Ensayo N°2 Castro Lagos, Roger

LAS EVIDENCIAS DEL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO

Tesis
La cuestión del bautismo en el Espíritu Santo ha sido un tema de debate
en la iglesia, no tanto porque se dude de que pueda producirse hoy en día,
sino, precisamente por las evidencias de este bautismo. Desde el lado
Pentecostal se defiende una evidencia externa totalmente visible, incluso se
llega a afirmar que solo el hablar en lenguas es una evidencia clara y
concluyente de que se ha recibido tal bautismo. Desde el lado bautista o
reformado se señala que esto no es así, que el bautismo es un don dado en el
momento de la conversión y que no es necesaria una evidencia tan notoria
como hablar en lenguas, incluso algunos van más allá, al punto de señalar que
el don de lenguas no es dable en la actualidad, que pertenece al periodo
apostólico.
Considerando tales extremos, en este ensayo se tomará una postura
más bien moderada, considerando elementos de ambos sectores. Se partirá
defendiendo el bautismo como un don de Dios a la persona en el momento de
la conversión. Un regalo dado al redimido como señal de que es un hijo de
Dios. Que es instantáneo, por lo tanto todos quienes han recibido a Jesús, han
recibido el bautismo, no puede haber un tiempo entre la conversión y tal
acontecimiento. Esto no le resta valor a las evidencias externas que esto
conlleva. Por esto el hablar en lenguas sí puede ser una señal, pero no es ni la
única ni indica que en ese instante se haya producido el bautismo. Además hay
otras evidencias externas y visibles y otras de carácter más bien interno,
relacionadas con la convicción y la esperanza que se producen en el creyente.

Argumentos Bíblicos
Como concepto, el bautismo del Espíritu Santo aparece pocas veces en el
Nuevo Testamento. Por ejemplo cuando Juan dice que vendrá otro que
bautizará con el Espíritu Santo y cuando Pablo dice que todos han sido
bautizados por un mismo Espíritu en el cuerpo de Jesucristo. En ninguno de los
dos casos queda muy claro a qué se está refiriendo. Ahora, si partimos del
significado de bautismo, se podría inferir que se trata de una inmersión en el
Espíritu producida en la conversión. No hay razones para pensar que podría
haber una separación de tiempo entre un hecho y otro. Entonces, como afirma
R.C. Sproul, el bautismo “se refiere a Dios dotando a su pueblo del poder para
el ministerio”. Esto concuerda con lo que dice en Jn. 14:26 y 16:13-15, donde
Jesús habla de la obra capacitadora que hará el Espíritu en los discípulos y que
se reitera en Hch. 1:8, donde además agrega que serán testigos. De esta forma
se observa en el resto del libro a los discípulos de Jesús actuando guiados por
el Espíritu. Asimismo quienes se van añadiendo, al ser bautizados en el
Espíritu, dan testimonio de lo que ha sucedido en sus vidas. Entonces tenemos
como evidencia el poder y la capacitación para el ministerio, como una obra
interna y el dar testimonio, como obra externa. En este caso el hablar en
lenguas sería una forma de dar testimonio, pero no la única.
Ensayo N°2 Castro Lagos, Roger

Argumentos Teológicos
En el mensaje de Pablo el bautismo del Espíritu Santo, no es un
imperativo, no hay una demanda a buscarlo, sino que es un hecho que se da
por entendido, sin embargo se exhorta a que sean llenos del Espíritu. Según
John Stott, lo que sucede es que quienes han sido bautizados con el Espíritu
pierden la plenitud. Y cita el caso de Corinto, donde todos, habiendo sido
bautizados, en el Espíritu (1 Co. 12.13) han perdido la plenitud y se comportan
como carnales (1 Co. 3:1-4). La evidencia del bautismo era que habían recibido
diversos dones para servir dentro de la iglesia, porque cada uno debía
desempeñar ciertas funciones dentro de ella. Pablo ha comenzado diciendo
que es sólo por el Espíritu que se llega a considerar a Jesús como señor,
aludiendo a la conversión, y que junto con ella al ser bautizados, en el cuerpo
de Jesucristo, por el mismo Espíritu se han recibido estos dones. El autor de la
carta a los Efesios señalará también que estos dones son para “capacitar al
pueblo de Dios para la obra del servicio, para edificar el cuerpo de Cristo”
(4:12).
Ahora bien, lo que sucedía en Corinto es que, habiendo recibido el
bautismo en el Espíritu, no practicaban una vida de sumisión completa al
Espíritu, por lo que se perdía la plenitud, si bien, los dones no se perdían ni la
posibilidad de ser llenos nuevamente. De aquí surge una evidencia que no es
permanente si no es buscada con insistencia y constancia por el creyente. El
Espíritu convence de pecado, por lo tanto lleva al creyente a una búsqueda de
la vida que agrada a Dios, no para ser salvo sino porque ya lo es. De este
modo la evidencia es lo que en Gálatas se llama el “fruto del Espíritu” y se
expresa en el amor, el gozo, la paz, la paciencia, la benignidad, la bondad, la
fe, la templanza y la mansedumbre. (Gal. 5:22). Es un dejarse guiar por el
Espíritu, es crucificar los deseos de la carne para andar en el Espíritu que da
vida. Estas evidencias tienen que ver no solo con una actitud o convicción
interna, sino que, producto de estas mismas, conllevan una evidencia visible:
se usan los dones para el servicio de la obra; se vive en amor y las demás
expresiones del fruto del Espíritu en el trato con las demás personas.

Conclusión
Con cierta regularidad se oye que la única evidencia real de que se ha
recibido el bautismo del Espíritu Santo es el hablar en lenguas, pero se ha
intentado argumentar que esto es un error, que puede ser una evidencia, pero
no la única. En este sentido se ha señalado que las evidencias pueden ser
internas y externas. El recibir una capacitación para la obra de Dios, es una
acción interna, que se puede manifestar en acciones externas, como es el caso
de los dones, que están al servicio de y para la edificación de la Iglesia.
También, según Hechos, la consecuencia evidente es el dar testimonio a las
demás personas de la obra de Jesús, junto con ello, el llamado fruto del
Espíritu también es una evidencia. Entonces no se trata de una sola evidencia,
sino de un conjunto de ellas y que pueden ser, tanto externas, como internas.