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En 2011, publicó 'Los ángeles que llevamos dentro' un extenso ensayo de más de
mil páginas en su edición española en el que argumentaba a favor del progresivo
declive de la violencia y sus implicaciones. Aunque la ambición del libro (que lo
llevaba a lugares alejados de su especialidad) hizo que no fuera tan redondo como
sus trabajos anteriores, la fuerza de sus argumentos inició uno de los debates más
interesantes de lo que llevamos de siglo.
Aunque el debate con John Gray fue muy fructífero (y tiene ramificaciones que
llegan hasta 'Enlightenment Now'), fue el largo intercambio con Nassim Taleb (1 y 2)
el que llenó decenas de páginas y diseccionó el futuro de la paz mundial.
'Enlightenment Now' es, en cierta forma, una continuación de 'Los ángeles que
llevamos dentro'. El mismo Pinker reconocía en una entrevista con Bill Gates (quien,
por cierto, ha llegado a decir que "es su libro favorito de todos los tiempos") que «la
inspiración para escribir llegó [...] cuando la gente empezó a escribirme desde
disciplinas que solo conocía vagamente diciendo “realmente es mucho mejor de
lo que si quiera habías imaginado"».
Más de 70 razones para creer que en el progreso
Es posible que esté en lo cierto, pero no explica por qué deberíamos creerlo y
despacha el asunto con un ataque muy duro contra los “verdes” de los que llega a
decir que "capitalizan las intuiciones primitivas de esencialismo y contaminación de
un público científicamente analfabeto".
No obstante, y aunque podemos discutir muchos aspectos técnicos, creo que el
trabajo de Pinker aquí es sólido y, sobre todo en el largo plazo, sus datos "cuentan
una historia real", por usar la expresión de David Wootton. Si este fuera el objetivo
del libro, habría poco que reprocharle al profesor de Harvard. Pero no lo es:
'Enlightenment Now' quiere ser un alegato de cómo los valores ilustrados son el
motor detrás de ese progreso científico y social. Y precisamente ahí es donde Pinker
pierde fuerza.
'Enlightenment Now' falla precisamente donde “Los ángeles que llevábamos dentro”
tenía más problemas: en los mecanismos causales que expliquen por qué ocurre
todo esto. En 'Ángeles', había una serie de hipótesis auxiliares que (fueran más o
menos discutibles) permitían explicar la disminución de la violencia. En este caso,
parece que Pinker basa su argumentación en la coincidencia temporal entre la
Ilustración y el desarrollo (en asociar los paises más desarrollados directamente
con los valores ilustrados) para que esa relación parezca obvia. Y no, no tiene por
qué ser evidente. Como señala Peter Harrison, "¿Cómo podemos saber que este
desarrollo fue gracias a la Ilustración y no a pesar de ella?"
Como dicen algunos comentaristas: llama la atención que en un libro con una
apuesta tan fuerte por la cuantificación, lo único que no se cuantifica es,
precisamente, la Ilustración. Ante esto, lo que más llama la atención es que Pinker
opta por una "idea de Ilustración" (entre las muchas que hay en la historiografía y la
filosofía) sin tomarse la molestia en explicar por qué 'su ilustración' es la buena.
Eso complejo fenómeno llamado Ilustración
Hay muchos temas más sobre los que podríamos hablar (sus interesantes opiniones
sobre bioética, sus ideas juveniles sobre Nietzsche o su optimismo hacia el
progresivo secularismo). Sin embargo, creo que con esto abordamos los puntos
centrales de 'Enlightenment Now': un modelo de progreso demasiado sencillo y la
reivindicación de una Ilustración que poco tiene que ver con la de hace dos siglos.
El tema central es que 'Enlightenment Now' no es un ensayo, sino un manifiesto
político. Lo reconoce el propio Pinker. No será "ni de izquierdas ni de derechas";
será de "centro radical" si se quiere. Pero es profundamente político
contra románticos, nietzschenianos, heideggerianos, existencialistas, teóricos
críticos, posmodernistas, nacionalistas, verdes, teoconservadores, ateos
moderados y muchos otros. Ese cambio de registro es lo que hace que el texto no
este a la altura de las espectativas de trabajos anteriores.
No engaño a nadie si reconozco que tengo un gran respeto intelectual por Steven
Pinker. Durante años, libros como 'El instinto del lenguaje', 'La Tabla Rasa' o 'Los
ángeles que llevamos dentro' marcaron el debate académico internacional siempre
con argumentos sólidos (y científicos).
Es más, no sólo simpatizo profundamente con su tesis de que "las ideas importan",
sino que, a priori, estoy convencido de que los valores ilustrados han tenido un papel
fundamental en el progreso de los últimos dos siglos. Pero me temo que este no es
un libro sobre eso: es, esencialmente, un manifiesto político. Es un síntoma más
de que ese Pinker 'científico público' ya no existe. Paradójicamente, las guerras
culturales lo están convirtiendo en un opinólogo más.
William Davies decía en The Guardian que da la sensación de que "la política
universitaria estadounidense" ha acabado por conseguir que sea el Pinker "más
lúgubre y menos imaginativo" el que escriba el que debió de ser su gran libro sobre
el progreso. Es una oportundiad perdida.