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EVALUADOR

Pauta de Observación en Aula (Manejo Conductual)

La presente pauta de observación, debe realizarse durante dos clases a fin de evaluar avance como
cambios en la metodología aplicada para el manejo de las conductas disruptivas al interior del aula.

Profesor: ____________________________ Curso: _______ Fechas: _________/___________

AL INICIO

1. Motivación al inicio de la clase Si No


Describir__________________________________________________________

2. Realiza control inicial de la clase:


Espera que TODOS están en silencio para comenzar
Inicia la clase cuando MAYORÍA está en silencio
Inicia la clase al momento de pararse adelante del curso

En relación a mantener el silencio en TODOS los alumnos, el docente:


Espera en silencio para comenzar
Realiza instancia de relajación
Tomar un libro y que puedan leer
Capta atención de alumnos

3. Educación de Conductas adecuadas en la Sala (Inicio-Durante)


Momento Si/No ¿Cuáles? (Pelear, pararse, conversar, etc.)
Inicio
Durante

Recursos utilizados:
Panel/Láminas
Video
Habladas
Ejemplos

4. Reconocimiento de alumnos con mayores dificultades en el aula


Realiza acercamiento a alumno
Identifica Ubica estratégicamente a alumno en la sala
Solicita ayuda a asistente respecto a alumnos
No Identifica

5. Estilo de Interacción del docente:


Estricto con Autoridad
Inseguro Tolerante
Inseguro Agresivo
Aguantador
Represivo

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DURANTE

6. Identificación de conductas disruptivas:

Reconoce todos o gran parte de los problemas disciplinarios en el aula (Aplicando


control de la situación).
Reconoce algunos problemas disciplinarios, o problemas disciplinarios “De mayor
amplitud” (Aplicando control de la situación), aunque se observan problemas no
detectados por el docente.
No reconoce problemas disciplinarios en el aula (No aplicando estrategias para el
control de la situación.

7. Aplicación de estrategias Grupales para el manejo de conductas disruptivas:


Lúdica
Reflexiva
Refuerzo Social (Elogios logros pequeños)
Refuerzo Visual
Otras: _______________________
No realiza acción

8. Aplicación de estrategias Individuales para el manejo de conductas disruptivas:


Acercamiento constante al alumno
División de las tareas (micrologros)
Felicitarlo y/o animarlo a continuar
Repasar conductas individualmente
Tiempo Fuera
Nombrar Ayudante (para repartir material)
Realizar preguntas fáciles (para estimular)
Otras: _______________________
No realiza acción

9. Supervisión y Control de las conductas disruptivas:


Supervisión y Control se aplica en ambas clases
Supervisión y Control se aplica en una clase y en la otra se aplica aunque de manera
regular
Supervisión se da de buena manera en una sola clase.
Supervisión se aplica medianamente en las dos clases
Supervisión se aplica medianamente a una sola clase
Supervisión y control no se realiza

10. Refuerzos a los avances y/o aspectos positivos del alumno:

Elogios ante los avances o aptitudes


Décimas o puntos para evaluaciones
Actitud de Interés
No realiza ningún tipo de refuerzo
Otros __________________

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ORIENTACIONES TÉCNICAS ASOCIADAS AL MANEJO CONDUCTUAL
1. La importancia de la motivación inicial en el aula:
La motivación es un impulso interno que dirige la acción hacia un fin. Sin motivación no hay acción.
La motivación es muy importante, porque nos lleva a buscar activamente los recursos para garantizar
nuestra subsistencia así como por realizar aficiones y actividades favoritas.
No estamos motivados por aprenderlo todo. Puede que no nos motive el temario del
colegio/instituto/universidad, pero quizás un conocimiento o asignatura específica.
Puede que la motivación venga de nuestro propio interés o bien porque otro genera de la atención, el interés
por aquello que para el cerebro resulta de llamativo.

¿Por qué es importante mantener a los niños motivados por aprender?


