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Vita, con leucemia viral felina, dos tumores y sida felino me había pedido que la esperase hasta
una fecha específica para hacer la eutanasia, cerca de la luna llena. Ella tenía un carácter fuerte y
definido, liderazgo, sabiduría y mucha determinación. Esta fecha de su partida ocurrió después de
una semana de que había dejado de comer y 3 días después de que dejó de beber agua.
El proceso fue muy difícil para ambas, pero accedí a acompañarla hasta el final y hacer la eutanasia
en el jardín de la casa, como ella había pedido. El último día fue extraordinario: me enseñó a
verlo todo apreciando toda la belleza y lo extraordinario que es estar aquí. Lo vi todo de una
manera sagrada, entre lágrimas y dolor en el corazón, con mucha gratitud…
Días después de su partida contacté con ella para que pudiera relatarme cómo había sido su
muerte y cómo y dónde se encontraba.
– Mi proceso de muerte fue como una montaña rusa de la feria. En momentos es duro y en
momentos es solo dejarse ir. Hasta que al final dejas de luchar. Hay una fuerza muy poderosa en
acción durante la muerte. Todo ocurre por sí mismo. Yo percibí una gran escalera de luz: un faro y
un portal que me arrastraban hacia arriba. Ya desde un par de días antes de salir de mi cuerpo
sabía cómo iba a ser mi viaje, tenía imágenes muy rápidas de ello. En realidad no tuve miedo. Sentí
confianza y el que tu me permitieras quedarme hasta el momento que te lo pedí facilitó mucho las
cosas. Fue un tiempo necesario para hacer las maletas, para saber qué pasaría del otro lado del
velo, para arreglar cosas pendientes. Todo estuvo bien. El Doctor que vino a casa a hacer la
eutanasia fue amable y respetuoso. Me gustó irme en el jardín…. Adoro los insectos y las plantas
de la Tierra, y para mi fue como un postre poder partir desde ahí.
– Y después de que saliste de tu cuerpo, ¿qué pasó?
– Me elevé… me pareció mucho tiempo o quizás estuve inconsciente, como adormilada en un
abrazo de luz dorada rosada muy muy amorosa. Y luego, poco a poco empecé a despertar en este
lugar, en el que estoy ahora. Se fueron presentando amigos y guías que habitan aquí, y ahora
formamos una especie de grupo de trabajo. Me gusta lo que hago, es divertido, mi cuerpo
energético es hermoso, mucho más flexible, y no siento ningún dolor o pesar.
– ¿Sufriste mucho esa semana sin comer o beber agua antes de la muerte?
– Creo que hubiera sido una partida muy confusa si la eutanasia hubiese sido antes, y creo que me
hubiese ido quizás demasiado cansada, agotada, si hubiese sido después. Así que siento que fue
perfecto.
– ¿Fue dolorosa la eutanasia?
– Se siente como intoxicación que pasa muy rápido, se te cierra la garganta y todo se pone oscuro.
Estuve consciente en todo ese proceso, son cambios muy rápidos. Es aquí cuando uno debe de
dejarse llevar y flotar. Los guías de luz te acompañan y te susurran al oído que así lo hagas, su
energía comienza a abrazarte para que no sientas que caigas al vacío. El Ángel de la Muerte fue
muy amoroso conmigo, lo sentí muy poderoso, sólido, gentil y luminoso. Su presencia fue una de
las partes más hermosas de esa transición, y todavía lo recuerdo con agradecimiento. Su presencia
es como un gran imán, y si uno puede fluir, entonces no hay miedo ni resistencia y puedes verle tal
cual es. Su presencia es muy potente. (…)
Creo que la muerte podría ser muy difícil si uno lucha en contra, intentando quedarse. No dudo
que haya quienes lo hagan así, especialmente entre los humanos. La gente tiene miedo a la
muerte porque también tiene miedo a la vida. Es así de simple. Confiar es muy, muy importante
cuando uno agoniza y trasciende. No hay nada más que uno pueda hacer mas que dejarse llevar,
hay que abandonarse al proceso como si fuese un gran tobogán.
¿Puede uno resistirse a la caída de un gran tobogán? Puedes intentar detenerte con las uñas,
gritar, enojarte, patalear, y entonces solo vivirás ese enojo y esa frustración. No entiendo porqué
lo quieren hacer tan complicado, además es muy rápido y luego llegas a este lugar tan bonito.
