, ra en 15 mmHg a la de la mañana. Al pasar del decúbito a la
y luego se vacía lentamente –unos 2 mm/seg–, de modo que posición vertical la presión desciende en algunos individuos
el momento en que reaparece el pulso corresponde aproxi- 5-15 mmHg. Por último, una ligera desigualdad entre las pre-
madamente a la presión sistólica. A medida que el brazal siones de ambos brazos no es rara, pero la diferencia no sue-
continúa deshinchándose, el pulso va adquiriendo una cali- le sobrepasar los 10 mmHg.
dad de pulso saltón, hasta que llega un momento en que, de
forma repentina, adquiere una calidad normal, que corres-
ponde aproximadamente a la presión diastólica.
Examen del pulso y de la presión yugular
Método auscultatorio. Se insufla el brazal hasta una presión El retorno de la sangre venosa hacia el lado derecho del
de 15-20 mmHg por encima del punto en que desaparece el corazón se produce en forma de flujo que no es pulsátil. La
pulso radial. A continuación, con el estetoscopio sobre la ar- actividad o movimientos de la aurícula y del ventrículo dere-
teria humeral, en la flexura del codo, se deshincha lentamen- chos crean, por continuidad, ciertos cambios en el flujo de
te. La presión sistólica corresponde aproximadamente al mo- retorno que se manifiestan por ondas de volumen en las ve-
mento en que se oyen los primeros latidos; a medida que se nas principales que abocan al corazón y que se transmiten
vacía el brazal son reemplazados por un soplo y después por en dirección contraria al flujo de sangre, es decir, hacia las
latidos fuertes y agudos; llega un momento en que éstos se venas de la periferia. El estudio de estas pulsaciones venosas
apagan y, pocos milímetros más abajo, desaparecen por en la región del cuello –pulso yugular– constituye la explora-
completo. La presión diastólica se halla más próxima al mo- ción clínica más importante para evaluar la hemodinámica
mento en que los tonos desaparecen. Sin embargo, si el perío- del lado derecho del corazón; por consiguiente, es esencial
do entre el momento en que se apagan y aquel en que desa- llevarla a cabo cuidadosamente en todos los pacientes. Ade-
parecen es muy apreciable (a veces no desaparecen), hay más, tiene valor para diagnosticar ciertas arritmias y bloqueos,
que anotar ambos valores. Si los latidos braquiales son difíci- en particular cuando no sea posible realizar un ECG. La ex-

418
EXAMEN CLÍNICO DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR

ploración del pulso yugular comprende el estudio de las ca-


racterísticas del contorno pulsátil y la identificación del pun-
to más alto del cuello en donde la pulsación yugular es aún
bien visible, lo cual da una idea aproximada de la altura de
la presión venosa.
En la exploración del pulso yugular se deben examinar las
venas yugulares interna y externa de ambos lados del cuello.
En la mayoría de los enfermos la vena yugular interna dere-
cha (que discurre, desde la fosita esternal, por detrás de la
arteria carótida, por debajo del músculo esternocleidomas- 20 cm
toideo) es más difícil de examinar, pues su impulso se ad-
vierte indirectamente por el desplazamiento que produce en
el músculo esternocleidomastoideo; sin embargo, el examen
metódico de la vena yugular interna está sometido a menos 20 cm
errores que el de la yugular externa, puesto que las valvas en-
tre la vena cava superior y las venas yugulares externas inter-
fieren en la estimación precisa de la presión venosa. El pa-
ciente debe estar echado, con el tronco elevado unos 45° y
con la musculatura del cuello lo más relajada posible, en
particular del lado a estudiar. En esta posición, en algunos
individuos sanos el pulso yugular se manifiesta justo unos mi-
límetros por encima de la clavícula, pero en muchos otros el
latido yugular no alcanza el nivel clavicular, por lo que para
contemplarlo será necesario que se echen por completo. Por
otro lado, en algunos pacientes con presión venosa muy ele-
vada y venas distendidas el pulso yugular puede ser tan alto
que no sea visible, pero se hace aparente si se examinan con
el tronco elevado unos 90° (fig. 3.17). En los niños pequeños Fig. 3.17. Presión venosa elevada. Con el paciente semiechado el
el pulso yugular es difícil de evaluar, no sólo porque la fre- pulso yugular puede no percibirse si es muy alto y, por tanto, pasar
cuencia cardíaca es muy rápida, sino también porque el cue- inadvertida una presión venosa elevada. Con el paciente sentado se
llo, al ser corto, dificulta la exploración. A veces resulta com- podría comprobar el pulso y establecer el diagnóstico de hipertensión
plicado diferenciar el pulso venoso yugular del pulso arterial venosa.
carotídeo. El pulso yugular se diferencia del carotídeo en
que: a) es más ondulante; b) es más perceptible, pero menos
palpable; c) puede eliminarse aplicando una ligera presión
por debajo del punto de observación, lo cual no ocurre con
el carotídeo, y d) a diferencia de éste, el pulso yugular v
se hace más visible al aumentar el retorno venoso, lo cual a
puede conseguirse normalmente con una inspiración profun- x y
da, y en los casos de insuficiencia ventricular derecha y alte- Pulso venoso
raciones de la válvula tricúspide si se presiona el hipocon-
drio derecho durante algunos segundos (reflujo hepato-
yugular). Ruidos cardíacos
El pulso yugular normal (fig. 3.18) consta de dos ondas po-
sitivas visibles, que dejan entre sí dos ondas negativas. Las
ondas positivas son: la onda a, que corresponde a la sístole
auricular, y por tanto precede ligeramente al primer ruido R4 R1 R2 R3
cardíaco, y la onda v, que se debe a la última fase del retor-
no venoso mientras la válvula tricúspide permanece aún ce-
Presiones en el ventrículo
rrada, por lo que alcanza su máximo justo en el momento de izquierdo
abrirse la válvula, poco después del segundo ruido cardíaco.
Estas dos ondas positivas visibles y casi coincidentes con los
dos ruidos cardíacos dejan entre sí a las dos ondas negativas: ECG
la onda x –colapso sistólico del pulso venoso–, que represen-
ta la porción descendente de la onda a o caída de presión
por la relajación auricular, y también en parte por un despla- Fig. 3.18. La onda P del ECG va seguida de una contracción auricu-
lar que produce una onda a en el pulso venoso y, en condiciones es-
zamiento hacia abajo de la base ventricular durante el perío- peciales, un cuarto ruido (R4) a la auscultación. El complejo QRS del
do de sístole, y la onda y –colapso diastólico del pulso veno- ECG precede al primer ruido (R1) que se produce por el cierre de las
so–, que representa la porción descendente de la onda v o válvulas auriculoventriculares. Al terminar la fase sistólica, ya durante
caída de presión que tiene lugar desde el momento en que la relajación, se produce el segundo ruido (R2) por el cierre de las sig-
la sangre penetra por la válvula tricúspide hacia el ventrícu- moides. Coincidiendo, más o menos, con el seno y el pulso venoso,
lo. Existe una tercera onda c positiva, muy diminuta (sólo es puede aparecer el ruido de llenado pasivo o tercer ruido (R3). Tanto
perceptible con técnicas de registro gráfico del pulso yugular R4 como R3 pueden ser derechos o izquierdos; R1 tiene dos componen-
o yugulograma), que sigue al primer ruido cardíaco y proba- tes, uno mitral (M1) y uno tricúspide (T1), y R2, un componente aórtico
(A2) y uno pulmonar (P2).
blemente se debe al abombamiento hacia la aurícula de la
válvula tricúspide, al principio de la sístole ventricular. Así
pues, las ondas del pulso yugular coinciden casi exactamen-
te con las ondas de presión auricular. el estetoscopio los latidos cardíacos o bien se palpa el pulso
El hecho de que las ondas positivas visibles sean coinci- arterial carotídeo.
dentes con los ruidos cardíacos y de que las dos ondas nega-
tivas se correspondan con los períodos de sístole y diástole Alteraciones de la presión venosa yugular
justifica la importancia de evaluar las características del con- Primero debe valorarse cuantitativamente si la presión ve-
torno pulsátil yugular al mismo tiempo que se localizan con nosa está elevada o no. El paciente ha de hallarse semiincor-

419
CARDIOLOGÍA

Alteraciones de la onda a. En la fibrilación auricular, la


a onda a está ausente porque no hay contracción auricular y,
v
c por tanto, la onda x es también casi invisible. Esta arritmia se
reconoce, pues, en el pulso yugular por una profunda onda
1 diastólica y que va precedida de una onda v, que aparece
x con una frecuencia irregular. Una onda a gigante, que puede
y
confundirse fácilmente con el pulso carotídeo, se produce
a en aquellas circunstancias en que la aurícula se contrae en
v
contra de una resistencia, es decir, en la estenosis pulmonar
c y la hipertensión pulmonar de cualquier causa cuando pro-
2 ducen hipertrofia ventricular que ofrece resistencia al llena-
do, en la estenosis y la atresia tricúspide, en el bloqueo auri-
x y culoventricular (AV) total, en el que se observa una típica
onda a gigante que, a diferencia de los casos anteriores, se
v presenta irregularmente, es decir, sólo en los ciclos cardía-
a cos en los que la contracción auricular ocurre durante la sís-
c
tole ventricular y, por tanto, cuando la válvula tricúspide está
3
x cerrada; asimismo, se observan ondas gigantes en diversas
y arritmias, como en la taquicardia ventricular, en la que se
c
v presenta también irregularmente, y en ritmos de origen no-
a
dal, cuando la contracción auricular está retrasada y se pro-
duce al mismo tiempo que la ventricular.
4 x
Onda v gigante. En los casos moderados o graves de insu-
y ficiencia tricúspide, el colapso sistólico normal queda obli-
c v terado y sustituido por una onda positiva, la cual se debe al
reflujo de sangre durante la sístole ventricular desde el ven-
x
trículo derecho a la aurícula derecha. Dado que esta onda
5 positiva llega a juntarse con la onda v normal, se considera
que en conjunto se produce una onda v gigante.
y
Alteraciones del colapso diastólico u onda y. El colapso
diastólico normal es más rápido y profundo cuando se pro-
Fig. 3.19. Pulso yugular. 1: normal; 2: onda a dominante; 3: onda v duce un rápido flujo de sangre desde la aurícula al ventrícu-
dominante; 4: seno y profundo; 5: onda cv de fibrilación auricular. lo derecho (situaciones con presión venosa muy elevada), y
éste, además, es poco distensible. Ello ocurre en la insufi-
ciencia ventricular derecha grave, así como en los casos de
pericarditis constrictiva. Mientras que la presión y la disten-
porado a 45° (o en otro ángulo en que el pulso venoso sea vi- sión venosas yugulares disminuyen normalmente durante la
sible). inspiración (aunque en la fase inspiratoria el pulso se hace
La presión venosa puede estimarse de forma indirecta más visible), en las circunstancias citadas puede producirse
midiendo la distancia vertical entre la pulsación yugular más el efecto contrario, lo cual se conoce como signo de Kuss-
alta y el ángulo esternal de Louis (distancia normal menos maul. Si al mismo tiempo que la onda y profunda, o bien en
de 4 cm) o, mejor aún (fig. 3.17), añadiendo a aquel valor el signo de Kussmaul, existe una onda v gigante de insufi-
5 cm, que es la distancia aproximada entre el ángulo de Louis ciencia tricúspide, el diagnóstico está a favor, sin duda, de
y la aurícula derecha, lo cual da una idea más directa de la pre- insuficiencia ventricular derecha con insuficiencia tricúspide
sión venosa en centímetros de agua (1 mmHg = 1,36 cmH2O). asociada, y en contra de una pericarditis constrictiva o de un
Es fundamental la distinción entre presión venosa y disten- taponamiento cardíaco.
sión venosa yugular, pues son, a menudo, independientes.
En tal sentido, en casos de obstrucción de la vena cava supe-
rior existe una presión venosa elevada que se manifiesta por
Inspección, palpación y percusión precordial
distensión yugular, sin que el latido venoso sea visible, ya Después de obtener la máxima información del examen
que la transmisión desde la aurícula está bloqueada. de la circulación periférica, el cual es fundamental para la
Son causas frecuentes de presión venosa elevada la insufi- evaluación de la insuficiencia cardíaca, así como de otras
ciencia ventricular derecha –asociada o no a insuficiencia anormalidades, se pasará al examen de la región precordial.
tricúspide– y la debida a hipertensión pulmonar aguda o cró-
nica, la estenosis pulmonar, etc. También ocurre cuando el Inspección precordial
corazón derecho está afecto por pericarditis constrictiva, ta- La inspección precordial tiene importancia, junto a la ins-
ponamiento cardíaco o estenosis tricúspide. En los procesos pección general del tórax, en la valoración del tipo de respi-
circulatorios hipercinéticos (embarazo, tirotoxicosis, etc.) o ración, de diferentes deformidades torácicas con repercu-
de sobrecarga circulatoria (excesiva perfusión de líquidos, sión cardíaca, del impulso del corazón y de la presencia de
acumulación hidrosalina debida a oliguria, etc.) puede vasos superficiales anormales.
producirse, en algunas ocasiones, un ligero aumento de la Entre las deformidades torácicas con repercusión cardíaca
presión venosa. Por último, entre las causas de origen no car- destacan las siguientes. El pectus excavatum no sólo se aso-
diocirculatorio cabe citar las que aumentan la presión intra- cia con frecuencia al prolapso mitral, sino que, además, pue-
torácica y ofrecen resistencia al retorno venoso, como el de inducir a error, al interpretar el desplazamiento del cora-
asma y el enfisema, los derrames pleurales, el neumotórax, y zón en la radiografía de tórax como una cardiomegalia;
la obstrucción de la vena cava superior en el síndrome me- asimismo, el acercamiento de los grandes vasos a la pared
diastínico. anterior del tórax puede acompañarse de soplos a veces muy
intensos, pero sin importancia clínica. El abombamiento del
Alteraciones del contorno pulsátil yugular pecho, en particular en la región parasternal izquierda, sugie-
La evaluación del contorno pulsátil yugular puede ser en re una hipertrofia ventricular derecha presente desde la in-
algunos casos de gran ayuda para el diagnóstico (fig. 3.19). fancia. La escoliosis de convexidad izquierda puede despla-

420
EXAMEN CLÍNICO DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR

TABLA 3.2. Alteraciones del latido de la punta del corazón


,, Ventrículo
Ventrículo izquierdo
derecho
Normal Infarto
Dilatación sin Dilatación con extenso Dilatación
Hipertrofia
insuficiencia insuficiencia con aneurisma o hipertrofia
o sin él
Localización Sobre la línea medioclavicular
o algo dentro de ésta Normal Hacia fuera Hacia fuera Hacia dentro Parasternal
Extensión 2-3 cm + + + + +
Amplitud Escasa + ++ ± ± ±
Duración Escasa ++ ± ++ ++ +

zar el corazón hacia la izquierda, de manera que se deberá Dilatación ventricular izquierda, con hipertrofia o sin ella.
tener la precaución de no interpretar erróneamente el des- Se hace referencia a la que aparece como consecuencia de
plazamiento del impulso de la punta cardíaca como manifes- una sobrecarga ventricular diastólica (insuficiencia aórtica o
tación de cardiomegalia (la misma consideración que en el mitral, etc.), sin que exista aún insuficiencia cardíaca. El im-
pectus excavatum). pulso está desplazado hacia fuera –signo clínico esencial de
El impulso cardíaco es visible a menudo en la región pre- dilatación ventricular izquierda– y hacia abajo y es extenso y
cordial y debe estudiarse con detalle en la palpación. En muy amplio (latido hipercinético), pero poco duradero y de
algunos individuos sanos se produce una ligera retracción aparición más brusca.
sistólica en la región parasternal izquierda inferior, probable- Dilatación por insuficiencia ventricular izquierda. Su apre-
mente debida a la disminución del volumen del corazón ciación mediante la palpación es uno de los hallazgos más
durante la expulsión de sangre, que se aprecia mejor por la importantes que pueden obtenerse a la cabecera del enfer-
inspección lateral de la región precordial que por palpación. mo. El impulso está desplazado hacia fuera y hacia abajo y
En los casos de dilatación ventricular izquierda debida a una también es extenso, como en el caso anterior, pero general-
sobrecarga de llenado (insuficiencia aórtica y mitral, etc.), la mente de poca amplitud (pulso hipocinético), indicativo de
retracción parasternal es más evidente. Por otra parte, en los una contractilidad disminuida. En los casos con infarto y
casos en que la dilatación corresponde al ventrículo de- aneurisma, el latido de la punta se aprecia con cierto retraso
recho, la retracción puede aparecer en una zona precordial respecto al carotídeo (llenado sistólico tardío del saco aneu-
izquierda cercana a la línea medioclavicular. rismático) y, si pulsa la región de la punta, habrá a menudo
En el síndrome mediastínico con obstrucción de la vena un doble latido precordial (el de la punta seguido del aneu-
cava superior pueden observarse venas muy dilatadas en la rismático).
parte superior del pecho, que representan anastomosis entre Dilatación y/o hipertrofia ventricular derecha. Aparte del la-
las venas cava superior e inferior. En la coartación aórtica tido de la punta ventricular izquierda, que a veces no se ad-
hay anastomosis arteriales que a veces se ven en el dorso o vierte, aparece otro latido en el esternón o en la región paras-
cuyo pulso es palpable. ternal izquierda baja, muy extenso y de duración variable
según que predomine la sobrecarga sistólica (hipertensión
Palpación precordial pulmonar, estenosis pulmonar, etc.), la insuficiencia ven-
La palpación debe efectuarse con el paciente acostado. Se tricular o la sobrecarga diastólica (comunicación interauricu-
explorarán en forma metódica con la palma de la mano: el lar, etc.). En los individuos delgados y con un estado circula-
área aórtica, el área pulmonar, la región parasternal izquier- torio hipercinético (niños nerviosos, adultos en estado emo-
da inferior y la región de la punta. cional, etc.) puede palparse el impulso parasternal izquierdo,
que en dichos casos carece de significado patológico.
Latido apexiano o de la punta (tabla 3.2). Es un punto de Ausencia del latido de la punta. Es común en individuos
movimiento hacia fuera de la región precordial y se produce obesos y enfisematosos y en algunos individuos normales. En
durante la primera parte de la sístole ventricular. Se debe al estas circunstancias es posible, a veces, apreciar el latido de
choque de la punta del ventrículo izquierdo, en parte por la punta con el paciente sentado y en espiración completa.
el movimiento de retroceso que sufre el corazón al comien- En la pericarditis con derrame y en la constrictiva suele fal-
zo de la expulsión de sangre (parecido al retroceso de las tar. En los casos de pericarditis constrictiva que tienen ade-
armas de fuego), y en parte por una ligera rotación hacia de- más fuertes adherencias a la pared torácica anterior, se ad-
lante del ventrículo izquierdo durante la sístole. Normalmen- vierte en ocasiones una depresión o retracción sistólica de la
te se palpa en el 50% de los individuos en decúbito supino región precordial y de toda la pared torácica y una relajación
y en un 30% adicional cuando se los coloca en posición late- o distensión brusca de ellas durante la diástole. Por último,
ral. Tiene las cuatro características siguientes: se localiza jus- como ya se ha indicado, en la dilatación y/o hipertrofia ven-
to en la línea medioclavicular (un poco más hacia la izquier- tricular derecha el impulso ventricular izquierdo falta a me-
da si el individuo se echa en posición lateral) o algo por nudo, debido a la rotación del ventrículo derecho, que dirige
dentro de aquélla, a la altura del cuarto o quinto espacio la punta cardíaca hacia atrás.
intercostal izquierdo, tiene una extensión de 2-3 cm de diá- Otros impulsos precordiales. En los casos en que la pulsa-
metro, es de poca amplitud (levanta apenas los dedos) y, por ción de la arteria pulmonar está exagerada, es decir, cuando
último, tiene una duración mínima (no sostenida). Las carac- aumenta el flujo (comunicación interauricular, interventricu-
terísticas finas del latido de la punta se aprecian mejor con lar y ductus arteriosus) y en las grandes dilataciones de dicha
los pulpejos de los dedos que con la palma de la mano. Se- arteria, como puede ocurrir en la estenosis y en la hiperten-
guidamente se analizará su valor diagnóstico. sión pulmonares (por estenosis mitral, cor pulmonale, etc.),
Hipertrofia ventricular izquierda. Ésta ocurre en los casos puede palparse en ocasiones la pulsación sistólica a nivel
con sobrecarga ventricular sistólica (estenosis aórtica, hiper- del segundo o el tercer espacios intercostales izquierdos.
tensión arterial, etc.). La localización del impulso es normal A veces se detecta la pulsación sistólica de un aneurisma
o, a lo sumo, se halla algo desplazada hacia abajo; el latido aórtico.
apexiano es extenso (5-6 cm), amplio y sostenido (latido sos- En ocasiones puede palparse la expansión sistólica auricu-
tenido). lar de la insuficiencia de las válvulas AV (que se produce

421
CARDIOLOGÍA

algo después del impulso ventricular) o la misma contrac-


ción auricular si es poderosa (precediendo al latido ventricu-
lar), como ocurre en algún caso de estenosis o insuficien-
cuia de las válvulas AV. En individuos delgados suele
hallarse un latido epigástrico (impulso cardíaco epigástrico 1 1
por descenso del diafragma y verticalización del corazón). AP
2 Ao 2
Frémitos. Las vibraciones cardíacas audibles a modo de so-
plo son a veces palpables, en particular cuando son muy am- 3
3
plias. Como se verá al estudiar la auscultación, las vibracio-
nes amplias originan, siempre que la frecuencia vibratoria no
4
sea muy baja, soplos intensos (soplo de estenosis aórtica, es- 4
tenosis pulmonar, etc.) que se acompañan de frémito. A ve- AD VD 5
ces se producen vibraciones muy amplias y, por tanto, palpa- 5
bles, pero de muy baja frecuencia, por lo cual los soplos
acompañantes no son intensos (soplo diastólico de la este- 6
6
nosis mitral, etc.). Por último, los soplos de alta frecuencia
(soplo de insuficiencia aórtica o pulmonar, etc.), debido a 7
que no dependen de vibraciones amplias, no suelen acom- A 7
pañarse de frémito.
Los frémitos delatan siempre una cardiopatía orgánica.
Los más frecuentes son los siguientes: el que acompaña al so- VI
plo sistólico de la estenosis aórtica, que se localiza preferen- EA
temente en el área aórtica y tiende a dirigirse hacia el lado iz- 1
quierdo del cuello; el frémito que acompaña al soplo
sistólico de la estenosis pulmonar, que se localiza sobre todo 2
en el área pulmonar y se dirige hacia el lado izquierdo del
cuello; el frémito del soplo sistólico de la comunicación in- IM
terventricular aguda o crónica, que se sitúa preferentemente 3
en la región parasternal izquierda baja; el frémito del soplo
sistólico de la insuficiencia mitral crónica, que se localiza en 4
la punta cardíaca, y el frémito diastólico de la estenosis mi-
tral, palpable también en la punta cardíaca.
5
Otros ruidos cardíacos palpables. Fenómenos que acom-
pañan a un primer ruido cardíaco intenso, como sucede en 6
la estenosis mitral, o a un segundo ruido intenso, como ocu- EM
rre en la hipertensión pulmonar, pueden a veces descubrirse B 7 IA
por palpación. Los clics de eyección de la estenosis valvular
aórtica o pulmonar, lo mismo que el chasquido de apertura
mitral, son palpables cuando son intensos. El tercero y el
cuarto ruidos cardíacos son más a menudo palpables que
auscultables, pues sus vibraciones son de gran amplitud y 1
baja frecuencia. EP
2
Auscultación cardíaca
La dinámica cardíaca genera vibraciones de diferente fre- 3
cuencia y amplitud, algunas de las cuales se auscultan. La in- IT
tensidad depende fundamentalmente de la amplitud, siem- 4
pre que la frecuencia no sea muy baja. La cualidad o tono
IP
depende sólo de la frecuencia, correspondiendo los tonos al-
tos o agudos a frecuencias altas, y los tonos bajos o graves a 5
frecuencias bajas. ET
6
Técnica auscultatoria
Los tres principios básicos que deben regir una buena aus- C 7
cultación son los siguientes: a) la auscultación debe llevarse
a cabo en una habitación silenciosa y el médico utilizar un
estetoscopio que le sea familiar, si es posible con diafragma
y campana –el diafragma detecta mejor los ruidos o soplos Fig. 3.20. A. Áreas de auscultación de las válvulas y zonas cardía-
cas. Ao: aorta; AP: arteria pulmonar; AD: aurícula derecha; VD: ventrí-
de alta frecuencia y debe aplicarse firmemente al pecho, culo derecho. La válvula mitral se oye en la punta cardíaca y a veces
mientras que la campana detecta mejor los de tono bajo y se hacia la región axilar. B. Propagación de los soplos valvulares del co-
aplica al pecho sin ejercer presión–, un tubo corto (no más razón izquierdo; EA: estenosis aórtica; EM: estenosis mitral; IA: insufi-
de 30 cm), de poco calibre interior y con los auriculares que ciencia aórtica; IM: insuficiencia mitral; VI: ventrículo izquierdo; C.
se adapten bien al oído; b) la auscultación requiere la máxi- Propagación de los soplos valvulares del corazón derecho. EP: esteno-
ma concentración mental durante unos instantes en cada uno sis pulmonar; ET: estenosis tricúspide; IP: insuficiencia pulmonar; IT:
de los ruidos auscultatorios, de manera que un ruido sólo se insuficiencia tricúspide.
evaluará correctamente si durante su auscultación se pres-
cinde por completo de todos los demás que puedan existir quier otra exploración, sólo cabe encontrar lo que se busca.
en forma simultánea, y no se pasará a auscultar otro ruido o Para ello debe explorarse con método y recorrer toda el área
soplo sin antes haber efectuado una valoración satisfactoria precordial (fig. 3.20) en la forma descrita a continuación,
del primero, y c) en la auscultación cardíaca, como en cual- con el objetivo de identificar y evaluar el primero y el segun-

422
EXAMEN CLÍNICO DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR

do ruidos, determinar el ritmo e investigar las fases sistólica y registrar el tercero y el cuarto ruidos del ventrículo izquierdo
diastólica, para detectar otros ruidos o soplos. y los soplos diastólicos mitrales. La auscultación de la punta
Estos tres principios fundamentales se tienen en cuenta en suele hacerse más evidente con el paciente en decúbito late-
el método siguiente de auscultación, que recomendamos. ral izquierdo.
1. Con el paciente en decúbito supino se aplica firmemen- A menudo es necesario repetir alguno de los pasos descri-
te el diafragma del estetoscopio en el segundo espacio inter- tos, por ejemplo, para evaluar dónde tiene su máxima inten-
costal derecho junto al esternón. Esta área se ha denomi- sidad un dato auscultatorio o la relación de un soplo con la
nado clásicamente área aórtica, pero en realidad puede posición (el soplo diastólico de la insuficiencia aórtica es de
transmitir sonidos de origen no aórtico. Normalmente se lo- máxima intensidad con el paciente incorporado y los soplos
calizan allí los dos ruidos cardíacos, siendo el segundo más inocentes suelen ser variables con las diferentes posiciones),
intenso que el primero, lo cual, junto a la palpación del pul- con las fases respiratorias (los soplos tricúspides aumentan
so carotídeo, ayuda a identificar en el tiempo los dos ruidos durante la inspiración) o con otras maniobras que se descri-
cardíacos. Deben buscarse en esta área los soplos sistólicos ben más adelante.
de origen aórtico (estenosis aórtica, etc.) y el soplo diastóli- Existen, además, otras zonas torácicas que pueden ser im-
co de insuficiencia aórtica. Antes de mover el estetoscopio portantes en el examen auscultatorio. El soplo continuo del
hacia otras regiones precordiales, debe aplicarse el diafrag- ductus arteriosus suele ser máximo en el segundo espacio
ma y la campana a ambos lados del cuello, pues hacia allí intercostal izquierdo, en la intersección con la línea medio-
suele transmitirse el soplo sistólico de origen aórtico y, ade- clavicular. El soplo sistólico de la coartación aórtica puede
más, es la región donde se localizan preferentemente el so- oírse en el dorso (también en el precordio, aunque a veces
plo de estenosis carotídea y el murmullo venoso yugular. ello se debe a una válvula aórtica bicúspide que se asocia a
2. Se aplica luego el diafragma del estetoscopio en el se- la coartación), lo mismo que los soplos procedentes de las
gundo y el tercer espacios intercostales izquierdos, junto al anastomosis arteriales que acompañan a la coartación. Otros
esternón. Esta área se ha denominado clásicamente área pul- soplos auscultables en el dorso o en las regiones laterales del
monar, pero, al igual que en el área de auscultación aórtica, tórax son los que provienen de una estenosis de las arterias
no todos los ruidos que allí pueden identificarse son de ori- pulmonares, de las anastomosis arteriales que se producen
gen pulmonar. Normalmente se auscultan los dos ruidos car- en la atresia pulmonar o bien de la transmisión de soplos
díacos, pero dicha área tiene una importancia fundamental, auscultados delante, pero que son muy intensos.
por cuanto se advierten bien los dos componentes que com-
ponen el segundo ruido cardíaco. Deben también buscarse Ruidos cardíacos
en esta zona el clic de eyección pulmonar, el soplo sistólico La auscultación del corazón normal descubre en general
de estenosis pulmonar, los soplos diastólicos de la insuficien- sólo dos ruidos: el primero, “dumb”, es una vibración amplia
cia aórtica e insuficiencia pulmonar y el soplo continuo del (aparece 0,02 seg después de comenzar el complejo QRS en
ductus arteriosus (que es máximo, algo más hacia arriba y a el ECG) y el segundo, “tub”, es más breve y agudo (coincide
la izquierda). con el final de la onda T (fig. 3.18). La separación sistólica de
3. El diafragma del estetoscopio se aplica luego sobre el ambos ruidos es normalmente de unos dos tercios de su se-
área parasternal derecha al nivel del cuarto y el quinto espa- paración diastólica. Esta distinción en la separación y la cua-
cios intercostales. En esta zona son particularmente intensos lidad de ambos ruidos ayuda a diferenciarlos. No obstante,
el soplo sistólico de la comunicación interventricular y el so- en determinadas circunstancias la diferenciación puede ser
plo sistólico de la insuficiencia tricúspide. También puede difícil (taquicardias, presencia de múltiples ruidos cardíacos,
auscultarse el soplo diastólico de origen tricúspide, que, al etc.); en estos casos, para interpretarlos correctamente se re-
igual que el tercero y el cuarto ruidos de origen ventricular quieren la palpación del latido carotídeo, cuyo comienzo si-
derecho, se identifican mejor con la campana del estetosco- gue muy de cerca al primer ruido, y la auscultación en la
pio. Los soplos diastólicos mencionados pueden también ser base cardíaca, donde el ruido más intenso suele ser el segun-
máximos en dicha área, lo mismo que el chasquido de aper- do (en la punta puede ser más intenso cualquiera de los
tura de la mitral. En ocasiones, el soplo de insuficiencia aórti- dos).
ca puede ser máximo en la región parasternal derecha, en En las tablas 3.3 y 3.4 se exponen las características dife-
particular si la aorta está muy elongada o dilatada. renciales de los diversos ruidos cardíacos.
4. A continuación se aplica el diafragma del estetoscopio
sobre el ápex cardíaco o área mitral. En esta zona suelen ser Primer ruido. Se ausculta mejor en la región de la punta.
de máxima intensidad el clic de eyección aórtico, el chasqui- Depende del cierre de las válvulas mitral y tricúspide (M1 +
do de apertura de la mitral, el soplo sistólico de insuficiencia T1), y se produce en el momento de su detención brusca,
mitral y, en ocasiones, el soplo sistólico de estenosis aórtica. ocasionada por la tensión de las cuerdas tendinosas, que evi-
El soplo sistólico de insuficiencia mitral crónica se irradia, de tan así el prolapso valvular hacia las aurículas.
forma característica, hacia la axila, mientras que el soplo Desdoblamiento del primer ruido. Se detecta casi invaria-
de insuficiencia mitral aguda lo hace hacia la base del cora- blemente en todos los individuos y está localizado en la par-
zón, pudiendo confundirse con el soplo de estenosis aórtica te baja de la zona parasternal izquierda. El desdoblamiento
y en ocasiones con el de la comunicación interventricular. fisiológico se debe a que el cierre de la válvula mitral se anti-
La aplicación de la campana con una presión ligera puede cipa ligeramente al de la tricúspide. Se ausculta en la zona

TABLA 3.3. Diferencias entre el desdoblamiento del primer ruido, el clic de eyección y el cuarto ruido
Desdoblamiento del primer ruido Clics de eyección Cuarto ruido
Intervalo con M1 Estrecho (normal)
1444444424444443
Amplio (anormal) Amplio Muy amplio

Cualidad “Dumb” “Clic” Tono bajo


Modo de auscultarlo Diafragma Diafragma Campana
Lugar de más intensidad Región parasternal baja Área pulmonar, clic pulmonar Ápex o región parasternal baja
Ápex, clic aórtico
Irradiación T1 localizado Todas las áreas Localizado
Inspiración T1 aumentado Clic pulmonar disminuye Puede variar
Clic aórtico no cambia
M1: componente mitral del primer ruido; T1: componente tricúspide del primer ruido.

423
CARDIOLOGÍA

TABLA 3.4. Diferencias entre el desdoblamiento del segundo ruido, el chasquido de apertura y el tercer ruido
Desdoblamiento del segundo ruido
Chasquido de apertura Tercer ruido
Normal Amplio Paradójico
Intervalo tras A2 Estrecho
Amplio Estrecho Amplio Muy amplio
Efecto de la respiración inspiración
inspiración espiración Ninguno Ninguno
y espiración
14444444442444444443

Cualidad “Tub” Chasqueante Tono bajo


Modo de auscultarlo Diafragma Diafragma Campana
Lugar de más intensidad Área pulmonar Ápex o región parasternal Ápex o región parasternal
baja baja
Irradiación P2 localizado Todas las áreas Localizado
A2: componente aórtico del segundo ruido: P2: componente pulmonar del segundo ruido.

indicada debido a que sólo allí es detectable el cierre tricús- La disminución de la intensidad del primer ruido se debe
pide, mientras que el de la mitral se propaga a toda la región por lo común a escasa transmisión del sonido a través de la
precordial. pared torácica –circunstancia en la que el segundo ruido
El desdoblamiento amplio y patológico del primer ruido suele estar también disminuido–, como ocurre en los obesos
se debe, por lo común, a un bloqueo completo de rama de- y enfisematosos, en enfermos con pericarditis constrictiva o
recha, que determina que la contracción del ventrículo dere- con derrame. También se halla disminuido en los bloqueos
cho se retrase sensiblemente respecto a la del izquierdo; lo auriculoventriculares de primer grado –intervalo PR alargado
mismo cabe decir de los ritmos extrasistólicos con foco ven- en el ECG–, pues las válvulas quedan muy cerradas al final
tricular izquierdo. La anomalía de Ebstein, con una volumi- de la diástole, en diversos estados de shock, posiblemente
nosa válvula tricúspide y un ventrículo derecho hipoplásico, por disminución del flujo AV y, por último, como ya se ha
produce también un desdoblamiento amplio del primer rui- mencionado, en la calcificación o rigidez de la válvula mi-
do. Las circunstancias que pueden simular un desdoblamien- tral.
to son: un cuarto ruido cardíaco que preceda al primero, un La variación de la intensidad del primer ruido en los diver-
clic sistólico de eyección o un soplo sistólico corto. Las ca- sos ciclos cardíacos es típica de la fibrilación auricular, pues
racterísticas diferenciales de cada uno de ellos se describen el período de llenado ventricular, y por tanto la posición de
más adelante, pero es importante recordar que la intensidad apertura de la válvula mitral, varía irregularmente en los di-
de T1 aumenta con la inspiración. versos ciclos. En el bloqueo completo AV puede auscultarse
Variaciones de intensidad. El grado de intensidad del pri- en alguno de los latidos un primer ruido muy intenso, de-
mer ruido cardíaco depende de la velocidad con que se cie- nominado bruit de canon por su cualidad explosiva. Éste apa-
rran las válvulas AV, la cual depende a su vez del grado de rece en aquellos ciclos en los que el intervalo entre las con-
apertura de éstas al final de la diástole. Si la válvula mitral tracciones auricular y ventricular es muy corto (PR acorta-
está muy abierta al final de la diástole, el primer ruido será do), y el ventrículo se contrae con una válvula mitral aún
muy intenso, ya que la detención al final del cierre será muy muy abierta; por el mismo mecanismo, en la taquicardia ven-
brusca. Las válvulas AV tienden a cerrarse parcialmente tricular con disociación AV se ausculta un primer ruido in-
muy pronto en la diástole, ya que la presión auricular que tenso en alguno de los latidos cardíacos, lo cual es un signo
fuerza su apertura cesa enseguida (la mayor parte del relleno diagnóstico importante a la cabecera del enfermo.
ventricular se produce al comienzo de la diástole) y sólo el pe-
queño refuerzo de la contracción auricular al final de la diás- Segundo ruido. La contracción asincrónica de ambos ven-
tole impide que la coaptación de las válvulas sea completa. trículos se manifiesta de modo aún más aparente en el se-
Si se excluyen los individuos delgados con una pared torá- gundo ruido cardíaco. La auscultación cuidadosa de éste en
cica de poco grosor, el primer ruido puede ser muy intenso el área pulmonar descubre durante la fase inspiratoria de la
en diversas afecciones. En la estenosis mitral, la contracción respiración sus dos componentes, es decir, el correspondien-
ventricular se produce con la válvula aún muy abierta debi- te al cierre de la válvula aórtica (A2), que precede al que co-
do al flujo AV prolongado, por lo que el primer ruido suele rresponde al cierre de la válvula pulmonar (P2). A2 se oye
ser intenso. En caso de que la auscultación sugiera una este- más intensamente en el área aórtica, pero se transmite muy
nosis mitral aislada, pero el primer ruido sea de intensidad bien a toda la región precordial; P2 se ausculta sólo en el
normal o disminuida, es muy posible que la válvula esté fija área pulmonar y su proximidad, siendo su transmisión a la
o calcificada, lo cual reviste gran importancia desde el punto región de la punta un signo anormal en el adulto. Por consi-
de vista quirúrgico. El primer ruido puede también estar au- guiente, en condiciones normales, la auscultación de A2 y P2
mentado en estados hipercinéticos (como las emociones, o desdoblamiento del segundo ruido debe realizarse en el
ejercicio físico, anemia, hipertiroidismo, etc.), en los cuales área pulmonar. La identificación de un segundo ruido anor-
el flujo AV está muy incrementado y por tanto las válvulas al mal, ya sea por desdoblamiento o por la intensidad de sus
final de la diástole quedan muy abiertas (en estos casos inter- componentes A2 y P2, es una de las claves más importantes
viene también el aumento de velocidad con la que se ejerce para el diagnóstico correcto de muchas cardiopatías, en par-
la contracción y, por consiguiente, el cierre valvular); asimis- ticular las de origen congénito.
mo, en los cortocircuitos –comunicación interventricular y Desdoblamiento del segundo ruido. Normalmente, el des-
otras– de izquierda a derecha en los que el flujo diastólico doblamiento fisiológico (fig. 3.21 A) del segundo ruido se
mitral está aumentado, se puede oír un primer ruido intenso. ausculta en el área pulmonar durante la fase inspiratoria,
Por último, en los acortamientos del intervalo entre las con- mientras que en la fase espiratoria el segundo ruido se aus-
tracciones auricular y ventricular –intervalo PR acortado en culta como único o no desdoblado. Esta variación se explica
el ECG–, como ocurre por ejemplo en los ritmos con foco au- porque durante la inspiración aumenta el volumen sistólico
ricular bajo, o síndrome de Wolff-Parkinson-White (WPW), la del ventrículo derecho, que se evidencia por un retraso en el
contracción ventricular sigue rápidamente a la contracción cierre de la válvula pulmonar, pero muy pronto, coincidien-
auricular. Por consiguiente, al final de la diástole las válvulas do con la fase espiratoria, el ventrículo izquierdo recibe y ex-
AV se hallan menos cerradas de lo normal, por lo que el pri- pulsa su mayor volumen de sangre, por lo que se retrasa el
mer ruido es también muy intenso. cierre de la válvula aórtica, al tiempo que P2 ya se ha norma-

424
EXAMEN CLÍNICO DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR

A B

ECG

M1 A2 A2

T1 P2 Desdoblamiento M1 P2
invertido del
Espiración 2.o ruido
(paradójico) Espiración

1.o y 2.o ruidos normales


M1 A2 A2

T1 P2 M1 P2
Inspiración Bloqueo completo
de rama izquierda
Inspiración

M1 A2 M1 Ch
Chasquido A2
T1 P2 P2
Bloqueo de apertura
de rama derecha Estenosis
mitral

M1 A2
M1 C P2
T1 P2
Desdoblamiento invertido T1 A2
3.er ruido
del 2.o ruido
Estenosis aórtica 3º

M1 A2
T1 A2
P2 4.o ruido T1 P2
Desdoblamiento fijo M1
del 2.o ruido o ruido
Comunicación interauricular auricular 4º

Fig. 3.21. A. Segundo ruido fisiológico y desdoblamiento del segundo ruido. (Desdoblamiento invertido paradójico y desdoblamiento fijo.)
B. Chasquido de apertura mitral y tercero y cuarto ruidos. Se representan, además, algunos soplos y el desdoblamiento paradójico del segundo rui-
do del bloqueo completo de rama izquierda. Componentes mitral (M1), tricúspide (T1), aórtico (A2) y pulmonar (P2). Ch = chasquido de apertura.

lizado. Así pues, el segundo ruido se ausculta como único. la fase respiratoria. Asimismo, puede auscultarse un desdo-
Por lo común, tienen un significado patológico: la ausculta- blamiento anormal en la desembocadura anómala de las
ción de un desdoblamiento que se hace también aparente venas pulmonares en el lado derecho, pues la sístole ventricu-
durante la fase espiratoria, un segundo ruido que aparece lar derecha es también duradera. En la insuficiencia ven-
como único en ambas fases respiratorias y, por último, un tricular derecha y en la pericarditis constrictiva, el segundo
desdoblamiento presente sólo en la espiración (desdobla- ruido cardíaco presenta a menudo el mismo desdoblamiento
miento invertido o paradójico). en espiración que en inspiración, pues el ventrículo derecho
El desdoblamiento del segundo ruido en la fase espiratoria es incapaz de variar su volumen sistólico durante las fases res-
(fig. 3.21 A) –que se asocia a un amplio desdoblamiento en la piratorias; además, en la insuficiencia derecha el cierre de la
fase inspiratoria– suele indicar una anomalía en el corazón válvula pulmonar suele estar retrasado, y en la pericarditis
derecho que se manifiesta por un retraso importante en el cie- constrictiva el cierre de la válvula aórtica puede adelantarse.
rre de la válvula pulmonar respecto a la aórtica. El desdobla- Ciertas anomalías del corazón izquierdo provocan un re-
miento espiratorio del segundo ruido ocurre en las siguientes traso en el cierre de la válvula aórtica, suficiente para que P2
circunstancias patológicas: en el bloqueo completo de la preceda a A2. Esto determina un segundo ruido cardíaco des-
rama derecha, en los ritmos extrasistólicos con foco en el doblado en la fase espiratoria, mientras que en la inspiratoria
ventrículo izquierdo, en la estenosis pulmonar aislada y en la suele aparecer como único. Es decir, sucede a la inversa que
comunicación interauricular, debido al retraso del cierre pul- en el desdoblamiento fisiológico normal, por lo que se lo de-
monar por el gran volumen de sangre que debe expulsar el nomina desdoblamiento invertido o paradójico. Ocurre en el
ventrículo derecho. En esta anomalía existe además la parti- bloqueo completo de rama izquierda, en los ritmos extrasis-
cularidad muy característica y diagnóstica de que el segundo tólicos con foco inicial en el ventrículo derecho y en algunos
ruido cardíaco se halla desdoblado en ambas fases de la res- casos de estenosis aórtica cerrada, hipertensión arterial e in-
piración –desdoblamiento fijo–, en contraste con las anterio- suficiencia ventricular izquierda.
res en las que el desdoblamiento espiratorio es menos acusa- La auscultación de un segundo ruido único o no desdobla-
do que el inspiratorio. El desdoblamiento fijo se debe do se debe, por lo común, ya sea a una dificultad en la iden-
probablemente a que la comunicación amplia entre los dos tificación del débil componente P2 porque la transmisión de
lados del corazón determina que el volumen sistólico de am- los sonidos es deficiente, como ocurre en los obesos y enfise-
bos ventrículos varíe de forma simultánea, cualquiera que sea matosos, o bien a que el paciente no respira con la lentitud y

425
CARDIOLOGÍA

la profundidad adecuadas, lo cual es indispensable para que la que se denomina ritmo de galope, en particular cuando la
el segundo ruido cardíaco varíe normalmente durante am- frecuencia cardíaca sobrepasa los 100 lat/min. Cuando existe
bas fases respiratorias y la auscultación sea correcta. En ca- una gran taquicardia y se acorta por tanto el período diastóli-
sos de estenosis pulmonar o aórtica cerrada (sobre todo co, si ambos ruidos se hallan presentes, llegan a fusionarse
cuando la válvula aórtica está calcificada), los componentes –galope de sumación– y determinan un ruido diastólico in-
P2 y A2, respectivamente, pueden ser tan débiles que el se- tenso.
gundo ruido se ausculte como único o no desdoblado. En al- A diferencia del tercer ruido fisiológico, audible normal-
gunos casos de estenosis pulmonar, el componente A2 puede mente en muchos niños y adultos jóvenes, la presencia de
también pasar inadvertido al quedar borrado por el soplo sis- un tercer ruido en individuos mayores de 40 años es por lo
tólico pulmonar, pero se ausculta, no obstante, en el área mi- común un signo de insuficiencia cardíaca, a veces el más
tral. Aparte de las situaciones mencionadas, la presencia real temprano, y por tanto indicativo de tratamiento. La diferen-
de un segundo ruido único tiene enorme importancia en la ciación en el adulto joven entre un tercer ruido fisiológico y
diferenciación diagnóstica de las diversas cardiopatías cianó- uno patológico puede ser difícil, pero en general se aclara
ticas: en la tetralogía de Fallot –estenosis pulmonar cerrada tras una evaluación completa del sistema cardiovascular. El
con comunicación interventricular– el segundo ruido car- tercer ruido suele presentarse también en los casos de llena-
díaco es único, pues el flujo y la presión de la pulmonar es- do ventricular rápido, es decir, en la insuficiencia mitral, el
tán tan reducidos que P2 no se registra; en los enfermos cia- embarazo, la anemia y otros estados hipercinéticos, sin indi-
nóticos con síndrome de Eisenmenger –comunicación inter- car por ello insuficiencia cardíaca. Por último, también apa-
auricular, interventricular o a través del ductus arteriosus, rece en la pericarditis constrictiva, supeditado a la repentina
complicada con hipertensión arterial pulmonar que invierte limitación de la dilatación ventricular impuesta por la cons-
el cortocircuito– el segundo ruido en el área pulmonar está tricción.
muy acentuado y, a menudo, es único. La audición de un cuarto ruido cardíaco muy débil puede
Variaciones de intensidad. Las alteraciones en la intensi- no tener significado patológico en individuos de más de 40
dad del segundo ruido se estudiarán específicamente en el años, pero en general, cuando es intenso y fácilmente aus-
área pulmonar, pues en ella podrá identificarse si se deben cultable, constituye un signo de cardiopatía. A diferencia del
al cierre de la válvula aórtica (A2) o al cierre de la pulmonar tercer ruido, que suele indicar dilatación ventricular por in-
(P2). En caso de que el segundo ruido sea muy acentuado en suficiencia cardíaca o por rápido e incrementado flujo AV, el
el área pulmonar –a veces palpable– es probable que se cuarto ruido se ausculta sobre todo cuando hay refuerzo de
deba a P2; asimismo, la auscultación de un segundo ruido la contracción auricular con choque de la sangre en el ven-
desdoblado en el área mitral suele ser un signo patológico trículo poco distensible (hipertrófico, isquémico, etc.), inde-
(excepto en algunos individuos menores de 20 años), pues pendientemente de que haya o no insuficiencia cardíaca.
indica un P2 acentuado. La acentuación de P2 ocurre en la hi- Puede auscultarse en el infarto de miocardio, sea reciente o
pertensión pulmonar, que se produce en cardiopatías congé- antiguo, en el enfermo anginoso, en particular durante el epi-
nitas con cortocircuito complicadas por hipertensión pulmo- sodio de dolor coronario, en la hipertensión arterial persis-
nar, que incluso a veces llega a invertir el cortocircuito tente y en la estenosis aórtica avanzada, sobre todo si se
(síndrome de Eisenmenger), en el cor pulmonale agudo (em- acompañan de hipertrofia ventricular izquierda; lo mismo
bolia pulmonar) o crónico (EPOC), en la estenosis mitral y ocurre en algunos casos de hipertensión pulmonar o esteno-
otras valvulopatías izquierdas y, por último, en la hiperten- sis pulmonar con hipertrofia ventricular derecha.
sión pulmonar primaria. La acentuación de A2 ocurre en la
hipertensión arterial sistémica. Clics de eyección y chasquido de apertura. Con excep-
ción de ciertos niños y adolescentes sanos, su presencia sue-
Tercero y cuarto ruidos cardíacos. Ritmo de galope. En le tener significado patológico y gran importancia diagnósti-
determinadas circunstancias pueden auscultarse un tercero ca. Ocurren al comienzo de la sístole (protosistólicos), en el
o un cuarto ruidos cardíacos (fig. 3.21 B) durante la diástole. momento de apertura de las válvulas aórtica o pulmonar, y a
El tercer ruido ocurre algo después del segundo (0,14-0,16 seg) veces son difíciles de distinguir del segundo componente del
y corresponde a la fase de llenado rápido ventricular. El cuar- desdoblamiento fisiológico del primer ruido (figs. 3.21 A y
to ruido se produce al final de la diástole, precediendo al pri- 3.22). Son ruidos muy cortos y agudos –deben auscultarse
mero, y coincide con la fase de llenado ventricular por con- con el diafragma del estetoscopio–, por lo que se los denomi-
tracción auricular. Obedecen a un estado de distensibilidad na clics. Se deben a la vibración valvular durante su apertura
ventricular –a menudo dilatación ventricular en caso del ter- o bien a la distensión brusca de la arteria pulmonar o aorta
cer ruido e hipertrofia ventricular con refuerzo en la contrac- en el momento de la eyección.
ción auricular en caso del cuarto ruido– que origina en las Clic pulmonar. Se oye mejor en el área pulmonar y es muy
fases de llenado una tensión repentina de las estructuras val- débil en la región de la punta, a diferencia del desdobla-
vulares mitral o tricúspide, cuya vibración es la responsable miento del primer ruido. Es característico que disminuya con
de los ruidos. la inspiración y aumente con la espiración. Ello se debe a
La detección y la identificación de estos ruidos tiene gran que en la inspiración el aumento de flujo de sangre a las ca-
importancia diagnóstica, pronóstica y terapéutica en algunas vidades derechas produce, ya durante la diástole, cierta
cardiopatías. Son de frecuencia e intensidad bajas, por lo apertura de la válvula pulmonar, por lo que, en la sístole, la
que se oyen mejor con el estetoscopio de campana que con excursión de la apertura valvular es menor y, así, la intensi-
el diafragma y, a veces, son palpables en la región precor- dad del clic de eyección está reducida. Ocurre en los pacien-
dial. Los ruidos originados en el corazón izquierdo se oyen tes con hipertensión pulmonar y es común en la estenosis de
mejor en el lugar de máximo impulso de la punta cardíaca y la válvula pulmonar. Se ausculta asimismo en la dilatación
con el paciente girado hacia la izquierda; los originados en idiopática de la arteria pulmonar.
el corazón derecho suelen oírse preferentemente en la parte Clic aórtico. Se oye casi invariablemente en la estenosis de
baja de la zona parasternal izquierda. A menudo varían du- la válvula aórtica, excepto cuando está calcificada, y resulta
rante la respiración, en particular el tercer ruido, de manera de ayuda clínica para diferenciar la estenosis valvular de la
que a veces sólo se oyen cada 3 o 4 latidos. Cuando existe subvalvular. Se ausculta también en las dilataciones aórticas:
una taquicardia intensa puede ser difícil diferenciar ambos por insuficiencia aórtica, coartación de la aorta, aneurisma
ruidos. de la aorta ascendente y en algunos pacientes con tetralo-
La presencia de un tercero o un cuarto ruidos imprime gía de Fallot, en los que la aorta, al cabalgar sobre el ven-
una especial cadencia o melodía al ciclo cardíaco que re- trículo derecho, recibe gran parte de su sangre. En contraste
cuerda al galope del caballo –tátata cuando aparece el ter- con el clic pulmonar, se oye muy bien en la punta y no varía
cer ruido, tatáta cuando está presente el cuarto–, razón por con la respiración.

426
EXAMEN CLÍNICO DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR

M1 T A2
Insuficiencia 1
aórtica
M1 C A2
T1 Soplos
P2 diastólicos
Estenosis precoces
aórtica M1 A2 P2
T1
Insuficiencia
pulmonar

M1 A2
Estenosis M1 A2
T1 P2 Ch Soplo
Soplos mitral
Estenosis meso- de
subaórtica Soplo llenado
sistólicos presistólico

M1 A2 P2
Persistencia
M1 C A2 del T1 Soplo
P2 conducto continuo
T1 arterioso
Estenosis
pulmonar

Fig. 3.23. Diversas variedades de soplos diastólicos. Componentes


A2 mitral (M1), tricúspide (T1), aórtico (A2) y pulmonar (P2). Ch: chasqui-
M1 do de apertura.
T1 P2
Comunicación
interventricular
Soplos de la válvula aórtica) y antes del tercer ruido fisiológico (fig.
pan-
sistólicos 3.21 B y 3.23). Se debe a la detención repentina de la válvula
mitral o tricúspide durante su apertura. El chasquido de la es-
A2
P2 tenosis mitral se oye mejor en la parte baja de la zona paras-
Insuficiencia
mitral ternal izquierda, o entre dicha región y la punta cardíaca. A
diferencia del desdoblamiento del segundo y del tercer rui-
dos, con los que fácilmente puede confundirse, el chasquido
de apertura suele ser audible en toda la región precordial, in-
M1 A2
cluso en el área aórtica. Se presenta en el 90% de los pacien-
Insuficiencia T1 P2 tes con estenosis mitral, de la que constituye una de las cla-
tricúspide ves diagnósticas, junto con un primer ruido intenso y un
soplo diastólico característico en la región de la punta. Cuan-
Soplos
sistólicos to más cerrada sea la estenosis, más aumentada estará la pre-
C A2 tardíos sión auricular y, por tanto, más precoces serán la apertura de
P2
Prolapso la mitral y su chasquido. Cuando éste se halla ausente, es
de válvula probable que la válvula esté calcificada e inmóvil.
mitral
El chasquido de la estenosis tricúspide tiene unas caracte-
rísticas parecidas al de la estenosis mitral, pero se oye mejor
en el borde parasternal izquierdo bajo y, en ocasiones, en el
borde parasternal derecho.
Fig. 3.22. Diversas variedades de soplos sistólicos. Componentes Soplos. Se deben a las vibraciones producidas por un flujo
mitral (M1), tricúspide (T1), aórtico (A2) y pulmonar (P2). C: clic.
sanguíneo turbulento. Éste puede aparecer: a) en casos de
flujo que transcurre a gran velocidad o es muy voluminoso,
como ocurre en los estados circulatorios hipercinéticos
Otros clics sistólicos. A menudo se ausculta un clic locali- (emociones, embarazo, etc.); b) en todo cambio abrupto del
zado en la mitad de la sístole. Este ruido, en particular cuan- calibre de un vaso o cámara cardíaca, como en las estenosis
do está seguido de un soplo sistólico, se origina en la válvula o insuficiencias valvulares, en la comunicación interventricu-
mitral –síndrome del prolapso mitral o enfermedad de lar, en el ductus arteriosus y en la coartación de la aorta, y
Barlow– y denota una insuficiencia mitral. Se debe a una c) en casos de viscosidad reducida, es decir, en la anemia.
desigualdad en la longitud de las cuerdas tendinosas del apa- En todo soplo deben distinguirse las características que se
rato mitral junto con degeneración mixomatosa valvular, lo mencionan a continuación:
que determina que una de las valvas se prolapse hacia la au- Localización en el ciclo cardíaco. Si se producen durante la
rícula al final de la sístole. sístole ventricular, es decir, entre el primero y el segundo rui-
Chasquido de apertura de la mitral y de la tricúspide. La dos, se denominan soplos sistólicos; si ocurren durante la
apertura de las válvulas mitral y tricúspide no es audible en diástole ventricular, es decir, entre el segundo y el primero
condiciones normales; sin embargo, cuando estas válvulas que le sigue, se denominan diastólicos. Mientras los soplos
están estenosadas se oye un sonido corto y claro (cualidad diastólicos denotan casi siempre enfermedad cardíaca, los
parecida a los clics de eyección) –percibido mejor con el sistólicos se producen también en individuos normales.
diafragma del estetoscopio–, que se ausculta casi a continua- Topografía y transmisión (fig. 3.20). Constituyen los índices
ción del segundo ruido cardíaco (0,04-0,12 seg tras el cierre más fieles del lugar de origen de un soplo, en el sentido de

427
CARDIOLOGÍA

que los soplos suelen oírse mejor o son más intensos en la grandes vasos, también reciben el nombre de soplos de eyec-
zona del tórax más cercana al punto de origen. Su transmi- ción. Muchos autores prefieren evitar la terminología de so-
sión se produce sobre todo según la dirección de la corriente plo pansistólico, mesosistólico y de eyección debido, por
sanguínea; ello explica la frecuencia con que el soplo sistóli- una parte, a que a veces es difícil determinar por ausculta-
co aórtico se transmite hacia las carótidas, el soplo de la in- ción si un soplo es pansistólico o mesosistólico, pero, ade-
suficiencia mitral crónica (con dilatación ventricular y au- más, porque lesiones obstructivas como la estenosis pulmo-
ricular) hacia la axila, y el soplo de la insuficiencia mitral nar o las estenosis subvalvulares pueden originar soplos
aguda (sobre todo por rotura de la valva posterior) hacia la pansistólicos, mientras que una mínima insuficiencia mitral
base. No obstante, se ha demostrado que los soplos se trans- o tricúspide o ciertos casos de comunicación interventricu-
miten también por las estructuras óseas hacia la periferia lar, como se verá seguidamente, pueden originar soplos me-
más o menos lejana del punto de origen, según su intensi- sosistólicos.
dad. Ello explica que soplos intensos de origen pulmonar, de Los soplos sistólicos precoces son raros. Empiezan con el
una comunicación intraventricular e incluso de una insufi- primer ruido y finalizan antes de la mitad de la sístole. Pue-
ciencia mitral, puedan a veces oírse, además, en la región den ocurrir en casos de comunicación interventricular muy
del cuello. grande, en los cuales el gradiente de presión entre el ven-
Intensidad. Se valoran, de menor a mayor intensidad, en trículo izquierdo y el derecho existe sólo en la primera parte
los grados 1 al 6. Los soplos de grado 1 son débiles y sólo au- de la sístole (si la hipertensión pulmonar iguala a la sistémi-
dibles en buenas condiciones auscultatorias y tras unos po- ca y el cortocircuito se invierte, pasando la sangre de dere-
cos segundos de auscultación; los de grado 2 son también cha a izquierda –síndrome cianótico de Eisenmenger–, el so-
débiles, pero se oyen inmediatamente; los de grado 3 presen- plo desaparece por completo); también pueden ocurrir
tan una intensidad moderada; los de grados 4, 5 y 6 son cuando la comunicación es muy pequeña en la insuficiencia
soplos muy intensos, siendo los de grado 6 de una intensi- mitral o tricúspide de instauración aguda, ya que la presión
dad tal que incluso se oyen con el estetoscopio situado auricular iguala a la ventricular al principio de la sístole, y,
a unos milímetros de la pared torácica. Los soplos sistóli- por la misma causa, en la insuficiencia mitral leve que acom-
cos de grados 1 o 2 pueden denotar cardiopatía, sobre todo paña a una estenosis mitral muy cerrada.
los últimos, pero es más frecuente auscultarlos en indivi- Los soplos sistólicos tardíos se producen en los casos de in-
duos sin evidencia de enfermedad cardíaca. Los soplos de suficiencia mitral mínima, debidos generalmente a un hernia-
grado 3 sólo en ocasiones aparecen en individuos sanos. En miento de una valva hacia la aurícula durante la sístole ventri-
la valoración de la intensidad de los soplos se debe tener cular. A menudo el soplo sistólico tardío está precedido por
siempre en cuenta la distancia entre el corazón y el estetos- un clic de eyección mesosistólico (síndrome del prolapso mi-
copio, ya que soplos muy débiles pueden ser de mediana in- tral o síndrome de Barlow). En ocasiones estos soplos tardíos
tensidad en personas delgadas y, por el contrario, soplos in- presentan características piantes, variando mucho con la res-
tensos pueden aparecer débiles en individuos obesos o piración y aumentando en la posición ortostática.
enfisematosos. Los soplos diastólicos (fig. 3.23) pueden ser: diastólicos
Cualidad y timbre. A veces la cualidad del soplo expresa el precoces, de llenado y presistólicos. Los soplos diastólicos
lugar de origen. Pueden ser soplos retumbantes los de las precoces ocurren en el inicio de la diástole, junto al segundo
estenosis aórtica y pulmonar; en chorro de vapor, los de ruido, tienen una configuración decreciente, son de alta fre-
la insuficiencia mitral o aórtica; silbantes o piantes, los de las cuencia debido a la velocidad del flujo y finalizan antes del
calcificaciones valvulares; en rasgadura, el de la comunica- primer ruido. El soplo de insuficiencia pulmonar es difícil de
ción interventricular, y en maquinaria, el del ductus arterio- diferenciar del de la insuficiencia aórtica; sin embargo, en
sus. Estas características, no obstante, presentan enormes va- aquélla el soplo puede aumentar con la inspiración, mien-
riaciones en una misma lesión valvular. Son soplos de alta tras que en la insuficiencia aórtica se intensifica tras la espi-
frecuencia los diastólicos de la insuficiencia aórtica o pulmo- ración forzada. Además, en la mayoría de los casos la insufi-
nar (deben auscultarse con el diafragma del estetoscopio) y, ciencia pulmonar obedece a una hipertensión pulmonar, en
además, su intensidad es débil. Son soplos de baja frecuen- cuyo caso el soplo –denominado soplo de Graham-Steell– se
cia los diastólicos de la estenosis mitral (se auscultarán con halla precedido por un segundo ruido muy intenso en el
la campana). área pulmonar.
Longitud y configuración. Los soplos sistólicos (fig. 3.22) se Los soplos diastólicos de llenado o mesodiastólicos se de-
denominan holosistólicos o pansistólicos cuando ocupan ben en general al paso de sangre a través de las válvulas au-
toda la sístole, mesosistólicos si son más cortos y se localizan riculoventriculares estenosadas o bien al aumento del flujo
hacia la mitad de la sístole, y precoces o tardíos en sístole, se- a través de ellas (como ocurre en algunos cortocircuitos);
gún ocupen la primera o la segunda mitad, respectivamente. el de la estenosis mitral es de muy baja frecuencia, mien-
Los soplos pansistólicos suelen guardar una intensidad tras que el de la tricúspide es de alta frecuencia y puede
constante en toda su longitud, que abarca desde el primero confundirse con el soplo diastólico precoz de insuficiencia
hasta el segundo ruidos cardíacos. Se deben a insuficiencia aórtica.
mitral, insuficiencia tricúspide o comunicación interventricu- Por otra parte, en la insuficiencia aórtica el flujo diastólico
lar, pues sólo en estas alteraciones existe un gradiente de que penetra en el ventrículo izquierdo puede también impe-
presión a lo largo de toda la sístole y, por tanto, un flujo dir que la válvula mitral se abra por completo, por lo que la
de sangre que persiste durante la totalidad de dicha fase. sangre que entra desde la aurícula izquierda produce un so-
Los soplos mesosistólicos se manifiestan de modo caracte- plo mesodiastólico, denominado soplo de Austin Flint. El
rístico cuando la válvula aórtica o pulmonar no está suficien- soplo de Carey-Coombs, audible en la fiebre reumática, es
temente abierta –por estenosis (también subvalvular o supra- también mesodiastólico y suave, tal vez relacionado con la
valvular) o por aumento desproporcionado del flujo, como turbulencia ocasionada por el engrosamiento inflamatorio
ocurre en los estados hipercinéticos (soplos inocentes) e in- de las valvas de la mitral en la valvulitis mitral activa; como
suficiencia aórtica– o en la dilatación de la raíz aórtica (en los demás soplos mesodiastólicos, es de baja frecuencia vi-
aterosclerosis, etc.) y pulmonar. Todos estos soplos aparecen bratoria y, por tanto, debe auscultarse con el estetoscopio de
algo después del primer ruido y desaparecen poco antes del campana.
segundo, alcanzando su máxima intensidad hacia la mitad. Los soplos diastólicos tardíos o presistólicos indican que
Esta configuración se debe a que el gradiente aumenta pro- existe un ritmo sinusal, pues obedecen al paso de sangre a
gresivamente a lo largo de la sístole y disminuye luego, antes través de una válvula AV estenosada en el momento de la
de que ésta finalice. Debido a su configuración se los deno- contracción auricular. El soplo presistólico por estenosis mi-
mina soplos romboidales, y puesto que se producen durante tral llega hasta el primer ruido cardíaco, mientras que el de
la eyección o salida de sangre desde los ventrículos a los estenosis tricúspide no lo hace. Al igual que el soplo meso-

428
EXAMEN CLÍNICO DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR

diastólico, puede también asociarse a un mixoma auricular


derecho e izquierdo.

la maniobra

la maniobra
de Valsalva

de Valsalva

Inspiración
Los soplos continuos empiezan en la sístole y continúan

Durante
sin interrupción por encima del segundo ruido cardíaco has-

Tras
ta la diástole. Ocurren en ciertas alteraciones vasculares a Lesión
través de las cuales pasa un flujo de sangre bajo un gradien-
te de presión importante y continuo en sístole y diástole. Se
producen: a) en las comunicaciones aortopulmonares, es Estenosis aórtica Tardío –
decir, en el ductus arteriosus, en las derivaciones quirúrgi- Estenosis subaórtica

cas, en la ventana aortopulmonar, en las anastomosis arte- hipertrófica
riales pulmonares que se establecen en la atresia pulmonar Insuficiencia mitral

Sistólicos
Tardío –
(tetralogía de Fallot) o en fístulas vasculares pulmonares o Prolapso mitral
sistémicas, en la comunicación entre el seno de Valsalva y Comunicación
el ventrículo derecho y en las fístulas coronarias (el ventrí- interventricular Tardío –
culo derecho, nacimiento anómalo de la arteria coronaria Estenosis pulmonar Precoz –
izquierda en la arteria pulmonar, etc.); b) en ciertos trastor- Insuficiencia
nos de las arterias, como coartación aórtica, estenosis arte- tricúspide Precoz
rial pulmonar periférica, embolia pulmonar u obstrucción
incompleta de las arterias periféricas, como las carótidas, Insuficiencia aórtica – – –
femorales, etc.; c) en los períodos más avanzados del emba-

Diastólicos
Austin Flint – – –
razo y tras el parto puede producirse un soplo continuo de Estenosis mitral – – –
origen mamario, que disminuye o se suprime con la com- Insuficiencia
presión del estetoscopio, y d) el murmullo venoso yugular pulmonar – –
de Potain es también un soplo continuo y se ausculta mejor Estenosis tricúspide – –
en la fosa supraclavicular derecha en bipedestación o sedes-
tación. Dado que se debe al flujo de sangre yugular, desapa- = Intensificación
rece en decúbito o tras la compresión con un dedo de la = Reducción
vena yugular. El murmullo venoso yugular es frecuente y – = Sin efecto o efecto mínimo
motiva errores diagnósticos.
En todas estas circunstancias el soplo puede pasar de ser
continuo a manifestarse sólo en sístole o diástole, depen- Fig. 3.24. Efectos de las diversas maniobras sobre los soplos car-
diendo de la evolución del flujo y del juego de presiones. díacos.
Efectos de diversas maniobras (fig. 3.24). El efecto de la
inspiración, la maniobra de Valsalva y la inhalación de nitri-
to de amilo sobre los diversos soplos suele permitir descifrar
su origen. Así, durante la maniobra de Valsalva disminuye el 4. Soplos sistólicos asociados a una válvula aórtica bicús-
flujo de retorno venoso, por lo que todos los soplos se redu- pide (suelen acompañarse de un clic de eyección), la cual
cen en intensidad excepto el de la estenosis subaórtica hi- es muy frecuente y con la edad puede llegar a calcificarse
pertrófica y, en ocasiones, el del prolapso mitral, que se in- y estenosarse, o bien debidos a un engrosamiento del ani-
tensifican, pues al disminuir el flujo de sangre al corazón, el llo valvular, típico de la esclerosis de la base de la válvula
reducido volumen ventricular izquierdo favorece la obstruc- aórtica en la edad senil y que se ausculta en el foco aórtico y
ción en el primer caso, y el prolapso mitral en el segundo. en la punta. No se asocian a trastornos hemodinámicos val-
Los soplos que reaparecen o se intensifican en los primeros vulares.
cuatro latidos tras concluir la maniobra de Valsalva suelen 5. Soplos sistólicos por dilatación de la raíz aórtica y ateros-
corresponder a soplos originados en las cavidades derechas, clerosis o bien por dilatación idiopática de la arteria pulmo-
mientras que los que lo hacen a partir del séptimo o del octa- nar.
vo latidos por lo general provienen de las cavidades izquier- Estos soplos sistólicos inocentes se caracterizan por ser
das. La inspiración, al aumentar el flujo de sangre a las cavi- cortos, de intensidad no superior en general al grado 2, va-
dades derechas, suele aumentar la intensidad de los soplos riar con las diferentes posiciones o con las fases respiratorias,
de origen tricúspide. localizarse más a menudo en la base cardíaca (sobre todo
en la pulmonar), aunque a veces se auscultan más abajo, y
Soplos inocentes. Son soplos que no traducen una anorma- no acompañarse de agrandamiento cardíaco ni de la presen-
lidad cardíaca o que, en el caso de que ésta exista, su impor- cia de otros ruidos o soplos anormales. Las alteraciones car-
tancia es mínima. Son muy frecuentes y en general pueden díacas con las que más a menudo pueden confundirse son:
incluirse en uno de los cinco tipos siguientes: la estenosis aórtica, la estenosis pulmonar, la comunicación
1. Soplos sistólicos de alta frecuencia (se auscultan mejor interauricular, la comunicación interventricular y la insufi-
con el estetoscopio de membrana) generados por el flujo de ciencia mitral en el niño y en el adolescente.
sangre a través de las arterias braquiocefálicas y auscultables
en la zona supraclavicular –desaparecen con abducción de Frote o roce pericárdico. Los frotes pericárdicos se originan
los brazos– o bien soplos pulmonares audibles en la base cuando ambas hojas inflamadas del pericardio rozan entre sí
cardíaca y frecuentes en niños y adolescentes. a causa de los movimientos del músculo cardíaco. Por esta
2. El soplo sistólico de Still, de baja frecuencia (se ausculta razón, pueden tener tres componentes: uno durante la sístole
mejor con el estetoscopio de campana) al parecer se produ- ventricular, otro durante la diástole ventricular y un tercero
ce por una vibración de la válvula pulmonar debido a la baja durante la contracción auricular. El frote es áspero, rudo y su-
presión de expulsión ventricular derecha. Se ausculta mejor perficial y constituye uno de los signos auscultatorios que, si
en la región parasternal baja. Es también muy frecuente en no se busca de manera específica, pasa fácilmente inadverti-
los niños y adolescentes. do. Puede ser audible en toda la región precordial o bien per-
3. Soplos sistólicos de los estados circulatorios hipercinéti- manecer localizado, por lo general, en la región parasternal
cos –embarazo, estados emocionales, ejercicio físico, tiroto- izquierda baja. Varía en relación con la posición del enfermo,
xicosis, anemia (interviene también la escasa viscosidad de siendo muchas veces más intenso en sedestación con el tron-
la sangre)– que se deben a la velocidad y el volumen de la co hacia delante, y en relación con las diferentes fases respi-
sangre al pasar por las válvulas aórtica y pulmonar, en parti- ratorias; debe auscultarse presionando firmemente sobre el
cular esta última. pecho el diafragma del estetoscopio.

429
CARDIOLOGÍA

En ocasiones, el roce pericárdico es más bien pleuroperi-


cárdico, debido a una inflamación por continuidad de la A
pleura próxima.
VCS
B

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D

VCS Ao
Ao

AP
Examen radiológico*
AI AI
TSVD
AD
El corazón y los grandes vasos intratorácicos son estructu- VD
ras especialmente bien localizadas para su estudio radiológi- VD VI
VI
co. Tienen una densidad muy alta en relación con los pulmo-
nes, por lo que sus límites se delinean claramente en la VCI
radiografía simple de tórax. Los vasos pulmonares, más ra-
diopacos que las estructuras que los rodean, se identifican
con facilidad, al igual que el edema pulmonar y las calcifica- Fig. 3.25. Esquemas de la silueta cardiovascular en las cuatro pro-
ciones. Por último, la radiografía simple de tórax permite yecciones clásicas: posteroanterior (A), lateral (B), oblicua anterior
diagnosticar otras anomalías torácicas muy importantes en el derecha (C) y oblicua anterior izquierda (D). Los bordes con trazo
paciente cardiovascular. Si a ello se añade su facilidad de grueso corresponden a los que se visualizan en las radiografías. AD:
obtención y su bajo coste, se comprende que siga siendo un aurícula derecha; AI: aurícula izquierda; Ao: aorta; TSVD: tracto de sa-
lida del ventrículo derecho; VCI: vena cava inferior; VCS: vena cava
medio diagnóstico básico. superior; VD: ventrículo derecho; VI: ventrículo izquierdo.(Dibujadas
A continuación se expondrán en primer lugar las caracte- por C. CRUZ NAVAS.)
rísticas del examen radiológico del tórax normal, para, poste-
riormente, deducir sus alteraciones patológicas. Por último se
analizarán las aportaciones de las nuevas técnicas de imagen
basadas en la radiología y en la resonancia magnética (RM). to, mientras que el de la aurícula derecha es convexo y ocu-
pa la mayor parte del borde derecho. El último centímetro
junto al diafragma puede ser rectilíneo al visualizarse la vena
Estudio radiográfico del tórax normal cava inferior. Al nivel de la salida del bronquio principal de-
Las radiografías de tórax deben ser técnicamente correc- recho puede verse una ligera prominencia hacia la derecha,
tas, es decir, estar bien centradas, en inspiración profunda y que corresponde a la vena ácigos. La parte superior del bor-
con la penetración adecuada. Una radiografía de tórax des- de izquierdo, ligeramente cóncavo, está formada por la arte-
centrada o en espiración puede dar signos falsos de creci- rir a subclavia izquierda y se sigue hacia abajo con un borde
miento de distintas cavidades cardíacas o de cardiomegalia convexo formado por la parte más posterior del arco aórtico.
en su conjunto. La dextrocardia puede no diagnosticarse si Este botón aórtico termina hacia abajo en una pequeña in-
no están bien identificados el lado derecho e izquierdo en la dentación pulmonar situada algo por encima del borde supe-
radiografía. Si ésta es muy penetrada, no puede valorarse rior del bronquio principal izquierdo, denominada ventana
la circulación pulmonar. aortopulmonar. Sigue el borde de la arteria pulmonar princi-
pal izquierda, que es recto o ligeramente convexo. La orejue-
Silueta cardiovascular la izquierda forma a continuación un borde recto o apenas
Son necesarias distintas proyecciones para obtener una cóncavo que se continúa de forma casi imperceptible con el
información completa. Las más empleadas son la posteroan- borde convexo del ventrículo izquierdo, que llega hasta el
terior, la lateral, la oblicua anterior derecha y la oblicua ante- diafragma. La relación entre el diámetro horizontal máximo
rior izquierda. La papilla radiopaca en el esófago ayuda en de la silueta cardíaca y el interior de la cavidad torácica, o
las proyecciones lateral y oblicua anterior derecha. índice cardiotorácico, debe ser inferior al 50%.

Proyección posteroanterior. La silueta cardiovascular ocu- Proyección lateral. En las figuras 3.25 y 3.26 se observa que
pa una posición central, con la punta cardíaca dirigida hacia el borde anterior de la silueta cardiovascular en esta proyec-
la izquierda. Sus bordes laterales son nítidos, mientras que ción está formado en sentido descendente por el cayado aór-
el inferior no es identificable debido a que se continúa con el tico, el tracto de salida del ventrículo derecho y la cámara de
diafragma. Como se observa en las figuras 3.25 y 3.26, el bor- esta cavidad. El arco aórtico y el tracto de salida ventricular
de derecho está constituido, de arriba abajo, por la vena derecho están separados de la pared posterior del esternón
cava superior, la aurícula derecha y, algunas veces, por la por un espacio radiotransparente ocupado por los pulmones.
vena cava inferior si la radiografía se ha tomado en inspira- La pared del ventrículo derecho contacta con el esternón en
ción muy profunda. El borde de la vena cava superior es rec- el tercio inferior del borde anterior. A veces es posible ver el
borde superior de la silueta cardiovascular formado por
el arco aórtico. El borde inferior del arco aórtico limita
*J.M.a Cruz Fernández y V. López García-Aranda por arriba un espacio algo más transparente, de forma similu-

430
EXAMEN CLÍNICO DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR

Fig. 3.26. Radiografías de tórax normales en proyección posteroan-


terior (A) y en proyección lateral (B). Para su mejor comprensión,
compárense con los esquemas de la figura 3.25. (Imágenes cedidas
por el Dr. PEREA CEJUDO.)

nar, cuyo límite inferior está formado por la arteria pulmonar


principal izquierda, que es la ventana aortopulmonar. El bor-
de posterior de la silueta cardiovascular no se identifica fácil-
mente, a menos que se opacifique el esófago. En su parte su-
perior está formado por la aurícula izquierda, ligeramente
convexa hacia atrás. El tercio inferior lo constituye la conve- B
xidad más marcada y más fácilmente visible del ventrículo
izquierdo. Uno o dos centímetros por encima del diafragma
el borde posterior se hace recto y corresponde a la vena oblicua sea la proyección, más visible será la aurícula iz-
cava inferior. quierda. Contrastando el esófago el borde de la aurícula
izquierda es más nítido. El borde izquierdo comienza en su
Proyección oblicua anterior derecha. En esta proyec- parte más superior por una línea vertical correspondiente a
ción (figs. 3.25 y 3.27), la parte derecha de la pared ante- la aorta ascendente. Se continúa de forma ligeramente
rior del tórax está más cerca de la placa radiográfica, por convexa con el tronco de la arteria pulmonar y el tracto de
lo que la columna vertebral se sitúa a la derecha de la si- salida ventricular derecho. La parte más inferior del bor-
lueta cardíaca. El borde derecho lo forman, de arriba aba- de izquierdo lo forma el ventrículo izquierdo hasta el dia-
jo, la aurícula izquierda y la aurícula derecha. Cuanto más fragma.

A B
Fig. 3.27. Radiografías de tórax normales en proyecciones oblicuas anteriores derecha (A) e izquierda (B). La presencia de contraste en el esó-
fago permite delinear con mayor claridad el borde derecho en la proyección oblicua anterior derecha. Para su mejor comprensión, compárense
con los esquemas de la figura 3.25. (Imágenes cedidas por el Dr. PEREA CEJUDO.)

431
CARDIOLOGÍA

rado del miocardio por la grasa subepicárdica y del esternón


por la grasa retrosternal, ambas muy radiotransparentes.

Estudio radiográfico del tórax en el paciente con enfermedad


cardiovascular
El estudio radiográfico del tórax proporciona información
de gran utilidad sobre el tamaño cardíaco global y de sus dis-
tintas cámaras, la circulación pulmonar, la afectación pericár-
dica, la presencia de calcificaciones de las distintas estructuras
cardiovasculares, las alteraciones morfológicas de los grandes
vasos y el estado funcional de algunas prótesis valvulares.

Tamaño cardíaco global


Cuando el índice cardiotorácico supera el 50% se habla de
cardiomegalia radiológica (fig. 3.28). Un derrame pericárdico
produce cardiomegalia radiológica, si bien es obvio que en
este caso el aumento del tamaño de la sombra cardíaca no
se debe al crecimiento de ninguna de sus cámaras.

Crecimientos de las distintas cámaras cardíacas


Las cámaras cardíacas pueden aumentar su tamaño radio-
lógico por hipertrofia de sus paredes y/o por dilatación de su
cavidad. En las aurículas, dada la estrechez de sus paredes,
cualquier crecimiento radiológico siempre se debe a dilata-
ción de la cavidad correspondiente. En los ventrículos, la hi-
pertrofia de la pared puede hacer crecer el contorno de la
cámara, especialmente en el lado izquierdo y cuando es gra-
ve. El crecimiento radiológico ventricular derecho y la mayo-
ría de los casos de crecimiento ventricular izquierdo, sobre
todo si son intensos, se deben a dilatación ventricular, con
hipertrofia de sus paredes o sin ella.
Cuando una cámara cardíaca crece, siempre lo hace en
Fig. 3.28. Radiografía de tórax en proyección posteroanterior con primer lugar hacia los lados de menor resistencia, compri-
aumento del tamaño de la silueta cardíaca. La presencia de redistribu- miendo o desplazando las estructuras extracardíacas próxi-
ción vascular, edema intersticial y alveolar (fundamentalmente perihi- mas. Cuando tropieza con alguna estructura rígida que no
liar) permite diagnosticar hipertensión venosa, es decir, congestión puede superar, tiene que crecer empujando al resto de las
pulmonar con edema pulmonar. Se trata de un paciente con miocar-
diopatía de origen isquémico, con insuficiencia cardíaca grado fun-
cámaras cardíacas. Teniendo presente esta norma, es posible
cional III de la New York Heart Association. (Imagen cedida por el deducir los signos radiológicos más importantes de los creci-
Dr. PEREA CEJUDO.) mientos de las distintas cámaras.

Crecimiento auricular derecho. Al ir creciendo la aurícula


derecha, se produce un desplazamiento hacia la derecha del
Proyección oblicua anterior izquierda. En esta proyec- tercio inferior del borde derecho en la proyección posteroan-
ción la columna vertebral se sitúa a la izquierda de la silueta terior. En la proyección lateral, la orejuela de la aurícula de-
cardiovascular (figs. 3.25 y 3.27). En la parte superior el arco recha puede provocar una prominencia del borde anterior
aórtico se delinea con bastante claridad. El borde derecho inmediatamente por encima del tracto de salida ventricular
de la silueta cardíaca está formado, en sentido descendente, derecho. Al detener la respiración en inspiración máxima
por la aurícula y el ventrículo derechos. A medida que es para realizar la radiografía de tórax, muchas personas efec-
mayor la oblicuidad, el ventrículo derecho va formando túan una maniobra de Valsalva que disminuye el retorno ve-
la mayor parte de dicho borde. El borde izquierdo está cons- noso y, por lo tanto, el tamaño de la aurícula derecha, que
tituido en su parte más alta, por debajo del bronquio princi- puede ser infravalorado en el estudio radiológico.
pal izquierdo, por la aurícula izquierda, ligeramente conve-
xa. A continuación se hace más convexo hacia la izquierda Crecimiento auricular izquierdo. Al crecer la aurícula iz-
por la presencia del ventrículo izquierdo hasta llegar al dia- quierda, su orejuela se hace prominente en el borde izquier-
fragma. En general el ventrículo izquierdo no sobrepasa el do de la proyección posteroanterior, entre la arteria pulmo-
borde izquierdo de la columna vertebral. nar y el borde del ventrículo izquierdo. El borde derecho de
la aurícula izquierda se va desplazando hacia la derecha y
Circulación pulmonar puede llegar a sobrepasar el borde auricular derecho en pro-
Su estudio se lleva a cabo en bipedestación y en proyec- yección posteroanterior. En ésta, el borde derecho de la au-
ción posteroanterior. Los vasos pulmonares presentan un do- rícula izquierda se identifica mejor a medida que crece la
ble gradiente en su aspecto radiológico. Se van haciendo aurícula y la radiografía es más penetrada. En proyección
progresivamente más pequeños y, por lo tanto, menos visi- lateral, la aurícula izquierda no se delimita bien, excepto que
bles a medida que están más lejos de los hilios. Por otro se visualice el esófago con papilla radiopaca. En este caso, la
lado, dado que en bipedestación el flujo pulmonar va au- aurícula izquierda provoca un desplazamiento hacia atrás
mentando desde los vértices hasta las bases, los vasos pulmo- del esófago al nivel de su tercio medio. En personas de edad
nares son más visibles en éstas que en aquéllos (fig. 3.2). avanzada con aorta descendente tortuosa, el esófago puede
estar desplazado lateralmente y no ser empujado hacia atrás
Pericardio al crecer la aurícula izquierda.
En la proyección lateral el pericardio puede visualizarse
como una línea muy estrecha radiopaca entre el borde ante- Crecimiento ventricular derecho. A medida que crece el
rior del ventrículo derecho y la pared esternal, al estar sepa- ventrículo derecho, su zona de contacto con el esternón se

432
EXAMEN CLÍNICO DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR

amplía. Posteriormente, el ventrículo derecho choca con la Disminución del flujo pulmonar. La disminución del flujo
pared esternal, rechaza hacia atrás al ventrículo izquierdo y pulmonar conduce a una disminución del calibre de los va-
rota hacia la izquierda, con lo que puede llegar a constituir sos pulmonares, tanto centrales como periféricos, que se ha-
el borde izquierdo de la silueta cardíaca en la proyección cen menos visibles, aumentando la transparencia radiológi-
posteroanterior. Como consecuencia, el borde izquierdo de ca de los campos pulmonares. Cuando la disminución del
la silueta cardíaca se desplaza hacia la izquierda en dicha flujo es de origen cardíaco, estos cambios son homogéneos
proyección, lo que dificulta el diagnóstico radiológico de en todo el pulmón. La disminución del flujo en zonas con-
crecimiento ventricular izquierdo cuando existe crecimiento cretas del pulmón orienta hacia la posibilidad de embolia
del ventrículo derecho. pulmonar o de alteraciones del parénquima pulmonar.

Crecimiento ventricular izquierdo. Al crecer el ventrículo Alteraciones del pericardio


izquierdo, su borde libre se va desplazando hacia la izquier- El derrame pericárdico, cuando es importante y crónico,
da, abajo y atrás. En la proyección posteroanterior se produ- produce cardiomegalia radiológica. Los bordes cardíacos
ce un desplazamiento hacia la izquierda del tercio inferior suelen ser más redondeados y no pulsan cuando se exami-
del borde izquierdo de la silueta cardiovascular. En la pro- nan con radioscopia. El derrame pericárdico agudo puede
yección oblicua anterior izquierda, el ventrículo izquierdo no producir cardiomegalia aunque esté condicionando un
sobrepasa el borde izquierdo de la columna vertebral. En la taponamiento cardíaco. En proyección lateral aumenta la
proyección lateral, el tercio inferior del borde posterior de distancia entre la línea de grasa subepicárdica y la de la gra-
la silueta cardíaca se desplaza hacia atrás y hacia abajo impi- sa retrosternal. La constricción pericárdica sólo es visible ra-
diendo la visualización de la vena cava inferior. El esófago diológicamente cuando se calcifica (véase más adelante).
contrastado se observa desplazado hacia atrás en su tercio Los quistes, tumores y malformaciones congénitas del peri-
inferior. cardio pueden causar alteraciones muy variadas de la silueta
cardiovascular o provocar derrame y/o calcificaciones.
Alteraciones de la circulación pulmonar
La radiografía de tórax ofrece datos acerca del aumento Calcificaciones en la silueta cardiovascular
de la presión venosa y arterial así como de los cambios de Con radiografías bien penetradas y, especialmente, con ra-
flujo en la circulación pulmonar. dioscopia es posible identificar calcificaciones valvulares. Si
en la proyección lateral se traza una línea desde el límite en-
Hipertensión venosa o congestión pulmonar. A medida tre la pared anterior del tórax y el diafragma hasta el vértice
que aumenta la presión en el lado venoso del capilar pulmo- pulmonar, las calcificaciones que quedan por encima y por
nar, por lo general como consecuencia de insuficiencia car- delante de esta línea suelen corresponder a la válvula aórti-
díaca izquierda, los vasos pulmonares más próximos a los ca, y las que se sitúan por debajo y por detrás, a la válvula
vértices, que normalmente están colapsados en bipedesta- mitral. En la radioscopia la válvula mitral se mueve horizon-
ción, se mantienen abiertos. Los vasos de las bases pulmona- talmente, mientras que la aórtica lo hace en sentido más ver-
res aparecen ahora relativamente menos prominentes que tical.
los que están más cerca de los vértices, lo que se conoce Las calcificaciones pericárdicas se localizan en los bordes
como redistribución vascular. Al aumentar aún más la pre- de la silueta cardiovascular y se visualizan mejor en proyec-
sión hidrostática capilar se produce edema intersticial, que ción lateral. Las calcificaciones del miocardio son fácilmente
conduce a una peor definición de los vasos en las bases visibles sobre el ventrículo izquierdo en las mismas proyec-
por edema perivascular y la visualización de los tabiques en ciones. Pueden verse calcificaciones coronarias especialmen-
forma de líneas de Kerley. Estas líneas estrechas, de 1-2 cm, te en los surcos AV. Las calcificaciones aórticas que afectan la
se observan en las bases pulmonares perpendicularmente a porción ascendente deben hacer sospechar aortitis luética,
la pleura parietal (líneas tipo B) y, con menor frecuencia, en mientras que las del cayado y la aorta descendente son más
forma radial al nivel de los hilios (líneas tipo A) o distribuidas frecuentes en la arteriosclerosis. La separación entre la calci-
de forma reticular en las bases (líneas tipo C). El edema in- ficación del cayado aórtico (que afecta la íntima) y el borde
tersticial puede provocar un aumento inespecífico de la den- del vaso sugiere la posibilidad de disección aórtica.
sidad radiológica en el hilio. Cuando la congestión venosa
pulmonar llega a provocar edema alveolar se manifiesta por Alteraciones de los grandes vasos
imágenes algodonosas, especialmente en las bases y en las La dilatación de la aorta ascendente se manifiesta por la
zonas perihiliares en los pacientes en bipedestación, que se prominencia del borde derecho de la silueta cardiovascular
propagan hacia los vértices a medida que la congestión es en proyección posteroanterior, por encima de la aurícula de-
mayor (fig. 3.28). recha, con aumento del diámetro transversal del pedículo
vascular. La dilatación del cayado y de la aorta descendente
Hipertensión arterial pulmonar. Cuando aumenta la pre- se aprecia mejor en las proyecciones lateral u oblicua ante-
sión en el árbol arterial pulmonar, las arterias pulmonares de rior izquierda. Los aneurismas saculares pueden confundirse
mayor tamaño se dilatan, mientras que las más periféricas, al con masas pulmonares o mediastínicas. La transposición de
ser más musculares, lo hacen menos o incluso sufren un pro- los grandes vasos se asocia a un pedículo vascular estrecho
ceso de vasoconstricción reactiva. Por lo tanto, las arterias en la proyección posteroanterior.
de los hilios están dilatadas, mientras que las periféricas, las
más próximas a la pared pleural, apenas son visibles. La arte- Valoración de las prótesis valvulares
ria pulmonar izquierda se hace más marcada en el borde iz- Algunas prótesis valvulares, sobre todo las metálicas, pue-
quierdo de la silueta cardiovascular en proyección postero- den ser visibles en las radiografías de tórax. Los movimientos
anterior. La coexistencia de signos de congestión venosa basculantes de las prótesis en la radioscopia y la apertura in-
pulmonar orienta hacia un probable origen poscapilar de la completa de los discos cuando son radiopacos pueden
hipertensión pulmonar. orientar hacia la presencia de disfunción protésica.

Aumento del flujo pulmonar o plétora pulmonar. El au- Otros signos radiológicos de interés
mento del flujo pulmonar se acompaña de la dilatación de Muchos signos radiológicos torácicos, aparentemente in-
todos los vasos pulmonares, tanto centrales como periféri- dependientes del examen cardiovascular, tienen gran interés
cos. Cuando se llega a producir hipertensión pulmonar se- en el diagnóstico de estos pacientes. En el esqueleto óseo es
cundaria al aumento del flujo (síndrome de Eisenmenger), posible ver las indentaciones costales típicas de la coarta-
se dilatan aún más las arterias pulmonares centrales, al tiem- ción aórtica. El derrame pleural, sobre todo en el lado dere-
po que se hacen menos visibles las periféricas. cho, puede ser un signo de congestión sistémica en la insufi-

433
CARDIOLOGÍA

ciencia cardíaca. Algunas masas en los campos pulmonares Electrocardiografía*


pueden depender de anomalías vasculares. A la inversa, el
pectum excavatum o una espalda recta pueden ser responsa-
bles de anomalías funcionales en el examen cardiovascular, El electrocardiograma (ECG) es un registro lineal de la ac-
como ocurre en algunos soplos inocentes. tividad eléctrica del corazón que se va sucediendo en el
tiempo (fig. 3.29). Por cada ciclo cardíaco se registran sucesi-
vamente la curva de despolarización auricular (asa de P),
Interpretación de un estudio radiográfico de tórax que en la curva del ECG se conoce como onda P, la curva de
Para interpretar un estudio radiográfico de tórax se han de despolarización ventricular (asa de QRS), que en la curva
seguir los siguientes pasos: a) comprobar que dicho estudio del ECG origina el complejo QRS, y la curva de repolariza-
es técnicamente correcto; b) analizar los datos objetivos ob- ción ventricular (asa de T), que da lugar a la onda T. Según
tenidos del estudio (interpretación primaria); y c) integrar di- la frecuencia cardíaca, el intervalo entre las ondas de un ci-
cha información en una serie de posibilidades diagnósticas clo y otro es variable. Normalmente se registran estas diferen-
coherentes (interpretación secundaria), y d) establecer un tes ondas desde distintos puntos (derivaciones).
diagnóstico anatómico y funcional lo más exacto posible
a partir de la correlación de los datos radiológicos y los clí-
nicos.
Valor y limitaciones de la electrocardiografía
El ECG es fundamental para el estudio de los pacientes
con arritmias cardíacas, trastornos de la conducción, síndro-
Tomografía computarizada me de preexcitación y pacientes con cardiopatía isquémica.
La tomografía computarizada (TC) ha empezado a utilizar- En general es útil para el diagnóstico y el estudio evolutivo
se en el diagnóstico cardiovascular por la imagen. Debido a de la mayoría de las cardiopatías, de otras enfermedades y si-
su pobre definición sobre órganos en movimiento, se la em- tuaciones diversas y en estudios epidemiológicos.
pleaba sólo para el diagnóstico de las alteraciones anatómi- A pesar de su inestimable valor en el diagnóstico de algu-
cas menos móviles, como derrames y calcificaciones paricár- nas cardiopatías, la electrocardiografía puede ser un arma
dicas, tumores cardíacos, aneurismas y disección aórticos, más peligrosa que eficaz si nos confiamos en exceso ante un
entre otros. Últimamente se han empezado a estudiar las es- ECG aparentemente normal o valoramos en demasía un ECG
tructuras más móviles, como el borde endocárdico y las vál- patológico. Es aún frecuente que, escudándose en el poder
vulas, mediante la técnica de la TC ligada al ECG y, más re- “mágico” del ECG, el médico que se encuentra ante un pa-
cientemente aún, con el uso de la TC ultrarrápida, que ciente que presenta crisis de dolor precordial de origen du-
permite obtener imágenes móviles en tiempo real, la deno- doso sentencie: “Hay que practicar un ECG para salir de du-
minada cine-TC. Con estas nuevas técnicas es posible el estu- das”. Es necesario recordar que un elevado porcentaje de
dio anatómico de todas las estructuras cardíacas y también pacientes afectos de cardiopatía isquémica presentan un
el estudio funcional mediante el cálculo de los volúmenes ECG normal de reposo e incluso de esfuerzo y, asimismo,
cardíacos, la fracción de eyección y la movilidad global y con alguna frecuencia el ECG se normaliza después de un in-
segmentaria de sus paredes. El cálculo de los volúmenes car- farto de miocardio. Es obligado, pues, interpretar el ECG te-
díacos parece más exacto con esta técnica que con cual- niendo en cuenta el contexto clínico en el que se obtiene.
quier otra. De lo dicho se infiere que un ECG normal no constituye
ningún “seguro de vida” y, en realidad, no excluye una muer-
te cardíaca por causa eléctrica (debida a fibrilación ventricu-
Resonancia magnética lar o bradiarritmia) ni siquiera en el mismo día de haber to-
La RM no es una técnica radiológica sino que se basa en mado el registro normal, aunque, evidentemente, si no existe
la resonancia de los núcleos atómicos del hidrógeno cuando cardiopatía clínica, las posibilidades de que esto ocurra son
éste es sometido a descargas de radiofrecuencia en el seno muy remotas.
de un campo magnético muy intenso. Este procedimiento, Por otra parte, el ECG puede mostrar variantes de la nor-
convenientemente tratado, proporciona imágenes de gran malidad en relación con el hábito constitucional, malforma-
nitidez entre los distintos tejidos estudiados. El tiempo de ad- ciones torácicas, raza y sexo, o presentar alteraciones fuga-
quisición de las imágenes no ha sido hasta ahora suficiente- ces debidas a múltiples causas (hiperventilación, hipotermia,
mente rápido para permitir el estudio de órganos en movi- ingestión de glucosa o alcohol, alteraciones iónicas, acción
miento como el corazón y los grandes vasos. Recientemente de determinados fármacos, etc.).
se ha desarrollado la RM ligada al ECG que puede llegar a Es necesario, pues, no perder de vista el gran valor que tie-
proporcionar hasta 30 imágenes por segundo, por lo que se ne la clínica, ya que en función de ésta se han de interpretar
pueden observar en secuencia cinematográfica, la cine-RM. los ECG.
La RM permite el estudio anatómico y funcional del corazón
y los grandes vasos con gran precisión. Una de sus mayores
ventajas es la posibilidad de caracterizar el tejido miocárdico
Características del ECG normal (fig. 3.29)
utilizando incluso trazadores paramagnéticos, como el gado- Ante un ECG hay que estudiar sistemáticamente diferentes
linio, que permiten la identificación del músculo isquémico parámetros, para lo cual se deben conocer los límites norma-
y/o necrótico. Cabe esperar una amplia difusión de la RM a les de cada uno de ellos.
medida que se logre abaratar sus costes.
Frecuencia cardíaca. El ritmo sinusal normal en reposo os-
cila entre 60 y 100 lat/min. La frecuencia cardíaca en el ECG
se puede medir aproximadamente de acuerdo con el núme-
ro de espacios de 0,20 seg que hay en un ciclo RR (tabla 3.5)
o de ciclos RR que hay en 6 seg y multiplicarlo por 10 o tam-
bién mediante una regla adecuada.
Bibliografía especial
ANÓNIMO. Cardiovascular radiology. Curr Opin Radiol 1992; 4:125-151. Ritmo. Puede ser sinusal o ectópico. Se considera sinusal
COMMITTEE ON ADVANCED CARDIAC IMAGING AND TECHNOLOGY, COUNCIL ON CLI- cuando la onda P es positiva en DI, DII y aVF y negativa
NICAL CARDIOLOGY, COMMITTEE ON NEWER IMAGING MODALITIES, COUNCIL ON en aVR, y va seguida de un complejo QRS con intervalo PR,
CARDIOVASCULAR RADIOLOGY, AMERICAN HEART ASSOCIATION. Potencial
value of ultrafast computed tomography to screen for coronary ar-
tery disease. Circulation 1993; 87: 2.071. *A. Bayés de Luna

434
EXAMEN CLÍNICO DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR

Intervalo RR
QRS

Intervalo PR Intervalo ST

Segmento
PR Segmento onda T
Onda P

Onda U

Intervalo QT Diástole eléctrica

Duración del ciclo cardíaco


Onda Ta

Fig. 3.29. Curvas e intervalos del ECG.

en el adulto, igual o mayor a 0,12 seg. Este intervalo PR pue- TABLA 3.5. Cálculo de la frecuencia cardíaca según el intervalo RR
de ser menor si existe un síndrome de preexcitación. Número de espacios Frecuencia
de 0,20 seg (lat/min)
Intervalo y segmento PR (fig. 3.29). Los valores normales
del intervalo PR en el adulto son de 0,12-0,20 seg (hasta 0,22 1 300
seg en el anciano). Intervalos PR mayores se ven en casos de 2 150
3 100
bloqueo auriculoventricular (AV) y menores en el síndrome 4 75
de preexcitación y en distintas arritmias. 5 60
6 50
Intervalo QT (fig. 3.29). Normalmente su valor no debe ser 7 43
superior, en más o en menos, al 10% del valor que le corres- 8 37
ponde según la frecuencia cardíaca. El intervalo QT largo se 9 33
puede ver en el síndrome QT largo congénito, en la insufi-
ciencia cardíaca y coronaria, en trastornos electrolíticos y
tras la ingestión de determinados fármacos. El intervalo QT
corto se observa en casos de repolarización precoz, como ÂT: generalmente oscila entre 0° y + 70°. Los ÂT más a la
efecto de la digital, entre otros. izquierda se ven cuando el ÂQRS es también izquierdo, pu-
diendo en ocasiones llegar a –30°. Sin embargo, incluso con
Onda P. Normalmente su altura no debe superar los 2,5 mm ÂQRS derechos puede ser normal, en ocasiones, un ÂT entre
y su anchura los 0,10 seg. Es redondeada. Su morfología va- 0° y –30°.
ría según las derivaciones (fig. 3.30 A).

Complejo QRS. La morfología varía de acuerdo con las dis-


Alteraciones del auriculograma
tintas derivaciones, como puede verse en la figura 3.30 B. Con este término se engloban todas las imágenes electro-
Normalmente su anchura es inferior a 0,10 seg y la altura de cardiográficas que se ven en los crecimientos auriculares y
la R no es superior a 25 mm en las derivaciones V5 y V6, ni a en los trastornos de conducción auricular. Conviene tener en
20 mm en DI ni a 15 mm en aVL. Por otra parte, la onda Q no cuenta los siguientes hechos: a) la onda P normal se explica
suele superar el 25% de la R siguiente, aunque hay excepcio- por activación, primero de la aurícula derecha y después de
nes, sobre todo en DIII, aVL y aVF, y debe ser estrecha (me- la aurícula izquierda, con un período de tiempo en el que se
nor de 0,04 seg). despolarizan conjuntamente ambas aurículas; b) las aurícu-
las se dilatan más que se hipertrofian; c) la morfología clási-
Onda T. En principio, en el adulto, la onda T es positiva en ca de crecimiento auricular izquierdo se debe, más que a di-
todas las derivaciones menos en aVR (por caer el asa de T latación auricular, al retraso de conducción interauricular;
en el hemicampo negativo de dicha derivación). A menudo d) el voltaje de la onda P está muy influido por factores ex-
es también negativa o aplanada en V1; en DIII y aVF la onda tracardíacos que lo aumentan (hipoxia, simpaticotonía, etc.)
T puede ser aplanada o incluso negativa (fig. 3.30 C). En el o disminuyen (enfisema, fibrosis auricular, etc.), y e) el blo-
niño es normal que la onda T sea negativa en las precordia- queo interauricular, que ocurre cuando el retraso de conduc-
les derechas (repolarización infantil). ción se presenta entre la aurícula derecha y la izquierda,
puede ser parcial o avanzado. En el avanzado, el estímulo no
Onda U. En alguna ocasión se observa, después de la onda llega a la aurícula izquierda por vía normal, sino a través de
T, una pequeña onda que normalmente tiene la misma pola- una activación retrógrada auricular izquierda, o bien, excep-
ridad que la onda T (fig. 3.29). cionalmente existe disociación auricular.

Eje eléctrico. Valores normales. Se denomina eje eléctrico Crecimiento auricular derecho (fig. 3.31 B a D)
de P, QRS y T (ÂP, ÂQRS y ÂT) al vector resultante de las fuer- ECG. Morfología qR en V1 en ausencia de infarto (especifi-
zas creadas durante los procesos respectivos de despolariza- cidad del 100% para algunos autores).
ción auricular y despolarización y repolarización ventriculares. Voltaje de QRS igual o menor de 4 mm en V1 y voltaje de
ÂP: en más del 90% de los casos normales se halla entre QRS en V2/voltaje de QRS en V1 mayor o igual a 5. Es un sig-
+30° y +70°. no muy específico, pero poco sensible.
ÂQRS: generalmente oscila entre 0° y + 90°, aunque puede Los criterios basados en alteraciones de la onda P (p ≥ 2,5
situarse más a al izquierda, en pícnicos, y más a la derecha, mm en DII y/o ≥ 1,5 mm en V1), son poco sensibles y poco
en asténicos. específicos.

435
CARDIOLOGÍA

A B
Plano frontal Plano frontal

aVR aVL VR aVL

1
DI DI
3

DIII aVF DII DIII aVF DII

3 2
V6 V6
1

V5
V5
Plano horizontal Plano horizontal
V1 V2 V3 V4 V1 V2 V3 V4

aVR aVL

DI

DIII aVF DII

V6

V5

V1 V2 V3 V4

Fig. 3.30. A. Asa de P en el espacio, su proyección sobre los planos frontal y horizontal y morfología de la onda P en las doce derivaciones. B.
Asa de QRS en el espacio, su proyección sobre los planos frontal y horizontal y morfología de la onda QRS en las doce derivaciones. C. Asa de T
en el espacio, su proyección sobre los planos frontal y horizontal y morfología de la onda T en las doce derivaciones.

De acuerdo con la dirección del ÂP, pueden encontrarse onda P en V1 difásica, con negatividad final evidente de, por
la denominada onda P pulmonale (ÂP a la derecha) y la lo menos, 0,04 seg.
onda P congenitale (ÂP algo a la izquierda). Estos dos criterios tienen una buena especificidad (alrede-
dor del 90%) (pocos casos falsos positivos), pero una discre-
ta sensibilidad (inferior al 60%) (muchos casos falsos negati-
Crecimiento auricular izquierdo (fig. 3.31 E) vos).
ECG. Onda P en DI o DII mayor o igual a 0,12 seg de dura- La morfología de la onda P en DII, DIII y aVF, bifásica, con
ción, generalmente bimodal, pero de altura normal, más P mayor o igual a 0,12 seg es muy específica (100% en car-

436
EXAMEN CLÍNICO DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR

D1 D2 D3 V1 V2

A P normal

B P pulmonale

C P pulmonale

Fig. 3.31. A. Morfologías normales de


la onda P en DI, DII, DIII, V1 y V2 . B y C.
Dos ejemplos de onda P de crecimiento
D P congénita
auricular derecho en dos pacientes con
cor pulmonale (ÂP derecho). Véase en C
cómo se cumplen los criterios diagnósti-
cos de crecimiento auricular derecho de
acuerdo con los cambios del QRS. D. P de crecimiento
Ejemplo de ÂP relativamente izquierdo en E
auricular izquierdo
un paciente con tetralogía de Fallot y cre-
cimiento ventricular y auricular derechos.
E. Ejemplo de crecimiento auricular iz-
quierdo: P ancha y bimodal en DII y DIII y F P de crecimiento
biauricular
bifásica en V1. F. Onda P de crecimiento
biauricular.

diopatías valvulares y miocardiopatías), aunque muy poco La sensibilidad del ecocardiograma para diagnosticar cre-
sensible de crecimiento auricular izquierdo. cimientos ventriculares, tanto hipertrofia de la masa ventricu-
lar como dilatación de la cavidad es mucho más alta que la
Crecimiento biauricular (fig. 3.31 F) del ECG.
ECG. Onda P en DII más alta (≥ 2,5 mm) y más anchya
(≥ 0,12 seg) de lo normal. En ocasiones, es picuda y positiva Crecimiento ventricular derecho (figs. 3.32 y 3.33)
en V1 y V2. En la tabla 3.6 se indican los criterios electrocardiográficos
Signos de crecimiento auricular izquierdo con ÂP derecho. más usados para definir el crecimiento ventricular derecho.
Como puede verse, aunque la especificidad de todos ellos es
Bloqueo interauricular alta, la sensibilidad es muy baja. La asociación de más de
Parcial. ECG. Onda P mayor o igual a 0,12 seg de duración uno de estos criterios aumenta las posibilidades diagnósti-
en DII, con modo negativo variable en V1. Morfología similar cas.
a la del crecimiento auricular izquierdo. En resumen, puede verse crecimiento ventricular derecho
con tres tipos de ÂQRS (normal, tipo S1, R2, R3 y tipo S1, S2,
Avanzado con activación retrógrada auricular izquier- S3), con asa anterior en el primer caso y anterior o posterior
da. ECG. Onda P mayor o igual a 0,12 seg y bifásica en DII, en el segundo y tercer casos.
DIII y aVF, es decir, con modo negativo en DII, DIII y aVF. Los signos electrocardiográficos más sugestivos de sobre-
carga aguda derecha (descompensación de un cor pulmona-
le o embolia pulmonar) son: a) cambio en el ÂQRS (más de
Crecimiento ventricular 30° a la derecha de su posición habitual), a menudo con
El concepto electrocardiográfico de crecimiento de una morfología S1 Q3 con T3 negativa y RS o rS en V6; b) aparición
cavidad engloba tanto la hipertrofia de la pared como la dila- de T aplanada o negativa en precordiales derechas; c) apari-
tación de ésta y, por supuesto, la asociación de ambas.
Las morfologías de crecimiento ventricular se deben más a
hipertrofia que a dilatación. En ellas influye cierto grado de TABLA 3.6. Criterios electrocardiográficos de crecimiento
bloqueo homolateral al ventrículo crecido, que en parte pue-
de estar relacionado con fibrosis miocárdica. El hecho de
ventricular derecho
que en una misma cardiopatía se encuentre un ECG más o Sensibilidad Especificidad
Criterio
menos alterado guarda más relación con el estadio evolutivo (%) (%)
de aquélla que con su gravedad. Grados ligeros o incluso V1 R/S V1 ≥ 1 6 98
moderados de crecimiento de cualquiera de los dos ven- RV1 ≥ 7 mm 2 99
trículos (sobre todo el derecho) o de los dos a la vez pueden qR en V1 5 99
no alterar el ECG. S en V1 < 2 mm 6 98
Los conceptos electrocardiográficos clásicos de la Escuela DIT en V1 ≥ 0,35 seg 8 98
Mexicana de sobrecarga sistólica y diastólica han sufrido una V5-V6 R/S V5-V6 ≤ 1 16 93
profunda revisión. Actualmente consideramos que, cualquie- R en V5-V6 < 5 mm 13 87
ra que sea la cardiopatía subyacente, la imagen electrocar- S en V5-V6 ≥ 7 mm 26 90
V1 + V6 R en V1 + S en V5–V6 18 94
diográfica denominada de sobrecarga diastólica suele co- > 10,5 mm
rresponder a fases ligeras o moderadas de crecimiento de ÂQRS ÂQRS ≥ 110° 12-19 96
ventrículo derecho o izquierdo, y la imagen llamada de so- S1 S2 S3 24 87
brecarga sistólica suele encontrarse en las fases avanzadas
de crecimiento ventricular. DIT= deflexión intrinsecoide.

437
CARDIOLOGÍA

A B C D

Plano frontal D1 D1 D1 D1
Fig. 3.32. Cuatro tipos de asas caracte-
rísticas de crecimiento ventricular derecho
(CVD). A. Plano frontal normal, plano ho-
VF VF VF rizontal con asa más anterior (tipo A). Se
VF
ve a menudo en pacientes con estenosis
mitral y corresponde a CVD ligero. B. Pla-
no frontal con vector máximo derecho y
plano horizontal con asa toda anterior
y con rotación horaria. Corresponde a
Plano horizontal V6 V6 V6 CVD acusado (tipo C). C. Plano frontal
V6 con vector máximo derecho y plano hori-
zontal con gran parte del asa posterior y a
V1 V2 V1
V1 V1 la derecha. Suele corresponder a CVD mo-
V2 V2 derado-acusado y se ve a menudo en pa-
V2 cientes con cor pulmonale. D. Asa en
plano horizontal parecida a la anterior,
pero con morfología S1, S2, S3 en el plano
frontal. Suele verse en CVD moderados.

TABLA 3.7. Criterios electrocardiográficos de crecimiento


Normal ventricular izquierdo
Sensibilidad Especificidad
V6
Criterios de voltaje
(%) (%)

V1 R1 + S3 > 25 mm 10,6 100


RVL > 7,5 mm 22,5 96,5
RVL > 11 mm 10,6 100
Asa anterior Asa posterior RVF > 20 mm y SV1 + RV5-6 1,3 99,5
V6 ≥ 35 mm (Sokolow-Lyon) 42,5 95
En V1–V6, la onda S + la onda R 45 93
D V6
A de más voltaje > 45 mm
V1
RV5-6 > 26 mm 25 98
V1
V6
Puntuación de Romhilt-Estes 60 97
E V6
B V1
V1 lógica en el recién nacido son: a) qR en V1; b) R sola en V1
V6 mayor de 20 mm; c) S en V6 mayor de 11 mm (después del
C segundo día de vida); d) T positiva en V1 después del cuarto
V1 día de vida, siempre que la T sea también positiva en V6, y e)
onda P mayor de 4 mm.

1 2 3 4 5 6
Crecimiento ventricular izquierdo (fig. 3.34).
En general, en el crecimiento ventricular izquierdo, el vec-
tor máximo del QRS aumenta de voltaje y se dirige más hacia
atrás de lo normal (fig. 3.34 A a C). Esto explica que en las
precordiales derechas predomine la negatividad. En alguna
Fig. 3.33. En el crecimiento ventricular derecho (CVD) el asa hori- ocasión, en relación probablemente con levorrotación acu-
zontal del QRS se dirige siempre a la derecha, pero a veces hacia de- sada del corazón o con hipertrofia de la zona septal ventricu-
lante y otras hacia atrás. Cuando se dirige hacia delante, puede adqui- lar izquierda, más que de la zona de la pared libre, como
rir distintas morfologías (A a C), que representan grados cada vez ocurre en algunos casos de miocardiopatía hipertrófica api-
más importantes de CVD. Un mismo paciente puede pasar de una cal (fig. 3.34 E), el vector máximo no está dirigido hacia atrás
morfología a otra en el curso evolutivo de su enfermedad, pero en ge-
neral las cardiopatías con CVD ligero o moderado dan morfologías
(está alrededor de 0°). Esto determina que se observe una R
tipo A o B y las que presentan CVD acusado, tipo C. Si el asa se va ha- alta incluso en V2. En otras ocasiones se aprecia, debido a hi-
cia atrás, adquieren morfologías parecidas a las de D o E, viéndose pertrofia septal, un aumento predominante del vector 1, que
QS en V1 (D) o r’ pequeña (E). En el trazado inferior se aprecian seis origina una onda “q” grande de seudonecrosis (fig. 3.34 D).
morfologías de V1 correspondientes: a 2 pacientes con estenosis mitral Existen varios criterios diagnósticos basados en la morfolo-
(1 y 2), a 2 pacientes con cor pulmonale (3 y 4) y a 2 pacientes con gía y el voltaje del QRS (tabla 3.7). También se utiliza el siste-
estenosis pulmonar congénita (5 y 6). Los casos 1, 3 y 5 corresponden ma de puntuación de ROHMILT y ESTES, que es el que ofrece
a CVD ligero, y los casos 2, 4 y 6 a CVD importante. Como puede com- una sensibilidad más alta, aunque se halla aún lejos de la
probarse, en todas las etiologías es posible observar casos con CVD li-
gero o importante.
ecocardiografía. En los pacientes hipertensos el valor de los
criterios electrocardiográficos para diagnosticar hipertrofia
ventricular izquierda es aún más bajo de lo que se expone en
la tabla 3.7.
ción de alteraciones del segmento ST, y d) aparición de mor-
fología de bloqueo intraventricular derecho. Crecimiento biventricular
Los signos electrocardiográficos que más deben hacer sos- El diagnóstico electrocardiográfico de crecimiento biven-
pechar la existencia de hipertrofia ventricular derecha pato- tricular es todavía más difícil que el diagnóstico aislado del

438
EXAMEN CLÍNICO DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR

A B C D E
Fig. 3.34. Crecimiento ventricular iz-
quierdo. Los trazados superiores mues-
tran asas más características de creci- Plano frontal D1 D1
D1 D1 D1
miento ventricular izquierdo (CVI). A.
Fuerzas iniciales a la derecha y T positiva. aVF aVF aVF aVF aVF
Se observa en los casos de CVI poco evo-
lucionado, con poca fibrosis septal. B y C.
Asas de QRS con inicio a la izquierda y
con rotación antihoraria o en “8” en el V6
plano horizontal, correspondientes a CVI Plano horizontal
V6 V6 V6 V6
importantes que aparecen en cardiopatías V1 V1
V1 V1
evolucionadas, con fibrosis septal impor-
tante. D. Ejemplo de asa de QRS con
onda “q” de seudonecrosis que se ve en
algunos casos de miocardiopatía con hi-
pertrofia septal asimétrica. E. Asa de QRS
con plano horizontal dirigido alrededor de V6
V1 V6 V1
0° y con asa de T muy picuda y dirigida
atrás y arriba, característica de la miocar-
diopatía hipertrófica con predominio api-
cal. El trazado inferior es un ejemplo de
ECG del tipo A y B.

crecimiento de un ventrículo, pues a menudo las fuerzas au- rama bloqueada se efectúa por vía transeptal a partir del ven-
mentadas opuestas de ambos ventrículos se contrarrestan o trículo contralateral. Este fenómeno explica el ensancha-
bien el predominio acusado del crecimiento de un ventrícu- miento del QRS y la peculiar morfología del ECG, tanto en el
lo, en general el izquierdo, enmascara completamente el cre- caso del bloqueo derecho como izquierdo.
cimiento del otro ventrículo. 5. La repolarización del tabique domina sobre la de la pa-
Sugieren crecimiento biventricular los siguientes signos red libre ventricular izquierda y es la responsable de los cam-
electrocardiográficos: bios del ST-T.
1. R alta en V5 y V6 con ÂQRS derecho (≥ 90°). Hay que 6. En general, la alteración anatómica es más difusa que la
descartar la presencia de hemibloqueo de la división infero- expresión electrocardiográfica.
posterior asociado a crecimiento ventricular izquierdo o Los casos de bloqueo global parcial originan morfologías
bien, que se trate de un individuo muy asténico. intermedias entre la normalidad y el bloqueo avanzado. En
2. R alta en V5 y V6 con R alta en V1 y V2. Hay que descartar general se parecen a las morfologías que se ven en los creci-
la preexcitación tipo Wolff-Parkinson-White (WPW). mientos ventriculares homónimos.
3. Complejo QRS dentro de límites normales, pero con al- Los bloqueos divisionales (zonales) izquierdos (hemiblo-
teración importante de la repolarización (T negativa y des- queos) han sido mucho más estudiados, tanto desde el pun-
censo del ST), sobre todo si el paciente está en fibrilación au- to de vista anatómico como del electrofisiológico, que los
ricular. Este tipo de ECG se puede ver en ancianos con bloqueos (zonales) derechos.
cardiopatías avanzadas y crecimiento biventricular. Si se considera que existen cuatro fascículos intraventricu-
4. S pequeña en V1 con S profunda en V2 y R dominante lares, a saber, rama derecha, tronco de la rama izquierda, di-
en V5 y V6, junto con ÂQRS derecho en el plano frontal o visión superoanterior y división inferoposterior, además de
morfología tipo S1, S2 y S3. los bloqueos aislados de un solo fascículo, pueden existir
5. Grandes voltajes en precordiales intermedias, con R al- bloqueos de dos (bloqueo bifascicular) o tres fascículos (tri-
tas en precordiales izquierdas (es frecuente en la comunica- fascicular).
ción interventricular). Se explica por existencia de un asa de
QRS ancha y redondeada en el plano horizontal, con parte fi- Bloqueo ventricular derecho global avanzado (fig. 3.35)
nal dirigida a la derecha. Los criterios diagnósticos son:
1. QRS mayor o igual a 0,12 seg con empastamientos me-
diofinales.
Bloqueo ventricular 2. V1: rsR’ con cúspide de la R’ empastada y T negativa.
El trastorno de la conducción o bloqueo ventricular puede 3. V6: qRs con empastamientos evidentes de la S y T posi-
producirse en el lado derecho o en el izquierdo a distintos tivas.
niveles del sistema específico de conducción, desde las fi- 4. VR: QR con empastamientos evidentes de la R y T nega-
bras del haz de His, que van a la rama derecha o izquierda, tivas.
hasta la periferia (pared ventricular), según el lugar donde 5. Onda T con polaridad opuesta a empastamientos del
esté situado el retraso de conducción. Lo más frecuente es QRS.
que éste se localice en el tronco de la rama derecha o iz- En la figura 3.35 se muestran las principales características
quierda. Por esta razón, a menudo se habla de bloqueo de del asa de QRS, la correlación asa-hemicampo en el plano
rama en vez de bloqueo ventricular. frontal y horizontal y un ECG típico.
La zona bloqueada, cualquiera que sea, se despolariza
con retraso y, en los casos de bloqueo global avanzado, es la Bloqueo ventricular derecho global parcial
última zona del corazón que lo hace. En este caso, el QRS es menor de 0,12 seg y la morfología
En los casos de bloqueo global avanzado, tanto del lado de V1 es rsR’ o rsr’, pero con menos muescas y empastamien-
derecho como del izquierdo, se ha de tener en cuenta que: tos.
1. El diagnóstico se establece fundamentalmente por el
plano horizontal (V1 y V6). Bloqueo ventricular derecho zonal
2. El QRS debe medir 0,12 seg como mínimo. No existen criterios diagnósticos bien precisos, aunque se
3. Los empastamientos deben ser opuestos a la onda T. han descrito bloqueos zonales de las zonas superoanterior e
4. La despolarización del ventrículo correspondiente a la inferoposterior del ventrículo derecho.

439
CARDIOLOGÍA

A Plano frontal

aVR aVL

4 1
3 DI
4 1
3
2
4
2
1

3 DIII aVF DII

3 2 V6
4 1

V5
Plano horizontal
V1 V2 V3 V4

B V1
aVR V4

DII aVL V2 V5

DIII aVF V3 V6

Fig. 3.35. A. Ejemplo de cómo se produce la activación en caso de bloqueo ventricular derecho global avanzado y cómo se explican las morfo-
logías de las distintas derivaciones según la correlación asa-hemicampo. B. Ejemplo típico de un caso de bloqueo ventricular derecho global avan-
zado.

Bloqueo ventricular izquierdo global avanzado (fig. 3.36) 2. V1: QS o rS con r pequeña y T positiva.
Los criterios diagnósticos son: 3. DI y V6: R exclusiva con pico de la R después de
1. QRS mayor o igual a 0,12 seg, a veces mayor de 0,16 seg., 0,08 seg.
con empastamientos medios. 4. VR: QS con T positiva.

440
EXAMEN CLÍNICO DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR

Plano frontal
A

aVR aVL

2
3 4
4
3
1 DI
4
2
4 4
3
2
3
1

DIII aVF DII


2
2
3
1
4

V6
1

V5

Plano horizontal

V1 V2 V3 V4

DI DII DIII aVR aVL aVF

V1 V2 V3 V4 V5 V6

Fig. 3.36. A. Ejemplo de cómo se produce la activación en caso de bloqueo intraventricular izquierdo global avanzado y cómo se explican las
morfologías de las distintas derivaciones según la correlación asa-hemicampo. B. Ejemplo típico de un caso de bloqueo ventricular izquierdo glo-
bal avanzado.

5. Onda T con polaridad opuesta a los empastamientos del En ambos hemibloqueos existe un cambio en la activa-
QRS. ción ventricular izquierda, como consecuencia de que la
En la figura 3.36 se observan las principales características zona bloqueada se despolariza con retraso, aunque no nece-
del asa de QRS, la correlación asa-hemicampo en el plano sariamente es la última en despolarizarse, lo que explica los
frontal y en el plano horizontal, y un ECG típico. típicos cambios electrocardiográficos que se ven en los he-
mibloqueos.
Bloqueo ventricular izquierdo global parcial
Presenta un QRS inferior a 0,12 seg con R (sin “q” inicial) Hemibloqueo superoanterior (fig. 3.37 A). Los criterios de
en V6 y DI. hemibloqueo superoanterior avanzado son:
1. Complejo QRS menor de 0,12 seg.
Bloqueo ventricular izquierdo divisional 2. ÂQRS hiperdesviado a la izquierda (sobre todo entre
Sólo se analizarán con detalle los criterios electrocardio- –45° y –75°). Hay que descartar la necrosis inferior, el síndro-
gráficos de los hemibloqueos superoanterior e inferoposte- me de WPW tipo II y el patrón S1 S2 S3 (fig. 3.37 B).
rior bien establecidos (avanzados). 3. DI y aVL: qR.

441
CARDIOLOGÍA

2 aVL
aVR
2

DI

1
2

DIII aVF DII

1
2

V6
1

V5

V1 V2 V3 V4

DI DII DIII aVR aVL aVF V1 V6

Hemibloqueo
superoanterior

S1 S2 S3

Fig. 3.37. A. Ejemplo de cómo se produce la activación en caso de hemibloqueo superoanterior y cómo se explican las morfologías de las dis-
tintas derivaciones según la correlación asa-hemicampo. B. Ejemplo de hemibloqueo típico de la división superoanterior. Obsérvese la diferencia
con un bloqueo zonal derecho (morfología S1 S2 S3), en cuyo caso S2 > S3 y hay S1.

4. DII, DIII y aVF: rS con R2 > R3 y S3 > S2. 2. ÂQRS desviado a la derecha (entre +90° y +140°); para
5. Reflexión intrinsecoide en V6 aVL. algunos autores mayor o igual a 110°.
3. DI y aVL: RS Rs.
Hemibloqueo inferoposterior (fig. 3.38). Es necesario, ade- 4. DII, DIII y aVF: qR.
más de las morfologías ECG, que existan condicionantes de 5. Precordiales: S hasta V6, con tiempo de deflexión intrin-
tipo clínico, sobre todo ausencia de crecimiento ventricular secoide en V6 y aVF > aVL.
derecho y de hábito asténico, siendo además probablemente 6. S no muy profunda en V1 y R no muy alta en V6. Falta de
necesario que exista evidencia de afección del ventrículo iz- Q en V5-V6.
quierdo. La aparición brusca de las morfologías descritas a
continuación, sin evidencia de sobrecarga derecha clínica, Bloqueo bifascicular (fig. 3.39)
va muy a favor de un hemibloqueo inferoposterior. Sólo se comentarán los criterios ECG de los dos más ca-
Los criterios de hemibloqueo inferoposterior avanzado racterísticos: bloqueo ventricular derecho avanzado más he-
son: mibloqueo superoanterior y bloqueo ventricular derecho
1. Complejo QRS menor de 0,12 seg. avanzado más hemibloqueo inferoposterior.

442
EXAMEN CLÍNICO DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR

aVL
aVR

DI
1

1 b
a
DIII 2 aVF DIII
2

V6
1

V5

V1 V2 V3 V4

DI DII DIII aVL aVF V1 V6

DI DII DIII V2 aVF V1 V6

Fig. 3.38. A. Ejemplo de cómo se produce la activación en caso de hemibloqueo inferoposterior y cómo se explican las morfologías de las dis-
tintas derivaciones según la correlación asa-hemicampo. B. Paciente con QRS alrededor de +50° que, sin cambio clínico alguno, presenta en un
nuevo ECG un ÂQRS de aproximadamente +90° con paso en aVF de Rs a qR y en V6 de R sola a Rs.

Bloqueo ventricular derecho global avanzado más he- existir bloqueo ventricular izquierdo global avanzado y en el
mibloqueo superoanterior (fig. 3.39 A). Los criterios elec- plano horizontal un bloqueo ventricular derecho global
trocardiográficos son: avanzado (bloqueo disfrazado).
1. QRS mayor de 0,12 seg.
2. Morfología QRS: la primera parte dirigida como en el he- Bloqueo ventricular derecho global avanzado más he-
mibloqueo superoanterior, hacia arriba y a la izquierda, y la mibloqueo inferoposterior (fig. 3.39 B). Los criterios diag-
segunda como en el bloqueo ventricular derecho global nósticos son:
avanzado, hacia delante y a la derecha (3.39 A). Si existe un 1. QRS mayor de 0,12 seg.
gran retraso izquierdo, éste puede contrarrestar las fuerzas 2. Morfología QRS: la primera parte del QRS se dirige,
derechas; esto origina unas fuerzas finales izquierdas, pero como en el hemibloqueo inferoposterior, hacia abajo, y la se-
anteriores, por lo que se verá R alta en V1, pero sin S en DI y, gunda, como en el bloqueo ventricular derecho global avan-
en ocasiones, V6. En esta situación, en el plano frontal parece zado, hacia delante y a la derecha.

443
CARDIOLOGÍA

A B
DI aVR V1 V4
DI aVR V1 V4

DII aVL V2 V5
DII aVL V2 V5

DIII aVF V3 V4

DIII aVF V3 V6

Fig. 3.39. Bloqueo bifascicular. A. Bloqueo intraventricular derecho más hemibloqueo superoanterior típico. B. Bloqueo bifascicular tipo blo-
queo intraventricular derecho más hemibloqueo inferoposterior.

Preexcitación ventricular
Existe preexcitación ventricular cuando la masa ventricu-
lar se despolariza antes de lo esperado si el impulso eléctrico A B C
siguiera el camino normal a través del sistema específico de
Normal V1 V2 V3
conducción.

Tipos de preexcitación
Existen dos tipos: Wolff-Parkinson-White (WPW) y PR corto.
Preexcitación V4
Preexcitación tipo WPW (fig. 3.40). Se explica por la pre- tipo WPW
sencia de vías anómalas de conducción AV (en general, los
denominados haces de Kent) con implantación en el múscu-
lo ventricular.

Intervalo PR.
Corto. Generalmente tiene entre 0,08 y 0,11 seg. Los casos DII
Preexcitación
con PR normal se explican por: a) preexcitación por vías de tipo PR
Mahaim; b) bloqueo de la conducción en la vía anómala, y corto
c) presencia de vía anómala muy larga y preexcitación lejos
del nódulo sinusal. En estas situaciones, el intervalo PR cae
dentro de límites normales, pero es más corto de lo que sería
si no existiera la preexcitación.

Alteraciones del ventriculograma (fig. 3.40) Fig. 3.40. A la izquierda, esquema de la preexcitación tipo WPW y
tipo PR corto, en relación con la activación normal. A la derecha, arri-
Los complejos QRS tienen una morfología anómala y pre- ba, ondas delta de distinta magnitud (A: preexcitación tipo WPW me-
sentan una anchura superior al complejo QRS de base (a me- nor, y C: preexcitación tipo WPW importante); en el medio, otro ejem-
nudo ≥ 0,11 seg) y, de forma característica, unos empasta- plo de preexcitación tipo WPW mediana, y abajo, ejemplo de
mientos iniciales (onda delta), debidos al inicio de la preexcitación tipo PR corto.
activación en una zona del miocardio poco rica en fibras de
Purkinje.
Al hablar, en general, de morfologías electrocardiográficas La morfología del complejo QRS, en las distintas derivacio-
de preexcitación tipo WPW, consideramos que el grado de nes del ECG de superficie, depende de cuál sea la zona epi-
preexcitación es intermedio, que es probablemente el hallaz- cárdica de excitación más precoz. El vector de los 20 mseg
go más frecuente en la clínica. iniciales del ECG (primer vector de la onda delta que se pue-

444
EXAMEN CLÍNICO DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR

A B
DI
aVR V1 V4
DI aVR V1 V4

DII aVL V2 V5
DII aVL V2 V4

DIII aVF V3 V6
DIII aVF V3 V6

C D
DI aVR V1 V4
DI aVR V1 V4

DII aVL V2 V5

DII aVL V2 V5

DIII aVF V3 V6
DIII aVF V3 V6

Fig. 3.41. A. Paciente con WPW con haz anómalo situado en la zona anteroseptal del ventrículo derecho (tipo I). B. Paciente con WPW con haz
anómalo localizado en la pared libre del ventrículo derecho (tipo II). C. Paciente con WPW con haz anómalo localizado en la pared inferopostero-
septal del corazón (tipo III). D. Paciente con WPW con haz anómalo situado en la pared libre del ventrículo izquierdo (tipo IV).

de medir en el ECG) está situado en lugares distintos del pla- do necesario a menudo recurrir a los estudios electrofisioló-
no frontal (en el plano horizontal se dirige fundamentalmen- gicos para determinar exactamente su localización (véase
te hacia delante), según cuál sea el lugar donde se produce Estudios electrofisiológicos).
dicha excitación epicárdica ventricular más precoz. De
acuerdo con ello, hemos dividido la preexcitación tipo WPW Alteraciones de la repolarización
en cuatro tipos (fig. 3.41). La repolarización esta alterada, excepto en los casos con
La localización de la vía anómala no se corresponde siem- preexcitación menor. Sus modificaciones son secundarias a
pre con el inicio de la activación epicárdica ventricular, sien- la alteración de la despolarización y son tanto más patológi-

445
CARDIOLOGÍA

A DI DII DIII aVR aVL aVF

V1 V2 V3 V4 V5 V6

B DI DII DIII aVR aVL aVF

V1 V2 V3 V4 V5 V6

Fig. 3.42. A. ECG con imagen típica de isquemia subepicárdica en la cara inferoposterior. Existen necrosis sobre la misma zona. B. ECG con
imagen típica de isquemia subepicárdica (T negativa y simétrica) en las caras anteroseptal y lateral. Existe necrosis sobre la misma zona.

cas (con polaridad más opuesta a la de R) cuanto mayor es Cambios espontáneos o provocados de la morfología anómala
la preexcitación. Son frecuentes los cambios en el grado de preexcitación.
Ésta puede aumentar si se deprime la conducción de los estí-
Diagnóstico diferencial de la preexcitación tipo WPW mulos por el nódulo AV (maniobras vagales, fármacos, etc.)
Los tipos I y II se pueden confundir con un bloqueo ventri- o disminuir si, por el contrario, se favorece la conducción
cular izquierdo, el tipo III, con un infarto inferoposterior o un por el nódulo AV (ejercicio, etc.).
bloqueo ventricular derecho o un crecimiento de ventrículo
derecho, y el tipo IV, con un infarto lateral o posterobasal o Preexcitación tipo PR corto (fig. 3.40). Se explica por una
con un crecimiento del ventrículo derecho. En todos los ca- conducción AV acelerada debido, en ocasiones, a la
sos, el intervalo PR corto y la presencia de onda delta son da- presencia de un haz anómalo que efectúa un cortocircuito de
tos decisivos para el diagnóstico de preexcitación tipo WPW. la zona de conducción lenta del nódulo AV, pero se implanta

446
EXAMEN CLÍNICO DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR

en el haz de His y no en el miocardio ventricular como en el TABLA 3.8. Causas de la onda T negativa o aplanada
caso del WPW. (aparte de la cardiopatía isquémica)
Se pone de manifiesto exclusivamente por un intervalo PR
corto. Por el ECG de superficie es imposible asegurar que el 1. Variantes de la normalidad: niños, individuos de raza negra,
PR se debe a una preexcitación auténtica por vía anómala, o hiperventilación, deportistas
2. Pericarditis: en este proceso la imagen suele ser extensa,
por el contrario, es uno de los casos poco frecuentes de PR pero con negatividad en general poco importante
corto que se observan en algunos individuos, con cardiopa- 3. Trastorno secundario de la repolarización a crecimiento
tía o sin ella, sin que se conozca la explicación de la conduc- o a bloqueo ventricular
ción acelerada por la unión AV. El diagnóstico diferencial 4. Cor pulmonale agudo y crónico
con los otros tipos de PR corto se puede realizar mediante 5. Miocarditis y miocardiopatías
los estudios electrofisiológicos intracavitarios (véase Estudios 6. Prolapso mitral: no siempre se observa; cuando ello ocurre
electrofisiológicos). es en DII, DIII y aVF y/o V5 y V6
7. Alcoholismo
8. Accidentes vasculares cerebrales: poco frecuente
Imagen electrocardiográfica de isquemia, lesión y necrosis 9. Después de la administración de ciertos fármacos (prenila-
mina, amiodarona) y en la hipopotasemia la onda T puede
Imagen electrocardiográfica de isquemia verse aplanada
Es la que se registra en la zona de miocardio, subendocar- 10. En otros muchos casos: mixedema, postaquicardia, bloqueo
dio y/o subepicardio que presenta, como consecuencia de ventricular izquierdo intermitente
una disminución del aporte sanguíneo, un retraso en el pro-
ceso de repolarización. Experimentalmente puede existir
una isquemia subepicárdica, subendocárdica o transmural. TABLA 3.9. Causas de la onda T más positiva de lo normal
Clínicamente la isquemia es o subendocárdica o transmu- (aparte de la cardiopatía isquémica)
ral. Cuando la isquemia es transmural, desde el punto de vis- 1. Variante de la normalidad (vagotonía, deportistas, etc.)
ta electrocardiográfico se comporta como si fuera de predo- 2. Pericarditis aguda
minio subepicárdico. 3. Alcoholismo
En la isquemia subepicárdica (o transmural), debido al re- 4. Hiperpotasemia
traso de la repolarización del subepicardio, la onda T será 5. Crecimiento ventricular izquierdo moderado en cardiopatías
aplanada o negativa (imagen electrocardiográfica de isque- con sobrecarga diastólica (p. ej., insuficiencia aórtica)
mia subepicárdica). Cuando existe una isquemia subendo- 6. Accidente vascular cerebral
cárdica, lo que implica un retraso de la repolarización del 7. En V1-V2 como imagen en espejo de isquemia subepicárdica
posterior o secundaria a crecimiento ventricular izquierdo
subendocardio, la onda T será más positiva (imagen electro-
cardiográfica de isquemia subendocárdica).
La onda T negativa (isquemia subepicárdica o transmural)
debida a cardiopatía coronaria suele ser simétrica y de base
no muy ancha (fig. 3.42). Es un hallazgo frecuente, sobre
todo en la fase crónica de la cardiopatía coronaria. Según DI aVR V1 V4
cuál sea la zona de miocardio afecta, se aprecia la imagen
de isquemia (y en su caso de lesión o necrosis) en distintas
derivaciones del ECG. Si es la cara inferoposterior (fig. 3.42
A), la alteración se observa en DII, DIII y aVF (cara inferior) o
V1 y V2 (imagen en espejo de la cara posterior) o en ambas,
aunque en caso de isquemia subepicárdica posterior la onda
T de V1 y V2 es positiva en vez de negativa por la imagen en
espejo (en caso de lesión subepicárdica posterior, el seg-
DII aVL V2 V5
mento ST está descendido en vez de ascendido, y en caso de
necrosis posterior se ve una onda R alta en vez de Q). Si es la
cara anteroseptal, la alteración electrocardiográfica se obser-
va de V1 a V4, y si además está afecta la cara lateral, en V5, V6,
DI y aVL (fig. 3.42 B).
La onda T alta de isquemia subendocárdica es, en cam-
bio, poco frecuente y fugaz.
En las tablas 3.8 y 3.9 se indican las causas más frecuentes,
aparte de la cardiopatía isquémica, de onda T negativa o DIII aVF V3 V6
aplanada y onda T más positiva de lo normal, respectivamen-
te. La pericarditis es, pasada la fase inicial, en la cual puede
incluso verse ascenso del ST (véase más adelante), el diag-
nóstico diferencial más importante. Aparte de las distintas ca-
racterísticas del dolor precordial, la imagen electrocardiográ-
fica de isquemia subepicárdica de la pericarditis puede
ayudar al diagnóstico diferencial, pues suele ser más extensa Fig. 3.43. Paciente con pericarditis constrictiva. La onda T es negati-
que en la insuficiencia coronaria y a menudo menos profun- va pero no muy profunda en muchas derivaciones, sin imagen en es-
da (fig. 3.43). pejo en el plano frontal.

Imagen electrocardiográfica de lesión (fig. 3.44)


Es la que se registra en la zona de miocardio (subendocar- no, la imagen de lesión se pone de manifiesto por las morfo-
dio o subepicardio) que presenta una evidente despolariza- logías típicas de ascenso y descenso del ST en caso de lesión
ción diastólica, como consecuencia de una disminución im- subepicárdica (transmural) y subendocárdica, respectiva-
portante y más persistente del aporte sanguíneo. mente. Si la lesión subepicárdica es posterior, se verá el ST
Si la despolarización diastólica es transmural, se comporta con desnivel positivo en derivaciones de la espalda, pero con
electrocardiográficamente como si fuera de predominio sube- desnivel negativo en V1 y V2, debido a una imagen especular.
picárdico. La zona con despolarización diastólica de acuerdo En la figura 3.44 se muestran distintas morfologías de lesión
con la curva de respuesta a la membrana forma un potencial subepicárdica en el curso evolutivo de un infarto agudo ante-
de acción transmembrana de mala calidad. En el ECG huma- roseptal y diferentes imágenes de lesión subendocárdica.

447
CARDIOLOGÍA

TABLA 3.10. Causas más frecuentes de segmento ST ascendido


A B C D (aparte de la cardiopatía isquémica)
1. Variantes de la normalidad: malformaciones torácicas,
repolarización precoz, deportistas, vagotónicos
V3 V3 2. Pericarditis aguda en fase inicial
V3 V3 3. Cor pulmonale agudo
4. Hiperpotasemia
5. Hipotermia
6. Miocardiopatías

TABLA 3.11. Causas más frecuentes de descenso del segmento ST


(aparte de la cardiopatía isquémica)
V6
1. Variante de la normalidad
2. Astenia neurocirculatoria
3. Fármacos (diuréticos, digital, etc.)
4. Hipopotasemia
5. Prolapso mitral
6. Postaquicardia
A B C D 7. Secundario a bloqueo ventricular o crecimiento ventricular.
A menudo se originan imágenes mixtas
Fig. 3.44. Arriba, estadios evolutivos de un infarto agudo. A. A los
30 min del inicio del dolor. B. A las 3 h. C. A los 2 días. D. A las 2 se-
manas. Abajo, cuatro morfologías distintas de lesión subendocárdica. TABLA 3.12. Características de la onda “q” de necrosis
A. ST descendido rectilíneo. B. Descendente. C. De tipo cóncavo.
D. Ascendente pero superior a 1 mm de profundidad y a 0,08 seg de 1. Duración ≥ 0,04 seg
duración. 2. Profundidad: superior al límite considerado normal para cada
derivación, que en general es del 25% de la R (excepciones
frecuentes, sobre todo en VL, DIII y VF)
3. Presencia en derivaciones donde normalmente no se
En la tabla 3.10 se relacionan las causas más frecuentes de encuentra (p. ej., qrS en V1-V2)
ascenso del segmento ST, aparte de la cardiopatía isquémi- 4. Onda Q de voltaje decreciente de V3-V4 a V5-V6
5. Onda Q con muescas o empastamientos
ca. De estos procesos, en la práctica conviene tener muy en
cuenta, al efectuar el diagnóstico diferencial, la imagen de
pericarditis aguda en fase inicial, pues en esta entidad existe
también dolor precordial que puede confundir el diagnósti-
co, y la de repolarización precoz, por su frecuencia y benig- Con cierta frecuencia el infarto de miocardio no cursa con
nidad. onda Q. Este grupo de infartos (tabla 3.13) incluye el deno-
En la tabla 3.11 se indican las causas más frecuentes de des- minado infarto no-Q y las necrosis localizadas en zonas espe-
censo del segmento ST, aparte de la cardiopatía isquémica. ciales (aurícula, zonas de despolarización final, ventrículo
derecho) o enmascaradas (bloqueo ventricular, marcapasos,
Imagen electrocardiográfica de necrosis con activación normal preexcitación). Los infartos no-Q suelen ser incompletos y
(figs. 3.42 y 3.45) engloban los previamente denominados infartos subendo-
Es la que se registra en la zona de miocardio que, a causa cárdicos (fig. 3.46) (véase Cardiopatía isquémica).
de una acusada despolarización diastólica, es inexcitable. En A continuación se analizarán las imágenes electrocardio-
el curso evolutivo del infarto agudo, de forma secuencial gráficas de necrosis ya establecida en estos distintos tipos de
aparecen isquemia subendocárdica (en ocasiones), lesión infarto.
subepicárdica, onda “q” de necrosis (tabla 3.12) e isquemia
subepicárdica. Sin embargo, a menudo, coexisten más de Necrosis con onda Q patológica en presencia de con-
una de estas imágenes. En la fase aguda se observan lesión ducción intraventricular normal. Cuando la necrosis es
subepicárdica más “q” de necrosis y, más tarde, “q” de ne- transmural origina en el ECG de superficie una onda “q” pa-
crosis más isquemia subepicárdica. tológica (“q” de necrosis) (tabla 3.12) o una R alta (como

A B C D

1
31
3
2
aVF 2 V2
1 3' Normal
4 4 Normal
1

2 2
3
3'
A' R' V2
B 4 R aVF
1 4 Necrosis inferior
R R 1 Necrosis anterior
A 2 3 B 2

Fig. 3.45. A. Activación normal. B. Formación del vector de necrosis (3’), que cambia la dirección del vector resultante R’. Por este motivo, en el
infarto inferior (C) hay más fuerzas hacia arriba de lo normal y en el infarto anterior (D) más fuerzas posteriores de lo normal.

448
EXAMEN CLÍNICO DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR

A B C D
V5 V5
V5 V5

Fig. 3.46. Varón de 65 años con infarto no-Q. Véanse las imágenes evolutivas a lo largo de la primera semana hasta la normalización del ST.

TABLA 3.13. Necrosis sin onda Q patológica TABLA 3.14. Onda Q patológica no debida a cardiopatía isquémica
1. Infarto no-Q 1. Artefactos de registro
2. Necrosis localizada en: 2. Variantes de normalidad (VL en corazón vertical y DIII
Aurículas en corazón dextrorrotado y horizontalizado)
Pared posterior 3. QS en V1 (casi nunca V2) en fibrosis septal, enfisema,
Ventrículo derecho anomalías torácicas, etc.
Zona de despolarización tardía 4. Algunos tipos de crecimiento ventricular derecho
3. Onda Q enmascarada (cor pulmonale agudo o crónico, etc.) o izquierdo
En pacientes con marcapasos (miocardiopatías, etc.)
Síndrome de Wolff-Parkinson-White 5. Trastorno de conducción ventricular izquierdo, Wolff-
Bloqueo ventricular Parkinson-White tipos II y III
6. Cardiopatías congénitas (anomalías coronarias, dextrocardia)

ocurre en V1 y V2 en caso de necrosis transmural posterior Otros tipos de necrosis. El infarto no-Q presenta alteracio-
por imagen especular). La explicación de la onda “q” de ne- nes de la repolarización (descenso del ST y/o T negativa) sin
crosis puede realizarse a partir de la teoría de la ventana onda Q patológica (fig. 3.46) (véase Cardiopatía isquémica).
eléctrica de Wilson o de la formación de un vector de necro- Actualmente se sabe que muchos de los infartos subendocár-
sis. El vector de necrosis es igual en magnitud, pero de direc- dicos presentan “q” de necrosis.
ción opuesta, al generado normalmente por el área necrosa- La necrosis de las zonas de despolarización tardía, la ne-
da (fig. 3.45) y, por esta razón, cambia el sentido del inicio crosis auricular y la necrosis de ventrículo derecho suelen
de la despolarización ventricular, siempre y cuando el área siempre acompañar a la necrosis de otras zonas del miocar-
necrosada se despolarice dentro de los primeros 40 mseg de dio. En la fase aguda del infarto es cuando deben valorarse
activación ventricular (que es lo que ocurre con la mayor las anomalías de la segunda mitad del QRS y de la onda P o
parte del ventrículo izquierdo, excepto partes posterobasa- el ascenso del ST en precordiales derechas, para sospechar,
les) (véase más adelante). respectivamente, la extensión de la necrosis en las zonas an-
Si la zona necrosada es la posterior, la “q” de necrosis se tes mencionadas.
registra en las derivaciones de la espalda, y en V1 y V2 se ob- Como ya se ha señalado, la necrosis posterior no origina
serva la imagen especular en forma de R alta o, por lo me- onda “q” de necrosis en el ECG convencional (origina “q” de
nos, evidente. La necrosis posterior aislada es rara; suele necrosis en las derivaciones de la espalda, que se ven como
acompañar a necrosis inferior. Ésta, sin embargo, puede ser R alta en V1 y/o en V2). Sin embargo, aunque pueden existir
aislada (q en DII, DIII, y aVF). Si la necrosis es lateral, la “q” necrosis posteriores aisladas, lo más probable es que se aso-
de necrosis se ve en DI, aVL o V5 y V6 o ambas; puede verse cie a necrosis inferior o lateral.
aislada o asociada a necrosis inferior y/o posterior y/o ante-
rior. Si es anteroseptal, de V1 a V4 (en V1 y V2 si es sólo sep- Necrosis en presencia de trastorno de conducción ventricular,
tal). En la práctica suelen verse infartos que afectan la cara preexcitación o marcapasos
inferior o inferoposterior (fig. 3.42 A) o la cara anterior o an- En ocasiones no hay “q” patológica, pero en otras sí, por
teroseptal (fig. 3.42 B). La cara lateral puede participar en un lo que no siempre pueden considerarse formando parte de
infarto de las dos zonas, de acuerdo con el tipo de predomi- las necrosis expuestas en la tabla 3.13.
nio de la circulación coronaria.
Necrosis en presencia de bloqueo ventricular derecho
Diagnóstico diferencial de la onda Q patológica. Aun- global avanzado. En este caso, al ser normal la activación
que la especificidad de la onda Q patológica para diagnosti- cardíaca en su inicio, no se produce, si se asocia necrosis, al-
car necrosis miocárdica es bastante alta, hay que tener en teración de la primera parte del QRS y se observa, por tanto,
cuenta que en otros procesos pueden verse ondas Q pareci- la “q” de necrosis, igual que en el caso de conducción intra-
das o iguales. El diagnóstico de infarto de miocardio agudo ventricular normal.
se basa, además del ECG, en la clínica y en la valoración de
los cambios enzimáticos. La presencia de imagen de isque- Necrosis en presencia de bloqueo ventricular izquierdo
mia o lesión acompañante a la onda Q patológica apoya que global avanzado. En este caso, el inicio de la despolariza-
ésta se debe a cardiopatía coronaria, aunque en el 5-25% ción ventricular se realiza en la parte próxima a la base del
de los infartos (en un porcentaje superior en casos de infa- músculo papilar anterior del ventrículo derecho, lo que origi-
rto diafragmático) desaparece la onda Q con el tiempo, por na un vector 1 de despolarización dirigido hacia delante,
lo que su sensibilidad para detectar infarto antiguo no es abajo y a la izquierda. Después se produce la despolariza-
muy alta. ción transeptal del ventrículo izquierdo, originándose los
Las principales causas de onda Q patológica no debida a vectores 2, 3 y 4. Por esta razón, aunque se necrosen zonas
necrosis miocárdica se detallan en la tabla 3.14. importantes del ventrículo izquierdo, no suele modificarse la

449
CARDIOLOGÍA

dirección global de los vectores, que continúan dirigiéndose Necrosis en presencia de preexcitación tipo WPW. En la
de derecha a izquierda, impidiendo a menudo la inscripción fase aguda se basa en las alteraciones de la repolarización.
de una “q” de necrosis. Los criterios clásicos, elaborados en En la fase crónica es muy difícil, y a veces imposible, asegu-
gran parte por la Escuela Mexicana, que permiten sugerir el rar la asociación de necrosis más WPW, cuando la preexcita-
diagnóstico de esta asociación, son los siguientes: ción es fija. Pueden sugerirlo determinadas alteraciones de la
Infarto septal o anteroseptal. Onda “q” en DI, V1 y V5-V6, r repolarización.
decreciente de V1-V2 a V3-V4, rsR en DI, V5-V6 y empastamien-
tos en la onda S en V2, V3. Necrosis en presencia de marcapasos. También en este
Infarto anterior o anterolateral. RS con S empastada en V6 caso en la fase aguda la presencia de importantes alteracio-
(raro). nes de la repolarización sugiere necrosis. En la fase crónica
Infarto inferior. “q” de necrosis en DII, DIII y aVF, sobre puede ser de utilidad la presencia de morfología “qR” que si-
todo si la morfología es QR o Qr. gue a la espícula, sobre todo si se ve en V5, V6.
Se ha demostrado que la sensibilidad y la especificidad de
estos signos son bajas, sobre todo fuera de la fase aguda. Su
valor aumenta cuando se presentan en pacientes coronarios. Bibliografía especial
Necrosis en presencia de hemibloqueo. BAYÉS DE LUNA A, CLADELLAS M, OTER R, TORNER P, GUINDO J, MARTÍ V et
1. Las situaciones en las que el hemibloqueo superoante- al. Interatrial conduction block and retrograde activation of the
left atrium and paroxysmal supraventricular tachyarrhythmias. Eur
rior puede enmascarar la necrosis son las siguientes: Heart J 1988; 9: 1.112.
Infarto inferior pequeño. En este caso, el vector inicial (vec- BAYÉS DE LUNA A, TORNER P, OTER R, OCA F, GUINDO J, RIVERA I et al.
tor 1) puede estar respetado y, al dirigirse más hacia abajo Study of the evolution of masked bifascicular block. PACE 1989;
de lo normal, por el hemibloqueo superoanterior, puede en- 11: 1.517.
mascarar al vector de necrosis del infarto inferior. El VCG es DURRER D, VAN DAM R, FREUD G, JANSE M, MEIJLER F, ARZBAECHER R. Total
decisivo para aclarar esta duda. excitation of the isolated human heart. Circulation 1970; 41: 899.
Infarto lateral. La asociación con hemibloqueo superoante- GERSH B, RAHIMTOOLA SH. Acute myocardial infarction. Nueva York,
rior disminuye la imagen de necrosis en aVL y, a veces, en DI Elsevier, 1991.
HERNÁNDEZ PADIAL L. Usefulness of total 12-lead QRS voltage for deter-
al convertir la morfología QS en QR. mining the presence of left ventricular hypertrophy in systemic hy-
2. Las situaciones más importantes en las que el hemiblo- pertension. Am J Card 1991; 68: 261-262.
queo posteroinferior puede enmascarar una imagen de ne- HORAN LG, FLOWERS NC. Electrocardiography and vectorcardiography.
crosis son las siguientes: En: BRAUNWALD E (ed). Heart disease. Filadelfia, WB Saunders,
Infarto inferior. La asociación con un hemibloqueo poste- 1980; 198.
roinferior disminuye y llega a enmascarar la imagen de ne- LEVY D, SHERIF L, ANDERSON K, CHRISTIANSEN J, KANNEL W, CASTELLI W. De-
crosis al convertir la morfología QS o Qr de DII, DIII y aVF en terminants of sensitivity and specificity of ECG criteria for left ven-
QR o qR. tricular hypertrophy. Circulation 1990; 81: 815.
SCHLANT R. Chairman of Committee of Electrocardiography of Task
Infarto lateral poco extenso. Si el vector inicial (vector 1) force ACC/AHA. Guideliness for electrocardiography. Circulation
está respetado, al dirigirse más hacia arriba de lo normal por 1991; 85: 1.221.
el bloqueo inferoposterior, puede enmascarar al vector de SPODICK DH. Acute pericarditis: ECG changes. Prim Care 1982; 8: 78.
necrosis del infarto, originando una positividad inicial en DI SURAWICZ B. Relationship between electrocardiogram and electroly-
y aVL, aunque generalmente empastada. tes. Am Heart J 1967; 73: 814.