 La motivación incrementa el esfuerzo y su persistencia en la tarea
 La motivación aumenta su iniciativa
 La motivación mejora sus habilidades de procesamiento cognitivo
 La motivación mejora el desempeño general

2. Control Inicial de la Clase:


El control inicial de la clase es una base muy importante de lo que va a ser el proceso en términos del manejo
de conductas disruptivas en el aula. De ello no todos los alumnos presentan el mismo nivel inicial de ansiedad,
impulsividad y motivación, sumado a ello, la realidad familiar con la que llegan a clases (Ej. Alguna discusión de
su familia minutos antes de llegar a clases).
De lo mismo, es importante diferenciar entre la ansiedad controlable-constructiva (participativa), y la
ansiedad descontrolada-disruptiva (Desorden). Para ello, es importante reducir el tipo de ansiedad que pudiera
afectar al alumno y/o su curso, y con ello, impedir que las conductas negativas sigan escalando.
Para lo mismo, existen varias estrategias, ligadas al control inicial de la clase, teniendo todas en común el
prevenir que una situación inicial “menor” pueda transformarse en una de “mayor complejidad”.
Respecto al control inicial de la clase mediante la reducción del nivel de ansiedad, el docente se puede parar
en silencio frente a los alumnos intencionando implícitamente la regla de mantener silencio (y con ello, calma)
como requisito base para el inicio de la clase y el poder hablar.
Otra estrategia puede ser guiar a los alumnos directamente a relajarse: Enseñando la respiración calmada (y
sus beneficios) y la regulación de pensamientos (Imaginación y/o autoinstrucciones). Por su parte, se puede
utilizar la relajación, aunque de manera indirecta mediante la lectura silenciosa inicial, la cual entre muchas
cualidades, permite al alumno insertarse en un clima inicial de calma.

3. Educación de las conductas a modificar:


Es importante presentar a los estudiantes, las expectativas de conductas esperadas para el aula.
Las expectativas de conducta permiten guiar el comportamiento de los estudiantes, estableciendo lo que se
espera de ello de una manera clara, simple y objetiva. Es importante considerar que el describir y establecer los
comportamientos, no garantiza que las conductas serán apropiadas, sin embargo, permitirá una formación
sistemática de los aspectos a mejorar y mantener en cada uno de los alumnos, indistintamente de su condición
particular.
Las reglas, se recomienda estén visibles a los alumnos y sean reafirmadas durante al menos dos veces
durante la jornada. El reforzar las conductas en medio de una “crisis conductual”, en general poco ayudará a la
modificación de la conducta negativa.
Además de la utilización del material audiovisual (láminas, collage, video, mapa conceptual, etc.), el docente
dependiendo las diferencias y particularidades del curso, puede complementar el aprendizaje de las conductas,
con elementos reflexivos (ejemplo personales, o situaciones de vida), que ayuden a los alumnos a clarificar las
conductas específicas para generar y/o mantener “la buena conducta”.

4. Reconocimiento de los alumnos con problemas disciplinarios


Es importante que el docente tenga una visión lo más clara posible del curso, tanto de manera general como
individual. Ello, es importante, pues le permitirá:

 Generar un plan preventivo frente a las eventualidades y/o riesgos que puedan darse dentro de la sala
de clases.

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 Apoyar a cada alumno de acuerdo a sus necesidades específicas de aprendizaje, conducta, afectos e
interacción con su entorno)

Respecto a lo mismo, la ubicación estratégica, el apoyo con asistente y el monitoreo constante son algunas
de las estrategias que permitirán evitar al docente caer en prácticas como “alzar la voz” o “evitar peleas entre
dos alumnos disruptivos”, entre otras acciones.

5. El estilo de Interacción del docente:


Es importante comprender que la percepción que el alumno tenga del docente, puede determinar aspectos
claves de la clase ya sea: La disposición y/o actitud hacia la autoridad y el modo de relacionarse con sus
compañeros de clase. A continuación se muestra un listado de estilos de interacción del docente.

Estricto con Autoridad: El docente lograr establecer claramente las reglas dentro de la sala. Los alumnos
visualizan la importancia de las reglas y su cumplimiento, existiendo una autoridad que genera que las conductas
e interacción se den de buena manera en el aula.

