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HIPERTENCION ARTERIAL

La presión arterial es una medición de la fuerza ejercida contra las paredes de las
arterias a medida que el
corazón bombea sangre
a su cuerpo.
Hipertensión es el
término que se utiliza
para describir la presión
arterial alta.

Si se deja sin
tratamiento, la presión
arterial puede llevar a
muchas afecciones médicas. Estas incluyen enfermedades del corazón, accidente
cerebrovascular, insuficiencia renal, problemas en los ojos y otros problemas de
salud.

Las lecturas de la presión arterial generalmente se dan como dos números. El


número superior se denomina presión arterial sistólica. El número inferior se llama
presión arterial diastólica. Por ejemplo, 120 sobre 80 (escrito como 120/80 mm
Hg).

Uno o ambos números pueden ser demasiado altos. (Nota: estas cantidades
aplican a personas que no están tomando medicamentos para la presión arterial y
para quienes no están enfermos).

Una presión arterial normal es cuando la presión arterial es menor a 120/80


mm Hg la mayoría de las veces.
Una presión arterial alta (hipertensión) es cuando uno o ambos números de
la presión arterial son mayores de 130/80 mm Hg la mayoría de las veces.
Si el valor del número superior de su presión arterial es entre 120 y 130 mm
Hg y el valor del número inferior es menor a 80 mm Hg, se denomina
presión arterial elevada.

Si tiene problemas cardíacos o renales, o si tuvo un accidente cerebrovascular, es


posible que el médico le recomiende que su presión arterial sea incluso más baja
que la de las personas que no padecen estas afecciones.

Causas de hipertensión arterial

La mayor parte de las veces no hay una causa concreta desencadenante de


hipertensión, por lo que se denomina hipertensión primaria o hipertensión
esencial. El 90-95% de los hipertensos serían de este grupo. A pesar de no haber
causa específica sí se sabe que hay condicionantes que aumentan la probabilidad
de desarrollar hipertensión arterial, como son la edad avanzada –ya que los vasos
sanguíneos se vuelven más rígidos a medida que envejecemos– y los
antecedentes familiares de HTA.

La presencia de otras enfermedades como diabetes, colesterol elevado y obesidad


también predisponen a padecer hipertensión arterial (se conoce como
hipertensión secundaria), así como si eres una persona que con frecuencia sufre
estrés o ansiedad.

Hay un porcentaje más pequeño de casos en los que la hipertensión arterial es


secundaria a alguna circunstancia concreta: consumo de alcohol (sobre todo en el
sexo masculino), tabaquismo, algunos fármacos (corticoides, antiinflamatorios,
anticonceptivos en mujeres, antimigrañosos), enfermedades renales, y otros
trastornos menos comunes.

Por supuesto, si la ingesta de sal en tu dieta diaria es muy elevada también se


tienen más papeletas para tener la presión arterial alta.

OTRAS CAUSAS

Muchos factores pueden afectar la presión arterial, incluso:

La cantidad de agua y de sal que usted tiene en el cuerpo


El estado de los riñones, el sistema nervioso o los vasos sanguíneos
Sus niveles hormonales

sobrepeso
estrés o ansiedad
Consumo de sal
Antecedentes familiares de hipertensión arterial
Diabetes
Fuma

RIESOGO Y COMPLICAIONES

La hipertensión arterial es el principal factor de riesgo de las enfermedades


cardiovasculares, que son todas aquellas que afectan a los vasos arteriales
(infarto de miocardio, ictus…). Particularmente es esencial la prevención y su
control para evitar el ictus (tanto infarto cerebral como hemorragia cerebral). Las
enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en nuestro
entorno. Por tanto es prioritario que la población conozca cuáles son los factores
de riesgo y las consecuencias de esta enfermedad de cara a tomar las medidas
necesarias para modificar los estilos de vida e intentar el cumplimiento del
tratamiento cuando el médico lo inicie.
No existe un riesgo cero, y no hay línea divisoria por debajo de la cual no haya
ningún riesgo, pero los valores en que consideramos la tensión normal son los que
menor riesgo tienen de complicaciones.

Complicaciones de la hipertensión

La hipertensión puede ser el primer signo, y el más fácil de medir, que


indique que muchos órganos en el cuerpo están siendo atacados y corren el
riesgo de sufrir lesiones. El reconocimiento precoz de lesiones, y el control y
tratamiento de la hipertensión arterial, pueden retrasar el avance de las
enfermedades cardiovasculares generadas por esta.

Los principales órganos a los que afecta la hipertensión arterial son el corazón, los
riñones, el cerebro y las arterias. En el corazón, la HTA es el principal factor de
riesgo para enfermedades como la angina de pecho o el infarto de miocardio.

La tensión alta no controlada a lo largo del tiempo puede conducir a una


insuficiencia renal, que puede requerir diálisis. En el caso de los riñones, éstos
pueden ser una complicación de la HTA, pero también el origen del problema
puesto que se consideran una de las causas de hipertensión secundaria.

Como se ha mencionado con anterioridad, el ictus y la hipertensión


arterial tienen una relación directa y potente. Así, la incidencia de ictus en algunas
zonas de Europa en los últimos años ha descendido en la medida en que se ha
conseguido un mayor control de la HTA.

Y en cuanto a las arterias, la hipertensión provoca el deterioro de éstas


provocando endurecimiento y estrecheces que pueden originar un déficit en el
riego de los distintos órganos.

Como es lógico, cuando ya existe una lesión orgánica en los tejidos (cerebro,
corazón, riñón y vasos sanguíneos) el pronóstico es peor. Se pueden desarrollar
enfermedades graves y que pueden provocar la muerte. En general, a más tiempo
de evolución y peor control de la presión arterial, más posibilidades de que exista
lesión en esos órganos.

DIAGNOSTICO DE LA HIPERTENCION ARTERIAL

El diagnóstico de la hipertensión arterial debe hacerse con la medición de la


presión arterial en la consulta o fuera de ésta. Consideraremos las cifras
expuestas con anterioridad para establecer el diagnóstico. Para evitar una
medición condicionada por estados emocionales alterados, ansiedad por la
presencia del médico (“hipertensión de bata blanca”), etcétera, se aconsejan dos
métodos:
1. La automonitorización de la presión arterial o AMPA: en la que uno
mismo con un aparato digital correctamente calibrado y validado se realiza
dichas mediciones en su domicilio.
2. La monitorización ambulatoria de la PA o MAPA: el dispositivo se coloca
en el brazo del individuo durante 24 h y va registrando, cada 20 minutos
durante el día y cada 40-60 minutos durante la noche, las distintas cifras de
PA registrándolas en un aparato acoplado a la cintura.

Para la población general, el Programa de Actividades Preventivas y Promoción


de la Salud (PAPPS) recomienda tomar la presión arterial al menos una vez hasta
los 14 años de edad y, si es normal, repetir la toma cada 4-5 años hasta los 40. A
partir de los 40 cada 1-2 años sin límite de edad. Si existiera algún otro
condicionante concreto se realizará con la periodicidad que sea procedente, según
criterio del médico.

La línea divisoria entre tensión normal y tensión alta es arbitraria, ya que no hay
valores que signifiquen riesgo cero, pero si las presiones arteriales se mantienen
en cifras superiores a 140/90 mm Hg en varias determinaciones (habitualmente
un mínimo de tres) se establece el diagnóstico de hipertensión.

Pruebas complementarias

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un estudio básico que


consiste en la realización de un electrocardiograma, una analítica de sangre para
medir valores de glucosa, colesterol, potasio y creatinina (función renal), un
análisis de orina donde determinar la presencia de glucosa y proteínas, y un
examen del fondo de ojo.

Para el diagnóstico de la hipertensión secundaria se requieren estudios más


sofisticados según la causa que se quiera demostrar.

En cuanto a la detección del riesgo personalizado del paciente hipertenso, se


puede realizar una medición del grosor de sus arterias carótidas, una
determinación del índice tobillo-brazo (para verificar el daño arterial establecido en
las ramas de la aorta) y un ecocardiograma que puede poner de manifiesto el
crecimiento y un funcionamiento alterado del corazón como consecuencia de un
mal control de la presión arterial.

Últimos métodos para diagnosticar la hipertensión

Se están probando varios métodos que pueden ser útiles para detectar la
hipertensión y el consecuente riesgo cardiovascular del paciente. Entre ellos, la
ecografía abdominal y cardíaca, la ecografía de carótida y las técnicas de
valoración de disfunción endotelial.
Otra técnica que se está comenzando a implantar en unidades especializadas es
la bioimpedancia transtorácica, que permite, además de saber si el paciente tiene
hipertensión arterial, cuál es la causa que la origina, lo que facilita la elección del
mejor tratamiento para el hipertenso.

TRATAMIENTO PARA LA HIPERTENCION

Los tres pilares sobre los que debe asentar tanto la prevención como el
tratamiento inicial de la hipertensión (HTA) son la dieta, el ejercicio y el abandono
del tabaco. Así:

 La dieta mediterránea se considera la opción más saludable para este fin.


