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ENSAYO

El proceso de envejecimiento y el ejercicio de los derechos en la


edad adulta. Resguardo de la dignidad.

Susana Graciela Lambert*

El proceso vital en el hombre termina inexorablemente con la


muerte. Con el paso de los años se desencadena, gradualmente, un proceso de declive
funcional que se denomina envejecimiento. Se caracteriza por la pérdida del orden
molecular del organismo, por la presentación de desajuste bioquímicos internos,
generando un grado de entropía que termina en la muerte. Este es un declive funcional
inherente a la condición humana y no se da en todas las personas de la misma manera.

El progreso científico y tecnológico hace que los aportes de la


Medicina y de la Biología, se vean enriquecidos por el accionar interdisciplinario y así ,
el concepto de vejez ha ido cambiando paulatinamente por el de “proceso de
envejecimiento”…en lugar de “estudio de la vejez” se habla hoy de “estudio del
envejecimiento1

La persona anciana es portadora de una memoria colectiva que,


viviendo en un eterno presente, contiene pasado y futuro y su vida en términos de
designio, no termina nunca. Se vuelve más comprensiva, serena, abierta a las
necesidades de los demás. Disfruta de las experiencias del pasado y vive sujeta a la
Providencia diaria. Concentra en sí, la sabiduría que ha adquirido a través de la
experiencia por su fidelidad a la cultura, por el ejercicio de su religiosidad y por su justo
obrar y temor de Dios.2

La valoración del tiempo se vuelve inestimable, el paso de las


horas, de los días, un año más, se revelan como supremo regalo y recuerdan al anciano,
la dignidad y el carácter único de su existencia.

Haciendo una mirada de la distribución de ancianos en el mundo,


se puede apreciar el fenómeno de sociedades con bajo índice de natalidad y con
poblaciones envejecidas. Este cambio en la naturaleza de la media de supervivencia, se
debe a mejores condiciones de vida y a la disminución de la tasa de mortalidad infantil.

En estos últimos años, las estadísticas y las proyecciones


demográficas, provenientes de diferentes organismos internacionales, estarían
indicando que el aumento de personas ancianas (≥ a 65 años) se presenta en forma
inusitada. En los próximos 50 años, el número se cuadruplicará, lo que constituye un
reto para las sociedades occidentales.

**Magíster Scientiae en Metodología de la Investigación- UNER y Psicopedagoga-UCA


Miembro Consejo Directivo y Directora de la Lic. en Psicopedagogía- Fac. Humanidades-UCA-Paraná
1 González Mas, R.: “Enfermedad de Alzheimer. Clínica, tratamiento y rehabilitación” Masson.
Barcelona. 2000. Prefacio
2 Síntesis de la obra de : Auer, A.: “Envejecer bien. Un estímulo ético teológico”. Herder. Barcelona.
1997.
1
Esta transformación social atraviesa todos los sectores e
instituciones del mundo entero. Se observa una tendencia a descuidar los sólidos
principios morales y a centrar el valor de la vida en la productividad y con ello, se corre
el riesgo de generar una cultura dónde el valor económico se presenta como más
apreciado que el de la vida humana, en cualquier etapa.

En Argentina y, para conocer la esperanza o expectativa de vida (


probabilidad en años que se espera que una persona alcance, a partir de una edad
determinada), se tomaron los resultados del Censo Nacional de Población, Hogares y
Viviendas 2001, los que arrojaron estimaciones y proyecciones nacionales de la
esperanza de vida, de la población por sexo y edad entre los quinquenios 1950-1955 y
2010-2015. Considerada desde el nacimiento y desagregada por sexo establece las
siguientes estimaciones para los quinquenios 1960-1965 y 2005-2010 que se tomaron
como referencia de personas que tendrían más de 60 años:
Para 1960-1965: varones 62.47 años – mujeres 68.62 años;
Para 2005-2010: varones 71,56 años – mujeres 79,06 años.3

En la Segunda Asamblea Mundial sobre envejecimiento, que se


llevó a cabo en España en el año 2002, se dieron estimaciones para el año 2050. Se
estaría hablando de un número de 2.000 millones de personas mayores en el mundo. 4
Se considera que la Argentina es el segundo país que en proporción, tiene la población
más envejecida de América Latina.5

El anciano, se ha convertido en una persona vulnerable por los


efectos del avance social vertiginoso y pareciera desdibujarse en el seno de su propia
sociedad, que se caracteriza por un marcado desinterés por la persona del otro y por no
estar todavía decidida a garantizar el ejercicio de los derechos de sus mayores.