Inseguro-Tolerante: Los alumnos tienden a transgredir las normas, principalmente porque el docente no
visualiza claramente los problemas al interior del aula. A su vez, la inseguridad, facilita y mantiene las faltas de
respeto entre los integrantes del curso.

Inseguro-Agresivo: Existe un ambiente de desorden agresivo. Docente y alumno se perciben como oponentes y
continuamente se escalan los conflictos. Alumnos aprovechan cualquier oportunidad para actuar
indebidamente. Docente pasa casi todo el tiempo intentando controlar la clase.

Aguantador: Lo relevante es el constante esfuerzo del docente por mantener el orden en la clase, el cual logra a
costa de mucha energía personal. Se sitúa entre el docente inseguro tolerante y el inseguro agresivo.

Represivo: Este docente es la cúspide de la rigidez. Sus clases están estructuradas, pero no bien organizadas, no
fomentándose las preguntas ni muchas aclaraciones. El ambiente describe alumnos temerosos que les impide la
iniciativa al interior del aula.

6. Identificación de Conductas a Modificar


Es importante durante la clase, que el docente no solamente pueda reconocer los alumnos que pudieran
presentar problemas disciplinarios, sino además, las conductas específicas que se pudieran dar en el aula. En
ello, se debe evitar el utilizar frases como “portarse bien o mal” de manera generalizada, sustituyendo por la o
las conductas específicas que se dan en el estudiante y que pudieran retroalimentarse tanto a él como al
apoderado.
Es importante de lo anterior, que el docente agudice su percepción (y posterior control), en la identificación
de los diferentes problemas disciplinarios que se puedan presentar en la sala. De lo mismo y en explicación,
algunas conductas percibidas y construidas como “urgentes” o “graves” generan cierta ceguera para la
identificación de otra con menor intensidad.
En este aspecto, se hace importante la detección temprana, pues una conducta negativa de menor
intensidad, (dependiendo de las características de cada alumno) puede ocasionar al sumarse con otras, que la
conducta se vea cada vez más descontrolada.
A continuación se entrega una lista con algunas de las conductas negativas que pueden darse en el aula, sin
embargo a este listado se pueden agregar otras:
a) Conductas referidas a la Tarea:
Abandonar ante el fracaso en la tarea, vagancia (no hacer nada en clases), desatención, no traer libros
y material escolar, no hacer la tarea, trabajos desordenados y descuidados.

b) Conductas contra la Propia Persona:


Ensimismamiento, suciedad y desorden personal, hipersensibilidad, irritabilidad, conducirse de modo
violento para sí mismo.

c) Conductas referidas a la relación entre compañeros:

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Amenazas, crueldades, robo, agresión física, agresión psicológica, agresión verbal (insultos, burlas),
chismosear, quitar cosas a los demás por la fuerza, culpar a los demás, impulsividad, presumir/alardear,
molestar a sus compañeros durante el trabajo.

d) Conductas contra la norma del aula:


Malos modales (escupir, decir groserías), dibujos o notas obscenas, romper cosas a propósito, hacerse
el gracioso, hacer ruidos, atraer la atención, faltas de puntualidad.

e) Conductas inapropiadas de falta de respeto al profesor:


Faltas de respeto, mentir o falsear, desobediencia, interrumpir cuando se está hablando

7. Aplicación de Estrategias Conductuales Grupales:


Es importante el docente pueda contar con diversas estrategias que ayuden al manejo conductual de la sala.
Para ello, no todas serán efectivas, pues dependerán de las características de cada grupo (nivel de participación,
grupo etario, estilo y nivel de aprendizaje). A continuación se entrega un grupo acotado de estrategias, las cuales
pueden ser muchas y se invita a buscar otras que reemplacen o complementen la base para el manejo
conductual.