En todos los hipertensos se recomienda una restricción moderada de sal,
especialmente en individuos ancianos y de raza negra, que responden
mejor a la disminución de sal. Por tanto, el consumo de sal no debe superar
los 3-4 g/día, considerando también los alimentos con “sal oculta”, no sólo
la que incorporamos en su elaboración. Igualmente, la reducción de peso
si este fuera excesivo también es un aspecto fundamental, si bien una
reducción de 5-10%, al menos como planteamiento inicial, puede ser un
objetivo mucho más asequible que intentar conseguir el peso ideal.
 El ejercicio moderado y ajustado a cada individuo debe ser la herramienta
para combatir el sedentarismo y la obesidad, con una media de 30 minutos
de actividad aeróbica diaria (andar a paso ligero, nadar, correr, montar en
bicicleta…).
 Finalmente, el tabaquismo debe abandonarse con firmeza si se quiere
prevenir la enfermedad cardiovascular en general, y la HTA en particular.

Tratamiento farmacológico de la hipertensión

En la actualidad existen muchas y muy diferentes opciones terapéuticas para


tratar la hipertensión. No olvidemos que la dieta, el ejercicio y el abandono del
tabaco son las primeras medidas a tomar, pero nunca deben abandonarse a pesar
de iniciar un tratamiento con fármacos.

l beneficio del tratamiento farmacológico es máximo en los pacientes de alto


riesgo, es decir, los que tienen cifras de presión arterial más altas, o los que
presentan otros factores de riesgo asociados, como tabaquismo, diabetes,
colesterol, obesidad.

El médico indicará el tratamiento que considere más apropiado a las


circunstancias concretas del paciente para el control de la presión arterial,
habitualmente con una sola pastilla. Este puede ser el tratamiento a largo plazo de
un hipertenso, aunque en aquellos en los que no se consiga el objetivo o en los
que aparezcan algunas de las complicaciones descritas, se añadirán otros
fármacos.

Asimismo, debe complementarse el tratamiento de la HTA con el de otras


circunstancias que acompañen al afectado, como la diabetes, la
hipercolesterolemia o las enfermedades cardiacas o renales que puedan ir
apareciendo.

El cumplimiento del tratamiento es de vital importancia, pues la reducción del


riesgo de sufrir complicaciones va estrechamente ligada a las cifras de presión
arterial. Y no debemos abandonar el tratamiento una vez conseguidas cifras
normales. En el caso de que se presenten efectos secundarios, estos suelen ser
leves, pero si hay dudas es imprescindible consultar con el médico antes de
modificar o suspender el tratamiento.

Tratamiento de la HTA secundaria

Cuando se detecte la estenosis o estrechez de una arteria renal como causa de


hipertensión arterial, la colocación de un stent puede ser la solución definitiva de
ese paciente. De igual forma, si existiera un tumor en las glándulas suprarrenales
como causa de HTA, la intervención quirúrgica para su extirpación conseguiría el
control de la enfermedad incluso sin necesidad de medicación.

PREVENSION DE LA HIPERTENCION

La mayor parte de las personas con hipertensión, al menos en las fases iniciales,
no suelen tener síntomas, o estos son muy leves. Por eso se la conoce como “el
asesino silencioso”.

La prevalencia global en España es del 34%, y en mayores de 65 años llega al


68%. Por lo que es importante conocer la enfermedad y saber qué se puede hacer
para intentar un mejor control. Es fundamental saber que un paciente hipertenso
puede tener la presión arterial controlada, pero nunca deja de ser hipertenso, y si
descuida las medidas de control o incumple el tratamiento, el riesgo de
complicaciones aumenta mucho.

Es importante mantener desde jóvenes unos estilos de vida saludables: dieta


mediterránea rica en frutas y verduras, predominio del pescado sobre la carne, y
baja en sal y grasas; mantener un peso adecuado y evitar el sedentarismo, siendo
recomendable realizar una actividad física acorde a las características, edad y
capacidad del individuo. En aquellos pacientes fumadores es prioritario dejar de
fumar.
EJERCICO DE LA HIPERTENCION

Practicar ejercicio moderado y adaptado a las posibilidades de cada individuo es


una excelente forma de mejorar el control de la presión arterial, además de ayudar
con otros factores de riesgo: mejorar la diabetes y el colesterol, y mantener o
conseguir un peso adecuado.

En este caso el ejercicio se considera eficaz cuando se realiza al menos durante


30 minutos, todos o casi todos los días de la semana, con intensidad moderada. A
menos que el médico lo considere oportuno es mejor evitar realizar ejercicio
extenuante. Los ejercicios más

Alimentación para prevenir la hipertensión

Se recomienda la dieta mediterránea, que se caracteriza por la abundancia de


productos frescos de origen vegetal (frutas, verduras, cereales, patatas, frutos
secos...), la escasez de productos ricos en azúcares refinados y carnes rojas, la
presencia del aceite de oliva como la principal fuente de grasa, y la ingesta de
queso, yogurt, pollo y pescado en cantidades moderadas, lo cual se considera una
alimentación ideal para la prevención de las enfermedades cardiovasculares.

La ingesta calórica debe ser adecuada para mantener el peso ideal, y en la


hipertensión es muy importante limitar la ingesta de sal. En relación con el
consumo de alcohol, en ningún caso el médico promoverá el consumo de bebidas
alcohólicas como un instrumento para la prevención cardiovascular.
CARDIOPATIA CORONARIA
Se denomina Cardiopatía Coronaria a las alteraciones cardíacas secundarias a
trastornos de la circulación coronaria. Tiene numerosas etiologías, siendo la más
frecuente la ateroesclerosis coronaria y sus manifestaciones clínicas principales
son la angina, el infarto del miocardio y la muerte súbita.

La enfermedad coronaria se ha constituido, durante el presente siglo, en la


principal causa de muerte en la mayoría de los países más desarrollados del
mundo. En los EE UU, la mortalidad por Infarto del Miocardio alcanzó la cifra
récord de 190/100.000 hab. en 1968, es decir unas 475.000 personas fallecieron
ese año por dicha causa. En nuestro país, si bien la magnitud del problema es
muy inferior, la mortalidad por enfermedades cardiovasculares ha pasado de un
18,4% de todas las muertes en 1955 a un 27,4% en 1985.

De lo anterior se comprende porqué se han dedicado tantos esfuerzos a


comprenderla, prevenirla, diagnosticarla y tratarla en forma cada vez más eficaz.

LA ENFERMEDAD CORONARIA

Si bien existen numerosas patologías coronarias capaces de producir trastornos


de la circulación coronaria, la más frecuente es la ateroesclerosis. Sin embargo,
también otras causas pueden afectar la circulación coronaria, tales como
embolias, arteritis, disección, estenosis ostiales, etc.

La lesión ateroesclerótica característica es la placa de ateroma. Los fenómenos


que dan inicio a la placa no están completamente establecidos, pero se relacionan
con la penetración y acumulación subendotelial de Colesterol, lo que estaría
facilitado por daño de la íntima arterial, producido por factores como la
hipertensión arterial, la diabetes, el tabaquismo, el estrés, etc.

Adicionalmente se observan los siguientes fenómenos:

– Acumulación sub-intimal de macrófagos;


– Infiltración y diferenciación de células musculares lisas, responsables de un
aumento en el tejido conectivo;
– Daño endotelial y formación de trombos plaquetarios;

Todo lo anterior produce una placa ateroesclerótica, que disminuye las


propiedades antitrombogénicas y vasodilatadoras del endotelio y que produce
estenosis luminales, con disminución de la reserva coronaria. Las placas
ateroesclerótica pueden progresar en forma lenta o brusca:

– Algunas placas poseen un alto contenido de elementos fibrosos e incluso


calcificación. Son placas “estables” cuya traducción clínica habitual es un cuadro
lentamente progresivo.

Otras placas poseen un alto contenido graso y de macrófagos, y su evolución se


caracteriza por mayor incidencia de accidentes agudos, como consecuencia de
ruptura, hemorragias y trombosis sobre la placa (“accidente de placa”). Su
traducción clínica más característica es el infarto del miocardio y la angina
inestable.

Durante el desarrollo de la placa, intervienen factores mecánicos, neurohumorales,


metabólicos, etc. que se encuentran en plena investigación, lo que en el futuro nos
permitirá conocer mejor las formas de prevenir y tratar la enfermedad.

EL FENÓMENO

isiopatológico fundamental de la ateroesclerosis coronaria es la estenosis luminal,


que afecta predominantemente a las arterias epicárdicas. Las estenosis inferiores
al 50% del lumen no producen disminución de la reserva coronaria, es decir, no
limitan significativamente los aumentos del flujo coronario que acompañan a los
aumentos de la demanda. A medida que aumenta el grado de estenosis, se
observa una progresiva disminución de la reserva coronaria, apareciendo
evidencias de insuficiencia del riego coronario cuando aumenta la demanda. Las
estenosis mayores del 90% pueden producir insuficiencia coronaria incluso en
condiciones basales.Durante el desarrollo de la placa, intervienen factores
mecánicos, neurohumorales, metabólicos, etc. que se encuentran en plena
investigación, lo que en el futuro nos permitirá conocer mejor las formas de
prevenir y tratar la enfermedad.
Cuando existe una estenosis “crítica” (mayor del 70%) en una arteria epicárdica,
los vasos intramiocárdicos o de resistencia están al máximo de su dilatación, por
lo que el flujo dependerá de la presión de perfusión y del grado de estenosis.

