Sie sind auf Seite 1von 3

Calumnia y acoso laboral.

La calumnia consiste en denunciar de manera falsa y maliciosa a una persona, por la


ejecución de un hecho considerado como delito. Esta se realiza sabiendo que lo relatado
no existe o no aconteció tal como se lo relata. Se trata de una ofensa o un agravio
imputado a una persona, con el fin de debilitar el honor y buen nombre merecido. Por
ello, no es más que una especie de injuria agravada. Una especie de delito contra el
honor, que se le imputa falsamente a una persona. Es indiferente la calificación que el
denunciante establezca respecto de los hechos, como también el grado de criminalidad
que afirme. Esta sólo trata de atribuirle a una persona pecados o defectos que no tiene, o
bien faltas que no ha cometido. Pero sobre todo busca confundir acera del carácter de
una persona. Para que la calumnia se consume es necesario que llegue al conocimiento
del calumniado. Esta falta tiene algún parecido con la difamación, que consiste en la
divulgación acerca de la mala fama de una o más personas con el fin de dañarlos. El
difamador utiliza tanto información verdadera como falsa. Y aunque sea verdad lo que
dice; comete pecado porque le quita a una persona el derecho al buen nombre.
La manipulación de la verdad y la desinformación, forman parte de la calumnia.
Tiene como base una información falsa basada en una mentira. Aunque también puede
darse el caso de que algunas de las informaciones sean verdaderas, pero se desarrollan
en el contexto de la desinformación con un fin engañoso. A veces la mentira puede ser
fácilmente descubierta. Pero lo más frecuente es que se vista hábilmente de verdad. La
persistencia en repetir de manera frecuente una historia fantástica puede ser un factor
decisivo para su aceptación. Tal como sostiene uno de los principios fundamentarles de
la propaganda nazi: “Miente, miente, que algo quedará”.
Al igual que la injuria, la calumnia se basa en un sutil manejo de las palabras, que
expresan verdades a medias. Ella puede consistir en la atribución de ciertos hechos, en
la expresión de palabras soeces, en la imputación de actos violentos, en la ejecución de
actitudes de menosprecio, en una comparación denigrante, en una burla injustificada o
en elaboración de juicios que subestimen a alguien. Con esta amplia formulación se
puede mostrar que los actos injuriosos son heterogéneos. No hay forma de evitarla,
puesto que se basa en hechos circunstanciales, manipulados bajo una mirada subjetiva.
Esta actitud tiene una desmesurada gravedad, cuando se llevan a cabo sabiendo que
tales hechos son inciertos. Su artera difusión añade a la confusión una manipulación de
la verdad y genera desconfianza. Para evitarla es necesario cortar rápidamente su
difusión y remarcar su engaño. Es preciso remarcar la falsedad de lo que se imputa, que
se hace con un temerario desprecio de la verdad.
Dice San Benito que a veces vemos en los otros los errores que nosotros también
cometemos. Uno ve en el otro las cosas que no acepta de uno mismo. De esta manera, el
otro puede ayudarnos a ver nuestras propias fallas, aquellas que hemos reprimido y no
nos animamos a ver. Nos enojamos porque con él porque no hemos sabido hacerlo con
nosotros mismos. Vemos en los otros los mismos errores que nosotros también
cometemos.
En caso de dolo o falsedad, será necesario deshonrar al sujeto que ha sido victima de
ella. Pues la calumnia lesiona la dignidad de la persona a la que se le imputa. Perjudica
su reputación y atenta contra su estima. Quien ha calumniado debe retractarse y hacer
reparación del daño hecho, en cuanto sea posible. Para evitar sus efectos es importante
reconocer que somos inocentes de todas las cosas que se nos imputan. Entender que no
hemos hecho nada para merecer semejante ataque de manera gratuita. Y por sobre todo
evitar caer en la depresión y el desaliento.

