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TEXTO CORPUS

Las dos grandes religiones de la India estaban fundadas en concepciones distintas de la divinidad. El Islam se
apoya en el profeta Mahoma y en el Corán. El hinduismo es una religión sin fundador, aunque revelada, sin
dogma, sin liturgia. Para el Islam, el creador se desliga de su creación, ordena y reina sobre su obra. Para los
hindúes, el creador y su creación no son más que una misma cosa. Los hindúes creen que Dios está presente
en todas partes y es en todas partes el mismo. Dios es las plantas, los animales, el fuego, la lluvia, el corazón.
No hay para los hindúes más que una sola falta, la avidya, la ignorancia: no ver la presencia de Dios en todas
las cosas. Para los musulmanes, Alá es un absoluto, el Corán prohíbe su representación. Una mezquita es un
lugar desnudo. Las decoraciones permitidas son motivos abstractos o la repetición de los noventa y nueve
nombres de Alá. Un templo hinduista es un inmenso bazar espiritual, un batiburrillo de diosas con el cuello
enguirnaldado de serpientes, de dioses con seis brazos o con cabeza de elefante, de jóvenes vírgenes y de
representaciones eróticas.

TEXTO RODRÍGUEZ
La tuberculosis (TBC) es causada por el Mycobacterium tuberculosis que es una bacteria que se transmite
mediante la inhalación de secreciones húmedas que una persona infectada ha lanzado al aire al toser. Aunque
la TBC es una infección de los pulmones, las bacterias entran en el torrente circulatorio e infectan otros órganos.
La infección por TBC progresa en dos estadios, uno primario y otro secundario, existiendo algunas veces un
estadio de latencia entre los dos anteriormente mencionados.

Durante el estadio primario, las bacterias residen en el tejido pulmonar y en otros lugares del cuerpo. Durante
esta etapa, la mayoría de los afectados no presentan síntomas. Las defensas naturales del organismo son
activadas para producir anticuerpos a fin de luchar contra la infección. Si dichas defensas tienen éxito, las
bacterias quedan aisladas dentro de una cápsula y la infección no progresa. La persona se halla entonces en
el estadio de latencia. No obstante, las bacterias todavía están vivas y pueden escapar, activándose
posteriormente. Esto puede ocurrir cuando el sistema inmune se deteriora a causa de enfermedades, mala
alimentación, ciertas drogas o infección como el virus del sida.

El estadio secundario (etapa activa) comienza varios meses después del estadio primario si las defensas
corporales no han logrado su propósito. Las bacterias comienzan destruyendo el tejido corporal, en particular
el pulmonar. Los síntomas incluyen febrícula, pérdida de peso, fatiga y sudoraciones nocturnas. La TBC
pulmonar provoca una tos crónica, sea inicialmente, pero que más tarde produce un esputo que contiene sangre
y pus. Los síntomas también aparecen en otras áreas, a las cuales se han diseminado las bacterias.

TEXTO ORLY
Aristóteles descubrió que el espíritu (el pensamiento, el lenguaje) posee una estructura similar a la de la materia.
Así desmenuzó el espíritu humano y extrajo tres elementos fundamentales: el concepto, el juicio y el raciocinio.
El concepto es la representación intelectual abstracta de un objeto.

El hombre conoce las cosas que le rodean de una manera sensible (este monte, este hombre, etc.) pero tiene
una facultad (abstracción) que le permite prescindir de las características concretas y accidentales de los objetos
y referirse a sus aspectos esenciales, es decir, le permite saber que el monte, que es el hombre, etc. Estos
aspectos esenciales constituyen la idea, el concepto o, en términos aristotélicos, el universal.

Cuando se unen dos o más conceptos para obtener un enunciado acerca de la realidad, se forma un juicio, Este
es verdadero cuando los dos conceptos que se unen en el juicio se refieren a dos objetos efectivamente
relacionados en la realidad.