Además del grado de estenosis “anatómica”, la vasoconstricción de las arterias


coronarias epicárdicas puede ser muy importante en limitar el flujo coronario. Este
fenómeno puede explicar la aparición de isquemia miocárdica sin aumentos del
consumo de O2 miocárdico y en casos extremos, puede desencadenar la llamada
angina de Prinzmetal o vasoespástica, la que puede presentarse incluso en
ausencia de estenosis anatómica.

Otro factor que debe considerarse en el grado de isquemia determinada por una
estenosis, es la circulación colateral, que ocasionalmente puede suplir un
porcentaje importante de la circulación del territorio afectado.

La irrigación miocárdica inapropiada produce una “isquemia”, que tiene los


siguientes efectos:

– Metabólicos: Se produce aumento del contenido de lactatos y disminución del


pH, del ATP y de los Creatinfosfatos.
– Mecánicos: Hay disminución de la contractilidad y de la distensibilidad en la
zona isquémica. Puede haber falla ventricular aguda, disfunción de músculo
papilar, etc.
– Eléctricos: Se producen cambios en los potenciales de reposo y de acción, lo
que se traduce en inestabilidad eléctrica y arritmias. La isquemia suele tener
traducción electrocardiográfica, pudiendo aparecer ondas T negativas; desnivel
negativo de ST (isquemia subendocárdica) o desnivel positivo de ST (isquemia
trasmural).

Factores de Riesgo Coronario

En los últimos 30 años se han realizado numerosos estudios epidemiológicos que


han logrado identificar una serie de factores que se asocian a una mayor
incidencia de la enfermedad. La identificación de estos factores ha permitido
conocer mejor su origen y fisiopatología y ha servido de base para realizar
campañas de prevención, consiguiéndose disminuir la incidencia de la enfermedad
coronaria en donde se han efectuado.

Los factores de riesgo más importantes son:

Hipertensión arterial
– Hipercolesterolemia
– Tabaquismo
– Diabetes
– Antecedentes Familiares de Cardiopatía Coronaria
Adicionalmente, ciertos rasgos de personalidad (tipo A), el sedentarismo y la
obesidad, son también factores de riesgo, aunque de menor importancia relativa,
ya que normalmente están asociados con algunos de los mencionados más arriba.

Cuadro Clínico

La enfermedad coronaria se presenta con una enorme variedad de cuadros


clínicos, que van desde la muerte súbita hasta la insuficiencia cardíaca post infarto
del miocardio, las que pueden dividirse, en general, en estables (v.gr. angina
crónica) e inestables (angina inestable, infarto del miocardio, infarto no
completado o no Q), clasificación que tiene implicaciones anatómicas,
fisiopatólogicas, pronósticas y terapéuticas.

Período asintomático

Normalmente la enfermedad coronaria evoluciona asintomática durante períodos


prolongados de tiempo, con un porcentaje elevado de pacientes cuya primera y
única manifestación de la enfermedad es la muerte súbita. Tampoco es raro el
hallazgo de pacientes que han tenido un infarto miocárdico que ha evolucionado
en forma asintomática.

Angina de Pecho

La angina de pecho es la manifestación más típica de la Enfermedad Coronaria.


De acuerdo a sus características clínicas, se puede distinguir la Angina Estable y
la Angina Inestable, entidades clínicas con diferente evolución y pronóstico. Por
otra parte, existe abundante evidencia de que un paciente con enfermedad
coronaria puede presentar episodios de isquemia asintomática o silenciosa.

Forma “miocardiopática”

En un número bajo de pacientes, la enfermedad coronaria se presenta como una


insuficiencia cardíaca por compromiso de la contractilidad de origen isquémico.

A) Síndrome coronario crónico o Angina Estable

Corresponde a un dolor o malestar, que habitualmente es retroesternal, de


carácter opresivo, que en un alto porcentaje de casos puede irradiarse – o
localizarse – en la región interescapular, cuello, mandíbula, hombros y brazos. Su
característica más importante es su relación con algún factor desencadenante
(esfuerzo, frío, emociones), siendo en general de corta duración (1 a 5 min.). El
paciente habitualmente autolimita su actividad para evitar la aparición del dolor
(“vitrinear”) ya que se previene y alivia con el reposo. Es variable a lo largo del día,
siendo más frecuente al iniciarse las actividades. Ocasionalmente puede ser
nocturno, lo que puede explicarse por alguno de los siguientes mecanismos:
insuficiencia cardíaca, aumento circadiano de la frecuencia cardíaca y la presión
arterial y las “pesadillas”.

Normalmente tiene una aparición insidiosa y evoluciona lentamente en el tiempo.

La angina estable se debe a una isquemia miocárdica transitoria. Aparece


habitualmente en hombres entre los 50 y 60 años (70-80%) y su sustrato
anatómico es, en la mayoría de los casos, la estenosis crítica de 2 o 3 vasos
coronarios.

En su historia natural puede observarse su agravación transitoria como


consecuencia de la aparición de factores agravantes, como por ejemplo,
hipertensión arterial, arritmias, anemia, etc.

Diagnóstico de la Angina estable

El diagnóstico de la angina de pecho se basa en la anamnesis. El examen físico


es de poca utilidad diagnóstica y los exámenes de Laboratorio sirven
principalmente para confirmarlo y para establecer mejor su pronóstico y
tratamiento.

Examen físico. En la mayoría de los pacientes, el examen físico es normal, salvo


la presencia habitual de un 4º ruido. Debe buscarse la presencia de factores
agravantes o de riesgo (HTA, anemia, xantelasmas, hiper e hipotiroidismo, etc.),
otras causas de angina (estenosis aórtica, miocardiopatía hipertrófica, hipertensión
pulmonar, etc.) y signos de enfermedad vascular de otros territorios. También es
importante descartar la presencia de disfunción ventricular izquierda e insuficiencia
cardíaca.

Laboratorio Clínico General: no hay exámenes específicos, pero debe estudiarse


los factores agravantes y de riesgo: Anemia, Dislipidemias, Diabetes, Insuficiencia
renal, etc.

Radiografía de tórax: Sin valor específico, sirve para apreciar el tamaño del
corazón y de la aorta torácica y para evaluar elementos de insuficiencia cardíaca,
etc.

Electrocardiograma de reposo: En la gran mayoría de los pacientes con angina


estable es normal o con mínimas alteraciones.

Figura: registro de derivación pre-cordial en reposo (A) y esfuerzo (B), con


aparición de infradesnivel de ST.

Test de Esfuerzo: Es el procedimiento de uso más extendido en la evaluación de


los pacientes con angina crónica. Permite evaluar la capacidad física del paciente,
reproducir las condiciones en que aparecen los síntomas y observar la respuesta
del sistema cardiovascular al esfuerzo. Los elementos diagnósticos de
Insuficiencia Coronaria son la aparición de angina o de un desnivel negativo de
ST. Menos específico es la aparición de arritmias ventriculares. La hipotensión de
esfuerzo generalmente traduce una falla ventricular izquierda de origen isquémico.

La especificidad y sensibilidad del Test de Esfuerzo varían según los criterios de


positividad que se utilicen: entre más estrictos, la prueba será más específica pero
menos sensible y viceversa.

Otro examen diagnóstico de uso frecuente, es la Cintigrafía Miocárdica de reposo


y esfuerzo, en donde puede ponerse de manifiesto la existencia de áreas
hipoperfundias durante el ejercicio, que se normalizan en reposo.

La Coronariografía es un examen insustituible en el diagnóstico de la Enfermedad


Coronaria, ofreciendo información completa sobre la anatomía coronaria,
información que no puede ser obtenida por ningún otro método diagnóstico de la
actualidad. Tiene limitaciones en cuanto no da información directa sobre el
significado funcional de las lesiones coronarias ni de la viabilidad de las zonas con
disfunción miocárdica.

Pronóstico de la Angina estable

En los casos de Angina Estable, el pronóstico varía según la gravedad de las


alteraciones del test de esfuerzo, el número de vasos comprometidos en la
coronariografía y el grado de compromiso de la función ventricular izquierda,
pudiendo variar entre el 2% y el 30% de morbimortalidad anual, en los grupos
extremos.

Las complicaciones más frecuentes e importantes de la Angina de Pecho son la


muerte súbita, el Infarto del Miocardio y la Insuficiencia Cardíaca.

Tratamiento de la Angina estable

En primer lugar es necesario definir si se trata de un cuadro clínico estable o


inestable, ya que los pacientes inestables deben ser tratados en el hospital; en
segundo lugar debe evaluarse el grado de compromiso funcional y los indicadores
de riesgo clínico: edad y actividad del paciente, antecedente de infarto del
miocardio, progresión de los síntomas, alteraciones del ECG y del Test de
Esfuerzo, respuesta a tratamientos previos, factores agravantes y eventualmente,
los hallazgos de la Coronariografía.

