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TÍTULO DE LA COLUMNA: LO QUE IMPORTA

TÍTULO DEL ARTÍCULO: Mejorar nuestra cultura

Armando Gómez Villalpando

Maestro-Investigador de UPN Guanajuato

Para abordar este importante tema socioeducativo, partiremos de este supuesto:la cultura, sea personal, familiar o
comunitaria, está fuertemente influída tanto por las condiciones socioeconómicas familiares y del medio social en
que se vive como por las nocivas pero muy efectivas acciones de las agencias de degradación educativa y
mediática. Sin embargo, lejos de que esto sea una condición fatal para impòsibilitar del todo acrecentarla (ya que
hasta el más ignorante e incapacitado de los hombres la tiene), su motor principal es el interés, la motivación
intrínseca para que cada persona, familia ocomunidad tenga para allegarse los conocimientos, habilidades y
actitudes que las proyecten hacia mejores estándares de pensamiento, sensibilidad y desempeño, lo cual significa
que, aún existiendo el aplastante agobio de las condiciones adversas mencionadas, habrá progreso cultural si
existen esas preciosas ganas, ese recurso autopropulsor que, como el impulso vital del salmón, sea lo
suficientemente fuerte como para remontar , en alguna medida, los obstáculos. Y es ese recurso autopropulsor el
propósito focal del trabajo del interventor educativo cuando se dedica a la animación sociocultural.

Continuemos nuestro discurrir preguntándonos ¿qué es ser culto?. Desde una perspectiva amplia, ser culto es
haber cosechado, incorporándolos a sí, los conocimientos y habilidades que fueron obtenidos mediante el esfuerzo
labrador, sostenido el tiempo necesasrio para que esto ocurriera. Ahora bien, se puede ser tan culto como gasolina
tenga nuestro tanque de interés, como nuestros esfuerzos y recursos para serlo superen las demandas y
limitaciones de nuestra condición socioeconómica. Ser culto es encontrarle cada vez más sentido a la vida;
comprender mejor el pasado y estar al tanto de las tendencias que se dan en el presente y que están configurando
el futuro; es empatizar cada vez más con las ideas, creencias, costumbres y gustos de los otros, ya sean nuestros
pares, otros prójimos (próximos) o etnias lejanas; es tener cada vez mejores conceptos, perspectivas y hábitos de
pensamiento metódico para entender lo básico de la ciencia y la tecnología presentes en nuestros objetos y
quehaceres cotidianos; es ser progresivamente capaces de leer entre líneas, de descubrir las intenciones y los
propósitos velados de las diabólicas corporaciones, de los mendaces medios de comunicación y de la hipnótica
publicidad.

Erróneamente, se piensa que una persona culta es una persona erudita (lo cual era cierto antes de Google) y que
cultivarse era una empresa interminable de amueblamiento enciclopédico del espíritu. Pero en estos tiempos,
cultivarse, ser culto, significa otras cosas. Por lo menos, y nuclearmente, implica alfabetizarnos en lo básico que
ignoramos (los abecés del cálculo, de la interpretación de textos, de la ciencia y la tecnología, la historia, la mente,
la economía, la geopolítica, etc), alfabetización imprescindible para poder hallarle sentido y conocer más,
profundizar en los temas que más nos interesen; es robustecer un autodidactismo gozozo y sostenido; es
aventurarnos a probar lo desconocido y no desertar de lo nuevo hasta haber estado el tiempo necesario en contacto
con eso desconocido, como para estar seguros de que no nos interesa, ya que no hay otro modo de lograr
generarnos más y mejor paladar cultural; es desarrollar nuestros talentos para, así, cultivar lo que podemos llegar a
ser; y, por último, es aprovechar los recursos culturales de nuestro medio y de nuestros cercanos para aprender. Y
todo ,o dicho es una tarea educativa y autodidacta para toda la vida.

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