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GOLPEA NO PARES

Reyes 13:14-21
Ahí estaba el rey Joás, se enteró que Eliseo, la
voz profética de la ciudad, estaba enfermo y
dice que cuando llegó dijo: "Padre mío, Padre
mío", se puso a llorar cuando lo vio débil,
anciano, dijo: "Padre mío, carro de Israel", le
estaba diciendo el Señor está con tigo, Eliseo, el
Señor está con tigo, ese hombre estaba
llorando, dejó de llorar y declaró que Dios
estaba ahí. Tú debes dejar la emoción y
SALTAR A LA DECLARACIÓN: Y dice que cuando
estaba diciendo: "Dios está con tigo", el viejo se
levantó de la cama y le dijo: "Traé unas flechas
y un arco"; el hombre trajo el arco y las flechas,
abrió la ventana al oriente, que era por donde el
enemigo iba a atacar, porque Dios va a hacer
que mires a los ojos a tu dolor, a tu problema, a
tu conflicto, Dios te va abrir la ventana para que
enfrentes y resuelvas tus todas tus dificultades.
Y le dijo: "Tirá una flecha", y tiró una flecha y
cuando soltó una flecha le dijo: "Así como la
flecha voló, así la victoria está sobre tu vida",
entonces enseguida lo miró y le dijo: "Tirá
ahora hacia abajo, golpea" y agarró el arco y
tiró una flecha, tiró otra flecha y tiró otra flecha
y se detuvo, se paró, ¿por qué se paró? habrá
dicho: ¿qué me está haciendo hacer el viejito?
¡Está loco!, ya tiré la flecha, tiré tres! Y se paró
y Eliseo se enojó y le dijo: "Tres veces, tiraste
tres veces, ganaras, si hubieses tirado diez, diez
victorias, tiraste tres, tres victorias". Tendrás
Porque el límite al obrar de Dios no lo pone
Dios, lo ponemos nosotros. ¿Cuántas veces vas
a tirar flechas? ¿Cuántas veces vas a decir no
me importa?, sigo golpeando. Tal vez Joás se
paró porque se cansó, tal vez porque se sintió
ridículo, no sabemos por qué, pero se detuvo y
Eliseo le dijo: "Te detuviste". La batalla se gana
en la habitación secreta". CRN es la habitación
de DIOS para ti, ésta es la habitación del Señor,
acá se ganan las batallas, la batalla no la ganás
afuera, la ganás acá, de acuerdo a cuántas
flechas tu tires a tu tierra, a tu círculo, a tu
mundo, yo sé cuántas voy a tirar para más,
pero yo no puedo tirar por ti. Eliseo no le dijo
dame el arco, una, dos, tres, diez victorias. Le
dijo tu victoria es tuya, yo te voy a enseñar
cómo, pero el que va a tirar la flecha eres tú, yo
te suelto la palabra pero el que va a tener la
victoria en tu vida eres tú. ¡Y lo que hoy te dice
el Señor es que
APRENDE A SEGUIR GOLPEANDO: sigue tirando,
golpea, no bajes los brazos! Persevera, dale,
sigue no pares, sigue veraz el resultado de tu
perseverancia, en el lugar secreto se tejen las
más grandes victorias, no importa tu presente
ni lo que te dijeron, no importa lo que pasó, no
importa nada, lo que importa es que vamos a
seguir peleando, que vamos a seguir hablando
la palabra de fe. Lo que importa es que vamos a
seguir aquí adorando, lo que importa es que
vamos a seguir aquí declarando victoria, que
vamos a seguir peleando por nuestra cosecha,
lo que importa es que vamos a dejar lo bueno
porque vamos a agarrar algo mejor, lo que
importa es que el Señor nos respalda, que todo
lo que hagamos nos saldrá bien, eso es lo que
importa.
¡No nos detengamos! Yo hoy te digo de parte
del Señor: ¡No dejes de golpear! cuando tu
venís acá a las reuniones, vos venís a golpear tu
tierra, venís a disparar tu palabra de fe, yo sé
que te detuviste. No importa la edad, siguen
disparando, siguen batallando, porque esa
gente es útil para el Señor. Traemos a nuestros
niños, nuestros pre-adolescentes para que
aprendan a disparar, para que no se rindan, lo
malo no importa, vamos a seguir adelante.
¿Saben por qué Eliseo se enojó?, porque Eliseo
no quería darle sólo la victoria, quería darle la
unción, porque el viejo ya se iba, tenía la doble
unción de Elías, le iba a dar cuatro veces la
unción, y Joás no calificó. Yo quiero decirte que
para las cosas grandes, Dios te va a tomar
examen, y el examen se llama "Hasta dónde
aguantás". El examen es "Dime cuánto
aguantás", si aguantás tres golpes no estás
calificado, pero si seguís adelante, aunque tu
casa sea un desastre, te echaron del trabajo,
seguí adelante, la enfermedad se me empeoró,
seguí adelante, porque si Dios te aprueba Dios
te va a dar cuatro veces más la unción. ¿Sabes
qué pasó?, el rey no aprobó y Eliseo se murió y
lo llevaron a la tumba. Un día tiraron un
cadáver arriba de sus huesos, cuando el
cadáver cayó, resucitó, porque si Dios no
aprueba a los que eligió para darle la cuádruple
unción, se la va a dar a los ilustres
desconocidos, pero alguien se la va a llevar. Yo
no quiero que nadie se lleve lo que Dios preparó
para mí, y nadie se tiene que llevar lo que Dios
preparó con tu nombre. Seguí golpeando,
levantá tu mano de victoria. Cada vez que
levantás tu mano estás golpeando, cada vez
que alabamos estamos golpeando, cuando
venimos a las reuniones estamos golpeando,
cada vez que celebramos estamos golpeando,
cada vez que hablamos la Palabra estamos
golpeando, y cada vez que gritamos estamos
golpeando. Yo declaro sobre los que han venido
a la reunión, que los meses siguientes serán
meses de muros rotos, serán límites quebrados,
alambres de púa se rompen, y caminaremos sin
límites. Yo declaro, que el enemigo cuando
venga, llegará vencido porque hoy tu pueblo
declara que ya no importa más nada, sino que
tú estás con nosotros. Hoy declaramos "Fuerte
somos", y declaramos victoria, recuperamos lo
perdido y declaramos gozo y triunfo en nuestra
casa. Amén

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