El objetivo principal del tratamiento de la Angina de pecho es disminuir la isquemia


miocárdica, aumentando el flujo coronario y disminuyendo el consumo de O2
miocárdico. Otros objetivos son disminuir el riesgo de infarto, la supresión de las
arritmias y detener la progresión de la enfermedad mediante el control de la
hipertensión arterial y de los otros factores de riesgo.
En los pacientes con poco compromiso funcional y sin indicadores de gravedad,
en general el tratamiento de elección es el medicamentoso. En los otros casos
deberá plantearse la revascularización miocárdica, que puede lograrse mediante
la angioplastía coronaria o la cirugía de puentes aorto-coronarios.

Terapia medicamentosa

Nitritos: son vasodilatadores coronarios y venosos. Disminuyen el consumo de O2


miocárdico (bajan ligeramente la P.A. y disminuyen el retorno venoso y el volumen
del V.I.) y aumentan el flujo coronario, disminuyendo la vasoconstricción coronaria.

Ca++ antagonistas: tienen un efecto vasodilatador coronario y arteriola,


disminuyen la contractilidad cardíaca y algunos de ellos, también la frecuencia
cardíaca.

Los B-bloqueadores, fundamentalmente disminuyen el consumo de O2 miocárdico


por disminución de la frecuencia cardíaca y la contractilidad.

Acido acetilsalicílico (Aspirina): antiagregante plaquetario y fibrinolítico, disminuye


el riesgo de accidente de placa en los pacientes anginosos.

Adicionalmente es fundamental identificar y tratar los factores de riesgo coronario:


Hipertensión arterial, Diabetes, Hiperlipidemias, Tabaquismo, Obesidad,
Sedentarismo, etc. Este último grupo de factores está muy asociado con estilos de
vida inapropiados, por lo que el médico debe actuar motivando positivamente la
adopción de hábitos de vida más sanos, proceso que es tan difícil de lograr como
importante de conseguir.

B) Síndromes coronarios agudos

En este grupo se reúnen los cuadros clínicos “inestables”, que se caracterizan por
tener un mayor riesgo vital y de compromiso isquémico miocárdico. El sustrato
anatómico habitual es la enfermedad coronaria, complicada por un accidente de
placa o agravada por factores vaso espásticos.

Angina Inestable

Se entiende por “angina inestable” a una serie de situaciones que se ubican


clínicamente entre la angina crónica y el infarto del miocardio. Habitualmente se
trata de un dolor o malestar, que a diferencia de la angina estable, se presenta sin
estricta relación con los esfuerzos o frente a esfuerzos mínimos, es en general
más prolongado y no desaparece con el reposo. Frecuentemente es de inicio
reciente y de evolución rápidamente progresiva. Puede complicar la evolución de
un paciente con una angina crónica estable.
También se clasifican como “angina inestable” al dolor anginoso post-infarto o a
los llamados “infarto no Q” (ver más adelante)

El diagnóstico de angina inestable se basa fundamentalmente en el cuadro clínico


y en la aparición de alteraciones isquémicas al ECG, con onda T negativa o con
infra desnivel del segmento ST. El diagnóstico diferencial se plantea con el infarto
del miocardio, del que se diferencia principalmente por que no hay evidencias de
necrosis significativa.

La angina inestable es una situación clínica grave, considerando que cerca del 25-
40% de los pacientes presentan finalmente un IAM y su mortalidad a corto plazo
es de un 10-15%.

Teniendo en cuenta su etiopatogenia, evolución natural y pronóstico, los pacientes


con angina inestable deben ser tratados en el hospital. El tratamiento inicial
consiste en el uso de Aspirina, Trinitrina e.v. y de Heparina e.v., pudiendo
utilizarse también bloqueadores del calcio y betabloqueadores. Para definir el
manejo a más largo plazo, es recomendable realizar una Coronariografia, con la
cual se podrá definir la necesidad de revascularización (mediante angioplastía o
cirugía) o de tratamiento medicamentoso.

Una situación especial lo constituye la angina vasoespástica o de Prinzmetal,


caracterizada por episodios de dolor de reposo, que presenta supradesnivel
transitorio de ST y frecuentes arritmias ventriculares durante las crisis. La mayoría
de los pacientes con este tipo de angina no tienen lesiones coronarias críticas y su
tratamiento es con bloqueadores del calcio o nitritos.
ENFERMEDADES CEREBROVASCULARES

Las enfermedades cerebrovasculares se refieren a un grupo de condiciones que


afectan el suplemento de sangre al cerebro, causando un flujo limitado a las
áreas afectadas. Este grupo forma parte de las por lo que es importante saber
sus síntomas y causas para prevenirlas o identificarlas adecuadamente.

Existen diferentes formas en que las enfermedades cerebrovasculares pueden


desarrollarse, pero una de
las más comunes es la
ateroesclerosis. La
aterosclerosis es cuando
los altos niveles de
colesterol, unidos con la
inflamación de las arterias
del cerebro, causan que
se forme una placa en los
vasos.

Esta placa puede limitar u


obstruir completamente el
flujo sanguíneo al cerebro,
causando un derrame y
puede generar problemas
cognitivos y demencia
con el paso del tiempo.

Tipos más comunes de enfermedades cerebrovasculares

1. Trombosis cerebral: un coágulo que se forma en el flujo sanguíneo del


cerebro.
2. Embolia cerebral: el flujo sanguíneo es bloqueado por un coágulo o una
burbuja de aire que ha viajado desde otra zona del cuerpo.
3. Hemorragia cerebral: fuga de sangre generada por la ruptura de un vaso
sanguíneo.
4. Aneurismas: inflamación en la pared de una arteria que, al romperse,
causa el sangrado en el cerebro.

Síntomas de las enfermedades cerebrovasculares

Los síntomas de estos padecimientos varían de acuerdo a muchos factores, como


la localización de la hemorragia, trombo o embolia, y la extensión del tejido
cerebral afectado.

Algunos síntomas generales suelen incluir problemas motrices, como parálisis o


debilidad en un lado del cuerpo. En algunos casos, como en los ataques
cerebrovasculares, el paciente puede experimentar debilidad seguida por el
incremento de tono muscular y espasticidad. Igualmente, pueden perder su
habilidad para toser y el reflejo nauseoso.

También se pueden presentar déficits comunicativos, como:

Disfagia: dificultad o incomodidad para tragar.


Afasia: dificultad para traducir pensamientos en palabras.
Disartria: dificultad para articular claramente las palabras.
Apraxia: dificultad para planear o realizar tareas.
Otros síntomas pueden ser:
Déficits espaciales y perceptuales
Imposibilidad de reconocer un objeto
Vómitos
Convulsiones
Fiebre
Confusión que conlleva a la pérdida de consciencia
Respiración irregular
Incontinencia urinaria
ENFERMEDAD VASCULAR PERIFERICA

La enfermedad arterial periférica es un problema circulatorio frecuente en el que


las arterias estrechadas reducen el flujo sanguíneo a las extremidades.

Cuando padeces enfermedad arterial periférica, las extremidades, generalmente


las piernas, no reciben un flujo sanguíneo suficiente para satisfacer la demanda.
Esto

provoca síntomas, especialmente dolor en la pierna al caminar (claudicación).

También es probable que la enfermedad arterial periférica sea un signo de una


acumulación generalizada de depósitos de grasa en las arterias (ateroesclerosis).
Esta afección puede reducir el flujo sanguíneo al corazón y al cerebro, así como a
las piernas.

A menudo, puede tratarse la enfermedad arterial periférica con éxito si se deja el


tabaco, con ejercicio y con una dieta saludable.

Síntomas

Si bien muchas personas con enfermedad arterial periférica tienen síntomas leves
o ningún síntoma, algunas personas tienen dolor en las piernas cuando caminan
(claudicación).

Los síntomas de la claudicación comprenden dolor muscular o calambres en las


piernas o los brazos que se desencadenan con la actividad, como caminar, pero
desaparecen después de algunos minutos de descanso. La ubicación del dolor
depende del lugar de la arteria obstruida o estrechada. El dolor en la pantorrilla es
el lugar más frecuente.
La gravedad de la claudicación varía en gran medida, desde un malestar leve
hasta un dolor debilitante. La claudicación grave puede dificultar el hecho de
caminar o realizar otros tipos de actividad física.

CAUSAS

La enfermedad arterial periférica a menudo se produce por la ateroesclerosis. En


la ateroesclerosis, los depósitos grasos (placas) se acumulan en las paredes de
las arterias y reducen el flujo sanguíneo.

Si bien, por lo general, el corazón es el foco del debate de la ateroesclerosis, esta


enfermedad puede y suele afectar las arterias de todo el cuerpo. Cuando se
produce en las arterias que suministran sangre a las extremidades, causa la
enfermedad arterial periférica.

Con menos frecuencia, la causa de la enfermedad arterial periférica puede ser la


inflamación de los vasos sanguíneos, lesiones en las extremidades, la anatomía
inusual de los ligamentos o los músculos o la exposición a la radiación.