Métodos incruentos de exploración cardíaca


J.C. Paré Bardera, J. Candell Riera, J. Castell Conesa y E. Marín Huerta

Ecocardiografía-Doppler* de catéteres en el sistema vascular, por lo que se las denomi-


na técnicas incruentas. Su rápido desarrollo ha sido paralelo
al de la informática, lo que ha permitido una exactitud cada
Introducción vez mayor, incluso, en algunas enfermedades, superior a la
El estudio hemodinámico y angiográfico del sistema car- del cateterismo cardíaco, todo ello, causando molestias mí-
diovascular era considerado, hasta hace pocos años, como nimas o nulas para los pacientes. Entre estas técnicas
el único exacto y concluyente en el diagnóstico de la mayo- incruentas destacan la ecocardiografía Doppler, las técnicas
ría de las cardiopatías. La precisión de esta técnica en la de- isotópicas o de cardiología nuclear, la tomografía de transmi-
terminación de las presiones cardíacas, el gasto cardíaco y sión, la resonancia magnética, la prueba de esfuerzo y la mo-
las regurgitaciones valvulares es bien conocida, por lo que nitorización continua del ECG por el sistema Holter.
no se admitía que ningún paciente fuera operado si no se ha- Las técnicas radiológicas ya se han descrito en el capítulo
bía practicado previamente un cateterismo cardíaco. Sin em- correspondiente. El ECG y la radiografía simple de tórax,
bargo, las indudables ventajas del procedimiento se hallan aunque en un sentido estricto son técnicas incruentas, dada
parcialmente contrarrestadas por su carácter cruento y su su simplicidad, actualmente se considera que forman parte
morbilidad, que, aunque mínima, dificulta su repetición de de la exploración básica de los pacientes y se estudian en un
forma seriada. capítulo aparte.
En los últimos años se han desarrollado diversas técnicas La ecocardiografía es una técnica incruenta que permite
de exploración cardíaca que no requieren la introducción observar las estructuras cardíacas y estudiar su función me-
diante la utilización de ultrasonidos. Como veremos más
adelante, con esta denominación se incluyen varias modali-
*J.C. Paré Bardera. dades que se complementan y que han hecho de la técnica

450
MÉTODOS INCRUENTOS DE EXPLORACIÓN CARDÍACA

un instrumento indispensable en la evaluación integral del cuencia de varios kHz, se denomina frecuencia de repetición
paciente cardiópata al facilitar, en la mayoría de las enferme- de impulsos (PRF), que no debe confundirse con la frecuen-
dades, el diagnóstico rápido y la valoración de la estabilidad cia de emisión de los ultrasonidos en cada impulso que es
o progresión del proceso durante el seguimiento. La informa- de MHz.
ción que se consigue con ecocardiografía, antes sólo podía
obtenerse con el cateterismo cardíaco, y una parte de dicha
información ningún procedimiento era capaz de aportarla.
Ecocardiografía modo M, bidimensional y Doppler
Entre sus rasgos característicos y que la hacen más atracti- Existen tres modalidades de aplicación de los ultrasonidos
va como método diagnóstico destaca el hecho de que no se para el estudio del corazón y los grandes vasos. La primera es
ha descrito ningún efecto adverso con los niveles de energía la ecocardiografía de una dimensión para interfases en movi-
utilizados: entre 2 y 7 MHz. La inocuidad, unida a su natura- miento, denominada modo M, que consiste en dirigir el haz
leza incruenta, facilita su aplicación con fines diagnósticos o de sonido hacia las estructuras cardíacas y así recoger imáge-
de investigación sobre grandes grupos de población. Sus li- nes de los ecos reflejados. El tiempo transcurrido desde la
mitaciones derivan de la mala transmisión del ultrasonido emisión del sonido hasta la recepción del eco se convierte en
por el aire, lo que dificulta la obtención de una buena cali- una representación gráfica de las distancias entre cada inter-
dad de imagen en los pacientes afectos de neumopatías cró- fase y el transductor. Si se desplaza el haz de sonido a través
nicas. Esta limitación se ha soslayado con la aplicación de la de un sector efectuando un barrido similar al que realiza una
técnica a través de transductores que se introducen por vía pantalla de radar, se obtiene la segunda modalidad denomi-
transesofágica para aprovechar la íntima relación entre el nada ecocardiografía bidimensional o eco-2D, que permite el
esófago y la víscera cardíaca. Sin embargo, hay que tener estudio de la anatomía cardíaca por planos y en movimiento
presente que se trata de una técnica que depende del opera- real. Si se analizan no uno sino múltiples planos de corte y la
dor y, por tanto, la calidad del examen estará determinada información obtenida se almacena de forma digital y se mani-
en gran parte por la habilidad y la experiencia del observa- pula con segmentación de las imágenes obtenidas, es posible
dor, que debe estar muy familiarizado con la anatomía car- obtener una representación tridimensional que aún no está
díaca, con la afección objeto de la exploración y con las disponible en los equipos comerciales.
imágenes que se obtienen. Las dos técnicas descritas deben considerarse comple-
mentarias en la valoración global del corazón. Así, aunque el
estudio con modo M tiene la limitación de la falta de resolu-
Propiedades físicas de los ultrasonidos ción lateral y de la escasa orientación espacial de las estruc-
El sonido es una vibración mecánica en un medio físico, turas, su resolución axial es excelente y proporciona una
como el aire o el agua, que cuando estimula el órgano del imagen de límites precisos que permite efectuar medidas
oído produce la sensación de audición. Los ultrasonidos son muy exactas de las distancias entre interfases. Por ello, conti-
ondas de sonido con frecuencias superiores a 20.000 núa utilizándose para determinar las dimensiones de las ca-
ciclos/seg que sobrepasan las que puede detectar el oído hu- vidades, los espesores de las paredes del ventrículo izquier-
mano (1 ciclo/seg = 1 Hz). Se generan por la estimulación do por las que atraviesa y analizar sus movimientos durante
eléctrica de cristales piezoeléctricos que se hallan situados el ciclo cardíaco, al igual que el de las estructuras valvulares.
en los transductores que se aplican al tórax para realizar la De estas dimensiones se pueden derivar cálculos, como los
exploración. Las sustancias piezoeléctricas tienen la capaci- volúmenes y la masa del ventrículo izquierdo, que, en ausen-
dad de convertir la energía eléctrica en energía vibratoria de cia de alteraciones de la motilidad segmentaria y con un re-
la misma frecuencia, y viceversa; por lo tanto, el transductor gistro de buena calidad, han demostrado tener buena corre-
actúa como emisor y como receptor de ultrasonidos. lación anatómica.
Éstos presentan características que los hacen muy útiles La técnica bidimensional, en cambio, proporciona imáge-
en su aplicación como método de diagnóstico, así: nes de casi todas las estructuras cardíacas y una excelente
1. Pueden ser dirigidos en forma de haz. orientación espacial debido a la buena resolución lateral,
2. Son reflejados por estructuras de pequeño tamaño y pero con menor resolución axial. Los aparatos de ecocardio-
muy próximas entre sí. grafía obtienen los registros de modo M a través de la imagen
3. Siguen las leyes de la óptica en lo que se refiere a la eco-2D y la muestran al unísono.
transmisión, reflexión y refracción. Cuando atraviesan un La técnica de Doppler, aplicación del efecto descrito por
medio homogéneo lo hacen en línea recta y cuando cruzan el físico austríaco Johann Christian DOPPLER de mediados del
la interfase entre dos medios con diferente impedancia acús- siglo pasado, registra el cambio de frecuencia que experi-
tica (producto de la densidad por la velocidad del sonido menta el sonido transmitido al reflejarse con el objeto en mo-
en un medio) una parte de ellos se refleja. La cantidad de so- vimiento, en este caso las partículas sanguíneas.
nido reflejado dependerá de la impedancia de los medios La dirección y la velocidad del flujo sanguíneo se calculan
atravesados y del ángulo de incidencia del haz de sonido, de mediante la ecuación que las relaciona con la dirección y la
forma que, cuanto más se aproxime a 90°, mayor será la re- magnitud del cambio de frecuencia del sonido y con el cose-
flexión. no del ángulo formado entre la dirección de éste y el flujo
La velocidad de propagación depende de la densidad y de sanguíneo estudiado.
las propiedades elásticas del medio que cruzan y, por ello, se Cuando la dirección del flujo sanguíneo y la del haz de ul-
transmiten con mayor rapidez al atravesar un tejido que por trasonidos forman un ángulo, se produce una subestimación
el aire. Para los tejidos blandos del cuerpo humano dicha ve- de la velocidad calculada por el análisis Doppler que, por
locidad es bastante constante y se considera de 1.540 m/seg. ejemplo, a 20° es del 6% y con un ángulo de 60° llega a ser
Así, midiendo el tiempo que transcurre desde la emisión del del 50%.
sonido hasta la recepción del eco, puede conocerse la dis- Si el análisis Doppler se efectúa con la estimulación de un
tancia a la que se halla el objeto estudiado, considerando solo cristal que actúa de emisor y de receptor y se analizan
una velocidad de propagación uniforme. La energía eléctrica los ecos reflejados desde una distancia determinada del
alcanza el transductor de forma que el cristal emite ultrasoni- transductor, constituye la modalidad de Doppler denomina-
dos con intervalos muy breves y no de forma continua. Así, da de onda pulsada, que tiene la propiedad de poder locali-
en los ecógrafos comerciales la duración de un impulso de zar la señal en cualquier punto del corazón y el inconvenien-
ultrasonidos es de 1 µseg y, a continuación, el transductor se te de no lograr el estudio de velocidades de flujo elevadas al
convierte en receptor y espera el retorno de los ecos refleja- estar limitado por la frecuencia de repetición de impulsos. La
dos durante un tiempo hasta 1.000 veces superior; de esta otra modalidad más antigua y más simple es la denominada
forma, no hay interferencia con los siguientes impulsos. El Doppler continuo. En ella se utilizan dos cristales, uno que
proceso de emisión-recepción, que se repite con una fre- emite de forma continua y otro que recibe simultáneamente

451
CARDIOLOGÍA

los ecos provenientes de toda la profundidad por la que atra- tensidad de las estenosis valvulares y semicuantificar las
viesan los ultrasonidos. No tiene, por tanto, resolución en insuficiencias, para la determinación de las presiones intra-
profundidad, pero en cambio puede determinar las altas ve- cavitarias y para la valoración de la función ventricular iz-
locidades producidas en las válvulas estenóticas o regurgi- quierda.
tantes. La determinación de gradientes transvalvulares se realiza
Con el avance de la electrónica y de la capacidad de los con técnica de Doppler continuo, ya que la mayoría de las
ordenadores ha sido posible desarrollar una modalidad de velocidades generadas en una estenosis escapan a las posibi-
Doppler pulsado, que se introdujo en los equipos de ecocar- lidades del Doppler pulsado, y la semicuantificación de las
diografía bidimensional en los primeros años de la década regurgitaciones se efectúa con la modalidad de Doppler co-
de los ochenta y que se conoce como Doppler codificado lor. El examen se obtiene desde las mismas ventanas de ac-
en color o también Doppler color. Consiste en el análisis, no ceso que la eco-2D y se guía, si es posible, por los mapas de
de un volumen de muestra, sino de múltiples volúmenes de flujo de color para lograr una buena alineación entre el haz
muestra en cada una de las líneas del sector de imagen bidi- de ultrasonidos y el flujo que se va a analizar. La relación en-
mensional y codifica la dirección y la velocidad del flujo en tre la velocidad de los flujos y el gradiente de presión que se
color, con una representación en forma de mapa de colores establece entre los extremos en una estenosis está determina-
en el interior de la imagen. Convencionalmente, el flujo lami- da por la ecuación de Bernoulli, cuya formulación simplifica-
nar que se acerca al transductor se representa en rojo, y el da es la siguiente:
flujo que se aleja en azul. Los flujos turbulentos aparecen
como mezcla de colores rojo, azul, amarillo y verde, que pro- P1 – P2 = 4v2
porcionan una característica imagen en “mosaico”, cuya de-
tección significa que el espectro de velocidades es muy am- donde P1 – P2: gradiente de presión a los dos lados de una es-
plio y que las partículas tienen múltiples direcciones. tenosis (en mmHg) y v: velocidad del flujo (en m/seg).
Adolece de las mismas limitaciones que el Doppler pulsa- La técnica de Doppler color completa el examen ecocar-
do, pero tiene la gran ventaja de facilitar la detección de flu- diográfico con la detección rápida y sensible de los flujos
jos anómalos por la rapidez de examen y por la mejor resolu- anómalos, tanto debidos a regurgitaciones valvulares como a
ción espacial, además de ofrecer la posibilidad de ver el cortocircuitos intracavitarios, además de ayudar, como se
flujo sanguíneo en el corazón, a través de las válvulas y en acaba de mencionar, en la alineación del Doppler continuo
los grandes vasos, todo ello en movimiento real. con el chorro de estenosis.
La aplicación de las tres modalidades de Doppler hasta
aquí descritas ha significado un verdadero avance en el estu-
dio y la valoración de las cardiopatías de manera incruenta
Aplicaciones clínicas
por la posibilidad de obtener una información antes reserva-
da al estudio hemodinámico. Valvulopatías
La ecocardiografía ha demostrado ampliamente su utili-
dad en las valvulopatías al confirmar la sospecha clínica y
Examen ecocardiográfico cuantificar la importancia de las lesiones.
La exploración ecocardiográfica, para la que no se requie-
re preparación alguna, se inicia con el paciente en ligero de- Estenosis mitral. La estenosis mitral reumática, que fue de
cúbito lateral izquierdo para acercar el corazón a la pared las primeras valvulopatías estudiadas por ecocardiografía,
torácica, con el tronco elevado unos 30°. Se aplica el trans- puede diagnosticarse con precisión al apreciar la fusión de
ductor sobre la piel en las zonas denominadas “ventanas sus comisuras y el engrosamiento de los velos de la válvula
acústicas”, que son las regiones del tórax desde las que pue- que se arquean al abrirse en diástole (fig. 3.47 A). Se ha de-
de alcanzarse el corazón sin interposición del aire de los pul- mostrado una buena correlación de la planimetría del orifi-
mones, como el borde parasternal izquierdo en los espacios cio de apertura en el plano parasternal transversal con el
intercostales tercero a quinto (ventana parasternal), el punto área determinada en el estudio hemodinámico a través de la
de máximo impulso del ápex ventricular izquierdo (ventana fórmula de Gorlin. Además, las características morfológicas
apical) y el espacio subcostal (ventana subcostal o subxifoi- de la válvula y del aparato subvalvular evaluadas por eco-2D
de). Cuando el examen transtorácico es impracticable o exis- han demostrado ser el mejor factor predictivo del resultado
te una indicación específica se utiliza la ventana transesofá- de la valvuloplastia mitral percutánea. De igual forma, el gra-
gica, que consiste en introducir por la boca un fibroscopio diente medio determinado por Doppler se correlaciona bien
con un pequeño transductor montado en su extremo, que rea- con el obtenido simultáneamente en el cateterismo cardía-
liza las mismas modalidades de ecocardiografía que los co. La valoración de su gravedad se completa con la determi-
transtorácicos. A través del esófago y de la cámara gástrica, nación del área mitral a través de la caída del gradiente
el acceso del ultrasonido al corazón es idóneo puesto que la transvalvular tras la apertura valvular. La disminución del
proximidad permite utilizar transductores de altas frecuen- gradiente a la mitad, o tiempo de hemipresión (THP), guarda
cias (5 MHz), con lo que la resolución mejora, además de no una estrecha relación con el orificio mitral (fig. 3.47 B). Esta
haber interposición aérea. Para esta técnica sí se requiere medida ha sido validada por numerosos estudios que han
preparación, puesto que el paciente debe permanecer en demostrado que su valor no es influido en situaciones en las
ayunas unas 4-6 h antes de realizarse. que varía el flujo a través del orificio estenótico. Sólo existen
El examen ecocardiográfico se basa en la aplicación de dos situaciones en las que su valor puede ser inexacto: en los
las tres técnicas descritas con el fin de obtener la informa- casos con insuficiencia aórtica importante asociada e inme-
ción más completa posible. Para ello se sigue un orden meti- diatamente después de la valvuloplastia mitral.
culoso que incluye la obtención por modo M, guiado por la
imagen bidimensional, de las dimensiones de las cavidades Estenosis aórtica. La estenosis aórtica tanto congénita
ventriculares y de la aurícula izquierda, los grosores del tabi- como del adulto, al igual que otras causas de obstrucción
que y de la pared posterior del ventrículo izquierdo y el diá- del tracto de salida del ventrículo izquierdo, como las este-
metro transversal de la aorta. La eco-2D da una visión anató- nosis aórticas subvalvulares fijas, se diagnostican con preci-
mica desde los distintos planos de estudio y analiza la sión por eco-2D, pero la cuantificación de su importancia se
morfología y la dinámica de las cavidades cardíacas y de las realiza también por Doppler. En esta afección es importante
válvulas, a la vez que informa de la existencia de masas intra- asegurar una buena alineación entre el haz de ultrasonidos y
cavitarias y de derrame pericárdico, como veremos a conti- el chorro de estenosis para no subestimar la velocidad, como
nuación. La exploración continúa con la aplicación de la se expresó anteriormente. Sin embargo, el gradiente transval-
técnica de Doppler, que resulta muy útil para evaluar la in- vular aislado no permite una correcta evaluación de la inten-

452
MÉTODOS INCRUENTOS DE EXPLORACIÓN CARDÍACA

A
Fig. 3.48. Imagen obtenida desde el plano apical longitudinal con
estudio de Doppler color y tomada al final de la diástole en un pacien-
te con insuficiencia aórtica. Puede observarse un flujo turbulento (pa-
trón “mosaico”) en el tracto de salida del ventrículo izquierdo (VI) que
se une al flujo transmitral (con predominio de color rojo). AI: aurícula
izquierda; AO: aorta.

sensibilidad y una especificidad próximas al 100% la presen-


cia de insuficiencia mitral por la aparición de un flujo turbu-
lento en el punto de cierre de la válvula y en el interior de la
aurícula izquierda en sístole. La valoración del grado de insu-
ficiencia se efectúa básicamente a través de la cuantificación
del área de turbulencia en diversos planos. Este método es
sólo semicuantitativo y tiene diversas limitaciones, como la
de los chorros que se “pegan” a la pared de la aurícula que
tienden a ser subestimados o cuando se trata de valorar re-
gurgitaciones de prótesis en posición mitral por vía transtorá-
B cica. Recientes trabajos han demostrado la exactitud en la
Fig. 3.47. A. Eco-2D, plano parasternal longitudinal de una esteno- valoración del grado de insuficiencia mitral mediante el
sis mitral. Se observa el engrosamiento del borde libre de ambas val- cálculo del volumen y de la fracción regurgitante por Dop-
vas de la mitral y el arqueamiento en cúpula diastólica de la valva an- pler combinado con eco-2D y también por el análisis me-
terior (flecha), característico de esta afección. Es también llamativa la diante Doppler pulsado del flujo de las venas pulmonares en
dilatación de la aurícula izquierda (AI). AO: aorta; VI: ventrículo iz- el examen transesofágico.
quierdo. B. Registro de Doppler continuo de las velocidades del flujo a
través de una estenosis mitral desde la posición apical del transductor
guiado por la imagen bidimensional (imagen superior derecha). Pue- Insuficiencia aórtica. La insuficiencia aórtica se detecta por
de apreciarse un aumento de la velocidad diastólica inicial, con una Doppler con la misma sensibilidad que la insuficiencia mi-
caída lenta y progresiva, lo que origina una prolongación del tiempo tral, al aparecer un flujo diastólico turbulento en el punto de
de reducción a la mitad del gradiente de presión calculado a partir de cierre de la válvula y en el interior del ventrículo izquierdo
dicha velocidad. Su valor es de 237 mseg, lo que corresponde a un (fig. 3.48). Su grado puede estimarse mediante la planimetría
área efectiva de 0,98 cm2. del flujo turbulento que se detecta por Doppler color en el
área subvalvular aórtica.
Recientemente se ha descrito la determinación del volu-
sidad de la estenosis al depender del flujo transvalvular y, al men regurgitante mediante Doppler y eco-2D, con muy bue-
igual que en la estenosis mitral, se debe conocer el área val- na correlación con los cálculos hemodinámicos.
vular. Ésta se obtiene de la combinación de datos obtenidos Sobre sus causas proporciona información el eco-2D, que
del examen eco-2D y de Doppler, por la “ecuación de conti- estudia la válvula y confirma si es bicúspide, si existe calcifi-
nuidad”, principio que establece que en sístole el volumen cación, imágenes de vegetaciones o dilatación de la raíz. El
de flujo sanguíneo que atraviesa el tracto de salida del ven- diagnóstico de aneurisma disecante de aorta, difícil por vía
trículo izquierdo es el mismo que el que atraviesa la válvula transtorácica, se ha mejorado notablemente con la técnica
aórtica. Así, el producto del área del tracto de salida del ven- transesofágica, que ofrece excelentes imágenes de la aorta
trículo izquierdo por la velocidad en dicho punto equivale en cortes transversales (fig. 3.49) y longitudinales, tanto de la
al producto del área valvular aórtica por la velocidad a tra- porción ascendente como de la descendente torácica con
vés de la válvula (A1 × V1 = A2 × V2). Los términos de la prime- los modernos transductores “multiplano”.
ra parte de la ecuación pueden conocerse por eco-2D y Dop-
pler pulsado, y la velocidad a través de la estenosis por Valvulopatía tricúspide. La afección tricúspide se estudia
Doppler continuo, por lo que sólo queda por despejar el área con precisión por ecocardiografía y se utiliza: a) para el diag-
valvular. La correlación con los valores obtenidos por catete- nóstico de su afectación reumática, del que puede derivarse
rismo aplicando la fórmula de Gorlin es muy buena. una actuación quirúrgica; b) para descartar la existencia de
vegetaciones, y c) para valorar la presencia de insuficiencia,
Insuficiencia mitral. Se diagnostica mediante la técnica de muy frecuente en la población normal y más en cualquier
Doppler, puesto que la ecocardiografía modo M y eco-2D in- otra forma de cardiopatía. Esta elevada prevalencia permite
forman sobre las causas y los mecanismos que la provocan, el cálculo de la presión sistólica en el ventrículo derecho
como la afectación reumática, la cardiopatía isquémica, las que sólo es posible si existe insuficiencia tricúspide. La dife-
miocardiopatías y el prolapso de sus valvas, pero no sobre su rencia de presiones que se establece entre el ventrículo dere-
presencia y su gravedad. El Doppler color detecta con una cho y la aurícula derecha en sístole se determina a través de

453
CARDIOLOGÍA

nido y detecta la presencia de regurgitaciones, sea por pe-


queñas fugas periprotésicas o por dehiscencias del anillo de
implantación. También puede diagnosticar la trombosis pro-
tésica, que es otra causa de disfunción, como el caso mostra-
do en la figura 3.50.

Miocardiopatías
El ecocardiograma proporciona datos anatómicos y de
función ventricular, por lo que tiene gran valor en el diagnós-
tico y el seguimiento de las miocardiopatías.
La miocardiopatía dilatada se caracteriza por dilatación
del ventrículo izquierdo, que adopta una forma esferoidal
con paredes de grosor normal y contractilidad difusamente
reducida. En casos avanzados pueden aparecer signos de
bajo gasto cardíaco, como escasa apertura de las sigmoides
aórticas.
La miocardiopatía hipertrófica muestra un aumento del gro-
sor de las paredes del ventrículo izquierdo, que puede ser lo-
Fig. 3.49. Ecocardiograma transesofágico de un paciente con aneu- calizado o difuso, con su cavidad de tamaño normal o redu-
risma disecante de aorta en el que se observa un corte transversal de
la aorta descendente con la íntima desprendida (flecha). El estudio cido y con parámetros de función sistólica normales o
con Doppler-color descubre un punto de entrada en la falsa luz por un aumentados. La existencia de una obstrucción dinámica in-
flujo turbulento (punta de flecha) que comunica la verdadera luz (V) traventricular se identifica por la aparición de un movimien-
con la falsa luz (F). to anómalo de la valva anterior de la mitral, que se desplaza
hacia el tabique en sístole, conocido como movimiento sistó-
lico anterior. El gradiente provocado por este movimiento se
puede medir con Doppler y ofrece un registro característico
la velocidad del chorro de insuficiencia tricúspide. Si se esti- con aumento de la velocidad del flujo, que se acelera a me-
ma la presión de la aurícula derecha por exploración física, dida que avanza la sístole y cuyas variaciones pueden apre-
es posible conocer la presión sistólica del ventrículo derecho ciarse con maniobras de provocación como la de Valsalva.
que, en ausencia de estenosis pulmonar, es la misma que la La miocardiopatía restrictiva, más infrecuente que las ante-
presión sistólica de la arteria pulmonar. riores, se caracteriza por un ventrículo izquierdo de tamaño
y motilidad normales y un grosor por lo general aumentado,
Prótesis valvulares con un movimiento del tabique que se desplaza bruscamen-
El examen ecocardiográfico se utiliza para evaluar la fun- te al inicio de la diástole dibujando una hendidura similar a
ción de las prótesis, a la vez que permite su seguimiento. la que se puede observar en la constricción pericárdica.
En cualquier tipo de prótesis es posible la determinación de
los gradientes transprotésicos y de las áreas efectivas, por los Cardiopatía isquémica
métodos previamente descritos para las válvulas nativas. En La oclusión de una arteria coronaria va seguida por el
las prótesis biológicas es posible estudiar su morfología, que cese inmediato de la contracción en la zona de miocardio
puede variar con su degeneración, a la vez que aumenta el irrigada por dicha arteria. En esta observación se basa la utili-
gradiente transvalvular. De las prótesis mecánicas se puede zación de las anomalías de la motilidad segmentaria analiza-
analizar el movimiento del oclusor mediante modo M y eco- das por ecocardiografía como un marcador temprano y sen-
2D, pero sus componentes originan intensas reverberaciones sible de la isquemia miocárdica, tanto en el infarto agudo de
que dificultan la exploración desde algunas ventanas transto- miocardio como en los episodios de isquemia transitoria pro-
rácicas al enmascarar la señal de Doppler en las zonas don- vocada por el ejercicio o por fármacos. Así, las dos caracte-
de se interponen estructuras metálicas. La exploración trans- rísticas que definen la isquemia miocárdica son: la disminu-
esofágica, al estudiar las prótesis desde la aurícula izquierda, ción de la amplitud y de la velocidad de excursión del
evita la “sombra” que producen a la transmisión del ultraso- endocardio y la pérdida del engrosamiento sistólico, que
pueden analizarse con gran precisión por modo M y menos
mediante eco-2D, que es la modalidad que examina las cavi-
dades ventriculares desde múltiples planos anatómicos, pero
que no siempre consigue buena calidad de imagen en este
grupo de población. Sin embargo, los estudios realizados en
el infarto agudo de miocardio han demostrado que los pa-
cientes con menos alteraciones de la motilidad analizada
por eco-2D tienen mejor pronóstico, tanto en la fase precoz
como durante el primer año de seguimiento.
La ecocardiografía combinada con la técnica de Doppler
desempeña un papel esencial en el diagnóstico de las com-
plicaciones mecánicas del infarto agudo de miocardio, pues-
to que a su disponibilidad en la unidad coronaria se añaden
la rapidez y la facilidad de diagnóstico de dichas complica-
ciones, que requieren por lo general tratamiento quirúrgico
urgente. La principal de ellas y causa de un elevado número
de muertes es la rotura miocárdica, sea ésta de la pared libre,
del tabique interventricular o del músculo papilar. Pero tam-
bién es útil en la detección de aneurismas o de seudoaneu-
rismas y de trombos que requieren el tratamiento anticoagu-
lante para reducir el riesgo de embolias. Los trombos
Fig. 3.50. Trombosis de una prótesis biológica en posición mitral.
Pueden apreciarse dos trombos (flechas) en las superficies auricular, intraventriculares están presentes en el 25-30% de los infartos
protruyendo en la aurícula izquierda, y ventricular de la bioprótesis anteriores y se diagnostican al observar una masa densa ad-
que ocasiona una disfunción protésica al interferir en su apertura. AI: herida al endocardio de zonas acinéticas, habitualmente
aurícula izquierda; AO: aorta; VI: ventrículo izquierdo. desde los planos apicales (fig. 3.51). Pueden ser laminares o

454
MÉTODOS INCRUENTOS DE EXPLORACIÓN CARDÍACA

Fig. 3.52. Derrame pericárdico que rodea toda la silueta cardíaca y


Fig. 3.51. Gran trombo protruyente (flecha) adherido al ápex del comprime la aurícula derecha (flecha), lo que traduce cierto compro-
ventrículo izquierdo (VI) de un paciente con infarto agudo de miocar- miso hemodinámico. DP: derrame pericárdico; VD: ventrículo dere-
dio anterior, visto por eco-2D desde un plano apical de las cuatro cavi- cho; VI: ventrículo izquierdo.
dades. AD: aurícula derecha; AI: aurícula izquierda; VD: ventrículo de-
recho.

protruyentes y, éstos, fijos o móviles, atribuyéndose a estos


últimos mayor capacidad embolígena.

Enfermedades del pericardio


La ecocardiografía es la técnica más útil en la detección
de derrame pericárdico. El eco-2D informa de su distribución
en el saco pericárdico (fig. 3.52) y de su gravedad y permite
la distinción con el derrame pleural, a la vez que es de utili-
dad en la valoración clínica del taponamiento cardíaco, ya
que éste no existe si no hay derrame pericárdico y si, ade-
más, no provoca compresión de cavidades derechas. De los
signos descritos en el taponamiento, el colapso diastólico
mantenido del ventrículo derecho es el más fidedigno, aun-
que puede faltar en casos de derrame localizado por adhe-
rencias.
El diagnóstico de constricción pericárdica puede apoyarse Fig. 3.53. Imagen de absceso aórtico localizado en el seno no coro-
en el hallazgo de un brusco movimiento hacia delante del ta- nario (flechas) de un paciente con endocarditis. Puede apreciarse una
bique interventricular al inicio de la diástole, seguido de un zona densa que rodea la cavidad ecolúcida del absceso. AI: aurícula
breve movimiento hacia atrás (hendidura protodiastólica) re- izquierda, AO: aorta; VI: ventrículo izquierdo.
gistrado por modo M. Como ya se ha mencionado, este signo
también puede apreciarse en la restricción miocárdica, por
lo que no es específico de constricción. El registro de la velo-
cidad del flujo transmitral por Doppler pulsado muestra una
onda de llenado rápido muy prominente y de final abrupto
que es característica de ambas entidades, pero se han descri-
to variaciones cíclicas en las ondas de llenado de cavidades
derechas e izquierdas con la respiración en el taponamiento
y en la constricción que no se aprecia en pacientes con res-
tricción.

Masas cardíacas
La ecocardiografía es también la técnica de elección para
el diagnóstico de las masas intracavitarias, a la vez que infor-
ma sobre su localización, forma, tamaño y movilidad. Los
trombos intraventriculares ya se han comentado en las com-
plicaciones del infarto de miocardio. Las vegetaciones se
diagnostican con mucha precisión desde la introducción de
la técnica transesofágica, que aumenta la resolución espa-
cial, con una sensibilidad y una especificidad superiores al
95%. Pero, además de diagnosticar la lesión anatómica de
la endocarditis infecciosa, la ecocardiografía añade informa- Fig. 3.54. Imagen apical de las cuatro cavidades de un mixoma mó-
vil de aurícula izquierda de gran tamaño (5 cm de longitud) que se in-
ción referente a sus complicaciones, como la detección troduce a través de la válvula mitral en diástole (a la izquierda) para
de abscesos perivalvulares (fig. 3.53). De igual forma, la vía volver al interior de la aurícula en sístole (a la derecha). AD: aurícula
transesofágica ha permitido la observación de zonas no ac- derecha; AI: aurícula izquierda; VD: ventrículo derecho; VI: ventrículo
cesibles a la técnica eco-2D, como la orejuela auricular iz- izquierdo.

455
CARDIOLOGÍA

quierda, y ha aumentado la capacidad de detectar los trom- TABLA 3.15. Principales exploraciones isotópicas en cardiología
bos que con frecuencia se localizan en dicha estructura y
que pueden ocasionar embolias. Radiofármaco Radionúclido
De los tumores cardíacos el más frecuente es el mixoma. Ventriculografía, primer
DTPA y cualquier 99m
Tc
Puede localizarse en las cuatro cavidades, pero el más fre- paso compuesto marcado
cuente es el de aurícula izquierda. La mayoría de ellos son con 99mTc
99m
móviles, ofreciendo en el examen eco-2D la espectacular Ventriculografía Hematíes Tc
imagen de una masa de gran tamaño, anclada en el tabique en equilibrio Albúmina
201
Perfusión miocárdica Cloruro de talio Tl
interauricular, que entra y sale de la aurícula izquierda con Isonitrilos 99m
Tc
los movimientos de apertura y cierre de la válvula mitral Tetrofosmín 99m
Tc
(fig. 3.54). Amoníaco (PET) 13
N
15
Agua (PET) O
Cardiopatías congénitas Rubidio-82 82
Rb
99m
En este capítulo de las afecciones cardíacas, la ecocardio- Lesión miocárdica Fosfatos Tc
111
grafía ha demostrado ampliamente su utilidad y es donde las Anticuerpos In
cualidades ventajosas de la técnica adquieren mayor senti- antimiosina
123
Metabolismo miocárdico Ácidos grasos I
do. La aplicación conjunta del eco-2D y del Doppler color Ácidos grasos (PET) 11
C
permite realizar el diagnóstico con elevada sensibilidad y es- Desoxiglucosa (PET) 18
F
pecificidad tanto de los cortocircuitos como de las lesiones
obstructivas y de la configuración cardíaca. La extensión de DTPA: ácido dietiltetraaminopentaacético; PET: tomografía por emisión de po-
sitrones.
este tema, que obligatoriamente debe tratarse con detalle
para no incurrir en imprecisiones, sobrepasa los objetivos de
este capítulo.
TABLA 3.16. Diferencias entre la ventriculografía isotópica
Bibliografía especial de primer paso y en equilibrio
GARCÍA-FERNÁNDEZ MA, ETXEBESTE J. Doppler color en cardiología. Inter- Primer paso Equilibrio
americana, McGraw-Hill, 1989.
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Utilidad del eco-Doppler continuo en la valoración de la severi- Información Varios ciclos (5-10) Entre 200-400 ciclos
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POPP RL. Review article. Echocardiography (segunda parte). N Engl J el esfuerzo, etc.) y la detección y el tratamiento informático
Med 1990; 323: 165-172. de los datos obtenidos son las variables que condicionan los
TAJIK AJ, SEWARD BJ, HAGLER DJ, MAIR DD, LIE JT. Two-dimensional real diferentes tipos de exploraciones que se engloban dentro de
time ultrasonic imaging of the heart and great vessels. Technique, la denominación de cardiología nuclear y que se resumen
image orientation, structure, identification, and validation. Mayo en la tabla 3.15. La baja dosimetría derivada de estas explora-
Clin Proc 1978; 53: 271-303.
ciones (equivalente, por término medio, a la de unas tres ra-
diografías simples de tórax) determina su escasa agresividad
Cardiología nuclear* para el paciente y la posibilidad de su repetición en cortos
períodos de tiempo. Es por este motivo que la cardiología
nuclear forma parte de los denominados métodos incruentos
En la década de los setenta se iniciaron los primeros estu- o exploraciones no invasivas en cardiología.
dios de perfusión miocárdica, de función ventricular y de
diagnóstico del infarto agudo de miocardio con radionúcli-
dos. Desde entonces se ha producido un gran progreso en la
Estudio de la función ventricular
elaboración de imágenes cardíacas mediante estas explora- Se fundamenta en dos técnicas distintas: el método de pri-
ciones, basado, fundamentalmente, en el desarrollo de la mer paso, que sigue el trayecto de un bolo radiactivo desde
moderna tecnología y en la incorporación de los avances de su llegada al corazón por la vena cava superior hasta su sali-
la informática. da por la aorta, y el método en equilibrio, que permite cons-
El equipo de detección en medicina nuclear lo constituye truir de forma dinámica un ciclo cardíaco promedio a partir
la gammacámara. Este aparato permite analizar, de forma del fraccionamiento de múltiples ciclos consecutivos. Las
continua, la distribución del trazador en un área del organis- ventajas e inconvenientes de cada uno de estos métodos se
mo y estudiar sus modificaciones en función del tiempo. resumen en la tabla 3.16.
Cada radiación procedente del interior del organismo se Para realizar un estudio de primer paso es necesario que la
convierte en un dato que puede ser representado, analizado administración del tecnecio-99m (período de semidesinte-
y almacenado para luego ser procesado. El comportamiento gración: 6 h) se realice en unas condiciones determinadas: el
bioquímico y fisiopatológico del trazador que se emplee, la paciente debe hallarse colocado bajo la gammacámara en
forma y el momento de su administración (en bolo, durante proyección oblicua anterior derecha, la actividad que se va a
inyectar debe estar contenida en un volumen inferior a 1 mL
y la inyección ha de ser realizada en forma de bolo. De esta
*J. Candell Riera y J. Castell Conesa forma podrá registrarse su primer paso a través de las cavida-

456
MÉTODOS INCRUENTOS DE EXPLORACIÓN CARDÍACA

des derechas, pulmones y cavidades izquierdas, sucesiva-


mente (fig. 3.55 A).
La delimitación de áreas de interés sobre ambos ventrícu-
los permitirá obtener curvas actividad/tiempo de alta resolu-
ción temporal (25-32 imágenes/seg) y determinar la fracción
de eyección (FE) de cada ventrículo, puesto que estas cur-
vas de actividad/tiempo son una representación proporcio-
nal de las variaciones del volumen sanguíneo en el área estu-
diada. De ahí que sea posible la obtención del parámetro
más utilizado en la práctica para valorar la función sistólica
ventricular: la fracción de eyección. El cálculo se realiza sus-
tituyendo en la fórmula clásica de la fracción de eyección,
los volúmenes por la actividad detectada, una vez sustraída
la actividad de fondo:

FE = (actividad de diástole – fondo) – (actividad de sístole – fondo)


(actividad de diástole-fondo)

La técnica de primer paso se utiliza también con éxito en


el estudio de los cortocircuitos izquierda-derecha
. a través de
la. relación perfusión pulmonar (QP)/perfusión sistémica
(Q S). Para ello debe elegirse un área de interés sobre cam-
pos pulmonares de la que se genera también una curva acti-
vidad/tiempo. En caso de existencia de cortocircuito izquier-
da-derecha se observa una clara inflexión de la porción
descendente de la curva de actividad pulmonar producida
por la porción de sangre recirculada,
. . que es posible cuantifi-
car por medio del índice QP/QS. Esta cuantificación guarda
una buena correlación con la hemodinámica para valores
comprendidos entre 1,3 y 3. Fig. 3.55. A. Imágenes correspondientes a la diástole (D) y la sístole
(S) del ventrículo izquierdo, obtenidas mediante una ventriculografía
La ventriculografía isotópica en equilibrio se fundamenta de primer paso (proyección oblicua anterior derecha). En sístole, se
en el análisis de una serie de imágenes secuenciales que per- aprecia la intensa reducción del volumen ventricular y el aumento de
miten reconstruir un ciclo promedio representativo de la la actividad en la aorta torácica, por encima del estrechamiento valvu-
dinámica, cardíaca. Para este estudio se emplea un trazador lar. B. Imágenes correspondientes a la diástole (D) y la sístole (S) del
vascular (albúmina o hematíes marcados con tecnecio-99m) ventrículo izquierdo, obtenidas mediante una ventriculografía isotópi-
que se diluya uniformemente en sangre de forma que su con- ca en equilibrio (proyección oblicua anterior izquierda). A diferencia
centración sea constante y la radiactividad medida en cada del estudio de primer paso, se observan simultáneamente el ventrículo
área sea proporcional al volumen sanguíneo que contenga. izquierdo (VI) y el derecho (VD).
La proyección que se utiliza habitualmente es la oblicua an-
terior izquierda, en la que mejor se diferencien espacialmen-
te ambos ventrículos (fig. 3.55 B). Dado que la actividad de-
tectada durante un único ciclo cardíaco sería totalmente es posible –sin necesidad de administrar una nueva dosis– la
insuficiente para formar una imagen con una resolución ade- repetición de la prueba en condiciones diferentes, como el
cuada, deben sumarse en una sola imagen fracciones idénti- esfuerzo u otras maniobras de provocación. En condiciones
cas de múltiples ciclos cardíacos (unos 300) hasta conseguir normales, el volumen telesistólico del ventrículo izquierdo se
una calidad gammagráfica que diferencie claramente la ima- reduce y, en consecuencia, la fracción de eyección aumenta
gen cardíaca. Esto se consigue sincronizando la detección (en general más de un 5%) durante el ejercicio. Estos crite-
sobre el área cardíaca con la onda R del ECG (gating). rios, junto con la observación de cambios en la contractili-
La curva de variación de la actividad del área del ventrícu- dad segmentaria, son los que se han empleado para el diag-
lo en las sucesivas imágenes del ciclo cardíaco traduce las nóstico de la cardiopatía isquémica, aunque los estudios de
variaciones del volumen ventricular y, de esta forma, puede perfusión superan a la ventriculografía isotópica de esfuerzo
calcularse también la fracción de eyección. en este campo.
La ventriculografía isotópica en equilibrio es la única téc-
nica que permite calcular la fracción de eyección y los volú-
menes ventriculares sin basarse en métodos geométricos. La
Estudio de la perfusión miocárdica
correlación de estos parámetros con los determinados por En la actualidad se utilizan dos tipos de trazadores para el
hemodinámica es muy alta y su reproducibilidad intra e inter- estudio de la perfusión miocárdica: el talio-201 en forma de
observador e interensayo es excelente. La utilización de esta cloruro y el tecnecio-99m marcando compuestos isonitrilo.
técnica está más extendida que la de primer paso, puesto El más utilizado de estos últimos es el metoxiisobutilisonitrilo
que es valorable prácticamente en la totalidad de los enfer- (MIBI).
mos, mientras que en la técnica de primer paso deben recha- La gammagrafía miocárdica con talio-201 empezó a utili-
zarse una proporción significativa de casos debido a la cali- zarse en 1975, por lo que actualmente se tiene una gran ex-
dad subóptima del bolo inyectado. periencia en esta exploración. El talio-201, elemento metáli-
Mediante la ventriculografía isotópica en equilibrio puede co con un comportamiento biológico similar al del potasio,
obtenerse información sobre el movimiento ventricular: estu- es un producto de ciclotrón con un período de semidesinte-
dio de los contornos, cuantificación del acortamiento radial gración de 73 h. Tras su administración intravenosa se incor-
o sectorial e imágenes de amplitud y fase representativas de pora al miocardio en función de dos factores fundamentales:
la intensidad y sincronismo de la contracción, obtenidas me- el flujo coronario y la integridad celular. La incorporación a
diante el análisis matemático de Fourier. Para realizar una la célula miocárdica se produce básicamente a través de la
correcta valoración de la contractilidad segmentaria es nece- bomba sodio-potasio ATPasa. Otros dos factores que condi-
sario practicar tres proyecciones: anterior, oblicua anterior cionan la concentración del talio en el miocito son su propia
derecha y oblicua anterior izquierda. Dado que al final de la desintegración, que es poco significativa durante las 3 o 4 h
detección el trazador permanece en la corriente sanguínea, que dura el estudio, y el retorno progresivo o lavado del talio

457
CARDIOLOGÍA

so todos los espacios igualen su concentración (o actividad)


de talio-201.
El protocolo de exploración se realiza, en general, junto
con una prueba de esfuerzo o de provocación (dipiridamol,
adenosina, dobutamina) cuando el paciente no pueda reali-
zar ejercicio físico. Se inyecta la dosis de talio-201 por una
vena antecubital previamente canalizada, en el momento del
máximo esfuerzo, que debe prolongarse unos 30-60 seg más.
La detección de las imágenes postesfuerzo (proyecciones an-
terior, oblicua anterior izquierda a 40° y lateral izquierda en
las gammagrafías planares) debe comenzar entre 5 y 10 min
después de la inyección de la dosis. Tras un período de 3-4 h
se repiten las mismas proyecciones (gammagrafías de redis-
tribución) sin necesidad de inyectar nueva dosis del radiofár-
maco.
Las imágenes obtenidas pueden ser presentadas sobre pla-
ca radiográfica o recibir un tratamiento informático siguien-
do criterios cuantitativos (fig. 3.56). Los defectos segmen-
tarios de perfusión consisten en la presencia de una hipoacti-
vidad regional en las imágenes postesfuerzo. Esta actividad
es tanto más acusada cuanto mayor es la isquemia. Su com-
portamiento posterior en las imágenes de redistribución per-
mitirá la clasificación de estos defectos. Cuando el defecto
que se observa en la gammagrafía de esfuerzo es totalmente
reversible en las imágenes tardías, corresponde a isquemia
miocárdica y se define como patrón de redistribución total.
El patrón de redistribución parcial (defecto en esfuerzo par-
cialmente reversible en las imágenes de redistribución) co-
rresponde a una isquemia más grave o a una isquemia periin-
farto. El patrón de redistribución nula (defecto en esfuerzo
que persiste idéntico en reposo) corresponde a necrosis o a
una isquemia muy grave. Como se verá más adelante, la rein-
yección de talio-201 después de la gammagrafía de redis-
Fig. 3.56. Estudio planar con talio-201, en tres proyecciones: ante- tribución permite distinguir entre estas dos últimas posibi-
rior (ANT), oblicua anterior izquierda 40° (OAI 40) y oblicua anterior lidades y, en definitiva, valorar si el tejido miocárdico en
izquierda 70° (OAI 70). En la parte superior se presentan las imáge- cuestión es viable o no.
nes originales, y en la parte inferior, las imágenes procesadas, codifi- La sensibilidad de la gammagrafía de esfuerzo con ta-
cadas según una escala de color proporcional a la actividad. En las lio-201, determinada en largas series de pacientes, es clara-
imágenes postesfuerzo (E) se observan defectos de perfusión en la
región inferior (proyección anterior), septal (proyección OAI 40) y an- mente superior a la de la prueba de esfuerzo convencional
teroapical (proyección OAI 70). En las imágenes de reposo (R) se (84% frente a 64%) mientras que la especificidad es similar
aprecia redistribución nula (patrón de necrosis) anteroapical y redistri- (88% frente a 89%). Estos valores son muy parecidos a los ob-
bución prácticamente total (patrón de isquemia) septal e inferior. Ob- tenidos mediante la administración de dipiridamol o adeno-
sérvese cómo estos defectos de perfusión son mucho más aparentes sina intravenosa. Es preciso tener en cuenta, no obstante,
en las imágenes procesadas. que la precisión diagnóstica de esta técnica depende en bue-
na parte de la metodología empleada en la cuantificación de
los estudios.
Aunque la sensibilidad de la técnica sea superior a la de la
prueba de esfuerzo convencional, su empleo como primera
al flujo sanguíneo. Este lavado es un proceso de equilibrio exploración en el diagnóstico de la cardiopatía isquémica no
que depende de la diferencia de concentraciones de talio está justificado dado que su precio es superior. Por ello, las
entre el espacio intracelular y el intravascular, de forma que indicaciones básicas consisten en aquellas situaciones en
los territorios mejor irrigados presentan un lavado mucho las que existe discrepancia entre la clínica del paciente y el
más rápido que los isquémicos. resultado de la ergometría (pacientes asintomáticos con
Los condicionantes descritos determinan la cinética y la prueba de esfuerzo positiva y pacientes con dolor sugestivo y
redistribución del talio. Así, la incorporación del talio al mio- prueba de esfuerzo negativa) o bien los enfermos con ECG
cito, en condiciones de integridad celular, será directamente anormales en condiciones basales que no permitan una co-
proporcional al flujo coronario y aumentará en condiciones rrecta valoración de su respuesta al ejercicio. Por otra parte,
de hiperemia y de mayor consumo de oxígeno, como sucede cada vez son más frecuentes las indicaciones de la gamma-
durante el ejercicio o con la administración de fármacos va- grafía de perfusión para la valoración pronóstica y de segui-
sodilatadores como el dipiridamol. En condiciones norma- miento de la cardiopatía isquémica. En muchas ocasiones in-
les, el pico de máxima concentración miocárdica de talio se teresa practicar esta técnica como complemento de la
produce precozmente: durante el primer minuto se incorpo- coronariografía, para conocer la repercusión funcional de
ra ya un 80% del máximo, y entre los 20 y 25 min se alcanza una lesión coronaria determinada, para valorar la lesión “cul-
el pico máximo. Pero en los territorios isquémicos esta incor- pable” cuando en la coronariografía existe enfermedad de
poración es menor y más tardía. Una vez alcanzada la máxi- varios vasos o para valorar la viabilidad miocárdica.
ma concentración intracelular de talio, comienza el proceso La gammagrafía de perfusión con isonitrilos marcados con
de redistribución, que se explica por el equilibrio que se es- tecnecio-99m es una técnica que se ha desarrollado más re-
tablece entre los territorios que presentan diferente concen- cientemente. Dada la mayor energía de la radiación gamma
tración de aquél: la del espacio intravascular que lo pierde del tecnecio-99m, la atenuación secundaria a la interposi-
en favor de las principales vías de eliminación (renal y bi- ción de otros órganos durante la detección (mama, diafrag-
liar) y la del espacio intracelular que, a su vez, y dependien- ma) es mucho menor que con el talio-201. El MIBI marcado
do de su concentración previa, tiende a igualarse con la del con tecnecio-99m es el compuesto que mejores propiedades
espacio intravascular. Esto condiciona que al final del proce- biológicas presenta para su aplicación clínica. Se trata de un

458
MÉTODOS INCRUENTOS DE EXPLORACIÓN CARDÍACA

Fig. 3.57. Imágenes de esfuerzo (E) y de reposo (R) de un estudio


tomográfico con metoxiisobutilisonitrilo marcado con tecnecio-99m.
A. Corte del eje largo vertical, que muestra hipoperfusión anteroapical
e inferior del ventrículo izquierdo, con reperfusión total en reposo (pa-
trón isquémico). B. Imagen del eje corto, en la que también se apre-
cian los defectos de perfusión anterior e inferior postesfuerzo, con pre-
servación de la captación septal y lateral. C. En el eje largo horizontal
se confirma la ausencia de alteraciones en la región septal y lateral y
sólo se aprecia hipoperfusión apical en esfuerzo, reversible en las imá-
genes de reposo. La coronariografía mostró lesiones graves en las ar-
terias descendente anterior y coronaria derecha.

compuesto lipófilo con gran afinidad miocárdica, cuya cap-


tación se realiza por difusión a través de la membrana celu-
lar e incorporación mitocondrial, siendo proporcional tam- B
bién al flujo coronario. No presenta prácticamente el
fenómeno de redistribución, por lo que, en la práctica, es ne- Fig. 3.58. A. Imagen característica de un infarto de miocardio late-
cesario efectuar dos inyecciones en días separados: una al fi- ral, visible en las tres proyecciones planares convencionales, obtenida
nal de la prueba de esfuerzo o de provocación y otra en re- a las 3 h de la inyección de metildifosfonato marcado con tecnecio-
99m. AP: anteroposterior; OAI: oblicua anterior izquierda; LI: lateral iz-
poso. Con el fin de que se establezca una buena relación quieda. B. Pequeña necrosis miocárdica posterolateral, sin onda Q en
entre la actividad miocárdica y la de los órganos próximos el ECG, que se pone claramente de manifiesto en las imágenes tomo-
(hígado, pulmón), el tiempo de espera mínimo desde la ad- gráficas coronal, sagital y transaxial. Abajo a la derecha, imagen pla-
ministración de la dosis hasta la detección de las imágenes nar de la región del tórax sobre la que se han reconstruido los cortes.
debe ser de una hora.
Las imágenes gammagráficas planares obtenidas con estos
compuestos son superponibles a las del talio-201. Sin embar-
go, los isonitrilos marcados con tecnecio-99m proporcionan ha observado una buena correlación entre la captación y el
unas imágenes tomográficas (SPECT: single photon emission contenido cálcico. Así pues, en la lesión miocárdica el piro-
computed tomography) de superior calidad a las del talio-201 fosfato tiende a quedar fijado en las zonas que presentan una
(fig. 3.57). elevada concentración de precipitados fosfocálcicos (crista-
La interpretación de las imágenes y los valores de sensibili- les de hidroxiapatita en las mitocondrias). El otro factor que
dad y especificidad para el diagnóstico de enfermedad coro- rige la incorporación del trazador al miocardio necrótico es
naria obtenidos mediante la gammagrafía de esfuerzo con el flujo regional. Ello explica por qué las zonas centrales y
isonitrilos marcados con tecnecio-99m son equiparables a subendocárdicas de un infarto agudo de miocardio pueden
los del talio-201. La sensibilidad diagnóstica global de las téc- no mostrar fijación del trazador, en tanto que la captación es
nicas tomográficas es sólo ligeramente superior a la de las superior en las zonas periféricas, que están mejor irrigadas.
planares; no obstante, su rendimiento es significativamente La obtención de las imágenes gammagráficas (planares o
superior en la localización de la isquemia y en la identifica- tomográficas) se realiza al cabo de unas 3 h de la inyección
ción del número de vasos afectos. Por todo ello, según las del radiofármaco (fig. 3.58 A). Es recomendable practicar la
disponibilidades de cada centro, es correcto utilizar uno u exploración entre el segundo y el quinto días después del in-
otro radionúclido, aunque –por todo lo dicho– se aconseja farto, puesto que es cuando la sensibilidad de la técnica es
emplear el talio-201 cuando se realizan gammagrafías plana- mayor.
res y los isonitrilos marcados con tecnecio-99m cuando se La interpretación de las imágenes cardíacas en el infarto
practican tomogammagrafías. se basa en el análisis de la intensidad y en la localización de
la captación patológica en el tórax. Mediante la valoración
de las diferentes proyecciones es fácil situar los patrones lo-
Detección de lesión miocárdica calizados. Los patrones de fijación difusa de débil intensidad
Los radiofármacos utilizados para la detección gammagrá- son más difíciles de interpretar, puesto que pueden corres-
fica “positiva” de la lesión miocárdica, en especial por infar- ponder a infartos anteroseptales subendocárdicos o deberse
to agudo de miocardio, son básicamente dos: los fosfatos a un marcado deficiente del radiofármaco. La amiloidosis
marcados con tecnecio-99m y los anticuerpos antimiosi- cardíaca, las miocarditis, las miocardiopatías dilatadas y los
na marcados con indio-111. aneurismas ventriculares pueden producir también imágenes
De la gammagrafía cardíaca con fosfatos marcados con tec- difusamente positivas.
necio-99m se dispone de más experiencia, puesto que fue la La sensibilidad de la técnica, cuando se practica entre las
primera de estas técnicas en desarrollarse. 24 y las 72 h del inicio del dolor, es del 90-96% para los infar-
Los mecanismos por los que los radiofosfatos quedan fija- tos con onda Q y claramente inferior para los infartos sin
dos al miocardio necrótico no están bien definidos, pero se onda Q. La especificidad varía entre el 60 y el 80%. La aplica-

459
CARDIOLOGÍA

Fig. 3.60. Gammagrafías de esfuerzo (ESF), de redistribución (RED)


y de reinyección (REIN) con talio-201 (proyección anterior) correspon-
dientes a un paciente con infarto de miocardio inferior y tejido viable.
Nótese la ausencia de captación tanto en la gammagrafía de esfuerzo
como de redistribución (flechas blancas), que mejora notablemente
después de la reinyección (flecha negra).

Es aconsejable realizar las detecciones en gammacámara


entre las 48 y 72 h de la inyección intravenosa. Aunque la
captación tiende a desaparecer con el paso de los días, su
persistencia es superior a la del pirofosfato, por lo que el es-
tudio se puede practicar incluso hasta una semana después
del episodio agudo (fig. 3.59).
Los anticuerpos antimiosina marcados con indio-111 ya se
han empleado con éxito en la valoración del infarto agudo
de miocardio, del trasplante cardíaco, en miocarditis y en
miocardiopatías difusas. Su sensibilidad y especificidad para
el diagnóstico del infarto agudo de miocardio, con onda Q o
sin ésta, no son significativamente diferentes a las del pirofos-
fato de tecnecio-99m, por lo que su elevado precio con res-
Fig. 3.59. Imagen en proyección anterior (ANT) de un paciente con pecto a esta última exploración no justifica su utilización ge-
miocarditis obtenida con anticuerpos antimiosina marcados con indio- neralizada en este campo, aunque podría ser útil en los
111. Puede apreciarse una captación difusa del ventrículo izquierdo casos con una evolución entre 5 y 15 días. También se ha re-
(flecha). Obsérvese asimismo la intensa captación hepatosplénica. comendado su uso en el seguimiento de los pacientes con
trasplante cardíaco ya que permite diagnosticar precozmen-
te el rechazo y, en consecuencia, ahorrar la práctica de biop-
sias miocárdicas al paciente.
ción de la técnica tomográfica permite mejorar apreciable-
mente la sensibilidad en los infartos sin Q, por lo que en es-
tos casos es aconsejable su uso (fig. 3.58 B).
Valoración de la viabilidad miocárdica
La gammagrafía cardíaca con pirofosfato o fosfonatos de Recientemente se ha estudiado el valor de las exploracio-
tecnecio-99m está indicada en las situaciones en las que el nes gammagráficas para el diagnóstico de la viabilidad mio-
diagnóstico de infarto agudo de miocardio no pueda estable- cárdica. Se sabe que, en muchas ocasiones, puede existir un
cerse con los criterios clínicos, electrocardiográficos y enzi- defecto de contractilidad claro (acinesia o discinesia) en
máticos habituales. Ello ocurre, básicamente, en los infartos presencia de miocardio recuperable, ya sea porque ha sufri-
de más de 48 h de evolución, cuando existe algún trastor- do una situación de isquemia prolongada (miocardio hiber-
no de conducción intraventricular en el ECG, en las necrosis nado) o bien porque todavía no se ha recuperado de una is-
per-operatorias y en los infartos sin onda Q. También puede quemia intensa no suficientemente prolongada para causar
emplearse en el diagnóstico de extensión del infarto inferior una necrosis irreversible (miocardio aturdido). En el primer
al ventrículo derecho. Otra situación en la que puede ser caso puede ser fundamental conocer la viabilidad del territo-
interesante la ayuda de la gammagrafía con pirofosfatos es rio si se plantea una revascularización con angioplastia o ci-
el diagnóstico de la amiloidosis cardíaca y de las miocarditis. rugía.
Una línea de investigación distinta que se ha desarrollado En los estudios de perfusión miocárdica con talio-201 se
más recientemente es la gammagrafía cardíaca con anticuer- ha observado que puede existir tejido miocárdico viable
pos antimiosina marcados con indio-111. La técnica consiste aunque no haya redistribución alguna a las 3 h. Se ha com-
en la administración y detección gammagráfica de fragmen- probado también que hasta un 45% de los segmentos con re-
tos Fab de inmunoglobulina monoclonal marcados con in- distribución nula se normalizan después de la revasculariza-
dio-111 (período de semidesintegración: 67 h). Los fragmen- ción.
tos se obtienen tras sensibilizar a un ratón con miosina Algunos autores han practicado las gammagrafías de redis-
humana de cadáver. tribución con talio-201 entre las 12 y las 24 h, observando
La miosina es una proteína compleja, de elevado peso mo- que en una proporción significativa de casos hay una mejo-
lecular y poco soluble, que, cuando se rompe la integridad ría más tardía de la fijación. También se ha propuesto practi-
de la membrana celular, tiende a permanecer en el inte- car una reinyección de talio-201 en los pacientes con redistri-
rior de la célula. Si en este momento se administra por vía bución nula en la gammagrafía de reposo a las 3 h. Se ha
intravenosa el anticuerpo antimiosina, éste se unirá a la mio- comprobado que casi la mitad de los segmentos en aparien-
sina y se concentrará en el interior de la célula. A diferencia cia irreversibles en la gammagrafía de redistribución a las
del pirofosfato, los anticuerpos antimiosina se incorporan al 3 h, mejoran o se normalizan con la reinyección (fig. 3.60).
miocardio necrosado en proporción inversa al flujo regional, Se ha observado que este método presenta una muy buena
localizándose preferentemente en las zonas con grave res- correlación con los estudios del metabolismo de la glucosa
tricción del flujo (regiones centrales y subendocárdicas de la realizados con tomografía por emisión de positrones, explo-
necrosis). Ahora bien, la captación por parte de estos tejidos ración de coste elevadísimo y no disponible en España.
requiere, al menos, una mínima preservación del flujo coro- En la actualidad se está estudiando el papel de la gamma-
nario. grafía miocárdica de perfusión con isonitrilos marcados con

460
MÉTODOS INCRUENTOS DE EXPLORACIÓN CARDÍACA

tecnecio-99m como factor de predicción de la viabilidad la masa muscular implicada– pero sólo un incremento ligero
miocárdica, puesto que este radiofármaco parece ser un de la frecuencia cardíaca. Además, durante el ejercicio iso-
marcador no sólo de la perfusión coronaria, sino también de métrico es más frecuente la aparición de arritmias graves.
la integridad de la célula miocárdica; así, experimentalmen- Por lo tanto, desde el punto de vista práctico el ejercicio di-
te se ha demostrado que su retención intracelular requiere la námico es el más fisiológico y el menos peligroso. Por esta
preservación de la actividad metabólica mitocondrial. Tam- razón, las pruebas de esfuerzo realizadas mediante ejercicios
bién se ha pretendido establecer una predicción de la viabili- dinámicos son las más ampliamente utilizadas.
dad miocárdica con la ventriculografía isotópica a través del Cuando se efectúa un ejercicio físico, como es una prueba
estudio de la contractilidad segmentaria con el esfuerzo, con de esfuerzo, el organismo suple de forma adecuada y sufi-
la nitroglicerina y con la dobutamina, aunque los resultados ciente los requerimientos miocárdicos de oxígeno aumen-
no parecen ser tan satisfactorios como los de la reinyección tando su oferta hasta alcanzar los límites de la demanda. Este
del talio-201. Es por ello que, en la actualidad, la gammagra- aumento del aporte de oxígeno durante el esfuerzo se lleva a
fía de perfusión con talio-201 y reinyección en los casos en cabo por un incremento de la función del sistema de aporte,
los que no exista redistribución a las 3 h es la exploración formado por los aparatos cardiocirculatorio y respiratorio, la
más recomendable para la valoración de la viabilidad mio- sangre circulante y los sistemas de extracción tisular. El in-
cárdica. cremento del aporte de oxígeno, su transporte y utilización
se consigue fundamentalmente elevando el gasto cardíaco y
Bibliografía especial la diferencia arteriovenosa de oxígeno, al aumentar su utili-
BONOW RO, DILSIZIAN V, CUOCOLO A, BACHARACH SL. Identification of zación periférica en los grupos musculares que trabajan.
viable myocardium in patients with chronic coronary artery disea- El aumento del gasto cardíaco se consigue rápidamente
se and left ventricular dysfunction. Comparison of thallium scinti- mediante un incremento de la frecuencia cardíaca y del vo-
graphy with reinjection and PET imaging 18F-Fluoro-deoxygluco- lumen de eyección. La mejor utilización del oxígeno durante
se. Circulation 1991; 83: 26-37. el ejercicio se logra gracias a la redistribución del gasto car-
CANDELL-RIERA J, CASTELL-CONESA J, ORTEGA-ALCALDE D, DOMÈNECH-TORNÉ díaco a los músculos que trabajan y también a un incremen-
FM, SOLER-SOLER J. Diagnostic accuracy of radionuclide techniques to en la extracción tisular de oxígeno.
in patients with equivocal electrocardiographic exercise testing.
Eur Heart J 1990; 11: 980-989.
Durante el ejercicio físico, o cuando se realiza una prueba
CANDELL RIERA J, RAMOS MÁRQUEZ M, BÓVEDA ROMEO FJ, CARRERAS DELGA- de esfuerzo, el consumo de oxígeno aumenta progresiva-
DO JL, CARRIÓ GASSET J, CASTRO BEIRAS JM et al. Informe del Grupo mente a medida que se eleva la carga de trabajo (resistencia
de Trabajo de Cardiología Nuclear. Rev Esp Cardiol 1987; 40: 389- en el cicloergómetro o velocidad y pendiente en el tapiz ro-
396. dante). Cuando el ejercicio o la prueba de esfuerzo alcanzan
CANDELL RIERA J, ORTEGA ALCALDE D. Cardiología nuclear. Barcelona, un nivel máximo, el consumo de oxígeno llega también a di-
Ediciones Doyma, 1992. cho límite.. Se define, por tanto, como consumo máximo de
CORTADELLAS ÁNGEL J, CANDELL RIERA J, CASTELL CONESA J, FRAILE LÓPEZ- oxígeno (VO2máx) al nivel máximo que se alcanza de forma
AMOR M, GONZÁLEZ GONZÁLEZ JM, SOLER SOLER J et al. Detección del
infarto agudo de miocardio sin onda Q; anticuerpos antimiosina
que aunque aumente. el trabajo, el consumo de oxígeno no
marcados con indio-111 frente a radiofosfatos marcados con tec- se modifica. El VO2máx es el índice que mide la capacidad
necio-99m. Rev Esp Cardiol 1993; 46: 152-159. funcional de un individuo con mayor exactitud. Durante la
ZARET BL, BATTLER A, BERGER HJ, BODENHEIMER MM, BORER JS, BROCHIER prueba de esfuerzo, el consumo de oxígeno puede aumentar
M et al. Report of the Joint International Society and Federation of hasta más de 10 veces los valores basales. El incremento del
Cardiology/World Health Organization Task Force on Nuclear Car- aporte necesario para compensar esta situación se consigue
diology. Eur Heart J 1984; 5:850-863. fundamentalmente gracias a la puesta en marcha de todos
los mecanismos descritos.
Para conseguir el funcionamiento óptimo del sistema de
aporte de oxígeno también es necesaria la normalidad del
Prueba de esfuerzo* aparato respiratorio, ya que, durante la prueba de esfuerzo,
paralelamente al consumo de oxígeno aumentan la frecuen-
Fisiología del ejercicio cia respiratoria (hasta 60-70/min a niveles máximos de es-
fuerzo), el volumen corriente y el volumen respiratorio. A
En esencia, una prueba de esfuerzo consiste en hacer tra- medida que aumenta la edad, disminuye la capacidad fun-
bajar numerosos grupos musculares. Desde el punto de vista cional del individuo debido a la reducción fisiológica de su
fisiológico existen fundamentalmente tres tipos de ejercicio: capacidad respiratoria.
1. Ejercicios dinámicos o isotónicos, que consisten en con- El sistema de transporte de oxígeno está constituido funda-
tracciones alternativas de amplios grupos musculares, fle- mentalmente por la hemoglobina. La hemoconcentración se-
xores y extensores, con modificaciones en la longitud del cundaria al ejercicio facilita una mejor utilización de este sis-
músculo. Son ejemplos de este tipo: caminar, correr, nadar, tema a causa de la mayor concentración de hematíes y
pedalear, subir escaleras, etc. hemoglobina.
2. Ejercicios isométricos, en los que intervienen grupos Durante el ejercicio, el gasto cardíaco, la frecuencia car-
musculares seleccionados que son sometidos a un intenso díaca y la presión arterial aumentan de forma lineal en rela-
trabajo, ya que realizan una contracción muscular mante- ción con el incremento del grado de esfuerzo. El gasto car-
nida contra una resistencia fija sin variar la longitud del díaco puede aumentar hasta 5-6 veces sobre los valores nor-
músculo. La halterofilia o apretar un resorte con la mano males a niveles de máximo esfuerzo. La normalidad de la
(handgrip) son ejemplos de este tipo. función ventricular es el determinante principal del incre-
3. Ejercicios mixtos, que son una combinación de los dos mento del gasto cardíaco. Cuando la función ventricular está
anteriores. Por ejemplo, caminar llevando un peso. disminuida, como ocurre con frecuencia en los pacientes
Los ejercicios dinámicos y los isométricos originan res- con cardiopatía, el aumento del gasto cardíaco está limitado,
puestas cardiovasculares y cambios hemodinámicos diferen- ya que sólo depende de los incrementos de la frecuencia
tes. Los ejercicios dinámicos producen un aumento de la fre- cardíaca.
cuencia cardíaca mucho mayor que los isométricos, con una El aumento de la frecuencia cardíaca durante el ejercicio
elevación sólo ligera de la presión arterial media. Por el con- depende del sistema neurovegetativo. Al comenzar el ejerci-
trario, el ejercicio isométrico provoca un importante aumen- cio el tono vagal disminuye rápidamente, al mismo tiempo
to de la presión arterial –independientemente del tamaño de que el tono simpático incrementa el cronotropismo. La ten-
sión arterial diastólica se eleva muy poco durante el ejerci-
cio, aumentando sólo al principio de éste y permaneciendo
*E. Marín Huerta estable después.

461
CARDIOLOGÍA

El producto de la frecuencia cardíaca por la presión arte- zado (tabla 3.17). Otros, como el protocolo de Sheffield y
rial (doble producto) indica con cierta
. aproximación el con- el de Naughton, también se emplean en muchos laboratorios
sumo
. miocárdico de oxígeno (MVO2) durante el esfuerzo. El de ergometría.
MVO2 aumenta rápidamente con el ejercicio, al igual que la
frecuencia cardíaca y la presión arterial, y se han encontrado Terminación de una prueba de esfuerzo
buenas correlaciones entre estas variables tanto en indivi- Las pruebas de esfuerzo basadas en ejercicios dinámicos
duos sanos como en pacientes con enfermedad coronaria. se pueden dividir en dos grandes categorías: pruebas máxi-
Este índice se utiliza para estimar el nivel de esfuerzo que al- mas y pruebas submáximas.
canza un individuo o para cuantificar a qué nivel de carga La prueba de esfuerzo submáxima se caracteriza porque
aparecen los cambios eléctricos en los pacientes con cardio- su término se halla arbitrariamente predeterminado y fijado.
patía isquémica. Por lo general una prueba de esfuerzo submáxima se suspen-
de por uno de los siguientes motivos: a) al alcanzar una fre-
cuencia cardíaca determinada, por lo común 150 lat/min, o
Tipos de pruebas de esfuerzo b) al alcanzar un porcentaje alto (85-90%) de la frecuencia
Debido a la gran capacidad de adaptación del flujo coro- cardíaca máxima teórica calculada para cada individuo. La
nario, es difícil que, en condiciones normales, un aumento mayor seguridad de las pruebas submáximas para el pacien-
de las demandas de oxígeno del miocardio desencadene is- te planteada por algunos autores no está demostrada, y su
quemia. Para que esto ocurra debe existir algún grado de li- mayor desventaja es la pobre estimación de la capacidad
mitación del flujo coronario, por lo general causado por una funcional.
placa de ateroma que obstruye significativamente la luz del Una prueba de esfuerzo máxima es más fácil de definir, ya
vaso. En estos casos, el aumento de las demandas de oxíge- que su término es indicado por la aparición de síntomas
no del miocardio por encima de lo que la circulación patoló- (prueba de esfuerzo máxima limitada por síntomas), como
gica coronaria es capaz de suplir desencadena isquemia, disnea, intensa fatiga, dolor precordial, signos clínicos de
proceso que causa alteraciones metabólicas, electrofisiológi- bajo gasto cardíaco o anormalidades en el ECG. Al alcanzar-
cas, hemodinámicas y clínicas en el miocardio, reversibles o se la máxima frecuencia cardíaca posible, puede estimarse
irreversibles según su duración. La finalidad de una prueba el consumo de oxígeno así como su relación con los valores
de esfuerzo es, precisamente, inducir isquemia mediante un normales esperados. Otros índices como la capacidad fun-
aumento de las demandas miocárdicas con el ejercicio. cional aerobia también pueden calcularse a partir de nomo-
Hoy en día, la bicicleta ergométrica o cicloergómetro y el gramas ya publicados. Además de su mayor reproducibili-
tapiz rodante o cinta sin fin (treadmill) son los dos métodos dad, el elevado trabajo cardíaco alcanzado en una prueba
más popularizados y casi universalmente utilizados. de esfuerzo máxima puede permitir la demostración de is-
La prueba de esfuerzo realizada en una bicicleta ergomé- quemia miocárdica en los casos en que niveles más bajos de
trica o cicloergómetro consiste en el ejercicio rítmico de las trabajo cardíaco serían insuficientes para ponerla de mani-
piernas pedaleando contra una resistencia o carga externa. fiesto.
En la prueba de esfuerzo realizada sobre tapiz rodante o La prueba de esfuerzo máxima limitada por síntomas reali-
cinta sin fin el paciente camina sobre una cinta movida por zada mediante la prueba de Bruce es el protocolo más popu-
un motor, cuya velocidad y pendiente son regulables. Es el larizado y utilizado en la actualidad.
tipo de ejercicio más fácil (andar o correr) y también el más
fisiológico. Implica sobre todo los grupos musculares de las Indicaciones
piernas, pero también los del tórax y los brazos. La prueba de esfuerzo es un método diagnóstico de gran
La mayoría de los protocolos de las pruebas de esfuerzo valor para el médico y el cardiólogo en situaciones muy di-
incluyen varias etapas o estadios (multietapas), con esfuer- versas (tabla 3.18). Ayuda en el diagnóstico del dolor toráci-
zo creciente y aumento progresivo de la carga en cada esta- co en los adultos, en particular cuando no es el típico de an-
dio. En este tipo de pruebas el nivel de esfuerzo más alto que gina de pecho. En un paciente con enfermedad coronaria
se alcanza indica la capacidad funcional del individuo en conocida, la prueba de esfuerzo es útil para estimar el pro-
cuestión, y pueden ser continuas o discontinuas. nóstico y elegir la opción terapéutica. El paciente clasificado
En la práctica, las pruebas continuas formadas por varias de alto riesgo puede ser un candidato para cirugía de revas-
etapas de esfuerzo creciente y progresivo son las más utiliza- cularización, mientras que un paciente de bajo riesgo puede
das con fines diagnósticos. Dentro de este tipo de pruebas, tratarse de forma más conservadora. La prueba de esfuerzo
las que menos se emplean son aquellas que aumentan la car- reviste utilidad también para evaluar el grado de beneficio
ga de trabajo en etapas de duración tan corta que el incre- del tratamiento antianginoso o antiarrítmico. Después del in-
mento de la carga es virtualmente continuo. La prueba de farto de miocardio ayuda a la selección de los pacientes a
Balke-Ware, con estadios de sólo un minuto de duración, es los cuales se puede recomendar una mayor actividad física y
un ejemplo de este tipo. acelerar el proceso de rehabilitación y sirve también para
En la mayoría de los protocolos, la duración de cada eta- identificar a los candidatos a coronariografía. Asimismo, la
pa es de 3 min, tiempo que se estima suficiente para conse- prueba de esfuerzo está indicada en individuos sedentarios
guir la estabilización del consumo de oxígeno cuando se rea-
liza un esfuerzo de intensidad media. La prueba de Bruce
constituye un ejemplo de este tipo y es el protocolo más utili- TABLA 3.18 Indicaciones de la prueba de esfuerzo
Ayuda en el diagnóstico de molestias torácicas
TABLA 3.17 Protocolo de Bruce Valoración del pronóstico de la enfermedad coronaria
. Valoración de la eficacia del tratamiento en la enfermedad
Velocidad Pendiente Tiempo VO2 mL/kg/min coronaria
Estadio
(millas/h) (%) (min) (aproximado) Guía para la rehabilitación después del infarto de miocardio
Evaluación de los beneficios de la cirugía coronaria
1 1,7 10 3 18 Valoración de la capacidad funcional
2 2,5 12 3 25 Caracterización de arritmias y de la hipertensión arterial lábil
3 3,4 14 3 34 Ayuda en el desarrollo de una indicación de ejercicio y aportación
4 4,2 16 3 46 de un examen de seguridad antes de iniciar un programa de
5 5,0 18 3 55 salud
6 5,5 20 3 – Detección de profesionales de alto riesgo
7 6,0 22 3 – Valoración del riesgo de desarrollar enfermedad coronaria clínica
1 milla = 1.600 m. en personas asintomáticas

462
MÉTODOS INCRUENTOS DE EXPLORACIÓN CARDÍACA

TABLA 3.19 Contraindicaciones absolutas de la prueba TABLA 3.20 Criterios de finalización de la prueba de esfuerzo
de esfuerzo Angina intensa y progresiva
Infarto agudo de miocardio (primera semana) Depresión/elevación del ST-T mayor de 5 mm sin angina
Angina inestable Taquicardia supraventricular. Fibrilación-flúter auriculares
Miocarditis y pericarditis agudas Taquicardia ventricular. Bloqueo auriculoventricular de segundo
Arritmias graves y tercer grados
Insuficiencia cardíaca Extrasistolia ventricular progresiva (> 10%), politópica o en salvas
Estenosis aórtica grave Hipertensión arterial superior a 250/130 mmHg
Lesiones de tronco común Caída de la presión arterial
Hipertensión arterial superior a 220/130 mmHg Cronotropismo negativo
Infecciones agudas Claudicación de extremidades inferiores
Hipertiroidismo Marcha atáxica
Anemia intensa Imposibilidad de seguir por fatiga, disnea o extenuación
Embolia reciente Respuesta vegetativa de vasoconstricción (frialdad, palidez,
cianosis)
Síncope o mareo con el esfuerzo
A petición del paciente
Fallo técnico
antes de comenzar un programa de entrenamiento con el fin Inadaptación o falta de colaboración
Frecuencia cardíaca máxima (según protocolo)
de evitar un accidente coronario.
La indicación de la prueba de esfuerzo en la población ge-
neral asintomática es más discutida. Dado que la prevalencia
de enfermedad coronaria es baja en este grupo, una respues- de hiperventilación durante 60 seg con el fin de descubrir
ta de tipo isquémico en tales personas es mucho más proba- posibles falsos positivos.
ble que constituya un resultado falso positivo. Por esta razón, Inmediatamente después de finalizado el ejercicio, algu-
la prueba de esfuerzo no debe emplearse en los estudios de nos pacientes presentan hipotensión, debida, la mayoría de
detección en la población general asintomática. Sin embar- las veces, a la brusca vasodilatación que se produce. Todos
go, puede ser útil como parte de un programa de estimación los pacientes deben mantenerse en observación rigurosa du-
de los factores de riesgo, en el cual se combinan los valo- rante un período de, por lo menos, 9 min, que pueden pro-
res de colesterol y glucosa, presión arterial, historia de taba- longarse siempre que clínicamente esté indicado y hasta que
quismo, edad y sexo con los resultados de la prueba de en el ECG se normalicen las alteraciones aparecidas durante
esfuerzo a fin de evaluar el riesgo individual de desarrollar el ejercicio o el paciente recupere una frecuencia cardíaca
enfermedad coronaria en una persona asintomática. Consi- similar a la de reposo.
derada como factor de riesgo, una prueba anormal tiene ma-
yor valor predictivo de episodios coronarios futuros que los Seguridad y riesgo
factores de riesgo clásicos. La seguridad de las pruebas de esfuerzo se halla bien de-
mostrada. Existe una mortalidad de 1 por 10.000 y una morbi-
Metodología lidad que requiere hospitalización del 2 por 10.000.
Cuando se realiza una prueba de esfuerzo se pretende Las complicaciones que se observan con mayor frecuen-
conseguir la mayor rentabilidad diagnóstica con el menor cia durante una prueba de esfuerzo son taquicardias supra-
riesgo posible para el paciente. Para lograrlo es necesario el ventriculares, fibrilación auricular y extrasístoles ventricula-
cumplimiento de normas y criterios mínimos bien estableci- res. La aparición de taquicardia ventricular es infrecuente y,
dos y actualizados por el comité de pruebas de esfuerzo de cuando ocurre, suele autolimitarse al cesar el ejercicio. El re-
la American Heart Association. gistro de una taquicardia ventricular se correlaciona bien
El paciente debe saber que la prueba se realiza tras 2 o con los pacientes que tienen enfermedad coronaria grave o
3 h de ayuno. Antes de llevarla a cabo es imprescindible in- disfunción ventricular. La fibrilación ventricular es muy rara,
terrogar y efectuar una exploración somera al paciente para y otras complicaciones poco frecuentes incluyen el bloqueo
descartar la existencia de alguna de las contraindicaciones auriculoventricular, la bradicardia sinusal extrema seguida
absolutas para su realización (tabla 3.19). También se le de síncope y el infarto de miocardio.
debe preguntar sobre el tipo de fármacos que toma, ya que
algunos pueden ser la causa de resultados falsos positivos y Interpretación
otros, como los bloqueadores beta, de falsos negativos. A En el paciente con enfermedad coronaria conocida o sos-
continuación se pasa a la preparación del paciente, expli- pechada los objetivos fundamentales en la prueba de esfuer-
cándole en qué consiste la prueba y cuál es su finalidad. Se zo son: a) confirmar o descartar el diagnóstico; b) valorar la
le debe pedir la máxima colaboración, ya que de ésta de- capacidad funcional, y c) determinar el riesgo, lo cual permi-
pende en gran parte la fiabilidad del resultado. Asimismo, te la toma de importantes decisiones, como la indicación de
hay que indicarle que durante la prueba comunique la apa- coronariografía o de tratamiento médico. El miocardio isqué-
rición de cualquiera de los síntomas que aconsejan su sus- mico puede responder ante un ejercicio, como es la prueba
pensión (tabla 3.20). de esfuerzo, con tres tipos principales de cambios o respues-
En la actualidad todos los equipos de pruebas de esfuerzo tas:
permiten monitorizar las 12 derivaciones convencionales del 1. Cambios eléctricos, fundamentalmente alteraciones en
ECG. Se obtienen trazados en situación basal o de reposo, el segmento ST del ECG, cambios en el voltaje de la onda R y
cada 3 min, durante el esfuerzo, en el momento del máximo aparición de arritmias.
esfuerzo y al cabo de 1, 2, 3, 6 y 9 min de la recuperación. 2. Cambios hemodinámicos, que consisten sobre todo en
Asimismo, se registra un ECG con las 12 derivaciones con- modificaciones del comportamiento normal de la frecuencia
vencionales en reposo, inmediatamente después del esfuer- cardíaca y de la presión arterial, que pueden indicar la inca-
zo y siempre que un cambio en la morfología indique su uti- pacidad del miocardio para adaptar el gasto cardíaco a las
lidad. La presión arterial se registra en reposo, al final de necesidades del organismo durante el esfuerzo.
cada estadio durante el esfuerzo y una vez por minuto en la 3. Aparición de signos y síntomas durante el ejercicio: an-
recuperación. Antes de comenzar el esfuerzo se registra el gina de pecho, disnea, síncope, tercero y cuarto ruidos, ester-
ECG en decúbito y de pie, y se comprueba si aparecen cam- tores pulmonares, etc.
bios lábiles de la repolarización con el ortostatismo que po- De todos ellos, los cambios eléctricos, y en particular el
drían enmascarar un resultado falso positivo. Asimismo, an- descenso recto o descendente del segmento ST, son los crite-
tes de la prueba de esfuerzo el paciente debe realizar un test rios más seguros para el diagnóstico de isquemia.

463
CARDIOLOGÍA

sión de la onda U. La baja especificidad de todos ellos expli-


ca que no se los considere en la práctica habitual.

Cambios hemodinámicos durante el esfuerzo. En ausen-


cia de otras afecciones como enfermedad valvular o miocár-
dica, si durante la prueba de esfuerzo no se produce el au-
mento esperado de la frecuencia cardíaca y de la presión
arterial sistólica, se debe sospechar una enfermedad corona-
ria grave y afectación de la función ventricular. Este compor-
tamiento anómalo traduce la dificultad del ventrículo iz-
quierdo para adaptarse a la sobrecarga provocada por el
ejercicio. Si la presión arterial sistólica no aumenta 10 mmHg
durante el ejercicio o no alcanza los 110 mmHg se considera
un signo de pronóstico desfavorable.

Fig. 3.61. Medida del descenso del segmento ST. Se considera que Aparición de angina de pecho. Una prueba de esfuerzo se
la prueba de esfuerzo es eléctricamente positiva cuando se produce considera positiva desde el punto de vista clínico cuando
un descenso del ST mayor o igual a 1 mm, en comparación con el tra- aparece angina de pecho durante su realización. Hasta prin-
zado en reposo, medido a los 80 mseg del punto J (unión del QRS cipios de la década de los ochenta la aparición de angina de
con el segmento ST). En el ejemplo, el descenso del ST a los 80 mseg
del punto J es de 2,7 mm.
pecho durante la prueba de esfuerzo se asociaba a un pro-
nóstico adverso. En la actualidad se sabe que el 30-40% de
los pacientes con lesiones coronarias demostradas angiográ-
ficamente presentan un descenso del segmento ST que no se
Una prueba de esfuerzo puede ser positiva, negativa o du- acompaña de angina durante la prueba de esfuerzo (isque-
dosa, valorada desde el punto de vista eléctrico o clínico mia silente). Estudios recientes han demostrado que el signi-
(aparición de cambios del segmento ST o de angina de pe- ficado clínico y pronóstico de la isquemia silente y el de la
cho durante el ejercicio). isquemia sintomática durante la prueba de esfuerzo no difie-
ren. Las consideraciones o estrategias terapéuticas deben
Cambios eléctricos que indican isquemia. Descenso del ser iguales para todos los pacientes que presentan isque-
segmento ST. Se considera que una prueba de esfuerzo es mia inducida por el ejercicio, con independencia de la
positiva desde el punto de vista eléctrico cuando se produce respuesta silenciosa o sintomática durante la prueba de es-
un descenso del ST mayor o igual a 1 mm en comparación fuerzo.
con el trazado de reposo, medido a los 80 mseg del punto J
(unión del QRS con el segmento ST) (fig. 3.61). El descenso Valoración de la capacidad funcional. Además de la in-
del ST constituye el hallazgo más frecuente durante la prue- formación diagnóstica y pronóstica, la prueba de esfuerzo
ba de esfuerzo en los pacientes con cardiopatía isquémica y permite estimar la repercusión funcional de la enfermedad
es el criterio diagnóstico más seguro, sobre todo cuando el coronaria, valvular o congénita. El método más útil para . va-
infradesnivel es recto o descendente. lorar la capacidad funcional es la determinación del VO2máx
Ascenso del segmento ST. Cuando se observa un ascenso alcanzado (mL/kg/min) durante la prueba. La determinación
del ST, los criterios de positividad eléctrica son similares a directa de este parámetro requiere el empleo de un equipo
los indicados para su descenso, es decir, se considera que complejo e incluso molesto para el enfermo. Por ello, en la
una prueba es eléctricamente positiva cuando durante el práctica
. clínica es más útil la determinación indirecta del
esfuerzo se produce un supradesnivel del ST mayor o igual a VO2máx mediante diferentes tablas que permiten efectuar el
1 mm. Este tipo de comportamiento es más frecuente en en- cálculo basándose en el sexo, la edad, la actividad, el esta-
fermos con infarto previo y se ha atribuido a la existencia de dio alcanzado durante el esfuerzo, etc.
discinesia. En ausencia de infarto previo, el supradesnivel En los diferentes protocolos utilizados en la prueba de es-
del segmento ST sugiere isquemia miocárdica transmural por fuerzo se han calculado previamente los gastos energéticos
enfermedad coronaria grave o vasospasmo coronario desen- que corresponden a cada estadio de la prueba, por lo gene-
cadenado por el ejercicio. ral expresados en unidades denominadas MET (1 MET es la
Aumento del voltaje de la onda R. Durante el ejercicio dis- cantidad de energía necesaria para que una persona perma-
minuye la amplitud de la onda R respecto al ECG basal. En nezca sentada y despierta = 3,5-4 mL O2/kg/min = 1,2 cal/min,
pacientes con enfermedad coronaria, el comportamiento aproximadamente). Esto permite comparar los resultados ob-
contrario es un indicador de isquemia miocárdica. La sensi- tenidos por diferentes métodos o protocolos y facilita el se-
bilidad diagnóstica de este criterio es menor que el descenso guimiento de la eficacia de la terapéutica o de un programa
del ST, pero en algunos casos ayuda a resolver las dudas de entrenamiento en un mismo paciente.
diagnósticas que se plantean. A partir del nivel de esfuerzo alcanzado es posible cono-
Aparición de arritmias. Durante el esfuerzo puede aparecer cer la capacidad funcional del individuo sobre la base de los
todo tipo de arritmias, cuyo significado exacto todavía no se valores de los gastos energéticos. Las personas sanas sedenta-
ha establecido en forma definitiva. Las que mayor interés rias pueden alcanzar 9-11 METS, mientras que los entrenados
revisten, por su posible riesgo y por las implicaciones pronós- pueden llegar a 16 METS. De acuerdo con el nivel de esfuer-
ticas, son las arritmias ventriculares. En algunos casos, la zo logrado y los gastos energéticos correspondientes, los pa-
isquemia puede ser la causa de dichas arritmias, pero la sim- cientes se clasifican desde el punto de vista funcional en tres
paticotonía inducida por el esfuerzo también favorece la categorías: clase funcional I (alcanzan 6-10 METS), clase fun-
aparición de focos ectópicos. La detección aislada de arrit- cional II (4-6 METS) y clase funcional III (2-3 METS). El doble
mias durante la prueba de esfuerzo tiene baja sensibilidad producto y el déficit funcional aerobio son otros parámetros
diagnóstica. Sin embargo, la depresión del ST acompañada que permiten estimar la capacidad funcional.
de arritmias graves y, sobre todo, de taquicardia ventricular
tiene un alto valor predictivo de enfermedad coronaria agu- Determinación del riesgo
da y mala función ventricular. Para la correcta interpretación de los resultados de la
Otras alteraciones eléctricas. Se han propuesto también prueba de esfuerzo es necesario conocer una serie de térmi-
otros cambios en el ECG como indicadores de isquemia mio- nos y definiciones que expresan la validez de los hallazgos
cárdica durante la prueba de esfuerzo, como la inversión de obtenidos. El método de referencia con el cual se compara
la onda T, la disminución del voltaje de la onda Q y la inver- la prueba de esfuerzo es la coronariografía.

464
MÉTODOS INCRUENTOS DE EXPLORACIÓN CARDÍACA

TABLA 3.21. Ecuaciones epidemiológicas TABLA 3.22 Causa de falsos positivos


VP VP Isquemia no debida a enfermedad aterosclerótica coronaria
S= VPP = Espasmo, constricción sistólica, hipertensión arterial, hipertrofia
VP + FN VP + FP ventricular izquierda, anemia, hipoxemia.

VN VN Trastornos metabolicoelectrolíticos
E= VPN = Fármacos
VN + FP VN + FN Digital, quinidina, diuréticos, bloqueadores beta.
S: sensibilidad; E: especificidad; VPP: valor predictivo para positivos; VPN: Estados de no ayuno
valor predictivo para negativos; VP: verdaderos positivos; VN: verdaderos
negativos; FP: falsos positivos; FN: falsos negativos. Alteraciones basales de la repolarización
Hiperventilación-ortostatismo
Infarto de miocardio
Corazón hiperdinámico
Verdaderos positivos (VP). Individuos con prueba de es-
fuerzo positiva y coronariografía con lesiones significativas. Miocardiopatías, prolapso mitral, valvulopatías
Falsos positivos (FP). Individuos con prueba de esfuerzo
positiva y coronariografía negativa. Trastornos de la conducción intraventricular, preexcitación
Verdaderos negativos (VN). Individuos con prueba de es- Bloqueo completo de rama izquierda, síndrome de Wolff-
Parkinson-White
fuerzo negativa y coronariografía negativa.
Falsos negativos (FN). Individuos con prueba de esfuerzo Falsos positivos sin anormalidad detectable
negativa y coronariografía positiva.
Con estos términos se pueden definir los siguientes con-
ceptos o ecuaciones epidemiológicas (tabla 3.21):
Sensibilidad. Es la capacidad de una prueba para detectar debido al alto número de resultados falsos positivos. En estos
anormalidad o enfermedad (en este caso, enfermedad coro- casos nunca se debe inicialmente interpretar el descenso del
naria). Se expresa como un porcentaje y se calcula dividien- ST como diagnóstico de isquemia sino que se debe confir-
do el número de VP entre todos los pacientes que tienen en- mar con otro test más preciso (p. ej., gammagrafía con talio).
fermedad coronaria (VP + FN). Aunque sería deseable utilizar En este grupo de pacientes con baja prevalencia, la mayor
pruebas con alta sensibilidad diagnóstica (próxima al 100%), utilidad de la prueba de esfuerzo consiste en descartar con
las pruebas más seguras empleadas en medicina siempre pro- razonable seguridad la enfermedad, ya que una prueba de
porcionan algunos resultados erróneos o falsos. Los factores esfuerzo negativa en estos casos es altamente predictiva
que influyen en la sensibilidad son múltiples: tipo de prueba (94%) de ausencia de enfermedad coronaria. Cuando se lle-
realizada, número de derivaciones registradas, criterios diag- va a cabo una prueba de esfuerzo en individuos con alta pre-
nósticos utilizados, número de vasos afectos, etc. valencia de enfermedad coronaria, la probabilidad pretest
Especificidad. Es la capacidad de una prueba para recono- de que dicha prueba sea positiva también es alta. En este
cer a los individuos sanos. Se calcula dividiendo el número grupo de prevalencia elevada, una prueba de esfuerzo positi-
de VN entre todos los que no tienen enfermedad (VN + FP). va es altamente predictiva de enfermedad coronaria.
La especificidad es una característica muy importante a cau- La sensibilidad del descenso del segmento ST para diag-
sa del daño que supondría diagnosticar por error una enfer- nosticar enfermedad coronaria es del 56-81% y la especifici-
medad grave en un individuo sano. Cuanto más estrictos dad del 72-96%, según el criterio de selección de los pacien-
sean los criterios de interpretación, menor será el número tes. Por otra parte, la sensibilidad de la prueba de esfuerzo
de FP. La especificidad aumenta según disminuyen los FP, y disminuye en relación con el número de vasos afectos: 40-
viceversa. 84% en pacientes con lesión de un vaso, 63-90% en lesiones
Valor predictivo. Indica el significado clínico de una prue- de dos vasos y 79-100% en enfermos de tres vasos.
ba. Es el porcentaje de probabilidad de que un resultado sea La correlación entre la prueba de esfuerzo y los hallazgos
verdadero. Será tanto mayor cuanto menor sea el número de de la coronariografía ha demostrado que aquélla tiene limita-
resultados falsos. ciones como método diagnóstico. Sin embargo, no se tiene
El valor predictivo está en relación con la prevalencia de en cuenta por lo general que la prueba de ejercicio debe in-
enfermedad en el grupo estudiado. Si la prevalencia de en- terpretarse dentro del contexto clínico del paciente y anali-
fermedad coronaria es alta, como ocurre en una población zarse en relación con la probabilidad pretest de padecer una
de varones adultos, el número de VP será elevado y el de FP enfermedad coronaria. En este sentido, la gammagrafía mio-
bajo, y se hallará un alto valor predictivo para positivos. Por cárdica con 201Tl es muy útil para la evaluación de los pa-
el contrario, si la misma prueba se realiza en una población cientes en los cuales la probabilidad pretest no es concor-
joven con baja prevalencia de enfermedad coronaria, los VP dante con la respuesta electrocardiográfica durante el
serán pocos y los FP muchos, resultando un valor predictivo ejercicio. Es decir, está indicada en los pacientes con baja
muy bajo. probabilidad pretest de enfermedad y prueba de esfuerzo po-
sitiva, y en aquellos con alta probabilidad pretest de enfer-
Aplicación clínica de los resultados medad y prueba de esfuerzo negativa. De esta forma aumen-
Mientras que en los pacientes con sospecha de enferme- tan la sensibilidad y la especificidad diagnósticas respecto a
dad coronaria el objetivo más importante de la prueba de la prueba de esfuerzo convencional.
esfuerzo es el diagnóstico, cuando dicha enfermedad está El mayor rendimiento de la prueba de esfuerzo llevada a
demostrada su finalidad principal es la estimación del signifi- cabo con finalidad diagnóstica se obtiene en las siguientes
cado pronóstico, cuyo conocimiento tiene implicaciones en circunstancias: a) cuando se alcanza la frecuencia cardíaca
la toma de importantes decisiones, como elegir entre el trata- máxima; b) cuando se utilizan múltiples derivaciones duran-
miento médico y el quirúrgico. te la prueba de ejercicio; c) cuando la prueba de esfuerzo se
Es bien conocido (teorema de Bayes) que el valor predic- realiza sin tratamiento antianginoso, y d) cuando se intentan
tivo de la prueba de esfuerzo y la probabilidad de que la identificar previamente todas las causas que pueden originar
prueba de ejercicio sea positiva dependen fundamentalmen- resultados falsos negativos y falsos positivos (tablas 3.22 y
te de la prevalencia de enfermedad en el grupo de población 3.23).
estudiado. En grupos con baja prevalencia de enfermedad La alta probabilidad de que una prueba de esfuerzo sea
coronaria (como mujeres, jóvenes asintomáticos o indivi- positiva en los pacientes con angina de esfuerzo típica ha
duos con dolor torácico atípico y sin factores de riesgo), el sido utilizada como crítica por algunos investigadores, quie-
valor predictivo de una prueba de esfuerzo positiva es bajo, nes señalan que en estos casos añade poco al diagnóstico de

465
CARDIOLOGÍA

TABLA 3.23 Causas de falsos negativos


Fármacos
Bloqueadores beta, vasodilatadores, quinidina, procainamida,
fenotiazinas.
Cardiopatía isquémica
Infarto de miocardio antiguo
Lesión de un vaso
Prueba de esfuerzo no concluyente (frecuencia cardíaca < 85%
de la frecuencia cardíaca máxima)
Sistema de derivaciones inadecuado

enfermedad coronaria ya fuertemente sospechado por la his-


toria clínica. Sin embargo, la prueba de esfuerzo es útil aun
en estos casos, ya que confirma un diagnóstico que es sólo
de sospecha. No obstante la mayor utilidad de la prueba de
esfuerzo en los pacientes con angina estable se basa en la in-
formación pronóstica, al facilitar la selección de los pacien-
tes para coronariografía que se pueden beneficiar de la re-
vascularización miocárdica. Fig. 3.63. Prueba de esfuerzo de bajo riesgo en un paciente de
58 años con lesión de un solo vaso (estenosis del 90% de la arteria
Estratificación del pronóstico con la prueba de esfuerzo circunfleja). La positividad eléctrica (descenso del ST de 1,5 mm) apa-
El manejo de los pacientes con lesiones coronarias signifi- rece tardíamente, en el estadio III de la prueba de Bruce (séptimo mi-
cativas y angina de pecho incapacitante que persiste a pesar nuto del ejercicio). E: esfuerzo; R: reposo.
de un tratamiento médico correcto es sencillo. La indica-
ción de una coronariografía es obligada en estos casos, y
si la anatomía coronaria es adecuada, no hay duda en la Dada la heterogeneidad de las lesiones coronarias en los
indicación de revascularización mediante angioplastia o pacientes con angina estable, es necesaria una valoración
cirugía coronaria. funcional mediante la prueba de esfuerzo, con objeto de es-
tratificar el pronóstico y seleccionar los candidatos a la coro-
nariografía que se beneficiarían del tratamiento quirúrgico.
En estudios realizados durante las dos últimas décadas se
ha comprobado que son numerosas las variables de la prue-
ba de esfuerzo útiles para estimar el pronóstico. Los paráme-
tros de la prueba de esfuerzo que identifican a los pacientes
de alto riesgo (fig. 3.62) son los siguientes:
1. Corta duración (incapacidad de terminar el estadio I de
la prueba de Bruce).
2. Incapacidad para aumentar la frecuencia cardíaca más
de 120 lat/min.
3. Disminución (≥ 10 mmHg) de la presión arterial sistóli-
ca durante el ejercicio.
4. Depresión del ST ≥ 2 mm, sobre todo si su aparición es
precoz (durante los primeros 3 min del ejercicio) y si es pro-
longado (más de 5 min durante la fase de recuperación).
Las variables que permiten identificar a los pacientes de
bajo riesgo (fig. 3.63) son las siguientes:
1. Duración prolongada del ejercicio (alcanzar por lo me-
nos el estadio IV de la prueba de Bruce).
2. Alcanzar una frecuencia cardíaca de 160 lat/min.
3. Infradesnivel del ST menor de 2 mm al final del ejerci-
cio o en la fase de recuperación.
Cuando coexisten varios parámetros de alto riesgo durante
la prueba de esfuerzo, la probabilidad futura de presentar
episodios cardíacos aumenta significativamente y en estos
casos se debe indicar una coronariografía.
Aunque la prueba de esfuerzo permite la estratificación del
riesgo, su mayor limitación reside en que no puede cuantifi-
car la extensión de la enfermedad coronaria ni separar a los
pacientes con lesión de uno, dos o tres vasos. A pesar de sus
limitaciones, la prueba de esfuerzo es el método diagnóstico
que mayor ayuda proporciona al cardiólogo en el manejo del
enfermo con angina de pecho. En los pacientes sin infarto
previo y sin signos clínicos ni radiológicos de disfunción ven-
tricular, la prueba de esfuerzo es de elección para determinar
si la isquemia inducida es importante. La coronariografía
debe indicarse sólo en los pacientes con hallazgos de alto
Fig. 3.62. Paciente de 51 años con lesión de tres vasos. Prueba riesgo durante la prueba de ejercicio. La gammagrafía de es-
de esfuerzo precozmente positiva con descenso del segmento ST de fuerzo con talio debe reservarse para aquellos casos con re-
3 mm en las derivaciones CM4 , CM5 y CM6 desde el primer minuto del sultados no concluyentes en la prueba de ejercicio o que pre-
ejercicio. E: esfuerzo. sentan alteraciones basales de la repolarización en el ECG.

466
MÉTODOS INCRUENTOS DE EXPLORACIÓN CARDÍACA

Prueba de esfuerzo después de un infarto. Después de BARDSLEY WT, MANKIN HT. Prueba de ejercicio. En: BRANDENBURG RO,
un infarto agudo de miocardio, los principales determinantes FUSTER V, GIULIANI E, MCGOON DC (eds). Cardiología. Fundamentos
del pronóstico son la función ventricular, la extensión y la y práctica. Madrid, CEA, 1989; 400-436.
CHAITMAN B. Exercise stress testing. En: BRAUNWALD E (ed). Heart dise-
gravedad de las lesiones coronarias y la inestabilidad eléctri- ase. A textbook of cardiovascular medicine. Filadelfia, WB Saun-
ca. El objetivo fundamental de todas las pruebas diagnósti- ders, 1992; 161-179.
cas que se pueden utilizar, incluida la prueba de esfuerzo, es ELLESTAD MH. Pruebas de esfuerzo. Bases y aplicación clínica. Barce-
cuantificar la isquemia residual y el grado de disfunción ven- lona, Consulta, 1988.
tricular, es decir, las bases fisiopatológicas del pronóstico. ISKANDRIAN AS. Exercise testing. En: ISKANDRIAN AS (ed). Nuclear car-
Los pacientes sin evidencia clínica de isquemia miocárdi- diac imaging. Principles and applications. Filadelfia, FA Davis,
ca o disfunción ventricular durante los primeros días de hos- 1987; 55-81.
pitalización deben evaluarse mediante una prueba de esfuer- MARÍN HUERTA E, RODRÍGUEZ PADIAL L, PEY J, FERNÁNDEZ PALOMEQUE C,
FERNÁNDEZ AVILÉS F, ASÍN E et al. Utilidad y limitaciones de la prue-
zo antes del alta hospitalaria. ba de esfuerzo para identificar pacientes de alto riesgo. Correla-
La prueba de esfuerzo precoz (1-2 semanas después de un ción con la coronariografía. Rev Esp Cardiol 1985; 38:84-92.
infarto) permite identificar a los subgrupos de pacientes de
alto riesgo, candidatos a la coronariografía, y que podrían
beneficiarse de un tratamiento médico o de revasculariza- Monitorización ambulatoria con Holter
ción miocárdica (angioplastia o cirugía). Sin embargo, con
frecuencia se olvida que es igualmente importante, si no
más, identificar a los subgrupos de bajo riesgo, los cuales El registro del ECG ambulatorio durante períodos prolon-
constituyen más de la mitad de la población de pacientes gados de la vida diaria fue introducido en cardiología por
que sufre un infarto de miocardio. Es probable que estos en- Norman J. HOLTER. Desde entonces, esta técnica recibe el
fermos de bajo riesgo no requieran tratamiento médico ni nombre de monitorización ambulatoria con Holter o ECG de
evaluación diagnóstica posterior, pero la capacidad funcio- Holter y ha tenido un considerable desarrollo tanto desde el
nal estimada por la prueba de esfuerzo puede servir de guía punto de vista tecnológico como en sus aplicaciones clíni-
para el alta médica precoz y la rápida incorporación a su ac- cas.
tividad laboral. En la actualidad la monitorización con Holter tiene dos
En la prueba de esfuerzo precoz después de un infarto de- aplicaciones fundamentales. En un inicio esta técnica se uti-
ben valorarse todos los índices potenciales (no sólo uno de lizaba sólo en el diagnóstico y en la caracterización de las
ellos) de disfunción ventricular y de isquemia miocárdica: arritmias cardíacas, y sus principales indicaciones eran corre-
duración del ejercicio, nivel de carga alcanzado, frecuencia lacionar de forma objetiva los síntomas y las arritmias, cono-
cardíaca y presión arterial, magnitud, extensión y localiza- cer la gravedad, los mecanismos y las circunstancias que las
ción del descenso del ST y aparición de síntomas (angina, determinaban y evaluar la eficacia del tratamiento con fár-
cuarto ruido, estertores, etc.). De esta manera, en la práctica macos antiarrítmicos.
clínica la prueba de esfuerzo antes del alta hospitalaria permi- Posteriormente, los avances tecnológicos de los equipos
te la estratificación de los pacientes en subgrupos de riesgo. permitieron obtener un registro adecuado y fiable del seg-
Bajo riesgo. Este subgrupo de pacientes, cuya mortalidad mento ST, lo cual ha convertido el estudio de la isquemia
durante el primer año es inferior al 2%, puede identificarse miocárdica, en particular la que no se acompaña de sínto-
basándose en los resultados favorables durante la prueba de mas (isquemia silente), en la otra aplicación fundamental de
esfuerzo. Se incluyen en este grupo los pacientes que alcan- la monitorización con Holter.
zan un nivel de carga igual o superior a 4 METS, una presión La técnica de Holter consiste en un sistema capaz de regis-
arterial de 110 mmHg o más, una frecuencia cardíaca de 130 trar el ECG del individuo en movimiento, para su posterior vi-
lat/min o una frecuencia cardíaca submáxima sin presentar sualización y análisis. Para ello se requiere disponer de un
angina ni cambios isquémicos del segmento ST. En estos pa- sistema de electrodos, una grabadora y un electrocardioana-
cientes de bajo riesgo no es necesario realizar otras pruebas lizador, que constituyen el equipo básico de Holter.
diagnósticas y pueden ser dados de alta precozmente sin tra-
tamiento médico. Deben recomendarse sólo medidas dirigi-
das a reducir los factores de riesgo, en especial el control de
Técnica de registro
la presión arterial, abandono del hábito de fumar, pérdida de
peso, reducción de grasas en la dieta, etc. Electrodos y derivaciones
Alto riesgo. En este grupo se incluye a los pacientes que Dado que la técnica de Holter se basa en el registro del
presentan: a) infradesnivel isquémico del segmento ST ma- ECG durante largos períodos (por lo general 24 h) y con el
yor de 2 mm durante el ejercicio que aparece a un nivel de paciente en movimiento, los requisitos fundamentales para
carga igual o menor a 4 METS; b) corta duración del ejerci- que el registro tenga suficiente calidad y pueda ser interpre-
cio (menos de 4 METS), en ausencia de enfermedad pulmo- tado posteriormente, consisten en disponer de electrodos
nar o limitación osteoarticular, y c) incapacidad de alcanzar adecuados y colocarlos de forma correcta y efectuar una
una presión arterial mayor de 110 mmHg o descenso de ésta preparación apropiada de la piel (fig. 3.64).
durante el ejercicio. En estos casos está indicada la corona- Para el registro de Holter se utilizan derivaciones bipolares
riografía para conocer la anatomía coronaria y seleccionar y, por consiguiente, se requieren dos electrodos, uno positi-
los pacientes que puedan beneficiarse de la revasculariza- vo (explorador) y otro negativo para cada derivación, y, ade-
ción miocárdica con angioplastia o cirugía. más, un electrodo indiferente para todas ellas.
En resumen, la prueba de esfuerzo es en la actualidad el La elección de las derivaciones y, por tanto, la colocación
método más idóneo para determinar la presencia o la ausen- de los electrodos debe hacerse en función del proceso pato-
cia de isquemia miocárdica y valorar la capacidad funcional lógico del paciente y del propósito del estudio. Los electro-
del paciente con cardiopatía y puede llevarse a cabo en el dos negativos pueden colocarse debajo de una o de ambas
ámbito extrahospitalario o en hospitales de cualquier nivel, clavículas o en el manubrio esternal. Los electrodos positivos
prácticamente sin riesgos para el paciente. o exploradores suelen colocarse en el plano anterior del tó-
rax, en el lugar correspondiente a alguna de las derivaciones
precordiales.

Bibliografía especial Registradora


ASÍN CARDIEL E, RUIZ MARTÍNEZ I, MARÍN HUERTA E. Interpretación de la Las registradoras constan de una grabadora en cinta mag-
prueba de esfuerzo. En: ASÍN CARDIEL E (ed). Diagnóstico en car- nética con un reloj acoplado y una fuente de energía que
diología. Madrid, Interamericana, 1984; 337-353. suele ser una pila normal. Mediante carretes o casetes con-

467
CARDIOLOGÍA

Fig. 3.65. Curvas de tendencia del ST y de la frecuencia cardíaca de


un paciente sometido a monitorización con Holter, en la que se regis-
tran, a lo largo de las 24 h de grabación, los cambios del ST en dos
canales (1 y 2) y la frecuencia cardíaca. Pueden observarse numero-
sos episodios de depresión del ST mayor de 1 mm, registrados en los
canales 1 (flechas) y 2 a diferentes horas del día, muchos de los cua-
les coinciden con un aumento de la frecuencia cardíaca (flechas).
Cuando es necesario o existe alguna duda, el equipo de lectura permi-
te obtener un trazo normal a 25 mm/seg de velocidad y una calibra-
ción de 1 cm/mV a cualquier hora de la grabación. (Reproducida con
autorización de Rev Esp Cardiol 1988; 41:355-372.)

mente a 0,08 seg del punto J). En la actualidad la mayoría de


los sistemas de Holter registran de forma fiable los cambios
Fig. 3.64. Paciente con la grabadora de Holter y electrodos coloca- del segmento ST (figs. 3.65 y 3.66).
dos. Se observan dos electrodos situados debajo de ambas clavículas Recuento y clasificación de las arritmias ventriculares en
(negativos), dos electrodos en las posiciones correspondientes a V3 y forma de histogramas o numérica. Muchos aparatos las clasi-
V5 (positivos) y un electrodo en la región inferoanterior del hemitórax fican en extrasístoles ventriculares aisladas, en parejas y en
derecho (neutro). Los 10 cm iniciales de los cables de los electrodos salvas de taquicardia.
están recogidos en un bucle y sujetos a la piel con esparadrapo. Los
cinco electrodos van a una conexión que se fija a la piel con espara- El problema del informe automático reside en la diferen-
drapo, y el cable-paciente se conecta a la grabadora que el paciente ciacion de las extrasístoles ventriculares de los artefactos. Por
lleva colgada en bandolera. ello, a pesar de la facilitación del trabajo, el operador debe re-
visar cuidadosamente los resultados y corregir los errores que

vencionales de larga duración, se capta la señal eléctrica del


ECG, que es registrada a una velocidad muy lenta (varía en-
tre 25 y 177 mm/min).
Merced a los avances tecnológicos han disminuido el ta-
maño y el peso de las grabadoras, y la mayoría de los nuevos
modelos pesan menos de 250 g, lo que ofrece mayor como-
didad para el paciente y permite la grabación incluso duran-
te el ejercicio físico (fig. 3.64).

Electrocardioanalizador
Consiste en un ordenador capaz de leer y reproducir los
complejos QRS grabados en la cinta. La lectura suele reali-
zarse a una velocidad al menos 60 veces el tiempo real, lo
que significa que efectúa la lectura de una hora de graba-
ción en un minuto.
En la actualidad, la mayoría de los electrocardioanalizado-
res disponen de un sistema de análisis automático capaz de
clasificar mediante criterios morfológicos los complejos y
ahorrar gran parte del trabajo del operador. Casi todos los
aparatos proporcionan un informe automático de los siguien-
tes parámetros:
Ritmo cardíaco. Total de complejos en 24 h y en cada
Fig. 3.66. Trazado electrocardiográfico a 25 mm/seg y 1 cm/mV
hora, frecuencia máxima y mínima horaria y en las 24 h, en obtenido del gráfico de tendencias de la figura anterior que permite
trend de frecuencias, histograma o de forma numérica. analizar las características de la curva de tendencias en una hora de-
Análisis del segmento ST. Alteraciones del segmento ST en terminada. En este caso se observa, a las 8:15 h, un desnivel negativo
forma de trend de 24 h, con cuantificación de sus ascensos o del ST de 2,5 mm. (Reproducida con autorización de Rev Esp Cardiol
descensos en milímetros (esta medición se efectúa normal- 1988; 41:355-372.)

468
MÉTODOS INCRUENTOS DE EXPLORACIÓN CARDÍACA

tienen todos los sistemas de análisis automático. Esta revisión


puede llevarse a cabo en una pantalla o imprimiendo sobre
el papel trazados del registro. Los equipos permiten, en gene-
ral, la reproducción de los trazados electrocardiográficos a
distintos tamaños y velocidades de papel. En las páginas com-
primidas se reproduce el trazado a pequeña escala y a veloci-
dad lenta del papel, con indicación de la hora y el minuto del
registro, lo que permite imprimir y revisar un período de gra-
bación de varios minutos y luego expandir a 25 mm/seg y
1 cm/mV tiras del ECG, en general de 10-20 seg de duración,
para un examen más preciso (fig. 3.67).

Diario del paciente


Una de las funciones diagnósticas más importantes del
Holter es determinar si los síntomas del paciente se corres-
ponden con alteraciones en el ECG. Así, se ha podido de-
mostrar que a menudo los síntomas que refieren los pacien-
tes en la consulta no se corresponden con arritmias y, a la
inversa, que muchas arritmias, en ocasiones graves, son asin-
tomáticas.
Pero para que esta correlación del ECG con los síntomas
sea posible, es necesario instruir correctamente a los pacien-
tes sobre la prueba. Se les debe indicar que lleven una vida
normal y que anoten en forma detallada en un diario la apa-
rición de cualquier síntoma (palpitaciones, mareo, disnea,
dolor precordial, etc.) y las actividades que realicen durante
el tiempo de grabación (dormir, pasear, leer, hacer ejercicio,
etc.) y la hora en que esto sucede. Sin el diario del paciente
no sería posible determinar si los síntomas se corresponden
con las arritmias registradas o si son independientes de ellas.
Fig. 3.67. Registro de una taquicardia ventricular sostenida en el
Aplicaciones Holter en un paciente con cardiopatía isquémica. En la parte superior
de la figura se muestra un fragmento de la página comprimida a
La electrocardiografía de Holter ha demostrado su utilidad 35 cm/min con registro de un solo canal. En la parte inferior se ha
en el estudio de las arritmias y, más recientemente, en el es- ampliado el comienzo de la taquicardia a 25 mm/seg y 1 cm/mV en
tudio de la isquemia al detectar los cambios en la repolariza- dos canales. Antes del comienzo de la taquicardia se observa un ritmo
ción. auricular bajo y dos extrasístoles ventriculares, la segunda de las cua-
les (*) da comienzo a la taquicardia.
Arritmias
En el estudio de las arritmias el Holter tiene varias aplica-
ciones clínicas:
1. Es de gran utilidad para la detección de arritmias y per-
mite, fundamentalmente, establecer la correlación entre los
síntomas del paciente y la presencia de trastornos del ritmo.
2. Permite analizar las condiciones de aparición de las
arritmias en la vida diaria y, por tanto, el conocimiento de las s
circunstancias espontáneas que las desencadenan. El ECG
de Holter ha sido decisivo para conocer el mecanismo elec-
trofisiológico de las arritmias, sobre todo paroxísticas, ya que
pone de manifiesto la existencia de un desencadenante sim-
pático o vagal y ofrece una oportunidad única de observar el
inicio y el final de las crisis espontáneas, lo cual no se consi-
gue con los estudios electrofisiológicos intracavitarios.
3. Permite conocer la prevalencia de arritmias en distintos
grupos de población sana y enferma. Las arritmias supraven-
triculares son frecuentes en personas de edad avanzada, en Fig. 3.68. Fragmento a 25 mm/seg y 1 cm/mV del registro de Holter
en dos canales de un paciente de 76 años con mareos y sin cardiopatía
las que se pueden encontrar, en ausencia de cardiopatía evi- aparente. Se observa que una extrasístole supraventricular (S) inicia
dente, crisis de taquicardia supraventricular (fig. 3.68) o fibri- una taquicardia supraventricular a una frecuencia de 170 lat/min.
lación auricular más o menos largas y a menudo asintomáti-
cas. Su importancia depende de la frecuencia ventricular
media y de la periodicidad con que se presentan. Las arrit-
mias ventriculares son frecuentes en personas sanas, y el nú-
mero y la complejidad de las extrasístoles ventriculares au- TABLA 3.24 Clasificación de Lown de las arritmias ventriculares
menta con la edad. LOWN ha clasificado las extrasístoles
ventriculares en distintos grados de acuerdo con las caracte- Grado Observación
rísticas de frecuencia, morfología, repetitividad e intervalo 0 Ausencia de extrasístoles
de acoplamiento (tabla 3.24). Aunque la clasificación de 1 Extrasístoles esporádicas aisladas
Lown ha recibido diversas críticas, continúa siendo la más 2 Extrasístoles frecuentes (1/min o 30/h)
utilizada. 3 Extrasístoles multiformes
Según su trascendencia clínica las arritmias ventriculares 4 Extrasístoles repetitivas
pueden ser benignas, potencialmente malignas y malignas. Parejas
Salvas
Las arritmias ventriculares benignas aparecen en individuos 5 Extrasístoles prematuras (fenómeno R sobre T)
sanos y suelen ser poco frecuentes y no repetitivas, aunque

469
CARDIOLOGÍA

Fig. 3.69. Registro de Holter de un varón de 35 años, sin cardiopa-


tía, en el que se indicó el Holter por extrasístoles ventriculares frecuen-
tes en un ECG de control. Se observan extrasístoles ventriculares (*)
frecuentes, aisladas y en bigeminismo.

Fig. 3.71. Registro de Holter correspondiente a un paciente con car-


diopatía isquémica. En los trazados inferiores se observan descensos
del segmento ST, de 7 mm en el canal 1 y de 4 mm en el canal 2,
mientras se encontraba asintomático. En los trazados superiores se
comprueba que el segmento ST es normal en otros momentos del día.

loración de la efectividad de un tratamiento antiarrítmico a


Fig. 3.70. Trazado electrocardiográfico de un paciente con enferme- través del Holter es todavía más difícil en los casos de taqui-
dad del nódulo sinusal que muestra dos latidos sinusales (N) segui-
dos de una pausa de 4,5 seg y un escape nodal (E). cardias recurrentes. En pacientes con taquiarritmias ventricu-
lares malignas (taquicardia ventricular sostenida y fibrilación
ventricular) es motivo de enorme controversia si el Holter tie-
ne o no valor para guiar el tratamiento farmacológico. En el
en ocasiones pueden observarse extrasístoles frecuentes, po- 20% de estos pacientes no existen arritmias de fondo sufi-
limorfas, e incluso crisis cortas de taquicardia ventricular en cientes para juzgar la eficacia de los fármacos. En estos ca-
individuos sin cardiopatía aparente (fig. 3.69). En principio, sos, el Holter sería, al menos, útil para valorar el potencial
este tipo de arritmias no requiere tratamiento. arritmogénico del tratamiento.
Las arritmias ventriculares potencialmente malignas son 5. Es útil para el control de la función de los marcapasos.
las que se presentan en individuos con cardiopatía (p. ej., Mediante el Holter se pueden conocer los fallos del marcapa-
cardiopatía isquémica, miocardiopatía o enfermedad valvu- sos, tanto de inhibición como de estimulación, y saber si los
lar) pero sin originar síntomas. Se consideran como tales to- síntomas presentados por los pacientes portadores de marca-
dos los tipos de arritmias hasta la taquicardia ventricular no pasos se deben a fallos del marcapasos o a otras causas.
sostenida. Hasta el momento, ningún trabajo ha demostrado
que estas arritmias deban ser tratadas. Estudio de la isquemia
Las arritmias ventriculares malignas son la fibrilación ven- Recientemente la atención se ha centrado en la detección
tricular y la taquicardia ventricular sostenida fuera de la fase de la isquemia silenciosa mediante la monitorización elec-
aguda del infarto de miocardio (fig. 3.67). Suele tratarse de trocardiográfica ambulatoria con Holter.
pacientes cardiópatas con función ventricular disminuida, La prevalencia de descensos del segmento ST en poblacio-
que deben ser estudiados mediante estimulación eléctrica nes sanas, es decir, la incidencia de falsos positivos, es baja
programada y tratados con la terapéutica antiarrítmica ade- si se utiliza la técnica en poblaciones con alta prevalencia de
cuada y en algunos casos con un desfibrilador implantable. enfermedad coronaria o con enfermedad coronaria demos-
El ECG de Holter es muy útil en el diagnóstico de la enfer- trada y se excluyen meticulosamente las causas de falsos po-
medad del nódulo sinusal (fig. 3.70) y puede poner de mani- sitivos (alteraciones del segmento ST en el ECG basal, blo-
fiesto algunos casos de bloqueo auriculoventricular paroxísti- queos de rama, hipertrofia ventricular izquierda, prolapso
co. Por lo general las arritmias hipoactivas empeoran con la mitral, fibrilación auricular, digital, etc.). Cuando se utiliza el
hipertonía vagal, aumentando o apareciendo muchas veces Holter para la detección de isquemia es importante tener en
durante la noche. Sin embargo, está demostrado que en los cuenta que para la definición de un episodio isquémico de-
casos de síncope o presíncope es muy poco frecuente la aso- ben seguirse al menos los criterios de Cohn, que son los más
ciación de arritmias con síntomas coincidentes (0,5-2%). aceptados en la actualidad: descenso del segmento ST
4. Permite valorar el tratamiento antiarrítmico, sobre todo de al menos 1 mm, medido a 80 mseg del punto J, de más de
en las arritmias estables crónicas. Sin embargo, es de escaso 1 min de duración y separado, como mínimo, por 1 min
valor cuando se trata de trastornos del ritmo de aparición es- de otros episodios registrados durante la grabación (regla de
porádica, como ocurre en las taquiarritmias paroxísticas. En los tres unos) (fig. 3.71).
pacientes con arritmias ventriculares, debido a la gran varia- La técnica de Holter ha permitido reconocer que los episo-
bilidad espontánea intraindividual de las extrasístoles ventri- dios sintomáticos de isquemia constituyen menos del 10% de
culares, se acepta que se deben reducir al menos en un 80% los episodios isquémicos que ocurren durante el día. Tam-
para asegurar el efecto antiarrítmico de un fármaco. La va- bién ha revelado la existencia de un ritmo circadiano en la

470
MÉTODOS CRUENTOS DE EXPLORACIÓN CARDÍACA

distribución de la isquemia y han aumentado los conoci- ter permite registrar cambios del segmento ST (ascensos o
mientos sobre la fisiopatología de la isquemia espontánea, al descensos) que se pueden correlacionar con la clínica del
demostrar que alrededor del 50% de los episodios isquémi- enfermo.
cos ocurren con frecuencias cardíacas 30-40 latidos más ba- Con seguridad, en unos años la monitorización con Holter
jas que los que se producen durante la prueba de esfuerzo. llegará a ser una práctica sistemática en el estudio de muchos
Estos datos ponen de manifiesto que en la fisiopatología de pacientes con cardiopatía isquémica, pero son necesarios to-
la isquemia espontánea no sólo está implicado un aumento davía ensayos prospectivos controlados que determinen las
de las demandas miocárdicas de oxígeno, sino también una indicaciones precisas y eviten los estudios indiscriminados.
disminución del aporte.
Sin embargo, todavía no se conoce el significado pronósti-
co de la isquemia silente en el Holter en los distintos subgru- Bibliografía especial
pos de pacientes con enfermedad coronaria, excepto en los BAYÉS DE LUNA A, OCA NAVARRO F, ITURRALDE P, GUINDO J. Métodos de es-
que presentan angina inestable, en los cuales se ha demos- tudio del automatismo y de la conducción. II. A) Electrocardiogra-
trado que la isquemia silente que persiste a pesar de un trata- fía de Holter. En: GARCÍA CIVERA R, CABADÉS A, COSÍN J (eds). Auto-
matismo y conducción cardíacos. Barcelona, MRC, 1987; 81-104.
miento médico adecuado es un marcador de mal pronóstico DEANFIELD JE, MASERI A, SELWYN AP, RIBEIRO P, CHIERCHIA S, KRIKLER S et
y tiene valor predictivo de episodios coronarios graves, al. Myocardial ischemia during daily life in patients with stable an-
como el reinfarto y la muerte súbita. Hasta la fecha, muchos gina: Its relation during symptoms and heart rate changes. Lancet
autores están de acuerdo en que la sensibilidad de la prueba 1983; 2:753-758.
de esfuerzo es mayor que la del Holter para detectar enfer- MARÍN HUERTA E, RODRÍGUEZ PADIAL L. Isquemia miocárdica silente (II).
medad coronaria y, por tanto, aquélla debe ser la técnica uti- Métodos diagnósticos, significado pronóstico y tratamiento. Rev
lizada habitualmente, ya que, además, los criterios diagnósti- Esp Cardiol 1988; 41:355-372.
cos, pronósticos y las decisiones terapéuticas basándose en MOCK MB, SMITH RE. Registro electrocardiográfico ambulatorio. En:
BRANDENBURG RO, FUSTER V, GIULLIANI ER, MCGOON DC (eds). Cardio-
los resultados de una prueba de esfuerzo se hallan mejor es- logía. Fundamentos y práctica. Madrid, CEA, 1989; 437-449.
tablecidos. RAYO I, MARÍN HUERTA E, MUELA A, MORO C, SOLER M. Validación del
En algunos casos, sin embargo, como en la angina vasos- Holter para la detección de la isquemia miocárdica mediante la
pástica, el ECG de Holter resulta más útil que la prueba de es- realización de prueba de esfuerzo simultánea. Rev Esp Cardiol
fuerzo, ya que ésta puede ser negativa, mientras que el Hol- 1990; 43:316-322.

Métodos cruentos de exploración cardíaca


A. Serra Peñaranda y J. Brugada Terradellas

Cateterismo cardíaco y coronariografía* fía). El cateterismo cardíaco abarca una serie de exploracio-
nes que combinan distintas técnicas según el problema espe-
El cateterismo cardíaco permite registrar y analizar las pre- cífico que se desea valorar. La exploración más frecuente es
siones de las cavidades cardíacas y de los grandes vasos, el la coronariografía selectiva combinada con la ventriculogra-
gasto cardíaco, la anatomía de las arterias coronarias, del co- fía para analizar la anatomía de las arterias coronarias y el
razón y de los grandes vasos y el funcionalismo ventricular. funcionalismo del ventrículo izquierdo en los pacientes con
Para adquirir estos datos es necesario introducir catéteres es- cardiopatía isquémica. En segundo lugar se emplea el catete-
peciales en los sistemas arterial y venoso así como en las ca- rismo de las cavidades derechas e izquierdas combinado
vidades cardíacas empleando un equipo complejo en el la- con la determinación del gasto cardíaco y la ventriculografía
boratorio de hemodinámica. o la aortografía para el estudio de las enfermedades valvula-
res, los defectos congénitos y las miocardiopatías. Otras téc-
nicas diagnósticas menos frecuentes incluyen el cateterismo
Indicaciones y técnica del cateterismo cardíaco transeptal, la biopsia endomiocárdica, el estudio del flujo co-
El cateterismo cardíaco se indica para confirmar la sospe- ronario mediante Doppler o termodilución, la ecografía intra-
cha diagnóstica de una enfermedad cardíaca de cualquier vascular y la angioscopia coronaria.
índole, especialmente en la cardiopatía isquémica. Cuando
ya se dispone del diagnóstico de la enfermedad (p. ej., angi-
na de pecho, valvulopatía, miocardiopatía), se indica para
Coronariografía selectiva y ventriculografía
determinar la extensión o la gravedad de dicha enfermedad Su indicación fundamental es la cardiopatía isquémica.
y para establecer un pronóstico. Para realizar una coronariografía es necesario introducir un
La introducción de los catéteres en el sistema arterial o ve- catéter selectivamente en las arterias coronarias a través de
noso se realiza por punción percutánea de los vasos femora- una arteria periférica. La inyección manual de contraste yo-
les, previa anestesia local. Cuando existe una obstrucción dado a través del catéter opacifica el árbol coronario y per-
grave de las arterias de las extremidades inferiores, se em- mite analizar las lesiones de las arterias coronarias. Existen
plea como vía de entrada la arteria humeral mediante pun- diferentes tipos de catéteres con formas distintas para cada
ción percutánea o arteriotomía. Desde la puerta de entrada, arteria coronaria. La complejidad de las lesiones ateromato-
se hace avanzar los catéteres hasta el corazón, siendo posi- sas y la abundancia de la red coronaria obliga a practicar
ble entonces el registro de presiones, la obtención de mues- proyecciones en distintos ángulos para evitar la superposi-
tras de sangre y la inyección de material de contraste para ción de los vasos y poder analizar de forma precisa la morfo-
opacificar las estructuras que se han de estudiar (angiogra- logía de las lesiones (fig. 3.72). Las estenosis que disminuyen
el diámetro del vaso en menos del 50% no se consideran obs-
tructivas. A partir del 50% de reducción del diámetro, se pro-
*A. Serra Peñaranda duce un aumento de la resistencia al flujo coronario que se

471
CARDIOLOGÍA

A B

C D
Fig. 3.72. Coronariografía selectiva. A y B. Arteria coronaria izquierda en proyección oblicua anterior derecha a 30° (A) y oblicua anterior iz-
quierda a 45° con 25° de inclinación craneal (B) que permite detectar lesiones significativas en el segmento medio de la arteria descendente ante-
rior. C y D. Arteria coronaria derecha en proyección oblicua anterior izquierda a 45° (C) y oblicua anterior derecha a 30° (D). No se observan este-
nosis.

agrava con el ejercicio. Por encima del 70% se considera que terapéutica, ya sea cirugía, angioplastia o tratamiento mé-
el grado de estenosis y su repercusión en el flujo coronario dico.
son intensos.
Al término de la coronariografía se practica la ventriculo-
grafía avanzando un catéter especial en el interior del ven-
Cateterismo derecho e izquierdo
trículo izquierdo. A través del catéter se inyecta contraste yo- El cateterismo derecho e izquierdo se realiza a partir de
dado a presión mediante una bomba inyectora que opacifi- una arteria y una vena periférica, generalmente las femora-
ca la cavidad ventricular a lo largo de varios ciclos cardía- les. Esta técnica combina el registro de presión y la angiogra-
cos. El análisis del perfil de la cavidad ventricular izquierda fía de las cavidades cardíacas y de los grandes vasos, el gasto
en la telediástole y en la telesístole de un mismo ciclo cardía- cardíaco y el análisis oximétrico para el diagnóstico de dis-
co permite calcular la fracción de eyección (volumen tele- tintas afecciones cardíacas como enfermedades valvulares,
diastólico-volumen telesistólico/volumen telediastólico), que miocardiopatías, comunicaciones intracardíacas y cardiopa-
constituye uno de los parámetros más importantes para esti- tías congénitas. Los datos que se deben analizar durante este
mar la función ventricular. En condiciones normales, la frac- procedimiento son los siguientes:
ción de eyección del ventrículo izquierdo es superior al 50%.
Además de la contractilidad global, es posible estudiar la Registro de las curvas de presión
contractilidad segmentaria o regional, lo que permite un estu- La medición de presiones se realiza mediante catéteres lle-
dio más preciso de la función ventricular (fig. 3.73). Los da- nos de suero salino conectados a transductores de presión.
tos obtenidos con la coronariografía y la ventriculografía, El transductor transforma la energía mecánica de la onda de
junto a la clínica del paciente, permiten precisar la exten- presión en una señal eléctrica que se representa gráficamen-
sión, la gravedad y la repercusión de la enfermedad corona- te en un osciloscopio y se registra en papel milimetrado.
ria, estratificar el riesgo de los pacientes y adoptar la decisión Existen tres tipos de curvas de presión con morfología com-

472
MÉTODOS CRUENTOS DE EXPLORACIÓN CARDÍACA

isovolumétrica

isovolumétrica
1

Contracción
(Diastasis)

Relajación

ventricular

ventricular
Eyección
auricular

Llenado

Llenado
2

Sístole

rápido

lento
A B
Presión
(mmHg)
120
5 Cierre
válvula
4 aórtica
3 Apertura
válvula
90 aórtica

Ao
C D 60
VI

Apertura
Cierre válvula
30 válvula mitral
mitral AI
v
a c
Fig. 3.73. Análisis de la contractilidad segmentaria en la ventriculo- x
0
grafía izquierda en proyección oblicua anterior derecha a 30°. En lí- y
nea continua se dibuja el perfil diastólico y, en línea discontinua, el
perfil sistólico del ventrículo izquierdo. En números se representan los Diástole Sístole Diástole
segmentos ventriculares. 1: anterobasal; 2: anterolateral; 3: apical; 4: R
diafragmático; 5: posterobasal. A. Contracción normal de todos los P T
segmentos del ventrículo izquierdo. B, C y D. Hipocinesia (disminu-
ción de la contractilidad), acinesia (ausencia de contractilidad) y dis- ECG
cinesia (abombamiento paradójico en sístole), respectivamente, del Q S
segmento anterolateral.
Fig. 3.74. Ciclo cardíaco. La gráfica muestra las curvas de presión
del ventrículo izquierdo (VI), de la aorta ascendente (Ao) y de la
pletamente distinta (fig. 3.74), cuyos valores normales se ex- aurícula izquierda (AI). Las líneas verticales dividen las distintas fases
presan en la tabla 3.25. de los períodos sistólico y diastólico del ciclo cardíaco expresados en
la parte superior de la gráfica. Las ondas a, c y v y los descensos x e y
Curva de presión auricular o venosa. Se registra en las au- corresponden al pulso venoso.
rículas, en las venas cava y en la arteria pulmonar con el ca-
téter enclavado (presión capilar pulmonar). El perfil de estas
curvas de presión muestra dos ondas positivas (a y v) y dos hasta alcanzar su máximo, punto en el que se mide la pre-
ondas negativas o colapsos (x e y). La onda a se produce sión sistólica máxima o presión pico. A partir de este punto,
con la contracción auricular al final de la diástole; le sigue el la presión desciende rápidamente produciéndose el cierre
colapso x (colapso sistólico) que refleja la relajación auricu- de las válvulas semilunares y la fase de relajación isovolumé-
lar y se ve interrumpido por la onda c, provocada por el cie- trica. En el trazado de la curva de presión ventricular se ana-
rre de la válvula tricúspide. Al colapso x le sigue la onda v, lizan, además de su morfología, los valores de la presión
producida por el retorno venoso que llena la aurícula duran- sistólica máxima o pico y de la presión protodiastólica y tele-
te la sístole ventricular. Al principio de la diástole, se abren diastólica. En condiciones normales, tanto la presión media
las válvulas auriculoventriculares (AV) y la sangre pasa al de la aurícula izquierda como la de la presión pulmonar en-
ventrículo disminuyendo la presión en la aurícula, lo que
produce el colapso diastólico y. La contracción de la aurícu- TABLA 3.25. Parámetros hemodinámicos normales
la en la última parte de la diástole genera una nueva onda a.
En este tipo de presiones se analiza la morfología de las on- Presiones intracardíacas y de los grandes vasos (mmHg)
das y se mide el pico de las ondas positivas (a y v) y el pro- Onda a Onda v Media Sistólica Telediastólica
medio o presión media de las ondas de varios ciclos. La pre-
sión media de la aurícula izquierda es generalmente mayor Aurícula 2-8 2-8 0-6
derecha
que la de la aurícula derecha. La onda v es más alta que la Ventrículo 15-30 0-8
onda a en la aurícula izquierda, mientras que en la aurícula derecho
derecha sucede lo contrario. Arteria 7-20 16-32 4-12
pulmonar
Curva de presión ventricular. Se registra en ambos ven- Capilar 4-15 5-20- 2-12
trículos. Al inicio de la diástole, la curva de presión ventricu- pulmonar
lar muestra un colapso (coincidente con el colapso y de la Aurícula 4-15 5-20 2-12
presión auricular) en cuyo nadir se mide la presión proto- izquierda
Ventrículo
diastólica del ventrículo. Durante la diástole se produce el izquierdo 100-160 2-12
llenado de los ventrículos, y la curva de presión es ascenden- Arteria aorta 70-105 100-160 60-90
te, terminando con una onda a positiva, superponible a la
onda a de la presión auricular. El final de la onda a es el pun- Gasto cardíaco y parámetros relacionados
to en el que se mide la presión telediastólica del ventrículo y Gasto cardíaco 4-7 L/min
Índice cardíaco 2,5-3,7 L/min/m2
coincide con el pico de la onda R del ECG. Al inicio de la sís- Índice volumen latido 30-60 mL/lat/m2
tole, con las válvulas aún cerradas, la presión ventricular au-
menta rápidamente (fase de contracción isovolumétrica) Resistencias vasculares
hasta que excede la presión arterial y se abren las válvulas Resistencia pulmonar total (RPT) 60-250 dinas × seg × cm–5
semilunares (pulmonar y aórtica) al inicio de la fase de eyec- Resistencia vascular sistémica (RVS) 750-1.500 dinas × seg × cm–5
Relación RPT/RVS 0,05-0,25
ción. En esta fase, la presión ventricular sigue aumentando

473
CARDIOLOGÍA

A B
mmHg mmHg
200 100
VI VI
Gradiente Fig. 3.75. A. Registro simultáneo de las
aórtico presiones del ventrículo izquierdo (VI) y
de la aorta (Ao) en un caso de estenosis
aórtica. En sístole, la presión del VI es su-
Ao Gradiente perior a la de la Ao, determinando la apa-
mitral rición de un gradiente de presión entre
AI ambos (zona sombreada). B. Registro si-
multáneo de las presiones del VI y de la
aurícula izquierda (AI) en un caso de este-
0 0
nosis mitral reumática. Nótese el gradien-
te de presión (sombreado) en diástole en-
tre ambas cavidades cardíacas.

clavada coinciden con la presión telediastólica del ventrícu- El consumo de O2 se determina a partir del contenido de
lo izquierdo. O2 del aire ambiente que inspira el paciente y del aire espira-
do recogido a través de una boquilla en un recipiente (saco
Curva de presión arterial. Se obtiene en las arterias sisté- de Douglas o espirómetro de Tissot). Conociendo el volu-
micas y en las pulmonares. Al inicio de la fase de eyección, men de aire espirado en un minuto y la diferencia entre el
la presión arterial aumenta rápidamente y sigue un trazado contenido de O2 (en vol%) entre el aire ambiente y el espira-
idéntico a la del ventrículo, alcanzando un punto máximo do, se calcula el consumo de O2. La diferencia arteriovenosa
en el que se mide la presión arterial sistólica. A partir de de O2 del circuito pulmonar se obtiene restando del conteni-
este punto se produce un descenso rápido hasta el cierre do de O2 de la sangre arterial el de la arteria pulmonar. En
de la válvula en el nadir de la incisura dícrota, tras la cual ausencia de comunicaciones intracardíacas, el gasto del cir-
se produce la onda dícrota por el rebote de la sangre de la cuito pulmonar es idéntico al del sistémico. Recientemente,
arteria contra la válvula cerrada al final de la fase de eyec- se ha desarrollado un método automatizado para el cálculo
ción. La presión arterial diastólica se mide en el punto más del consumo de O2, menos engorroso que el método directo
bajo de la curva, justo antes de la apertura de las válvulas. de Fick y de aceptable fiabilidad: el método polarográfico
Cuando las válvulas semilunares y las válvulas AV están (metabolic rate meter). Con este método, una campana de
abiertas en sus respectivos ciclos, la presión entre la cámara plexiglás cubre la cabeza del paciente y recoge el aire espira-
proximal y la cámara distal a las válvulas es idéntica. En la es- do que es conducido al aparato de medición para el cálculo
tenosis de las válvulas aórtica o pulmonar la presión de la cá- automático del consumo de O2.
mara proximal (ventrículo) durante la sístole es mayor que la
registrada en la cámara distal (arteria). Además, la curva de Método de dilución de colorantes. Este método sigue el
presión de la arteria aumenta más lentamente y su punto má- principio de Fick, pero, en lugar del O2, se emplea la dilu-
ximo está retrasado con respecto a la curva normal. Cuando ción colorimétrica de una sustancia introducida entre dos
existe una estenosis en las válvulas AV, la presión en la aurícu- puntos de la circulación. Se inyecta el colorante (p. ej., verde
la es superior a la del ventrículo durante la diástole. Esta dife- de indocianina) en la arteria pulmonar y se obtiene una
rencia de presión entre la cámara proximal y la distal causada muestra de sangre para análisis de una arteria periférica me-
por las estenosis valvulares se denomina gradiente (fig. 3.75). diante una bomba que la extrae a velocidad continua y la
hace pasar por un colorímetro. Para calcular el gasto se em-
Gasto cardíaco plea la fórmula de Hamilton:
El gasto cardíaco se define como la cantidad total de san-
gre expelida por el corazón en la unidad de tiempo y se 60 seg × l
expresa en litros por minuto (L/min). El índice cardíaco es el Gasto cardíaco (L/min) =
gasto cardíaco referido a la superficie corporal y se expre- C×K
sa en L/min/m2. El volumen latido o volumen de eyección
(mL/lat) es el volumen de sangre expelido por el corazón en donde I es la cantidad de colorante inyectada en miligramos;
cada latido, y el índice volumen latido (mL/lat/m2), su rela- C la suma de sus concentraciones en la arteria periférica du-
ción con la superficie corporal. Los valores normales de estos rante cada segundo a lo largo de un minuto, y K el factor de
parámetros se expresan en la tabla 3.25. Los métodos emplea- calibración obtenido mezclando la sangre del paciente con
dos para el cálculo del gasto cardíaco se basan en el principio distintas concentraciones de colorante.
de Fick, según el cual, la cantidad de una sustancia extraída o Las regurgitaciones valvulares y los cortocircuitos intracar-
liberada por un órgano situado en el torrente circulatorio es díacos producen recirculaciones del colorante que determi-
el producto del flujo sanguíneo en dicho órgano por la dife- nan artefactos en la curva de dilución, por lo que este méto-
rencia entre las concentraciones de esa sustancia en la circu- do no resulta válido en tales circunstancias.
lación de entrada (arterial) y la de salida (venosa). El método
directo de Fick y la termodilución son las dos técnicas que Método de la termodilución. Su principio es análogo al de
han tenido una mayor difusión por su sencillez e inocuidad. la dilución de colorantes. En este caso, se inyecta suero frío
en la luz proximal de un catéter de Swan-Ganz (aurícula de-
Método directo de Fick. En este método, la sustancia o in- recha) y se registran los cambios térmicos mediante un sen-
dicador es el oxígeno, y el gasto cardíaco se calcula a partir sor de temperatura situado en el extremo distal del catéter
de la ecuación: (arteria pulmonar). La fórmula para el cálculo del gasto car-
díaco es similar a la empleada en la dilución de colorantes.
Consumo de O2 (mL/min) En esta técnica se emplea un ordenador que ofrece el cálcu-
Gasto cardíaco (L/min) = lo del gasto cardíaco en escasos segundos. Dada la fugaci-
Diferencia AV O2 (vol%) × 10 (mL/L) dad de los cambios térmicos, las determinaciones pueden re-

474
MÉTODOS CRUENTOS DE EXPLORACIÓN CARDÍACA

petirse tantas veces como sea necesario. Este método tiene Flujo valvular (mL/seg)
las mismas restricciones que la dilución de colorantes. Área valvular =
C × √gradiente
Análisis oximétrico
El estudio de la saturación o del contenido de O2 en mues- La constante empírica C tiene un valor de 44,3 para la vál-
tras de sangre de las diversas cavidades cardíacas y grandes vula aórtica y de 37,7 para la mitral. El flujo (en mL/seg) que
vasos permite detectar y cuantificar las comunicaciones in- pasa a través de la válvula estenótica se calcula a partir de
tracardíacas, indicación principal de esta técnica. En estado los parámetros siguientes:
de reposo, el contenido de O2 de la sangre arterial es de 19
vol% y el de la sangre venosa de 15 vol%. Las muestras de Gasto cardíaco (mL/min)
sangre arterial se obtienen de la arteria aorta o del ventrículo Flujo (mL/seg) =
izquierdo, y las venosas de las venas cava, la aurícula y el PLD (seg/min) o PES (seg/min)
ventrículo derechos y la arteria pulmonar. Cuando existe una
comunicación izquierda-derecha, la sangre del circuito arte- El período de llenado diastólico (PLD) expresa el tiempo
rial pasa al venoso y se produce un aumento del contenido durante el cual permanece abierta la válvula mitral (fase de
de O2 en este último a partir del lugar de la comunicación. Se llenado ventricular) en un minuto. El período de eyección
diagnostica una comunicación interauricular cuando el con- sistólico (PES) es el tiempo que permanece abierta la válvula
tenido de O2 de la sangre de la aurícula y el ventrículo dere- aórtica durante un minuto. Ambos se obtienen a partir de las
chos o de la arteria pulmonar es igual o superior en 2 vol% curvas de presión simultáneas del ventrículo izquierdo y de
al contenido de O2 de las venas cava. En la comunicación in- la aurícula izquierda o de la arteria aorta, respectivamente.
terventricular basta que el salto oximétrico entre la aurícula La estenosis mitral se considera crítica o grave cuando el
derecha y el ventrículo derecho o la arteria pulmonar sea su- área valvular es inferior a 1 cm2, y leve cuando es superior
perior a 1 vol% para su diagnóstico. La magnitud de la comu- a 1,5 cm2, siendo moderadas las formas intermedias. La este-
nicación se cuantifica a través de la fórmula. del gasto cardía- nosis aórtica se considera crítica cuando el área valvular es
co, relacionando
. el gasto pulmonar (Q p) con el gasto inferior a 0,7 cm2 en un paciente de tamaño medio, lo que
sistémico (Q s): equivale a un índice valvular de 0,4 cm2/m2. La fórmula de
Gorlin proporciona resultados erróneos cuando se asocia
. Consumo de O2 (mL/min) una regurgitación de grado moderado o grave a la estenosis
Qp = valvular y en las situaciones de bajo gasto cardíaco.
Vol % O2 arterial – vol % O2 AP
Angiografía
. Consumo de O2 (mL/min) La inyección de contraste en el ventrículo o ventriculogra-
Qs =
Vol % O2 arterial – vol % O2 SVM fía permite, además del estudio de la función ventricular, de-
tectar la insuficiencia de las válvulas AV. El análisis del chorro
de contraste que regurgita a la aurícula en sístole y su grado
donde AP: arteria pulmonar, y SVM: sangre venosa mixta
de opacificación sirven para cuantificar la magnitud de la in-
(3 veces vol% O2 de vena cava superior + 1 vez vol% O2 de
suficiencia. La ventriculografía izquierda está indicada en las
vena cava inferior/4).
. . enfermedades que afectan el ventrículo (miocardiopatías de
La relación Q p/Q s es igual a 1 en condiciones normales.
cualquier etiología), en las valvulopatías y en las cardiopatías
Se considera que una comunicación
. . izquierda-derecha es
congénitas (p. ej., comunicación interventricular, estenosis
moderada cuando la relación Q p/Q s es superior a 1,5, y gra-
subaórtica) y como parte sistemática del estudio de la cardio-
ve cuando es mayor a 2, constituyendo en este último caso
patía isquémica. La aortografía permite detectar y cuantificar
una indicación de cierre quirúrgico de la comunicación.
la insuficiencia aórtica y analizar la morfología de la válvula
aórtica y de la aorta. Está indicada en el estudio de la valvu-
Resistencias vasculares lopatía aórtica, de las enfermedades de la aorta (aneurisma,
La resistencia que ofrece una circulación determinada de-
disección) y en ciertas anomalías congénitas (coartación,
pende del flujo que pasa a su través y de la diferencia o caí-
conducto arterioso persistente, estenosis supravalvular). La
da de presión entre la entrada y la salida de esta circulación.
angiografía de la arteria pulmonar tiene como principal indi-
Las fórmulas para el cálculo de las resistencias vasculares
cación la tromboembolia pulmonar.
son:

AP – AI Otras técnicas
Resistencia pulmonar total =
GC El cateterismo transeptal se practica con una aguja metáli-
ca larga (Brockenbrough) que se introduce a través de un ca-
AO – AD téter por la vena femoral. La punción del tabique interauricu-
Resistencia sistémica = lar con la aguja posibilita el paso del catéter desde la
GC aurícula derecha hasta la aurícula izquierda y el ventrículo a
través de la válvula mitral. Esta técnica se emplea en el estu-
donde AP, AI, AO y AD son las presiones medias de la arteria dio de las valvulopatías cuando no es posible acceder al ven-
pulmonar, de la aurícula izquierda (o del capilar pulmonar), trículo izquierdo por vía retrógrada y en la valvuloplastia mi-
de la aorta y de la aurícula derecha, respectivamente, y GC el tral percutánea para dilatar la válvula mitral estenótica.
gasto cardíaco. La biopsia endomiocárdica permite la obtención de peque-
La determinación de las resistencias pulmonares, en espe- ñas muestras de músculo cardíaco mediante un catéter con
cial la relación resistencia pulmonar/resistencia sistémica, un bioptomo montado en su extremo distal. Se aplica en el
es útil para valorar el riesgo de la cirugía cardíaca y la ope- estudio del rechazo al trasplante cardíaco y en el diagnóstico
rabilidad de las comunicaciones intracardíacas. En la ta- de las miocardiopatías.
bla 3.25 se exponen los valores normales de las resistencias La introducción de un transductor de ultrasonidos miniaturi-
vasculares. zado y montado en el extremo de un catéter de 1,5 mm de
diámetro en el interior de las arterias coronarias permite obte-
Cálculo de las áreas valvulares ner la imagen ecográfica de sus paredes. La angioscopia, me-
El área de las válvulas cardíacas estenóticas se calcula a diante la introducción de fibras ópticas en el interior de las ar-
partir del gradiente de presión y del gasto cardíaco mediante terias coronarias, permite analizar la morfología y el color de
la fórmula de Gorlin y Gorlin: la superficie interna de las arterias coronarias. Ambas técnicas

475
CARDIOLOGÍA

son de reciente introducción y sus campos de aplicación se


encuentran en fase de investigación clínica en la actualidad.

