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ORACIONES PARA EL CERCO DE JERICÓ

Se comienza cada día con la Señal de la Cruz, utilice agua exorcizada previamente obtenida con los mp3
del Padre Teo o Padre Wilson. Haga una aspersión en el lugar y persígnese con agua bendita en la punta
de los dedos, y haga la Señal de la Cruz en la frente, en los labios y en el corazón y recite: "Por la Señal de
la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. Amén.

Diga con firmeza y en lo posible a viva voz el propósito de este Cerco de Jericó:

1.- La oración del Eterno Presente:

+En el Nombre del Padre y +del Hijo y+del Espíritu Santo.

Nos unimos en el Eterno Presente, en oración conjunta con la Iglesia Triunfante, Purgante y Militante; a
la oración de todos los santos, rezadas a través de todos los tiempos; a la oración de los arcángeles y
ángeles, principados, tronos y dominaciones, que alaban constantemente a la Santísima Trinidad; a
todos los coros angélicos, legión angélica de María.

Pedimos la asistencia y la protección de la Santísima y Siempre Virgen María, de San José, de San Miguel
Arcángel, San Rafael y San Gabriel, de San Benito Abad, del Santo Cura de Ars y del Santo Padre Pío. Para
que por su intercesión seamos instrumentos de Nuestro Señor Jesucristo, para cumplir exitosamente el
objetivo antes señalado como meta del Batallón de Jericó.

2.- Invocamos al Espíritu Santo.

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor
tu Espíritu Creador y renueva la faz de la Tierra. Oh Dios que has iluminado los corazones de tus hijos,
con la Luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar
siempre de sus divinos consuelos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
3.- Yo pecador.

Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de pensamiento,
palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María
siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios,
Nuestro Señor. Amén.

4.- El Credo.

Creo en Dios Padre, Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra. Creo en Jesucristo, su Único Hijo
Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato. Fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos.
Al tercer día, resucitó de entre los muertos. Subió a los Cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre
Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, en la
Santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y
la vida eterna. Amén.

5.- Petición

Rezamos este Cerco de Jericó por: (decir la intención…)

Sea quebrado, destruido todo poder de Satanás y sus ángeles apóstatas rebeldes sobre personas,
familias, comunidades, seres vivos e inertes objeto del propósito de este Cerco de Jericó y por los
méritos de Jesús y la Santísima Virgen María.

6.- Rosario de la Santísima Virgen (Rosario Tradicional)

Se reza el rosario con la mayor devoción y con los misterios correspondientes al día. Se especifica
claramente que se reza por las intenciones del Cerco de Jericó.

Jaculatorias entre Misterios

V: María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia.

R: En la vida y en la muerte, ampáranos, ¡oh, Señora!

V: Ave María, Purísima.

R: Sin Pecado Concebida.

¡Oh, Jesús mío! Perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al Cielo a todas las
almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Divina Misericordia.
En las tres últimas cuentas del Rosario se reza:

+ Cuenta Nº 1

V: Virgen Purísima y Castísima, antes del Parto, haznos mansos, humildes, puros y castos.

R: En pensamientos, palabras y obras.

V: Dios Te salve, María…

+ Cuenta Nº 2

V: Virgen Purísima y Castísima, en el Parto, haznos mansos, humildes, puros y castos.

R: En pensamientos, palabras y obras.

V: Dios Te salve, María…

+ Cuenta Nº 3

V: Virgen Purísima y Castísima, después del Parto, haznos mansos, humildes, puros y castos.

R: En pensamientos, palabras y obras.

Dios Te salve, María…

Bajo Tu Amparo

Bajo Tu Amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas que Te hacemos en
nuestras necesidades; antes bien, líbranos de todo peligro, ¡oh, Virgen, llena de gloria y bendición!

V: Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

R: Para que seamos dignos de alcanzar las Promesas y Gracias de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria, por el Santo Padre el Papa, por sus intenciones, y para ganar
las indulgencias de este Santo Rosario, aplicadas por las benditas almas del Purgatorio, especialmente
por las más necesitadas.
Oración:

¡Oh, Dios! Cuyo Hijo Unigénito, por medio de Su Vida, Muerte y Resurrección, alcanzó para nosotros la
Salvación eterna: Concédenos, a los que con veneración meditamos sobre estos Misterios, en el
Santísimo Rosario de la Bienaventurada Virgen María, imitar las Virtudes que ellos contienen y alcanzar
las Gracias que prometen. Te Lo pedimos, por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Bendita sea Tu Pureza

Bendita sea Tu Pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa Belleza. A Ti,
Celestial Princesa, Virgen Sagrada María, yo Te ofrezco noche y día, alma vida y corazón. Míranos con
compasión, no nos dejes, Madre mía, y danos Tu Santa Bendición.

