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¿Qué podemos hacer para ir más allá de la evaluación formativa?

Una evaluación formativa1 es un proceso de aprendizaje en el que tanto estudiante


como profesor poseen metas de aprendizaje, las cuales serán evaluadas
constantemente para corroborar que hay un avance significativo en el logro de
dichas metas. Se considera a la evaluación como parte del trabajo del aula y se
emplea para tomarla como una brújula dispuesta a orientar a los estudiantes a lograr
las metas de su aprendizaje. El proceso busca responder tres preguntas que son:
¿Hacia dónde vamos?, ¿Dónde estamos? Y ¿Cómo podemos seguir avanzando?,
tres preguntas dispuestas a fin de aclarar metas, conocer niveles de progreso y
planificación para lograr las metas. Si bien, este es un muy buen modelo a seguir
para evaluar a alumnos y profesores se puede mejorar este modelo de evaluación,
es por eso que propongo como redactor de este ensayo que una forma de ir más
allá de la evaluación formativa es complementándola con el sistema de flipped
learning.

El modelo pedagógico flipped learning2 busca que se optimice el tiempo de clase


presencial, dándole a los alumnos material que estudiar para la clase a tocar fuera
de clases, de modo que cuando entren a clases realicen las “tareas”. Considero
que este modelo puede acoplar de muy buena forma al modelo de la evaluación
formativa ya que el flipped learning busca optimizar el tiempo de clase presencial,
haciendo que los alumnos realicen actividades complejas de forma presencial, lo
que permitiría a un docente que quiera llevar a cabo el proceso de evaluación
formativa detectar el nivel de desempeño de sus estudiantes de forma eficaz,
pondré un ejemplo a modo de que se entienda mejor esta idea:

Un docente “X” envía a sus estudiantes los temas de la clase para que
los estudien fuera de clase, así como las actividades a realizar que se
evaluarán en la siguiente clase junto a los criterios que componen la
evaluación. Los temas proporcionados son de baja complejidad y leer
cada uno tomará 10 min aproximadamente.
Al día siguiente el docente “X” propone realizar un esquema de llaves de
los temas enviados a estudiar, mientras los estudiantes realizan el
trabajo, el docente observa a cada uno y nota que uso de sus alumnos
no logró esbozar algo en 20 min de empezada la actividad. Luego de
haber revisado cada esquema, nota que el alumno que observó
previamente no entregó su esquema. Con los resultados obtenidos
realizó la retroalimentación a todos los estudiantes, mostrándoles en lo
que deben mejorar y los aspectos en que hacen bien su trabajo, además,
detectó que el estudiante que no entregó su esquema de llaves no
logró las metas planeadas por el profesor, por lo que el mismo se dispone
a crear estrategias para ajustar su enseñanza a las necesidades del
estudiante y promueve su autoeficacia para lograr que ese estudiante se
sienta capaz y logre tener una correcta responsabilidad para con su
aprendizaje.

En esta situación se ven de forma directa o indirecta la respuesta a las tres


preguntas planteadas por la evaluación formativa. La primera pregunta ¿Hacia
dónde vamos? Se responde al inicio ya que el profesor envió lo que se iba a
evaluar y los criterios que se tomarían en cuenta para evaluar, planteando así las
metas de aprendizaje, estableciendo los indicadores de desempeño a lograr y
logrando que la totalidad de los estudiantes comprendan lo que se va evaluar. Con
ayuda del flipped learning se optimiza el tiempo con el que se realizará la clase, ya
que los estudiantes deberían de haber estudiado los temas proporcionados y en
clase presencial solo se absolverían dudas en los primeros minutos y el tiempo
restante sería empleado a realizar actividades prácticas que serán evaluadas
paulatinamente. La segunda pregunta ¿Dónde estamos? se ve reforzada gracias
al modelo flipped learning ya que al hacerse una gran parte de la teoría fuera de
clases, el tiempo de clases presencial será usado mayormente para la práctica,
donde el docente puede realizar evaluaciones directas o indirectas de modo que
será más fácil y eficiente que el docente conozca los niveles de progreso que
siguen los estudiantes y puedan analizar sus errores, a fin de detecte la meta de
aprendizaje en la que hay deficiencia. La tercera y última pregunta ¿Cómo
podemos seguir avanzando? Se logra responder al momento en que se da la
retroalimentación a los alumnos, señalándoles lo que hacen bien y lo que les falta
por mejorar de una manera asertiva, además de promover la autoeficacia en el
alumno que no logró la meta de aprendizaje.
En conclusión, la pedagogía de flipped learning logra de alguna forma “catalizar” el
modelo de evaluación formativa, ayudando principalmente a detectar el nivel de
desempeño con respecto a las metas de aprendizaje propuestas de los alumnos,
ya que se optimiza el tiempo. Además, dicho modelo de pedagogía promueve una
mayor comunicación entre docente y alumno, lo que puede afianzar una relación
de respeto cordial y no de respeto por temor a ser reprobado o algo por el estilo.
En fin, ir más allá de una evaluación formativa, a mi criterio, solo se logra
mejorándola y para lograr esa mejoría lo adecuado sería acoplarla a nuevas
pedagogías a fin de que se promueva el desarrollo constante del aprendizaje.

Referencias:

1. Shepard LA. Capítulo 17. La evaluación en el aula. En: Brennan RL. 4ta edición. EEUU: American Council on education;
2006. Disponible en: https://drive.google.com/drive/folders/1tOcNYkHBzZZpL_9iTNFqxabBlnusjcvu

2. Agencia de calidad de educación. Guía de evaluación formativa. Chile: Agencia de calidad de educación, 2016.
Disponible en: https://www.evaluacionformativa.cl/wp-
content/uploads/2016/06/Gu%C3%ADa_Evaluaci%C3%B3n_Formativa.pdf

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