Bibliografía especial
ÁNGEL J, ANÍVARRO I. Cateterismo cardíaco. En: SOLER J, BAYÉS A (eds).
Cardiología. Barcelona, Ediciones Doyma, 1986.
GROSSMAN W (ed). Cateterización y angiografía cardíaca. Filadelfia,
Lea and Febiger, 1985.
SERRA A. Cateterismo cardíaco. En: BETRIU A, SERRA A (eds). Tratado de
cardiología. Serie licenciatura aula clínica. Barcelona, Salvat, 1989.
SERRA A, BETRIU A. Angioscopia coronaria percutánea. Rev Esp Car-
diol 1993; 46 (supl 3): 78-84.
YANG SS, BENTIVOGLIO LG, MORANHAO V, GOLDBERG H (eds). From car-
diac catheterization data to hemodynamic parameters. Filadelfia,
FA Davis, 1978.

Estudios electrofisiológicos*

El estudio electrofisiológico es un procedimiento invasivo


destinado a estudiar los trastornos del ritmo cardíaco. El pro-
cedimiento se realiza bajo sedación ligera y anestesia local. Fig. 3.76. Derivación DII del ECG de superficie y registro intracavita-
Mediante control radioscópico se introducen uno o varios rio de la zona del nódulo auriculoventricular (His) obtenidos en 4 pa-
catéteres multipolares por vía arterial y/o venosa que servi- cientes distintos. A. Conducción AV normal con un intervalo AH de
rán para registrar los potenciales eléctricos intracavitarios au- 100 mseg y un intervalo HV de 40 mseg. B. Bloqueo suprahisiano
riculares, ventriculares, en la zona del haz de His y sus ramas de primer grado (intervalo AH de 210 mseg) y bloqueo infrahisiano de
(fig. 3.76) y para estimular eléctricamente las distintas cavi- primer grado (intervalo HV de 65 mseg). C. Bloqueo de conducción
intrahisiano. Existe un desdoblamiento de la actividad del haz de His.
dades cardíacas. Los estudios se realizan con un objetivo D. Bloqueo de conducción infrahisiano de primer grado. El intervalo
diagnóstico, a fin de obtener información sobre el tipo de HV mide 70 mseg y el intervalo AH es normal.
arritmia y sus mecanismos electrofisiológicos, y con un obje-
tivo terapéutico, mediante la interrupción de la arritmia con
estimulación eléctrica, la evaluación de los efectos de dis-
tintos tratamientos farmacológicos y/o eléctricos sobre la
arritmia y, más recientemente, mediante la ablación por
radio-frecuencia de tejido miocárdico que interviene en la
perpetuación de la arritmia.

Indicaciones de los estudios electrofisiológicos diagnósticos


Bloqueo auriculoventricular
En pacientes con bloqueo auriculoventricular (AV) el es-
tudio electrofisiológico está indicado en los casos en los que
el ECG de superficie no permite determinar con exactitud el
lugar del bloqueo. El estudio indica si el bloqueo se sitúa en
la zona del nódulo AV (bloqueo suprahisiano), en el tronco
del haz de His (bloqueo intrahisiano) o por debajo de dicho
haz (bloqueo infrahisiano) (fig. 3.77). Esta división no es
sólo anatómica sino que determina en gran medida el curso
clínico del bloqueo y la necesidad o no de implantar un mar-
capasos definitivo. Los pacientes con bloqueo intrahisiano e
infrahisiano presentan en la evolución clínica una mayor ten-
dencia al bloqueo AV completo que los pacientes con blo- Fig. 3.77. Derivaciones DI, DII, DIII, V1 y V6 del ECG de superficie. La
estimulación eléctrica programada ventricular (flechas) desencadena
queo suprahisiano y requerirán, en general, la implantación una taquicardia ventricular sostenida y monomórfica en un paciente
de marcapasos definitivo para prevenir la aparición de episo- con antecedentes de infarto de miocardio antiguo y episodios sincopa-
dios de bradicardia o asístole. les de repetición que nunca se habían podido demostrar. Al inducir la
arritmia el paciente sufrió una pérdida de conocimiento similar a las
Anomalías de la conducción intraventricular que presentaba clínicamente. El estudio electrofisiológico demostró
En estos casos el estudio electrofisiológico proporciona in- así el origen de sus episodios sincopales.
formación sobre el estado de la conducción infrahisiana a
partir de la duración del intervalo HV (His-ventrículo). Los
pacientes con anomalía de la conducción intraventricular e
intervalo HV prolongado (> 55 mseg), tienen mayor progre- Disfunción del nódulo sinusal
sión hacia el bloqueo trifascicular (equivalente del bloqueo La disfunción del nódulo sinusal es una de las causas
AV completo). Cuanto mayor es la duración del intervalo HV de episodios presincopales o sincopales. La demostración de
de base, mayor es la posibilidad de progresión hacia el blo- bradicardias sinusales extremas o de pausas sinusales du-
queo trifascicular. En casos dudosos se utilizan fármacos, rante los síntomas es prácticamente diagnóstica de disfun-
como la ajmalina o la procainamida, para poner en eviden- ción sinusal sintomática y no requiere otras exploraciones.
cia anomalías latentes. Sin embargo, dado el carácter paroxístico de los síntomas,
es excepcional poder relacionar el episodio sincopal con
un registro electrocardiográfico. Por ello, en pacientes en
quienes se sospecha una disfunción del nódulo sinusal está
*J. Brugada Terradellas indicada la realización de un estudio electrofisiológico

476
CATETERISMO TERAPÉUTICO: CARDIOLOGÍA INTERVENCIONISTA

para poner de manifiesto dicha anomalía. La técnica más cuencia, sistemas antitaquicardia, desfibrilador implantable
ampliamente utilizada consiste en estimular durante 60 seg y cirugía).
la aurícula con una frecuencia superior a la frecuencia de
base. Al parar bruscamente la estimulación, el nódulo sinu- Síncope de origen desconocido
sal tarda cierto tiempo en recuperar su automatismo. El Los estudios electrofisiológicos deben considerarse en los
tiempo entre el último latido estimulado y el primer latido pacientes con síncopes de repetición y en quienes no se pue-
espontáneo recibe el nombre de tiempo de recuperación si- de identificar su causa a pesar de la historia clínica, el ECG,
nusal. Si a dicho período se le resta el ciclo de base, se ob- el registro ECG ambulatorio y el examen clínico cardiovascu-
tiene el tiempo de recuperación sinusal corregido. En con- lar y neurológico. El estudio está especialmente indicado si
diciones normales dicho intervalo es inferior a 525 mseg. el paciente tiene alguna forma de cardiopatía estructural,
En pacientes con disfunción del nódulo sinusal, este perío- puesto que la mortalidad al año en pacientes con síncope y
do está alargado. En estos casos es importante estudiar al cardiopatía de base es superior al 20%, mientras que es infe-
mismo tiempo la conducción AV puesto que la disfunción rior al 5% en pacientes sin cardiopatía de base. En estos ca-
sinusal se asocia con cierta frecuencia a anomalías de la sos, el estudio pretende poner de manifiesto una de las tres
conducción AV. causas arrítmicas de síncope (bloqueo AV paroxístico, enfer-
medad del nódulo sinusal o crisis de taquiarritmia) y, al mis-
Taquicardias mo tiempo, reproducir la sintomatología del paciente.
En pacientes con taquicardias, el estudio electrofisiológico
está dirigido a reproducir la arritmia mediante la estimula- Palpitaciones no demostradas
ción eléctrica programada. Esto permite diagnosticar el tipo En pacientes con crisis de palpitaciones no demostradas
de arritmia, estudiar las estructuras responsables de ésta, de- mediante ECG, el estudio electrofisiológico tiene como fina-
terminar la posibilidad de que aparezcan arritmias graves en lidad la inducción en el laboratorio de la arritmia clínica, es
la evolución clínica y obtener información sobre el mejor tra- decir, de una arritmia que reproduzca los síntomas del
tamiento posible. En general, los estudios electrofisiológicos paciente. Cuando se requieran protocolos de estimulación
están indicados en pacientes con episodios recurrentes y sin- agresivos para inducir una arritmia, debe tenerse presente
tomáticos de taquicardia supraventricular o ventricular, espe- la posibilidad de inducción de arritmias no clínicas, por
cialmente si se acompañan de deterioro hemodinámico. Asi- ejemplo fibrilación y aleteo auriculares, en caso de estimula-
mismo, están indicados siempre que existan dudas sobre el ción auricular, y fibrilación ventricular, en caso de estimu-
origen de la arritmia, en particular para diferenciar una taqui- lación ventricular. La inducción de taquicardia ventricular
cardia ventricular de una taquicardia supraventricular con monomórfica o de taquicardias supraventriculares recípro-
aberrancia en la conducción. Por último, los estudios elec- cas tiene, en cambio, un gran valor diagnóstico puesto que
trofisiológicos están indicados siempre que se considere una raras veces aparecen en individuos exentos de estas arritmias
opción terapéutica no farmacológica (ablación por radiofre- clínicamente (fig. 3.77).

Cateterismo terapéutico: cardiología intervencionista


A. Serra Peñaranda y J. Brugada Terradellas

Métodos de revascularización coronaria diámetro) y radiopaca. Al alcanzar el extremo distal del caté-
ter, se hace avanzar la guía en el interior de la arteria corona-
y valvuloplastia* ria y se pasa a través de la estenosis, situando su punta lo
más distal posible. Sobre esta guía se avanza el catéter de an-
La hemodinámica cardíaca ha experimentado un gran de- gioplastia coronaria que tiene en su extremo distal un balón
sarrollo en las últimas décadas, que ha permitido su empleo, con un marcador radiopaco en su centro que permite moni-
además de con fines diagnósticos, con fines terapéuticos torizar su avance y posición mediante control radiológico.
cada vez más importantes. Ello ha propiciado el nacimiento Una vez que el balón se sitúa al nivel de la estenosis corona-
de la cardiología intervencionista o terapéutica del catéter, ria, se expande con una solución de contraste yodado dilui-
cuyas técnicas más significativas se describen en el presente do, controlando la presión de insuflado mediante un manó-
capítulo. metro. Se realizan insuflados sucesivos del balón con un
aumento progresivo de la presión de distensión hasta que
se consigue la dilatación eficaz de la estenosis coronaria
Angioplastia coronaria (fig. 3.78). El resultado se considera satisfactorio (éxito) cuan-
Hasta hace unos años el tratamiento de la enfermedad co- do el grado de estenosis residual que queda tras la angioplas-
ronaria quedaba confinado a la administración de fármacos tia es inferior al 50% de reducción del diámetro del vaso.
antianginosos y a la cirugía de derivación (bypass) aortoco- El mecanismo de acción de la angioplastia coronaria es
ronaria. En 1977, ANDREAS GRUENTZIG introdujo la angioplastia multifactorial. Además de producir la compresión de la pla-
coronaria, un nuevo método no quirúrgico de revasculariza- ca de ateroma y la dilatación de las paredes de la arteria, la
ción miocárdica que actúa directamente sobre la placa de expansión del balón provoca roturas y fracturas de la placa
ateroma. La angioplastia coronaria consiste en la dilatación de ateroma que crean canales adicionales para el paso de la
de las estenosis coronarias mediante un catéter-balón. Este sangre, incrementando la luz interna de la arteria. El proceso
método es menos agresivo que la cirugía y se practica por posterior de cicatrización que se pone en marcha tras el ba-
vía percutánea femoral, previa anestesia local, al igual que el rotrauma producido por el balón acaba remodelando estos
cateterismo diagnóstico. cambios patológicos agudos.
Para realizar la angioplastia se requiere introducir de for- Las indicaciones y contraindicaciones de la angioplastia
ma selectiva un catéter de coronariografía de luz interna am- coronaria se resumen en la tabla 3.26. La angioplastia se em-
plia en la arteria coronaria que se va a tratar. Por el interior plea para tratar lesiones situadas en una o varias arterias co-
de este catéter se avanza una guía metálica fina (0,3 mm de ronarias, siempre que las características morfológicas de es-
tas lesiones resulten adecuadas para esta técnica. Las
lesiones se consideran ideales cuando son concéntricas, cor-
*A. Serra Peñaranda tas (menos de 10 mm de longitud), están situadas en un seg-

477
CARDIOLOGÍA

Fig. 3.78. Angioplastia coronaria. A. Estenosis del 90% en el segmento medio de la arteria coronaria derecha (flecha). B. Guía de angioplastia
radiopaca cruzando la estenosis. La punta de la guía se coloca lo más distalmente posible dentro de la arteria. C. Catéter-balón de angioplastia ex-
pandido en el lugar de la estenosis. La posición del balón se controla merced al marcado radiopaco situado en su centro (flecha). D. Resultado
angiográfico final en el que se observa prácticamente la desaparición de la estenosis coronaria.

mento recto de la arteria, no están calcificadas y no hay evi- Aunque los resultados inmediatos de la angioplastia coro-
dencia de trombo complicando la placa. A medida que la naria son excelentes, su efecto no se mantiene a largo plazo
morfología de las lesiones tratadas mediante angioplastia se en todos los pacientes y, en algunos, vuelve a reproducirse
hace más compleja, disminuye la probabilidad de éxito y au- una estenosis superior al 50% en el lugar de la angioplastia.
menta el riesgo de complicaciones. Cuando los casos se se- Este fenómeno, que se ha denominado restenosis, es actual-
leccionan de forma adecuada, la angioplastia coronaria pro- mente el principal inconveniente o “talón de Aquiles” de la
porciona un resultado satisfactorio en el 85-95% de los casos. angioplastia coronaria para el que todavía no se ha encontra-
Las complicaciones de la angioplastia son inherentes a su do una solución definitiva. La restenosis es un fenómeno de-
mecanismo de acción. La expansión del balón provoca en pendiente del tiempo que fundamentalmente se produce en
ocasiones una rotura excesiva de los componentes de la pla- los primeros 3 meses tras la angioplastia, aunque puede ex-
ca y de la pared arterial (disección) que puede obstruir el tenderse con una incidencia menor hasta los 6 meses. Desde
flujo coronario y abocar en la oclusión aguda de la arteria. el punto de vista angiográfico, el porcentaje de restenosis a
Las consecuencias clínicas del cierre agudo de la arteria co- los 6 meses afecta al 30% de los pacientes tratados. Sin em-
ronaria caracterizan las complicaciones mayores de la angio- bargo, desde el punto de vista clínico, la recidiva de los sín-
plastia, que son el infarto agudo de miocardio, la necesidad tomas de angina en el seguimiento sólo se produce en el 10-
de cirugía de derivación aortocoronaria urgente y la muerte. 20% de los pacientes (restenosis clínica). La recidiva de los
La mortalidad de la angioplastia coronaria es inferior al 1%; síntomas después de 6 meses desde la angioplastia no suele
la tasa de infarto agudo de miocardio no mortal se sitúa en el deberse a la restenosis sino a la progresión de la enfermedad
2% y la necesidad de cirugía coronaria urgente en el 2-3%. coronaria en una localización distinta a la lesión tratada.

478
CATETERISMO TERAPÉUTICO: CARDIOLOGÍA INTERVENCIONISTA

TABLA 3.26. Indicaciones clínicas y contraindicaciones


para la angioplastia coronaria
Indicaciones. Pacientes con lesiones significativas (más del 70%
estenosis) en una o varias arterias coronarias epicárdicas
y que:
1. Tienen crisis de angina que no responden adecuadamente
al tratamiento médico
2. Se hallan bajo tratamiento médico y presentan evidencia de
isquemia miocárdica en las distintas pruebas no invasivas
(prueba de esfuerzo, u otras)
3. Presentan episodios recurrentes de angina tras un infarto
agudo de miocardio
4. Han sido reanimados de un episodio de paro cardíaco o
taquicardia ventricular sostenida, en ausencia de infarto
agudo de miocardio
5. Se les debe efectuar cirugía no cardíaca de alto riesgo
y presentan angina o signos de isquemia

Contraindicaciones
Absolutas
Lesión del tronco común de la coronaria izquierda
Enfermedad grave y difusa
Ateromatosis avanzada
No disponibilidad de cirugía cardíaca en el centro hospitalario
Relativas
Estenosis coronarias inferiores al 50%
Angina vasospástica
Ausencia de signos de isquemia miocárdica

Nuevas técnicas de revascularización por vía percutánea


Aunque la angioplastia coronaria permite tratar con éxito
un amplio espectro de lesiones coronarias, la experiencia
acumulada en estos años ha delimitado sus inconvenientes:
una tasa de restenosis del 30% y una incidencia de complica-
ciones agudas del 5%. Además, cierto tipo de lesiones coro-
narias no resultan adecuadas para esta técnica. Con la inten- Fig. 3.79. A. Aterectomía direccional. Extremo distal del catéter de
Simpson. B. Aterectomía de extracción. Extremo distal del catéter
ción de reducir o tratar las complicaciones de la angioplastia de extracción intraluminal.
coronaria, disminuir la incidencia de restenosis y ampliar el
espectro de lesiones abordables por vía percutánea, han apa-
recido a lo largo de los últimos 10 años distintas técnicas de
revascularización percutánea, de las que describiremos las mía direccional. La indicación principal de esta técnica la
más importantes. constituyen las lesiones coronarias que tienen una gran ex-
centricidad y están localizadas en los segmentos proximales
Aterectomía coronaria de los grandes troncos coronarios.
La aterectomía coronaria consiste en la escisión de la pla- La aterectomía de extracción se practica con el catéter de
ca de ateroma de la arteria coronaria y su extracción fuera extracción intraluminal (fig. 3.79). Este catéter es un tubo
del organismo o bien la pulverización de la placa, en fun- hueco en cuyo extremo distal se halla un cabezal metálico
ción del sistema que se emplee. Al igual que en la angioplas- que incorpora dos cuchillas en forma de cono. El catéter y
tia coronaria, los catéteres de aterectomía se hacen avanzar las cuchillas de su extremo distal giran a 750 rpm producien-
en el interior de la arteria coronaria por vía percutánea a tra- do el corte de la placa cuando se avanza el catéter a través
vés de un catéter de luz amplia. Los catéteres se deslizan so- de la lesión coronaria. Un sistema de vacío acoplado al ex-
bre una guía metálica fina que le sirve de raíl para alcanzar tremo proximal del catéter permite la succión y extracción
la lesión coronaria que se va a tratar. Existen tres sistemas fuera del organismo de las partículas producidas durante el
distintos de aterectomía coronaria: la direccional, la de ex- corte de la placa. Gracias a la capacidad de succión del ma-
tracción y la rotacional. En comparación con la angioplastia terial de la placa, la indicación principal de este sistema de
con catéter-balón, ninguno de estos sistemas aporta ventajas aterectomía la constituyen las lesiones coronarias con trom-
sustanciales en la reducción de la tasa de restenosis. Sin em- bo y las lesiones situadas en los injertos de vena safena de
bargo, por su particular diseño y mecanismo de acción, estas más de 5 años de antigüedad. En este tipo de lesiones la an-
técnicas permiten el tratamiento de lesiones que no resultan gioplastia coronaria está gravada con un alto índice de com-
adecuadas para la angioplastia coronaria. plicaciones inmediatas.
La aterectomía direccional se practica con el catéter de La aterectomía rotacional se practica con un catéter deno-
Simpson (fig. 3.79). Este catéter tiene en su extremo distal minado Rotablator. El extremo distal de este catéter presenta
una cápsula metálica provista de una ventana y una cuchilla una pequeña oliva metálica de forma elíptica con un diáme-
giratoria que avanza en el interior de la cápsula y corta la tro que oscila entre 1 y 2,75 mm. La oliva metálica está recu-
placa de ateroma. La ventana del aterótomo se sitúa frente a bierta por fragmentos microscópicos de diamante embebi-
la placa de ateroma y es comprimida contra ella merced al dos en el metal, que constituyen una superficie abrasiva. El
insuflado de un balón situado en el lado opuesto a la venta- catéter está conectado a una turbina de aire comprimido
na. El avance de la cuchilla rotatoria a través de la ventana que proporciona la energía para hacer rotar el catéter y la
produce el corte de la placa de ateroma, que es depositada oliva abrasiva hasta 200.000 rpm. El contacto con la superfi-
en el extremo distal de la cápsula metálica. La rotación del cie abrasiva de la oliva metálica girando a alta velocidad
catéter permite cambiar la orientación de la ventana del ate- contra la placa de ateroma produce la pulverización de sus
rótomo y así practicar cortes selectivos de la placa en la di- componentes, creando micropartículas que son arrastradas
rección deseada, lo que da origen a su nombre de aterecto- por la corriente sanguínea. Esta técnica resulta eficaz en el

479
CARDIOLOGÍA

Fig. 3.80. A. Prótesis intravascular metálica de Palmaz-Schatz montada sobre el balón de angioplastia que la expande. B. Disección coronaria
grave en el segmento proximal de la arteria descendente anterior (flechas) tras una angioplastia con catéter-balón. C. Implantación de la prótesis
que se expande sobre un balón de angioplastia en el lugar de la disección. Esta estructura metálica es escasamente radiopaca. D. Resultado tras
la implantación de la prótesis que ha producido el sellado de la disección y la resolución de la estenosis subyacente.

tratamiento de las placas de ateroma densamente fibróticas y naria. La expansión del balón de angioplastia despliega la
calcificadas, situación en la que los otros sistemas de aterec- prótesis en el interior de la coronaria. Una vez que la prótesis
tomía y la angioplastia coronaria tienen un alto índice de fra- metálica es estirada más allá de su límite elástico por el ba-
casos. La aterectomía rotacional es una técnica reciente y se lón, no puede retroceder y permanece contra la pared de la
dispone de pocos datos sobre su incidencia en la restenosis. arteria, al igual que las traviesas de una mina sujetan sus pa-
Por su mecanismo de acción, la aterectomía rotacional está redes para evitar el desplome. Una vez desplegada la prótesis
especialmente indicada en las lesiones coronarias calcifica- se desincha y se retira el balón de angioplastia, dejándola ex-
das o en aquellas que no se dilatan adecuadamente con el pandida en el interior de la arteria. A las 4-8 semanas de su
catéter-balón debido a su extrema dureza. implantación, la superficie de la prótesis se recubre de un
neoendotelio y queda incluida en el espesor de la pared arte-
Prótesis coronaria (stent) rial. El resultado angiográfico que se obtiene con la prótesis
Es una estructura metálica fenestrada de forma cilíndrica es superior al de la angioplastia coronaria pues la estenosis
que, una vez expandida, no puede volver a colapsarse. La residual que queda tras su implantación es casi nula. Sin em-
prótesis coronaria de la que se dispone de una mayor expe- bargo, la superficie metálica de la prótesis es trombogénica,
riencia en la actualidad es la de Palmaz-Schatz (fig. 3.80). por lo que resulta imperativo realizar un tratamiento anticoa-
Esta prótesis está fabricada en acero inoxidable, tiene 15 mm gulante durante 6-8 semanas hasta que se produce la endote-
de longitud y un diámetro de 1,5 mm que puede expandirse lización de la superficie.
hasta un máximo de 5 mm. La prótesis se monta sobre un ba- En el momento actual las indicaciones principales de la
lón de angioplastia y se hace avanzar en el interior de la arte- prótesis son: a) tratamiento de las complicaciones agudas de
ria coronaria hasta situarlo al nivel de la lesión que se desea la angioplastia; b) tratamiento de las lesiones de los injertos
tratar, como se efectúa en la técnica de la angioplastia coro- de vena safena, y c) prevención de las restenosis. Uno de los

480
CATETERISMO TERAPÉUTICO: CARDIOLOGÍA INTERVENCIONISTA

riesgos de la angioplastia coronaria con catéter-balón es la


rotura o disección grave de las estructuras de la pared arte-
rial, que puede disminuir el flujo coronario o producir la
oclusión aguda de la arteria. En esta situación crítica, el des-
pliegue de la prótesis al nivel de la lesión comprime los frag-
mentos de material disecados contra la pared de la arteria. El
sellado de la disección producido por la prótesis restablece
el flujo coronario, a la vez que completa el tratamiento de la
lesión dejando un canal amplio (fig. 3.80). Así, la colocación
de esta estructura intracoronaria permite reducir de forma es-
pectacular la mortalidad y la tasa de infarto de miocardio y
de cirugía de derivación aortocoronaria que impone el cierre
agudo de la arteria coronaria durante la angioplastia. Las le-
siones de los injertos de vena safena cuya antigüedad es su-
perior a los 5 años están constituidos por un material atero-
matoso muy friable. En este tipo de lesiones, la angioplastia
coronaria está gravada con un alto riesgo de embolización
distal por material de la placa y una alta tasa de restenosis.
La expansión de la prótesis en la lesión del injerto contiene
este material friable contra la pared y reduce la posibilidad
de fragmentación y embolización distal. En los injertos de
vena safena, la tasa de restenosis observada con esta técnica
es del 20%, mientras que con la angioplastia convencional
supera el 50%. En el tratamiento de las lesiones de las arterias
coronarias nativas, la prótesis de Palmaz-Schatz se ha mostra-
do eficaz en reducir de forma significativa la tasa de resteno-
sis de la angioplastia coronaria. Sin embargo, este beneficio
queda oscurecido por el mayor coste de esta técnica, la ma-
yor duración en el tiempo de hospitalización de los pacien-
tes y el riesgo de la anticoagulación. Su indicación en la pre-
vención de la restenosis permanece por este motivo bajo
investigación clínica en la actualidad.

Angioplastia coronaria con láser


La aplicación de la energía láser (light amplification by sti-
mulated emission of radiation) en el tratamiento de la enfer- Fig. 3.81. A. Valvuloplastia mitral con doble balón. En la imagen
central, los dos balones de valvuloplastia se hallan expandidos a tra-
medad coronaria actúa produciendo la vaporización de la vés de la válvula mitral. Nótese la muesca que produce la estenosis de
placa de ateroma. La transmisión de la luz desde la fuente de la válvula en el perfil de los balones. A la derecha, las comisuras fusio-
láser hasta el interior de la coronaria se realiza mediante un nadas se han abierto, desapareciendo la muesca causada por la este-
catéter que contiene múltiples fibras ópticas flexibles. Al nosis. B. Registro de presión simultánea del ventrículo izquierdo (VI) y
igual que la angioplastia coronaria, el catéter avanza en el in- la aurícula izquierda (AI). A la izquierda, registro antes de la valvulo-
terior de la arteria coronaria, siguiendo el recorrido de una plastia. Tras la valvuloplastia, se observa en el registro de la derecha
guía metálica fina que le sirve de raíl. Aunque se han diseña- una disminución marcada del gradiente diastólico mitral al abrirse las
do y ensayado distintos sistemas de láser, no se ha demostra- comisuras fusionadas, produciéndose un incremento en el área mitral
de 0,5 a 2 cm2.
do que esta técnica sea superior a la angioplastia coronaria
con catéter-balón. Las indicaciones de la angioplastia me-
diante láser no están aún claramente delimitadas, aunque su cientes con estenosis mitral pura o asociada a un grado míni-
posible campo de aplicación sería el tratamiento de las pla- mo de regurgitación cuya válvula es todavía flexible y no
cas de ateroma de extrema dureza, que no responden a la está calcificada. En estos pacientes, la valvuloplastia propor-
angioplastia convencional con catéter-balón, y las lesiones ciona un excelente resultado en el 90% de los casos, con es-
ostiales en las que el alto contenido en fibras elásticas produ- casa o nula morbimortalidad y una corta estancia hospitala-
ce con frecuencia el fracaso de la angioplastia por retroceso ria (48 h). Los resultados inmediatos y a medio-largo plazo
elástico de los elementos de la pared arterial tras el insuflado de la valvuloplastia mitral percutánea son superponibles a
del balón. los obtenidos con la comisurotomía quirúrgica.
En la estenosis de la válvula pulmonar, de etiología congé-
nita, el tratamiento de elección es la valvuloplastia con caté-
Valvuloplastia mitral y pulmonar ter-balón que se introduce por la vena femoral. El insuflado
La comisurotomía y el recambio valvular quirúrgicos han manual del balón produce la separación de las comisuras o
sido tradicionalmente los únicos métodos terapéuticos en el el rasgado de las cúspides de la válvula pulmonar, lo que re-
tratamiento de las estenosis valvulares. Sin embargo, el desa- duce el gradiente sistólico de forma significativa. La valvulo-
rrollo de las técnicas de dilatación de las válvulas estenóticas plastia pulmonar proporciona un elevado porcentaje de éxi-
por vía percutánea mediante catéter-balón o valvuloplastia tos, con un escaso riesgo para el paciente.
ha modificado las perspectivas terapéuticas en este campo. En la estenosis aórtica, cuya etiología más frecuente hoy
La estenosis mitral, de etiología generalmente reumática, se en día es la degenerativa, con engrosamiento y calcificación
caracteriza por la fusión de las comisuras que produce un es- de las cúspides de la válvula, sin fusión de las comisuras, la
trechamiento del orificio mitral. Para acceder a la válvula mi- valvuloplastia no aporta resultados satisfactorios y está grava-
tral por vía percutánea es preceptivo practicar un cateterismo da con un alto riesgo de complicaciones.
transeptal, que permite el paso de un catéter-balón desde la
vena femoral hasta la válvula estenótica a través del tabique
interauricular. El insuflado manual del balón produce la se- Bibliografía especial
paración de las comisuras fusionadas, incrementando el área BONAN R, SERRA A, LEFÈVRE T. Follow-up studies: The effect of ballon
del orificio mitral a valores cercanos a los 2 cm2 (fig. 3.81). mitral valvuloplasty on symptoms, outcome, and hemodynamics.
Los candidatos ideales para la valvuloplastia mitral son pa- En: BASHORE TM, DAVIDSON CJ (eds). Percutaneous ballon valvulo-

481
CARDIOLOGÍA

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comparison of directional atherectomy with coronary angioplasty Fig. 3.82. Ablación por radiofrecuencia de una vía accesoria locali-
in patients with coronary artery disease. N Engl J Med 1993; 329: zada en el anillo AV izquierdo en un paciente con taquicardias paro-
221-227. xísticas por reentrada recurrentes a pesar de tratamiento farmacológi-
co preventivo. Se muestran las seis derivaciones electrocardiográficas
de las extremidades en el momento de aplicación de la energía por ra-
Ablación por radiofrecuencia* diofrecuencia (RF). Como se muestra en el esquema, el catéter se ha
avanzado por vía arterial retrógrada hasta entrar en contacto con la
vía accesoria en el anillo auriculoventricular izquierdo. Los latidos que
Los estudios electrofisiológicos han proporcionado un co- preceden a la aplicación de la energía muestran un ritmo sinusal con
nocimiento profundo de los mecanismos de las distintas un intervalo PR corto y una onda delta al inicio del QRS, que indica la
arritmias cardíacas. A partir de este conocimiento se ha desa- presencia de una preexcitación ventricular a través de una vía acceso-
rrollado en los últimos años una nueva forma de tratamiento ria lateral izquierda (onda delta negativa en las derivaciones DI y
aVL). Tres latidos después de haberse iniciado la aplicación de la
curativa denominada ablación por radiofrecuencia mediante energía por RF hay un cambio brusco en el ECG, con prolongación
catéter. La técnica consiste en provocar una necrosis tisular del intervalo PR y la desaparición de la onda delta inicial. La preexci-
que afecte puntos críticos en la génesis o perpetuación de la tación ventricular a través de la vía accesoria ha desaparecido al ha-
arritmia, mediante la aplicación de energía por radiofrecuen- berse eliminado toda la conducción en ella.
cia a través del polo distal de un catéter en contacto con el
tejido que se desea destruir. El procedimiento se realiza bajo
sedación ligera y con anestesia local. Mediante control ra- rápida. La mayoría de los grupos utilizan, sin embargo, la
dioscópico se introducen uno o varios catéteres por vía ve- ablación de la vía lenta como procedimiento de elección,
nosa y/o arterial, que son utilizados para provocar y estudiar puesto que la mayor proximidad de la vía rápida al nódulo
la arritmia que se pretende tratar. Una vez definido el me- auriculoventricular (AV) compacto aumenta la posibilidad
canismo de la arritmia, se coloca el catéter de ablación en de crear un bloqueo AV completo, que es del 6% cuando se
contacto con tejido indispensable para la iniciación o perpe- dirige la ablación a la vía rápida e inferior al 2% si ésta se diri-
tuación de la arritmia y se aplica la corriente por radiofre- ge a la vía lenta. La ablación está indicada en todos los casos
cuencia a través de su polo distal. El resultado inmediato es de taquicardia por reentrada nodal refractaria a fármacos y
el calentamiento del tejido en contacto con el catéter hasta en todos los pacientes que prefieran un tratamiento curativo
una temperatura prefijada y su destrucción. La lesión así ob- definitivo a una terapéutica farmacológica preventiva de por
tenida tiene alrededor de 5 mm de diámetro, y si, efectiva- vida.
mente, engloba tejido indispensable para la arritmia, ésta no
podrá reproducirse mediante la estimulación eléctrica pro- Taquicardias por reentrada utilizando una vía accesoria AV
gramada. Un resultado positivo implica la curación definitiva En pacientes con taquicardia por reentrada incorporando
de la arritmia y la eliminación de todo tratamiento antiarrít- una vía accesoria AV como eslabón indispensable al circui-
mico. La ablación ha modificado de forma drástica el mane- to, la destrucción de la vía accesoria resulta en la elimina-
jo de la mayoría de los pacientes con arritmias cardíacas y, ción del sustrato de la arritmia y su consiguiente curación. La
en los casos en que puede aplicarse, ha desplazado el trata- experiencia es amplia y los resultados muestran que se obtie-
miento farmacológico preventivo a un segundo plano. ne la interrupción definitiva de la conducción a través de la
vía accesoria en más del 90% de los casos. El abordaje de
la vía se efectúa por vía venosa o por vía arterial retrógrada,
Indicaciones y resultados de la ablación por radiofrecuencia según su localización anatómica en el anillo AV derecho o
Taquicardias por reentrada nodal izquierdo. En las vías de localización derecha la ablación va
La taquicardia por reentrada nodal se produce debido a la dirigida a su inserción auricular, mientras que en las vías de
presencia de una doble vía nodal. Durante la taquicardia, el localización izquierda la ablación se dirige a su inserción
impulso es conducido en dirección anterógrada por una vía ventricular. En caso de preexcitación manifiesta la ablación
con propiedades de conducción lenta y en dirección retró- se efectúa durante el ritmo sinusal con localización de la
grada a través de una vía con propiedades de conducción rá- conducción anterógrada a través de la vía (fig. 3.82). Si se
pida. El objetivo de la ablación en estos casos es la destruc- trata de una vía accesoria oculta, es decir, sin conducción
ción de una de las dos vías, para evitar así la reentrada entre anterógrada a través de ella, la ablación se lleva a cabo en ta-
ambas. Los resultados hasta ahora publicados son excelen- quicardia o durante estimulación ventricular con localiza-
tes, con tasas de éxito superiores al 90%, con independencia ción de la conducción retrógrada. La ablación está indicada
de que la ablación se realice sobre la vía lenta o sobre la vía en caso de taquicardia paroxística por reentrada utilizando
una vía accesoria AV no controlada por fármacos o en caso
de que el paciente prefiera este tratamiento curativo al trata-
*J. Brugada Terradellas miento farmacológico preventivo de por vida. Asimismo, está
indicada en todos los casos con síndrome de Wolff-Parkin-

482
INSUFICIENCIA CARDÍACA

son-White y aleteo o fibrilación auriculares conducida a altas parte del sustrato de la arritmia, sino controlar la frecuencia
frecuencias por la vía accesoria y en aquellos que presentan ventricular en caso de que ésta sea rápida y no controlable
taquicardia incesante por la incorporación al circuito de una farmacológicamente. Para ello se realiza la ablación del nó-
vía accesoria con propiedades de conducción lenta. La abla- dulo AV con creación de un bloqueo AV completo. Dada la
ción está igualmente indicada en pacientes con profesiones necesidad de implantar un marcapasos definitivo en todos
de riesgo (pilotos, deportistas, conductores de autobuses, los casos, esta técnica debe reservarse para los pacientes
etc.) y síndrome de Wolff-Parkinson-White asintomático, dada muy sintomáticos y cuya frecuencia ventricular permanece
la posibilidad remota, pero real, de que la primera manifesta- elevada a pesar de haber utilizado al menos dos fármacos
ción del síndrome sea la muerte súbita cardíaca. frenadores de la conducción en el nódulo AV solos y en
combinación. De todos los procedimientos de ablación, el
Taquicardias ventriculares del nódulo AV es técnicamente el más sencillo y consigue
La ablación por radiofrecuencia ha dado resultados exce- originar un bloqueo AV completo en el 100% de los pacien-
lentes en el tratamiento de pacientes con taquicardias ventri- tes en quienes se indica.
culares no relacionadas con cardiopatía isquémica. Entre
ellos se encuentran los pacientes con taquicardia ventricular
por displasia arritmogénica del ventrículo derecho, con ta-
Complicaciones de la ablación por radiofrecuencia
quicardia ventricular originada en el tracto de salida del ven- Aparte del riesgo ya comentado de creación de bloqueo
trículo derecho y con taquicardia ventricular fascicular. Sin AV completo indeseado en caso de ablación de una doble
embargo, la ablación ha dado resultados bastante mediocres vía nodal, las restantes complicaciones de la ablación son si-
en los pacientes con taquicardia ventricular en la fase cróni- milares a las publicadas en caso de estudio electrofisiológico
ca del infarto de miocardio. La explicación debe buscarse, diagnóstico e incluyen un 0,5% de taponamiento cardíaco,
posiblemente, en la extensión limitada de la lesión que se un 0,1% de lesión arterial, un 0,2% de trombosis venosa, un
produce con la radiofrecuencia y que no afecta estructuras 0,1% de fenómenos tromboembólicos y una mortalidad rela-
indispensables al circuito de reentrada por localizarse en el cionada con el procedimiento del 0,1%.
espesor del miocardio ventricular izquierdo.

Aleteo y taquicardias auriculares


La aplicación de la ablación en el aleteo y las taquicardias
auriculares está todavía en fase de estudio, y la experiencia Bibliografía especial
acumulada hasta ahora es limitada. En general, los resulta-
dos son buenos en las taquicardias pero no en el aleteo auri- CALKINS H, SOUSA J, EL-ATASSI R, ROSENBECK S, DE BUITLEIR M, KOU WH et
cular, en el que sólo se consigue eliminar la arritmia en apro- al. Diagnosis and cure of the Wolff-Parkinson-White syndrome or
paroxysmal supraventricular tachycardias during a single elec-
ximadamente el 50% de los casos. trophysiologic test. N Engl J Med 1991; 324: 1.612-1.618.
HAISSAGUERRE M, GAITA J, FISCHER B, COMMENGES D, MONTSERRAT P,
Fibrilación auricular D’IVERNOIS C et al. Elimination of atrioventricular nodal reentrant
A diferencia de las demás indicaciones citadas, el objetivo tachycardia using discrete slow potentials to guide application of
de la ablación en caso de fibrilación auricular no es destruir radiofrequency energy. Circulation 1992; 85: 2.162-2.175.

Insuficiencia cardíaca
A. Betriu Gibert

El término insuficiencia cardíaca se aplica a las situacio- paces de mantener un gasto cardíaco normal, al menos en
nes en las que el corazón es incapaz de suministrar a la peri- reposo. Desafortunadamente estos mecanismos tienen un lí-
feria la cantidad de sangre necesaria para satisfacer sus nece- mite, debido a la aparición de síntomas congestivos (disnea
sidades. Aunque la insuficiencia cardíaca implica el fracaso y otros). En fases avanzadas, cuando llega a reducirse el gas-
de la función de bomba del corazón, sus manifestaciones clí- to cardíaco basal, se producen las manifestaciones clínicas
nicas dependen de la repercusión hemodinámica que deter- características de esta situación (en esencia, fatiga). En la in-
mina en otros órganos. suficiencia cardíaca el aumento de la precarga, secundario
A continuación se analizarán la fisiopatología, el cuadro al mayor volumen residual, incrementa –de acuerdo con el
clínico y el tratamiento de la insuficiencia cardíaca. mecanismo de Frank-Starling– la fuerza de la contracción y
el volumen de eyección del latido siguiente. Aunque de esta
Fisiopatología. Cuando la función de bomba del corazón se forma logra mantenerse el gasto cardíaco, no es sino a ex-
halla deprimida subyace, por lo común, un déficit de la con- pensas de una congestión retrógrada, según se indica en la
tractilidad del miocardio. Este déficit es el resultado de la figura 3.83. En ésta se relaciona el gasto cardíaco (eje de or-
afectación directa del músculo cardíaco (como sucede en denadas) con la presión telediastólica del ventrículo izquier-
las miocardiopatías o por isquemia) o de una sobrecarga im- do, como expresión de la precarga (eje de abscisas). La cur-
puesta al corazón (como consecuencia de una lesión valvu- va superior representa la situación normal, y la inferior
lar o de una hipertensión arterial). En ocasiones, la dificultad corresponde a una depresión del estado contráctil del cora-
consiste en una restricción del llenado ventricular (p. ej., en zón. Cuando esto ocurre, para una determinada presión de
las pericarditis o en ciertas arritmias rápidas). Aun con una llenado ventricular (P1), el gasto desciende; en la gráfica se
afectación importante de la capacidad contráctil del cora- ha pasado del punto 1 al punto 1’. En esta nueva situación el
zón, los mecanismos de compensación son, en general, ca- gasto sería demasiado bajo para satisfacer las necesidades

483
CARDIOLOGÍA

caso, la compensación –que es esencial para la vida– puede


L/min/m2
ser causa de síntomas y signos adversos. La disminución de la
circulación cutánea se acompaña de un aumento en la dife-
rencia arteriovenosa de O2, lo que ocasiona la aparición de
frialdad y cianosis acra. La reducción del flujo del músculo
4
Índice cardíaco

1
esquelético en actividad, aunque previene el descenso de la
presión arterial, causa fatiga y debilidad, que constituyen los
Mala perfusión

2 síntomas predominantes en la insuficiencia cardíaca grave. El


2 1' aumento sostenido del tono arteriolar eleva la poscarga, lo
que tiende a reducir más la fracción de eyección del corazón
Fatiga

Disnea insuficiente y, en consecuencia, el gasto cardíaco. En definiti-


congestión pulmonar va, la historia natural de la insuficiencia cardíaca congestiva
0
0 10 20 30 es la de un empeoramiento progresivo.
P1 PTDVI P2
(mmHg) Formas clínicas de insuficiencia cardíaca. En la mayoría
de los individuos con insuficiencia cardíaca el gasto está dis-
minuido, aunque puede mantenerse (al menos en reposo) o
Fig. 3.83. Relación entre el gasto cardíaco (ordenadas) y la presión estar aumentado. Así sucede en el enfisema pulmonar, la
telediastólica de llenado del ventrículo izquierdo (PTDVI) como expre-
sión de la precarga (abscisas). (Véase explicación en el texto.) anemia, el beriberi, el hipertiroidismo y las fístulas arteriove-
nosas. Con el desarrollo de los métodos para la determina-
ción del gasto cardíaco pareció útil clasificar la insuficiencia
cardíaca según el nivel de aquél, aunque luego se comprobó
metabólicas del organismo y aparecerían fatiga, debilidad y que esta clasificación era de escaso interés ya que el diag-
signos de mala perfusión tisular (oliguria, palidez cutánea, nóstico se basa en sus manifestaciones clínicas –que se des-
confusión y otros). criben más adelante– y no en el valor absoluto del gasto.
El aumento del volumen residual, producto de la disminu- El prototipo de la insuficiencia cardíaca aguda lo ofrecen
ción de la fracción de eyección, la constricción venosa y la la rotura valvular (mitral o aórtica) o el infarto de miocardio,
retención de H2O y sodio, eleva el volumen telediastólico del mientras que la insuficiencia cardíaca crónica, observada
ventrículo y, en consecuencia, la precarga (presión de llena- comúnmente, es la que desarrollan los pacientes con valvu-
do ventricular, P2). El resultado será un incremento del gasto lopatía reumática. El concepto de insuficiencia cardíaca retró-
(el correspondiente al punto 2) a un nivel próximo al de par- grada, acuñado por HOPE en 1932, implica que, con el adve-
tida (punto 1). El precio que hay que pagar por ello es la nimiento de la insuficiencia cardíaca, uno de los ventrículos
aparición de signos congestivos, disnea, ortopnea e, incluso, será incapaz de impulsar la cantidad de sangre requerida;
edema pulmonar, como manifestaciones secundarias del por ello, su volumen telediastólico aumentará, lo mismo que
mecanismo de Frank-Starling. la presión y el volumen de la aurícula y el sistema venoso si-
La hipertrofia, o aumento de la masa ventricular, es una tuados por detrás del ventrículo. La retención de sodio y
forma de compensación frente a una sobrecarga mantenida. agua sería el resultado del aumento de las presiones capilar
El espesor de la pared ventricular aumenta sustancialmente y venosa, de la mayor reabsorción tubular de sodio y de la
con las sobrecargas de presión y, menos, con las de volu- presión venosa renal. Por el contrario, la insuficiencia cardía-
men. En este último caso, la relación entre el grosor de la pa- ca anterógrada, hipótesis propuesta por MACKENZIE en 1913,
red y el radio de la cavidad se mantiene constante, merced a significa que las manifestaciones clínicas de la insuficiencia
un aumento del primero. De hecho, la hipertrofia se produce cardíaca son consecuencia directa del paso de una cantidad
para mantener el estrés sistólico de la pared dentro de cier- inadecuada de sangre al sistema arterial. De acuerdo con
tos límites. Cuando el estímulo primario es una sobrecarga este concepto, la retención de agua y sodio sería secundaria
de presión, el aumento del estrés induce un aumento parale- a la disminución de la perfusión renal y al aumento de la re-
lo del número de sarcómeros, lo que ocasiona un incremen- absorción tubular de sodio a partir de la activación del me-
to del grosor de la pared y una hipertrofia concéntrica; de canismo renina-angiotensina-aldosterona. La distinción entre
esta forma se restablece el nivel normal de estrés. Por el con- insuficiencia anterógrada y retrógrada es un tanto artificiosa,
trario, cuando el estímulo primario es una sobrecarga de ya que los mecanismos descritos pueden actuar en distinta
volumen, el aumento de estrés diastólico lleva a la multipli- medida en la mayoría de los casos. Así, la rápida destrucción
cación en serie de las sarcómeras, lo que determina una de una parte considerable de la masa contráctil del ventrícu-
elongación de la fibra y una dilatación del corazón. lo izquierdo consecutiva a un infarto de miocardio puede de-
Otros mecanismos de compensación son los cambios del terminar –pese a la reducción del volumen latido– un edema
tono simpático y del sistema renina-angiotensina-aldosterona, agudo de pulmón y la muerte del paciente, antes de que la
los cuales inducen, a su vez, cambios en las circulaciones ar- disminución del gasto cardíaco dé opción al riñón a retener
terial y venosa. En la insuficiencia cardíaca se ha comproba- sodio y agua. Sin embargo, este mecanismo será operativo si
do, en efecto, una hipertonía simpática que tiende a aumen- el enfermo sobrevive, en cuyo caso se presentarán las mani-
tar la contractilidad y acelera la frecuencia cardíaca. Además, festaciones propias de un estado congestivo. De igual modo,
la presión venosa está elevada, como consecuencia del au- en la embolia pulmonar masiva el ventrículo derecho se dila-
mento de la volemia (debido a la retención de agua y sodio ta y la presión venosa sistémica aumenta significativamente,
inducida por el sistema renina-angiotensina-aldosterona), del pero sólo al cabo de unos días la retención líquida llega a
tono venoso y de la presión tisular. En las arterias los mecanis- producir edemas.
mos compensadores de la insuficiencia cardíaca se manifies- En los últimos años se ha acuñado el término disfunción
tan por un aumento de las resistencias periféricas y cambios diastólica para caracterizar un estado en el que, con función
en la distribución del flujo regional. El aumento de las resis- sistólica preservada y, por consiguiente, con una fracción de
tencias obedece a la hipertonía simpática y a las catecolami- eyección normal, un déficit de distensibilidad del ventrículo
nas circulantes, a la mayor rigidez de los vasos de resistencia determina una elevación de las presiones de llenado. Casi la
por su contenido más elevado en sodio y la mayor presión ti- tercera parte de los pacientes con síntomas de insuficiencia
sular, y a los niveles de angiotensina. Cuando el corazón es cardíaca presenta disfunción diastólica, que es consecuen-
incapaz de garantizar un gasto cardíaco adecuado en reposo, cia de una hipertrofia del ventrículo (como en ciertos casos
los vasos de resistencia mantienen la presión sistémica y dis- de hipertensión arterial, estenosis aórtica o miocardiopatía
tribuyen preferentemente el flujo sanguíneo a las áreas vita- hipertrófica), de isquemia o de un proceso infiltrativo (como
les, como el cerebro y el propio corazón. También en este la amiloidosis).

484
INSUFICIENCIA CARDÍACA

La mayoría de las manifestaciones clínicas de la insufi- Cuadro clínico. El fallo del corazón no produce, per se, sín-
ciencia cardíaca resultan –según se ha indicado– de la acu- toma alguno. Las manifestaciones clínicas de la insuficiencia
mulación de líquido por detrás de uno de los ventrículos. En cardíaca resultan del trastorno ocasionado en la función de
los pacientes con insuficiencia cardíaca izquierda se produce otros órganos.
congestión pulmonar con la consiguiente disnea; en la insufi- Disnea. La disnea, que traduce el aumento del esfuerzo re-
ciencia cardíaca derecha la congestión venosa es sistémica, querido para la respiración, es el síntoma más frecuente del
por lo cual pueden aparecer edemas. Con frecuencia, esta fallo ventricular izquierdo. Al principio se observa sólo du-
última es secundaria a la primera. Cuando ambos ventrículos rante el ejercicio físico, como una exageración de la dificul-
claudican a un tiempo suelen predominar las manifestacio- tad respiratoria que ocurre normalmente en estas circunstan-
nes del fallo derecho. La insuficiencia cardíaca global se ha cias. De hecho, la diferencia entre la disnea de esfuerzo de
explicado por la continuidad de haces musculares de ambos un individuo normal y la de un cardiópata radica en el nivel
ventrículos y por el hecho de compartir una pared común, el de ejercicio requerido para su aparición. A medida que la in-
tabique interventricular. suficiencia cardíaca progresa, esfuerzos cada vez menores
El término insuficiencia cardíaca compensada implica que ocasionan disnea, que, en fases más avanzadas, puede darse
el organismo utiliza sus mecanismos de compensación para incluso en reposo.
mantener el gasto cardíaco en reposo y distribuirlo de forma La disnea cardíaca es secundaria, como se ha indicado, a
óptima durante el ejercicio físico. En la práctica clínica habi- la elevación de la presión de llenado ventricular izquierdo,
tual, sin embargo, esta denominación suele aplicarse al con- que determina un aumento de la presión media de la aurícu-
trol de los síntomas congestivos mediante el tratamiento. la y de las presiones venosa y capilar pulmonares. En estas
condiciones los vasos pulmonares se ingurgitan y puede pro-
Factores desencadenantes. Tan importante como el reco- ducirse un edema intersticial que reduce la distensibilidad
nocimiento de la cardiopatía de base es la identificación de del pulmón y aumenta el trabajo que los músculos respirato-
las causas desencadenantes de la insuficiencia cardíaca. rios han de desarrollar para hinchar los pulmones. El oxíge-
Una cardiopatía cualquiera, congénita o adquirida, puede no consumido en el acto de respirar aumenta a causa del
existir durante muchos años y acompañarse de escasas o nu- mayor trabajo realizado por los músculos que intervienen en
las manifestaciones clínicas. Éstas pueden presentarse por la inspiración; ello, unido a la reducción del aporte de oxíge-
primera vez coincidiendo con algún proceso agudo intercu- no a estos músculos por la disminución del gasto cardíaco,
rrente que sobrecarga un miocardio lesionado de forma cró- contribuye a la sensación de falta de aire.
nica. Entre las causas desencadenantes cabe citar: El paciente que refiere ortopnea, es decir, disnea de decú-
Arritmias. Los mecanismos que explican el papel determi- bito, utiliza con frecuencia varias almohadas para dormir; la
nante de las arritmias en la insuficiencia cardíaca incluyen: sensación de ahogo disminuye al incorporarse y algunos pa-
la reducción del tiempo de llenado ventricular, la disocia- cientes encuentran alivio al sentarse frente a una ventana
ción de la contracción auricular y ventricular, la pérdida del abierta. En los casos de insuficiencia cardíaca avanzada el
sincronismo de la contracción ventricular y el ritmo excesi- paciente no puede descansar acostado y debe permanecer
vamente lento en el bloqueo auriculoventricular (AV). sentado toda la noche. El término disnea paroxística noctur-
Infecciones. La congestión pulmonar puede facilitar el na se refiere a los episodios de disnea aguda que despiertan
desarrollo de infecciones respiratorias, si bien una infección al paciente. Aunque en la ortopnea simple los síntomas sue-
de cualquier localización puede desencadenar una insufi- len aliviarse cuando el paciente se incorpora y deja las pier-
ciencia cardíaca. La asociación de fiebre, taquicardia, hipo- nas colgando fuera de la cama para disminuir el retorno ve-
xemia y aumento de las demandas metabólicas es determi- noso, en las crisis de disnea paroxística el jadeo persiste a
nante de la sobrecarga. pesar de adoptar esta posición y puede aparecer tos. La de-
Hipertensión arterial. La elevación brusca y excesiva de las presión del centro respiratorio durante el sueño puede de-
cifras tensionales, como sucede en algunos casos de hiper- sempeñar un papel importante en su desarrollo, ya que la re-
tensión de causa renal, o por abandono de la medicación ducción de la ventilación disminuye la tensión del oxígeno
antihipertensiva. arterial, en particular en pacientes con edema intersticial y
Tromboembolia pulmonar. El gasto cardíaco bajo, la esta- distensibilidad pulmonar comprometida. Por otro lado, el
sis circulatoria y la inactividad física favorecen la trombosis descenso del tono simpático con el sueño contribuye a redu-
venosa profunda en la pelvis y las extremidades inferiores, cir la función ventricular. El asma cardíaca no es otra cosa
con el consiguiente riesgo de embolia pulmonar. Ésta au- que el jadeo por broncospasmo secundario a la propia insufi-
mentará más la presión pulmonar, que, a su vez, contribuirá ciencia cardíaca. Puede ser producida por el esfuerzo u ocu-
a dilatar el corazón derecho y a disminuir el gasto. rrir de forma espontánea de noche. El edema agudo de pul-
Endocarditis bacteriana. La fiebre, la anemia y la destruc- món es la forma más grave de asma cardíaca y se debe a una
ción valvular determinadas por la endocarditis pueden, indi- elevación importante, generalmente súbita, de la presión ca-
vidualmente o en conjunto, desencadenar una insuficiencia pilar pulmonar. Cursa con dificultad respiratoria extrema, de-
cardíaca. bida al paso de líquido capilar al alveolo pulmonar; hay
Anemia. El descenso de la capacidad de transporte de oxí- abundantes estertores –audibles incluso a distancia– en am-
geno en la anemia determina que el aumento de las necesi- bos campos pulmonares y expectoración rosada. Si no se tra-
dades de oxígeno por parte de los tejidos sólo pueda satisfa- ta rápidamente puede ser mortal. El cuadro clásico es incon-
cerse incrementando el gasto. fundible: el paciente presenta una ansiedad extrema, se halla
Estados circulatorios hipercinéticos. Procesos febriles, in- incorporado, transpira en abundancia, está pálido, frío y las
fecciones, el embarazo, la tirotoxicosis, una anemia, el estrés extremidades pueden aparecer cianóticas; la respiración es
emocional o el aumento del trabajo o actividad física. rápida y sonora (“ruidos de olla hirviendo”) y se acompaña
Sobrecarga circulatoria debida a sobrecarga de líquidos, de tiraje, tos y expectoración rosada.
ingesta excesiva de sodio y administración de glucocorticoi- La respiración de Cheyne-Stokes tiende a ocurrir al poco
des. tiempo de conciliado el sueño. Es un ejemplo de respiración
Miocarditis y fiebre reumática. Pueden agravar la disfun- cíclica o periódica y se debe a una disminución de la sensi-
ción miocárdica. bilidad del centro respiratorio. Se caracteriza por la presen-
Infarto de miocardio. Un infarto reciente, aun de escaso ta- cia de una fase apneica, a la que sigue una respiración pro-
maño, puede desencadenar una insuficiencia cardíaca. funda y rápida durante la cual el enfermo se despierta. En la
Hay que tener presente que los factores mencionados no fase apneica la pO2 arterial desciende y la pCO2 aumenta, lo
sólo constituyen causas desencadenantes de una insuficien- que estimula el centro respiratorio deprimido, con lo que se
cia cardíaca sino que, además, pueden hacerla refractaria al produce hiperventilación y la consiguiente hipocapnia. A
tratamiento. ésta seguirá de nuevo la fase apneica, y así sucesivamente.

485
CARDIOLOGÍA

Esta respiración es más frecuente en pacientes con ateroscle- rresponden, por tanto, a una insuficiencia cardíaca –al me-
rosis o lesiones cerebrales diversas. nos– de moderada gravedad. Se trata de estertores húmedos,
La falta de aire, el síntoma cardinal del fallo izquierdo, no de carácter crepitante, simétricos, que se auscultan durante
suele presentarse en la insuficiencia derecha aislada, ya que la inspiración y no se modifican con la tos. Se detectan sobre
en ésta no existe congestión pulmonar. De hecho, cuando todo en el plano posterior del tórax y en las bases pulmo-
un enfermo con fallo izquierdo (que es la causa más frecuen- nares, aunque a veces son más difusos, como en el edema
te de fallo derecho) desarrolla una insuficiencia ventricular agudo de pulmón. (En esta situación los estertores pueden
derecha, las formas más graves de disnea (disnea paroxística per-cibirse a distancia del tórax y se acompañan de tos y ex-
nocturna y edema agudo de pulmón) tienden a disminuir en pectoración rosada.) A veces, la congestión bronquial y el
intensidad y frecuencia, puesto que la incapacidad del ven- aumento de secreciones puede determinar la aparición de si-
trículo derecho para aumentar el volumen minuto evita la bilancias, con broncospasmo sobreañadido o sin él.
sobrecarga de líquido en el pulmón. En cambio, cuando el El aumento de la presión venosa sistémica se detecta fácil-
gasto cardíaco está muy reducido en pacientes con insufi- mente mediante inspección de las venas yugulares, cuya dis-
ciencia derecha terminal (como en la hipertensión arterial tensión es una excelente aproximación a la presión de la
pulmonar primaria y en la tromboembolia pulmonar) puede aurícula derecha. En condiciones normales la distensión yu-
producirse una disnea muy intensa como consecuencia de gular no debe sobrepasar los 4 cm por encima del ángulo
la reducción del gasto en presencia de hipoxemia y de la es- esternal. Cuando el fallo ventricular derecho es ligero, la dis-
casa perfusión de los músculos respiratorios. Por otra parte, tensión yugular puede ser normal, aunque se eleva al com-
la disnea puede constituir un síntoma importante en algunos primir de forma sostenida (durante un minuto) la región pe-
pacientes con fallo derecho, hidrotórax y ascitis, como con- riumbilical (reflujo hepatoyugular).
secuencia de la compresión pulmonar. La hepatomegalia de estasis precede al desarrollo de ede-
Otros síntomas. La tos puede ser una expresión de insufi- mas. Si se ha producido rápidamente o es reciente, la palpa-
ciencia cardíaca izquierda, en particular cuando se presenta ción del borde hepático, en general liso, resulta dolorosa. En
con el primodecúbito. Con frecuencia se prolonga durante cambio, la palpación del hígado de estasis crónica puede ser
gran parte de la noche y no es, en general, productiva. Puede absolutamente indolora. En ocasiones (insuficiencia tricúspi-
existir en ausencia de estertores pulmonares y su origen po- de grave) es pulsátil. El tamaño del hígado de estasis, muy
nerse de manifiesto por la presencia de edema intersticial en variable según los casos, se reduce con el empleo de diuréti-
la radiografía de tórax. cos. Cuando la hipertensión venosa es grave y prolongada
Los pacientes con fallo izquierdo pueden referir intranqui- puede producirse también esplenomegalia. La presencia de
lidad y dificultad para conciliar el sueño. En ocasiones su reflujo hepatoyugular, que es un signo útil en el diagnóstico
causa es la propia congestión pulmonar. Con frecuencia, el diferencial de las hepatomegalias, pone a la vez de manifies-
sueño es interrumpido por la necesidad de orinar. Hay que to congestión hepática y la incapacidad del ventrículo de-
tener en cuenta que en la insuficiencia cardíaca la cantidad recho para drenar el exceso de sangre que recibe por el
de orina emitida por la noche es relativamente mayor que la aumento transitorio del retorno venoso. La ictericia es un
diurna (nicturia). hallazgo tardío en la insuficiencia cardíaca y corresponde a
En algunos casos hay sudación abundante debido a que el una elevación de la bilirrubina directa y de la indirecta. Las
calor no se disipa adecuadamente por la vasoconstricción transaminasas también se encuentran elevadas con frecuen-
cutánea. cia. Su mecanismo es la congestión hepática asociada a hi-
La sensación de fatiga o debilidad muscular es inespecífi- poxia y a atrofia centrolobulillar.
ca, pero son síntomas comunes de insuficiencia cardíaca El edema, aunque constituye también una de las grandes
que dependen de la reducción del gasto cardíaco. manifestaciones clínicas de insuficiencia cardíaca, no siem-
La hepatomegalia congestiva puede producir dolor en el pre se correlaciona con el nivel de presión venosa. En gene-
hipocondrio derecho o en el epigastrio, descrito en general ral es simétrico y se localiza en las partes declives. Por ello,
por el enfermo como sensación de pesadez. Esta molestia, en el enfermo ambulatorio aparece primero en el dorso del
atribuida a la distensión de la cápsula hepática, puede ser pie y en la región maleolar, en particular al final del día,
muy acusada si el hígado aumenta de tamaño con rapidez, mientras que en el paciente encamado suele localizarse en
como en la insuficiencia ventricular derecha aguda. Por el la región sacra. En la insuficiencia cardíaca de larga evolu-
contrario, la hepatomegalia crónica no es dolorosa de forma ción los edemas pueden generalizarse y alcanzar las extremi-
espontánea. dades superiores y la cara, y, con mayor frecuencia, la pared
Otros síntomas gastrointestinales, como anorexia, náuseas abdominal y los genitales. El edema crónico se acompaña de
y plenitud posprandial, se deben a la congestión hepática y induración y aumento de la pigmentación de la piel del área
del tracto gastrointestinal. Hay que considerar, con todo, que pretibial.
la anorexia, las náuseas y los vómitos pueden deberse al La retención de líquido puede manifestarse inicialmente
efecto colateral de ciertos fármacos, como la digital. por un aumento del peso corporal. La aparición de edema
pretibial al final del día no se hace patente hasta que se acu-
Exploración física. En reposo, los pacientes con insuficien- mulan 4-5 L de líquido. La pérdida de este volumen por ac-
cia cardíaca ligera o moderada suelen presentar un aspecto ción de un diurético enérgico en un plazo de 24-48 h es indi-
normal. Sin embargo, pueden manifestar disnea con el ejer- cativa de insuficiencia cardíaca. En ausencia de tratamiento,
cicio (al desnudarse para ser examinados) o al adoptar el de- la reducción del débito urinario se acompaña, como ya se
cúbito. Los pacientes con insuficiencia cardíaca avanzada se ha indicado, de un cambio de ritmo (nicturia).
muestran en general ansiosos y disneicos. En la insuficiencia En los últimos estadios de la insuficiencia cardíaca puede
cardíaca aguda el aspecto del enfermo es de gravedad, aun- producirse un estado de caquexia. Contribuyen a él el au-
que conserva un estado de nutrición normal; por el contra- mento del catabolismo, una enteropatía con pérdida de pro-
rio, algunos pacientes con insuficiencia cardíaca crónica teínas, la disminución de la ingesta por falta de apetito, la
presentan un estado caquéctico. depresión mental, la toxicidad farmacológica y la hipoxia ce-
El pulso suele ser rápido y su amplitud está disminuida. En lular.
la insuficiencia cardíaca grave la presión arterial es baja, con La cianosis, propia también de los estadios más avanza-
reducción relativamente menor de las cifras de presión dias- dos, suele darse con una saturación de oxígeno arterial nor-
tólica. La reducción del gasto cardíaco ocasiona vasocons- mal. Se debe a la reducción del contenido de oxígeno de la
tricción, que se manifiesta por palidez y frialdad de las extre- sangre venosa, causada por el aumento de su extracción por
midades y, por último, por cianosis acra. los tejidos.
Los estertores de estasis se producen como resultado de la El aumento de presión de las venas hepáticas y peritonea-
trasudación del contenido capilar al alveolo pulmonar y co- les puede determinar la aparición de ascitis. Su presencia in-

486
INSUFICIENCIA CARDÍACA

dica en general hipertensión venosa de larga evolución. En ción de la silueta cardíaca. Dado que en la insuficiencia car-
los pacientes con lesiones tricúspides y en la pericarditis díaca suele haber cardiomegalia, el índice cardiotorácico
constrictiva, la ascitis es más frecuente que el edema subcu- está, en general, aumentado. La presencia de derrame peri-
táneo. La enteropatía con pérdida de proteínas secundaria a cárdico no alcanza, en la mayoría de los casos de insuficien-
la congestión visceral facilita el desarrollo de ascitis al dismi- cia cardíaca, un volumen suficiente para deformar la silueta.
nuir la presión oncótica del plasma. La congestión pulmonar se detecta fácilmente en la radio-
El hidrotórax puede ocurrir tanto en la insuficiencia cardía- grafía de tórax, donde se manifiesta antes de que sea clínica-
ca derecha como en la izquierda, ya que las venas pleurales mente aparente. Al elevarse la presión venosa pulmonar por
drenan tanto en el circuito venoso sistémico como en el pul- encima del límite máximo de la normalidad (12 mmHg), las
monar. Por lo general es bilateral; cuando el hidrotórax queda venas pulmonares se distienden y, cuando se alcanza la pre-
confinado al lado derecho se debe habitualmente a una hiper- sión oncótica del plasma (25-30 mmHg), hay trasudación del
tensión venosa sistémica, mientras que en la hipertensión ve- líquido capilar al espacio intersticial.
nosa pulmonar se localiza en el lado izquierdo. El hidrotórax En condiciones normales las venas de los lóbulos inferio-
puede aumentar la disnea al reducir la capacidad vital. res son más prominentes que las apicales en bipedestación.
Esto se debe al efecto de la presión hidrostática. La relación
Manifestaciones cardíacas. En general la insuficiencia car- entre el tamaño de las venas apicales y basales se altera
díaca se acompaña de cardiomegalia. Dado que el ventrículo cuando –por causa de la insuficiencia cardíaca– se produce
izquierdo es el más comúnmente afectado, la palpación re- hipertensión pulmonar. En tales circunstancias, las venas de
velará un desplazamiento del ápex. El crecimiento del ven- las porciones superiores aparecen distendidas en relación
trículo derecho se reconoce por la palpación de un latido con las de los lóbulos inferiores. El aumento de la presión ar-
enérgico junto al borde esternal izquierdo. En algunos casos terial pulmonar se manifestará por la dilatación de las som-
de insuficiencia cardíaca aguda (p. ej., infarto de miocardio bras hiliares correspondientes a cada una de las arterias pul-
y rotura de las cuerdas tendinosas de la válvula mitral) y en monares, derecha e izquierda.
la pericarditis constrictiva, no hay cardiomegalia. El edema intersticial se produce por la acumulación de lí-
El ruido de galope ventricular (tercer ruido), aunque no es quido en el tejido que rodea al capilar pulmonar. Su traduc-
específico, constituye un valioso dato de insuficiencia car- ción radiológica es el oscurecimiento de las sombras hiliares
díaca cuando se detecta en un adulto mayor de 40 años. En y, en particular, la borrosidad y pérdida de definición de ar-
niños y adolescentes, durante el embarazo y en la anemia, su terias y venas. Con la acumulación de líquido, los tabiques
presencia tiene otro significado. De igual modo, en las sobre- interlobulillares situados en la periferia del pulmón, perpen-
cargas de volumen (insuficiencia mitral y aórtica y cortocir- dicularmente a la superficie pleural, se hacen visibles, en
cuitos de izquierda a derecha) la auscultación de un tercer particular en los lóbulos de la base. Aparecen entonces
ruido no debe homologarse necesariamente a insuficiencia como densidades lineales bien definidas, en general horizon-
cardíaca. Se ausculta mejor con la campana del estetoscopio tales, próximas a la superficie pleural y extendidas sobre una
y al nivel del ápex (galope ventricular izquierdo) o en el longitud de 1-3 cm (líneas B de Kerley). Las líneas más largas
cuarto o el quinto espacio intercostal izquierdo, junto al es- que se extienden desde el hilio hacia la periferia en las por-
ternón (galope ventricular derecho); en el primer caso la in- ciones alta y media del pulmón (líneas A de Kerley) corres-
tensidad del galope aumenta en espiración y en decúbito la- ponden a las conexiones interlobulares existentes a este
teral izquierdo (posición en la que, además, puede palparse) nivel. Las líneas septales no son patognomónicas de insufi-
y, en el segundo, en inspiración. El tercer ruido coincide con ciencia cardíaca, ya que pueden hallarse en procesos víri-
el llenado rápido de un ventrículo que, cuando hay insufi- cos, hemocromatosis, fibrosis e infiltración tumoral. Si se de-
ciencia cardíaca, se halla distendido por aumento de la pre- ben a una insuficiencia cardíaca transitoria desaparecerán,
carga. Por ello no se produce en la estenosis mitral ni en la en tanto que persistirán en la congestión pulmonar crónica.
tricúspide. Cuando el líquido se acumula en los espacios interlobulares
El galope auricular (cuarto ruido) es un indicador menos puede remedar un tumor (imágenes seudotumorales), una
específico de insuficiencia cardíaca. Suele acompañar a las neumonía o un infarto pulmonar. La desaparición de estas
sobrecargas de presión y se origina como consecuencia de imágenes con el tratamiento diurético confirma su origen.
una contracción auricular enérgica, que ha de vencer la re- El edema alveolar se reconoce sin dificultad, ya que deter-
sistencia ejercida por un ventrículo rígido. mina la aparición de la imagen característica “en alas de ma-
La presencia de soplos sistólicos, de insuficiencia mitral y riposa”, constituida por exudados confluentes en los hilios
tricúspide, es secundaria a la dilatación del ventrículo corres- pulmonares.
pondiente. Con frecuencia estos soplos disminuyen o desa- El borramiento de los ángulos costofrénicos o costoverte-
parecen con el tratamiento. La hipertensión pulmonar secun- brales sugiere la existencia de derrame pleural o una eleva-
daria al fallo izquierdo es responsable del aumento de ción del hemidiafragma correspondiente.
intensidad del componente pulmonar del segundo ruido, Con el advenimiento de la insuficiencia cardíaca derecha,
que puede exceder la del componente aórtico. la vena cava superior y la vena ácigos se dilatan.
El denominado pulso alternante se caracteriza por la alter- Exámenes de laboratorio. El análisis de orina puede mos-
nancia de una contracción cardíaca enérgica y otra débil, trar una proteinuria discreta. La densidad de la orina puede
que se acompaña también de una variación alternativa de la aumentar durante las fases de retención de agua y sodio y
amplitud del pulso. Puede detectarse utilizando el esfigmo- disminuir durante los períodos de diuresis. El nitrógeno urei-
manómetro o, en los casos más llamativos, por la simple pal- co puede elevarse ligeramente (azoemia prerrenal).
pación del pulso. En ocasiones sólo se observa de forma pa- La disfunción hepática se manifiesta por un aumento lige-
sajera siguiendo a una extrasístole. Se debe a la disminución ro de la bilirrubina, de la transaminasa glutámico-oxalacética
del número de unidades contráctiles y/o a la reducción del (ASAT) y de la láctico-deshidrogenasa (LDH). En casos de
volumen telediastólico del ventrículo izquierdo durante las congestión hepática aguda las cifras de bilirrubina y ASAT
contracciones débiles. El pulso alternante aparece sobre pueden elevarse muy significativamente (hasta 10 veces los
todo en la insuficiencia cardíaca secundaria a hipertensión valores normales), produciéndose también un ascenso de la
arterial y a estenosis aórtica, aunque también puede hallarse fosfatasa alcalina y un alargamiento del tiempo de protrom-
en la cardiopatía isquémica y en las miocardiopatías. Suele bina. La disfunción hepática prolongada puede determinar
acompañarse de un tercer ruido y de variaciones en la inten- una hipoalbuminemia.
sidad del primero y del segundo ruidos. El ionograma es normal, aunque la restricción de sodio, el
tratamiento diurético y la incapacidad para excretar agua
Exámenes complementarios. Examen radiológico. La ra- pueden conducir a una hiponatremia dilucional. En esta si-
diografía de tórax permite apreciar el tamaño y la configura- tuación, el contenido total de sodio del organismo está au-

487
CARDIOLOGÍA

mentado y se acompaña de una elevación de las concentra- a) mejorar la función contráctil mediante el uso de agentes
ciones de vasopresina. La administración prolongada de diu- inotrópicos (básicamente, digital); b) disminuir la retención
réticos tiazídicos puede ser causa de hipopotasemia. Por el de agua y sodio mediante la administración de diuréticos y
contrario, la reducción del filtrado glomerular y el empleo de la reducción del aporte de sodio, y c) reducir el trabajo car-
diuréticos como la espironolactona pueden originar hiperpo- díaco con el reposo y, en ciertos casos, con el empleo de
tasemia. vasodilatadores. Al margen de estas medidas hay que prestar
Electrocardiograma. No hay datos electrocardiográficos es- atención a las posibles causas desencadenantes y corregirlas.
pecíficos de insuficiencia cardíaca, aunque el trazado de es- El objetivo último del tratamiento debe ser la corrección de
tos pacientes suele ser anormal debido a la gravedad de la la anomalía estructural responsable de la insuficiencia car-
cardiopatía de base. Aunque de interés práctico limitado, díaca.
cabe señalar que el crecimiento biventricular y las imágenes
de dilatación del ventrículo derecho (morfologías rS en la 1. Reposo. La limitación de la actividad física es uno de los
mayoría de las derivaciones precordiales) suelen asociarse a pilares del tratamiento de la insuficiencia cardíaca. Los bene-
insuficiencia cardíaca. ficios del reposo físico y emocional derivan de la reducción
Ventriculografía isotópica. Permite una determinación pre- de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial, lo que dis-
cisa e incruenta de las dimensiones del corazón y de la frac- minuye la sobrecarga impuesta al corazón. Además, al des-
ción de eyección. La reducción de ésta indicará, en ausencia cender las necesidades de oxígeno del músculo esquelético,
de un aumento significativo de la poscarga, una disfunción la redistribución del gasto cardíaco al riñón aumenta la diu-
ventricular; cuando la poscarga se reduce (como en la insufi- resis.
ciencia mitral), la fracción de eyección puede aumentar En los pacientes con insuficiencia cardíaca congestiva
aunque la función ventricular esté deprimida. franca se aconseja reposo en cama o en un sillón durante un
Ecocardiografía. Su mayor utilidad radica en la detección período de 1-2 semanas. Los riesgos de tromboembolia inhe-
de la causa de insuficiencia cardíaca, ya que permite distin- rentes al reposo se reducen con los movimientos pasivos de
guir una cardiomegalia verdadera de un derrame pericárdi- las extremidades, la elevación de los pies de la cama, el uso
co, apreciar la morfología valvular y analizar la motilidad de de medias elásticas y el empleo de anticoagulantes. Los pa-
las distintas paredes del corazón. Aunque con limitaciones, cientes con grados menores de insuficiencia cardíaca suelen
esta técnica permite medir también la fracción de eyección. adaptar el nivel de ejercicio a sus posibilidades. En estos ca-
Los datos ecocardiográficos más concluyentes de insuficien- sos los períodos de descanso son aconsejables, en particular
cia cardíaca, aumento de los diámetros ventriculares y re- la mayor permanencia en la cama aprovechando los fines de
ducción de la excursión diastólica de la válvula mitral semana. De igual modo, el reposo intermitente durante la jor-
(como expresión de un gasto cardíaco bajo), corresponden nada es útil. También conviene suprimir el hábito tabáquico,
a fases avanzadas. ya que la nicotina aumenta las necesidades periféricas y mio-
Cateterismo cardíaco. En general, el diagnóstico de insufi- cárdicas de oxígeno.
ciencia cardíaca no requiere la práctica de un cateterismo
cardíaco. Sin embargo, la introducción de un catéter de 2. Dieta. La reducción de peso del paciente obeso mediante
Swan-Ganz puede ser útil en ocasiones para dilucidar si una dieta hipocalórica forma parte del tratamiento de la insufi-
imagen pulmonar de difícil interpretación o la disnea de de- ciencia cardíaca, puesto que el sobrepeso aumenta el traba-
terminado paciente se deben o no a insuficiencia cardíaca. jo del corazón. Por la misma razón debe reducirse el consu-
La posibilidad de medir el gasto cardíaco y las presiones de mo de alcohol, que, además, es un tóxico miocárdico. En
llenado de ambos ventrículos (la del izquierdo de forma in- pacientes con caquexia cardíaca, por el contrario, hay que
directa, por las cifras de la presión capilar pulmonar) es tam- evitar las deficiencias calóricas y vitamínicas.
bién útil para valorar la eficacia del tratamiento, en particu- La disminución de la ingesta de sal en los pacientes con
lar en la fase aguda del infarto o al instaurar una terapia con insuficiencia cardíaca ligera puede mejorar sustancialmente
vasodilatadores. Los datos hemodinámicos propios de la in- los síntomas, en especial si se asocia a reposo en cama.
suficiencia cardíaca incluyen el aumento de la presión tele- En los casos de insuficiencia cardíaca grave el control de la
diastólica del ventrículo correspondiente, la reducción del ingesta de sodio ha de ser estricto, aun cuando se empleen
gasto cardíaco (o la incapacidad de elevarse con el ejer- de forma concomitante diuréticos. Hay que tener presente
cicio) y el aumento de la diferencia arteriovenosa, la frac- que la ingesta diaria de ClNa (de unos 10 g) puede reducirse
ción de eyección y, junto a los datos de presión, la determi- a la mitad sólo con evitar los alimentos particularmente sala-
nación de parámetros de función ventricular más complejos. dos (y suprimir el salero de la mesa) y a la cuarta parte si no
se emplea sal al cocinar. Aunque a priori no hay restricción
Clasificación funcional de la insuficiencia cardíaca. La para la ingesta de agua, el desarrollo de una hiponatremia di-
New York Heart Association estableció una clasificación fun- lucional exige limitar su aporte, al igual que el de sal.
cional de los pacientes considerando el nivel de esfuerzo físi-
co requerido para la producción de síntomas. A pesar de sus 3. Digitálicos. Ciertos glucósidos de las hojas de la digital y
limitaciones, esta clasificación es útil, pues permite compa- del estrofanto se conocen clásicamente como tónicos cardía-
rar grupos de pacientes, así como un mismo paciente a lo cos por su capacidad de mejorar la contractilidad miocárdi-
largo del tiempo. ca. Su estructura química consiste en dos componentes: la
Clase I. No hay limitaciones. La actividad física habitual genina o aglicona, constituida por un núcleo esteroide unido
no produce fatiga excesiva, disnea ni palpitaciones. a una lactona, y uno o varios azúcares. La fracción cardiotó-
Clase II. Limitación ligera de la actividad física. El enfermo nica es la genina, mientras que los azúcares determinan la
no presenta síntomas en reposo. La actividad física habitual potencia y duración de su acción, como resultado –proba-
produce fatiga, disnea, palpitaciones o angina. blemente– de su distinta solubilidad.
Clase III. Limitación notable de la actividad física. Aunque Acción farmacológica. La digital, una vez absorbida, se une
en reposo no hay síntomas, éstos se manifiestan con niveles a la albúmina del plasma y se fija al miocardio hasta ser me-
bajos de actividad física. tabolizada. Su excreción es básicamente renal. Su acción so-
Clase IV. Incapacidad de llevar a cabo ninguna actividad bre el corazón consiste en un aumento de la contractilidad y
en ausencia de síntomas. Éstos pueden estar presentes inclu- de la irritabilidad y en una disminución de la frecuencia car-
so en reposo. díaca y de la conducción AV. Sus efectos son, pues, mecáni-
cos y electrofisiológicos. Por otro lado, potencia la acción va-
Medidas terapéuticas generales. No existe una fórmula gal sobre el corazón.
única de tratamiento. Como medidas generales de control La acción inotrópica positiva se manifiesta tanto en el co-
de la insuficiencia cardíaca se recomiendan las siguientes: razón normal como en caso de hipertrofia, con insuficiencia

488
INSUFICIENCIA CARDÍACA

TABLA 3.27. Digitálicos


Absorción Comienzo de la Efecto Dosis de digitalización (mg) Dosis oral de
Fármacos Vida media Excreción
intestinal (%) acción* (min) máximo (h) Oral Intravenosa mantenimiento (mg)

Digoxina 60-85 15-30 1,5-5 36-42 h Renal; en 1,25-1,5 0,7-1 0,25-0,5


escasa
proporción
gastrointestinal
Digitoxina 90-100 25-100 4-12 4-6 días Hepática 0,7-1,2 1 0,10-0,15
Renal los
metabolitos
*Para la vía venosa.

cardíaca o sin ésta. El restablecimiento del poder contráctil tuación hemodinámica del paciente. En la taquicardia paro-
determina la disminución o desaparición de las manifesta- xística supraventricular se produce en general la reversión.
ciones clínicas de la insuficiencia cardíaca. Sin embargo, Preparados y dosificación. La absorción oral, aun en ausen-
cuando no existe insuficiencia cardíaca, el uso de la digital cia de congestión vascular secundaria a la propia insuficien-
no eleva el gasto cardíaco. cia cardíaca, es muy variable según el preparado de que se
El efecto inotrópico se debería a una mayor concentra- trate. Así, el polvo de digital se absorbe en un 40%, la digoxi-
ción del calcio disponible para el proceso de excitación-con- na en un 85% y la digitoxina en un 100%, mientras que la ab-
tracción. Ello es consecuencia, al parecer, de la inhibición sorción de lanatósido C y de la ouabaína es muy escasa. En
de la ATPasa de la membrana, con lo que se bloquea la cualquier caso, la absorción es casi completa a las 2 h. La
bomba de sodio y, por consiguiente, aumenta la concentra- unión a las proteínas plasmáticas es muy variable, lo que po-
ción intracelular de sodio y también la de calcio. dría explicar la distinta duración del efecto farmacológico de
La entrada de sodio y la disminución del potasio intracelu- los diversos preparados. El grado de fijación al miocardio de-
lar explican las alteraciones electrofisiológicas producidas pende de su liposolubilidad.
por la digital, la reducción del potencial de reposo trans- La digitalización correcta requiere una dosis de saturación
membrana (fase 4) y el aumento de la pendiente de despola- y otra de mantenimiento. La primera se completa en 12-48 h
rización diastólica. La disminución del potencial de reposo si se emplea la vía oral y en 2-12 h si se utiliza la venosa. Las
aproxima éste al umbral de despolarización, lo cual favorece dosis de mantenimiento se administran a diario. Uno de los
la aparición de extrasístoles. Además, disminuye la veloci- errores más frecuentes en el manejo de la digital consiste en
dad de conducción y, de esta forma, facilita la aparición de prescindir de la saturación, con lo cual no se consigue el
circuitos de reentrada. La digital acorta el período refractario efecto terapéutico hasta pasados varios días (una semana,
del tejido contráctil auricular y ventricular. En cambio, alar- como mínimo). Aunque las dosis de saturación son siempre
ga el período refractario funcional de la unión AV, tanto por las mismas, las de mantenimiento han de regularse de acuer-
acción directa como por efecto vagal. Gracias a ello, dismi- do con la respuesta clínica, que puede valorarse por la dismi-
nuye la respuesta ventricular en la fibrilación y el flúter auri- nución de la frecuencia cardíaca.
culares. La supresión de las taquicardias paroxísticas supra- Aquí sólo se hará referencia a los preparados empleados
ventriculares por reentrada se debe probablemente a la en la actualidad: la digoxina y el lanatósido C, que se en-
acción vagal. Sobre el nódulo sinusal, el efecto de la digital cuentran sobre todo en las hojas de Digitalis lanata, la digito-
es análogo al ejercido en la unión AV, obteniéndose una res- xina, contenida en las hojas de Digitalis purpurea, y la
puesta cronotrópica negativa. En la insuficiencia cardíaca, la ouabaína, que se aísla del Strophanthus gratus. Entre ellos,
disminución del automatismo sinusal se debe también a el más empleado es la digoxina, seguida de la digitoxina (ta-
la reducción de la actividad simpática secundaria a la mejo- bla 3.27). Estos preparados permiten el control por vía oral
ría del estado hemodinámico por la acción inotrópica de la de la mayoría de las situaciones en las que está indicado el
digital. El aumento de la excitabilidad del miocardio banal tratamiento digitálico. En los ritmos supraventriculares rápi-
explica las arritmias producidas por toxicidad. dos y en el edema agudo de pulmón puede emplearse digo-
Finalmente, en los pacientes con insuficiencia cardíaca, la xina intravenosa. La pauta más empleada en el adulto es una
administración de digital produce –a diferencia del indivi- dosis de saturación de 1,5 mg de digoxina en 48 h (un com-
duo sano– vasodilatación periférica, arterial y venosa, atri- primido de 0,25 mg 4 veces/día), seguida de una dosis diaria
buible a un mecanismo reflejo. de 0,25 mg. En caso de insuficiencia renal las dosis de man-
Indicaciones. Las más importantes son la insuficiencia car- tenimiento son las habituales divididas por la cifra de creati-
díaca y las arritmias supraventriculares con respuesta ventri- nina en sangre (así, para una creatinina de 2,5 mg/dL, la do-
cular rápida, con insuficiencia cardíaca o sin ésta. sis diaria de digoxina será de 0,1 mg). Antes de iniciar el
Recientemente se ha cuestionado la utilidad de la digital tratamiento hay que cerciorarse siempre de que el paciente
en la insuficiencia cardíaca del paciente en ritmo sinusal. no haya estado sometido a él en los días precedentes. Cuan-
Ello se debe a la falta de estudios que demuestren una mejo- do no exista certeza de la administración previa de digital se
ría del pronóstico de estos enfermos con la digital. Pese a iniciará la saturación por vía intravenosa hasta conseguir un
esta limitación, el beneficio sintomático y hemodinámico, efecto terapéutico o la aparición de signos tóxicos, y se con-
reiteradamente demostrado, justifica el empleo de este fár- tinuará luego (con la correspondiente interrupción de 48 h
maco en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca. en caso de toxicidad) con la dosis de mantenimiento. Ante
El beneficio clínico y hemodinámico de la digital es esca- la presencia de arritmias sospechosas de intoxicación digitá-
so o nulo en la pericarditis constrictiva, en el taponamiento lica, la digitalización a ciegas constituye un riesgo excesivo,
cardíaco, en la tirotoxicosis y en la estenosis mitral en ritmo por lo que se aconseja la monitorización continua del ECG y
sinusal, en el beriberi y en las miocarditis. Sin embargo, no el empleo de una dosis baja de digoxina intravenosa y, a
está contraindicada en dichas circunstancias. Sí puede estar- continuación, proceder según la respuesta. En estas situacio-
lo, en cambio, en la miocardiopatía hipertrófica en ritmo si- nes puede extraerse una muestra de sangre para la detección
nusal (por el peligro de agravar la obstrucción) y en el blo- de la concentración de digoxina o de digitoxina (véase más
queo AV de segundo y tercer grados. adelante).
La fibrilación y el flúter auriculares no revierten a ritmo si- Intoxicación digitálica y su tratamiento. De igual modo que
nusal tras la administración de digital, aunque se consigue la dosis óptima de digital varía ligeramente de un enfermo a
una reducción de la respuesta ventricular, que mejora la si- otro, el umbral de toxicidad también es distinto. En general,

489
CARDIOLOGÍA

puede considerarse que la dosis letal es 5-10 veces superior a se pautas de tratamiento intermitente con pausas cada 2 o 3
la dosis mínima efectiva. La relación entre la dosis terapéuti- días. Las tiazidas disminuyen el flujo renal, hecho que se ha
ca y la dosis tóxica no varía sensiblemente entre los distintos de tener presente cuando la función renal está comprometi-
preparados digitálicos. La dosificación de digital en sangre da. Otros efectos secundarios incluyen hiperuricemia e hi-
mediante radioinmunoanálisis ha permitido conocer los ni- perglucemia. La clortalidona, la clopamida y la quinetazona,
veles de toxicidad, que para la digoxina son superiores a por su estructura química, propiedades farmacológicas y
2 ng/mL y para la digitoxina mayores de 30 ng/mL. Las con- efectos clínicos, se incluyen también dentro del grupo de las
centraciones terapéuticas corresponden a 1-1,5 ng/mL y a 20- tiazidas.
25 ng/mL, respectivamente. Furosemida. Es el diurético más potente de que se dispo-
La intoxicación digitálica es potenciada por la hipopotase- ne. A diferencia de los demás, no pierde su eficacia cuando
mia, secundaria en general a la reducción del potasio intra- se ha restaurado la volemia normal. Su mecanismo de ac-
celular por acción de los diuréticos y por hiperaldosteronis- ción consiste en la inhibición de la reabsorción del ion cloro
mo. Por otro lado, son más sensibles a la digital los ancianos, en el limbo ascendente del asa de Henle, aumentando la ex-
los pacientes con hipoxia, hipercalcemia o insuficiencia re- creción de sodio y agua. Al contrario que las tiazidas, au-
nal y los tratados son reserpina o guanetidina. Los signos clí- menta el flujo renal y, al igual que ellas, inhibe débilmente la
nicos de intoxicación digitálica incluyen anorexia, náuseas y anhidrasa carbónica en el túbulo proximal. También puede
vómitos y, con menor frecuencia, diarrea. Su origen es la esti- causar hipopotasemia, hiponatremia, hiperuricemia e hiper-
mulación directa de los centros medulares; no obedecen, glucemia.
pues, a irritación directa de la mucosa digestiva. En ocasio- Es eficaz tanto por vía oral como por vía intravenosa. Está
nes aparecen alteraciones de la visión, debilidad, trastornos indicada en cualquier forma de insuficiencia cardíaca, sien-
mentales (sobre todo en enfermos de edad avanzada), urti- do particularmente útil, por su rapidez de acción, en el ede-
caria y ginecomastia. ma agudo de pulmón. La furosemida tiene cierto efecto vaso-
La impregnación digitálica del miocardio, que no implica dilatador venoso, que se manifiesta ya a los pocos minutos
toxicidad, se manifiesta en el ECG por las denominadas “cu- de su administración y puede ser de interés en el tratamien-
betas digitálicas” constituidas por un descenso del segmen- to de la insuficiencia cardíaca aguda. Este diurético es oto-
to ST, de concavidad superior, con acortamiento del interva- tóxico, en particular cuando se administra a altas dosis en
lo QT. La intoxicación digitálica puede determinar la apari- pacientes con insuficiencia renal.
ción de cualquier tipo de arritmia, aunque las más comunes Ácido etacrínico. Es un diurético muy similar a la furosemi-
son la extrasistolia ventricular, con frecuencia bigeminada, da en cuanto a su acción y efectos secundarios, aunque se
el bloqueo AV (de cualquier grado) y la taquicardia auricu- utiliza mucho menos frecuentemente en la insuficiencia car-
lar no paroxística con bloqueo AV variable. También puede díaca.
observarse con relativa frecuencia una arritmia sinusal (blo- Espironolactona, triamtereno y amilorida. Su acción diuréti-
queos sinoauriculares, paros sinusales), taquicardia de la ca es débil, por lo que no suelen emplearse como agentes
unión AV y taquicardias ventriculares multifocales. En la mi- únicos sino que se asocian a otros diuréticos. El interés de la
tad de los casos las arritmias preceden a las manifestaciones asociación radica en la potenciación del efecto diurético y
extracardíacas de toxicidad. en la neutralización de la caliuria. La espironolactona, debi-
Las medidas que se deben adoptar para el tratamiento de do a su gran parecido estructural con la aldosterona, antago-
la intoxicación digitálica dependerán de su gravedad. En el niza competitivamente su acción sobre el túbulo distal, lo
caso de que sólo haya manifestaciones gastrointestinales de que favorece la excreción de sodio y agua y la retención de
toxicidad, bastará con suspender la digital durante 2 o 3 días potasio. Por su parte, el triamtereno y la amilorida actúan di-
y reajustar la dosis. Si se producen arritmias se añadirá pota- rectamente disminuyendo la secreción de potasio, y sus efec-
sio, difenilhidantoína, propranolol o lidocaína. Si existe blo- tos son independientes de la presencia o la ausencia de al-
queo AV de grado avanzado se implantará un marcapasos dosterona. Su velocidad de acción es también mayor, de
temporal. La dosis de potasio y su vía de administración de- sólo unas horas, en contraste con los 2 o 3 días en el caso
penderán de la importancia de la arritmia y del grado de hi- de la espironolactona. A diferencia de ésta, pueden producir
popotasemia. En caso de hiperpotasemia o de bloqueo AV, azoemia. Con el uso continuado de espironolactona se ha
está contraindicada la administración de potasio. Tampoco observado ginecomastia. Los tres agentes pueden inducir
debe usarse propranolol en caso de bloqueo o de insuficien- una acidosis metabólica por retención de iones hidrógeno y
cia cardíaca grave. todos ellos deben administrarse con cautela en casos de in-
La cardioversión eléctrica está contraindicada para tratar suficiencia renal y diabetes.
las arritmias digitálicas, lo mismo que el empleo de quinidi- Elección del diurético. Normas de tratamiento. Las caracte-
na y procainamida. rísticas específicas de los distintos diuréticos se resumen en
la tabla 3.28. En cuanto a la elección del fármaco, se consi-
4. Diuréticos. En la actualidad se dispone de una amplia dera que las tiazidas son de elección en el tratamiento del
gama de diuréticos y para su elección deben tenerse en edema crónico ligero o moderado, en particular en pacien-
cuenta la gravedad de la insuficiencia cardíaca y el estado tes sin hiperuricemia ni hiperglucemia. En la insuficiencia
electrolítico del enfermo. Conviene evitar en particular el tra- cardíaca aguda y en los casos de insuficiencia cardíaca cró-
tamiento excesivo y la hipovolemia resultante que reduciría nica grave se aconseja el empleo de furosemida o ácido eta-
el gasto cardíaco, alteraría la función renal y condicionaría crínico. La espironolactona, el triamtereno y la amilorida no
la aparición de debilidad muscular y fatiga. suelen utilizarse como agentes únicos por su débil acción
Tiazidas. Son muy empleadas en razón de su eficacia por diurética; sin embargo, en pacientes con hiperaldosteronis-
vía oral, que permite, al menos en la insuficiencia cardíaca li- mo secundario importante la espironolactona puede ser un
gera o moderada, menor rigidez en el control de la ingesta diurético muy enérgico.
de sal. La clorotiazida y la hidroclorotiazida se absorben bien Efectos secundarios de los diuréticos.
por vía oral y su acción, máxima a las 4 h, se prolonga hasta 1. Hipopotasemia. Según se indicó, depende del uso pro-
las 12 h de su administración. Aunque inhiben las anhidrasa longado de tiazidas, furosemida o ácido etacrínico sin suple-
carbónica, su mecanismo de acción es la inhibición de la re- mentos de potasio. Las manifestaciones clínicas –debilidad,
absorción de sodio por el túbulo distal y, como consecuen- anorexia, distensión abdominal– no son específicas, pero su
cia, de cloro y agua; se favorece así el intercambio sodio-po- presencia debe alertar al clínico. El déficit intracelular de po-
tasio que resulta en una caliuria aumentada. Por ello, la tasio precede a la disminución de su concentración plasmá-
administración de tiazidas debe acompañarse de suplemen- tica, por lo que el ECG resulta un indicador precoz y sensible
tos de potasio o de diuréticos ahorradores de potasio (espiro- de la depleción de este ion. Los signos más característicos de
nolactonas o triamtereno); alternativamente, pueden emplear- hipopotasemia en el ECG son el aplanamiento de la onda T y

490
INSUFICIENCIA CARDÍACA

TABLA 3.28. Diuréticos


Efecto
Fármacos Dosis (mg/día)
Oral Máximo Duración
Clorotiazida 500-2.000 1h 4h 6-12 h
Hidroclorotiazida 50-100 2h 4h 12 h
Clortalidona 50-100 2h 6h 24 h
Furosemida 40-120 p.o. 1 h 1-2 h 4h
i.v. 5 min 30 min 2h
Ácido etacrínico 50-120 p.o. 30 min – –
Espironolactona 25-100 24-48 h 72 h 72 h
Triamtereno 100-300 24 h 6-8 h 12-16 h

la presencia de una onda U muy prominente que, asociadas, 4. Hiponatremia dilucional. Este cuadro clínico, presente
configuran un doble contorno que simula una prolongación en algunos casos de insuficiencia cardíaca grave, se debe a
del intervalo QT. una mayor retención de agua que de sal. El mecanismo res-
El potasio puede administrarse por vía oral bajo formas di- ponsable es, probablemente, una actividad excesiva de la
ferentes, y, dado que produce molestias gastrointestinales fre- hormona antidiurética que se segrega en respuesta a la dis-
cuentes en algunos enfermos, conviene cambiar de prepara- minución del volumen circulante efectivo (aun cuando el
do. En general se emplea el ClK (1 g = 13 mEq), a razón de volumen total esté aumentado). La hiponatremia dilucional
2,4 g/día, en forma efervescente o en cápsulas de liberación se acompaña de oliguria, pero, a diferencia del síndrome de
lenta. Hay que tener presente que ciertos alimentos, como la reducción de sodio y de la hipovolemia inducida por los diu-
fruta, tienen un alto contenido en potasio y que las dietas hi- réticos, el paciente se encuentra edematoso y no suele pre-
posódicas también retienen potasio. sentar hipotensión ortostática. La insuficiencia cardíaca con
El tratamiento de la hipopotasemia es el mismo que el de hiponatremia dilucional es un cuadro de difícil tratamiento.
la intoxicación digitálica: administración de 2 g de potasio Debe procederse, ante todo, a reducir el aporte hídrico y de
cada 6 h por vía oral. Si el ionograma revela un potasio muy sal, al tiempo que se instaura un tratamiento diurético muy
bajo (inferior a 3 mEq/L) o el enfermo presenta arritmias enérgico.
puede recurrirse a la vía intravenosa (60-120 mEq de potasio
en 500 mL de solución glucosada al 5% en 4 h). Hay que re- 5. Tratamiento del edema agudo de pulmón. El edema
cordar que el potasio por vía intravenosa produce flebitis agudo de pulmón secundario al fallo ventricular izquierdo o
con facilidad y que su administración debe hacerse con pre- a una estenosis mitral constituye una urgencia médica, ya
caución a fin de evitar los riesgos de una hiperpotasemia que pone en peligro la vida del paciente. Por ello, el tra-
(bloqueo y paro). tamiento debe instaurarse sin dilación. El paciente ha de
2. Alcalosis hipoclorémica. La eliminación de sodio por mantenerse incorporado, lo que tiende a reducir el retorno
los diuréticos acarrea una excreción aumentada de cloruros, venoso al corazón. Debe administrarse morfina por vía sub-
que favorece la reabsorción de bicarbonatos. Puede produ- cutánea (10-15 mg) o intravenosa (5 mg inyectados lenta-
cirse así una alcalosis hipoclorémica, potenciada por la se- mente, en 2-3 min); el efecto beneficioso de la morfina se
creción renal de hidrogeniones y por su entrada en la célula debe a su acción vasodilatadora pulmonar y sistémica (por
como consecuencia de la depleción del potasio intracelular. bloqueo simpático) y a la reducción del trabajo respiratorio
Sus manifestaciones clínicas consisten –al igual que en otros y del estrés del paciente. Dado que el líquido alveolar dificul-
trastornos electrolíticos– en apatía y cambios de la personali- ta el intercambio del oxígeno y conduce a la hipoxemia,
dad. Puede ser la causa de que la insuficiencia cardíaca se conviene administrar oxígeno al 100%, preferentemente con
haga refractaria al tratamiento convencional, ya que la alca- presión positiva; ésta reduce la trasudación del contenido ca-
losis tiende a disminuir la eficacia de los diuréticos. pilar al alveolo pulmonar y disminuye el retorno venoso sisté-
La alcalosis hipoclorémica se evita asociando el ion cloro mico, con lo que la presión capilar pulmonar desciende.
al programa terapéutico, ya sea en forma de cloruro amóni- Debe administrarse un diurético enérgico, furosemida o áci-
co (3 g/día) o, mejor, de ClK. do etacrínico, por vía intravenosa para reducir la volemia. Si
3. Reducción de sodio. La disminución acusada de sodio el paciente no estaba digitalizado se usa una dosis de 0,5 mg
es poco frecuente, aunque puede producirse cuando la ad- de digoxina intravenosa, particularmente en caso de taquia-
ministración prolongada de diuréticos potentes se asocia a rritmia supraventricular. De no contraindicarlo una presión
una restricción drástica de sodio, vómitos o diarreas. Aunque arterial baja, las presiones de llenado ventricular pueden re-
el síndrome se acompaña de una reducción relativa del con- ducirse eficazmente con el uso de nitroglicerina por vía intra-
tenido de agua y disminución del volumen extracelular, se venosa.
produce hiponatremia. Ésta se debe a que el agua, pese a ser
eliminada en mayor proporción que el sodio, se recupera 6. Vasodilatadores. El objetivo del tratamiento vasodilata-
más fácilmente. El aspecto del paciente suele revelar grave- dor en la insuficiencia cardíaca es la reducción de la precar-
dad, con tendencia a la hipotensión, sobre todo ortostática, y ga y de la poscarga, con el fin de disminuir la congestión ve-
a la insuficiencia renal por disminución del volumen circu- nosa y aumentar el volumen minuto. En la insuficiencia
lante; hay sequedad de piel y mucosas y los edemas son ra- cardíaca aguda se utilizan vasodilatadores por vía intraveno-
ros. sa (fundamentalmente el nitroprusiato), mientras que en el
El simple tratamiento diurético, cuando es excesivo, deter- caso de insuficiencia cardíaca crónica se emplean por vía
mina también una reducción hidrosalina, aunque de carác- oral. Aunque su efecto a largo plazo es menos espectacular
ter leve. En este caso, la concentración plasmática de sodio que en la insuficiencia cardíaca aguda, se ha demostra-
suele ser normal, pero el volumen circulante se encuentra re- do que mejoran la tolerancia al ejercicio y, con determina-
ducido. Pese a la disminución de la disnea y de los edemas, das pautas de tratamiento, también el pronóstico.
el paciente experimenta gran debilidad e hipotensión y, en Del conjunto de fármacos vasodilatadores disponibles los
ocasiones, síncopes. Por ello, es importante descartar la hi- más utilizados son: a) la hidralazina, como vasodilatador ar-
potensión ortostática y comprobar que el pulso venoso yugu- terial; b) los nitratos, como vasodilatadores venosos, y c) el
lar es visible en decúbito antes del alta hospitalaria a los en- prazosín, el captopril, el enalapril y el nitroprusiato, como va-
fermos sometidos a tratamiento diurético. sodilatadores mixtos. Sus efectos hemodinámicos varían se-

491
CARDIOLOGÍA

TABLA 3.29. Vasodilatadores


Fármacos Vía de administración Comienzo de acción (min) Duración del efecto Dosis
Nitroprusiato i.v. 2-3 2-3 min 50-300 µg/min
Nitroglicerina i.v. 2-3 15 min 50-300 µg/min
Sublingual 2-3 15-20 min 0,4-0,8 mg
Percutánea 15 6h 20-25 mg
Dinitrato de isosorbide p.o. 20 4-6 h 20-30 mg
Captopril p.o. 30 6-8 h 25-50 mg
Enalapril p.o. 60 12-24 h 5-20 mg
Prazosín p.o. 30 6-8 h 1-2-5 mg
Hidralazina p.o. 30-60 6-8 h 50-100 mg

gún el territorio sobre el que actúan. Así, los vasodilatadores efecto colateral sin riesgo que, no obstante, puede obligar a
venosos reducen las presiones de llenado de ambos ven- la interrupción del medicamento, es la presencia de tos irrita-
trículos sin modificar sustancialmente el índice cardíaco, la tiva y persistente en el 10% de los casos.
frecuencia cardíaca ni la presión arterial; aunque no alteran En la tabla 3.29 se indican las dosis, las vías de administra-
las resistencias periféricas, sí reducen las resistencias pulmo- ción y el tiempo de duración del efecto de los vasodilatado-
nares. Los vasodilatadores arteriales actúan sobre las resis- res de uso más habitual en el tratamiento de la insuficiencia
tencias vasculares sistémicas; al disminuir la resistencia a la cardíaca.
eyección se eleva el volumen expulsado en cada latido y se
reduce la presión de llenado ventricular y, en consecuencia, 7. Fármacos inotrópicos. Las aminas simpaticomiméticas
la presión capilar pulmonar. La presión arterial disminuye, ya tienen su mayor campo de aplicación en los estados de
que el aumento del gasto es relativamente menor que la shock, aunque también se han demostrado útiles en situacio-
reducción de las resistencias. Los vasodilatadores mixtos ac- nes transitorias de bajo gasto por depresión de la contractili-
túan a la vez disminuyendo las resistencias vasculares sisté- dad (como en la fase aguda del infarto de miocardio o tras
mica y pulmonar y las presiones de llenado de ambos ven- una intervención a corazón abierto). Recientemente se ha
trículos; el índice cardíaco aumenta, la presión arterial suele comprobado que la perfusión de dopamina durante 48 h me-
descender y la frecuencia cardíaca no se modifica. joraba la situación hemodinámica de pacientes con miocar-
En la elección de un vasodilatador hay que tener en cuen- diopatía dilatada e insuficiencia cardíaca crónica. Este agen-
ta la situación hemodinámica del paciente. Si ésta es inesta- te es un precursor natural de la noradrenalina que, a dosis
ble se utilizará un vasodilatador de acción rápida y de breve bajas (inferiores a 4 µg/kg/min), dilata los vasos sanguíneos
duración, cuya dosis pueda modificarse en cada momento renales y mesentéricos por estimulación de los receptores es-
de acuerdo con la respuesta obtenida. Estas condiciones las pecíficos dopaminérgicos, con lo que aumenta el flujo san-
cumplen los vasodilatadores de uso intravenoso en perfusión guíneo de estos territorios y la excreción de sodio. A estas
continua, como el nitroprusiato sódico y la nitroglicerina. En mismas dosis la dopamina estimula los receptores betadre-
pacientes normotensos o hipertensos se elegirá el nitroprusia- nérgicos, aumentando la contractilidad y la frecuencia car-
to sódico, reservándose la nitroglicerina para los casos con díacas, mientras que a dosis más altas presenta un efecto al-
presión arterial límite dado su menor efecto hipotensor. fadrenérgico manifiesto. La dobutamina es una catecolamina
Debe señalarse que la administración intravenosa de un va- sintética que estimula sobre todo los receptores beta. Posee
sodilatador requiere monitorización hemodinámica conti- una fuerte acción inotrópica y es menos taquicardizante que
nua del enfermo, ya que la dosis óptima es variable y, dada la dopamina. A dosis de 2,5-15 µg/kg/min es útil en el trata-
su eficacia, puede resultar peligroso si no se toman las pre- miento de la insuficiencia cardíaca. La amrinona y la milrino-
cauciones debidas. En cuanto al tratamiento con vasodilata- na, cuya acción, distinta a la de los digitálicos y de las ami-
dores de la insuficiencia cardíaca crónica, debe tenerse en nas simpaticomiméticas, puede deberse a un aumento de
cuenta un efecto de tolerancia, que se ha descrito con el uso AMP cíclico en la célula por inhibición de la fosfodiesterasa,
de nitratos, prazosín y también de hidralazina, que obliga a aumentan la fracción de eyección y el gasto cardíaco redu-
un aumento de las dosis. En el caso de los primeros se debe ciendo las presiones de llenado.
a la formación de puentes disulfuro en el músculo liso vascu-
lar en los receptores de los nitratos, por lo que éstos dejan de
8. Tratamiento de la disfunción diastólica. El tratamiento
responder transitoriamente a la administración del fármaco;
de la disfunción diastólica puede diferir en algunos aspectos
de hecho, la respuesta vasodilatadora existe, aunque atenua-
del que se recomienda generalmente al paciente con dilata-
da. La tolerancia a la hidralazina se debe a hiperaldosteronis-
ción cardíaca y déficit de la función sistólica. Así, aunque en
mo (mecanismo que se ha implicado también en el caso del
caso de congestión pulmonar también es beneficioso el uso
prazosín) y se corrige con el empleo de diuréticos. Mediante
de diuréticos y vasodilatadores, la reducción excesiva de la
el uso combinado de hidralazina (300 mg/día) y dinitrato de
precarga puede determinar en este caso una caída drástica
isosorbide se ha objetivado una reducción de la tasa de mor-
del gasto cardíaco. Por lo que se refiere a la etiología, es pre-
talidad en comparación con un tratamiento con prazosín o
ceptivo prevenir la isquemia y tratar de reducir la hipertrofia,
con la administración de un placebo. El inconveniente de
lo que puede conseguirse en ocasiones –aunque con menos
este régimen es el desarrollo de un síndrome similar al lupus,
éxito que en el campo experimental– con el empleo de cier-
frecuente cuando se sobrepasan los 200 mg/día de hidralazi-
tos antagonistas del calcio, como el verapamilo. La contribu-
na. Los fármacos inhibidores de la enzima de conversión de
ción de la contracción auricular al llenado del ventrículo es
la angiotensina (ECA), en particular el captopril y el enalapril,
crítica en estos pacientes, por lo que debe mantenerse o, en
han alcanzado recientemente una enorme difusión en el tra-
su caso, restaurarse el ritmo sinusal. El papel de los agentes
tamiento de la insuficiencia cardíaca. Diversos estudios han
inotrópicos en la disfunción diastólica no se halla plenamen-
demostrado su utilidad en la mejoría de los síntomas y de la
te establecido, aunque están contraindicados en pacientes
tolerancia al esfuerzo. En pacientes con disfunción sistólica
con miocardiopatía hipertrófica obstructiva.
secundaria a infarto de miocardio, la administración de cap-
topril y enalapril se asocia a una mejoría de pronóstico. El
tratamiento con estos fármacos debe iniciarse con dosis ba- 9. Tratamiento de la insuficiencia cardíaca refractaria.
jas, en especial si se asocia a diuréticos, por el riesgo de hi- Cuando la respuesta a las medidas descritas no es la adecua-
potensión. También debe controlarse la función renal. Un da se considera que la insuficiencia cardíaca es refractaria al

492
SHOCK CARDIOGÉNICO

tratamiento. Sin embargo, antes de llegar a esta conclusión El paciente debe encontrarse en insuficiencia cardíaca
conviene descartar: grave e irreversible, y con una expectativa de vida mala a
1. Errores diagnósticos, en especial disnea de origen respi- corto plazo (menos de 6 meses). Dado que los resultados del
ratorio. trasplante son mejores en los jóvenes, para acceder a él se ha
2. Posibilidad de corrección quirúrgica de una cardiopatía fijado un límite de edad que suele ser de 50 años. Se exige
subyacente mal identificada (pericarditis constrictiva, este- además un buen nivel de estabilidad emocional y disciplina
nosis aórtica silente, etc.). en la medicación. Las contraindicaciones son: hipertensión
3. Mal manejo de la digital (con dosis insuficientes o tóxi- arterial pulmonar (a menos que se proceda a un trasplante
cas) y de los diuréticos (hipovolemia y/o trastornos electrolí- de corazón y pulmón), enfermedades del parénquima pul-
ticos) o ingesta excesiva de sal. monar, infarto pulmonar reciente, infecciones activas, diabe-
4. No identificación de factores favorecedores o desenca- tes mellitus insulinodependiente y coexistencia de enferme-
denantes de la insuficiencia cardíaca (infección, anemia, dades extracardíacas potencialmente letales. En la mayoría
tromboembolia pulmonar, endocarditis bacteriana, etc.). de los casos, la cardiopatía de base es una enfermedad coro-
Si tras descartar estas posibilidades se considera que se naria o una miocardiopatía.
trata de una insuficiencia cardíaca refractaria, debe recurrir- La inmunodepresión requiere la administración de gluco-
se –en régimen hospitalario– a las siguientes medidas: corticoides y ciclosporina A como pauta de tratamiento más
1. Reposo absoluto en cama. común. Las crisis agudas de rechazo se tratan con dosis altas
2. Limitación estricta de la ingesta sódica. Se seguirá un ré- de glucocorticoides y suero antitimocítico. El riesgo de esta
gimen dietético limitado a verduras, arroz, cereales, pescado medicación reside en las infecciones, responsables de un nú-
blanco, carnes sin sal, huevos, frutas y dulces (200 mg-2 g de mero sustancial de muertes en estos pacientes.
sal/día).
3. Asociación de medicación vasodilatadora.
4. Intensificación del tratamiento diurético o, mejor aún,
administración de un diurético de acción distinta o combina- Bibliografía especial
ción de diuréticos diferentes. Con frecuencia hay que recu- BERGER BE, WARNOCK DG. Clinical uses and mechanism of action of
rrir a la vía intravenosa. diuretic agents. En: BRENNER BM, RECTOR FC (eds). The kidney. Fila-
El fracaso de estas medidas obliga a estudiar las posibilida- delfia, WB Saunders, 1986; 433-455.
des de un trasplante cardíaco. MASON DT. Congestive heart failure. Mechanism, evaluation and treat-
ment. Nueva York, Medical Books, 1976.
10. Trasplante cardíaco. El mejor control del rechazo, a MCKEE PA, CASTELLI WP, MCNAMARA PM, KANNEL WB. The natural his-
cuyo diagnóstico ha contribuido de forma decisiva la biopsia tory of congestive heart failure: The Framingham study. N Engl J
Med 1971; 285: 1.441.
endomiocárdica, relanzó hace unos 10 años los programas SMITH TW, BRAUNWALD E, KELLY RA. The management of heart failure.
de trasplante cardíaco en la mayoría de los países occidenta- En: BRAUNWALD E (ed). Heart disease, 4.a ed. Filadelfia, WB Saun-
les. Actualmente la supervivencia al año es del 80% y a los ders, 1992.
5 años del 50%. Además, con el trasplante se consigue la re- SMITH TW (ed). Digitalis glycosides. Orlando, Grune and Stratton,
habilitación funcional de los pacientes. 1986.

Shock cardiogénico
J. López-Sendón y J.L. Delcán

Concepto. Se define como shock o choque la situación clíni- se incluyen la pérdida de función contráctil del miocardio
ca y hemodinámica correspondiente a un estado de dismi- (shock cardiogénico), como sucede en el infarto agudo de
nución general y grave de la perfusión tisular. La falta de miocardio, y las alteraciones mecánicas como la insuficien-
aporte de oxígeno y sustratos metabólicos así como la acu- cia mitral o aórtica; c) por obstrucción al flujo sanguíneo
mulación de metabolitos tóxicos producen un daño celular como en la embolia pulmonar masiva y en el taponamiento
que puede llegar a ser irreversible. Hipotensión y shock no cardíaco, y d) por disfunción vasomotora por pérdida del
son sinónimos; el shock generalmente se acompaña de hipo- tono vascular (shock neurogénico) o alteración de la micro-
tensión grave, pero algunos enfermos previamente hiperten- circulación sanguínea.
sos pueden presentar las alteraciones de perfusión tisular del Shock cardiogénico. El shock cardiogénico es la manifesta-
shock con cifras de presión arterial en límites “normales”. ción extrema de insuficiencia cardíaca, en la que los meca-
Por otra parte, puede existir hipotensión importante con per- nismos de compensación han resultado insuficientes para
fusión tisular normal si los mecanismos de compensación mantener el aporte sanguíneo adecuado a las necesidades
son adecuados. mínimas vitales de nutrición tisular. La causa más frecuente
de shock cardiogénico es el infarto agudo de miocardio;
Causas. El aporte de sangre a los tejidos depende del volu- aproximadamente el 8% de los pacientes con infarto sufren
men de sangre expulsado por el corazón (volumen minuto) esta complicación durante las primeras horas o días de su
y de las resistencias vasculares sistémicas. La reducción gra- evolución.
ve de estos dos parámetros puede conducir a una situación Aunque en ocasiones el término shock cardiogénico se
de hipoperfusión periférica grave o shock. En la tabla 3.30 se aplica al paciente cardiópata en situación de shock, en senti-
señalan las causas principales de shock, que pueden agru- do estricto se considera como shock cardiogénico el secun-
parse en cuatro tipos: a) por disminución del volumen circu- dario a una alteración primaria de la contractilidad miocárdi-
lante (shock hipovolémico), como sucede en las hemorra- ca, lo que puede suceder en el infarto de miocardio, en las
gias importantes, en los pacientes con quemaduras graves o miocardiopatías y cuando se deteriora la función ventricular
en las diarreas graves; b) por causas cardíacas, entre las que en las formas de insuficiencia cardíaca grave secundaria a

493
CARDIOLOGÍA

TABLA 3.30. Factores etiológicos del shock 1. Rotura del tabique interventricular. Ocurre en el 1% de
los pacientes con infarto agudo de miocardio y su evolución
Disminución del volumen circulante (hipovolemia)
Pérdida de sangre
natural es hacia el shock en la mayoría de los casos.
Hemorragias 2. Rotura de músculo papilar. Se produce aproximada-
Pérdida de volumen plasmático mente en 2/1.000 pacientes con infarto agudo de miocardio
Quemaduras y se acompaña casi siempre de shock de instauración brus-
Peritonitis ca y refractario al tratamiento médico. Otra situación distinta
Aumento de la permeabilidad capilar (sepsis) es la disfunción, sin rotura completa, de un músculo papilar,
Pérdida de agua y electrólitos que origina insuficiencia mitral que pocas veces es la causa
Diaforesis principal del shock, aunque puede ser un factor contribuyen-
Vómitos
Diarreas
te importante.
Uso excesivo de diuréticos 3. Taponamiento cardíaco. El taponamiento cardíaco du-
rante la fase aguda del infarto ocurre en el 2% de los enfer-
Causas cardíacas mos y casi siempre se secundario a rotura de la pared libre
Pérdida de la función contráctil del miocardio (shock ventricular, con la consiguiente hemorragia en la cavidad pe-
cardiogénico) ricárdica. Constituye una entidad clínica y una forma de
Infarto agudo de miocardio shock bien definida cuyo tratamiento es quirúrgico.
Insuficiencia cardíaca grave de cualquier etiología 4. Embolia pulmonar. Rara en el infarto agudo, la embolia
Lesión miocárdica poscirugía cardíaca
Factores cardíacos mecánicos
pulmonar es una complicación frecuente de los pacientes
Insuficiencia aórtica o mitral agudas con insuficiencia cardíaca crónica de cualquier etiología y
Rotura del tabique interventricular puede por sí misma originar shock, por lo que debe de ex-
Arritmias cluirse en todos los pacientes.
Taquicardias o bradicardias graves 5. Infarto de ventrículo derecho. Es la causa de shock en
el 5% de los pacientes con infarto. Esta forma de shock pue-
Obstrucción del flujo sanguíneo de considerarse como cardiogénico propiamente dicho, y su
Embolia pulmonar diagnóstico reviste especial interés por el tipo de tratamiento
Taponamiento cardíaco
Aneurisma disecante de aorta
necesario en estos enfermos.
Disfunción de prótesis cardíacas (trombos)
Obstrucción de cavas Fisiopatología. 1. Mecanismos de compensación. La re-
Neumotórax ducción inicial de la presión arterial y del volumen minuto
Mixomas pone en juego un complejo mecanismo de compensación o
de reserva cardiocirculatoria para compensar las alteracio-
Disfunción vasomotora nes iniciales de la insuficiencia cardíaca (fig. 3.84). Hay tres
Pérdida del tono vasomotor (shock neurogénico) tipos de mecanismos de compensación: cardíacos, periféri-
Anafilaxia
Fármacos (vasodilatadores, barbitúricos)
cos y mixtos.
Lesión medular Mecanismos de compensación cardíacos. Incluyen la dila-
Dolor tación y la hipertrofia ventriculares, siendo esta última irrele-
Insuficiencia de la microcirculación vante en las formas agudas de insuficiencia cardíaca como
Anafilaxia el shock. La dilatación ventricular y el aumento de la presión
Sepsis (shock séptico) diastólica ventricular (aumento de la precarga) son conse-
cuencia directa de la incapacidad del ventrículo para expul-
sar la sangre en la sístole y, teóricamente, aumenta la fuerza
de contracción miocárdica (ley de Frank-Starling). No obs-
cualquier etiología. En todas estas situaciones pueden existir tante, cuando la contractilidad está disminuida (shock car-
factores contribuyentes al estado de shock distintos al déficit diogénico), este mecanismo es inoperante y sólo contribuye
de contractilidad. Entre ellos destacan: a aumentar el grado de congestión pulmonar. En algunas for-
1. Hipovolemia. Puede se secundaria a vómitos, diaforesis mas de shock, como el hipovolémico, la precarga está dismi-
profusa, empleo excesivo o inadecuado de diuréticos, hiper- nuida.
ventilación, fiebre, restricción de líquidos, etc., y muchas ve- Mecanismos de compensación periféricos. Tienen una ac-
ces es un factor contribuyente importante en el enfermo con tuación inmediata frente a la disminución de la presión arte-
insuficiencia cardíaca. rial o el volumen minuto e incluyen: a) la redistribución del
2. Arritmias. Ciertas arritmias, especialmente taquicardias flujo sanguíneo mediado por el sistema nervioso simpático y
o bradicardias de cualquier origen, pueden ser otro factor el sistema renina-angiotensina, con objeto de mantener el
contribuyente al estado de shock. flujo sanguíneo a los órganos vitales, como el corazón y cere-
3. Empleo de fármacos. Algunos fármacos, como los se- bro, en detrimento del flujo a músculos, piel, territorio es-
dantes y los vasodilatadores, pueden provocar hipotensión plácnico y riñón; b) aumento de la extracción de oxígeno
importante que puede conducir por sí misma a una situación por los tejidos, y c) aumento del metabolismo anaerobio.
de shock. Mecanismos de compensación mixtos. Incluyen el aumen-
4. Dolor. El dolor y el estrés durante las primeras horas de to del tono simpático y de la descarga adrenérgica y la acti-
evolución del infarto de miocardio pueden ser un factor con- vación del sistema renina-angiotensina, de menor trascen-
tribuyente muy importante. dencia en la insuficiencia cardíaca aguda y el shock. El
En presencia de las causas expuestas, no puede hablarse aumento del tono simpático ejerce su efecto a través del neu-
con propiedad de shock cardiogénico. Es preciso corregirlas rotransmisor noradrenalina (estimulante alfa y beta) y oca-
convenientemente y valorar de nuevo la situación del enfer- siona: a) aumento de la contractilidad y la frecuencia car-
mo, que en muchas ocasiones habrá mejorado de manera díacas; b) vasoconstricción arterial con aumento de las
ostensible. resistencias periféricas (poscarga), efecto que es selectivo,
Existe, además, otra serie de factores o afecciones asocia- ya que es máximo en los vasos con mayor densidad de re-
das que pueden contribuir al desarrollo del shock cardiogé- ceptores alfa (músculos, piel y tejido esplácnico), y c) vaso-
nico o ser la causa principal de éste, incluso en ausencia de constricción venosa con aumento del retorno venoso al cora-
alteraciones importantes de la contractilidad miocárdica. En zón (aumento de la precarga).
las siguientes situaciones el término shock cardiogénico no
es apropiado y su exclusión o diagnóstico y tratamiento son 2. Grados evolutivos del shock. Fase de hipotensión com-
imprescindibles en el enfermo con shock: pensada. En los estadios iniciales de hipoperfusión periférica

494
SHOCK CARDIOGÉNICO

HIPOPERFUSIÓN CONGESTIÓN
PERIFÉRICA PULMONAR

↑Distensibilidad Compensación
↓CONTRACTILIDAD (Frank-Starling)
Discinesia

↓Presión ↓Gasto Dilatación


ISQUEMIA arterial ↑PRECARGA
cardíaco ↑Tono simpático ventricular

↑ Frecuencia ↑Resistencias
cardíaca periféricas

↓Aporte de O2

↑Consumo de O2 ↑POSCARGA
Estenosis
coronaria

Fig. 3.84. Fisiopatología y mecanismos compensadores en la insuficiencia cardíaca.

existen varios mecanismos compensadores, fundamental- sistémicas como mecanismo compensador (diaforesis, frial-
mente la taquicardia y el aumento de las resistencias vascu- dad de piel, oliguria, etc.) y, posteriormente, del déficit de
lares sistémicas, que pueden ser suficientes para que el pa- flujo neurológico (obnubilación o agitación, etc.) y del défi-
ciente no presente síntomas e, incluso, no se pueda clasificar cit de perfusión tisular (acidosis).
la situación hemodinámica o metabólica de shock en senti- Fase irreversible. El tercer estadio corresponde a una dis-
do estricto. minución máxima del volumen minuto, de la presión arterial
Fase de hipotensión descompensada. En un segundo esta- y de la perfusión tisular con isquemia prolongada que produ-
dio, cuando se mantiene la causa etiológica que produce hi- ce lesiones celulares irreversibles en distintos órganos. Los
poperfusión periférica, los mecanismos compensadores pue- mecanismos de compensación resultan todavía más perjudi-
den resultar insuficientes o incluso perjudiciales (fig. 3.84). ciales, originando una mayor reducción de la perfusión peri-
El aumento de la precarga produce congestión pulmonar sin férica, con lo que se producen acidosis metabólica importan-
aumentar el volumen minuto cuando la contractilidad está te, relajación de los esfínteres precapilares y alteraciones de
muy deprimida. El aumento de las resistencias vasculares, la permeabilidad capilar. Esta última permite la extravasa-
cuyo objetivo es mantener una presión arterial adecuada y ción de plasma al espacio intersticial, con lo que aumenta la
redistribuir el flujo sanguíneo a los órganos vitales, represen- hipovolemia (fig. 3.85). Se producen reabsorción de toxinas
ta una dificultad para el vaciamiento del corazón, con lo que y bacterias intestinales, reacciones antígeno-anticuerpo, mi-
disminuyen más el volumen minuto y la perfusión periférica. crotrombos y agregados de plaquetas; la rotura de la mem-
Las manifestaciones más importantes dependen de la redis- brana de los lisosomas provoca la liberación de enzimas liso-
tribución del flujo sanguíneo a órganos vitales con el consi- sómicas con capacidad proteolítica. Todos los órganos
guiente deterioro de los menos perfundidos. Los síntomas de- sufren lesiones graves, destacando por su precocidad e im-
penden del gran aumento de las resistencias vasculares portancia las renales y las cardíacas.

Gasto
cardíaco Extravasación
sanguínea
Hipovolemia
Dilatación
esfínter precapilar

↓CONTRACTILIDAD ↓Presión Acidosis


arterial

Hipoperfusión
tisular
↑Tono simpático
Vasoconstricción
Isquemia
Fig. 3.85. Fisiopatología del shock car-
diogénico en estadios avanzados.

495
CARDIOLOGÍA

3. Afectación orgánica. Riñón. La hipotensión y la vaso- man el diagnóstico de shock. Además, ayuda a establecer el
constricción compensadora disminuyen el flujo renal y, por diagnóstico diferencial entre los distintos tipos de shock, per-
tanto, la filtración glomerular. La hipoperfusión prolongada mite conocer las causas o factores desencadenantes más im-
origina necrosis tubular, con alteraciones de la función renal portantes y proporciona datos muy valiosos para regular el
más o menos persistentes, incluso si se recupera el shock. tratamiento más correcto en cada enfermo y en cada mo-
Corazón. La hipotensión aumenta la isquemia y la necrosis mento. Por ello se entiende fácilmente que la monitorización
miocárdica, con el consiguiente empeoramiento de la fun- hemodinámica es obligada en el enfermo con shock. La mo-
ción contráctil del músculo, lo que contribuye a perpetuar el nitorización hemodinámica básica incluye la implantación
shock. En la depresión miocárdica participan la acidosis y de un catéter de Swan-Ganz en la arteria pulmonar y también
otros factores tóxicos. es conveniente la implantación de un catéter intrarterial.
Pulmón. El aumento de la presión capilar pulmonar secun- Con el catéter de Swan-Ganz pueden registrarse los siguien-
daria a insuficiencia cardíaca produce congestión pulmonar tes parámetros: a) presión de la aurícula derecha, que permi-
y edema de pulmón, lo que dificulta el intercambio gaseo- te valorar la existencia de hipovolemia, infarto de ventrículo
so y contribuye a la hipoxia general. La hipoperfusión pul- derecho o taponamiento cardíaco; b) presión de la arteria y
monar altera la permeabilidad capilar, facilitando la extrava- capilar pulmonares, que permiten valorar el grado de con-
sación de líquido al espacio intersticial y alveolar. Disminuye gestión pulmonar y descartar la presencia de embolias pul-
además la producción de surfactante, lo que favorece la for- monares como causa de shock, y c) volumen minuto o gasto
mación de atelectasias y cortocircuitos funcionales. En for- cardíaco indicativo del grado de hipoperfusión periférica. El
mas avanzadas de shock, las alteraciones de la coagulación volumen minuto varía en cada individuo de acuerdo con su
pueden provocar hemorragias y trombosis intravascular. El peso y talla, por lo que es muy conveniente expresarlo en re-
conjunto de estas alteraciones recibe el nombre de pulmón lación con estos dos parámetros (índice cardíaco = volumen
húmedo de shock. minuto/superficie corporal).
Hígado. La disminución del flujo portal y la hipoxia gene- Vía arterial. La implantación de una vía arterial tiene por
ral alteran la función hepática y llegan a producir necrosis objeto el control continuo de la presión intrarterial, más fia-
del hepatocito, que se traduce en elevación de las enzimas ble y más cómodo que la determinación por esfigmomano-
hepáticas y, en ocasiones, aumento de la bilirrubina. En las metría. Además, permite la extracción de muestras de sangre
fases avanzadas se producen alteraciones de la coagulación para análisis de oximetrías, pH, etc., sin necesidad de nuevas
debido a la falta de producción hepática de los factores rela- punciones arteriales. Las vías arteriales deben ser sometidas
cionados con aquélla. a controles rigurosos de estabilidad y asepsia para evitar
complicaciones, y a través de ellas nunca se administrará fár-
Cuadro clínico. El shock es un síndrome clínico y para su maco alguno, con excepción de las dosis adecuadas de he-
diagnóstico se exige la presencia de los siguientes criterios: parina disuelta en suero fisiológico para evitar su obstruc-
a) presión arterial sistólica inferior a 90 mmHg o, en enfer- ción.
mos hipertensos, una reducción del 30% respecto al nivel ba-
sal anterior, mantenida durante más de 30 min; b) signos de Pronóstico. La primera dificultad en la valoración pronósti-
hipoperfusión tisular reducida, evidenciada por la compro- ca y en el enfoque terapéutico del shock cardiogénico reside
bación de acidosis láctica o por la presencia de alguno de en la falta de un criterio de diagnóstico uniforme. Aunque el
los siguientes criterios clínicos: depresión sensorial, diafore- shock cardiogénico se define como una forma grave de hipo-
sis (sudación profusa, fría, viscosa) o cianosis, y c) diuresis perfusión periférica secundaria a disminución de la contrac-
inferior a 20 mL/h, preferentemente con bajo contenido en tilidad miocárdica, desde el punto de vista clínico es una en-
sodio. Estos signos clínicos son secundarios a la disminución tidad relativamente ambigua, caracterizada por la presencia
del flujo tisular y pueden instaurarse súbitamente o de forma de hipotensión arterial, oliguria y signos de hipoperfusión ti-
lenta. sular. En la mayoría de los estudios se intenta diferenciar el
concepto de shock cardiogénico como el grado más grave
Datos de laboratorio. En el shock existe una profunda alte- de insuficiencia cardíaca, exigiéndose la demostración de
ración metabólica provocada por la hipoperfusión tisular pe- un aumento de la presión de llenado ventricular (superior
riférica. Las manifestaciones más importantes desde el punto a 18 mmHg), disminución del volumen minuto (inferior a
de vista práctico son las siguientes: 2 L/min/m2), reducción de la presión arterial (sistólica infe-
Acidosis. La hipoxia tisular origina un aumento de la pro- rior a 90 mmHg) y algún signo de hipoperfusión tisular, en
ducción de ácido láctico que se traduce por acidosis meta- ausencia de alteraciones del ritmo y otros factores contribu-
bólica (pH inferior a 7,35, con disminución del exceso de yentes al deterioro hemodinámico, pero nunca se han defini-
bases) que es constante en esta afección. Puede existir, ade- do con precisión las alteraciones hemodinámicas. Por tanto,
más, hiposaturación de la sangre arterial, mientras que la no existe un límite clínico ni hemodinámico preciso entre la
pCO2 puede ser normal. insuficiencia cardíaca grave y el shock cardiogénico.
Hiperglucemia. Es muy frecuente y puede ser muy impor- En las descripciones clásicas del infarto de miocardio la
tante, incluso en enfermos no diabéticos. El aumento de la mortalidad en los pacientes en clase funcional IV (shock car-
glucemia es secundario a la descarga de catecolaminas y diogénico) alcanzaba al 80%, lo que contrasta con las cifras
también al déficit de producción de insulina a causa de la hi- de mortalidad observadas en los otros grupos funcionales,
poperfusión pancreática. que eran del 6, 17 y 38%, respectivamente, para las clases I
Alteraciones de la coagulación. En los estadios más avanza- (sin insuficiencia cardíaca), II (insuficiencia cardíaca ligera-
dos de shock son frecuentes las alteraciones de la coagu- moderada) y III (edema de pulmón). En la actualidad, la
lación y de la función normal de las plaquetas, pudiendo de- mortalidad en los pacientes en clase funcional IV alcanza
sencadenarse un estado de coagulación intravascular dise- al 70%, es decir, ligeramente inferior a la cifra referida.
minada que contribuye a producir una mayor alteración de El pronóstico del paciente en shock cardiogénico depen-
la hipoperfusión tisular y puede acompañarse de fenómenos de de: a) la gravedad del deterioro hemodinámico; b) el
hemorrágicos. El tratamiento consiste en la anticoagulación tiempo de evolución de shock; c) la presencia de lesiones ti-
del enfermo. sulares en distintos órganos; d) la edad del paciente, y e) la
Otras alteraciones. Son consecuencia de las lesiones en di- causa que origina el shock. El shock cardiogénico propia-
versos órganos e incluyen hipoxemia, aumento de la creati- mente dicho tiene una mortalidad superior al 90% emplean-
nina, alteraciones electrolíticas y aumento de la bilirrubina. do el tratamiento más adecuado. El shock cardiogénico se-
cundario a infarto de ventrículo derecho tiene un pronóstico
Alteraciones hemodinámicas. La monitorización hemodi- algo más favorable, falleciendo aproximadamente el 50-60%
námica pone de manifiesto ciertas alteraciones que confir- de los enfermos. Otras formas de shock, secundarias a rotura

496
SHOCK CARDIOGÉNICO

del tabique interventricular, de un músculo papilar o de la TABLA 3.31. Monitorización del enfermo en shock
pared ventricular, se asocian a una mortalidad variable de-
Monitorización electrocardiográfica continua
pendiendo de las posibilidades de tratamiento quirúrgico, ECG completo cada 8 h
siendo la mortalidad próxima al 100% en su evolución natu- Ecocardiograma urgente
ral. Sonda vesical: diuresis horaria, control de sodio en orina
El desarrollo de los métodos de diagnóstico, los avances Análisis
en la investigación farmacológica, las técnicas de revascula- Gases sanguíneos y pH: mínimo cada 8 h
rización y de soporte circulatorio mecánico y, en casos aisla- lones, urea, creatinina, glucemia y coagulación: mínimo cada
dos, el trasplante cardíaco, probablemente han contribuido 24 h
a mejorar la supervivencia de algunos de estos pacientes. A Catéter de Swan-Ganz: controles variables según respuesta
Presión de aurícula derecha
pesar de ello, en términos generales no existe evidencia cla- Presión de arteria pulmonar
ra de una mejoría de la supervivencia en los pacientes con Presión capilar pulmonar
shock cardiogénico postinfarto. Volumen minuto
Resistencias periféricas
Tratamiento. El tratamiento del shock cardiogénico es com- Vía intrarterial: monitorización continua de la presión arterial
plejo y debe ser individualizado en todos los casos. Nunca
debe considerarse como una situación intratable en el mo-
mento de establecer el diagnóstico ya que los enfermos
supervivientes, lo son gracias al establecimiento del trata- 1. Tratamiento de los factores contribuyentes al estado
miento adecuado, y en muchas ocasiones, la corrección de de shock. En términos generales, la identificación precoz y
ciertos factores mejora o hace desaparecer la situación correcta de los factores cardíacos y extracardíacos “corregi-
de shock. En la tabla 3.31 se indican los controles básicos en bles” constituye la orientación terapéutica más eficaz en el
el shock. paciente con cardiopatía y shock (figs. 3.86 y 3.87). La moni-

SHOCK
TRATAMIENTO
Monitorización hemodinámica
Ecocardiograma FACTORES ASOCIADOS
DIAGNÓSTICO ETIOLÓGICO Hipovolemia
Arritmias
Acidosis
Infarto VALVULOPATÍA MIOCARDIOPATÍA POSCARDIOTOMÍA Hipoxia
agudo de
miocardio FÁRMACOS
INOTRÓPICOS
Decisión cirugía

No Sí
CONTRAPULSACIÓN
INTRAÓRTICA

SOPORTE MECÁNICO
ADICIONAL

TRASPLANTE
Fig. 3.86. Enfoque diagnóstico y tera-
péutico del shock en el enfermo con car-
diopatía.

SHOCK
Infarto agudo de miocardio TRATAMIENTO

Monitorización hemodinámica FACTORES ASOCIADOS


Ecocardiograma Hipovolemia
DIAGNÓSTICO ETIOLÓGICO Arritmias
Acidosis
TROMBÓLISIS Hipoxia
COMPLICACIONES Angioplastia coronaria
MECÁNICAS transluminal percutánea FÁRMACOS
¿Cirugía? INOTRÓPICOS
Infarto
de VD SHOCK
CARDIOGÉNICO
Comunicación Rotura de Rotura de
interventricular músculo pared libre CONTRAPULSACIÓN
papilar ventricular INTRAÓRTICA
Líquidos
Estimulación SOPORTE MECÁNICO
CIRUGÍA URGENTE auriculoventricular
ADICIONAL
?
?
Fig. 3.87. Enfoque diagnóstico y tera- TRASPLANTE
péutico del shock en el enfermo con infar-
to agudo de miocardio. VD: ventrículo de-
recho.

497
CARDIOLOGÍA

torización hemodinámica y la ecocardiografía son dos técni- diogénico (hipotensión arterial, reducción del volumen mi-
cas de diagnóstico fácilmente asequibles a la cabecera del nuto y aumento de la presión de llenado ventricular) y el en-
enfermo y podrían considerarse imprescindibles en las fases fermo sobrevive durante horas o incluso días. En estos casos,
iniciales del shock y en cualquier paciente con insuficiencia la administración de fármacos inotrópicos puede mejorar li-
cardíaca grave, ya que permiten identificar el grado relativo geramente la situación hemodinámica, pero el único trata-
de hipovolemia y la posible presencia de factores mecánicos miento correcto es el quirúrgico. El diagnóstico se basa en la
corregibles contribuyentes en el deterioro de la función ven- administración hemodinámica y ecocardiográfica del tapo-
tricular. namiento.
Hipovolemia. La hipovolemia es la causa corregible más Hemodinámicamente el taponamiento se caracteriza por
frecuente en los enfermos con shock postinfarto. La efectivi- la elevación de la presión auricular derecha, que alcanza ci-
dad del tratamiento (administración de líquidos, como suero fras similares a la presión capilar pulmonar, con una morfo-
fisiológico, dextrano) es inversamente proporcional a las ci- logía característica en la curva de presión auricular: seno x
fras de precarga ventricular basales, cuya monitorización profundo y seno y borrado. Este patrón típico nunca se
(presión capilar pulmonar) es necesaria en este tipo de en- acompaña de dip-plateau (morfología en “raíz cuadrada”) en
fermos para proporcionar el aporte de líquidos adecuado la curva de presión ventricular derecha.
y para determinar la posible necesidad de otras medidas La ecocardiografía permite identificar la presencia de de-
terapéuticas. La administración de líquidos está indicada en rrame pericárdico importante y signos de aumento de pre-
presencia de cifras de presión capilar pulmonar inferior a sión intrapericárdica: compresión de las paredes de la au-
18 mmHg. rícula y del ventrículo derechos.
Infarto de ventrículo derecho. El 40% de los infartos de loca- El tratamiento consiste en el drenaje pericárdico urgente
lización electrocardiográfica inferior presentan algún grado y, en caso de derrame hemorrágico, está indicada la cirugía,
de necrosis en la pared ventricular derecha y, con frecuen- también urgente. En la rotura de la pared libre ventricular la
cia, esta es la causa de shock en ausencia de un deterioro cirugía es efectiva, permitiendo la supervivencia a largo pla-
grave de la contractilidad del ventrículo izquierdo. Las altera- zo de más de la mitad de los pacientes.
ciones hemodinámicas se caracterizan por un aumento de la Rotura del tabique interventricular. La rotura del tabique in-
presión auricular derecha que, en los casos de shock, es terventricular es una complicación poco frecuente el infarto
igual o superior a la presión capilar pulmonar y presenta una de miocardio, pero generalmente provoca un deterioro he-
morfología característica, similar a la de la pericarditis cons- modinámico importante y su presencia debe descartarse en
trictiva (seno y más profundo que el seno x). todos los pacientes con shock. El diagnóstico de la comuni-
En estos casos, la situación de shock está condicionada cación interventricular es sencillo. La presencia de un soplo
por la inefectividad de la contracción del ventrículo dere- sistólico en mesocardio es la norma; la obtención de mues-
cho y la distorsión de la geometría del ventrículo izquierdo tras de sangre en la aurícula derecha y la arteria pulmonar
originada por el aumento de la presión en las cavidades de- permite comprobar un gradiente oximétrico y el cálculo del
rechas. En las formas más graves de shock, el retorno veno- cortocircuito izquierda-derecha. En el estudio ecocardiográ-
so a las cavidades izquierdas se realiza de forma pasiva, por fico por Doppler es posible observar la comunicación inter-
el mero gradiente de presión entre el ventrículo derecho y la ventricular en el 90% de las ocasiones y valorar en el mismo
aurícula izquierda a través del lecho vascular pulmonar de estudio el grado de deterioro de la contracción segmentaria
baja resistencia. Por ello, las formas más efectivas de trata- de las paredes ventriculares.
miento, aparte de la administración de fármacos inotrópi- Cuando la rotura del tabique interventricular se acompaña
cos, consisten en aumentar ese gradiente de presiones, me- de insuficiencia cardíaca grave o shock, el único tratamiento
diante sobrecarga de líquidos y estimulación auricular efectivo es el quirúrgico, ya que la mortalidad del paciente
cuando existe disociación AV. En estos casos, la monitoriza- con shock cardiogénico y rotura del tabique es del 100%
ción hemodinámica es obligada, para determinar la cifra de durante la estancia hospitalaria. Los resultados quirúrgicos
presión de llenado ventricular derecha óptima (la que se están condicionados por el grado de deterioro de la contrac-
acompaña de un mayor aumento del volumen minuto en tilidad segmentaria de ambos ventrículos y la edad del
ausencia de congestión pulmonar importante). El aporte de paciente. En presencia de infartos amplios, con zonas aciné-
líquido puede no acompañarse de una mejoría del enfermo ticas extensas la mortalidad quirúrgica supera el 80%, espe-
por dos motivos: distorsión de la geometría ventricular iz- cialmente en enfermos de edad avanzada.
quierda y cortocircuito derecha-izquierda en casos con agu- Disfunción de músculos papilares. Insuficiencia mitral. La
jero oval permeable. rotura del aparato valvular mitral puede ser secundaria a is-
El shock cardiogénico del infarto de ventrículo derecho quemia, traumatismos o endocarditis infecciosa y siempre
tiene un pronóstico más benigno que el ocasionado por la produce un cuadro de insuficiencia cardíaca grave o shock.
pérdida de masa contráctil ventricular izquierda, y con trata- Su incidencia es muy baja y el diagnóstico se realiza con re-
miento correcto la supervivencia se aproxima al 50%. lativa facilidad al demostrar mediante ecocardiografía la ro-
Taponamiento cardíaco. El taponamiento cardíaco se ca- tura de parte del aparato subvalvular.
racteriza por un conjunto de alteraciones hemodinámicas se- Al igual que en la rotura del tabique interventricular, los
cundarias al aumento de la presión en la cavidad pericárdica resultados quirúrgicos dependen del grado de deterioro de
que pueden confundirse con una situación de shock cardio- la contracción segmentaria ventricular. Sólo cuando ésta se
génico. De hecho, en el contexto del infarto agudo de mio- halla conservada puede conseguirse una supervivencia qui-
cardio esta confusión diagnóstica es la norma habitual. En el rúrgica superior al 50%.
paciente cardiópata, el taponamiento cardíaco es raro, pero La existencia de insuficiencia mitral en ausencia de rotura
durante la fase aguda del infarto su incidencia alcanza el 2% de músculos papilares es relativamente frecuente postinfarto,
del total de los enfermos. En esta entidad clínica el tapona- pudiendo ser secundaria a isquemia de los músculos papila-
miento es secundario a rotura de la pared libre ventricular, res o a dilatación del ventrículo. Cuando el grado de regurgi-
aunque en casos aislados puede ser el resultado de derrames tación es importante, puede ser un factor contribuyente al
serohemorrágicos, especialmente después del tratamiento shock, aunque en esta situación se desconoce la eficacia de
trombolítico. En raras ocasiones está producido por la hemo- la cirugía de revascularización.
rragia intrapericárdica de la perforación de la pared ventricu-
lar derecha por un catéter-electrodo. 2. Fármacos en el shock cardiogénico. El gran desarrollo
En su forma más frecuente, la rotura de la pared ventricu- de la medicina intensiva durante los últimos 20 años ha con-
lar se acompaña de muerte súbita, pero en ocasiones la tribuido de forma notable al estudio de la fisiopatología del
hemorragia en la cavidad pericárdica produce un grado va- shock cardiogénico así como a la investigación de nume-
riable de deterioro hemodinámico similar al del shock car- rosos fármacos inotrópicos y vasodilatadores efectivos en

498
SHOCK CARDIOGÉNICO

TABLA 3.32. Fármacos en el tratamiento del shock


Fármacos secundarios Acciones Indicaciones Dosis Efectos
Catecolaminas
Dopamina Dosis baja: vasodilatador Oliguria 0,5-2 µg/kg/min
Dosis media: estimulante Hipotensión 2-5 µg/kg/min Taquicardia
inotrópico beta
Dosis alta: estimulante Hipotensión 5-15 µg/kg/min Arritmias, vasoconstricción
vasoconstrictor alfa
Dobutamina Estimulante beta Hipotensión 1-15 µg/kg/min Menos arritmogénico
Noradrenalina Estimulantes alfa y beta Escasa 2-8 µg/min Vasoconstricción
Vasoconstrictor potente Fracaso de otros Arritmias, taquicardia
fármacos
Otros inotrópicos
Milrinona Inotrópico inhibidor Fracaso de catecolaminas 0,5-1 µg/kg/min Poco arritmogénico
de la fosfodiesterasa
Vasodilatación mixta ligera
Amrinona Inotrópico inhibidor Fracaso de catecolaminas 5-10 µg/kg/min Trombocitopenia
de la fosfodiesterasa
Vasodilatación mixta ligera
Digital Inotrópico, estimulación vagal General Inicial: 0,50 mg Bloqueos, arritmias
Fibrilación auricular Mantenimiento:
0,25 mg/24 h
Vasodilatadores
Nitroglicerina Vasodilatador venoso predominante PA conservada 5-100 µg/min Hipotensión
Reduce edema pulmonar PCP elevada
Mejora isquemia miocárdica Isquemia miocárdica
Nitroprusiato Vasodilatador mixto, arterial PA conservada 1-8 µg/kg/min Hipotensión
y venoso, de acción directa PCP elevada
PA: presión arterial; PCP: presión capilar pulmonar.

el tratamiento de las formas más graves de insuficiencia car- dera que el shock no constituye una contraindicación para
díaca. la trombólisis y sería una actitud terapéutica racional cuando
En el shock cardiogénico, la administración de estimulan- han transcurrido menos de 6 h de evolución de los síntomas
tes beta (dopamina, dobutamina, noradrenalina), inhibido- del infarto. Otro inconveniente del tratamiento trombolítico
res de la fosfodiesterasa (amrinona, milrinona) y digital, de reside en el hecho de que, en un porcentaje amplio de enfer-
forma aislada, en combinación o asociados a vasodilatado- mos, el desarrollo de shock cardiogénico ocurre cuando ya
res (nitroglicerina, nitroprusiato), aumenta el volumen minu- han transcurrido varias horas de evolución del infarto, tiem-
to y mejora las condiciones de precarga ventricular, siendo po suficiente para que la necrosis miocárdica alcance la to-
la mejoría clínica evidente en muchos enfermos. Sin embar- talidad del área inicialmente en riesgo, y en estos casos la
go, con ninguno de estos fármacos ha podido comprobarse recanalización arterial sería inefectiva para mejorar la con-
efectividad para reducir la mortalidad del paciente con tractilidad de una zona de miocardio que ya es necrótica.
shock cardiogénico establecido. En la tabla 3.32 se indican Por último, al menos la mitad de los pacientes con shock car-
los fármacos más utilizados. diogénico postinfarto presentan lesiones graves en varias ar-
terias coronarias, y la eficacia de la trombólisis se limita ex-
3. Revascularización miocárdica. En el sentido más estric- clusivamente a la lisis del componente trombótico de la
to, el shock cardiogénico de la fase aguda del infarto de mio- arteria responsable del infarto.
cardio se debe a la pérdida de masa muscular contráctil su- Angioplastia coronaria. La angioplastia coronaria translu-
perior al 40% del ventrículo izquierdo, y ésta, a su vez, se minal percutánea consiste en la introducción de un catéter-
relaciona con la presencia de oclusión trombótica de la arte- balón en la arteria coronaria estenótica. El insuflado del ba-
ria causante del infarto y de lesiones estenóticas significati- lón sobre la zona estenótica permite dilatar eficazmente la
vas en varias arterias coronarias. Por tanto, el tratamiento arteria responsable de la isquemia. Esta forma de revasculari-
más racional del shock cardiogénico en el paciente con car- zación miocárdica es la que se ha empleado en más ocasio-
diopatía isquémica consiste en intentar revascularizar el terri- nes como tratamiento del shock cardiogénico. A pesar de
torio isquémico responsable del déficit de contractilidad que no se dispone de estudios aleatorizados que comparen
antes de que la isquemia miocárdica provoque lesiones irre- los resultados de la angioplastia con el tratamiento conven-
versibles. Existen tres tipos de revascularización miocárdica: cional, en los últimos años se han publicado numerosos tra-
trombólisis, angioplastia y cirugía. bajos en los que la supervivencia hospitalaria fue igual o su-
Trombólisis. Los fármacos trombolíticos, administrados perior al 50%, cifra superior a la de los grupos controles con
por vía intracoronaria o intravenosa, lisan los trombos coro- iguales características en cuanto a edad, sexo, localización
narios produciendo una recanalización coronaria efectiva en del infarto, infarto de miocardio previo, creatinfosfocinasa
el 70% de los casos. La terapéutica trombolítica precoz (an- máxima y grado de deterioro de la función ventricular.
tes de las primeras 6 h de evolución) en el paciente con in- La eficacia de la angioplastia coronaria para prolongar la
farto agudo de miocardio disminuye el área del infarto, mejo- supervivencia del enfermo con shock cardiogénico postinfar-
ra la función ventricular y reduce la mortalidad a corto y to está relacionada con la eficacia del procedimiento para
largo plazo. El tratamiento fibrinolítico se acompaña de una recanalizar la arteria responsable del infarto, con el tiempo
disminución de la incidencia de shock cardiogénico, pero se de evolución del infarto y con el número de vasos con este-
desconoce si mejora el pronóstico de los pacientes que pre- nosis significativas. En los pacientes en los que se intenta la
sentan shock antes de recibir el tratamiento. No obstante, a angioplastia, la supervivencia hospitalaria y al año de evolu-
pesar de la falta de datos objetivos, en la actualidad se consi- ción es notablemente superior cuando ésta se realiza con

499
CARDIOLOGÍA

éxito, logrando reperfundir la arteria relacionada con el in- ción cruenta de riesgo (cateterismo cardíaco); c) como me-
farto, cuando se lleva a cabo en las primeras 6 semanas de dida previa a la cirugía en pacientes potencialmente quirúr-
evolución de los síntomas y cuando las otras arterias corona- gicos, y d) enfermos en lista de espera para trasplante cardía-
rias son normales. co. Estas restricciones se deben a los malos resultados que se
Cirugía de revascularización. En la mayoría de los estudios obtienen en pacientes con shock cardiogénico de cualquier
de revascularización miocárdica quirúrgica durante la fase etiología cuando la contrapulsación se emplea como único
aguda del infarto de miocardio se excluyeron los pacientes método de tratamiento cruento. En estos casos, la mortalidad
con shock cardiogénico, y no existe ningún estudio aleatori- se aproxima al 90%.
zado en el que se comparen los resultados quirúrgicos con Sistema extracorpóreo de oxigenador de membrana. En
los del tratamiento convencional. No obstante, en las series esta forma de soporte circulatorio mecánico se emplea un
publicadas se registran los resultados de un reducido núme- sistema de circulación extracorpórea con canulación de la
ro de pacientes con shock antes de la intervención quirúrgi- vena y la arteria femorales. Sólo puede mantenerse durante
ca. En su análisis conjunto, la supervivencia hospitalaria fue unas horas, por lo que su empleo está restringido a situacio-
del 74%, es decir, muy superior a la conseguida con el trata- nes en las que está programada una intervención quirúrgica
miento convencional. Independientemente de la dificultad inmediata.
logística de este tipo de tratamiento, los resultados quirúrgi- Ventrículos artificiales. Consisten en bombas de flujo mecá-
cos dependen de varios factores, entre los que se incluyen: nicas conectadas externamente en paralelo a la circulación
grado de deterioro de la función ventricular, tiempo de evo- del ventrículo derecho o izquierdo. Su empleo exige la prác-
lución del shock, estado funcional previo al episodio del in- tica de una esternotomía y permite prolongar la ayuda circu-
farto, grado de afectación coronaria y calidad de la revascu- latoria durante días o semanas en espera de un trasplante
larización obtenida. Los mejores resultados se obtienen cardíaco. Su utilización, al igual que la del corazón artificial,
cuando se observa una mejoría de la función ventricular con es experimental.
tratamiento médico o contrapulsación intraórtica previa a la
cirugía y cuando ésta se realiza en las primeras 4-6 h desde el
inicio de los síntomas de oclusión coronaria. Debido a que Bibliografía especial
después de las primeras 6 h de evolución la necrosis miocár-
dica es completa en el territorio de la arteria ocluida, la inter- BOLOOKI H. Emergency cardiac procedures in patients in cardiogenic
shock due to complications of coronary artery disease. Circula-
vención quirúrgica tardía sólo estaría justificada en pacientes tion 1989; 79(I): 137-148.
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tamiento médico en muchos pacientes con shock cardio- CHER CR Jr. Emergency coronary bypass for cardiogenic shock.
génico ha estimulado la investigación de sistemas de ayuda Circulation 1987; 76(V): 22-27.
circulatoria mecánica que permiten mejorar la situación he- KAPOOR A, LARS H, SCHROEDER JS. YACOUB MG. Cardiomyopathies and
heart and lung transplantation. Nueva York, McGraw Hill Inc, 1991.
modinámica del enfermo, bien de forma definitiva, bien de KUCHAR DL, CAMPBELL TJ, O’ROURKE MF. Long term survival after coun-
forma temporal mientras no se realiza una corrección quirúr- terpulsation for medically refractory failure complicating myocar-
gica o un trasplante cardíaco. Con excepción de la contra- dial infarction and cardiac surgery. Eur Heart J 1987; 8: 490-502.
pulsación intraórtica, todos los métodos de ayuda circulato- LEE L, BATES ER, PITT B, WALTON JA, LAUFER N, O’NEIL WW. Percutane-
ria deben considerarse experimentales, estando su empleo ous transluminal coronary angioplasty improves survival in acute
restringido para pacientes de ciertos hospitales debidamente myocardial infarction complicated by cardiogenic shock. Circula-
acreditados. tion 1988; 78: 1.345-1.351.
Contrapulsación intraórtica. Consiste en el insuflado y des- LÓPEZ-SENDÓN J. Avances terapéuticos en el shock cardiogénico. En:
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introduce a través de la arteria femoral y se sitúa en la aorta DOMÍNGUEZ F et al. Diagnosis of subacute ventricular wall rupture
descendente. El insuflado del balón durante la diástole eleva after acute myocardial infarction: Sensitivity and specificity of cli-
la presión aórtica y aumenta la perfusión coronaria. El desin- nical, hemodynamic and echocardiographic criteria. J Am Coll
suflado brusco durante la sístole facilita el vaciamiento del Cardiol 1992; 19: 1.145-1.153.
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tos parámetros de función ventricular. A pesar de ello, excep- SHAWL FA, DOMANSKI MJ, HERNÁNDEZ TJ, PUNJA S. Emergency percuta-
to en determinados centros, su empleo en pacientes con neous cardiopulmonary support in cardiogenic shock from acute
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cos (en los que el deterioro de la función ventricular poscir- WEIL MH, VON PLANTA M, RACKOW EC. Acute circulatory failure. Shock.
culación extracorpórea puede tener un carácter transitorio); En: Braunwald E (ed). Heart disease. A textbook of cardiovascu-
b) enfermos en los que se pretende realizar alguna explora- lar medicine. Nueva York, WB Saunders, 1988; 561-580.