Estrategias Lúdicas:

“Tarjeta verde y roja”: Utilizar una tarjeta verde y una roja (30 cms. de alto y 17 de ancho), donde si la mayor
parte del tiempo trascurrido de la clase está presente la tarjeta verde significa que van ganando, por el contrario,
si la mayor parte del tiempo se encuentra presente la tarjeta roja, significa que los estudiantes se están
comportando de manera inadecuada en el aula de clase. Se les explica a los estudiantes la dinámica respecto a
las conductas esperadas para que la tarjeta verde esté presente y ante qué conductas disruptivas o
comportamientos del grupo inadecuados se retirará la tarjeta verde y será reemplazada por la roja, el docente
debe ser riguroso con la toma del tiempo en el caso de ambas tarjetas, para lograr esto se recomienda al docente
que en el tablero escriba cada 5 o 10 minutos cual tarjeta ha estado presente.

“El Semáforo”: Se deben tener 3 tarjetas, (verde, amarilla y roja), siendo utilizadas de la misma manera que lo
hace el semáforo, donde cada color indica que conductas deben emitir los estudiantes y en qué momentos y
tiempos lo deben hacer. El color verde puede utilizarse para indicar que los estudiantes pueden levantarse a ir al
baño o a botar basura que se haya generado de sus actividades escolares, hablar con los compañeros, pedir algún
útil escolar a un compañero o al docente. El amarillo puede usarse para indicar que deben estar alerta dado que
se dará una instrucción para realizar otra actividad o un anuncio importante. Finalmente el color rojo se podría
utilizar para indicar que los estudiantes del aula deben guardar silencio y concentrarse en realizar las actividades
asignadas.

“Señales de alerta”: Esta estrategia pretende advertir al alumno de la aparición de una conducta disruptiva. Se
les explicará que se dará un sonido como señal de advertencia cuando se den conductas disruptivas en el aula.
Mediante, un aplauso o un instrumento musical como un triángulo u objetos similares, el sonido debe ser audible
de modo que capte la atención de los estudiantes. Se debe aplicar haciendo el llamado de atención mediante el
sonido y explicar enseguida, el motivo por el cual se le llamó la atención, pidiéndole que realicen la conducta
esperada.

“Llamando la Atención”: Las presentes estrategias, se enfocan en lograr de manera lúdica que el alumno pueda
mantener silencio escuchando lo que pueda decir el docente. Respecto a las estrategias, las instrucciones se
entregan una única vez al alumno. Posteriormente la acción comienza sin dar explicaciones nuevamente.
1. Manos arri…: El profesor explica que dará una frase que ellos deberán completar (con sus manos y
cuerpo). La frase es “Manos arri”….. (Los alumno responde “BA” y levantan las manos), Manos aba”…..
(Los alumnos responden “JO” y bajan las manos), “Manos al la”… (Los alumnos responden “DO” y ponen
las manos al costado. Finalmente el docente dice “Silen”… (Los alumnos responden “CIO” y guardan
silencio).
2. Siguiendo las manos: El docente levanta las manos con los puños cerrados, esperando que los alumnos
repitan lo mismo, luego con las manos arriba abre los puños, con la intencionalidad que los alumnos
también repitan ello. El objetivo es que el docente de una serie de movimientos con las manos y brazos

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para que el alumno esté atento a las instrucciones, abriendo una mano, luego la otra, unos dedos luego
otros hasta que finalmente se abre la mano derecha tapando la boca para que no hable más.
3. Señor Silencio: La presente actividad busca que los alumnos aprendan y practiquen
(regularmente) una canción que los lleva a mantener el silencio inicial o durante el transcurso
de la clase. La canción dice: “Señor Silencio, ¡Ven para acá!, Chh Chh. (Se repite 3 veces),
porque los niños, porque los niños hablando están Chh Chh”. En esta actividad se puede
incorporar el elemento visual del Seño silencio.
4. La lechuza hace Chh: La presente canción así como la anterior, guía a que los alumnos
aprender una canción que les capte de manera lúdica la atención y motivación inicial. La
canción comienza con: “La lechuza, la lechuza hace chh, hace chh. Todos calladitos, como la
lechuza, hace chh, hace chh” (Se repite 2 a 3 veces, dependiente de cada curso). Se puede
incorporar la imagen de una Lechuza. (En el caso de que no la conozcan).