Factores de riesgo

Los factores que aumentan el riesgo de padecer la enfermedad arterial periférica


comprenden:

Tabaquismo
Diabetes
Obesidad (un índice de masa corporal mayor de 30)
Presión arterial alta
Nivel de colesterol alto
Edad avanzada, en especial después de los 50 años de edad
Antecedentes familiares de enfermedad arterial periférica, enfermedad
cardíaca o accidente cerebrovascular
Niveles altos de homocisteína, un componente de la proteína que ayuda a
crear y mantener el tejido

Las personas que fuman o tienen diabetes tienen el mayor riesgo de padecer la
enfermedad arterial periférica, debido a una disminución del flujo sanguíneo.
Complicaciones

Si la enfermedad arterial periférica es causada por una acumulación de plaquetas


en los vasos sanguíneos (ateroesclerosis), también tienes riesgo de desarrollar:

 Isquemia crítica de extremidades. Esta enfermedad comienza con llagas


abiertas que no sanan, una lesión o una infección en los pies o las piernas.
La isquemia crítica de extremidades se produce cuando dichas lesiones o
infecciones evolucionan y pueden causar la muerte del tejido (gangrena), lo
que a veces requiere la amputación de la extremidad afectada.
 Accidente cerebrovascular y ataque cardíaco. La ateroesclerosis que
causa los signos y síntomas de la enfermedad arterial periférica no se limita
a las piernas. Los depósitos de grasa también se acumulan en las arterias
que alimentan el corazón y el cerebro.

Prevención

La mejor forma de prevenir la claudicación es mantener un estilo de vida


saludable. Eso significa lo siguiente:

Deja de fumar si eres fumador.


Si tienes diabetes, mantén bien controlado el nivel de azúcar en sangre.
Haz ejercicio regularmente. Intenta hacerlo durante 30 minutos varias veces
por semana después de haber recibido la aprobación del médico.
Reduce los niveles de colesterol y de presión arterial si es necesario.
Come alimentos bajos en grasas saturadas.
Mantén un peso saludable.

Diagnóstico

Algunas de las pruebas que tu médico puede considerar para diagnosticar la


enfermedad arterial periférica son:

 Exploración física. Tu médico puede encontrar signos de enfermedad


arterial periférica durante una exploración física, como un pulso débil o
ausente por debajo de un área estrecha de la arteria, silbidos (soplos) en
las arterias que pueden escucharse con un estetoscopio, evidencia de mala
curación de una herida en el área con flujo sanguíneo restringido y una
menor presión arterial en la extremidad afectada.
 Índice tobillo-brazo (ABI). Este es un estudio frecuente que se utiliza para
diagnosticar la enfermedad arterial periférica. Compara la presión arterial en
el tobillo con la presión arterial en el brazo.

Para obtener una lectura de la presión arterial, el médico utiliza un brazalete


para tomar la presión arterial y un dispositivo de ultrasonido especial para
evaluar la presión arterial y el flujo.
Es posible que debas caminar en una cinta y que se tomen lecturas antes e
inmediatamente después del ejercicio para capturar la gravedad de las
arterias estrechadas durante la caminata.

 Ecografía. Técnicas especiales de imágenes ecográficas, como la


ecografía Doppler, pueden ayudar a tu médico a evaluar el flujo sanguíneo
por los vasos sanguíneos e identificar las arterias bloqueadas o
estrechadas.
 Angiografía. Mediante la inyección de un tinte (material de contraste) en
los vasos sanguíneos, esta prueba le permite al médico ver el flujo
sanguíneo de las arterias mientras se produce. El médico puede rastrear el
flujo del material de contraste con técnicas de diagnóstico por imágenes,
como radiografías o procedimientos denominados «angiografía por
resonancia magnética» o «angiografía por tomografía computarizada».

La angiografía por catéter es un procedimiento más invasivo que implica


guiar un catéter a través de una arteria de la ingle hasta la zona afectada e
inyectar el tinte de esa manera. Si bien es invasiva, este tipo de angiografía
permite el diagnóstico y el tratamiento simultáneos al encontrar la zona
estrechada de un vaso sanguíneo y después al ensancharlo con un
procedimiento de dilatación o con la administración de un medicamento
para mejorar el flujo sanguíneo.

 Análisis de sangre. Puede utilizarse una muestra de sangre para medir el


colesterol y los triglicéridos, así como para controlar la diabetes.

Tratamiento

El tratamiento para la enfermedad arterial periférica tiene dos objetivos principales:

 Controlar los síntomas, como el dolor de la pierna, para poder reanudar las
actividades físicas.
 Detener la evolución de la ateroesclerosis en todo el cuerpo para reducir el
riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.

Es posible que puedas lograr estos objetivos con cambios en el estilo de vida.
Dejar de fumar es la única forma más importante que puedes hacer para reducir el
riesgo de padecer complicaciones.

Si los cambios en el estilo de vida no son suficientes, necesitarás tratamiento


médico adicional. El médico puede recetar medicamentos para prevenir los
coágulos sanguíneos, disminuir la presión arterial y el colesterol y controlar el
dolor y otros síntomas.
Medicamentos

 Medicamentos para bajar el colesterol. Puedes tomar un medicamento


que reduce el colesterol llamado «estatina» para reducir el riesgo de ataque
cardíaco y accidente cerebrovascular.

El objetivo para las personas que tienen enfermedad arterial periférica es


reducir el colesterol de lipoproteína de baja densidad, el colesterol «malo»,
a menos de 100 miligramos por decilitro (mg/dl), o 2,6 milimoles por litro
(mmol/l). El objetivo es incluso menor si tienes importantes factores de
riesgo adicionales de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular, en
especial diabetes o tabaquismo continuo.

 Medicamentos para la presión arterial alta. Si también tienes presión


arterial alta, el médico puede recetar medicamentos para bajarla.

El objetivo de este tratamiento es reducir la presión arterial sistólica (el


número superior de los dos números) a 140 milímetros de mercurio
(mm Hg) o disminuir la presión arterial diastólica (el número inferior) a
90 mm Hg o menos. Si tienes diabetes, el objetivo de presión arterial es de
menos de 130/80 mm Hg.

 Medicamento para controlar el azúcar en sangre. Si también tienes


diabetes, se vuelve incluso más importante controlar los niveles de azúcar
en sangre (glucosa). Habla con el médico sobre cuáles son tus objetivos
con relación al nivel de azúcar en sangre y qué medidas es necesario tomar
para lograr estos objetivos.
 Medicamentos para prevenir los coágulos sanguíneos. Debido a que la
enfermedad de las arterias periféricas se relaciona con un menor flujo
sanguíneo a las extremidades, es importante mejorar dicho flujo.

El médico puede recetarte un tratamiento diario con aspirina u otro


medicamento, como clopidogrel (Plavix).

 Medicamentos para aliviar los síntomas. El medicamento cilostazol


(Pletal) aumenta el flujo sanguíneo a las extremidades tanto al mantener la
sangre anticoagulada y ensanchar los vasos sanguíneos. Ayuda
específicamente a tratar los síntomas de la claudicación, como dolor en las
piernas, para las personas que tienen enfermedad arterial periférica. Los
efectos secundarios frecuentes de este medicamento comprenden dolor de
cabeza y diarrea.

Una alternativa para el cilostazol es pentoxifilina (Trental); sin embargo, por


lo general, es menos eficaz. Pero los efectos secundarios son poco
frecuentes con este medicamento.
Injertos de bypass

En algunos casos, podría ser necesario realizar una angioplastia o cirugía para
tratar la enfermedad arterial periférica que producen claudicación:

 Angioplastia. En este procedimiento, se desliza una pequeña sonda hueca


(catéter) a través del vaso sanguíneo hasta la arteria afectada. Allí, se infla
un pequeño balón en la punta del catéter para reabrir la arteria y aplanar el
bloqueo sobre la pared de la arteria, al mismo tiempo que esta se dilata y
abre para aumentar el flujo sanguíneo.

Tu médico también podría insertar en la arteria un tubo de malla llamado


«stent» para ayudar a mantenerla abierta. Este es el mismo procedimiento
que usan los médicos para abrir las arterias del corazón.

 Cirugía de bypass. Tu médico podría crear un bypass con injerto utilizando


un vaso sanguíneo de otra parte del cuerpo, o un vaso hecho con tejido
sintético. Esta técnica permite que la sangre fluya alrededor de la arteria
bloqueada o estrechada (puenteo).
 Terapia trombo lítica. Si un coágulo sanguíneo te está bloqueando una
arteria, tu médico puede inyectar un medicamento para disolver el coágulo
dentro de la arteria hasta el punto en que se desintegre.

Programa de ejercicios

Además de los medicamentos o de la cirugía, tu médico puede indicarte un


programa de entrenamiento con ejercicios supervisados para aumentar la
distancia que puedes caminar sin dolor. El ejercicio en forma regular mejora los
síntomas de la enfermedad arterial periférica con una serie de métodos, entre ellos
ayudar al organismo a utilizar oxígeno de forma más eficiente.

Estudios clínicos

Evaluación de tratamientos, intervenciones y análisis nuevos como medio para


prevenir, detectar, tratar o controlar esta enfermedad.

Estilo de vida

Muchas personas pueden controlar los síntomas de la enfermedad arterial


periférica y detener el progreso de la enfermedad a través de cambios en el estilo
de vida, especialmente si dejan de fumar. Para estabilizar o aliviar la enfermedad
de las arterias coronarias:
 Deja de fumar. El tabaquismo contribuye al estrechamiento y daño de las
arterias, y es un factor de riesgo importante en la aparición y
empeoramiento de la enfermedad de las arterias coronarias. Dejar de fumar
es lo más importante que puedes hacer para reducir el riesgo de padecer
complicaciones.