500
Arritmias cardíacas
G.A. Sanz Romero

Al igual que otras células de nuestro organismo (sistema


nervioso, músculo esquelético), las células cardíacas en re-
poso están polarizadas, es decir, mantienen una diferencia
de potencial entre su interior y el medio que las rodea. Este
potencial eléctrico, denominado potencial de reposo trans-
membrana, se debe a la capacidad del sarcolema para man-
tener en el interior de la célula una concentración iónica
diferente a la del medio externo. En reposo, la membrana
de las células miocárdicas es impermeable a todos los iones
excepto al potasio; a pesar de ello, la concentración intrace-
lular de este catión es 30 veces más elevada que la extracelu-
lar, debido a la denominada “bomba de sodio”, un mecanis-
mo enzimático que intercambia constantemente sodio y
potasio a través del sarcolema. El gradiente entre las concen-
traciones intracelular y extracelular de potasio es el principal
responsable del potencial de reposo transmembrana; en los
casos en que aquél se altera, por ejemplo por la digital o la
hipopotasemia, dicho potencial de reposo puede modificar-
se y provocar trastornos eléctricos.
En respuesta a un estímulo (eléctrico, mecánico), la per-
meabilidad de la membrana celular se modifica, el equili-
brio se altera y las células se despolarizan (fig. 3.88). Como
consecuencia del movimiento de iones que se produce, pe-
netra calcio en el interior de la célula y se inicia la contrac-
ción de las fibras musculares. A la propiedad que tienen las
células cardíacas de despolarizarse en respuesta a un estímu-
lo de suficiente amplitud se la denomina excitabilidad. Tras
la despolarización, que es un fenómeno rápido, la concen-
tración intracelular de los diferentes iones y, en consecuen-
cia, el potencial intracelular vuelven lentamente a sus valo-
res basales (repolarización); el conjunto de estos cambios se
denomina potencial de acción transmembrana. Durante gran
parte de la repolarización las células no pueden excitarse de
nuevo, ni siquiera ante estímulos de gran magnitud; se dice
entonces que están en período refractario absoluto. Antes de
recuperar su excitación normal pasan por una fase en la que
se requieren estímulos superiores a los normales para conse-
guir una respuesta (período refractario relativo).
La amplitud y la rapidez con que se genera el potencial de Fig. 3.88. Potencial de acción transmembrana de una célula muscu-
lar cardíaca (arriba) y una célula marcapasos (abajo).
acción dependen del tipo de célula y del grado de polariza-
ción diastólica. Así, las células de los nódulos sinusal y auri-
culoventricular (AV) tienen un potencial de reposo menor,
una velocidad de despolarización más lenta y un potencial sinusal, algo menor en el haz de His y menor aún en las fi-
de acción de menor amplitud (fig. 3.88). Lo mismo puede bras de Purkinje. En condiciones normales, el nódulo AV y el
observarse en otras células miocárdicas en presencia de is- músculo contráctil carecen de automatismo.
quemia o de hipopotasemia.
El potencial de acción de una célula es, en condiciones
normales, un estímulo de amplitud suficiente para provocar
Activación normal. Ritmo sinusal
la despolarización de las células vecinas, lo que permite la En condiciones normales, la activación del corazón se ini-
propagación de la onda de activación. La velocidad de con- cia en el nódulo sinusal, el cual, como ya se ha mencionado,
ducción no es idéntica en las diferentes células del corazón es la estructura cardíaca con mayor automatismo. Debido a
y depende de la amplitud y la rapidez del potencial de ac- su situación en la porción más alta de la aurícula derecha, la
ción. Así, es máxima en el haz de His y sus ramas, mínima en onda de despolarización auricular avanza de arriba hacia
el nódulo AV e intermedia en el músculo contráctil auricular abajo, y de derecha a izquierda, de forma que el eje eléctrico
y ventricular. A esta propiedad de transmitir el impulso eléc- (AP) se sitúa normalmente entre 0° y +70°. En consecuencia,
trico se la denomina conductibilidad. la onda P normal es positiva en la derivación DII y negativa
Algunas células son capaces de despolarizarse de manera en aVR. La frecuencia sinusal normal de un adulto en reposo
espontánea, sin necesidad de un estímulo externo, y se dice oscila entre 60 y 100 lat/min y está determinada por el auto-
que gozan de automatismo. Estas células pierden progresiva- matismo del nódulo sinusal y la influencia que el sistema
mente su potencial de reposo hasta llegar a un valor crítico nervioso vegetativo ejerce sobre él. Debido a cambios conti-
denominado potencial umbral, momento en el que se inicia nuos en el tono vegetativo, el ritmo sinusal no es por comple-
la activación celular espontánea (fig. 3.88). La causa de la to regular: se acelera durante la inspiración (predominio sim-
despolarización diastólica propia de las células marcapasos pático) y se enlentece con la espiración (predominio vagal).
es la disminución paulatina de la permeabilidad de la mem- En condiciones normales las variaciones en la duración de
brana para el potasio. El automatismo es mayor en el nódulo los ciclos cardíacos (PP) son inferiores a 0,16 seg.

501
CARDIOLOGÍA

puede manifestarse el automatismo normal, latente, de otras


estructuras, como la unión AV o el tejido de Purkinje. Estos
ritmos se denominan “de escape”.

Otras alteraciones de la formación del impulso


Durante la fase de repolarización, el potencial de acción
puede presentar una oscilación, denominada también post-
potencial precoz, que en ocasiones alcanza suficiente volta-
je para iniciar una nueva activación. La taquicardia ventri-
cular tipo torsade de pointes se atribuye a este mecanismo.
De igual forma, estas oscilaciones pueden producirse en
Fig. 3.89. Ritmo sinusal normal: ondas P positivas en DII, intervalo forma tardía, una vez que la célula se ha repolarizado por
PR, frecuencia cardíaca y compejo QRS dentro de los límites norma-
les. completo (pospotenciales tardíos), originando un impulso
ectópico anormal. Estos mecanismos parecen los respon-
sables de las arritmias secundarias a la intoxicación digi-
tálica.
La onda de activación alcanza rápidamente el nódulo AV,
donde, debido a su conducción lenta, sufre un retraso. Una Alteraciones de la conducción
vez en el haz de His, la velocidad de conducción aumenta, La conducción normal del impulso eléctrico en las células
las ramas y el tejido de Purkinje se despolarizan, y se produ- cardíacas exige que el potencial de acción tenga un voltaje
ce la activación ventricular (complejo QRS). Desde el inicio determinado y se genere con rapidez. En ciertas zonas del
de la despolarización auricular hasta el comienzo de la acti- corazón, como el nódulo AV, el potencial de acción normal
vación ventricular (intervalo PR) transcurren entre 0,12 y es lento y de escasa amplitud, por lo que el impulso eléctrico
0,20 seg; la mayor parte de este tiempo se debe al retraso que se enlentece al llegar a ellas. Se dice que estas zonas tienen
presenta la onda de activación en el nódulo AV. De esta for- conducción decremental y ésta es muy vulnerable al efecto
ma, el alargamiento del intervalo PR se debe, casi siempre, a de los fármacos, los trastornos electrolíticos o la isquemia.
una alteración de la conducción en el propio nódulo o en Cuando en estas circunstancias el potencial de acción se de-
las ramas del haz de His. teriora, la conducción se interrumpe y aparece un bloqueo;
Debido a la amplia distribución de la red de Purkinje, la ac- éste puede ocurrir en cualquier punto del sistema específico
tivación ventricular es rápida y, en consecuencia, el complejo de conducción.
QRS dura en condiciones normales menos de 0,11 seg. Un En ocasiones, casi siempre en relación con una frecuencia
complejo QRS de mayor amplitud indica que la activación cardíaca rápida, el impulso eléctrico alcanza las ramas del
ventricular es anormal, ya sea porque existe un trastorno de haz de His durante el período refractario, que puede estar
la conducción en las ramas o bien porque la activación se ha prolongado por la isquemia; en estos casos el complejo QRS
originado en un foco ectópico del propio ventrículo. se ensancha y adquiere la morfología del bloqueo de rama,
En resumen, el ritmo sinusal normal se reconoce en el ECG lo que se denomina aberrancia de conducción.
por los siguientes criterios (fig. 3.89): a) onda P positiva en En condiciones normales, el estímulo eléctrico proceden-
DII y negativa en aVR; b) frecuencia entre 60 y 100 lat/min; te de las aurículas sólo puede alcanzar los ventrículos a tra-
c) cada onda P seguida de un complejo QRS con un interva- vés del nódulo AV y el haz de His. Algunos pacientes tienen
lo PR de 0,12-0,20 seg; d) duración del complejo QRS inferior haces anómalos que conectan directamente la aurícula y el
a 0,11 seg, y e) ciclos regulares o con variaciones inferiores a ventrículo homolateral (haz de Kent) o bien la aurícula con
0,16 seg. Si un ritmo cumple estos criterios puede concluirse el haz de His, evitando el nódulo AV (haz de James). En es-
que se origina en el nódulo sinusal y que la conducción AV y tos casos el tiempo de conducción (PR) está acortado y se
la intraventricular son normales. producen con frecuencia arritmias.

Mecanismos de las arritmias Reentrada


Es uno de los mecanismos más frecuentes en la génesis
Como ya se ha señalado, el ritmo normal del corazón se de las arritmias y explica gran parte de las extrasístoles y
origina en el nódulo sinusal, que, al poseer mayor automatis- taquicardias paroxísticas. Las reentradas se producen en
mo, genera un impulso eléctrico que se propaga y despolari- áreas de conducción decremental y bloqueo unidireccio-
za al resto de las células. La despolarización progresa siem- nal. Cuando el impulso eléctrico llega a una de estas zonas
pre en un sentido y de forma ordenada porque las células, se detiene, mientras la conducción continúa por el tejido
una vez activadas, quedan en período refractario, de forma normal y puede alcanzar un punto distal a la zona de blo-
que el impulso eléctrico no puede retroceder y penetrar de queo. Si éste era unidireccional puede penetrar en la zona
nuevo en el tejido ya despolarizado. Las arritmias cardíacas anormal de forma retrógrada y, lentamente regresar hasta el
son alteraciones en la formación del impulso, en su conduc- tejido sano, originando un nuevo impulso. La reentrada pue-
ción o en ambas propiedades a la vez. de describir un circuito amplio que incluya, por ejemplo,
parte del tejido auricular, el nódulo AV, el tejido ventricular
Alteraciones del automatismo y un haz anómalo (macrorreentrada) o, por el contrario,
La frecuencia cardíaca normal oscila entre 60 y 100 lat/min afectar una pequeña zona del Purkinje (microrreentrada),
y refleja el automatismo sinusal y la acción normal del siste- como sucede en las taquicardias paroxísticas ventriculares
ma nervioso vegetativo sobre éste. Por acción de diferentes (fig. 3.90).
estímulos, el automatismo del nódulo sinusal puede aumen-
tar o disminuir y, por consiguiente, sobrepasar los límites Alteraciones de la excitabilidad
normales y originar arritmias: taquicardia y bradicardia sinu- Aunque son menos frecuentes, las alteraciones de la exci-
sal, respectivamente. tabilidad también constituyen una causa de arritmia. Así, se
En algunas circunstancias, otras células del tejido específi- ha descrito un aumento de la excitabilidad tras un estímulo
co de conducción, que en condiciones normales tienen un de mucha intensidad (fenómeno de Wedenski). Asimismo, el
automatismo inferior al del nódulo sinusal, aceleran la fre- aumento de intensidad que ocurre espontáneamente hacia
cuencia de sus impulsos hasta sobrepasar la de aquél y se el final de la repolarización (período de excitabilidad super-
constituyen así en el marcapasos dominante. normal) puede ser el origen de trastornos del ritmo. Aunque
Por otro lado, cuando el automatismo sinusal disminuye y es casi simultáneo a él, esta fase del ciclo cardíaco no debe
la frecuencia se reduce a valores inferiores a 40-50 lat/min, confundirse con el período vulnerable, en el que una extra-

502
ARRITMIAS CARDÍACAS

A B

Fig. 3.90. Reentrada. A. Activación normal. B. El estímulo se bloquea en una zona de conducción deprimida (z), pero avanza en sentido retró-
grado, originando un nuevo latido (n) extrasistólico (flecha).

sístole puede provocar taquicardia o fibrilación ventricula- todo con las extrasístoles, aunque puede ocurrir con la fibri-
res. lación auricular e, incluso, con la taquicardia ventricular. En
general, las arritmias se manifiestan clínicamente por palpita-
ciones, síncopes, insuficiencia cardíaca o angina. El estado
Alteraciones hemodinámicas y peligro de las arritmias del miocardio y, en consecuencia, la repercusión hemodiná-
Una arritmia determinada puede ser peligrosa por las al- mica de la arritmia son los principales factores que determi-
teraciones hemodinámicas que provoca o por la posibili- nan la sintomatología; no obstante, las molestias y la ansie-
dad de que degenere en otra arritmia potencialmente letal. dad que la arritmia puede provocar son muy variables de un
Las consecuencias hemodinámicas dependen del tipo de paciente a otro.
arritmia y del estado del miocardio; los pacientes con una Se define como palpitación la sensación desagradable del
función ventricular muy deprimida toleran mal alteracio- latido cardíaco que puede notarse en el precordio, en el cue-
nes leves de la frecuencia o el ritmo, mientras que los indi- llo o, con menor frecuencia, en el epigastrio. Con este térmi-
viduos con un corazón sano pueden persistir asintomáticos no los pacientes describen dos situaciones diferentes. Por un
en una amplia variedad de arritmias. En esencia, los tras- lado, un latido intenso aunque normal en cuanto a frecuen-
tornos del ritmo provocan alteraciones hemodinámicas cia y ritmo, que corresponde a un aumento del volumen de
por uno de estos tres mecanismos: frecuencia excesiva- sangre expulsado por el ventrículo izquierdo en cada sístole.
mente rápida, frecuencia muy lenta y pérdida de la contri- Estas molestias son habituales en los pacientes con circula-
bución auricular al llenado ventricular. Un individuo sano ción hipercinética y en la insuficiencia aórtica. En la mayoría
puede mantener el gasto cardíaco dentro de los límites de los casos, no obstante, las palpitaciones traducen altera-
normales siempre que la frecuencia cardíaca no se eleve ciones de la frecuencia o del ritmo cardíaco. La anamnesis
por encima de los 160 lat/min o disminuya por debajo de permite en muchos casos el diagnóstico retrospectivo de la
40. Las arritmias muy rápidas reducen el gasto porque arritmia; para ello, debe interrogarse sobre la frecuencia del
acortan la diástole y dificultan el llenado ventricular. Ade- pulso durante las crisis, la regularidad, la forma de inicio y
más, el acortamiento de la diástole reduce el flujo corona- terminación, la duración de las crisis y los síntomas acompa-
rio, mientras la frecuencia rápida aumenta el consumo de ñantes (fig. 3.91 y tabla 3.33).
oxígeno. Aunque el diagnóstico etiológico del síncope es en gene-
La pérdida de la contracción auricular limita el llenado ral difícil, algunas características clínicas permiten, con fre-
ventricular, sobre todo en los pacientes con hipertrofia del cuencia, reconocer que su causa es una arritmia. La pérdida
ventrículo izquierdo. Así, los enfermos con hipertensión arte- de la conciencia en estos casos no está precedida de aura ni
rial grave, miocardiopatía hipertrófica o estenosis aórtica es seguida por un estado confusional; el síncope suele ocu-
pueden deteriorarse rápidamente y presentar un edema agu- rrir independientemente de la posición corporal y puede pre-
do de pulmón cuando, por ejemplo, presentan fibrilación au- sentarse varias veces al día. Por último, muchos pacientes
ricular. perciben palpitaciones y un pulso radial excesivamente rápi-
do o muy lento antes de perder la conciencia. Las taquiarrit-
mias, sobre todo la fibrilación auricular, son una causa fre-
Manifestaciones clínicas cuente de descompensación cardíaca e incluso de edema
En ocasiones, una arritmia es un hallazgo fortuito en un agudo de pulmón. Asimismo, pueden determinar la apari-
paciente por lo demás asintomático: esto es frecuente sobre ción de angina de pecho en pacientes con cardiopatía isqué-

503
CARDIOLOGÍA

Palpitaciones

Ritmo y frecuencia cardíaca normales Ritmo o frecuencia cardíaca anormales

Aisladas En crisis o continuas

Rápidas Lentas

Irregulares Regulares

Comienzo lento Comienzo súbito

Ritmo sinusal Extrasístoles Fibrilación Taquicardia Taquicardias Bloqueos


(síndromes hipercinéticos, auricular sinusal paroxísticas
insuficiencia aórtica,
ansiedad)
Extrasístoles Flúter Bradicardia
auricular sinusal

Fig. 3.91. Diagnóstico diferencial de las palpitaciones.

mica y, de forma excepcional, en ausencia de enfermedad bre el corazón de alteraciones sistémicas, muchas veces me-
coronaria. diadas a través del sistema nervioso vegetativo (hipertiroidis-
mo, anestesia, reflejos vagales). Una causa muy frecuente la
constituyen los trastornos electrolíticos, en especial la hipo-
Etiología potasemia, el efecto de ciertas sustancias estimulantes (café)
Una vez establecido el diagnóstico electrocardiográfico de o del alcohol, el consumo excesivo de tabaco y la acción de
la arritmia, es imprescindible, como paso previo al tratamien- fármacos como la digital. Es importante recordar que los pro-
to, identificar los factores que la han provocado, pues su co- pios antiarrítmicos pueden favorecer la aparición de arrit-
rrección a menudo hace innecesaria la administración de mias.
antiarrítmicos.
En muchos pacientes los trastornos del ritmo se deben
a alteraciones estructurales del miocardio. Corresponden a
Actitud ante un paciente con arritmias
este tipo las arritmias ventriculares del infarto de miocardio y Los objetivos inmediatos ante un paciente en el que se sos-
las miocardiopatías, la fibrilación auricular de las valvulopa- pecha un trastorno del ritmo son el diagnóstico electrocar-
tías reumáticas o la bradicardia del síndrome del nódulo si- diográfico de la arritmia, la identificación de los factores que
nusal enfermo. En otros casos la arritmia refleja el efecto so- la han provocado y la valoración del peligro que entraña. To-

TABLA 3.33. Diagnóstico clínico de las principales taquicardias


Frecuencia Intensidad Desdoblamiento Onda a Maniobras
Arritmia Ritmo
del pulso del 1.er ruido del 2.o ruido yugular vagales
Taquicardia sinusal 60-100 Regular (arritmia Constante Normal Normal Sin efecto o ↓
respiratoria) FC transitoria
Taquicardia 150-250 Muy regular Constante pero Normal Aumentada Cese brusco o
paroxística débil (ondas cañón sin efecto
supraventricular regulares)
Flúter auricular 75-175 Regular (en Constante si es Normal Ondas de flúter ↓ FC transitoria
ocasiones regular y brusca
irregular)
Fibrilación auricular 100-160 Muy irregular Variable Normal Ausentes ↓ FC irregular
Taquicardia 100-250 Regular Variable Anormal Ondas cañón Sin efecto
paroxística intermitentes
ventricular
FC: frecuencia cardíaca; ↓: disminución.

504
ARRITMIAS CARDÍACAS

dos estos aspectos son esenciales para iniciar el tratamiento TABLA 3.34. Clasificación de las arritmias
y condicionan la actitud terapéutica. La anamnesis y la ex-
Arritmias activas (taquiarritmias)
ploración física son, pues, esenciales, y nunca debe instau- Taquicardia sinusal. Taquicardia sinusal paroxística
rarse el tratamiento sin considerar el paciente en su conjun-
to. La sintomatología, la presión arterial y los signos de Extrasístoles
insuficiencia cardíaca o colapso circulatorio determinarán la Supraventriculares (auriculares, de la unión AV)
urgencia y la naturaleza del tratamiento (tabla 3.33). Ventriculares
El dato más importante para el diagnóstico electrocardio-
gráfico de una arritmia lo constituye la morfología de la onda Taquicardias supraventriculares
P y su relación con el complejo QRS. Así pues, el primer paso Taquicardia paroxística supraventricular
Taquicardia auricular con bloqueo
es identificar las ondas P en el trazado y analizar su morfolo- Taquicardia auricular multifocal
gía y frecuencia; para ello es imprescindible contar con un Taquicardia no paroxística de la unión AV
registro en DII, que permitirá establecer si el origen del ritmo
es sinusal (onda P positiva), así como su frecuencia y regula- Flúter o aleteo auricular
ridad. A continuación se analizará el intervalo PR, conside-
rando además si cada onda P va seguida de un QRS. El tercer Fibrilación auricular
paso consiste en valorar la configuración y la duración del
complejo QRS. Por último se analizan los latidos anormales Taquicardias ventriculares
Taquicardia paroxística ventricular
(anticipados, aberrantes) y las pausas. Ritmo idioventricular acelerado
Torsade de pointes
Técnicas diagnósticas complementarias
Fibrilación ventricular
Se denomina electrocardiografía dinámica o ECG de Hol-
ter al registro continuo del ECG en una cinta magnética o Parasistolia
casete durante un período prolongado, en general 24 h. Para
ello se utiliza una grabadora portátil de pequeño tamaño y Síndromes de preexcitación
un sistema computarizado de lectura que diagnostica, clasifi- Arritmias pasivas (bradiarritmias)
ca y cuantifica los trastornos del ritmo (véase Métodos in- Sinusales
cruentos de exploración cardíaca). Es una técnica muy útil Bradicardia sinusal
que suele emplearse en el diagnóstico de las arritmias y en el Arritmia sinusal
estudio del síncope o las palpitaciones, así como en la valo- Migración del marcapasos
ración de la eficacia de los fármacos antiarrítmicos. Paro sinusal
La introducción de electrocatéteres en las cavidades car- Bloqueo sinoauricular
díacas mediante las técnicas habituales del cateterismo per-
Bloqueo AV
mite registrar los potenciales eléctricos intracavitarios y, so-
bre todo, la despolarización del haz de His. Al mismo Conceptos como disociación AV o ritmos de escape no se clasifican como
tiempo, es posible provocar extrasístoles y reproducir las ta- arritmias por no tratarse propiamente de trastornos del ritmo sino de una con-
secuencia de éstos.
quicardias para analizar sus mecanismos y la respuesta al tra- AV: auriculoventricular.
tamiento (véase Métodos cruentos de exploración cardíaca).
Esta técnica es indispensable para localizar el origen de las
taquicardias ventriculares o la situación de una vía anómala
antes del tratamiento quirúrgico o la ablación de algunas nusales (positivas en DII), regulares, con una frecuencia su-
arritmias (véase Cateterismo terapéutico). perior a 100 lat/min. Habitualmente, los complejos QRS son
Una nueva técnica es la denominada “promediación de la normales, excepto si coexiste un bloqueo de rama (fig. 3.92).
señal eléctrica”, que consiste en promediar, filtrar y amplifi- El masaje del seno carotídeo enlentece de manera paulatina
car varios ciclos con el fin de eliminar interferencias y detec- y transitoria la frecuencia cardíaca, que vuelve al valor pre-
tar los potenciales ventriculares tardíos. Éstos corresponden vio al interrumpir las maniobras.
a la activación de zonas de conducción lenta y señalan el
riesgo de taquicardias. Etiología. La taquicardia sinusal puede presentarse sin cau-
sa aparente en individuos sanos, en cuyo caso se denomina
fisiológica. De idéntica significación es la taquicardia sinusal
Clasificación y diagnóstico de las principales que aparece durante el ejercicio, la digestión, la ansiedad o
arritmias las emociones. Cuando es patológica, obedece casi siempre
a una causa determinada que debe investigarse como paso
Existen diversas clasificaciones de las arritmias según el previo al tratamiento. Así, esta arritmia es una manifestación
mecanismo, la localización y el riesgo que entrañan. Aunque frecuente de la fiebre, la anemia, la hipovolemia, la insufi-
todas son incompletas, resultan útiles desde un punto de vis- ciencia cardíaca, el hipertiroidismo, el shock o la trombo-
ta didáctico. De acuerdo con la frecuencia cardíaca y el ori- embolia pulmonar, entre otras situaciones. Finalmente, pue-
gen del ritmo pueden clasificarse como se muestra en la ta- de deberse a la acción de diferentes fármacos, sobre todo
bla 3.34. estimulantes adrenérgicos (adrenalina, bencedrina) o inhi-
bidores del vago (atropina), así como al exceso de tabaco
o café.
Taquicardia sinusal
En esta arritmia la activación se origina en el nódulo sinu- Presentación clínica. En general es una arritmia bien tole-
sal con una frecuencia superior a 100 lat/min. Se debe a un rada que no provoca deterioro hemodinámico; por ello suele
aumento del automatismo normal, en general por un incre- ser asintomática o manifestarse sólo por palpitaciones rápi-
mento del tono simpático o una reducción del tono vagal. das, de inicio y final graduales, que en los individuos muy
En el adulto en reposo no suele sobrepasar los 150 lat/min, ansiosos puede causar alarma y motivar una consulta. En pa-
mientras que durante el ejercicio y en los niños puede alcan- cientes con una reserva coronaria muy comprometida puede
zar frecuencias más elevadas, de hasta 200 lat/min. provocar angina por aumento del consumo de oxígeno mio-
cárdico y acortamiento de la diástole. Por estos mismos me-
Diagnóstico electrocardiográfico. El diagnóstico de la ta- canismos puede extender la zona necrosada durante el infar-
quicardia sinusal se basa en la identificación de ondas P si- to agudo de miocardio.

505
CARDIOLOGÍA

Fig. 3.92. Taquicardia sinusal.

Fig. 3.93. Bigeminismo supraventricular: latidos anticipados precedidos de una onda P anormal (flecha) y un QRS de morfología normal.

Tratamiento. El tratamiento de la taquicardia sinusal debe T del trazado. Si el foco se sitúa en la unión AV, la onda P
comenzar siempre por una investigación exhaustiva de su tendrá una polaridad opuesta a la del ritmo sinusal y será ne-
etiología con el fin de corregir la causa desencadenante. El gativa en DII y positiva en aVR. Además, la activación auricu-
tratamiento farmacológico se reserva para los pacientes sin- lar podrá ocurrir antes, durante o incluso después de la ven-
tomáticos, en especial con angina, o bien para la fase aguda tricular, según que el impulso eléctrico se desplace con
del infarto de miocardio. Los fármacos de elección son los mayor velocidad hacia arriba o hacia los ventrículos; por
bloqueadores betadrenérgicos; no obstante, siempre debe te- este motivo, la onda P puede preceder al QRS (en general
nerse presente que la taquicardia sinusal puede ser la prime- con PR inferior a 0,12 seg), coincidir con él o seguirlo.
ra y única manifestación de una insuficiencia cardíaca, y en Tras la extrasístole se observa una pausa de duración algo
estos casos su administración puede agravar el cuadro. superior a un ciclo normal, que se denomina compensadora.
En las supraventriculares la pausa suele ser incompleta, es
decir, la distancia entre la P sinusal que precede a la extrasís-
Taquicardia sinusal paroxística tole y la que le sigue es inferior al doble de un ciclo sinusal, y
En ocasiones, la taquicardia sinusal puede presentarse en se debe a la despolarización del nódulo sinusal por la extra-
forma de crisis recortadas (10-20 lat/min), de comienzo súbi- sístole. Aunque las de origen ventricular suelen tener pausa
to y con una frecuencia algo inferior a la de la taquicardia si- compensadora completa, este criterio tiene sólo un valor re-
nusal habitual. Se debe a una reentrada en la región sinoau- lativo en el diagnóstico diferencial.
ricular y suele ocurrir en pacientes con cardiopatía, en Las extrasístoles tienen un acoplamiento fijo, es decir, la
particular enfermedad del nódulo sinusal. distancia entre la onda P extrasistólica y la onda P sinusal
El diagnóstico electrocardiográfico se basa en la observa- previa se mantiene constante. Sin embargo, puede existir
ción de un ritmo rápido, de comienzo súbito y escasa dura- una pequeña variación en el acoplamiento, más evidente en
ción, con ondas P sinusales (pueden ser algo diferentes al rit- las auriculares que en las ventriculares.
mo normal del paciente). Es característico de este ritmo que Cuando las extrasístoles auriculares son muy precoces, el
se enlentezca antes de interrumpirse y que el intervalo PR se estímulo eléctrico puede alcanzar el nódulo AV durante su
alargue discretamente. La arritmia suele interrumpirse con el período refractario; de esta forma, el impulso eléctrico que-
masaje del seno carotídeo. Las indicaciones de tratamiento y dará bloqueado y el ECG mostrará una onda P anormal y an-
los fármacos empleados son similares a los descritos para la ticipada sin complejo QRS (extrasístoles bloqueadas). Un fe-
taquicardia sinusal. nómeno similar puede ocurrir en las ramas del haz de His,
en cuyo caso el complejo QRS de la extrasístole supraven-
tricular tendrá morfología de bloqueo de rama (extrasístoles
Extrasístoles supraventriculares supraventriculares aberrantes) (fig. 3.94).
Las extrasístoles son arritmias muy frecuentes y se definen Con independencia de su origen, las extrasístoles pueden
como latidos anticipados de origen ectópico, es decir, inicia- presentarse de forma aislada, sin un patrón definido; otras
dos fuera del nódulo sinusal. Las extrasístoles supraventricu- veces alternan un latido sinusal y una extrasístole, lo que se
lares pueden tener su origen en las aurículas o en la unión denomina bigeminismo (fig. 3.93). La sucesión de dos lati-
AV, y se producen por dos mecanismos fundamentales: por dos sinusales y una extrasístole se designa trigeminismo. Fi-
un foco ectópico que adquiere de forma momentánea un au- nalmente, la sucesión de dos extrasístoles consecutivas se
tomatismo superior al del nódulo sinusal o, con mayor fre- conoce como salva, y a partir de tres se denomina ya taqui-
cuencia, por una reentrada. cardia, en este caso supraventricular. En un mismo paciente
pueden presentarse extrasístoles con ondas P de dos o más
Diagnóstico electrocardiográfico. En el ECG, las extrasísto- morfologías diferentes, que se originan probablemente en fo-
les supraventriculares aparecen como complejos QRS prema- cos distintos (extrasístoles multifocales).
turos, anticipados, de configuración y duración normales, si-
milares a los latidos sinusales (fig. 3.93). Cuando se originan Etiología. Las extrasístoles supraventriculares ocurren con
en las aurículas, y por tanto éstas se activan antes que los mucha frecuencia en individuos sanos, en especial en pre-
ventrículos, se observa una onda P anormal (configuración sencia de un consumo elevado de tabaco, alcohol o café, así
diferente a la sinusal), que precede al menos en 0,12 seg al como en momentos de ansiedad. Pueden presentarse en pa-
complejo QRS. En ocasiones, esta onda P queda enmascara- cientes con valvulopatías reumáticas, sobre todo insuficien-
da por coincidir con la onda T del latido precedente, que cia mitral y tricúspide, en la enfermedad coronaria, en el hi-
presentará una morfología algo distinta al resto de las ondas pertiroidismo y en la enfermedad pulmonar obstructiva

506
ARRITMIAS CARDÍACAS

Fig. 3.94. Extrasístoles auricular aberrante (flecha) y bloqueada (★). En la primera, una de las ramas del haz de His se encuentra en período
refractario. En la segunda, la onda P, muy prematura, se inscribe simultáneamente a la T del latido precedente y encuentra la unión AV en período
refractario.

crónica con hipoxemia, en la insuficiencia cardíaca o en la ma de conducción, su configuración puede ser menos abe-
intoxicación digitálica. rrante. En general, las extrasístoles ventriculares no alcanzan
las aurículas y no interfieren en el ritmo sinusal. De esta for-
Presentación clínica. Con frecuencia cursan de forma asin- ma, la activación auricular es normal y se produce habitual-
tomática y son hallazgos casuales de la exploración o el mente al mismo tiempo que la ventricular; así pues, la onda
ECG. En ocasiones se presentan como palpitaciones o pau- P suele inscribirse simultáneamente al complejo QRS y que-
sas que pueden llegar a causar ansiedad y angustia. En la dar enmascarada por éste. En los casos raros en que las aurí-
palpación del pulso arterial aparecen como latidos anticipa- culas son activadas en forma retrógrada, puede observarse
dos. una onda P negativa en DII tras el complejo ventricular, con
Las extrasístoles supraventriculares no causan un trastorno un RP superior a 0,12 seg. En un mismo paciente pueden
hemodinámico apreciable y su único peligro es provocar ta- aparecer extrasístoles ventriculares con diferente morfología,
quiarritmias supraventriculares, como taquicardia paroxísti- indicando que su origen o la dirección de la activación son
ca, flúter y fibrilación, que en algunos pacientes pueden pro- también diferentes; reciben el nombre de multifocales o, pro-
vocar insuficiencia cardíaca, angina e incluso síncope. piamente, multiformes (fig. 3.95 B).
Particularmente susceptibles a estas complicaciones son los Al igual que las extrasístoles auriculares, las ventriculares
enfermos con miocardiopatías, estenosis mitral y estenosis están seguidas de una pausa compensadora, que en este
aórtica, en los que la contribución de la sístole auricular al caso es completa, es decir, la distancia entre la onda P previa
llenado ventricular es importante para mantener un gasto a la extrasístole y la siguiente a ella es el doble del ciclo de
cardíaco adecuado. base; cuando carecen de pausa compensadora se denomi-
nan interpoladas. El acoplamiento, distancia al latido previo,
Tratamiento. En general, las extrasístoles auriculares no re- es fijo. Por último, pueden presentarse aisladas, en ritmo bi-
quieren tratamiento, excepto cuando son muy frecuentes y geminado (fig. 3.95 C) y en salvas de dos o más (fig. 3.95 D).
causan ansiedad o bien en los enfermos con historia previa Tres o más extrasístoles ventriculares consecutivas constitu-
de taquiarritmias, en particular si presentan cardiopatías del yen, por definición, una salva de taquicardia ventricular.
tipo mencionado en el apartado anterior. Es conveniente En ocasiones es difícil distinguir entre una extrasístole su-
reducir el consumo de alcohol, café y tabaco; en algunas praventricular conducida con aberración y una extrasístole
ocasiones, las administración de sedantes es suficiente para ventricular; en el primer caso el complejo QRS suele presen-
suprimir la arritmia. Cuando las medidas anteriores son inefi- tar morfología rsR’ en la derivación V1 y qRs en V6. Por el
caces pueden estar indicados la propafenona, los bloquea- contrario, son más característicos de las extrasístoles ven-
dores betadrenérgicos (sobre todo en el prolapso de la válvu- triculares la morfología de bloqueo de rama izquierda, la R o
la mitral) y, en pacientes de alto riesgo, la amiodarona. qR en V1 y el acoplamiento fijo.

Etiología. Aparecen con frecuencia en individuos sanos, en


Extrasístoles ventriculares los que pueden persistir durante años, incluso en forma de
Probablemente es la arritmia más común y se presenta bigeminismo. En ocasiones están favorecidas por el abuso
tanto en individuos sanos como en cardiópatas. Las extrasís- de alcohol, tabaco, café y los fármacos simpaticomiméticos.
toles ventriculares se producen por un mecanismo de reen- Son también muy frecuentes durante la anestesia, en la hi-
trada y, con menor frecuencia, por un foco ectópico. En los poxemia y en los trastornos electrolíticos, en especial la hipo-
últimos años se ha señalado que, en ciertas circunstancias, potasemia y la hipocalcemia. A veces aparecen durante el
como la intoxicación digitálica, pueden deberse a pospoten- ejercicio, incluso en los individuos sanos.
ciales. Pueden observarse en cualquier cardiopatía, sobre todo
en la enfermedad coronaria, el prolapso de la válvula mitral
Diagnóstico electrocardiográfico. En el ECG, las extrasísto- y las miocardiopatías. La intoxicación digitálica es una causa
les ventriculares aparecen como complejos QRS anticipados muy frecuente, en particular si se acompaña de hipopotase-
y de configuración anormal, con una duración superior a mia; por el contrario, pueden presentarse en la insuficiencia
0,11 seg, que simulan la morfología de un bloqueo de rama. cardíaca y desaparecer con la digitalización al mejorar el
La repolarización ventricular es también anormal y el seg- cuadro clínico.
mento ST y la onda T se oponen al QRS (fig. 3.95 A). Cuando
las extrasístoles se originan en el tabique interventricular, en Presentación clínica. Pueden cursar de forma asintomáti-
la porción proximal de las ramas y de los fascículos del siste- ca, aunque con frecuencia provocan palpitaciones o una

507
CARDIOLOGÍA

Fig. 3.95. A. Extrasístoles ventriculares (flechas). Obsérvese la diferencia con la extrasístole supraventricular (★) que va precedida de onda P y
el QRS es normal. B. Extrasístoles ventriculares multifocales (flechas). C. Bigeminismo ventricular. Las extrasístoles inciden sobre la onda T del la-
tido previo (fenómeno de “R sobre T”). D. Salvas de dos extrasístoles ventriculares (flechas).

sensación de fallo o pausa en el ritmo. En la palpación del no existe evidencia clínica de que revistan importancia pro-
pulso arterial se perciben como latidos anticipados o pausas nóstica.
largas, a menudo acompañadas de ondas a gigantes en el
pulso yugular. Tratamiento. En los individuos sin cardiopatía, las extrasís-
Las extrasístoles ventriculares son en general benignas toles ventriculares que cursan en forma asintomática no re-
cuando se presentan en individuos sin cardiopatía, inclu- quieren tratamiento; en cualquier caso se aconseja eliminar
so cuando aparecen en salvas cortas de taquicardia ventricu- o reducir el consumo de alcohol, tabaco, café y otros exci-
lar. El mismo significado se atribuye a las extrasístoles que tantes. Cuando provocan palpitaciones, y por consiguiente
aparecen durante el ejercicio en individuos por lo demás sa- angustia o ansiedad, se puede administrar un sedante. Los
nos. Por el contrario, el riesgo de muerte súbita es mayor en antiarrítmicos se reservan para los casos con riesgo de muer-
los pacientes con extrasístoles ventriculares y enfermedad te súbita, que se mencionan en el apartado anterior. La lido-
coronaria, en especial tras un infarto de miocardio, así como caína es el fármaco de elección para el tratamiento de las ex-
en las miocardiopatías y en el prolapso de la válvula mitral. trasístoles ventriculares durante la fase aguda del infarto de
Algunas características electrocardiográficas de las extrasís- miocardio.
toles se consideran criterios de gravedad; así, las multiformes Cuando la lidocaína es ineficaz o cuando la isquemia no
y las que se presentan en salvas o son muy frecuentes pa- es la causa de la extrasistolia, puede utilizarse procainamida
recen acarrear mayor riesgo. Aunque a menudo se catalo- por vía intravenosa.
gan como peligrosas las extrasístoles muy precoces que ocu- Para el tratamiento crónico por vía oral se utilizan prefe-
rren en coincidencia con la repolarización del latido previo, rentemente la propafenona, la flecainida, la mexiletina y la
lo que se denomina “fenómeno de R sobre T” (fig. 3.95 C), amiodarona. En los pacientes con historia de infarto de mio-

508
ARRITMIAS CARDÍACAS

TABLA 3.35. Clasificación de los fármacos antiarrítmicos cia (10%), la reentrada se establece exclusivamente en el in-
terior de tejido auricular o incluyendo en su circuito al nódu-
Clase I. Anestésicos locales (estabilizadores de la membrana)
lo sinusal. Por último, como ya se ha mencionado, la taqui-
Ia Ib Ic cardia puede deberse a un aumento del automatismo de un
Quinidina Lidocaína Lorcainida foco situado en las aurículas o en el haz de His.
Procainamida Difenilhidantoína Propafenona El diagnóstico clínico de estos mecanismos es hoy posible
Disopiramida Aprindina Flecainida mediante técnica de electrostimulación y registros intracavi-
Mexiletina tarios que pueden resultar de una notable ayuda en el trata-
Tocainida miento de las taquicardias que no responden a los fármacos
habituales (véase Métodos cruentos de exploración car-
Clase II. Bloqueadores betadrenérgicos
díaca).
Clase III. Fármacos que prolongan el potencial de acción
Amiodarona Diagnóstico electrocardiográfico. El diagnóstico debe rea-
Tosilato de bretilio lizarse, en general, cuando la arritmia ya está establecida y
Sotalol no se cuenta, como referencia, con el ritmo sinusal del pa-
ciente. Su diagnóstico se basa, pues, en la configuración y la
Clase IV. Antagonistas del calcio frecuencia de las ondas P y los complejos QRS.
Verapamilo La taquicardia paroxística supraventricular se caracteriza
Diltiazem
Bepridilo
por una sucesión rápida de ondas P anormales, diferentes de
las P sinusales. Su frecuencia suele oscilar entre 150 y 220
lat/min, aunque estos límites son convencionales y pueden
observarse taquicardias más lentas o, por el contrario, con
una frecuencia casi similar a la del flúter auricular. Muy a
cardio y disfunción ventricular, los antiarrítmicos del grupo I menudo, la onda P no puede reconocerse en el ECG conven-
(tabla 3.35) pueden aumentar la mortalidad; en estos pacien- cional porque coincide con la T del latido previo; no obstan-
tes los fármacos de elección son la amiodarona y el sotalol. te, en estos casos el diagnóstico es en general fácil por las ca-
Es importante recordar que todos estos agentes son poten- racterísticas de los complejos QRS.
cialmente arritmogénicos cuando se utilizan a dosis ele- En su forma habitual, cada uno de los impulsos auricula-
vadas. Las extrasístoles del prolapso valvular mitral suelen res alcanza el tejido ventricular y lo despolariza; así, la fre-
responder a los bloqueadores betadrenérgicos, siendo el pro- cuencia de los complejos QRS es similar a la auricular. Es ca-
pranolol el que cuenta con mayor experiencia clínica. racterístico que el ritmo sea completamente regular, excepto
al comienzo y al final de la arritmia. La conducción intraven-
tricular es también normal en la mayoría de las taquicardias
Taquicardia paroxística supraventricular supraventriculares, de forma que el complejo QRS es normal,
La sucesión rápida de tres o más extrasístoles supraventri- con una duración inferior a 0,11 seg. No obstante, cuando la
culares consecutivas se denomina taquicardia supraventricu- frecuencia es muy elevada, el impulso puede alcanzar una
lar. En su forma más habitual se presenta como un ritmo rá- parte del sistema de conducción ventricular en período re-
pido y regular, con una frecuencia de unos 200 lat/min, que fractario y adoptar, así, morfología de bloqueo de rama, en
comienza por una extrasístole supraventricular y termina general, derecha. Estas taquicardias, que pueden ser difíciles
también de forma súbita. La duración de las crisis es muy va- de diferenciar de las ventriculares, se denominan aberrantes,
riable, desde unos segundos hasta varias horas e incluso y el fenómeno que las provoca, aberrancia de conducción.
días; de igual forma, los episodios pueden presentarse de Con menor frecuencia, las taquicardias paroxísticas supra-
modo esporádico, 1 o 2 veces por año, o bien aparecer cons- ventriculares se acompañan de bloqueo AV, en cuyo caso
tantemente en el ECG, con crisis cortas pero muy frecuentes, sólo uno de cada dos o más impulsos auriculares alcanza los
separadas apenas por unos latidos sinusales (fig. 3.96). ventrículos; esta es una arritmia frecuente en la intoxicación
La taquicardia paroxística supraventricular puede produ- digitálica y en la hipopotasemia (fig. 3.97).
cirse por dos mecanismos distintos: por reentrada o por au- Las características electrocardiográficas de las taquicar-
mento del automatismo, siendo el primero mucho más fre- dias supraventriculares pueden orientar hacia el mecanismo
cuente (95% de los casos). La reentrada puede ocurrir en que las produce. Así, cuando la onda P es simultánea con el
diferentes niveles; con gran frecuencia, el nódulo AV se diso- QRS y éste presenta una configuración normal, se trata pro-
cia en dos vías con diferente velocidad de conducción, de bablemente de una reentrada dentro de la unión AV. La fre-
forma que el impulso baja por la vía lenta y sube en sentido cuencia muy rápida con aberrancia de conducción y ondas
retrógrado por la rápida, estableciéndose una reentrada. En P que siguen al complejo QRS sugiere una reentrada cuyo
el 30% de los casos, el impulso desciende por las vías norma- circuito utiliza un haz anómalo. Por último, cuando la reen-
les de conducción (nódulo AV y haz de His) y vuelve a las trada ocurre exclusivamente en la aurícula o incluye el nó-
aurículas a través de un haz anómalo, cuya existencia, en dulo sinusal, la P se inscribe delante del complejo QRS. Las
muchas ocasiones, no se aprecia en el ECG durante el ritmo taquicardias producidas por aumento del automatismo en
sinusal (vía oculta). A este tipo de arritmias pertenecen, un foco ectópico suelen presentar cierta irregularidad al co-
entre otras, las taquicardias paroxísticas del síndrome de mienzo y final del episodio; en el primer caso, la frecuencia
Wolff-Parkinson-White (WPW). Con mucha menor frecuen- se acelera de manera progresiva hasta alcanzar su valor defi-

Fig. 3.96. Salvas de taquicardia paroxística supraventricular. Obsérvense las ondas P que preceden a los complejos QRS de morfología normal
(flechas).

509
CARDIOLOGÍA

Fig. 3.97. Taquicardia auricular con bloqueo: ondas P (flechas) a una frecuencia de 160 lat/min y complejos QRS a 80 lat/min.

Fig. 3.98. Taquicardia supraventricular que cesa súbitamente (flecha) durante las maniobras vagales. (★) Extrasístoles ventriculares.

nitivo, mientras que al final pueden alternar ciclos largos y un bolo rápido; de esta forma se revierten más del 90% de las
cortos hasta que cede definitivamente. taquicardias paroxísticas supraventriculares. Otro antagonis-
ta del calcio, el diltiazem, parece producir un efecto similar.
Etiología. Con mucha frecuencia estas taquicardias se pre- Cuando estas medidas fallan, puede iniciarse una digitali-
sentan en individuos sin cardiopatía, en especial las produci- zación rápida por vía intravenosa y repetir las maniobras va-
das por reentrada en la unión AV. También pueden aparecer gales después de cada dosis. No obstante, si la arritmia es re-
en pacientes con cardiopatía reumática, isquémica o hiper- belde a las primeras medidas farmacológicas o el paciente
tensiva y en la tirotoxicosis. Son frecuentes en los síndro- presenta hipotensión grave, angina o signos de insuficiencia
mes de preexcitación y a menudo constituyen la única evi- ventricular avanzada, se aconseja utilizar la cardioversión
dencia de que existe un haz anómalo. Como se ha mencio- eléctrica sincronizada; por lo general, es suficiente una des-
nado previamente, la intoxicación digitálica constituye la carga de 100 W/seg con el paciente ligeramente anestesiado.
causa más común (50-75%) de taquicardia auricular con blo- En la taquicardia con bloqueo por intoxicación digitálica, la
queo, aunque puede deberse también a una hipopotasemia. principal medida es, por supuesto, interrumpir su administra-
Otras causas son el cor pulmonale crónico y el consumo ción y proporcionar potasio lentamente por vía intravenosa.
excesivo de alcohol o tabaco. Si las crisis son muy frecuentes puede ser conveniente ad-
ministrar medicación crónica para evitarlas. En estos casos,
Presentación clínica. Se trata de una arritmia muy común y la digital es el fármaco de elección; el verapamilo, la quinidi-
una urgencia frecuente; no obstante, en general es benigna na, la amiodarona o el propranolol son otras alternativas.
y puede ser asintomática. Habitualmente el paciente refiere Cuando los episodios son recidivantes, causan graves trastor-
palpitaciones rápidas y regulares; es también característico nos al paciente o no pueden controlarse médicamente, debe
que aparezca poliuria al ceder la arritmia. Algunos pacientes intentarse un tratamiento más agresivo mediante la interrup-
saben cómo abortar los episodios de taquicardia mediante el ción del circuito de reentrada por ablación mediante radio-
vómito, la apnea inspiratoria mantenida o la maniobra de frecuencia, usando un catéter, y previa localización del cir-
Valsalva; esta propiedad de ceder con las maniobras vagales cuito de la taquicardia con un estudio electrofisiológico. Esta
es muy característica de las taquicardias paroxísticas supra- técnica prácticamente ha desplazado la interrupción quirúr-
ventriculares (fig. 3.98). Cuando la frecuencia es muy eleva- gica (véase Cateterismo terapéutico).
da o la cardiopatía subyacente es grave, pueden provocar
angina, mareos, síncopes o insuficiencia cardíaca.
Taquicardia auricular multifocal
Tratamiento. El tratamiento de la crisis se inicia siempre Denominada también ritmo auricular caótico, se trata de
con las maniobras vagales, entre las cuales el masaje del una arritmia poco frecuente, que suele aparecer en pacien-
seno carotídeo es el más utilizado. Debe realizarse tras una tes de edad avanzada o con enfermedad pulmonar crónica.
palpación y una auscultación cuidadosas del pulso carotí- Se caracteriza por la presencia de un ritmo auricular a una
deo para descartar una estenosis de estas arterias, ya que en frecuencia de 100-130 lat/min y ondas P con, al menos, tres
este caso la compresión podría provocar isquemia cerebral. morfologías diferentes (fig. 3.99). La conducción AV suele
Es conveniente también contar con una vía venosa y atropi- ser normal y la mayoría de los impulsos auriculares alcanzan
na, sobre todo en los pacientes de edad avanzada en los que los ventrículos, de forma que la frecuencia cardíaca es acep-
las maniobras pueden provocar bradicardia extrema e hipo- table y no suelen observarse alteraciones hemodinámicas.
tensión. La compresión debe realizarse con energía, pero Tiende a progresar hacia la fibrilación auricular, por lo que
sólo sobre una carótida por vez y durante unos 10 seg. Apro- el tratamiento, además de orientarse a mejorar la enferme-
ximadamente en el 50% de los casos se consigue revertir la dad subyacente, se basa en la administración de digital y qui-
arritmia. En caso contrario, el fármaco de elección es el ade- nidina para evitar la aparición de fibrilación y controlar la
nosintrifosfato (ATP) que se administra en bolos crecientes frecuencia ventricular en el caso de que ésta se produzca. Se
de 5-30 mg separados entre sí por 5 min. También puede uti- han utilizado alternativamente el verapamilo y el propranolol
lizarse verapamilo por vía intravenosa a dosis de 5-10 mg en con idénticos objetivos.

510
ARRITMIAS CARDÍACAS

Fig. 3.99. Taquicardia auricular multifocal. Obsérvense las diferentes morfologías de ondas P (flechas).

Fig. 3.100. Flúter auricular: A. La línea de base muestra la configuración en “diente de sierra” (flechas) claramente visible durante las manio-
bras vagales (M). B. Flúter auricular tras el tratamiento con digital, en el que se observa un grado más avanzado de bloqueo AV.

Flúter o aleteo auricular Las maniobras vagales rara vez consiguen abortar la arrit-
mia, pero son útiles en el diagnóstico; el aumento del blo-
Es una de las arritmias más frecuentes y a menudo evolu- queo AV que provocan reduce la frecuencia ventricular, dis-
ciona de manera espontánea hacia la fibrilación auricular; tancia los complejos QRS y permite observar las típicas
no obstante, puede ser crónica o presentarse en episodios ondas F (fig. 3.100 A). Al interrumpir la maniobra, la frecuen-
aislados de breve duración y sin causa aparente. A diferencia cia cardíaca vuelve a su valor inicial. A veces, la compresión
de la taquicardia paroxística supraventricular, suele presen- del seno carotídeo convierte el flúter en fibrilación auricular.
tarse en pacientes con cardiopatías que cursan con dilata-
ción auricular. Etiología. El flúter auricular, sobre todo el que se presenta
El mecanismo que produce el flúter auricular es todavía en cortos episodios aislados, puede aparecer en individuos
motivo de discusión; en general se atribuye a una reentrada sin cardiopatía. Sin embargo, en la mayoría de los casos es
o un movimiento circular alrededor de las aurículas, que un signo de enfermedad cardíaca. Suele asociarse a cardio-
ocasionaría una activación muy rápida, con una frecuencia patía isquémica, cor pulmonale y enfermedad valvular reu-
de 250-350 lat/min. mática, especialmente mitral y tricúspide. Otras causas fre-
cuentes son la tirotoxicosis, el alcoholismo, la pericarditis,
Diagnóstico electrocardiográfico. La rápida secuencia de las miocardiopatías y la comunicación interauricular.
activación y repolarización auriculares, con una frecuencia
de alrededor de 300 lat/min, se traduce en unas ondas an- Presentación clínica. El flúter auricular aislado en indivi-
chas y regulares (ondas F), que distorsionan la línea de base, duos sanos puede cursar de forma asintomática, sin causar
confiriéndole un aspecto en “diente de sierra”, sobre todo en trastorno hemodinámico alguno; con frecuencia se manifies-
DII, DIII y aVF (fig. 3.100 A). Debido a que el nódulo AV tiene ta por palpitaciones rápidas y regulares. Aunque persiste cier-
un período refractario más prolongado que la aurícula, no to- to grado de actividad mecánica auricular, la contracción es
dos los impulsos auriculares pueden atravesarlo y, de esta prácticamente ineficaz; esto, unido a la elevada frecuencia
forma, la frecuencia ventricular es inferior –por lo general la ventricular, puede provocar angina, insuficiencia cardíaca e
mitad– a la frecuencia auricular, si el paciente no ha recibi- incluso síncope en los pacientes con una cardiopatía grave.
do tratamiento antiarrítmico. Este grado de bloqueo tiende Esta mínima actividad mecánica parece reducir el riesgo de
a ser constante, aunque en ocasiones se observan casos de trombosis auricular y, por consiguiente, de embolias sistémi-
flúter con conducción variable, que pueden ser difíciles de cas, mucho más frecuentes en la fibrilación auricular.
diferenciar de la fibrilación auricular. Por todo ello, la fre- En la exploración física destaca habitualmente un pulso
cuencia de los complejos QRS en el flúter auricular es de arterial regular con una frecuencia de alrededor de 150
alrededor de 150 lat/min, aunque disminuye a medida que el lat/min. La frecuencia varía de acuerdo con el grado de blo-
grado de bloqueo AV avanza (fig. 3.100 B). Con frecuencias queo, disminuye con el tratamiento adecuado y puede acele-
rápidas, una de cada dos ondas F puede quedar enmascara- rarse con el ejercicio o tras la administración de fármacos
da por el complejo QRS, lo que dificulta el diagnóstico dife- que aceleran la conducción AV, como la quinidina y otros
rencial con la taquicardia sinusal o la taquicardia paroxística antiarrítmicos del grupo I (efecto vagolítico inicial). Asimis-
supraventricular. mo, en estas circunstancias el pulso puede hacerse irregular.
Por tratarse de una arritmia supraventricular, la morfología
del QRS es normal y su duración inferior a 0,11 seg, excepto Tratamiento. El tratamiento del flúter auricular depende de
cuando el paciente presenta un bloqueo de rama previo o la la situación clínica del paciente y de la urgencia con que
frecuencia muy elevada provoca un fenómeno de aberran- deba restaurarse el ritmo sinusal. Cuando la situación es esta-
cia; esto último suele ocurrir en los casos excepcionales en ble, el objetivo es reducir la frecuencia ventricular para me-
que todos los impulsos auriculares se transmiten a los ven- jorar el gasto cardíaco. En estas circunstancias, la digital es el
trículos (conducción 1:1). fármaco de elección y se utiliza preferentemente por vía in-

511
CARDIOLOGÍA

Fig. 3.101. A. Fibrilación auricular rápida. Obsérvese la irregularidad de los ciclos (intervalos RR) característica de esta arritmia. B. Fibrilación
auricular tras el tratamiento con digital. Se observan claramente las ondas “f” (flecha).

travenosa con una pauta de digitalización rápida. Si el pa- ter. Esta forma suele denominarse fibriloflúter o fibrilación
ciente recibía digital, o las dosis correctas no consiguen con- “gruesa”.
trolar la frecuencia, puede administrarse verapamilo o pro- Las múltiples ondas de activación auricular alcanzan la
pranolol (la combinación de estos dos últimos por vía unión AV de forma irregular, de manera que sólo algunas de
intravenosa está contraindicada). Con frecuencia, la digitali- ellas pueden atravesarla y determinar la activación ventricu-
zación convierte el flúter en fibrilación auricular y la respues- lar. Esto explica el dato electrocardiográfico más característi-
ta ventricular disminuye, mejorando la situación hemodiná- co de la fibrilación auricular: la irregularidad en la presenta-
mica del paciente. ción de los complejos QRS. La distancia entre ellos es
En caso de urgencia, la cardioversión eléctrica está indica- totalmente variable, lo que explica la denominación de arrit-
da para convertir rápidamente el flúter en ritmo sinusal. La mia completa con la que también se la conoce (fig. 3.101 A).
dosis de energía necesaria es en general inferior a la que se La frecuencia ventricular está determinada por varios facto-
requiere en la fibrilación auricular: unos 50 J. Aunque el res, entre los cuales el período refractario de la unión AV es
paso a ritmo sinusal puede conseguirse también con quinidi- el más importante; en el paciente que no ha recibido trata-
na por vía oral a dosis altas, la cardioversión es más eficaz y miento suele oscilar entre 100 y 160 lat/min.
carece de los efectos indeseables de aquélla. La sobreestimu- En los enfermos ya tratados, y en forma espontánea en los
lación auricular a frecuencias similares o superiores a las del de edad avanzada, el grado de bloqueo AV aumenta y la fre-
flúter puede resultar eficaz en algunos pacientes. cuencia ventricular disminuye (fig. 3.101 B), llegando, por
La profilaxis de nuevos episodios, una vez controlada la ejemplo en la intoxicación digitálica, a producirse un blo-
arritmia, puede realizarse con digital, flecainida, quinidina o queo AV completo.
amiodarona por vía oral, al igual que en la fibrilación o en la La morfología del complejo QRS es normal (duración del
taquicardia paroxística supraventricular. QRS inferior a 0,11 seg) puesto que la conducción intraven-
tricular se lleva a cabo a través del tejido específico de con-
ducción. No obstante, la fibrilación auricular presenta una si-
Fibrilación auricular tuación favorable para la aparición de aberrancias. Por su
La fibrilación auricular es una de las arritmias más fre- elevada frecuencia, algunos impulsos auriculares alcanzan
cuentes en la práctica clínica, en particular en pacientes de las ramas del haz de His, sobre todo la derecha, durante el
edad avanzada, en los que tiende a ser crónica y permanen- período refractario y se conducen con morfología de blo-
te. A menudo, sobre todo en personas sin cardiopatía, puede queo de rama, dando lugar a un complejo QRS ancho. Cuan-
presentarse en paroxismos, cuya duración oscila desde unos do la aberrancia se produce en latidos aislados, como ocurre
minutos a varias horas, que ceden de manera espontánea. a menudo, puede ser imposible de distinguir de una extrasís-
En esta arritmia se pierde la secuencia normal de activa- tole ventricular; este diagnóstico diferencial puede ser de
ción auricular y, desde un punto de vista electrofisiológico, gran interés práctico, sobre todo si el enfermo recibe digital y
las aurículas quedan fragmentadas en múltiples parcelas que se sospecha intoxicación digitálica, lo que obligaría a inte-
se activan de manera independiente; como consecuencia rrumpir su administración. Los complejos con morfología de
cesa la actividad mecánica útil. Entre los factores que favore- bloqueo de rama derecha de tipo rSR’ en la derivación V1, en
cen su aparición se incluyen la dilatación auricular, la dis- particular si cierran un ciclo corto tras uno más largo, suelen
persión del período refractario, el aumento de la velocidad ser aberrancias. Por el contrario, los complejos con morfolo-
de conducción en las aurículas y la presencia de extrasísto- gía de bloqueo de rama izquierda o del tipo R en V1-V3, con
les auriculares frecuentes. acoplamiento fijo, suelen corresponder a extrasístoles ven-
triculares (fig. 3.102).
Diagnóstico electrocardiográfico. La activación rápida e
irregular de las aurículas se traduce en el ECG convencio- Etiología. La fibrilación auricular paroxística, también deno-
nal en las llamadas ondas f, que son totalmente irregulares minada aislada, puede presentarse en individuos sanos. No
y tienen una frecuencia que oscila entre 400 y 600 lat/min. obstante, esta arritmia se asocia casi siempre a una enferme-
El voltaje y la configuración de estas ondas es muy variable dad cardíaca y puede presentarse en cualquier tipo de car-
de un paciente a otro, e, incluso, en el mismo enfermo; en diopatía, como enfermedad valvular reumática, cardiopatía
ocasiones son apenas perceptibles y la línea isoeléctrica isquémica (en especial en el curso del infarto de miocardio),
es prácticamente recta; en otros casos, el voltaje es mayor pericarditis constrictiva, cardiopatía hipertensiva e insufi-
y las ondas guardan cierta regularidad simulando un flú- ciencia cardíaca. También es frecuente en el cor pulmonale,

512
ARRITMIAS CARDÍACAS

mite, controlar la frecuencia ventricular con tratamiento far-


macológico y evaluar a continuación la conveniencia de
practicar cardioversión.
La digital por vía intravenosa es el tratamiento de elección
para el control rápido de la fibrilación auricular; si no se ob-
tiene la respuesta deseada puede combinarse con verapami-
lo o propranolol. Al igual que en el flúter, no debe emplearse
quinidina (en general los antiarrítmicos del grupo I) si pre-
viamente no se ha digitalizado al paciente para evitar un au-
mento de la frecuencia ventricular por su efecto vagolítico.
La cardioversión eléctrica es el método de elección para
convertir la fibrilación a ritmo sinusal. Debe intentarse cuan-
do la fibrilación es reciente y la aurícula izquierda no está
excesivamente dilatada, ya que los casos de larga evolución
con episodios repetidos o aurículas de gran tamaño suelen
ser rebeldes al tratamiento o bien la arritmia recidiva en
poco tiempo. La cardioversión eléctrica no debe realizarse, a
menos que sea imprescindible, en pacientes digitalizados, en
los que puede provocar arritmias ventriculares graves, muy
resistentes al tratamiento; de esta forma se aconseja interrum-
pir su administración 2 o 3 días antes y, durante este tiempo,
controlar la frecuencia ventricular, si fuese necesario, con ve-
Fig. 3.102. Fibrilación auricular con un latido conducido con abe- rapamilo o propranolol.
rrancia (flecha superior) y con una extrasístole ventricular (flecha in- Para evitar el desprendimiento de trombos intrauriculares,
ferior). y por tanto de embolias periféricas, cuando se reanuda la
contracción auricular, es conveniente administrar tratamien-
to anticoagulante durante las 2 semanas previas y posteriores
las miocardiopatías, la comunicación interauricular y el pro- a la cardioversión. De igual forma, este tratamiento está indi-
lapso de la válvula mitral. La fibrilación auricular puede ser cado de por vida en los pacientes con fibrilación crónica y
la primera manifestación de un hipertiroidismo o puede antecedentes de embolias o valvulopatía mitral. Algunos au-
complicar un síndrome de WPW; en este último se trata de tores recomiendan la anticoagulación en cualquier paciente
una arritmia grave, de la que se han descrito casos de fibrila- en fibrilación auricular, independientemente del diagnóstico
ción ventricular y muerte. de base, incluso en ausencia de cardiopatía.
Una vez en ritmo sinusal, la prevención de las recidivas
Presentación clínica. El cese de la actividad mecánica auri- puede conseguirse mediante la administración de propafe-
cular que se produce en la fibrilación auricular dificulta el nona, flecainida o amiodarona.
llenado de los ventrículos y puede reducir el gasto cardíaco.
Esto ocurre sobre todo en los pacientes con estenosis mitral
o hipertrofia acusada del ventrículo izquierdo, que depen-
Taquicardia no paroxística de la unión auriculoventricular
den, en gran medida, de la contracción auricular para alcan- En ciertas circunstancias, el automatismo de las células de
zar un volumen telediastólico ventricular suficiente. Así, por la unión AV puede aumentar y su frecuencia sobrepasar a la
ejemplo, en los pacientes con estenosis aórtica o miocardio- del ritmo sinusal, apareciendo un ritmo de la unión AV que
patía hipertrófica, suele provocar un deterioro grave de la si- se denomina taquicardia no paroxística o taquicardia idiono-
tuación clínica y a menudo desencadena un edema agudo dal. Su mecanismo es, pues, un aumento del automatismo
de pulmón, sobre todo si la frecuencia cardíaca es rápida. normal de estos tejidos, en general acompañado de una dis-
Asimismo, puede causar angina, mareo y síncope, en fun- minución de la frecuencia sinusal.
ción de la gravedad de la cardiopatía subyacente y de la fre-
cuencia ventricular. En los casos de fibrilación paroxística en Diagnóstico electrocardiográfico. Se caracteriza por la
individuos sanos puede cursar de forma asintomática o ma- presencia de complejos QRS normales, similares a los del
nifestarse exclusivamente por palpitaciones rápidas e irregu- ritmo sinusal, a una frecuencia que oscila entre 70 y 130
lares. lat/min. En general es un ritmo bastante regular, aunque las
La exploración física permite, en general, el diagnóstico maniobras vagales pueden enlentecerlo y los fármacos va-
de la arritmia. El pulso arterial es por completo irregular y rá- golíticos acelerarlo. Su comienzo suele ser gradual y, pues-
pido, excepto cuando el paciente ya ha recibido tratamiento. to que su frecuencia es muy similar a la del ritmo sinusal,
La frecuencia del pulso suele ser inferior a la que se obtiene no se produce captura retrógrada de las aurículas; éstas y
por auscultación o al registrar el ECG (pulso deficitario), de- los ventrículos se activan, pues, independientemente por
bido a que algunos latidos cardíacos expulsan tan poca can- dos focos distintos, lo que recibe el nombre de disociación
tidad de sangre que no determinan onda pulsátil. El primer AV. En ocasiones, el ritmo sinusal puede adelantarse al rit-
ruido cardíaco varía de intensidad constantemente y en el mo nodal y originar un latido normal que interrumpe de
pulso yugular se comprueba la ausencia de ondas a. forma momentánea la taquicardia y se denomina captura
La tromboembolia es una complicación frecuente de la fi- (fig. 3.103).
brilación auricular, y los pacientes que la padecen de forma
crónica tienen un riesgo 5 veces superior de presentar embo- Etiología. Las causas más frecuentes son la intoxicación di-
lias periféricas; el riesgo es todavía mayor si además se trata gitálica y el infarto de miocardio de localización inferior;
de un enfermo con una valvulopatía mitral. puede observarse también en la carditis reumática, el cor
pulmonale, tras la cirugía cardíaca y en los trastornos electro-
Tratamiento. El tratamiento de la fibrilación auricular es si- líticos.
milar al del flúter y, al igual que el de éste, depende de la si-
tuación clínica del paciente y de la urgencia. Cuando la fibri- Presentación clínica. En general no causa alteraciones he-
lación auricular es reciente y ha provocado insuficiencia modinámicas importantes y cursa de forma asintomática. No
cardíaca grave o angina, el tratamiento de elección es la car- obstante, es importante su diagnóstico en caso de intoxica-
dioversión eléctrica con el fin de pasar enseguida a ritmo si- ción digitálica para interrumpir el tratamiento. Los signos en
nusal. No obstante, se prefiere, si la situación clínica lo per- la exploración física son escasos y se reducen a los cambios

513
CARDIOLOGÍA

Fig. 3.103. Taquicardia no paroxística de la unión AV. Los primeros 4 latidos corresponden a un ritmo sinusal normal; cuando la frecuencia si-
nusal disminuye aparecen complejos QRS de origen nodal, algo diferentes y a una frecuencia más rápida que el ritmo sinusal, y se produce una di-
sociación AV. En la parte inferior se reanuda el ritmo sinusal (flecha).

Fig. 3.104. A. Taquicardia ventricular. Complejos QRS anchos a una frecuencia de 125 lat/min. Se observan ondas P sinusales disociadas (fle-
chas). B. Taquicardia ventricular con latidos de fusión (flechas).

de intensidad del primer ruido cardíaco y a la disociación frecuencia mayor de 100 lat/min. La onda T y el segmento ST
entre las ondas a del pulso yugular y el latido arterial. se oponen, como en las extrasístoles ventriculares, al com-
plejo QRS. En general se trata de un ritmo regular, aunque
Tratamiento. El tratamiento se orienta hacia la corrección con pequeñas variaciones en la duración de los ciclos; a ve-
de la causa subyacente, en especial en el caso de intoxica- ces, la taquicardia es irregular, sobre todo al comienzo y al fi-
ción digitálica. En ocasiones puede intentarse acelerar el rit- nal de ella.
mo sinusal mediante atropina con el fin de restablecer la se- Con frecuencia, la activación ectópica ventricular no atra-
cuencia de activación normal. No obstante, esta actitud viesa el nódulo AV y las aurículas se activan normalmente a
terapéutica rara vez es necesaria. partir del nódulo sinusal, es decir, existe disociación AV. De
esta forma, en el 20% de los casos es posible observar ondas
P normales que aparecen en el trazado con independencia
Taquicardia ventricular del QRS. Con menor frecuencia, la actividad ventricular se
Se conoce como taquicardia ventricular la sucesión de propaga en dirección retrógrada a las aurículas, y la onda P
tres o más extrasístoles ventriculares consecutivas. En su for- sigue regularmente al QRS, en general con un RP prolonga-
ma más habitual, denominada taquicardia ventricular paro- do. En el primer caso, la taquicardia puede verse interrumpi-
xística o extrasistólica, la frecuencia del ritmo ventricular es da en ocasiones por un latido sinusal normal, que ocurre
de 100-250 lat/min, en general entre 150 y 200. cuando el impulso sinusal normal alcanza la unión AV y el
Al igual que en otras taquicardias, los mecanismos que la tejido ventricular fuera del período refractario; estos latidos
producen pueden ser variados; sin embargo, la aparición de se denominan capturas. Otras veces, por un mecanismo simi-
un foco ectópico y la reentrada son los más frecuentes. Esta lar, la activación ventricular se efectúa en parte por el foco
última puede originarse en una pequeña porción del tejido ectópico y en parte por un impulso supraventricular, en cuyo
de Purkinje o afectar una parte más extensa del ventrículo, caso se produce un complejo QRS intermedio entre los lati-
incluyendo una de las ramas del haz de His. En la intoxica- dos sinusales y los propios de la taquicardia ventricular de-
ción digitálica es probable que los pospotenciales constitu- nominados latidos de fusión (fig. 3.104).
yan el mecanismo subyacente. Según la morfología de los complejos QRS, las taquicar-
dias ventriculares se dividen en monomórficas, un solo tipo
Diagnóstico electrocardiográfico. El dato fundamental o morfología del QRS, y polimórficas, cuando la morfología
para el diagnóstico es la presencia de una sucesión de com- del complejo QRS varía. Estas últimas pueden cursar con
plejos QRS anchos (duración superior a 0,11 seg), con una un intervalo QT normal o prolongado (torsade de pointes).

514
ARRITMIAS CARDÍACAS

Fig. 3.105. Flúter ventricular.

Cuando la frecuencia de la taquicardia es muy elevada, su- Presentación clínica. La taquicardia ventricular puede ser
perior a 250 lat/min y el ECG adquiere una morfología sinu- bien tolerada, en especial en ausencia de cardiopatía, y ma-
soidal, en zigzag, se denomina flúter ventricular (fig. 3.105). nifestarse por palpitaciones. Con frecuencia, la pérdida de la
Por su duración, las taquicardias ventriculares se dividen en contribución auricular al llenado ventricular y la elevada fre-
sostenidas, cuando su duración es superior a 30 seg o requie- cuencia cardíaca determinan una reducción del gasto car-
ren cardioversión antes de ese tiempo, y no sostenidas, si su díaco que deteriora la situación clínica del paciente provo-
duración es inferior a 30 seg. cando hipotensión, síncope, angina o insuficiencia cardíaca
El diagnóstico diferencial entre la taquicardia ventricular y grave.
una taquicardia supraventricular aberrante es a menudo difí- La exploración física muestra un pulso rápido, regular y,
cil. Los siguientes signos electrocardiográficos sugieren el en general, débil; en el pulso yugular se aprecian ondas a gi-
diagnóstico de taquicardia ventricular: a) duración del com- gantes que aparecen de forma intermitente. El primer ruido
plejo QRS superior 0,14 seg; b) desviación del eje a la izquier- es de intensidad variable y suele estar, al igual que el segun-
da de –30°; c) complejos QS, R, rS en todas las derivaciones do, desdoblado.
precordiales; d) morfología de bloqueo de rama derecha del La taquicardia ventricular evoluciona con frecuencia a la
haz de His con complejos R o RSR’ con R > R’; e) morfología fibrilación ventricular y, por consiguiente, al paro cardíaco.
de bloqueo de rama izquierda con complejos RS en V1 (R En algunos pacientes, en particular los que han presentado
mayor de 30 mseg o inicio R-nadir de la S mayor de 70 un infarto de miocardio, su aparición es un signo de mal
mseg); f) presencia de capturas o latidos de fusión, y g) diso- pronóstico y se asocia a una mortalidad del 38% durante el
ciación AV. primer año. Debe, pues, considerarse una arritmia grave y
Por el contrario, la morfología de bloqueo de rama dere- potencialmente letal, especialmente en pacientes con disfun-
cha típico y la respuesta a las maniobras vagales abogan en ción ventricular grave (fracción de eyección menor del 30%)
favor de la taquicardia supraventricular. En última instancia, y si la taquicardia produce síncope.
los registros intracavitarios o intraesofágicos y el estudio elec-
trofisiológico permiten establecer con certeza el diagnóstico. Tratamiento. El tratamiento de la taquicardia ventricular de-
En caso de no llegar a un diagnóstico concluyente debe tra- pende de la duración y la frecuencia de las crisis, así como
tarse como una taquicardia ventricular. de la situación clínica del paciente. Cuando se trata de episo-
dios breves pero repetidos, en el contexto de un infarto agu-
Etiología. Las causas más frecuentes de taquicardia ventri- do de miocardio, el tratamiento de elección es la lidocaína
cular son la enfermedad coronaria, las miocardiopatías, la in- por vía intravenosa; si es ineficaz, la procainamida, la propa-
toxicación digitálica o por antiarrítmicos, el prolapso valvu- fenona, o la amiodarona por vía intravenosa pueden yugular
lar mitral y las alteraciones electrolíticas. En ocasiones puede las crisis. Si la etiología no es el infarto de miocardio, la pro-
presentarse en corazones sin alteraciones orgánicas. cainamida suele ser más eficaz que la lidocaína. Idéntico tra-
La causa más frecuente en España es el infarto de miocar- tamiento requiere la taquicardia ventricular mantenida si la
dio, tanto durante la fase aguda como después de superar situación clínica del paciente es estable y no existen signos
ésta. En estos casos suele adoptar la forma de una taquicar- de fallo circulatorio. En los casos en que la taquicardia ven-
dia monomórfica sostenida secundaria a una reentrada en la tricular determina síntomas de bajo gasto o isquemia corona-
zona limítrofe entre el tejido sano y la necrosis. Su presencia ria, el tratamiento de elección es la cardioversión eléctrica,
es un signo de mal pronóstico y suele asociarse a una disfun- seguida de la administración continuada de lidocaína para
ción ventricular grave o a un aneurisma. Idéntico mal pro- prevenir nuevas crisis. En la intoxicación digitálica, el pota-
nóstico tienen los pacientes con infarto que presentan episo- sio y la difenilhidantoína son los fármacos de elección.
dios de taquicardia ventricular no sostenida y disfunción Puesto que la taquicardia ventricular acarrea un pronósti-
ventricular. La segunda causa en frecuencia es la miocardio- co ominoso en muchos pacientes, su profilaxis es muy im-
patía dilatada, que se presenta en el 20% de los pacientes portante. Los fármacos más eficaces son la amiodarona y el
con insuficiencia cardíaca avanzada. sotalol. Cuando, a pesar de un tratamiento farmacológico
Se denomina displasia arritmogénica del ventrículo dere- adecuado, la arritmia recidiva y se localiza el foco en el estu-
cho a una situación clínica caracterizada por alteraciones dio electrofisiológico, puede plantearse la ablación o la re-
de la contractilidad del ventrículo derecho y episodios de sección endocárdica. No obstante, en las arritmias que pro-
taquicardia ventricular sostenida. El ecocardiograma y la vocan síncope y en los pacientes que tienen una historia de
presencia de un ECG basal anormal permiten el diagnóstico paro cardíaco por fibrilación ventricular se aconseja hoy la
clínico de esta entidad. Se han descrito dos tipos de taqui- implantación de un desfibrilador.
cardia ventricular en pacientes sin cardiopatía orgánica,
una con morfología de bloqueo de rama izquierda y eje
eléctrico vertical (taquicardia monomórfica repetitiva), y
Ritmo idioventricular acelerado
otra con bloqueo de rama derecha y eje a la izquierda (ta- Al igual que sucede con la taquicardia no paroxística de la
quicardia fascicular). Estos dos tipos de taquicardia respon- unión AV, un marcapasos ventricular puede aumentar su au-
den bien al tratamiento con bloqueadores beta y verapami- tomatismo y controlar el ritmo de los ventrículos. Los crite-
lo, respectivamente. rios diagnósticos son similares a los de la taquicardia ven-

515
CARDIOLOGÍA

Fig. 3.106. Taquicardia ventricular no paroxística o ritmo ventricular acelerado. El cuarto y último latido de la taquicardia es una fusión
(flecha).

Fig. 3.107. Taquicardia ventricular tipo torsade de pointes.

tricular paroxística, excepto la frecuencia, que oscila entre que en el segundo la herencia es de tipo autosómica domi-
50 y 100 lat/min. Suele iniciarse con varios latidos de fusión, nante y cursa sin sordera (síndrome de Romano-Ward). La
tras los cuales se establece un período de disociación AV, causa de esta anomalía de la repolarización parece residir en
hasta que el ritmo sinusal captura de nuevo los ventrículos; una asimetría en la actividad de los nervios simpáticos car-
la duración de estos episodios es en general breve, de unos díacos. Entre estos pacientes existe una incidencia elevada
minutos, y son bien tolerados (fig. 3.106). Su causa más fre- de muerte súbita.
cuente es el infarto de miocardio, en particular el de localiza- Numerosos antiarrítmicos, como la quinidina, la procaina-
ción inferior, y no entraña un riesgo especial, ya que no sue- mida y la amiodarona entre otros, los antidepresivos tricícli-
le progresar a arritmias más graves. Por este motivo, no cos, la hipopotasemia, las dietas proteicas líquidas, algunas
requiere tratamiento, excepto cuando la frecuencia, relativa- lesiones del SNC y ciertos tóxicos (insecticidas) pueden pro-
mente lenta, unida a la pérdida de la contribución auricular longar el QT y causar torsade de pointes de forma adquirida.
determinan hipotensión; en este caso, la administración de El tratamiento de esta arritmia difiere de los otros tipos de
atropina por vía intravenosa consigue acelerar el automatis- taquicardia ventricular, puesto que la mayoría de los anti-
mo sinusal y restablecer el ritmo normal. arrítmicos prolongan el QT. Durante los episodios se aconse-
ja la implantación de un marcapasos transitorio para estimu-
lar el corazón con una frecuencia superior al ritmo sinusal
Torsade de pointes. Síndrome del QT largo basal. Si esto resulta insuficiente, la perfusión de catecolami-
Con el nombre de torsade de pointes se designa una taqui- nas bajo monitorización continua del ECG puede resultar efi-
cardia ventricular de frecuencia muy rápida, del orden de caz. La prevención de las crisis y de la muerte súbita en los
200-250 lat/min, caracterizada, además, por complejos QRS pacientes con QT largo congénito se realiza con bloqueado-
de configuración variable, que parecen retorcerse alrede- res beta a las dosis máximas tolerables. En los casos rebeldes
dor de la línea de base, con una morfología en ocasiones si- al tratamiento farmacológico se ha recomendado la gan-
milar a la de la fibrilación ventricular (fig. 3.107). Suele apa- gliectomía de la cadena cervicotorácica del lado izquierdo.
recer en el contexto de un síndrome de QT largo y cursar en
episodios autolimitados que pueden, no obstante, desembo-
car en un paro cardíaco. Debe diferenciarse, pues, de la ta-
Parasistolia
quicardia ventricular multiforme o pleomórfica que se pro- Se trata de un ritmo en el que dos marcapasos contribu-
duce en pacientes con el QT normal. yen simultánea e independientemente a la activación cardía-
El alargamiento anormal del QT puede ocurrir de forma ca. El foco ectópico está protegido de los impulsos del otro
congénita o adquirida. Se han descrito dos síndromes congé- marcapasos por un bloqueo unidireccional que se localiza
nitos; en el primero, el trastorno electrocardiográfico coexis- en su proximidad. En general, el ritmo sinusal existe junto
te con una sordera congénita y se transmite de forma autosó- con un foco ectópico ventricular, pero se han descrito tam-
mica recesiva (síndrome de Jervell y Lange-Nielsen), mientras bién parasístoles auriculares y nodales. En el primer caso

516
ARRITMIAS CARDÍACAS

Fig. 3.108. Fibrilación ventricular.

Fig. 3.109. Síndrome de Wolff-Parkinson-White. Se observan claramente la onda D (flecha) y el intervalo PR corto.

suele manifestarse en forma de latidos aislados, similares a localización del haz anómalo, las manifestaciones electro-
las extrasístoles ventriculares, que en ocasiones se agrupan cardiográficas pueden ser distintas, pero en general estos
constituyendo una taquicardia ventricular rápida. Su presen- casos tienen en común un intervalo PR inferior a 0,12 seg y
cia debe sospecharse ante una extrasistolia ventricular con la tendencia a presentar taquicardias supraventriculares. No
acoplamiento variable y se confirma si la duración de los ci- obstante, es frecuente que las vías anómalas, aun estando
clos interectópicos es múltiplo del menor de los ciclos o si presentes, no funcionen y sólo se pongan de manifiesto me-
puede calcularse una frecuencia del marcapasos ectópico diante técnicas especiales de electrofisiología.
que sea divisor común a todos ellos. Aunque se consideraba Desde un punto de vista práctico, los haces anómalos se
un ritmo poco frecuente y siempre asociado a una enferme- pueden dividir en dos tipos: los que comunican directamen-
dad cardíaca grave, puede observarse en ocasiones en indi- te las aurículas y los ventrículos y los que comunican el nó-
viduos sanos y evolucionar como una arritmia benigna. El dulo AV o el haz de His con el tejido auricular o ventricular,
tratamiento es similar al de las extrasístoles y la taquicardia con lo que el impulso eléctrico evita sólo una parte del tejido
ventriculares. específico de conducción. El primer tipo, denominado haz
de Kent, constituye la base anatómica del síndrome de
WPW. Esta vía anómala se caracteriza, desde el punto de vis-
Fibrilación ventricular ta electrofisiológico, por un período refractario largo, una ve-
Es una forma de paro cardíaco en el que la activación ven- locidad de conducción elevada, una inmunidad a la estimu-
tricular se realiza de forma desorganizada y parcelar, con lación vagal y una mayor susceptibilidad frente a ciertos
múltiples movimientos de reentrada (fig. 3.108). No existe ac- fármacos, como la quinidina, la procainamida o la amioda-
tividad mecánica útil, por lo que, si no revierte en el plazo de rona, entre otros. La conexión puede establecerse en la cara
3-4 min, sobreviene la muerte. Su causa más frecuente es la lateral de la aurícula y del ventrículo derechos, en la pa-
cardiopatía isquémica, en particular el infarto agudo de mio- red lateral de las cavidades izquierdas o bien en el tabique
cardio, y constituye, en las primeras horas de éste, la causa interventricular; con mucha menor frecuencia, un paciente
más frecuente de muerte. Con menor frecuencia puede ser la puede tener dos haces anómalos.
consecuencia de una alteración electrolítica o una intoxica-
ción farmacológica (digital). Su único tratamiento eficaz Diagnóstico electrocardiográfico. En el síndrome de WPW
consiste en practicar una desfibrilación eléctrica y, si esto no el haz de Kent permite que el impulso eléctrico alcance rápi-
es posible, maniobras de reanimación cardiopulmonar hasta damente los ventrículos, cuya activación se inicia en un pun-
que se disponga de un desfibrilador. to anormal, alejado del sistema de conducción intraventricu-
lar; simultáneamente, la onda de activación atraviesa el
Síndromes de preexcitación. Síndrome de Wolff-Parkinson- nódulo AV, el haz de His y las ramas y llega al tejido ventricu-
lar, siguiendo un trayecto normal. Todo ello se manifiesta en
White (WPW) el ECG por un intervalo PR corto (inferior a 0,12 seg), un
El anillo AV está formado por tejido fibroso que no puede complejo QRS ancho y cambios secundarios en la onda T
conducir el impulso eléctrico; de esta forma, en condiciones (fig. 3.109). De hecho, la activación ventricular se origina a
normales, el nódulo AV y el haz de His constituyen la única partir de dos frentes de onda: el procedente del haz de Kent
vía por la que la activación eléctrica puede progresar desde y el que se inicia a partir del tejido específico de conduc-
las aurículas a los ventrículos, o viceversa. Puesto que el nó- ción, por lo que el complejo QRS es en realidad un latido de
dulo AV tiene una conducción lenta y la onda de activación fusión; la contribución de cada uno de estos componentes
se retrasa en él, el ECG muestra en el individuo normal un varía en un mismo enfermo, que puede, en un momento
intervalo PR relativamente largo (0,12-0,20 seg), con una se- dado, tener un trazado electrocardiográfico normal. La parte
paración clara entre la activación auricular (onda P) y la inicial del QRS, que traduce la activación anómala, se inscri-
ven-tricular (complejo QRS). Algunos pacientes tienen cone- be lentamente y muestra un empastamiento característico
xiones anatómicas anómalas, que pueden evitar total o par- denominado onda D (fig. 3.109). La anchura del QRS y la
cialmente el paso a través del nódulo AV. Según el tipo y la altura y la duración de la onda D dependerán, fundamental-

517
CARDIOLOGÍA

Fig. 3.110. Síndrome de Wolff-Parkinson-White. En la derivación V2 puede observarse la onda D (flecha), que desaparece a partir del cuarto lati-
do, indicando que la conducción se realiza principalmente por el sistema de conducción normal.

mente, de la velocidad de conducción a través del haz anó- según las series, entre el 12 y el 80%. La más frecuente de
malo y del sistema de conducción, así como de la localiza- ellas es la taquicardia paroxística supraventricular, seguida
ción del primero. Un intervalo PR muy corto con una onda D de la fibrilación auricular. La primera se debe a una reentra-
prominente indican que gran parte de la activación ventricu- da, en cuyo circuito participan la aurícula, el sistema de con-
lar se ha llevado a cabo a partir de la vía anómala. ducción AV (por donde habitualmente desciende el impul-
De acuerdo con la morfología del complejo QRS se distin- so), el ventrículo y el haz anómalo, a través del cual retorna
guían dos tipos de síndrome de WPW; en el tipo A las deriva- a la aurícula. De esta forma, los criterios diagnósticos de di-
ciones V1 y V2 muestran ondas R predominantes, mientras cha arritmia son similares a los descritos en el apartado co-
que en el B, estas mismas derivaciones presentan ondas S rrespondiente; en ocasiones, la reentrada sigue una direc-
prominentes (fig. 3.110). Esta clasificación, hoy en desuso, ción inversa y desciende por la vía anómala, originando una
no permite conocer con exactitud la localización de la vía taquicardia con complejos QRS anchos y aberrantes. La sin-
anómala; por el contrario, el ECG de 12 derivaciones orienta tomatología de los enfermos con síndrome de WPW y taqui-
sobre la localización del haz anómalo, que puede identificar- arritmias es similar a la descrita, es decir, palpitaciones, dis-
se perfectamente durante el estudio electrofisiológico. nea, angina y ansiedad, según la frecuencia de la arritmia y
El ECG del síndrome de WPW puede interpretarse errónea- el estado de la función ventricular.
mente como infarto de miocardio, en particular de localiza- La fibrilación auricular, aunque es menos frecuente, tiene
ción inferior, hipertrofia ventricular izquierda o bloqueo de peor pronóstico, ya que puede degenerar en fibrilación ven-
rama. A su vez, otras situaciones clínicas, como la miocardio- tricular y muerte súbita. Cuanto más elevada es la frecuencia
patía hipertrófica o ciertas extrasístoles, pueden simular los ventricular durante los episodios de fibrilación auricular, ma-
hallazgos electrocardiográficos del síndrome. yor es la posibilidad de que se produzca una fibrilación ven-
tricular, sobre todo si los intervalos RR llegan a ser inferiores
Etiología. El síndrome de WPW se debe a la existencia de a 205 mseg (fig. 3.111).
una vía AV anómala; es, pues, una enfermedad congénita.
Además, se ha descrito una incidencia familiar y en ocasio- Tratamiento. El paciente con síndrome de WPW que per-
nes se asocia a otras anomalías congénitas, como la enferme- manece asintomático, sin taquiarritmias, no requiere trata-
dad de Ebstein; habitualmente el corazón es, por lo demás, miento. Sin embargo, algunos autores aconsejan que todo
normal. La prevalencia de este síndrome oscila entre 0,1 y 3 paciente con este síndrome, independientemente de la sinto-
por cada 1.000 ECG. matología, debe ser estudiado mediante técnicas de electro-
fisiología, con el fin de determinar el período refractario de
Presentación clínica. Puede constituir un hallazgo electro- la vía anómala y la posibilidad de provocar fibrilación auri-
cardiográfico fortuito y cursar de forma asintomática durante cular y, en definitiva, el riesgo de muerte súbita.
toda la vida del paciente. No obstante, entre estos enfermos El tratamiento de los episodios de taquicardia paroxística
existe una incidencia elevada de taquiarritmias, que oscila, supraventricular consiste en la práctica de maniobras vaga-

518
ARRITMIAS CARDÍACAS

Fig. 3.111. Fibrilación auricular rápida en un síndrome de Wolff-Parkinson-White. Se observan algunos latidos conducidos por las vías normales
de conducción (flecha).

Fig. 3.112. Bradicardia sinusal. Ondas P, intervalo PR y complejos QRS normales a una frecuencia de 51 lat/min.

les y la administración de ATP, verapamilo o ajmalina por vía maniobras vagales como el vómito o con ciertas manipula-
intravenosa y, si las medidas anteriores son ineficaces, en la ciones quirúrgicas que producen un acusado predominio va-
cardioversión. Si la fibrilación auricular provoca una altera- gal. La bradicardia sinusal persistente, secundaria a las alte-
ción hemodinámica importante, el tratamiento de elección raciones anatómicas del nódulo sinusal, forma parte del
es también la conversión eléctrica. En la mayoría de los ca- denominado “síndrome del nódulo sinusal enfermo” (sick si-
sos, cuando es bien tolerada, el fármaco de elección es la aj- nus syndrome), que se estudia más adelante.
malina. Si ésta es incapaz de bloquear por completo la vía
anómala, su período refractario es probablemente corto y Presentación clínica. La bradicardia sinusal puede cursar
existe el riesgo de muerte súbita. En los pacientes con síndro- de modo asintomático, sobre todo si es fisiológica. La fre-
me de WPW está contraindicado el uso de digital –en par- cuencia se mantiene por encima de 40 lat/min y la función
ticular en la fibrilación auricular– porque acorta el período ventricular se encuentra preservada. En caso contrario, pue-
refractario de la vía anómala y puede facilitar la fibrilación de provocar hipotensión, mareo, síncope e insuficiencia car-
ventricular. díaca. La exploración física sólo muestra un pulso lento y re-
La prevención de nuevos episodios de taquiarritmia puede gular. Una frecuencia inferior a 40 lat/min debe alertar
efectuarse con diferentes antiarrítmicos como amiodarona, siempre sobre la posibilidad de otras arritmias, como el blo-
propafenona, quinidina, procainamida y propranolol. En los queo sinoauricular o el AV.
pacientes que presentan con frecuencia crisis de taquicardia
o fibrilación auricular, está indicada la ablación por radiofre- Tratamiento. En ausencia de síntomas o de deterioro he-
cuencia, previa localización de la vía anómala por técnicas modinámico no requiere tratamiento. La atropina es el fár-
electrofisiológicas. Si esta técnica es ineficaz, puede practi- maco de elección para acelerar la frecuencia cardíaca rápi-
carse la interrupción quirúrgica de aquélla. damente. La perfusión continua de isoproterenol puede
acelerar la frecuencia sinusal en algunos casos que no res-
ponden a la atropina. En caso de bradicardia crónica sin-
Bradicardia sinusal tomática, el tratamiento es la implantación de un marca-
Es una de las arritmias más comunes que se define como pasos.
un ritmo de origen sinusal con una frecuencia inferior a
60 lat/min; se debe a una disminución del automatismo del
nódulo sinusal (fig. 3.112). Es frecuente que se acompañe de
Arritmia sinusal
cierto grado de arritmia sinusal (véase más adelante). En condiciones normales, el ritmo sinusal es regular; aun-
que la duración de los ciclos varía ligeramente, la diferencia
Etiología. La depresión del automatismo sinusal puede ser entre el PP más largo y el más corto no es superior a 0,12-0,16
secundaria a un aumento del tono vagal, a una reducción seg. Por encima de este límite se considera que existe arrit-
del tono simpático o a una alteración anatómica del nódulo mia sinusal (fig. 3.113). En su forma más habitual, las varia-
sinusal. A menudo se desarrolla en individuos sanos, sobre ciones en los ciclos guardan relación con la respiración, de
todo jóvenes, deportistas, o bien durante el sueño, denomi- forma que el ritmo se acelera durante la inspiración y se en-
nándose en estos casos bradicardia fisiológica. Como mani- lentece con la espiración; esta arritmia es fisiológica, aparece
festación patológica puede observarse en el infarto de mio- en jóvenes y no causa síntomas ni requiere tratamiento. La
cardio, sobre todo en las primeras horas del infarto inferior, arritmia sinusal no respiratoria se caracteriza por cambios fá-
en el mixedema, la hipotermia, la ictericia y la hipertensión sicos en la duración de los ciclos sinusales (PP) sin relación
intracraneal; algunos fármacos como la digital, los bloquea- con la respiración y suele deberse a intoxicación digitálica;
dores beta, la amiodarona, la morfina, la reserpina, los sim- en ausencia de bradicardia sinusal grave o bloqueo AV
paticomiméticos y algunos antagonistas del calcio pueden acompañante no provoca síntomas ni requiere, por lo tanto,
también provocarla. Por último, puede presentarse durante tratamiento.

519
CARDIOLOGÍA

Fig. 3.113. Arritmia sinusal. Ciclos de duración variable (entre los dos marcados por las flechas la variación es superior a 0,16 seg).

Fig. 3.114. Migración del marcapasos. Cambio progresivo en la morfología de la onda P, que llega a ser negativa (flecha), lo cual indica el
desplazamiento del marcapasos cardíaco.

Fig. 3.115. Paros sinusales en un paciente con “síndrome del nódulo sinusal enfermo”. Pausas de hasta 2,5 seg que, en ocasiones, terminan
con latidos de escape (flechas).

Migración del marcapasos distinguir esta arritmia del bloqueo sinoauricular, con el que
tiene en común el significado clínico y el tratamiento.
Se trata de una arritmia benigna que constituye por lo ge- El retraso o la interrupción de la conducción del impulso
neral un hallazgo fortuito del ECG. En ella el sitio de forma- eléctrico desde el nódulo sinusal al tejido auricular circun-
ción del impulso se desplaza de manera intermitente de unas dante se denomina bloqueo sinoauricular. Como la activi-
regiones a otras del nódulo sinusal o desde éste a la aurícula dad del nódulo sinusal no se registra en el ECG convencio-
o al nódulo AV. Se reconoce por un cambio generalmente nal, el simple retraso en la conducción sinoauricular
progresivo de la onda P, acompañado de un enlentecimien- (bloqueo de primer grado) no puede diagnosticarse sin la
to progresivo de la frecuencia cardíaca. Si el marcapasos se ayuda de técnicas especiales. La interrupción esporádica de
desplaza hasta el nódulo AV, la onda P se vuelve negativa la conducción sinoauricular o bloqueo de segundo grado
y el intervalo PR puede acortarse por debajo de 0,12 seg. impide de forma intermitente la activación auricular y se ma-
Traduce una hipertonía vagal y no requiere tratamiento nifiesta en el ECG por una pausa con ausencia de onda P.
(fig. 3.114). Esta pausa será doble del ciclo sinusal normal si sólo se ha
bloqueado un impulso sinusal, y, en cualquier caso, múltiplo
del ciclo de base si se han bloqueado varios. Esta es la prin-
Paro sinusal. Bloqueo sinoauricular cipal diferencia con las pausas debidas a paro o fallo sinusal
El cese de la actividad sinusal determina una pausa en el (fig. 3.115). Cuando antes de cada impulso bloqueado la
ritmo, que puede terminar con un nuevo latido sinusal o conducción se alarga progresivamente (bloqueo de segundo
un ritmo de escape; la duración de la pausa es variable y grado tipo Wenckebach), la distancia PP del ECG se acorta
nunca múltiplo del ciclo sinusal de base. A menudo es difícil también en forma progresiva antes de la pausa y ésta es infe-

520
ARRITMIAS CARDÍACAS

rior al doble del ciclo de base. Por último, la interrupción


completa de la conducción o bloqueo de tercer grado deter-
mina la ausencia de ondas P sinusales y requiere la existen-
cia de un ritmo de escape que mantenga la actividad cardía-
ca. Su distinción clínica con el paro sinusal es imposible.
Las causas más frecuentes de paro y bloqueo sinoauricula-
res son la estimulación vagal excesiva, las alteraciones es-
tructurales del nódulo sinusal (síndrome del nódulo sinusal
enfermo) y la intoxicación por fármacos como la digital, al- NS
gunos antiarrítmicos, los bloqueadores beta y ciertos antago-
nistas del calcio.
El tratamiento se reserva para los casos sintomáticos y es NAV
similar al de la bradicardia sinusal.

Síndrome del nódulo sinusal enfermo


Se conoce con este nombre un síndrome caracterizado
por síncopes, mareos e insuficiencia cardíaca, entre otros sig-
nos de bajo gasto cardíaco, debido a disfunción sinusal,
secundaria a su vez a alteraciones estructurales del nódulo
sinusal. En el ECG se manifiesta como bradicardia sinusal
persistente, paro o bloqueo sinoauricular y episodios de ta-
quiarritmias supraventriculares que alternan con bradicardia
(síndrome de taquicardia-bradicardia). Suele acompañarse V
además de cierta inhibición de los otros marcapasos cardía-
A
cos, de forma que la ausencia de un ritmo de escape eficaz
contribuye a la aparición de los síntomas; en muchos casos H
existe junto con bloqueos de rama y puede considerarse una
enfermedad generalizada del sistema específico de conduc-
ción. Es una afección propia de pacientes de edad avanzada
y su incidencia es de aproximadamente 3 por cada 5.000
ECG.
La naturaleza de las alteraciones anatómicas observadas
es muy variada, y el síndrome se ha descrito en presencia de
fibrosis difusa, amiloidosis y aterosclerosis. Aunque su forma
más frecuente es la idiopática, se ha asociado a pericarditis, QRS
infarto de miocardio, miocarditis, enfermedades del coláge-
no y otros.
Como ya se ha mencionado, la sintomatología se debe a la
disminución de la frecuencia cardíaca y es, por tanto, similar
a la de la bradicardia sinusal. Antes de instaurar el tratamien- P
to es conveniente evaluar la función sinusal mediante técni-
cas de electrofisiología; el tiempo de recuperación sinusal,
el tiempo de conducción sinoauricular, la frecuencia cardía-
ca intrínseca (tras el bloqueo farmacológico simultáneo
del vago y el simpático) y la respuesta del nódulo sinusal a Fig. 3.116. Esquema de la conducción AV y localización más fre-
la administración de atropina o a las maniobras vagales son cuente del bloqueo cardíaco. NS: nódulo sinusal; NAV: nódulo auricu-
los parámetros más utilizados. Una vez demostrado que la loventricular; A: aurícula, V: ventrículo; H: haz de His.
disfunción sinusal es responsable de los síntomas, el trata-
miento de elección es la implantación de un marcapasos ar-
tificial; en los pacientes con el síndrome de taquicardia-bra-
dicardia, la administración de antiarrítmicos para controlar
la frecuencia agrava la bradicardia, por lo que debe también
implantarse un marcapasos antes de instaurar el tratamiento
farmacológico.

Bloqueo auriculoventricular
Fig. 3.117. Bloqueo AV de primer grado (PR = 0,26 seg) suprahisia-
El alargamiento del intervalo PR o la incapacidad del impul- no (duración del QRS < 0,11 seg).
so sinusal para alcanzar los ventrículos (onda P no seguida de
QRS) indican un trastorno de la conducción que, en teoría,
puede estar localizado en la propia aurícula, en el nódulo AV rresponden a grados crecientes de deterioro en la conduc-
y en el haz de His o sus ramas. La posibilidad de registrar el ción. En el bloqueo de primer grado sólo existe un retraso en
potencial eléctrico que genera la activación del haz de His la conducción de los impulsos eléctricos, pero todos ellos al-
mediante técnicas de electrofisiología ha permitido conocer canzan los ventrículos. De esta forma, el ECG muestra ondas
con exactitud la localización de los bloqueos (fig. 3.116). El P sinusales seguidas, en todos los casos, de complejos QRS,
nódulo AV y las ramas del haz de His son los puntos donde se pero con un PR superior a 0,20 seg (fig. 3.117).
localiza con mayor frecuencia; en el primer caso se denomina En el bloqueo AV de segundo grado, el impulso sinusal
bloqueo suprahisiano, y en el segundo, infrahisiano. El blo- queda a veces interrumpido, de forma que el ECG muestra
queo en el propio haz de His es menos frecuente. ondas P que, en ocasiones, no van seguidas del complejo
QRS correspondiente. Se distinguen 3 variedades: tipo I,
Diagnóstico electrocardiográfico. Se distinguen tres tipos Wenckebach o Mobitz I; tipo II o Mobitz II, y el de grado
de bloqueo AV, de primero, segundo y tercer grados, que co- avanzado. En el bloqueo AV de segundo grado tipo I, el tiem-

521
CARDIOLOGÍA

Fig. 3.118. Bloqueo AV de segundo grado tipo I (Wenckebach). El PR se alarga de forma progresiva hasta que una onda P se bloquea (flecha).
El tipo de bloqueo y la duración del QRS sugieren que el trastorno de la conducción se localiza por encima del haz de His.

Fig. 3.119. Bloqueo AV de segundo grado tipo II (Mobitz II). La onda P se bloquea (flecha) sin que se modifique el PR en los latidos previos. La
duración del QRS (> 0,11 seg) y el tipo de bloqueo sugieren su localización infrahisiana.

Fig. 3.120. Bloqueo AV avanzado (grado 2:1), en el que se bloquea una de cada dos ondas P (flechas).

Fig. 3.121. Bloqueo AV de tercer grado. Obsérvese el ritmo sinusal regular (flechas) independiente del ritmo nodal de escape, también regular,
pero más lento.

po de conducción se alarga progresivamente hasta que un fología de bloqueo de rama, con gran probabilidad se locali-
impulso se bloquea, lo que se traduce en el ECG por un alar- za por debajo de la bifurcación del haz de His (fig. 3.119).
gamiento progresivo del intervalo PR hasta que una onda P En el bloqueo de tercer grado, la interrupción de la con-
no va seguida de QRS (fig. 3.118). En el tipo II, por el contra- ducción entre las aurículas y los ventrículos es completa, de
rio, el intervalo PR permanece constante previamente al blo- forma que laten de manera independiente. Las aurículas
queo de la onda P (fig. 3.119). En el primer caso, el bloqueo pueden despolarizarse a partir del nódulo sinusal (fig. 3.121)
suele estar localizado en el nódulo, mientras que en el tipo II o, con menor frecuencia, por una taquiarritmia supraventri-
por lo general es infrahisiano. cular (fig. 3.122); los ventrículos lo hacen a partir de un ritmo
Por último, el de grado avanzado se caracteriza porque se de escape que se originará en la unión AV o en los ventrícu-
bloquean la mitad o más de las ondas P; en realidad no cons- los según la localización del bloqueo. El ECG mostrará ondas
tituye una variedad diferente de las anteriores sino un grado P rítmicas, de origen sinusal, y complejos QRS a una frecuen-
más avanzado de cualquiera de ellas (fig. 3.120). cia menor y con un ritmo regular totalmente independien-
En el bloqueo AV, la morfología del complejo QRS permi- te del ritmo auricular. Si el bloqueo es suprahisiano y el rit-
te conocer con relativa exactitud la localización del blo- mo de escape se origina en el haz de His, el complejo QRS
queo. Así, cuando su duración es inferior a 0,11 seg, se trata será de configuración y duración normales, y su frecuencia
probablemente de un bloqueo suprahisiano y la activación oscilará entre 40 y 60 lat/min (fig. 3.121); por el contrario, si
intraventricular es normal (figs. 3.117 y 3.118). Por el contra- se trata de un bloqueo infrahisiano y el ritmo de escape es
rio, si la anchura del QRS supera los 0,11 seg y tiene una mor- ventricular, el complejo QRS será ancho, de morfología simi-

522
ARRITMIAS CARDÍACAS

Fig. 3.122. Bloqueo AV de tercer grado en un paciente con fibrilación auricular. Se observan ondas “f” y complejos QRS regulares a una frecuen-
cia de 40 lat/min.

lar a una extrasístole ventricular y con una frecuencia infe- de Stokes-Adams, es aconsejable la implantación de un mar-
rior a 40 lat/min. capasos provisional.
La instauración de un bloqueo de tercer grado en un pa-
Etiología. El alargamiento del PR puede presentarse en indi- ciente con enfermedad distal del sistema de conducción (blo-
viduos normales con una frecuencia del 5%; de igual forma, queos infrahisianos) se acompaña a menudo de un ataque de
el registro continuo del ECG durante 24 h en personas sanas, Stokes-Adams. En estos casos, la atropina suele ser ineficaz y
mediante la técnica de Holter, ha mostrado una incidencia el tratamiento de elección es la implantación urgente de un
de bloqueo AV de segundo grado tipo I del 6%, y del 9% en marcapasos provisional; no obstante, si ello no es posible,
deportistas. El bloqueo AV puede ser congénito y acompañar puede acelerarse la frecuencia del ritmo de escape ventricular
a diferentes malformaciones, como la comunicación interau- mediante la perfusión continua de isoproterenol.
ricular, la enfermedad de Ebstein y la transposición de los Los pacientes con bloqueos crónicos de tercer grado son
grandes vasos. candidatos a la colocación de un marcapasos definitivo, in-
La estimulación vagal, ciertos fármacos como la digital, los cluso si cursan de forma asintomática. Los enfermos con blo-
bloqueadores beta, algunos antagonistas del calcio y anti- queos crónicos de primero y segundo grados que muestran
arrítmicos, la fiebre reumática, las miocarditis y el infarto complejos QRS anchos, con morfología de bloqueo de rama
de miocardio de localización inferior pueden producir blo- que sugiere una localización infrahisiana, y que presentan
queos AV suprahisianos, que suelen ser transitorios y ceden una historia de síncopes o lipotimias, son igualmente candi-
cuando desaparece la causa que los ha provocado. El blo- datos a la implantación de un marcapasos definitivo.
queo infrahisiano suele ser consecuencia de una alteración
estructural de las ramas y los fascículos del haz de His, y sus
causas más frecuentes son el infarto de miocardio de locali- Terapéutica antiarrítmica
zación anterior (necrosis del tabique interventricular), la de-
generación y esclerosis del sistema de conducción (enferme- Fármacos antiarrítmicos
dad de Lenègre) o su calcificación por invasión de calcio a
partir de estructuras vecinas (enfermedad de Lev). Así pues, En los últimos años se ha desarrollado un número consi-
se trata de bloqueos crónicos y progresivos, que suelen ir derable de fármacos antiarrítmicos, al tiempo que se ha pro-
precedidos durante años de bloqueos de rama y fasciculares fundizado en el conocimiento de sus acciones electrofisioló-
y que rara vez remiten. gicas. Según éstas, se clasifican en cuatro grupos (tabla 3.35).
En la clase I se agrupan los anestésicos locales, que reducen
Presentación clínica. La sintomatología en el bloqueo AV la velocidad de ascenso del potencial de acción al modificar
depende fundamentalmente de la frecuencia ventricular y la entrada de sodio en la célula; no es un grupo homogéneo,
del grado de afectación del miocardio. Así, los bloqueos de y de acuerdo con su efecto sobre la duración del potencial
primer grado, gran parte de los de segundo (excepto los de acción se subdividen en tres categorías; a esta clase I per-
de grado avanzado) e incluso los bloqueos de tercer grado tenecen la quinidina y gran parte de los antiarrítmicos. La
suprahisianos con un ritmo de escape relativamente rápido clase II la constituyen los bloqueadores betadrenérgicos, en-
pueden ser asintomáticos. Si la frecuencia ventricular es len- tre los cuales el más utilizado es el propranolol, que posee
ta, aparecen síntomas de bajo gasto cardíaco, como mareos, también un efecto estabilizador de membrana, como los
síncope, angina e insuficiencia cardíaca. Cuando el bloqueo fármacos de la clase I. En la clase III se incluyen los agentes
de tercer grado, en particular el infrahisiano, se instaura brus- que prolongan la duración del potencial de acción, y, por
camente, es frecuente que se produzca un período de asisto- último, la clase IV está constituida por algunos antagonistas
lia hasta que se inicia el ritmo de escape, que puede durar del calcio que tienen propiedades electrofisiológicas como
más de un minuto; esto conduce a un cuadro de pérdida de el verapamilo y el diltiazem. A pesar del mejor conocimiento
conciencia, en ocasiones acompañada de convulsiones y re- de sus propiedades, la elección de un antiarrítmico es, en
lajación de esfínteres, denominado ataque de Stokes-Adams. gran parte, empírica y se basa en la experiencia propia y en
los diferentes efectos indeseables que cabe esperar de cada
Tratamiento. En el tratamiento del bloqueo deben distin- uno de ellos. Los efectos electrofisiológicos, la farmacocinéti-
guirse dos situaciones diferentes: el bloqueo agudo de ins- ca, las dosis y los efectos tóxicos se indican en las tablas 3.36
tauración reciente y el paciente con bloqueo crónico. En el y 3.37.
primer caso, la actitud terapéutica dependerá del grado de
bloqueo y de su localización. Los bloqueos suprahisianos Quinidina
(por lo general transitorios) de primero y segundo grado que Es el prototipo de los agentes de la clase I; reduce la velo-
cursan de forma asintomática no requieren tratamiento; la cidad de ascenso de la fase 0 del potencial de acción, pro-
supresión del fármaco implicado en caso de intoxicación o longa el período refractario efectivo y reduce el automatismo
la observación en el infarto de miocardio son suficientes. Los espontáneo. En el ECG provoca un ensanchamiento del com-
bloqueos de segundo o tercer grado con signos de bajo gasto plejo QRS y una prolongación del intervalo QT; cuando el
pueden tratarse con atropina por vía intravenosa, que en este primero representa el 50% de la duración inicial del comple-
tipo de bloqueo mejora la conducción AV y acelera la fre- jo debe interrumpirse su administración.
cuencia cardíaca. Si el bloqueo persiste o, lo que es poco fre- Tiene un efecto vagolítico e inotrópico negativo importan-
cuente en los bloqueos de esta localización, aparecen crisis te. Por vía oral se absorbe rápida y completamente (biodis-

523
CARDIOLOGÍA

TABLA 3.36. Acciones farmacológicas de los fármacos antiarrítmicos


Acción Duración Vía
Fármaco PR QT Contractilidad
principal del QRS anómala
Quinidina ↓ Velocidad ascenso PAT ↑ ↑ ↑ ↓ ↓*
Procainamida ↓ Velocidad ascenso PAT ↑ ↑ ↑ ↓ ↓*
Disopiramida ↓ Velocidad ascenso PAT =↑ ↑ ↑ ↓ ↓
Lidocaína ↓ Velocidad ascenso = = = =↓ =
y acorta PAT
Mexiletina ↓ Velocidad ascenso = =↑ =↑ =↓ =
y acorta PAT
Propafenona, flecainida ↓ Velocidad ascenso PAT ↑ ↑ ↑ ↓ ↓*
Bloqueadores beta Bloqueo adrenérgico ↑ = = =↓ ↓
Amiodarona Prolonga PAT =↑ = ↑ ↓ ↓*
Verapamilo Bloqueo del canal del Ca++ ↑ = = = ↓**
PAT: potencial de acción transmembrana; ↑ alarga; ↓ disminuye o acorta; = no modifica.
* Sobre todo por vía intravenosa.
** Sobre todo en combinación con bloqueadores beta o en el infarto agudo de miocardio.

TABLA 3.37. Dosis, metabolismo y efectos colaterales de los fármacos antiarrítmicos


Vida Efectos
Fármaco Metabolismo Dosis
media colaterales
Quinidina 7-9 h Hepático 1,2-2 g/día p.o. (en 2-3 tomas) Gastrointestinales
Renal (10-50%) Cinconismo
Arritmias*

Procainamida 3,5 h Hepático 25 mg/min i.v. hasta un máximo de Fiebre


Renal 1 g; luego como mantenimiento, AAN positivos
2-4 mg/min; p.o.: 250-500 mg/4 h Leucopenia
Arritmias

Lidocaína 2 h** Hepático 1 mg/kg i.v. y repetir en 5 min; luego, Obnubilación


mantenimiento, 2-4 mg/min Convulsiones
Paro respiratorio

Mexiletina 10 h Hepático 200-300 mg 8 h/p.o. Temblor


Renal (< 10%) Nistagmos
Trastornos gastrointestinales

Propafenona 4h Hepático 150-300 mg 8 h/p.o. –


1-2 mg/kg i.v. seguido por perfusión
2 mg/min
Propranolol 4-6 h Hepático 0,1-0,2 mg/kg i.v.; 80-480 mg/día p.o. Broncospasmo
Bradicardia
Hipotensión

Flecainida 20 h Hepático 100-200 mg/12 h p.o. Insuficiencia cardíaca

Amiodarona 15-105 días Hepático 200-600 mg/día p.o. Neumonitis


Bradicardia
Pigmentación
Disfunción tiroidea

Verapamilo 3-8 h Hepático 5-10 mg i.v. en 1 min, mantenimiento, Hipotensión


0,005 mg/kg/min Bradicardia
80-120 mg/8 h p.o. Estreñimiento
AAN: anticuerpos antinucleares.
* Gran parte de los antiarrítmicos son arritmogénicos cuando se administran a dosis altas.
** Una vez alcanzado el estado estable.

ponibilidad del 80%), alcanza su concentración máxima en produce un cuadro denominado cinconismo. El alargamien-
1,5 h y la vida media de eliminación es de 7-9 h. to del QT por encima de 0,6 seg y el ensanchamiento del
No debe administrarse en el flúter ni en la fibrilación au- QRS más del 50% de su valor inicial son signos para interrum-
riculares, a menos que el paciente haya recibido previamen- pir la medicación.
te dosis adecuadas de digital, ya que por su efecto vagolítico
puede incrementar la conducción AV y acelerar la frecuen-
cia ventricular. No obstante, debe tenerse en cuenta que la Procainamida
administración de quinidina eleva los niveles plasmáticos de Los efectos de la procainamida sobre las fibras cardíacas,
digital y favorece la intoxicación por ésta. su acción vagolítica y los cambios que provoca en el ECG
Sus efectos colaterales son frecuentes y, algunos de ellos, son similares a los de la quinidina. Su efecto depresor de la
graves. A menudo provoca náuseas y diarrea que obligan a contractilidad es menor y por ello se utiliza por vía intraveno-
interrumpir el tratamiento; la idiosincrasia a la quinidina pue- sa cuando la lidocaína es ineficaz. Se absorbe casi por com-
de provocar síncope y muerte súbita por torsade de pointes pleto por vía oral y su concentración máxima se alcanza a
en el 0,5% de los pacientes que la reciben; a dosis elevadas los 60 min; se metaboliza en el hígado y tiene una vida me-

524
ARRITMIAS CARDÍACAS

dia relativamente corta (3,5 h), lo que limita su uso en el tra- menta la mortalidad postinfarto de miocardio. Alarga el PR y
tamiento crónico. el QRS; además, puede provocar vértigo y temblor. En el 12-
Se utiliza por vía intravenosa en el control y la profilaxis 15% de los casos puede agravar la arritmia.
de las taquicardias ventriculares repetitivas cuando la lido-
caína se muestra ineficaz. No obstante, debido a su efecto hi- Aprindina
potensor debe administrarse bajo monitorización continua Sus efectos electrofisiológicos son similares a los de otros
del ECG y de la presión arterial. fármacos de la clase I, ya que reduce la velocidad de ascen-
Los efectos colaterales son también numerosos; son fre- so del potencial de acción y el automatismo. Se ha ensayado
cuentes las molestias gastrointestinales, y el tratamiento cró- con éxito en arritmias tanto supraventriculares como ventri-
nico puede complicarse con un síndrome similar al lupus eri- culares. Tiene una biodisponibilidad elevada y una vida me-
tematoso con anticuerpos antinucleares y células LE. Las dia larga de más de 30 h; requiere varios días para alcanzar
arritmias ventriculares y las torsades de pointes son menos su máximo efecto antiarrítmico. Puede administrarse por vía
frecuentes que con la quinidina; no obstante, el alargamien- intravenosa para el control de las arritmias ventriculares po-
to del PR y el QT o el ensanchamiento del complejo QRS tie- tencialmente letales que no responden a la lidocaína o a la
nen el mismo significado que con aquélla. procainamida; en estos casos debe administrarse bajo moni-
torización del ECG y de la presión arterial, ya que puede pro-
Lidocaína ducir hipotensión, en especial en pacientes con infarto agu-
Es el más eficaz de los antiarrítmicos para el tratamiento do de miocardio. Su margen terapéutico es estrecho, por lo
de las arritmias ventriculares graves, especialmente en el in- que a las dosis habituales por vía oral son frecuentes los efec-
farto agudo de miocardio y durante la anestesia. Comparte tos colaterales, como temblor, ataxia y alucinaciones. Se han
con la quinidina la reducción de la velocidad de ascenso del descrito asimismo molestias gastrointestinales, ictericia y
potencial de acción y del automatismo espontáneo; sin em- puede producir agranulocitosis; por todo ello, su uso ha dis-
bargo, y a diferencia de aquélla, acorta la duración del po- minuido en forma considerable.
tencial de acción y no produce depresión apreciable de la
contractilidad. A menos que exista una alteración previa de Sotalol
la conducción AV, no alarga el PR ni ensancha el QRS; no Se trata de un fármaco todavía no comercializado pero
modifica la duración del intervalo QT. No se absorbe por vía que se ha mostrado muy eficaz en el tratamiento de las arrit-
oral; se metaboliza en el hígado y su dosis debe reducirse en mias ventriculares malignas. Prolonga la duración del poten-
presencia de insuficiencia hepática o disminución del flujo cial de acción y del período refractario (clase III) y a la vez
hepático. Con un solo bolo el efecto antiarrítmico dura 10- tiene efecto bloqueador beta (clase II). Se absorbe bien por
20 min, pero tras su administración continua, la vida media vía oral y la vida media es de 11 h. Aventaja a los antiarrítmi-
de eliminación es de 1,5-2 h. cos del grupo I en su capacidad para reducir el número de
Su utilización se halla limitada por la ausencia de absor- extrasístoles ventriculares y las crisis de taquicardia ventricu-
ción oral; así, se reserva para el tratamiento de las extrasísto- lar. Tiene un efecto inotrópico negativo y puede causar fatiga
les ventriculares peligrosas y la taquicardia ventricular o en e hipotensión, así como agravar los trastornos de conduc-
la profilaxis de la fibrilación ventricular en pacientes que ción preexistentes. En el 2% de los casos aparecen torsades
han padecido un episodio previo, en particular en la fase de pointes. Por vía intravenosa la dosis es de 0,6-1,2 mg/kg de
aguda del infarto de miocardio. Asimismo, es el fármaco de peso, y por vía oral, de 80-160 mg 2 veces al día.
elección en las arritmias ventriculares durante la anestesia y
la cirugía cardíaca. Amiodarona
Los efectos colaterales de la lidocaína son inicialmente Es un potente antiarrítmico, cuya principal acción electro-
neurológicos y sólo a dosis más elevadas provoca alteracio- fisiológica consiste en prolongar la duración del potencial de
nes cardíacas y respiratorias. La intoxicación leve se mani- acción en los diferentes tejidos cardíacos: aurículas, nódulo
fiesta por obnubilación, temblor y disartria; a dosis más ele- AV, haz de His, Purkinje, ventrículos e incluso haces anóma-
vadas aparecen convulsiones y, por último, hipotensión y los del síndrome de WPW. Prácticamente carece de efecto
paro respiratorio. inotrópico negativo, tiene un efecto antisimpático no compe-
titivo y es vasodilatador. Cuando se administra por vía intra-
Mexiletina venosa sus efectos cardíacos son diferentes, observándose
Es un antiarrítmico de la clase I con propiedades similares un retraso en la conducción AV sin alargamiento del QT.
a la lidocaína y que está indicado en la prevención de las ta- Su farmacocinética es en gran parte desconocida; se ab-
quicardias ventriculares repetitivas. Se absorbe bien por vía sorbe por vía oral con una biodisponibilidad del 35% y una
oral (biodisponibilidad del 90%) y alcanza su concentración vida media de eliminación muy larga de hasta 100 días. El
máxima en 2-4 h, con una vida media de 10 h. Su uso está máximo efecto terapéutico no se consigue hasta pasadas va-
muy limitado por la frecuencia de sus efectos colaterales, rias semanas de su administración continua. La amiodarona
que obligan a interrumpir el tratamiento o reducir la dosis en interfiere en el metabolismo periférico de las hormonas tiroi-
casi el 40% de los pacientes; además, el margen terapéutico deas, al inhibir la conversión de T3 en T4.
es muy estrecho. Los efectos adversos más frecuentes son Está indicada en el tratamiento de las arritmias ventricula-
temblor, disartria, nistagmo, náuseas y vómitos. res graves: extrasístoles y taquicardias ventriculares repetiti-
vas en pacientes con historia de infarto de miocardio o recu-
Propafenona perados de una fibrilación ventricular. Puede ser útil para
Es un fármaco perteneciente al grupo Ic, con un espectro mantener en ritmo sinusal a los pacientes con fibrilación au-
de indicaciones similar a los anteriores. Se absorbe bien por ricular una vez realizada la cardioversión eléctrica. A pesar
vía oral y se ha ensayado igualmente por vía intravenosa con de sus extraordinarios efectos antiarrítmicos, su uso está limi-
éxito. Los efectos colaterales más frecuentes son gastrointes- tado por sus frecuentes efectos colaterales, algunos de los
tinales, elevación de la ASAT y rara vez desorientación. Pue- cuales revisten gravedad.
de prolongar el PR y el QRS. Una gran proporción de pacientes bajo tratamiento con
amiodarona presentan microdepósitos corneales y fotosensi-
Flecainida bilidad cutánea, que a veces produce un tinte azulado; am-
Es también un fármaco del grupo Ic, indicado en el trata- bas complicaciones son benignas y ceden al interrumpir el
miento de las extrasístoles ventriculares y en la prevención tratamiento. Son frecuentes las alteraciones en las determina-
de la fibrilación auricular. Está contraindicado si la función ciones hormonales tiroideas, aunque sólo en ocasiones se
ventricular es anormal. Aunque es muy eficaz en las arritmias traducen en manifestaciones clínicas. Se han descrito pares-
ventriculares, su uso se ha limitado tras demostrar que au- tesias, temblor y ataxia; al igual que otros antiarrítmicos, pue-

525
CARDIOLOGÍA

de provocar arritmias ventriculares del tipo torsades de poin- Ablación (véase Cateterismo terapéutico)
tes. Una de las complicaciones más graves y potencialmente
letal es la neumonitis intersticial, descrita en el 7% de los pa- Se trata de una técnica cuyo uso se ha extendido rápida-
cientes tratados con amiodarona; requiere la interrupción mente para el tratamiento de las taquicardias supraventricu-
del tratamiento y, en algunos casos, la administración de glu- lares por reentrada en el nódulo AV o en pacientes con el
cocorticoides. síndrome de WPW, así como en casos de fibrilación auricu-
lar en los que no puede controlarse la frecuencia ventricular.
Bloqueadores betadrenérgicos Consiste en la destrucción de una zona del miocardio me-
Como antiarrítmicos tienen indicaciones muy limitadas, diante una descarga eléctrica a través de un catéter o, lo que
que prácticamente se circunscriben a los pocos casos de ta- es preferible, mediante el calor producido por radiofrecuen-
quicardia sinusal que requieren tratamiento, al síndrome de cia. La tasa de éxitos en la ablación por radiofrecuencia de
QT largo congénito y a las arritmias del prolapso de la válvu- las taquicardias supraventriculares por reentrada se sitúa al-
la mitral. Sin embargo, son fármacos de reconocida eficacia rededor del 90%, siendo las complicaciones infrecuentes, so-
para prevenir la muerte súbita. Ciertos bloqueadores beta bre todo taponamiento cardíaco y bloqueo AV. Cuando se
comparten algunas de las acciones de los antiarrítmicos de realiza ablación del nódulo para control de la fibrilación au-
clase I (propiedad anestésica local), pero su eficacia parece ricular, el procedimiento se completa con la implantación
basarse, sobre todo, en su capacidad para bloquear los re- de un marcapasos. La ablación de las taquicardias ventricu-
ceptores simpáticos. lares es menos eficaz.

Antagonistas del calcio Marcapasos artificiales


El verapamilo, el diltiazem y el bepridilo son antagonistas Un estímulo eléctrico aplicado al corazón provoca la des-
del calcio que tienen propiedades antiarrítmicas. Los dos pri- polarización de sus fibras y origina una contracción cardíaca;
meros cuentan ya con una amplia experiencia clínica y sus éste es el fundamento de los marcapasos artificiales, aparatos
indicaciones son, fundamentalmente, el tratamiento de las capaces de generar impulsos eléctricos de forma rítmica y a
taquicardias paroxísticas supraventriculares y la reducción una frecuencia suficiente para mantener un gasto cardíaco
de la frecuencia cardíaca en la fibrilación auricular que no adecuado. En esencia constan de un generador de impulsos,
responde a la digital. En la fibrilación auricular del síndrome una fuente de energía (batería) y electrodos que transmiten
de WPW pueden acelerar la respuesta ventricular, efecto si- el impulso eléctrico desde el generador hasta el corazón.
milar al de la digital, por lo que su uso se ha desaconsejado La colocación de un marcapasos puede ser temporal o de-
en estos pacientes. Del mismo modo, no deben utilizarse por finitiva, según se prevea que el trastorno del ritmo que acon-
vía intravenosa en pacientes previamente tratados con blo- sejó su colocación será reversible o definitivo. En el primer
queadores betadrenérgicos, en particular en los que presen- caso, el electrocatéter se introduce por una vena periférica
tan depresión de la función ventricular. (basílica, femoral, yugular o subclavia), se avanza hasta el
ventrículo derecho y se conecta a una batería o generador
Digital externo. Los marcapasos definitivos se implantan bajo la
La digital tiene propiedades electrofisiológicas que la con- piel, y el electrodo se coloca por una vena torácica; con me-
vierten en el fármaco de elección para el tratamiento de la fi- nor frecuencia se suturan directamente al epicardio ventricu-
brilación y el flúter auriculares, cuando se trata de reducir la lar mediante una toracotomía.
frecuencia ventricular. Puede ser útil en el tratamiento de las Los primeros marcapasos se denominaban “fijos o asincró-
taquicardias paroxísticas supraventriculares. En el capítulo nicos” porque emitían impulsos de forma rítmica y continua
correspondiente a Insuficiencia cardíaca se estudia con más a una frecuencia preestablecida; si la frecuencia espontánea
detalle. del paciente aumentaba, el marcapasos entraba en compe-
tencia y podían producirse arritmias, incluida la fibrilación
ventricular. Actualmente se prefiere implantar marcapasos “a
Adenosina demanda o sincrónicos”. En este tipo, el generador puede
Es un nucleósido endógeno que se utiliza actualmente en captar el ritmo espontáneo del paciente e inhibirse; sólo emi-
el tratamiento de las taquicardias supraventriculares paroxís- te impulsos si se producen pausas de una duración predeter-
ticas. Cuando se administra por vía intravenosa produce en- minada. Si no se recupera el ritmo del paciente, actúa de for-
lentecimiento de la frecuencia cardíaca y prolonga el tiempo ma continua como un marcapasos fijo. En los últimos años
de conducción AV, pudiendo provocar bloqueo. Su vida me- se han desarrollado múltiples variedades de marcapasos que
dia es muy corta, de 1-6 seg, por lo que los efectos colatera- permiten adaptarse a las necesidades hemodinámicas del
les son escasos y fugaces. Se administra en bolo, a dosis cre- paciente; de esta forma, es posible estimular en primer lugar
cientes de 5-30 mg, con intervalos de 1 min y de acuerdo con la aurícula y, tras unos milisegundos, el ventrículo (marcapa-
la respuesta de la arritmia. Tras cada bolo los pacientes pue- sos secuenciales), con lo que no se pierde la contribución
den notar sensación de calor y dolor torácico; el ECG puede de la sístole auricular, esencial en pacientes con miocardio-
mostrar bradicardia o bloqueo y, de forma excepcional, fibri- patías o hipertrofia grave. Con el fin de facilitar la adaptación
lación auricular. Todos estos efectos desaparecen rápida- al ejercicio se han introducido marcapasos capaces de de-
mente y no requieren tratamiento. tectar el aumento de la actividad física a partir de los cam-
bios en la frecuencia respiratoria o de la actividad muscular;
Atropina de esta forma elevan la frecuencia de descarga durante el
Es un bloqueador colinérgico y, por lo tanto, aumenta el ejercicio. Actualmente se están introduciendo marcapasos
automatismo de los nódulos sinusal y AV, y acelera la con- programables capaces de reconocer una taquiarritmia e ini-
ducción a través de éste. ciar la estimulación rápida (sobreestimulación), lo que per-
Sus indicaciones son la bradicardia sinusal y los bloqueos mite, en muchas ocasiones, revertir la arritmia.
AV suprahisianos que cursan con síntomas de bajo gasto car- Como resultado de todos estos avances técnicos, las indi-
díaco. En estos casos se utiliza por vía intravenosa a dosis de caciones para la implantación definitiva de los marcapasos
0,5-2 mg, que pueden repetirse al cabo de 3-4 h. Los efectos artificiales se están ampliando continuamente. Las principa-
colaterales más frecuentes son retención urinaria, aumento les son las siguientes: bloqueo crónico AV de tercer grado in-
de la presión intraocular, psicosis y trastornos visuales. En los cluidos los asintomáticos; bloqueos bifasciculares con PR lar-
pacientes con enfermedad coronaria, la taquicardia produci- go, historia de síncopes o episodios de bloqueo de grado
da por una dosis excesiva de atropina puede provocar angi- más avanzado; síndrome del nódulo sinusal enfermo y en ge-
na y agravar la isquemia miocárdica. neral bradiarritmias crónicas sintomáticas, y, por último, ta-

526
ARRITMIAS CARDÍACAS

Fig. 3.123. Ritmo de marcapasos. Se observan complejos QRS anchos precedidos de una espícula producida por el estímulo artificial del marca-
pasos (flecha).

quiarritmias graves que no responden al tratamiento farma- anestesia con pentotal o diazepam. La dosis de corriente
cológico. En el ECG el ritmo de marcapasos se reconoce por eléctrica varía según el tipo de arritmia a tratar; así, la fibrila-
la aparición de una espícula o deflexión lineal rápida que ción auricular suele ser la más resistente y requiere descar-
precede al QRS; éste es, a su vez, ancho y aberrante, como gas de 100-200 J e incluso más, mientras que el flúter auricu-
corresponde a una activación ventricular anormal (fig. lar o la taquicardia paroxística de la unión AV suelen ceder
3.123). Las alteraciones en el funcionamiento de los marca- con 50 J. En la desfibrilación se utilizan siempre 300-400 J.
pasos no son infrecuentes y constituyen una fuente de arrit- Como la fibrilación auricular tiende a ser un ritmo crónico
mias complejas; las causas más habituales son el agotamien- y recidivante, la cardioversión sólo debe utilizarse cuando se
to de la batería, los defectos en el sistema de inhibición, y prevé que existen posibilidades de éxito y que el ritmo sinu-
por lo tanto la competencia con el ritmo del paciente, y la ro- sal permanecerá estable durante algún tiempo. Por ello se re-
tura o el desplazamiento del electrocatéter. serva para los enfermos con fibrilación reciente (menos de
un año) y sin dilatación grave de la aurícula izquierda. Algu-
nos autores recomiendan que todos los enfermos reciban an-
Cardioversión eléctrica. Desfibrilación ticoagulantes durante las 2 semanas previas a la cardiover-
Se denomina cardioversión al tratamiento de las arritmias sión electiva. También suele administrarse quinidina durante
mediante un choque eléctrico sincronizado; el término desfi- las horas previas para evitar recidivas. Por último, hay que se-
brilación se reserva para la conversión de la fibrilación ven- ñalar que los pacientes bajo tratamiento digitálico pueden
tricular con una descarga eléctrica, no sincronizada. Un es- presentar arritmias graves tras la cardioversión, por lo que se
tímulo eléctrico breve pero de alta energía, aplicado sobre el debe interrumpir este tratamiento al menos 48 h antes. Si
corazón, despolariza las fibras miocárdicas e interrumpe mo- existe intoxicación digitálica, las arritmias pueden ser letales.
mentáneamente su actividad eléctrica, permitiendo con fre-
cuencia que el nódulo sinusal reemprenda su función de
marcapasos fisiológico. La descarga eléctrica puede aplicar-
Desfibrilador implantable
se directamente sobre el corazón durante la cirugía cardíaca Se han desarrollado desfibriladores de pequeño tamaño
o bien sobre la superficie de la pared torácica. Un desfibrila- que permiten su implantación crónica; constan de una bate-
dor consta, en esencia, de una capacitancia que acumula ría que, una vez detectada la arritmia, descarga una corriente
energía eléctrica (hasta 300-400 J) y la libera en forma de un eléctrica de 25-30 J a través de los electrodos, implantados en
pulso único de corriente continua a través de unos electro- la superficie del corazón o a través de una vena en el endo-
dos en forma de palas. Los desfibriladores incorporan, ade- cardio. La implantación de desfibriladores requiere un estu-
más, un sistema de sincronización que permite descargar la dio electrofisiológico previo para la selección adecuada de
corriente en una fase preseleccionada del ciclo cardíaco, los pacientes y está indicada, en general, en pacientes con
evitando el denominado período vulnerable y, por tanto, la taquicardias ventriculares malignas o sincopales en los que
posibilidad de una fibrilación ventricular. Uno de los electro- han fallado otras terapéuticas, especialmente si la fracción
dos se sitúa sobre el segundo espacio intercostal derecho, y de eyección del paciente es inferior al 30%.
el otro en el ápex del corazón; para evitar quemaduras de la
piel, la superficie de los electrodos se cubre con pasta con-
ductora. Bibliografía especial
La cardioversión eléctrica de urgencia está indicada en el BRUGADA P, GURSOY S, BRUGADA J, ANDRIES E. Investigation of palpita-
tratamiento de las taquiarritmias que provocan un trastorno tions. Lancet 1993; 341: 1.254-1.258.
hemodinámico grave y constituyen un peligro para el pa- CHUNG EK. Principles of cardiac arrhythmias. Baltimore, Williams and
ciente. Se emplea de forma electiva en la conversión a ritmo Wilkins, 1971.
sinusal de la fibrilación y el flúter auriculares. Por su parte, la PANEL DE EXPERTOS. Informe sobre el desfibrilador automático implan-
table. Rev Esp Cardiol 1993; 46: 329-334.
desfibrilación es, en la práctica, el único método para rever- ROZMAN C. Semiología y métodos de exploración en medicina. Barce-
tir la fibrilación ventricular. Con excepción de este último lona, Salvat, 1986.
caso, en el que el paciente se encuentra inconsciente, el uso ZIPES D, JALIFE J. Cardiac electrophysiology. Filadelfia, WB Saunders,
del choque eléctrico precordial requiere un grado leve de 1990.

527
Síncope cardiovascular
V. López Merino y R. García Civera

Definición. El síncope se define como una pérdida de con- TABLA 3.38. Causas de síncope
ciencia y tono postural de aparición brusca y corta duración Síncope de origen cardíaco
que se resuelve espontáneamente sin secuelas neurológicas. Obstructivo
El término presíncope se utiliza par describir episodios brus- Estenosis aórtica
cos de enturbiamiento de conciencia e inestabilidad, de los Miocardiopatía hipertrófica
que el paciente se recupera rápidamente sin llegar a la pérdi- Estenosis pulmonar
da completa de conciencia. El presíncope se considera una Mixomas, trombos
forma frustrada del síncope. Arrítmico
Bradicardias (enfermedad del seno, bloqueo AV)
El síncope es un cuadro clínico común. Alrededor del 20% Taquicardias (supraventriculares, ventriculares)
de la población adulta ha sufrido, en algún momento de su Disfunción de marcapasos
vida, un cuadro sincopal. Por otra parte, el síncope constitu- Disfunción aguda
ye entre el 1 y el 2% de todas las urgencias de un hospital ge- Taponamiento cardíaco
neral. Disección aórtica
Embolia pulmonar
Fisiopatología. El síncope se debe a una caída brusca del
flujo cerebral o a la alteración de los componentes sanguí- Síncope por fallo de la regulación tensional
Hipotensión ortostática
neos que produce un déficit transitorio del metabolismo Reflejos anormales
cerebral. Las necesidades energéticas del cerebro son muy Síncope vasovagal
importantes; así, en tanto que éste representa sólo el 10% del Hipersensibilidad del seno carotídeo
peso corporal, requiere el 20% del volumen minuto cardíaco Otros síncopes reflejos (deglutorio, defecatorio, miccional,
y del consumo de oxígeno. De la misma manera, sus reservas neuralgia del IX par)
de glucosa y glucógeno son muy limitadas, por lo que el me-
tabolismo cerebral depende, críticamente, del aporte circu- Síncope de causa neurológica
latorio. Vasculocerebral
Accidente isquémico transitorio vertebrobasilar
En el adulto sano, el flujo cerebral se cifra alrededor de 55 Migraña vertebrobasilar
mL/100 g de tejido y minuto. En un amplio rango de presio- Síndrome del robo de la subclavia
nes arteriales sistémicas, la constricción o la dilatación de los Lesiones ocupantes de espacio
vasos cerebrales constituye un fenómeno de autorregulación Tumores
que mantiene el flujo cerebral adecuado para sus necesida- Hematomas
des. Cuando se produce una caída tensional con cifras de
presión arterial media inferiores a 60 mmHg, la autorregula- Síncope metabólico
ción cerebral es incapaz de mantener el flujo, y un descenso Hipoxia
Hipoglucemia
crítico de éste, por debajo de 25 mL/100 g/min, determina la
aparición de disfunción cerebral. Síncope de causa mixta
En estudios experimentales, la interrupción del flujo cere- Tusígeno, hiperventilación
bral ocasiona, tras unos segundos de latencia (12-14 seg), la
aparición en el EEG de ondas lentas (1-3 ciclos/seg) que se Pérdidas de conciencia de causa psiquiátrica
acompañan de pérdida de conciencia. Si la interrupción del
flujo se mantiene, se pasa a una fase de silencio eléctrico
(EEG plano). Si la ausencia de flujo se prolonga más de 3-5 frahisiano debido a la asistolia que se produce hasta que se
min, las lesiones neurológicas son irreversibles. ponen en marcha los marcapasos subsidiarios. Más raras
veces, el síncope es consecuencia de un bloqueo completo
Etiología. Como se muestra en la tabla 3.38, las causas del hemodinámicamente estable por depresión de los automatis-
síncope son múltiples, e incluyen desde procesos triviales mos subsidiarios o por aparición de taquicardias ventricula-
hasta otros muy graves capaces de poner en peligro la vida res del tipo torsade de pointes debida a la inestabilidad eléc-
del paciente. Los síncopes de origen cardiovascular agrupan trica asociada a la bradicardia. El bloqueo AV sincopal
aquéllos de causa puramente cardíaca y a los que se basan puede tener un carácter paroxístico, de forma que, al exami-
en fallos de la regulación tensional. Este grupo de síncopes nar al paciente, éste ha recuperado la conducción AV. En es-
representan las formas etiológicas más frecuentes, constitu- tos casos suelen existir trastornos de conducción intraventri-
yendo más del 80% de todos los casos. cular que sugieren la afectación bifascicular o trifascicular
Síncope cardíaco. El descenso brusco del volumen minuto del sistema de conducción intraventricular. El síncope es
o gasto cardíaco, o la incapacidad de incrementarlo durante el síntoma clínico dominante hasta en el 70% de los casos
el ejercicio, debido a la presencia de una alteración cardía- diagnosticados de síndrome del nódulo sinusal enfermo.
ca, constituye la base fisiopatológica del síncope cardíaco. Este síndrome se caracteriza por anomalías en la formación
La alteración básica puede ser una arritmia, un proceso obs- o la conducción del impulso sinusal. Sus manifestaciones
tructivo, o la aparición de una disfunción mecánica aguda. electrocardiográficas fundamentales son bradicardia sinusal
El síncope arrítmico es el más frecuente. Tanto las bradia- intensa, paros sinusales o la asociación de taquiarritmias au-
rritmias como las taquiarritmias pueden provocar síncope, riculares (sobre todo fibrilación y flúter auriculares) con bra-
siendo, en orden decreciente de frecuencia, el bloqueo auri- dicardia o paros sinusales (síndrome taquicardia-bradicar-
culoventricular (AV), las taquicardias ventriculares, la disfun- dia). En este contexto, el síncope es más frecuente con la
ción sinusal y las taquicardias supraventriculares, las arrit- aparición de pausas sinusales prolongadas espontáneas tras
mias sincopales más comunes. el cese de un episodio taquiarrítmico.
El síncope del bloqueo AV constituye el denominado sín- La aparición de síncope en el curso de taquiarritmias de-
drome de Stokes-Adams. Generalmente, el síncope ocurre en pende del desarrollo de una hipotensión acusada y durade-
el momento de aparición de un bloqueo AV completo in- ra. La producción de esta hipotensión depende de múltiples

528
SÍNCOPE CARDIOVASCULAR

factores, entre los que cabe destacar la frecuencia de la ta- hecho es bastante común en pacientes de edad avanzada,
quicardia, la relación AV durante ésta, la función ventricular por lo que el diagnóstico de síncope por hipotensión ortostá-
previa, la postura del paciente al inicio del episodio y la ca- tica requiere: a) una anamnesis compatible (síncope o pre-
pacidad de regulación tensional dependiente del sistema ve- síncope al incorporarse), y b) pruebas tensionales positivas,
getativo. Las taquicardias ventriculares que aparecen en el sobre todo si se reproducen total o parcialmente los sínto-
curso de cardiopatías crónicas (infarto crónico, miocardio- mas.
patía, etc.) son las taquiarritmias que con mayor frecuencia Las causas de hipotensión ortostática son múltiples y abar-
se asocian al síncope, pero éste puede ocurrir también en can desde alteraciones funcionales hasta procesos neurológi-
otros tipos de taquiarritmia ventricular o supraventricular. cos graves que afectan el arco reflejo barorreceptor. En la
El síncope obstructivo se presenta típicamente como un práctica diaria, la causa más común de hipotensión ortostáti-
síncope de esfuerzo, en cardiopatías con obstrucción grave ca es la reducción del volumen intravascular (hemorragia,
que afectan tanto el lado izquierdo como el derecho del co- deshidratación, etc.) y los efectos adversos de numerosos fár-
razón. En estos casos, la vasodilatación periférica que se pro- macos (hipotensores, diuréticos, bloqueadores beta, vasodi-
duce durante el ejercicio no se acompaña del incremento latadores, fenotiazinas, derivados tricíclicos, etc.). Los ancia-
apropiado del gasto cardíaco (limitado por la obstrucción). nos son particularmente vulnerables debido a la menor
En consecuencia, la presión arterial cae y se produce el sín- sensibilidad barorreceptora, la fisiosclerosis arterial y la exis-
cope. Por otra parte, en pacientes con estenosis aórtica con tencia de un flujo cerebral disminuido. La hipotensión ortos-
hipertrofia y presiones ventriculares elevadas, el aumento de tática es una manifestación importante de disfunción autó-
contractilidad derivado de la estimulación simpática durante noma que puede ser secundaria a numerosas enfermedades
el ejercicio puede activar los mecanorreceptores cardíacos (diabetes mellitus, neuropatía alcohólica, síndrome de Gui-
dando lugar a una mayor vasodilatación a través del reflejo llain-Barré, etc.) o una alteración idiopática en los síndromes
de Bezold-Jarisch (véase más adelante). El síncope de esfuer- de Bradbury-Eggleston (fallo autónomo puro) o de Shy-Dra-
zo puede aparecer en el 40% de los pacientes con estenosis ger (fallo autónomo con atrofia multisistémica).
aórtica grave y, en ausencia de cirugía valvular, es un marca- Síncope vasovagal. El término vasovagal fue introducido
dor de mal pronóstico. En pacientes con miocardiopatía hi- en 1932 por Sir Thomas Lewis para describir un síncope refle-
pertrófica obstructiva, la obstrucción al flujo puede ser la jo caracterizado fisiopatológicamente por la asociación, en
causa de un síncope de esfuerzo; sin embargo, en estos pa- mayor o menor grado, de estimulación vagal e inhibición
cientes, el síncope puede también ser provocado por arrit- simpática, que daba como resultado bradicardia e hipoten-
mias ventriculares. En individuos jóvenes con miocardiopa- sión.
tía obstructiva, la aparición de síncope se asocia a un A lo largo del tiempo, síncopes fisiopatológicamente seme-
incremento del riesgo de muerte súbita sugiriendo el origen jantes al descrito por Lewis han recibido numerosas denomi-
arrítmico del síncope. La estenosis pulmonar, la hipertensión naciones, como: síncope vasodepresor, síncope emocional,
pulmonar y ciertas cardiopatías congénitas (tetralogía de Fa- lipotimia común, síncope mediado neurológicamente o sín-
llot, comunicaciones interauriculares e interventriculares, cope neurocardíaco.
etc.) pueden causar también síncopes de esfuerzo. El síncope vasovagal es el más frecuente en la población
Ciertos procesos que provocan una disfunción cardíaca general. En su forma típica es desencadenado por emocio-
aguda pueden llegar a producir un cuadro sincopal. Así pue- nes, dolor, calor, aglomeraciones, vista de sangre o diversos
de ocurrir en el taponamiento cardíaco, la disección aórtica procedimientos médicos. La pérdida de conciencia puede ir
(generalmente con rotura al espacio pericárdico y tapona- precedida de una breve fase de malestar general, con pali-
miento) y la embolia pulmonar. En pacientes con infarto dez, sudación, sensación nauseosa, entre otros.
agudo de miocardio, el síncope puede ser uno de los sínto- Recientemente, se ha descrito la existencia de síncopes re-
mas iniciales en un pequeño porcentaje de casos. El meca- currentes con características fisiopatológicas semejantes al
nismo del síncope en tales casos puede ser diverso, incluyen- síncope vasovagal, que se producen en ausencia de desenca-
do: a) insuficiencia ventricular aguda con hipotensión denantes típicos mientras el paciente está en posición erecta.
intensa debida a la isquemia; b) taquiarritmias ventriculares, Por la brusquedad de su aparición y la aparente ausencia de
y c) bradiarritmias, especialmente el denominado síndrome desencadenantes, se los ha denominado síncopes vasovaga-
bradicardia-hipotensión que ocurre en el infarto inferior, les malignos. Los pacientes que sufren estos síncopes pue-
como consecuencia de reflejos iniciados en la pared poste- den ser identificados por la prueba de la tabla basculante
rior del ventrículo izquierdo. Los cuadros sincopales que (véase más adelante).
aparecen clínicamente asociados a episodios de angina, El mecanismo fisiopatológico del síncope vasovagal no
pueden responder a mecanismos similares. está totalmente aclarado. Clásicamente, se han distinguido
Síncope por hipotensión ortostática. Con el paso del decú- dos fases en el síncope vasovagal. En la primera, parece exis-
bito a la bipedestación se produce un desplazamiento del tir una estimulación simpática que origina taquicardia, au-
volumen circulante, de forma que 500-700 mL de sangre que- mento de la contractilidad cardíaca y favorece el vaciamien-
dan retenidos en las extremidades inferiores y los vasos del to ventricular. Esta fase va seguida de otra caracterizada por
área esplácnica, lo que determina una reducción del retorno inhibición simpática y estimulación vagal, con producción
venoso y del gasto cardíaco. En estas circunstancias, el man- brusca de hipotensión y bradicardia. La teoría más aceptada
tenimiento de la presión arterial se logra a partir de la estimu- en la actualidad es que la hipercontractilidad cardíaca en un
lación de los barorreceptores carotídeos y cardiopulmonares ventrículo con un volumen disminuido produce la estimula-
que, a través de un complejo arco reflejo, provocan la esti- ción de los mecanorreceptores ventriculares inervados por fi-
mulación simpática y la inhibición vagal, lo que resulta en bras vagales aferentes (fibras C). Estas fibras conectan en el
vasoconstricción periférica y aumento de la frecuencia car- bulbo con el núcleo del tracto solitario, produciendo una
díaca. Cuando el reflejo barorreceptor falla o es incapaz de fuerte estimulación del núcleo motor del vago y una inhibi-
mantener una presión arterial adecuada, se produce el cua- ción de los núcleos simpáticos situados en la médula ventro-
dro de hipotensión ortostática, que puede llegar a provocar lateral (fig. 3.124). El resultado de este reflejo, denominado
un síncope cuando el paciente se incorpora. reflejo de Bezold-Jarisch, es la aparición brusca de bradicar-
Para investigar la presencia de hipotensión ortostática se dia e hipotensión.
determina la presión arterial en decúbito y se repite la deter- Otros síncopes reflejos. En ciertas circunstancias, reflejos fi-
minación inmediatamente y tras 2 min de adoptar la bipe- siológicos pueden desencadenar respuestas anormales y pro-
destación mientras el paciente permanece de pie. En gene- ducir síncope. En este grupo puede destacarse la hipersensi-
ral, se considera que existe hipotensión ortostática cuando bilidad del seno carotídeo y los denominados síncopes
se detecta una caída de 20 mmHg o más en la presión sistóli- situacionales desencadenados por la deglución, la micción,
ca o de 15 mmHg o más en la diastólica. No obstante, este la defecación o la neuralgia del glosofaríngeo.