Estrategia Reflexiva:
“Expectativas de conducta y compromiso”: Esta estrategia se puede realizar cada 3 meses, tanto para la
elaboración de conductas esperadas como la evaluación de éstas. La actividad consiste en la construcción
conjunta entre los estudiantes y el profesor, de los compromisos conductuales a cumplir. Los compromisos,
podrán quedar enmarcados en un panel el cual podría incorporar diferentes elementos visuales. Finalmente se
entrega la lista de compromisos a los estudiantes en una hoja tipo contrato, la cual llenarán con sus datos
personales y/o la firma. Esto último, con el fin de establecer un acuerdo concreto y real entre el alumno y el
docente; de lo mismo los estudiantes devolverán al docente los compromisos, siendo enseñados a los
estudiantes cuando se evidencien faltas en el cumplimiento de dicho contrato.

Refuerzos:
“Juego del buen comportamiento para el trabajo en equipo”: La estrategia se fundamenta en la entrega de
refuerzos positivos ante la emisión de conductas deseables por parte de los estudiantes. Estas conductas
esperadas son fijadas con anterioridad como ya se mencionado. Con esta estrategia se busca el trabajo en
equipo, el espíritu de unión y cooperación además de la participación de todos de manera ordenada. Se sugiere
que el curso sea dividido en grupos a los cuales se les asigna un color, por ejemplo; un equipo amarillo, otro azul
y otro el color rojo. Los grupos deben ser estipulados y conformados por los criterios del docente (Con distintas
características). Luego se crea una tabla de registro donde se marcarán las conductas deseables y disruptivas,
enseñándoles de manera positiva el comportamiento esperado de ellos. Se refuerza y premia al finalizar la
jornada al alumno y al grupo, que presentaron el mejor registro de conductas esperadas, mediante “caritas
felices” o algún timbre” o dibujo. Para sesiones posteriores se pueden mezclar estudiantes en distintos grupos
en aras de que no solo un grupo sea quien gane siempre o en la mayoría de las clases, esta estrategia también le
permite al docente observar potencialidades y falencias de cada estudiante.

“Yo me comporto bien”: En esta estrategia se elabora una hoja para cada estudiante, premiando y reforzando
las conductas esperadas de ellos. Se les dará la instrucción que llenen sus datos personales, reiterando las
conductas esperadas en el aula y la importancia de cumplirlas. Con la emisión de éstas se otorgará el refuerzo
que puede ser una “carita” feliz que ira pegada en la hoja. A la 5ta “carita” feliz se transformará en una estrella,
la cual significa que ganó un premio. Los refuerzos deben ir cambiando, al principio tangibles y a medida que se
incrementen las conductas deseadas serán intangibles. Además, aquellos alumnos que más estrellas ganan, se
debe ser más exigentes en las conductas que se esperan de ellos.

8. Aplicación de Estrategias Conductuales Individuales:


Es importante así como estrategias de manejo grupal, la utilización de estrategias que permitan manejar
situaciones particulares y/o eventuales que pudieran presentarse en el aula. Al igual como las estrategias
grupales, no todas serán efectivas, sin embargo la combinación de algunas podrá generar resultados eficaces en
el manejo de la conducta disruptiva de una parte importante de los alumnos con problemas conductuales.
a. Acercamiento Constante al Alumno: Consiste en un monitoreo continuo y sistemático al alumno de
modo de: Evitar y prevenir conductas disruptivas además de reflejar en el alumno el interés hacia su
persona.
b. División de la Tarea: Se divide una tarea que pueda ser considerada extensa para el alumno (con
dificultades en la perseverancia, baja concentración y/o escasa tolerancia a la frustración) en tareas