Si te está costando dejar de fumar por ti mismo, consulta a tu médico qué


opciones existen para dejar de fumar, incluso algún medicamento que
pueda ayudar.

 Haz ejercicio. Este es un elemento clave. El éxito del tratamiento de la


enfermedad de las arterias coronarias generalmente se mide según la
distancia que puedes caminar sin sentir dolor. Los ejercicios adecuados
ayudan a acondicionar los músculos para utilizar el oxígeno con mayor
eficiencia.

El médico puede ayudarte a preparar un plan de ejercicios adecuado y


puede derivarte a un programa de rehabilitación de ejercicios para la
claudicación.

 Sigue una dieta saludable. Una dieta saludable para el corazón, con bajo
contenido de grasas saturadas, puede ayudarte a controlar la presión
arterial y los niveles de colesterol, los cuales contribuyen a causar
ateroesclerosis.
 Evita ciertos medicamentos para el resfrío. Los remedios para el resfrío
de venta libre que contienen pseudoefedrina (Advil Cold & Sinus, Aleve-D
Sinus & Headache, Claritin-D, Sudafed, Tylenol Cold, Zyrtec-D y otros)
hacen que se estrechen los vasos sanguíneos y pueden incrementar los
síntomas de la enfermedad arterial periférica.

Cuidado minucioso de los pies

Además de las sugerencias antes indicadas, debes cuidarte bien los pies. Las
personas con enfermedad arterial periférica, especialmente aquellas que también
tienen diabetes, están en riesgo de tener una mala cicatrización de las llagas en la
parte inferior de las piernas y pies.

Una mala circulación de la sangre puede posponer o evitar una cicatrización


adecuada y aumenta el riesgo de sufrir una infección. Sigue estos consejos para
cuidarte los pies:

Lávate los pies a diario, sécalos bien y huméctalos con frecuencia para
prevenir la formación de grietas que puedan conllevar infecciones. Sin
embargo, no te humectes entre los dedos, ya que esto podría producir
hongos.
Usa zapatos que calcen bien y calcetines gruesos y secos.
Trata rápidamente cualquier infección fúngica que tengas en los pies, como
el pie de atleta.
Ten cuidado cuando te cortes las uñas de los pies.
Inspecciónate los pies a diario para ver si encuentras lesiones.
Ve a un especialista en los pies (podólogo) para que te trate los juanetes,
callos o callosidades.
Ve al médico ante la aparición del primer signo de llaga o lesión en los pies.
INSUFUCIENCIA CARDIACA

La insuficiencia cardíaca, a veces llamada «insuficiencia cardíaca congestiva», se


produce cuando el músculo del corazón no bombea sangre tan bien como debería
hacerlo.

Determinadas afecciones, como las arterias estrechadas en el corazón


(enfermedad de las arterias coronarias) o la presión arterial alta, dejan
progresivamente el corazón demasiado débil o rígido como para llenarse y
bombear de forma eficaz.

No es posible revertir todas las afecciones que provocan la insuficiencia cardíaca,


pero los tratamientos pueden mejorar los signos y síntomas de la insuficiencia
cardíaca y ayudarte a vivir más tiempo. Los cambios en el estilo de vida (como
hacer ejercicio, reducir el sodio en la dieta, controlar el estrés y adelgazar) pueden
mejorar la calidad de vida.

Una manera de evitar la insuficiencia cardíaca es prevenir y controlar las


afecciones que la originan, como la enfermedad de las arterias coronarias, la
presión arterial alta, la diabetes o la obesidad.

Síntomas

Insuficiencia cardíaca

La insuficiencia cardíaca puede ser constante (crónica) o puede comenzar de


manera repentina (aguda).

Algunos de los signos y síntomas de la insuficiencia cardíaca pueden ser los


siguientes:
Falta de aire (disnea) cuando haces esfuerzos o te acuestas
Fatiga y debilidad
Hinchazón (edema) en las piernas, los tobillos y los pies
Latidos del corazón rápidos o irregulares
Menor capacidad para hacer ejercicio
Tos o sibilancia constantes con flema blanca o rosa manchada de sangre
Mayor necesidad de orinar por la noche
Hinchazón del abdomen (ascitis)
Aumento de peso muy rápido por retención de líquido
Falta de apetito y náuseas
Dificultad para concentrarse o menor estado de alerta
Falta de aire repentina y grave, y tos con moco rosa espumoso
Dolor en el pecho si la insuficiencia cardíaca es producto de un ataque
cardíaco

CAUSAS

Corazón agrandado en la insuficiencia cardíaca

La insuficiencia cardíaca suele manifestarse después de que otras afecciones


hayan dañado o debilitado el corazón. Sin embargo, no es necesario que el
corazón esté debilitado para provocar una insuficiencia cardíaca. Esto también
puede ocurrir si el corazón se vuelve demasiado rígido.

En el caso de la insuficiencia cardíaca, las cavidades de bombeo principales del


corazón (los ventrículos) se pueden volver rígidas y no llenarse de manera
adecuada entre los latidos. En algunos casos de insuficiencia cardíaca, el músculo
cardíaco puede dañarse y debilitarse, y los ventrículos se estiran (dilatan) a tal
punto que el corazón no puede bombear sangre a todo el cuerpo de manera
eficaz.

Con el tiempo, el corazón ya no puede mantener las exigencias normales que


tiene de bombear sangre al resto del cuerpo.

Una fracción de eyección es una medida importante de cuán bien el corazón


bombea sangre, y se utiliza para ayudar a clasificar la insuficiencia cardíaca y para
guiar el tratamiento. En un corazón saludable, la fracción de eyección es del
50 por ciento o mayor, lo que significa que más de la mitad de la sangre que llena
el ventrículo se bombea hacia afuera con cada latido.

Sin embargo, la insuficiencia cardíaca puede producirse incluso con una fracción
de eyección normal. Esto ocurre si el músculo cardíaco se vuelve rígido por
afecciones como la presión arterial alta.
La insuficiencia cardíaca puede afectar el lado izquierdo (ventrículo izquierdo), el
lado derecho (ventrículo derecho) o ambos lados del corazón. En general, la
insuficiencia cardíaca comienza en el lado izquierdo, específicamente, en el
ventrículo izquierdo (la cavidad de bombeo principal del corazón).

 Enfermedad de las arterias coronarias y ataque cardíaco. La


enfermedad de las arterias coronarias es la forma más frecuente de
enfermedad cardíaca y la causa más frecuente de insuficiencia cardíaca. La
enfermedad se debe a una acumulación de depósitos de grasas (placas) en
las arterias, lo que reduce el flujo sanguíneo y puede provocar un ataque
cardíaco.
 Presión arterial alta (hipertensión). Si la presión arterial es alta, el
corazón tiene que esforzarse más de lo que debería para hacer circular la
sangre por el cuerpo. Con el tiempo, este esfuerzo adicional puede hacer
que el músculo cardíaco se vuelva demasiado rígido o demasiado débil
para bombear sangre de manera eficaz.
 Válvulas cardíacas defectuosas. Las válvulas del corazón mantienen la
sangre fluyendo en la dirección adecuada a través del corazón. Una válvula
dañada (debido a un defecto cardíaco, a una enfermedad de las arterias
coronarias o a una infección cardíaca) obliga al corazón a esforzarse más,
lo que puede debilitarlo con el tiempo.
 Daño al músculo cardíaco (miocardiopatía). El daño al músculo cardíaco
(miocardiopatía) puede tener muchas causas, como diversas
enfermedades, infecciones, abuso de alcohol y el efecto tóxico de drogas,
tales como cocaína, o algunos medicamentos que se utilizan en
quimioterapia. Los factores genéticos también podrían influir.
 Miocarditis. La miocarditis es la inflamación del músculo cardíaco. Su
causa más frecuente es un virus, y puede provocar insuficiencia cardíaca
izquierda.
 Defectos cardíacos de nacimiento (defectos cardíacos congénitos). Si
el corazón y sus cavidades o sus válvulas no se han formado
correctamente, las partes sanas del corazón tienen que esforzarse más
para bombear sangre a través del corazón, lo que, a su vez, puede
provocar una insuficiencia cardíaca.
 Ritmos cardíacos anormales (arritmias cardíacas). Los ritmos cardíacos
anormales pueden hacer que el corazón lata demasiado rápido, lo que le
crea un esfuerzo adicional. Un latido del corazón lento también puede
provocar insuficiencia cardíaca.
 Otras enfermedades. Las enfermedades crónicas —como diabetes, VIH,
hipertiroidismo, hipotiroidismo o una acumulación de hierro
(hemocromatosis) o de proteína (amiloidosis)— también pueden contribuir
con la insuficiencia cardíaca.

Las causas de la insuficiencia cardíaca aguda comprenden virus que


atacan al músculo cardíaco, infecciones graves, reacciones alérgicas,
coágulos sanguíneos en los pulmones, el uso de ciertos medicamentos o
cualquier enfermedad que afecte todo el cuerpo.

Factores de riesgo

Un único factor de riesgo puede ser suficiente para causar una insuficiencia
cardíaca; sin embargo, una combinación de factores también aumenta el riesgo.

