PONTIFICIO INSTITUTO JUAN PABLO II PARA ESTUDIOS SOBRE MATRIMONIO

Y FAMILIA

Reseña
El hombre en busca de sentido

Maestría en Ciencias de la Familia para la Consultoría

Antropología y Ética del Amor Esponsal

Alumno: Martín Francisco Gallegos Medina

Catedrático: PhD. Martín Francisco Gallegos Medina

Monterrey, N. L., 8 de octubre de 2017

 Título: El hombre en busca de sentido
Autor: Viktor E. Frankl
Año: 1999. Vigésima primera edición
Localidad: Barcelona
Editorial: Herder

¿Puede el hombre decidir su propio destino aún y cuando las circunstancias de la vida lo
ponen en una situación límite?, ¿cuál es el sentido de la vida del hombre que experimenta el
sufrimiento extremo?, ¿vale la pena vivir la vida a pesar de todas sus contradicciones que
llevan al hombre a experimentar la soledad?

La experiencia de uno de los sobrevivientes de los campos de concentración, durante la

segunda guerra mundial, contada en este texto, nos da testimonio de que a pesar de las más
bajas atrocidades de las que el ser humano es capaz de realizar, no cancela, en el mismo
hombre, la posibilidad de elegir su propio destino.

El hombre en busca de sentido, como se ha titulado en español a esta narración, encierra

precisamente el tema principal de la obra expuesta por Viktor Frankl. En efecto, citando a
Nietzsche, el mismo Frankl nos dirá en esta obra que “quien tiene por qué vivir, es capaz de
soportar cualquier cómo” (p. 113). A lo largo de su libro confirma que estas palabras lejos
de ser una frase retórica son una verdad que posee en sí mismo el hombre y como testimonio
de ello es su propia experiencia y la de otros tantos seres humanos que, como él, padecieron
la infamia cruel de la que es capaz de realizar el mismo hombre.

Pero, ¿a qué se debe que unos hombres a diferencia de otros puedan resistir a tan adversas
experiencias encontrando un sentido de vida y en cambio otros se dejen llevar por la
desesperación, incluso llegando al suicidio? Aquí radica, en mi opinión, una de las
enseñanzas más destacadas de la obra: quién ha tenido la experiencia de amar y de ser amado
en la vida puede encontrar un motivo por el cual la vida merece ser vivida, aún en tales
circunstancias.

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El libro que nos presenta Frankl, lejos de ser una narración más de los campos de
concentración, de los cuales ya se ha escrito bastante pero, no suficiente, como él mismo lo
dice, nos presenta la vida cotidiana del prisionero medio que sufrió este mal.

En este libro, Vicktor Frankl, muestra las fases psicológicas por las que atraviesa el hombre
cuando es sometido a fuertes tensiones, ya sea físicas o psicológicas, demostrando a través
de la observación que el hombre a pesar de tener más o menos una serie de comportamientos
que pueden llegar a ser predecibles, al final de cuentas comprueba que el hombre es un
misterio, es un ser con la capacidad de elegir libremente su propio destino pero, ¿es así en
todos los casos? El hombre para poder tener una ligera idea de lo que es capaz de realizar le
es necesario al menos iniciarse en el auto-conocimiento.

El hombre como misterio es de donde debe partir; misterio que habla de eso que el hombre
posee y de eso que él mismo es y que como consecuencia nunca podrá ser definido
totalmente; de ahí que siempre tiene la posibilidad de sorprender al encontrar nuevas rutas
que le llevan a encontrar el sentido de la vida.

El tema de la educación es fundamental, si entendemos como Giussani (explicando la

definición de Jungmann sobre la educación: ‘introducción a la realidad total’), que ésta es “el
desarrollo de todas las estructuras de un individuo hasta lograr su realización integral y al
mismo tiempo la afirmación de todas las posibilidades de conexiones activas de aquella
estructura con toda la realidad”1. Aquí radica la importancia de tirar fuera la realidad del
hombre el cual necesita de modelos que le lleven a descubrir por sí mismo que posee en sí
mismo la capacidad de autodeterminarse en el acto más pleno de libertad.

Educar en el sentido crítico tal como el hombre ha sido creado por Dios, nos dirá Giussani,
es el tema central de la educación para que éste pueda encontrar siempre un motivo real y
profundo de que la vida merece ser vivida.

Viktor Frankl quien desarrollo la logoterapia, cuya raíz significa precisamente terapia de
sentido, busca sentido de vida que ayuda al hombre a descubrir su propio destino y sentido
de la vida a pesar de atravesar por los momentos más inauditos.

1
L. GIUSSANI, Educar es un riesgo, Ediciones Encuentro, Madrid, 2006, 61-62.

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Encuentro una íntima relación entre el educar que nos proporciona Giussani y la propuesta
de logoterapia de Frankl y es que éste dice que el mismo hombre debe encontrar el sentido
de su propia vida, no le puede ser impuesto o recitado para ser llevado a cabo al pie de la
letra como si se estuviera llevando a cabo una receta de cocina; de la misma manera Giussani
nos reporta que educar es hacer que el otro se de cuenta por sí mismo de lo que es, el hombre
debe descubrir por sí mismo a través de su propia experiencia lo que es ser realmente hombre.

En ambos casos el protagonista principal, ya de la educación ya de encontrar el sentido de la

vida es el mismo hombre el cual, no podrá saber lo que es ser hombre si por él mismo no lo
descubre y lo experimenta en su sentido más profundo.

Por tanto, la educación y con ello la acción de educar es para el hombre acompañarle y
ponerle de frente modelos coherentes de vida que le hagan descubrir su propio potencial
como ser humano, como un ser que es misterio, nunca definido ni definitivo totalmente2, en
constante lucha por descubrir el poder de auto-determinarse a través del ejercicio de la
libertad.

Referencias:

GIUSSANI, L., Educar es un riesgo, Ediciones Encuentro, Madrid, 2006.

GESCHÉ, A., El hombre (2ª ed.), Sígueme, Salamanca, 2010.

2
A. GESCHÉ, El hombre, Sígueme, Salamanca, 2010, 17-33.