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pequeñas y de más fácil completación. De esta acción se busca que el alumno se mantenga motivado
en la actividad antes de darse por vencido.
c. Felicitación y/o Animarlo a Continuar: Es importante felicitar y animar los avances que los alumnos
puedan tener. Los seres humanos necesitan ser reforzados en sus logros y más aún los niños quienes
pueden motivarse más incluso que un adulto tras frases como: “Excelente”, “te felicito”, “te quedó
hermoso”, “sigue igual”, “Estás haciéndolo estupendo”.
d. Repasar y reforzar las conductas individualmente: Entre las acciones que pueden ayudar al alumno a
lograr una conducta esperada se encuentran el “repasar” lo esperado con la conducta. Ya se ha hablado
respecto a evitar el “pórtate bien” o “no te portes mal”, siendo sustitutivo de ello frases como, “espero
esta conducta de ti y una forma en la que puedes lograrlo es haciendo esto y aquello”.
e. Tiempo Fuera: Esta estrategias se utiliza particularmente cuando el alumno se encuentra descontrolado
y se encuentra tanto en riesgo él como el resto de personas a su alrededor. Para ello, se enseña al
alumno a que cuando existan emociones intensas, pueda salir al patio a respirar y mojarse la cara de
modo de “tranquilizarse”. Luego que se sienta más calmado pueda ingresar a la sala. Se sugiere que esta
estrategia pueda ser acompañada en lo posible por un adulto.
f. Nombrar ayudante (Para repartir material): Si bien la estrategia habla por sí sola, lo que busca es
motivar al alumno que se encuentra estigmatizado por ser “el malo” en “ser una persona útil y que
puede hacer cosas buenas para otros”.
g. Realizar preguntas fáciles (Para estimular): Al igual como la anterior, tal estrategia busca que el alumno
sienta que es capaz de lograr una meta o aprender un conocimiento de modo de insertarse nuevamente
en el aprendizaje que pudiera estar desconectado por desmotivación ya en ese momento.

9. Supervisión y Control de las conductas disruptivas:


Entre los diferentes aspectos asociados al manejo conductual se ha visto en el presente documento, que el
docente debe tener conocimiento de los alumnos con mayores problemas conductuales, para de este modo
aplicar las diferentes estrategias asociadas al manejo de estas dificultades. Sin embargo, la aplicación de una o
varias estrategias no constituyen un aprendizaje significativo en la medida que la acción para revertir la conducta
se realiza por una única vez o se hace de manera intermitente/ocasional. De lo mismo, al igual como la
adquisición de cualquier conocimiento, la educación de una conducta involucra una sistematización y educación
supervisada de las acciones que el alumno debe y/o puede modificar.
Sumado a lo mismo, y de continuidad con la estrategia, se hace imperante que el docente supervise la
ejecución de la estrategia como las respuestas que el o los alumnos tienen de la adquisición de la conducta
esperada.

10. Refuerzos a los avances y/o aspectos positivos del alumno:

El que un alumno pueda mostrar avances en cualquier área de su vida es importante, no solamente porque
hay un indicador que muestra al adulto que el alumno está mejorando, sino además porque le demuestra al
propio estudiante de que él es el protagonista de capaz de lograr estos cambios. Sin embargo, en una sociedad
donde se “castiga lo malo y se ignora lo bueno” se hace necesario prestar atención no solamente a las conductas
negativas del alumno sino también a los logros y aspectos positivos que puedan darse en el o los alumnos con
problemas conductuales.

De ello, existe una serie de estrategias como por ejemplo elogiar los avances y/o aptitudes que pueda
presentar en el proceso de la clase, la semana, el mes y el semestre.

Otro aspecto que permite al alumno mantener su motivación así como interés por sus logros es sobre todo
en cursos más grandes, “otorgar décimas o puntos para evaluación”.

Finalmente y en base de los refuerzos, es importante la actitud de interés del docente, la cual puede ser
percibida por los seres humanos a temprana edad. Entiéndase que los niños ya desde los 2 años reconocen
emociones, por lo que una actitud de indiferencia o desinterés podría ser interpretada por el alumno como una
rivalidad o enemistad del docente hacia el alumno. Por el contrario, una actitud de interés podría tener una
lectura de alianza o alguien que cree en él.

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