Se advierte que en las sociedades occidentales, contrariamente a


las orientales, se ha producido un notorio desprestigio de la edad adulta con el
consecuente desvanecimiento de una concepción antropológica orientada al
compromiso ético para el tratamiento de la persona desde su dignidad, como hombre y
como mujer, que con el paso de su propia vida/experiencia es capaz de ser modelo para
las generaciones que le sucedieron en sus hijos y en sus nietos.

Enfermedad y envejecimiento no tienen una relación necesaria, ni


son sinónimos. La diferencia entre una persona mayor sana y otra enferma, tiene que ver
con condiciones personales de equipamiento genético y de hábitos y forma de vida
anteriores y actuales .También hay que considerar la influencia de factores psicosociales
y del modo de acompañamiento y asistencia de su entorno próximo. A este respecto, en
el año 2000, se decidió para el 2002, reunir la Segunda Asamblea Mundial sobre
envejecimiento, para poder evaluar y aprobar “un plan de acción revisado centrado en:
los vínculos entre el envejecimiento y el desarrollo; las medidas para integrar la
cuestión del envejecimiento en los planes de desarrollo que se ejecutan actualmente en
todo el mundo; las formas apropiadas de asociación entre el sector público y el privado

3 Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001. CES@indec.mecon.gov.ar


http://www.indec.mecon.gov.ar
4 II Asamblea Mundial de Envejecimiento. Madrid- 8-12 de abril de 2002.
5 Etica y Derechos Humanos con Adultos Mayores. III Congreso Internacional Derechos y Garantías en
el Siglo XXI. Setiembre 2004
2
a todos los niveles para construir una sociedad para todas las edades; y las medidas para
aumentar la solidaridad entre generaciones”6

En el Plan de Acción Internacional de Viena sobre el


7
Envejecimiento , se reafirma que en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, en 1948, se establecen como derechos inalienables de los ancianos, entre
otros, una alta calidad de vida, que en la medida de lo posible debe darse en el seno de
la propia familia y ser estimado como miembro de su sociedad.

El derecho a la calidad de vida, está medido en términos de


condiciones de afecto y cuidados, salud y nutrición (con cobertura social para
medicamentos, asistencia médica y otros relacionados), seguridad, vivienda digna,
educación.

A este punto, y a modo de ejemplo, se pueden revisar algunos


conceptos , en los que se estaría incumpliendo con lo establecido en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos:

La cobertura social para la salud, es por todos reconocida como


deficitaria para los activos. En el caso de los pasivos, grupo social y etáreo más
vulnerable junto con los niños, es aún más deficitaria y dada la precariedad de los
servicios sociales muchas veces se pone en riesgo la vida de las personas mayores. Se
puede apreciar el tiempo que se pierde en trámites, la disminución de los servicios, las
dificultades para la autorización de medicamentos específicos y las largas colas que se
deben realizar en las obras sociales, para acceder a las diferentes prestaciones.

En el caso del ejercicio al derecho a la alimentación, en la


mayoría de los casos se ve limitado por los magros salarios que perciben después de
haber aportado durante la vida activa, y que en el momento que más necesita y que
además, merece, no alcanza para cubrir sus necesidades básicas. Por lo general, cuando
está en el seno de la familia, puede compartir y sumar a los otros ingresos, y esto de
alguna manera, genera un sentimiento de dignidad frente a su familia. El abuelo todavía
ayuda en la casa!!

Respecto de la vivienda digna, incluye el derecho al domicilio


como condición de persona física o jurídica, y que como cita el Art. 14 Bis de nuestra
Constitución Nacional, cualquier variación del mismo debe ser voluntario.