Los factores de riesgo son los siguientes:

Presión arterial alta. El corazón se esfuerza más de lo que debería si la


presión arterial es alta.
Enfermedad de las arterias coronarias. Las arterias estrechadas pueden
limitar el suministro de sangre rica en oxígeno al corazón, lo que genera
que el músculo cardíaco se debilite.
Ataque cardíaco. Un ataque cardíaco es una forma de enfermedad
coronaria que se produce de repente. El daño al músculo cardíaco por un
ataque cardíaco puede significar que el corazón ya no pueda bombear de la
forma correcta.
Diabetes. Tener diabetes aumenta el riesgo de tener presión arterial alta y
enfermedad de las arterias coronarias.
Algunos medicamentos para la diabetes. Se ha descubierto que los
medicamentos para la diabetes rosiglitazona (Avandia) y pioglitazona
(Actos) aumentan el riesgo de insuficiencia cardíaca en algunas personas.
No obstante, no suspendas estos medicamentos por tu cuenta. Si los estás
tomando, habla con el médico acerca de si necesitas hacer algún cambio.
Determinados medicamentos. Algunos medicamentos pueden provocar
insuficiencia cardíaca o problemas cardíacos. Los medicamentos que
pueden aumentar el riesgo de tener problemas cardíacos son los
medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE); ciertos anestésicos;
algunos medicamentos contra la arritmia; ciertos medicamentos que se
utilizan para tratar la presión arterial alta, el cáncer, las afecciones
sanguíneas, los trastornos neurológicos y psiquiátricos, las afecciones
pulmonares y urológicas, las afecciones inflamatorias y las infecciones; y
otros medicamentos recetados y de venta libre.
o No suspendas ningún medicamento por tu cuenta. Si tienes
preguntas sobre los medicamentos que estás tomando, consulta con
el médico si recomienda algún cambio.
Apnea del sueño. La incapacidad para respirar de manera adecuada
mientras duermes por la noche genera bajos niveles de oxígeno en sangre
y un mayor riesgo de tener ritmos cardíacos anormales. Ambos problemas
pueden debilitar el corazón.
Defectos cardíacos congénitos. Algunas personas que manifiestan
insuficiencia cardíaca han nacido con defectos cardíacos estructurales.
Valvulopatía. Las personas con valvulopatía corren mayor riesgo de
padecer insuficiencia cardíaca.
Virus. Una infección viral puede haber dañado el músculo cardíaco.
Consumo de alcohol. Beber demasiado alcohol puede debilitar el músculo
cardíaco y provocar insuficiencia cardíaca.
Consumo de tabaco. El uso de tabaco puede aumentar el riesgo de
padecer insuficiencia cardíaca.
Obesidad. Las personas obesas corren mayor riesgo de padecer
insuficiencia cardíaca.
Latidos del corazón irregulares. Estos ritmos anormales, en especial si
son muy frecuentes y rápidos, pueden debilitar el músculo cardíaco y
provocar insuficiencia cardíaca.

COMPLICACIONES

Si tienes insuficiencia cardíaca, tu pronóstico depende de la causa y de la


gravedad, de tu salud general y de otros factores, como tu edad. Las
complicaciones pueden ser las siguientes:

Daño o insuficiencia renal. La insuficiencia cardíaca puede reducir el flujo


sanguíneo a los riñones, lo que con el tiempo puede provocar una
insuficiencia renal si no se la trata. El daño renal a causa de la insuficiencia
cardíaca puede requerir diálisis como tratamiento.
Problemas en las válvulas cardíacas. Las válvulas del corazón, que
mantienen el flujo de sangre en la dirección adecuada en este órgano,
pueden no funcionar en forma adecuada si el corazón está dilatado o si la
presión en el corazón es muy alta debido a la insuficiencia cardíaca.
Problemas del ritmo cardíaco. Los problemas en el ritmo cardíaco
(arritmias) pueden ser una posible complicación de la insuficiencia cardíaca.
Daño hepático. La insuficiencia cardíaca puede provocar una acumulación
de líquido que ejerce demasiada presión sobre el hígado. Esta acumulación
de líquido puede generar cicatrices, lo que dificulta más que el hígado
funcione de manera adecuada.

Los síntomas y la función cardíaca de algunas personas mejorarán con el


tratamiento adecuado. Sin embargo, la insuficiencia cardíaca puede poner en
riesgo la vida. Las personas con insuficiencia cardíaca pueden tener síntomas
graves, y algunas podrán requerir un trasplante de corazón o ayuda con un
dispositivo de asistencia ventricular.

PREVENCIÓN

La clave para evitar la insuficiencia cardíaca es reducir los factores de riesgo.


Puedes controlar o eliminar muchos de los factores de riesgo de las enfermedades
cardíacas —como la presión arterial alta y la enfermedad de las arterias
coronarias— implementando cambios en el estilo de vida junto con la ayuda de
cualquier medicación necesaria.

Los cambios en el estilo de vida que puedes hacer para evitar la insuficiencia
cardíaca incluyen los siguientes:
No fumar
Controlar ciertas afecciones, como la presión arterial alta y la diabetes
Mantenerse físicamente activo
Consumir alimentos saludables
Mantener un peso saludable
Reducir y controlar el estrés
CARDIOPATIA REUMATICA

La cardiopatía reumática está causada por las lesiones de las válvulas cardiacas y el
miocardio derivada de la inflamación y la deformación cicatrizar ocasionadas por la fiebre
reumática, enfermedad que a su vez está causada por estreptococos y por lo común se
manifiesta como una laringotraqueobronquitis o amigdalitis («anginas») en los niños. La
fiebre reumática afecta principalmente a los niños en los países en desarrollo,
especialmente ahí donde la pobreza está generalizada. En todo el mundo, casi 2% de las

defunciones por enfermedades cardiovasculares están relacionadas con la cardiopatía


reumática, mientras que 42% están vinculadas con la cardiopatía isquémica y 34% con las
enfermedades cerebrovasculares.

Síntomas de la Cardiopatía Reumática

 Los síntomas de la cardiopatía reumática consisten en dificultad para respirar,


fatiga, latidos cardiacos irregulares, dolor torácico y desmayos.
 Los síntomas de la fiebre reumática consisten en fiebre, dolor y tumefacción
articulares, cólicos abdominales y vómitos.

Tratamiento de la cardiopatía reumática


 1 Tratamiento de la infección por estreptococo del grupo A.
 2 Alivio de los síntomas clínicos.
 3 Tratamiento de la insuficiencia cardiaca, si llega producirse y otras medidas de
sostén.
 4El tratamiento rápido de la faringitis estreptocócica puede impedir la aparición de
la fiebre reumática. El tratamiento prolongado y periódico con penicilina puede
evitar los ataques repetidos de fiebre reumática causantes de la cardiopatía
reumática y detener la progresión de la enfermedad en pacientes cuyas válvulas
cardíacas ya han sido dañadas.

Síntomas frecuentes
 La enfermedad subyacente de los vasos sanguíneos no suele presentar síntomas, y
su primera manifestación puede ser un ataque al corazón o un AVC (accidentes
vasculares cerebrales).
 Los síntomas del ataque al corazón consisten en dolor o molestias en el pecho,
brazos, hombro izquierdo, mandíbula o espalda. Además puede haber dificultad
para respirar, náuseas o vómitos, mareos o desmayos, sudores fríos y palidez.
 La dificultad para respirar, las náuseas y vómitos y el dolor en la mandíbula o la
espalda son más frecuentes en las mujeres.
 El síntoma más frecuente de los AVC (accidentes vasculares cerebrales) es la
pérdida súbita, generalmente unilateral, de fuerza muscular en los brazos, piernas o
cara. Otros síntomas consisten en la aparición súbita, generalmente unilateral, de
entumecimiento en la cara, piernas o brazos; confusión, dificultad para hablar o
comprender lo que se dice; problemas visuales en uno o ambos ojos; dificultad para
caminar, mareos, pérdida de equilibrio o coordinación; dolor de cabeza intenso de
causa desconocida, y debilidad o pérdida de conciencia.
 Quienes sufran estos síntomas deben acudir inmediatamente al médico.