En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

7.- Oración a la Sangre de Cristo y Renuncia

Señor, no quiero ser parte de nada que pueda ofenderte. Quiero ser tuyo/a, me entrego a Ti y confieso
que Tú Jesús eres mi Señor. Revísteme con tu Sangre, Señor. Que tu Sangre sea barrera insuperable entre
mi persona y el enemigo. Señor Jesús, que el enemigo sea sometido y se postre a los pies de tu Santa
Cruz. Amén.

Señor Jesucristo, por tu Santa Cruz, por tus llagas, por tu Preciosísima Sangre, por tu Santo y gran
Nombre renuncio de todo corazón:

- A Satanás, a todas sus seducciones, obras y a sus mentiras.

- A todo vicio del pecado, a toda esclavitud de los sentidos, al mal contra mí y contra mi prójimo.

- A todo espíritu de confusión, a los disturbios en mis sentimientos, a la agresividad, al odio y rencor, a la
venganza y a la ira, a no creer en Dios y en su amor, a la decepción y a la desesperación.

- A todo espíritu de muerte y deseo de muerte de los demás, deseos de autoflagelación y suicidio,
renuncio también a la angustia.

- Renuncio a todo espíritu de maldición, blasfemia, chismes y mentiras.

- A todo espíritu de promiscuidad, de prostitución y adulterio, a toda práctica homosexual, al vicio de la


masturbación y a la excitación por la pornografía.

- A la brujería, espiritismo, adivinación, evocación de los muertos.

- A todos los espíritus que fueron evocados sobre mí o sobre mi familia.


Señor Jesús pido que rompas todo yugo hereditario que pesa sobre mí, todas las maldiciones, tendencias
al mal. Que todo lo que recibí de mis antepasados sea tocado por tu sangre redentora.

Destruye, Señor, todas las consagraciones, pactos, bautismos y otras señales de consagración al
espiritismo, a la magia o a cualquier secta. Renuncio a todos los beneficios o falsos beneficios obtenidos
por esos medios. Un Gloria.

Oración.-

Señor Jesús, en Tu Nombre y con el poder de Tu Sangre Preciosa, sellamos toda persona, hechos o
acontecimientos, a través de los cuales el enemigo nos quiera hacer daño.

Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos toda potestad destructora en el aire, en la tierra, en el agua,
en el fuego, debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas de la naturaleza, en los abismos del infierno y en
el mundo en el cual nos moveremos hoy.

Con el poder de la Sangre de Jesús rompemos toda interferencia y acción del maligno.

Te pedimos Jesús que envíes a nuestros hogares y lugares de trabajo a la Santísima Virgen María,
acompañada de San Miguel, San Gabriel, San Rafael y toda la corte de Santos Ángeles.

Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos nuestra casa, todos los que la habitan, las personas que el
Señor enviará a ella, así como los alimentos y los bienes que Él generosamente nos envía para nuestro
sustento.

Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos tierra, puertas, ventanas, objetos, paredes y pisos; el aire
que respiramos y en fe colocamos un círculo de Su Sangre alrededor de toda nuestra familia.

Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos los lugares en donde vamos a estar este día y las personas,
empresas o instituciones con quienes vamos a tratar.

Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos nuestro trabajo material y espiritual, los negocios de toda
nuestra familia y los vehículos, las carreteras, los aires, las vías y cualquier medio de transporte que
habremos de utilizar.

Señor, con Tu Sangre Preciosa sellamos los actos, las mentes y los corazones de todos los habitantes de
nuestra patria, con el fin de que Tu paz y Tu Corazón reinen en ella.

Te agradecemos Señor por Tu Sangre y por Tu Vida, ya que gracias a Ellas hemos sido salvados y somos
preservados de todo lo malo. Amén
8.- Oración de Purificación

En el Nombre de Jesucristo, por el Poder de Dios y Su Espíritu Santo, corto de mí, de toda mi familia, de
mi casa, de este lugar, cada contaminación espiritual, todos los dardos de Satanás, toda su furia contra
nosotros.