El peso ético de la violación del derecho al domicilio de las


personas mayores se ha encubierto con la proliferación de centros geriátricos que se
proponen como la panacea para vivir los últimos años de vida, en compañía de personas
en igualdad de condiciones, con asistencia permanente, jardines para el descanso,
ambientes confortables. ¡ quién rechazaría semejante propuesta de felicidad final!!

La OPS8 ( Organización Para la Salud), en su Programa regional


“Salud de los Ancianos”, en virtud de la proliferación de alternativas para el
establecimiento como hogar y domicilio de los adultos mayores, recomienda y con

6 II Asamblea Mundial de Envejecimiento. Madrid- 8-12 de abril de 2002


7 Plan de Acción Internacional de Viena sobre el Envejecimiento- ONU- Viena-1892
8 Oficina Sanitaria Panamericana OPS- Diciembre 1991.
3
énfasis, la permanencia del anciano en su familia y en su comunidad y, desaconseja la
creación de nuevas instituciones de albergue, como así también, propone la evaluación
de las mismas para el mejoramiento de las condiciones físicas y de funcionamiento.

En la actualidad, las Residencias, Hogares y Clínicas geriátricos,


se han transformado en la alternativa de mayor selección para la internación. En general
la persona acepta la internación en forma voluntaria, por la compañía y seguridad que la
Residencia le ofrece, en contraposición a la situación de soledad que suele vivir, porque
han perdido a su cónyuge, porque no puede asistirse solo, porque sus familiares tienen
sus propias obligaciones y no pueden hacerse cargo de ellos , o porque no cuentan con
ingresos o espacio físico suficientes.

Cabe recordar, que la internación compulsiva del anciano es un


delito: privación ilegítima de la libertad, Art. 141 del Código Penal, por lo tanto,
familiares y responsables institucionales, incurrirían en el mencionado delito y se
constituirían en cómplices del mismo. La internación sólo puede darse en el caso de
encuadrarse en los tres supuestos del Art. 482 del Código Civil, es decir, por declaración
judicial de insanía, por orden policial por alterados físicos o mentales y por orden
judicial por alterados físicos y mentales.

En palabras del Dr. Francisco Guillén Llera 9, la persona que


ingresa a una Residencia geriátrica, debe hacerlo en forma voluntaria y quiénes son los
responsables de las mismas, deben tener conocimiento explícito de ello, de modo de que
no quede esto, sujeto a la presuposición por estar acompañado por sus familiares al
momento de su ingreso.

No obstante lo antedicho, se puede observar a nivel mundial, la


preocupación por los ancianos va creciendo y se van produciendo cambios a nivel
jurídico que parecerían estar proveyendo propuestas para la consolidación de la
seguridad social y una mejor calidad de vida.
Se realizan anualmente Asambleas, Congresos, Convenciones , y
se van delineando políticas internacionales y nacionales, aplicables al control y
desarrollo de estrategias para garantizar los derechos universales del hombre, en este
caso del hombre y de la mujer que transitan el tramo final de sus vidas.
Se pueden mencionar y desde 1948, con la Declaración de lo
Derechos Humanos, algunos eventos de importancia internacional tales como: en 1966,
El Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; 1969, la Declaración sobre el
progreso y el desarrollo social; 1969, Pacto De San José de Costa Rica, que entró en
vigor el 18 de julio de 1978; 1974, Conferencia sobre Población en Bucarest; 1975,
Conferencia Mundial sobre el Año Internacional de la mujer; 1982, I Asamblea Mundial
sobre ancianidad; 1982, Plan de acción sobre ancianos; 2002, II Asamblea Mundial
sobre envejecimiento- ONU; 2003,Conferencia Intergubernamental sobre
envejecimiento para América Latina; 2004, III Congreso Internacional sobre Derechos y
Garantías del Siglo XXI; 2007,Congreso Internacional de Organizaciones de Mayores;
2007, IV Congreso Internacional sobre Derechos y Garantías del Siglo XXI;
Declaraciones de la OPS, de la OMS, entre otros,
Cabe señalar, que en la II Asamblea Mundial sobre
envejecimiento (Madrid 2002), el Arzobispo Javier Lozano Barragán, Presidente para la
Pastoral del Consejo Pontificio para la Salud, en su alocución, propone por la Santa

