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EMOCION VIOLENTA: es un atenuante de la pena que requiere la intervención pericial del psicólogo.

Art. 81. 1º) Se impondrá reclusión de tres a seis años, o prisión de uno a tres años:
a) a la persona que matara a otra encontrándose en un estado de “Emoción violenta” y que las circunstancias
hicieren excusable;
b) al que, con el propósito de causar un daño en el cuerpo o en la salud, produjere la muerte de alguna persona,
cuando el medio empleado no debía razonablemente ocasionar la muerte.
El "estado de emoción violenta": Conmoción del ánimo que suele desordenar los comportamientos diluyendo la
capacidad inhibitoria natural y cultural. Es una vivencia psíquica que, sin reducir la capacidad la penal del autor,
permite arrojar la posibilidad de que el homicidio se haya perpetrado con el ánimo frío, en forma deliberada, y
con la conciencia nublada. Sera tarea del juez evaluar la culpa o negligencia de la víctima. Los factores
desencadenantes pueden o no ser conocidos con anterioridad por el sujeto.
IMPUTABILIDAD
Término jurídico. Se define como la capacidad de una persona para comprender las consecuencias que traerá la
realización voluntaria de un acto ilícito, y como tal debe ser responsable y responder por el hecho cometido.
Las condiciones que conllevan a una imputabilidad disminuida o inimputabilidad se pueden clasificar en 3
grandes grupos:
1. Los trastornos psíquicos.
2. Los disturbios mentales o desarrollo mental insuficiente.
3. La grave perturbación de la conciencia.
Otras condiciones que también contempla el Código Penal son: trastornos de la personalidad, diversos trastornos
de los impulsos, éstas condiciones aplican para la inimputabilidad según lo establecido en el código penal
vigente.
Imputabilidad: Es la capacidad de reproche jurídico de una persona, es decir, que pueda comprender la
criminalidad de sus actos. Para ello debe poseer una integridad biopsicológica que permita que se lo pueda hacer
responsable de una acción u omisión que devenga en una circunstancia penalmente criminal. Implica:
- Capacidad para comprender la criminalidad del acto: En la evaluación pericial se tendrán en cuenta variables
como: el estado de las funciones que componen la conciencia; la capacidad intelectual; la modalidad vincular; los
mecanismos defensivos.
- Capacidad para dirigir sus acciones de acuerdo a dicho entendimiento: Se evaluará el control racional de los
impulsos; las compulsiones; la tolerancia a la tensión y frustración; el nivel de tensión interna; estado emocional.
PELIGROSIDAD: Es la probabilidad de que un sujeto realice una conducta auto o heteroagresiva, de acuerdo a sus
condiciones psicofísicas. Cuando el sujeto ya la realizó entra en lo que se llama “estado peligroso”, que es la
probabilidad de que un sujeto vuelva a cometer un delito. Las formas clínicas del estado peligroso son: alienación
mental; personalidades patológicas no psicóticas; ebrios habituales; toxicómanos habituales.
Según su relación con el delito pueden ser:
- Predelictual: Quien no habiendo cometido alguno tiene probabilidad de hacerlo, por sus
características psicológicas, físicas y/o sociales.
- Postdelictual: Quien ya ha cometido un delito y es probable que vuelva a hacerlo.

Según el delito y el autor:


- Puede haber ausencia o presencia de agravantes (alevosía, ensañamiento, vínculo,
premeditación, etc.)
- Puede ser primario, reincidente o habitual
- Puede haber ausencia o existencia de antecedentes policiales o judiciales

La mayor peligrosidad se da cuando hay: antecedentes del autor; delito cometido en forma alevosa, premeditada
o perversa; una personalidad patológica; y falta de signos de arrepentimiento.
La menor peligrosidad se da cuando hay ausencia de antecedentes; un delito cometido sin agravantes y en
cambio con atenuantes (emoción violenta, estado de ebriedad), y signos de arrepentimiento.
Los grupos de riesgo son aquellos en los que hay proclividad a realizar conductas auto o heteroagresivas, y los
índices que se evalúan son: excitabilidad, hipersensibilidad, impulsividad, baja tolerancia a la frustración, intensa
tensión, repetición de la conducta agresiva, baja autoestima, consumo habitual de alcohol o sustancias.
Por lo tanto, el diagnóstico de peligrosidad tiene en cuenta: índices médico psicológicos (personalidad anormal
no patológica, personalidad normal patológica); índices sociales (mundo circundante, familia, nivel de
escolaridad, antecedentes laborales); e índices legales (antecedentes policiales, judiciales).

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