Yo mando que el enemigo vaya a los pies de la Cruz de Jesús, para que Él lo juzgue. Y le prohíbo tocarme
a mí y a mis hermanos, en el Nombre de Jesucristo.

Me lavo en la Preciosa Sangre de Jesús y tomo posesión de toda la armadura de Dios y que el Espíritu
Santo renueve en mí toda Su Unción. Invoco la intercesión de la Virgen María, y de los Santos Ángeles de
Dios en mi favor.

Renueva en mí, Señor, todo Tu Poder, para seguir haciendo Tu Santa Voluntad y alcanzar la Plenitud de Tu
Espíritu Santo. Amén.

9.- Oración para romper las murallas

Jesús, rompe todos los muros de maldiciones venidas de mis antepasados hasta el día de hoy. Te lo
pedimos, Señor.

Jesús, rompe todos los muros de egoísmo, de celos, de vicios, sean ellos del origen que sean. Te lo
pedimos, Señor.

Jesús, rompe los muros de las peleas, contiendas, disoluciones de casamientos, de familias, de grupos
parroquiales, de ministerios y de todo tipo de desunión. Te lo pedimos, Señor.

Jesús, rompe los muros de las dificultades financieras, falta de empleo, problemas en el trabajo, falta de
dinero y todas las dificultades del tipo que sean. Te lo pedimos, Señor.

Jesús, rompe los muros de enfermedades, del tipo que sean, principalmente del cáncer, leucemia,
depresión, SIDA, alcoholismo, drogas, prostitución, homo-sexualidad y enfermedades degenerativas. Te
lo pedimos, Señor.

Jesús, rompe los muros de los malos pensamientos, iluminaciones, astucias de Satanás, en nuestra
mente. Te lo pedimos, Señor.

Jesús, rompe toda acción de Satanás en nuestra vida espiritual y haz que sea totalmente renovado (a)
por Tu Sangre derramada en la Cruz. Te lo pedimos, Señor.

Jesús, rompe todo ocultismo, en nuestro pasado y en la actualidad, sea este de magia, sortilegio,
dependencia, pacto, entrega a entidades, sean estas del origen que sean. Te lo pedimos, Señor.
Jesús, rompe todos los muros que impiden la obra de Dios en mi vida. Te lo pedimos, Señor.

Señor, Te entrego mi vida a Ti, para que haya un nuevo Pentecostés en mí, yo creo en Tu victoria que es
también la nuestra. Amén.

Oh Padre celestial en el Nombre de tu Hijo Jesucristo, te pido que el poder que diste a Josué y a sus
compañeros para que sean derribadas las murallas de Jericó, sea dado a mí y a los que hicieran esta
oración. ¡Te lo pido Señor!

Jesús rompe las murallas de las plagas, por la boca o contaminación, en relación a nuestros antepasados
y en los días de hoy. Jesús rompe todas las murallas de maldiciones venidas de nuestros antepasados y
en los días de hoy. Jesús rompe todas las murallas del egoísmo, celos, vicios, de los orígenes que fueran.
Jesús rompe todas las murallas de las intrigas, peleas, disoluciones de matrimonios, grupos de oración,
ministerios, comunidades religiosas, y todo tipo de separaciones. Jesús rompe las murallas de las
dificultades financieras, falta de empleo, falta de dinero, dificultades en los negocios, en el trabajo, y
otras dificultades sean cuales fueran.

Jesús rompe las murallas de las enfermedades sean ellas cuales fueran, principalmente el cáncer, la
leucemia y toda enfermedad de la sangre, de los huesos, de la piel, la depresión, VIH, alcoholismo,
drogas, prostitución, y homosexualismo.

Jesús rompe las murallas de los malos pensamientos, iluminaciones y astucias de Satanás de todos los
orígenes de nuestra mente. Jesús rompe toda acción de Satanás en nuestra vida espiritual, y haz que
seamos totalmente renovados por Tu Sangre derramada en la Cruz. Jesús rompe todo ocultismo en
nuestro pasado y ahora, sea magia, sortilegio, control mental, hechicería, dependencia, pacto,
curanderismo, adivinación, trabajos hechos con la llamada santa muerte, entrega o transferencia a
alguna entidad sea del origen que fueran.

