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Mariana Gancedo
El nacimiento
Hasta aquí puede observarse que el pivote sobre el que gira toda la
conceptualización que guía la investigación y la acción, es la enferme dad. La
salud solo puede deducirse como ausencia de enfermedad. En otras palabras,
la salud se hace visible solo cuando ésta se pierde. La enfermedad es la que
da entidad a la salud.
Puesta en marcha
Mex Linley (2006) considera que una buena parte de esta rápida
expansión se debe a las características propias de su fundador, entre las que
se encuentran su éxito en “catalizar y unir los esfuerzos de muchos distinguidos
científicos que son los jugadores claves del movimiento de la Psicología
Positiva” (p. 4). Como ilustración de esta afirmación men ciona, entre otros, a:
Mihalyi Csikszentmihalyi, Ed Diener, Kathleen Jamieson, Christopher Peterson,
George Vaillant, Rick Snyder, Barbara Frederickson, Ion Haidt y Suzanne
Segerstrorn. También resalta la capacidad del fundador como recaudador de
fondos y corno difusor del movimiento en los medios de comunicación.
Expansión y aportes
Los autores intentan sentar las bases para un Manual de Sanidades que
sea la contraparte del DSM y el lCD al establecer un vocabulario común sobre
rasgos positivos evaluables. La elección de cada una de las fortalezas y
virtudes de la clasificación siguió un proceso donde se mencionan algunos
aportes de la Filosofía, las religiones y la Psicología. Se investigó así mismo
sobre ideales y prototipos culturales a través de la literatura, publicidad,
encuestas, brainstorming, y otros medios. El objetivo era llegar a un listado de
virtudes y fortalezas universalmente válidas. En el trabajo se presentan
fortalezas y virtudes consideradas al menos ubicuas u omnipresentes.
El término Psicología Positiva fue utilizado por primera vez por Maslow
en el último capítulo de Motivación y personalidad titulado: Hacia una
Psicología Positiva (Maslow, 1954). Precisamente allí el autor denuncia, desde
la psicología humanística, el olvido del estudio de los aspectos positivos y de
los talentos extraordinarios, anticipándose casi cincuenta años al discurso de
inauguración presidencial de Seligman en la APA.
La teoría es ineludible dado que todo investigador tiene un modelo previo que
le permite la observación e invalida la pretensión de objetividad ingenua del
positivismo. Tener una voluntad ateórica explícita no significa que a los autores
no los guían “teorías implícitas” propias de su contexto personal, profesional y
socio-cultural Estas teorías tácitas que se perciben en los distintos trabajos de
la Psicología Positiva pertenecen a paradigmas epistemológicos superpuestos
que coexisten sin llegar nunca a la integración. El paradigma científico más
evidente responde, como se ha dicho al del positivismo clásico, pero
ocasionalmente se encuentran también otras posturas.
Los otros dos significados del adjetivo positiva de esta corriente remiten, según
Taylor, a una praxis psicoterapéutica enmarcada en el conductismo y sus
secuelas cognitivistas actuales, ya una visión reducida parcial de la realidad,
No es un dato menor el hecho de que esta corriente nazca en los Esta dos
Unidos de Norteamérica. En este país la formación psicológica universitaria
sigue mayoritariamente los lineamientos de las escuelas psico-terapéuticas
cognitivo-conductuales. Basta revisar tos artículos y manuales que se refieren a
la aplicación de la Psicología Positiva para tener evidencia de la
preponderancia de este modelo terapéutico. Sobre la base de estos hechos es
pertinente recordar que el potencial humano no es objeto de investigación
excluyente de una única escuela psicológica. Muy por el contrario, todos los
modelos psicoterapéuticos pueden contribuir, en mayor o menor medida y con
intervenciones a niveles diferentes, en la promoción del capital psíquico.
Demás está decir que de no corregirse esta actitud, que pese a las
declamaciones en contrario se observa en muchas de las producciones de los
principales representantes norteamericanos de la Psicología Positiva, se
estaría propugnando lo que por otra parte se denuncia: una visión parcial del
psiquismo humano, esta vez centrada solo en sus aspectos positivos.
Liderado por psicólogos ingleses —entre los que se destacan Alex Linley
y Stephen Joseph— hay un círculo europeo que se mueve con mayor
independencia. Muchos de sus integrantes tienen una formación humanística y
existencial; esta subcorriente, con una marcada vocación teórica e integrativa,
ha hecho objeciones similares a algunas de las consigna das en el apartado
anterior.
Por último están los círculos emergentes en otros continentes, entre los
que se destacan por la originalidad y trascendencia de sus aportes los de
América Latina.