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INTRODUCCIÓN
Durante este siglo la población en México experimentó transformaciones socioeconómicas, una de
ellas muy importante es la transición demográfica, que se caracteriza por un descenso en la
mortalidad y declinación en los nuevos nacimientos con un consiguiente aumento en la esperanza
de vida. Esto implica que la cantidad de personas adultas mayores de 60 años ha aumentado
gradualmente.
La OPS y la OMS en el 2017 nos dice que “La población de todos los países de las Américas se
encuentra en proceso de envejecimiento, aunque en los distintos países envejece a velocidad y en
momentos diferentes. Hoy en día, la esperanza de vida a los 60 años se ha calculado en 21 años; el
81% de las personas que nacen en la Región vivirán hasta los 60 años, mientras que 42% de ellas
sobrepasarán los 80 años”.
En la figura 1 se muestra el incremento sustantivo que tendrá la población con 60 años y más en los
países de la Región entre el 2015 y el 2050.
El estado de salud y los cuidados para las personas adultas mayores están ligados a factores
biológicos, psicológicos, sociales y económicos; lo que hace que los adultos mayores respondan de
manera diferente al resto de la población, debido especialmente a secuelas de las enfermedades
que han padecido, a la exposición a diferentes factores de riesgo y estilos de vida que varían
conforme se incrementa la edad.
El término “Síndrome Geriátrico” se refiere a las formas de presentación más frecuentes de las
enfermedades y factores de riesgo para el adulto mayor. Estos ocurren como consecuencia de los
efectos de la acumulación de deterioros en múltiples sistemas volviendo a una persona vulnerable
ante las demandas fisiológicas o patológicas, incluyendo los procedimientos quirúrgicos. Y el
termino postoperatorio al evento que ocurre después de un procedimiento operatorio con una
respuesta que puede retrasar la recuperación poniendo en riesgo la función o la vida.
JUSTIFICACIÓN
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado que para el año 2050 un total de 6 millones
de fractura de cadera ocurrirán en el mundo entero por año, teniendo como consecuencia mayor
demanda hospitalaria. (Palomino, 2016)
En México la proporción de ancianos en el año 2000 fue de alrededor de 7% y se estima que este
porcentaje se incrementará a 12.5% para el año 2020 y a 28% en 2050. (Izaguirre, 2018).
Además, la fractura de cadera es acompañada por una serie de cambios acompañada de la aparición
de deterioro cognoscitivo, depresión, inmovilidad, deterioro funcional, ulceras por presión y
desnutrición.
Por todo lo anterior la fractura de cadera es un síndrome geriátrico de alta frecuencia y de gran
impacto en la funcionalidad y la calidad de vida, y a si mismo un problema de la salud que ha ido en
aumento cuyo tratamiento y rehabilitación es muy prolongada, además provocado daño en la esfera
social.
DESARROLLO
Epidemiologia
Tiene una alta incidencia las mujeres con una edad de 65 años y más.
Etiología
Las caídas pueden ser ocasionadas por la fragilidad del paciente adulto como puede ser el
agotamiento, disminución de la fuerza muscular, disminución de la actividad física y la velocidad de
la caminata, desencadenando una vulnerabilidad más allá de los componentes biológicos, sumando
cambios en la nutrición, mala red social, baja demanda cognitiva, etc. En la figura 2 se mostrará
como la fragilidad puede ocasiones múltiple factores que su vez desencadena las caídas (Montaña,
2010).
Caídas
Fracturas
Otras causas de las caídas son factores internos o externos (intrínsecos y extrínsecos) aumentando
el riesgo de la caída del adulto mayor provocando traumatismos que ocasionan fracturas con una
alta incidencia en las personas que son diagnosticadas con osteoporosis.
Los factores intrínsecos son cambios neuromusculares asociados a la edad, deterioro general, toma
de ansiolíticos o sicótropos que disminuyen el estado de alerta, enfermedades neurológicas que
alteran el aparato locomotor (enfermedad de Parkinson, enfermedades cerebrovasculares), pérdida
de agudeza visual (cataratas, presbicia, degeneración macular), estados confusionales (demencia
senil), entre otros. (Izaguirre, 2018).
Factores extrínsecos como: Obstáculos durante la marcha. (tapetes, superficies sinuosas, uso de
calzado inadecuado), barreras arquitectónicas (escaleras estrechas o de escalón elevado, ausencia
de pasamanos en escaleras, retrete demasiado bajo, falta superficies antiderrapantes en el baño,
muebles demasiado bajos) y problemas de visión (graduación inadecuada en los lentes, poca
iluminación). (IMSS, 2014).
Las principales fracturas que son ocasionadas por las caídas son, Fractura de colles, Fractura de
Smith, fracturas vertebrales y fractura de cadera.