El raciocinio es aquella forma lógica que consiste en inferir un juicio desconocido a partir de otros conocidos.
Hay dos clases de raciocinio. Los deductivos (que a partir de la afirmación universal deducen una afirmación
particular) y los inductivos (que sigue el camino inverso, van de la recolección de datos particulares a la
afirmación de una verdad universal). Para Aristóteles la forma perfecta de raciocinio es el deductivo, al que
llamó silogismo.

TEXTO LIZ
Cien kilómetros debajo de nosotros, nuestro planeta alcanza temperaturas superiores a los tres mil grados…
No existe quien soporte tales infiernos. Treinta kilómetros sobre nosotros el aire es tan frío y enrarecido que
impide también la supervivencia. Entre estos dos extremos florece aquel milagro que llamamos vida.

Estos datos nos ayudan a visualizar la fragilidad de esa delgada capa formada por el mundo viviente, o
“biósfera”. Capa formada por todos los seres vivientes: la fauna, la flora (sin excluir los microorganismos) y los
seres humanos.

El conjunto de todos los seres vivos es lo que llamamos “biodiversidad”; es la variedad de la vida en todos los
niveles, formas y combinaciones. Hablamos pues, de los infinitos rostros que tiene la vida sobre la tierra y que
forman parte de un gran sistema interdependiente. Se interrelacionan con los componentes no vivientes del
planeta y dependen de ellos: los océanos, la atmósfera, el agua dulce, las rocas y el suelo. La humanidad
depende totalmente de esta comunidad de vida, o de esta “biosfera”, de la que formamos parte.

No es exageración decir que nuestro país es el de mayor biodiversidad, en el mundo. No hay otra región del
planeta con tal diversidad de ecosistemas y especies de flora y fauna. Ello es debido a factores como la posición
latitudinal, predominantemente tropical, en la que se encuentra nuestro país, la presencia en el mar peruano de
dos corrientes, cálida y fría; los diferentes “pisos altitudinales” de la cordillera de los Andes, la integración
territorial a las cuencas hidrográficas del Pacífico, el Amazonas y el Titicaca.

En términos de las zonas de vida, según Holdridge, el Perú tiene 84 de las 114 zonas de vida y 28 de las 32
categorías climáticas catalogadas para todo el planeta.
Para dar una idea, de la gran biodiversidad peruana, se pueden mencionar algunas cifras: se calcula, que en el
mundo existen 400 mil especies de plantas superiores. Los botánicos más connotados estiman que sólo en el
Perú hay por lo menos 45 mil especies de plantas. Somos el país con mayor número de aves en el mundo, con
1,703 especies (CDC 1995), es decir, el 19% del total mundial con sólo el 0.25% de la superficie terrestre.

El Perú posee récords mundiales de diversidad biológica. Esta es la riqueza más grande que pueda desear
cualquier país, porque con ella puede lograrse un real desarrollo para el presente y el futuro.

TEXTO YUNIOR
La Bioquímica es una ciencia reciente y sus resultados han venido a corroborar de forma especial el hecho de
la evolución.
El primer dato que la Bioquímica presenta, a tener en cuenta es que todos los seres vivos están formados por
sustancias químicas de idéntica naturaleza. Todos son compuestos del carbono, la capacidad de éste de unirse
consigo mismo formando anillos y cadenas, permite la formación de un número ilimitado de compuestos.
Los tres tipos básicos de sustancias: glúcidos o hidratos de carbono, que actúan como combustible y
proporcionan la energía necesaria para los procesos vitales; los lípidos o grasas que normalmente obran como
sustancias de reserva; y las proteínas, que son los componentes estructurales del cuerpo, se encuentran en la
totalidad de los seres vivos. ¿Esta profunda semejanza de base se puede explicar de otra forma que no sea un
proceso de diferenciación progresiva a partir de antepasados comunes?