529
CARDIOLOGÍA

POSIBLE MECANISMO FISIOPATOLÓGICO DEL SÍNCOPE VASOVAGAL

Xm
NTS
X

X
MVL Bradicardia
Desencadenantes Fibras
C Bulbo
Emoción
Dolor
Hemorragia
Hipovolemia
Ortostatismo
Esfuerzo
Fibras
simpáticas
Contracción en ventrículo
casi vacío Médula Hipotensión

FASE 1 FASE 2

Fig. 3.124. Representación esquemática del posible mecanismo fisiopatológico del síncope vasovagal. En la fase inicial, los distintos desencade-
nantes originan un aumento del tono simpático, con incremento de la contractilidad ventricular. Si ésta no se asocia a un retorno venoso adecua-
do, se producirá a la contracción ventricular enérgica en un ventrículo casi vacío, lo que provocará la estimulación de los mecanorreceptores ven-
triculares inervados por fibras vagales aferentes (fibras C). La descarga de estas fibras en el bulbo (núcleo del tracto solitario, NTS) causa una
fuerte estimulación de los núcleos motores del vago (Xm) y una inhibición de los núcleos simpáticos situados en la médula ventrolateral (MVL).
Como resultado se producen bradicardia e hipotensión.

Síncope de causa neurológica. Excluida la epilepsia, que, Cuadro clínico. La pérdida de conciencia característica del
aunque puede provocar pérdidas de conciencia, no es un síncope puede instaurarse bruscamente, sin ningún tipo de
verdadero síncope, los síncopes de causa puramente neuro- pródromos, o ir precedida de un breve período de malestar
lógica son relativamente escasos. La isquemia transitoria lo- general, con mareo, sensación nauseosa, sudación y pérdida
calizada en el tallo cerebral, asiento del sistema reticular as- progresiva de la visión. En algunas formas etiológicas pue-
cendente (sistema de vigilia), puede producir pérdida de den existir síntomas previos de dolor precordial (síncope
conciencia transitoria. Este hecho ocurre con frecuencia en provocado por un episodio cardíaco isquémico) o de otras
los accidentes isquémicos transitorios del sistema vertebro- localizaciones (aneurisma disecante de aorta, embolia pul-
basilar, la migraña vertebrobasilar y el síndrome de robo de monar, síncope vasovagal desencadenado por episodios do-
la subclavia. También se han observado cuadros sincopales lorosos), palpitaciones rápidas (síncope arrítmico, pero tam-
en algunos casos de lesiones ocupantes de espacio cerebral bién en algunos casos síncopes de otras etiologías), etc.
(tumores, hematomas). El mecanismo en estos casos no está La pérdida de conciencia se acompaña de pérdida del
aclarado y puede deberse a diversos motivos: hipertensión tono muscular y caída al suelo si el paciente se encuentra de
intracraneal con reducción del flujo cerebral, fallos de la au- pie. Es frecuente que el síncope provoque distintos tipos
torregulación, fenómenos irritativos, etc. de traumatismo, que en ocasiones pueden ser graves.
Síncope de causa metabólica. Las anomalías en la compo- La duración de la pérdida de conciencia es breve, en ge-
sición sanguínea (hipoxemia, hipoglucemia, anemia) pue- neral unos segundos o minutos. Pérdidas de conciencia más
den provocar alteraciones de la conciencia, aunque raras ve- prolongadas (superiores a 5 min) deben alertar sobre otros
ces originan cuadros sincopales recortados. Las crisis procesos. Durante la pérdida de conciencia el paciente per-
hipoxémicas transitorias son la causa de las crisis sincopales manece inmóvil, en general pálido, con respiración percepti-
observadas en cardiopatías congénitas con shunt derecha-iz- ble. Si la pérdida de conocimiento se prolonga puede apare-
quierda. En las crisis hipoglucémicas la alteración de la con- cer un espasmo o contracción tónica, en ocasiones seguida
ciencia suele ser progresiva y para su recuperación se requie- de una o dos contracciones clónicas generalizadas (algunos
re la administración de glucosa. autores han denominado a este cuadro síncope convulsivo).
Pérdidas de conciencia de causa psiquiátrica y tóxica. Los La exploración física en el momento del episodio sincopal
trastornos psiquiátricos pueden cursar con alteraciones y es variable y depende de la causa. El pulso puede ser rápido
pérdidas de conciencia. Éstas son más frecuentes en mujeres (taquicardias) o lento (bradicardias, bloqueos), mientras
jóvenes sin anomalías orgánicas detectables, pero pueden que en la mayoría de los casos la presión arterial está muy
afectar a ambos sexos y a cualquier grupo de edad siendo en disminuida.
ocasiones de difícil evaluación. La ansiedad produce hiper- En el síncope, la recuperación de la conciencia es com-
ventilación y reacciones vasodepresoras que dan origen a pleta y no existen secuelas neurológicas, aunque el paciente
pérdidas de conocimiento. Algunas formas de síncope en in- puede relatar un estado de debilidad tras el episodio. La per-
dividuos jóvenes, de presentación epidémica, pueden atri- sistencia de un estado confusional debe sugerir una crisis
buirse a crisis de ansiedad como respuesta a la tensión am- epiléptica, y la existencia de disartria, parestesias u otros sín-
biental. El síncope puede ser, también, una manifestación tomas focales, un accidente isquémico cerebral transitorio.
somática en las crisis de pánico; las relaciones del síncope
con los estados depresivos no están bien aclaradas. Diagnóstico. El síncope debe distinguirse de otros procesos
El alcoholismo puede acompañarse de cuadros convulsi- que pueden cursar con pérdida de la conciencia o del tono
vos y pérdidas de conciencia difícilmente distinguible del postural. Para ello, una anamnesis cuidadosa es fundamen-
síncope. tal. La pérdida de conciencia que acompaña a las crisis epi-

530
SÍNCOPE CARDIOVASCULAR

lépticas suele ser de mayor duración, puede ir precedida de 3. Desencadenar taquicardias supraventriculares o ventri-
aura, a menudo coexiste un cuadro convulsivo y su recupe- culares, mediante estimulación programada del corazón
ración es seguida de un estado confusional más o menos (fig. 3.125). Dado que la mayoría de las taquicardias recu-
prolongado. rrentes obedecen a mecanismos de reentrada, pueden ser
El vértigo es una alucinación de movimiento en la que el desencadenadas e interrumpidas por estimulación progra-
paciente siente que él o su entorno giran. La inestabilidad mada del corazón.
del vértigo no se acompaña de pérdida de conciencia. Como en todas las pruebas diagnósticas, el valor de los es-
Los dropp attacks consisten en pérdida del tono postural tudios electrofisiológicos en pacientes con síncope depende,
en los miembros inferiores sin alteración de la conciencia. fundamentalmente, de la prevalencia del síncope arrítmico
El diagnóstico diferencial de las causas etiológicas puede en el grupo sometido a estudio. Si los estudios electrofisioló-
ser muy difícil cuando, como ocurre en la mayoría de los ca- gicos se utilizan en series generales de síncope, su valor diag-
sos, el paciente es visto por el médico en las intercrisis. En es- nóstico será bajo. Si, en cambio, se efectúan en pacientes
tos casos, el diagnóstico se basa en la valoración minuciosa con alto grado de sospecha de síncope arrítmico, el valor
de la anamnesis y la exploración física, pruebas ortostáticas, diagnóstico será alto.
ECG, pruebas diagnósticas complementarias y, en pacientes Prueba de tabla basculante. En los últimos años, numero-
seleccionados, registros de Holter, estudios electrofisiológi- sos estudios han mostrado que en un alto porcentaje de pa-
cos o pruebas de tabla basculante. cientes con síncopes, cuya causa permanece desconocida a
Anamnesis, exploración y ECG. El primer escalón diagnós- pesar de una completa evaluación, el síncope puede ser des-
tico lo constituyen la anamnesis, la exploración física, la encadenado por la prueba de la tabla basculante, que es una
práctica de un ECG y, si no existen contraindicaciones, la re- prueba de provocación consistente en mantener al paciente
alización de masaje del seno carotídeo y pruebas tensionales en completa inmovilidad en una tabla basculante con una
ortostáticas. Este escalón es el más importante de toda la eva- pendiente entre 60 y 75°. La perfusión de aleudrina durante
luación. Con los datos obtenidos el médico debe ser capaz la prueba favorece la aparición del síncope, que cursa con
de: a) establecer si el paciente ha sufrido un verdadero sín- hipotensión acusada y, en general, bradicardia.
cope; b) diagnosticar los síncopes vasovagales típicos, la La prueba de la tabla basculante se utiliza para identificar
hipotensión ortostática, los síncopes reflejos asociados a pacientes con síncope vasodepresor sin desencadenantes tí-
distintas situaciones (deglutorio, defecatorio, etc.), algunos picos. El mecanismo desencadenante es la disminución del
síncopes arrítmicos evidentes en el ECG (bloqueo AV, bra- retorno venoso producida por el ortostatismo y la inmovili-
diarritmias, taquiarritmias, etc.) y la existencia de hipersensi- dad que llevaría a una contracción enérgica de un ventrículo
bilidad del seno carotídeo; c) diagnosticar o sospechar la con volumen disminuido. La perfusión de aleudrina favorece
existencia de cardiopatía o enfermedad neurológica y solici- el desencadenamiento al aumentar la frecuencia y la con-
tar las pruebas complementarias necesarias para confirmar tractilidad cardíacas.
el diagnóstico, y d) valorar el estado neuropsíquico del pa- Estratificación de las pruebas diagnósticas. Para conseguir
ciente y la posible contribución farmacológica o tóxica en el un mejor rendimiento de las distintas pruebas utilizadas en el
desencadenamiento del síncope. diagnóstico del síncope, éstas deben realizarse de forma es-
Registro de Holter. El resultado del registro de Holter tiene calonada, como se muestra en la tabla 3.39. Con las dos pri-
valor diagnóstico positivo o negativo cuando durante su meras fases del protocolo diagnóstico es posible diagnosticar
práctica se produce un cuadro sincopal o presincopal claro. hasta la tercera parte de los casos vistos en las consultas hos-
Si los síntomas coinciden con una arritmia significativa, el pitalarias. La mayoría de los casos restantes pertenecen a dos
diagnóstico de síncope arrítmico es evidente. Desgraciada- categorías: a) síncopes debidos a arritmias paroxísticas no
mente, esta circunstancia es poco frecuente (en general, en detectadas y b) síncopes debidos a reacciones vasovagales
menos del 10% de los casos). La situación inversa, es decir, en ausencia de desencadenantes específicos.
síncope o presíncope sin arritmias, es también poco frecuen- Si existen datos que sugieren un origen arrítmico del sín-
te pero permite excluir una causa arrítmica de síncope. cope (presencia de cardiopatía estructural, ECG anormal o
Cuando no existen síntomas durante el registro, se pueden registro de Holter sugestivo), la investigación debería conti-
dar dos situaciones: nuarse con la práctica de un estudio electrofisiológico. En
1. Existencia de arritmias significativas (bradicardia acusa- ausencia de estos datos, la realización de una prueba de ta-
da, pausas sinusales de más de 2 seg, taquiarritmias supra- bla basculante parece la mejor opción. En última instancia,
ventriculares rápidas o arritmias ventriculares complejas). el seguimiento a largo plazo y la reevaluación periódica pue-
Aunque en estos casos el registro de Holter no puede consi- den revelar nuevos datos en aquellos casos en los que no se
derarse diagnóstico, es sugestivo de síncope arrítmico, y la consigue alcanzar el diagnóstico.
exploración del paciente debería completarse con pruebas
de provocación (estudio electrofisiológico, prueba de esfuer- Pronóstico. El variado espectro etiológico del síncope, que
zo, etc.). abarca desde procesos benignos hasta otros potencialmente
2. No existen arritmias significativas ni síntomas durante el letales, es responsable de la gran variabilidad en el pronósti-
registro por lo que éste no tiene valor diagnóstico. co individual de los pacientes con síncope. Es más, aún den-
Estudio electrofisiológico. La estimulación programada del tro de grupos etiológicos específicos, el pronóstico puede
corazón asociada a diversos registros simultáneos del ECG verse modificado por factores individuales, como la edad,
de superficie y de electrogramas intracavitarios constituye la los procesos asociados o el estado funcional del paciente. En
base de los estudios electrofisiológicos. En pacientes con sín- diversas series hospitalarias de síncope, la mortalidad global
cope, estos estudios tienen los siguientes objetivos:
1. Evaluar el estado de la función sinusal determinando el
tiempo de recuperación sinusal. Este es el tiempo que tarda
en ponerse en marcha el marcapasos sinusal, tras ser tempo- TABLA 3.39. Protocolo diagnóstico del síncope
ralmente inhibido por la estimulación eléctrica auricular a Fase 1. Anamnesis, exploración física, pruebas ortostáticas,
una frecuencia superior. El tiempo de recuperación sinusal ECG, masaje del seno carotídeo. Pruebas complementarias
está anormalmente prolongado en pacientes con disfunción dirigidas (ecocardiografía, prueba de esfuerzo, cateterismo
sinusal. cardíaco, angiografías, EEG, tomografía computarizada
2. Evaluar el estado de la conducción AV analizando sus cerebral, etc.)
distintos componentes mediante el registro del hisiograma,
respuesta de la conducción al aumento de frecuencia produ- Fase 2. Registro de Holter de 24 h
cido por estimulación auricular y, eventualmente, a ciertos
Fase 3. Estudio electrofisiológico. Prueba de tabla basculante
fármacos con acción depresora sobre la conducción AV.

531
CARDIOLOGÍA

T
Est. V : CL 280
DI

DII

340
DIII

V1

V6

aVF
V V V V V V V V V V V V V

VD

A A A A A A A
AD

Fig. 3.125. Trazado obtenido durante el estudio electrofisiológico de un paciente con síncope de causa desconocida. Con la estimulación rápida
ventricular (Est. V.) se desencadena una taquicardia ventricular monomórfica sostenida con un ciclo de 340 mseg. Este tipo de respuesta se consi-
dera bastante específica para el diagnóstico del síncope. Obsérvese la presencia de disociación AV durante la taquicardia. VD: electrograma intra-
cavitario obtenido en el ápex del ventrículo derecho; AD: electrograma intracavitario obtenido en la aurícula derecha.

varía entre el 5 y el 15%, mientras que la incidencia de muer- nocidos, aprender a reconocer los síntomas premonitorios y
te súbita oscila entre el 2,3% y el 7,8%. La edad inferior a efectuar ciertas maniobras para intentar yugular las crisis
30 años y la etiología no cardiovascular o desconocida (tras (adoptar el decúbito, realizar movimientos de piernas para
una evaluación completa) del síncope son marcadores de aumentar el retorno venoso, etc.), son elementos útiles en el
buen pronóstico. El síncope de origen cardíaco, especial- síncope vasovagal típico. Desde hace tiempo se sabe que la
mente en individuos de edad avanzada, entraña el peor pro- administración de fármacos vagolíticos tiene escaso valor en
nóstico. En general las cifras estimadas de mortalidad en un la prevención del síncope vasovagal. Más recientemente se
año son del 18 al 33% en síncopes de causa cardíaca, del 0 al ha preconizado el uso de otros fármacos que actuarían en
12% en los de causa no cardíaca y del 6% en los de causa distintos puntos del posible arco reflejo. Entre éstos cabe des-
desconocida. tacar el uso de bloqueadores betadrenérgicos (que disminu-
yen la contractilidad cardíaca y atenúan la respuesta de los
Tratamiento. El tratamiento del síncope es el de los proce- mecanorreceptores cardíacos), la disopiramida (que tiene
sos etiológicos que lo causan. Si el paciente es visto durante efectos inotrópicos negativos y vagolíticos) y fármacos alfa-
el episodio sincopal, debe procederse a: a) asegurar que no drenérgicos, como la fenilefrina. El uso de marcapasos bica-
se encuentra en situación de paro cardiorrespiratorio; b) co- merales es capaz de controlar el componente cardioinhibi-
locar al paciente en posición de decúbito supino con la ca- dor pero no afecta al vasodepresor.
beza baja y las piernas elevadas, y c) realizar una explora-
ción clínica inmediata lo más completa posible a fin de
intentar determinar el mecanismo sincopal.
La sospecha de síncope debido a procesos cardiológicos
agudos (arritmias, cardiopatía isquémica, aneurisma dise-
cante de aorta, taponamiento, etc.) debe motivar el ingreso
hospitalario urgente.
La presencia de síncope de esfuerzo en pacientes con car- Bibliografía especial
diopatía obstructiva requiere una evaluación completa para BANNISTER R, MATHIAS CH. Management of postural hypotension. En:
el tratamiento quirúrgico de la obstrucción. De la misma ma- Bannister R (ed). Autonomic failure. A textbook of clinical disor-
nera, cuando una arritmia origina episodios sincopales debe ders of the autonomic nervous system. Oxford, Oxford University
plantearse un tratamiento específico y “agresivo” (marcapa- Press 1988; 569-595.
sos, desfibrilador implantable, ablación, cirugía, etc.). FIZPATRICK A, THEODORAKIS G, VARDAS P, KENNY RA, TRAVILL CM, INGRAM
En la hipotensión ortostática, la búsqueda y retirada de fár- A et al. The incidence of malignant vasovagal syndrome in pa-
macos que puedan contribuir a ella es esencial. En los casos tients with recurrent syncope. Eur Heart J 1991; 12: 389-394.
GARCÍA CIVERA R, COSÍN J, SANJUÁN, R, LÓPEZ MERINO V. Síncope. Barce-
debidos a alteraciones neurológicas generalizadas o localiza- lona, MCR, 1989.
das en el arco reflejo barorreceptor el tratamiento es comple- GARCÍA CIVERA R, RUIZ R, FENOLLAR V, SANJUÁN R, MORELL S, BOTELLA S et
jo y, a veces, ineficaz. al. Síncope: Datos epidemiológicos de una serie hospitalaria. Med
El síncope vasovagal recurrente plantea importantes pro- Clin (Barc) 1989; 92: 684-690.
blemas para su prevención. Evitar los desencadenantes co- GARCÍA CIVERA R, SANJUÁN R, MORELL S, BOTELLA S, BALDO E et al. Estu-

532
CARDIOPATÍA ISQUÉMICA

dios electrofisiológicos en pacientes con síncope de origen desco- MILSTEIN S, REYES WJ, BENDITT D. Upright body tilt for evaluation of pa-
nocido. Rev Esp Cardiol 1985; 38: 190-197. tients with recurrent, unexplained syncope. PACE 1989; 12: 117-
KAPOOR W. Hypotension and syncope. En: BRAUNWALD E (ed). Heart 124.
disease. A textbook of cardiovascular medicine. Filadelfia, WB SCHATZ IJ. Orthostatic hypotension. Filadelfia, FA Davis, 1986.
Saunders, 1992; 875-886. SRA JS, ANDERSON AJ, SHEIKH SH, AVITALL B, TCHOU PJ, TROUP PJ et al.
KAPOOR WN, KARPF M, WIEAND S, PETERSON JR, LEVEY GS. A prospective Unexplained syncope evaluated by electrophysiologic studies and
evaluation and follow-up of patients with syncope. N Engl J Med head-up tilt testing. Ann Intern Med 1991; 114: 1.013-1.019.
1983; 309: 107-204.

Cardiopatía isquémica
G.A. Sanz Romero

Definición y epidemiología. La isquemia es una situación trículo; ésta, a su vez, se halla determinada principalmente
producida por la deprivación de oxígeno y la eliminación por la presión aórtica y el radio de la cavidad ventricular (ley
inadecuada de los metabolitos; desde un punto de vista prác- de Laplace). Es lógico, pues, que la hipertensión arterial, la
tico, la isquemia del miocardio se debe casi siempre a una dilatación de. las cavidades cardíacas y la taquicardia au-
disminución del flujo sanguíneo a través de las arterias coro- menten el MVO2.
narias. Por este motivo, las manifestaciones clínicas y las El oxígeno llega al miocardio a través de las arterias coro-
consecuencias anatomopatológicas de la isquemia coronaria narias en las cuales la sangre circula a favor del gradiente de
se denominan indistintamente cardiopatía isquémica o en- presión que se establece entre la raíz de la aorta y el seno
fermedad coronaria. De igual forma, la reducción del flujo coronario (drenaje venoso coronario). El flujo coronario está
coronario es secundaria, en la mayoría de los casos, a lesio- limitado por dos tipos de factores: los factores mecánicos ex-
nes aterosclerosas; ello explica que los términos cardiopatía trínsecos y las resistencias arteriales coronarias. La compre-
coronaria y aterosclerosis coronaria, aunque no son sinóni- sión que el miocardio circundante ejerce sobre las arterias
mos, se empleen como tales. Sin embargo, la embolia, el es- intramiocárdicas durante la sístole reduce notablemente la
pasmo o la arteritis coronaria pueden ser otras causas de is- circulación en aquéllas, sobre todo en el ventrículo izquier-
quemia cuyos síntomas son, a menudo, indistinguibles de los do; en éste la circulación coronaria se produce casi exclusi-
producidos por la aterosclerosis. vamente en diástole y a favor de la presión diastólica aórtica
La prevalencia de esta enfermedad varía ampliamente de (las situaciones que la reduzcan, como el shock cardiogéni-
unas áreas geográficas a otras; los datos del Seven Countries co o la insuficiencia aórtica, pueden causar isquemia). En se-
Study obtenidos del análisis de 12.770 varones en 18 comuni- gundo lugar, la presión diastólica intraventricular comprime
dades de 7 países muestran que la tasa de mortalidad coro- el subendocardio y dificulta la irrigación de esta zona, sus-
naria oscila entre 61 por 10.000 individuos y por 10 años en ceptible siempre de presentar isquemia.
zonas rurales del Japón y 681 en el este de Finlandia, pasan- En el individuo sano, las arterias coronarias epicárdicas
do por una tasa del 424 en los EE.UU. Aproximadamente un apenas ofrecen resistencia al flujo y constituyen práctica-
número similar de pacientes padece un infarto de miocardio mente vasos de conducción; las resistencias coronarias se
no letal. hallan localizadas en las arteriolas intramiocárdicas, cuyo
La mortalidad por cardiopatía isquémica en España en flujo se halla regulado, además de por los factores mecáni-
1985, para los varones de 30-69 años, fue de 104 por 100.000, cos antes mencionados, por el tono arterial, sobre el que in-
mientras que para las mujeres de la misma edad fue una fluyen factores neurógenos, metabólicos y miógenos. Los pri-
cuarta parte. Estos datos indican una relativa baja frecuencia meros actúan a través del sistema nervioso vegetativo: los
en comparación con los países del norte y centro de Europa receptores betadrenérgicos y el parasimpático transmiten es-
o con EE.UU. Sin embargo, en estos países se ha observado tímulos vasodilatadores, mientras que los receptores alfadre-
un significativo descenso de la mortalidad en los últimos nérgicos provocan respuestas vasoconstrictoras. Sin embar-
años. A pesar de ello, la enfermedad coronaria todavía cons- go, la regulación del tono arterial es fundamentalmente
tituye un grave problema sanitario y uno de los motivos de metabólica a través de mediadores como la adenosina, que
consulta más frecuentes en España. se libera en respuesta a un aumento del trabajo del miocar-
dio o a la isquemia y determina una vasodilatación arterial y
Fisiología de la circulación coronaria. El corazón es un un aumento del flujo coronario. Así pues, los cambios en el
órgano aerobio que depende totalmente del aporte continuo tono simpático o parasimpático tienen menor importancia
de oxígeno para su funcionamiento; el metabolismo cardía- en la regulación de la circulación coronaria normal, que
co debe producir fosfatos de alta energía continuamente, ya cuenta con la propiedad de equilibrar de manera constante
que en cada latido se consume hasta el 5% del total de ATP y las demandas y el aporte de oxígeno. Recientemente se ha
creatincinasa (CK) almacenados en el miocardio. Puesto destacado el papel del endotelio vascular en la regulación
que la producción de estas sustancias por la glucólisis anae- del flujo coronario; el endotelio normal libera sustancias va-
robia es muy limitada, la circulación coronaria ha de sumi- soactivas, como la PGI2, el óxido nítrico y las endotelinas. El
nistrar constantemente el oxígeno y los sustratos necesarios. óxido nítrico, que es un potente vasodilatador y antiagregan-
La energía producida, y por tanto el oxígeno consumido por te plaquetario, se libera en respuesta a múltiples sustancias,
el miocardio, se destina en una mínima parte al manteni- como la acetilcolina o la serotonina; igualmente, cuando au-
miento de las funciones vitales de las células; en segundo lu- menta la velocidad del flujo sanguíneo en respuesta a un
gar, a mantener el gradiente iónico indispensable para la ac- aumento del consumo de oxígeno, el endotelio libera óxido
tividad eléctrica y, por último, en mucha mayor proporción, nítrico, lo que favorece la vasodilatación coronaria y el au-
a la actividad mecánica del miocardio. mento normal del flujo. Se ha demostrado disfunción endo-
En
. consecuencia, el consumo miocárdico de oxígeno telial coronaria en pacientes con aterosclerosis, incluso en
(MVO2) varía de forma constante y es proporcional al núme- las arterias que aparecen normales en la angiografía; esta dis-
ro de contracciones (frecuencia cardíaca), a la contractili- función parece guardar una relación directa con la presen-
dad miocárdica y a la tensión generada en la pared del ven- cia y la gravedad de los factores de riesgo coronario. Como

533
CARDIOLOGÍA

acumulación de macrófagos y linfocitos, proliferación de las


células musculares lisas, formación y acumulación de colá-
geno, fibras elásticas y en general tejido fibroso, y, por últi-
mo, depósito intracelular y extracelular de lípidos.
La formación de las placas ateromatosas se explica hoy
por la denominada teoría de la respuesta a la lesión. Según
ésta, la alteración en el patrón del flujo arterial en ciertos
puntos del árbol arterial, como las bifurcaciones, puede pro-
vocar lesiones mínimas en el endotelio que, aunque no afec-
tan su morfología, pueden alterar su permeabilidad o su
capacidad para liberar sustancias antitrombóticas o vasoac-
tivas. Esta lesión puede potenciarse por la presencia de
hipercolesterolemia, hipertensión o sustancias irritantes
como las derivadas el tabaco. La lesión provoca un aumento
Fig. 3.126. Lesiones ateroscleróticas en las arterias coronarias co- de la permeabilidad frente a los lípidos y la adherencia al
rrespondientes a dos pacientes fallecidos por una cardiopatía corona-
ria. A la izquierda (A), obstrucción de la luz vascular por placas ate- endotelio de monocitos que emigran al subendotelio donde
rosclerosas; a la derecha (B) oclusión de un vaso por un trombo se transforman en macrófagos que acumulan lípidos en su
formado sobre una placa aterosclerosa. interior y adquieren aspecto de células espumosas. Esta
constituye la lesión inicial de la aterosclerosis, denomina-
da estría grasa y puede observarse ya en la primera década
de la vida. La lesión contiene además fibras musculares lisas
consecuencia de la disfunción endotelial, estos pacientes con lípidos en su interior y linfocitos T. La liberación de cier-
muestran una respuesta vasoconstrictora durante el ejercicio tas sustancias tóxicas por los macrófagos puede producir
o la administración de acetilcolina. una lesión más grave del endotelio, lo que favorece la adhe-
rencia plaquetaria; macrófagos y plaquetas liberan además
factores de crecimiento, que promueven la proliferación y
Insuficiencia coronaria migración de las células musculares lisas desde la media y
La insuficiencia coronaria puede definirse como un des- la formación de una lesión más avanzada que se denomina
equilibrio entre la oferta coronaria y la demanda miocárdica placa fibrosa.
de oxígeno. Las causas de insuficiencia coronaria son múlti- La placa fibrosa es también una lesión excéntrica de la ín-
ples, pero todas ellas actúan a través de dos mecanismos, el tima que puede protruir hacia la luz del vaso y reducirla. Está
aumento desproporcionado de las necesidades miocárdicas cubierta por una capa fibrosa constituida por células muscu-
de oxígeno en presencia de un árbol coronario normal o una lares lisas y una matriz de colágeno. Por debajo, la composi-
reducción del flujo sanguíneo por afectación de los vasos co- ción de la placa es variable, con mayor o menor participa-
ronarios. La estenosis aórtica, la hipertensión arterial y la ción de lípidos, células musculares, macrófagos y un núcleo
miocardiopatía hipertrófica pueden determinar un aumento de material necrótico constituido por restos celulares, lípi-
considerable de la masa miocárdica, y en consecuencia del dos, cristales de colesterol y calcio. La cubierta de las placas
consumo de oxígeno, provocando insuficiencia coronaria con alto contenido lipídico tiene tendencia a fisurarse, deno-
incluso cuando las arterias coronarias son normales. La fre- minándose entonces placa complicada, que facilita la adhe-
cuencia de la estenosis aórtica degenerativa o senil ha creci- rencia plaquetaria y la trombosis. Dependiendo del grado de
do en los últimos años con el envejecimiento de la pobla- fisuración, la trombosis puede ocluir total o sólo parcialmen-
ción y debe tenerse en cuenta en el diagnóstico diferencial te la luz del vaso; en este último caso, el trombo se organiza
de la angina de pecho de los ancianos. De cualquier forma, e incorpora a la placa, creciendo ésta y aumentando el gra-
el mecanismo más frecuente de isquemia es la reducción del do de estenosis que produce (fig. 3.126).
flujo por una disminución u obstrucción de la luz arterial.
Una estenosis puede reducir el área transversal del vaso Factores de riesgo. Las investigaciones epidemiológicas so-
hasta un 80% sin que disminuya el flujo sanguíneo a dicha bre la aterosclerosis han sido muy numerosas durante los úl-
zona, siempre que el paciente permanezca en reposo y las timos 30 años y han demostrado que en los pacientes con
demandas de oxígeno por parte del miocardio no sean exce- enfermedad coronaria se presentan, con mayor frecuencia
sivas. Sin embargo, cuando los requerimientos de oxígeno que en la población general, una serie de signos biológicos y
aumentan, el flujo no puede hacerlo proporcionalmente a hábitos adquiridos.
través de la estenosis y se produce una situación de déficit e Estos rasgos se denominan factores de riesgo coronario y
isquemia. Cuando la reducción de la luz es mayor y el área su presencia en un individuo determinado aumenta la proba-
resultante es inferior al 20%, el flujo arterial coronario en esta bilidad de que éste padezca la enfermedad. Los más impor-
zona será insuficiente incluso en condiciones de reposo. tantes, además de la edad y el sexo, son el tabaco, la hiper-
La causa más frecuente de insuficiencia coronaria es la re- tensión arterial y la dislipemia.
ducción del flujo sanguíneo por lesiones aterosclerosas de La incidencia de cardiopatía isquémica aumenta con la
las grandes arterias epicárdicas coronarias. Con menor fre- edad, siendo máxima entre los 50 y los 65 años y excepcio-
cuencia, la disminución del flujo se debe al espasmo, que nal antes de los 35. Afecta en mayor grado el sexo masculi-
puede localizarse en una placa aterosclerosa o, incluso, en no, de manera que en el grupo de edad inferior a 45 años es
arterias angiográficamente normales. La trombosis coronaria 10 veces más frecuente en los varones que en las mujeres;
es una causa común de oclusión total de la arteria, y aunque entre los 45 y los 60 años, 2 veces más en los varones, y en
en ocasiones puede producirse en un vaso libre de lesiones, edades superiores tiende a igualarse. La menopausia y el uso
los trombos se injertan en general sobre placas aterosclero- de anticonceptivos orales aumentan el riesgo de enfermedad
sas obstructivas. Otras causas menos frecuentes de isquemia coronaria; estos últimos, que tienden a elevar la presión arte-
coronaria son las embolias, la disección espontánea, la en- rial y las lipoproteínas séricas, han demostrado una fuerte
fermedad de los pequeños vasos y la arteritis. interacción con otros factores de riesgo, en particular el ta-
baco.
Aterosclerosis Tabaco. Múltiples estudios epidemiológicos han demostra-
La aterosclerosis es una enfermedad generalizada que se do claramente que el consumo de cigarrillos aumenta el ries-
caracteriza por la formación de ateromas en la pared de las go de cáncer de pulmón, enfermedad vascular periférica, in-
arterias de tamaño grande o intermedio. En el desarrollo de farto de miocardio y muerte súbita. Dicho riesgo guarda
las placas de ateroma contribuyen los siguientes procesos: relación con el número de cigarrillos, la precocidad del hábi-

534
CARDIOPATÍA ISQUÉMICA

to y el tipo de tabaco, siendo inferior en los fumadores de una elevación de los lípidos sanguíneos y una mayor con-
pipa o cigarros. Cuando se abandona el hábito tabáquico, el centración de glucosaminoglicanos en la íntima arterial. La
riesgo de enfermedad coronaria decrece en un 50% durante hiperglucemia contribuye de forma independiente al riesgo y
el primer año y se aproxima al de los no fumadores al cabo sus efectos se suman a los de los otros factores de riesgo, lo
de 2-10 años. Los mecanismos a través de los cuales el taba- que obliga a corregirlos con energía en cualquier paciente
co favorece la aterogénesis son la lesión del endotelio por el diabético.
monóxido de carbono circulante. Otros efectos del humo del Obesidad. Aunque la asociación entre obesidad y enfer-
tabaco son el aumento del fibrinógeno, una reducción de la medad coronaria parece clara, especialmente antes de los
fibrinólisis, el aumento de la concentración plasmática de lí- 50 años de edad, se duda de que el exceso de peso constitu-
pidos y el incremento de la agregación plaquetaria, provoca- ya un factor de riesgo independiente. Probablemente, este
da probablemente por un aumento de los niveles de cateco- aumento del riesgo se explique a través de otros factores,
laminas circulantes. como la hipertensión y la dislipemia, que a menudo acompa-
Hipertensión arterial. Las cifras de presión arterial, tanto sis- ñan al exceso de peso. Todo ello no niega la importancia de
tólicas como diastólicas, se correlacionan con la incidencia corregir la obesidad en los pacientes coronarios.
de enfermedad coronaria y de accidentes vasculares cere- Sedentarismo. Existen indicios de que el ejercicio físico
brales. El riesgo aumenta de forma continua a lo largo del moderado ejerce cierto efecto protector y se ha considerado
rango de presiones, de forma que los individuos con hiper- que una vida sedentaria es un factor de riesgo coronario in-
tensión arterial límite o fronteriza tienen un riesgo algo supe- dependiente. El ejercicio eleva las HDL, cuyos niveles se co-
rior al de los normotensos. Algunos estudios han mostrado rrelacionan de forma inversa con la incidencia de enferme-
una reducción en la incidencia de accidentes coronarios, en- dad coronaria. Los estudios son contradictorios, ya que el
fermedad cerebrovascular e insuficiencia cardíaca con el tra- sedentarismo se asocia a la obesidad, la dislipemia y el taba-
tamiento antihipertensivo. Este factor de riesgo al parecer ac- quismo, lo que impide conocer la contribución de cada uno
túa a través de una lesión de la pared arterial y favoreciendo de ellos al riesgo. De cualquier forma, el ejercicio moderado
su permeabilidad a los lípidos. es una medida aconsejable en los pacientes coronarios y
Hiperlipemia. La correlación entre el colesterol sérico y la contribuye al mejor control de otros factores citados.
incidencia de cardiopatía coronaria es evidente a partir de Patrón de conducta. Durante los últimos 10 años se ha
los estudios epidemiológicos y de ciertas investigaciones ex- especulado sobre la posibilidad de que los enfermos corona-
perimentales que demuestran la posibilidad de provocar ate- rios presenten ciertos rasgos de conducta particulares. FRIED-
rosclerosis en algunas especies animales aumentando el con- MAN y ROSEMAN denominaron patrón tipo A al de los indivi-
tenido en grasa de la dieta. El valor predictivo del colesterol duos con mayores grados de hostilidad, agresividad,
desaparece con la edad y es escaso con cifras inferiores a competitividad y sentido de urgencia del tiempo, y le atribu-
220 mg/dL; no obstante, actualmente se recomienda la cifra yeron la naturaleza de factor de riesgo coronario a esta for-
de 200 mg/dL como límite superior de la normalidad. Por el ma de conducta; su importancia está en discusión.
contrario, existe una buena correlación entre el colesterol de Otros factores de riesgo. Además de los ya mencionados,
las lipoproteínas de baja densidad (LDL) y la incidencia se han descrito otros muchos factores cuya asociación con la
de coronariopatía, así como una relación inversa entre ésta y enfermedad coronaria no se ha confirmado o es todavía mo-
las lipoproteínas de alta densidad (HDL), relación que se tivo de discusión. Así, se ha señalado que la hiperuricemia,
mantiene de forma independiente de la edad. El nexo entre el consumo de azúcar refinado, alcohol y café, el estrés y la
la hipertrigliceridemia y la enfermedad coronaria no parece escasa dureza del agua aumentarían la probabilidad de pa-
totalmente establecido y los estudios muestran resultados decer cardiopatía isquémica; su importancia es, en todo
dispares. caso, relativa e incomparablemente menor que la del taba-
En los estudios epidemiológicos se ha observado también co, la hipertensión y la dislipemia.
una buena correlación entre la ingesta de colesterol en la
dieta, los niveles de colesterol sérico y la prevalencia de en- Espasmo coronario
fermedad coronaria. La reducción de la proporción de gra- Como ya se ha indicado, en condiciones normales las arte-
sas saturadas de la dieta parece, pues, aconsejable en los in- rias coronarias epicárdicas apenas ofrecen resistencia al flujo
dividuos con cifras de colesterol superiores a 220 mg/dL. sanguíneo. Sin embargo, estos vasos no son tubos rígidos,
Algunas enfermedades que cursan con una alteración de los sino que cuentan con actividad espontánea y su tono varía
lípidos se acompañan de una incidencia elevada de ateros- por la influencia de estímulos nerviosos o farmacológicos.
clerosis, como sucede en la hipercolesterolemia familiar o, Estos cambios en el tono arterial son insuficientes para com-
en menor grado, en el mixedema. prometer el flujo coronario, excepto cuando el calibre del
Los tres factores citados, tabaco, hipertensión y dislipemia, vaso está reducido por lesiones aterosclerosas graves.
contribuyen de forma independiente al riesgo de presentar En algunos pacientes, las arterias coronarias desarrollan
enfermedad coronaria; el aumento moderado de dos o tres espasmos que pueden reducir e incluso interrumpir de ma-
de estos factores supone un riesgo similar al de una hiperco- nera transitoria el aporte de sangre a una zona del miocar-
lesterolemia o una hipertensión arterial graves. En la práctica dio. El espasmo es una disminución localizada del diámetro
diaria son más frecuentes los aumentos moderados, y debe del vaso, diferente del aumento generalizado del tono arte-
actuarse sobre ellos si se desea reducir la incidencia de infar- rial antes mencionado. Con frecuencia ocurre sobre una pla-
to de miocardio y en general de enfermedad coronaria. ca de ateroma, y sólo el 10% de los pacientes en quienes se
Predisposición familiar. La enfermedad se presenta con sospecha angina de pecho vasospástica tienen coronarias
mayor frecuencia en ciertas familias, cuyos miembros son angiográficamente normales.
afectados incluso durante la juventud. Los factores genéti- No se conoce con exactitud el mecanismo responsable
cos y familiares pueden actuar a través de otros factores de del espasmo; se ha señalado que la aterosclerosis determina-
riesgo: hiperlipemia familiar, diabetes, incidencia familiar ría una reactividad especial de las arterias que facilitaría el
de hipertensión arterial. No obstante, es posible que exista espasmo. De igual forma se han sugerido mecanismos adre-
una predisposición hereditaria independiente de estos facto- nérgicos y parasimpáticos, un aumento de la respuesta a la
res. serotonina o la histamina y alteraciones de las prostaglandi-
Diabetes. La incidencia de enfermedad coronaria y de vas- nas y del transporte de calcio en las células musculares de la
culopatía periférica se halla elevada en los diabéticos y en pared vascular por cambios en la concentración de los iones
los pacientes con una curva de glucemia (prueba de toleran- hidrógeno; ninguna de estas teorías parece explicar todos los
cia a la glucosa) anormal. Así, en las mujeres la diabetes tri- casos de espasmo coronario. Recientemente se ha demostra-
plica la incidencia de cardiopatía coronaria e iguala el riesgo do que la inhalación de cocaína puede provocar espasmo
al de los varones no diabéticos. Esta enfermedad determina coronario, isquemia e incluso necrosis miocárdica.

535
CARDIOLOGÍA

Trombosis coronaria cardio) son consecuencias de la isquemia y constituyen las


Con frecuencia, la íntima arterial presenta lesiones en la formas de presentación habituales de la cardiopatía corona-
placa de ateroma que favorecen la formación de trombos; ria. En un paciente determinado, la enfermedad puede co-
durante las primeras fases de la evolución de la placa –cuan- menzar con cualquiera de ellas, y es habitual que en su evo-
do su tamaño no es excesivo– no comprometen en exceso la lución estén presentes más de una. La angina de pecho es la
luz arterial y no modifican el grado de isquemia preexistente; forma inicial de presentación en aproximadamente el 45%
de esta forma, el trombo se incorpora y la placa crece sin de los pacientes, el infarto de miocardio en el 42% y la muer-
que se traduzca en un cuadro clínico definido. No obstante, te súbita en el 13%.
si la luz del vaso ya está reducida inicialmente, un trombo
puede alterar el equilibrio, desencadenar la isquemia y, en
consecuencia, agravar el cuadro clínico (fig. 3.126). Si la obs- Angina de pecho
trucción que produce es total y no existe circulación colate-
ral a la zona o ésta es insuficiente, sobrevendrá la necrosis La angina se define como el dolor, opresión o malestar,
del miocardio. Así pues, la trombosis coronaria es la causa por lo general torácico, atribuible a la isquemia miocárdica
de gran parte de los infartos de miocardio y de un número transitoria. Es un concepto exclusivamente clínico y su diag-
apreciable de casos de angina inestable. nóstico se basa en las características y circunstancias que
acompañan el dolor. El mecanismo que provoca la isquemia
Disfunción endotelial. Síndrome X no siempre es el mismo; con frecuencia se trata de un au-
El endotelio desempeña un papel esencial en la regula- mento de las necesidades de oxígeno, provocado por los
ción del tono arterial coronario. Diferentes situaciones clíni- cambios en la presión arterial y la frecuencia cardíaca (ejer-
cas, entre las que se incluyen la hipertensión y la hipercoles- cicio y emociones), en un paciente con lesiones aterosclero-
terolemia, pueden reducir la capacidad del endotelio para sas coronarias, mientras que en otras ocasiones el dolor so-
generar óxido nítrico y, en consecuencia, limitar la respuesta breviene sin causa aparente, sugiriendo que se ha producido
vasodilatadora de los vasos coronarios, tanto epicárdicos una reducción espontánea del aporte de oxígeno.
como prearteriolas. Se ha sugerido que este mecanismo pue-
de ser responsable de la isquemia miocárdica en los pacien- Diagnóstico. Como ya se ha mencionado, la angina es un
tes con angina de pecho y arterias coronarias angiográfica- concepto clínico y su diagnóstico se basa fundamentalmente
mente normales, el denominado síndrome X o angina en el interrogatorio del dolor. Cuando las características de
microvascular. Idéntico mecanismo se ha invocado para ex- éste sugieren su origen coronario, es necesario establecer el
plicar la isquemia miocárdica en pacientes posmenopáusi- tipo de angina y, en consecuencia, la urgencia del tratamien-
cas con arterias coronarias normales y deficiencia de estró- to, así como las exploraciones indicadas para confirmar el
genos. diagnóstico.
Las características que definen el dolor coronario son: el
Otras causas de isquemia miocárdica tipo, la localización, la irradiación, la duración, los factores
En ocasiones, otras situaciones diferentes a la aterosclero- desencadenantes y las circunstancias que lo alivian. En su
sis o al espasmo pueden provocar isquemia y originar un forma habitual, los pacientes describen el dolor anginoso
cuadro clínico (angina, infarto de miocardio, muerte súbita) como una opresión, un peso o una sensación urente, locali-
similar al de aquéllas. Estas causas poco frecuentes deben zado en la región retrosternal o en toda la cara anterior del
sospecharse en pacientes adolescentes o jóvenes, sin facto- tórax e irradiado hacia los brazos, el cuello o la mandíbula.
res de riesgo coronario o con enfermedades generalizadas Las excepciones a esta descripción son numerosas; en oca-
que afectan el sistema arterial. Las más frecuentes son las siones se trata de una molestia indefinida que dificulta la res-
malformaciones congénitas de las arterias coronarias, la di- piración o bien se localiza exclusivamente en el cuello, la
sección espontánea de éstas (suele ocurrir durante el emba- mandíbula, los brazos o incluso en las muñecas. Los episo-
razo), las vasculitis (poliarteritis nudosa, Wegener, Takayasu) dios de angina suelen iniciarse de forma gradual, alcanzan
y enfermedades metabólicas (amiloidosis). pronto su máxima intensidad y desaparecen también de for-
ma paulatina en 1-10 min. En la angina de esfuerzo clásica,
Consecuencias y manifestaciones clínicas de la isquemia los síntomas presentan una clara relación con el ejercicio, en
especial si éste se realiza tras las comidas o en un ambiente
miocárdica frío; las emociones pueden asimismo desencadenar la crisis.
La isquemia provoca la liberación celular de sustancias El cese de la actividad que provocó el dolor, el reposo o la
como la serotonina, la histamina o la bradicinina y permite administración de nitroglicerina sublingual determinan rápi-
la acumulación de metabolitos ácidos y de potasio; se cree damente su desaparición, excepto en algunas formas de an-
que alguna de estas sustancias estimula las terminaciones gina (prolongada) en las que puede durar más de 30 min. Un
nerviosas y provoca el dolor característico de la isquemia dolor de menos de 30 seg de duración o continuo durante
miocárdica. todo el día rara vez es de origen coronario.
La deprivación de oxígeno y nutrientes producida por la La frecuencia con que la angina se presenta de forma atí-
isquemia crónica determina una reducción de los fosfatos de pica y el gran número de enfermedades que se manifiestan
alta energía y una disminución de la capacidad contráctil por dolor torácico exigen un diagnóstico diferencial cuida-
del miocardio (miocardio hibernado). Incluso una isquemia doso y, a menudo, difícil. Los dolores punzantes, fugaces y
transitoria de unos minutos de duración puede causar un localizados en el precordio suelen ser de origen psíquico. El
trastorno metabólico y una depresión de la contractilidad dolor de la disección aórtica, del neumotórax y, en general,
prolongados que no se recuperan hasta transcurrida una se- de los procesos que cursan con rotura o laceración de los te-
mana (miocardio “aturdido”). La isquemia altera igualmente jidos comienza de forma brusca y su intensidad es máxima
las propiedades elásticas del miocardio originando una dis- desde el principio. Las circunstancias y los síntomas que
función diastólica. Otra consecuencia de la isquemia es la al- acompañan al dolor son muy útiles en el diagnóstico diferen-
teración de las propiedades eléctricas de las células cardía- cial. La relación con la ingesta de alimentos o la mejoría con
cas, al reducir la energía necesaria para el funcionamiento alcalinos orientarán hacia un problema digestivo; los cam-
de la bomba de sodio; esta alteración eléctrica provoca a bios de intensidad con los movimientos de los miembros
menudo arritmias cardíacas que pueden ser letales. Por últi- superiores o el cuello y con la respiración o la posición cor-
mo, la disminución del flujo coronario puede ser tan profun- poral sugieren una radiculitis cervical o una pericarditis, res-
da que determine la muerte celular o necrosis miocárdica. pectivamente. Por el contrario, el dolor anginoso suele
Así pues, el dolor coronario (angina de pecho), la insufi- acompañarse de una sensación de angustia y gravedad y, en
ciencia cardíaca, las arritmias o la necrosis (infarto de mio- ocasiones, de sudación y palpitaciones. La disnea durante el

536
CARDIOPATÍA ISQUÉMICA

dolor no es frecuente, pero su aparición indica una afección


coronaria grave y es un signo de mal pronóstico. La presen-
cia de un dolor localizado en la parte superior del tronco du-
rante el ejercicio obliga a pensar en la enfermedad coronaria
como causa de aquél.

Clasificación. Las circunstancias en que aparece el dolor


anginoso indican en líneas generales el mecanismo que lo
provoca y, a su vez, el conocimiento de éste permite indivi-
dualizar el tratamiento. Atendiendo a estos criterios, se han
propuesto diferentes clasificaciones. La Sociedad Española
de Cardiología distingue tres tipos de angina: angina de es-
fuerzo, de reposo y mixta.
La angina de esfuerzo es provocada por la actividad física
o por otras situaciones que implican un aumento de la de-
manda miocárdica de oxígeno. Suele ser breve y desapare-
cer al interrumpir el ejercicio o con la administración de ni-
troglicerina. Se denomina inicial si su antigüedad es inferior a
un mes, progresiva si ha empeorado durante el último mes
en cuanto a frecuencia, intensidad, duración o nivel de es-
fuerzo en que aparece, y, finalmente, estable si sus caracterís-
ticas y la capacidad funcional del paciente no se han modifi-
cado en el último mes.
La angina de reposo se produce de manera espontánea,
sin relación aparente con los cambios en el consumo de oxí-
geno del miocardio; su duración es variable y en ocasiones
los episodios son muy prolongados y el cuadro simula un in-
farto de miocardio. La angina variante, vasospástica o angina
de Prinzmetal es una variedad de la angina de reposo, carac-
terizada por una elevación transitoria del segmento ST del
ECG durante las crisis.
La angina mixta es aquella en la que coexisten la angi-
na de esfuerzo y la de reposo, sin un claro predominio de
una de ellas.
La angina inicial, la progresiva y la de reposo son formas
de evolución imprevisible y pronóstico variable, por lo que
se agrupan bajo la denominación de angina inestable. Su tra-
tamiento difiere en forma considerable del de la angina de
esfuerzo estable, por lo que se estudian por separado. Fig. 3.127. ECG correspondientes a un enfermo con angina de
esfuerzo estable, sin dolor (arriba) y durante una crisis anginosa
(abajo).
Angina estable
Diagnóstico. El diagnóstico de la angina de esfuerzo estable
se realiza por la relación entre el dolor coronario y el ejerci- Durante el acceso de angina el paciente puede aparecer
cio. En general, el nivel de esfuerzo necesario para provocar pálido y con diaforesis. La frecuencia del pulso suele encon-
la angina, o umbral de la angina, es constante durante largos trarse aumentada, al igual que la presión arterial; la palpa-
períodos de tiempo, de forma que el paciente suele conocer ción del precordio puede revelar un doble impulso apical.
de antemano qué actividades de su vida diaria la provoca- La auscultación cardíaca puede ser normal, pero a menudo
rán. En algunos casos, no obstante, el umbral puede variar a se ausculta un cuarto ruido y, con menor frecuencia, un so-
lo largo del día y presentarse el dolor con los primeros es- plo sistólico de insuficiencia mitral por disfunción transitoria
fuerzos de la mañana, mientras que después se toleran ejerci- del músculo papilar, un desdoblamiento paradójico del se-
cios más vigorosos. Se admite que, en estos casos, los cam- gundo ruido o un tercer ruido. La presencia de hipotensión
bios en el tono arterial coronario modifican el grado de arterial e insuficiencia cardíaca durante las crisis anginosas
estenosis y, por tanto, la capacidad de esfuerzo. se ha señalado como signo de gravedad y con frecuencia se
Según su gravedad y la limitación funcional que impone al asocia a lesiones aterosclerosas coronarias graves e, incluso,
paciente, la angina de esfuerzo se divide en cuatro grados si- afección del tronco principal de la coronaria izquierda, con
guiendo la clasificación de la Canadian Cardiovascular Society: isquemia de una amplia zona de miocardio. Todos estos sig-
Grado I. La actividad física no causa dolor; éste aparece nos remiten al desaparecer el dolor.
con los esfuerzos extenuantes, rápidos o prolongados.
Grado II. Limitación leve de la actividad física; el dolor Electrocardiograma. Aproximadamente el 50% de los pa-
aparece al caminar con paso normal dos o más travesías o cientes con angina crónica tienen un ECG normal durante el
subir más de un piso. reposo y en ausencia de dolor; el resto puede mostrar los
Grado III. Limitación importante de la capacidad funcio- signos electrocardiográficos de un infarto de miocardio anti-
nal; el dolor se presenta al subir un piso o caminar con paso guo, una depresión del segmento ST o cambios isquémicos
normal una travesía. de la onda T. En algunos casos se añaden además signos de
Grado IV. Incapacidad para llevar a cabo cualquier activi- hipertrofia ventricular secundaria a hipertensión arterial,
dad física sin la aparición de angina; el dolor puede aparecer bloqueos de rama, etc. El registro del ECG durante la crisis
en reposo. de dolor es de gran utilidad; en estas circunstancias es fre-
cuente la aparición de una depresión del segmento ST, cam-
Exploración física. La exploración es con frecuencia nor- bios en el voltaje y polaridad de la onda T y, más rara vez,
mal, en especial una vez que ha pasado la crisis; una explo- bloqueos de rama o trastornos del ritmo (fig. 3.127). Un ECG
ración cuidadosa permite descartar otras posibles causas de basal normal no permite descartar la enfermedad coronaria
dolor torácico y detectar factores de riesgo coronario. (un error frecuente en la práctica diaria); incluso durante

537
CARDIOLOGÍA

sulta extraordinariamente útil para evaluar la respuesta al tra-


tamiento; por todo ello una prueba de esfuerzo es obligada
en todo paciente coronario.

Estudios radioisotópicos. La prueba de esfuerzo conven-


cional tiene una sensibilidad y una especificidad limitadas
para el diagnóstico de insuficiencia coronaria; la utilización
simultánea de la gammagrafía con talio-201 o isonitrilos me-
jora el valor diagnóstico de la prueba (véase Cardiología nu-
clear).
Cuando el flujo coronario es normal, el radioisótopo se
distribuye de forma uniforme; si, por el contrario, la perfu-
sión está reducida en un área del miocardio, la gammagrafía
muestra un defecto o “zona fría” que permite localizar la
zona isquémica (fig. 3.129). La sensibilidad y la especificidad
de la prueba de esfuerzo combinada con la gammagrafía
con talio alcanzan el 80 y el 90%, respectivamente. Por su
mayor coste debe reservarse para los casos en que la prueba
de esfuerzo no es concluyente, es decir, pacientes con angi-
na típica y prueba de esfuerzo normal y enfermos con altera-
ciones basales del ECG que impiden su interpretación [blo-
queo de rama, síndrome de Wolff-Parkinson-White (WPW)].
La ventriculografía con 99mTc se utiliza para el análisis in-
cruento de la función ventricular tras el infarto de miocardio
o en cualquier otra situación en que se sospecha la presen-
cia de disfunción ventricular. Además, la disminución de la
Fig. 3.128. Prueba de esfuerzo positiva: descenso del segmento ST. fracción de eyección durante el ejercicio es también un sig-
no útil en el diagnóstico del enfermo coronario.

Ecocardiografía (véase Ecocardiografía-Doppler). El eco-


cardiograma constituye un método sensible e incruento para
el diagnóstico de los defectos segmentarios de la contractili-
dad y la evaluación global de la función ventricular. De esta
forma, el ecocardiograma es fundamental en el diagnóstico y
la evaluación de los pacientes con infarto de miocardio.
Además, se está utilizando en combinación con la prueba de
esfuerzo para el diagnóstico de la isquemia miocárdica (eco-
cardiografía de estrés). Para ello, se valoran las alteraciones
segmentarias de la contracción ventricular que aparecen du-
rante el ejercicio como consecuencia de la isquemia. Aproxi-
Fig. 3.129. Gammagrafía con talio en un paciente con isquemia an- madamente en el 80% de los casos se consiguen imágenes
terior. Se comprueba la ausencia de captación en la zona anterior (fle- adecuadas para el diagnóstico; la sensibilidad de esta técni-
chas), durante el esfuerzo (izquierda), que se corrige parcialmente en ca para el diagnóstico de isquemia es del 75-90%. En los ca-
la gammagrafía realizada en reposo 4 h más tarde (derecha). sos en que el paciente es incapaz de realizar un esfuerzo sufi-
ciente se utiliza el ecocardiograma en combinación con el
dipiridamol, de forma similar a la descrita para el talio.
las crisis anginosas el ECG puede permanecer sin cambios o
presentar signos inespecíficos, si bien estos casos son poco Cateterismo cardíaco. Coronariografía. Mediante la opa-
frecuentes. cificación del ventrículo izquierdo y de las arterias corona-
rias, el cateterismo cardíaco permite el análisis de la función
Ergometría. La prueba de esfuerzo estudia la respuesta clí- ventricular y el conocimiento del grado y la extensión de las
nica y electrocardiográfica a un ejercicio físico programado; lesiones coronarias (véase Métodos cruentos de exploración
constituye una prueba fundamental para el diagnóstico del cardíaca). Así pues, las indicaciones principales de esta téc-
paciente coronario y, además, proporciona datos sobre su nica son dos:
pronóstico y capacidad funcional (véase Prueba de esfuer- 1. El diagnóstico de la enfermedad en pacientes con un
zo). cuadro clínico y exploraciones incruentas dudosos o contra-
La prueba de esfuerzo se considera positiva si provoca do- dictorios.
lor o el segmento ST desciende al menos 1 mm (medido 0,08 2. El diagnóstico de la localización de las estenosis coro-
seg después del punto J), adoptando una forma horizontal narias en pacientes en los que está indicada la revasculariza-
(fig. 3.128). La sensibilidad de esta técnica para diagnosticar ción (los que no responden al tratamiento médico o tienen
enfermedad coronaria es del 60% y su especificidad del 90%. signos clínicos de mal pronóstico).
La prueba de esfuerzo se utilizó inicialmente con fines En ocasiones puede utilizarse para evaluar el pronóstico
diagnósticos; así, está indicada en los siguientes casos: a) pa- de un paciente determinado; de cualquier forma es una ex-
cientes con dolor anginoso típico y ECG de reposo normal; ploración que entraña cierto riesgo, por lo que debe em-
b) presencia de dolores atípicos pero sospechosos de ser co- plearse de forma selectiva y no indiscriminada.
ronarios, y c) pacientes con ECG anormal pero sin angina. En El grado de afectación coronaria observado durante la co-
los últimos años se ha empleado para valorar la capacidad ronariografía en las diferentes series de angina estable publi-
funcional de los enfermos y su pronóstico. En los pacientes cadas varía ligeramente; en general, existe una proporción si-
con angina estable se consideran signos de mal pronóstico la milar (25%) de pacientes con estenosis en una, dos o las tres
aparición precoz (menos de 6 min) de angina o cambios del arterias coronarias principales. El 5-10% muestra lesiones co-
segmento ST, la depresión de éste superior a 2 mm, la inca- ronarias no obstructivas e incluso puede tener un árbol coro-
pacidad para realizar un esfuerzo superior a 5 METS y el des- nario angiográficamente normal. Existen algunas diferencias
censo de la presión arterial durante el esfuerzo. También re- entre sexos; las mujeres tienen mayor prevalencia de corona-

538
CARDIOPATÍA ISQUÉMICA

rias normales, mientras que las lesiones del tronco común de forma adecuada. Los nitritos reducen el consumo de oxíge-
la coronaria izquierda son 6 veces más frecuentes en los va- no miocárdico al disminuir el retorno venoso y la poscarga.
rones. Al mismo tiempo causan vasodilatación coronaria, un meca-
La función ventricular es normal en la mayoría de los pa- nismo que puede ser importante cuando el espasmo desem-
cientes con angina estable y sin antecedentes de infarto de peña un papel en la producción de la angina.
miocardio. Durante la angina provocada mediante estimula- La nitroglicerina debe administrarse tan pronto como apa-
ción auricular rápida con un marcapasos pueden evidenciar- rezca el dolor e, incluso, utilizarse con carácter profiláctico si
se alteraciones segmentarias de la motilidad que reflejan is- el paciente ha de realizar un esfuerzo que presumiblemente
quemia miocárdica. le ocasionará dolor. El comprimido se fracciona con los
dientes y se deja debajo de la lengua, sin deglutir saliva du-
Evolución y pronóstico. El pronóstico de los pacientes con rante unos instantes; cuando se toma por primera vez convie-
angina estable, y en general del enfermo coronario, depende ne hacerlo sentado o en decúbito, ya que algunos enfermos
del estado de la función ventricular y de la extensión de las experimentan hipotensión y mareos con las dosis habituales
lesiones coronarias. Aproximadamente un tercio de los pa- (0,3-1 mg). El dolor suele aliviarse rápidamente, en 2-3 min,
cientes con angina de esfuerzo de comienzo reciente quedan aunque en ocasiones es necesario administrar 2-3 comprimi-
libres de síntomas de forma espontánea. En el estudio de Fra- dos separados por un intervalo de 5 min. Si con estas medi-
mingham, la mortalidad anual en la angina crónica estable das el dolor no cede, debe sospecharse la posibilidad de un
fue del 4%. El sexo maculino, el antecedente de hipertensión infarto de miocardio. Los efectos más frecuentes tras la admi-
y la presencia de arritmias se asocian a un mal pronóstico. nistración sublingual de nitratos son las cefaleas y la hipoten-
Asimismo, la insuficiencia cardíaca ocasiona una elevada sión.
mortalidad, próxima al 12% anual. Otro factor de riesgo es la Prevención de las crisis de angina. Cuando las crisis ocu-
presencia de depresión del segmento ST en el ECG basal. Por rren de forma muy aislada o guardan una relación muy estre-
último, los pacientes con pruebas de esfuerzo positivas a car- cha con ciertos esfuerzos –por ejemplo, la angina que ocurre
gas bajas (5 METS) o a frecuencias cardíacas inferiores a 120 por las mañanas con el primer esfuerzo del día (angina de
lat/min tienen una mortalidad del 15-20% anual y constituyen primoesfuerzo)– pueden controlarse fácilmente con nitratos
un grupo de alto riesgo en el que son frecuentes las lesiones de acción prolongada. Los preparados más útiles son los de
del tronco común de la coronaria izquierda. Los pacientes de mononitrato de isosorbide por vía oral y la nitroglicerina per-
estos grupos de mal pronóstico deben referirse para cateteris- cutánea. Por el contrario, el dinitrato de isosorbide tiene una
mo cardíaco y revascularización coronaria. biodisponibilidad variable debido a un efecto de primer
Como ya se ha mencionado, la coronariografía permite paso hepático. El principal problema que presentan estos fár-
una evaluación más precisa del pronóstico. Los enfermos macos es el desarrollo de tolerancia, en especial a dosis altas
con lesiones en un solo vaso coronario y función ventricular y con administración continuada durante las 24 h del día
normal tienen una mortalidad anual del 0,6%, que asciende (parches de nitroglicerina).
al 3,5% si la función ventricular es anormal. Estas cifras son, En los pacientes con angina de esfuerzo moderada o grave
respectivamente, del 1,6 y 5,6% para los pacientes con afec- (capacidad funcional grados II a IV), los bloqueadores beta-
ción de dos vasos, del 3,6 y 11% para los de tres y del 10 y drenérgicos son los fármacos de elección. Su efecto antiangi-
25% para los que presentan afección del tronco común de la noso se debe a la reducción del consumo de oxígeno provo-
coronaria izquierda. cada por la bradicardia y la disminución de la contractilidad
que determinan. Además, los bloqueadores beta aumentan
Tratamiento. 1. Medidas generales. Aliviar el dolor angi- el flujo coronario al alargar la diástole, al mismo tiempo que
noso, prevenir nuevas crisis e interrumpir el progreso de la reducen la taquicardia provocada por el ejercicio y contro-
aterosclerosis coronaria constituyen los tres objetivos princi- lan la presión arterial en los pacientes hipertensos. Todos los
pales del tratamiento de la angina estable. Como en todo pa- bloqueadores beta son eficaces en el tratamiento de la angi-
ciente coronario, el primer paso debe ser el control de los na de esfuerzo, y su elección depende fundamentalmente de
factores de riesgo, fundamentalmente el de la hipertensión la experiencia; en algunos pacientes con asma bronquial o
arterial, el abandono del tabaco y la modificación de la die- claudicación intermitente se utilizan preferentemente los car-
ta, que consiste en reducir el aporte de grasas y moderar el dioselectivos, aunque a dosis altas las diferencias entre los
consumo de café y alcohol. Además, deben corregirse, cuan- distintos tipos de bloqueadores betadrenérgicos se atenúan.
do existen, situaciones como la anemia o la hipoxemia, que Pueden combinarse con los nitratos de acción prolongada o
favorecen la aparición de isquemia. con los antagonistas del calcio, en especial el nifedipino, en
La educación del paciente ocupa un lugar importante en las formas rebeldes al tratamiento. Los bloqueadores beta
esta enfermedad; es imprescindible informarle de su natura- pueden elevar los niveles plasmáticos de triglicéridos y redu-
leza e infundirle confianza, animándolo a desarrollar una cir las HDL.
vida normal; casi todos los pacientes con angina crónica Aproximadamente el 20% de los pacientes con angina no
pueden permanecer activos laboralmente, excepto los que responden a los bloqueadores beta; además, existen múl-
desarrollan oficios especiales, como pilotos o conductores, o tiples contraindicaciones pulmonares (asma, enfermedad
trabajos que requieren un esfuerzo físico muy intenso. El pa- pulmonar crónica), cardíacas (insuficiencia cardíaca, bradi-
ciente debe conocer los esfuerzos y las situaciones que le cardia), circulatorias (claudicación) y neurológicas (depre-
provocan angina para evitarlos, así como la importancia de sión), entre otras. En estos casos los antagonistas del calcio
no realizar actividades físicas intensas tras las comidas, con son una buena alternativa, especialmente el verapamilo, que
tiempo frío o durante una situación de estrés. Por el contra- comparte con los bloqueadores beta los efectos bradicardi-
rio, se le debe recomendar que practique regularmente ejer- zante e inotrópico negativo. Se ha observado una mejoría clí-
cicio, de acuerdo con su sintomatología; en general, caminar nica, tanto con este fármaco como con el diltiazem y el nife-
4-6 km diarios es una medida prudente, pero algunos enfer- dipino, que se traduce en mayor capacidad de esfuerzo y
mos poco sintomáticos pueden realizar otros deportes como menor consumo de nitroglicerina (tablas 3.40 y 3.41).
ciclismo o tenis, siempre no competitivos y sin que le causen Un estudio reciente ha demostrado que el ácido acetilsali-
estrés o les provoquen molestias. Los ejercicios isométricos cílico (AAS) a dosis bajas (75 mg/día) en pacientes con angi-
deben desaconsejarse. na estable reduce la incidencia de muerte e infarto de mio-
cardio. Parece, pues, razonable aconsejar su administración
2. Tratamiento farmacológico. Tratamiento de las crisis an- en estos enfermos.
ginosas. La nitroglicerina sublingual, en forma de comprimi-
dos o aerosol, es el tratamiento de elección de las crisis angi- 3. Angioplastia coronaria transluminal percutánea (véa-
nosas y el paciente debe recibir instrucción para utilizarla de se Cateterismo terapéutico). En 1978 GRUNTZIG introdujo una

539
CARDIOLOGÍA

TABLA 3.40. Efectos de los fármacos antianginosos farto es del 1,5%. En el 30% de los casos se produce una rees-
tenosis durante el primer año.
Frecuencia Presión Contractilidad Resistencias
Fármacos
cardíaca arterial coronarias
4. Tratamiento quirúrgico. En los pacientes en los que el
Nitratos ↑* =↓ ↑* ↓ tratamiento médico es ineficaz o en aquellos que consideran
Bloqueadores inaceptable la calidad de vida que éste les proporciona, la ci-
beta ↓ ↓ ↓ ↑ rugía de revascularización mediante injerto venoso aortoco-
Antagonistas ronario o con la arteria mamaria interna consigue a menudo
del calcio
Verapamilo ↓ ↓ ↓ ↓ eliminar las crisis anginosas. Así pues, la indicación funda-
Nifedipino ↑* ↓ ↓ ↓ mental de esta cirugía es la angina rebelde al tratamiento far-
Diltiazem ↓= ↓ = ↓ macológico. Además, se ha demostrado que la cirugía mejo-
ra la expectativa de vida en ciertos grupos de pacientes de
*Efecto reflejo. alto riesgo, fundamentalmente aquellos con enfermedad del
↑: aumenta; ↓: disminuye; =: no se modifica.
tronco común de la coronaria izquierda o afectación de los
tres vasos coronarios y también los que presentan los signos
clínicos y ergométricos de mal pronóstico antes menciona-
TABLA 3.41. Dosis y efectos colaterales de los fármacos dos. En la angina estable, la mortalidad operatoria oscila en-
antianginosos tre el 1 y el 3%, excepto para los enfermos con afectación del
Vía de tronco común, en los que puede elevarse hasta el 10%; la
Fármacos Dosis Efecto máxima incidencia de infarto peroperatorio aceptable es del
administración
10% y la oclusión de los injertos coronarios no debe sobrepa-
Nitratos sar el 20% durante el primer año.
Nitroglicerina Sublingual 0,15-0,6 mg Cefalea,
hipotensión
Percutánea 2,15-15 mg/día; Cefaleas, Angina inestable
mantener el hipotensión
parche 12 h Algunos tipos de angina de pecho se consideran formas
y retirarlo, inestables de la enfermedad coronaria y su tratamiento difie-
dejando un re sensiblemente del de la angina crónica de esfuerzo. Bajo
intervalo libre el término de angina inestable se incluyen los siguientes ti-
de 12 h pos: a) angina inicial o de comienzo reciente (duración de
Mononitrato p.o. 20-40 mg Cefalea, los síntomas inferior a un mes); b) angina de esfuerzo cuyas
de sólo 3 hipotensión
isosorbide tomas para crisis dolorosas se hacen más frecuentes o de mayor dura-
dejar intervalo ción, son rebeldes a la nitroglicerina o se presentan con es-
libre fuerzos cada vez de menor intensidad (angina progresiva), y
Dinitrato de p.o. 20-40 mg Cefalea, c) angina de reposo. El término angina inestable ha despla-
isosorbide cada 6 h hipotensión zado a otras denominaciones, como insuficiencia coronaria
sólo 3 aguda, síndrome preinfarto o síndrome intermedio, con las
tomas para que se designaba hasta hace unos años a estas formas de an-
dejar intervalo gina. Indica una situación de evolución imprevisible, sin que
libre
ello implique necesariamente mal pronóstico.
Bloqueadores beta Su prevalencia es difícil de establecer, ya que una de sus
Propranolol p.o. 40-120 mg Hipotensión, formas, la angina inicial, pasa con frecuencia inadvertida y
cada 6-8 h broncospasmo, no se diagnostica. No obstante, aproximadamente el 20-30%
bradicardia, de los ingresos en una unidad coronaria están constituidos
bloqueo AV,
ICC
por angina inestable; una proporción similar de pacientes
Metoprolol p.o. 100-200 mg/día operados mediante injerto aortocoronario lo son por este
Atenolol p.o. 50-100 mg/día diagnóstico.
Desde el punto de vista de su fisiopatología, la angina ines-
Antagonistas del calcio table se interpreta como una fase evolutiva de la enfermedad
Verapamilo p.o. 80-120 mg Hipotensión, coronaria. En este sentido, la coronariografía de dichos en-
cada 8 h bradicardia, ICC
Nifedipino p.o. 10-20 mg Edemas, fermos muestra con frecuencia lesiones de bordes irregula-
cada 4-6 h rubefacción, res e imágenes de trombos intracoronarios, lo que sugiere la
hipotensión existencia de placas ateromatosas complicadas (rotura de
Diltiazem p.o. 60-120 mg Bradicardia, la íntima, hemorragias). En algunos pacientes se ha demos-
cada 6-8 h bloqueo AV trado que el espasmo coronario constituye la causa de las
ICC: insuficiencia cardíaca congestiva.
crisis dolorosas; la angina vasospástica o de Prinzmetal cons-
tituye un tipo particular de angina y se trata más adelante.

Diagnóstico. Las características del dolor son similares a las


nueva forma de tratamiento de la isquemia miocárdica con- de la angina estable y el diagnóstico se establece por los
sistente en dilatar la lesión aterosclerosa mediante un catéter cambios en la frecuencia y en la duración de las crisis o en
con un balón en su extremo. Inicialmente se la consideró su falta de relación con el esfuerzo. Las crisis pueden presen-
una alternativa al tratamiento quirúrgico y, por lo tanto, indi- tarse varias veces al día o ser resistentes a la nitroglicerina,
cada sólo en los pacientes que no respondían al tratamiento confiriendo un carácter de gravedad al cuadro.
farmacológico. Aunque en líneas generales este concepto La exploración física puede ser normal en ausencia de do-
continúa siendo válido, los buenos resultados que actual- lor coronario, mientras que los hallazgos durante las crisis
mente se obtienen han ampliado las indicaciones de la an- son similares a los descritos para la angina estable: tercero y
gioplastia coronaria. Está contraindicada en pacientes con cuarto ruidos, soplo sistólico de regurgitación mitral y altera-
lesiones difusas y distales o en las localizadas en el tronco ciones de la presión arterial, entre otros.
común de la coronaria izquierda. En manos experimentadas, Aunque un ECG normal no excluye el diagnóstico de angi-
el porcentaje de éxitos sobrepasa el 90%, la mortalidad oscila na inestable, la mayoría de los pacientes presentan alteracio-
entre el 0,2 y el 0,5%, y el 2,5% de los enfermos requieren re- nes de la repolarización, en especial durante las crisis de do-
vascularización quirúrgica de urgencia. La incidencia de in- lor; en ellas es muy frecuente la depresión del segmento ST,

540
CARDIOPATÍA ISQUÉMICA

Fig. 3.130. Coronariografía normal de las arterias derecha (A) e izquierda (B); estenosis significativa en la arteria coronaria derecha (flecha)
(C) y placa complicada con ulceración en la arteria circunfleja (flecha) (D).

el aplanamiento o la inversión de la onda T, la normali- primeros días y una vez que el dolor se ha controlado; no
zación de una onda T previamente negativa y, en ocasiones, obstante, si la medicación se muestra ineficaz en las prime-
la elevación del segmento ST. Como ya se ha mencionado, la ras 24-48 h, hay que proceder a su realización.
combinación de dolor en reposo, supradesnivel del segmen- El patrón angiográfico de la angina inestable no difiere, en
to ST durante las crisis y arritmias caracteriza la angina vasos- cuanto a gravedad y distribución de las lesiones, del de la
pástica, variante o de Prinzmetal. angina estable. Alrededor de un tercio de los enfermos tie-
Aproximadamente en el 8-10% de los enfermos con angina nen lesiones de una sola arteria coronaria, y un número simi-
inestable la gammagrafía con pirofosfato de tecnecio es posi- lar presenta afectación de dos o tres vasos; en el 10% de los
tiva en ausencia de otros signos clínicos, electrocardiográfi- casos las coronarias son angiográficamente normales, tratán-
cos o enzimáticos de infarto de miocardio. No obstante, este dose de pacientes con angina vasospástica o dolores no co-
hallazgo suele interpretarse como sugestivo de una pequeña ronarios. La prevalencia de lesiones del tronco común de la
necrosis sin traducción clínica. coronaria izquierda se aproxima al 15%, y en la mayoría de
La prueba de esfuerzo no está indicada hasta que el pa- estos casos existen además lesiones de dos o las tres arterias
ciente se ha estabilizado y las crisis anginosas han desapare- principales. A diferencia de lo que ocurre en los pacientes
cido; en este momento es de gran utilidad para detectar a los con angina de esfuerzo estable, las lesiones coronarias apa-
pacientes con lesiones coronarias graves candidatos a revas- recen en la angiografía como excéntricas y de bordes irregu-
cularización miocárdica. lares, indicando la presencia de una placa ateromatosa com-
plicada, es decir, con rotura y ulceración de la íntima,
Coronariografía. La coronariografía está indicada en la ma- hemorragia y, a menudo, trombosis (fig. 3.130).
yoría de los pacientes con angina inestable. Una excepción
la constituyen los enfermos con angina de esfuerzo inicial Evolución y pronóstico. La angina inestable tiene un pro-
que se controla rápidamente con el tratamiento y no se nóstico algo peor que la angina crónica de esfuerzo; alrede-
acompaña de cambios en el ECG; estos pacientes suelen te- dor del 15-25% de los enfermos padecen un infarto de miocar-
ner un pronóstico excelente, sobre todo si la prueba de es- dio durante el año que sigue a la presentación de los
fuerzo posterior no muestra signos de isquemia grave. Si es síntomas, y el 8-20% fallece durante el mismo período. Ade-
posible, el estudio angiográfico debe efectuarse pasados los más, un número sustancial de ellos requiere cirugía de revas-

541
CARDIOLOGÍA

cularización para el control de dolor anginoso. El pronóstico plicarse con un infarto de miocardio o muerte súbita. La an-
durante la fase de hospitalización ha mejorado con la admi- gina variante representa aproximadamente el 5% de todos
nistración de AAS y heparina; la incidencia de muerte o rein- los ingresos por angina inestable. Aunque en la descripción
farto con este tratamiento es del 1-3%. Los factores que indi- inicial de PRINZMETAL los pacientes tenían aterosclerosis coro-
can un pronóstico desfavorable son el antecedente de infarto naria grave, el cuadro clínico puede presentarse tanto en pa-
previo, la ausencia de respuesta a la medicación, la recurren- cientes con lesiones como en enfermos con arterias angio-
cia de las crisis, un ECG basal anormal y la depresión o la ele- gráficamente normales; en cualquier caso, el mecanismo
vación del segmento ST durante el dolor, así como la presen- responsable es un espasmo localizado en un segmento de la
cia de lesiones en los tres vasos coronarios principales o en el arteria coronaria; en alrededor el 25% de los casos existe el
tronco común de la coronaria izquierda. Una prueba de es- antecedente de migrañas o enfermedad de Raynaud.
fuerzo muy positiva una vez pasada la fase de inestabilidad El dolor de la angina variante es similar al de la angina tí-
tiene igual significado que en la angina estable. pica, excepto por su falta de relación con el esfuerzo y por la
tendencia a presentarse durante el reposo nocturno. No obs-
Tratamiento. Debido a la elevada incidencia de infarto de tante, cuando el paciente tiene lesiones aterosclerosas obs-
miocardio y muerte súbita, los pacientes con angina inesta- tructivas, puede mostrar una combinación de angina de re-
ble deben ingresarse con la máxima prioridad en la unidad poso y esfuerzo. Es característica la gran variabilidad en la
coronaria. El reposo absoluto, la administración de ansiolíti- frecuencia y la intensidad de las crisis, que pueden alternar
cos y el tratamiento de los factores desencadenantes o agra- con largos períodos asintomáticos. La exploración física es
vantes (fiebre, infecciones, insuficiencia cardíaca, hiperten- normal en ausencia de dolor y muestra signos de disfunción
sión), si los hubiera, constituyen medidas comunes a los ventricular o alteraciones del ritmo durante las crisis.
distintos tipos de angina inestable. Varios estudios han de- El ECG suele ser normal, en especial en ausencia de obs-
mostrado que la administración de AAS, a dosis de 325 mg 1- trucciones coronarias fijas; durante las crisis aparece la ele-
3 veces por día, reduce la incidencia de infarto y la mortali- vación característica del segmento ST (fig. 3.131). En ocasio-
dad en los meses siguientes. Uno de dichos estudios, nes, la monitorización continua del ECG muestra episodios
además, reveló que la heparina por vía intravenosa posee un de elevación o depresión del segmento ST sin dolor (isque-
efecto igualmente beneficioso sobre el pronóstico. Por el mia silente, que puede observarse en otras formas de angi-
contrario, el tratamiento trombolítico no se ha mostrado efi- na). La prueba de esfuerzo suele ser negativa cuando no
caz. Por ello, la pauta más aceptada en la actualidad incluye existen lesiones obstructivas, aunque se ha comprobado la
la administración de heparina y AAS. provocación del espasmo por el ejercicio.
Si el paciente no recibía tratamiento previo, la elección La coronariografía está indicada en todos los pacientes en
del fármaco depende del tipo de angina; en la de esfuerzo los que se sospecha una angina variante, con el objeto de
progresiva o inicial se prefiere comenzar el tratamiento con descartar o confirmar la presencia de lesiones aterosclerosas.
bloqueadores betadrenérgicos y nitratos orales; por el con- El 10-30% de los casos presentan una coronariografía normal,
trario, si el dolor aparece en reposo se inicia con antagonis- aproximadamente el 35% tienen afectación de un solo vaso
tas del calcio. De cualquier forma, se han observado efectos coronario, y el 30%, lesiones de dos o las tres arterias princi-
beneficiosos de todos estos fármacos con independencia de pales. Los pacientes con espasmo coronario presentan una
las características del dolor. Las dosis deben aumentarse respuesta muy acentuada a la administración de ergonovina,
de modo progresivo y el tratamiento ajustarse según la res- que reproduce el cuadro clínico y electrocardiográfico de la
puesta; se pueden combinar antagonistas del calcio (en par- angina variante; la prueba de la ergonovina está indicada en
ticular nifedipino) y bloqueadores beta si se alcanzan las do- los pacientes con sospecha de angina variante en los que no
sis máximas tolerables de cualquiera de ellos sin conseguir ha podido registrarse un episodio típico con cambios electro-
el efecto deseado. cardiográficos y que muestran arterias normales en la coro-
En los pacientes con angina previa que ya recibían trata- nariografía. Es una prueba potencialmente peligrosa que
miento se aconseja mantener el mismo fármaco, aumentan- debe practicarse siempre en una unidad coronaria o en el la-
do la dosis si es posible o combinándolo con otro. Cuando boratorio de hemodinámica; no debe realizarse cuando no
las crisis anginosas son muy frecuentes (tres o más al día), se conoce el estado del árbol coronario o cuando existen le-
prolongadas o se acompañan de cambios en el segmento ST siones obstructivas graves, debido a la posibilidad de provo-
se inicia simultáneamente la perfusión de nitroglicerina intra- car una isquemia rebelde al tratamiento.
venosa y se mantiene hasta el control de los síntomas. Con El pronóstico de estos pacientes depende fundamental-
estas medidas terapéuticas quedan asintomáticos entre el 70 mente del estado del árbol coronario. Los enfermos con an-
y el 90% de los pacientes con angina inestable. En los casos gina variante y lesiones obstructivas graves constituyen un
en que el dolor persiste más de 48 h a pesar de un tratamien- grupo de alto riesgo, con una incidencia de infarto y muerte
to médico correcto, debe practicarse una coronariografía de durante el primer año del 20 y 15%, respectivamente. En los
urgencia; en algunos pacientes la implantación de un balón restantes casos el pronóstico es benigno, con largos períodos
de contrapulsación intraórtico permite controlar el dolor y de remisión.
realizar el estudio hemodinámico con menor riesgo. En estos Las crisis anginosas responden bien a los nitratos, tanto
pacientes están indicadas la cirugía o la angioplastia, según por vía sublingual como intravenosa. Los antagonistas del
las lesiones coronarias que se encuentren. calcio son los fármacos de elección para la prevención de
En los restantes enfermos, en los que el tratamiento farma- las crisis; los bloqueadores betadrenérgicos están contraindi-
cológico consigue controlar el dolor, debe practicarse una cados en los casos de angina vasospástica, en particular
prueba de esfuerzo con el fin de evaluar el riesgo y seleccio- cuando no hay lesiones obstructivas fijas. De igual forma, la
nar los que requieren coronariografía; algunos autores reco- cirugía de revascularización y la angioplastia no están indica-
miendan practicar el estudio hemodinámico a todos los pa- das, excepto que existan lesiones aterosclerosas. Algunos au-
cientes, incluso si se encuentran asintomáticos; no obstante, tores han propuesto la plexectomía como alternativa para el
esta pauta más agresiva no se traduce en un mejor pronóstico. tratamiento del espasmo coronario rebelde a los fármacos.

Angina variante Infarto de miocardio


En 1959 PRINZMETAL describió un tipo de angina caracteri-
zada por crisis dolorosas en reposo y elevación del segmento Con este término se designa la necrosis miocárdica aguda
ST durante éstas. En ocasiones, los episodios de angina se de origen isquémico, secundaria generalmente a la oclusión
acompañan de arritmias, como extrasistolia, taquicardia ven- trombótica de una arteria coronaria. A pesar de algunas ob-
tricular o bloqueo auriculoventricular (AV), y pueden com- servaciones previas aisladas, se atribuye a HERRICK la primera

542
CARDIOPATÍA ISQUÉMICA

Fig. 3.131. Angina variante o de Prinzmetal. Elevación del segmento ST durante el dolor.

descripción del cuadro clínico del infarto de miocardio. Du- necrótica se inician en las primeras horas y se deben al desli-
rante muchos años fue un diagnóstico poco frecuente, pero zamiento y realineación de los miocitos; el grado de expan-
tras la difusión de la electrocardiografía clínica pasó a consi- sión depende directamente del tamaño del infarto y, por
derarse una de las primeras causas de muerte en muchos ello, se observa con mayor frecuencia en los infartos trans-
países. Su incidencia varía ampliamente de unas comunida- murales extensos, especialmente los de localización anterior.
des a otras, oscilando entre el 0,8 y el 7,5 por 1.000 habitan- La expansión puede favorecer la rotura cardíaca y la forma-
tes y por año; existe un claro predominio entre los varones y ción de un aneurisma ventricular, una complicación que
su mayor incidencia se presenta entre los 55 y los 65 años. El ocurre en el 8-20% de los infartos. El aumento de la tensión
infarto de miocardio es, además, la manifestación inicial de que se produce en la pared normal del ventrículo como con-
la enfermedad en alrededor de la mitad de los pacientes co- secuencia de la expansión, estimula la hipertrofia y dilata-
ronarios. No sólo es una enfermedad frecuente, sino alta- ción del tejido sano, conduciendo al remodelado y a la dis-
mente letal, cuya mortalidad durante la fase aguda se ha esti- función ventricular.
mado entre el 20 y el 50%. El infarto puede abarcar todo el espesor de la pared, en
cuyo caso se denomina transmural, o bien limitarse al tercio
Anatomía patológica. Miocardio. La lesión histológica fun- o a la mitad interna de ella, lo que se conoce como infarto
damental en el infarto de miocardio es la necrosis isquémi- subendocárdico o no transmural. La necrosis afecta, prácti-
ca, ausente en la angina de pecho debido a que, en ésta, por camente en todos los casos, el ventrículo izquierdo, aunque
la menor duración e intensidad de la isquemia, no se llega puede extenderse al ventrículo derecho o a las aurículas; su
a la muerte celular. Tras la necrosis se producen la elimina- tamaño oscila entre unos centímetros y el 50% o más de la
ción del tejido necrótico y la organización y cicatrización del masa ventricular.
infarto. Arterias coronarias. Las arterias coronarias presentan, en la
Al principio, las lesiones son exclusivamente microscópi- mayoría de los casos (95%), lesiones ateromatosas obstructi-
cas y consisten en una ondulación de las fibras musculares; vas. En los infartos transmurales, la arteria que irriga la zona
a las 6 h se observan edema, depósito de grasa en los mioci- del infarto se encuentra ocluida con frecuencia por un trom-
tos y extravasación de hematíes; a las 24 h hay fragmenta- bo fresco, único, de unos 2-3 cm, adherido a una placa ate-
ción e hialinización de las fibras musculares, con pérdida de rosclerosa, que casi siempre muestra lesiones agudas, como
la estriación normal y eosinofilia (necrosis por coagulación). fisuración o rotura de la íntima y hemorragias.
En los infartos en los que se produce la reperfusión miocárdi-
ca aparece un tipo de necrosis consistente en bandas eosinó- Fisiopatología y etiología. La rotura de la placa es proba-
filas transversales en las fibras musculares cardíacas lesiona- blemente la circunstancia que desencadena el infarto, al ex-
das, producidas por la hipercontracción de las miofibrillas poner el colágeno subendotelial a la acción de las plaquetas
(necrosis en bandas de contracción). Simultáneamente se y provocar su activación, la formación de agregados y la libe-
inicia una reacción inflamatoria con un infiltrado leucocita- ración de sustancias vasoactivas que, como el tromboxano,
rio que persiste 2-3 semanas. Al comienzo de la segunda se- inducen espasmo y contribuyen a la oclusión del vaso. Todo
mana la zona es invadida desde la periferia por capilares y ello, en definitiva, determina la formación de un trombo,
tejido conjuntivo; la producción de colágeno convierte el te- que, como ya se ha mencionado, se halla presente en la ma-
jido de granulación en una cicatriz fibrosa en el término de 6 yoría de los pacientes. Así pues, aunque durante años se ha-
a 8 semanas. bía discutido el papel de la trombosis en la génesis del infar-
El infarto provoca cambios en la arquitectura del ventrícu- to, sugiriéndose que el trombo sería consecuencia y no
lo que influyen en la función ventricular residual. Estos cam- causa de la oclusión arterial, con la introducción del trata-
bios se denominan remodelado ventricular e incluyen la ex- miento trombolítico y la realización de coronariografías en la
pansión de la zona necrótica y la hipertrofia y dilatación de fase precoz del infarto esta teoría ya no puede sostenerse. En
la zona normal. La expansión y el adelgazamiento del área las horas y los días siguientes, el trombo sufre un proceso de

543
CARDIOLOGÍA

TABLA 3.42. Formas atípicas de presentación del infarto El colapso y de la presión auricular se acentúa y, en los casos
de miocardio de infarto ventricular derecho masivo, se pierde la morfolo-
gía habitual de la presión pulmonar ante la incapacidad del
Localización atípica del dolor, sólo en mandíbula, hombro, ventrículo para generar presión. La hipovolemia enmascara
dolor abdominal simulando abdomen agudo
Náuseas y vómitos sin dolor, no infrecuente en los infartos estos signos, que con frecuencia se ponen de manifiesto al
de localización inferior forzar la administración de líquidos.
Angina de pecho clásica sin aumento en la duración
o la intensidad del dolor Diagnóstico. Cuadro clínico. El dolor es el síntoma domi-
Insuficiencia cardíaca aguda nante en la mayoría de los casos; sus características son si-
Accidente embólico: accidente vascular cerebral, embolia milares en cuanto a calidad, localización e irradiación al de
sistémica la angina; no obstante, suele ser más intenso y prolongado,
Síncope por arritmias no responde a la nitroglicerina y se acompaña de manifesta-
Alteraciones psiquiátricas como manía o psicosis aguda
ciones vegetativas. De cualquier forma, la intensidad del do-
lor y en general la gravedad del cuadro son muy variables y
no guardan relación con la extensión y la importancia de la
lisis, de forma que la prevalencia de oclusión completa es necrosis.
del 50% a los 15 días y del 45% al mes. Aproximadamente en la mitad de los casos existe el ante-
En algunos pacientes se ha demostrado que el espasmo cedente de dolor anginoso en los días o semanas previos al
coronario puede causar infarto de miocardio; no obstante, infarto. Con frecuencia, estas molestias no se diagnostican
esta circunstancia es, al parecer, rara y la administración in- correctamente y sólo a posteriori se catalogan de angina. El
tracoronaria de nitroglicerina durante las primeras horas sólo dolor no guarda relación con el esfuerzo y en más del 50%
conduce a la reapertura de la arteria en un número muy limi- de los casos aparece cuando el paciente se halla en reposo,
tado de casos. Finalmente, la disección aórtica o coronaria, con frecuencia durante la noche y determina su despertar; es
una embolia, las anomalías congénitas de las arterias corona- poco habitual que se presente tras un esfuerzo intenso o
rias, su laceración por un traumatismo y la arteritis, entre extenuante. La mayor incidencia de infarto ocurre durante
otras causas, pueden reducir la perfusión hasta un nivel críti- la mañana, hacia las 9:00, y coincide con los cambios en la
co, provocar isquemia y conducir a la necrosis miocárdica; agregabilidad plaquetaria y en los niveles de cortisol que
no obstante, suelen ser mecanismos muy poco frecuentes. ocurren a estas horas.
En los últimos años se han descrito con cierta frecuencia ca- El cuadro clínico se acompaña casi constantemente de
sos de infarto de miocardio por consumo de cocaína; esta sudación fría, debilidad, náuseas, vómitos, angustia y sensa-
droga provoca espasmo coronario y aumenta el consumo de ción de muerte inminente. Todo ello confiere al cuadro
oxígeno del miocardio. una sensación de gravedad que lo diferencia de la crisis an-
Una vez producida la oclusión coronaria, la zona de mio- ginosa.
cardio irrigada por la arteria afecta queda isquémica; debido Alrededor del 25% de los infartos de miocardio no se reco-
en parte a la presencia de colaterales que permiten cierto flu- nocen clínicamente; la mitad de ellos cursan de forma asin-
jo de sangre, la necrosis no se establece de forma inmediata tomática y el diagnóstico se realiza de forma retrospectiva al
sino progresiva, desde el subendocardio hacia el epicardio. registrar un ECG; en el resto, el dolor es atípico o no está pre-
Experimentalmente, tras 40 min de oclusión, la necrosis al- sente, pero pueden observarse otras manifestaciones clínicas
canza alrededor del 35% del miocardio irrigado por ella; a debidas al síndrome vegetativo o a alguna de las complica-
las 3 h esta proporción es ya del 57%, y a las 6 h, del 75%. Por ciones del infarto. Así, el dolor puede localizarse exclusiva-
este motivo, las intervenciones terapéuticas destinadas a evi- mente en los brazos o en el epigastrio; otras veces, por el
tar o reducir la necrosis deben instaurarse durante las prime- contrario, los síntomas dominantes son las náuseas y los vó-
ras 3-4 h de iniciados los síntomas. Además, pasado este pe- mitos, que simulan un cuadro digestivo, o bien predominan
ríodo, el restablecimiento del flujo coronario puede producir la disnea, un síncope o un accidente vascular cerebral. La
una hemorragia en la zona infartada, cuya importancia fun- ausencia de dolor es más frecuente en los pacientes diabéti-
cional está en discusión. En resumen, la necrosis es un fenó- cos y en los de edad avanzada (tabla 3.42).
meno dinámico y su extensión definitiva dependerá funda- La exploración física es muy variable; durante los episo-
mentalmente de la masa ventricular irrigada por la arteria dios de dolor, el paciente se encuentra pálido, sudoroso e in-
ocluida, de la existencia de colaterales, de la presencia de tranquilo. El pulso suele ser rápido, excepto si existe bradi-
lesiones obstructivas en las arterias de las que parten dichas cardia (muy frecuente durante las primeras horas) o bloqueo
colaterales, de la posibilidad de una reperfusión miocár- AV. La hipotensión es también habitual mientras persisten
dica precoz por lisis espontánea o terapéutica del trombo y, el dolor y la bradicardia; cuando se prolonga, debe sospe-
en mucho menor grado, de las demandas de oxígeno del charse la posibilidad de un shock cardiogénico. De cual-
músculo isquémico. quier forma, la presión puede ser normal e incluso detectar-
La repercusión del infarto sobre la situación hemodinámi- se hipertensión secundaria a una descarga adrenérgica. La
ca del paciente es muy variable y depende de la extensión palpación precordial puede mostrar un doble impulso apical
de la necrosis y del estado de la función ventricular previa al por discinesia ventricular; en la auscultación casi siempre se
infarto. Aproximadamente el 80% de los enfermos muestran detectan un cuarto ruido y la disminución en la intensidad
una elevación de la presión de llenado ventricular izquierda de los ruidos cardíacos; con menor frecuencia se ausculta un
por encima del límite normal (12 mmHg); sin embargo, se ha soplo sistólico de regurgitación mitral. En presencia de insufi-
demostrado que en estos pacientes la presión telediastólica ciencia cardíaca pueden aparecer un tercer ruido con
ventricular óptima se sitúa alrededor de 18 mmHg, debido a cadencia de galope, un desdoblamiento paradójico del se-
los cambios en la distensibilidad ventricular. La respuesta del gundo ruido y estertores pulmonares. La afectación del ven-
gasto cardíaco es, asimismo, variable y los pacientes sin sig- trículo derecho se manifiesta por signos de fallo ventricular
nos de insuficiencia cardíaca suelen cursar con un índice derecho, que incluyen ingurgitación yugular, hepatomegalia
cardíaco normal. De acuerdo con el grado de disfunción y reflujo hepatoyugular. Una exploración normal no descarta
ventricular puede observarse activación del sistema simpáti- la existencia de un infarto de miocardio.
co, y elevación del factor natriurético auricular, la angiotensi-
na y la aldosterona en plasma. Electrocardiograma. Junto a la clínica y las determinacio-
Cuando el infarto se extiende al ventrículo derecho, la pre- nes enzimáticas constituye un elemento fundamental para el
sión telediastólica en esta cavidad y, por consiguiente, la diagnóstico del infarto agudo; además, permite analizar su
presión media de la aurícula derecha se elevan, llegando a evolución, localizar la necrosis y evaluar de forma aproxima-
igualar e incluso a superar a la presión pulmonar enclavada. da su extensión. La génesis de los signos de isquemia, lesión

544
CARDIOPATÍA ISQUÉMICA

TABLA 3.43. Localización del infarto de miocardio según el ECG


Localización Derivaciones Criterios
Anterior

}
Septal V1 y V2
Apical V3 y V4
Anteroseptal V1-V4 Q > 0,04 seg y/o
Lateral bajo V5 y V6 Q > 25% altura QRS
Lateral alto DI y aVL
Anterior extenso DI, aVL, V1-V6
Inferior DII, DIII, aVF
Posterior V1 y V2 R>S
No transmural ST ↓
(sin Q) ↓ voltaje R

y necrosis en el ECG se estudia detalladamente en Electro-


cardiografía.
La interrupción experimental del flujo coronario determi-
na, casi de manera instantánea, cambios en el ECG que ini-
cialmente se circunscriben a la onda T; ésta aumenta de ta-
maño y se vuelve simétrica, lo que en electrocardiografía se
denomina fase de isquemia. Unos minutos más tarde, si per-
siste la interrupción del flujo coronario, el segmento ST se
desplaza hacia arriba y adopta una forma convexa que ca-
racteriza la denominada fase de lesión. Hasta este punto los
cambios en el ECG son idénticos a los de la angina variante
y, como en ella, reversibles si se restablece el flujo arterial.
En caso contrario se inicia la necrosis celular, que se mani-
fiesta eléctricamente por ondas Q de amplitud superior al
25% del complejo QRS o de duración mayor de 0,04 seg.
En la mayoría de los pacientes, el primer ECG se registra
un tiempo después del inicio de los síntomas y presenta, en
las derivaciones que exploran directamente la zona del infar-
to, una combinación de los signos de isquemia y lesión. Con
frecuencia aparecen ya ondas Q, que se hacen más eviden-
tes en los trazados posteriores, al mismo tiempo que disminu-
ye el voltaje de la onda R. En los días posteriores, el segmen-
to ST desciende y puede llegar a normalizarse, mientras que
la onda T se vuelve más negativa; con el tiempo, sin embar-
go, puede llegar a normalizarse. La onda Q, por el contrario,
suele persistir definitivamente, excepto en una pequeña pro-
porción de pacientes (6%) en los que el ECG llega a ser nor-
mal.
Las derivaciones electrocardiográficas que presentan
onda Q, elevación del segmento ST e inversión de la onda T
orientan sobre la localización del infarto. Sin embargo, hay
que señalar que no se ha observado una correlación estricta
entre los resultados de la autopsia y los datos electrocardio-
gráficos. La localización del infarto puede tener importancia
pronóstica; se acepta que, en general, los infartos anteriores
tienen peor pronóstico, ya que se complican más a menudo
con shock cardiogénico, aneurismas ventriculares y trastor-
nos graves de la conducción intraventricular. Las derivacio-
nes alejadas u opuestas a la zona necrosada muestran cam-
bios electrocardiográficos indirectos o en espejo (ondas R
altas, depresión del segmento ST y ondas T positivas) que Fig. 3.132. ECG correspondientes a 3 pacientes con infarto de mio-
son de utilidad en el diagnóstico de algunos infartos de loca- cardio. A. Infarto anterior agudo de 2 h de evolución. B. Infarto inferior
lización posterior. En la tabla 3.43 se muestran los criterios agudo. C. Infarto inferior en fase crónica.
electrocardiográficos que permiten la localización del infarto
de miocardio (fig. 3.132).
El diagnóstico electrocardiográfico de infarto puede ser di- estricta entre los hallazgos electrocardiográficos y anatomo-
fícil en presencia de algunos trastornos de la conducción patológicos, de forma que algunos infartos sin onda Q apare-
como el bloqueo de rama izquierda. Cuando la necrosis no cen en la autopsia como transmurales; por este motivo, los
es transmural la onda Q suele faltar y el diagnóstico debe términos infarto subendocárdico y no transmural en la actua-
realizarse por los cambios de la repolarización (depresión lidad tienden a sustituirse por el de infarto sin onda Q.
del segmento ST) y, en ocasiones, por una disminución del Los signos electrocardiográficos de infarto de ventrículo
voltaje de la onda R. En estos casos, las determinaciones en- derecho o de infarto auricular son más inespecíficos y a me-
zimáticas, la historia clínica, el vectocardiograma y, eventual- nudo el diagnóstico se basa exclusivamente en criterios clíni-
mente, los estudios isotópicos permiten el diagnóstico defini- cos; el primero suele dar elevación del segmento ST en la de-
tivo. Como ya se ha indicado, no existe una correlación rivación V4R (quinto espacio intercostal y línea clavicular

545
CARDIOLOGÍA

media del lado derecho), y el segundo depresión del espacio fía con 99mTc se limitan a los casos en que el diagnóstico elec-
PR. trocardiográfico no es posible (bloqueo de rama izquierda,
necrosis antigua). El talio-201, por el contrario, se distribuye
Exámenes de laboratorio. El infarto de miocardio ocasio- en las zonas del miocardio con perfusión normal, de forma
na diversas alteraciones humorales, como leucocitosis y au- que las áreas de necrosis aparecen como zonas frías en la
mento de la velocidad de sedimentación globular (VSG). No gammagrafía. En la práctica no se utiliza para el diagnóstico
obstante, desde el punto de vista diagnóstico, sólo tiene im- del infarto agudo.
portancia el aumento en la actividad sérica de ciertas enzi-
mas, liberadas al torrente circulatorio como consecuencia Ecocardiografía. La ecocardiografía bidimensional constitu-
de la necrosis. En la práctica se determinan tres de ellas, la ye un método esencial para el diagnóstico del infarto de mio-
CK, la transaminasa glutámico-oxalacética (ASAT) y la lácti- cardio y sus complicaciones mecánicas, a la vez que permite
co-deshidrogenasa (LDH). La velocidad con que se activan una evaluación incruenta de la función cardíaca y del pro-
es diferente para cada una de ellas; la más precoz es la CK nóstico. Aproximadamente en el 80% de los pacientes se ob-
(6-8 h), intermedia la ASAT (8-12 h) y más tardía la LDH (24- tienen registros de buena calidad, y en el 90% de éstos pue-
48 h). Los valores de las dos primeras se normalizan al cabo den detectarse alteraciones de la motilidad ventricular que
de 3-4 días, mientras que la LDH permanece elevada entre 8 confirman el diagnóstico de infarto. Por ello, está indicada
y 14 días. en los pacientes con un cuadro sugestivo de infarto en los
Es importante recordar que estas enzimas no son específi- que el ECG es normal o presenta anormalidades que dificul-
cas del corazón, puesto que se encuentran en otros tejidos; tan su interpretación (bloqueo de rama, síndrome de WPW).
por consiguiente, un valor anormal de cualquiera de ellas También debe realizarse con urgencia ante la sospecha de
puede deberse a un proceso distinto al infarto. Así pues, para una complicación mecánica del infarto. Finalmente, antes
sustentar el diagnóstico de necrosis miocárdica se realizan del alta, la ecocardiografía proporciona una información fi-
determinaciones seriadas durante los primeros 3-4 días y se dedigna sobre el estado funcional del ventrículo y, en conse-
requiere que muestren la curva de ascenso y su normaliza- cuencia, permite valorar el pronóstico.
ción típica para cada una de ellas. La determinación de las
isoenzimas de la CK y de la LDH facilita el diagnóstico y per- Cateterismo cardíaco. Coronariografía. La valoración he-
mite conocer si el aumento se debe específicamente a un in- modinámica del paciente con infarto agudo de miocardio
farto de miocardio, ya que las isoenzimas CK-MB y la LDH1 puede realizarse en la actualidad fácilmente mediante caté-
son casi exclusivas en el corazón. Además, la primera puede teres flotantes con balón, dirigidos por el flujo sanguíneo.
estar anormalmente elevada en algunos casos en que la acti- Los catéteres pueden introducirse hasta la arteria pulmonar
vidad de la CK total es normal. a la cabecera del enfermo sin equipo de rayos X y permiten
Los valores máximos de estas enzimas presentan una co- la determinación de las presiones de las cavidades dere-
rrelación discreta con la extensión de la necrosis y se han uti- chas, la presión pulmonar enclavada (equivalente a la pre-
lizado con fines pronósticos; no obstante, existen muchos sión telediastólica del ventrículo izquierdo) y el gasto car-
factores diferentes que influyen en el grado de actividad en- díaco. La monitorización hemodinámica está indicada
zimática, por lo que este parámetro sólo tiene un valor orien- cuando el infarto se complica con insuficiencia cardíaca, hi-
tativo. La determinación seriada de la CK o de su isoenzima potensión, shock cardiogénico, taponamiento, rotura septal
MB, cada 2-4 h durante los primeros días, permite calcular el o del músculo papilar y, en general, cuando se requiere la
área de la curva de eliminación enzimática y estimar la mag- administración de fármacos vasodilatadores o inotrópicos.
nitud del infarto con mayor precisión. De cualquier forma, es Los hallazgos hemodinámicos tienen valor pronóstico, y el
un parámetro de cálculo complejo y carece de utilidad prác- grado de disfunción ventricular se correlaciona con la mor-
tica. talidad (tabla 3.44).
En los últimos años se han desarrollado técnicas para la En la fase aguda del infarto, la coronariografía sólo está in-
determinación de la mioglobina y la miosina; aunque toda- dicada en los pacientes con angina postinfarto rebelde al tra-
vía no se ha generalizado su uso, es posible que permitan un tamiento farmacológico y en aquellos con complicaciones
diagnóstico más precoz y tengan mayor especificidad que las mecánicas graves en los que se considera el tratamiento qui-
enzimas clásicas. rúrgico o la angioplastia. Cuando se realiza en las primeras
horas del cuadro agudo se observa la oclusión de la arteria
Estudios radioisotópicos (véase Cardiología nuclear). El te- que irriga la zona necrosada en aproximadamente el 85% de
jido necrótico del miocardio capta pirofosfato de tecnecio los pacientes; este porcentaje disminuye de manera progresi-
(99mTc) radiactivo, lo que permite detectar el infarto y estimar va en los días siguientes como consecuencia de la lisis es-
aproximadamente su extensión. La sensibilidad de esta técni- pontánea del trombo. El 25% de los enfermos tienen lesiones
ca para detectar necrosis es del 85%, pero se reduce al 40% aterosclerosas circunscritas a una sola arteria coronaria, el
en los infartos sin onda Q. Las indicaciones de la gammagra- 33% a dos, y otro porcentaje similar muestra lesiones obstruc-

TABLA 3.44. Situación hemodinámica en el infarto agudo de miocardio


Clasificación Parámetros Clasificación Mortalidad
Situación clínica
clínica hemodinámicos hemodinámica (%)
Sin insuficiencia I IC > 2,2 L/min/m2 I 3
PCP < 18 mmHg

}
Tercer ruido, estertores II IC > 2,2 L/min2/m2
PCP > 18 mmHg II 10-12
Edema agudo de pulmón III IC > 2,2 L/min/m2
PCP > 18 mmHg
Hipovolemia IC < 2,2 L/min/m2 III 15-30
PCP < 18 mmHg
Shock IV IC < 2,2 L/min/m2 IV 50-90
PCP > 18 mmHg
IC: índice cardíaco; PCP: presión capilar pulmonar.

546
CARDIOPATÍA ISQUÉMICA

TABLA 3.45. Diagnóstico diferencial del infarto de miocardio ritmo durante su estancia en la unidad coronaria; las más fre-
cuentes son la extrasistolia ventricular, la bradicardia y la ta-
Dolores torácicos
Aneurisma disecante quicardia sinusales.
Pericarditis Prácticamente todos los pacientes presentan extrasístoles
Tromboembolia pulmonar ventriculares durante las primeras 72 h de infarto, y en la ma-
Neumotórax espontáneo yoría de los casos son inocuas; el único peligro radica en su
Enfisema mediastínico capacidad para provocar taquicardia y fibrilación ventricula-
Esofagitis res, arritmias que se presentan en alrededor del 10 y el 6%,
respectivamente, y que son letales si no se instaura ensegui-
Síndromes abdominales da el tratamiento adecuado. Aunque se han señalado como
Perforación
Colelitiasis signos de gravedad de las extrasístoles una frecuencia supe-
Colecistitis rior a 6/min, el acoplamiento corto (fenómeno de R sobre T)
Pancreatitis o su presentación en salvas, no parece existir una buena co-
rrelación entre estos criterios de alarma y la aparición de ta-
quicardia o fibrilación ventriculares.
tivas en los tres vasos principales. Las lesiones del tronco co- La bradicardia sinusal es muy frecuente durante las prime-
mún de la coronaria izquierda son raras (1-3%), al igual que ras horas, cuando la incidencia puede alcanzar el 30-40%;
una coronariografía estrictamente normal (3%). puede acompañarse de hipotensión y en ocasiones cede al
suprimir el dolor. La taquicardia sinusal aparece en un tercio
Diagnóstico diferencial. Se plantea habitualmente con de los pacientes y se debe con frecuencia a la ansiedad, la
otros procesos que cursan con dolor torácico intenso (tabla persistencia del dolor o la insuficiencia cardíaca; se consi-
3.45), en particular el aneurisma disecante, la embolia pul- dera un signo oneroso cuando persiste pasadas las primeras
monar y la pericarditis aguda y, con menor frecuencia, el horas.
neumotórax o el enfisema mediastínico. En general, el ECG y Las extrasístoles auriculares son frecuentes y pueden cons-
las determinaciones enzimáticas seriadas permiten el diag- tituir el único signo de infarto auricular; su único peligro ra-
nóstico con facilidad; sin embargo, debe tenerse presente dica en que pueden provocar flúter y fibrilación auriculares,
que un ECG normal no descarta la existencia de infarto. los cuales, aunque benignos desde un punto de vista eléctri-
El dolor del aneurisma disecante suele ser agudo, tere- co, pueden deteriorar la situación clínica del paciente al re-
brante, su intensidad es máxima desde el inicio y suele irra- ducir el gasto cardíaco.
diarse hacia la espalda y el abdomen a medida que la disec- Otro grupo importante de arritmias frecuentes en el infarto
ción avanza; el antecedente de hipertensión arterial grave o de miocardio está constituido por el bloqueo AV. En el infar-
de enfermedad de Marfan, la asimetría en los pulsos arteria- to de localización inferior suele ser suprahisiano y transitorio
les y la auscultación de una insuficiencia aórtica son datos y responde bien al tratamiento farmacológico. Por el contra-
en favor de este diagnóstico. La embolia pulmonar masiva rio, en el infarto anterior traduce por lo general una afecta-
que a veces cursa con dolor torácico intenso suele producir- ción difusa del sistema intraventricular de conducción por la
se en pacientes en reposo prolongado, con traumatismos y isquemia, es con frecuencia definitivo y entraña un mal pro-
operaciones abdominales recientes; se acompaña de taquip- nóstico, incluso cuando se implanta un marcapasos. Los blo-
nea, cianosis, hipoxemia y signos electrocardiográficos de queos de rama bifasciculares secundarios a un infarto agudo
sobrecarga del ventrículo derecho. Por último, el dolor y los suelen traducir una necrosis extensa e indican mal pronósti-
cambios eléctricos de la pericarditis suelen ser suficiente- co.
mente claros para orientar el diagnóstico (tabla 3.46). Complicaciones mecánicas. La insuficiencia cardíaca es la
La pancreatitis aguda, la perforación de una úlcera gástri- más frecuente entre las complicaciones mecánicas del infar-
ca o un episodio biliar agudo pueden plantear dificultades to y se debe a la reducción de la masa contráctil del ven-
diagnósticas, que en general se resuelven con el estudio trículo izquierdo. Cuando la necrosis afecta más del 25% de
electrocardiográfico, ecocardiográfico o radiológico. ésta, aparecen los signos clínicos de fallo izquierdo; un infar-
to que afecte al 40% provocará shock cardiogénico. Así pues,
Complicaciones. El infarto de miocardio puede presentar las manifestaciones clínicas de fallo ventricular durante el in-
una gran variedad de complicaciones, en particular durante farto agudo de miocardio pueden limitarse a la auscultación
los primeros días; su prevención y control constituyen los ob- de estertores pulmonares o de un tercer ruido o bien consti-
jetivos fundamentales del tratamiento durante la fase aguda. tuir el cuadro grave del shock cardiocirculatorio. La isque-
Las complicaciones suelen dividirse en eléctricas y mecáni- mia determina también una alteración de la distensibilidad
cas y su frecuencia y gravedad son muy variables. ventricular, lo que provoca una elevación de la presión dias-
Complicaciones eléctricas. El 75-95% de los pacientes con tólica ventricular y favorece la aparición de los síntomas
infarto agudo de miocardio presentan alguna alteración del de congestión pulmonar. Otros factores, como la sobrecarga

TABLA 3.46. Diagnóstico diferencial del dolor del infarto de miocardio


Infarto Aneurisma Tromboembolia
Pericarditis
de miocardio disecante pulmonar
Dolor Continuo, retrosternal, Variable con la respiración Intenso desde el comienzo, Retrosternal pleurítico
irradiado a brazos terebrante, cambiante
Antecedentes Angina Resfriado o infección Hipertensión arterial Tromboflebitis
respiratoria reciente Cirugía
ICC
Exploración física Cuarto ruido Frote pericárdico Asimetría de pulsos Cuarto ruido derecho
ECG Ondas Q ↑ ST difuso Sobrecarga izquierda BRDHH
Sobrecarga derecha
Otros exámenes Enzimas Ecocardiograma Aortografía Gammagrafía pulmonar
diagnósticos
ICC: insuficiencia cardíaca congestiva: BRDHH: bloqueo de rama derecha del haz de His.

547
CARDIOLOGÍA

de volumen secundaria a otras complicaciones mecánicas o en general se distingue con facilidad del dolor coronario. En
el desarrollo de un aneurisma ventricular, contribuyen a la esta fase del infarto, la pericarditis es una complicación be-
aparición de insuficiencia cardíaca. Los signos de fallo ven- nigna que sólo en los pacientes tratados con anticoagulantes
tricular derecho, como la ingurgitación yugular o el reflujo puede plantear problemas al provocar un hemopericardio.
hepatoyugular, aparecen en una elevada proporción de ca- Más tarde, a las 2-6 semanas del infarto, el 1-2% de los enfer-
sos de infarto inferior, indicando la afectación del ventrículo mos padecen una pericarditis, por lo general con derrame,
derecho. acompañada de pleuritis o neumonitis, que recibe el nom-
La insuficiencia cardíaca es un signo de mal pronóstico, y bre de síndrome de Dressler. Se trata de un proceso autoin-
el grado de fallo ventricular durante la fase aguda se correla- mune que puede recurrir durante el primer año y requerir la
ciona con la mortalidad. En la tabla 3.44 se indica la mortali- administración de glucocorticoides e incluso la creación de
dad durante la fase aguda de acuerdo con el grado de insufi- una ventana pericárdica.
ciencia cardíaca evaluada por la exploración física y los
parámetros hemodinámicos. Pronóstico inmediato del infarto de miocardio. La mor-
El shock cardiogénico constituye la forma más grave del talidad global del infarto de miocardio durante el primer mes
fallo ventricular izquierdo y se diagnostica por la aparición del episodio agudo es del 30%; la mitad de estos fallecimien-
de hipotensión (presión arterial sistólica inferior a 90 mmHg) tos se deben a trastornos del ritmo y se desencadenan en las
junto a signos de hipoperfusión tisular (oliguria, obnubila- primeras 2 h, generalmente antes de que el paciente haya re-
ción, piel fría y pálida), en ausencia de hipovolemia, dolor o cibido asistencia médica. Las muertes por arritmias son raras
una arritmia. Su mortalidad es superior al 80-90% a pesar de en la unidad coronaria; en estos pacientes ingresados, la in-
los nuevos fármacos adrenérgicos y de las medidas de sopor- suficiencia cardíaca y las roturas constituyen las causas más
te mecánico como el balón de contrapulsación intraórtico. frecuentes de mortalidad. Entre los pacientes ingresados la
La rotura del miocardio como consecuencia de la isque- mortalidad es del 7-12% y depende fundamentalmente de
mia y la necrosis puede producirse en tres localizaciones dis- la edad y de la gravedad del infarto. Son signos de mal pro-
tintas. La rotura de la pared libre del ventrículo provoca la nóstico en esta fase del infarto la presencia de fallo izquierdo
salida masiva de sangre al pericardio y un cuadro de tapona- o shock, los bloqueos bifasciculares, los infartos anteriores
miento rápidamente letal a menos que pueda suturarse de de gran extensión, la taquicardia sinusal persistente, las arrit-
inmediato; su traducción clínica suele consistir en una hipo- mias ventriculares repetitivas rebeldes al tratamiento, la edad
tensión profunda, con ausencia de pulsos, mientras el ECG avanzada, el antecedente de infarto previo y la diabetes de
permanece sin modificarse durante unos minutos (diso- difícil control.
ciación electromecánica) y es responsable del 10% de los fa-
llecimientos en la fase aguda. La rotura puede localizarse Tratamiento del infarto agudo de miocardio. El trata-
también en el tabique interventricular y originar una comuni- miento del infarto agudo está condicionado por varios facto-
cación entre ambos ventrículos que se traduce clínicamente res, entre los cuales los más importantes son los siguientes:
por un soplo sistólico con frémito, irradiado al borde esternal 1. El infarto es habitualmente un cuadro súbito e inespera-
derecho, y por un cuadro de insuficiencia biventricular gra- do que cursa con un dolor intenso, que por sí mismo puede
ve. Su incidencia es del 0,5% y tiene una elevada mortalidad. dar origen a arritmias, hipotensión y vegetatismo.
Por último, la necrosis de un músculo papilar ocasiona un 2. Más del 50% de los fallecimientos por infarto se desarro-
cuadro de regurgitación mitral y edema agudo de pulmón; la llan en las primeras 2 h y se deben a fibrilación ventricular.
isquemia de menor intensidad, en la que el músculo no al- 3. En la mayoría de los casos la causa del infarto es la
canza a romperse, puede provocar distintos grados de insufi- oclusión del vaso por un trombo, cuya lisis es posible espon-
ciencia mitral. Las roturas son complicaciones muy graves tánea o farmacológicamente.
que requieren por lo general cateterismo cardíaco de urgen- 4. La necrosis se establece en forma progresiva a lo largo
cia y tratamiento quirúrgico. de las primeras 4-6 h y ciertas intervenciones pueden reducir
Alrededor del 10-20% de los pacientes desarrollan un el área necrosada, en particular la reperfusión precoz.
aneurisma o dilatación circunscrita en la zona necrótica, que 5. La extensión de infarto es el principal determinante del
forman una bolsa no contráctil, de pared delgada, que se dis- pronóstico.
tiende durante la sístole y resta eficacia a la contracción ven- 6. Durante los primeros días persiste el riesgo de complica-
tricular. Por lo general se localizan en la pared anterior, se ciones eléctricas y mecánicas graves.
acompañan de trombosis mural y pueden provocar insufi- En consecuencia, los objetivos del tratamiento en esta fase
ciencia cardíaca. La aparición de un doble impulso apical y del infarto son: a) suprimir el dolor; b) prevenir las arritmias,
la persistencia de la elevación del segmento ST en el ECG en especial la fibrilación ventricular; c) reducir el tamaño de
son los signos clínicos que permiten sospechar el diagnósti- la necrosis, y d) prevenir y tratar las complicaciones mecá-
co; el ecocardiograma, la ventriculografía isotópica y el cate- nicas, sobre todo la insuficiencia cardíaca y el shock cardio-
terismo cardíaco confirmarán su presencia. Como ya se ha génico. Una vez superada esta fase, la evaluación del pro-
mencionado, el remodelado que sufre el ventrículo tras el in- nóstico a largo plazo, la prevención de nuevos episodios
farto determina una dilatación progresiva, con disminución isquémicos y la rehabilitación funcional, social y laboral del
de la función ventricular; de esta forma, incluso en ausencia paciente constituyen nuevos objetivos.
de nuevos episodios isquémicos puede aparecer tardíamente
insuficiencia cardíaca. 1. Organización de los cuidados coronarios. Los pa-
Otras complicaciones. La tromboembolia pulmonar era cientes con infarto suelen llegar al hospital una vez transcu-
una complicación frecuente del infarto cuando el reposo rridas las primeras 4-6 h; por este motivo, y con el fin de re-
prolongado en cama constituía una medida terapéutica habi- ducir la elevada mortalidad prehospitalaria, algunas
tual; en la actualidad su aparición es rara. De igual forma, ciudades han desarrollado programas de asistencia urgente
aunque con frecuencia (20-40%) se observan en los estudios que permiten desplazar hasta el mismo lugar en que se ini-
ecocardiográficos trombos adheridos a la zona necrosada, cian los síntomas una ambulancia con personal y material
las embolias sistémicas son raras y se detectan en la autopsia especializados. Pese a la eficacia demostrada de este siste-
de, aproximadamente, el 10% de los pacientes fallecidos du- ma, su complejidad y elevado coste han impedido su gene-
rante la fase aguda; los trombos pediculados, de gran tama- ralización. La introducción del tratamiento trombolítico
ño y localizados en la cara inferior tienen mayor tendencia a con el objeto de recanalizar la arteria y reducir la necrosis,
desprenderse. así como el corto intervalo de tiempo en que puede aplicar-
El 20% de los pacientes presentan en los primeros días del se, han vuelto a poner de manifiesto que el paciente debe
infarto un frote pericárdico acompañado de un dolor clara- ser atendido lo más rápidamente posible y trasladado a una
mente relacionado con los movimientos respiratorios y que unidad coronaria en las mejores condiciones posibles, es

548
CARDIOPATÍA ISQUÉMICA

decir, una vez calmado el dolor y controladas las arritmias de a abandonarse. Por el contrario, cuando se atiende al pa-
iniciales. ciente antes de su ingreso en el hospital y se prevé un trasla-
Dos estudios recientes han demostrado que es posible co- do prolongado, puede administrarse lidocaína por vía intra-
menzar el tratamiento fibrinolítico antes del traslado cuando muscular (deltoides) a dosis de 200-300 mg.
se dispone de ambulancias con personal entrenado y un La administración de anticoagulantes para prevenir las
equipo que permite realizar el diagnóstico de infarto con se- complicaciones tromboembólicas ha sido un tema muy dis-
guridad. Aunque ello permite adelantar en casi una hora el cutido; en la actualidad se utilizan dosis bajas de heparina
tratamiento sin aumentar el riesgo de complicaciones, no ha (25 mg cada 6-12 h) en todos los pacientes mientras perma-
podido demostrarse una reducción significativa de la morta- necen en reposo absoluto, y se reservan las dosis completas
lidad. Por todo ello, el tratamiento trombolítico prehospitala- para los pacientes con insuficiencia cardíaca grave, shock,
rio sólo se utiliza en ciertas ciudades que disponen de un sis- insuficiencia venosa previa y en general con riesgo de embo-
tema de urgencias adecuado. lias pulmonares. Algunos autores recomiendan asimismo ad-
El concepto de cuidados intensivos coronarios ha ido evo- ministrar anticoagulantes en los pacientes con aneurismas
lucionando de manera progresiva; en un principio, la unidad ventriculares o infarto extenso de localización anterior, con
coronaria se limitaba al tratamiento del paro cardíaco; en el fin de reducir el riesgo de embolia sistémica.
una etapa posterior se intentó su profilaxis mediante el trata-
miento de las arritmias premonitorias y el fallo de bomba; fi- 5. Limitación del área de necrosis. Aunque son numero-
nalmente se ha llegado al concepto de reducción del tama- sos los fármacos y las intervenciones que, experimentalmen-
ño de la necrosis. Aunque después de 2 décadas de su te, reducen la extensión de la necrosis, sólo la fibrinólisis
creación todavía se discuten su eficacia en la reducción de y los bloqueadores betadrenérgicos tienen importancia prác-
la mortalidad global y la conveniencia de ingresar a todos tica.
los pacientes con infarto no complicado, la dificultad para El mecanismo a través del cual actúan los trombolíticos en
establecer en forma temprana durante su curso qué pacien- el infarto agudo de miocardio es la apertura de la arteria y,
tes evolucionarán satisfactoriamente sin estos cuidados espe- en consecuencia, la reducción del área necrótica. En efecto,
ciales aconseja su ingreso sistemático en estas unidades. se ha demostrado que tras la administración intravenosa de
Aunque en menor grado, el riesgo de muerte por arritmias estreptocinasa se consigue la recanalización del 40% de las
persiste pasados los primeros días de tratamiento en la uni- arterias coronarias responsables del infarto, siendo esta cifra
dad coronaria; para prevenir esta mortalidad, que puede re- algo superior para el activador tisular del plasminógeno (tPA,
presentar el 30% de todos los fallecimientos por infarto que 65%). El tratamiento trombolítico reduce la necrosis miocár-
ocurren en el hospital, es conveniente mantener a los pa- dica, valorada mediante determinaciones enzimáticas, entre
cientes de mayor riesgo en unidades de cuidados interme- un 10 y un 20%; como consecuencia de lo anterior, la fun-
dios, en las que sea posible monitorizar el ECG durante los ción ventricular mejora y la mortalidad de la fase aguda se
primeros días de deambulación del paciente. reduce en un 20-30%. El tratamiento es tanto más eficaz
cuanto más precozmente se administra. De las diferentes
2. Tratamiento del infarto sin complicaciones. Cuidados pautas ensayadas, la administración de estreptocinasa a do-
generales. El reposo absoluto en cama se mantiene durante sis de 1,5 millones de unidades en una hora y la pauta acele-
48 h en el caso de pacientes sin complicaciones y se prolon- rada de tPA (100 mg en 60 min) son las más utilizadas en la
ga hasta la desaparición de aquéllas en el resto. Tan pronto actualidad.
como es posible se inicia la movilización progresiva, que co- Las principales complicaciones del tratamiento trombolíti-
mienza sentando al paciente en un sillón y continúa a los 5-6 co son las hemorragias, especialmente la hemorragia cere-
días con la deambulación. En general es posible abandonar bral, que puede presentarse en el 0,5-1,5% de los casos, de-
el hospital a los 7-12 días de iniciados los síntomas. Durante pendiendo del fármaco y la dosis empleados. La tasa de
este tiempo debe procurarse el reposo mental y emocional, hemorragias es algo mayor para el htPA, sobre todo a dosis
administrando sedantes en caso necesario. superiores a 100 mg. Las hemorragias de otra localización
Aunque no se ha demostrado su eficacia en el enfermo sin aparecen en el 20% de los casos, aunque sólo son importan-
insuficiencia cardíaca o enfermedad pulmonar, suele admi- tes en el 5% de ellos. A pesar de estas complicaciones, el
nistrarse oxígeno a razón de 2-4 L/min durante las primeras efecto beneficioso de los trombolíticos en el infarto de mio-
24 h. cardio es claro y la mortalidad hospitalaria del infarto se ha
El primer día se recomienda una dieta blanda hipocalóri- reducido actualmente al 7-9%.
ca, pobre en sodio y repartida en 4 tomas. Con frecuencia El tratamiento trombolítico está indicado en los pacientes
existe estreñimiento, y es importante que el paciente no se de cualquier edad que acuden al hospital durante las prime-
esfuerce al defecar; si es necesario puede administrarse un ras 4-6 h posteriores al infarto y que presentan una elevación
laxante suave. del segmento ST en el ECG. Por el contrario, no ha podido
comprobarse su eficacia cuando el ECG muestra depresión
3. Tratamiento del dolor. El dolor del infarto agudo debe del segmento ST (infartos no transmurales o sin onda Q) o
tratarse inmediatamente con cloruro o sulfato de morfina; la cuando es normal. Una vez transcurridas 6 h desde el co-
dosis inicial es de 2-3 mg por vía intravenosa, que puede re- mienzo de los síntomas, sólo se aconseja tratar a los pacien-
petirse cada 10 min hasta que desaparece el dolor o se alcan- tes en los que persisten el dolor y los signos electrocardiográ-
za la dosis máxima (10-15 mg cada 4-6 h). Por esta vía la ac- ficos de isquemia. Las contraindicaciones del tratamiento
ción máxima se consigue a los 10-15 min y los efectos trombolítico se circunscriben fundamentalmente a los casos
colaterales más graves son la depresión respiratoria, la hipo- de diátesis hemorrágicas, antecedentes de hemorragia cere-
tensión y la bradicardia. Si inicialmente la frecuencia cardía- bral, intervenciones mayores recientes, úlcera gastroduode-
ca es lenta, puede emplearse en su lugar meperidina a dosis nal activa y retinopatía diabética, entre otras.
fraccionadas de 20-30 mg hasta un total de 100 mg cada 4- La angioplastia coronaria se ha ensayado, con buenos re-
6 h. El efecto analgésico de estos fármacos se potencia con sultados, como tratamiento alternativo a los trombolíticos en
la administración de sedantes del tipo del diazepam, 5-10 mg los pacientes que presentan contraindicaciones a éstos. Re-
3 veces al día. cientemente, se ha sugerido incluso que la angioplastia, en
comparación con los trombolíticos, determina una mayor
4. Profilaxis de las complicaciones. Con el fin de prevenir tasa de repermeabilización, menor grado de estenosis resi-
la aparición de taquicardia y fibrilación ventriculares se ha dual y de isquemia residual y, en un estudio, menor tasa de
aconsejado la administración de lidocaína por vía intrave- mortalidad y reinfarto. De cualquier forma, estos resultados
nosa en todos los pacientes con infarto durante las primeras deben confirmarse, y las dificultades de orden logístico y
48 h; la utilidad de esta práctica está hoy en discusión y tien- económico determinan que los trombolíticos sean el trata-

549
CARDIOLOGÍA

miento de elección. Varios estudios han revelado que la rea- co. De cualquier forma, la mortalidad del shock continúa
lización de una angioplastia coronaria sistemática tras la siendo muy elevada.
trombólisis, con el fin de disminuir la estenosis arterial coro- La rotura de la pared libre del ventrículo es siempre una
naria residual, no ofrece ventajas y se acompaña de un nú- urgencia quirúrgica y sólo en contados casos es posible evi-
mero mayor de complicaciones. tar la muerte inmediata; en los casos más favorables en que
El International Study on Infarct Survival 2 (estudio ISIS 2) se forma un falso aneurisma (seudoaneurisma), el tratamien-
demostró de una manera definitiva que la administración de to quirúrgico proporciona mejores resultados. El tratamiento
AAS dentro de las primeras horas del infarto reduce la morta- de la rotura del tabique interventricular tiene como objetivo
lidad en un 20%; de esta forma, tan pronto se sospecha el controlar la insuficiencia cardíaca y estabilizar al paciente
diagnóstico de infarto, se recomienda administrar una dosis durante el mayor tiempo posible con el fin de retrasar la in-
de al menos 160 mg de AAS. El papel de la heparina como tervención quirúrgica unas semanas, cuando la mortalidad
tratamiento coadyuvante de la trombólisis es más discutible. es menor; si ello no fuese posible debe intervenirse de urgen-
Los resultados de los diferentes estudios que han abordado cia. La rotura del músculo papilar es también una urgencia
este problema son contradictorios, probablemente por las di- quirúrgica; hasta el momento de la intervención, la insufi-
ferencias en las dosis y las vías de administración de la hepa- ciencia cardíaca y la congestión pulmonar deben aliviarse
rina. Además, su eficacia guarda relación con el fibrinolítico con vasodilatadores por vía intravenosa.
utilizado, siendo mayor cuanto más corta es la vida media de
éste; así pues, hoy podría concluirse que la heparina es nece- Morbilidad y mortalidad tardías. Pronóstico a largo pla-
saria cuando se administra tPA, mientras que no se ha de- zo. En los pacientes que sobreviven a un infarto de miocar-
mostrado su utilidad con la estreptocinasa. dio persiste el riesgo de que se produzca un nuevo accidente
La administración temprana de bloqueadores betadrenér- coronario o la muerte de forma prematura. La mortalidad en
gicos por vía intravenosa, seguida de mantenimiento por vía los primeros 6 meses de convalecencia se sitúa alrededor del
oral durante la hospitalización del paciente, reduce la morta- 10% y se estabiliza posteriormente en el 3-4% anual. A los
lidad del infarto durante los primeros 7 días en un 15%; el 5 años, del 20 al 35% de los supervivientes de un infarto han
efecto es máximo en los primeros 2 días, probablemente por fallecido. En este mismo período, el 13% de los varones y el
la prevención de la rotura cardíaca y la fibrilación ventricu- 39% de las mujeres han desarrollado un nuevo infarto. Existe
lar. cierta evidencia en la literatura de que el pronóstico postin-
farto de miocardio ha mejorado en los últimos años. Así, en
6. Tratamiento de las complicaciones. Tratamiento de las los pacientes tratados con trombolíticos la mortalidad a los
arritmias. La corrección de los factores que condicionan o fa- 6 meses es del 3-4%.
vorecen la aparición de las alteraciones del ritmo constituye Los factores que determinan el pronóstico a largo plazo
el primer paso en el tratamiento de las arritmias en la fase son fundamentalmente tres: el grado de disfunción ventricu-
aguda del infarto. De esta forma deben controlarse la hipoxe- lar residual, la gravedad de la afectación coronaria, expresa-
mia o la hipopotasemia, si las hubiese, y suprimir el dolor. da por el número de arterias con lesiones, y la presencia de
Los fármacos y las pautas son similares a los descritos en los arritmias ventriculares graves. Así, el pronóstico es excelente
apartados correspondientes. en los pacientes con fracción de eyección normal (≥ 50%),
La angina de pecho que ocurre precozmente, durante el que presentan una mortalidad a los 4 años del 4%. Por el
período de hospitalización del infarto, en particular si se contrario, los enfermos con fracción de eyección inferior al
acompaña de cambios eléctricos, es un signo de mal pronós- 30%, afectación de los tres vasos y arritmias ventriculares re-
tico y una indicación de coronariografía y revascularización. petitivas constituyen un grupo de riesgo elevado.
Tratamiento de las complicaciones mecánicas. La insufi- Mención especial merecen los infartos sin onda Q; aunque
ciencia cardíaca es una complicación grave, cuyo tratamien- la mortalidad durante el período de hospitalización es infe-
to adecuado exige contar con parámetros hemodinámicos y rior a la del infarto con onda Q, el pronóstico a largo plazo es
clínicos, por lo que constituye una indicación para la moni- más grave, por lo que se aconseja su evaluación precoz me-
torización del gasto cardíaco y de la presión pulmonar. El diante ergometría y coronariografía. En diferentes series de la
tratamiento difiere sensiblemente de otros tipos de insufi- literatura la mortalidad en los primeros 2-3 años alcanzó el
ciencia, sobre todo porque la digital se considera ineficaz e 31%, y la incidencia de reinfarto durante la hospitalización,
incluso contraindicada, excepto cuando existe fibrilación el 15%, 3 veces más que la de los infartos con onda Q.
auricular. Los diuréticos y los vasodilatadores constituyen los
fármacos de elección en las formas leves o moderadas, mien- Tratamiento tras el alta hospitalaria. Prevención secun-
tras que en los casos graves se añaden aminas simpaticomi- daria. Los objetivos del tratamiento una vez superada la fase
méticas, como dopamina o dobutamina. aguda son interrumpir la progresión de la enfermedad coro-
El tratamiento del shock cardiogénico tiene como objetivo naria, prevenir la muerte súbita y el reinfarto, controlar los
elevar la presión arterial y el gasto cardíaco a niveles que síntomas, si los hubiese, y conseguir la rehabilitación funcio-
permitan una perfusión tisular adecuada, en particular en la nal y laboral del paciente.
circulación coronaria, cerebral y renal. El fármaco más utili- Previamente al alta, el paciente debe recibir información
zado es la dopamina, que a dosis bajas (2-5 µg/kg/min) tiene sobre la necesidad de controlar los factores de riesgo, en
un efecto betadrenérgico, aumenta la contractilidad y al mis- particular el tabaquismo, la hipertensión arterial y la hiper-
mo tiempo produce vasodilatación renal por estimulación colesterolemia. En este sentido, debe instruírsele sobre la
de los receptores dopaminérgicos; a dosis altas ejerce una importancia de abandonar el hábito tabáquico y de seguir
acción vasoconstrictora. La dobutamina es menos taquicar- una dieta baja en colesterol y sodio. Salvo contraindicacio-
dizante, carece de efecto sobre la circulación renal y se utili- nes, los bloqueadores betadrenérgicos constituyen el trata-
za en los pacientes con frecuencia cardíaca muy elevada. miento de elección en la hipertensión arterial de estos enfer-
Cuando las aminas simpaticomiméticas consiguen elevar la mos.
presión arterial y persiste la congestión pulmonar (presión Aunque los resultados con los antiagregantes no son con-
capilar elevada), puede añadirse un vasodilatador como el cluyentes, se recomienda administrar AAS (100-200 mg/día)
nitroprusiato sódico con el fin de disminuir la poscarga del de forma crónica. Los anticoagulantes por vía oral se reser-
ventrículo izquierdo. Si la respuesta inicial al tratamiento mé- van para los pacientes con infartos extensos, aneurismas o
dico no es satisfactoria puede recurrirse a la asistencia circu- evidencia de trombos intracavitarios en el ecocardiograma;
latoria mecánica con el balón de contrapulsación intraórti- el tratamiento se mantiene 6 meses. Los bloqueadores beta-
ca. Recientemente se ha sugerido que la apertura precoz de drenérgicos han demostrado un efecto favorable sobre el
la arteria responsable del infarto mediante fibrinolíticos y an- pronóstico, con una reducción de la mortalidad del 30%. Sin
gioplastia puede mejorar la función ventricular y el pronósti- embargo, se ha puesto en duda la conveniencia de adminis-

550
CARDIOPATÍA ISQUÉMICA

Infarto agudo de miocardio

Insuficiencia Angina postinfarto Sin angina


cardíaca o precoz y grave ni insuficiencia
depresión acusada cardíaca
de la función
ventricular

Prueba de esfuerzo

Muy Positiva Negativa


positiva

Cateterismo Cateterismo

1 o 2 vasos Lesiones del 1 o 2 vasos


tronco o de
los 3 vasos

Tratamiento
médico Cirugía Angioplastia Bloqueadores beta Observación

Fig. 3.133. Pauta de evaluación del seguimiento y tratamiento tras el infarto agudo de miocardio.

trar de manera sistemática bloqueadores adrenérgicos a to- El tratamiento antiarrítmico sólo está indicado en presen-
dos los pacientes que sobreviven a la fase aguda del infarto, cia de arritmias ventriculares sintomáticas o potencialmente
ya que un porcentaje apreciable de ellos tiene un buen pro- letales; la amiodarona y el sotalol parecen los fármacos de
nóstico. Por el contrario, parece razonable tratar de identifi- elección. Por el contrario, los antiarrítmicos tipo I pueden in-
car a aquellos con riesgo de muerte o reinfarto, con el fin de crementar la mortalidad.
individualizar el tratamiento. El ejercicio físico moderado y progresivo es una parte im-
Como se ha mencionado en el apartado anterior, el catete- portante de la rehabilitación del enfermo coronario; su inten-
rismo cardíaco permite conocer la probabilidad de desarro- sidad debe prescribirse de forma individual, de acuerdo con
llar un nuevo accidente coronario grave mediante la corona- la existencia de síntomas y los resultados de la prueba de es-
riografía (número de arterias afectas) y la ventriculografía fuerzo. La gran mayoría de los enfermos pueden reanudar la
(fracción de eyección). Aunque en algunos centros se reali- actividad sexual unas 4 semanas después del infarto y alrede-
za de forma sistemática durante la segunda semana del infar- dor del 60-75% de los pacientes pueden volver a su actividad
to, previamente al alta, la práctica más extendida consiste en laboral al cabo de 3 meses; constituyen una excepción los
evaluar el riesgo a través de pruebas incruentas, en especial pacientes cuyo trabajo implica una actividad física extenuan-
la ventriculografía isotópica y la prueba de esfuerzo. Se con- te o puede afectar la seguridad de otras personas (pilotos,
sideran enfermos de alto riesgo los que tienen una fracción conductores de autobuses) y, lógicamente, aquellos que pa-
de eyección inferior al 30%, los que presentan angina o de- decen una disminución grave de su capacidad funcional por
presión del segmento ST en los primeros estadios de la prue- angina o insuficiencia cardíaca. La comprensión y la ayuda
ba de esfuerzo, aquellos en los que la depresión es superior a del médico constituyen factores importantes en la rehabilita-
0,2 mV y, en general, los enfermos que tienen una capacidad ción social y laboral del paciente, que a menudo tiende a la
funcional muy limitada. En la figura 3.133 se muestra la pau- depresión una vez que abandona el hospital.
ta terapéutica recomendada, de acuerdo con los resultados
de estas técnicas.
Un estudio reciente ha demostrado que el tratamiento con
captopril reduce el remodelado ventricular y mejora la su- Otras formas de la enfermedad coronaria
pervivencia; por ello se aconseja su administración en pa-
cientes con infartos extensos o fallo cardíaco. El tratamiento Como ya se ha indicado, la cardiopatía coronaria puede
de la angina tras el infarto no difiere del de otras formas de adoptar diferentes formas clínicas, de las cuales la angina y
angina, aunque su aparición precoz es para muchos autores el infarto de miocardio son las más frecuentes; en ocasiones,
una indicación de cateterismo y cirugía o angioplastia, en es- la enfermedad puede presentarse sin dolor, como en la insu-
pecial si se acompaña de cambios en el segmento ST duran- ficiencia mitral aguda por rotura de un músculo papilar, en
te la crisis anginosa. No obstante, si éstas son recortadas, sin algunos casos de arritmias graves, en la muerte súbita, en la
cambios eléctricos importantes, y se controlan bien con la denominada isquemia silente y en la miocardiopatía isqué-
medicación, la decisión puede retrasarse hasta la realización mica (véase la descripción detallada de las tres primeras en
de la prueba de esfuerzo antes del alta. Valvulopatías, Arritmias cardíacas y Miocardiopatías).

551
CARDIOLOGÍA

Isquemia silente mas y signos de insuficiencia cardíaca congestiva, a menudo


sin dolor anginoso; estos pacientes se presentan con un cua-
Algunos pacientes con aterosclerosis coronaria importante dro clínico similar al de la miocardiopatía dilatada, y sólo la
pueden presentar episodios de isquemia miocárdica que no existencia de lesiones aterosclerosas en la coronariografía
se acompañan de angina; aunque la existencia de este fenó- permite su diagnóstico diferencial. El ECG puede sugerir el
meno se conoce desde hace varias décadas, la posibilidad diagnóstico cuando muestra signos electrocardiográficos de
de diagnosticarlo mediante la electrocardiografía dinámica necrosis. El pronóstico es grave, es especial en el caso de pa-
(Holter) o durante la monitorización en la unidad coronaria cientes que cursan con arritmias ventriculares malignas.
ha despertado recientemente mucho interés por su estudio.
Se ha demostrado que alrededor del 75% de los pacientes
con lesiones coronarias significativas muestran desplaza-
mientos del segmento ST durante el día y que sólo un tercio
de estos episodios se acompaña de dolor; estos cambios de Bibliografía especial
la repolarización ventricular sin dolor anginoso asociado se
BETRIU A, BOSCH X. Tratamiento de la angina. Actualidad Cardiológi-
han demostrado también en pacientes con angina variante, ca. Barcelona, Tolosa, 1986.
en los que se atribuye a espasmos coronarios transitorios. FUSTER V. Coronary thrombolysis –a perspective for the practicing
Por el contrario, las alteraciones del segmento ST en indivi- physician. N Engl J Med 1993; 329: 703-709.
duos sin enfermedad coronaria durante un registro electro- FUSTER V, BADIMON L. Pathogenesis of coronary artery disease and the
cardiográfico de 24 h (Holter) son extremadamente raras si acute coronary syndromes. N Engl J Med 1993; 326: 242-250; 310-
se utiliza un equipo adecuado. Hasta el momento se desco- 318.
nocen la importancia, el significado clínico y el valor pronós- FRANCIS GS, ALPERT JS. Modern coronary care. Boston, Little Brown,
tico de la isquemia silente. 1990.
GRUPO DE TRABAJO DE CARDIOPATÍA ISQUÉMICA. Clasificación y tratamiento
de la angina de pecho. Rev Esp Cardiol 1982; 35-297.
Miocardiopatía isquémica NAVARRO F, SANZ G, BETRIU A. Infarto de miocardio. En: SOLER J, BAYÉS
A (eds). Cardiología. Barcelona, Ediciones Doyma, 1986.
En ocasiones la aterosclerosis coronaria determina una SOCIEDAD ESPAÑOLA DE CARDIOLOGÍA. Guía para el tratamiento del pa-
grave afectación de la función ventricular que provoca sínto- ciente coronario. Santander, Monterreina, 1992.

Muerte súbita
A. Bayés de Luna, X. Viñolas Prat y J. Guindo Soldevila

Definición. La muerte de origen cardíaco es la causa más TABLA 3.47. Enfermedades asociadas a muerte súbita
frecuente de mortalidad en los países occidentales. De las di-
Cardiopatía isquémica
ferentes formas de muerte cardíaca, la súbita adquiere carac- Miocardiopatías: dilatada, hipertrófica y displasia arritmogénica
terísticas dramáticas por su forma de presentación y sus im- Valvulopatías
plicaciones socioeconómicas. Alteraciones electrofisiológicas: síndrome de preexcitación,
El término muerte súbita ha sido usado de distinta manera síndrome del QT largo, alteraciones del sistema específico
por epidemiólogos, clínicos, anatomopatólogos, especialistas de conducción
en medicina legal, etc. No existe unanimidad en cuanto al in- Otras afecciones (cardiopatías congénitas, embolia pulmonar)
tervalo de tiempo que debe existir entre el inicio de los sínto-
mas y la muerte para considerar que ésta es súbita. Desde el Sin cardiopatía aparente
Enfermedaes extracardíacas (hemorragias masivas digestivas,
punto de vista clínico, lo más frecuente es considerar como cerebrales)
muerte súbita la que ocurre por causas naturales (lo que ex- Muerte súbita infantil
cluye accidentes, suicidio, envenenamientos, etc.), dentro de
la primera hora tras el inicio de los síntomas. Se considera
que la muerte súbita puede ser de tipo arrítmico (90% de los
casos) o debida a fallo cardíaco (10% restante). La primera se Entre los pacientes con cardiopatía isquémica se pueden
caracteriza porque la pérdida de la conciencia y la falta de distinguir dos grupos: a) los que fallecen súbitamente en el
pulso arterial se presentan en ausencia de colapso circulato- contexto de un accidente coronario agudo y b) los que pre-
rio, mientras que en la segunda se produce un fallo car-díaco sentan una cardiopatía isquémica crónica (sobre todo infar-
progresivo, que conduce al colapso circulatorio antes de que to agudo de miocardio antiguo), en los que la muerte súbita
se presente el paro cardíaco. En el caso de que el paciente se se produce por lo general en ausencia de una crisis isquémi-
haya encontrado muerto, se considera que ésta es súbita, si se ca aguda evidente. Esta diferenciación no es puramente aca-
había visto vivo en buen estado en las 24 h previas. démica, ya que tanto los mecanismos desencadenantes,
como la arritmia final y la posible prevención y tratamiento
Enfermedades asociadas. En alrededor del 90% de los ca- son distintos.
sos, la muerte súbita se presenta en cardiópatas (tabla 3.47). Antes de los 35-40 años es relativamente frecuente la
En un número pequeño de casos (inferior al 5%), acompaña asociación a miocardiopatía hipertrófica, sobre todo en jóve-
a un proceso extracardíaco grave como una hemorragia ce- nes y deportistas, y a valvulopatías. Otras enfermedades aso-
rebral o digestiva masiva. Por último, en el resto no se en- ciadas, pero en un número pequeño de casos, en este grupo
cuentra enfermedad asociada alguna. La cardiopatía isqué- de edad son la preexcitación tipo Wolff-Parkinson-White
mica está presente en más del 80% de los individuos que (WPW), la displasia arritmogénica de ventrículo derecho, el
fallecen de forma súbita, en particular después de los 35- prolapso mitral y las anomalías congénitas de las coronarias,
40 años. entre otras.