Fisiopatología
Fisiopatología de la osteoporosis
Disminución de Ca
plasmático Calcitonina
NO SE ESTIMULA
Hormona Paratiroidea
Glándula Tiroidea
Diagnóstico
Para el diagnostico de una fractura se tiene que valorar el tipo de fractura que sufrió por la caída
por medio de una radiografía (RX) que es un estudio de gabinete.
La radiografía (RX) se pide en proyecciones AP y LAT de la cadera afectada y son valoradas por nivel
de lesión y localización.
Por localización encontramos Intracapsulares (Fx. Capital, Fx. Subcapital, Fx. Transcervical y Fx.
Basicervical) y Extracapsulares (Fx. Transtrocanterica y Fx. Subtrocanterica). Figura 4
Figura 5:
Tratamiento Quirúrgico
Existen dos tipos fundamentales de tratamiento para estas fracturas: las osteosíntesis y la
artroplastia de cadera. Para la elección de uno de ellos hay que tener en cuenta varios factores como
son: el tipo de fractura y el estado físico del paciente.
Son dispositivos intramedulares o extramedulares por ejemplo clavos, tornillos, placas. (Mesa,
2009).
Identificar el problema
Con un buen examen físico y utilizando las herramientas adecuadas, se deben evaluar las
características, el grado de afectación y la extensión de la lesión del paciente.
El adulto mayor de forma frecuente es una persona susceptible de ser portadora de múltiples
patologías, de ahí que el tratamiento de rehabilitación, debe estar dirigido a curar o aliviar cada una
de las afecciones que le aquejan, pero más aún a recuperar su capacidad funcional total.
La valoración clínica del adulto mayor, la enfocaremos desde los problemas bio-psico-sociales del
paciente. En algunos puntos nos apoyaremos de algunas escalas.
• Lenguaje
• Algias y Artralgias
• Amplitud articular
• Trofismo
• Fuerza muscular
• Reflejos
• Movilidad
• Enfermedades sobreañadidas
• Complicaciones
Figura 8:
Rehabilitación
CONCLUCIONES
Las fracturas constituyen la complicación más temible de las caídas en el anciano,
contribuyen a ello factores como la situación de esqueleto senil, la debilidad muscular y el
uso de fármacos que deprimen la capacidad de reacción, la malnutrición y otras situaciones
comórbidas, las fracturas más frecuentes son de cadera, pelvis, epífisis distal de radio y
vertebrales. Y no solo acarrea deterioro funcional sino es afectado Bio-Psico-Emocional y
Social por esa razón el tratamiento debe ser complementaria no solo la intervención del
rehabilitador, si no entraría el medico por que no tenemos que dejar a un lado también la
medicación del paciente en caso que presente otros síndromes geriátricos u enfermedades,
mas sin en cambio si tenemos que vigilarlo en caso de que se le complique el síndrome en
este caso por fractura de cadera como son las ulceras por presión, depresión, mala
alimentación, etc.
También intervienen profesionales de la salud como el acupunturista para el tratamiento
del dolor que tiene mayor y mejor resultado si trabaja junto con la medicación del médico,
el nutriólogo para la alimentación del anciano y no haya un deterioro nutricional y física,
psicólogo en caso de la ansiedad, depresión y daño psicológico al cuidador o los familiares
utilizando la risoterapia que tiene fundamentos científicos en la intervención de estos
padecimientos, terapia ocupacional para mejorar la calidad de vida del paciente y el
rehabilitador para incorporarlo hacia las actividades diarias brindándole confianza, respeto,
y en el estado físico fuerza, resistencias, cuidados, coordinación y equilibrio, y
principalmente disminuir el síndrome de inmovilidad a causa de la fractura.
BIBLIOGRAFIAS
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profesionales de la salud. Rev. Soc. Per. Med. Inter, 17(2), 57-64.
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Mexicana, 28(6), 352-362.
Izaguirre A., Delgado I., Mateo-Troncoso C., Sánchez-Nuncio H.R., Sánchez-Márquez W. y Luque-
Ramos A. (2018). Rehabilitación de las fracturas de cadera. Revisión sistemática. Acta Ortopédica
Mexicana, 32(1), 28-35.
Manejo Médico Integral de Fractura de Cadera en el Adulto Mayor. México: Instituto Mexicano del
Seguro Social; 08/072014.
Mesa R.M., (2009), TRATAMIENTO MULTIDICIPLINAR DE LA FRACTURA DE CADERA, Madrid, España,
GEIOS.
Montaña-Álvarez M. (2010). Fragilidad y otros síndromes geriátricos. El Residente, 5(2), 66-78.
Palomino L., Ramírez R., Vejarano J. y Ticse R. (2016). Fractura de cadera en el adulto mayor: la
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www.inegi.org.mx/temas/estructura/
www.paho.org/salud-en-las-americas-2017/?post_t_es=salud-del-adulto-mayor&lang=es