Este argumento se refuerza más si estudiamos la naturaleza de la acción específica de los diversos compuestos
bioquímicos del organismo. La mayoría muestra el mismo fenómeno: unas semejanzas básicas que solo pueden
interpretarse por su origen común. Las enzimas y coenzimas gracias a las cuales se produce las reacciones
bioquímicas son iguales o muy semejantes en casi todos los animales. Las hormonas que actúan como
reguladores del metabolismo son también muy parecidas y, en algunos casos, intercambiables de un animal a
otro con los mismos efectos. Los mismo ocurre con los pigmentos visuales, los fosfágenos, etc. Estos datos son
aún más reveladores si tenemos en cuenta que estas sustancias son las que en última instancia desarrollan las
características morfológicas.

TEXTO MAZA
En un primer momento la mano de obra que extrajo la riqueza, del “Cerro Rico” fue principalmente reclutada a
través del sistema de la mita. Una vieja institución andina fue puesta al servicio de la pujante Europa. Una sexta
o una séptima parte de los indígenas tributarios ubicados dentro de las 200 leguas a la redonda de Potosí iban
a trabajar o morir en sus socavones. Francisco de Toledo, “el Solón del Perú”, estableció y reglamentó por
primera vez, la mita minera en 1574. se designaron 13, 571 mitayos a las minas de Potosí. Esta cantidad fue
reduciéndose paulatinamente durante el siglo XVII: en 1663 se redujo a 4,115 y en 1697 a 2,816. Por mandato
de las ordenanzas reales los mitayos debían recibir un “salario”. Sin embargo, como todas las leyes indianas,
éstas fueron violadas constantemente. Los indígenas casi siempre terminaban endeudados y con la obligación
de seguir trabajando al término de su mita. Este “salario” monetario beneficiaba a la comunidad o reducción
de donde había salido el mitayo y era utilizado ordinariamente para el pago del tributo. La parte monetaria del
“salario” era insignificante y muy a menudo era pagada, ante la ausencia de moneda fraccionaria, con la moneda
de los propios mineros. En México se la llamó “taclos” y en el Perú “fichas” o “señas”. Esta moneda solamente
tenía validez dentro de la misma mina y podía ser cambiada por alimentos, textiles, coca, o aguardiente. Esto
permitía la manipulación de los precios y el endeudamiento progresivo de los indígenas.

TEXTO I JAVIER
Rara vez se podía convencer a Afrodita para que prestarse a las otras diosas su ceñidor mágico, que hacía que
todos se enamorasen de su portadora, pues era celosa de su posición. Zeus la había dado en matrimonio a
Hefesto, el dios herrero cojo; pero el verdadero padre de los tres hijos que ella le dio –Fobos, Deimos y
Harmonía- era Ares, el robusto, el impetuoso, ebrio y pendenciero Dios de la Guerra. Hefesto no se enteró de
la infidelidad hasta que una noche los amantes se quedaron demasiado tiempo juntos en el lecho en el palacio
de Ares en Tracia; cuando Helio se levantó los vio en su entretenimiento y le fue con el cuento a Hefesto.

Hefesto se retiró airado a su fragua y, a golpes de martillo, forjó una red de caza de bronce, fina como una
telaraña pero irrompible, que ató secretamente a los postes y lados de su lecho matrimonial. A Afrodita que
volvió a Tracia toda sonrisas y le explicó que había estado ocupada en Corinto, le dijo: “Te ruego que me
excuses, querida esposa, pero me voy a tomar unas breves vacaciones en Lemnos, mi isla favorita”, Afrodita
no se ofreció a acompañarle y en cuanto se hubo pedido de vista se apresuró a llamar a Ares, quien llegó
enseguida.

Los dos se acostaron alegremente, pero cuando quisieron levantarse al amanecer se encontraron enredados
en la red, desnudos y sin poder escapar. Hefesto volvió de su viaje y los sorprendió allí y llamó a todos los
dioses para que fuesen testigos de su deshonor. Luego anunció que no pondría en libertad a su esposa hasta
que le devolviesen los valiosos regalos con que había pagado a Zeus, padre de Afrodita.

