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La importancia de los buenos hábitos alimenticios

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Desarrollar buenos hábitos alimenticios es esencial para que las comidas produzcan los beneficios
esperados en nuestro cuerpo. Esto no sólo se relaciona con preparar bien o elegir adecuadamente
los alimentos que ingerimos, sino con darnos el tiempo, el espacio y el gusto de disfrutar las comidas
cada día.
Cambiar nuestros hábitos alimenticios no suele ser una tarea fácil, más cuando ya nos hemos
acostumbrado a consumir comida rápida tanto fuera como dentro de casa. Sin embargo, debemos
recordar que los beneficios de alimentarnos de forma adecuada son innumerables y, sin duda, los
podemos notar en toda nuestra actividad diaria.

Mantener una alimentación sana y balanceada nos ayuda a:

● Disminuir los niveles de estrés: al alimentarnos de manera saludable nos sentiremos


empoderados y dueños de las decisiones sobre lo que elegimos para comer, aumentaremos nuestra
autoestima y disfrutaremos al máximo de los beneficios de una correcta alimentación.
● Comer con moderación: ningún exceso es bueno; comer sin límites nos puede conducir a la
obesidad y, además, es un hábito destructivo. La moderación es el mejor antídoto para que comer
no sea una acción compulsiva o emocional.
● Perder peso y mantenerlo en el tiempo: esto es algo que muchos quisieran lograr y que
definitivamente vale la pena intentar. Alcanzar un peso saludable tiene una serie de beneficios para
nuestro organismo, los que incluyen un menor riesgo de padecer enfermedades coronarias, diabetes
o hipertensión, entre otros.
● Evitar los cambios bruscos de humor: estos cambios se producen cuando comemos de manera
compulsiva. Debemos tener especial cuidado con los alimentos de alto índice glicémico (que
aumentan bruscamente los niveles de glucosa en nuestra sangre), ya que producen una importante
descarga de insulina posterior, llevándonos rápidamente de un estado de euforia momentánea a una
sensación de aletargamiento.
● Vencer la adicción a la comida: si comemos de manera consciente podemos controlar mejor
cuánta comida ingerimos. Se trata de comer con hambre (necesidad de comida) y no con un apetito
descontrolado, que equivale al deseo de comida por causas emocionales.
Una buena dieta diaria
Si te gusta comer en casa, salir a restaurantes o si estás acostumbrado a pedir comida a domicilio,
debes recordar que es posible llevar una dieta balanceada y sana. Sólo necesitas un poco de control
con las porciones y algo de cuidado en la elección de los menús. Aprender a consumir alimentos
variados y elegir alimentos más saludables (con poca grasa), no nos demandará más tiempo ni
esfuerzo. Revisa esta sencilla pauta de alimentación diaria para que veas cuán sencillo es cuidar lo
que comemos:

1. Desayuno: es importante comenzar el día con un buen desayuno, pero la calidad del mismo
depende de las raciones que decidamos consumir de cereales, lácteos y frutas para mantener a lo
largo de la mañana un mejor perfil nutricional. Un desayuno con alto contenido graso, pocas
proteínas y fibras, se asocia con mayor sensación de hambre y fatiga a las pocas horas de haberlo
consumido.
2. Almuerzo: a la hora del almuerzo podemos variar más las opciones. Por ejemplo, para la entrada
o primer plato puedes escoger:
● En verano una abundante ensalada de hojas verdes. Puedes agregarle tomate, zanahoria, pepino,
repollo blanco o morado, etc.

● En invierno, una sopa de verduras desgrasada

● Podemos acompañar nuestra ensalada con una porción de 120 gramos de carne roja (baja en
grasas) o blanca, o 200 gramos de pescado. Cocínalas a la plancha, parrilla o al horno, según
prefieras

● Las verduras al vapor también pueden ser una buena alternativa para completar nuestro menú
3. Postre: el postre más recomendado es la fruta fresca, la que puede ser preparada como ensalada
o tutti frutti. Evita consumirla cuando contenga algún componente graso como crema o dulce, aunque
no está mal darse un gusto de vez en cuando.

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