MERCEDES GARZÓN; LA ÉTICA Y LA LIBERTAD

En esta parte del libro nos encontramos ante una problemática muy atractiva, al menos para
mí, ya que la filósofa nos incita a reflexionar acerca de la libertad de elegir que tiene el ser
humano ante los aspectos de la cultura y las circunstancias de la vida. Nos dice frente a
cada situación que se nos presenta se abren diversas posibilidades y es necesario escoger
una y descartar las demás.
Respecto a ello, al considerar las ideas de Freud nos hallamos ante “yo” angustioso
por el hecho de estar entre un “ello” y un “súper yo”. Esta angustia surge cuando el “yo”
trata de satisfacer sus necesidades, pero se esfuerza por no dejarse arrastrar por un “ello”
hasta el punto de poner en peligro el propio bienestar. Sin embargo, cuando el “yo” intenta
alcanzar el ideal que le propone el “súper yo” también se esfuerza, pero esta vez por
impedir que ese rigor llegue a ser insoportable.
Por lo tanto, uno se pregunta ¿cómo encontrar la libertad en esa especie de opresión
que constantemente nos abruma? Existen tres aspectos de la cultura en particular que se
relacionan estrechamente con lo que ha propuesto Freud; la moral, el derecho y la religión.
Estos aspectos establecen ciertas reglas que los individuos están obligados a cumplir, pues
de no ser así hay consecuencias irremediables.
Tanto la moral como el derecho y la religión, cada una a su manera, se
desenvuelven en torno a un entramado de premios y castigos, cosa que impulsa al ser
humano a hacer todo lo que sea necesario a fin de obtener algún premio o eludir algún
castigo, por lo que se convierte en una especie de sometimiento donde la libertad se
desvanece.
No obstante, la ética representa la esperanza de recobrar la libertad ante estos
ámbitos sociales y culturales, puesto que nos da la posibilidad de ir en contra de lo
establecido y sobre todo proponer nuevas formas de vivir. La sociedad y la cultura
reconoce ciertos valores que nos instiga a cumplir, pero la ética nos permite crear nuevos
valores más allá de los instaurados, nos hace conscientes de nuestra libertad y asimismo del
riesgo que implica ser rebelde frente al carácter conservador de una cultura.

Juan de Dios H. G.