TEXTO II LEANDRO

La política de los autores y una práctica fílmica que se ejercía como escritura dieron lugar a la irrupción de un
cine nuevo, que apareció con la fuerza de un golpe de Estado, el asalto a una fortaleza, la toma del poder por
un grupo de jóvenes ávidos de cine. Entre 1959 y 1963, 170 nuevos directores franceses dirigen su primer
largometraje. Los viejos patriarcas de la industria se marcharon al retiro, guardando algunos de ellos un rencor
que perdura.

El nombre de Jean Luc Godard fue el que encarnó a cabalidad la marea de la novedad. El encarna hasta hoy
la continuidad de la ruptura. Porque de ruptura se trató. La verosimilitud cinematográfica, las reglas de
construcción dramática tradicionales – “toda película tiene un planteamiento, un nudo y un desenlace…. Pero
no necesariamente en ese orden”, afirmó Godard-, las funciones tradicionalmente antagónicas del documental
y la ficción, se pusieron en entredicho. El cine, como nunca antes, adquirió una cualidad intensamente afectiva,
reflejo de la subjetividad del cineasta que proponía para sus películas una lectura equivalente a la de la obra
literaria. Allí, sobre el ecran y a pesar de la intermediación de la tecnología cinematográfica, el espectador debía
apreciar las marcas de la personalidad del realizador, las huellas de su goce o su dolor.

TEXTO RÍMAC

El rasgo característico más indiscutible de las revoluciones es la intervención directa de las masas en los
acontecimientos históricos. En tiempos normales, el Estado sea monárquico o democrático, está por encima de
la Nación, la historia corre a cargo de los especialistas de este oficio: los monarcas, los ministros, los burócratas,
los parlamentos, los periodistas. Pero en los momentos decisivos, cuando el orden establecido se hace
insoportable para las masas, éstas rompen las barreras que las separan de la palestra política, derriban a sus
representantes tradicionales y, con su intervención, crean un punto de partida para el nuevo régimen. Dejemos
a los moralistas juzgar si esto está bien o está mal. A nosotros nos basta con tomar los hechos tal como nos los
brinda su desarrollo objetivo. La historia de las revoluciones es para nosotros, por encima de todo, la historia
de la irrupción violenta de las masas en el gobierno de sus propios destinos.

TEXTO BRIGITTE
Roma, en tiempos de la República, tenía el calendario “lunar-solar”, en el que cada cierto tiempo se añadía un
mes para ajustarlo al año solar. Pero los sacerdotes romanos encargados de los ajustes eran más inclinados a
la política que a la astronomía y como las autoridades eran elegidas por años, añadían meses según simpatías.
Cuando el gobierno era de su partido, hacían los años más largos y cuando no, más cortos.

Llegado el año 46 antes de Cristo, Julio César gobernaba Roma y decidió poner en orden el calendario. Para
esto importó al astrónomo egipcio Sosígines y dejó que el año 46 a.c. continuara por 445 días. A partir de esa
fecha (45 a.c.) entró en vigencia nuestro año de 12 meses. Pero, como los romanos consideraban febrero un
mes de mala suerte en lugar de hacer cinco de 31 días y siete de 30, hicieron siete de 31, cuatro de 30 y uno
(febrero, por ser un mes “salado”) de 28. Para compensar el 0.25 de días que falta con respecto año solar,
establecieron un año de 366 días cada cuatro, nuestro año bisiesto.
En el Concilio de Nicea, en el año 325, el calendario de Julio César fue adoptado por la cristiandad. Pero, como
el año solar es algo más corto que 365.25 días, las estaciones comenzaron a atrasarse. En 1263, el sabio inglés
Roger Bacon escribió sobre esto al papa Urbano IV, pero pasaron tres siglos hasta que fue corregido. En
octubre de 1582 el Papa Gregorio XIII quitó 10 días a este mes para compensar el error, estableciendo que
cada 400 años hay que omitir tres años bisiestos para mantener las cosas en orden. Aún así, el ajuste no puede
ser perfecto, y estamos acumulando casi 3 horas cada 400 años. Alrededor del año 5400 de nuestra era será
necesario hacer otro ajuste y perder todo un día.

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