552
MUERTE SÚBITA

Arritmias finales. En los pacientes en los que la muerte sú-


Taquicardia Fibrilación Muerte bita está en relación con un accidente coronario agudo, en
ventricular ventricular súbita general un infarto de miocardio, la arritmia final más fre-
62,4 % cuente es la fibrilación ventricular primaria, es decir, no pre-
cedida de taquicardia ventricular. En cambio, en el grupo de
pacientes que no presentan infarto agudo de miocardio en el
momento de la muerte súbita, la arritmia final más común es
una taquicardia ventricular sostenida que desencadena una
fibrilación ventricular (fig. 3.134).
Cuando existe insuficiencia cardíaca congestiva avanzada,
el número de muertes súbitas asociadas a una bradiarritmia
Fibrilación como suceso final es mucho más alto.
ventricular Un grupo especial lo constituyen los pacientes que mue-
primaria
ren de forma súbita en los que no se identifica una cardio-
8,3 % patía orgánica. En éstos, la arritmia final suele ser una fibri-
lación ventricular primaria. Otro grupo reducido, pero
importante, debido a la posibilidad de prevención con fár-
Torsade macos, es el de los pacientes con síndrome de QT largo. En
de pointes éstos las arritmias malignas suelen ser torsade de pointes.
Bradiarritmias 12,7 %
16,6 %
Marcadores y mecanismos desencadenantes de la muer-
te súbita. La mayoría de los pacientes que fallecen por
Fig. 3.134. Arritmia final detectada en pacientes que fallecieron sú- muerte súbita presentan un miocardio vulnerable del cual
bitamente mientras se hallaban sometidos a un registro de Holter. En existen distintos marcadores. Sobre este miocardio vulnera-
la mayoría de ellos (más del 80%) esta arritmia final fue una taqui- ble actúan determinados factores desencadenantes que con-
arritmia ventricular maligna. (Adaptada de A. BAYÉS DE LUNA et al, ducen a la muerte súbita.
1989.) En los pacientes postinfarto el riesgo de muerte súbita se
debe especialmente a la presencia de inestabilidad eléctrica
y a la interacción de ésta con la disfunción ventricular iz-
Independientemente de la edad y de la enfermedad aso- quierda y la isquemia. Estos tres factores forman el triángulo
ciada acompañante, la muerte súbita ocurre más a menudo imaginario de riesgo de complicaciones postinfarto (fig.
en presencia de insuficiencia cardíaca. 3.135). Pueden considerarse como marcadores de inestabili-

Parámetros morfofuncionales

Factor
desencadenante

Inestabilidad
eléctrica

Arritmia ventricular
maligna
Clínicos / ECG SNA

Inestabilidad
eléctrica

Riesgo de
complicaciones
postinfarto
Disfunción Isquemia
ventricular
izquierda

Factores neurohumorales Isquemia residual

Factor Factor
desencadenante desencadenante
↓ ↓
Disfunción Isquemia
ventricular izquierda ↓
↓ Nuevo
Insuficiencia accidente
cardíaca coronario
Factores Factores Estenosis Trombosis y
morfofuncionales clínicos coronaria agregación
plaquetaria

Fig. 3.135. El riesgo de complicaciones postinfarto puede ser representado como el centro de un triángulo cuyos vértices los constituyen la is-
quemia, la inestabilidad eléctrica y la disfunción ventricular izquierda. Cada uno de estos factores, además, depende de la interacción con los
otros. El riesgo de muerte súbita está pues en relación con la presencia de inestabilidad eléctrica y de la interacción de ésta con la isquemia y la
disfunción ventricular izquierda. En la figura pueden verse los distintos marcadores de inestabilidad eléctrica (clínicos/ECG, marcadores del siste-
ma nervioso autónomo [SNA] y parámetros morfofuncionales), de isquemia (isquemia residual, estenosis coronaria y marcadores de trombosis y
agregación plaquetaria) y de disfunción ventricular izquierda (factores neurohumorales, morfofuncionales y clínicos). En todos los casos un factor
desencadenante que actúa sobre la isquemia residual, la disfunción ventricular izquierda o la inestabilidad eléctrica provoca la complicación clíni-
ca correspondiente (nuevo accidente coronario, insuficiencia cardíaca y arritmia ventricular maligna, respectivamente).

553
CARDIOLOGÍA

También la muerte súbita de los pacientes con otras car-


TABLA 3.48. Pacientes en riesgo de sufrir muerte súbita* diopatías ocurre en presencia de un miocardio vulnerable y
Antecedentes de arritmias ventriculares malignas (taquicardia de determinados factores desencadenantes. La insuficiencia
ventricular sostenida, paro cardíaco fuera del hospital) cardíaca, la hipertrofia ventricular izquierda y la inestabili-
Cardiopatías con marcadores de miocardio vulnerable para dad eléctrica (arritmias ventriculares, disfunción del SNA)
arritmias ventriculares (mala función ventricular, isquemia, suelen ser los marcadores más importantes de miocardio vul-
inestabilidad eléctrica) nerable, mientras que los factores desencadenantes están
Bradiarritmias graves
por lo general en relación con un aumento de estos marca-
*Para más detalles, véase el texto. dores, facilitados por el estrés físico o psíquico, alteraciones
iónicas o metabólicas, administración de fármacos, etc. En
los síndromes de preexcitación tipo WPW y en el QT largo
TABLA 3.49. Métodos para detectar a los pacientes en riesgo congénito, el miocardio vulnerable se traduce por la existen-
de sufrir muerte súbita cia de una vía anómala y de alteraciones de la repolariza-
Valoración de la historia clínica y exploración física ción, respectivamente, y el factor desencadenante es, en el
(antecedentes, síncope, angina) síndrome de WPW, la instauración de fibrilación auricular rá-
ECG de superficie (hipertrofia ventricular izquierda, pida, que provoca una fibrilación ventricular, y en el síndro-
Q de necrosis, QT largo, arritmias) me de QT largo, el estrés físico o psíquico.
ECG de Holter (arritmias, isquemia, parámetros de disfunción del En las situaciones de muerte súbita sin cardiopatía aparen-
SNA, potenciales tardíos) te, el factor desencadenante a veces puede estar relacionado
Estudios electrofisiológicos (inducibilidad de taquicardia con el estrés físico o psíquico. Sin embargo, no se encuen-
ventricular, estudio de haces anómalos, síndrome del nódulo tran marcadores de afectación orgánica o funcional (de mio-
sinusal enfermo)
ECG de señal promediada (potenciales tardíos) cardio vulnerable), seguramente por incapacidad de las téc-
Eco-Doppler (función ventricular, anomalías de la contracción, nicas actuales para detectar lesiones incipientes (miocarditis
aneurisma ventricular) subclínica, desequilibrio del SNA no detectado, etc.). Cuan-
Estudios isotópicos (función ventricular, anomalías do se presenta un cuadro de muerte súbita hay que suponer
de la contracción, aneurisma ventricular) que algún problema existe, pues es muy difícil desencadenar
Cateterismo cardíaco (estenosis coronaria, función ventricular, fibrilación ventricular en un corazón sano.
aneurisma, biopsia) Los pacientes que mueren con bradiarritmia tienen, en ge-
neral, una cardiopatía avanzada y aquélla suele ser irreversi-
ble. En este grupo de pacientes, la isquemia aguda (acciden-
dad eléctrica y, por tanto, de miocardio vulnerable para la te coronario agudo) con disociación electromecánica es la
muerte súbita distintos parámetros morfofuncionales (cica- causa más frecuente de muerte. En los pacientes con insufi-
triz postinfarto, hipertrofia ventricular izquierda, fracción de ciencia cardíaca congestiva es, tal como hemos expuesto,
eyección disminuida), del sistema neuro autónomo (SNA) mucho más frecuente que la causa de muerte súbita sea una
(variabilidad RR, intervalo QT, sensibilidad barorrefleja) y de bradiarritmia maligna. En otras ocasiones, la bradiarritmia se
tipo clínico y electrocardiográfico (datos de anamnesis y del presenta en el contexto de una alteración hemodinámica
ECG de superficie y del registro de Holter, como el número y grave secundaria a determinados procesos (embolia pulmo-
las características de las arritmias ventriculares). nar, etc.). Por último, el mecanismo que explica el síndrome
Sin embargo, muchos de estos marcadores pueden estar de la muerte súbita infantil no está del todo aclarado, pero
presentes durante meses o incluso años sin que ocurra una probablemente se relaciona, por lo menos en parte, con alte-
muerte súbita. Se requiere que sobre el miocardio vulnerable raciones del SNA, que afectan la regulación de los aparatos
actúen uno o varios factores desencadenantes, entre los cua- cardiovascular y respiratorio, produciendo apnea, trastornos
les, los más importantes son: a) estrés físico o psíquico; b) al- del ritmo y muerte.
teraciones iónicas o metabólicas; c) aceleración del ritmo si-
nusal o aparición de una arritmia supraventricular o una Identificación de los pacientes de riesgo. En la tabla 3.48
pausa; d) administración de determinados fármacos (efecto se indican los pacientes que se hallan en riesgo de sufrir
arritmogénico) que pueden provocar torsade de pointes, de- muerte súbita. Dentro del grupo de pacientes que no han
primir la contractilidad e interferir en la isquemia; el estudio presentado arritmias ventriculares malignas, el riesgo está en
CAST ha demostrado que la administración de algunos fár- relación con la presencia de los distintos marcadores y facto-
macos tipo I (flecainida, encainida, morizidina) aumenta la res desencadenantes mencionados previamente. En general,
mortalidad en los pacientes postinfarto con arritmias ventri- los pacientes más expuestos son los que padecen una car-
culares asintomáticas y fracción de eyección deprimida; diopatía avanzada (postinfarto, miocardiopatía) con insufi-
e) interacción de la inestabilidad eléctrica con la isquemia ciencia cardíaca o que se hallan en fase aguda de insuficien-
y/o la disfunción ventricular izquierda debida a múltiples cia coronaria y/o presentan otros marcadores. Para detectar
causas, y f) el aumento brusco de alguno de los marcadores a estos pacientes se utilizan, además de los datos clínicos,
que a menudo está relacionado con la presencia de uno o va- distintas técnicas (tabla 3.49). A pesar de ello, los datos clíni-
rios de los factores desencadenantes previamente descritos. cos son aún de gran utilidad, tanto para estratificar el riesgo
Ya se ha señalado que la muerte súbita ocurre muy a me- en pacientes que ya han presentado arritmias graves (fig.
nudo en pacientes con cardiopatía isquémica. Sin embargo, 3.136), como para el estudio general postinfarto. Los pacien-
el papel de la isquemia como mecanismo desencadenante tes con antecedentes de arritmia ventricular maligna deben
de la muerte súbita no es tan conocido. Es evidente que el ser remitidos a un centro especializado para estudio comple-
infarto agudo (isquemia transmural grave y persistente) pue- to, que incluya exploraciones electrofisiológicas y coronario-
de presentarse como muerte súbita. Pero en la isquemia grafía, con el fin de poder actuar en consecuencia y lo antes
transmural transitoria (angina de Prinzmetal, angioplastia) y posible.
en la isquemia subendocárdica, su relación con las arritmias La mayoría de estos procedimientos usados para estratifi-
ventriculares malignas es mucho más baja. Probablemente, car el riesgo de muerte súbita tienen un valor limitado, tanto
pues, la isquemia desencadena la muerte súbita sólo en un si para ello se valora la inestabilidad eléctrica (cualquiera de
número pequeño de casos de los pacientes que fallecen por sus marcadores) como la isquemia o la disfunción ventricu-
taquiarritmia ventricular (10-20%), pero es, sin embargo, la lar izquierda. Esto se debe a que aunque la especificidad y la
responsable de la mayoría de las muertes súbitas debidas a sensibilidad suelen ser altas, el valor predictivo en los casos
bradiarritmia (80-90%). En conjunto, la isquemia explica sólo positivos (es decir, el número de casos con el parámetro en
un tercio de los pacientes ya cardiópatas conocidos que fa- cuestión alterado que presentarán la complicación, en este
llecen súbitamente fuera del hospital. caso, arritmia maligna o muerte súbita) es bajo (inferior al

554
MUERTE SÚBITA

Muerte súbita o
taquicardia ventricular

SÍ NO

Taquicardia ventricular dentro


NYHA = III? de los 2 meses postinfarto

SÍ NO SÍ NO

Mortalidad Infartos de Mortalidad


25% miocardio múltiples NYHA = III? 0%

SÍ NO SÍ NO

Mortalidad ¿Taquicardia ventricular Mortalidad Mortalidad


20% de esfuerzo? 11% 4%

SÍ NO

Mortalidad Mortalidad
35% 9%

Fig. 3.136. Esquema de estratificación de riesgo en pacientes que han presentado una taquicardia ventricular utilizando exclusivamente datos
clínicos. Sólo con los datos presentes en la historia clínica es posible diferenciar subgrupos de pacientes con mortalidades muy bajas y otros con
una tasa alta de muerte súbita. NYHA: New York Heart Association. (Adaptada de P. BRUGADA et al, 1989.)

TABLA 3.50. Sensibilidad, especificidad y valor predictivo de los potenciales ventriculares tardíos en los pacientes postinfarto
Potenciales ventriculares Potenciales ventriculares
tardíos positivos tardíos negativos
Presencia de arritmias
ventriculares malignas 9 1 10 Sensibilidad = 90% (9/10)
Ausencia de arritmias
ventriculares malignas 40 160 200 Especificidad = 80% (160/200)
VPP = 18% (9/49) VPN = 99% (160/161) Incidencia AVM= 4,7% (10/210)
AVM: arritmias ventriculares malignas. VPN: valor predictivo para negativos. VPP: valor predictivo para positivos. (Véase explicación en el texto.)

20%). En la tabla 3.50 se expone un ejemplo, en el que se estos pacientes, el riesgo puede detectarse, además de por
considera el valor de la presencia de potenciales tardíos para los síntomas (síncope), mediante la técnica de Holter (pau-
estratificar el riesgo de arritmias malignas en los pacientes sas) y los estudios electrofisiológicos intracavitarios.
postinfarto. En dicha tabla se puede observar cómo, si bien
la sensibilidad es elevada (90%) y la especificidad es tam- Prevención. La relativa baja incidencia de muerte súbita en
bién bastante alta (80%), debido a la realidad epidemiológi- España se relaciona con la menor tasa de cardiopatía isqué-
ca (la mayoría de los pacientes postinfarto no presentan arrit- mica, en comparación con los países anglosajones. Proseguir
mias malignas) el valor predictivo para positivos (VPP) es en la lucha contra los factores de riesgo e intentar tratar la
bajo (inferior al 20%). Esto significa que de 100 pacientes cardiopatía isquémica aguda de la forma más precoz posible
con potenciales tardíos positivos, sólo alrededor de 20 pre- son, pues, las mejores medidas para conseguir reducir aún
sentarán una arritmia maligna. El valor predictivo para nega- más la incidencia de muerte súbita. También han demostra-
tivos (VPN) es, en cambio, muy alto (99%), lo que pone de do su utilidad, la aplicación de los nuevos tratamientos de la
manifiesto el buen pronóstico en cuanto a muerte súbita fase aguda (trombolíticos) y el enfoque de protección global
de los pacientes postinfarto que no presentan potenciales tar- del paciente durante el seguimiento posterior.
díos. Es, pues, evidente que se debe realizar un enfoque mul- Es importante señalar que los pacientes que ya han pre-
tifactorial con el fin de aumentar el VPP. Para ello es aconse- sentado una crisis de arritmia ventricular maligna (taquicar-
jable valorar distintos parámetros que estudien diferentes dia ventricular sostenida o fibrilación ventricular fuera del
factores relacionados con el problema multifactorial de la hospital), deben ingresar en un centro de referencia, pues
muerte súbita. La asociación que hasta la fecha ha dado un existen en la actualidad soluciones eficaces que en general
VPP más alto (alrededor del 40%) es la suma de la variabili- no son farmacológicas (desfibrilador implantado, ablación,
dad RR + potenciales tardíos + salvas de taquicardia ventricu- etc.) (véase el capítulo de Arritmias).
lar en el registro de Holter. En el futuro el objetivo debe ser Otro grupo de pacientes que se debe considerar lo consti-
aumentar aún más este VPP para poder identificar mejor a tuyen los que aún no han sufrido una arritmia maligna, pero
los pacientes de alto riesgo y, de esta forma, aplicar en ellos presentan marcadores de alto riesgo (p. ej., pacientes postin-
las medidas preventivas oportunas. farto con fracción de eyección baja + arritmia ventricular
También presentan riesgo, a veces elevado, de muerte sú- inducible en el estudio electrofisiológico + taquicardia ven-
bita los pacientes con bradiarritmias graves (síndrome del tricular no sostenida en el Holter o pacientes con síndrome
nódulo sinusal enfermo y/o bloqueo auriculoventricular). En de WPW y crisis paroxísticas del ritmo con parámetros elec-

555
CARDIOLOGÍA

trofisiológicos de riesgo). En alguno de estos casos, como el BAYÉS DE LUNA A, COUMEL PH, LECLERQ JF. Ambulatory sudden death:
paciente con síndrome de WPW en riesgo, está claro que la Mechanism of production of fatal arrhythmia on the bases of data
ablación con radiofrecuencia es la solución definitiva de su from 156 cases. Am Heart J 1989; 117: 151-159.
BREITHARDT G, SCHARTZMALER J, BORGGREFE M, HAERTEN K, SEIPEL L. Prog-
problema. En otros casos, como el paciente postinfarto en
nostic significance of late ventricular potentials after acute myo-
riesgo, pero sin antecedentes de arritmia ventricular maligna, cardial infarction. Eur Heart J 1983; 4: 487.
es probable que el enfoque no farmacológico sea también la BRUGADA P, TALAJIC M, SMETS J, MULLENEERS R, WELLENS HJJ. The value
solución, pero se deben esperar los resultados de distintos of the clinical history to assess prognosis of patients with ventricu-
ensayos multicéntricos, sobre todo con desfibriladores im- lar tachycardia or ventricular fibrillation after myocardial infarc-
plantados, para poder tomar una decisión con pleno conoci- tion. Eur Heart J 1989; 10: 747.
miento de causa (véase el capítulo de Arritmias). DAVIES MJ, THOMAS A. Thrombosis and acute coronary artery lesions
Por último, un número importante de pacientes cardiópa- in sudden cardiac ischemic death. N Engl J Med 1984; 310:
tas –en la actualidad más de la mitad de los pacientes postin- 1.137.
farto– presentan un riesgo bajo de muerte súbita (no tienen KANNEL WB, MCGEE DL, SCHARZKIN A. An epidemiological perspective
marcadores importantes de inestabilidad eléctrica, disfun- of sudden death 26 years follow-up in the Framingham study.
Drugs 1984; 28 (supl I): 1.
ción ventricular y/o isquemia). En estos casos, el tratamiento KLEIGER RE, MILLER J PH, BIGGER JT, MOSS AJ. Decreased heart rate va-
postinfarto que suele utilizarse consiste en ácido acetilsalicí- riability and its association with increased mortality after acute
lico y bloqueadores beta. Los inhibidores de la enzima con- myocardial infarction. Am J Cardiol 1987; 59: 256.
versora de la angiotensina y quizá la amiodarona pueden ser MARTÍ V, GUINDO J, HOMS E, VIÑOLAS X, BAYÉS DE LUNA A. Peaks of QTc
también útiles en algunos pacientes. Sin embargo, con este lengthening measured in Holter recordings as a markers of life-
último fármaco se debe esperar el resultado de algunos estu- threatening arrhythmias in post myocardial infarction patients.
dios multicéntricos para poder definir su eficacia de forma Am Heart J 1992; 124: 234-235.
definitiva. THIENE G, NAVA A, CORRADO D, ROSSI L, PENNELLI N. Right ventricular
cardiomyopathy and sudden death in young people. N Engl J Med
Bibliografía especial 1988; 318: 129.
WELLENS HJJ, BRUGADA P. Sudden cardiac death: A multifactorial
ADGEY AA, DEVLIN JE, WEBB SW, MULHOLLAND HC. Initiation of ventricu- problem. En: BRUGADA P, WELLENS HJJ (eds): Cardiac arrhyth-
lar fibrillation outside hospital in patients with acute ischemic he- mias: Where go from here? Nueva York, Futura Publishing, 1987;
art disease. Br Heart J 1982, 47: 55. 391.

Paro cardiorrespiratorio
G.A. Sanz Romero

Toda pérdida repentina del conocimiento debe sugerir la derse (no hiperextenderse) la cabeza, colocando una mano
posibilidad de un paro cardíaco; aunque en la mayoría de en la frente y la otra debajo de la nuca (fig. 3.137). Muchas
los casos se tratará de una lipotimia o síncope, deben iniciar- veces esta maniobra es suficiente para que la víctima recupe-
se rápidamente las maniobras dirigidas al diagnóstico y, si se re la respiración. En caso de que la lengua aún obstruya la
confirma la existencia de un paro, su tratamiento. Éste puede tráquea, un método alternativo consiste en levantar la barbi-
dividirse en dos fases: las maniobras básicas de manteni- lla con la mano de la nuca y mantener la otra en la frente,
miento de la vida o “ABC de la reanimación” y el tratamiento para forzar así la extensión.
definitivo o “avanzado”. Las primeras deberían ser conocidas Una vez que las vías respiratorias están libres hay que sa-
por todo el personal sanitario e incluso por la población en ber si la víctima respira por sí misma, para lo cual se acercan
general. la mejilla y el oído a la boca y la nariz del paciente; de esta
forma puede percibirse fácilmente si el paciente exhala aire,
mientras se observa si se mueve el tórax, lo que confirmará
Maniobras de reanimación cardiopulmonar también la existencia de respiración espontánea.
Las maniobras de resucitación están consituidas por una B. Ventilación artificial. Si no existe signo alguno de respi-
combinación de la respiración y de la circulación artificiales, ración, el reanimador debe actuar inmediatamente para pro-
cuyo objetivo es mantener la vida hasta que se instaura el tra- veer de oxígeno a la víctima, mediante la respiración boca a
tamiento definitivo del paro cardíaco. boca o, si fuese posible, con una mascarilla.
Para iniciar las maniobras, es necesario que el paciente Para realizar la respiración boca a boca hay que mantener
esté en decúbito supino y sobre una superficie dura: el suelo abiertas las vías respiratorias, mediante la colocación de una
o la cama provista de una tabla de madera. La American mano debajo de la nuca y la otra en la frente, de forma que
Heart Association sugiere denominar estas maniobras como los dedos pulgar e índice puedan pinzar la nariz. Se inspira y
el “ABC de la reanimación” para señalar los tres pasos esen- a continuación se exhala dentro de la boca de la víctima,
ciales de la reanimación cardiopulmonar: A (assessment), procurando que los labios queden bien sellados alrededor
evaluación y diagnóstico; B (breath), respiración o ventila- de la boca del paciente: la cantidad de aire y la fuerza con
ción, y C (circulation), circulación. que se introduce deben ser suficientes para elevar el tórax de
A. Evaluación. En primer lugar es necesario cerciorarse de la víctima en cada insuflación. A continuación se levanta la
que la víctima está inconsciente, para lo cual se la puede sa- boca rápidamente, justo el tiempo de tomar aire de nuevo, y
cudir o llamar. Si no responde, debe procederse a despejar se repite la ventilación. Estas dos ventilaciones deben reali-
las vías respiratorias y comprobar si respira espontáneamen- zarse de forma que obliguen a los pulmones a expandirse
te. La lengua es la causa más frecuente de obstrucción de las por completo; las siguientes se darán a un ritmo de 12/min,
vías respiratorias en una víctima inconsciente, ya que, debi- lo que significa una ventilación cada 5 seg. Inicialmente no
do a la relajación de la musculatura, cae hacia atrás y blo- debe perderse tiempo en buscar restos de comida o cuerpos
quea el paso del aire. Para abrir las vías aéreas debe exten- extraños en la boca, excepto que sean evidentes; si el pa-

556
PARO CARDIORRESPIRATORIO

Paro cardíaco

Maniobras
de reanimación

Diagnóstico
electrocardiográfico

A
Fibrilación Asistolia Disociación
ventricular electromecánica

Desfibrilación Maniobras de Maniobras de


eléctrica (200 J) reanimación reanimación
Atropina Adrenalina
Adrenalina
Si persiste

Si persiste Si persiste
Desfibrilación
eléctrica (200 J)
Maniobras de Maniobras de
B reanimación reanimación
Bicarbonato Calcio
Si persiste Marcapasos
E

Desfibrilación
eléctrica (360 J)

Si persiste

Maniobras de reanimación
Adrenalina intravenosa o endotraqueal
Desfibrilación eléctrica (360 J)

Si persiste

Bicarbonato
C Desfibrilación eléctrica (360 J)

Si persiste

Bretilio o lidocaína
Desfibrilación eléctrica

Fig. 3.138. Pautas de tratamiento en el paro cardíaco.

En ocasiones se dispone de una mascarilla para realizar la


respiración artificial y pueden evitarse los inconvenientes de
la respiración boca a boca; no obstante, su utilización re-
quiere experiencia para conseguir una ventilación adecua-
D da. El respirador de balón acoplado a la mascarilla es el mé-
todo de ventilación estándar en los equipos de reanimación
Fig. 3.137. A y B. Tracción hacia delante del maxilar inferior, con la y permite una oxigenación adecuada hasta que el paciente
cabeza hacia atrás, para dejar expeditas las fauces y evitar que se recupera o se procede a la intubación endotraqueal. Para
la base de la lengua caiga hacia atrás ocluyendo la laringe. C y D. su utilización el reanimador se sitúa por detrás de la víctima,
Respiración positiva boca a boca. El reanimador insufla el pulmón del a la cabecera, y extiende al máximo el cuello del paciente,
asfíctico, y éste se expande. Cuando el socorrista inspira aire para colocando la mascarilla sobre su cara, con la base entre la
reinsuflarlo, el enfermo experimenta la espiración pasiva. E. Si es ne-
cesario puede tirarse de la lengua. (Según SAFER.) barbilla y el labio inferior, y el vértice encima de la nariz.
Con los dedos se fija la máscara a la cara, de forma que no se
escape el aire y al mismo tiempo se mantenga el cuello en
ciente vomita debe ladearse su cabeza, limpiar la boca y pro- extensión. Con la otra mano se comprime el balón una vez
seguir la ventilación; en caso de que sea portador de prótesis cada 5 seg en el caso de paro respiratorio, o una vez cada
dentarias que interfieran en la ventilación, hay que retirarlas. 5 compresiones en el caso de paro cardiorrespiratorio (véase

557
CARDIOLOGÍA

más adelante). En cada compresión del balón se administra rias y realiza la ventilación artificial, mientras el otro com-
aproximadamente 1 L de aire. Durante la ventilación con prueba la ausencia de pulso y efectúa las compresiones. En
ambú, un tubo de Mayo facilita la apertura de las vías aéreas. este caso, las compresiones se harán a un ritmo más lento,
C. Circulación. Para determinar si una víctima inconscien- 80/min, interponiendo una ventilación cada 5 compresiones,
te que no respira se encuentra en paro cardíaco, debe bus- sin perder el ritmo de éstas.
carse el pulso arterial carotídeo, ya que es el más asequible
(no hay necesidad de quitar la ropa), se encuentra próximo
al reanimador y, además, suele ser intenso. Si la víctima tiene
Tratamiento avanzado
pulso, se continúa la ventilación artificial a un ritmo de El tratamiento definitivo del paro cardiocirculatorio con-
12/min, hasta que recupere la respiración espontánea, com- siste en el diagnóstico de la arritmia que lo ha provocado y
probando la presencia de pulso cada minuto. En caso con- su corrección; ello sólo es posible cuando se cuenta con un
trario se inicia el masaje cardíaco externo. electrocardiógrafo o un desfibrilador con un monitor incor-
Para realizar las compresiones del tórax, la víctima debe porado. La figura 3.138 muestra las pautas de tratamiento re-
estar en decúbito supino, sin almohada y en una superficie comendadas para cada una de las tres situaciones habitua-
dura, con el reanimador de rodillas a la altura del tórax. La les. De igual forma, es necesario colocar una vía venosa para
correcta posición de las manos es esencial para minimizar administrar la medicación necesaria y corregir la acidosis,
los posibles accidentes; incluso cuando se hace de forma co- que en ocasiones es el motivo del fracaso del tratamiento. Si
rrecta, el masaje cardíaco puede ocasionar lesiones (rotura el paciente no se recupera rápidamente, puede ser necesario
de una costilla, contusión del hígado o de los pulmones). La colocar un tubo endotraqueal para asegurar una ventilación
compresión debe realizarse sobre la mitad inferior del ester- correcta. Incluso cuando el pulso y la respiración se reanu-
nón, pero no en el apéndice xifoides; así pues, se localiza dan enseguida, el paciente debe considerarse de alto riesgo
éste con los dedos índice y mayor de la mano derecha y se y candidato a un nuevo paro; por consiguiente, debe mante-
coloca el talón de la otra mano junto al índice de la primera, nerse en una UCI durante, al menos, 48 h o hasta que la situa-
con lo cual se evita comprimir sobre el apéndice xifoides. A ción se estabilice.
continuación se sitúa el talón de la mano derecha encima de Una vez que el paciente se ha recuperado del paro cardior-
la izquierda y se entrelazan los dedos de ambas para alejar- respiratorio, el riesgo de una recurrencia es elevado. Inicial-
los de la pared torácica durante la compresión y evitar así mente debe controlarse en una UCI con el fin de prevenir las
que lesionen las costillas. Durante el masaje se debe ejercer arritmias e identificar la causa del paro. Los enfermos con
fuerza suficiente para deprimir unos 3-6 cm la pared del tó- cardiopatía coronaria conocida o aquellos cuya clínica su-
rax, apoyando el propio peso sobre los talones de las manos giera este diagnóstico son candidatos a coronariografía y re-
y manteniendo los brazos estirados. Sin mover las manos de vascularización miocárdica. La eficacia del tratamiento an-
su posición se libera la presión para permitir que el corazón tiarrítmico para prevenir la muerte súbita en estos pacientes
se llene de nuevo de sangre. El número de compresiones por está en discusión; la terapéutica debe guiarse mediante Hol-
minuto debe ser de 80-100 cuando las maniobras las realiza ter o estudios electrofisiológicos e incluye no sólo el trata-
un solo reanimador. Cada 15 compresiones deben intercalar- miento farmacológico sino también cirugía, fulguración eléc-
se dos ventilaciones rápidas. Las maniobras no deben inte- trica y desfibriladores implantables.
rrumpirse más de 5 seg. Es importante asegurarse que las
maniobras de resucitación son efectivas; para ello se com- Bibliografía especial
prueba si el paciente recupera el pulso y la respiración des- AMERICAN HEART ASSOCIATION. Standards and guidelines for cardiopul-
pués del primer minuto de reanimación y posteriormente monary resuscitation and emergency cardiac care. JAMA 1980;
cada 4-5 min. 244: 453-509.
Cuando dos reanimadores asisten el paro cardiorrespirato- EWY G.A. Current status of cardiopulmonary resuscitation. Mod Con-
rio, uno se asegura de la permeabilidad de las vías respirato- cepts Cardiovasc Dis 1984; 53: 43-80.

Valvulopatías
A. Betriu Gibert

La estenosis mitral congénita es muy rara y suele asociarse


Valvulopatía mitral a cardiopatías complejas. En general, la válvula adopta una
morfología “en paracaídas”, ya que todas las cuerdas tendi-
nosas se insertan en un músculo papilar único.
Estenosis mitral
Fisiopatología. El área valvular mitral del adulto es de apro-
Etiología. En la mayoría de casos la estenosis mitral es de ximadamente unos 5 cm2. Cuando el área orificial se reduce
origen reumático. Sin embargo, el antecedente clínico de fie- de manera significativa, el llenado ventricular es posible gra-
bre reumática falta en la mitad de ellos. Dos tercios de los pa- cias a la aparición de un gradiente de presión entre la aurícu-
cientes con estenosis mitral son mujeres. En la estenosis mi- la y el ventrículo durante la diástole. La presencia de este
tral reumática las valvas aparecen difusamente engrosadas y gradiente, que no existe en condiciones normales (ya que
rígidas por un proceso de fibrosis y, con frecuencia, por de- las presiones de aurícula y ventrículo se igualan), constituye
pósitos de calcio (figs. 3.139 y 3.140). Las comisuras se fusio- la alteración hemodinámica característica de la estenosis mi-
nan, lo mismo que las cuerdas tendinosas, que además están tral. El gasto cardíaco varía considerablemente de un enfer-
retraídas. El conjunto de estos cambios determina un estre- mo a otro con estenosis mitral. Así, hay pacientes que man-
chamiento del área orificial. tienen el gasto a expensas de elevar el gradiente de presión

558
VALVULOPATÍAS

Fig. 3.140. Ecocardiograma bidimensional de una estenosis mitral


grave. El plano apical de cuatro cámaras permite apreciar una gran
dilatación de la aurícula izquierda (AI) así como la imagen típica en
cúpula diastólica de la válvula mitral (flechas).

capacitantes en la segunda y la tercera décadas de la vida, la


mayoría de los pacientes desarrollan estas manifestaciones
clínicas después de los 40 años. Cuando se alcanza este esta-
dio se produce un deterioro relativamente rápido que lleva a
la muerte en menos de 5 años, a no ser que se altere la histo-
ria natural de la enfermedad con la cirugía. En ocasiones, sin
Fig. 3.139. Ecocardiograma en modo M de una estenosis mitral mo- embargo, pueden descubrirse estenosis mitrales de distinta
derada. Obsérvense el engrosamiento de los ecos de las valvas, la gravedad en el anciano.
apertura DE reducida, el aplanamiento de la pendiente EF y el movi- Cuando el grado del estrechamiento valvular es ligero pue-
miento hacia delante de la valva posterior en diástole. A pesar de que den darse todos los signos de una estenosis mitral bien cons-
el ritmo es sinusal, la onda A está ausente. MI: válvula mitral; Va: val- tituida en ausencia de síntomas. Con todo, es posible que se
va anterior; Vp: valva posterior. produzca una elevación transitoria de la presión auricular iz-
quierda capaz de desencadenar crisis de disnea en ocasión
de esfuerzo, taquicardia, fiebre, anemia o embarazo. A medi-
transmitral, mientras que otros muestran un gasto reducido da que la estenosis progresa, la disnea aparece con esfuerzos
con un gradiente transvalvular escaso. Cuando el orificio mi- progresivamente menores hasta que el paciente se halla in-
tral es de 1 cm2 (estenosis mitral grave), el mantenimiento capacitado para las actividades diarias. Luego el decúbito se
del gasto no es posible si la presión de la aurícula izquierda hace intolerable y aparecen ortopnea y crisis de disnea paro-
no alcanza los 20-25 mmHg. Como consecuencia de esta ele- xística nocturna. El desarrollo de un edema agudo de pulmón
vación, la presión capilar y la presión arterial pulmonar as- suele ser secundario a un esfuerzo físico o a la aparición de
cenderán también, con lo que aparecerá disnea. En la este- una arritmia, en general una fibrilación auricular. La instau-
nosis mitral ligera o moderada, la presión arterial pulmonar ración de ésta determina siempre un deterioro hemodinámi-
puede ser normal en reposo y elevarse sólo con el ejercicio. co significativo derivado de la pérdida de la contracción au-
En estas condiciones, la disnea coincide con el aumento del ricular y de la respuesta ventricular rápida. La hemoptisis,
gradiente transvalvular, el cual depende no sólo del flujo de que aparece como consecuencia de la rotura de las venas
sangre a través de la mitral (gasto cardíaco), sino también pulmonares o bronquiales, es una complicación menos fre-
de la duración de la diástole. El acortamiento de ésta con la cuente que puede ocurrir en presencia de una presión capi-
taquicardia reduce el tiempo de llenado ventricular, por lo lar pulmonar elevada con resistencias arteriales pulmonares
que, para un gasto cardíaco determinado, la aceleración del relativamente bajas. Debe distinguirse del esputo rosado del
ritmo cardíaco aumenta el gradiente transmitral y eleva la edema agudo de pulmón o del infarto pulmonar. Las infec-
presión de la aurícula izquierda. ciones pulmonares son también frecuentes. Además de los
La presión arterial pulmonar puede elevarse de forma pasi- cambios descritos en el lecho vascular del pulmón, la pared
va, como consecuencia del aumento de la presión venosa del alveolo es también asiento de fibrosis. Por ello, la capaci-
(hipertensión poscapilar), o activa, al aumentar las resisten- dad de difusión del oxígeno está disminuida, en especial
cias arteriolares pulmonares (hipertensión precapilar). En durante el ejercicio. La reducción de la distensibilidad pul-
ocasiones, la presión arterial pulmonar alcanza valores sisté- monar contribuye a aumentar el trabajo respiratorio y desem-
micos. En general, cuando la presión sistólica pulmonar re- peña un papel importante en la producción de disnea. El en-
basa los 60 mmHg, las presiones de llenado del ventrículo grosamiento de las paredes capilar y alveolar dificulta la
derecho y, por consiguiente, de la aurícula derecha se ele- trasudación de líquido al interior del alveolo y retarda la apa-
van. Como consecuencia de la dilatación de las cavidades rición del edema agudo de pulmón cuando la presión capi-
derechas puede aparecer insuficiencia tricúspide. Aunque la lar excede la presión oncótica del plasma. El aumento de ca-
hipertensión arterial pulmonar es una complicación de la es- pacidad del sistema linfático del pulmón actúa en igual
tenosis mitral grave y de larga evolución, ejerce un efecto sentido.
protector sobre la congestión pulmonar, si bien a expensas La elevación de las resistencias arteriales pulmonares sue-
de una reducción del gasto cardíaco. le aliviar los síntomas congestivos pulmonares, pero aumenta
la presión sistólica del ventrículo derecho, que puede claudi-
Cuadro clínico. El intervalo libre entre el episodio de cardi- car. Entonces el enfermo presenta los síntomas característi-
tis y el inicio de los síntomas suele ser prolongado, en gene- cos de insuficiencia ventricular derecha, es decir, fatiga y de-
ral de unos 20 años. Aunque hay individuos con síntomas in- bilidad. En estas condiciones se favorece la tromboembolia

559
CARDIOLOGÍA

pulmonar, una importante causa de morbilidad y de mortali- presistólico del soplo, ya que la contracción auricular au-
dad en la estenosis mitral evolucionada. menta el flujo de la sangre a través de la válvula.
La embolia sistémica es consecuencia de la formación de El fallo derecho se manifiesta por la presencia de ingurgi-
trombos en la aurícula izquierda y, en particular, en la ore- tación yugular, hepatomegalia y edemas. La insuficiencia tri-
juela. Es más frecuente en pacientes con fibrilación auricular cúspide secundaria a hipertensión arterial pulmonar y dilata-
y gasto cardíaco bajo, aunque puede ocurrir en estenosis mi- ción del ventrículo derecho determina la aparición de un
trales de distinta gravedad. En ocasiones, una embolia sisté- soplo sistólico suave sobre el apéndice xifoides y el borde es-
mica (cerebral, en una extremidad, etc.) puede constituir la ternal izquierdo. Este soplo, que aumenta en inspiración y
primera manifestación de la enfermedad. La frecuencia con disminuye en espiración y durante la maniobra de Valsalva,
que el cirujano descubre trombos auriculares no es mayor puede desaparecer al compensarse el fallo derecho. Debe
en los individuos con un antecedente embólico que en el distinguirse del soplo de insuficiencia mitral, que, al igual
resto, lo que sugiere que son los trombos frescos los que em- que la calcificación de la válvula, tiende a reducir la intensi-
bolizan con mayor facilidad. De forma excepcional se consti- dad del primer ruido y del chasquido de apertura y, cuando
tuyen grandes trombos pedunculados que, como el mixoma, es grave, a abolirlos. Si la insuficiencia mitral es muy impor-
pueden ocluir transitoriamente el orificio mitral y acompa- tante determina, además, la aparición de un tercer ruido;
ñarse de sus mismas manifestaciones clínicas: auscultación éste se distingue del chasquido de apertura por su tonalidad
cambiante, síncope o angina. más grave, su menor intensidad y por registrarse más retrasa-
Algunos pacientes con estenosis mitral (menos del 16%) do en relación con el segundo ruido. Aunque poco frecuen-
presentan dolor torácico, cuyo origen es difícil de determinar; te, el soplo de Graham-Steell es diastólico y se ausculta a lo
se ha atribuido a hipertensión pulmonar o a isquemia secun- largo del borde esternal izquierdo en pacientes que desarro-
daria a embolia o afectación coronaria por aterosclerosis. llan una insuficiencia pulmonar por dilatación del anillo de
Por último, la endocarditis bacteriana es rara en la estenosis esta válvula a causa de la hipertensión pulmonar. Se parece
mitral pura. al soplo de la insuficiencia aórtica, del que se distingue por
Exploración física. La inspección sólo aporta datos cuando acompañarse de signos de hipertensión pulmonar y aumen-
la estenosis mitral es grave. Los pómulos pueden presentar tar con la inspiración.
un tinte rojizo característico (“chapetas malares”). En presen-
cia de fallo derecho y gasto cardíaco bajo existe palidez cu- Radiología. El dato radiológico más característico es el cre-
tánea, así como frialdad y cianosis de las partes acras. La cimiento de la aurícula izquierda, que se manifiesta en la
onda a del pulso yugular, que desaparece con la fibrilación proyección de frente por la aparición de un doble contorno
auricular, es prominente cuando existe hipertensión arterial en el arco inferior derecho y de un tercer arco –entre el bor-
pulmonar grave. En la insuficiencia tricúspide funcional es la de del ventrículo izquierdo y el de la arteria pulmonar–
onda v la que alcanza mayor relieve. izquierdo; este último corresponde a la orejuela izquierda.
La palpación mostrará un pulso arterial periférico pequeño Un dato indirecto del crecimiento auricular es la elevación
y, en caso de fibrilación auricular, irregular. Cuando hay cre- del bronquio izquierdo. En la proyección oblicua anterior
cimiento ventricular derecho se percibe un latido enérgico derecha y con el empleo de papilla baritada, la dilatación de
junto al borde esternal izquierdo, en su porción inferior. En la aurícula izquierda se pone de manifiesto por el desplaza-
la punta suele palparse el primer ruido y, en ocasiones, el miento hacia atrás del esófago. Las demás cavidades cardía-
chasquido de apertura mitral; en decúbito lateral izquierdo cas no aparecen dilatadas en la estenosis mitral pura, a me-
puede palparse un frémito diastólico. Cuando hay hiperten- nos que se desarrollen hipertensión arterial significativa y
sión arterial pulmonar grave es posible palpar el cierre pul- fallo derecho, en cuyo caso se producirá cardiomegalia a ex-
monar (segundo ruido) a la altura del segundo o tercer espa- pensas de las cavidades derechas y de la arteria pulmonar.
cio intercostal, a la izquierda del esternón. Los campos pulmonares pueden presentar todas las altera-
Los signos auscultatorios característicos de la estenosis mi- ciones propias de la congestión pulmonar, desde las imáge-
tral son un primer ruido fuerte, un chasquido de apertura nes de redistribución del flujo con dilatación de las venas
después del segundo ruido y un soplo diastólico. A ello pue- apicales hasta las de edema intersticial (halo perivascular y
de sumarse un segundo ruido fuerte en el foco pulmonar. La líneas B de Kerley) y alveolar. En la hipertensión venosa cró-
intensidad aumentada del primer ruido se debe a que la vál- nica pueden producirse en ambos campos pulmonares de-
vula se cierra con gran rapidez, desde una posición relativa- pósitos de hemosiderina, que se manifiestan como un motea-
mente abierta; cuando la movilidad valvular está comprome- do nodular difuso. En zonas con edema intersticial crónico
tida por la presencia de calcificaciones, el primer ruido pueden desarrollarse nódulos fibrosos que se calcifican.
pierde su sonoridad. El chasquido de apertura es un rui- Debe buscarse siempre la calcificación de la válvula, muy
do breve y seco que se produce 0,06-0,12 seg después del frecuente en la estenosis mitral de larga evolución.
componente aórtico del segundo ruido y se ausculta en el
ápex, aunque puede propagarse a lo largo del borde esternal Electrocardiograma. En ausencia de fibrilación auricular se
izquierdo hasta la base; se oye mejor con la membrana del observan signos de crecimiento auricular izquierdo: la onda
estetoscopio, por estar constituido por vibraciones de alta P se ensancha (alrededor de 0,12 seg) y se hace bimodal,
frecuencia. La distancia entre el segundo ruido y el chasqui- con una separación entre los modos de 0,04 seg, y su eje
do de apertura mitral constituye un buen índice del grado de eléctrico se desvía a la izquierda. La presencia de criterios de
la estenosis, ya que se reduce cuando –al iniciarse la relaja- crecimiento ventricular derecho indica que existe hiperten-
ción ventricular– la presión del ventrículo izquierdo descien- sión pulmonar con aumento de las resistencias del circuito
de por debajo de la presión auricular, y el cruce de ambas menor. La existencia de crecimiento ventricular izquierdo
presiones se producirá antes cuanto más elevada sea la de la implica siempre una enfermedad asociada, insuficiencia mi-
aurícula. Así, en la estenosis mitral grave, la distancia entre el tral, valvulopatía aórtica o hipertensión arterial.
segundo ruido y el chasquido será de 0,6-0,8 seg, y en la este-
nosis mitral ligera, de 0,10-0,12 seg. El soplo diastólico de la Ecocardiograma. Constituye el método incruento más sensi-
estenosis mitral, que por su tonalidad se denomina también ble y específico de diagnóstico de la estenosis mitral. En
arrastre o retumbo, se detecta mejor con la campana del es- diástole, las dos hojas, anterior y posterior, de la mitral no se
tetoscopio y con el enfermo en decúbito lateral izquierdo. Su separan adecuadamente, dirigiéndose ambas hacia delante.
foco de máxima auscultación corresponde a la punta, au- Además, la pendiente EF está reducida, ya que la hoja ante-
menta con el ejercicio y se irradia preferentemente a la axila. rior no se desplaza hacia atrás en la mesodiástole. El engro-
Se genera por el paso de sangre a través de la válvula estre- samiento y la calcificación de la válvula se traducen por la
cha y su duración se correlaciona con la intensidad de la es- presencia de múltiples ecos en la hoja anterior o por un au-
tenosis. En pacientes en ritmo sinusal se produce un refuerzo mento difuso de todos los ecos de la mitral (fig. 3.139). La au-

560
VALVULOPATÍAS

rícula izquierda suele estar agrandada (fig. 3.140). La deter-


minación del grado de apertura de la válvula es más exacta
con el examen bidimensional, que permite además la detec-
ción de trombos en el interior de la aurícula izquierda. Para
ello la técnica transesofágica resulta todavía más útil. La téc-
nica de Doppler permite estimar la gravedad de la estenosis,
ya que el tamaño del orificio valvular se correlaciona con el
THP (tiempo requerido para que el pico máximo de veloci-
dad del flujo transmitral se reduzca a la mitad).

Cateterismo. Permite el diagnóstico al poner de manifiesto


la presencia de un gradiente diastólico de presión entre la
aurícula y el ventrículo izquierdos. La medida del gradiente y
del gasto cardíaco permite el cálculo del área valvular mitral.
La práctica de una angiografía en el ventrículo izquierdo per-
mite descartar la existencia de una regurgitación mitral aso-
ciada.
El estudio hemodinámico permite, además, el estudio de
otras lesiones valvulares, de la función ventricular y del árbol Fig. 3.141. Valvuloplastia mitral mediante catéter-balón. Éste se ha
coronario, factores importantes en la valoración del riesgo avanzado desde la vena femoral derecha hasta alcanzar las cavida-
quirúrgico. des izquierdas por vía transeptal. Obsérvese la indentación del balón
(flechas) por la válvula durante la maniobra de insuflado. AD: aurícu-
Diagnóstico diferencial. Aunque la insuficiencia mitral gra- la derecha; AI: aurícula izquierda; VI: ventrículo izquierdo.
ve puede acompañarse de un soplo diastólico, el inicio de
éste es más tardío, y la disminución de la intensidad del pri-
mer ruido, el soplo sistólico y el tercer ruido han de poner so- respuesta ventricular. Los anticoagulantes están indicados en
bre aviso acerca de su origen; además, en este caso la explo- la fibrilación auricular crónica o intermitente y en los pacien-
ración física, la radiología y el ECG pondrán en evidencia tes que han presentado una embolia. En la fibrilación auricu-
una dilatación del ventrículo izquierdo. En la insuficiencia lar reciente es útil intentar la reversión a ritmo sinusal me-
aórtica, la aparición de un soplo mesodiastólico apical (so- diante cardioversión eléctrica, en particular después de
plo de Austin Flint) puede confundirse con el retumbo dias- practicar una comisurotomía mitral. Cuando la aurícula iz-
tólico de la estenosis mitral; sin embargo, la ausencia de quierda es muy grande y la antigüedad de la fibrilación es su-
chasquido de apertura y de refuerzo presistólico del soplo (si perior al año, el ritmo sinusal no suele mantenerse y no está
el ritmo es sinusal) no apoyan la posibilidad de una esteno- indicada la cardioversión.
sis mitral asociada. La comisurotomía mitral no sólo alivia los síntomas sino
La disnea de esfuerzo podría adscribirse de forma errónea que mejora la expectativa de vida de los pacientes con este-
a una broncopatía crónica, aunque en este caso faltan los da- nosis grave (área valvular de 1,5 cm2 o menos), ya que la
tos auscultatorios característicos de estenosis mitral. La aus- mortalidad operatoria es baja (1-2%). En la estenosis mitral
cultación también permitirá dilucidar si un episodio de he- moderada, la comisurotomía mejora los síntomas pero no
moptisis es secundario a esta valvulopatía o debe atribuirse, parece influir en el pronóstico. En pacientes con capacidad
por el contrario, a una tuberculosis pulmonar o a bronquiec- funcional normal, o sólo ligeramente disminuida, la comisu-
tasias. Algunas de las manifestaciones clínicas de la hiperten- rotomía no está indicada, a menos que haya antecedentes
sión arterial pulmonar primitiva son semejantes a las de la es- de embolia sistémica. Un riesgo de la comisurotomía es el
tenosis mitral. Sin embargo, faltan el chasquido de apertura y desarrollo de una regurgitación mitral significativa, que pue-
el soplo diastólico a la auscultación, no hay evidencia radio- de requerir un reemplazo valvular mediante prótesis. Por su
lógica ni electrocardiográfica de crecimiento auricular iz- parte, la progresión de los síntomas después de un tiempo
quierdo y, en el cateterismo, no se observa gradiente mitral y más o menos prolongado de practicada una comisurotomía
la presión capilar pulmonar es normal. efectiva puede deberse a una reestenosis o al deterioro de la
La comunicación interauricular determina un crecimiento función ventricular. La valvotomía mitral percutánea, que se
ventricular derecho y un aumento de la vascularización pul- realiza con la ayuda de un catéter-balón, constituye una al-
monar; el desdoblamiento del segundo ruido puede confun- ternativa válida a la comisurotomía simple, con la que com-
dirse con un chasquido de apertura mitral, y el soplo de hi- parte las mismas indicaciones (válvula móvil, competente y
peraflujo tricúspide con el retumbo; no hay, en cambio, poco calcificada) y excelentes resultados (fig. 3.141).
crecimiento auricular izquierdo y las imágenes radiológicas Cuando la válvula mitral está calcificada o es muy rígida
son de aumento de flujo, no de congestión pasiva. En el mi- (con comisurotomía previa o sin ella), la única opción qui-
xoma auricular, que puede causar disnea y embolias y acom- rúrgica válida es su sustitución por una prótesis mecánica o
pañarse de un soplo diastólico de estrechamiento mitral, la biológica. Dado que la mortalidad operatoria de este tipo de
auscultación suele ser cambiante (al variar la posición del cirugía es más elevada (5-10%) y el futuro de la prótesis es in-
cuerpo), falta el chasquido de apertura y el paciente puede cierto, se aconseja limitar sus indicaciones a los pacientes
referir síncopes; además, aparecen con frecuencia hallazgos que permanecen sintomáticos para los esfuerzos de la vida
característicos de enfermedad sistémica, como elevación de habitual a pesar de un tratamiento médico adecuado. Los re-
la VSG, pérdida de peso, anemia, etc. En todas estas situacio- sultados dependen fundamentalmente del nivel de las pre-
nes el método más asequible de diagnóstico es el examen siones pulmonares, de la función ventricular y del buen fun-
ecocardiográfico. cionamiento de la prótesis. Las prótesis mecánicas, aunque
son muy duraderas, entrañan un riesgo mayor de tromboem-
Tratamiento. En el adolescente asintomático las únicas me- bolia, por lo que requieren un tratamiento anticoagulante
didas terapéuticas que se han de adoptar son la profilaxis de por tiempo indefinido. En las bioprótesis no son necesarios
las infecciones por el estreptococo betahemolítico y cierta li- los anticoagulantes si el paciente se mantiene en ritmo sinu-
mitación del ejercicio físico. La disnea mejora con la restric- sal, pero dado que se deterioran antes, a los 7-10 años de im-
ción de sal y el uso de diuréticos; la digital no es particular- plantadas se requiere una reintervención. Con ambos tipos
mente útil si el paciente se mantiene en ritmo sinusal. En de prótesis existe el riesgo de endocarditis bacteriana; por
cambio, mejora de manera considerable la tolerancia al es- ello, en ocasiones de riesgo hay que instaurar una profilaxis
fuerzo en el caso de la fibrilación auricular al disminuir la antibiótica adecuada.

561
CARDIOLOGÍA

El síndrome poscardiotomía, que puede ocurrir en cual- brilación auricular. El grupo más numeroso de enfermos, sin
quier tipo de cirugía cardíaca, es un proceso febril que cursa embargo, presenta una elevación moderada de la distensibi-
con pleuropericarditis y, en ocasiones, con poliartralgias. Se lidad auricular y su situación es intermedia entre los extre-
inicia entre una semana y 2 meses después de la interven- mos antes referidos; presentan, en consecuencia, un grado
ción y su base es inmunológica. Los antiinflamatorios son úti- variable de dilatación auricular, junto con un aumento más
les para el control de los síntomas. o menos importante de la presión media de la aurícula.
En la insuficiencia mitral grave, la presión telediastólica del
ventrículo izquierdo aumenta, aunque la elevación depende
Insuficiencia mitral también de la distensibilidad de la pared del ventrículo. Lo
mismo que en la aurícula, la sobrecarga crónica de volumen
Etiología. En la mitad de los casos la insuficiencia mitral es parece modificar la relación presión-volumen diastólico ven-
de origen reumático. Las alteraciones anatómicas que deter- tricular en el sentido de aumentar la distensibilidad.
minan la incompetencia de la válvula son la rigidez y la re-
tracción de las valvas y el acortamiento y la fusión de las Cuadro clínico. Las consideraciones fisiopatológicas ex-
cuerdas tendinosas. A diferencia de la estenosis mitral pura, puestas explican que la historia natural de la insuficiencia
la insuficiencia mitral reumática es más frecuente en los va- mitral no sea uniforme. Los síntomas que dependen de la
rones. congestión pulmonar (disnea) son progresivos y menos epi-
En la cardiopatía isquémica puede producirse una insufi- sódicos que en el caso de la estenosis mitral. Así, las hemopti-
ciencia mitral por rotura o disfunción de un músculo papilar sis y el edema agudo de pulmón son raros, excepto en la insu-
y/o por dilatación del ventrículo, con aneurisma o sin éste. ficiencia mitral aguda. En los casos menos frecuentes en los
La dilatación del ventrículo izquierdo de cualquier etiología, que predomina la reducción del gasto cardíaco, las manifes-
pero en particular en la miocardiopatía dilatada, origina una taciones clínicas características son fatiga y debilidad muscu-
regurgitación mitral por ensanchamiento del anillo y despla- lar, que también aparecen al producirse un fallo derecho
zamiento hacia fuera de los músculos papilares. La calcifica- como consecuencia de una hipertensión pulmonar. En la in-
ción del anillo mitral, más común en los ancianos, puede suficiencia mitral pura la embolia sistémica es infrecuente.
también determinar una incompetencia de la válvula. En la Exploración física. El pulso venoso yugular es normal, en
endocarditis bacteriana, la regurgitación mitral, que se instau- ausencia de insuficiencia cardíaca congestiva. El pulso caro-
ra de forma aguda, se debe a la afectación de las propias val- tídeo suele mostrar un ascenso rápido.
vas (que pueden perforarse) o de las cuerdas tendinosas. El latido de la punta suele ser amplio, como corresponde
También puede producirse como resultado de una comisuro- a una sobrecarga de volumen, y se halla desplazado hacia
tomía inadecuada o por dehiscencia de una prótesis mitral. fuera y abajo. En la zona parasternal izquierda baja puede
Otra causa importante de insuficiencia mitral la constituye palparse la aurícula izquierda cuando, al final de la sístole,
el síndrome de prolapso mitral, cuyo sustrato anatómico –la alcanza su máxima distensión. Cuando existe hipertensión
degeneración mixomatosa de la válvula mitral– determina pulmonar, se palpan el cierre pulmonar y el latido del ven-
una elongación anormal de las cuerdas tendinosas y un au- trículo derecho hipertrófico. La auscultación pone de mani-
mento de tamaño de la hoja posterior que, en sístole, se pro- fiesto un primer ruido de intensidad disminuida, que queda
yecta parcialmente en el interior de la aurícula. Causas me- incluido prácticamente en un soplo sistólico en general largo
nos frecuentes de regurgitación mitral son la miocardiopatía (holosistólico), de frecuencia alta, en chorro de vapor, irra-
hipertrófica, la artritis reumatoide, la espondiloartritis anquilo- diado a la axila y que se detecta mejor con la membrana del
poyética y ciertas anomalías congénitas (defecto de los coji- estetoscopio. El segundo ruido suele tener un desdoblamien-
nes endocárdicos, válvula mitral “en paracaídas”, fibroelasto- to fisiológico, si bien en la insuficiencia mitral grave el cierre
sis endocárdica y transposición de los grandes vasos). aórtico precoz puede determinar un desdoblamieno amplio
(tanto en inspiración como en espiración). Cuando hay hi-
Fisiopatología. La insuficiencia mitral disminuye la resisten- pertensión pulmonar, el componente pulmonar del segundo
cia al vaciado ventricular. El volumen de sangre regurgitada ruido se halla reforzado y puede aparecer un clic de eyec-
al inicio de la eyección reduce la tensión del ventrículo, por ción. La presencia de un chasquido de apertura mitral indica
lo que la aurícula actúa como cámara de descompresión de la existencia de una estenosis asociada. En la insuficiencia
aquél. El gasto cardíaco suele mantenerse, incluso en la insu- mitral grave el llenado rápido ventricular produce un tercer
ficiencia mitral grave, ya que la actividad contráctil se em- ruido, al que puede seguir un soplo mesodiastólico de hiper-
plea en producir un vaciado ventricular más completo. aflujo (que no es indicativo de estenosis asociada). La exis-
Cuando la función ventricular se deteriora, el volumen del tencia de un primer ruido intenso, al igual que la ausencia
ventrículo aumenta y, en estadios avanzados, el gasto cardía- de tercer ruido, excluyen una insuficiencia mitral grave. La
co disminuye. La curva de presión auricular suele mostrar principal característica de ésta es el soplo sistólico largo, de
una onda v alta que traduce el aumento de llenado, y un intensidad III/VI o mayor, con frecuencia acompañado
descenso y marcado, por la rapidez del vaciado. Para un vo- de frémito. La irradiación más común del soplo sistólico de
lumen de regurgitación dado, la elevación de la presión au- insuficiencia mitral es hacia la axila, aunque en ciertos pa-
ricular media y, por consiguiente, de las presiones pulmona- cientes (con rotura de cuerdas tendinosas o con afectación
res depende fundamentalmente de la distensibilidad de la preferente de la valva posterior) puede transmitirse hacia la
aurícula (es decir, de la relación pasiva presión-volumen). base y confundirse con un soplo de estenosis aórtica. En
Cuando la distensibilidad auricular es normal o está reduci- la insuficiencia mitral aguda el soplo puede ser decrescendo
da, la aurícula está poco aumentada de tamaño y su presión y acompañarse de un cuarto ruido.
es alta, en particular la onda v. Un ejemplo de ello lo ofrece
la insuficiencia mitral aguda por rotura del pilar posterior en Radiología. Los signos radiológicos característicos son la di-
un infarto o por una endocarditis bacteriana; la elevación sú- latación de la aurícula y del ventrículo izquierdos y, en su
bita de la presión puede determinar la aparición de un ede- caso, la aparición de imágenes de congestión pulmonar. En
ma agudo de pulmón y, a veces, fallo derecho, manteniendo la insuficiencia mitral pura no suelen observarse calcificacio-
el paciente un ritmo sinusal. La situación opuesta correspon- nes valvulares, al contrario de lo que sucede en el caso de la
de a los enfermos con insuficiencia mitral crónica, aurícula estenosis. Aunque una y otra forma de afectación valvular
izquierda gigante y presiones normales o sólo ligeramente pueden determinar una dilatación importante de la aurícula
elevadas en el árbol pulmonar. Por ello, los signos de con- izquierda, ésta suele ser más acusada en la insuficiencia mi-
gestión pulmonar son escasos o ausentes; en cambio, el gas- tral grave crónica. El examen fluoroscópico con el amplifica-
to cardíaco suele ser bajo, por lo que predominan la fatiga y dor de imagen permite observar la expansión sistólica de la
la debilidad muscular. Todos estos pacientes se hallan en fi- aurícula.

562
VALVULOPATÍAS

Electrocardiograma. Mientras el paciente mantiene el rit-


mo sinusal, la dilatación auricular se traduce, como en el
caso de la estenosis, por el ensanchamiento de la onda P y
su aspecto bimodal. El crecimiento ventricular izquierdo se
manifiesta por la presencia de ondas Q profundas y ondas R
altas con T positiva (patrón de sobrecarga diastólica); estos
signos se hacen menos evidentes cuando hay un crecimiento
ventricular derecho por hipertensión pulmonar.

Ecocardiograma. El ecocardiograma muestra imágenes in-


directas de insuficiencia mitral, que se expresan por dilata-
ción auricular acompañada de signos de sobrecarga de volu-
men del ventrículo izquierdo (dilatación de la cavidad con
aumento de la excursión sistólica del tabique y de la pared
posterior). En la rotura de las cuerdas tendinosas se observa
un movimiento errático de la válvula mitral en diástole y la
existencia de ecos múltiples en sístole. En la endocarditis in-
fecciosa puede detectarse la presencia de verrugas. El diag-
nóstico de insuficiencia mitral por Doppler se basa en la de-
tección de un flujo turbulento en la aurícula izquierda
durante la sístole. La gravedad de la regurgitación se estable-
ce según la distancia recorrida por el chorro turbulento den- Fig. 3.142. Plano apical de cuatro cámaras en un caso de prolapso
mitral holosistólico que afecta ambas valvas (flechas). AI: aurícula iz-
tro de la aurícula y el tamaño de ésta. quierda; VI: ventrículo izquierdo.
Cateterismo. La altura de las ondas v de la aurícula izquier-
da está aumentada, lo mismo que la presión auricular media que presentan palpitaciones por la existencia de extrasístoles
y la presión telediastólica del ventrículo izquierdo. Ya se in- ventriculares frecuentes se ha aconsejado el empleo de pro-
dicó en qué medida la distensibilidad de la aurícula y del pranolol. La cirugía de recambio valvular se reserva para la
ventrículo determinaba, para un volumen de regurgitación regurgitación mitral grave.
dado, la elevación de estas presiones.
La angiografía permite cuantificar la insuficiencia mitral. Tratamiento. El tratamiento definitivo de la regurgitación mi-
En efecto, la inyección de contraste en el ventrículo izquier- tral es quirúrgico y consiste, en general, en la implantación
do permite ver la aurícula, en mayor o menor medida, según de una prótesis, aunque algunos pacientes con válvula móvil
el grado de incompetencia de la válvula. (no calcificada) y dilatación del anillo pueden beneficiarse
de una anuloplastia. De todas formas, la opción quirúrgica es
Síndrome del prolapso mitral (enfermedad de Barlow). relativamente restringida. Así, los pacientes asintomáticos o
Aunque generalmente es benigno, en algunos individuos que sólo presentan síntomas al realizar esfuerzos considera-
puede cursar con una regurgitación mitral importante y gran bles, pueden vivir durante muchos años con escaso deterio-
dilatación ventricular. Algunos pacientes presentan arritmias ro funcional, por lo que no son a priori candidatos al tra-
diversas, embolias sistémicas o dolores torácicos de etiología tamiento quirúrgico. En cambio, la intervención debe consi-
incierta. El origen de este síndrome no está completamente derarse seriamente en los individuos que no pueden llevar a
aclarado; se ha implicado una degeneración mixomatosa del término una vida normal a pesar de un tratamiento médico
tejido valvular, en particular de la valva posterior, una elon- adecuado. Hay que tener en cuenta que el riesgo quirúrgico
gación de las cuerdas tendinosas y una alteración regional aumenta de forma considerable en los pacientes que han
de la contractilidad, isquémica o no. Es frecuente en mujeres desarrollado insuficiencia tricúspide y fallo ventricular dere-
jóvenes y en el síndrome de Marfan. Algunos pacientes pre- cho; a pesar de ello, debe indicarse cirugía, ya que las posibi-
sentan malformaciones torácicas o, incluso en ausencia de lidades de un tratamiento conservador son escasas (mortali-
un síndrome de Marfan florido, un paladar ojival. En ocasio- dad del 50% a los 5 años) y, en ocasiones, la mejoría tras la
nes se asocia a una cardiopatía congénita, sobre todo la co- sustitución valvular es espectacular. Antes de la intervención
municación interauricular. La auscultación se caracteriza debe practicarse un cateterismo cardíaco para confirmar la
por la presencia de un clic mesosistólico o telesistólico, a ve- gravedad de la regurgitación, valorar el estado de la función
ces múltiple, seguido de un soplo telesistólico. El clic se ha ventricular y descartar lesiones valvulares asociadas o una
atribuido a la tensión de las cuerdas tendinosas o a la propia cardiopatía isquémica.
válvula, cuando su grado de prolapso dentro de la aurícula El tratamiento médico consiste en la reducción del ejer-
es mayor; el soplo correspondería a la regurgitación. Las in- cicio físico y del aporte de sodio y en el uso de diuréticos.
tervenciones que disminuyen el volumen ventricular, como Los anticoagulantes se emplean cuando hay antecedentes
la inhalación de nitrito de amilo, la maniobra de Valsalva de embolia, gran dilatación auricular o fibrilación auricular.
o el simple hecho de adoptar la posición ortostática, aumen- Las indicaciones de cardioversión en la fibrilación auricular
tan el grado de prolapso y adelantan el clic y el soplo; por el son las mismas descritas en la estenosis mitral. Los pacientes
contrario, el ejercicio isométrico y los fármacos que elevan con insuficiencia mitral deben recibir profilaxis antibiótica
las resistencias periféricas, al aumentar el volumen ventricu- en caso de una extracción dentaria o de cualquier otro tipo
lar, reducen el prolapso y pueden disminuir o hacer desapa- de intervención.
recer sus manifestaciones acústicas. En el ECG suelen obser-
varse trastornos de la repolarización (ondas T bifásicas o
invertidas), en especial en las caras inferior y lateral. El eco-
cardiograma registra un desplazamiento hacia atrás de la
hoja posterior de la mitral en sístole (fig. 3.142). La angiogra- Valvulopatía aórtica
fía pone de relieve el prolapso de la valva posterior hacia la
aurícula izquierda en sístole, así como ciertas anomalías de
la contracción ventricular. Estenosis aórtica
El tratamiento debe incluir la profilaxis de la endocarditis
bacteriana. El tratamiento del dolor torácico es sintomático, Etiología. La estenosis aórtica representa el 25% de las valvu-
y el de las arritmias resulta en ocasiones difícil. En pacientes lopatías y es más frecuente en los varones que en las muje-

563
CARDIOLOGÍA

res. Puede ser congénita, reumática o secundaria a la calcifi- Dado que el gasto se mantiene hasta los estadios más
cación de las válvulas sigmoides. La anomalía congénita más avanzados de la enfermedad, la fatiga y la debilidad suelen
frecuente es la válvula bicúspide, que puede ser ya estenóti- ser signos terminales, al igual que el establecimiento de una
ca en el momento del nacimiento o estrecharse con los años hipertensión pulmonar grave, con fallo ventricular derecho e
(por lo común, dentro de las primeras 3 décadas) como con- insuficiencia tricúspide.
secuencia de su calcificación. La afectación reumática de la Exploración física. El pulso carotídeo muestra un ascenso
válvula determina primero una fusión de las comisuras y, lento, tanto más acusado cuanto más grave es la estenosis, si
posteriormente, su calcificación. Cuando el grado de obs- bien en los estadios más avanzados –cuando el gasto cae y la
trucción causa síntomas incapacitantes, las válvulas sigmoi- presión diferencial se reduce– puede ser difícil de percibir.
des suelen hallarse tan calcificadas que resulta imposible En estas circunstancias puede aparecer un pulso alternante.
determinar si la enfermedad subyacente es congénita o reu- La palpación de un pulso bisferiens excluye una estenosis
mática. La estenosis aórtica reumática se asocia generalmen- aórtica pura o predominante. De igual modo, el hallazgo de
te a una afectación de la válvula mitral. También apoyan un una presión sistólica elevada (superior a 180 mmHg) es in-
origen reumático el antecedente clínico de fiebre reumática compatible con una estenosis aórtica grave. El pulso venoso
y la coexistencia de una regurgitación aórtica significativa. yugular muestra con frecuencia una onda a prominente, que
La estenosis aórtica calcificada idiopática es más frecuente no indica necesariamente un fallo ventricular derecho, sino
en los ancianos y se considera un proceso degenerativo; aun- que refleja la reducción de la distensibilidad del ventrículo
que en general su repercusión hemodinámica es escasa, en derecho por la hipertrofia del septo.
ocasiones puede producir una obstrucción significativa. El latido de la punta es enérgico y puede hallarse despla-
Otras causas de obstrucción del flujo del ventrículo izquier- zado por el crecimiento ventricular, aunque en menor grado
do a la aorta son la miocardiopatía hipertrófica obstructiva y que en las sobrecargas de volumen. Por lo común, se palpa
las estenosis aórtica supravalvular y subvalvular. un doble impulso, correspondiendo el primero a la contrac-
ción auricular y el segundo a la eyección ventricular. Si exis-
Fisiopatología. El trastorno hemodinámico fundamental es te hipertensión pulmonar se palpa el latido del ventrículo de-
la resistencia a la eyección ventricular provocada por la es- recho en el borde esternal izquierdo. En la base del corazón,
trechez y que determina la aparición de un gradiente sistó- en particular en el foco aórtico y, a veces, en el hueco su-
lico de presión entre el ventrículo izquierdo y la aorta. El prasternal e incluso sobre las carótidas, suele palparse un fré-
gradiente transvalvular aórtico puede ser de considerable mito sistólico. Para ponerlo de manifiesto es necesario a ve-
magnitud sin que por ello se afecte el gasto, se produzca dila- ces examinar al paciente inclinado hacia delante y en apnea
tación de la cavidad o aparezcan síntomas. Rara vez el ven- postespiratoria, sobre todo si es obeso o enfisematoso.
trículo genera una presión sistólica máxima superior a los El dato auscultatorio más característico es la presencia de
280 mmHg. Las estenosis significativas, que representan una un soplo sistólico de eyección, rudo e intenso (en general
reducción igual o superior a la tercera parte del área orificial de intensidad III-IV) y de morfología romboidal; el acmé del
normal, determinan –en presencia de un gasto cardíaco ba- soplo se retrasa cuanto mayor es la gravedad de la estenosis.
sal conservado– un gradiente superior a los 50 mmHg. La hi- En los casos más avanzados, cuando el gasto disminuye, el
pertrofia cardíaca generada en el curso de los años por la so- soplo decrece. El foco de máxima intensidad del soplo es
brecarga de presión es el mecanismo de compensación que el segundo espacio intercostal a la derecha del esternón, des-
mantiene el gasto cardíaco. La hipertrofia determina una dis- de el que se irradia a los vasos del cuello y, en distinta medi-
minución de la distensibilidad ventricular, que es responsa- da, al ápex. En el caso de la estenosis aórtica congénita con
ble de la elevación de la presión telediastólica del ventrículo válvula todavía flexible, se ausculta un chasquido de eyec-
izquierdo aun en ausencia de fallo o dilatación. Por la misma ción en el ápex que precede al soplo; cuando la válvula se
razón, la curva de presión auricular muestra una onda a pro- vuelve rígida y se calcifica, el chasquido desaparece. La cal-
minente, que contribuye de manera notable al llenado ven- cificación valvular ocasiona también una disminución en la
tricular; la pérdida de la contracción auricular (como sucede intensidad del segundo ruido a expensas de su componente
en la fibrilación auricular) es particularmente deletérea en aórtico. El retraso de éste por prolongación de la sístole ven-
estos pacientes. El pulso es de ascenso lento y ápex redon- tricular puede determinar un desdoblamiento paradójico del
deado como consecuencia de una contracción progresiva- segundo ruido, que –en ausencia de bloqueo de rama iz-
mente isométrica. quierda– indica una obstrucción grave. La aparición de un
La reducción del gasto cardíaco o la incapacidad para ele- ruido de galope ventricular acompaña la claudicación del
varlo con el esfuerzo debido al agotamiento de los meca- ventrículo izquierdo. En cambio, la presencia de un cuarto
nismos de compensación explican algunos de los síntomas ruido es prácticamente constante y traduce la hipertrofia
(síncope y presíncope). Otros dependen de la congestión ventricular y la elevación de las presiones de llenado.
pulmonar causada por la transmisión retrógrada de las pre-
siones de llenado ventricular, que se incrementan con la di- Radiología. La hipertrofia del ventrículo izquierdo no suele
latación ventricular (disnea), o de una isquemia miocárdica deformar la silueta cardíaca de manera apreciable. Cuando
(angina) por la hipertrofia que aumenta el consumo de oxí- es muy acusada, la punta aparece redondeada y, en la pro-
geno del miocardio más allá de las posibilidades de la oferta. yección lateral, la pared posterior se desplaza hacia atrás.
Cuando la estenosis aórtica es significativa, la aorta descen-
Cuadro clínico. La estenosis aórtica puede ser asintomática dente aparece elongada. El amplificador de imagen permite
durante muchos años merced a la hipertrofia que permite al apreciar la calcificación valvular, hallazgo prácticamente
ventrículo generar una presión sistólica elevada. Las manifes- constante en la estenosis aórtica del adulto. Cuando el ven-
taciones clínicas de la enfermedad, disnea, síncope y angina, trículo se dilata aparece cardiomegalia, en la que participan
suelen aparecer en la cuarta o la quinta décadas de la vida. además la aurícula izquierda y, luego, las cavidades dere-
La disnea es en general de aparición insidiosa y reduce de chas. En estas circunstancias podrán observarse también los
forma progresiva la capacidad funcional del paciente. La an- signos característicos de congestión pulmonar.
gina, que suele presentarse más adelante, obliga a descartar
una ateromatosis coronaria asociada; en la estenosis aórtica Electrocardiograma. Muestra signos de crecimiento ventri-
grave, la ausencia de angina permite excluir con razonable cular izquierdo del tipo de la sobrecarga sistólica, con ondas
seguridad la existencia de lesiones coronarias significativas. R altas y depresión del segmento ST en las derivaciones DI,
El síncope, que, como se ha indicado, obedece a la incapaci- aVL y en precordiales izquierdas. Algunos enfermos desarro-
dad para elevar el gasto cardíaco debido a la estenosis, pue- llan un bloqueo de rama izquierda. Conviene tener en cuen-
de también ser secundario a la reducción de aquél por una ta que la correlación entre las imágenes electrocardiográfi-
arritmia. cas y la gravedad de la estenosis es escasa. Así, puede existir

564
VALVULOPATÍAS

un ECG normal en presencia de una estenosis aórtica grave. ción no restablece la normalidad anatómica de la válvula,
La asociación de signos de crecimiento auricular y, en parti- que al cabo de los años se reestenosará y exigirá una reinter-
cular, la aparición de una fibrilación auricular sugieren la vención.
asociación de una valvulopatía mitral.

Ecocardiograma. Revela la hipertrofia de las paredes del Insuficiencia aórtica


ventrículo izquierdo, incluido el tabique. La válvula aórtica
pierde su configuración ecocardiográfica normal, que es re- Etiología. La insuficiencia aórtica pura es más frecuente en
emplazada por ecos densos y múltiples correspondientes a la el varón; en la mujer suele asociarse a una valvulopatía mi-
calcificación. La excentricidad de la línea de ecos diastóli- tral. La causa más frecuente de la insuficiencia aórtica, pu-
cos sugiere la existencia de una válvula bicúspide. La dilata- ra o asociada, es la afectación reumática de la válvula, que
ción del ventrículo, que puede medirse con exactitud, se puede determinar engrosamiento, deformación y acorta-
acompaña de una reducción del movimiento de sus paredes. miento de las sigmoides, con lo que no coaptan adecuada-
Utilizando una modificación de la ecuación de Bernoulli, la mente. Otras causas de regurgitación aórtica por afectación
técnica de Doppler permite determinar el gradiente de pre- primaria de la válvula son la endocarditis bacteriana y la rotu-
sión entre el ventrículo izquierdo y la aorta, que se correla- ra traumática de la válvula –que constituyen ejemplos de in-
ciona satisfactoriamente con el obtenido mediante cateteris- suficiencia aguda– y ciertas anomalías congénitas, como la
mo. válvula bicúspide, la válvula fenestrada, el prolapso de una
sigmoide, asociado en ocasiones a una comunicación inter-
Cateterismo. El cateterismo muestra la presencia de un gra- ventricular, y la estenosis subaórtica membranosa, a menudo
diente sistólico transvalvular aórtico, cuya magnitud depen- acompañada de un engrosamiento de las sigmoides que se
de de la gravedad de la estenosis para un gasto cardíaco vuelven incompetentes. En cualquier caso de afectación pri-
determinado. Si éste se conserva, un gradiente superior a maria de las sigmoides, la dilatación secundaria del anillo
50 mmHg ya es significativo. A partir de la determinación del valvular puede aumentar el grado de regurgitación.
gasto cardíaco y de la medición del gradiente puede calcu- En ocasiones, la insuficiencia aórtica –tanto aguda como
larse el área valvular. La inyección de material de contraste crónica– depende en primer lugar de la dilatación de la raíz
en el ventrículo izquierdo permite apreciar el tamaño de su de la aorta, que determinará con el tiempo un ensancha-
cavidad, así como el espesor y la dinámica de sus paredes y miento del anillo valvular y la separación de las sigmoides.
la posible existencia de una regurgitación mitral. Pueden ob- Dentro de este grupo se incluyen la dilatación idiopática de
servarse además la deformidad (aspecto “en cúpula”) y la la aorta, la necrosis quística de la media (asociada o no a un
movilidad de las válvulas sigmoides aórticas y el tamaño de síndrome de Marfan florido), el aneurisma disecante (por di-
la aorta ascendente, también visibles mediante aortografía. sección retrógrada), la hipertensión arterial intensa, la sífilis
Ésta permite apreciar la existencia de regurgitación aórtica (que puede afectar también los ostia coronarios) y ciertas
asociada y cuantificarla. El estudio del árbol coronario re- enfermedades de origen autoinmune, como la espondiloar-
quiere la práctica de una coronariografía. tritis anquilopoyética, la artritis reumatoide y la arteritis de
El cateterismo debe considerarse siempre que se contem- células gigantes.
ple la opción quirúrgica, en particular si coexisten otras le-
siones valvulares o el paciente presenta angina. Fisiopatología. La regurgitación de sangre desde la aorta al
ventrículo izquierdo representa una sobrecarga de volumen
Tratamiento. Cuando hay evidencia de estenosis aórtica gra- para esta cavidad, que en la sístole siguiente debe eyectar
ve, debe desaconsejarse el ejercicio físico intenso, aun en in- mayor cantidad de sangre. La dilatación del ventrículo per-
dividuos asintomáticos. Cuando corresponda se administrará mite aumentar su volumen de expulsión sin incrementar el
tratamiento antibiótico para prevenir la endocarditis. Si el pa- acortamiento de cada unidad contráctil. Por ello, una insufi-
ciente desarrolla insuficiencia cardíaca, el tratamiento ha de ciencia aórtica grave puede cursar con un volumen latido y
incluir restricción de sodio y administración de diuréticos y una fracción de eyección normales y con un aumento del
digital. En las crisis de angina de pecho suele ser beneficioso volumen y de la presión telediastólicos. Cuando la función
el uso de nitroglicerina sublingual. Sin embargo, en el indivi- ventricular se deteriora, el aumento del volumen telediastóli-
duo sintomático debe sentarse siempre la indicación quirúrgi- co no eleva el volumen de expulsión, y la fracción de eyec-
ca. En efecto, aunque la estenosis aórtica del adulto no suele ción se reduce. El gasto cardíaco puede mantenerse en repo-
ocasionar la muerte antes de la sexta década de la vida, una so, incluso en fases avanzadas de la enfermedad.
vez que aparecen los síntomas el paciente fallece antes de El gradiente de presión entre la aorta y el ventrículo iz-
5 años; así, la supervivencia media es de 3 años en caso de quierdo que, dada la incompetencia de la válvula, es respon-
angina o síncope y de 2 años cuando aparece disnea. El ries- sable de la regurgitación, disminuye progresivamente a lo
go de la intervención es relativamente bajo (inferior al 10%) largo de la diástole. Este fenómeno explica el carácter del so-
mucho menor que el de su evolución espontánea, y la mejo- plo, que es decrescendo. Al final de la diástole, las presiones
ría funcional, notable en la mayoría de los casos. Cuando el aórtica y ventricular izquierda pueden coincidir, en particu-
paciente ha desarrollado una insuficiencia cardíaca franca, lar cuando la frecuencia cardíaca es lenta. La elevación de la
el riesgo quirúrgico es mayor (del 15-30%) y la disfunción ven- presión de llenado ventricular explica los síntomas de con-
tricular puede persistir a pesar de una intervención técnica- gestión pulmonar. Cuando la presión telediastólica del ven-
mente adecuada; pese a ello, y habida cuenta de los pobres trículo izquierdo es muy alta puede exceder la presión au-
resultados a medio plazo del tratamiento médico en este gru- ricular en la mesodiástole; la existencia de un gradiente
po de pacientes, su única esperanza es la sustitución valvular. transmitral invertido puede determinar el cierre precoz de
En caso de lesiones coronarias, se aconseja proceder a la re- esta válvula o una regurgitación mitral diastólica. Esto suele
vascularización miocárdica en el mismo acto operatorio. La ocurrir en la insuficiencia aórtica aguda grave.
implantación de prótesis mecánicas requiere el empleo de La isquemia miocárdica que estos pacientes pueden desa-
anticoagulantes a largo plazo. La valvuloplastia aórtica con rrollar se debe, por un lado, al incremento de las demandas
catéter-balón se sigue de un porcentaje muy alto de reesteno- miocárdicas de oxígeno derivadas del aumento de la tensión
sis, por lo que ha quedado relegada al tratamiento de ciertos sobre la pared y, por otro, al descenso de la presión de perfu-
subgrupos de riesgo quirúrgico elevado. sión como consecuencia de la reducción del gradiente de
En niños y adolescentes con estenosis aórtica grave y vál- presión diastólica entre la aorta y el ventrículo izquierdo.
vula no calcificada, la comisurotomía simple puede seguirse
de un excelente resultado hemodinámico, con una mortali- Cuadro clínico. La insuficiencia aórtica crónica suele ser
dad operatoria inferior al 3%. De todas formas, esta correc- asintomática durante muchos años. Cuando su origen es reu-

565
CARDIOLOGÍA

mático, el intervalo libre entre el brote de fiebre reumática frémito sistólico. No obstante, el elemento auscultatorio carac-
y el desarrollo de una regurgitación significativa es de unos terístico es un soplo diastólico, aspirativo, decrescendo, que se
10 años, pudiendo transcurrir otros diez antes de que aparez- percibe mejor aplicando la membrana del estetoscopio en el
can síntomas. La primera manifestación clínica la constitu- borde esternal izquierdo. En la regurgitación ligera y en las for-
yen las palpitaciones, que no traducen necesariamente la mas agudas es muy breve (no suele prolongarse más allá del
existencia de una arritmia, sino que se deben a que el pa- primer tercio de la diástole) y a veces sólo se detecta con el
ciente toma conciencia del latido vigoroso que resulta del enfermo incorporado y en apnea postespiratoria. El ejercicio
mayor volumen de sangre eyectado por el ventrículo. Esta isométrico lo potencia. En la insuficiencia aórtica grave el so-
sensación es más perceptible en decúbito y resulta molesta plo puede ser holodiastólico. Cuando la regurgitación es se-
en particular durante el ejercicio o las emociones. Aparecen cundaria a la dilatación de la raíz de la aorta, se percibe mejor
luego los síntomas derivados del fallo ventricular izquierdo, a lo largo del borde esternal derecho. El soplo de regurgita-
disnea de esfuerzo, ortopnea y disnea paroxística nocturna. El ción aórtica debe distinguirse del de insuficiencia pulmonar
edema agudo de pulmón, que puede ser la causa de muerte (soplo de Graham-Steell), mucho más raro, que tiene igual ca-
de estos pacientes, suele constituir el síntoma inicial en la in- rácter y se localiza también en el borde esternal izquierdo; fa-
suficiencia aórtica aguda. El dolor torácico es menos frecuen- cilita el diagnóstico la existencia en este caso de un segundo
te (cerca del 20% de los casos) que los síntomas de conges- ruido pulmonar fuerte y palpable, junto a otros signos de
tión pulmonar y puede aparecer tanto en reposo como hipertensión pulmonar. El soplo de Austin Flint es un soplo
durante el esfuerzo; suele ser prolongado y la respuesta a la mesodiastólico apical, que se asocia a insuficiencia aórtica he-
nitroglicerina es escasa. Cuando se produce claudicación modinámicamente significativa y que se atribuye al desplaza-
del ventrículo derecho, aparece la sintomatología típica del miento hacia atrás de la valva anterior de la mitral por el cho-
bajo gasto cardíaco (fatigabilidad, astenia, etc.). rro regurgitante; a pesar de esta expresividad acústica, el
Con frecuencia, la anamnesis ayuda a determinar la causa llenado ventricular no parece hallarse comprometido. El diag-
de la insuficiencia aórtica. Así, suele haber un antecedente nóstico diferencial con la estenosis mitral se establece por la
remoto de fiebre reumática cuando éste es su origen, mien- intensidad del primer ruido y el chasquido de apertura; ade-
tras que la detección de un soplo desde la infancia sugiere más, en la estenosis mitral el soplo diastólico suele ser más lar-
una malformación congénita de la válvula, y una historia re- go y se acompaña, en pacientes en ritmo sinusal, de un refuer-
ciente de fiebre apoya una endocarditis infecciosa. En el zo presistólico. La presencia de un soplo sistólico apical
caso de la artritis reumatoide o de la espondiloartritis anqui- irradiado a la axila sugiere la asociación de insuficiencia mi-
lopoyética, los datos clínicos permiten en general el diagnós- tral funcional secundaria a la dilatación del ventrículo izquier-
tico de la enfermedad fundamental. Cuando la causa no es do. Los ruidos de pistoletazo sobre las arterias periféricas y el
evidente conviene interrogar al paciente acerca de sus ante- denominado doble soplo crural de Duroziez, que se percibe al
cedentes clínicos o de un posible traumatismo torácico. En nivel de la femoral al ejercer sobre ella una débil presión con
el síndrome de Marfan suelen existir antecedentes familiares. la membrana del estetoscopio, son otras manifestaciones aus-
Exploración física. En la insuficiencia aórtica grave, la ins- cultatorias de la insuficiencia aórtica.
pección puede revelar el balanceo del tórax e, incluso, de la
cabeza (signo de Musset), sincrónicos con los latidos del co- Radiología. Cuando la regurgitación aórtica es moderada o
razón. También pueden resultar visibles la distensión y el importante, existe una dilatación ventricular izquierda, ex-
colapso súbitos de las arterias más accesibles a la inspección cepto en las formas agudas. La raíz de la aorta aparece dilata-
(pulso de Corrigan). Con frecuencia, la palpación del pulso da y en el examen fluoroscópico muestra una pulsatilidad
pone de manifiesto un doble latido (pulso bisferiens) y la amplia opuesta a la del ventrículo. La elongación aórtica es
presión distal de las uñas permite apreciar el pulso capilar más acusada cuando ésta es la causa de la incompetencia
(signo de Quincke, caracterizado por la alternancia de pali- valvular. Si existe fallo ventricular izquierdo, los campos pul-
dez y rubor en cada latido). La presión diferencial es amplia, monares mostrarán las imágenes características.
con cifras máximas altas y persistencia de los ruidos de Ko-
rotkov hasta 0 mmHg; en realidad, los valores de la presión Electrocardiograma. El ritmo es casi siempre sinusal, ex-
diastólica corresponden al momento en que estos ruidos se cepto que se asocie a una valvulopatía mitral. Aunque en la
amortiguan. La magnitud de la presión del pulso no es siem- insuficiencia aórtica ligera el ECG es normal, en los restantes
pre un buen índice de la gravedad de la regurgitación, ya casos se observan signos de crecimiento ventricular izquier-
que la vasoconstricción secundaria a la insuficiencia cardía- do del tipo de la sobrecarga diastólica (q profunda, R alta y T
ca puede elevar la presión diastólica; además, la presión tele- picuda). En los estadios más avanzados suele producirse una
diastólica del ventrículo izquierdo se halla aumentada y la depresión del segmento ST. El eje eléctrico se desvía a la iz-
presión diastólica periférica no puede ser inferior a ella. El quierda y puede haber una prolongación del intervalo PR.
pulso venoso yugular es normal, a menos que exista una in-
suficiencia cardíaca congestiva. Ecocardiograma. Los signos ecocardiográficos de la insufi-
El latido apical es amplio, como corresponde a una sobre- ciencia aórtica son indirectos. La imagen más característica
carga de volumen y, en general, se halla desplazado lateral- es la aparición de una vibración diastólica (flúter) en la val-
mente y hacia abajo. La expansión y la ulterior retracción de va anterior de la mitral, producida por el choque del chorro
la punta contrastan con el latido sostenido de la estenosis aór- de sangre regurgitada con dicha estructura. Es un signo prác-
tica. El hiperaflujo aórtico puede determinar –aun en ausencia ticamente constante e independiente de la importancia de la
de estenosis asociada– la aparición de un frémito en el foco regurgitación. En la insuficiencia aórtica aguda el ecocardio-
aórtico, que puede transmitirse al hueco suprasternal y a los grama muestra, además, el cierre precoz de la válvula mitral,
vasos del cuello y, en ocasiones, también a lo largo del borde secundario a la elevación de la presión de llenado ventricu-
esternal izquierdo. En éste se palpa a veces un frémito diastóli- lar. El aumento de las dimensiones de la cavidad ventricular
co, que indica que la regurgitación es acusada. En estas cir- se debe a la sobrecarga de volumen y no indica fallo ventri-
cunstancias los ruidos cardíacos están disminuidos, en parti- cular si la dinámica de las paredes está conservada. El eco-
cular el de cierre aórtico, que puede llegar a borrarse. La cardiograma permite apreciar la existencia de verrugas y de
existencia de un tercer ruido es muy frecuente, auscultándose lesiones asociadas. El examen Doppler constituye el método
también a veces un cuarto ruido. La presencia de un soplo sis- diagnóstico más sensible de la insuficiencia aórtica, pues
tólico acompañante, que al igual que el frémito traduce el hi- permite detectar grados menores de regurgitación, a veces
peraflujo de sangre a través de las sigmoides aórticas, es cons- inaudibles. Como en el caso de la insuficiencia mitral, la
tante y su intensidad (a veces III, IV/VI) no presupone una cuantificación de la incompetencia valvular se basa en el re-
obstrucción orgánica; en ocasiones se halla precedido de un corrido del chorro de regurgitación y en el tamaño del ven-
clic de eyección. Su localización es la referida en el caso del trículo izquierdo.

566
VALVULOPATÍAS

Cateterismo. La angiografía permite apreciar el estado de la Fisiopatología. La insuficiencia tricúspide agrava el cuadro
aorta ascendente y determinar la importancia de la regurgi- de fallo ventricular derecho, aunque la reducción del gasto
tación, lo que es particularmente importante cuando la fun- cardíaco que ocasiona alivia la congestión pulmonar. La so-
ción ventricular se deteriora y los signos periféricos de insufi- brecarga de volumen de las cavidades derechas incrementa
ciencia aórtica desaparecen o se hacen menos evidentes. En el grado de dilatación de éstas. La inspiración profunda, al
pacientes con angina de pecho debe practicarse siempre aumentar la presión negativa intratorácica, facilita el retorno
una coronariografía. En la insuficiencia aórtica aguda, el ca- venoso, con lo que el volumen regurgitado también será ma-
teterismo permitirá descartar una disección o, en el caso de yor.
la endocarditis, la rotura de un aneurisma del seno de Valsal-
va en las cavidades cardíacas. Cuadro clínico. Suele superponerse al de la cardiopatía ini-
cialmente responsable de la regurgitación. Al producirse
Tratamiento. El tratamiento médico de la insuficiencia aór- ésta, disminuye el gasto cardíaco y aumenta la congestión
tica crónica se limita al uso de digital y diuréticos, junto con venosa sistémica. Las venas del cuello aparecen distendidas
la reducción del aporte de sodio cuando el paciente desarro- y muestran una onda v prominente, hay hepatomegalia gene-
lla insuficiencia cardíaca. La administración de vasodilatado- ralmente acusada, con reflujo hepatoyugular positivo y pul-
res arteriales resulta útil pues, al disminuir las resistencias satilidad sistólica y edemas. Puede haber además ascitis y de-
vasculares (poscarga), reduce el grado de regurgitación de rrame pleural. El latido del ventrículo derecho, en la porción
sangre al ventrículo izquierdo durante la diástole. Aunque, baja del borde esternal izquierdo, es amplio. A esta altura se
según se ha indicado, la respuesta a la nitroglicerina es po- ausculta un soplo holosistólico, en ocasiones piante, que au-
bre, su administración está indicada en el paciente con angi- menta con la inspiración y disminuye con la espiración y la
na de pecho. El descubrimiento de una lúes no tratada re- maniobra de Valsalva. La radiografía de tórax muestra en ge-
quiere la administración de penicilina. No debe olvidarse la neral una cardiomegalia que incluye el ventrículo y la aurí-
prevención de la endocarditis con antibióticos. Las arritmias cula derechos; esta última es a veces gigante. En el ECG, el
deben tratarse siempre, ya que su tolerancia es mala. La co- ritmo de base es una fibrilación auricular; la tricuspidización
rrección definitiva de la regurgitación exige la implantación suele determinar una desviación del eje eléctrico a la dere-
de una prótesis valvular. Habida cuenta de los riesgos quirúr- cha y, en ocasiones, la reducción del voltaje en la derivación
gicos, este tratamiento debe ofrecerse a los pacientes cuya V1 con morfologías QS del complejo ventricular. El cateteris-
insuficiencia aórtica determina una limitación de, al menos, mo cardíaco revela una disminución del gasto cardíaco con
su actividad física habitual. La mortalidad a largo plazo de- elevación de las presiones de llenado del ventrículo y la aurí-
pende del estado de la función ventricular en el momento de cula derechos, con onda v y descenso y pronunciados; la in-
la intervención; cuando el ventrículo está muy dilatado la yección de contraste en el ventrículo derecho pone de relie-
mortalidad anual es del 5%. En la insuficiencia aórtica aguda ve la regurgitación tricúspide, que puede cuantificarse. El
el tratamiento quirúrgico urgente es imperativo. En estas cir- ecocardiograma es característico de la sobrecarga de volu-
cunstancias, el paciente puede beneficiarse temporalmente men del ventrículo derecho, al mostrar la dilatación de esta
de un tratamiento vasodilatador por vía intravenosa (nitro- cavidad y un movimiento paradójico del tabique interventri-
prusiato), que debe administrarse siempre bajo monitori- cular. Al igual que en la insuficiencia mitral, el examen Dop-
zación hemodinámica. En el aneurisma disecante, su repara- pler permite detectar la presencia de un flujo turbulento, en
ción y la suspensión del piso valvular no son con frecuencia este caso en la aurícula derecha.
suficientes para controlar la regurgitación, por lo que debe
asociarse al tratamiento la implantación de una prótesis aór- Tratamiento. En ausencia de hipertensión pulmonar (trau-
tica. matismo, endocarditis, etc.) la insuficiencia tricúspide es
La conveniencia de indicar cirugía en el caso de la insufi- bien tolerada y no requiere corrección quirúrgica. En la ma-
ciencia aórtica grave en pacientes asintomáticos u oligosin- yoría de los casos, como en la estenosis mitral, el tratamiento
tomáticos es discutible. Se considera, en general, que la in- eficaz de la lesión causal conduce a una reducción de la hi-
tervención será beneficiosa cuando la fracción de eyección pertensión pulmonar y a la remisión progresiva de la regurgi-
está disminuida (inferior al 50%), el volumen telediastólico tación tricúspide. Con todo, en ocasiones la gravedad de la
aumentado y la fracción de acortamiento (determinada me- hipertensión pulmonar, el grado de dilatación del ventrículo
diante el ecocardiograma) reducida (inferior al 30%). derecho y la magnitud de la insuficiencia tricúspide aconse-
jan su corrección mediante anuloplastia, preferiblemente, o
recambio valvular.

Otras valvulopatías Estenosis tricúspide


Etiología. Es una valvulopatía rara. En general es de origen
reumático y se asocia casi siempre a estenosis mitral. Otras
Insuficiencia tricúspide causas de estenosis tricúspide son el síndrome carcinoide y
la fibrosis endomiocárdica.
Etiología. La insuficiencia tricúspide es casi siempre funcio-
nal y secundaria a una dilatación del ventrículo derecho Fisiopatología. Al igual que en la estenosis mitral, se produ-
de cualquier causa: valvulopatías izquierdas, cor pulmonale, ce un gradiente transvalvular durante la diástole. Su magni-
hipertensión arterial primitiva, cardiopatía isquémica y mio- tud es escasa, ya que el gasto cardíaco se encuentra reduci-
cardiopatías. En general es reversible si la hipertensión pul- do, pero aumenta en la inspiración. La elevación de la
monar remite. La fiebre reumática puede causar una insu- presión auricular determina congestión venosa sistémica.
ficiencia tricúspide orgánica, que se asocia a veces a una es- Cuando el paciente mantiene el ritmo sinusal, presenta on-
tenosis tricúspide. En otras ocasiones es de origen congénito, das a gigantes en el trazado de presión de la aurícula dere-
como en la enfermedad de Ebstein o en los defectos del ca- cha.
nal auriculoventricular. Recientemente, la endocarditis infec- Aunque coexista una estenosis mitral, la elevación de las
ciosa de los drogadictos ha pasado a constituir una causa im- presiones pulmonares es leve, como consecuencia de la re-
portante de regurgitación tricúspide. Entre las causas más ducción del gasto cardíaco.
raras cabe citar los traumatismos, el infarto de los músculos
papilares del ventrículo derecho y la fibrosis endomiocárdi- Cuadro clínico. En la mayoría de los casos hay signos clíni-
ca. cos previos de congestión pulmonar (por la lesión mitral aso-

567
CARDIOLOGÍA

ciada), si bien cuando la estenosis tricúspide es significativa Lesiones valvulares pulmonares


existe una discordancia entre el grado de disnea y la magni-
tud del fallo derecho: ingurgitación yugular, hepatomegalia,
edemas y ascitis. Algunos pacientes presentan además esple- La estenosis pulmonar congénita, aislada y asociada a
nomegalia e ictericia y desarrollan un cuadro de caquexia. otras malformaciones cardíacas, se estudia en Cardiopatías
Las manifestaciones clínicas de bajo gasto, fatiga y debilidad congénitas. La afectación reumática de la válvula pulmonar
muscular son prácticamente constantes. es excepcional, lo mismo que la endocarditis infecciosa,
El diagnóstico puede omitirse fácilmente, ya que los sig- aunque esta última –asociada o no a una endocarditis tricús-
nos auscultatorios se atribuyen a la estenosis mitral asociada. pide– se ha observado en drogadictos. El trastorno más fre-
Hay que buscar sobre todo la presencia de dos chasquidos cuente de la válvula pulmonar es la regurgitación secundaria
de apertura, el primero tricúspide (a 0,06 seg del segundo a hipertensión pulmonar de cualquier causa; su repercusión
ruido) y el segundo mitral, y de un soplo diastólico que au- hemodinámica es escasa. En la auscultación se traduce por
menta en inspiración en el área xifoide. Los signos de hiper- el soplo de Graham-Steell, ya descrito, que puede desapare-
tensión pulmonar pueden faltar, al igual que el latido ven- cer si la hipertensión es retrógrada.
tricular derecho. Radiológicamente se aprecia la dilatación
de la aurícula derecha y de la vena cava superior. En pacien-
tes en ritmo sinusal el ECG muestra ondas P picudas en las Bibliografía especial
derivaciones DII y V1; en la mayoría de los casos, sin embar-
go, el ritmo de base es una fibrilación auricular. El ecocar- BONCHEK LL. Current status of cardiac valve replacement: Selection of
diograma de la válvula tricúspide estenótica es análogo al de a prothesis and indications for operation. Am Heart J 1981; 101:
96.
la estenosis mitral y la aportación del examen por Doppler, BRAUNWALD E. Valvular heart disease. En: BRAUNWALD E (ed). Heart di-
similar. El cateterismo pone de manifiesto el gradiente dias- sease. A, textbook of cardiovascular medicine. Filadelfia, WB
tólico transtricúspide; por encima de 5 mmHg la estenosis Saunders 1992; 1.007-1.077.
suele ser grave, lo que corresponde a un área valvular de COHN LH. Valvular surgery. Curr Opin Cardiol 1991; 6: 235-246.
1,5 cm2 o inferior. GROSSMAN W. Profiles in valvular heart disease. En: GROSMAN W, BAIM
D (eds). Cardiac catheterization and angiography, 4.a ed. Filadel-
Tratamiento. El tratamiento de la estenosis tricúspide grave fia, Lea and Febiger, 1991.
es quirúrgico. La comisurotomía a cielo abierto suele seguir- HOIT BD. Medical treatment of valvular heart disease. Curr Opin Car-
diol 1991; 6: 207-221.
se de un resultado funcional satisfactorio y es siempre prefe- RAHIMTOOLA SH. Perspective on valvular heart disease: An update. J
rible a la sustitución valvular. Se practica en el curso de la Am Coll Cardiol 1989; 14: 1-12.
misma intervención en que se efectúe la reparación de la le- SONNENBLICK EH, LESCH M (eds). Valvular heart disease. Nueva York,
sión mitral. Grune and Stratton, 1974.

Miocardiopatías
F. Navarro-López

El término miocardiopatía se aplica a las afecciones del TABLA 3.51. Clasificación de las miocardiopatías
miocardio o del endomiocardio del ventrículo izquierdo
Fracción de
que, por su carácter difuso, pueden causar insuficiencia car- Miocardio- Tipo de Volumen
eyección
Espesor
díaca. patía disfunción del VI de la pared
(%)
Constituyen un amplio grupo de enfermedades de etiolo-
gía muy diversa, difíciles de definir morfológicamente, por- Dilatada Sistólica ↑↑ < 30 Normal o ↓
que la mayoría carece de lesiones histológicas específicas, Hipertrófica Diastólica ↓↓ 30-70 ↑↑
pero que tienen un contexto clínico común: la aparición de
insuficiencia cardíaca izquierda o bilateral, latente o mani- Restrictiva Diastólica ↓, normal o ↑ 45-95 Normal o ↑
fiesta, en ausencia de cualquier otra causa extrínseca capaz VI: ventrículo izquierdo.
de provocarla (lesiones valvulares o congénitas, hipertensión
arterial, fístulas arteriovenosas, otros síndromes hipercinéti-
cos, o enfermedad coronaria).
Miocardiopatía dilatada
Clasificación. De acuerdo con su etiología se clasifican en
idiopáticas, cuando no tienen causa ni asociación conocida,
y secundarias, si pueden relacionarse con alguna enferme- Constituye un síndrome que refleja la depresión intensa de
dad causal específica (tabla 3.51). la contractilidad del miocardio (fracción de eyección menor
Según la alteración funcional predominante, hiposistolia o del 30%) y la dilatación ventricular compensadora, cuyas
hipodiastolia, definida en la práctica a partir de la fracción manifestaciones capitales son la insuficiencia cardíaca con-
de eyección y del volumen ventricular –dos datos que se ob- gestiva y la cardiomegalia, a expensas sobre todo del ven-
tienen fácilmente mediante el ecocardiograma bidimensio- trículo izquierdo. Su diagnóstico requiere la exclusión previa
nal o el ventriculograma isotópico–, las miocardiopatías se de cualquier otro tipo de cardiopatía y, en particular, de la
clasifican en dilatadas y no dilatadas, y éstas, a su vez, en hi- denominada por algunos autores “miocardiopatía isquémi-
pertróficas y restrictivas, según que la dificultad del llenado ca”. Ésta se presenta especialmente en pacientes diabéticos
diastólico se deba a la hipertrofia o a la infiltración o fibrosis con lesiones coronarias graves y múltiples infartos de miocar-
de la pared (tabla 3.52). dio, y es difícil distinguirla de la miocardiopatía idiopática

568
MIOCARDIOPATÍAS

TABLA 3.52. Principales causas de miocardiopatía


Infecciosas (miocarditis)*
Víricas
Coxsackie
ECHO
Protozoarias y micóticas
Toxoplasmosis
Aspergillus
Parasitarias
Enfermedad de Chagas

Tóxicas y agentes físicos


Alcohol*
Antraciclinas
Fenotiazinas
Antidepresivos tricíclicos
Emetina
Radiaciones
Fig. 3.143. Miocardiopatía dilatada. A y B. Ecocardiograma bidi-
Endocrinas, metabólicas y carenciales mensional en proyección apical (“4 cavidades”) en diástole (A) y sís-
Uremia* tole (B), que muestra un ventrículo izquierdo (VI) muy dilatado y la
Mixedema escasa excursión de la pared (fracción de eyección del 18%). AD: au-
Hipertiroidismo* rícula derecha; AI: aurícula izquierda; VD: ventrículo derecho.
Acromegalia
Posparto
Hipocalcemia*
Hipofosforemia* El estudio post mortem muestra una importante dilatación
de las cuatro cavidades, con predominio del ventrículo iz-
Enfermedades autoinmunes quierdo, cuyas paredes son fláccidas y delgadas. El peso del
Esclerosis sistémica corazón se encuentra aumentado. Se observa trombosis in-
Lupus eritematoso sistémico traventricular en el 75% de los casos, que puede ser fuente
Panarteritis nudosa
de embolias. El estudio histológico es anodino: se comprue-
Infiltrativas ban hipertrofia de las células musculares y pequeños focos
Amiloidosis dispersos de fibrosis intersticial cicatricial, que corresponden
Sarcoidosis* al estadio final reparativo de una lesión cuyas fases iniciales
Hemocromatosis* se desconocen. La necrosis o la infiltración celular son esca-
Infiltración neoplásica sas o inexistentes. Podría tratarse de un proceso de destruc-
Glucogenosis ción celular (miocitólisis focal difusa), de origen inflamato-
Lipoidosis: Hurler-Fabry rio, quizá vírico o autoinmune, o ser el resultado de la
Neuromusculares
isquemia focal (necrosis celular isquémica) producida por la
Enfermedad de Friedreich obstrucción de los pequeños vasos lesionados por la inflama-
Distrofias musculares ción o por un espasmo vascular atribuible a la hiperreactivi-
Distrofia miotónica dad de la microcirculación coronaria, como sugiere la mio-
cardiopatía hereditaria del hámster sirio, en el que se ha
Fibrosis endomiocárdicas comprobado la existencia de una sobrecarga intracelular de
Fibroelastosis calcio.
Fibrosis endomiocárdica de Davies La sintomatología de la insuficiencia cardíaca (disnea, fati-
Fibrosis endomiocárdica de Loeffler
Seudoxantoma elástico
ga, ingurgitación yugular, hepatomegalia y edemas) aparece
tardíamente, cuando existe ya una gran cardiomegalia, por
* Miocardiopatías potencialmente reversibles. lo que representa la etapa final de un proceso subclínico
cuya antigüedad casi siempre se ignora. La taquicardia sinu-
sin la ayuda de la coronariografía, sobre todo cuando faltan sal puede ser muy llamativa. El signo auscultatorio más típi-
el dolor precordial o las ondas Q de necrosis (8% de los co es el galope protodiastólico o de sumación; con frecuen-
casos). cia se perciben soplos de insuficiencia mitral funcional por
disfunción del músculo papilar o dilatación del anillo valvu-
lar, o de insuficiencia tricúspide. El 20% de los pacientes pre-
Miocardiopatía dilatada idiopática senta fibrilación auricular.
Es la forma más clásica y frecuente de miocardiopatía dila- La radiología muestra una gran cardiomegalia y, eventual-
tada, cuya incidencia es 10 veces inferior a la “isquémica”. mente, signos de congestión venosa pulmonar. El ECG revela
Como posibles factores de riesgo o etiológicos se han suge- alteraciones de la repolarización, signos de crecimiento ven-
rido: la existencia de un defecto genético, pues a veces se tricular, progresión anormal de las ondas r en precordiales
presentan con carácter familiar; la desnutrición, por su fre- derechas o un bloqueo de rama izquierda. Los bloqueos de
cuencia en países pobres; alguna carencia específica, como rama derecha y auriculoventriculares (AV) son más típicos
es el caso de la miocardiopatía del Ke-Sahn, en China, en la de otras miocardiopatías. En el 5-10% de los casos se obser-
que se descubrió un déficit de selenio; un factor tóxico, van ondas Q patológicas. El estudio de Holter revela con fre-
como ocurrió con la miocardiopatía de los bebedores de cuencia la presencia de extrasístoles y taquicardias ventricu-
cerveza, debida al cobalto que se utilizaba como aditivo es- lares.
pumante; el alcohol, el tabaco, el embarazo y el puerperio, El ecocardiograma y la ventriculografía isotópica son muy
la hipertensión arterial, la diabetes y sobre todo las infeccio- útiles para confirmar la dilatación ventricular y la reducción
nes víricas. Se ha sospechado que algunos casos de miocar- acusada de la fracción de eyección (inferior al 30%) y ex-
ditis vírica, clínica o subclínica, podrían pasar a la cronici- cluir las cardiomegalias debidas a derrame u otras cardiopa-
dad merced a la intervención de un proceso autoinmune o tías (fig. 3.143).
de los factores de riesgo descritos, dando lugar a la miocar- El cateterismo cardíaco no suele aportar más datos que las
diopatía dilatada después de un período de latencia varia- técnicas no invasivas. La ventriculografía muestra un ven-
ble. trículo izquierdo dilatado, que se contrae débilmente. La co-

569
CARDIOLOGÍA

ronariografía es imprescindible para descartar las lesiones el 10% de las epidemias por enterovirus, sobre todo en pa-
coronarias. La biopsia endomiocárdica es a veces útil para cientes que padecen artromialgias graves (típicas de los gru-
descartar algunas miocardiopatías secundarias y confirmar si pos coxsackie y ECHO), y no es infrecuente que se acompa-
existe un componente inflamatorio o de reparación activo. ñen de pericarditis (miopericarditis aguda). La confirmación
El curso clínico es progresivo y las recaídas son frecuen- de la infección vírica raras veces se consigue por la clínica,
tes. La elevada incidencia de embolias (18%), muchas veces excepto que tenga carácter epidémico. Es sugestiva la eleva-
en ritmo sinusal y de punto de partida ventricular, obliga a ción importante del título de anticuerpos.
administrar anticoagulantes a largo plazo. La supervivencia La miocarditis vírica aguda tiene una mortalidad elevada a
a los 5 años es del 25-40% y la muerte es súbita en la mitad corto plazo. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la mio-
de los casos. carditis evoluciona con rapidez y cura sin secuelas antes de
El tratamiento es el clásico de la insuficiencia cardíaca: los 6 meses. En ocasiones (10%) se produce una evolución
restricción moderada de sal, diuréticos, digital (que con fre- progresiva, subaguda (de 6 meses a 3 años) o crónica (de
cuencia provoca intoxicación), vasodilatadores o inotrópi- uno a más de 5 años). La biopsia endomiocárdica permite
cos orales. En los pacientes menores de 50 años con deterio- reconocer el tipo evolutivo y tiene valor pronóstico. En las
ro hemodinámico importante está indicado el trasplante formas agudas predominan las lesiones de necrosis y lisis ce-
cardíaco, que ofrece una supervivencia del 50% a los 5 años. lulares y los infiltrados inflamatorios difusos, en tanto que en
las subagudas destacan las lesiones en fase de curación (pér-
dida de miocitos con sustitución por tejido de granulación)
Miocardiopatía alcohólica o curadas (fibrosis intersticial sin infiltración celular). En las
Se considera una miocardiopatía muy afín a la idiopática formas crónicas los hallazgos son similares, aunque, a veces,
que aparece después del abuso prolongado del alcohol, el cuadro histológico es indistinguible de la miocardiopatía
como consecuencia de su efecto tóxico directo, dependien- dilatada idiopática.
te de la dosis, sobre las células musculares estriadas (el mio- En los casos subagudos y crónicos se ha ensayado el trata-
cardio no contiene la enzima alcohol-deshidrogenasa, por lo miento inmunodepresor, con glucocorticoides o citolíticos,
que su efecto deletéreo no se debe al exceso de NADH como cuya eficacia no se ha podido confirmar.
en el hígado). El alcohol ejerce un efecto estructural irrever-
sible sobre los sistemas de membrana, que causa necrosis
del miocito y fibrosis de sustitución, y un efecto metabólico
Toxoplasmosis
sobre la respiración mitocondrial, el ciclo de Krebs y la cap- Es una causa relativamente frecuente de miocarditis en re-
tación del calcio citosólico, que deprime la contractilidad. cién nacidos, ya que el parásito atraviesa la barrera placenta-
Cabe esperar que la abstinencia mejore en algunos casos la ria; no obstante, puede presentarse también en el adulto y
miocardiopatía si existe un componente reversible significati- debe tenerse presente en el diagnóstico diferencial de las
vo, sobre todo en fases iniciales. Sin embargo, las manifesta- miocardiopatías dilatadas. La afectación cardíaca puede pre-
ciones clínicas de disfunción ventricular no aparecen hasta sentarse aislada o como parte de la toxoplasmosis generali-
una fase muy tardía, cuando la fibrosis es ya extensa, la dila- zada. Se confirma mediante la prueba de la fijación del com-
tación cardíaca, muy acusada, masiva y la disfunción mecá- plemento y se trata con antibióticos. Los glucocorticoides
nica, grave. Es importante, pues, reconocer las manifestacio- pueden ser beneficiosos en el tratamiento de las arritmias y
nes iniciales de la miocardiopatía alcohólica, cuando la los trastornos de la conducción.
cardiomegalia es todavía ligera. Su diagnóstico se halla difi-
cultado por la escasa fiabilidad de la historia de ingesta alco-
hólica referida por estos pacientes.
Miocardiopatía de la enfermedad de Chagas
La tripanosomiasis americana es prácticamente exclusiva
de América Central y del Sur, donde afecta a unos 7 millo-
Miocardiopatía del embarazo y del puerperio nes de individuos. La miocardiopatía tiene una fase aguda, a
Se denomina así a la miocardiopatía dilatada que aparece veces poco aparente, un período de latencia de 20-30 años y
a partir del segundo trimestre del embarazo o en los prime- una fase crónica, que afecta al 30% de los pacientes infecta-
ros 5 meses después del parto. Las manifestaciones clínicas dos y se manifiesta por cardiomegalia e insuficiencia cardía-
son idénticas a las de la forma idiopática. La insuficiencia ca congestiva atribuible a la fibrosis difusa. El ECG remeda el
cardíaca a veces se presenta rápidamente y el cuadro clínico del infarto de miocardio, y en el ecocardiograma se aprecia
puede ser alarmante. Se produce con preferencia en multípa- trombosis intracavitaria y formación de aneurismas apicales
ras de raza negra, en ausencia de eclampsia o preeclampsia. muy característicos. En ocasiones, el cuadro clínico puede
Su aparición puede relacionarse con alteraciones inmunoló- ser de tipo restrictivo. Al igual que la sarcoidosis y la esclero-
gicas de la madre o con la sobrecarga circulatoria del emba- dermia, tiene especial predilección por producir lesiones del
razo, que facilitarían la infección por virus cardiotrópicos, o sistema específico de la conducción, que ocasionan blo-
la intervención de un mecanismo autoinmune. La biopsia queos de rama derecha, bloqueos AV avanzados, extrasísto-
miocárdica ha permitido comprobar la presencia en algunos les o taquicardias ventriculares recurrentes y muerte súbita
casos de infiltrados inflamatorios que sugieren una miocar- (20%). La insuficiencia cardíaca aparece a veces años des-
ditis. pués del bloqueo. El mecanismo fisiopatogénico básico es
una reacción autoinmune y/o la destrucción de las células
ganglionares que inervan el corazón.
Miocarditis vírica aguda
La afección cardíaca no es infrecuente en el curso de las
infecciones por virus coxsackie A y B, ECHO, poliomielitis,
Miocardiopatías tóxicas por antraciclinas
gripe, adenovirus o rubéola (virus cardiotrópicos), y suele li- Existen dos tipos de toxicidad por antraciclinas (doxorubi-
mitarse a alteraciones del segmento ST-T carentes de impor- cina, adriamicina): la aguda, que produce arritmias, altera-
tancia. En ocasiones, sin embargo, puede provocar una mio- ciones del segmento ST-T y depresión de la fracción de eyec-
cardiopatía dilatada aguda, que aparece típicamente varias ción, y la tardía, caracterizada por la aparición de una
semanas después del episodio agudo febril; ello sugiere la miocardiopatía dilatada indistinguible de la idiopática. Aun-
participación de un mecanismo inmunológico, lo que se ha que puede tener un comienzo insidioso, lo habitual es que
ratificado por el hallazgo de anticuerpos, mediante técnicas se presente de manera aguda, con edema agudo de pulmón,
de inmunofluorescencia, en la biopsia del endocardio. Son dentro de los primeros 2 meses después de la última dosis.
más frecuentes y graves en los niños y a veces tienen un ca- Su incidencia y gravedad dependen de la dosis total acumu-
rácter epidémico; se han descrito alteraciones cardíacas en lada, siendo del 3,5% si la dosis alcanza los 400 mg/m2. Su

570
MIOCARDIOPATÍAS

pronóstico es grave, aunque no indefectiblemente mortal, El diagnóstico se confirma con las pruebas bioquímicas
siempre que se interrumpa el tratamiento ante la menor sos- específicas (T3, T4 y TSH). El tratamiento es el de la tirotoxi-
pecha de insuficiencia cardíaca. cosis, y la taquicardia suele ceder con bloqueadores beta. En
El ecocardiograma es el estudio más eficaz para confirmar la mayoría de los casos, las manifestaciones cardiovasculares
la toxicidad. La histología de muestras obtenidas mediante revierten pronto cuando se suprime la hiperfunción tiroidea,
biopsia endomiocárdica muestra la lisis de las miofibrillas y sin que queden deficiencias residuales, aunque la mejoría y
la vacuolización citoplasmática. A diferencia de las lesiones el pronóstico dependen fundamentalmente de que se corrija
por irradiación, la fibrosis es mucho menos frecuente y no la fibrilación auricular.
hay respuesta inflamatoria.
Otros fármacos con capacidad para causar alteraciones
electrocardiográficas o deprimir la función cardíaca son los
Mixedema
psicotropos (antidepresivos tricíclicos) y las fenotiazinas. Las manifestaciones clínicas del mixedema pueden ser su-
tiles y de comienzo insidioso, por lo que el diagnóstico se re-
trasa a veces varios años, confundido con achaques del en-
Lesiones por irradiación vejecimiento (lentitud mental y física, caída del cabello, piel
Aunque el corazón es uno de los órganos más resistentes a seca, voz ronca, intolerancia al frío o sordera). Pueden apa-
las radiaciones ionizantes, las dosis superiores a 5.000 rad pue- recer estreñimiento, anemia, o una miocardiopatía. La car-
den provocar lesiones que se manifiestan después de un perí- diomegalia es muy frecuente y casi siempre se debe a derra-
odo de latencia de meses o años. Las alteraciones más comu- me pericárdico abundante, que, por su carácter crónico, rara
nes son la pericarditis aguda con derrame o la constricción vez compromete la función cardíaca. Se acompaña de bradi-
crónica. La fibrosis del miocardio y la insuficiencia cardíaca cardia relativa (50-60 lat/min). Algunos pacientes, sin embar-
son menos frecuentes. Se atribuyen a las lesiones del endote- go, presentan cardiomegalia e insuficiencia cardíaca sin de-
lio que obliteran la microcirculación, provocando una fibrosis rrame que cede con el tratamiento de sustitución hormonal.
focal extensa. Posiblemente produce también lesiones fibróti-
cas en las arterias coronarias y acelera la aterogénesis.
Esclerosis sistémica progresiva
La esclerosis y la vasculitis que afectan en forma difusa la
Miocardiopatía urémica piel, el pulmón, el riñón y el tubo digestivo pueden también
La insuficiencia cardíaca es frecuente en los pacientes uré- lesionar el miocardio provocando una miocardiopatía dilata-
micos y puede atribuirse a hipertensión arterial, anemia, so- da (o a veces restrictiva) que se manifiesta clínicamente por
brecarga de líquidos, trastornos electrolíticos (hipocalcemia) insuficiencia cardíaca asociada a trastornos de la conduc-
o toxinas urémicas. Se han descrito, sin embargo, una mio- ción AV o bloqueos de rama, taquicardias ventriculares y
cardiopatía dilatada reversible que desaparece con la hemo- muerte súbita. La fibrosis miocárdica se atribuye a la isque-
diálisis, y una forma irreversible que se presenta en pacientes mia inducida por el espasmo intermitente de los pequeños
en el curso de la diálisis crónica, cuya etiología es confusa. vasos coronarios (fenómeno de Raynaud miocárdico).
Se ha invocado a veces la presencia de calcificaciones del La miocardiopatía, como las restantes lesiones viscerales,
miocardio en pacientes con un cociente calcio/fósforo muy es más temprana y grave en la esclerodermia difusa que en
elevado (véase Manifestaciones cardíacas de las enfermeda- la forma cutánea limitada. La existencia de miocardiopatía
des sistémicas). reviste mal pronóstico, carece de tratamiento y la mayoría de
los pacientes fallecen antes de los 3 años.
Hipocalcemia e hipofosforemia
Estas alteraciones pueden producir una miocardiopatía
Lupus eritematoso sistémico
dilatada completamente reversible. La miocardiopatía del hi- La cardiopatía del lupus es una pancarditis que puede pre-
poparatiroidismo incontrolado, relacionado con la hipocal- sentarse bajo las siguientes modalidades:
cemia profunda y prolongada y, quizá, con el déficit asocia- 1. La pericarditis lúpica es su expresión clínica más fre-
do de magnesio, responde de forma espectacular cuando se cuente (25%), aunque rara vez provoca taponamiento car-
consiguen corregir las alteraciones con vitamina D, calcio y díaco o fibrosis constrictiva.
magnesio. 2. La endocarditis verrugosa de Libman-Sacks es la lesión
La hipofosforemia intensa (inferior a 1,0 mg/dL o a 0,323 más específica, presente en el 40% de las autopsias.
mml/L) causa el agotamiento de compuestos fosforados de 3. La miocardiopatía lúpica es la complicación que reviste
alta energía del miocardio y puede deprimir de forma acusa- mayor gravedad, se observa también en el 40% de los estu-
da la función cardíaca, agravando el cuadro clínico respon- dios anatómicos y se debe probablemente a la acción de los
sable. anticuerpos antimúsculo cardíaco o al depósito de inmu-
nocomplejos que provocan una carditis con necrosis y fibro-
sis focales. Clínicamente se detecta sólo en el 10% de los
Tirotoxicosis casos cuando aparecen cardiomegalia, insuficiencia cardía-
El exceso de hormona tiroidea y el aumento de la deman- ca, arritmias ventriculares, taquicardia sinusal y alteraciones
da metabólica provoca un estado hipercontráctil e hiperciné- electrocardiográficas inespecíficas. Es probable que contri-
tico, con taquicardia, aumento del gasto cardíaco y vasodila- buyan también a la aparición de este cuadro la hipertensión
tación periférica, que pueden desencadenar insuficiencia arterial, presente en la mitad de los casos, la administración
cardíaca en pacientes con hipertensión arterial, coronariopa- de glucocorticoides y la anemia.
tía o valvulopatías. La posibilidad de que exista una miocar- 4. La arteritis lúpica, que en alguna ocasión es la causa de
diopatía hipertiroidea genuina, sin embargo, es discutible. La angina o infarto de miocardio en una mujer joven, puede be-
alteración molecular que se considera típica de la tirotoxico- neficiarse del tratamiento con glucocorticoides.
sis consiste en la sustitución reversible de la miosina cardía-
ca con actividad ATPasa baja por otra isoenzima más activa,
que en todo caso sugiere un aumento de la eficacia del me-
Poliarteritis nudosa
canismo contráctil. La arteritis coronaria es un hallazgo frecuente en la panar-
La insuficiencia cardíaca con cardiomegalia se presenta teritis nudosa clásica (50% de los casos). Típicamente se
en el 40% de los enfermos, casi siempre mayores de 50 años. afectan las pequeñas arterias coronarias, poco después de
La alteración más frecuente y llamativa es la fibrilación au- penetrar en el epicardio, respetando las zonas más profun-
ricular. das, y las lesiones adoptan la forma de nudosidades blanque-

571
CARDIOLOGÍA

cinas producidas por la inflamación y la necrosis de la pared 50 años, con deterioro clínico rápido y fallecimiento en el
vascular (vasculitis necrosante). Son frecuentes la presencia término de un año.
de trombosis y la formación de aneurismas muy característi- Puede auscultarse un soplo de insuficiencia mitral por dis-
cos. La isquemia provoca fibrosis intersticial difusa o focal y función del músculo papilar, que refleja la localización del
pequeñas zonas de necrosis. granuloma en el músculo papilar o el miocardio subyacente.
La cardiomegalia y la insuficiencia cardíaca casi siempre En ocasiones se forman aneurismas ventriculares, a veces
están relacionadas con la presencia de infartos de miocardio con aparición de trombos (6%), producidos por la cicatriza-
que pasan inadvertidos porque habitualmente no provocan ción de un granuloma y el adelgazamiento de la pared. Con
dolor, con hipertensión arterial, con insuficiencia renal o frecuencia, el diagnóstico inicial es de infarto de miocardio,
con tratamiento glucocorticoide. La pericarditis es infrecuen- pues la infiltración granulomatosa puede producir ondas Q
te, a menos que exista insuficiencia renal. de necrosis y defectos de perfusión en la gammagrafía con ta-
El cuadro clínico suele estar dominado por las manifesta- lio-201. Las anomalías electrocardiográficas más característi-
ciones sistémicas, como fiebre, pérdida ponderal y artromial- cas son alteraciones inespecíficas del segmento ST-T, extra-
gias, pero la cardiopatía es con frecuencia la causa de la sístoles y taquicardias ventriculares y bloqueos de rama o AV
muerte. El tratamiento inmunodepresor puede ser eficaz en graves, cuando los granulomas se localizan en la parte alta
las fases iniciales de la vasculitis. del tabique. Puede aparecer un derrame pericárdico recurren-
te. Por último, constituye una causa importante y olvidada
de muerte súbita, que es a veces su manifestación inicial. El
Distrofia muscular progresiva diagnóstico de sarcoidosis cardíaca es difícil cuando faltan
La distrofia muscular progresiva, junto con la ataxia de las manifestaciones extracardíacas o puede confundirse con
Friedreich (véase la sección Neurología), son las dos enfer- el cor pulmonale crónico secundario a la fibrosis pulmonar.
medades neuromusculares hereditarias que con mayor fre- Las alteraciones electrocardiográficas o los defectos detecta-
cuencia causan problemas cardíacos. Esta enfermedad se dos en el estudio con talio se encuentran en una tercera par-
reconoce por la tríada clásica de marcha titubeante, seu- te de los pacientes con sarcoidosis, aunque el riesgo de que
dohipertrofia de las pantorrillas y un movimiento de las pier- desarrollen síntomas cardíacos es mínimo (3%). El beneficio
nas al andar como si se estuviera subiendo una escalera. Las que puede reportar el tratamiento con glucocorticoides a do-
manifestaciones clínicas iniciales son taquicardia sinusal y sis altas se encuentra todavía en discusión, aunque se consi-
cardiomegalia. El ECG suele ser muy típico, con ondas R al- dera una miocardiopatía potencialmente reversible.
tas en las derivaciones precordiales derechas y ondas Q pro-
fundas en las izquierdas. Los pacientes fallecen en la segun-
da década de la vida y el único tratamiento posible es el
Hemocromatosis
sintomático. El depósito excesivo de hierro en el interior de las fibras
miocárdicas, sea de origen genético o postransfusional, pro-
voca una insuficiencia cardíaca congestiva rápidamente pro-
Enfermedad de Friedreich gresiva, con disnea, congestión sistémica, ascitis y arritmias
Esta enfermedad hereditaria se reconoce fácilmente por la supraventriculares. En general se presenta cuando ya otros
tríada de ataxia grave progresiva de miembros superiores e in- órganos están afectados, pero puede ocurrir también en au-
feriores, pie cavo y su aparición antes de la pubertad. A juzgar sencia de cirrosis, diabetes o pigmentación cutánea simulan-
por las alteraciones electrocardiográficas y ecocardiográficas, do una miocardiopatía idiopática genuina. Es 5 veces más
la afectación cardíaca es prácticamente constante y, aunque frecuente en el varón y es causa del fallecimiento de más de
suele ser asintomática, puede ser causa de muerte. Se debe la tercera parte de los pacientes. El ecocardiograma parece
probablemente a un defecto genético del metabolismo del pi- indicar que la alteración hemodinámica inicial es de tipo res-
ruvato, responsable a la vez de las alteraciones neurológicas y trictivo y que las características de miocardiopatía dilatada
miocárdicas. No existen lesiones de otros órganos. aparecerían en las fases más tardías. El diagnóstico se confir-
La miocardiopatía puede adoptar una forma “hipertrófi- ma mediante biopsia y análisis cuantitativo del hierro en el
ca”, indistinguible de la forma idiopática (19% de los casos), tejido hepático desecado.
en la que falta, sin embargo, la desorganización celular típi- La hemocromatosis idiopática se debe a un defecto here-
ca de aquélla, aparentemente responsable de sus arritmias ditario que permite la absorción excesiva del hierro en el
malignas, o una forma “distrófica o dilatada mínima”. Los sín- tubo digestivo; su eliminación mediante flebotomías repeti-
tomas cardíacos suelen aparecer en forma tardía, cuando el das puede facilitar la reversión de la cardiopatía. La forma
trastorno neurológico es florido, pero en ocasiones pueden postransfusional es una complicación de la terapéutica de
precederlo. Los signos electrocardiográficos más comunes las anemias refractarias sometidas a múltiples transfusiones
son: alteraciones de la onda T (80%), eje eléctrico desviado (más de 100), cuyas manifestaciones cardíacas son idénticas
hacia la derecha (40%), PR corto, hipertrofia del ventrículo a las de la forma genética y se tratan con agentes quelantes.
izquierdo (16%) y ondas Q patológicas. A veces se adelantan
varios años al resto de las manifestaciones, por lo que el ECG Glucogenosis cardíaca tipo II (enfermedad de Pompe)
se considera el método de elección para detectar la enferme-
dad en los estadios más tempranos, aparte de que su norma- Es la forma más clásica de enfermedad cardíaca por depó-
lidad debe poner en duda el diagnóstico. La miocardiopatía sito y se debe a la acumulación de glucógeno en los lisoso-
progresa lentamente y la insuficiencia cardíaca franca no mas. El corazón presenta hipertrofia masiva similar a la de la
suele aparecer antes de los 30-50 años. miocardiopatía hipertrófica idiopática, que ocasiona una in-
suficiencia cardíaca precoz y el fallecimiento de los pacien-
tes antes de llegar a la adolescencia. Los niños presentan un
Sarcoidosis aspecto cretinoide, con hipotonía muscular, macroglosia y
La sarcoidosis cardíaca se caracteriza por la presencia de un ECG muy típico, con complejos QRS de más de 10 mV
granulomas de células epitelioides, no caseificantes, duros, y PR corto.
blancos, a menudo transmurales, que sustituyen a veces ex-
tensas zonas del miocardio y tienden a evolucionar espontá-
neamente a la resolución o a la cicatrización. Se encuentran
Mucopolisacaridosis
en el 20-30% de las autopsias, aunque sólo el 1% de los pa- La enfermedad de Hurler o “gargolismo” es una alteración
cientes mueren a causa de cardiopatía. metabólica hereditaria rara, caracterizada por deformidades
Puede reconocerse clínicamente por la aparición de un esqueléticas, hepatosplenomegalia y retraso mental. La afec-
cuadro de miocardiopatía congestiva entre los 30 y los tación cardíaca es predominantemente valvular y se debe al

572
MIOCARDIOPATÍAS

engrosamiento de las válvulas mitral y aórtica producido por maño de la cavidad. En la tercera parte de los casos, sin em-
depósitos nodulares de mucopolisacáridos y fibrosis. La ma- bargo, la hipertrofia es simétrica o concéntrica, como en la
yoría de los pacientes fallecen en la edad pediátrica. hipertensión arterial, con la que puede confundirse. Otras ve-
La enfermedad de Fabry es una lipoidosis hereditaria liga- ces (14%) afecta sólo la parte distal del ventrículo izquierdo
da al sexo en la que se acumula un glucolípido, la ceramida, (miocardiopatía apical).
en el interior de las células de la piel (angioqueratoma difu-
so), en el riñón (insuficiencia renal e hipertensión), en los Fisiopatología. La hipertrofia ventricular se asocia a altera-
pequeños vasos (complicaciones cerebrales) y en el cora- ciones funcionales de tipo mecánico, isquémico y eléctrico,
zón. La cardiomegalia y la insuficiencia cardíaca pueden cuya presencia en grado variable determina el cuadro clíni-
atribuirse a la afectación intrínseca del miocardio (miocar- co de la enfermedad. La alteración más llamativa es la disfun-
diopatía), pero habitualmente están relacionadas con las le- ción diastólica. El miocardio hipertrófico, poco distensible,
siones valvulares aórtica o mitral causadas por su engrosa- crea un “obstáculo a la entrada” de la sangre en el ventrículo
miento. Son circunstancias coadyuvantes la enfermedad izquierdo, que tiende a paliarse con la contracción enérgica
coronaria, la hipertensión arterial y la insuficiencia renal. El de la aurícula. A esta dificultad diastólica suele añadirse una
ECG suele mostrar hipertrofia del ventrículo izquierdo y un disfunción sistólica, la “estenosis subaórtica dinámica” u
PR corto. Los pacientes fallecen en la cuarta o la quinta dé- “obstáculo a la salida”, producido, en parte, por la hipertrofia
cadas de la vida. septal y, en parte, por la interposición del velo anterior de la
mitral, que se pega al tabique durante parte de la sístole. Este
desplazamiento sistólico anterior de la válvula mitral, que es
Miocardiopatía hipertrófica también responsable de la insuficiencia mitral asociada, se
debe al efecto de succión de la sangre expulsada a gran velo-
La miocardiopatía hipertrófica es una enfermedad de ori- cidad a través de un trayecto estrecho (efecto Venturi) (fig.
gen genético caracterizada por la presencia de hipertrofia 3.144). Esto explica que la obstrucción sea un fenómeno di-
aislada del ventrículo izquierdo, sin ninguna causa aparente námico, que puede acentuarse con las maniobras que acele-
que la justifique. Descrita por BROCK y TEARE, se diagnostica ran la expulsión ventricular, como el ejercicio o la adminis-
cada vez con mayor frecuencia desde que se dispone de la tración de isoproterenol y digital, o que reducen el diámetro
ecocardiografía. Constituye una causa importante de muerte de la cavidad, como la maniobra de Valsalva o la administra-
súbita en los adultos jóvenes. ción de nitrito de amilo. En cambio, puede suprimirse con
los vasoconstrictores, que aumentan la poscarga y dilatan la
Etiología. La causa de la enfermedad es, en la mayoría de cavidad. La obstrucción está presente en reposo en el 43%
los casos, una mutación puntual del gen del cromosoma de los casos (forma obstructiva en reposo), aparece con las
14q1 que codifica la cadena pesada de la betamiosina, la maniobras de provocación en un 33% adicional (forma obs-
principal proteína contráctil del miocardio. La entidad es, sin
embargo, muy heterogénea desde el punto de vista genético.
Se han descrito numerosas mutaciones del gen de la miosi-
na, que tienen expresión clínica distinta, y es probable que
la enfermedad también pueda ser producida por mutaciones
en otros cromosomas. La hipertrofia congénita sería el meca-
nismo compensador de la anomalía contráctil de las miofi-
brillas. En los casos de carácter familiar, su transmisión es de
tipo autosómico dominante.

Anatomía patológica. La hipertrofia afecta de forma prefe-


rente el tabique (hipertrofia septal asimétrica), que duplica o
triplica su espesor normal y reduce considerablemente el ta-

A B

Fig. 3.144. Mecanismo de la obstrucción sistólica en la miocardio-


patía hipertrófica. A. Ventrículo izquierdo normal, con amplio tracto
de salida y válvula mitral cerrada en sístole. B. Ventrículo con hipertro-
fia septal asimétrica que estrecha la salida y facilita el desplazamiento
anterior de la válvula mitral que contacta con el tabique por el efecto Fig. 3.145. Registro fonocardiográfico, carotidograma y cardioápex
Venturi (flecha gruesa). La obstrucción se acompaña de apertura de en la miocardiopatía hipertrófica. A. Soplo de eyección característico,
la válvula mitral y de regurgitación valvular (flecha fina). galope presistólico (cuarto ruido) y configuración típica en “punta-
onda” del latido carotídeo. B. Latido apical triple (cardioápex).

573
CARDIOLOGÍA

Fig. 3.146. Ecocardiograma en la miocardiopatía hipertrófica obstructiva. Corte longitudinal, en diástole (A), que muestra la hipertrofia septal
(S) desproporcionada respecto a la de la pared posterior (P). AI: aurícula izquierda; TS: tracto de salida del ventrículo izquierdo. Las flechas seña-
lan el velo anterior de la mitral. B. La misma proyección en sístole, que muestra la obliteración de la cavidad y el movimiento sistólico anterior de
la válvula mitral (flechas) C. Ecocardiograma en modo M donde se aprecian el enorme espesor del tabique (hipertrofia septal asimétrica), supe-
rior al de la pared posterior (PP) y el movimiento sistólico anterior de la válvula mitral (flechas).

574
MIOCARDIOPATÍAS

tructiva latente) y está ausente en el 24% restante (forma no


obstructiva).
La disminución de la reserva coronaria favorece la apari-
ción de fenómenos isquémicos. La incidencia de arritmias y
muerte súbita se atribuye a las propiedades electrofisiológicas
alteradas de los miocitos deformes.

Cuadro clínico. Puede manifestarse a cualquier edad, pero


suele detectarse entre los 20 y los 40 años, muchas veces a
causa del descubrimiento ocasional de un soplo o una alte-
ración inexplicable en el ECG. Sus síntomas son parecidos
a los de la estenosis valvular aórtica, con la que a veces
se confunde: a) disnea e insuficiencia cardíaca izquierda;
b) angina de esfuerzo o de reposo que puede limitarse a pe-
queñas molestias precordiales u originar un cuadro de dolor
intenso que motive el ingreso en una unidad coronaria; se
atribuye a la isquemia producida por la hipertrofia y la re-
ducción de la densidad capilar o la compresión prolongada
de los pequeños vasos coronarios debida a la relajación
anormalmente lenta; c) mareos de poca intensidad o sínco-
pes, en gran parte atribuibles a las arritmias ventriculares, y
d) palpitaciones.
Las formas obstructivas se diagnostican fácilmente a la ca-
becera del enfermo cuando presenta la tríada compuesta
por: soplo sistólico parasternal, que tiene un doble origen en
la estenosis subaórtica y la insuficiencia mitral concomitante
y que, a diferencia de la estenosis aórtica valvular, se acen-
túa con el nitrito de amilo y la maniobra de Valsalva; pulso
carotídeo bisferiens, que refleja la interrupción de la eyec-
ción en mesosístole, y el doble o triple latido apical, produci-
do por la adición de un cuarto ruido apical. El diagnóstico,
en cambio, puede ser difícil en ausencia de obstrucción,
pues la exploración suele ser normal o, a lo sumo, se auscul-
ta un cuarto ruido auricular (fig. 3.145).
El ECG es anormal en el 75% de los casos y con frecuencia
sugiere el diagnóstico. Los signos más comunes son la hiper-
trofia ventricular izquierda, ondas Q septales prominentes
que simulan una necrosis miocárdica y alteraciones de la re-
polarización, con ondas T isquémicas a veces gigantes. Con
menor frecuencia aparecen alteraciones de la onda P, QT
largo o bloqueos de rama, hemibloqueos o síndrome de
Wolff-Parkinson-White. Fig. 3.147. Registro simultáneo de las presiones del ventrículo iz-
quierdo y de la aorta que muestra la aparición del gradiente durante la
En la radiografía de tórax destacan la ausencia de cardio- maniobra de Valsalva y la inhalación de nitrito de amilo y su desapari-
megalia y la dilatación de la aurícula izquierda, que configu- ción con la metoxamina.
ra a veces una “silueta mitral” típica. No es infrecuente que
exista una calcificación del anillo mitral que se presta a con-
fusiones con una posible calcificación valvular. coronariografía permite descartar las lesiones coronarias ate-
El ecocardiograma bidimensional se ha consagrado como rosclerosas y con frecuencia muestra el fenómeno de com-
el procedimiento idóneo para confirmar o excluir el diagnós- presión sistólica de las arterias perforantes septales o de la
tico, ya que permite localizar y definir la importancia y la ex- descendente anterior, cuyo papel en la génesis de la isque-
tensión de la hipertrofia. El ecocardiograma en modo M mia ha sido muy discutido.
muestra los dos signos más clásicos: la hipertrofia septal asi-
métrica y el desplazamiento sistólico anterior de la válvula Complicaciones y curso clínico. Los accidentes más gra-
mitral (fig. 3.146). ves que pueden presentar estos pacientes son: fibrilación au-
El ECG ambulatorio (técnica de Holter) se considera hoy ricular, de aparición tardía, que al suprimir la contracción au-
una exploración obligada en estos pacientes, porque de- ricular compromete gravemente la situación hemodinámica
muestra la incidencia sorprendentemente elevada de arrit- y requiere tratamiento de urgencia, pues con cierta frecuen-
mias auriculares (flúter o fibrilación paroxísticos) o ventricu- cia desencadena un edema agudo de pulmón; insuficiencia
lares. En el 20% de los casos se detectan taquicardias cardíaca crónica favorecida por la persistencia de fibrilación
ventriculares cortas, de menos de 10 seg de duración, por auricular; endocarditis infecciosa propia de las formas obs-
completo asintomáticas, pero que se asocian a una mortali- tructivas, que justifica la profilaxis adecuada; angina de pe-
dad del 24% a los 3 años y en las que es posible obtener be- cho e infarto de miocardio, a veces con arterias coronarias
neficios con el tratamiento antiarrítmico. normales, que aparece en el 15% de las autopsias, y muerte
súbita, una de las manifestaciones más clásicas y temibles,
Cateterismo cardíaco. Desde el advenimiento de la ecocar- que puede ser la primera. Por lo general, la enfermedad tie-
diografía, el cateterismo ya no es esencial para el diagnósti- ne un curso lento; la mayoría de los pacientes se mantienen
co, pero facilita la orientación del tratamiento. Permite valo- asintomáticos durante muchos años, hasta que evolucionan
rar la importancia de la disfunción diastólica (presión hacia una insuficiencia cardíaca y mueren al cabo de meses
telediastólica elevada y onda a prominente) y sistólica res- o años desarrollando un deterioro hemodinámico progresi-
puesta del gradiente de presión subaórtica en diferentes con- vo o, por el contrario, mueren de forma súbita, sin ninguna
diciones) (fig. 3.147). La ventriculografía izquierda (fig. 3.148) sintomatología previa. El primer tipo de evolución es más fre-
muestra la configuración típica de la cavidad, de tamaño cuente a partir de los 45 años y la mortalidad es del 2,5%
muy reducido, y la existencia de la insuficiencia mitral. La anual. El segundo es más propio de los adolescentes. Se con-

575
CARDIOLOGÍA

Fig. 3.148. Ventriculografía izquierda (oblicua anterior derecha) correspondiente a una miocardiopatía hipertrófica “obstructiva” (A y B) y a
una miocardiopatía hipertrófica “apical” (C y D). El catéter se ha emplazado en el ventrículo por vía aórtica retrógrada. A. Silueta en diástole que
muestra la imagen típica arriñonada o en “pie de bailarina”. La repleción de las arterias coronarias (flechas) facilita la apreciación del espesor de
la pared. B. En sístole casi se oblitera la cavidad y se opacifica toda la aurícula izquierda, debido a la existencia de una insuficiencia mitral grave.
C. Miocardiopatía hipertrófica apical en diástole, que muestra la forma clásica de as de pic. Las puntas de flecha muestran el límite del espesor de
la pared hipertrófica. D. En sístole se aprecian las digitaciones hipertróficas de los músculos papilares. AI: aurícula izquierda; Ao: aorta ascenden-
te; VI: ventrículo izquierdo.

sideran factores de mal pronóstico el descubrimiento precoz en las formas obstructivas, a dosis de 300-800 mg/día, si el
de la enfermedad, los síncopes y la historia familiar de muer- ecocardiograma confirma su eficacia en la supresión del gra-
tes repentinas (forma maligna de Maron), los episodios de ta- diente. El efecto beneficioso de estos tratamientos se debe,
quicardia ventricular asintomática en el registro de Holter en parte, a sus propiedades antiarrítmicas.
y la presencia de determinadas mutaciones (Arg403Gin y Recientemente se ha comprobado la eficacia de la amio-
Arg453Cys). Otras, en cambio (Val606Met), tienen un exce- darona en la prevención de la muerte súbita. Si los síntomas
lente pronóstico. La detección de las mutaciones puede ha- son graves y el gradiente subvalvular es superior a 50 mmHg,
cerse en el RNA de la miosina de los linfocitos circulantes, lo puede indicarse la implantación de un marcapasos secuen-
que facilita el diagnóstico preclínico. cial AV que modifica la secuencia de la activación septal y
reduce el gradiente. Si fracasa, puede practicarse la mioto-
Tratamiento. Incluye la administración de bloqueadores mía-miectomía septal (operación de Morrow) o la implanta-
beta a dosis altas (propranolol, 60 mg 4 veces al día), que ción de una prótesis mitral.
mejora la angina, pero no modifica la obstrucción en reposo
ni previene la muerte súbita. Recientemente se ha propuesto
el verapamilo, un inhibidor del calcio que facilita la relaja- Miocardiopatía restrictiva
ción ventricular y deprime el inotropismo miocárdico, que,
al parecer, constituye el tratamiento de elección en las for- El concepto de miocardiopatía restrictiva se introdujo para
mas no obstructivas. Debe iniciarse con prudencia (80 mg designar las afecciones del miocardio que pueden confun-
cada 8 h), aumentando la dosis hasta 120 mg por toma, se- dirse con la pericarditis constrictiva, porque originan un cua-
gún tolerancia. Entraña el riesgo de producir bradicardias dro de insuficiencia cardíaca derecha diastólica (sin cardio-
acusadas o bloqueos AV, y debe evitarse en los casos en que megalia), en la que la dificultad del llenado ventricular es
la presión telediastólica ventricular sea superior a 20 mmHg, atribuible a la rigidez anormal del miocardio. Sus causas
a causa del riesgo de hipotensión profunda y/o edema pul- pueden ser la fibrosis, la hipertrofia o la infiltración secunda-
monar. La disopiramida es otro agente que puede ser idóneo ria a la amiloidosis, la hemocromatosis, la sarcoidosis o la fi-

576
MIOCARDIOPATÍAS

broelastosis endocárdica. La distinción es importante porque díaca congestiva de cualquier otro origen merced a la hiper-
la constricción pericárdica tiene curación quirúrgica. volemia), ronquera, macroglosia (infrecuente en las formas
El patrón hemodinámico restrictivo se define por: secundarias) y síndrome del túnel carpiano (particularmente
1. El aumento de la presión venosa pulmonar y yugular, que común en el mieloma).
se acentúa a veces durante la inspiración (signo de Kussmaul). La silueta radiológica apenas se altera. El ECG, en cambio,
2. La ausencia de dilatación ventricular o cardiomegalia es siempre anormal y puede ser diagnóstico, sobre todo
(ventrículo izquierdo menor de 110 mL/m2). cuando muestra un bajo voltaje generalizado (60%), con
3. Una función sistólica normal o poco alterada (fracción imágenes que simulan un infarto de miocardio (80%). Son
de eyección del 50-70%). frecuentes los hemibloqueos (75%), los bloqueos de rama
4. La curva de la presión diastólica ventricular muestra a (18%), los trastornos de conducción AV (45%) y las arritmias
veces la imagen típica del dip-plateau (morfología en “raíz de todo tipo (75%), entre las que destacan la fibrilación au-
cuadrada”). ricular (20%) y el síndrome del nódulo sinusal enfermo. El
A diferencia del “patrón constrictivo”, sin embargo, la ele- ecocardiograma confirma la ausencia de dilatación ventricu-
vación de las presiones diastólicas de las cuatro cavidades lar; la fracción de eyección es normal y el engrosamiento de
es asimétrica: las del lado izquierdo superan en más de la pared miocárdica a veces es de tipo asimétrico y con ecos
5 mmHg a las del derecho, diferencia que se acentúa con el densos jaspeados. La gammagrafía con 99mTc suele mostrar
ejercicio o la perfusión de líquidos. imágenes características.
El estudio ecocardiográfico con eco-Doppler es muy útil El cateterismo cardíaco revela el patrón restrictivo clásico.
en el diagnóstico diferencial pues muestra el correspondien- El diagnóstico se confirma habitualmente mediante biop-
te aumento de la velocidad del flujo protodiastólico mitral sia. El curso clínico suele ser progresivo y el promedio de su-
(pico E), pero no se observan las importantes variaciones pervivencia es de 3-5 años. El tratamiento es sintomático y
respiratorias del flujo mitral y del flujo de las venas pulmona- deben evitarse los anticoagulantes por el riesgo de complica-
res y hepáticas, propias de la constricción pericárdica. ciones hemorrágicas. La muerte súbita es frecuente, sobre
La tomografía computarizada (TC) o la resonancia magné- todo en pacientes que reciben digital.
tica (RM) descartan el engrosamiento del pericardio.
A pesar de estas diferencias, a veces es imposible diferen-
ciarla de la pericarditis constrictiva y es necesario recurrir a
Enfermedades endomiocárdicas
la toracotomía exploradora. Son infrecuentes y se caracterizan por el engrosamiento fi-
broso difuso del endocardio de uno o ambos ventrículos,
que adquiere un aspecto blanco nacarado muy llamativo y
Amiloidosis cardíaca una consistencia coriácea que dificulta el llenado ventricular
El depósito de amiloide es causa de alteraciones funciona- y provoca el cuadro restrictivo.
les sobre todo en tres órganos: el riñón, el tubo digestivo y el
corazón, donde produce la miocardiopatía restrictiva más Fibroelastosis endocárdica
frecuente en España. La afectación cardíaca puede aparecer Es una variedad de fibrosis en la que predominan de for-
en cualquiera de sus formas: a) suele ser la manifestación ma masiva las fibras elásticas. Su etiología es oscura y se ha
predominante en la amiloidosis primaria; b) la lesión cardía- relacionado con una posible infección vírica. Constituye la
ca, en cambio, es mínima o inexistente en las amiloidosis se- causa más frecuente de insuficiencia cardíaca y muerte car-
cundarias o reactivas, en las que predomina la afectación re- diovascular en el primer año de vida, pero algunos pacientes
nal; c) la polineuropatía amiloidótica familiar, que incluye la sobreviven hasta la edad adulta.
forma portuguesa o mallorquina (PAF-I), cuyo cuadro clínico
suele estar dominado por las manifestaciones neurológicas y Fibrosis endomiocárdica o enfermedad de Davies
renales, y d) por último, la amiloidosis cardiovascular o senil, Es una entidad de etiología desconocida, relacionada po-
que se presenta a partir de los 70 años, se limita habitual- siblemente con la eosinofilia, y frecuente en África central,
mente a la presencia de pequeños depósitos nodulares de aunque se la ha detectado de modo esporádico en otras lati-
0,5 mm, sin consecuencias clínicas. tudes. La fibrosis de tipo hialino afecta uno o ambos ven-
El estudio anatomopatológico muestra el engrosamiento trículos y se extiende sobre todo al ápex, la cámara de entra-
del miocardio producido por la infiltración amiloide difusa, da y las válvulas mitral o tricúspide y la pared posterior;
y en ocasiones ofrece al corte una resistencia de goma dura respeta el tracto de salida del ventrículo izquierdo y oblitera
característica y un aspecto céreo muy típico. El peso del co- progresivamente la cavidad. El proceso interesa también al
razón con frecuencia excede los 600 g. El examen microscó- subendocardio, que se calcifica a veces de forma masiva.
pico revela el depósito intersticial difuso de la sustancia ami- Predomina en varones de 10 a 40 años y el cuadro clínico
loide que rodea, comprime y llega a sustituir a las células depende de la cavidad y de la válvula afectadas. El ECG es
miocárdicas. Se identifica por su birrefringencia “verde man- de escasa ayuda diagnóstica y el ecocardiograma revela la
zana” en el microscopio de luz polarizada. obliteración característica del ápex por masas de fibrosis o
La enfermedad es rara antes de los 40 años y tiene cuatro trombosis muy ecogénicas y la presencia de calcificaciones
formas de presentación clínica: a) distensión crónica de las extensas. La dilatación de la aurícula izquierda suele ser im-
yugulares sin cardiomegalia (insuficiencia cardíaca con pa- portante, y la fracción de eyección, normal. La ventriculogra-
trón restrictivo), y cuya presencia debe sospecharse sobre fía muestra, además, la dilatación peculiar del infundíbulo
todo si la insuficiencia cardíaca es refractaria al tratamiento, del ventrículo derecho, que contrasta con la obliteración del
es particularmente sensible a la intoxicación digitálica (40% ápex y la presencia de las insuficiencias valvulares. El trata-
de los casos) y cursa con presión arterial baja (inferior a 130 miento médico es insatisfactorio y los pacientes fallecen en
mmHg); la presencia de hipertensión debe poner en duda el pocos años. Se ha intentado la resección quirúrgica del en-
diagnóstico, porque la amiloidosis es una de las causas de docardio, al parecer con buenos resultados.
curación espontánea de la hipertensión arterial; b) insufi-
ciencia cardíaca sistólica; c) cardiopatía isquémica, y d) pre- Fibrosis endomiocárdica de Loeffler
sencia de arritmias o defectos aislados de la conducción. La También denominada endocarditis fibroplástica. Sólo se
muerte súbita es relativamente frecuente. distingue de la anterior porque se acompaña de una eosinofi-
Otras manifestaciones que sugieren la amiloidosis son: co- lia sanguínea importante y de un infiltrado eosinófilo del en-
loración púrpura de los pliegues cutáneos, proteinuria, ede- docardio. Con frecuencia se descubre su asociación con una
mas congestivos o nefróticos, neuropatía periférica similar a leucemia eosinófila, un linfoma o una periarteritis nudosa. En
la de la diabetes, con parestesias, síncopes y mareos por hi- la actualidad tiende a considerarse que se trata de la misma
potensión ortostática (que son raros en la insuficiencia car- enfermedad que la fibrosis endomiocárdica africana.