¿Qué habría que temer? Cuando sienten miedo los humanos es que están llenos de cajones
secretos con sorpresas. De este lado del velo ya no se pueden ocultar las sorpresas, así que yo
diría que se tienen miedo a sí mismos. Pero yo siempre fui honesta, clara, hice en la tierra lo que
me tocaba hacer. Amé al 100% y fui muy buena cazadora, así que no hay nada que lamentar por
mi parte.
– (Y finaliza su reflexión)… Ahora bien… la vida toda es también un tobogán. Pasan cosas todo el
tiempo y de la misma forma que hay que sentir una profunda confianza en la agonía y muerte,
también hay que hacerlo en la vida. Solo fluir, seguir y disfrutar todo lo que llegue… pero los
humanos son malísimos haciendo eso y por ello siento mucha compasión por ustedes. Pueden
volver todo taaan complicado… …en la muerte hay un descanso de toda esa resistencia, al final,
nada puede detener el morir, y tarde o temprano tendrán que dejarse fluir.
Algunos consejos para apoyar a los animales en su agonía y transición.
Sin duda alguna el mejor apoyo que podemos darles a nuestros amigos animales es trabajar con
nuestro propio miedo a la muerte y al dolor físico, la soledad o lo desconocido. Todos
contribuimos al infinito campo cuántico con nuestros pensamientos, emociones, intenciones,
deseos y actos físicos… así que, ¿qué queremos añadir a la situación?
Cuando estamos planteándonos una eutanasia, cosa difícil por la responsabilidad que implica, la
mejor opción essaber qué quieren ellos y si están de acuerdo. Si no contamos con un
comunicador telepático con animales, podemos contar con nuestra intuición y con lo que resuena
como verdadero en nuestro corazón. Esto llegará como una sensación y no como pensamientos.
Si queremos acompañarles en una muerte natural es importante contar con el apoyo de un
hospicio, al menos para que puedan orientarnos y conocer cómo es el proceso de agonía y muerte
y qué podemos hacer para ayudar a nuestros animales.
“En la muerte los mundos se tocan y lo que parece inamovible regresa a su verdadera dimensión
de impermanente. Por ello la vida consigue una profundidad y sentido especiales en este
momento. Es sagrada, especial. Se puede rezar a quien nosotros creamos, realizar un canto que
nos permita estar presentes en nuestro corazón, prender una vela, quemar hierbas especiales,
como la salvia, mirra, romero o cualquier otra cosa que nos inspire y nos de certeza. El rezo es
bueno porque nos conecta con la parte sagrada de lo que somos y nuestro mundo cotidiano entra
en un paréntesis”
Canalización de Búfalo Blanco, espíritu Indio Norteamericano
Si se ha optado por una eutanasia, recomiendo generar un espacio y un tiempo especiales dentro
de nosotros: PAZ, equilibrio, aceptación y amor. Al rezar, se recomienda acompañar al espíritu del
animal en su recorrido ascendente durante al menos 2 horas después de que se ha detenido el
corazón.
Ya que la conciencia del animal ha de salir de todos los aspectos físicos, emocionales, mentales y
energéticos del cuerpo en esta dimensión, también es recomendable dejar el cuerpo en reposo al
menos 6 horas (o toda la noche) después de que ha parado el corazón, así permitimos que esa
retirada de la conciencia se haga sin ser disturbada.
El sentido de la muerte y de la vida desde la perspectiva de Búfalo Blanco, espíritu guía:
Tras la muerte de Vita busqué entre mis guías y amigos espirituales más sabiduría para entender y
aceptar mi propio dolor. Búfalo Blanco, el espíritu de un sabio indio norteamericano vino a
apoyarme con las siguientes palabras. Las anexo a este escrito ya que para mí fueron de gran
utilidad.
La muerte no está separada de la vida, cerramos ciclos todo el tiempo y comenzamos otros
nuevos, como las olas del océano, como el día y la noche. Es el vaivén de la impermanencia. Solo
que en nuestro espacio de conciencia/tiempo (span) la vida parece una unidad separada, aislada y
sin un antes o un después. Sin embargo, esta es la limitación a verlo de una manera más
integrada, simplemente porque los absolutos no existen. La vida no tiene sustento ni significado
sin la muerte.
Es muy importante que los humanos cambien su conciencia y anhelo de buscar lo sólido y lo fijo de
la vida, porque entonces siempre hay pesar. Así que lo primero es aceptar la impermanencia, esta
es la naturaleza de las cosas. Justamente por eso los animales viven menos que los humanos, y en
cada paso nos enseñan su gracia y ligereza, contrastando con la pesadumbre de nuestra
existencia.