9 Guillén Llera, F.: “Problemas éticos en Residencias de Ancianos” España-1995


4
Sede, las siguientes acciones, para el resguardo de la dignidad de las personas ancianas:
10

· incluir al anciano en la toma de decisiones tanto a nivel familiar como social;


· dar acceso al anciano a los cuidados sociales básicos, incluyendo los cuidados de
la salud, especialmente para quienes viven en áreas rurales;
· negociar con las empresas farmacéuticas para que a bajos precios todos puedan
adquirir los medicamentos esenciales;
· atender en particular a ancianos infectados con VIH, o aquellos a cuyo cargo han
quedado huérfanos infectados por tal enfermedad;
· cuidar de los ancianos con enfermedades mentales como el Alzheimer o
similares;
· legislar y fortalecer los esfuerzos legales existentes para eliminar cualquier
abuso,
· proteger su dignidad y su vida hasta su fin natural, proveyendo los cuidados
paliativos;
· instar al anciano a conservar su autosuficiencia y movilidad hasta donde le sea
posible;
· promover una cultura social donde se dé lugar al anciano y se eduque así a la
sociedad, tanto en los niveles elementales como en los profesionales;
· animar al anciano a comprender la evolución de la sociedad actual e instarlo a
que no se sienta ajeno a ella con pesimismo y rechazo;
· educar al anciano para el uso de los adelantos tecnológicos elementales en el
ramo de la comunicación e información;
· favorecer una imagen positiva del anciano en sí mismo y desterrar de los medios
de comunicación falsos estereotipos;
· promover una educación intergeneracional de manera que los ancianos enseñen
a los jóvenes y éstos a los ancianos en mutuo intercambio.”

Proponer una reflexión sobre la ancianidad, no es más que


retomar la concepción de la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios, con
una dignidad propia de su filiación , la que no disminuye con el paso de los años. Por lo
tanto sería necesario promover políticas orientadas a la afirmación de los derechos en
todas las edades, con una distribución equitativas de los bienes, donde prime la
solidaridad y el intercambio intergeneracional. Además, considerar que el anciano tiene
derecho a continuar su formación, seguir con su educación para adaptarse a los cambios
sociales, desarrollar sus potencialidades propias de esta edad.

El envejecimiento hace descubrir el carácter trascendente y único


de la temporalidad de la existencia humana, donde el hombre no va a morir
definitivamente sino que se va preparando para su comunión con Dios.

Cabe pensar en una sociedad que sea capaz de movilizar sus


potencias morales para evitar la indiferencia y el abandono que sufren muchas personas
mayores y/o ancianas para ayudarlas a conservar el mayor tiempo posible el ejercicio de
su dignidad personal.

10 II Asamblea Mundial de Envejecimiento. Madrid- 8-12 de abril de 2002

5
Bibliografía

1. Auer, A.: “Envejecer bien. Un estímulo ético teológico”. Herder. Barcelona.1997


2. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001.
CES@indec.mecon.gov.ar http://www.indec.mecon.gov.ar
3. Etica y Derechos Humanos con Adultos Mayores. III Congreso Internacional
Derechos y Garantías en el Siglo XXI. Setiembre 2004
4. Guillén Llera, F.: “Problemas éticos en Residencias de Ancianos” España-1995
5. González Mas, R.: “Enfermedad de Alzheimer. Clínica, tratamiento y
rehabilitación” Prefacio. Masson. Barcelona. 2000.
6. Oficina Sanitaria Panamericana OPS- Diciembre 1991.
7. II Asamblea Mundial de Envejecimiento. Madrid- 8-12 de abril de 2002.
8. Plan de Acción Internacional de Viena sobre el Envejecimiento- ONU- Viena-
1892
9. IV Congreso Internacional sobre Derechos y Garantías del Siglo XXI – 2007

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