577
CARDIOLOGÍA

Otra causa conocida de fibrosis endomiocárdica es el seu- WALD E (ed). Heart disease. Filadelfia, WB SAUNDERS, 1992; 1.394-
doxantoma elástico, capaz de provocar un cuadro restrictivo 1.450.
clásico que afecta preferentemente el ventrículo izquierdo y NAVARRO LÓPEZ F, LLORIAN A, FERRER-ROCA O, BETRIU A, SANZ G. Restricti-
ve cardiomyopathy in pseudoxantoma elasticum. Chest 1980; 78:
simula una estenosis mitral. La fibroelastosis del endocardio 113-115.
muestra en estos casos las lesiones degenerativas de las fibras URBANO MÁRQUEZ A, ESTRUCH R, NAVARRO-LÓPEZ F, GRAU JM, MONT L, RU-
elásticas que son consideradas específicas de la enfermedad. BIN E. The effects of alcoholism on skeletal and cardiac muscle. N
Engl J Med 1989; 320: 409-415.
Bibliografía especial WIGLE ED. Impaired left ventricular relaxation in hypertrophic car-
diomyopathy: Relation to extent of hypertrophy. J Am Coll Cardiol
BRAUNWALD E, WYNNE J. The cardiomyopathies and myocarditides: 1990; 15: 814-818.
Toxic, chemical, and physical damage to the heart. En: BRAUN-

Cardiopatía hipertensiva
J. Ferreira Montero

Concepto e importancia. Se aplica la denominación de TABLA 3.53. Factores inductores y reguladores de la hipertrofia
cardiopatía hipertensiva al conjunto de modificaciones ana- miocárdica
tómicas, funcionales y clínicas que la hipertensión arterial
determina en el corazón, y que pueden llegar a manifestarse Alteraciones de la expresión génica
Expresión de protooncogenes
como un síndrome de insuficiencia cardíaca. Expresión de genes para las proteínas fetales
Como es bien conocido, la hipertensión arterial es la afec- Expresión de genes para las proteínas colágenas
ción circulatoria más frecuente en los países desarrollados y
en muchos en vías de desarrollo. En España afecta al 20% de Factores de crecimiento hormonales
la población. Al menos el 50% de los hipertensos presentan Noradrenalina
algún tipo de alteración en la exploración cardiológica, que Angiotensina II
en la mayoría de los casos se relaciona con la existencia de Aldosterona
hipertrofia ventricular izquierda. Hormona tiroidea
Insulina
Desde el advenimiento de la ecocardiografía se ha podido Hormona del crecimiento
precisar que la hipertrofia ventricular tiene una prevalencia
muy elevada entre la población hipertensa, aunque variable Factores de crecimiento no hormonales
según el grupo de población que se considere. Para todo el FGF (a, b)
conjunto de la población hipertensa se puede establecer una TGF-beta
prevalencia de hipertrofia ventricular ecocardiográfica del IGF (I, II)
50%. Miotrofina
A partir de los resultados del estudio epidemiológico de Endotelina
Framingham, se sabe que tanto la hipertensión como la hi- Otros
pertrofia ventricular son factores de riesgo de gran poder pre- Raza
dictivo para la insuficiencia cardíaca, de forma que la aso- Sexo
ciación de ambos factores, como ocurre en la mitad de la Edad
población que sufre hipertensión, multiplica el riesgo de in- Obesidad
suficiencia cardíaca hasta por 10 y más. De estas cifras se de- Ingesta de sodio
duce la gran trascendencia epidemiológica de la cardiopatía
hipertensiva.
Aunque una proporción importante de pacientes con esta
enfermedad sufren además cardiopatía isquémica, debido a lar no aumenta, al menos hasta estadios avanzados. Esta hi-
que también la hipertensión arterial y la hipertrofia ventricu- pertrofia concéntrica permite mantener normal el estrés pa-
lar son factores de riesgo independientes para dicha afec- rietal a pesar del incremento de la poscarga, de acuerdo con
ción, excluimos del contenido de la cardiopatía hipertensiva la ley de Laplace (véase Función ventricular normal y patoló-
la ateromatosis coronaria y sus consecuencias, si bien se ha gica), hasta estadios muy evolucionados, cuando puede so-
de considerar la isquemia miocárdica demostrable en el hi- brevenir un incremento progresivo del radio ventricular y,
pertenso, en ausencia de lesiones coronarias visibles en la con ello, un aumento paralelo del estrés parietal.
angiografía coronaria. A diferencia de la hipertrofia fisiológica del deportista, en
los pacientes con hipertensión arterial se produce un remo-
Fisiopatología y anatomía patológica. Durante muchos delado histológico del miocardio. Hay hipertrofia de los mio-
decenios se ha considerado la hipertrofia ventricular de la hi- cardiocitos, pero también incremento desproporcionado del
pertensión como una “hipertrofia compensadora”, secundaria tejido colágeno intersticial y perivascular (colágeno tipos I y
al incremento de la poscarga que aquélla impone. III), que puede comprometer las propiedades de distensión
En efecto, la sobrecarga hemodinámica debe considerarse ventriculares. El número de capilares disminuye proporcio-
el determinante principal, aunque no el único, de la hipertro- nalmente al incremento de la masa miocárdica, por angiogé-
fia del ventrículo izquierdo en los pacientes con hiperten- nesis insuficiente. Hay hiperplasia de la capa media de las ar-
sión. Sin embargo, hay otros factores determinantes de hiper- terias coronarias de pequeño calibre, que, junto a lo anterior,
trofia que parecen desempeñar un papel importante, no sólo favorece la aparición de isquemia, predominantemente en la
en el grado de hipertrofia, sino también en su estructura ana- región subendocárdica del ventrículo izquierdo.
tómica (tabla 3.53). Se trata de una hipertrofia concéntrica, Las modificaciones anatómicas referidas son capaces de
con incremento del espesor de la pared ventricular izquierda inducir alteraciones funcionales miocárdicas que se resu-
y del tabique interventricular, mientras que el radio ventricu- men en: alteraciones en la función diastólica, alteraciones en

578
CARDIOPATÍA HIPERTENSIVA

la función sistólica, alteraciones del flujo coronario y arritmo- TABLA 3.54. Causas de la disminución de la reserva coronaria
génesis. en la cardiopatía hipertensiva
Alteraciones en la función diastólica. Pueden aparecer en
el corazón del hipertenso, incluso antes que se haya desarro- Estenosis coronarias ateromatosas
Hipertrofia de la capa media de los pequeños vasos
llado hipertrofia ventricular. Es posible apreciar alteraciones Hipertrofia ventricular izquierda
tanto en la denominada fase activa de la diástole (período de Angiogénesis insuficiente
relajación) como en el período de distensión pasiva (diastasis Compresión extravascular
y contribución auricular). Se han descrito incrementos del Respuesta vasodilatadora anormal
tiempo de relajación isovolumétrica y de la fase de llenado Defecto en la producción de óxido nítrico
rápido, así como disminución de la máxima velocidad de lle- Reflejos cardíacos
nado rápido. De forma secundaria aumentan la contribución Vasoconstricción alfadrenérgica
auricular al llenado ventricular y la presión telediastólica del Neuropéptido Y
Endotelina
ventrículo izquierdo. Las modificaciones de la relajación se
atribuyen fundamentalmente a alteraciones de la cinética
del calcio citosólico, que dificultan su recaptación en las or-
ganelas del retículo sarcoplásmico y su salida a través de la
membrana, mientras que las alteraciones de la distensibili- evidencia de cardiopatía hipertensiva, fundamentalmente hi-
dad se deben atribuir a la mayor rigidez propia de la hiper- pertrofia ventricular, antes de que pueda demostrarse la exis-
trofia ventricular, así como al incremento del colágeno in- tencia de hipertensión.
tersticial y perivascular. El síntoma cardinal de la cardiopatía hipertensiva es la dis-
Alteraciones en la función sistólica. La función sistólica, ex- nea, generalmente de esfuerzo, por insuficiencia cardíaca
presada en términos de fracción de eyección, es normal e in- izquierda. Puede haber episodios de ortopnea, disnea paro-
cluso supernormal en la mayoría de los hipertensos. Aun así, xística nocturna e incluso edema agudo de pulmón. En oca-
la capacidad para aumentarla durante el esfuerzo puede re- siones, un episodio disneico agudo durante una taqui-arrit-
ducirse de forma relativamente precoz. Este comportamiento mia, un sobreesfuerzo, una infección respiratoria o una crisis
se atribuye a alteraciones del metabolismo energético celu- coronaria (angina de pecho, infarto de miocardio), señala el
lar, a desacoplamiento de la excitación y de la contracción y comienzo de la sintomatología. Son asimismo frecuentes los
a la isquemia. Todo ello, unido a la disfunción diastólica, lle- dolores precordiales, típicamente anginosos en ocasiones,
va a una limitación en la capacidad de esfuerzo, que apare- pero también molestias precordiales difíciles de tipificar, y
ce de forma precoz en el curso de la cardiopatía hipertensi- las palpitaciones, en la mayoría de los casos motivadas por
va. Cuando sobreviene la dilatación ventricular izquierda, es arritmias ventriculares o supraventriculares. La astenia y la fa-
frecuente observar una disminución progresiva de la frac- tigabilidad son propias de estadios avanzados de la afección,
ción de eyección. tan frecuentes como inespecíficas. La existencia de síncope o
Alteraciones del flujo coronario. En los últimos años se han presíncope, debe relacionarse con arritmias ventriculares gra-
podido demostrar en la cardiopatía hipertensiva alteraciones ves o bloqueos auriculoventriculares (AV).
del flujo coronario aun en ausencia de estenosis de los gran- En la exploración física el latido de la punta está general-
des vasos coronarios. En presencia de hipertrofia ventricular mente poco desplazado hacia la izquierda, pero suele ser
se comprueba una disminución de la denominada reserva algo más amplio y enérgico de lo normal. En el foco mitral se
coronaria, que expresa la diferencia entre el flujo coronario ausculta a menudo un cuarto ruido y, con menor frecuencia,
autorregulado y el obtenido después de provocar una vasodi- un soplo sistólico de pequeña intensidad de disfunción mi-
latación coronaria máxima con nitroglicerina, papaverina o tral leve. En el foco aórtico el segundo ruido suele estar refor-
dipiridamol. Las causas de la reducción de la reserva corona- zado y precedido de un soplo sistólico de expulsión aórtica,
ria en la cardiopatía hipertensiva se resumen en la tabla 3.54. que no propaga a la región cervical. La auscultación de un
En la hipertensión arterial existe una disminución del fac- tercer ruido en el foco mitral debe sugerir un grado más evo-
tor de relajación endotelial identificado como óxido nítrico. lucionado de cardiopatía hipertensiva con dilatación ventri-
Por consiguiente, en la cardiopatía hipertensiva con hipertro- cular izquierda. Las cifras de presión arterial deben anotarse
fia ventricular se dan las condiciones idóneas que justifican cuidadosamente, así como las características de los pulsos
la aparición de isquemia, ya que el aumento de la masa mio- arteriales periféricos en las distintas arterias accesibles.
cárdica implica un incremento de las demandas metabó-
licas, que puede no ser adecuadamente compensado al dis- Diagnóstico. En la radiografía de tórax puede faltar la car-
minuir la reserva coronaria, al menos en situaciones que diomegalia, aunque el arco ventricular suele ser más conve-
favorezcan este desequilibrio (esfuerzo, crisis hipertensivas, xo como expresión de la hipertrofia concéntrica. Deben bus-
taquiarritmias, o bien hipotensión, etc.). carse los signos vasculares de hipertensión pulmonar. En
Arritmogénesis. La hipertrofia ventricular favorece la apari- estadios avanzados hay cardiomegalia, con dilatación de las
ción de arritmias ventriculares. Los resultados del estudio de cavidades izquierdas, signos de hipertensión pulmonar post-
Framingham demuestran la existencia de una correlación capilar, derrames pleurales, etc.
entre el grado de hipertrofia y la gravedad de las arritmias. La En el ECG se deben buscar los signos de hipertrofia ventri-
hipertrofia miocárdica junto a la fibrosis intersticial constitui- cular izquierda, así como de dilatación auricular izquierda.
rían el sustrato arritmogénico, que favorecería el desarrollo Es típico el patrón electrocardiográfico de sobrecarga sistóli-
de arritmias por reentrada. La isquemia sería un factor favo- ca del ventrículo izquierdo con ondas R altas y complejo ST-T
recedor en la génesis de arritmias. Probablemente también negativo en precordiales izquierdas, aVL y DI. De todas for-
la hipopotasemia y la hipomagnesemia, secundarias a deter- mas, el ECG es poco sensible para la detección de hipertrofia
minados tratamientos con diuréticos, deberían considerarse ventricular, por lo que la mayoría de los pacientes con car-
un importante factor patogénico en la producción de arrit- diopatía hipertensiva no tienen criterios electrocardiográfi-
mias en la cardiopatía hipertensiva. cos de dicha afección.
Exámenes complementarios especiales. La ecocardiografía
Cuadro clínico. La hipertensión arterial puede cursar sin en modo M es de gran valor diagnóstico, ya que permite me-
sintomatología evidente durante mucho tiempo. No es raro dir los diámetros de la aurícula y el ventrículo izquierdos y el
que la primera manifestación de la cardiopatía hipertensiva espesor del tabique interventricular y de la pared posterior
sea una alteración electrocardiográfica del tipo de la hiper- del ventrículo izquierdo y, a partir de estas medidas, deducir
trofia ventricular izquierda, con sobrecarga sistólica o sin parámetros funcionales, como la fracción de eyección ven-
ella, o bien la auscultación de un cuarto ruido izquierdo. Por tricular izquierda y la masa ventricular izquierda. La ecocar-
otro lado, con mucha menor frecuencia se observa alguna diografía bidimensional y el Doppler cardíaco tienen, asimis-

579
CARDIOLOGÍA

Las pruebas de esfuerzo consiguen valorar con precisión la


A E capacidad funcional, siempre que se combinen con determi-
naciones gasométricas (consumo de oxígeno, anhídrido car-
A bónico, umbral anaerobio, etc.). La prueba de esfuerzo elec-
trocardiográfica es una exploración de primera línea cuando
I se sospecha cardiopatía isquémica asociada. Sin embargo, al
menos un tercio de los pacientes con cardiopatía hipertensi-
D
va tienen pruebas de esfuerzo positivas en ausencia de este-
nosis coronarias significativas. En estos casos, la ergometría
combinada con escintigrafía con talio-201 o con isonitrilos au-
menta la sensibilidad y especificidad en el estudio de la
isquemia miocárdica, aunque no esté exenta tampoco de re-
sultados falsos positivos en pacientes con cardiopatía hiper-
tensiva e hipertrofia ventricular con disminución de la reser-
va coronaria.
La angiografía coronaria tiene su indicación principal en
B presencia de cardiopatía isquémica asociada o en el diag-
nóstico diferencial del dolor anginoso.

Evolución y pronóstico. La historia natural de la cardiopa-


tía hipertensiva comprende una serie de fases, que se repre-
sentan de forma esquemática en la tabla 3.55. Inicialmente
asintomática, puede ya presentar disfunción diastólica aun
en ausencia de hipertrofia ventricular izquierda (grado I). En
el grado II ya hay disfunción diastólica. Son pacientes gene-
ralmente asintomáticos, pero que presentan una reducción
de la capacidad de ejercicio, siendo normal la función sistó-
lica. En el grado III hay clínica de insuficiencia cardíaca, con
función sistólica conservada. Es frecuente la percepción de
un cuarto ruido izquierdo y, más raras veces, de un tercer rui-
do. Por último, en el grado IV progresa la insuficiencia car-
díaca, hay ya compromiso de la función sistólica, a menudo
cardiomegalia y percepción de un tercer ruido izquierdo.
Fig. 3.149. A. Esquema del registro Doppler de flujo transmitral y La cardiopatía hipertensiva se complica con frecuencia,
aórtico para el estudio de la función diastólica. I: fase isovolumétrica como ya se ha indicado, con cardiopatía isquémica, de for-
diastólica entre el final de la eyección aórtica (curva hacia abajo) y el ma que la evolución de aquélla se altera profundamente por
comienzo del flujo transmitral (curva hacia arriba); E: velocidad máxi- la presentación y manifestaciones de la cardiopatía isquémi-
ma en la fase de llenado rápido; A: velocidad máxima en la fase de
contracción auricular. D: tiempo de desaceleración de la curva de lle- ca: angina de pecho, angina inestable, infarto de miocardio,
nado rápido. B. Registro del flujo transmitral con Doppler pulsado en isquemia silente y muerte súbita cardíaca. En su conjunto, la
un paciente hipertenso con disfunción diastólica. E y A: igual que prevalencia de cardiopatía isquémica es 2 veces superior en
en A. En este caso la razón E/A es menor que 1. presencia de hipertensión arterial. Los últimos grados evoluti-
vos de la cardiopatía hipertensiva tienen generalmente un
componente isquémico que puede ser decisivo en la progre-
sión de la insuficiencia cardíaca.
mo, un alto rendimiento en el diagnóstico de la cardiopatía Además de las complicaciones señaladas, las arritmias car-
hipertensiva. La ecocardiografía bidimensional tiene su prin- díacas también complican con frecuencia la cardiopatía hi-
cipal aplicación en la determinación de la contractilidad glo- pertensiva, sobre todo si se asocia a cardiopatía isquémica.
bal y regional, en tanto que el Doppler se aplica fundamen- La muerte súbita suele tener como sustrato una arritmia ven-
talmente para calcular parámetros con el fin de valorar la tricular “maligna”. Una fibrilación auricular puede iniciar el
función diastólica, a partir de las imágenes del flujo transmi- cuadro de insuficiencia cardíaca en un paciente con cardio-
tral y aórtico (fig. 3.149 A). En este sentido, se ha generaliza- patía hipertensiva asintomática y disfunción diastólica.
do la razón E/A que relaciona la máxima velocidad de flujo
en el llenado rápido (E) con la máxima velocidad en la fase Tratamiento. El tratamiento adecuado de la hipertensión ar-
de contribución auricular (A), y que es menor de 1 en la car- terial, con medidas no farmacológicas y, si está indicado,
diopatía hipertensiva con deterioro de la función diastólica con fármacos, constituye la mejor terapéutica preventiva de
(fig. 3.149 B). la cardiopatía hipertensiva. El control adecuado de la pre-
La ventriculografía isotópica por medio de hematíes marca- sión arterial disminuye de forma consistente el riesgo de in-
dos con 99mTc permite una excelente valoración de la fun- suficiencia cardíaca. Hoy se presta mayor atención al trata-
ción sistólica y diastólica por el análisis de las curvas de acti- miento individualizado de la hipertensión, en el que se
vidad-tiempo. deben tener en cuenta todos los aspectos clínicos asociados

TABLA 3.55. Fases evolutivas de la cardiopatía hipertensiva


Hipertrofia Capacidad de Función
Función Reserva
Grado ventricular Clínica esfuerzo
. sistólica
diastólica coronaria
izquierda VO2máx (fracción de eyección)
I 0 0 Normal Normal-alta ↓ Normal
II + 0 ↓ Normal-alta ↓ ↓
III ++ Disnea, cuarto ruido ↓↓ Normal ↓↓ ↓↓
IV +++ Disnea, tercer ruido ↓↓↓ ↓ ↓↓ ↓↓
.
VO2máx: consumo máximo de oxígeno.

580
ENFERMEDADES DEL PERICARDIO

antes de elegir una determinada terapéutica. La mayoría de Bibliografía especial


los fármacos antihipertensivos reducen la masa ventricular CRUICKSHANK JM. Clinical importance of coronary perfusion pressure
izquierda. Esta reducción mejora la función diastólica y, pro- in the hypertensive patient with left ventricular hypertrophy. Car-
bablemente, también la reserva coronaria y se acompaña de diology 1992; 81: 283-290.
una disminución de las arritmias detectadas en el ECG diná- DAHLÖF B, PENNERT K, HANSSON L. Reversal of left ventricular hyper-
mico de Holter. Sin embargo, todavía se desconoce la in- trophy in hypertensive patients. A meta-analysis of 109 treatment
fluencia de la reducción de la hipertrofia en la mortalidad y studies. Am J Hypertens 1992; 5: 95-110.
el riesgo de cardiopatía isquémica. DÍEZ J. Hypertensive cardiac hypertrophy. En: DÍEZ J, DZAU V, FERRARI
R, FROHLICH EH (eds). Molecular cell biology of cardiovascular di-
La insuficiencia cardíaca con función sistólica conservada seases. Barcelona, Mosby/Doyma Libros, 1995.
responde bien a la restricción salina, diuréticos y, en su caso, FERREIRA I. Isquemia miocárdica e hipertensión arterial. En: DÍEZ J
antagonistas del calcio o bien inhibidores de la enzima de (ed). El corazón en la hipertensión arterial. Barcelona, Ediciones
conversión de la angiotensina (IECA). En estos casos, la digi- Doyma, 1992; 79-90.
tal tiene muy poca utilidad, excepto en presencia de arritmia FERREIRA I, GARZA F. Tratamiento de la hipertensión arterial asociada a
completa por fibrilación auricular (taquiarritmia). En caso cardiopatía. En: CASTRO BEIRAS A (ed). Hipertensión y corazón.
de insuficiencia cardíaca con función sistólica deprimida Barcelona, Ediciones Doyma, 1993; 103-114.
(tercer ruido, cardiomegalia, fracción de eyección menor IRIARTE MM, MURGA N, MORILLAS M, SAGASTAGOITIA D. Cardiopatía hiper-
tensiva: una nueva clasificación fisiopatológica y clínica. Rev Esp
del 50%) están indicados los diuréticos, que si es necesario Cardiol 1991; 44: 141-152.
se pueden asociar a un IECA. La digital puede ser en estos IRIARTE MM, MURGA N, SAGASTAGOITIA D, MOLINERO E, MORILLAS M, SALCE-
casos útil, siempre que la fracción de eyección esté reduci- DO A et al. Congestive heart failure from left ventricular diastolic
da, haya cardiomegalia o tercer ruido izquierdo o fibrilación dysfunction in systemic hypertension. Am J Cardiol 1993; 71: 308-
auricular. 312.
Por último, en la cardiopatía hipertensiva con sospecha de MESSERLI FH, SORIA F. Selection of antihypertensive therapy: Cardiac
cardiopatía isquémica asociada o de reducción de la reserva and extracardiac considerations. Cardiology 1992; 81: 316-324.
coronaria (hipertrofia ventricular importante, sobrecarga sis- PANZA JA, CASINA PR, KILCOYNE CM, OUYYUMI AA. Role of endothelium
derived nitric oxide in the abnormal endothelium-dependent vas-
tólica en el ECG, angina o infarto, ergometría positiva, defec- cular relaxation of patients with essential hypertension. Circula-
to de captación de talio-201, estenosis coronarias en la angio- tion 1993; 87: 1.468-1.474.
grafía, etc.) no conviene reducir la presión arterial diastólica STRAUER BE. The significance of coronary reserve in clinical heart di-
por debajo de 80-85 mmHg, dado que ello puede asociarse a sease. J Am Coll Cardiol 1990; 15: 775-783.
un incremento de la mortalidad, seguramente por reducción
inadecuada de la presión de perfusión coronaria.

Enfermedades del pericardio


J. Soler Soler

Las enfermedades del pericardio constituyen un conjunto TABLA 3.56. Clasificación etiológica de las pericarditis
de trastornos muy heterogéneo, caracterizado por un espec-
tro etiológico muy amplio, una expresividad fisiopatológica y Pericarditis infecciosa
clínica relativamente homogénea y unas alteraciones anató- Vírica
Tuberculosa
micas poco específicas. Estas características dificultan la Purulenta
agrupación de las enfermedades de esta serosa en una sola Otros tipos
clasificación que englobe todas las características antes men- Pericarditis por mecanismo inmunológico y por vasculitis
cionadas. La clasificación sindrómica es útil, pues permite in- Pericarditis secundaria a afectación de estructuras próximas
cluir la inmensa mayoría de las enfermedades pericárdicas Pericarditis asociada a enfermedades metabólicas
en uno de los cuatro grupos siguientes: a) pericarditis aguda; Pericarditis neoplásica
b) derrame pericárdico; c) taponamiento cardíaco, y d) peri- Pericarditis por agentes físicos
carditis constrictiva. Estos grupos no son excluyentes entre sí, Otros tipos
de modo que un enfermo determinado, en el que coincidan Modificada de SPODICK.
más de uno de ellos, se clasifica en aquel que tenga mayor
relevancia clínica.
Es probable que la elevada prevalencia de pericarditis agu-
das idiopáticas esté sobrevalorada debido a la baja identifi-
Pericarditis aguda cación de pericarditis víricas, por la dificultad práctica de
obtener estudios sistemáticos adecuados de virus.
Es una inflamación aguda del pericardio, que puede cur-
sar con o sin derrame pericárdico, y acompañarse, o no, de Diagnóstico. El diagnóstico de pericarditis aguda es clínico
taponamiento cardíaco. y se establece a partir de la tríada dolor torácico, roce y fie-
bre. El dolor pericárdico es torácico (plano anterior) y au-
Etiología. Es muy amplia. En la tabla 3.56 se enumeran los menta de manera característica con la inspiración y la tos,
grupos etiológicos más frecuentes, los cuales a su vez com- pudiendo mejorar si el paciente se sienta; en ocasiones se
prenden muchas causas concretas de pericarditis aguda irradia al cuello, el dorso o los hombros, y su intensidad
(que no se incluyen, por razones de espacio). A pesar de (desde muy ligero hasta muy intenso) y su duración (horas a
esta enorme variedad etiológica, en todas las series la más días) son muy variables. El roce pericárdico es un fenómeno
frecuente es la pericarditis aguda en la que no se reconoce el acústico en general poco intenso (sólo en forma excepcional
agente causal (pericarditis aguda idiopática). Así, en nuestra se acompaña de frémito), que suele auscultarse mejor en el
serie de 231 pericarditis agudas consecutivas, el 86% era de mesocardio, en espiración y con el enfermo sentado; puede
origen idiopático, a pesar de un estudio etiológico extenso. ser sistodiastólico, sistólico y diastólico (en estas dos últimas

581
CARDIOLOGÍA

de cultivo de virus, éstos pueden ser positivos, aunque una


sola determinación positiva no establece necesariamente
una relación causal. Por otra parte, en las pericarditis agudas
específicas, el laboratorio puede, en ocasiones, aportar datos
etiológicos definitivos. La intradermorreacción de Mantoux
tiene escaso o nulo valor diagnóstico; en nuestra serie de
20 pacientes con pericarditis tuberculosa, fue negativa en el
25% de casos, mientras que fue positiva en el 41% de las peri-
carditis agudas idiopáticas. El valor diagnóstico del líquido
pericárdico se analiza en el apartado siguiente (Derrame pe-
ricárdico).

Diagnóstico etiológico. Es complejo, pues en la inmensa


mayoría de los casos no se encuentra un agente causal (peri-
carditis aguda idiopática), aunque, como ya se ha comenta-
Fig. 3.150. Pericarditis aguda, fase inicial. Importante supradesnivel do, es muy probable que un número considerable de estas
del segmento ST, en la mayoría de las derivaciones; sólo en aVR y V1
el desplazamiento del segmento ST es negativo. Este patrón suele ser pericarditis tenga un origen idiopático vírico no identificado.
poco duradero; en este caso, a las 12 h de evolución desaparecieron Por ello, en la investigación etiológica debe buscarse un
los desniveles del segmento ST y se observaron ondas T negativas. equilibrio entre el coste y la eficacia del protocolo seguido,
ya que incluso con el protocolo más complejo la gran mayo-
ría de las pericarditis agudas serán idiopáticas o víricas. Por
otra parte, las características clínicas (dolor, roce, fiebre) de
circunstancias se puede confundir fácilmente con un soplo), la pericarditis no guardan relación con la etiología. En los ca-
aunque sus características auscultatorias especiales (sensa- sos de derrame y sin taponamiento, prácticamente nunca es-
ción acústica de roce) ayudan a identificarlo; su duración es tán indicadas la pericardiocentesis y la biopsia pericárdica
variable (horas a días), siendo característico que cambie, a con finalidad diagnóstica, pues su rendimiento diagnóstico
lo largo de la evolución de la enfermedad, de intensidad y, es muy bajo (6%).
en ocasiones, de localización en el ciclo cardíaco (p. ej., un
roce sistólico inicial se convierte luego en sistodiastólico y Evolución. Es muy variable. Casi todas tienden a la cura-
acaba siendo sólo diastólico antes de desaparecer). La fiebre ción, a menudo espontánea, aunque en el 15-20% de los ca-
(con mayor frecuencia, febrícula) es común, aunque no sos se presentan recidivas (pericarditis aguda recidivante) en
constante. La pericarditis aguda puede acompañarse de dis- las semanas o los meses posteriores al brote agudo. La peri-
nea en los grandes esfuerzos, aun en ausencia de tapona- carditis recidivante suele autolimitarse de un modo definiti-
miento cardíaco. vo, aunque a veces lo hace sólo después de varios brotes a lo
largo de algunos años; en ocasiones la pericarditis recidivan-
Electrocardiograma. Es de gran utilidad diagnóstica, ya que te no se autolimita, con los consiguientes problemas tera-
puede mostrar cambios evolutivos muy sugestivos de pericar- péuticos. El taponamiento cardíaco, al contrario de lo que
ditis aguda en un elevado número de pacientes (80-90%); en siempre se ha descrito, no es raro en la fase aguda de las
los restantes casos los cambios son muy sutiles o inexistentes. pericarditis idiopáticas o víricas. Por último, sólo una peque-
En su forma más típica el ECG muestra supradesnivel del seg- ña proporción de las pericarditis agudas desarrollan un cua-
mento ST (fig. 3.150), de concavidad superior, que abarca to- dro de constricción cardíaca crónica (pericarditis constrictiva
das o casi todas las derivaciones, excepto aVR; posteriormen- o pericarditis efusivoconstrictiva); muy raras veces, esta evo-
te aparece inversión de las ondas T con negatividad de grado lución se produce en las formas víricas o idiopáticas que, sin
variable. Se ha considerado que estos dos patrones (“lesión- embargo, pueden evolucionar una forma de pericarditis
isquemia”) no coinciden en el tiempo y que, cuando lo ha- constrictiva transitoria.
cen, el cuadro es más sospechoso de cardiopatía isquémica
que de pericarditis. Sin embargo, el 10% de los enfermos pre- Tratamiento. Es sintomático (reposo en cama y ácido acetil-
sentan este patrón electrocardiográfico en el curso de la evo- salicílico 0,5 g cada 6 h). La administración de tratamiento
lución. El supradesnivel del segmento ST es de corta duración antituberculoso es desaconsejable, a menos que se haya
(en general, horas); por el contrario, las ondas T pueden per- identificado el bacilo de Koch; asimismo, la mayoría de auto-
sistir meses sin que ello indique que la enfermedad se en- res no son partidarios de administrar glucocorticoides, por
cuentra en fase activa. En cualquier caso debe tenerse en considerarlos innecesarios y perjudiciales para el control de
cuenta que un número elevado de pacientes presenta mani- la sintomatología. En las pericarditis con etiología conocida,
festaciones electrocardiográficas atípicas. el tratamiento se hará según ésta.

Ecocardiograma. No es útil para el diagnóstico de la peri-


carditis aguda propiamente dicha, ya que la presencia de de-
Derrame pericárdico
rrame, aunque frecuente (50%), no presupone la existencia La cavidad pericárdica contiene, en condiciones norma-
de aquélla; por otra parte, la ausencia de derrame pericárdi- les, unos 15-50 mL de líquido (ultrafiltrado de plasma), por
co no excluye la posibilidad de pericarditis aguda. Lo mismo lo que no se considera que exista un aumento anómalo has-
ocurre con la radiografía de tórax; así, la gran mayoría de las ta que no se sobrepasan los 50 mL (derrame pericárdico). Un
pericarditis agudas cursan con una radiografía de tórax nor- número elevado de derrames pericárdicos se acompañan de
mal, excepto que se acompañen de gran derrame pericárdi- pericarditis; por el contrario, el taponamiento sólo se presen-
co o afección pulmonar. ta en una pequeña proporción de derrames pericárdicos. En
este apartado se consideran los derrames pericárdicos que
Datos de laboratorio. Pueden aportar alteraciones inespe- se presentan como factor dominante del cuadro clínico, ya
cíficas propias de una infección aguda, como leucocitosis y sea porque constituyen la única manifestación de la enfer-
VSG elevadas. Algunas pericarditis agudas graves, no secun- medad pericárdica o porque es la que tiene mayor expresivi-
darias a infarto de miocardio, pueden cursar con aumento dad clínica.
de la enzima creatincinasa (incluso de la fracción MB), en re-
lación con una miocarditis focal acompañante; algunos au- Etiología. La etiología del derrame pericárdico es muy varia-
tores creen que este contexto clínico corresponde a una ver- ble (tabla 3.57), siendo la más frecuente la pericarditis agu-
dadera miocarditis en la mayoría de los casos. Si se dispone da. Una forma especialmente llamativa, poco frecuente, es el

582
ENFERMEDADES DEL PERICARDIO

TABLA 3.57. Clasificación etiológica del derrame pericárdico


Pericarditis de cualquier origen
Trasudación serosa
Hemorragia intrapericárdica
Enfermedades metabólicas
Quilopericardias
Idiopática
Otros tipos

derrame pericárdico crónico masivo, que en general es idio-


pático, pero que puede deberse a hipotiroidismo, etiología
que hay que descartar de forma sistemática, dada su impor-
tancia terapéutica.

Exploración física. En ausencia de pericarditis o de otra


afección cardíaca puede ser totalmente normal, aun en pre-
sencia de gran derrame pericárdico. Por otra parte, en derra-
mes abundantes no es excepcional que la auscultación de
los ruidos cardíacos sea normal y que la punta sea palpable,
sin que se sospeche la presencia del derrame, a pesar de
efectuar una exploración física meticulosa.

Diagnóstico. No se basa en las manifestaciones clínicas,


sino en el ecocardiograma, que muestra un espacio libre de
ecos en los sacos anterior y posterior (modo M) o alrededor
del corazón (modo bidimensional) (fig. 3.151). Aunque el
ecocardiograma es muy sensible y específico, debe tenerse
en cuenta que puede proporcionar falsos diagnósticos positi-
vos de derrame pericárdico, ya sea por el uso de criterios
ecocardiográficos no valorados adecuadamente o por la pre-
sencia de grasa epicárdica que simula un derrame pericárdi-
co. Por ello, aunque el ecocardiograma es imprescindible
para el diagnóstico, éste no debe basarse sólo en una imagen
ecocardiográfica. La radiografía de tórax aislada sólo es su-
gestiva del diagnóstico en los grandes derrames (más de
200 mL); por el contrario, una secuencia radiológica, con po-
cos días de intervalo, que muestre variaciones importantes
de la silueta cardíaca, en ausencia de cambios en la circula-
ción pulmonar, es altamente sugestiva de derrame pericárdi-
co. La tomografía computarizada (TC) torácica es un buen
método para establecer el diagnóstico, pero su elevado coste
y su menor disponibilidad aconsejan indicar esta exploración
sólo en casos seleccionados. El ECG es poco útil, pues no
muestra alteraciones directamente relacionadas con el derra-
me, excepto el bajo voltaje generalizado (suma de la amplitud
de los complejos QRS en las derivaciones bipolares –DI, DII y
DIII– inferior a 15 mm) que sólo a veces se observa, o los cam-
bios morfológicos del complejo QRS (“bamboleo”), en las de-
rivaciones precordiales, que también son inconstantes.
El laboratorio no aporta datos para el diagnóstico de derra-
me, pero puede ser útil en su diagnóstico etiológico (véase a
continuación).

Diagnóstico etiológico. Al igual que el de la pericarditis


aguda, puede ser complejo. El único modo de obtener un
rendimiento diagnóstico sustancial es aplicar un protocolo Fig. 3.151. Derrame pericárdico. A. La ecocardiografía en modo M
muestra un espacio anterior libre de ecos (DP) situado por delante del
sistemático de estudio: este tipo de protocolo debe evitar la ventrículo derecho (VD), y otro espacio posterior, también libre de
búsqueda de etiologías excepcionales y la práctica de proce- ecos (DP), situado por detrás de la pared libre del ventrículo izquierdo
dimientos cruentos (pericardiocentesis y biopsia pericár- (VI); ambos espacios corresponden a un abundante derrame pericár-
dica) indicados con fines diagnósticos, debido a su bajo ren- dico (DP), que se pone más de manifiesto al aumentar la “ganancia”
dimiento diagnóstico, como ya se ha explicado. del aparato (parte derecha del trazado). Las flechas indican la ima-
gen de seudoprolapso mitral, frecuente en los grandes derrames. B. La
Evolución. Es variable. Aproximadamente una tercera parte ecocardiografía bidimensional muestra un espacio libre de ecos (DP),
(28%) de las pericarditis agudas con derrame cursan con ta- que rodea al corazón, y que corresponde a un abundante derrame pe-
ricárdico (DP). Mi: válvula mitral; TIV: tabique interventricular; AI: au-
ponamiento, siendo muy pequeño el número de casos que rícula izquierda; Ao: aorta.
desarrollan constricción. El resto evoluciona en forma satis-
factoria. El derrame pericárdico crónico masivo idiopático
puede ocasionar un taponamiento en cualquier momento de Tratamiento. Debe ser causal y no está justificada su eva-
su evolución, aparentemente estable, como se ha observado cuación, como ya se ha comentado, en ausencia de tapona-
en una serie de 33 enfermos de los que el 30% presentó un miento. En los casos de derrame pericárdico crónico masivo
taponamiento. idiopático debe practicarse una pericardiocentesis que eva-

583
CARDIOLOGÍA

TABLA 3.58. Diagnóstico diferencial del taponamiento cardíaco suelen complicarse con taponamiento. Ciertamente, las peri-
carditis tuberculosa, neoplásica y purulenta se acompañan
Insuficiencia cardíaca congestiva
Pericarditis exudativoconstrictiva
de taponamiento a menudo (68%), pero estas etiologías son
Pericarditis constrictiva aguda y subaguda poco frecuentes, por lo que en la práctica clínica diaria la
Constricción cardíaca transitoria causa más común de taponamiento es la pericarditis aguda
Compresión cardíaca extrínseca idiopática.
Infarto de ventrículo derecho
Shock cardiogénico Fisiopatología. En condiciones normales la cavidad pericár-
Cor pulmonale agudo dica contiene unos 15-50 mL de líquido y la presión intraperi-
cárdica oscila entre 0 y –3 mmHg (presión subatmosférica),
aunque existe controversia sobre el valor real de dicha pre-
sión al no haber acuerdo sobre la forma de medirla. Los estu-
cue el máximo líquido pericárdico posible; si tras éste, el de- dios experimentales (fig. 3.152) demuestran que, inicialmen-
rrame masivo reaparece, se indicará, a los 6 meses, una peri- te, los aumentos paulatinos del volumen pericárdico no se
cardiectomía amplia. acompañan de incrementos significativos de la presión intra-
pericárdica, debido al volumen de reserva de la cavidad pe-
ricárdica. Se observa luego que pequeños aumentos del vo-
Taponamiento cardíaco lumen del líquido intrapericárdico se siguen de grandes
El taponamiento cardíaco es un síndrome de gran interés elevaciones de la presión intrapericárdica; este comporta-
a causa de su importancia práctica; su desconocimiento im- miento de la curva presión-volumen intrapericárdica es cru-
plica el manejo incorrecto de una situación grave, potencial- cial para entender el taponamiento cardíaco y explica, asi-
mente letal, que es controlable, por lo menos a corto plazo, mismo, que la evacuación de pequeñas cantidades de
con un tratamiento correcto. Se entiende por taponamiento líquido pericárdico pueda aliviar gravísimos taponamientos
cardíaco el compromiso hemodinámico de la función car- que cursan con shock cardiogénico, como se observa con
díaca, secundario a un derrame pericárdico que cursa con frecuencia en la práctica clínica diaria. El aumento progresi-
aumento anormal de la presión intrapericárdica. Existe un vo de la presión intrapericárdica puede alcanzar valores que
amplio espectro de grados de taponamiento; se denomina ta- superen las presiones fisiológicas de las cavidades derechas
ponamiento “descompensado” al que se acompaña de bajo y comprometan así el llenado diastólico ventricular. Este de-
gasto cardíaco o shock cardiogénico. Asimismo, el tapona- terioro hemodinámico es tanto más intenso cuanto mayor es
miento se divide, según su modo de aparición, en agudo y el aumento de la presión intrapericárdica, pudiendo llegar a
crónico, aunque en este caso el término “crónico” debe afectarse, también, las presiones de llenado del ventrículo iz-
adoptarse con reservas, pues se trata, por lo general, de un quierdo. Si estas alteraciones progresan, el gasto cardíaco
proceso de duración relativamente corta (semanas). disminuye y se establece el cuadro clínico de taponamiento
cardíaco descompensado. En esta situación es típico que las
Etiología. Es muy amplia, pues prácticamente todas las enti- presiones de ambos ventrículos y aurículas, venas cavas y ca-
dades clínicas que se acompañan de derrame pericárdico vidad pericárdica sean iguales. Este patrón hemodinámico
(tabla 3.58) pueden cursar con taponamiento, aunque las pe- también puede verse en la otra forma de constricción cardía-
ricarditis son la causa más frecuente. Considerando que la ca: la pericarditis constrictiva. En ésta, el inicio de la diástole
pericarditis aguda idiopática es la forma de pericarditis más (fase de llenado ventricular rápido) no está significativamen-
frecuente, la mayoría de los enfermos con taponamiento, en te comprometido, a diferencia del taponamiento cardíaco,
un medio extraquirúrgico, presentan esta etiología. Es impor- en el que el aumento de la presión intrapericárdica ejerce su
tante retener este concepto, pues es común la creencia de efecto perturbador hemodinámico a lo largo de toda la diás-
que la pericarditis aguda idiopática y la pericarditis vírica no tole. Los cambios hemodinámicos protodiastólicos son,
pues, los que diferencian el taponamiento de la constricción.
La compresión auricular derecha desempeña un papel deter-
minante en la instauración del taponamiento, sugiriendo que
120 la compresión ventricular sería un fenómeno más tardío; esta
hipótesis coincide con los hallazgos hemodinámicos y eco-
cardiográficos en enfermos taponados, observados en otros
estudios. La mayor distensibilidad de la pared auricular res-
90 pecto a la ventricular, debida a su menor espesor, explicaría
Presión pericárdica (mmHg)

que los cambios hemodinámicos secundarios al aumento de


la presión intrapericárdica se manifiesten inicialmente en la
aurícula derecha. La presión intrapericárdica crítica que de-
60
termina el taponamiento cardíaco no depende sólo del au-
mento del líquido pericárdico. Otros factores que se deben
considerar son: a) la velocidad de acumulación del líquido
pericárdico; si esta acumulación es muy rápida puede apare-
cer taponamiento en pocos segundos (p. ej., herida incisa
30 cardíaca); por el contrario, aumentos muy importantes pero
paulatinos no se acompañan necesariamente de tapona-
miento; b) el grado de distensibilidad del pericardio: a me-
nor distensibilidad, mayor facilidad de taponamiento, y vice-
0 versa, y c) la volemia; la hipovolemia, al acompañarse de
0 150 300 mayor volumen de reserva del saco pericárdico (debido a la
Volumen pericárdico total (mL) disminución del volumen cardíaco secundaria a la hipovole-
mia), dificulta la instauración de taponamiento.
Fig. 3.152. Curva intrapericárdica de presión-volumen en un perro Cuadro clínico y diagnóstico. La falta de datos patognomó-
al que se ha sacado el corazón de la cavidad pericárdica. El volumen
pericárdico puede aumentar considerablemente, hasta unos 250 mL, nicos, por una parte, y el hecho de que algunos de los sig-
sin que se observen variaciones de la presión intrapericárdica, pero a nos clínicos más importantes (pulso arterial paradójico y
partir de un momento crítico, pequeños aumentos de volumen deter- colapso x prominente en el pulso yugular) sólo sean recono-
minan grandes incrementos de la presión. (Tomada de J.P. HOLT.) cibles por un médico avezado en la exploración cardiovascu-

584
ENFERMEDADES DEL PERICARDIO

a
Taponamiento Constricción
c a v
c

v
x
y

y
R1 x R2 R1 R2

Fig. 3.153. Pulso venoso yugular. En el taponamiento, el accidente predominante es el colapso x, que, a diferencia del que se inscribe en condi-
ciones normales, es mucho más profundo. En la constricción, el colapso y es mucho más profundo que el x; en algunas pericarditis ambos colap-
sos tienen una profundidad similar, configurando un yugulograma en W o en M (no representado en la figura). Compárese con el pulso yugular
normal de la figura 3.19. R1: primer ruido; R2: segundo ruido.

lar, por otra, constituyen una limitación importante para esta- normales) la inspiración aumenta el aflujo sanguíneo a las
blecer el diagnóstico con la prontitud requerida en un enfer- cavidades derechas, con el consiguiente incremento del vo-
mo grave; por ello, sólo un alto índice de sospecha de tapo- lumen de éstas; este aumento de volumen determina un in-
namiento ante un enfermo con bajo gasto cardíaco o shock cremento adicional de la presión intrapericárdica de la cavi-
cardiogénico, de causa no aparente, permitirá establecer el dad pericárdica cuyo volumen de reserva está prácticamente
diagnóstico sindrómico correcto. Este diagnóstico debe plan- “agotado” por el propio taponamiento. Durante la espiración
tearse ante todo enfermo que presente signos sugestivos de ocurre lo contrario: disminuye el flujo sanguíneo a las cavi-
fallo ventricular derecho y derrame pericárdico, a sabien- dades izquierdas y, por consiguiente, su volumen, lo cual se
das de que en algunos raros casos de insuficiencia cardíaca acompaña de menor presión intrapericárdica. Esquemática-
puede existir derrame pericárdico (trasudado pericárdico) mente, pues, el pulso paradójico representa una acentuación
sin taponamiento. La historia clínica es de gran valor al permi- clínica (inspiratoria) del grado de taponamiento, con el con-
tir recoger, a menudo, datos sugestivos de afección pericárdi- siguiente deterioro hemodinámico momentáneo. La determi-
ca (p. ej., pericarditis aguda reciente) o causas predisponen- nación del pulso paradójico se realiza mediante un esfigmo-
tes de taponamiento (infección pulmonar grave, neoplasia, manómetro; esta medición es, en teoría, sencilla, pero sin un
antecedente reciente de cirugía cardíaca o de exploraciones entrenamiento adecuado el médico será incapaz de recono-
cardíacas invasivas –cateterismo, estimulación cardíaca, cer este importante signo en un enfermo taquicárdico, ta-
etc.–, enfermo en programa de diálisis, etc.). El dolor torácico quipneico y, a menudo, agitado. Sólo en algunos tapona-
(con características de dolor pericárdico o sin ellas) la disnea mientos importantes el pulso paradójico se traduce en la
y la fiebre son frecuentes, aunque inespecíficos; no es rara su palpación del pulso radial, al comprobarse un importante
ausencia. Asimismo, la afectación del estado general es varia- descenso inspiratorio del latido radial. Aunque el pulso para-
ble, dependiendo de la causa del taponamiento y de su dura- dójico es casi constante en el taponamiento cardíaco des-
ción. Por el contrario, la ortopnea y un estado de inquietud, a compensado, puede estar ausente en enfermos taponados
menudo muy manifiesto, suelen estar casi siempre presentes. con alguna de las siguientes circunstacias acompañantes:
El grado de fallo cardíaco es muy variable, en función de la shock cardiogénico, insuficiencia ventricular izquierda, co-
gravedad del taponamiento; por ello, la exploración puede municación interauricular e insuficiencia aórtica. Por el con-
mostrar desde signos sutiles de hipertensión venosa (ligera in- trario, la obesidad importante, la broncopatía obstructiva
gurgitación yugular, hepatomegalia dudosa, etc.), como úni- grave, la pericarditis constrictiva (20-40%), la miocardiopatía
ca anomalía, hasta un estado de shock cardiogénico en un restrictiva, la embolia pulmonar, el infarto de ventrículo de-
enfermo agónico con gran ingurgitación yugular. recho y el shock pueden acompañarse de pulso paradójico
La presencia de ingurgitación yugular es fundamental para en ausencia de taponamiento.
establecer el diagnóstico de taponamiento, aunque en los La radiografía de tórax no es útil para el diagnóstico de ta-
denominados “taponamientos a baja presión” (generalmente ponamiento, ya que puede observarse en cualquier grado de
en enfermos con hipovolemia) puede ser poco manifiesta. cardiomegalia; así, es posible observar desde siluetas cardía-
La ingurgitación yugular suele acompañarse de hiperpulsati- cas completamente normales en taponamientos gravísimos
lidad yugular; en los casos extremos con shock cardiogéni- por herida incisa cardíaca, hasta grandes cardiomegalias en
co, las venas yugulares pueden estar muy ingurgitadas y pacientes con derrame crónico masivo con taponamiento se-
poco móviles. Por todo ello, resulta difícil reconocer a la ca- cundario a pericarditis aguda.
becera del enfermo (a menudo muy taquicárdico) un dato El registro del pulso venoso yugular (fig. 3.154) permite ob-
patognomónico de taponamiento: la presencia de un colap- jetivar un colapso x muy profundo, característico de tapona-
so x muy prominente en el pulso yugular (fig. 3.153). miento, aunque la dificultad de su registro, en un enfermo
La presencia de pulso arterial paradójico reviste gran im- grave (a menudo inquieto), determina que esta exploración,
portancia para el diagnóstico, pues es casi constante en el ta- en teoría muy útil, tenga un valor práctico limitado.
ponamiento cardíaco. Se entiende por pulso paradójico un
descenso de la presión arterial superior a 10 mmHg en la ins- Ecocardiograma. La ecocardiografía, al ser la mejor explora-
piración: este fenómeno representa una acentuación del ción para el diagnóstico de derrame pericárdico, reviste gran
fenómeno fisiológico consistente en el descenso inspirato- utilidad en el diagnóstico de taponamiento, pues en ausen-
rio de la presión arterial, que se considera normal hasta cia de aquél no hay posibilidad de taponamiento. Además,
10 mmHg. El término “paradójico” es, pues, equívoco. El me- puede aportar datos concretos para el diagnóstico de tapo-
canismo que explica el fenómeno paradójico no es perfecta- namiento propiamente dicho. Así, el movimiento de “bam-
mente conocido y resulta multifactorial. De forma esquemáti- boleo” (en casos con gran derrame pericárdico), consistente
ca, en el enfermo taponado (al igual que en circunstancias en el desplazamiento posterior en sístole de todas las estruc-

585
CARDIOLOGÍA

Fig. 3.155. Pericarditis constrictiva. Registro simultáneo de las pre-


siones del ventrículo izquierdo (VI) y del ventrículo derecho (VD). En
la parte izquierda, la taquicardia condiciona un importante acorta-
miento de la diástole que impide el registro de la típica curva en dip-
plateau (colapso-meseta), identificándose con un profundo colapso
protodiastólico (flecha). En la parte derecha, una larga pausa postex-
trasistólica permite poner de manifiesto la morfología en dip-plateau o
Fig. 3.154. Taponamiento cardíaco. El corazón está rodeado por un en “raíz cuadrada” de las presiones diastólicas ventriculares que son
gran derrame pericárdico (DP). La presencia de taponamiento es su- prácticamente iguales (12-24 mmHg) a lo largo de la meseta diastó-
gerida por un gran colapso (flecha grande) de la pared lateral de la lica.
aurícula derecha (AD) y un ligero colapso (flecha pequeña) del ven-
trículo derecho (VD), en un plano apical de cuatro cámaras. AI: aurí-
cula izquierda; VI: ventrículo izquierdo.
Diagnóstico diferencial. El diagnóstico de taponamiento
debe sospecharse ante cualquier síndrome clínico que se
acompañe de hipertensión venosa (ingurgitación yugular);
turas cardíacas, es un hallazgo bastante específico aunque este aforismo es particularmente útil ante un enfermo grave
poco sensible; otro signo ecocardiográfico frecuente, pe- que no presente una causa aparente que explique un dete-
ro poco específico, es la observación, en modo M, del au- rioro hemodinámico agudo. En la tabla 3.58 se exponen las
mento del diámetro del ventrículo derecho y la disminución causas más frecuentes de diagnóstico diferencial. El ecocar-
del ventrículo izquierdo con la inspiración. En el modo bidi- diograma es la primera exploración que se debe realizar, y
mensional, el colapso del ventrículo y de la aurículas dere- permite descartar el diagnóstico de taponamiento en ausen-
chas (fig. 3.155) es un hallazgo importante en enfermos con cia de derrame pericárdico. Si éste se halla presente, el diag-
taponamiento; el valor diagnóstico de estos signos se ha con- nóstico puede ser difícil y, según la gravedad del enfermo,
firmado hemodinámicamente, comprobándose que el colap- cabe adoptar dos conductas distintas:
so auricular es muy sensible y el colapso ventricular muy es- 1. En el enfermo con deterioro hemodinámico importante
pecífico, pero menos sensible. El ecocardiograma aporta, debe practicarse una pericardiocentesis y valorar la respues-
pues, datos de gran valor diagnóstico. ta clínica inmediata, pues en caso de estar taponado, la me-
joría es espectacular tras la evacuación de cantidades mode-
Electrocardiograma. El ECG puede mostrar un bajo voltaje radas de líquido (en general a partir de 50-100 mL). Si la
generalizado (suma de la amplitud del complejo QRS –en DI, pericardiocentesis evacuadora no se acompaña de mejoría
DII y DIII– menor de 15 mm), pero este signo guarda mayor clínica, deben considerarse las formas poco habituales de
relación con la cantidad de derrame que con el taponamien- pericarditis efusivoconstrictivas o de insuficiencia cardíaca
to propiamente dicho. La alternancia eléctrica del complejo con derrame pericárdico por trasudación.
QRS es rara. El “bamboleo” eléctrico (cambios cíclicos del 2. En el enfermo hemodinámicamente estable y poco
complejo QRS a lo largo de varios latidos) es, en nuestra ex- comprometido es aconsejable una conducta expectante, al
periencia, mucho más frecuente, aunque menos específico. tiempo que se profundiza en el estudio global del paciente,
el cual puede establecer el diagnóstico correcto (p. ej., infar-
Cateterismo cardíaco. El cateterismo cardíaco, con el regis- to de miocardio con extensión al ventrículo derecho o em-
tro adicional de la presión intrapericárdica, establece el diag- bolia pulmonar).
nóstico de certeza de taponamiento al objetivar su patrón he-
modinámico característico: presiones elevadas e iguales en Tratamiento. En los casos de taponamiento descompensa-
ambos ventrículos y aurículas, venas cavas y cavidad pericár- do, el tratamiento consiste en la evacuación del derrame pe-
dica. El carácter cruento y complejo (sobre todo la determi- ricárdico hasta alcanzar una mejoría clínica evidente, a falta
nación de la presión pericárdica) de esta exploración expli- de la comprobación hemodinámica de la normalización de
ca que no se use de forma sistemática en la práctica clínica, la presión intrapericárdica. Habitualmente esta evacuación
a pesar de ser el único modo de establecer el diagnóstico se obtiene mediante la pericardiocentesis (por vía subxifoi-
inequívoco de taponamiento, máxime considerando que dea o precordial) debido a su mayor facilidad. La otra técni-
muchos enfermos taponados se encuentran en una situación ca de evacuación es el drenaje pericárdico, el cual debe
de emergencia que no aconseja la demora de tiempo que practicarse en un medio quirúrgico reglado; por ello sólo se
implica una exploración de este tipo. aconseja en circunstancias concretas: a) taponamiento por
rotura cardíaca (provocada o espontánea), al ser necesaria
Datos de laboratorio. El laboratorio no aporta datos para el la sutura cardíaca; b) taponamiento por pericarditis purulen-
diagnóstico de taponamiento, aunque puede proporcionar ta, al ser mandatorio dejar un drenaje quirúrgico permanen-
datos de valor para su diagnóstico etiológico. te; c) taponamiento recidivante, a pesar de una pericardio-

586
ENFERMEDADES DEL PERICARDIO

centesis previa efectiva, y d) en caso de pericardiocentesis calcificadas (más del 50% de las pericarditis constrictivas), el
blanca (raro en presencia de taponamiento) o pericardio- estudio histológico es inespecífico, al mostrar un patrón uni-
centesis abundante que no alivia el taponamiento (formas forme de fibrosis generalizada que no permite establecer un
de derrame tabicado o, con mayor frecuencia, pericarditis diagnóstico diferencial.
efusivoconstrictiva).
En los raros casos en los que se establece el diagnóstico Fisiopatología. El trastorno fisiopatológico característico de
de taponamiento agudo y no se puede practicar una pericar- la pericarditis constrictiva es la compresión cardíaca, causa-
diocentesis debe administrarse una perfusión rápida de líqui- da por el pericardio engrosado (puede medir 1-2 cm, en lu-
dos, en un intento de elevar la presión diastólica ventricular, gar de 1-2 mm), que afecta fundamentalmente la función
al tiempo que se traslada urgentemente el enfermo a un cen- diastólica ventricular. De forma característica, la relajación
tro hospitalario. En estas circunstancias, o en cualquier otra diastólica está conservada en la protodiástole, único interva-
forma de taponamiento, no deben administrarse diuréticos, lo del ciclo cardíaco en que pueden llenarse los ventrículos,
ya que disminuyen la presión de llenado ventricular, con el ya que después de él el pericardio engrosado no puede dis-
consiguiente empeoramiento del taponamiento. tenderse en forma normal. A diferencia del taponamiento
En los enfermos con taponamiento compensado puede cardíaco, en el que la constricción se ejerce a lo largo de
adoptarse una conducta expectante, al tiempo que se intenta toda la diástole, en la pericarditis constrictiva la protodiásto-
establecer un diagnóstico etiológico e indicar el tratamiento le está poco (o nada) afectada por la constricción; ello se
de acuerdo con éste. traduce en la curva de presión auricular o en el flebograma
yugular (fig. 3.153) por un colapso y profundo, característico
de este cuadro. Asimismo, la presión diastólica ventricular
Pericarditis constrictiva está elevada a causa de la constricción, aunque en la pro-
todiástole se mantienen los valores normales (próximos a
La pericarditis constrictiva es una enfermedad poco fre- 0 mmHg); dado que la distensibilidad del pericardio engro-
cuente, que puede ser clínicamente muy espectacular cuan- sado se halla muy reducida, la presión se eleva enseguida,
do se acompaña de calcificación pericárdica extensa. Su in- ocasionando una curva ventricular diastólica característica
terés práctico radica en que, reconocida a tiempo, tiene un en la que se pasa con rapidez de 0 a 15-25 mmHg: curva en
tratamiento quirúrgico curativo o muy favorable en la mayo- “raíz cuadrada” o dip-plateau (colapso-meseta) (fig. 3.156).
ría de los casos. Desafortunadamente, esta curva no es patognomónica de
La pericarditis constrictiva se caracteriza por una limita- constricción cardíaca, ya que la restricción miocárdica (limi-
ción del llenado ventricular, secundaria a una alteración del tación del llenado ventricular secundaria a un ventrículo
pericardio que impide la relajación diastólica ventricular poco distensible; véase Miocardiopatía restrictiva) puede dar
normal. Esta entidad, en su forma clínica más habitual (peri- una curva idéntica. Otra característica es que, al afectar por
carditis constrictiva crónica), es de instauración lenta (años), igual (o casi) ambos ventrículos, las presiones diastólicas de
aunque, en ocasiones, se observan formas de instauración éstos son parecidas, aunque no necesariamente iguales.
subaguda (semanas) y, rara vez, de instauración aguda (po-
cos días). En 1971, HANCOCK describió una nueva forma clíni- Cuadro clínico. La sintomatología de la pericarditis constric-
ca subaguda de constricción cardíaca que, a diferencia de la tiva, en su forma crónica, es imprecisa. Los síntomas predomi-
pericarditis constrictiva clásica antes descrita, no se debía a nantes son la disnea, las molestias propias de los edemas de
fusión del pericardio visceral y parietal sino al engrosamien- extremidades inferiores y de la hinchazón abdominal, y la as-
to limitado al pericardio visceral y que, además, se acompa- tenia. La disnea aparece ante esfuerzos medianos a grandes y,
ñaba de derrame pericárdico, a menudo abundante: a esta aunque la ortopnea es frecuente (25%), el edema agudo de
entidad se la denomina pericarditis exudativo-constrictiva. En pulmón es excepcional. Alrededor de la cuarta parte de los
1977, BUSH et al publicaron una serie de 19 enfermos con pacientes presentan palpitaciones, en relación con arritmias
otra forma clínica de constricción que denominaron pericar- supraventriculares. El síncope y el dolor torácico, de causa no
ditis constrictiva oculta, debido a que las manifestaciones aclarada, son poco frecuentes. Es característico que este cua-
propias de ésta sólo se ponían de manifiesto tras una perfu- dro clínico se instaure de un modo insidioso, con excepción
sión rápida (6-8 min), intravenosa, de 1 L de suero fisiológi- de las formas agudas o subagudas de pericarditis constrictiva
co. Recientemente, hemos descrito un nuevo síndrome de en las que predominan los síntomas propios de un bajo gasto
constricción cardíaca que se caracteriza por ser transitorio y instaurado de un modo relativamente rápido.
aparecer en el curso evolutivo de algunas pericarditis agu-
das, generalmente idiopáticas, denominado constricción car- Exploración física. Remeda a la propia de la insuficiencia
díaca transitoria. cardíaca congestiva, con predominio manifiesto de la hepa-
tomegalia, de los edemas y de la ascitis (80%) que siempre
Etiología. En su forma crónica se desconoce la etiología en se acompañan de ingurgitación yugular muy llamativa, en
la mayoría de los pacientes; así, en una serie de 32 casos ocasiones con distensión de las venas frontales. El análisis de
consecutivos, en 21 de ellos no se reconoció la etiología. En la ingurgitación yugular aporta datos de gran valor semiológi-
esta misma serie, la tuberculosis se consideró responsable co para el diagnóstico de pericarditis constrictiva: a) la pre-
sólo en 4 casos, de acuerdo con la idea actual de que la peri- sencia de un colapso y profundo (fig. 3.153) que, en presen-
carditis constrictiva crónica es poco frecuente en dicha en- cia de ritmo sinusal, puede conferir un movimiento en W o M
fermedad. Aunque cualquier tipo de pericarditis aguda pue- al pulso yugular; en caso de fibrilación auricular, el colapso y
de evolucionar hacia la constricción, parece evidente que constituye el único accidente negativo, siendo brusco, pro-
unas etiologías son más propensas que otras a desarrollarla. fundo y de corta duración; b) la ingurgitación yugular de
La serie de 231 casos de PERMANYER et al demuestra que, a la pericarditis constrictiva no disminuye ni desaparece con la
medio plazo (seguimiento de 31±20 meses), sólo una de las inspiración profunda sino que puede aumentar (signo de
199 pericarditis agudas idiopáticas evolucionó hacia la cons- Kussmaul), debido a que el pericardio engrosado impide el
tricción; por el contrario, ocho (33%) de los 24 casos con pe- aumento fisiológico de flujo sanguíneo de las cavidades de-
ricarditis tuberculosa, neoplásica o purulenta siguieron di- rechas durante la inspiración; aunque este signo es útil, no es
cha evolución. El estudio etiológico está limitado por dos específico, y c) a menudo, sobre todo en los casos de cons-
circunstancias: a) un elevado porcentaje de pacientes con tricción muy grave, las yugulares están inmóviles con el en-
pericarditis constrictiva crónica no tienen antecedentes reco- fermo en decúbito supino o ligeramente incorporado; por
nocibles de enfermedad pericárdica, de modo que la cons- consiguiente, si se trata de un paciente con venas yugulares
tricción es la primera manifestación de la enfermedad peri- poco visibles, puede pasar inadvertido el signo más impor-
cárdica, y b) en las formas crónicas, sobre todo si están tante de la pericarditis constrictiva. Los casos menos evo-

587
CARDIOLOGÍA

Fig. 3.156. Pericarditis constrictiva calcárea. En ambas proyecciones (A y B) se visualizan extensas calcificaciones (flechas) que engloban gran
parte del corazón. Nótese la ausencia de cardiomegalia. Los campos pulmonares no pueden valorarse adecuadamente debido a que las caracte-
rísticas radiográficas son las apropiadas para el estudio de las calcificaciones.

lucionados y algunos sometidos a un intenso tratamiento cuente (60%); en general es bilateral, pero, si es unilateral,
diurético pueden cursar con signos poco manifiestos de hi- suele ser izquierdo, al contrario de lo que ocurre en la insufi-
pertensión venosa. La inspección y la palpación precordiales ciencia cardíaca congestiva convencional, y d) los signos ra-
pueden mostrar una retracción sistólica de la punta, signo diológicos de hipertensión venocapilar pulmonar son ligeros
poco útil debido a su inconstancia y a su difícil valoración en los pocos pacientes que los presentan (10%).
cuando no es muy evidente. El pulso paradójico se presenta
en el 20-40% de los enfermos, pero, a diferencia del tapona- Ecocardiograma. Puede mostrar signos sugestivos de peri-
miento cardíaco, sus valores son próximos a la normalidad carditis constrictiva: a) horizontalización diastólica del eco
(10 mmHg de disminución tensional con la inspiración). La pericárdico; b) aumento de densidad de éste, y c) movimien-
auscultación cardíaca aporta, en especial en pacientes sin to anterior protodiastólico del tabique interventricular. Todos
calcificación pericárdica, un dato de interés en el 15-60% de estos signos son poco específicos, de modo que el diagnósti-
los casos: el ruido o chasquido pericárdico. Se trata de un fe- co de pericarditis constrictiva no se puede basar en el estu-
nómeno acústico protodiastólico (0,06-0,12 seg del segundo dio ecocardiográfico. Excepto en la forma exudativo-cons-
ruido), de bajas frecuencias, con epicentro en la punta. Por trictiva, el ecocardiograma nunca muestra la presencia de
su localización en el ciclo cardíaco puede confundirse con derrame pericárdico. La técnica Doppler aporta datos diag-
un tercer ruido o con un chasquido mitral. Su génesis se ha- nósticos de interés, aunque su especificidad no está bien de-
lla en discusión (distensión pericárdica al final de la fase de finida. Los hallazgos más significativos se producen durante
llenado rápido ventricular y/o ruido intracardíaco en rela- la espiración: aumento exagerado (> 25%) del flujo mitral,
ción con los bruscos cambios hemodinámicos). disminución exagerada (> 25%) del flujo tricuspídeo e inver-
sión del flujo telediastólico de las venas suprahepáticas.
Electrocardiograma. Está alterado en la mayoría de los ca- El fonocardiograma y el yugulograma son útiles en tanto
sos, pero los cambios son inespecíficos (ondas T aplanadas permiten objetivar un posible ruido pericárdico y la dinámi-
o negativas). En las formas crónicas, la fibrilación auricular ca del pulso yugular, respectivamente. Esto último puede ser
es frecuente (25%) y el flúter auricular esporádico (3-5%). en especial importante al permitir registrar un colapso y pro-
Los pacientes evolucionados que mantienen el ritmo sinusal fundo, pues se requiere un gran entrenamiento semiológico
muestran ondas P de duración aumentada (mayor de 0,12 para poder identificarlo basándose en la simple inspección.
seg), con bimodalismos, que recuerdan el ECG de la esteno- El registro del latido apexiano (apexcardiograma) puede po-
sis mitral. ner de manifiesto una retracción sistólica o un levantamiento
diastólico, aunque este tipo de registro puede manipularse
Radiografía de tórax. Puede mostrar datos de gran interés: con facilidad.
a) en el 50% de las formas crónicas existe una extensa calcifi-
cación pericárdica (fig. 3.156) que se ve mejor en la proyec- Datos de laboratorio. No aportan datos específicos para el
ción lateral y con un intensificador de imágenes; se debe te- diagnóstico sindrómico y, raras veces, para el diagnóstico
ner presente que las calcificaciones pericárdicas, sobre todo etiológico. Es importante recordar que estos enfermos tienen
las ligeras, no se acompañan invariablemente de constric- una intensa estasis venosa crónica, con la consiguiente dis-
ción cardíaca, por lo que calcificación cardíaca y pericardi- función hepática; las alteraciones bioquímicas hepáticas pro-
tis constrictiva no se pueden considerar sinónimos; b) el gra- pias de ésta pueden inducir a error diagnóstico al atribuirlas
do de cardiomegalia es muy variable; su ausencia es muy a enfermedad hepática primaria (p. ej., cirrosis hepática).
sugestiva de pericarditis constrictiva en presencia de ingurgi-
tación yugular llamativa; por otra parte, el 50% de las pericar- Cateterismo cardíaco. Muestra un patrón hemodinámico
ditis crónicas se acompañan de cardiomegalia, que en el 5% que traduce el trastorno fisiopatológico propio de la constric-
de los casos es muy manifiesta; c) el derrame pleural es fre- ción pericárdica. Las principales alteraciones hemodinámi-

588
ENFERMEDADES DEL PERICARDIO

TABLA 3.59. Diagnóstico diferencial de la pericarditis constrictiva cial, igualdad de elevación de las presiones diastólicas ven-
crónica triculares tras la perfusión rápida de líquidos) tienen un valor
limitado. Lo mismo ocurre con los signos ecocardiográficos
Cirrosis hepática (movimiento septal protodiastólico) o con los hallazgos de la
Miocardiopatía restrictiva biopsia endomiocárdica, excepto que ésta muestre abundan-
Estenosis mitral silente
Miocardiopatía dilatada tes depósitos de amiloide (miocardiopatía restrictiva secun-
Tumor de aurícula derecha daria a amiloidosis). En la actualidad, la tomografía compu-
Cor pulmonale crónico tarizada torácica es una exploración obligada, pues si
Síndrome de la vena cava superior sugiere la existencia de un pericardio claramente engrosado,
el médico debe considerar que tiene suficiente evidencia
para indicar una toracotomía; por el contrario, una tomogra-
fía computarizada normal no es suficiente evidencia para
cas son: a) elevación importante (hasta 20-30 mmHg) de las descartar el diagnóstico de constricción pericárdica, pues no
presiones diastólicas de ambos ventrículos (y de ambas au- existe todavía experiencia suficiente en ello. Teóricamente,
rículas y del lecho capilar pulmonar) con tendencia a igua- la resonancia magnética debería poder establecer el diag-
larse las presiones de ambos ventrículos; b) la protodiástole nóstico definitivo, dada su gran capacidad de definición de
muestra una presión normal; ello, junto a la elevación de la las distintas estructuras anatómicas, pero en la actualidad no
presión en el resto de la diástole, configura la morfología en hay series amplias que demuestren sus ventajas teóricas en
dip-plateau (colapso-meseta) de la curva diastólica de la pre- este contexto clínico. En los pacientes en los que persiste la
sión ventricular; cuando el enfermo se halla taquicárdico duda diagnóstica a pesar de un estudio adecuado debe pro-
puede ser difícil reconocer esta típica morfología, como se cederse a una toracotomía exploradora, a sabiendas de que
muestra en la figura 3.155; c) la curva de presión auricular en ocasiones sólo se descubrirá un pericardio normal. Este
derecha muestra el colapso y profundo, coincidente con el riesgo terapéutico “calculado” está plenamente justificado y
colapso protodiastólico (dip) de la presión intraventricular es mínimo en comparación con la amarga experiencia de
derecha, y d) la función sistólica del ventrículo izquierdo comprobar una pericarditis constrictiva en la mesa de ne-
(fracción de eyección) es normal, a pesar de una importante cropsias.
reducción de los volúmenes ventriculares y, a menudo, del
gasto cardíaco. Todas estas características hemodinámicas Tratamiento. Consiste en la práctica de una pericardiecto-
están muy influidas por el grado de repleción vascular del mía, lo más extensa posible. En las formas crónicas calcáreas
paciente. El patrón hemodinámico descrito es muy sugestivo el cirujano no siempre puede practicar una decorticación
de pericarditis constrictiva, pero no es patognomónico, pues pericárdica amplia, a causa de la infiltración cálcica miocár-
la miocardiopatía restrictiva puede cursar con un patrón dica; por ello el riesgo quirúrgico es mayor (10%) y el resulta-
idéntico. do puede ser menos satisfactorio. En las formas agudas y
subagudas los resultados son mejores, obteniéndose, gene-
Diagnóstico diferencial. Es de gran interés práctico al ser la ralmente, una restitución funcional completa. Las formas
pericarditis constrictiva una enfermedad reversible, median- exudativo-constrictivas son tributarias de tratamiento quirúr-
te la cirugía, en un elevado número de casos. En la tabla 3.59 gico, el cual consiste en la evacuación del derrame y la re-
se exponen las causas que con mayor frecuencia simulan sección de ambas hojas pericárdicas, aunque a veces es difí-
una pericarditis constrictiva. Curiosamente, la causa más fre- cil practicar una liberación amplia del pericardio visceral.
cuente de error es una enfermedad extracardíaca (la cirrosis Por último, en las formas transitorias el tratamiento quirúrgi-
hepática). SHABETAI afirma que “la gran mayoría de los enfer- co, por definición, está contraindicado.
mos afectos de pericarditis constrictiva que me han remitido El tratamiento médico con diuréticos sólo está indicado
habían sido diagnosticados, en un momento u otro de su en las formas con hipertensión venosa evidente que, por al-
evolución, de cirrosis hepática”; en España, según nuestra guna otra contraindicación, no puedan ser sometidas a peri-
experiencia, ocurre algo parecido. Aunque el error se pueda cardiectomía.
explicar por la alta prevalencia de cirrosis hepática frente a
la baja prevalencia de pericarditis constrictiva, esta lamenta- Bibliografía especial
ble equivocación se debe a una exploración física inadecua-
FOWLER NO. The pericardium in health and disease. Mount Kisco, Fu-
da que no ha incluido una simple inspección, cuidadosa, de tura Publishing, 1985.
las venas del cuello que ponga de manifiesto la ausencia HOLT JP. The normal pericardium. Am J Cardiol 1970; 26: 455-465.
de ingurgitación yugular. LORELL BH, BRAUNWALD E. Pericardial disease. En: BRAUNWALD E (ed).
En presencia de ingurgitación yugular, los restantes diag- Heart disease. Filadelfia, WB Saunders, 1992; 1.,465-1.516.
nósticos diferenciales son relativamente fáciles a partir de la PERMANYER MIRALDA G, SAGRISTÁ SAULEDA J, SOLER SOLER J. Primary acute
anamnesis (cor pulmonale crónico, estenosis mitral), del eco- pericardial disease: A prospective series of 231 consecutive pa-
cardiograma (estenosis mitral, miocardiopatía dilatada gra- tients. Am J Cardiol 1985; 56:623-630.
ve) y, si es necesario, del estudio hemodinámico, aunque la REDDY PS, LEON DF, SHAVER JD (eds). Pericardial disease. Nueva York,
Raven Press, 1982.
miocardiopatía es una excepción. SEIFERT FC, MILLER DC, OESTERLE SN, OYER PE, STINSON EB, SHUMWAY NE.
El diagnóstico diferencial entre la pericarditis constrictiva Surgical treatment of constrictive pericarditis: Analysis of outcome
crónica no calcárea y la miocardiopatía restrictiva es un au- and diagnostic error. Circulation 1985; 72 (supl II): 264-273.
téntico reto diagnóstico, con posibles consecuencias letales SHABETAI R. Pericardio. Anatomofisiología y patología. Barcelona,
si no se reconoce la pericarditis. Por ello debe tenerse un Ediciones Doyma, 1984.
alto índice de sospecha de pericarditis constrictiva ante una SOLER SOLER J, PERMANYER MIRALDA G, SAGRISTÁ SAULEDA J. Enfermeda-
miocardiopatía supuestamente restrictiva en la que no exista des del pericardio. Nuevos aspectos y viejos dilemas. Barcelona,
diagnóstico etiológico de certeza, lo cual es frecuente, pues Ediciones Doyma, 1987.
SOLER SOLER J, PERMANYER MIRALDA G, SAGRISTÁ SAULEDA J. Pericardial di-
la mayoría de ellas son idiopáticas. En este contexto, la difi- sease: New insights and old dilemmas. Dordrecht, Kluwer Acade-
cultad diagnóstica se debe a que el patrón hemodinámico mic Publishers, 1990.
de ambas enfermedades puede ser idéntico; los signos he- SPODICK DH. Pitfalls in the recognition of pericarditis. En: HURST JW
modinámicos (igualdad de las presiones diastólicas ventricu- (ed). Clinical assays on the heart, vol. 5. Nueva York, McGraw-Hill,
lares, rápida velocidad del llenado ventricular izquierdo ini- 1985.

589
Cardiopatías congénitas
F. Navarro-López

Las cardiopatías congénitas son malformaciones estructu- patías congénitas más comunes, que son responsables del
rales del corazón y de los grandes vasos que están presentes 80-90% de los casos clínicos.
en el momento de nacer. Su incidencia global es del 8/1.000
nacidos vivos. Aproximadamente la mitad, las más com- Etiología y prevención. Se ignora la etiología del 90% de
plejas, motivan el fallecimiento en los primeros años de vida las malformaciones que suelen atribuirse a la interacción
y son objeto de estudio preferente de la cardiología pediátri- de múltiples factores ambientales y genéticos mal definidos.
ca. Pasado este período de selección natural, el pronóstico La etiología ambiental mejor conocida es la rubéola mater-
es más benigno, y una parte considerable de enfermos alcan- na del primer trimestre del embarazo, que produce cataratas,
za la adolescencia o la edad adulta sin mayores contratiem- sordera, microcefalia, estenosis pulmonares distales o persis-
pos. El interés principal de las cardiopatías congénitas radica tencia del conducto arterioso (síndrome de la rubéola con-
en que la mayoría son tributaria de corrección quirúrgica. En génita) y que puede prevenirse inmunizando a las niñas con-
la tabla 3.60 se indica la frecuencia relativa de las 10 cardio- tra la enfermedad. Las pruebas del papel causal de otras
infecciones víricas, como la de coxsackie o la de citomegalo-
virus, son menos ciertas. La talidomida fue otro ejemplo, trá-
TABLA 3.60. Incidencia de las 10 cardiopatías congénitas gico, de etiología específica, que produjo deformidades de
más frecuentes los miembros y cardiopatías congénitas de varios tipos. Son
Al nacer Niños mayores numerosos los fármacos que poseen un efecto teratógeno ex-
(%) y adultos (%) perimental, como la progesterona, los glucocorticoides, los
antiepilépticos, la warfarina o el exceso de vitaminas, que el
Comunicación interventricular 30,5 17 médico debe conocer y proscribir durante la gestación,
Comunicación interauricular 9,8 17,5
Persistencia del conducto arterioso 9,7 14,5 como cualquier otro tipo de tratamiento que no sea absoluta-
Estenosis pulmonar 6,9 13 mente necesario. El síndrome alcohólico fetal se asocia a mi-
Coartación de aorta 6,8 7 crocefalia, micrognatismo, microftalmía y comunicación in-
Estenosis aórtica 6,1 5 terventricular. Las exploraciones radiológicas sin protección
Tetralogía de Fallot 5,8 15,5 adecuada de las gónadas o el embrión aumentan el riesgo
Transposición de los grandes vasos 4,2 2 de malformaciones. La persistencia del conducto arterioso es
Truncus 2,2 2 mayor en niños nacidos a gran altura, a causa de la hipoxia.
Atresia tricúspide 1,3 1 El origen genético es evidente en las siguientes cardiopa-
Otros 16,7 8,5
tías: a) las que se presentan con carácter familiar, afectando a

TABLA 3.61. Síndromes asociados a cardiopatías congénitas


Anomalías cromosómicas
Trisomía 21 (Down) Canal AV Facies mongoloide, retraso mental, bradicardia, clinodactilia
Tetralogía de Fallot
Trisomía 13 (Patau) CIV, ventrículo Defectos faciales y del ventrículo cerebral, polidactilia, retraso mental
derecho con doble salida
Trisomía 18 (Edwards) CIV, PCA, EP, Retraso mental, contractura en flexión de la mano, esternón corto
persistencia del conducto
arterioso, estenosis pulmonar
Chi du chat (cromosoma 5) CIV Retraso mental, microcefalia, metacarpo corto, clinodactilia
Síndrome de Turner (X0) Coartación Mujer de corta estatura, infantilismo sexual, cúbito valgo, cuarto
metacarpiano corto, pterigium colli
Síndrome XXXY Persistencia del conducto Retraso mental, sinostosis radiocubital, hipogenitalismo
arterioso
Síndrome XXXX Persistencia del conducto Retraso mental, manos pequeñas, meñique curvo
arterioso

Síndromes hereditarios
Alagille Estenosis pulmonar, estenosis Atresia conductos biliares, anomalías vertebrales, hipogonadismo
de las ramas de la arteria
pulmonar
Apert (D) CIV Sindactilia simétrica
Cornelia de Lange CIV, persistencia Talla corta, microdactilia, oligodactilia
del conducto arterioso
Ellis-Van Creveld (R) CIA, A única Enanismo condrodistrófico, hipoplasia radial, polidactilia, displasia
de uñas y dientes
Holt-Oram (D) CIA Agenesia del pulgar, hipoplasia de clavícula
Laurence-Moon-Biedl Varias Obesidad, polidactilia, retinitis pigmentaria, hipogenitalismo, déficit mental
Noonan (D/R) Estenosis pulmonar, persistencia Fenotipo Turner, hipertelorismo
del conducto arterioso, CIA
Rubinstein-Taybi Persistencia del conducto Pulgares anchos, dedos grandes
arterioso
TAR (R) Tetralogía de Fallot, CIA Trombocitopenia (T); aplasia radial (AR)
Williams Estenosis aórtica supravalvular Labios prominentes, voz ronca, hipertelorismo, orejas de duende
AV: auriculoventricular; CIA: comunicación interauricular; CIV: comunicación interventricular; EP: estenosis pulmonar; D: dominante; R: recesivo; A: aurícula.

590
CARDIOPATÍAS CONGÉNITAS

dos o más miembros de la misma familia, como ocurre en al-


gunos defectos septales; b) las que acompañan a las malfor-
maciones cromosómicas, cuyo diagnóstico puede efectuarse
precozmente mediante el estudio del cariotipo de las células
fetales del líquido amniótico, y c) las asociadas a los sín- T
dromes hereditarios expuestos en la tabla 3.61. Las malforma-
ciones cardíacas suelen acompañarse en estos casos de de-
formidades de los miembros superiores, cuyo desarrollo C
embrionario coincide con la tabicación cardíaca (síndromes
cardiobraquiales).
En ausencia de estas circunstancias, que siguen las leyes V
de la herencia mendeliana, la probabilidad de que existan
otras anomalías cardíacas en la misma familia, en los dos ge-
melos univitelinos o de que el paciente tenga un hijo con A
cardiopatía congénita, no supera el 2-5%, por lo que no pare-
ce justificada la limitación de nuevos embarazos.

Desarrollo embrionario y anomalías congénitas. La for-


mación del corazón es un proceso complejo que puede alte-
rarse en cualquiera de sus etapas (fig. 3.157). T
Torsión del tubo primitivo [inversión auriculoventricular
(AV) ]. El tubo cardíaco primitivo consta de varios segmen-
tos: el seno venoso, la aurícula común, el ventrículo primiti-
vo, el cono y el tronco común. Al crecer en el interior del V
saco pericárdico, el tubo cardíaco sufre un proceso de tor-
C
sión en S a la derecha (asa-dextro) que incorpora el cono, el
cual ocupa siempre una posición anterior, al ventrículo dere- A
cho, constituyendo el infundíbulo. Parte del pliegue que for-
ma el infundíbulo con la cámara ventricular se convertirá en
la “cresta supraventricular” que separa la cámara de entrada
y la de salida. Si la torsión se realiza hacia la izquierda (asa-
levo), el ventrículo anatómicamente derecho, identificado
por el infundíbulo y la cresta supraventricular, queda situado
a la izquierda y en conexión con la aurícula arterial y produ- T
ce la inversión o discordancia AV.
La migración del canal AV a la derecha alinea el ventrícu-
lo derecho con la válvula tricúspide y facilita la separación V
de los dos ventrículos. La alteración de este proceso puede
originar anomalías del tipo del ventrículo único.
Desarrollo de los cojinetes endocárdicos y tabicación car- C
díaca (defectos septales). El crecimiento de los rodetes endo- A
cárdicos anterior y posterior contribuye al cierre del plano AV
y a la separación de la válvula tricúspide de la mitral, al mis-
mo tiempo que se inicia el tabicamiento de las aurículas con
el descenso del septum primum y el de los ventrículos con el
Válvula AV
ascenso de la parte muscular del tabique interventricular. La
interrupción del desarrollo en este momento origina un de-
fecto septal amplio en la parte baja de la aurícula (ostium pri-
mum), que puede extenderse al tabique interventricular for- Fig. 3.157. Desarrollo normal del corazón: torsión del tubo cardíaco
primitivo. De arriba abajo, la torsión del asa a la derecha (asa-dextro)
mando un canal AV común, con una válvula AV única. El incorpora el cono (C) al ventrículo primitivo (V) para formar el infun-
tabicamiento auricular se completa con el desarrollo del sep- díbulo del ventrículo derecho que ocupa siempre una posición ante-
tum secundum y la formación del foramen oval, recubierto rior. A: aurículas; T: tronco común; AV: auriculoventricular.
por el lado izquierdo por el septum primum que constituye la
válvula del foramen. Por él pasa la sangre de la cava inferior a
la aurícula izquierda hasta el momento de nacer.
El tabicamiento ventricular culmina con el cierre de la gen en espejo de la dextrotransposición que acompaña a la
parte alta o “membranosa”. La detención de este proceso torsión del tubo primario a la izquierda (asa-levo) y a la in-
produce la persistencia de los defectos septales clásicos. versión AV, de manera que la aorta transpuesta nace del in-
Partición del tronco-cono (defectos troncoconales). El tron- fundíbulo del ventrículo anatómicamente derecho situado a
co común queda dividido en dos por un tabique espiral que la izquierda y en conexión con la aurícula izquierda. La
desciende y separa los dos grandes vasos (fig. 3.157): la arte- transposición vascular queda así corregida por la inversión
ria pulmonar, que se origina en el infundíbulo del ventrículo anatómica de los ventrículos. Si se fusionan los tractos de sa-
derecho, y ocupa por consiguiente una posición anterior, as- lida de ambos ventrículos y no se produce la partición del
ciende dirigiéndose hacia la izquierda y atrás y rodea a la tronco, persiste un gran vaso o tronco común que nace a ca-
aorta que nace por detrás, en el ventrículo posterior o iz- ballo de un gran defecto septal interventricular. Si con los va-
quierdo (grandes vasos en posición normal). Si no se produ- sos en posición normal, el vaso posterior (la aorta) se incor-
ce la espiralización del tabique, el vaso que nace del infundí- pora a la cámara de entrada del ventrículo contralateral, se
bulo del ventrículo derecho es la aorta, y la arteria pulmonar crea el ventrículo derecho con doble salida.
se origina en el ventrículo izquierdo, por detrás y a la izquier- Estenosis, hipoplasias y atresias. Estas alteraciones congé-
da. Ambos vasos ascienden paralelamente, sin entrecruzarse nitas suelen deberse al efecto morfogenético de la reducción
(“en cañón de escopeta”), y adoptan la configuración clási- precoz del flujo sanguíneo que atraviesa determinadas es-
ca de la transposición de los grandes vasos o dextrotransposi- tructuras, como ocurre con la hipoplasia del corazón izquier-
ción. La levotransposición o transposición corregida es la ima- do, que se atribuye al cierre precoz del foramen oval.

591
CARDIOLOGÍA

vascular obstructiva, denominada reacción de Eisenmenger,


que aumenta progresivamente las RVP (hipertensión obstruc-
Persistencia del
conducto arterioso tiva) merced a una serie de cambios estructurales irreversi-
bles de las arteriolas, con engrosamiento de la íntima e hiper-
trofia de la media. Esta reacción aparece de manera tardía,
Ventana en respuesta al exceso de presión y de flujo a que está some-
aortopulmonar tido el lecho vascular pulmonar, o precoz, por falta de la in-
volución normal de la hipertrofia arteriolar fetal, y, por últi-
CIA
Seno venoso mo, d) la hipertensión pulmonar que representa una carga
CIV adicional para el ventrículo derecho (sobrecarga de presión),
Ostium supracrestal que sumada a las anteriores, tiene como consecuencia últi-
secundum ma la insuficiencia .cardíaca.
Ostium primum Membranosa El aumento del Qp o plétora pulmonar se reconoce en la
Muscular
radiografía de tórax por la dilatación de la arteria pulmonar y
de sus ramas, que se extiende hasta sus ramas más distales
y confiere al pulmón un aspecto hipervascularizado muy típi-
co, con imágenes nodulares que corresponden a los vasos re-
pletos vistos de través. La hipertensión pulmonar obstructiva
reduce la vascularización del lecho distal.
Fig. 3.158. Comunicaciones anormales auricular, ventricular o de Cortocircuito de derecha a izquierda. Cianosis. Para que la
los grandes vasos. CIA: comunicación interauricular; CIV: comunica-
ción interventricular. sangre venosa insaturada pase al corazón izquierdo y pro-
duzca cianosis es necesario que exista: a) un defecto septal
asociado a una obstrucción del corazón derecho, como una
Definición del situs cardíaco (malposiciones cardíacas). La estenosis pulmonar (trilogía o tetralogía de Fallot) o un
posición o situs del corazón se determina en forma temprana aumento de las RVP (síndrome de Eisenmenger), . circunstan-
por: a) la situación de la aurícula derecha, que depende de cias que se traducen en una reducción del Qp, o b) un defec-
la localización del hígado (situs visceral), y b) la posición to o anomalía que entrecruce las dos circulaciones pulmo-
del ápex, que está relacionada, entre otros factores, con la nar y sistémica (transposiciones) o facilite la mezcla
torsión del asa a la derecha o a la izquierda. bidireccional (cortocircuito bidireccional), lo que se acom-
Cambios circulatorios en el nacimiento. La expansión de paña de plétora pulmonar.
los pulmones en el momento de nacer dilata el lecho vascu- Se manifiesta clínicamente por: hipoxia (saturación arte-
lar pulmonar, que se había mantenido prácticamente exan- rial inferior al 90%), cianosis, que aparece cuando la concen-
güe durante el período fetal (sólo recibía el 10% del volumen tración de la hemoglobina reducida supera los 5 g%, lo que
sistólico del ventrículo derecho), y da comienzo la circula- suele ocurrir cuando la saturación es inferior al 85% (al 65%
ción menor. De forma simultánea se produce el cierre de las si existe anemia o al 90% si existe policitemia), y acropaquía
tres comunicaciones que desvían la sangre venosa al cora- (dedos en palillo de tambor). El riesgo más importante que
zón izquierdo: el conducto arterioso, que comunica la arteria entraña la hipoxia es la aparición de crisis anóxicas o sin-
pulmonar con la aorta descendente; el foramen oval, que copales, que pueden ser causa de muerte, sobre todo en la
drena la sangre de la vena cava inferior a la aurícula izquier- edad pediátrica, o producir lesiones cerebrales. Otras com-
da, y el conducto venoso, que une la vena umbilical a la cava plicaciones son la policitemia, que puede provocar trombosis
inferior. El fallo de los mecanismos normales de cierre de venosa cerebral cuando el hematócrito supera el 65-70%, el
estas estructuras, en el que intervienen cambios de la satura- absceso cerebral o las embolias paradójicas. El desarrollo
ción de oxígeno y liberación de sustancias vasoactivas, de- mental no suele afectarse, pero sí el pondostatural, que no
termina la persistencia de comunicaciones anómalas des- siempre se recupera después de la corrección quirúrgica.
pués del nacimiento.
Clasificación clínica. Con el fin de facilitar el diagnóstico,
Alteraciones hemodinámicas. Las malformaciones congé- las cardiopatías congénitas se clasifican en cuatro grupos
nitas producen básicamente dos tipos de alteraciones funcio- principales, de acuerdo con la presencia o la ausencia de
nales: obstrucciones y cortocircuitos. cianosis (cortocircuito de derecha a izquierda) y de plétora
Cortocircuito de izquierda a derecha. Flujo pulmonar exce- y/o hipertensión pulmonar (tabla 3.62).
sivo. Cuando existe un defecto septal o persiste una comuni-
cación anómala auricular, ventricular o aórtica, parte de la
sangre del corazón izquierdo pasa al derecho (fig. 3.158), Cortocircuitos de izquierda a derecha
luego a la circulación pulmonar, vuelve al corazón izquierdo (sin cianosis)
y atraviesa de nuevo el defecto, creando
. un circuito parásito
que se suma al circuito sistémico (Qs) cuyas consecuencias
funcionales más importantes
. son: a) el aumento del flujo san-
guíneo pulmonar (Qp) o plétora pulmonar, cuya magnitud
Comunicación interauricular
depende del tamaño del defecto, pero sobre todo del nivel La presencia de un orificio en el tabique interauricular,
de las resistencias vasculares pulmonares (RVP): . si son nor- que comunica las dos aurículas (CIA), constituye la cardio-
males o poco . elevadas
. (menos de 6 U/m2), el Qp puede ser patía congénita más frecuente en el adulto. Su incidencia en
torrencial
. (Qp/Qs de 3 a 5:1); a medida que las RVP aumen- las mujeres es mayor que en los varones, en una proporción
tan, el Qp disminuye, y cuando llegan a ser iguales o superio- de 2:1 a 3:1. El foramen oval permeable que permite el paso
res a las sistémicas
. . (10-12 U/m2) el cortocircuito se anula y se de un catéter pero permanece cerrado funcionalmente gra-
invierte (Qp/Qs menor de 1) (véase apartado Síndrome de cias a la mayor presión de la aurícula izquierda, no debe
Eisenmenger); b) la sobrecarga de volumen del ventrículo considerarse una CIA.
que tiene a su cargo el mantenimiento del cortocircuito: el
ventrículo derecho en los defectos auriculares, el izquierdo Anatomía. Se distinguen tres tipos de defectos (fig. 3.159):
en los aórticos, y los dos en los ventriculares; c) eventual- a) el más común (90% de los casos) es el tipo ostium secun-
mente pueden acompañarse de hipertensión pulmonar, ya dum, que está situado en la parte central del tabique y puede
sea porque se transmite la presión sistémica a través del de- acompañarse de un prolapso de la válvula mitral (15-20%);
fecto, conservando un flujo pulmonar excesivo (“hiperten- b) el tipo ostium primum (5%), que ocupa la parte baja a ca-
sión hipercinética”), ya sea porque aparece una reacción ballo entre la válvula tricúspide y la mitral, cuya valva ante-

592
CARDIOPATÍAS CONGÉNITAS

Tabla 3.62. Clasificación clínica de las cardiopatías congénitas


Flujo pulmonar normal Flujo pulmonar excesivo
o bajo y/o perfusión pulmonar
Saturación normal
Obstrucciones Cortocircuitos de izquierda
* Coartación a derecha
* Estenosis pulmonar * CIA, drenaje venoso pulmonar
anómalo parcial
* Estenosis aórtica * CIV, canal AV
* Persistencia del conducto arterioso,
ventana aortopulmonar, rotura
seno Valsalva, fístula coronaria
Insaturación arterial (cianosis)
Comportamiento de Fallot Comportamiento de transposición
(estenosis pulmonar + CIV) de. las grandes arterias
*Tetralogía de Fallot (Qp excesivo)
Ventrículo único con Transposición de los grandes vasos
estenosis pulmonar Truncus
(ventrículo derecho-doble Ventrículo derecho-doble salida
salida y transposición
de los grandes vasos Comportamiento de Eisenmenger
con estenosis pulmonar * Síndrome de Eisenmenger
y truncus tipo IV)
Mezcla venosa auricular
Estenosis pulmonar sin CIV Drenaje venoso pulmonar
* Trilogía de Fallot anómalo total
Aurícula única
VD hipoplásico o normal
Ebstein Obstrucciones del corazón
Atresia tricúspide izquierdo + cortocircuito
Vena cava-aurícula izquierda de derecha a izquierda
Cor triatriatum
Hipoplasia del corazón izquierdo
Cortocircuito extracardíaco Atresia mitral
Fístula AV pulmonar
En letra cursiva se indican las cardiopatías cuya supervivencia hasta la edad
adulta es frecuente. En letra cursiva con asterisco se expresan las más
frecuentes en el adolescente y el adulto.
AV: auriculoventricular.
. CIA: comunicación interauricular; CIV: comunicación
interventricular; Qp: gasto cardíaco pulmonar, VD: ventrículo derecho.

rior puede estar hendida, y c) el tipo seno venoso (5%), que


está localizado en la parte alta, junto a la desembocadura de
la vena cava superior, y suele acompañarse de un drenaje ve-
noso pulmonar anómalo parcial. Otras anomalías asociadas
pueden ser una estenosis pulmonar ligera (4%) o una esteno-
sis mitral, casi siempre adquirida (síndrome de Lutembacher).

Fisiopatología. Los defectos de más de 2 cm de diámetro


implican una comunicación amplia de las dos aurículas, que
se vacían preferentemente en el ventrículo derecho porque
tiene la pared más delgada y distensible . que
. el izquierdo.
Provocan un cortocircuito abundante (Qp/Qs igual o supe-
rior a 2:1) y una sobrecarga de volumen del corazón dere-
cho. Gracias a la gran capacidad del lecho vascular pulmo-
nar la presión apenas se altera.
Cuando el defecto es pequeño, restrictivo, las presiones en
ambas
. . aurículas son distintas y el cortocircuito escaso
(Qp/Qs inferior a 1,5:1).

Cuadro clínico. Por lo general la CIA es asintomática hasta


que aparecen insuficiencia cardíaca derecha o fibrilación
auricular, alrededor de los 40-50 años. Los primeros síntomas Fig. 3.159. Comunicación interauricular. Arriba, radiografía de tó-
rax que muestra la prominencia del arco medio pulmonar y de la
son disnea, fatiga o palpitaciones, si bien con frecuencia se rama derecha y los hilios hipervascularizados. Abajo, ECG típico de
descubre una historia previa de infecciones bronquiales bloqueo incompleto de rama derecha.
repetidas, debidas a la retención de secreciones provoca-
da por la compresión de las ramas bronquiales más peque- pulmonar dilatada en el segundo espacio. El signo ausculta-
ñas por los vasos distales dilatados. torio más característico es el desdoblamiento amplio y fijo
Los pacientes suelen ser de talla normal, aunque de peso del segundo ruido pulmonar, que refleja la prolongación de
reducido (“hábito grácil”) y, en ocasiones, presentan otras la sístole ventricular derecha. La ausencia de modificación
anomalías cardiobraquiales, siendo la más típica la agenesia en los movimientos respiratorios se debe a que el incremen-
del pulgar (síndrome de Holt-Oram) (tabla 3.61). La palpa- to inspiratorio de retorno venoso se distribuye por igual en
ción puede detectar la presencia de dos latidos precordiales: ambos ventrículos. Se acompaña de un soplo sistólico suave
el del ventrículo derecho hipercinético en la región paraster- y a veces de un soplo mesodiastólico tricúspide funcional
nal (cuarto y quinto espacios intercostales) y el de la arteria atribuible al hiperaflujo a través de la válvula.

593
CARDIOLOGÍA

No es infrecuente que el defecto se descubra en un estu- En el síndrome de Lutembacher, la obstrucción mitral au-
dio radiológico sistemático, que suele ser muy llamativo: la menta considerablemente el cortocircuito sin que se eleve la
arteria pulmonar y sus ramas aparecen dilatadas y contrastan presión venosa pulmonar. La fibrilación auricular es frecuen-
con un botón aórtico reducido (síndrome de “gran pulmo- te y la sintomatología suele ser muy florida, aunque en gene-
nar-aorta pequeña”). Los hilios son hiperpulsátiles (“danza ral no se ausculta el soplo de estenosis mitral. Su diagnóstico
hiliar”), la hipervascularidad alcanza todo el pulmón y existe es fácil con el ecocardiograma.
una cardiomegalia a expensas del ventrículo derecho y, en
particular, de la aurícula derecha, cuyo crecimiento distin- Tratamiento. La CIA debe intervenirse cuando
. . es de gran ta-
gue esta anomalía de los demás defectos septales. La aurícu- maño y el cortocircuito es importante (Qp/Qs igual o supe-
la izquierda no es prominente (fig. 3.159). rior a 1,5:1). La mortalidad quirúrgica no supera el 2% y los
En el 90% de los casos el ECG registra un bloqueo incom- resultados son excelentes, incluso en la quinta o la sexta dé-
pleto (menor de 0,12 seg) de rama derecha, debido a la dila- cadas de la vida, aunque en los adultos son frecuentes las
tación ventricular, cuya presencia obliga siempre a descar- arritmias auriculares residuales o la persistencia de cierto
tar este diagnóstico. Un eje de QRS a la izquierda sugiere el grado de disfunción ventricular, por lo que la edad óptima
ostium primum, y un eje de P a la izquierda el seno venoso para la intervención se sitúa por debajo de los 5 años.
(fig. 3.159).
El ecocardiograma permite visualizar el defecto o sospe-
charlo por el aumento de las dimensiones del ventrículo de-
Comunicación interventricular
recho y el movimiento paradójico del tabique, que reflejan la La comunicación interventricular (CIV) aislada es la car-
sobrecarga de volumen. diopatía congénita más común, aunque su prevalencia dis-
Cateterismo cardíaco. El estudio de las oximetrías permi- minuye considerablemente en los niños mayores y en los
te. comprobar
. el nivel y la importancia del cortocircuito adultos, en parte porque tiene cierta tendencia a cerrar de
(Qp/Qs). Otros datos de interés que ofrece el cateterismo son forma espontánea.
el estado de la circulación pulmonar y la ausencia de ano-
malías asociadas, en particular de la insuficiencia mitral y las Anatomía. En el 90% de los casos el defecto se localiza en la
lesiones coronarias en pacientes mayores de 40 años. parte alta o “membranosa” del tabique interventricular, por
detrás de la cresta supraventricular e inmediatamente por de-
Historia natural y complicaciones. La sobrecarga de vo- bajo de las sigmoides aórticas. Raras veces es subpulmonar
lumen del ventrículo derecho se tolera bien durante mu- (infundibular) o está situada en pleno tabique, en cuyo caso
chos años, hasta que se instaura finalmente la insuficiencia suele ser múltiple. Las anomalías asociadas más frecuentes
cardíaca, desencadenada a veces por la caída en fibrilación son la persistencia del conducto arterioso (6%) y la coarta-
auricular, que no suele producirse antes de los 40 años; por ción de la aorta (5%) (fig. 3.158).
la hipertensión pulmonar obstructiva, que es rara (15%),
siempre tardía y excepcional antes de los 20 años; por la hi- Fisiopatología. La CIV abarca un amplio espectro de situa-
pertensión arterial sistémica, frecuente en el adulto, que al ciones hemodinámicas muy distintas, cuya gravedad depen-
reducir la distensibilidad del ventrículo izquierdo a causa de del tamaño del defecto septal y del estado de las resisten-
de la hipertrofia, acentúa el cortocircuito de izquierda a de- cias vasculares pulmonares.
recha, o por la presencia de una insuficiencia mitral grave 1. La CIV pequeña o enfermedad de Roger (inferior a 1 cm)
(2-10% de los casos) producida por la progresión del pro- ofrece una resistencia considerable al paso de la sangre
. . y el
lapso mitral o la hendidura congénita de la válvula. Las cortocircuito de izquierda a derecha es mínimo (Qp/Qs me-
embolias pulmonares o sistémicas (paradójicas) son compli- nor de 1,5:1).
caciones menos frecuentes. El riesgo de endocarditis bacte- 2. Si la CIV es de tamaño mediano (1-1,5 cm), tiene todavía
riana es prácticamente inexistente y la profilaxis innecesa- cierto efecto restrictivo y la presión del ventrículo derecho es
ria, excepto que exista una insuficiencia mitral agregada. El inferior a la. sistémica,
. aunque el cortocircuito puede ser im-
75% de los pacientes fallecen antes de los 50 años, si no se portante (Qp/Qs 2-4:1).
operan. 3. En la CIV de gran tamaño (1,5-3 cm) o CIV hipertensa, se
igualan las presiones de ambos ventrículos (ventrículo dere-
Variedades clínicas. El drenaje venoso pulmonar anómalo cho sistémico), que actúan como si fueran un ventrículo úni-
parcial es una anomalía en la que una o varias venas pulmo- co, y la magnitud del cortocircuito ya sólo depende de la im-
nares drenan en la vena cava superior, en la aurícula dere- portancia relativa de las resistencias vasculares pulmonares y
cha o en la cava inferior. A veces se dibuja en la radiografía sistémicas (RVP/RVS). Cuando las RVP son bajas, el flujo pul-
una sombra vascular que desciende a la derecha del cora- monar puede ser masivo (hipertensión hipercinética) y la so-
zón, hacia el diafragma, conocida como síndrome de la cimi- brecarga biventricular intensa. A medida que las resistencias
tarra, que suele asociarse a malformaciones de pulmón. La pulmonares aumentan (hipertensión obstructiva), el flujo
situación hemodinámica y el cuadro clínico son idénticos a disminuye y puede llegar a invertirse, en cuyo caso aparece:
los de la CIA, con la que con frecuencia se asocia. El diag- 4. La CIV tipo Eisenmenger con cianosis, en la que la
nóstico se confirma cuando se localiza el vaso anómalo du- sobrecarga de volumen del ventrículo derecho se sustituye
rante el cateterismo. por una sobrecarga de presión. El defecto septal se convierte
La CIA de tipo ostium primum es una forma parcial del ca- en una válvula de escape que descomprime el circuito pul-
nal AV, cuyo diagnóstico se sospecha cuando al cuadro clí- monar y cuyo cierre quirúrgico está contraindicado.
nico clásico de la CIA se añaden las manifestaciones de una
insuficiencia mitral; la sintomatología es más precoz y la hi- Cuadro clínico. La CIV pequeña es asintomática y compati-
pertensión pulmonar más frecuente. El ECG muestra la des- ble con una vida normal. Su diagnóstico se basa en la aus-
viación del eje eléctrico hacia la izquierda y la ventriculogra- cultación de un soplo pansistólico muy llamativo, rudo,
fía descubre la deformidad del trayecto de salida del intenso, con frémito en el tercero y el cuarto espacios inter-
ventrículo izquierdo en “cuello de ganso”, característica de costales, que a diferencia de la estenosis aórtica se irradia
los defectos de los cojinetes endocárdicos. horizontalmente en vez de hacerlo hacia el cuello.
La aurícula única o ausencia completa del tabique interau- La CIV de gran tamaño, con flujo pulmonar torrencial, pue-
ricular puede considerarse una forma extrema de ostium pri- de provocar insuficiencia cardíaca (letal), sobre todo duran-
mum, con la particularidad de que se acompaña de cianosis te el segundo o el tercer mes de vida, cuando regresa de la
moderada debida a la mezcla bidireccional de sangre a nivel hipertrofia arteriolar fetal. Si el paciente sobrevive el primer
auricular. Se presenta en el 50% de los pacientes con displa- año, a costa de la elevación de las resistencias (4-6 U/m2),
sia condroectodérmica y en la asplenia (tabla 3.61). que reducen el flujo pulmonar y hacen más llevadera la so-

594
CARDIOPATÍAS CONGÉNITAS

brecarga biventricular, la cardiopatía suele tolerarse bien, te al de la CIV. Su diagnóstico se confirma mediante el cate-
como si fuera una CIV de tamaño moderado. En el cuadro clí- terismo cardíaco.
nico destacan el antecedente de infecciones pulmonares re-
petidas, el retraso del crecimiento y la prominencia de la re- Tratamiento. La intervención quirúrgica está indicada en
gión precordial debida a la dilatación cardíaca precoz, la los niños mayores y en los adultos. .con cortocircuito de iz-
palpación del ventrículo izquierdo hipercinético, que despla- quierda a derecha importante (Qp/Qs de 1,5-2:1). Si las RVP
za el ápex a la izquierda, y del latido parasternal derecho y la se encuentran aumentadas (5-10 U/m2) el riesgo quirúrgico
auscultación del soplo pansistólico característico, asociado a es mayor y el resultado no es tan favorable, pero el defecto
veces a un soplo mesodiastólico por hiperaflujo mitral y a un sigue siendo operable. Por encima de las 10 U (síndrome . de.
tercer ruido. (La CIV hipertensa se describe en el síndrome Eisenmenger) son inoperables. En los casos límite (Qp/Qs
de Eisenmenger.) de 1,5-1,8:1) debe asegurarse que el cortocircuito de derecha
El ECG es normal en la enfermedad de Roger. Cuando el a izquierda y la instauración arterial no aumentan con el ejer-
cortocircuito es importante aparece la imagen típica del cre- cicio o el isoproterenol, lo que contraindica la intervención.
cimiento biventricular, con R altas o bloqueo incompleto de
rama derecha en precordiales derechas, que coexisten con
qR altas en izquierdas, e isodifasismo amplio de las deriva-
Persistencia del conducto arterioso
ciones apicales (fig. 3.160). La presencia de ondas Q profun- El conducto arterioso es el vaso que durante el período fe-
das en V5-V6 indica que la sobrecarga del volumen del ven- tal comunica la bifurcación de la arteria pulmonar con la
trículo izquierdo todavía es importante y, por lo tanto, la CIV aorta descendente (fig. 3.158). Si persiste después del naci-
es quirúrgica. La aparición de hipertensión pulmonar obs- miento se convierte en una fístula arteriovenosa que manda
tructiva acentúa el voltaje de las ondas R y la negatividad de la sangre a los pulmones durante todo el ciclo cardíaco. La
las ondas T en las derivaciones derechas y suprime las ondas persistencia del conducto arterioso es 2-3 veces más frecuen-
Q de las izquierdas. La radiografía es normal en la enferme- te en las mujeres que en los varones y tiene mayor tendencia
dad de Roger. En la CIV de gran tamaño hay cardiomegalia a presentarse en niños prematuros, en la embriopatía rubeó-
biventricular y plétora pulmonar. El ecocardiograma bidimen- lica (asociado con frecuencia a estenosis pulmonares) y en
sional suele mostrar el defecto septal, y el eco-Doppler regis- nacidos a gran altitud.
tra las turbulencias que provocan las CIV más pequeñas.
Cateterismo cardíaco. El estudio hemodinámico permite Cuadro clínico. Al igual que en la CIV, los síntomas se de-
describir con detalle la localización (fig. 3.160) y el tamaño ben al cortocircuito, cuya magnitud depende del tamaño del
de la CIV, las anomalías asociadas y, sobre todo, definir el es- defecto, casi siempre restrictivo, y de la relación RVP/RVS.
tado de la circulación pulmonar:
. . la presión arterial pulmo- Si el conducto arterioso es pequeño (menor de 4 mm de
nar, las RVP y la relación Qp/Qs. En casos de indicación qui- diámetro), el paciente suele estar asintomático y la única
rúrgica dudosa es imperativo el estudio del comportamiento anomalía detectable es el soplo continuo o sistodiastólico tí-
del cortocircuito en respuesta al esfuerzo moderado o a la pico (soplo de Gibson o “en maquinaria”), con reforzamien-
perfusión de isoproterenol. to telesistólico, rudo, a veces intenso, con frémito, pero que
puede pasar inadvertido si no se ausculta con detenimiento
Historia natural y complicaciones. Si el paciente no fa- la zona alta infraclavicular izquierda. No debe confundirse
llece por insuficiencia cardíaca durante el primer año de con el zumbido venoso de la anemia, que desaparece al
vida, ya es improbable que ello ocurra antes de la segunda comprimir la base del cuello.
década, momento a partir del cual el aumento de las resis- Si el conducto es de tamaño moderado (5-8 mm) el escape
tencias pulmonares suele ser progresivo y culmina con la de la sangre de la aorta puede originar un cuadro hiperciné-
instauración del síndrome de Eisenmenger clásico. La dismi- tico similar al de la insuficiencia aórtica, con pulso arterial
nución del flujo pulmonar puede deberse también a la apa- amplio y saltón y un latido precordial hiperdinámico, debido
rición de una estenosis infundibular reaccional (CIV a pul- a la sobrecarga de volumen del ventrículo izquierdo atribui-
món protegido o síndrome de Gasul), que remeda la ble al cortocircuito de izquierda a derecha. El soplo conti-
tetralogía de Fallot rosada, o a la disminución o cierre es- nuo se acompaña a veces de un soplo de hiperaflujo mitral y
pontáneo del defecto septal, que ocurre en el 25% de los ca- de un tercer ruido o galope protodiastólico. La radiografía
sos que sobreviven al primer año, habitualmente antes de muestra cardiomegalia izquierda moderada y aumento del
alcanzar la pubertad. flujo pulmonar. A diferencia de los demás defectos septales,
En ocasiones, la falta del soporte del tabique interventricu- la aorta suele ser bien visible. El ECG muestra la sobrecarga
lar facilita el prolapso de las sigmoides aórticas y la aparición de volumen del ventrículo izquierdo, y el ecocardiograma
de una insuficiencia aórtica progresiva que suele iniciarse en confirma la dilatación de las cavidades izquierdas y la pre-
la adolescencia y puede ser grave a los 20 años, dominando sencia del conducto. Esta forma de conducto arterioso per-
el cuadro clínico (síndrome de Laubry). meable suele ser asintomática hasta la segunda o la tercera
La enfermedad de Roger tiene, en cambio, un pronóstico décadas de la vida, cuando aparece insuficiencia cardíaca
excelente y no plantea otro problema que el riesgo de endo- izquierda.
carditis infecciosa, más frecuente a partir de los 20 años. Si el conducto es de gran tamaño, las presiones aórtica y
pulmonar se igualan y el cortocircuito puede ser masivo, pro-
Variedades clínicas. La forma completa del canal AV co- vocando insuficiencia cardíaca temprana. El 30% de los pa-
mún equivale a una CIV de gran tamaño, asociada a una CIA cientes fallecen durante el primer año de vida por esta cau-
de tipo ostium primum e insuficiencia mitral. Se manifiesta sa. Si el paciente sobrevive, la evolución hacia el síndrome
habitualmente por insuficiencia cardíaca en la infancia, con de Eisenmenger es rápida: aparece cianosis alrededor de los
ligera cianosis debida a la mezcla bidireccional de la sangre 5 años, que clásicamente se limita a los miembros inferiores.
o a la aparición precoz de hipertensión pulmonar obstructi- Cateterismo cardíaco. El cuadro clínico es muy típico y el
va. Son datos muy sugestivos del diagnóstico su asociación cateterismo cardíaco no es indispensable para el diagnósti-
con el síndrome de Down (mongolismo), que se encuentra co. Su interés radica en la exclusión de las frecuentes ano-
presente en el 50% de los casos, la coexistencia de insuficien- malías asociadas: la coartación de la aorta, la CIV o la este-
cia mitral y la desviación del eje eléctrico a la izquierda. Es nosis pulmonar valvular o distal. El diagnóstico se confirma
clásica la deformidad en “cuello de ganso” del tracto de sali- al pasar el catéter a la aorta descendente a partir de la arteria
da del ventrículo izquierdo que muestra la angiografía ven- pulmonar o mediante la aortografía.
tricular, debida a la situación anormal de las válvulas AV.
La comunicación entre el ventrículo izquierdo y la aurícula Complicaciones. Aparte de la insuficiencia cardíaca precoz
derecha (defecto tipo Gerbode) ocasiona un cuadro semejan- o tardía o de la hipertensión pulmonar obstructiva, el conduc-

595
CARDIOLOGÍA

Fig. 3.160. Comunicación interventricular. A. Radiografía de tórax que muestra la gran cardiomegalia por dilatación biventricular, la prominen-
cia del arco medio y la hipervascularidad de los hilios pulmonares. B. Angiografía selectiva en el ventrículo izquierdo (VI) en posición lateral que
muestra el paso de la sangre al ventrículo derecho (VD) y posteriormente a la arteria pulmonar (AP) a través de una comunicación de pequeño
tamaño (tipo Roger). C. ECG típico de comunicación interventricular con gran flujo pulmonar y dilatación de ambos ventrículos. (Véase el texto.)

to entraña un riesgo importante de endocarditis infecciosa, ditis infecciosa, cuyo riesgo es mayor que el de la interven-
con formación de vegetaciones en el extremo pulmonar de ción.
la fístula, que pueden embolizar en el pulmón y producir in-
fartos infectados que se confunden con neumonías. La pre-
sencia de calcificaciones o de dilatación aneurismática puede
Ventana aortopulmonar
dificultar la intervención quirúrgica. Es un defecto ovalado de la aorta ascendente, situado in-
mediatamente por encima de las válvulas sigmoides, que co-
Tratamiento. Todos los conductos arteriosos deben cerrarse munica ampliamente con la arteria pulmonar (fig. 3.158).
quirúrgicamente, aunque sólo sea para prevenir la endocar- Aunque su origen embriológico guarda relación con el del

596
CARDIOPATÍAS CONGÉNITAS

tronco común, el cuadro clínico y fisiopatológico es idéntico Origen anómalo de la arteria coronaria izquierda en la arteria
al del conducto arterioso hipertenso, con exceso de flujo pul- pulmonar
monar o con síndrome de Eisenmenger. El diagnóstico pue-
de sospecharse cuando: a) el soplo tiene una localización Al producirse el descenso de la presión de la arteria pul-
más baja, en el tercer espacio intercostal izquierdo, y no es monar en el momento de nacer, se invierte la circulación a
continuo, ya que se igualan las presiones en los grandes va- través de la arteria coronaria izquierda anómala, y la sangre
sos; b) al invertirse el cortocircuito y aparecer cianosis tam- que recibe de la arteria coronaria derecha a través de la cir-
bién en los miembros superiores, y c) durante el cateterismo culación colateral se vierte a la circulación pulmonar. En es-
cardíaco la sonda pasa a la aorta ascendente a partir de la ar- tas circunstancias, la arteria coronaria derecha es la única
teria pulmonar. La aortografía confirma el diagnóstico. En la que irriga el miocardio.
mitad de los casos se asocia a otras lesiones importantes, La mayoría de los pacientes fallecen a causa de un infarto
como CIV, estenosis subaórtica o tetralogía de Fallot. El arco de miocardio durante los primeros meses de vida (síndro-
aórtico a la derecha se observa en el 7% de los casos. me de White-Garland), pero el 10% alcanza la adolescencia
El cierre quirúrgico requiere circulación extracorpórea. o la edad adulta y presenta un cuadro clínico con angina, in-
Los criterios de operabilidad son los mismos que en la CIV o suficiencia mitral por disfunción del músculo papilar e insufi-
en la persistencia del conducto arterioso. ciencia cardíaca izquierda.
El ECG muestra necrosis anterolateral, y la radiografía, el
crecimiento del ventrículo izquierdo. El diagnóstico se con-
Aneurisma del seno de Valsalva firma mediante la coronariografía selectiva.
El aneurisma congénito del seno de Valsalva es una dilata-
ción progresiva del seno coronario derecho o del no corona- Tratamiento. Puede ligarse la arteria coronaria izquierda en
rio, debida a la falta de continuidad de la capa media de la su origen, lo que potencia la irrigación del territorio corona-
aorta y el anillo valvular fibroso, que puede romperse y pro- rio izquierdo a través de las colaterales, o reinsertarse en la
ducir una fístula de pared delgada, en dedo de guante estre- aorta.
cho, que se encuentra en comunicación directa con el ven-
trículo derecho (66%) o con la aurícula derecha (33%).
Lesiones obstructivas
Cuadro clínico. El aneurisma es asintomático hasta que se
rompe y aparece la fístula aortocardíaca alrededor de la ter- Coartación de aorta
cera o la cuarta décadas de la vida. La situación hemodiná-
mica recuerda a la de la persistencia del conducto arterioso La coartación es un estrechamiento del cayado de la aor-
o la insuficiencia aórtica asociada a un cortocircuito con so- ta, situado en la inserción del conducto arterioso, que obs-
brecarga biventricular. El cuadro clínico puede presentarse truye el paso de la sangre a la aorta descendente (fig. 3.161).
de manera aguda (35%) con dolor precordial o epigástrico, Incide 3 veces más en el varón que en la mujer y es particu-
disnea y aparición de un soplo continuo o un escape aórtico larmente frecuente en el síndrome de Turner, en el que se
característico, con frémito; el diagnóstico diferencial se plan- descubre en casi la mitad de los casos.
tea con el conducto arterioso permeable, la CIV con insufi-
ciencia aórtica asociada, la ventana aortopulmonar y las fís- Fisiopatología. Sus consecuencias más importantes son: a)
tulas AV coronaria o pulmonar. Otras veces el cuadro tiene la hipertensión arterial sistémica, que afecta exclusivamente la
un carácter crónico (45%), de comienzo solapado, o incluso
puede ser asintomático, hasta que aparece la insuficiencia
cardíaca.
La radiografía muestra la cardiomegalia, la plétora pulmo-
nar y a veces los signos de congestión venosa pulmonar de-
bidos a la insuficiencia cardíaca izquierda. El ecocardiogra-
ma bidimensional y la aortografía confirman el diagnóstico.

Tratamiento. La esperanza de vida a partir del momento de


la fistulización es, como promedio, de 4 años; el paciente fa-
llece por insuficiencia cardíaca o endocarditis bacteriana,
que ocurre en el 8% de los casos. La corrección quirúrgica es
obligada y consiste en la escisión quirúrgica y la sutura de la
pared aórtica al anillo fibroso valvular.

Fístula arteriovenosa coronaria


Es una anomalía rara en la que existe una comunicación
directa entre la arteria coronaria derecha y la aurícula o el
ventrículo derechos (o excepcionalmente con la arteria pul-
monar). El cortocircuito de izquierda a derecha suele ser pe-
queño y la sobrecarga ventricular mínima, pero la anomalía
puede comprometer el flujo coronario y ser causa de isque-
mia miocárdica. Debe tenerse presente en el diagnóstico di-
ferencial de los soplos continuos precordiales.
La técnica de Doppler permite descubrir el orificio de en-
trada de la fístula, localizando el origen del soplo continuo, y
la coronariografía confirma la anatomía de la arteria corona-
ria tortuosa.
Entre las posibles complicaciones destacan la endocarditis
infecciosa, la oclusión trombótica con infarto de miocardio, la
rotura de la fístula aneurismática y, sólo de forma excepcio-
nal, la insuficiencia cardíaca. El tratamiento consiste en el cie- Fig. 3.161. Coartación de la aorta. Aortografía que muestra la este-
rre de la fístula. nosis circunscrita al istmo (flechas).

597
CARDIOLOGÍA

mitad superior del cuerpo y es responsable de las complica- como promedio), a causa de las complicaciones de la hiper-
ciones clínicas; b) la aparición de una rica circulación colateral tensión arterial: la hipertrofia y la insuficiencia cardíaca izquier-
a través de las arterias subclavias, axilares, mamarias inter- da, la hemorragia cerebral facilitada por la frecuente asocia-
nas y sus ramas intercostales, que vierten en la aorta descen- ción con aneurismas congénitos del polígono de Willis, la
dente y contribuyen a mantener la perfusión de la mitad infe- rotura de un aneurisma intercostal o la disección de la aorta,
rior del organismo, de manera que el pinzamiento de la aorta debida a la necrosis quística de la media, de origen mecáni-
durante la intervención quirúrgica no provoca una paraplejía co. Otra causa puede ser la endocarditis infecciosa que asienta
isquémica; c) la dilatación preestenótica y postestenótica del en la coartación o en la válvula bicúspide aórtica.
cayado, de origen mecánico, y d) la hipertrofia concéntrica del En determinadas circunstancias, la coartación puede tener
ventrículo izquierdo debida a la sobrecarga de presión. un carácter maligno y provocar la muerte por insuficiencia
cardíaca en niños menores de 2 años. Se aplica a estos casos
Anomalías asociadas. Es relativamente frecuente que la el calificativo de coartación de tipo infantil, para distinguirla
coartación se combine con otras anomalías, como: a) la vál- de la forma clásica descrita o tipo adulto, de evolución más
vula aórtica bicúspide (80%), que adquiere una especial rele- favorable. Su gravedad proviene de la asociación con tres
vancia en el adulto, por su tendencia a evolucionar hacia la malformaciones graves: una estenosis aórtica o mitral cerra-
estenosis aórtica o complicarse con endocarditis infecciosa; das, una CIV de gran tamaño o un conducto arterioso hiper-
b) la persistencia de un conducto arterioso proximal a la tenso, que se vierte en la aorta descendente por debajo de la
coartación (coartación posductal), con cortocircuito de iz- coartación (“coartación preductal”).
quierda a derecha (7%); c) la CIV; d) las anomalías de la vál-
vula mitral del tipo de músculo papilar único (válvula mitral Tratamiento. Todos los pacientes deben ser intervenidos,
en paracaídas); e) el origen anómalo de la arteria subclavia cualquiera que sea su edad. El momento ideal se sitúa, sin
derecha por debajo de la coartación, siguiendo un curso re- embargo, entre los 3 y los 6 años debido a que el riesgo qui-
troesofágico, que provoca disfagia y ausencia del pulso ra- rúrgico de la “coartectomía” a esta edad no supera el 2%, a
dial derecho; f) la hipoplasia o interrupción completa del ist- que se minimiza el efecto deletéreo que ejerce la hiperten-
mo (síndrome de Steidele), y g) el riñón poliquístico. sión si se mantiene durante muchos años, a que la recoarta-
ción ya no es un problema como en los niños más pequeños
Cuadro clínico. La coartación es prácticamente asintomáti- y a que el porcentaje de hipertensiones residuales es míni-
ca hasta los 20-30 años, cuando aparecen las complicaciones mo. La intervención en los adultos tiene una mortalidad más
de la hipertensión arterial. Los pacientes pueden, si acaso, re- elevada (5-10%) y la prevalencia de la hipertensión residual
ferir síntomas menores, como cefaleas, epistaxis, fatiga y en reposo o durante el ejercicio es del orden del 30-50%.
frialdad de los miembros inferiores y, rara vez, claudicación Para explicar la persistencia de cifras tensionales anormales
intermitente. El diagnóstico debe sospecharse siempre que una vez resuelto el obstáculo mecánico, se ha sugerido la
se descubre una hipertensión arterial en un paciente joven, y existencia de lesiones arteriolares orgánicas difusas, un
se confirmar si se comprueba la debilidad o el retraso de los factor renal-humoral o una alteración de los reflejos barorre-
pulsos femorales en relación con los radiales. La diferencia ceptores con pérdida de la distensibilidad de la aorta. En el
de las presiones de los miembros superiores e inferiores es post-operatorio inmediato puede aparecer un cuadro de hi-
siempre mayor de 30 mmHg. pertensión arterial paradójica con dolor abdominal agudo,
En algún caso se ha descrito el desarrollo desproporciona- debido a arteritis mesentérica, que entraña el riesgo de ne-
do del torso, que contrasta con la pelvis y las piernas delga- crosis y perforación intestinal. Dicha arteritis se ha atribuido
das. La simple inspección sugiere el diagnóstico cuando se a los cambios de régimen tensional del lecho vascular me-
observa un latido arterial bien visible en el hueco supraster- sentérico, los cuales provocarían una respuesta vasomotora
nal. La circulación colateral se ve y/o se palpa en los espa- somática exagerada, que responde al tratamiento con agen-
cios intercostales, en la axila o en el dorso. La auscultación tes bloqueadores beta.
puede detectar tres tipos de soplo distintos: el soplo sistólico
producido por la coartación, junto a las apófisis espinosas
de la séptima cervical a la quinta dorsal; el soplo sistólico de
Estenosis aórtica congénita
eyección de la válvula aórtica bicúspide o estenótica en los Véase Estenosis valvular aórtica.
focos de la base, acompañado a veces de un escape aórtico
o de un chasquido sistólico, o el soplo sistólico o continuo
de la circulación colateral, que se percibe en la espalda y
Estenosis valvular pulmonar
disminuye de intensidad al comprimir con el fonendoscopio. La estenosis congénita de la válvula pulmonar tiene una
El estudio radiológico permite muchas veces objetivar el forma muy característica en “cúpula”, con un orificio estre-
diagnóstico sin necesidad de recurrir a la aortografía, cuan- cho en la cúspide que obstruye la salida del ventrículo dere-
do se comprueban: a) las erosiones de las costillas (signo de cho (fig. 3.162). Se presenta de preferencia en las mujeres,
Röesler) producidas por dilatación y tortuosidad de las arte- en la embriopatía rubeólica, y en el síndrome de Noonan. Su
rias intercostales, particularmente evidente en el arco poste- espectro de gravedad es muy amplio: puede ser tan intensa
rior de la tercera a la quinta costillas a partir de los 5-7 años, (puntiforme) que cause la muerte en el recién nacido o tan
y b) un botón aórtico anormal, rectificado por la superposi- benigna que permita la vida hasta los 80 años.
ción de la arteria subclavia izquierda dilatada, en continui-
dad directa con la aorta descendente (“imagen en chime- Fisiopatología. El obstáculo que representa la estenosis se
nea”) o en forma de doble arco producido por la dilatación vence mediante el aumento de la presión del ventrículo de-
preestenótica y postestenótica (“signo del 3”), visible a veces recho, cuyo nivel puede ser inferior, igual o superior a la sis-
en el esofagograma. No debe confundirse con la seudocoar- témica, gracias a que el tabique interventricular se encuentra
tación o kinking de la aorta (aorta cervical), que es una tor- intacto (estenosis pulmonar con tabique interventricular ce-
tuosidad congénita que no origina estenosis. rrado). Constituye el ejemplo más clásico de sobrecarga sis-
El ECG es con frecuencia normal hasta avanzada la ado- tólica o de presión del ventrículo derecho que se acompaña
lescencia, cuando aparece la hipertrofia del ventrículo iz- de hipertrofia concéntrica. El gradiente transvalvular que se
quierdo, excepto que exista una estenosis aórtica asociada. genera para mantener la presión y el gasto pulmonar norma-
El cateterismo cardíaco y la aortografía (fig. 3.161) pueden es- les puede ser ligero (inferior a 50 mmHg), moderado (50-100
tar indicados para descartar las malformaciones asociadas. mmHg) o acusado (superior a 100 mmHg), según la impor-
tancia de la estenosis y del gasto cardíaco.
Historia natural y complicaciones. El 90% de los pacientes Cuando la estenosis pulmonar es acusada y existe una CIA
fallecen antes de los 50 años si no se operan (a los 35 años asociada o se da la circunstancia de que la dilatación progre-

598
CARDIOPATÍAS CONGÉNITAS

A
AP
Válvula
pulmonar
AD (estenótica)

VD

Válvula pulmonar

B
AP
Estenosis
infundibular
AD

VD

Fig. 3.162. Variedades anatómicas principales de la estenosis pul-


monar. A. Estenosis valvular. B. Estenosis infundibular. AD: aurícula
derecha. AP: arteria pulmonar; VD: ventrículo derecho.

siva de la aurícula derecha llega a abrir el foramen oval, se


produce un cortocircuito de derecha a izquierda a nivel de
la aurícula y aparece cianosis; ello origina la variedad de es- Fig. 3.163. Estenosis valvular pulmonar. Arriba, radiografía de tó-
rax que muestra la dilatación del arco medio pulmonar, pero con
tenosis pulmonar denominada trilogía de Fallot, que consti- rama derecha de escaso tamaño y campos pulmonares claros. Abajo,
tuye una de las cardiopatías cianóticas más frecuentes en el ECG de crecimiento del ventrículo derecho (ondas R altas en precor-
niño mayor o en el adulto. diales derechas) con sobrecarga de presión interna (ondas T negati-
vas más allá de V2).
Cuadro clínico. La mayoría de los pacientes se hallan asin-
tomáticos y la cardiopatía se descubre casualmente por la
auscultación del soplo característico. Cuando la estenosis es una rama derecha de tamaño exiguo y unos campos pulmo-
grave y el gasto cardíaco muy limitado, pueden aparecer dis- nares claros. La aurícula derecha puede estar dilatada, aun-
nea, fatiga y síncopes de esfuerzo y/o un cuadro de insufi- que la hipertrofia ventricular concéntrica no produce cardio-
ciencia cardíaca. La presencia de cianosis progresiva es pro- megalia (fig. 3.163). El ECG orienta acerca de la gravedad de
pia de la trilogía de Fallot. El desarrollo pondostatural es la estenosis. En los casos ligeros la altura de la onda R en V1
normal y se ha descrito una “facies de luna llena” que recuer- es inferior a 10 mm o aparece un bloqueo incompleto de
da la del hipercorticismo. Para realizar el diagnóstico basta rama derecha con R-R’. Cuando la estenosis es moderada o
con la auscultación en el foco pulmonar del soplo sistólico acusada existen los signos típicos de la sobrecarga sistólica,
de eyección romboidal típico, parecido al de la estenosis con ondas R altas en precordiales derechas y ondas T negati-
aórtica, rudo, intenso, casi siempre con frémito, que se irra- vas que pueden extenderse más allá de V1. Las ondas P son
dia al cuello y a veces al cráneo y hasta el codo. Suele estar de tipo pulmonale (fig. 3.163). El ecocardiograma muestra el
precedido de un chasquido sistólico, que traduce la interrup- tronco pulmonar dilatado y la válvula engrosada. La técnica
ción brusca del despliegue de la cúpula valvular. A medida Doppler constituye el método de elección para estimar la
que aumenta la gravedad de la estenosis se prolonga la sísto- gravedad del gradiente transvalvular y seguir su evolución.
le ventricular derecha, se alarga el soplo y su máximo de in- El cateterismo cardíaco y la angiografía confirman la mag-
tensidad se hace más tardío, se retrasa el ruido pulmonar, nitud del gradiente, la localización de la estenosis valvular
acentuándose el desdoblamiento del segundo ruido, y desa- pulmonar y la presencia de un tabique interventricular intac-
parece el chasquido de eyección. La aparición de un galope to. La saturación arterial periférica indica si existe un corto-
auricular y una onda a prominente en el pulso yugular refleja circuito de derecha a izquierda auricular. La estenosis puede
la contracción enérgica de la aurícula que intenta compen- también localizarse en el infundíbulo (“estenosis infundibu-
sar la dificultad del llenado ventricular producida por la hi- lar”), que es rara en ausencia de CIV, o en la bifurcación o
pertrofia. las ramas de la arteria pulmonar y puede ser múltiple.
El signo radiológico más llamativo es la convexidad del
arco medio pulmonar producida por la dilatación posteste- Tratamiento. El pronóstico es benigno cuando la estenosis
nótica del tronco de la arteria, que, a diferencia de la dilata- pulmonar es ligera y el paciente sólo requiere un control pe-
ción debida al exceso del flujo pulmonar, se acompaña de riódico de la progresión del gradiente. Los casos graves en-

599
CARDIOLOGÍA

trañan, en cambio, el riesgo de insuficiencia cardíaca o de intervalo libre de meses. Se acentúa durante el esfuerzo,
muerte súbita. Se aconseja la intervención quirúrgica de to- pues la vasodilatación periférica agrava el cortocircuito ve-
dos los pacientes con un gradiente superior a 60 mmHg, aun- noarterial, y se acompaña con frecuencia de disnea e hiper-
que estén asintomáticos. Los resultados son muy satisfacto- ventilación debidas a la estimulación de los quimiorrecepto-
rios y la mortalidad es escasa. Tras la valvulotomía se res arteriales por la hipoxia. El niño descansa adoptando la
observa a veces una ligera insuficiencia pulmonar, que no posición clásica “en cuclillas”, en la cual aumentan las RVS y
tiene trascendencia, y en el adulto persiste habitualmente disminuye el retorno venoso de los miembros inferiores, que
cierto grado de disfunción ventricular debida a la hipertrofia contienen sangre muy insaturada. En los casos más graves
residual. La recurrencia de la estenosis es muy rara. Reciente- pueden aparecer crisis anóxicas, con disnea y síncope, que
mente se han descrito excelentes resultados tras la dilatación responden al oxígeno y a la morfina, y tienen el riesgo de le-
de la válvula mediante un balón hinchable situado en el ex- sionar el cerebro o producir la muerte. Son raras después de
tremo de un catéter introducido en forma percutánea por vía los 2 años.
femoral (“angioplastia pulmonar percutánea”), que evita la Aparte de la cianosis y la acropaquía, otros signos de inte-
toracotomía. rés son: la palpación del latido aórtico junto a la articulación
costosternal derecha (arco aórtico a la derecha), la ausculta-
ción de un segundo ruido intenso y único debido al cierre hi-
Cardiopatías cianóticas perdinámico de la sigmoide aórtica, el soplo sistólico de la
(cortocircuitos de derecha a izquierda) estenosis infundibular y el soplo continuo de la circulación
colateral bronquial en el dorso. En este caso el soplo de la
con campos pulmonares claros CIV es apenas audible.
El ECG es similar al de la estenosis valvular, con la diferen-
cia de que las ondas T negativas en precordiales derechas se
Tetralogía de Fallot limitan a lo sumo a V1, pues la sobrecarga del ventrículo de-
recho nunca excede la presión sistémica (fig. 3.164). En la
Se caracteriza por la asociación de una estenosis pulmo- radiografía sorprende la normalidad de la silueta cardíaca y
nar, casi siempre de tipo infundibular, y una CIV amplia (es- la ausencia de cardiomegalia. El arco medio pulmonar es
tenosis pulmonar con tabique interventricular abierto). Cons- normal o cóncavo, por falta de dilatación postestenótica de
tituye la cardiopatía cianótica más común después del pri- la pulmonar, y dibuja a veces un ángulo recto (“signo del ha-
mer año de vida y una de las que permiten una mayor longe- chazo”) que es más propio del Fallot extremo. La elevación
vidad, siendo responsable del 75% de los casos que se pre- del ápex confiere a veces a la silueta el aspecto de un zueco.
sentan en niños mayores y adultos. El arco aórtico a la derecha es un signo adicional muy suges-
tivo (fig. 3.164). El ecocardiograma muestra la discontinuidad
Anatomía. El defecto básico es la malformación del tracto del tabique y la pared posterior de la aorta, la hipertrofia del
de salida del ventrículo derecho, con estenosis y/o hipopla- ventrículo derecho y el tamaño reducido de la arteria pulmo-
sia del infundíbulo, del anillo valvular y del tronco de la arte- nar.
ria pulmonar. Ésta queda a veces reducida a un cordón fibro- El cateterismo cardíaco confirma la presencia de un ven-
so (atresia pulmonar), lo que define la tetralogía “extrema” o trículo derecho sistémico, la estenosis infundibular, la reple-
pseudotruncus. La CIV es del tipo clásico, situada debajo de ción simultánea de la arteria pulmonar y de la aorta a tra-
las válvulas sigmoides aórticas. FALLOT (1888) describió otros vés de la CIV y la posición normal de los grandes vasos
dos componentes, irrelevantes, que completan la tetralogía: (fig. 3.164).
la hipertrofia del ventrículo derecho y el “acabalgamiento”
de la aorta sobre el defecto septal. Historia natural y complicaciones. En los casos graves la
Entre las anomalías que la acompañan con mayor fre- muerte sobreviene en la infancia en una crisis cianótica. El
cuencia destacan: a) el arco aórtico a la derecha (25%); b) la 30% de los casos, sin embargo, sobreviven a los 10 años y
persistencia de una vena cava superior izquierda, c) una CIA son propensos a tener problemas debidos a la poliglobulia
(pentalogía de Fallot); d) una insuficiencia aórtica; e) la age- progresiva, con hematócrito elevado y riesgo de trombosis
nesia de la válvula pulmonar; f) la ausencia de la rama iz- pulmonar o cerebral, a la anemia ferropénica, que agrava la
quierda de la pulmonar, y g) una arteria coronaria del cono hipoxia, a la endocarditis infecciosa y a la embolia paradójica,
anómala que atraviesa el infundíbulo y puede dificultar la que puede originar un infarto cerebral o un absceso.
corrección quirúrgica. Los pacientes suelen fallecer a causa de la hipoxia o de las
complicaciones cerebrales. La insuficiencia cardíaca dere-
Fisiopatología. Los dos ventrículos presentan una amplia cha es excepcional y sólo ocurre en pacientes mayores de
comunicación entre sí a través de la CIV, igualan las presio- 50 años, en general hipertensos o con agenesia de la válvula
nes y actúan como si fueran un ventrículo único que se vacía pulmonar.
preferentemente a la aorta (cortocircuito venoarterial) o a la
pulmonar según la intensidad de la estenosis y, en cierta me- Tratamiento. El tratamiento de elección es la corrección to-
dida, del nivel de las RVS. Según el grado de estenosis pul- tal temprana, entre los 3 y los 7 años de edad, que consiste
monar se distinguen tres variedades de gravedad creciente: en la resección de la estenosis y el cierre de la CIV. Los resul-
1. La tetralogía de Fallot “rosada” o acianótica, con esteno- tados son buenos y la mortalidad no debe pasar del 10-15%.
sis ligera que no impide que exista cierto grado de cortocir- En los niños más pequeños la mortalidad es muy alta, por lo
cuito de izquierda a derecha. que puede aplazarse la corrección practicando una opera-
2. La tetralogía de Fallot clásica o cianótica, con flujo pul- ción paliativa que aumente el flujo pulmonar, ya sea median-
monar reducido y cortocircuito de derecha a izquierda ven- te una fístula subclaviopulmonar (operación de Blalock-
tricular importante. Taussig) o aortopulmonar (operación de Potts).
3. La tetralogía de Fallot extrema o pseudotruncus, con
atresia pulmonar y cianosis intensa, cuya circulación pulmo-
nar se mantiene gracias a la circulación bronquial.
Ventrículo único
A diferencia de la estenosis pulmonar con tabique cerrado, En esta malformación, las dos válvulas AV vacían en un
la presión del ventrículo derecho es siempre la presión sisté- ventrículo sistémico donde se mezcla toda la sangre de las
mica, independientemente de la gravedad de la estenosis. venas cavas y pulmonares. Este ventrículo está provisto de
una cámara rudimentaria de la que nace la aorta transpuesta
Cuadro clínico. Su manifestación más característica es la (85% de los casos), o la arteria pulmonar (15%) (corazón de
cianosis generalizada, que aparece al nacer o después de un Holmes).

600
CARDIOPATÍAS CONGÉNITAS

Fig. 3.164. Tetralogía de Fallot. A. Placa de tórax. Ausencia de cardiomegalia y disminución de la vascularización pulmonar. B. Ventriculografía
derecha. Estenosis pulmonar infundibular (flecha) y repleción simultánea de la aorta (Ao) y la pulmonar (AP) con posición normal de ambas ar-
terias. Ao: aorta; AP: arteria pulmonar; VD: ventrículo derecho. C. ECG que muestra la hipertrofia del ventrículo derecho (ondas R altas en V1) y
ausencia de T negativas en precordiales derechas.

Una tercera parte de los pacientes alcanzan la edad adulta Tratamiento. Para corregir esta malformación, de difícil so-
gracias casi siempre a la coexistencia de una estenosis pul- lución, se ha propuesto la septación ventricular o la creación
monar, que confiere al cuadro clínico un parecido sorpren- de una anastomosis directa entre la aurícula derecha y la ar-
dente con la tetralogía de Fallot. El diagnóstico puede suge- teria pulmonar (intervención de Fontan). Como medida pre-
rirse cuando el ECG registra complejos rS o qRs en todas las via, en los niños muy pequeños puede intentarse una inter-
precordiales o signos de crecimiento del ventrículo izquier- vención paliativa con el fin de aumentar o disminuir el flujo
do, y el ecocardiograma revela la ausencia de la parte poste- pulmonar, según se requiera en cada caso.
rior del tabique entre las dos válvulas AV o la presencia de la
cámara rudimentaria típica. El diagnóstico requiere la confir-
mación mediante la angiografía, que delimita la anatomía
Trilogía de Fallot
del ventrículo único, de la cámara rudimentaria y la posición Véase Estenosis valvular pulmonar.
de los grandes vasos.
En ausencia de estenosis pulmonar (25% de los casos), el
cuadro clínico simula una CIV con flujo excesivo, con la par-
Atresia tricúspide
ticularidad de que aparece en forma precoz una cianosis Es una malformación compleja que incluye: a) la oblitera-
moderada, o un complejo de Eisenmenger clásico. Importa ción del orificio tricúspide, que desvía el retorno venoso
diferenciar esta anomalía de la CIV clásica o del ventrículo sistémico a la aurícula izquierda a través de una CIA;, b)
derecho con doble salida, que pueden corregirse quirúrgica- un ventrículo izquierdo de gran tamaño que actúa como un
mente de manera muy satisfactoria. ventrículo único, sometido a una sobrecarga de volumen im-

601
CARDIOLOGÍA

portante, y c) un ventrículo derecho hipoplásico que actúa propia del adulto, que se diagnostica con facilidad. Práctica-
como cámara de tránsito del ventrículo izquierdo a la circu- mente asintomática, sus únicas manifestaciones clínicas son
lación pulmonar, a través de una CIV. la cianosis y la acropaquía, que contrastan con un ECG nor-
La mayoría de los niños fallecen en la lactancia y es ex- mal o de predominio izquierdo. Se confirma mediante el
cepcional que sobrevivan hasta los 20 años. El diagnóstico se ecocardiograma y la angiografía. En los casos con hematócri-
establece con facilidad cuando existe: a) cianosis desde el to elevado puede estar indicada la corrección quirúrgica,
nacimiento; b) una onda a prominente en el pulso yugular, y que es relativamente sencilla.
c) el ECG muestra un eje eléctrico desviado a la izquierda,
complejos rS en precordiales derechas y signos de hipertrofia
del ventrículo izquierdo, con ondas P de crecimiento biau- Cardiopatías cianóticas con flujo pulmonar
ricular. El ecocardiograma confirma la ausencia de válvula excesivo y/o hipertensión pulmonar
tricúspide y la existencia de un ventrículo izquierdo enorme.
El estudio hemodinámico precisa los detalles anatómicos.

Tratamiento. Se han obtenido buenos resultados con la in-


Transposición de los grandes vasos
serción de un conducto provisto de válvula entre la aurícula Es una de las cardiopatías congénitas más graves, caracte-
derecha y la arteria pulmonar (operación de Fontan). Antes rizada por el origen anómalo de la aorta en el infundíbulo
de los 3-5 años puede intentarse una intervención paliativa del ventrículo derecho y de la arteria pulmonar en el ven-
para aumentar (anastomosis sistemicopulmonar) o reducir el trículo izquierdo. Esta inversión de los grandes vasos aísla
flujo pulmonar (banding), según convenga. por completo el circuito pulmonar del sistémico, que se limi-
ta a recircular la sangre venosa procedente de las venas ca-
vas a través del ventrículo derecho a la aorta y de nuevo a las
Enfermedad de Ebstein venas cavas. En estas circunstancias la supervivencia es im-
Es también una cardiopatía rara, pero con frecuencia los posible, a menos que exista un defecto septal que permita el
pacientes que la padecen alcanzan la edad adulta. Se carac- paso de sangre oxigenada a la circulación sistémica.
teriza por la implantación baja de la válvula tricúspide en el En la transposición de los grandes vasos con CIV de gran
interior del ventrículo derecho en vez de hacerlo en el anillo tamaño, la sangre arterializada pasa al corazón derecho du-
AV. En estas circunstancias la aurícula aumenta considera- rante la diástole, y la venosa de derecha a izquierda durante
blemente de volumen a expensas de una reducción del la sístole (cortocircuito bidireccional). Si las RVP no son ex-
tamaño del ventrículo (auriculización del ventrículo), que cesivas, el circuito predominante va de derecha a izquierda y
apenas contribuye al mantenimiento de la circulación pul- es causa de plétora pulmonar. El cuadro clínico está domina-
monar. El 50-75% de los casos son cianóticos porque la aurí- do por cianosis grave desde el nacimiento, plétora pulmo-
cula derecha se vacía en parte en la izquierda y el flujo pul- nar, cardiomegalia progresiva e insuficiencia cardíaca pre-
monar es escaso. coz provocada por la sobrecarga biventricular masiva. Afecta
sobre todo a los varones en una proporción de 4:1, a niños
Cuadro clínico. La gravedad de la lesión es muy variable. Al- con peso excesivo al nacer, y a hijos de madres diabéticas.
gunos pacientes fallecen en la infancia a causa de la hipoxia, Es raro en primogénitos y sólo excepcionalmente sobreviven
pero muchos de ellos (40%) llegan a la edad adulta y llevan a la lactancia.
una vida activa normal, sin apenas cianosis. El diagnóstico Si la transposición se acompaña de CIV y de estenosis pul-
debe sospecharse ante la presencia de: a) crisis de taquicar- monar o de hipertensión pulmonar obstructiva que moderan
dia paroxística auricular repetidas (50% de los casos), que el flujo pulmonar, la situación hemodinámica es ligeramente
pueden ser causa de síncopes; b) una auscultación muy cu- más favorable y recuerda la tetralogía de Fallot o el síndrome
riosa en la que coexisten un desdoblamiento amplio de los de Eisenmenger.
dos ruidos, el primero con un componente tricúspide intenso El diagnóstico requiere el estudio detenido con ecocardio-
(“restallido de vela”) porque el velo anterior suele ser largo y grama bidimensional o angiocardiografía selectiva, que de-
no está adherido a la pared como los restantes, galopes auri- muestran el origen de la aorta en el infundíbulo del ventrícu-
cular y ventricular (ritmo triple y cuádruple) y soplos rugosos lo derecho y la posición clásica de los grandes vasos en
que se confunden con roces pericárdicos; c) un ECG muy lla- dextrotransposición.
mativo con ondas P de gran voltaje, bloqueos de rama dere-
cha muy aberrantes, de bajo voltaje, a menudo con ondas Q Tratamiento. En el lactante gravemente enfermo es posible
precordiales derechas por dilatación auricular o un síndrome mejorar la mezcla de sangres ampliando el foramen oval con
de Wolff-Parkinson-White (WPW) tipo B (25% de los casos), y la técnica percutánea de Rashkind. También puede hacerse
d) una acusada cardiomegalia, a expensas sobre todo de la una intervención paliativa (banding de la pulmonar o anasto-
aurícula derecha, de escasa motilidad, que simula un gran mosis sistemicopulmonar) que permita sobrevivir durante los
derrame pericárdico con campos pulmonares claros. primeros años, seguida en un segundo tiempo de la interven-
El ecocardiograma bidimensional muestra el tamaño enor- ción de Rastelli, que conecta el tronco de la arteria pulmo-
me de la aurícula y la amplia excursión de la válvula tricús- nar al ventrículo derecho mediante un conducto artificial y
pide, que se cierra con un retraso muy notable (superior a redistribuye la sangre procedente de la CIV a la aorta a través
65 mseg). El cateterismo cardíaco, que ofrece un riesgo eleva- de un tabique intraventricular.
do de desencadenar arritmias, registra presiones auriculares
en zonas que corresponden al ventrículo. Todas las presio-
nes sistólicas del corazón derecho suelen ser similares.
Tronco arterioso
En el tronco arterioso o común, debido a un fallo en la for-
Tratamiento. La intervención quirúrgica está indicada en mación del tabique que separaría la arteria aorta de la pul-
los pacientes sintomáticos con cianosis progresiva. Consiste monar, sólo existe un gran vaso que nace a caballo de un de-
en la plicatura de la aurícula y la anuloplastia valvular (técni- fecto septal interventricular y origina las arterias coronarias,
ca de Danielson) o la implantación de una prótesis valvular, el arco aórtico y las arterias pulmonares, ya sea directamente
que es poco eficaz en pacientes menores de 12 años. o a través de un tronco pulmonar corto. Cuando no forma
ninguna arteria pulmonar, la malformación es parecida al
pseudotruncus (tetralogía de Fallot con atresia pulmonar),
Drenaje de la vena cava a la aurícula izquierda aunque la anatomía es distinta. En el 25% de los casos el
El drenaje anómalo de las venas cavas superior o inferior a arco aórtico está situado a la derecha. La válvula troncal es
la aurícula izquierda es una cardiopatía cianótica benigna, tricúspide o cuadricúspide y suele ser insuficiente.

