Agricultura y desarrollo económico

Dagoberto Carlos Peña Cobeñas

1. ¿Qué dice la literatura sobre la relación agricultura - desarrollo económico?

Autores como Johnston y Kilby, Bairoch, Marx y Pipitone coinciden en que el progreso
técnico en la agricultura es resultado del desenvolvimiento de la economía mercantil y
la diversificación industrial (Zermeño, 2004). Más adelante surge la hipótesis de que la
agricultura es un elemento muy importante para el financiamiento del desarrollo. Dicha
relación es interpretada en dos enfoques distintos: uno directo, según el cual la
transferencia de valor a favor de la industria es una de las principales funciones que la
agricultura debe satisfacer, y otro indirecto que sostiene que una de las formas de
evitar la tendencia a la disminución del beneficio (y por tanto del crecimiento) es el
progreso tecnológico en la agricultura (Ídem, p: 142, 150).
Durante los años cincuenta, el relativo descuido de la agricultura fue acompañado por
dos sucesos. En 1949, Prebisch y Singer concluyen que el ámbito para el crecimiento
mediante las exportaciones agrícolas y de otro tipo era muy limitado, sugiriendo que
debe darse prioridad a la sustitución de importaciones de manufacturas más que a la
producción y exportación agrícola. El segundo se produce cuando en 1958 Hirschman
publica su libro “La estrategia de crecimiento económico”, donde señala que la
inversión en la industria llevaría a un crecimiento económico más rápido y amplio que
la inversión en la agricultura (Albarracín, 2011).
En cuanto a la importancia que la agricultura tiene sobre el desarrollo económico en su
conjunto, los estudios demuestran que dicha relación se incrementa con el crecimiento
económico. Además, es necesario que la agricultura y los otros sectores contribuyen
mutuamente a su crecimiento (Cannock y González, 1994).
 Cuadro 1.1. Contribuciones entre la agricultura y otros sectores
De la agricultura a otros sectores
-Incremento de la producción de alimentos y
otros productos agrícolas para uso del sector
urbano doméstico y las exportaciones.
-Oferta de fuerza laboral adicional a los
sectores no agrícolas.
-Flujo de capital neto hacia afuera para ser
invertidos en otros sectores.
-Incremento de la demanda del consumidor
agrícola para los bienes y servicios
producidos en otros sectores.
De otros sectores a la agricultura
-Producción industrial de insumos agrícolas mejorados.
-Mayor demanda de alimentos y otros productos
agrícolas a partir del incremento de los ingresos y la
asignación de una importante proporción de la fuerza
laboral agrícola hacia sectores no agrícolas.
-Provisión de la infraestructura necesaria (caminos,
equipos de transporte y comunicaciones, educación).

Fuente: Cannock y González (1994)

2. La agricultura en el Perú
El Ministerio de Agricultura y Riego (MINAGRI) afirma que mediante la agricultura se
genera empleo de calidad, desarrollo de tecnología y de las buenas prácticas
agrícolas, oferta de productos agropecuarios que contribuyen con la seguridad
alimentaria y nutricional, con la reducción de la pobreza, conservación de recursos
naturales y el ingreso de divisas (2015a, p.13). En el Perú, esta actividad se
caracteriza por su heterogeneidad: diferencias tecnológicas, de articulación a
mercados de productos e insumos y el acceso a mercados de servicios (créditos,
seguros, entre otros), así como también una diversidad climática geográfica
(MINAGRI, 2015b). La situación de bajo desarrollo que la agricultura tiene se explica
por: un bajo nivel de competitividad y rentabilidad agraria, el aprovechamiento no
sostenible de los recursos, un limitado acceso a servicios básicos y productivos del
pequeño productor y el débil desarrollo institucional (Vela y González, 2011).

El mundo rural se caracteriza por la desigualdad: grandes empresarios comerciales

coexisten con pequeños agricultores, los productores que se insertan al mercado
nacional e internacional tienen una menor probabilidad de ser pobres en comparación
con aquellos cuya producción se destina al autoconsumo y además venden su fuerza
laboral (The World Bank, 2008). La baja productividad de la tierra y la escasa
competitividad de los productos básicos en este mundo, son resultado de la carencia
de infraestructura, tecnología y estandarización de los procesos productivos así como
de la falta de inversión en investigación y desarrollo de técnicas agrícolas más
eficientes y formas de reconversión productiva (Contreras, 2005).