Principales factores de riesgo


 Las causas de las ECV (enfermedades cardiovasculares) están bien definidas y son
bien conocidas. Las causas más importantes de cardiopatía y AVC (accidentes
vasculares cerebrales) son los llamados "factores de riesgo modificables": dieta
malsana, inactividad física y consumo de tabaco.
 Los efectos de la dieta malsana y de la inactividad física pueden manifestarse como
"factores de riesgo intermedios": aumento de la tensión arterial y del azúcar y los
lípidos de la sangre, sobrepeso y obesidad.
 Los principales factores de riesgo modificables son responsables de
aproximadamente un 80% de los casos de cardiopatía coronaria y enfermedad
cerebrovascular.
 También hay una serie de determinantes subyacentes de las enfermedades crónicas,
es decir, "las causas de las causas", que son un reflejo de las principales fuerzas que
rigen los cambios sociales, económicos y culturales: la globalización, la
urbanización y el envejecimiento de la población. Otros determinantes de las ECV
(enfermedades cardiovasculares) son la pobreza y el estrés.
Etiología
 El estreptococo beta- hemolítico del grupo A

Exámenes Complementarios
 Exudado faríngeo.
 ECG
 Electroforesis de proteína.
 Radiologías ecocardiograma

Cómo reducir la carga de las enfermedades


cardiovasculares
 Al menos un 80% de las muertes prematuras por cardiopatía y AVC podrían
evitarse con una dieta saludable, actividad física regular y abandono del consumo de
tabaco.
 Es posible reducir el riesgo de ECV realizando actividades físicas de forma regular;
evitando la inhalación activa o pasiva de humo de tabaco; consumiendo una dieta
rica en frutas y verduras; evitando los alimentos con muchas grasas, azúcares y sal,
y manteniendo un peso corporal saludable.
 La forma de prevenir y controlar las ECV es a través de una acción global e
integrada:
 1Una acción global requiere la combinación de medidas que traten de reducir los
riesgos en la totalidad de la población y de estrategias dirigidas hacia los individuos
con alto riesgo o que ya padecen la enfermedad.
 2Como ejemplos de intervenciones poblacionales que permiten reducir las ECV se
pueden citar las políticas globales de control del tabaco, los impuestos para reducir
la ingesta de alimentos ricos en grasas, azúcares y sal, la creación de vías para
peatones y bicicletas con el fin de fomentar la actividad física, y el suministro de
comidas saludables en los comedores escolares.
 Las estrategias integradas se centran en los principales factores de riesgo comunes a
varias enfermedades crónicas tales como las ECV, la diabetes y el cáncer: dieta
malsana, inactividad física y consumo de tabaco.
 Existen medicamentos eficaces y baratos para tratar la práctica totalidad de las
ECV.
MIOCARDIOPATIA

La miocardiopatía es una enfermedad del músculo cardíaco que dificulta el


bombeo de sangre
al resto del cuerpo
desde el corazón.
La miocardiopatía
puede provocar
una insuficiencia
cardíaca.

Los principales
tipos de
miocardiopatía
son la
miocardiopatía
dilatada, la
hipertrófica y la
restrictiva. El tratamiento, que podría consistir en medicamentos, dispositivos
implantados quirúrgicamente o, en los casos graves, un trasplante de corazón,
dependerá del tipo de miocardiopatía que tengas y de cuál es la gravedad.

Síntomas

Es probable que no se manifiesten signos ni síntomas en las primeras etapas de la


miocardiopatía. Sin embargo, a medida que avanza la afección, generalmente
aparecen signos y síntomas, entre ellos:

Dificultad para respirar al hacer esfuerzo físico o, incluso, al descansar


Hinchazón de las piernas, los tobillos y los pies
Hinchazón del abdomen debido a la acumulación de líquido
Tos al estar recostado
Fatiga
Latidos del corazón rápidos o agitados (palpitaciones)
Molestia o presión en el pecho
Mareos, aturdimiento o desmayos

Los signos y síntomas tienden a empeorar, a menos que se traten. En algunas


personas, la afección empeora rápido, mientras que en otras, probablemente no lo
haga por mucho tiempo.

Causas
A menudo, se desconoce la causa de la miocardiopatía. No obstante, en algunas
personas, es el resultado de otra afección (adquirida) o transmitida de un
progenitor (heredada).

Los factores que contribuyen a la miocardiopatía adquirida comprenden los


siguientes:

Presión arterial alta durante períodos largos


Daños en el tejido cardíaco por un ataque cardíaco
Frecuencia cardíaca acelerada crónica
Problemas en las válvulas cardíacas
Trastornos metabólicos, como obesidad, enfermedad tiroidea o diabetes
Deficiencias nutricionales de vitaminas o minerales esenciales, como la
tiamina (vitamina B1)
Complicaciones en el embarazo
Beber demasiado alcohol durante muchos años
Consumo de cocaína, anfetaminas o esteroides anabólicos
Uso de algunos medicamentos de quimioterapia y de radiación para tratar
el cáncer
Determinadas infecciones, especialmente las que inflaman el corazón
Acumulación de hierro en el músculo cardíaco (hemocromatosis)
Una afección que provoca inflamación y puede hacer que crezcan nódulos
de células en el corazón y en otros órganos (sarcoidosis)
Un trastorno que causa la acumulación de proteínas anormales
(amiloidosis)
Trastornos del tejido conectivo

Los tipos de miocardiopatía incluyen los siguientes:

 Miocardiopatía dilatada. En este tipo de miocardiopatía, la cavidad de


bombeo principal del corazón —el ventrículo izquierdo— se agranda (dilata)
y no puede bombear la sangre con eficacia fuera del corazón.

Aunque este tipo puede afectar a personas de todas las edades, se


produce con mayor frecuencia en personas de mediana edad y es más
probable que afecte a los hombres. La causa más frecuente es la
enfermedad de las arterias coronarias o el ataque cardíaco.

 Miocardiopatía hipertrófica. Este tipo implica un engrosamiento anormal


del músculo cardíaco y afecta, particularmente, al músculo de la cavidad de
bombeo principal del corazón (ventrículo izquierdo). El engrosamiento del
músculo del corazón puede dificultar que este último funcione de manera
adecuada.
La miocardiopatía hipertrófica puede formarse a cualquier edad, pero la
afección tiende a ser más grave si se manifiesta durante la infancia. La
mayoría de las personas afectadas tienen antecedentes familiares de la
enfermedad, y algunas mutaciones genéticas se han relacionado con la
miocardiopatía hipertrófica.

 Miocardiopatía restrictiva. En este tipo, el músculo cardíaco se vuelve


rígido y pierde elasticidad, lo que significa que no puede expandirse y
llenarse de sangre entre latidos. Este es el tipo de miocardiopatía menos
frecuente y puede ocurrir a cualquier edad, pero afecta con más frecuencia
a las personas mayores.

La miocardiopatía restrictiva puede ocurrir sin motivo aparente (idiopática),


o puede deberse a una enfermedad en otro lugar del cuerpo que afecte al
corazón, como cuando hay acumulación de hierro en el músculo cardíaco
(hemocromatosis).

 Displasia arritmogénica del ventrículo derecho. En este tipo poco


frecuente de miocardiopatía, el músculo de la cavidad cardíaca inferior
derecha (ventrículo derecho) es reemplazado por tejido cicatricial, lo que
puede provocar problemas en el ritmo cardíaco. Muchas veces se debe a
mutaciones genéticas.
 Miocardiopatía no clasificada. Esta categoría comprende otros tipos de
miocardiopatía.

Factores de riesgo

Hay una serie de factores que pueden aumentar el riesgo de padecer


miocardiopatía, entre ellos:

Antecedentes familiares de miocardiopatía, insuficiencia cardíaca y paro


cardíaco repentino
Presión arterial alta durante períodos largos
Afecciones que inciden en el corazón, como el ataque cardíaco previo, la
enfermedad de las arterias coronarias o una infección en el corazón
(miocardiopatía isquémica)
La obesidad, que hace que el corazón trabaje más de lo normal
Abuso de alcohol a largo plazo
Uso de drogas ilegales, como la cocaína, las anfetaminas y los esteroides
anabólicos
Algunos medicamentos de quimioterapia y radioterapia contra el cáncer
Ciertas enfermedades, como la diabetes, una glándula tiroides hipoactiva o
hiperactiva, o un trastorno que hace que el cuerpo almacene un exceso de
hierro (hemocromatosis)
Otras afecciones que afectan el corazón, como el trastorno que causa la
acumulación de proteínas anormales (amiloidosis), enfermedad que causa
inflamación y puede hacer que se formen nódulos de células en el corazón
y otros órganos (sarcoidosis), o los trastornos del tejido conectivo

Complicaciones

Corazón agrandado en la insuficiencia cardíaca

La miocardiopatía puede provocar otras afecciones, entre ellas:

 Insuficiencia cardíaca. El corazón no puede bombear suficiente sangre


para satisfacer las necesidades del cuerpo. Si no se trata, la insuficiencia
cardíaca puede ser mortal.
 Coágulos sanguíneos. Si el corazón no puede bombear eficazmente,
podrían formarse coágulos de sangre en el corazón. Si los coágulos
ingresan en el torrente sanguíneo, pueden obstruir el flujo sanguíneo hacia
otros órganos, incluso el corazón y el cerebro.
 Problemas en las válvulas. Si el corazón se agranda debido a la
miocardiopatía, las válvulas cardíacas podrían no cerrar bien. Esto puede
provocar un flujo sanguíneo inverso.
 Paro cardíaco y muerte súbita. La miocardiopatía puede causar ritmos
cardíacos anormales. Estos ritmos cardíacos anormales pueden producir
desmayos o, en ocasiones, muerte súbita si el corazón deja de latir como
debe.

Prevención

En muchos casos, no se puede prevenir una miocardiopatía. Avísale al médico si


tienes antecedentes familiares de la enfermedad.

Para reducir el riesgo de tener una miocardiopatía u otro tipo de enfermedad


cardíaca, es aconsejable mantener un estilo de vida saludable para el corazón y
adoptar hábitos como los siguientes:

Evitar el consumo de alcohol o de cocaína


Controlar la presión arterial alta, el colesterol alto y la diabetes
Seguir una dieta saludable
Hacer ejercicio de forma regular
Dormir bien
Reducir el estrés

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