602
CARDIOPATÍAS CONGÉNITAS

El cuadro clínico es parecido al de una CIV de gran tama- que dibujan un gran arco supracardíaco, que asoma en los
ño, con flujo pulmonar excesivo y cianosis moderada o míni- bordes de la silueta.
ma, debida a la mezcla de la sangre procedente de los ven- El cateterismo cardíaco muestra la misma saturación de la
trículos. El 90% de los pacientes fallecen durante el primer sangre en todas las cavidades cardíacas.
año de vida a causa de la sobrecarga biventricular masiva
y la insuficiencia cardíaca. Los demás casos sobreviven Tratamiento. La corrección total requiere la reimplantación
habitualmente hasta la tercera década de la vida gracias a del drenaje venoso en la aurícula izquierda y el cierre de la
la aparición precoz de una respuesta vascular pulmonar CIA.
obstructiva intensa, convirtiéndose pronto en un síndrome
de Eisenmenger, con una situación hemodinámica bastante
estable.
Aurícula única
El diagnóstico puede sospecharse cuando se ausculta un Véase Comunicación interauricular.
soplo continuo en el nacimiento de las arterias pulmonares o
un soplo de insuficiencia aórtica acompañado de un pulso
saltón y los demás signos periféricos clásicos de la insuficien-
Síndrome de Eisenmenger
cia aórtica. La radiografía muestra a veces la ausencia de El síndrome de Eisenmenger se define por la presencia de:
arco medio pulmonar, pero con las ramas pulmonares dilata- a) hipertensión pulmonar obstructiva grave; b) un defecto sep-
das y plétora pulmonar. El ECG registra el crecimiento del tal o comunicación de gran. tamaño;
. c) con inversión del cor-
ventrículo derecho o de ambos ventrículos y el ecocardio- tocircuito arteriovenoso (Qp/Qs menor de 1), y d) cianosis clí-
grama permite reconocer el “acabalgamiento” del tronco so- nica o subclínica.
bre el defecto interventricular. El cateterismo cardíaco con- Constituye una complicación grave de las cardiopatías
firma la ausencia del tronco de la arteria pulmonar y el que cursan inicialmente con cortocircuito de izquierda a de-
origen de sus ramas en el tronco común. recha y plétora pulmonar. La más frecuente es la CIV (56%),
seguida del conducto arterioso (18%). Suele reservarse la de-
Tratamiento. En el adulto, la cardiopatía suele ser inopera- nominación de “complejo” de Eisenmenger a los casos de
ble. En fases tempranas se ha intentado la reconstrucción del defecto interventricular. El término reacción de Eisenmenger
tronco de la arteria pulmonar mediante un conducto artifi- se aplica al proceso vascular pulmonar obstructivo responsa-
cial provisto de una válvula propia. ble del síndrome.

Cuadro clínico. La mayoría de los pacientes refieren una


Ventrículo derecho con doble salida historia de insuficiencia cardíaca en la infancia que se supe-
Los vasos nacen del ventrículo derecho y la única salida ró gracias al aumento precoz de las RVP. Sus manifestacio-
del ventrículo izquierdo es una CIV alta. La arteria pulmonar nes principales son:
tiene su origen en el infundíbulo del ventrículo derecho, y 1. La cianosis de aparición gradual y precoz, aunque pue-
los dos grandes vasos suelen mantener sus relaciones norma- de también tener un comienzo tardío, como es típico de la
les, aunque la aorta nace a la derecha del tabique interventri- CIA, y que se extiende a todo el cuerpo o se limita a los
cular, por detrás de la cresta supraventricular. La CIV puede miembros inferiores (cianosis diferencial), como en el con-
ser subaórtica o subpulmonar. ducto arterioso hipertenso.
2. La disnea de esfuerzo, que se debe al estímulo de la hi-
Tratamiento. La CIV no debe cerrarse, sino ampliarse rediri- poxia sobre los quimiorreceptores del cayado aórtico y seno-
giendo el flujo a la aorta mediante un túnel intraventricular carotídeos, por lo que es menos acusada en la persistencia
(operación de Rastelli). del conducto arterioso.
3. La angina de esfuerzo, que es infrecuente en los jóvenes
y empeora con los vasodilatadores que aumentan el cortocir-
Drenaje venoso pulmonar anómalo total cuito de derecha a izquierda.
Es también una anomalía infrecuente, en la que las cuatro 4. Los síncopes de esfuerzo, debido a que el gasto cardía-
venas pulmonares confluyen en un seno venoso común que co es fijo y no aumenta con el ejercicio.
vierte a la aurícula derecha, ya sea: a) a través de una vena 5. Las hemoptisis, causadas por la rotura de las pequeñas
cava superior izquierda, que asciende a lo largo del borde iz- lesiones angiomatosas pulmonares o los infartos de pulmón
quierdo del corazón hasta alcanzar la vena innominada que secundarios a trombosis locales o embolias.
confluye a la vena cava superior derecha (conexión suprau- 6. La policitemia, que puede producir cefaleas intensas
ricular o tipo I); b) directamente en la cavidad o en el seno cuando el hematócrito es muy alto.
coronario (conexión auricular o tipo II); c) en la cava infe- 7. La insuficiencia cardíaca derecha, que es rara antes de
rior o en la vena suprahepática (conexión infradiafragmática los 30 años.
o tipo III), o d) en varios sitios a la vez (tipo IV o mixto). La hipertensión pulmonar se reconoce clínicamente por:
La aurícula derecha recibe, por consiguiente, toda la san- a) la presencia de una onda a gigante en el pulso yugular y
gre venosa pulmonar y sistémica y la devuelve parcialmente de un galope presistólico; b) la palpación del latido de la ar-
al corazón izquierdo a través de una CIA, que es parte obliga- teria pulmonar en el foco pulmonar, y c) la auscultación de
da de la malformación. un segundo ruido pulmonar intenso, a veces palpable, de un
chasquido sistólico seguido de un soplo suave, de un escape
Cuadro clínico. El 90% de los niños fallecen en el primer valvular pulmonar o soplo de Graham-Steell y/o de un soplo
año de vida a causa de una insuficiencia cardíaca provoca- de insuficiencia tricúspide funcional.
da por hiperaflujo pulmonar. Si sobreviven gracias al aumen- El dato clínico más llamativo, sin embargo, es la dilatación
to de las RVP pueden alcanzar los 20-30 años y el cuadro clí- del tronco de la arteria pulmonar en la radiografía simple de
nico es idéntico al de una gran CIA con hipertensión tórax, que se acompaña de una reducción de la vascularidad
pulmonar, cianosis ligera y disnea. La cianosis franca no apa- distal. El ECG muestra la hipertrofia del ventrículo y de la au-
rece hasta que la reacción vascular pulmonar es acusada, rícula, con ondas T negativas en las precordiales derechas. El
pues la simple mezcla de sangres no produce un gran des- cateterismo cardíaco confirma las alteraciones funcionales
censo de la saturación arterial de oxígeno. El diagnóstico de que definen el síndrome (presión arterial pulmonar, insatura-
los drenajes supraventriculares es sencillo porque la radio- ción periférica, Qp/Qs, RVP/RVS) y permite localizar el de-
grafía muestra una imagen muy típica en “monigote de nie- fecto responsable. La angiografía entraña un riesgo adicional
ve” o “figura en 8”, formada por la dilatación de las venas ca- no despreciable cuando el gasto cardíaco es crítico y la hipo-
vas superiores derecha e izquierda y de la vena innominada, xia intensa.

603
CARDIOLOGÍA

A B C

D E

Fig. 3.165. Origen de los grandes vasos. A: Grandes vasos en posición normal; la arteria pulmonar nace del infundíbulo del ventrículo derecho,
por delante de la aorta y rodeándola hacia atrás y a la izquierda. B. Transposición clásica de los grandes vasos (dextrotransposición); la aorta
nace del infundíbulo del ventrículo derecho, situado por delante, y asciende paralela a la pulmonar. C. Levotransposición; la aorta nace del infudí-
bulo situado a la izquierda (del ventrículo anatómicamente derecho) y asciende paralela a la pulmonar. D y E. Esquemas de la dextrotorsión y la
levotorsión del asa que acompañan a la dextrotransposición y la levotransposición.

Tratamiento. Los pacientes suelen fallecer en la cuarta dé- obstruye el flujo venoso pulmonar. La aorta ascendente y
cada de la vida a causa de insuficiencia cardíaca, desenca- las arterias coronarias se llenan de forma retrógrada a tra-
denada a veces por la aparición de fibrilación auricular o de vés de un conducto arterioso invertido. Constituye una de
accidentes tromboembólicos pulmonares. Las cefaleas inten- las causas más frecuentes de insuficiencia cardíaca duran-
sas responden a las sangrías repetidas, que están indicadas te el primer mes de vida y nunca se sobrevive a la edad in-
cuando el hematócrito es del orden del 65-70%. El diagnósti- fantil. El ecocardiograma permite orientar el diagnóstico.
co de síndrome de Eisenmenger lleva implícita la inoperabi- En la actualidad los resultados quirúrgicos son insatisfacto-
lidad del defecto y el único tratamiento factible es el tras- rios.
plante de corazón y de pulmón.
Alteraciones de la configuración
Cor triatriatum
y de la posición cardíacas
Se caracteriza por la presencia de un tabique fibroso pro-
visto de un orificio central estrecho que divide la aurícula iz-
quierda en dos cámaras: una cámara posterosuperior, que re- Transposición corregida de los grandes vasos
cibe las venas pulmonares, y una cámara inferior, que
comunica con la válvula mitral y el apéndice auricular. El (levotransposición)
cuadro clínico es superponible al de la estenosis mitral, con En esta anomalía coinciden dos alteraciones que práctica-
hipertensión pulmonar retrógrada y cortocircuito de derecha mente siempre van unidas: la levotransposición de los gran-
a izquierda a través de una CIA que comunica con la cámara des vasos y la discordancia AV (asa-levo), que al invertir la
inferior. En el 25% de los casos el orificio es relativamente posición de los ventrículos en relación con las aurículas co-
holgado y permite que el paciente sobreviva hasta la adoles- rrige funcionalmente la transposición anatómica (véase Desa-
cencia o la edad adulta. La corrección quirúrgica implica la rrollo embrionario y anomalías congénitas) (fig. 3.165). El
resección del diafragma intrauricular. corazón adopta así una configuración muy peculiar, que, en
ausencia de cualquier otra anomalía asociada, puede consi-
derarse totalmente normal, aunque está formada a partir de
Síndrome de la hipoplasia del corazón izquierdo una vía alternativa anómala: la torsión del asa primitiva a la
Es una malformación compleja cuya anomalía principal izquierda (asa-levo) en vez de a la derecha (asa-dextro). Casi
es la atresia de la válvula aórtica y la hipoplasia de la aorta siempre existen, sin embargo, otros defectos que, por su fre-
ascendente. El ventrículo izquierdo es rudimentario y exis- cuencia, pueden considerarse parte integrante de la malfor-
te atresia o hipoplasia de la válvula mitral. La coartación mación:
de la aorta es frecuente. La sangre pasa de la aurícula iz- 1. La CIV y la estenosis pulmonar, que si coexisten ocasio-
quierda a la derecha a través de una CIA pequeña, que nan un cuadro de tetralogía de Fallot atípica.

604
ENDOCARDITIS INFECCIOSA

2. La displasia de tipo Ebstein de la válvula AV izquierda cuyo caso cabe la posibilidad de que exista una simetría bi-
tricúspide, que puede producir insuficiencia “mitral”. lateral con dos lados derechos o con dos lados izquierdos.
3. La localización anormal del sistema de conducción AV. En el síndrome de asplenia (dos lados derechos) existe una
Las alteraciones que en presencia de un cuadro clínico de triple cisura pulmonar bilateral, la bifurcación bronquial es
CIV, estenosis pulmonar o tetralogía de Fallot pueden sugerir simétrica y alargada, como muestra la tomografía, se detec-
esta anomalía son: a) la aparición de un bloqueo AV congé- tan cuerpos de Heinz y Howell-Jolly en los hematíes y se con-
nito, de grado avanzado (10-20% de los casos); b) la insufi- firma en la gammagrafía esplénica. Se acompaña siempre de
ciencia “mitral” congénita (33%); c) la presencia de ondas Q malformaciones cardíacas graves, con predominio de la este-
septales en precordiales derechas y su ausencia en las iz- nosis pulmonar y campos pulmonares claros. En el síndrome
quierdas, que revela la inversión del tabique; d) el aumento de la polisplenia (dos lados izquierdos) los pulmones son bi-
de la intensidad del segundo ruido en el foco pulmonar debi- lobulares, la bifurcación bronquial es corta y el estómago
do a la cercanía de la aorta levotranspuesta a la pared toráci- aparece indistintamente a la derecha o a la izquierda. Se
ca izquierda, y e) la visualización de la aorta ascendente en confirma mediante la gammagrafía hepática y esplénica. Las
el borde izquierdo de la silueta cardíaca. El ecocardiograma malformaciones cardíacas no son tan constantes ni graves
y la angiografía confirman el diagnóstico anatómico. como en la asplenia, aunque es frecuente la levocardia. Pre-
dominan las cardiopatías cianóticas con flujo pulmonar ex-
Tratamiento. Depende de la lesión subyacente. La configu- cesivo.
ración anómala del corazón puede dificultar el tratamiento En presencia de malposiciones y alteraciones de la confi-
quirúrgico de la CIV o la estenosis pulmonar, pero no requie- guración cardíaca, el diagnóstico de la cardiopatía subya-
re una corrección específica. cente puede ser complejo y requiere un análisis sistemático y
detallado de: a) la posición de las aurículas, a juzgar por el
eje de la onda P, la situación del hígado o el ecocardiograma
Malposiciones cardíacas bidimensional; b) la situación de los ventrículos anatómica-
Se distinguen tres tipos de malposiciones cardíacas, fácil- mente derecho e izquierdo, y c) la posición de los grandes
mente identificables en la radiografía simple: la dextrocardia, vasos (transpuestos o en posición normal).
en la que el corazón está situado a la derecha del tórax
(ápex a la derecha), la mesocardia, cuando está en la línea Bibliografía especial
media, y la levocardia, cuando ocupa su posición normal. Su FRIEDMAN WF. Congenital heart disease in infancy and children. En:
significación clínica depende del situs visceral asociado, que BRAUNWALD E (ed). Heart disease. Filadelfia, WB Saunders, 1992;
puede ser situs solitus, con el hígado situado a la derecha y 887-965.
la cámara gástrica a la izquierda; situs inversus, si están al re- PERLOFF J. The clinical recognition of congenital heart disease. Fila-
vés, o situs ambiguus, si el hígado es simétrico y central, en delfia, WB Saunders, 1991.

Endocarditis infecciosa
M.ª P. Tornos Mas y J.M.ª Miró Meda

Concepto. La endocarditis infecciosa es una infección mi- diopatía reumática y cambian también los microrganismos,
crobiana, en la mayoría de los casos de origen bacteriano, siendo especialmente notoria la disminución del número de
del endocardio. La lesión característica la constituyen las ve- infecciones estreptocócicas.
getaciones que suelen asentar en el endocardio valvular,
aunque pueden también afectar las cuerdas tendinosas, los Patogenia. Endocarditis sobre válvula nativa. En la patoge-
músculos papilares o el endocardio mural. Puede producirse nia de la endocarditis sobre una válvula nativa existen dos
también la infección microbiana del endotelio extracardía- hechos fundamentales: por un lado, el desarrollo de un trom-
co, por ejemplo en la coartación de aorta o en el conducto bo fibrinoplaquetario, generalmente como consecuencia de
arterioso persistente, originándose un cuadro clínico total- una lesión endotelial, y, por otro, su colonización, como con-
mente superponible al de la endocarditis infecciosa que reci- secuencia de una bacteriemia, que originará una vegetación
be el nombre de endarteritis. En la era preantibiótica la en- séptica (fig. 3.166).
docarditis se clasificaba en formas agudas, subagudas y El primer paso para el desarrollo de una endocarditis es la
crónicas. En la actualidad esta clasificación no se utiliza, ya aparición de un trombo fibrinoplaquetario adherido al endo-
que se considera que corresponde sólo a formas de presenta- telio valvular, que recibe el nombre de endocarditis trombó-
ción de la enfermedad que dependen básicamente del mi- tica no bacteriana (ETNB). Este trombo se observa esencial-
crorganismo responsable. En nuestros días se reconocen tres mente cuando se lesiona el endotelio valvular, ya que la
tipos de endocarditis infecciosa: la que afecta a válvulas nati- fibrina y las plaquetas se depositan sobre la zona de endote-
vas, la que asienta sobre prótesis valvulares y la que aconte- lio erosionado. El daño endotelial se puede producir como
ce en los adictos a drogas por vía parenteral (ADVP). Por consecuencia de fenómenos hemodinámicos originados por
otra parte, el microrganismo causante define la enfermedad el flujo sanguíneo en pacientes con cardiopatías predispo-
(p. ej., endocarditis estreptocócica sobre válvula mitral nati- nentes o por el traumatismo directo del endotelio en la ciru-
va). La endocarditis suele afectar más a los varones que a las gía valvular o por el roce de un catéter o dispositivo similar
mujeres y tiene una incidencia aproximada de 1 por cada (p. ej., catéter de Swan-Ganz).
1.000 ingresos hospitalarios. En los últimos años, el espectro La ETNB también puede formarse cuando existen inmuno-
clínico de la enfermedad está variando: han aparecido los complejos circulantes y/o estados de hipercoagulabilidad,
casos que afectan a ADVP, está aumentando la población de con coagulopatía intravascular diseminada (CID) o sin ella,
portadores de prótesis, la enfermedad se diagnostica cada como ocurre en pacientes con determinadas neoplasias, en-
vez en personas de edad más avanzada, varía la cardiopatía fermedades crónicas caquectizantes o del tejido conjuntivo
de base a expensas de una importante reducción en la car- (lupus eritematoso sistémico[LES]). En estos casos la ETNB

605
CARDIOLOGÍA

Lesión del endotelio valvular por:


Factores hemodinámicos Maniobras que producen traumatismo
Traumatismo directo (catéter) de piel y/o mucosas
Drogadicción parenteral
Presencia de inmunocomplejos circulantes Foco séptico
y/o estados de hipercoagulabilidad

Depósito de fibrina y plaquetas en la


superficie del endotelio valvular Bacteriemia transitoria

Endocarditis trombótica no bacteriana


Adherencia y
colonización

Vegetación séptica

Destrucción valvular Embolias Bacteriemia


e invasión local con pulmonares persistente
formación de: sistémicas
Abscesos
Aneurismas
Metástasis sépticas Estímulo inmunológico Hiperplasia SMF
Inmunocomplejos circulantes Esplenomegalia
Vasculitis
Glomerulonefritis
Aneurismas micóticos Aneurismas micóticos

Manifestaciones extracardíacas
Manifestaciones
cardíacas

Fig. 3.166. Patogenia de la endocarditis infecciosa. SMF: sistema mononuclear fagocítico.

recibe el nombre de endocarditis marasmática. Las vegeta- rentemente normales. Por otra parte, los drogadictos tienen
ciones son estériles y no producen destrucción valvular, pero una elevada incidencia de endocarditis derecha en ausencia
pueden alcanzar un gran tamaño y, al desprenderse o frag- de cardiopatía subyacente. Probablemente ello se debe a la
mentarse, originar embolias sistémicas, que constituyen la lesión del endotelio tricúspide secundario a los adulterantes
principal manifestación clínica de esta entidad. (talco u otros) que se inyectan con la droga.
Las cardiopatías mencionadas a continuación predispo- Para que los gérmenes colonicen el trombo fibrinoplaque-
nen al desarrollo de endocarditis: tario y se desarrolle una vegetación séptica es preciso que,
1. Cardiopatía reumática. La importancia de la cardiopatía en primer lugar, invadan el torrente circulatorio y, en segun-
reumática como causa de endocarditis ha disminuido mu- do lugar, sean capaces de adherirse a él. La puerta de entra-
cho en las 2-3 últimas décadas. Actualmente se observa en el da de la bacteriemia suele ser un foco séptico (p. ej., infec-
25-30 % de los casos de endocarditis. ción urinaria) o una maniobra invasiva que traumatice la
2. Cardiopatías congénitas. En particular predisponen el piel y/o las mucosas, ya que permite el paso a la sangre de
conducto arterioso, la comunicación interventricular, la los microorganismos que los colonizan, aunque en ocasio-
coartación aórtica, la tetralogía de Fallot, la estenosis pulmo- nes la colonización es espontánea. La mucosa oral y de la
nar y la aorta bicúspide. En conjunto se identifican en el 4- orofaringe es la puerta de entrada de estreptococos del gru-
26% de los casos. po viridans, el aparato genitourinario y el tracto digestivo del
3. Cardiopatías degenerativas. La esclerosis y la calcifica- enterococo, y los bacilos gramnegativos y la piel de los estafi-
ción de la válvula mitral o de las sigmoides aórticas son fac- lococos. El origen de la bacteriemia en los ADVP se especifi-
tores predisponentes cada vez más frecuentes en pacientes ca en el capítulo correspondiente; la piel de los drogadictos
de edad avanzada. es el origen de las infecciones estafilocócicas, y la droga, el
4. Prolapso de la válvula mitral. El riesgo de padecer una material de inyección o los disolventes contaminados que
endocarditis es mayor cuando el prolapso origina insuficien- utilizan son el origen de las infecciones por enterococos, ba-
cia valvular. En algunas series, la insuficiencia mitral se- cilos gramnegativos y hongos.
cundaria a la existencia de prolapso valvular constituye la No todos los microrganismos producen endocarditis. Para
cardiopatía de base hasta en el 10% de los pacientes con en- ello es necesario que posean capacidad de adherirse a los re-
docarditis. ceptores del trombo fibrinoplaquetario. Cuanto mayor es el
5. Otras cardiopatías. La miocardiopatía hipertrófica obs- grado de adherencia, menor es el inóculo bacteriano que se
tructiva, el síndrome de Marfan y las valvulopatías de cual- necesita para producir una endocarditis. Los estreptococos y
quier otra etiología son asimismo cardiopatías predispo- S. aureus son los microorganismos que se adhieren con ma-
nentes. La existencia de un episodio previo de endocarditis yor facilidad a la superficie del trombo fibrinoplaquetario.
aunque no haya originado lesión valvular evidenciable favo- Endocarditis sobre prótesis valvulares. La infección de una
rece la aparición de nuevos episodios de endocarditis, que válvula protésica durante los 12 meses que siguen a su im-
se localizan en la misma válvula. En el 20-40% de los pa- plantación (endocarditis protésica precoz) se produce gene-
cientes con endocarditis no se encuentra una valvulopatía ralmente por colonización de la prótesis valvular durante la
subyacente. Es probable que gérmenes virulentos como intervención quirúrgica o en el postoperatorio inmediato.
Staphylococcus aureus puedan implantarse en válvulas apa- Durante la intevención quirúrgica los gérmenes proceden de

606
ENDOCARDITIS INFECCIOSA

la piel del paciente o del personal médico o de la conta-


minación de la bomba de circulación extracorpórea (Staphy-
lococcus epidermidis, difteromorfos) y con menor frecuencia
del aire ambiental (Aspergillus sp). En el postoperatorio, los
microrganismos alcanzan la prótesis en el curso de una bac-
teriemia cuya puerta de entrada puede ser la infección de un
catéter, de la herida quirúrgica, del pulmón o de la vía urina-
ria. A partir de los 12 meses, la patogenia de la endocarditis
protésica tardía y los microorganismos responsables son pa-
recidos a los descritos en la infección de la válvula nativa; es
decir, en estos casos la prótesis se contamina a partir de bac-
teriemias con puerta de entrada orofaríngea, genitourinaria o
digestiva en la mayoría de los casos.

Anatomía patológica. Una vez que el trombo fibrinoplaque-


tario es colonizado por un microrganismo se constituye una
vegetación séptica. El microrganismo se multiplica en su inte-
rior formando colonias y éstas crecen por el depósito de nue- Fig. 3.167. Vegetaciones en la válvula mitral (flechas).
vas capas de fibrina y plaquetas, alcanzando a los pocos días
su tamaño definitivo. La vegetación es la lesión característica
de la endocarditis infecciosa (fig. 3.167). Se trata de un agre- festaciones musculosqueléticas tienen una patogenia inmu-
gado fibrinoplaquetario, no vascularizado, en cuya matriz nológica o por embolias sépticas. Lo mismo ocurre con los
existen colonias de microrganismos y escasos leucocitos poli- aneurismas micóticos. Se originan por embolias sépticas o
morfonucleares y hematíes. La concentración de gérmenes por depósito de inmunocomplejos circulantes en los vasa va-
en su interior es muy elevada, de aproximadamente 108-10 mi- sorum que irrigan la pared arterial. Su necrosis y reblandeci-
crorganismos por gramo de tejido. Su forma y tamaño son va- miento originan estas dilataciones aneurismáticas que pue-
riables. Por lo general se localizan en las válvulas izquierdas, den llegar a romperse. Se detectan durante la endocarditis o
aunque en los drogadictos predominan en la válvula tricúspi- meses después de ella y se descubren en el 10-15% de las au-
de, asentando en la superficie auricular de las válvulas auri- topsias. Por lo general, se localizan en las bifurcaciones arte-
culoventriculares (AV) o en la ventricular de las sigmoides. riales, preferentemente en las ramas periféricas de la arteria
Las consecuencias de la infección se describen en la figura cerebral media, aunque pueden afectar cualquier arteria del
3.166. En el corazón, los microrganismos pueden invadir organismo.
y destruir las válvulas nativas, las cuerdas tendinosas o los
músculos papilares y extenderse hacia el anillo de implanta- Etiología. Potencialmente, cualquier microorganismo pue-
ción valvular, el miocardio o la raíz de la aorta dando lugar a de causar una endocarditis. En la tabla 3.63 se exponen los
abscesos, pericarditis o aneurismas del seno de Valsalva. Los que la originan con mayor frecuencia en Barcelona. Por lo
abscesos originados en el anillo aórtico pueden afectar el teji- general, la endocarditis es monomicrobiana, aunque en el
do específico de conducción y provocar distintos grados de 5% de los casos se aísla más de un microrganismo. Por otra
bloqueo AV. En los pacientes con prótesis valvulares la infec- parte, en menos del 10% de los casos la endocarditis cursa
ción asienta en la línea de sutura y puede causar una deshis- con hemocultivos negativos. En conjunto, los estreptococos
cencia de la prótesis y abscesos paraprotésicos. y estafilococos son responsales del 70-90 % de los casos, sien-
Las manifestaciones patológicas extracardíacas son conse- do su distribución distinta según el tipo de endocarditis in-
cuencia de las embolias y la bacteriemia persistente. Las ve- fecciosa.
getaciones pueden fragmentarse o desprenderse y provocar Endocarditis sobre válvula nativa. En la mayoría de los ca-
embolias pulmonares o sistémicas dependiendo de su locali- sos, la infección se adquiere en la comunidad. Los estrepto-
zación. Las embolias sistémicas afectan principalmente las cocos, especialmente del grupo viridans, causan el 40-60%
arterias cerebrales, renales, esplénicas, coronarias y grandes de las endocarditis, aunque su incidencia ha disminuido los
arterias periféricas. últimos años. S. sanguis, S. mitis y S. mutans son los estrep-
La bacteriemia puede originar diversas manifestaciones tococos del grupo viridans responsables de más de la mitad
clínicas. Si el germen es virulento (p. ej., S. aureus, neumoco- de los casos. Streptococcus bovis se identifica en el 5-10% de
co o estreptococos del grupo A) puede producir metástasis los casos. En más del 50% de los pacientes, la bacteriemia
sépticas en cualquier localización, sobre todo en el bazo, los por este germen se origina a partir del tubo digestivo (ade-
riñones, los huesos o las articulaciones y el SNC. Por el con- nomas, divertículos, carcinoma de colon). Los enterococos
trario, si la infección está producida por gérmenes poco viru- producen el 5-15% de las endocarditis (E. faecalis, 80%, y E.
lentos (p. ej., estreptococos del grupo viridans, S. epidermi- faecium, 20%). Los estreptococos microaerófilos, los betahe-
dis, Coxiella burnetii), la endocarditis puede evolucionar molíticos del grupo A y el neumococo son muy poco fre-
durante períodos prolongados de tiempo. En estos casos la cuentes. La incidencia de endocarditis estafilocócica ha au-
bacteriemia persistente origina un estímulo constante del sis- mentado y es responsable del 15-35% de los casos. S. aureus
tema inmunitario y de la actividad del sistema mononuclear sensible a la meticilina causa más del 95% de los episodios.
fagocítico. El resultado es la aparición de hipergammaglobu- La incidencia de la endocarditis por bacilos gramnegativos
linemia policlonal, inmunocomplejos circulantes, factor reu- es inferior al 10%. Suele tratarse de microrganismos del gru-
matoide, crioglobulinas, anticuerpos antinucleares y otros po HACEK (Haemophilus sp, Actinobacillus actinomycetenco-
autoanticuerpos, que desaparecen con el tratamiento. El mitans, Cardiobacterium hominis, Eikenella corrodens y Kin-
depósito renal de inmunocomplejos circulantes puede pro- gella kingae), Pseudomonas aeruginosa, Brucella sp y
ducir glomerulonefritis focal o difusa con hipocomplemente- enterobacterias. Otros gérmenes como los microrganismos
mia, histológicamente indiferenciable de la postestreptocó- anaerobios, Neisseria gonorrhoeae, Listeria sp, Legionella sp,
cica. La participación del sistema mononuclear fagocítico en C. burnetii (fiebre Q), Chlamydia psittaci y hongos son muy
la eliminación de las bacterias circulantes origina hiperpla- infrecuentes.
sia de éste con la consiguiente hepatosplenomegalia y apari- La incidencia de endocarditis nosocomial está aumentan-
ción de células mononucleares en sangre periférica. do. La puerta de entrada en estos casos suele ser la infección
Las lesiones cutaneomucosas características de la endo- de un dispositivo intravascular o la infección de la herida
carditis (petequias, nódulos de Osler, manchas de Janeway, quirúrica. Los gérmenes responsables suelen ser S. aureus
hemorragias en astilla), las manchas de Roth y muchas mani- (que en ocasiones puede ser resistente a la meticilina) y S.

607
CARDIOLOGÍA

TABLA 3.63. Microrganismos aislados en 779 episodios de endocarditis infecciosa diagnosticados en los hospitales Clínico y Provincial
y Vall d’Hebron de Barcelona desde 1975 hasta 1992
Endocarditis infecciosa
Microrganismo Sobre válvula nativa Sobre válvula protésicaª Total
Población general Drogadictos Precoz Tardía
Estafilococos 60 (16%) 213 (72%) 37 (80%) 13 (21%) 323
S. aureus 45 209 8 10 272
S. epidermidis 15 4 29b 3 51

Estreptococos 218 (58%) 49 (17%) 2 (4%) 32 (51%) 301


Grupo viridans 143 36 2 16 197
Enterococo 24 6 – 8 38
S. bovis 18 3 – 3 24
Neumococo 10 1 – 1 12
Otros 23 3 – 4 30

Grupo HACEK 15 – 1 6 22
Otros bacilos gramnegativos 16 2 2 – 20c
Fiebre Q 7 – – – 7
Otros gérmenes 9 3 1 2 15
Hongos 3 5 1 1 10d
Polimicrobiana 4 11 – 2 17
Hemocultivo negativo 44 (12%) 11 (4%) 2 (4%) 7 (11%) 64
Total de episodios 376 294 46 63 779
a
Precoz, menos de 12 meses; tardía, más de 12 meses.
b
Más del 50% de las cepas fueron resistentes a la meticilina.
c
Pseudomonas aeruginosa en 6 casos, Brucella sp en 5, Klebsiella sp en 3, Enterobacter sp en 2, Escherichia coli en 2 y Yersinia sp y Salmonella sp en un caso cada una.
d
Candida en 8 casos y Aspergillus en 2 casos.

epidermidis y, con menor frecuencia, bacilos gramnegativos, carditis puede presentarse en forma de un síndrome febril
incluyendo Enterobacter sp, Serratia sp y Pseudomonas sp, y aislado o bien asociado a distintas manifestaciones cardía-
Candida sp. cas, neurológicas, renales, osteoarticulares o secundarias a
Endocarditis en ADVP. En España, S. aureus sensible a la fenómenos embólicos.
meticilina es el microrganismo responsable de la mayoría de Síntomas generales. El síntoma inicial de la endocarditis
los episodios, aunque la distribución de gérmenes en la en- suele ser la fiebre, a veces precedida de un cuadro general
docarditis izquierda es más parecida a la observada en la consistente en astenia, anorexia, pérdida de peso y síntomas
endocarditis sobre válvula nativa de la población no droga- locomotores inespecíficos como artromialgias o polialtral-
dicta. gias. La fiebre está presente en más del 90% de los casos de
Endocarditis sobre prótesis valvulares. Existe una clara dife- endocarditis, aunque puede faltar en los ancianos o en pa-
rencia entre los gérmenes aislados en la endocarditis precoz cientes que han recibido tratamiento antibiótico previo o
(menos de 12 meses) y en la tardía (más de 12 meses). En la presentan insuficiencia cardíaca o renal avanzadas. En las
endocarditis precoz predominan los estafilococos coagulasa- formas más habituales de endocarditis, producidas por mi-
negativos y, en particular, S. epidermidis, que en más del 50% crorganismos poco virulentos como los estreptococos del
de los casos es resistente a la meticilina. En menor medida grupo viridans, gérmenes del grupo HACEK o S. epidermidis,
puede estar causada por S. aureus, Corynebacterium sp. (dif- la fiebre o febrícula suele ser bien tolerada y se acompaña
teromorfos), bacilos gramnegativos (incluyendo Legionella de un discreto síndrome tóxico (formas subagudas o lentas).
pneumophila) y hongos (Aspergillus sp y Candida albicans). Por el contrario, las endocarditis causadas por gérmenes más
En la endocartidis tardía la distribución de microrganismos virulentos, como S. aureus, S. pneumoniae o estreptococos
es similar a la observada sobre válvula nativa. del grupo A, cursan con un cuadro agudo de fiebre elevada
con escalofríos y muchas veces existen ya en el momento
Cuadro clínico. La endocarditis infecciosa puede tener un del diagnóstico metástasis sépticas y signos de insuficiencia
curso agudo o subagudo y manifestarse por una amplia cardíaca por destrucción valvular.
gama de síntomas y signos referidos a cualquier aparato o Manifestaciones cardíacas. El hallazgo de un soplo cardía-
sistema del organismo. La expresividad clínica de la enfer- co de carácter regurgitante constituye un elemento básico
medad depende básicamente de la bacteriemia persistente, del diagnóstico, pero su presencia no es en absoluto específi-
del tipo de microrganismo responsable, de las complicacio- ca. Raras veces es posible demostrar la aparición de un soplo
nes intracardíacas secundarias a la presencia de vegetacio- nuevo o la modificación de uno preexistente, en cuyo caso
nes, de las embolias y de la presencia de inmunocomplejos el valor diagnóstico es mayor. La aparición de signos de insu-
circulantes. Aproximadamente en el 30 % de los casos exis- ficiencia cardíaca en el curso de una endocarditis es un sig-
ten antecedentes de la puerta de entrada de la infección. no de mal pronóstico. La insuficiencia cardíaca puede de-
Aunque el período de incubación entre la bacteriemia y la berse a la descompensación de la cadiopatía de base, como
aparición de síntomas es corto, en las formas más habituales consecuencia de la anemia y de la fiebre, o bien a la sobre-
el diagnóstico suele demorarse hasta una media de 4-5 sema- carga hemodinámica aguda secundaria a la destrucción val-
nas tras el inicio de la sintomatología, probablemente por- vular. Este segundo mecanismo afecta sobre todo las endo-
que los síntomas iniciales son inespecíficos. carditis infecciosas que asientan en la válvula aórtica y
ocurre aproximadamente en el 30% de los pacientes, obli-
1. Endocarditis sobre válvula nativa. La endocarditis so- gando a plantear el recambio valvular urgente. Otros sínto-
bre válvula nativa es la forma más frecuente de la enferme- mas cardiológicos menos frecuentes son la aparición de tras-
dad y asienta por lo general en las válvulas del corazón iz- tornos de conducción en el ECG o la pericarditis, presentes
quierdo, sobre todo en la válvula aórtica, seguida de la mitral en casos de abscesos perianulares aórticos, o la posibilidad
o de la afectación de ambas válvulas. Excepcionalmente se de infarto de miocardio por embolia coronaria a partir de las
afectan también las válvulas derechas. Clínicamente la endo- vegetaciones.

608
ENDOCARDITIS INFECCIOSA

Manifestaciones extracardíacas. Determinados signos cutá-


neos, como las petequias y las hemorragias subungueales, es-
tán presentes en el 20% de los casos y, aunque inespecíficos,
son orientativos de la enfermedad. El panadizo de Osler es
una manifestación clásica de la endocarditis que se observa
en las formas de curso subagudo o lento. Consiste en un nó-
dulo eritematoso y doloroso de aparición súbita en el pulpe-
jo de un dedo. Las manchas de Janeway son maculopápulas
eritematosas que aparecen en las palmas de las manos y las
plantas de los pies y suelen verse en las endocarditis por S.
aureus. En el 5% de los casos se observan en el fondo de ojo
las manchas de Roth, lesiones con un núcleo ovalado pálido
rodeadas de un halo eritematoso. La esplenomegalia era, en
la época preantibiótica, un elemento básico del diagnóstico.
En la actualidad se observa con menor frecuencia y en casos
de presentación lenta.
Las embolias sistémicas son la complicación más común
de la enfermedad y ocurren en el 20-30% de los casos, de ma- Fig. 3.168. Ecocardiograma transtorácico. Plano parasternal longi-
nera que cualquier accidente clínico en el curso de la endo- tudinal izquierdo. Vegetación implantada en las válvulas sigmoides
carditis obliga a descartarlas. Las embolias pueden ocurrir en aórticas (flecha).
cualquier momento del curso evolutivo de la enfermedad,
aunque son particularmente frecuentes antes o al poco tiem-
po de iniciar el tratamiento antibiótico. Las embolias más transesofágica es muy útil en estos casos, ya que permite de-
habituales son las cerebrales, seguidas de las esplénicas, las mostrar la existencia de vegetaciones en un alto porcentaje
renales y de extremidades inferiores. En ocasiones estas em- de pacientes y asegurar así el diagnóstico de endocarditis.
bolias sépticas pueden ser origen de abscesos viscerales que Por otra parte, el tipo de microrganismo aislado en el hemo-
perpetúen el cuadro febril y tóxico de la enfermedad. cultivo también orienta el diagnóstico: si es un estafilococo,
Los aneurismas micóticos constituyen una complicación hay que pensar siempre en una endocarditis, mientras que si
temible aunque afortunadamente poco frecuente (2-5%). se trata de bacilos gramnegativos, se debe considerar siem-
Pueden aparecer en muchos territorios arteriales, pero sue- pre la sepsis como la primera posibilidad diagnóstica, y exi-
len hacerlo en arterias del cerebro y en general no dan mani- gir una demostración inequívoca de afectación de la prótesis
festaciones clínicas antes de su rotura. antes de aceptar el diagnóstico de endocarditis. Las formas
En el 25% de los casos hay manifestaciones neurológicas. de endocarditis protésicas tardías tienen un cuadro clínico
Pueden consistir en signos focales secundarios a embolias, superponible al de las endocarditis sobre válvula nativa. En
abscesos o aneurismas micóticos o bien en síndromes me- estos casos debe vigilarse la posible aparición de dehiscen-
níngeos o encefalopáticos en las fases sépticas iniciales de la cia protésica que obligue a plantear recambio valvular.
enfermedad. Son frecuentes también los signos de afecta-
ción renal, en forma de microhematuria. La nefropatía, de Exámenes complementarios. Hemocultivo. Junto al cuadro
origen séptico o embólico, no suele tener trascendencia clí- clínico, el hemocultivo constituye la base del diagnóstico. En
nica. Raras veces puede aparecer una grave glomerulopatía la endocarditis la bacteriemia es continua y de poca magni-
aguda por depósito de inmunocomplejos que puede ser in- tud. Con dos hemocultivos se aísla el agente etiológico en
cluso la forma de presentación de la enfermedad. más del 90% de los casos. Se recomienda obtener al menos
tres hemocultivos no simultáneos, extrayendo como mínimo
2. Endocarditis en ADVP. En estos pacientes, previamente 10 mL de sangre por cultivo. La sangre se debe cultivar en
sin valvulopatía en la inmensa mayoría de los casos, la forma medios aerobio y anaerobio y conservar varias semanas para
más común de endocarditis es la que asienta sobre la válvula detectar la presencia de gérmenes de crecimiento lento (mi-
tricúspide y el microrganismo responsable es S. aureus en el crorganismos del grupo HACEK, estreptococos nutricionales
90% de los casos. El cuadro clínico consiste en fiebre y mani- deficientes, Brucela sp, Corynebacterium sp, Legionella sp).
festaciones respiratorias como dolor pleurítico, hemoptisis, Existe aproximadamente un 10% de endocarditis con hemo-
disnea o tos secundarias a embolias pulmonares sépticas. La cultivo negativo. Estos casos se deben, en su mayor parte, a
auscultación de soplo de insuficiencia tricúspide es muy la administración previa de antibióticos, aunque en ocasio-
poco habitual, y la aparición de signos de insuficiencia car- nes corresponden a gérmenes de crecimiento difícil (grupo
díaca, excepcional. En los drogadictos con lesiones valvula- HACEK, estreptococos con requerimiento nutricional, Bru-
res previas, el cuadro clínico y los gérmenes infectantes son cella sp y otros), a formas de infección no bacteriana como
superponibles a las formas de endocarditis sobre válvula na- los hongos o a parásitos intracelulares obligados como C.
tiva en la población no adicta. burnetii (fiebre Q) o C. psittaci. En todo caso de endocarditis
con hemocultivo negativo hay que practicar exámenes sero-
3. Endocarditis sobre prótesis valvulares. La endocarditis lógicos para descartar estas posibilidades etiológicas (p. ej.,
es una de las complicaciones más graves que puede sufrir un brucelosis, fiebre Q, legionelosis, Chlamydia).
paciente portador de una prótesis valvular. Se reconoce la Ecocardiograma. La ecocardiografía proporciona un dato
existencia de dos tipos: endocarditis protésica precoz y en- de gran valor diagnóstico al permitir demostrar la existen-
docarditis protésica tardía. La incidencia de endocarditis cia de vegetaciones. Éstas se observan en alrededor del 60%
protésica precoz ha disminuido radicalmente con las medi- de los casos con la técnica transtorácica habitual (fig. 3.168)
das higiénicas y profilácticas antes de la cirugía de recambio y en más del 90% con la técnica transesofágica. La ecocar-
valvular. Por el contrario, la incidencia de las formas tardías diografía es pues de gran ayuda diagnóstica, sobre todo en
está aumentando al ser cada vez más numerosa la población los casos con hemocultivo negativo y en la endocarditis so-
de pacientes portadores de prótesis valvulares. bre prótesis valvulares (técnica transesofágica). Hay que te-
El cuadro clínico de la endocarditis protésica consiste en ner presente, sin embargo, que las imágenes ecocardiográfi-
fiebre, síndrome tóxico y posibles fenómenos embólicos y cas pueden ser típicas de vegetaciones, en cuyo caso el valor
signos de disfunción protésica. En las formas precoces el diagnóstico es muy elevado, pero en ocasiones las imágenes
diagnóstico diferencial se plantea con cuadros sépticos se- son dudosas, lo que obliga a utilizar la información con espe-
cundarios a infección de la herida operatoria, de las vías de cial cautela. No hay que olvidar tampoco que en presencia
acceso vascular o de las sondas urinarias. La ecocardiografía de un cuadro clínico típico, la negatividad del ecocardiogra-

609
CARDIOLOGÍA

punto de vista clínico, sin embargo, puede aceptarse como


seguro el diagnóstico en presencia de un cuadro clínico
compatible (síndrome febril, fenómenos vasculares o inmu-
nológicos, especialmente en pacientes con cardiopatía pre-
disponente), hemocultivos positivos e imágenes claras de
vegetaciones en el ecocardiograma. Las dificultades diagnós-
ticas de la endocarditis derivan de la gran variedad de sínto-
mas con que se puede presentar la enfermedad: hay que
pensar en ella no sólo ante cualquier cardiópata que presen-
ta un síndrome febril sino también en pacientes, con cardio-
patía conocida o sin ella, que padecen accidentes embóli-
cos, abscesos cerebrales, síntomas neurológicos, hematurias
o glomerulonefritis asociados a fiebre inexplicada. En las for-
mas de presentación aguda las manifestaciones sépticas ex-
tracardíacas pueden hacer olvidar el diagnóstico de endo-
carditis. Por el contrario, en las formas subagudas o lentas las
manifestaciones de la enfermedad pueden ser inicialmente
Fig. 3.169. Ecocardiograma transesofágico. Se observa una cavidad
tan poco llamativas (febrícula, astenia) que el diagnóstico
en la pared posterior del anillo aórtico sugestiva de absceso perianu- no se sospeche hasta etapas ya avanzadas o en presencia de
lar (puntas de flecha). AI: aurícula izquierda; AO: aorta; VD: ventrícu- complicaciones mayores. El diagnóstico de endocarditis es
lo derecho; VI: ventrículo izquierdo. especialmente difícil en los casos que cursan con negativi-
dad de los hemocultivos. En estos pacientes el cuadro clíni-
co y la demostración de vegetaciones en el ecocardiograma
constituyen la base del diagnóstico. Cada caso, sin embar-
ma no excluye el diagnóstico de endocarditis. Algunos auto- gro, debe ser cuidadosamente individualizado y han de con-
res han correlacionado el tamaño y la motilidad de las vege- siderarse otras posibilidades diagnósticas.
taciones con la aparición de fenómenos embólicos y con el El diagnóstico diferencial de la enfermedad se plantea con
pronóstico de la endocarditis. Ello ha propiciado que algu- todas las causas de síndrome febril prolongado, neoplasias,
nos grupos recomienden tratamiento quirúrgico en presen- vasculitis, lupus eritematoso sistémico, fiebre reumática o mi-
cia de vegetaciones grandes y móviles. Esta actitud no está xoma auricular, enfermedades todas que comparten rasgos
universalmente aceptada y, de hecho, en nuestra experien- clínicos similares. En los ADVP la presencia de fiebre y clíni-
cia el tamaño de las vegetaciones no se correlacionó ni con ca respiratoria es muy sugestiva de la enfermedad.
la mortalidad ni con la aparición de embolias.
Además de su papel en el diagnóstico de la enfermedad, Pronóstico. Antes de la era antibiótica la mortalidad de la
el ecocardiograma aporta otros datos pronósticos de gran endocarditis era prácticamente del 100% y la causa funda-
utilidad: permite valorar la gravedad de las lesiones valvula- mental de muerte era la insuficiencia cardíaca. En nuestros
res, el funcionalismo de las prótesis en casos de endocarditis días, la mortalidad global de la enfermedad se aproxima al
protésica, el estado de la función cardíaca y la presencia de 20% y, además de la insuficiencia cardíaca, las causas más
complicaciones sépticas como los abscesos perianulares. La comunes de muerte son los accidentes neurológicos, las
técnica de la ecocardiografía transesofágica aumenta la sen- complicaciones sépticas y el postoperatorio de un recambio
sibilidad de la técnica transtorácica en la identificación de valvular practicado en la fase activa de la infección.
vegetaciones. Es también la técnica de elección en el diag- En la endocarditis sobre válvula nativa las cifras de morta-
nóstico de vegetaciones en portadores de prótesis, ya que el lidad son del 10-15% y dependen sobre todo del microrganis-
ecocardiograma convencional (técnica transtorácica) es mo responsable. Así, la mortalidad en una endocarditis so-
muy poco sensible en la detección de vegetaciones sobre bre válvula nativa por estreptococos del grupo viridans es
prótesis mecánicas. Por último, la ecocardiografía transesofá- inferior al 10%, en tanto que puede llegar a ser del 25-30% en
gica es también la técnica más adecuada para el diagnóstico casos de infección estafilocócica, neumocócica o enterocó-
de los abscesos perivalvulares (fig. 3.169). cica. Otros factores que influyen negativamente en el pronós-
Laboratorio general. Es frecuente la anemia normocíti- tico son el retraso en establecer el diagnóstico, la edad avan-
ca, la VSG suele estar elevada y en las formas agudas es co- zada, la afectación de la válvula aórtica y, naturalmente, la
mún la leucocitosis con desviación a la izquierda. Son habi- aparición de complicaciones mayores (embolias o insufi-
tuales las alteraciones del sedimento urinario, especialmente ciencia cardíaca) en el curso de la enfermedad. Los que so-
la microhematuria. En las formas subagudas o lentas puede breviven tras un episodio de endocarditis tienen una supervi-
haber hipergammaglobulinemia, factor reumatoide, disminu- vencia a los 10 años del 81%. Es destacable, sin embargo,
ción del complemento sérico e inmunocomplejos circulantes. que una proporción superior al 30% requiere recambio val-
Elecrocardiograma. Las alteraciones electrocardiográficas vular en los primeros años de seguimiento, especialmente los
son las propias de la cardiopatía de base, si ésta existe. Du- que han padecido una endocarditis aórtica. Por otra parte, el
rante el curso de la endocarditis debe vigilarse la aparición riesgo de sufrir otra endocarditis al cabo de los años es supe-
de trastornos de conducción que suelen reflejar la existen- rior en estos pacientes que en la población de pacientes car-
cia de abscesos perianulares aórticos. En algunos casos pue- diópatas en general.
den aparecer imágenes de infarto de miocardio secundarios La endocarditis derecha del drogadicto es la forma más
a embolias coronarias. benigna de endocarditis y en más del 90% de los casos se
Radiografía de tórax. Al igual que ocurre con el ECG, la consigue la curación con tratamiento antibiótico. Por el con-
presencia o la ausencia de cardiopatía de base definirá el trario, la endocarditis sobre prótesis valvular es la forma más
tipo de silueta cardíaca. Durante la enfermedad debe vigilar- grave de endocarditis. En las formas precoces y en todos los
se periódicamente la aparición de signos de insuficiencia casos debidos a estafilococos las cifras de mortalidad supe-
cardíaca. En las endocarditis derechas son frecuentes los in- ran el 50%. Por esta razón parece justificado actuar agresiva-
filtrados pulmonares bilaterales. mente en su tratamiento. Las formas tardías estreptocócicas
son más benignas y su pronóstico se asemeja más al de las
Diagnóstico. El diagnóstico definitivo de la endocarditis endocarditis sobre válvula nativa.
sólo puede establecerse con absoluta certeza por medio del
examen histológico y microbiológico de las vegetaciones Tratamiento. 1. Normas generales. El tratamiento de la
obtenidas en el acto quirúrgico o en la necropsia. Desde el endocarditis se basa en la administración del antibiótico más

610
ENDOCARDITIS INFECCIOSA

TABLA 3.64. Tratamiento antibiótico de la endocarditis infecciosa estreptocócica y estafilocócica


Germen Antibióticos Duración Alergia a la penicilina Duración
Estreptococos sensibles PAUTA A: penicilina G 12-18 × 106 U/día i.v. 2 semanas Vancomicina 0,5 g/día i.v. 4 semanas
a la penicilina + estreptomicina 0,5 g/12 h i.m. o cefalotina 2 g/4 h i.v.b 4 semanas
(CIM < 0,1 µg/mL) o gentamicina 1 mg/kg/8 h i.v.a
PAUTA B: penicilina G 12-18 × 106 U/día i.v.c 4 semanas
PAUTA C: penicilina G 12-18 × 106 U/día i.v. 4 semanas
+ estreptomicina 0,5 g/12 i.m.
o gentamicina 1 mg/kg/8 h i.v. 2 semanas

Estreptococos resistentes PAUTA D: penicilina 18-24 × 10 U/día i.v.


6
4 semanas Vancomicina 1 g/12 h i.v.
a la penicilina o ampicilina 12-16 g/día i.v. + estreptomicina 0,5 g/12 h i.m.
(CIM > 0,5 µg/mL) + estreptomicina 0,5 g/12 h i.m. o gentamicina 1 mg/kg/8 h i.v. 4-6 semanas
o gentamicina 1 mg/kg/8 h i.v. 4 semanas
PAUTA E: mismo tratamiento 6 semanas

Staphylococcus aureus PAUTA F: cloxacilina 9-12 g/día i.v. 4 semanas Vancomicina 2 g/día i.v. 4-6 semanas
sensibles a la meticilina + gentamicina 1 mg/kg/8 h i.v.d 5 días + gentamicina 1 mg/kg/8 i.v. 5 días
PAUTA G: mismo tratamiento 6 semanas

Estafilococos PAUTA H: vancomicina 2 g/día i.v. 4-6 semanas


coagulasa-negativos + rifampicina 0,9-1,2 g/día p.o. 4-6 semanas
resistentes a la meticilina + gentamicina 1 mg/kg/8 h i.v. 2 semanas

Véase en el texto la indicación de cada pauta.


a
También puede administrarse penicilina G procaína, 1,2 × 106 U/6 h por vía i.m.
b
Si la alergia a la penicilina no es de tipo anafiláctico.
c
También puede administrarse ceftriaxona, 2 g/24 h i.v. o i.m. durante un mes.
d
En la endocarditis por S. aureus, si existe una pobre respuesta clínica a los 7 días se puede mantener la gentamicina hasta 14 días y añadir rifampicina
(0,9-1,2 g/día).

adecuado, a las dosis necesarias y durante el tiempo sufi- mismo vigilarse la posibilidad de aparición de efectos tóxi-
ciente para erradicar el germen responsable de las vegetacio- cos de los antibióticos.
nes endocárdicas. Este tratamiento requiere, en algunos ca- El principal criterio de buena respuesta al tratamiento es
sos, ser complementado con la resección quirúrgica de las la apirexia, que, en ausencia de focos sépticos extracardía-
válvulas afectadas. Los antibióticos han de ser bactericidas, cos, suele conseguirse a los pocos días de iniciado el trata-
ya que los bacteriostáticos pueden suprimir la bacteriemia, miento. La persistencia del cuadro febril o la aparición de
pero no erradicar la infección. Los antibióticos más útiles fiebre durante el tratamiento plantea varias posibilidades
son los betalactámicos, que suelen emplearse asociados a diagnósticas que deben descartarse en cada caso: fiebre me-
aminoglucósidos. Esta asociación ha demostrado ser sinérgi- dicamentosa en general asociada a eosinofilia, flebitis super-
ca en los estudios in vitro y clínicamente se consigue una ficial en relación con la vía de administración del antibiótico
desaparición más rápida de la bacteriemia y de la fiebre. y absceso extracardíaco o intracardíaco.
Además, esta asociación es imprescindible para conseguir Debe aprovecharse el ingreso hospitalario para efectuar la
un efecto bactericida ante microrganismos tolerantes a los búsqueda y, en su caso, la erradicación de la puerta de en-
betalactámicos, como los enterococos y algunas cepas de es- trada de la infección, como focos dentarios en casos de for-
treptococos. Los antibióticos han de utilizarse a dosis altas y mas estreptocócicas o afección urológica o gastrointestinal
por vía intravenosa para conseguir un gradiente alto entre la en casos de infecciones por S. bovis o enterococo. Una vez
concentración de antibiótico en el plasma y en el interior de finalizado el tratamiento antibiótico debe procederse a he-
la vegetación que asegure su penetración. Por último, el tra- mocultivos de control antes de asegurar la curación bacterio-
tamiento debe ser prolongado (4-6 semanas en las formas lógica. Si aparece una recidiva, se tratará de nuevo médica-
más habituales) para evitar las recidivas y erradicar los posi- mente y se planteará el recambio valvular si se trata de
bles focos metastásicos. En la mayoría de los casos el trata- gérmenes de tratamiento difícil o de gérmenes muy virulen-
miento se inicia una vez conocido el germen responsable y tos.
se utilizan las pautas que se describen a continuación. En El tratamiento anticoagulante no está indicado en la en-
ocasiones puede ser recomendable iniciar un tratamiento docarditis. De hecho, no hay duda de que su utilización agra-
empírico, siempre tras la toma de, al menos, tres hemoculti- va el pronóstico por la frecuencia de complicaciones hemo-
vos, pero antes de disponer de su resultado. Este tratamiento rrágicas que se producen, sobre todo cerebrales. De todas
empírico está justificado cuando la sospecha diagnóstica es formas, si la cardiopatía de base lo hace necesario, como
muy fuerte (p. ej., cuadro clínico muy sugestivo e imágenes ocurre en los pacientes portadores de prótesis valvulares, el
claras de vegetaciones en el ecocardiograma) y, sobre todo, tratamiento debe mantenerse. En estos casos es prudente
cuando la forma de presentación es aguda, ya que en estos sustituir los dicumarínicos por heparina las primeras sema-
casos la aparición de complicaciones graves en las primeras nas de tratamiento, ya que durante este período el riesgo em-
horas o días no es infrecuente. Las pautas antibióticas que se bólico es el más alto.
han de utilizar en este contexto dependerán de cada caso:
se empleará una pauta para estreptococos en casos de endo- 2. Tratamiento antibiótico. Una vez aislado el microrganis-
carditis sobre válvula nativa de presentación subaguda y se mo y conocida su sensibilidad antibiótica debe adecuarse el
cubrirá la posibilidad de infección estafilocócica en todas tratamiento antibiótico. En la tabla 3.64 se especifica el trata-
las formas de presentación aguda, en las endocarditis proté- miento recomendado para las endocarditis estreptocócicas y
sicas y en los ADVP. estafilocócicas.
El estado clínico de los pacientes debe revisarse a diario, Estreptococos sensibles a la penicilina [concentración inhi-
para vigilar la posible aparición de signos de insuficiencia bitoria mínima (CIM) inferior a 0,1 µg/mL]. Más del 70% de
cardíaca, alteraciones del ritmo o de la conducción cardía- las cepas de estreptococos del grupo viridans y del grupo D
cos, fenómenos embólicos o clínica neurológica. Debe asi- no enterococo (S. bovis) son muy sensibles a la penicilina

611
CARDIOLOGÍA

(CIM inferior a 0,1 µg/mL). Los tres regímenes terapéuticos la vancomicina (2 g/día, pauta H), siendo el cotrimoxazol
indicados en la tabla 3.64 tienen una eficacia similar y un ín- una buena alternativa terapéutica. Se aconseja asociar genta-
dice de curaciones superior al 98%. El tratamiento de elec- micina durante un máximo de 5-7 días con el fin de reducir
ción para la endocarditis estreptocócica no complicada es la los días de bacteriemia, la fiebre y la leucocitosis. Se reco-
pauta A, que además permite una hospitalización más corta. mienda prolongar el tratamiento durante 6 semanas (pauta
Si el paciente es mayor de 65 años, tiene insuficiencia renal G) si la endocarditis es complicada, existen grandes vegeta-
o afectación del VIII par craneal, se recomienda la pauta B. ciones ecocardiográficas o metástasis sépticas, si la cepa es
Finalmente, se aconseja la pauta C cuando la evolución clíni- tolerante o si la endocarditis asienta sobre una válvula proté-
ca previa al tratamiento es superior a 3 meses, se detectan sica. En casos de alergia a la penicilina se administrará van-
grandes vegetaciones ecocardiográficas, existen metástasis comicina durante 4-6 semanas. Si la alergia a la penicilina no
sépticas o la endocarditis afecta una válvula protésica. es de tipo anafiláctico pueden utilizarse cefalosporinas de
La endocarditis por estreptococos del grupo A o por neu- primera generación (cefalotina o cefazolina).
mococo, microrganismos sensibles a la penicilina (CIM in- La endocarditis tricúspide por S. aureus sensible a la meti-
ferior a 0,1 µg/mL), son poco frecuentes y se tratan con la cilina en los drogadictos tiene muy buen pronóstico y se ha
pauta B. En casos de cepas de neumococo con resistencia demostrado que pautas antibióticas de 2 semanas pueden
parcial o total a la penicilina (CIM 0,1-1 µg/mL), el tratamien- ser suficientes.
to puede efectuarse aumentando la dosis de penicilina (24- Estafilococos plasmacoagulasa-negativos (S. epidermidis y
40 millones de unidades dirarias) o cambiándola por una otros). S. epidermidis es el agente etiológico más frecuente
cefalosporina de tercera generación (cefotaxima 12 g/día). Si en las endocarditis sobre válvulas protésicas. Más del 75%
el neumococo es resistente a la penicilina (CIM superior a de las cepas de S. epidermidis aisladas durante los primeros
1 µg/mL), el tratamiento de elección es la vancomicina 12 meses que siguen al recambio valvular son resistentes a la
(2 g/día). meticilina, mientras que a partir del primer año sólo lo es el
Estreptococos del grupo viridans con CIM para la penicilina 25%. El tratamiento de la endocarditis infecciosa por S. epi-
superior a 0,1 e inferior a 0,5 µg/mL tolerantes y variantes nu- dermidis resistente a la meticilina (CIM > 12 µg/mL) se reali-
tricionales. El tratamiento de las endocarditis en estos casos y za con la asociación de vancomicina y rifampicina durante
en los causados por cepas tolerantes a la penicilina [relación 6 semanas, añadiendo un aminoglucósido durante las prime-
concentración bactericida mínima (CBM)/CIM superior 32:1] ras 2 semanas (pauta H). Si el germen es sensible a una peni-
o con requerimientos nutricionales (necesitan piridoxina y cilina isoxazólica o a la penicilina G, se elegirán estos anti-
cisteína) se tratan con la pauta C. En los casos de alergia a la bióticos a las dosis de 9-12 g/día o 24 millones de unidades
penicilina, ésta se sustituye por vancomicina. diarias, respectivamente, durante el mismo tiempo.
Estreptococos resistentes a la penicilina (CIM superior a 0,5 Cocos gramnegativos. La endocarditis por meningococo y
µg/mL). Los enterococos y el 15-20% de las cepas de estrep- gonococo puede tratarse con éxito mediante penicilina G
tococos del grupo viridans son resistentes a la penicilina (18-24 millones de unidades diarias) durante 4 semanas. La
(CIM superior a 0,5 µg/mL). Los enterococos son más resis- ceftriaxona se ha mostrado eficaz en la endocarditis gonocó-
tentes que los estreptococos del grupo viridans y S. bovis a la cica y podría ser el tratamiento de elección en los casos re-
penicilina, con CIM de 10 a 100 veces más altas y CBM 100 sistentes a la penicilina.
veces superior a la CIM. Además, E. faecium tiene una CIM Bacilos gramnegativos aerobios y anaerobios. El tratamien-
para la penicilina más elevada que E. faecalis. No se dispone to se realiza de acuerdo con los estudios de sensibilidad in
de antibióticos bactericidas frente al enterococo, por lo que vitro, asociando un antibiótico betalactámico y un aminoglu-
el tratamiento de este germen requiere la asociación de peni- cósido durante 4-6 semanas. En todos los casos debe evaluar-
cilina, ampicilina o vancomicina con un aminoglucósido se el tratamiento quirúrgico. Las endocarditis por gérmenes
(estreptomicina o gentamicina) que no tenga una CIM supe- del grupo HACEK se tratan con ampicilina y un aminoglucó-
rior a 2.000 µg/mL, con el fin de obtener un efecto bacterici- sido durante 4 semanas. Si el germen es resistente a la ampi-
da sinérgico. cilina, ésta se sustituye por otro betalactámico (cefotaxima o
La pauta de elección consiste en la administración de pe- ceftriaxona) de acuerdo con el antibiograma.
nicilina G sódica o ampicilina y un aminoglucósido (estrep- La endocarditis por Brucella sp, relativamente frecuente en
tomicina o gentamicina) durante 4 semanas (pauta D). La España, se trata con la asociación de tetraciclinas, estrepto-
ampicilina es 2-4 veces más activa que la penicilina in vitro, micina, rifampicina y/o cotrimoxazol y casi siempre requiere
por lo que algunos autores prefieren este antibiótico, aunque recambio valvular para la curación. El tratamiento debe
no existen diferencias in vivo y el 20% de los pacientes pre- mantenerse un tiempo mínimo de 2 meses tras la interven-
sentan efectos secundarios. Es muy importante determinar si ción quirúrgica.
el enterococo tiene alto nivel de resistencia a la estreptomici- La endocarditis por microrganismos anaerobios es rara y
na, ya que el 20-50% de las cepas de enterococo son alta- grave. En general está producida por cocos grampositivos
mente resistentes a la estreptomicina (CIM superior a 2.000 anaerobios (Peptococcus sp, Peptostreptococcus sp), segui-
µg/mL). En estos casos debe administrarse gentamicina du- dos por Bacteroides fragilis y Fusobacterium sp. El antibiótico
rante el mismo tiempo. El tratamiento ha de prolongarse de elección es la penicilina G sódica, que debe administrar-
durante 6 semanas (pauta E) cuando la evolución clínica se durante 6 semanas.
previa al tratamiento es superior a los 3 meses, en la afecta- Hongos. El tratamiento de la endocarditis fúngica plantea
ción mitral, cuando existen grandes vegetaciones ecocardio- dificultades especiales porque las vegetaciones suelen adqui-
gráficas y cuando el paciente tiene metástasis sépticas o es rir gran tamaño y la concentración de antifúngico en su inte-
portador de una prótesis valvular. En caso de alergia a la rior es baja. Por otra parte, estos fármacos poseen un margen
penicilina no deben utilizarse las cefalosporinas ya que son terapéutico muy estrecho, por lo que no es posible aumentar
inactivas. La pauta aconsejada es la de vancomicina asocia- las dosis. Después de 7-14 días de tratamiento con dosis ple-
da a estreptomicina o gentamicina, según la sensibilidad an- nas de amfotericina B es necesario efectuar tratamiento qui-
tibiótica, ya que también existe sinergia. rúrgico y, a continuación, seguir con el mismo tratamiento
Estafilococo plasmacoagulasa-positivo (S. aureus). Si la en- durante 6-8 semanas. Finalizado el tratamiento, es necesario
docarditis por S. aureus está producida por una cepa resis- controlar al paciente durante un período muy prolongado,
tente a la penicilina (CIM > 0,2 µg/mL), como ocurre en más ya que se han observado recidivas hasta 20 meses después.
del 90% de los casos, el tratamiento de elección es la pauta Otros microrganismos. La endocarditis por difteromorfos
F. Si el germen es sensible a la penicilina, se administra peni- se trata con penicilina G (24 millones de unidades diarias) y
cilina G sódica a dosis elevadas (24 millones de unidades gentamicina (1,5 mg/kg/8 h) durante 6 semanas. Si el germen
diarias) en lugar de cloxacilina. Si S. aureus es resistente a la es resistente a la penicilina G, el antibiótico de elección es la
meticilina (CIM > 12 µg/mL) el antibiótico de elección es vancomicina. Para el tratamiento de la endocarditis por C.

612
ENDOCARDITIS INFECCIOSA

burnetii actualmente se aconseja la administración de tetraci- Pseudomonas sp o S. aureus. En estos casos debe individuali-
clinas (doxiciclina) asociadas a rifampicina o quinolonas zarse el caso, pero en ausencia de una respuesta clínica cla-
(ofloxacino) durante un mínimo de 3 años, recomendándo- ramente favorable y rápida, lo más aconsejable es proceder
se el recambio valvular cuando existe fracaso hemodinámi- al recambio valvular. Esta recomendación es absoluta cuan-
co. La endocarditis por C. psittaci también suele requerir re- do dichas infecciones ocurren en portadores de prótesis val-
cambio valvular y tratamiento con tetraciclinas durante un vular.
período mínimo de 3 meses. Abscesos intracardíacos. Por lo general la demostración de
Endocarditis con hemocultivos negativos. La endocarditis un absceso u otras complicaciones supurativas intracardía-
cursa con hemocultivos negativos en menos del 10% de los cas (fístulas, abscesos miocárdicos) constituyen una indica-
pacientes. En estos casos debe mantenerse el tratamiento ción de cirugía. Los pacientes que presentan estas complica-
empírico administrado de acuerdo con el grupo de riesgo ciones suelen además tener afectación valvular aórtica e
del paciente (población general, drogadictos, portadores de infecciones causadas por microrganismos virulentos, moti-
prótesis). vos adicionales que aconsejan proceder al tratamiento qui-
rúrgico. Si la situación hemodinámica es estable, se aconseja
3. Tratamiento quirúrgico. La cirugía, asociada al trata- realizar un período de tratamiento antibiótico, aunque sea
miento antibiótico, ha mejorado el pronóstico de determina- breve, antes de proceder al recambio valvular. En los casos
das formas de endocarditis. En estos momentos se conside- en los que el diagnóstico de absceso es sólo ecocardiográfi-
ran indicaciones de cirugía en la fase activa de la infección co hay que ser especialmente cauto antes de recomendar ci-
las siguientes: rugía por esta única indicación.
Insuficiencia cardíaca. La aparición de signos de insuficien- Embolias. Las embolias constituyen, junto a la presencia
cia cardíaca es el motivo fundamental que obliga a plantear de vegetaciones o a su tamaño, las indicaciones más contro-
el recambio valvular en el curso de una endocarditis infec- vertidas de recambio valvular en el curso de una endocardi-
ciosa. Esta complicación ocurre en más del 30% de los casos tis. No se ha demostrado una clara correlación entre la pre-
y, sobre todo, en la endocarditis aórtica con regurgitación sencia y el tamaño de las vegetaciones con la consiguiente
valvular grave. En estos pacientes debe procederse con rapi- aparición de fenómenos embólicos, de manera que no está
dez al recambio valvular. Los intentos de compensación con indicado el recambio valvular por este único motivo. Por
tratamiento médico suelen ser infructuosos y retrasan la in- otra parte, está bien establecido que la mayoría de los acci-
tervención, empeorando los resultados quirúrgicos. En los dentes embólicos ocurren antes o a los pocos días de iniciar
pacientes con afectación mitral la necesidad de intervención el tratamiento antibiótico, por lo que tampoco se debe pro-
es mucho menos frecuente. En alguna ocasión, sobre todo ceder al recambio valvular ante un único episodio embólico
en los portadores de prótesis mecánicas, la insuficiencia car- ocurrido en estas circunstancias. La cirugía se plantea en
díaca se debe a obstrucción valvular por las vegetaciones. ocasiones ante episodios embólicos repetidos acompañados
En esta situación, el tratamiento quirúrgico es también obli- de imágenes de grandes vegetaciones en el ecocardiograma.
gado y urgente. En los pacientes con endocarditis protésica Otras intervenciones. La aparición de abscesos viscerales
la dehiscencia valvular suele constituir también una indica- secundarios a embolias sépticas puede obligar a la práctica
ción de cirugía, ya que por lo general cursa con descompen- de intervenciones quirúrgicas para su tratamiento. La situa-
sación hemodinámica. ción más frecuente es la del absceso esplénico que obliga a
Infecciones por gérmenes difíciles de tratar. En este grupo efectuar una esplenectomía. Más difícil es la actuación tera-
se incluyen las endocarditis producidas por hongos y las pro- péutica en los raros casos en los que se diagnostica un aneu-
ducidas por Brucella sp, C. burnetti o C. psittaci, para las que risma micótico antes de su rotura. En esta situación debe
no existen antibióticos bactericidas. En estos casos, la inter- considerarse la cirugía y actuar de acuerdo con la accesibili-
vención se propone ante la imposibilidad de conseguir la dad del aneurisma.
erradicación de la infección con el tratamiento médico. No
es, pues, una indicación de cirugía urgente, y si la situación Profilaxis antibiótica. La profilaxis antibiótica está indica-
hemodinámica del paciente es estable, se aconseja instaurar da en los pacientes con cardiopatías subyacentes sometidos
un período de tratamiento médico antifúngico o antibiótico a manipulaciones en su piel o mucosas que pueden originar
antes de proceder al recambio valvular. bacteriemia. Deben considerarse candidatos los pacientes
Otras posibles indicaciones son las infecciones por micror- con alguna de las siguientes cardiopatías de base: cardiopa-
ganismos muy virulentos, como Streptococcus pneumoniae, tía valvular adquirida, cardiopatía congénita (con excepción

TABLA 3.65. Profilaxis antibiótica de la endocarditis infecciosa


Tipo de procedimiento Alergia a la penicilina
1. Intervenciones dentarias y de las vías aéreas superioresa
Amoxicilina 3 g/p.o. 1 h antes y 1,5 g p.o. 6 h despuésb Eritromicina 1 g p.o. 1-2 h antes y 0,5 g p.o. 6 h después
Clindamicina 600 mg p.o. 1-2 h antes y 300 mg p.o. 6 h después

2. Intervenciones genitourinarias y gastrointestinalesc


Ampicilina 2 g i.m. o i.v. + gentamicina 1,5 mg/kgd 30 min Vancomicina 1 g i.v.e 60 min antes + gentamicina 1,5 mg/kg i.m. o i.v.
antes, y amoxicilina 1,5 g 6 h después o repetir el régimen 30 min antes. Puede repetirse a las 8 h
parenteral 8 h después

3. Cirugía cardíaca valvular


Cefazolina 2 g i.v. 30 min antes y 8 y 16 h después (< 24 h) Vancomicina 1 g i.v. 30 min antes y 0,5 i.v. 8 y 16 h despuése,f
más gentamicina 1,5 mg/kg i.m. o i.v.
a
Los pacientes que estén recibiendo penicilina oral como profilaxis de la fiebre reumática (véase el texto), los que hayan sufrido un episodio previo de endocardi-
tis infecciosa y los que tengan implantada una prótesis valvular deben recibir la pauta 2.
b
La penicilina V es igualmente eficaz. Si no es posible utilizar la vía oral, puede administrarse la ampicilina por vía i.m. o i.v. y, en los alérgicos, clindamicina por vía
i.m.
c
En las situaciones de bajo riesgo (véase el texto) puede administrarse la pauta 1.
d
No exceder de 80 mg.
e
Debe administrarse lentamente durante 60 min. La teicoplanina puede ser una alternativa (200-400 mg i.m.).
f
Si existe una incidencia alta de infecciones por estafilococos o difteromorfos resistentes a la meticilina debe considerarse la pauta de elección.
g
La administración de gentamicina es opcional.

613
CARDIOLOGÍA

de la comunicación interauricular no complicada), miocar- Bibliografía especial


diopatía hipertrófica, prolapso mitral con insuficiencia valvu- BISNO AL, DISMUKES WE, DURAK DT, KAPLAN EL, KARSCHMER AW, KAYE D
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una dosis adicional de antibióticos 6-8 h después de la inter- ve endocarditis: An analysis based on strict case definitions. Ann
vención, sobre todo en los pacientes de alto riesgo. Intern Med 1981; 94 (parte 1): 505-518.
WILSON WR, STECKELBERG JM. Infective endocarditis. Infect Dis Clin
Aunque el recambio de una válvula cardíaca se considera North Am. Filadelfia WB, Saunders, 1993; 7: 1-170.
cirugía limpia y, por tanto, con un riesgo de infección infe-
rior al 5%, su gravedad justifica la utilización de antibióticos
profilácticos, como se recomienda en la tabla 3.65.

Tumores cardíacos
J.M.ª Cruz Fernández y V. López García-Aranda

La mayor facilidad diagnóstica que proporcionan las nue- La localización pericárdica es la más frecuente para los tu-
vas técnicas de imagen, en especial la ecocardiografía bidi- mores cardíacos de origen metastásico. Pueden provocar un
mensional, y los resultados de la cirugía, permiten hoy diag- derrame pericárdico, no necesariamente hemático, que lle-
nosticar y tratar un elevado número de tumores cardíacos. gue incluso al taponamiento cardíaco. Otras veces ocasio-
Ello explica el creciente interés de su conocimiento clínico. nan una infiltración difusa del pericardio que determina un
Los tumores cardíacos malignos son entre 25 y 30 veces patrón de constricción pericárdica. Las formas constrictivas
más frecuentes. De ellos, los metastásicos predominan am- pueden coexistir con un derrame pericárdico. Provocan con
pliamente sobre los primitivos. Los tumores de origen metas- frecuencia fibrilación y flúter auriculares.
tásico se encuentran en el 10-20% de las necropsias de los pa- El miocardio es la segunda localización más frecuente de
cientes con cáncer. Los tumores primarios más frecuentes los tumores cardíacos metastásicos. El tumor puede alte-
son los benignos (3 veces más) y se hallan en el 0,25% de las rar la función sistólica del músculo cardíaco y ocasionar una
autopsias generales. Conviene precisar aquí que el concepto dilatación ventricular, con disminución de la capacidad con-
de benignidad histológica no siempre se corresponde con tráctil, en las llamadas formas dilatadas. Otras veces, la infil-
el de benignidad clínica, puesto que un tumor histológica- tración tumoral del miocardio dificulta su relajación y deter-
mente benigno puede ser extremadamente grave en razón mina formas fundamentalmente restrictivas. A veces, el
de su localización. tumor crece hacia el interior de las cavidades y produce su
obliteración (formas obliterativas) o bien causa obstruccio-
Cuadro clínico. Los tumores cardíacos pueden provocar nes valvulares (fig. 3.170) o en el tracto de salida ventricular
manifestaciones clínicas cardíacas y extracardíacas. El pa- (formas obstructivas). El miocardio puede también afectarse
ciente con cáncer puede presentar alteraciones cardíacas no como consecuencia de la obstrucción tumoral del árbol co-
metastásicas. ronario. Los grandes troncos coronarios pueden resultar
Manifestaciones clínicas cardíacas. Los signos y síntomas comprimidos o infiltrados. La obstrucción coronaria puede
cardiológicos provocados por los tumores cardíacos depen- ser consecuencia de un émbolo de origen tumoral. Los tu-
den mucho más de su localización que del tipo histológico mores cardíacos ocasionan con frecuencia arritmias graves,
del tumor. Se pueden localizar en el pericardio, el miocardio tanto de tipo hiperactivo como por afectación del sistema de
y el endocardio, incluido el valvular. conducción, al que pueden bloquear en cualquier punto

614
TUMORES CARDÍACOS

de su trayecto. Así pues, los tumores cardíacos pueden origi-


nar insuficiencia cardíaca de todo tipo, isquemia miocárdica
desde angina de pecho hasta infarto agudo de miocardio y
prácticamente cualquier tipo de arritmia, llevando incluso a
la muerte súbita.
La localización endocárdica y valvular es la más frecuente
en los tumores primarios. El mixoma auricular, a veces pedi-
culado y móvil, puede obstruir de forma crónica o intermi-
tente el orificio mitral o tricúspide (fig. 3.170). Otras veces, al
crecer, oblitera la cavidad auricular izquierda (fig. 3.170), en
cuyo caso causa congestión pulmonar, o la derecha, ocasio-
nando un síndrome análogo al de la obstrucción de la vena
cava superior. Con frecuencia la superficie endotelial del tu-
mor se deslustra y provoca la formación de trombos sobre
ella. Fragmentos de estos trombos o del propio tumor pue-
den desprenderse y provocar embolias.
Manifestaciones clínicas extracardíacas. Algunos tumores
cardíacos provocan síntomas generales o forman parte de
síndromes complejos. El mixoma auricular puede cursar con
fiebre, pérdida de peso, artralgias, mialgias o sudación noc-
turna. El mixoma auricular familiar se inscribe en un síndro-
me general complejo (véase más adelante).
Los tumores que afectan el endocardio pueden provocar
embolias, sistémicas o pulmonares según sean izquierdos o
derechos, por coágulos o fragmentos tumorales.
Los tumores malignos primitivos pueden metastatizar u ori-
ginar cualquier tipo de síndrome paraneoplásico.

Complicaciones cardíacas. El paciente con cáncer, ade-


más de sufrir metástasis en el corazón, puede presentar com-
plicaciones cardíacas por otros mecanismos. Así, la coagulo-
patía puede provocar infartos de miocardio, y la mitad de los
casos de la denominada endocarditis trombótica no bacteria-
na se dan en pacientes con cáncer. Otras veces, el corazón
sufre los efectos tóxicos de la terapia del cáncer. La radio-
terapia mediastínica puede causar insuficiencia cardíaca in-
cluso años después de su término. La quimioterapia con an-
traciclina o desoxirubicina puede provocar lesión miocárdi- Fig. 3.170. A. Ecocardiograma bidimensional, plano parasternal
longitudinal del ventrículo izquierdo. Se observa una gran masa que
ca grave. Las terapéuticas combinadas o con dosis elevadas ocupa casi por completo la aurícula izquierda (AI) y estrecha el orifi-
son especialmente peligrosas. cio mitral. Ao: aorta; VD: ventrículo derecho; VI: ventrículo izquierdo.
B. Pieza quirúrgica del caso anterior. Se trataba de un mixoma cuyo
aspecto macroscópico recuerda a un gran trombo. (Cedida por el Dr.
Tipos de tumores cardíacos MORENO ALBA.)

Los tumores cardíacos pueden ser benignos y malignos,


los cuales, a su vez, se diferencian en primitivos o metastá- mixoma es familiar, transmitido por un gen autosómico do-
sicos. minante. En estos casos se inscribe dentro de un síndrome
general que incluye, además, la presencia de nevos, espe-
cialmente nevos azules, lentiginosis, efélides y neurofibro-
Tumores cardíacos benignos mas.
El 75% de los tumores cardíacos primitivos son benignos
desde el punto de vista histológico. Entre ellos, el mixoma es Otros tumores benignos
responsable de más de la mitad de los casos. En niños el rabdomioma y en segundo lugar el fibroma son
los tumores cardíacos benignos más frecuentes. Ambos afec-
Mixoma tan sobre todo el miocardio ventricular. El rabdomioma es a
Es un tumor probablemente originado en las células del menudo múltiple y el fibroma puede obstruir el tracto de sa-
endotelio, tiene forma polipoide, se halla unido al endocar- lida ventricular izquierdo. En casi la mitad de los casos el
dio mediante un tallo y posee un aspecto macroscópico que rabdomioma se asocia a esclerosis tuberosa sistémica.
recuerda al de un trombo organizado (fig. 3.170), incluso Los lipomas, hemangiomas y linfangiomas son mucho me-
con calcificaciones. La superficie que da a la cavidad está ro- nos frecuentes. Producen obstrucciones valvulares o trastor-
deada por células endoteliales con frecuencia recubiertas de nos de la conducción.
material trombótico. En el 95% de los casos se localiza en las Finalmente, en el pericardio pueden detectarse quistes de
aurículas, siendo 4 veces más frecuente en la izquierda que todo tipo.
en la derecha. Predomina en las mujeres. Puede obstruir la
válvula mitral o tricúspide y simular una estenosis valvular de
origen reumático. La variabilidad de los síntomas y signos, a
Tumores cardíacos malignos primitivos
menudo en relación con cambios posturales, debe hacer Son los menos frecuentes de todos y representan sólo la
pensar en el mixoma. La obstrucción aguda puede provocar cuarta parte de los tumores cardíacos primitivos.
síncope. La ausencia de fibrilación auricular también debe
hacer sospechar el mixoma. Con frecuencia origina embo- Mesoteliomas
lias. El mixoma de la aurícula derecha puede simular una Afectan preferentemente el pericardio y son más frecuen-
obstrucción de la vena cava superior. Se asocia a la sintoma- tes en los varones. Pueden tener un carácter difuso que infil-
tología extracardíaca ya señalada. En el 7% de los casos, el tra el pericardio (constricción pericárdica) o localizado. Su

615
CARDIOLOGÍA

localización selectiva en el nódulo auriculoventricular pro- contraste, la resonancia magnética y la angiografía de sus-
voca el bloqueo de la conducción a dicho nivel. tracción digital, son útiles en los casos más dudosos. La an-
giocardiografía convencional debe ser el último recurso
Sarcomas diagnóstico debido al riesgo que entraña de provocar embo-
Son más frecuentes en los individuos jóvenes. Se localizan lias. A veces, puede efectuarse el diagnóstico histológico al
preferentemente en el miocardio ventricular, con cierta pre- estudiar el material obtenido en una embolectomía. La biop-
ferencia por el lado derecho. El más común es el angiosarco- sia miocárdica tiene poca utilidad.
ma. Son tumores muy malignos que invaden rápidamente el
pericardio y metastatizan a distancia. Pronóstico y tratamiento de los tumores cardíacos. Los
tumores benignos, en especial el mixoma auricular, pueden
ser extirpados, siendo la mortalidad quirúrgica inferior al 3%
Tumores cardíacos de origen metastásico y los resultados a largo plazo excelentes. Las recidivas ocu-
Pese a su frecuencia, se diagnostican sólo en el 8,5% de rren en menos del 5% de los casos en el mixoma esporádico
los pacientes con cáncer. Los que metastatizan con mayor y llegan al 20% en los de origen familiar. Por lo tanto, se re-
frecuencia en el corazón son el melanoma (64%), la leuce- quiere un seguimiento periódico después de la cirugía.
mia (43%) y el linfoma maligno (35%). Sin embargo, debido El pronóstico de los tumores cardíacos malignos, por el
a su alta frecuencia, la mayoría de los tumores cardíacos me- contrario, es ominoso. Los primitivos rara vez pueden ser ex-
tastásicos provienen de cánceres de mama o de pulmón. tirpados quirúrgicamente y son poco sensibles a la radiotera-
Pueden afectar el pericardio, el miocardio o el endocardio, pia y la quimioterapia. Los de origen metastásico se asocian
por este orden de frecuencia, y originar cualquiera de los sín- a una supervivencia muy corta, de semanas o meses, a partir
tomas clínicos ya descritos. del momento de su diagnóstico clínico.

Diagnóstico de los tumores cardíacos. Dada la enorme


variedad de cuadros clínicos que pueden ocasionar, es nece- Bibliografía especial
sario mantener siempre un alto grado de sospecha para po- SALCEDO EE, COHEN GI, WHITE RD. Cardiac tumors: diagnosis and ma-
der diagnosticarlos. La ecocardiografía bidimensional permi- nagement. Curr Probl Cardiol 1992, 17: 73-137.
te su diagnóstico en la mayoría de los casos. Las nuevas TAZELAAR HD, LOCKE TJ, MCGREGOR CG. Pathology of surgically excised
técnicas de imagen, como la tomografía computarizada con primary cardiac tumors. Mayo Clin Proc 1992; 67: 957-965.

Cardiopatía y embarazo
X. Bosch Genover

Cambios cardiocirculatorios durante el embarazo disminuye progresivamente a partir de la primera hora al re-
ducirse la taquicardia, hasta alcanzar los valores anteriores al
Durante el embarazo se produce un aumento de la reab- embarazo a las 24 h.
sorción renal de sodio y agua por efecto de la estimulación
del sistema renina-angiotensina-aldosterona por parte de los
estrógenos. Ello determina un incremento del volumen plas-
Evaluación cardiovascular
mático, que llega a ser un 50% superior al estadio pregesta- Signos y síntomas. Todos los cambios cardiocirculatorios
cional a partir de la 32.a semana. Este aumento del volumen mencionados ocasionan la aparición de distintos signos y
plasmático no es seguido por un incremento paralelo de la síntomas, como mareos, disnea, fatiga y mala tolerancia al
producción de hematíes, por lo que se produce una “ane- esfuerzo. En algunos casos pueden auscultarse subcrepitan-
mia” relativa. El aumento resultante del volumen telediastóli- tes que se movilizan con la tos; su presencia, junto con la
co ventricular y del volumen de eyección, junto con la eleva- ingurgitación yugular debida al aumento del volumen plas-
ción de la frecuencia cardíaca, determinan un incremento mático, y la aparición de edemas maleolares, puede llevar a
del 50% del gasto cardíaco, presente a partir del segundo tri- pensar de forma errónea en la existencia de insuficiencia
mestre del embarazo. Las presiones arteriales sistólica y, en cardíaca. Además, los ruidos cardíacos se hallan desdo-
particular, diastólica se hallan asimismo disminuidas, debido blados y su intensidad aumentada, y suele haber un tercer
a un descenso de las resistencias vasculares. El retorno veno- ruido, hallazgos que, asociados a taquicardia, pueden diag-
so se encuentra también disminuido por la compresión de la nosticarse equivocadamente de ritmo de galope por insufi-
vena cava inferior producida por el útero dilatado, efecto ciencia cardíaca. Asimismo, es habitual la auscultación de
que es máximo en decúbito supino y disminuye en decúbito un soplo mesosistólico en el foco pulmonar y en la fosa su-
lateral o en bipedestación. praclavicular, producido por hiperaflujo. También pueden
Durante el parto eutócico, el dolor, la ansiedad y las con- auscultarse soplos continuos venosos en la fosa supraclavi-
tracciones uterinas determinan un aumento del 50% del gas- cular derecha y soplos arteriales en el precordio, estos últi-
to cardíaco y de la presión arterial sistólica, efectos que no se mos por aumento del flujo en la arteria mamaria interna.
observan en caso de practicarse una cesárea, por lo que este
último tipo de parto suele estar indicado en pacientes cardió- Exploraciones complementarias. En el ECG suele haber
patas. trastornos de la repolarización, una onda R alta en V2, taqui-
Inmediatamente después del parto, el retorno venoso au- cardia sinusal y, en ocasiones, también onda Q en DIII. Las
menta al desaparecer la compresión de la vena cava inferior radiografías de tórax se deben evitar en la mujer embarazada
y el volumen sanguíneo se incrementa al pasar a la circula- y, en todo caso, si son necesarias, hay que proteger el abdo-
ción central la sangre del útero vacío, lo que constituye una men con un delantal de plomo. El corazón se halla horizon-
forma de autotransfusión. El aumento resultante de la precar- talizado y el flujo pulmonar aumentado, lo que puede llevar
ga determina un incremento del gasto cardíaco, efecto que a la confusión con una falsa cardiomegalia con congestión

616
CARDIOPATÍA Y EMBARAZO

pulmonar. En el posparto inmediato puede existir un peque- TABLA 3.66. Efectos secundarios para el feto de los fármacos
ño derrame pleural, que se reabsorbe espontáneamente al con acción cardiovascular
cabo de 1-2 semanas. El ecocardiograma pone de manifiesto
una ligera dilatación de las cavidades cardíacas con una Efectos secundarios
Fármacos Seguridad
observados
contractilidad normal o aumentada, así como un derrame
pericárdico en el 40% de los casos. Puede haber pequeños Digoxina Bajo peso al nacimiento Sí
grados de insuficiencia pulmonar o tricúspide por efecto de Diuréticos Disminución del flujo Potencialmente No
la dilatación del ventrículo derecho. Las exploraciones isotó- sanguíneo uterino,
picas y, en menor medida, el cateterismo cardíaco están con- trombocitopenia
ictericia, hiponatremia,
traindicados durante todo el embarazo. bradicardia
Vasodilatadores
Enfermedades cardiovasculares Nitratos Bradicardia ?
Nitroprusiato Mortalidad fetal en animales Potencialmente No
Valvulopatías sódico de experimentación
El 90% de las pacientes embarazadas que padecen una IECA Defectos en la osificación No
valvulopatía tienen estenosis mitral. La insuficiencia mitral del cráneo, parto
afecta al 7% y la estenosis o la insuficiencia aórticas al resto. prematuro, bajo peso
al nacer, oligohidramnios,
En la estenosis mitral, la obstrucción al flujo de llenado del insuficiencia renal
ventrículo izquierdo se agrava durante el embarazo por el Bloqueadores Retraso del crecimiento Sí
aumento del gasto cardíaco y por la disminución del período beta intrauterino, apnea en el
de llenado diastólico que implica la taquicardia. Ello aumen- alumbramiento,
ta el gradiente de presión a través de la estenosis y los signos bradicardia, hipoglucemia,
y síntomas de congestión venosa pulmonar y periférica, en hiperbilirrubinemia
particular durante el tercer trimestre del embarazo, cuando Puede iniciar contracciones
mayores son el volumen plasmático y el gasto cardíaco. El uterinas
Antagonistas
tratamiento debe ir encaminado a reducir ligeramente el vo- del calcio – ?
lumen plasmático, mediante la restricción de la ingesta de Antiarrítmicos
sodio y la administración de diuréticos, y a frenar la taquicar- Quinidina Dosis tóxicas pueden causar Sí
dia con bloqueadores beta a dosis bajas, en caso de ritmo si- parto prematuro
nusal, y/o digoxina en caso de fibrilación auricular. En las y afectación del VIII par
pacientes con insuficiencia mitral o aórtica, por el contrario, craneal
la sintomatología no empeora de manera significativa duran- Procainamida – ?
te el embarazo, ya que, al tratarse de valvulopatías que pro- Disopiramida Puede iniciar contracciones ?
uterinas
ducen una sobrecarga de volumen, el corazón se halla mejor Lidocaína A dosis altas puede causar Sí
adaptado a recibir un volumen plasmático aumentado (con depresiones del SNC,
excepción de los casos de insuficiencia valvular aguda pro- especialmente en presencia
ducidos por rotura de cuerdas tendinosas o endocarditis). de acidosis fetal
Además, el diagnóstico clínico de estas valvulopatías se halla Mexiletina – ?
dificultado por la disminución en la intensidad y la duración Amiodarona Parto prematuro, ?
del soplo debido a la reducción de las resistencias vascula- hipotiroidismo fetal,
res periféricas y la presión diastólica. hipotonía, bradicardia,
ensanchamiento de
Las pacientes afectas de una valvulopatía y, especialmen- las fontanelas
te, las portadoras de una prótesis valvular, deben recibir tra- Dicumarínicos Abortos, atrofia del nervio No
tamiento antibiótico durante el parto para prevenir la endo- óptico y ceguera, retraso
carditis infecciosa. mental, microcefalia,
espasticidad, hemorragia
Cardiopatías congénitas cerebral
Con la reciente mejoría de las técnicas quirúrgicas, cada Embriopatía cumarínica
vez es mayor el número de pacientes afectas de una cardio- IECA: inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina.
patía congénita que llegan a la edad adulta. Entre las muje-
res embarazadas, la cardiopatía congénita más frecuente
es la comunicación interauricular, a la que siguen, por or- penderá el empeoramiento o no de su sintomatología. Así, el
den de frecuencia, la persistencia del conducto arterioso, aumento del volumen plasmático tiende a reducir el gradien-
la estenosis pulmonar, la comunicación interventricular con te de presión entre el ventrículo izquierdo y la aorta al au-
estenosis pulmonar asociada, la coartación de aorta y, por mentar el volumen telediastólico, pero ello es contrarrestado
último, la alteración congénita de la válvula aórtica. La tole- por la disminución de las resistencias vasculares que produ-
rancia a la sobrecarga hemodinámica impuesta por el em- ce un efecto opuesto. En el tercer trimestre del embarazo, la
barazo depende esencialmente de la gravedad de la cardio- compresión de la vena cava inferior por el útero disminuye
patía, de la existencia de hipertensión pulmonar y del grado el retorno venoso y, por lo tanto, el volumen ventricular, por
de cortocircuito existente entre las circulaciones sistémica y lo que el gradiente de presión aumenta. Por último, durante
pulmonar, tolerándose bien en general las cardiopatías que el parto, la estimulación adrenérgica producida por el dolor
causan una sobrecarga de volumen y mal las que provocan y la maniobra de Valsalva realizada al pujar aumentan el gra-
cianosis y/o hipertensión pulmonar. Cabe señalar la impor- diente entre el ventrículo y la aorta, incremento que se man-
tancia de prevenir la estasis venosa en las extremidades infe- tiene después del alumbramiento por la rápida disminución
riores en las pacientes con una comunicación interauricu- del volumen plasmático. Todo ello determina la necesidad
lar, por el peligro potencial de tromboembolia paradójica de extremar las precauciones durante el parto, aconsejándo-
desde la vena cava inferior a la aorta a través de la comuni- se el decúbito lateral y evitar la anestesia epidural por su ten-
cación. dencia a producir hipotensión arterial.
Las pacientes asintomáticas sin un componente obstruc-
Miocardiopatías tivo no deben recibir tratamiento. En los demás casos, se
Las pacientes afectas de miocardiopatía hipertrófica obs- puede administrar propranolol y diuréticos a dosis bajas.
tructiva sufren durante el embarazo una serie de alteraciones Una segunda alternativa consiste en administrar verapamilo,
hemodinámicas con efectos opuestos, de cuyo equilibrio de- aunque se desconoce si puede tener efectos teratógenos. En

617
CARDIOLOGÍA

lo posible debe evitarse la administración de simpaticomi- Tratamiento anticoagulante


méticos durante el parto.
Algunas mujeres (una de cada 10.000) desarrollan un cua- El tratamiento con anticoagulantes en mujeres embaraza-
dro de miocardiopatía dilatada entre el último mes del em- das es problemático tanto para la madre como para el feto,
barazo y los primeros 6 meses después del parto. Esta enfer- por lo que su indicación debe analizarse en forma rigurosa,
medad, denominada miocardiopatía puerperal, es de causa al igual que las posibles decisiones terapéuticas que impli-
desconocida y posiblemente su origen sea autoinmune; en la quen su utilización (p. ej., implantación de una prótesis me-
mitad de los casos es reversible en pocos meses, ya sea de cánica o biológica) en mujeres en edad de gestación. Así, la
forma espontánea o tras la administración de glucocorticoi- administración de dicumarínicos durante el embarazo se
des o azatioprina. La insuficiencia cardíaca debe tratarse con asocia a una mortalidad fetal del 30% y puede producir
digital, diuréticos y vasodilatadores. De estos últimos, los úni- además una embriopatía –la condrodisplasia– y otras altera-
cos que no tienen toxicidad para el feto son los nitratos y la ciones fetales, como atrofia óptica, sordera, retraso mental,
hidralazina (tabla 3.66). microcefalia y agenesia cerebral. La sustitución de los dicu-
marínicos por la heparina, que no atraviesa la barrera hema-
Hipertensión arterial toencefálica, produce menos efectos adversos, por lo que
La hipertensión arterial es causa de complicaciones graves debe administrarse a lo largo de todo el embarazo o, al me-
durante el embarazo en el 6% de las mujeres. Cuando se aso- nos, durante los períodos críticos para el feto y la madre, en
cia a proteinuria y edemas constituye el síndrome denomina- el primer trimestre del embarazo y antes del parto, respecti-
do preeclampsia, trastorno que presentan el 25% de las muje- vamente.
res hipertensas y que puede producir, además, oliguria,
edema pulmonar y trastornos cerebrales. En su estadio de Bibliografía general
mayor gravedad, la eclampsia, aparecen convulsiones y se JACOBI P, ADLER Z, ZIMMER EZ. Effect of uterine contractions of left
asocia a una mortalidad materna del 5-10% y fetal del 20%. atrial pressure in pregnant woman with mitral stenosis. Br J Med
El tratamiento farmacológico de la hipertensión arterial 1989; 298: 27-35.
durante el embarazo debe evitar que se reduzca la perfusión MARIN-NETO JA, MACIEL BC, URBANETZ LL, GALLO L, ALMEIDA-FILHO OC,
sanguínea del útero y la placenta, por lo que las disminucio- AMORIM DS. High output failure in patients with peripartum cardio-
nes de la presión arterial deben ser siempre graduales. Así miopathy: A comparative study with dilated cardiomyopathy. Am
pues, hay que utilizar dosis pequeñas de fármacos hipotenso- Heart J 1991; 121: 134-140.
MIDEI MC, DE MENT SH, FELDMAN AM, HUTCHINS GM, BAUGHMAN KL. Peri-
res como la hidralazina y la alfametildopa, y evitar en lo po- partum myocarditis and cardiomyopathy. Circulation 1990; 81:
sible la administración de diuréticos. Los inhibidores de la 922-928.
enzima de conversión de la angiotensina tienen efectos tera- MITANI GM, STEINBERG I, LIEN E, HARRISON EC, ELKAYAM U. The pharma-
tógenos y están contraindicados. Los bloqueadores de los re- cokinetics of antiarrhythmic agents in pregnancy and lactation.
ceptores beta, como el propranolol, aumentan las contrac- Clin Pharmacokinet 1987; 12: 253-291.
ciones uterinas y retrasan el crecimiento fetal, por lo que su ROTMENSCH HH, ROTMENSCH S, ELKAYAM U. Management of cardiac
empleo debe evitarse, en particular durante el último trimes- arrythmia during pregnancy. Current concepts. Drugs 1987; 33:
tre. Fármacos de reconocida eficacia, como los antagonistas 623-633.
SARELI P, ENGLAND MJ, BERK HR, MARCUS RH, EPSTEIN M, DRISCOLL J et al.
del calcio, deben utilizarse con precaución, ya que no se dis- Maternal and fetal sequelae of anticoagulation during pregnancy
pone de experiencia suficiente con ellos para descartar un in patients with mechanical heart valve prostheses. Am J Cardiol
posible efecto teratógeno (tabla 3.66). 1989; 63: 1.462-1.465.

Manifestaciones cardíacas
de las enfermedades sistémicas
X. Bosch Genover

El funcionamiento cardíaco puede alterarse de forma se- ciencia cardíaca cuando dicha cavidad sea incapaz de ven-
cundaria en presencia de enfermedades sistémicas. Las que cer tal sobrecarga.
afectan de modo primario al sistema circulatorio son las Independientemente de estas alteraciones del sistema vas-
que con mayor frecuencia causan manifestaciones cardíacas cular, otras enfermedades sistémicas pueden alterar de ma-
al producir sobrecargas de volumen o de presión o al dismi- nera directa al miocardio. Entre ellas destacan la diabetes
nuir el aporte de oxígeno al miocardio. Ejemplos de ellas son mellitus, las enfermedades del tiroides, la insuficiencia renal,
la anemia, la aterosclerosis y la hipertensión arterial. La ane- algunos tumores, las colagenosis y las enfermedades infiltrati-
mia produce, con independencia de su etiología, un estado vas, como la amiloidosis.
circulatorio hipercinético, con sobrecarga de volumen para
las cavidades cardíacas y aporte limitado de oxígeno al mio-
cardio, todo lo cual puede ocasionar insuficiencia cardíaca
Diabetes mellitus
e isquemia miocárdica. La aterosclerosis es una enfermedad La diabetes mellitus provoca enfermedad vascular inespe-
sistémica de los vasos que, a la larga, induce una alteración cífica (aterosclerosis y arteriosclerosis) y específica (micro-
de todos los órganos y sistemas, en particular el corazón. Por angiopatía y cambios proliferativos en el endotelio de las
último, la hipertensión arterial produce una sobrecarga de arteriolas). La primera afecta los grandes vasos, especialmen-
presión sobre el ventrículo izquierdo, que debe hipertrofiarse te en las extremidades, el corazón y el cerebro de pacientes
para mantener un gasto cardíaco adecuado, con la posibili- de edad avanzada, mientras que la segunda afecta las arte-
dad de que aparezcan manifestaciones clínicas de insufi- riolas de pacientes de cualquier edad.

618
MANIFESTACIONES CARDÍACAS DE LAS ENFERMEDADES SISTÉMICAS

La prevalencia de aterosclerosis coronaria significativa es de aparecer fibrilación auricular con mala respuesta a la di-
del 13% entre los pacientes adultos y del 50-60% entre los fa- goxina. En la exploración física suele observarse un pulso ca-
llecidos. La diabetes facilita la formación de placas de atero- rotídeo hiperdinámico y un aumento en la intensidad del pri-
ma por efecto de la activación de los factores de agregación mer ruido y en el componente pulmonar del segundo ruido;
de las plaquetas y a que los hematíes presentan mayor ten- además, pueden auscultarse un tercer ruido y un soplo sistó-
dencia a agregarse con aquéllas. Al mismo tiempo, los nive- lico en todo el precordio por efecto del elevado gasto cardía-
les de colesterol y triglicéridos suelen estar elevados y existe co. En estados avanzados o durante las crisis tirotóxicas, pue-
cierto déficit en la fibrinólisis endógena. Todo ello conduce de aparecer insuficiencia cardíaca refractaria con gasto
a la aparición temprana de aterosclerosis e insuficiencia cir- cardíaco aumentado.
culatoria cardiovascular, que aumentan con el desarrollo re- El tratamiento en estas manifestaciones cardiovasculares
lativamente frecuente de hipertensión arterial. consiste en la corrección de la disfunción tiroidea y la admi-
La cardiopatía isquémica constituye la causa más frecuen- nistración de bloqueadores beta.
te de mortalidad y su incidencia es tres veces mayor en estos
pacientes. Además, los pacientes diabéticos que sufren un in- Hipotiroidismo
farto de miocardio tienen un peor pronóstico que los no dia- En el hipotiroidismo existe una disminución del gasto car-
béticos, debido a que el tamaño del infarto suele ser mayor, díaco, la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Asimismo,
por lo general se complica por insuficiencia cardíaca y se la permeabilidad capilar está aumentada, lo que produce de-
inestabiliza el estado metabólico, lo que dificulta el control rrame pleural y, sobre todo, derrame pericárdico en la mitad
de la glucemia. de los pacientes que, de forma característica, contiene crista-
Debe recordarse que los pacientes diabéticos afectos de les de colesterol.
cardiopatía isquémica pueden presentar síntomas atípicos Clínicamente, los pacientes suelen presentar fatiga y disnea
durante los episodios de isquemia miocárdica o incluso estar y en la exploración puede observarse un pulso arterial débil,
asintomáticos, situación a la que se denomina “isquemia si- bradicardia y disminución en la intensidad de los ruidos car-
lente”. Esto se debe, probablemente, a la existencia de una díacos. Las transaminasas, la creatinfosfocinasa (CPK) y la
disfunción del SNA. láctico-deshidrogenasa pueden estar moderadamente eleva-
La incidencia de insuficiencia cardíaca en los pacientes das, lo que puede confundir el diagnóstico con el infarto de
diabéticos está aumentada de 4 a 5 veces debido a la presen- miocardio. En el ECG se observa bradicardia sinusal, alarga-
cia de disfunción tanto sistólica como diastólica y su grave- miento del intervalo QT con anomalías inespecíficas de la re-
dad guarda relación con el control metabólico de la diabe- polarización y disminución del voltaje en las derivaciones del
tes. plano frontal. Radiológicamente se comprueba un aumento
Algunos pacientes diabéticos desarrollan un cuadro de in- del tamaño de la silueta cardíaca por efecto de la cardiome-
suficiencia cardíaca con cardiomegalia y presión arterial nor- galia y, en especial, del derrame pericárdico; también puede
mal, sin que se observen lesiones en la coronariografía. Este observarse derrame pleural y, a veces, signos de congestión
cuadro puede ser indistinguible del de una miocardiopatía venosa pulmonar. En conjunto, el cuadro clínico remeda el
dilatada idiopática o de una miocardiopatía restrictiva, pero, de la miocardiopatía dilatada, siendo estos pacientes muy
dado que se presenta con mayor frecuencia en pacientes sensibles a la intoxicación digitálica.
diabéticos, se cree que podría tratarse de una entidad distin- Los pacientes afectos de hipotiroidismo suelen tener ele-
ta, causada por la microangiopatía. Hallazgos recientes indi- vadas las concentraciones plasmáticas de colesterol y trigli-
can que el control correcto de la glucemia con el tratamien- céridos, efecto que, a la larga, suele conducir a aterosclerosis
to con insulina puede mejorar la disfunción ventricular de coronaria grave. Al estar reducidas las demandas metabóli-
estos pacientes. cas de oxígeno, estos pacientes no suelen tener angina de
Los bloqueadores betadrenérgicos son eficaces en el trata- pecho hasta estadios avanzados de la enfermedad. Sin em-
miento de la angina así como para prevenir la muerte súbita bargo, al iniciar el tratamiento con hormonas tiroideas pue-
después de un infarto de miocardio. Sin embargo, es de des- de aparecer angina o, incluso, infarto de miocardio, por lo
tacar que el bloqueo de los receptores beta reduce la reac- que su instauración debe hacerse siempre de forma gradual.
ción hiperglucémica ante una situación de estrés, así como El diagnóstico de hipotiroidismo o hipertiroidismo se esta-
los signos clínicos de hipoglucemia, por lo que deberán dar- blece mediante la determinación plasmática de TSH y hor-
se con precaución en los pacientes que requieran insulina. monas tiroideas. Dado que en los pacientes con cardiopatía
Por otra parte, los diuréticos tiazídicos y los que actúan sobre no siempre es evidente la clínica típica de estas enfermeda-
el asa de Henle elevan la glucemia en estos pacientes, por lo des, dichas hormonas deben determinarse en todos los en-
que su administración como tratamiento de la hipertensión fermos con crisis de fibrilación auricular paroxística y en los
arterial debe restringirse. que presentan insuficiencia cardíaca de causa desconocida.

Enfermedades del tiroides Insuficiencia renal


Las alteraciones del funcionalismo de la glándula tiroides Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa
producen anomalías bien reconocidas del sistema cardio- de muerte entre los pacientes con insuficiencia renal someti-
vascular. La hormona tiroidea aumenta la contractilidad, la dos a hemodiálisis. Así, el 15% fallece por insuficiencia car-
frecuencia cardíaca y el consumo miocárdico de oxígeno, díaca, el 10% por infarto de miocardio y el 3% por pericardi-
induciendo, por efecto directo, hipertrofia ventricular al esti- tis. Los trastornos cardiovasculares más frecuentes entre
mular la síntesis de miosina. Además, incrementa la densi- estos pacientes son la aterosclerosis coronaria, la hiperten-
dad de los receptores betadrenérgicos del corazón. sión arterial, la insuficiencia cardíaca, el hiperparatiroidismo
secundario y la pericarditis urémica (tabla 3.67).
Hipertiroidismo
El aumento de la secreción de hormona tiroidea produce Aterosclerosis coronaria
una elevación del gasto cardíaco al incrementar la contracti- Los pacientes con insuficiencia renal crónica presentan va-
lidad del miocardio, el retorno venoso y la frecuencia cardía- rios factores de riesgo de enfermedad coronaria, entre los que
ca y disminuir la poscarga como consecuencia de la dismi- destacan la hipertensión arterial, la hipertrigliceridemia y una
nución de las resistencias vasculares periféricas. disminución del colesterol unido a las lipoproteínas de alta
Las manifestaciones clínicas más evidentes del hipertiroi- densidad (HDL). Estos factores interaccionan entre sí facilitan-
dismo son las palpitaciones, la hipertensión arterial sistólica do la formación de placas de ateroma y la aparición de angina
y la fatiga, resultantes de la inducción de un estado circulato- de pecho. Varios factores contribuyen a la presentación de los
rio hiperdinámico. La taquicardia sinusal es frecuente y pue- síntomas anginosos en estos pacientes: por un lado, el aporte

619
CARDIOLOGÍA

TABLA 3.67. Repercusiones cardiovasculares de la insuficiencia interventricular, el miocardio, los anillos valvulares (en parti-
cular, el anillo mitral) y las válvulas mitral y aórtica. La calci-
renal ficación valvular ocurre en la tercera parte de los pacientes y
Alteración Repercusión cardíaca ocasiona estenosis valvular, que puede llegar a requerir trata-
miento quirúrgico. La calcificación del anillo mitral produce
Dislipemia Aumento de la aterogénesis
Hipervolemia Aumento de la precarga
insuficiencia valvular y, en ocasiones, estenosis e insuficien-
Hipertensión arterial Aumento de la poscarga cia mitral. Por último, la calcificación del tejido de conduc-
Anemia Aumento del trabajo cardíaco ción cardíaco puede causar trastornos de conducción intra-
(gasto cardíaco elevado) ventricular y AV. Todos estos cambios contribuyen a la
Cortocircuito arteriovenoso Aumento del trabajo cardíaco aparición de insuficiencia cardíaca en estos pacientes. La
por fístula de hemodiálisis (gasto cardíaco elevado) calcificación de la túnica media de las arterias constituye la
Déficit de tiamina Aumento del trabajo cardíaco denominada esclerosis de Mönckeberg y puede llegar a obli-
por la hemodiálisis (gasto cardíaco elevado) terar la luz de los vasos y producir isquemia.
Diselectrolitemias Disminución de la contractilidad
Hiperpotasemia
Hipermagnesemia Pericarditis urémica
Hipocalcemia Alrededor de la mitad de los pacientes afectos de insufi-
Acidosis metabólica Disminución de la contractilidad ciencia renal crónica presentan pequeños derrames pericár-
Pericarditis y derrame Dificultad al llenado ventricular dicos que cursan de forma asintomática, y el 15% presenta
pericárdico ventricular pericarditis aguda. Ambas complicaciones están causadas
Alteración del metabolismo por la producción de serositis por parte de toxinas urémicas
Del calcio Calcificación cardiovascular y, también, en parte, por la hipervolemia. El taponamiento
De la vitamina D Posible miocardiopatía
cardíaco aparece en el 20% de los casos de pericarditis agu-
da en estos pacientes y representa una complicación grave.
En estos casos, el derrame pericárdico puede estar constitui-
de oxígeno al miocardio está disminuido por la aterosclerosis do por líquido hemorrágico por efecto de la inflamación y
coronaria y la anemia y, por otro, el consumo de oxígeno se de la heparinización requerida durante la diálisis. Cabe des-
halla aumentado por efecto de la hipervolemia, el incremento tacar que la aparición de hipotensión arterial durante la he-
del gasto cardíaco y la hipertensión arterial. Estos últimos fac- modiálisis no imputable a cambios bruscos de volumen
tores pueden causar angina incluso en ausencia de lesiones constituye un indicio para el diagnóstico de derrame pericár-
coronarias significativas. Además, la reserva coronaria se halla dico significativo.
disminuida en estos pacientes así como la capacidad de dila- La pericarditis aguda y el derrame pericárdico en pacien-
tación coronaria como consecuencia de la extensa calcifica- tes con insuficiencia renal que no han iniciado programa de
ción que suelen presentar dichas arterias. diálisis, responde bien a ésta. Sin embargo, cuando esta com-
plicación se presenta en pacientes dializados, no suele obte-
Hipertensión arterial nerse mejoría y se requiere la práctica de una ventana peri-
En la mayoría de los casos, la hipertensión que presentan cárdica extensa o una pericardiectomía.
estos pacientes depende en gran parte de la hipervolemia y La pericarditis constrictiva crónica es una complicación
su tratamiento debe incluir el control estricto de la volemia rara que ocurre en menos del 5% de los pacientes y su trata-
durante las diálisis. En una minoría de pacientes, la hiperten- miento es siempre quirúrgico.
sión se debe al aumento de los niveles plasmáticos de reni-
na, a la vasoconstricción periférica o a la falta de secreción
renal de sustancias vasodilatadoras como las prostaglandi-
Tumores
nas. Debe tenerse en cuenta que la corrección de la anemia
en estos pacientes mediante la administración de eritropoye- Feocromocitomas
tina puede elevar la presión arterial y producir convulsiones Son tumores de células cromafines secretores de adrenali-
o angina de pecho al aumentar las resistencias vasculares pe- na y noradrenalina, por lo que inducen hipertensión arterial
riféricas y la viscosidad sanguínea. y toxicidad directa sobre el miocardio, donde producen ne-
crosis focal y fibrosis. Estas alteraciones causan hipertrofia
Insuficiencia cardíaca ventricular e insuficiencia cardíaca y, en casos excepciona-
Los pacientes con insuficiencia renal crónica presentan les, también una miocardiopatía.
una sobrecarga de volumen (aumento de la precarga) y una
sobrecarga de presión (aumento de la poscarga). La sobre- Síndrome carcinoide maligno
carga de volumen se debe al efecto de la hipervolemia y, en Este tipo de tumores segregan aminas vasoactivas, como
los hemodializados, al estado circulatorio hipercinético indu- cininas y serotonina, que son causantes de diversas alteracio-
cido por la fístula arteriovenosa, mientras que la sobrecarga nes cardiovasculares, entre ellas, enrojecimiento facial súbi-
de presión está causada por la hipertensión arterial. Ambos to y labilidad de la presión arterial. En el corazón producen
factores condicionan la dilatación y la hipertrofia excéntrica placas fibrosas en el endotelio de los grandes vasos, las cavi-
de los ventrículos, con aumento de la tensión de la pared, dades y las válvulas cardíacas. La consecuencia más impor-
debido a que el incremento de la masa miocárdica y del gro- tante de estas alteraciones es la deformación de las válvulas
sor de la pared no se corresponde con el grado de dilatación cardíacas, donde suele causar insuficiencia tricúspide y este-
ni con la presión ventricular. nosis pulmonar. Cuando el tumor es de origen gastrointesti-
Por otro lado, la contractilidad se halla también disminui- nal sólo produce lesiones en el lado derecho del corazón y,
da en estos pacientes, por efecto de la hipocalcemia, la hi- además, únicamente cuando existen metástasis hepáticas,
perpotasemia, la hipermagnesemia y la acidosis metabólica. debido a que la sustancia segregada por el tumor con toxici-
La uremia no parece ser causa de disfunción contráctil pri- dad cardíaca es inactivada a su paso por los pulmones. En
maria en estos pacientes. los casos en que existe un cortocircuito derecha-izquierda
cardíaco o cuando el tumor es bronquial, pueden aparecer
Hiperparatiroidismo secundario lesiones en el lado izquierdo del corazón.
Constituye una complicación frecuente en la insuficiencia Clínicamente, el gasto cardíaco puede estar aumentado
renal crónica y causa la formación de depósitos de calcio en por efecto de la vasodilatación arterial inducida por las cini-
el organismo, especialmente en el sistema cardiovascular, nas y producirse un estado circulatorio hipercinético. El tra-
donde afecta los nódulos sinusal y auriculoventricular (AV), tamiento, en todo caso, es quirúrgico, tanto del tumor como
las capas íntima y media de las arterias coronarias, el tabique de las posibles valvulopatías.

620
MANIFESTACIONES CARDÍACAS DE LAS ENFERMEDADES SISTÉMICAS

TABLA 3.68. Tipos de afección cardíaca en las enfermedades sistémicas


Pericarditis Miocarditis Valvulitis Vasculitis coronaria Aortitis
Artritis reumatoide + – + – 0
Lupus eritematoso sistémico +++ + + + 0
Polimiositis/dermatomiositis 0 ++ 0 0 0
Esclerodermia – ++ 0 0 0
Artropatías seronegativas 0 0 – 0 +
Vasculitis 0 0 a +++ a
0: ausente o muy raro; –: raro; +: esporádico; ++: frecuente; +++: muy frecuente; a: esporádica en la enfermedad de Takayasu.

Enfermedades sistémicas sos de afección distal (síndrome CREST-calcinosis cutánea,


fenómeno de Raynaud, trastornos de la motilidad esofágica,
Casi todas ellas afectan, en mayor o menor grado, el cora- esclerodactilia y telangiectasia) que en la forma difusa, y em-
zón, en particular el pericardio (tabla 3.68). peora rápidamente cuando se produce insuficiencia cardía-
ca congestiva o hipertensión arterial pulmonar.
Lupus eritematoso sistémico La administración de fármacos vasodilatadores, como ni-
Suele aparecer una pericarditis fibrinosa, habitualmente fedipino y captopril, mejora la perfusión miocárdica y pul-
asintomática, aunque puede complicarse con un tapona- monar, pero se desconoce todavía si mejora el pronóstico a
miento cardíaco. La afectación endocárdica es característica largo plazo.
de esta enfermedad; en el 20% de los pacientes existen lesio-
nes valvulares en forma de vegetaciones que contienen infil- Panarteritis nudosa
trados de linfocitos y células plasmáticas con grados varia- Esta entidad afecta también las arterias coronarias, donde
bles de fibrosis. Estas lesiones, denominadas endocarditis de pueden formarse trombos y aneurismas, con ulterior apari-
Libman-Sacks, afectan principalmente las válvulas mitral y ción de isquemia miocárdica e infarto. La combinación de
aórtica y pueden producir una disfunción valvular grave que esta afección miocárdica con la hipertensión arterial que la
requiera intervención quirúrgica. Aunque la enfermedad enfermedad produce, ocasiona insuficiencia cardíaca con-
puede ocasionar en algunos casos miocarditis, es mucho gestiva en la mitad de los pacientes. La pericarditis es rara, al
más frecuente la aparición de arteritis y aterosclerosis coro- igual que las taquiarritmias supraventriculares originadas por
naria, sobre todo en pacientes tratados con glucocorticoides afectación de las arterias de los nódulos sinusal y AV.
o inmunodepresores durante años, en los que se ha compro-
bado la existencia de déficit de perfusión miocárdica con el Artritis reumatoide
esfuerzo en el 40% de los casos. Esta enfermedad puede afectar también el corazón, en
Los pacientes con lupus eritematoso sistémico y afección particular el pericardio, ocasionando una pericarditis que
cardíaca suelen tener niveles plasmáticos altos de anticuer- suele cursar de forma asintomática con engrosamiento de
pos anticardiolipina, por lo que su determinación en sangre aquél, pero que, en algunos casos, evoluciona a una forma
resulta útil para la detección precoz de cardiopatía. crónica exudativoconstrictiva. El derrame pericárdico consis-
te en un exudado con una concentración alta de colesterol y
Esclerodermia baja de glucosa y complemento. En el miocardio pueden ob-
La esclerodermia se caracteriza por la presencia de cam- servarse infiltrados inflamatorios inespecíficos y, en raras
bios fibróticos en el organismo y de enfermedad obliterativa ocasiones, los típicos granulomas reumatoides, que no sue-
de los vasos de pequeño calibre. En las arteriolas intramio- len producir disfunción ventricular, aunque se han descrito
cárdicas hay hipertrofia de la capa media y proliferación de casos de bloqueo AV completo. La afectación valvular es
la íntima, con la consiguiente reducción de la luz de estos igualmente rara, pero puede llegar a requerir corrección qui-
vasos. La enfermedad afecta también el miocardio, donde rúrgica, en particular de la válvula mitral. Por último, puede
produce zonas de necrosis y de fibrosis focal que pueden aparecer una vasculitis coronaria, sobre todo en las arteriolas
conducir a un estado de miocardiopatía dilatada o restricti- intramiocárdicas, que sólo de forma excepcional produce
va, posiblemente relacionado con espasmo de los pequeños necrosis miocárdica.
vasos coronarios. Este último fenómeno explicaría el hecho
de que estos pacientes presenten una incapacidad funcional Artropatías seronegativas
cardiopulmonar que no guarda proporción con los cambios El síndrome de Reiter, las artritis asociadas a psoriasis, la
anatómicos. También se afecta el tejido de conducción car- colitis ulcerosa, la enteritis regional y, especialmente, la es-
díaco, y pueden aparecer bloqueos de rama o AV. En la ma- pondilitis anquilopoyética pueden causar afectación cardía-
yoría de los casos, durante la evolución de la enfermedad se ca y aortitis proximal. En este último caso, la inflamación de
desarrolla una pericarditis fibrinosa, en general asintomática. los senos de Valsalva puede alcanzar las válvulas sigmoides
Los pacientes afectos de esclerodermia suelen tener dolo- aórticas y producir una insuficiencia aórtica progresiva. En
res torácicos atípicos que no sugieren una etiología corona- ocasiones el proceso alcanza la valva anterior de la mitral y
ria; sin embargo, el 25% de ellos presentan angina con coro- el tabique interventricular, en cuyo caso pueden asociarse
narias angiográficamente normales imputables a espasmo insuficiencia mitral y trastornos de conducción AV.
coronario o enfermedad obliterativa de las arteriolas intra- Dado que la afección cardíaca puede preceder en ocasio-
miocárdicas, y un número no desdeñable de pacientes mue- nes a la artritis, el diagnóstico de artritis seronegativa debe te-
re de forma súbita. Por todo ello, el síntoma angina, típica o nerse en cuenta en todo paciente joven con insuficiencia
no, nunca debe subestimarse en estos pacientes. aórtica.
Por otra parte, la mitad de los pacientes padece algún tipo
de arritmias, siendo las más frecuentes la disfunción sinusal y Polimiositis
las taquiarritmias supraventriculares, seguidas por las extra- En las polimiositis y dermatomiositis, los infiltrados inflama-
sístoles ventriculares y los bloqueos AV. torios perivasculares e intersticiales suelen afectar el tejido
El pronóstico de estos pacientes está determinado por la de conducción cardíaco, pero también pueden alcanzar el
afectación renal y cardíaca. músculo cardíaco y, en ocasiones, se comprueban cambios
El tratamiento de la afección cardíaca de esta enfermedad proliferativos con hiperplasia de la capa media de las arterio-
es difícil. Se han descrito buenos resultados con la adminis- las intramiocárdicas. En el 10% de los pacientes produce una
tración de d-penicilamina. El pronóstico es mejor en los ca- forma de miocardiopatía dilatada y, en casos excepcionales,

621
CARDIOLOGÍA

un estado circulatorio hiperdinámico. La afección miocárdi- BOUCHARD A, SANZ N, BOTVINICK EH, PHILLIPS N, HEILBRON D, BYRD BF et
ca debe sospecharse ante la presencia de unos niveles plas- al. Noninvasive assessment of cardiomyopathy in normotensive
máticos elevados de la fracción MB de la enzima CPK. diabetic patients between 20 and 50 years old. Am J Med 1989; 87:
160-168.
FOLLANSBEE WP, CURTISS EI, MEDSGER TA. Physiologic abnormalities of
Amiloidosis cardiac function in progressive systemic sclerosis with diffuse scle-
roderma. N Engl J Med 1984; 310: 142-147.
Aunque la infiltración miocárdica por sustancia amiloide FORFAR JC, MUIR AL, SAWERS SA, TOFT AD. Abnormal left ventricular
puede deberse a una amiloidosis primaria, esta circunstancia function in hyperthyroidism: Evidence for a possible reversible
es excepcional, siendo mucho más frecuente la amiloidosis cardiomyopathy. N Engl J Med 1982; 307: 1.165-1.172.
secundaria, en particular en casos de mieloma. La sustancia GALVE E, CANDELL RIERA J, PIGRAU C, PERMANYER MIRALDA G, GARCÍA DEL
amiloide suele infiltrar el miocardio y las arterias coronarias CASTILLO J, SOLER SOLER J. Prevalence, morphologic types, and evo-
lution of cardiac valvular disease in systemic lupus erythemato-
y, en ocasiones, incluso las válvulas cardíacas. Sus conse- sus. N Engl J Med 1988; 319: 817-823.
cuencias sobre el miocardio son el aumento de su masa, con KHAMASHTA MA, CERVERA R, ASHERSON RA, FONT J, GIL A, COLTART DJ et
engrosamiento de las paredes, y la fibrosis en focos, lo que al. Association of antibodies against phospholipids with heart val-
determina una disminución de la distensibilidad miocárdica ve disease in systemic lupus erythematosus. Lancet 1990; 335:
y el consiguiente desarrollo de insuficiencia cardíaca con- 1.541-1.547.
gestiva por disfunción diastólica, en presencia de una fun- KLEIN AL, HATLE LK, TALIERCIO CP, OH JK, KYLE RA, GERTZ MA et al.
ción sistólica normal. Su aspecto clínico y ecocardiográfico Prognostic significance of Doppler measures of diastolic function
(engrosamiento de las paredes ventriculares con cavidades in cardiac amyloidosis: A Doppler echocardiographic study. Cir-
culation 1991; 83: 808-816.
de tamaño normal y buena fracción de eyección) recuerda OLSON LJ, GERTZ MA, EDWARDS WD, LI LY, PELLIKA PA, HOLMES DR et al.
la miocardiopatía hipertrófica o la restrictiva. La sustancia Senile cardiac amyloidosis with myocardial dysfunction: Diagno-
amiloide puede infiltrar también el sistema de conducción sis by endomyocardial biopsy and immunohistochemistry. N Engl
cardíaco y producir bloqueo de rama izquierda o AV y arrit- J Med 1987; 317: 738-742.
mias cardíacas. ROSTAND SG, SANDERS C, KIRK KA, RUTSKY EA, FRASER RG. Myocardial
El diagnóstico de amiloidosis cardíaca se sospecha por el calcification and cardiac dysfunction in chronic renal failure. Am
aspecto ecocardiográfico, aunque su confirmación requiere J Med 1988; 85: 651-657.
una biopsia cardíaca. No existe tratamiento específico sino SARDESAI SH, MOURANT AJ, SIVATHANDON Y, FARROW R, GIBBONS DO.
Pheochromocytoma and catecholamine induced cardiomyo-
sólo el de la insuficiencia cardíaca o las arritmias que pue- pathy presenting as heart failure. Br Heart J 1990; 63: 234-237.
dan producirse. Cabe destacar que estos pacientes tienden a THE DIABETES CONTROL AND COMPLICATIONS TRIAL RESEARCH GROUP. The ef-
presentar intoxicación digitálica, por lo que, dado que la fun- fect of intensive treatment of diabetes on the development and
ción sistólica es normal, la administración de digital sólo está progression of long-term complications in insulin-dependent dia-
indicada en los casos de taquiarritmias supraventriculares y betes mellitus. N Engl J Med 1993; 329: 977-986.
bajo monitorización. VAN DECKER W, PANIDIS IP. Relapsing polychondritis and cardiac val-
vular involvement. Ann Intern Med 1988; 109: 340-348.
Bibliografía especial WIESHAMMER S, KECK FS, WAITZINGER J, KOHLER J, ADAM W, STAUCH M et
al. Left ventricular function at rest and during exercise in acute hy-
ABBOT RD, DONAHUE RP, KANNEL WB, WILSON PW. The impact of diabe- pothyroidism. Br Heart J 1988; 60: 204-211.
tes on survival following myocardial infarction in men vs women.
The Framingham study. JAMA 1988; 260: 3.456-3.460.

Corazón y cirugía
J. Azpitarte Almagro

Con cierta frecuencia, los pacientes con enfermedad car- tantes porque la inducción del bloqueo es más lenta. Puede
díaca deben someterse a una intervención quirúrgica extra- ser útil realizar una técnica combinada de bloqueo regio-
cardíaca. En esta situación hay que valorar cuidadosamente nal y anestesia endotraqueal ligera para controlar la ventila-
la relación coste/beneficio de la operación, mediante el aná- ción y aliviar la ansiedad.
lisis de múltiples factores: a) la naturaleza de la enfermedad La anestesia general con agentes volátiles (halotano, en-
cardíaca; b) la situación clínica y funcional del paciente; fluorano e isofluorano) deprime el miocardio, pero el efecto
c) la complejidad del acto quirúrgico; d) el procedimiento hemodinámico final suele ser neutro ya que también produ-
anestésico que se va a utilizar, y e) los medios con que se ce dilatación venosa y arterial. Los dos primeros agentes, so-
cuente para la asistencia postoperatoria. bre todo el halotano, tienen la ventaja adicional de deprimir
Hay afecciones que amenazan la vida del enfermo y en las el nódulo sinusal y, por tanto, de evitar la taquicardia que
que no es posible diferir la intervención, sino que, todo lo puede ser sumamente perniciosa en los pacientes con car-
más, puede esperarse unas horas si se piensa que un trata- diopatía isquémica.
miento intensivo corto puede mejorar la situación funcional. Es posible que algunos enfermos con disfunción ventricu-
En la mayoría de los casos, sin embargo, es posible preparar lar izquierda no toleren los agentes volátiles y sea necesario
al paciente mediante una valoración adecuada y la utiliza- recurrir a una anestesia basada en dosis altas de opiáceos,
ción, en su caso, de los recursos terapéuticos necesarios. como la morfina o fentanilo. El efecto amnésico se consigue
con la adición de protóxido de nitrógeno, que tiene la des-
ventaja de no permitir una elevada concentración de oxíge-
Procedimientos anestésicos no en la mezcla inspirada; por ello, se puede recurrir a su
La anestesia regional mediante bloqueo espinal puede sustitución por pequeñas dosis de diazepam o de un agente
asociarse a hipotensión por desnervación simpática. Con la volátil. Los opiáceos, además, tienen la ventaja de ser vagolí-
anestesia epidural estos cambios son mucho menos impor- ticos e inducir bradicardia relativa. La relajación muscular se

622
CORAZÓN Y CIRUGÍA

logra con curarizantes, como el pancuronio, que tienen un TABLA 3.69. Escala de Goldman para la estimación de riesgo
efecto vagolítico y pueden producir hipotensión por libera- operatorio
ción de histamina y/o bloqueo ganglionar.
Factor de riesgo Puntos

Naturaleza de la intervención Historia


Edad > 70 años 5
La probabilidad de complicaciones postoperatorias está Infarto de miocardio en los 6 meses previos 10
claramente ligada a la complejidad de la intervención. En la Exploración física
cirugía mayor (intraperitoneal, intratorácica, aórtica, carotí- Galope ventricular o estasis yugular 11
Estenosis aórtica importante 3
dea, vascular periférica, ortopédica mayor o gran cirugía de ECG
cara y cuello), la tasa de complicaciones amenazantes oscila Ritmo diferente del sinusal o extrasístoles
desde el 2,6% para la cirugía de cara y cuello hasta el 15,6% auriculares en el registro preoperatorio 7
para la cirugía aórtica. Una vez desarrollada una complica- Demostración de más de 5 extrasístoles
ción mayor, la probabilidad de muerte alcanza el 33%. Las ventriculares antes de la operación 7
complicaciones graves en la cirugía menor (resección trans- Estado general
uretral de próstata, cataratas, operaciones ortopédicas meno- pO2 < 60 mmHg o pCO2 > 50 mmHg, K < 3,0 mEq/L o
res, etc.) son mucho menos frecuentes, alrededor del 1,5%. HCO3 < 20 mEq/L, BUN > 50 mg/dL o Cr > 3,0 mg/dL,
ASAT anormal, signos de enfermedad hepática crónica
o postración en cama de causa no cardíaca 3
Valoración preoperatoria del paciente Intervención
Intraperitoneal, intratorácica o aórtica 3
El médico que es requerido para el reconocimiento pre- Urgente 4
operatorio de un paciente presuntamente cardíaco debe de-
terminar en primera instancia si, en efecto, existe tal circuns- Total posible 53
tancia; si este es el caso, habrá de identificar la naturaleza y
la repercusión de la enfermedad y estimar el riesgo quirúrgi-
co del paciente. No es necesario destacar que para llevar a
buen fin estos objetivos, la anamnesis y la exploración física TABLA 3.70. Índice de riesgo (escala de Goldman)
han de ser todo lo cuidadosas que la buena práctica clínica y complicaciones postoperatorias graves*
exige. Serie Goldman et al Zeldin
En algunos casos, la intervención es tan necesaria y urgen-
te que la estimación del riesgo no deja de ser un ejercicio me- Tasa de complicaciones
ramente académico. Lo habitual, sin embargo, es que la ciru- Global 58/1.001 (6) 35/1.140 (3)
gía sea electiva y puedan utilizarse algunos de los índices, Según clase
I (0-5 puntos) 5/537 (1) 4/590 (1)
como el de Goldman (tablas 3.69 y 3.70), para estimar el ries- II (6-12 puntos) 21/316 (7) 13/453 (3)
go y, en su caso, establecer contraindicaciones definitivas o III (13-25 puntos) 18/130 (14) 11/74 (15)
temporales. Se pueden considerar contraindicaciones absolu- IV (> 26 puntos) 14/18 (78) 7/23 (30)
tas el infarto de miocardio reciente, la insuficiencia cardíaca
grave, las estenosis mitral y aórtica intensas y el síndrome de Los porcentajes se indican entre paréntesis.
*Infarto de miocardio, edema pulmonar, taquicardia ventricular o muerte de
Eisenmenger. Las contraindicaciones relativas, generalmente origen cardíaco.
subsidiarias de un estudio más profundo o un tratamiento
preoperatorio adecuado, están constituidas por el infarto de
miocardio antiguo (entre 1 y 6 meses), la angina de pecho en pleja, tiene un riesgo elevado (alrededor del 30%) de reinfar-
actividad, la insuficiencia cardíaca moderada y las cardiopa- to o muerte. Aunque es posible que esta cifra se haya reduci-
tías congénitas con acusada poliglobulia. Otros problemas, do con los cuidados perioperatorios actuales, es aconsejable
como la anemia, la hipovolemia, los trastornos electrolíticos, que trascurran al menos 6 meses antes de afrontar la cirugía.
la hipoxemia, la hipertensión o las arritmias, deben identifi- La misma pauta de conducta se puede seguir en los pacien-
carse y tratarse antes de proceder a la intervención. tes que han sufrido un episodio de angina de pecho inesta-
Lo cierto es que el manejo de todos estos problemas exige, ble. En la angina estable no es necesario diferir la interven-
además de una cuidadosa evaluación individual del pacien- ción, pero sí, como en los otros dos cuadros anteriores,
te y su seguimiento a lo largo de todo el proceso, una estre- optimizar el tratamiento farmacológico para evitar que se
cha colaboración con el anestesiólogo y el cirujano. produzca una isquemia miocárdica profunda durante la in-
tervención. Un tratamiento con bloqueadores beta adecua-
do, incluyendo la administración de una dosis en la mañana
Cirugía en las cardiopatías más comunes de la operación, disminuye las respuestas taquicardizantes e
hipertensivas que se pueden originar durante el traslado del
Insuficiencia cardíaca paciente al quirófano, en la fase de inducción anestésica o
Excepto que se trate de una urgencia extrema, la interven- en el mismo acto quirúrgico; el beneficio de los bloqueado-
ción debe ser retrasada hasta que se logre un óptimo estado res beta excede con creces al riesgo teórico de depresión
de compensación. Además de instaurar un tratamiento ade- miocárdica.
cuado, se han de revisar todos los posibles factores coadyu- Es útil efectuar una prueba de esfuerzo en la fase preope-
vantes (anemia, infección, trastornos del ritmo, etc.) y las ratoria de cualquier paciente con antecedentes de cardiopa-
alteraciones hidroelectrolíticas que el uso crónico de diuréti- tía isquémica; con ella es posible identificar algunos pacien-
cos pudiese haber originado. Los pacientes con fallo cardía- tes con respuesta isquémica grave, en los que será mejor
co tienen un riesgo elevado de trombosis venosa y embolia efectuar una coronariografía y revascularización miocárdica
pulmonar y deben ser sometidos a medidas profilácticas ri- si tienen una forma anatómica con mal pronóstico. Un mio-
gurosas. En el postoperatorio inmediato hay que manejar cardio revascularizado será menos susceptible de padecer is-
con corrección los líquidos parenterales y tratar adecuada- quemia miocárdica profunda durante la intervención y, en
mente el dolor, so pena de que reaparezca o empeore la in- consecuencia, de padecer menos complicaciones graves. Si
suficiencia cardíaca. el paciente presenta limitaciones serias para efectuar el ejer-
cicio, se puede recurrir a una prueba isotópica de perfusión
Cardiopatía isquémica miocárdica con provocación farmacológica. En el caso de
La cirugía, en los primeros meses después de un infarto de pacientes con lesiones coronarias graves y múltiples que no
miocardio, sobre todo si se trata de una intervención com- puedan ser revascularizados, es posible recurrir a una asis-

623
CARDIOLOGÍA

tencia circulatoria, mediante contrapulsación aórtica con ba- enmarcarla dentro del contexto clínico del paciente. En ge-
lón, durante el acto quirúrgico y el postoperatorio inmediato. neral se recomienda sólo la atención de los problemas bási-
Es muy frecuente que los pacientes con cardiopatía isqué- cos del paciente, si los tiene, y la monitorización cuidadosa
mica tomen pequeñas dosis de ácido acetilsalicílico. Si se del ECG. Esta actitud expectante está justificada por el poten-
prevé una cirugía cruenta, este fármaco puede facilitar las cial proarrítmico que la gran mayoría de los fármacos anti-
complicaciones hemorrágicas, por lo que es aconsejable sus- arrítmicos poseen. En todo caso, si durante el acto quirúrgi-
penderlo unos días antes. Otros medicamentos, como blo- co se observa una extrasistolia con criterios de peligrosidad,
queadores beta, antagonistas del calcio o nitratos, no suelen se puede recurrir a la lidocaína.
plantear problemas y se administran hasta el período de ayu- En cuanto a las bradiarritmias sintomáticas por bloqueo
nas, reanudándose al mismo tiempo que la ingesta oral. AV infrahisiano o por síndrome del seno enfermo, es eviden-
Es importante recordar que la analgesia postoperatoria te que debe implantarse un marcapasos definitivo antes de
puede enmascarar el cuadro de infarto agudo de miocardio; proceder a la cirugía. En los casos en los que la estimulación
por ello, en los pacientes de alto riesgo se recomienda efec- definitiva sea más dudosa, puede ser conveniente disponer
tuar diariamente un ECG y, si es necesario, determinaciones de un marcapasos transitorio en la sala de operaciones por si
enzimáticas seriadas, que deben interpretarse de acuerdo las circunstancias requiriesen su inserción. Durante la inter-
con el contexto postoperatorio. vención de un paciente portador de un marcapasos VVI
(ventricular ventricular inhibition) pueden producirse interfe-
Enfermedades valvulares y congénitas rencias con las descargas del bisturí eléctrico al sensar el
Las estenosis graves de las válvulas mitral o aórtica tienen marcapasos como onda R el artefacto eléctrico. Si esto suce-
un riesgo quirúrgico elevado, por lo que es mejor proceder a de con reiteración, se producen bradicardia y disminución
su reparación antes de emprender una cirugía mayor. Si el del gasto cardíaco. La solución consiste en poner un imán
defecto es de menor gravedad, puede llevarse a cabo la in- encima del generador del marcapasos transitorio para con-
tervención, pero recordando que muchas anomalías valvula- vertirlo temporalmente en fijo. Esta maniobra no debe hacer-
res o congénitas necesitan profilaxis antibiótica, sobre todo se con los marcapasos programables debido a la posibilidad
si la cirugía prevista entraña riesgo de bacteriemia. de que ocurra una reprogramación indeseable. Para minimi-
La mayoría de las cardiopatías congénitas son corregidas zar el problema de la interferencia eléctrica se recomien-
en la infancia y es raro que no hayan tenido ya su correspon- da que los electrodos del bisturí estén alejados del genera-
diente reparación cuando se plantea la posibilidad de otro dor, que el bisturí se use en rachas cortas, espaciadas por
tipo de intervención. El síndrome de Eisenmenger, vía co- más de 10 seg, y que la corriente cauterizante sea lo más baja
mún a la que conducen algunos cortocircuitos izquierda- posible.
derecha por el desarrollo de enfermedad vascular pulmonar
obstructiva irreversible, constituye una excepción. La irrever- Hipertensión arterial
sibilidad de las resistencias pulmonares prohíbe la repara- Durante tiempo se consideró que los pacientes que toma-
ción quirúrgica del defecto original pero, aun así, el síndro- ban fármacos antihipertensivos presentaban un riesgo quirúr-
me no es incompatible con una larga vida, a lo largo de la gico aumentado porque podían tener inhibidas las respues-
cual pueden presentarse acontecimientos, como el embara- tas compensatorias necesarias para hacer frente a los
zo o la cirugía extracardíaca, que entrañan una alta mortali- cambios circulatorios inducidos por la anestesia y la inter-
dad. La cirugía está, pues, contraindicada, excepto que se vención.
trate de una afección amenazante, por ejemplo, un absceso Hoy se sabe que estos riesgos son más teóricos que reales
cerebral, una de las complicaciones clásicas de la inversión y que las ventajas de un buen control preoperatorio de la
del cortocircuito. presión arterial exceden con creces a los posibles riesgos.
Los pacientes con prótesis valvulares que exigen trata- Más aun, la supresión anticipada de los fármacos puede
miento anticoagulante crónico plantean el dilema del riesgo ocasionar un efecto rebote, sobre todo con la clonidina, que
tromboembólico (si se suspende el dicumarínico) frente al dificulte el control intraoperatorio y postoperatorio de la pre-
hemorrágico (si se mantiene la medicación). La práctica sión. La recomendación actual, en consecuencia, es adecuar
más usual es suspender el dicumarínico unos 3 días antes de el tratamiento hasta conseguir un buen control tensional del
la operación y proceder con heparina cálcica subcutánea a paciente y mantenerlo hasta la mañana de la intervención.
dosis terapéuticas. En el postoperatorio se sigue con la hepa-
rina hasta que, instaurado de nuevo el acenocumarol, se al-
canza un INR (international normalized ratio) adecuado.

Cor pulmonale
Los pacientes con cor pulmonale tienen un riesgo quirúrgi-
co elevado. Si, a pesar de todo, se decide la intervención, la
preparación consistirá en el control de las infecciones pul-
monares, una buena hidratación que facilite la expulsión de
secreciones, la mejoría del broncospasmo y la corrección Bibliografía especial
de los trastornos electrolíticos. Las determinaciones frecuen-
tes de gases arteriales y pH son esenciales para el manejo del ÁLVAREZ J, VEINTEMILLA F. El enfermo no coronario ante la cirugía car-
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de un fármaco, como la digoxina, que filtre los impulsos auri- cardiac surgery: A decision analytic view. Am J Med 1992; 92: 665-
culares en el nódulo auriculoventricular (AV). Como alterna- 678.
tiva, siempre que no exista insuficiencia cardíaca, se pueden GOLDMAN L, BRAUNWALD E. General anesthesia and noncardiac surgery
emplear bloqueadores beta o algunos antagonistas del cal- in patients with heart disease. En: BRAUNWALD E (ed). Heart disea-
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cio, como el verapamilo o el diltiazem. El aleteo auricular es GOLDMAN L, CALDERA DL, NUSSBAUM SR, SOUTHWICK FS, KROGSTAD D, MU-
menos frecuente y suele ser muy resistente al tratamiento far- RRAY B et al. Multifactorial index of cardiac risk in noncardiac sur-
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624
Envejecimiento y corazón
J. Azpitarte Almagro

Fisiología del aparato cardiovascular en el anciano cos cuya cinética puede alterarse por las razones citadas. A es-
tos cambios hepáticos y renales se añaden la disminución de
El envejecimiento es un proceso continuo cuyas fronteras la masa corporal seca y la menor unión de los fármacos a las
con lo patológico son a veces difíciles de establecer. Un proteínas plasmáticas. Como consecuencia de todo ello, la do-
ejemplo de ello es la controversia, aún vigente, sobre si el au- sificación de los fármacos debe ajustarse cuidadosamente en
mento de presión arterial con la edad es un proceso biológi- los ancianos para minimizar las reacciones adversas. Éstas
co ligado al envejecimiento o una enfermedad. Está muy pueden ser acusadas en el sistema de excitoconducción y ori-
difundido, por otra parte, el convencimiento de que la senec- ginarse paro sinusal o bloqueo auriculoventricular (AV) avan-
tud impone una declinación de las funciones cardiovascula- zado con dosis habituales de bloqueadores beta o antagonis-
res y que en ello residiría el origen de la afección cardíaca tas del calcio. Un efecto farmacodinámico adverso frecuente
senil. Este aserto es infundado; sucede, más bien, que la pre- es la hipotensión postural con el uso de diuréticos y otros
valencia y la gravedad de las enfermedades cardiovasculares agentes hipotensores; esto se debe a la menor sensibilidad
aumentan con la edad. de los barorreceptores y a la ya mencionada incapacidad de
En el envejecimiento normal, la capacidad del músculo respuesta simpática beta. Los tratamientos enérgicos pueden
cardíaco para generar presión está preservada y la respuesta exceder la simple hipotensión postural y ocasionar síncope o,
inotrópica de las miofibrillas a la estimulación con calcio es incluso, accidente vascular cerebral.
normal. Hay, por el contrario, una notable disminución a la
estimulación de los receptores betadrenérgicos, que se mani-
fiesta por descenso de las respuestas inotrópica, vasodilata-
Enfermedades cardiovasculares más comunes en el anciano
dora y cronotrópica. Por ello, en el ejercicio u otro tipo de Algunas enfermedades tienen rasgos clínicos peculiares
sobrecargas, el ventrículo hace uso del mecanismo de Frank- en el anciano; otras pueden estar claramente ligadas a la
Starling. Es común cierto grado de hipertrofia ventricular iz- edad. La estenosis valvular aórtica por calcificación progresi-
quierda secundaria al aumento de impedancia que imponen va de las sigmoides es, tal vez, el ejemplo más evidente de
las arterias engrosadas. Tal vez el fenómeno más característi- esta última posibilidad. En esta entidad, privativa de la edad
co del ventrículo izquierdo del anciano sea el enlentecimien- avanzada, los velos se van calcificando y, sin que exista fu-
to de la relajación ventricular; estas alteraciones de la relaja- sión comisural, pueden dificultar sobremanera la eyección
ción, que por sí mismas no tienen trascendencia, pueden ventricular izquierda. Cuando el paciente presenta síntomas,
adquirirla en presencia de enfermedad, sobre todo si hay el pronóstico es muy adverso y está más que justificada la
una taquicardia asociada que acorte el período de llenado. sustitución valvular. Otras enfermedades valvulares, como
La rigidez de las paredes arteriales aumenta con la edad, la estenosis mitral o la regurgitación mitral por degeneración
muy probablemente debido a un aumento del tejido conjun- mixoide del tejido valvular, son menos frecuentes. En la pri-
tivo y a un cambio cualitativo de sus componentes. El proce- mera, si la válvula no está excesivamente calcificada y conser-
so es compensado, en parte, por el ensanchamiento de la va la movilidad, puede ser útil la dilatación con catéter-balón.
aorta, merced al cual ésta necesita dilatarse menos para aco- El infarto de miocardio en el anciano se presenta con fre-
modar el volumen de eyección. De todas formas, la rigidez cuencia sin dolor torácico, y el cuadro clínico típico es susti-
arterial es la causa del aumento de la presión arterial sistóli- tuido por otros síntomas menos específicos, como disnea, su-
ca, así como del incremento en la velocidad de la onda del dación, síncope o confusión mental. En la era inicial del
pulso que muchos ancianos presentan. Esta hipertensión ar- tratamiento trombolítico se consideró que los ancianos debían
terial sistólica es aún más ostensible durante el ejercicio, de- quedar excluidos de éste debido al aumento de riesgo hemo-
bido a la citada incapacidad vasodilatadora con la estimula- rrágico en este grupo poblacional. Hoy se sabe que esto no
ción betadrenérgica. es así; más aún, como subgrupo por edad, son los que más
se benefician de la trombólisis, precisamente por ser los que
mayor mortalidad natural tienen. Los pacientes que, a pesar
Farmacoterapia cardiovascular en el anciano de un tratamiento médico adecuado, sufren angina de pecho
No es posible establecer normas generales sobre este im- incapacitante, pueden obtener beneficio con la revasculari-
portante apartado, puesto que la respuesta a la administra- zación miocárdica. Debe saberse, sin embargo, que la ciru-
ción de fármacos depende de circunstancias individuales, fi- gía coronaria, por encima de ciertas edades, tiene una mayor
siológicas y psicológicas, más que de la edad cronológica. El morbimortalidad. En consecuencia, raras veces se emplea,
cumplimiento terapéutico mejora con un entorno familiar o como sucede en otras décadas de la vida, con el único pro-
social adecuados. Es un hecho común, al menos en España, pósito de aumentar la esperanza de vida. La angioplastia co-
el desmedido consumo farmacológico de algunos ancianos; ronaria, cuando está indicada, puede llevarse a término con
esta polifarmacia, que puede pasar inadvertida al médico resultados similares a los obtenidos en otras edades.
más atento, es causa frecuente de confusos cuadros clínicos Debido a la mayor prevalencia de enfermedades cardio-
cuyo remedio estriba en la supresión vigilada de todos los vasculares, la incidencia de insuficiencia cardíaca aumenta
fármacos. claramente con la edad. La amiloidosis cardíaca, que produ-
Es necesario destacar que la diminución senil del aclara- ce un cuadro restrictivo grave para el que no existe remedio
miento renal puede elevar la concentración de fármacos que conocido, es una entidad que raras veces se observa a otras
se eliminan por esta vía. Entre ellos se encuentran la digoxina, edades. El síndrome del nódulo sinusal enfermo y los trastor-
los diuréticos, la mayoría de los inhibidores de la enzima de nos de la conducción AV son frecuentes en los ancianos y la
conversión de la angiotensina, el atenolol y algunos antiarrít- razón de la elevada edad media que tienen los pacientes a
micos, como la procainamida o la disopiramida. Otros fárma- los que se implantan marcapasos. La prevalencia de fibrila-
cos se metabolizan en el hígado y pueden alcanzar tasas plas- ción auricular es también muy elevada y diversos estudios
máticas elevadas, debido a que con la edad hay un menor han demostrado que el ácido acetilsalicílico o los dicumarí-
flujo hepático y una actividad enzimática disminuida. El pro- nicos a dosis bajas son eficaces para prevenir accidentes em-
pranolol, el verapamilo y el diltiazem son ejemplos de fárma- bólicos cerebrales.

625
CARDIOLOGÍA

Así pues, los ancianos tienen una incidencia elevada de FALLON JT, DEC GW. Cardiac tumors. En: EAGLE KA, HABER E, DESANCTIS
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