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El Estado subsidiario y la educación:

Desde que se realizaron las transformaciones estructurales durante la dictadura, el Estado dejo de
tener un rol protector y activo en la Economía, pasando a ocupar un papel más bien secundario,
que según el discurso emanado desde la Dictadura de Pinochet respondería a la modernización de
este, orientándose al mercado, entendido este como una entidad objetiva que no podía ser
politizado o influenciado desde afuera, por su capacidad de autoregulación. En ese sentido el
discurso emanado desde el poder ejecutivo, revestido bajo un manto de objetividad justificó en
pos del crecimiento y del progreso, la privatización, la falta de regulación y la flexibilidad de la
actividad estatal.

En ese sentido el estado adopto una postura subsidiaria en tanto a su rol secundario frente al
mercado. Ahora sería preciso aclarar a que nos referimos cuando hablamos de Estado Subsidiario.
Una breve cronología sería ideal para aclarar este punto, y es que desde los años 40, con la
implantación del modelo ISI (industrialización por sutitucion de importaciones) el Estado de Chile
asumió un rol sumamente activo en cuanto al fomento de la industria; y no sólo de la industria ya
que desde los años 20 el Estado había ido tomando una postura cada vez más preocupada por el
bienestar social, generando el código del trabajo, leyes de habitaciones obreras, y aumentando la
cobertura sanitaria en tanto a Salud como a espacios. El punto más álgido de este Estado protector
se alcanzó con el gobierno de la Unidad Popular. Este hecho no se cita únicamente por antojo, sino
que tiene que ver con la transformación que emprendió la dictadura del aparato estatal, de la
economía y la cultura. En el sentido más profundo el Estado dejó de hacerse cargo de las
necesidades sociales y económicas entregando a las personas a la suerte del mercado,
financiándolas solo a través de impulsos económicos, transformándose en un mero intermediario
entre el mercado y las necesidades de las y los chilenos. Generando una relación inversamente
proporcional, mientras se fortalecía el mercado se deterioraba la capacidad del Estado de hacerse
cargo del gasto social, a través de la desinversión en esta área.

El caso de la Educación no fue ajeno a esta postura y modo de actuar de la dictadura. Con la
concepción de la educación como un bien de consumo vino la municipalización y la precarización
educacional no tardo en presentarse, con todo lo anteriormente mencionado se despejó el camino
a la libertad de enseñanza que permitió que cualquier ciudadano con la cantidad necesaria de
capital pudiera abrir centros educacionales tanto primarios, secundarios como universitarios. Todo
en pos de la libertad y del progreso de algunos, mientras miles de chilenos se adentraban en un
espiral de precarización social, que respondía a la concepción de “disminuir el estado” que
propone la economía monetarista que propugnaban los Chicago Boys, civiles quienes
administraban el sector económico de la Dictadura.

Es así que la dictadura le cambió el sentido al Estado para dejarlo subsumido al Mercado, bajo la
concepción de este como un ente objetivo con una naturaleza inmutable.

Pero la Dictadura fue quien edifico las bases de la precarización a traves del rol subsidiario, pero
los gobiernos posdictatoriales fueron quienes concluyeron la precarización y terminaron de
entregarle la Educación a los privados con la intromisión más profunda de la banca en la
financiación de la educación.

Mientras no se cambie el rol primario del mercado la educación está condenada a la precarización,
debido a que el mercado será quien dicte las pautas por las cuales debe seguir la Educación. Y
para quitarle preponderancia al mercado en nuestras vidas y en la Educación es necesario (no
únicamente pero si aportaría enormemente) cambiar el rol subsidiario del Estado.

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