1
Si el caso llega a ser grave es necesario que la persona participe a través de una
querella y se transforme en demandante. Por tanto el juicio funcionará muy parecido a
un juicio oral en el orden civil, con parte demandada y demandante y con la posibilidad
de que se llegue a un acuerdo o exista el desistimiento.
Esta perversa forma de falsear la realidad, suele aplicarse en algunos ámbitos
laborales. En estos casos suele ser uno de las tantas formas de ejercer contra los otros el
fenómeno del acoso laboral o mobbing. Este término fue utilizado por primera vez en
los escritos del premio Nobel de medicina Konrad Lorenz, describiéndolo como los
ataques que realiza un grupo de animales que se siente acosado o amenazado ante la
presencia de un depredador potencialmente peligroso. Se trata de animales de mayor
envergadura de la misma especie, que se sienten amenazados. La palabra mobbing
proviene del verbo inglés “To mob” que significa atacar con violencia. En verdad no se
trata de un fenómeno nuevo, sino que se ha producido desde siempre en todas las
culturas. Quienes lo padecen suelen ser trabajadores valiosos, honestos y de fuerte ética
profesional, lo cual puede resultar amenazante para algunos.
Este tipo de conductas generan daños muy graves, tanto en lo económico como en lo
humano. Se trata de un continuo y deliberado maltrato que recibe un trabajador por
parte de otro u otros. Con sus crueles actos buscan arrinconarlo, destruirlo o eliminarlo,
con el fin de romper su resistencia sicológica. Quienes participan en este tipo de
hostigamiento tiene la sensación de que mientras participan en el linchamiento ellos no
van a ser acosados. Todas estas acciones buscan desmoronar la dignidad del trabajador.
A veces hay conductas de maltrato que se ejercen sin tomar conciencia de ellas. Más
aún cuando las instituciones las fomentan y las consideran algo normal. La única forma
de ponerle un límite está en permitir que quienes acosan encuentran que sus
comportamientos son vigilados, observados y monitorizados. Así esas conductas dejan
de ser algo normal y no quedan en la clandestinidad, como suele ocurrir. Pero si no se
les pone un límite terminan transformándose en algo natural. A esto se le puede agregar
un aumento de la impunidad, haciendo de ese acoso algo habitual.
Puede acontecer que el acosado se quede quieto ante el hostigamiento y suponga que
quienes lo hostigan tiene algo de razón. Así va perdiendo su autoestima y se siente en
falta, mientras quienes lo hostigan crecen en su maltrato. El acosador es consciente de
su rechazo hacia el otro. Sabe que la víctima no ha hecho nada y no se merece su
calumnia. Pero busca eliminarlo puesto que le molesta o percibe algo malo en él.
A veces en nombre de la transparencia corporativa se pueden generar problemas
relacionados con la desconfianza y los conflictos sin resolución. Sin duda que la
apertura y el flujo de información dentro de una institución puede ser positivo. Revelar
todo y sacarlo a la luz, puede resultar útil. Todos deben tener a mano todas las
informaciones que se necesitan para decidir y actuar. Esto permite el análisis, la
reflexión y la detección de posibles anomalías. Nos permite ser preactivos y evitar
situaciones comprometidas. Pero ser transparente, no significa contar y mostrar todo sin
tamiz alguno. No significa exponer cualquier barbaridad que se diga. Cada uno puede
sentir que colabora con el sistema, pero este aporte nunca debe pasar por encima de la
dignidad de nuestros compañeros de trabajo. Siempre es importante que prive la
racionalidad y la posibilidad de una defensa ante las calumnias. Cuidar las palabras o
incluso no revelar alguna cosa, también pueden contribuir a mantener el buen clima
dentro de una institución. No se trata de decir todo sin importar cuánto ni a quién. La
transparencia debe generar un ámbito de confianza y participación, más que sospechas y
enfrentamientos.
Lo importante es que la información sea confiable y de calidad. La verdad debe estar
ante todo y debe evitarse usarla de manera tendenciosa y destructiva. Así la

2
transparencia debe estar asociada a la justicia, la equidad y sobre todo a la caridad. Ella
debe generar confianza y compromiso con la institución más que conflictos. Es
inevitable impedir las críticas por nuestro desempeño y que haya gente que no nos
quiera. Lo importante es oponerse a la mentira y saber en el fondo hay algo de verdad
que nos puede ayudar a mejorar. Resistirla, mantener la autoestima y enriquecer nuestro
estilo laboral, pueden ser dos elementos que nos ayuden a evitar el acoso laboral.

Horacio Hernández.

http://horaciohernandez.blogspot.com/

Das könnte Ihnen auch gefallen