Es muy raro ver animales deprimidos (o solo si están bajo el yugo de los humanos), y entonces
nos reflejan como estamos. La vida y muerte de los animales que observamos nos enseñan sobre
el flujo, son parte de la naturaleza que fluye todo el tiempo. Ellos no se detienen y menos en el
momento de la muerte. La muerte, digamos, es un gran portal, al que entran y salen “cosas”. Lo
que regresa de ese portal es la profundidad de la vida, el sentido último del presente.
Los animales entran al regazo de la muerte con confianza. En aceptación de que así son las cosas.
De hecho, ¿porqué tendría que ser de otra forma? Somos los humanos que intentamos detener el
flujo o resistirnos a este paso, este portal. Pero como el agua que se detiene en el hielo, el que se
detiene ante el flujo se congela y vive por un momento la infelicidad. Es así de simple.
El lugar al que se van los animales no es como un sitio que puedas localizar en un mapa. Es este
mismo espacio que se despliega en varias dimensiones y tiempos. Los animales son llevados al
espacio/tiempo que les corresponda a cada uno, para eventualmente tomar otro cuerpo y
volver a ser parte de esta dimensión física, y experimentar así otras partes de su Ser.
Esas dimensiones/tiempo no son nada especial, como tampoco es nada especial esta
dimensión/tiempo, pues todo es parte del flujo. Pero si quieres saber, hay diferentes “jardines”,
espacios, como si fuesen cuartos distintos de una misma casa. Pero el Ser eventualmente recorre
todos los espacios de su casa, o de su creación. Así pues, lo que tu has visto es el comienzo del
despegar.
En animales “dañados” por el hombre (o por cualquier otra causa de la naturaleza que pueda
dañarles, hay más fuerzas en acción aparte de ustedes), se les eleva a un espacio de sanación,
donde se les restituye la fuerza perdida. Muchos de los animales no lo necesitan, pero sí
ascienden a espacios astrales donde viven otras lecciones que corresponden al “tono” de su
existencia.
Es así que cada quién, en un principio de justicia Universal, recoge exactamente lo que le
corresponde. Una vez que su ser sea llenado de esas gratas experiencias y se ha enriquecido, en
algún punto de su camino, un gran Consejo sabio de seres sin tiempo ni forma, ofrece su guía y
recomienda el paso a seguir. Y asea para que ese ser siga en planos sutiles, o baje al mundo denso
a volver a probar el agua…
Bajo el rubro “animales” hay muchos propósitos y conciencias distintas. Algunos son conciencias
colectivas, otros más individuales, y todos ellos tienen siempre espíritus guías que les procuran y
cuidan. Sabemos que el viaje al mundo denso es una gran aventura y no les abandonamos.
Tampoco cuando son almas jóvenes y requieren de mas guía. En todos los casos, siempre hay
hermanos mayores para apoyarles en su camino.
En cuanto a las diferencias con los humanos, éstos tienen mayor confusión y también un mayor
potencial, simplemente porque son experiencias distintas. Los animales son almas que tienen
conciencia y chispa divina, pero en cada caso el potencial es diferente (potencial para brillar, crear,
seducir, etc). Un alma sí puede reencarnar en un animal y luego en humano o viceversa. Es parte
de las decisiones que tomamos antes de nacer y corresponden también a nuestro Tono (o
vibración).
A un animal se le puede apoyar en la muerte con hierbas sagradas (salvia, romero, jengibre son un
buen acompañamiento (en mi cultura). Pero en realidad hacer una práctica espiritual que traiga
paz es lo adecuado. Generar un espacio sagrado, especial, de introspección y meditación,
reflexión y despedida. En la muerte los mundos se tocan y lo que parece inamovible regresa a su
verdadera dimensión de impermanente. Por ello la vida consigue una profundidad y sentido
especiales en este momento. Si, el rezo es bueno porque nos conecta con la parte sagrada de lo
que somos y nuestro mundo entra en un paréntesis “especial”.
Al rezar, acompañar al espíritu del animal en su recorrido ascendente. Con velas, incienso, un
espíritu sereno como el agua de un lago con luna. Y hacer esto hasta 2 hrs después de que se ha
detenido el corazón es buena idea. Esto disminuye las opciones de que ese ser pueda detener su
viaje en aspectos más densos del mundo espiritual.
El sufrimiento del espíritu viene cuando el tono verdadero de ese ser no alcanza el espacio que le
corresponde por completo… y aunque se detenga en ese espacio que no le corresponde,
eventualmente todo regresa a su lugar exacto. Tarde o temprano todo alcanza su equilibrio… pero
como el Universo se expande siempre, pues es una danza constante y perfecta.