En tu Nombre, Señor Jesús, reclamo ahora toda propiedad física o psíquica que haya sido puesta bajo el
poder del enemigo y te pido que sea restituida totalmente bajo tu Señorío, Jesucristo.

Jesús rompe las murallas que impiden la obra de Dios en nuestras vidas. Señor te entregamos nuestras
vidas a Ti para que haya un nuevo Pentecostés en nosotros y acreditemos tu victoria que también es
nuestra. (1 Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria).

Diga con firmeza y en lo posible a viva voz

el propósito de este Cerco de Jericó:


El objetivo a combatir les será dado oportunamente por los coordinadores, para que todo el ejército rece
durante los 7 días por el mismo propósito.

10.- Lectura Orada: Josué 6, 1-20 (el último día será orado 7 veces)

Jericó estaba bien cerrada y puestos sus cerrojos por miedo a los israelitas: nadie salía ni entraba.

Yahveh dijo a Josué: «Mira, yo pongo en tus manos a Jericó y a su rey. Vosotros, valientes guerreros,
todos los hombres de guerra, rodearéis la ciudad, (dando una vuelta alrededor). Así harás durante seis
días.

Siete sacerdotes llevarán las siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca. El séptimo día daréis
la vuelta a la ciudad siete veces y los sacerdotes tocarán las trompetas).

Cuando el cuerno de carnero suene (cuando oigáis la voz de la trompeta), todo el pueblo prorrumpirá en
un gran clamoreo y el muro de la ciudad se vendrá abajo. Y el pueblo se lanzará al asalto cada uno por
frente a sí.» Josué, hijo de Nun, llamó a los sacerdotes y les dijo: «Tomad el arca de la alianza y que siete
sacerdotes lleven las trompetas de cuerno de carnero delante del arca de Yahveh.»

Al pueblo le dijo: «Pasad y dad la vuelta a la ciudad y que la vanguardia pase delante del arca de
Yahveh.»

(Se hizo según la orden dada por Josué al pueblo). Siete sacerdotes llevando las siete trompetas de
cuerno de carnero delante de Yahveh pasaron y tocaron las trompetas; el arca de la alianza de Yahveh iba
tras ellos; la vanguardia iba delante de los sacerdotes que tocaban las trompetas y la retaguardia
marchaba detrás del arca. Según iban caminando, tocaban las trompetas.

Josué había dado esta orden al pueblo: «No gritéis, ni dejéis oír vuestras voces (que no salga ni una
palabra de vuestra boca) hasta el día en que yo os diga: "Gritad." Entonces gritaréis.»

Hizo que el arca de Yahveh diera la vuelta a la ciudad (rodeándola una vez); luego volvieron al
campamento, donde pasaron la noche. Josué se levantó de mañana y los sacerdotes tomaron el arca de
Yahveh.

Siete sacerdotes, llevando las siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca de Yahveh, iban
caminando y tocando las trompetas según caminaban. La vanguardia iba delante de ellos y la retaguardia
detrás del arca de Yahveh, desfilando al son de las trompetas.

Dieron (el segundo día) una vuelta a la ciudad y volvieron al campamento. Se hizo lo mismo los seis días.

El séptimo día, se levantaron con el alba y dieron la vuelta a la ciudad (según el mismo rito) siete veces.
(Sólo aquel día dieron la vuelta a la ciudad siete veces.)

La séptima vez, los sacerdotes tocaron la trompeta y Josué dijo al pueblo: «¡Lanzad el grito de guerra,
porque Yahveh os ha entregado la ciudad!»
«La ciudad será consagrada como anatema a Yahveh con todo lo que haya en ella; únicamente, Rajab, la
prostituta, quedará con vida, así como todos los que están con ella en su casa, por haber ocultado a los
emisarios que enviamos.

Pero vosotros guardaos del anatema, no vayáis a quedaros, llevados de la codicia, con algo de lo que es
anatema, porque convertiréis en anatema todo el campamento de Israel y le acarrearíais la desgracia.

Toda la plata y todo el oro, todos los objetos de bronce y de hierro, están consagrados a Yahveh:
ingresarán en su tesoro.» El pueblo clamó y se tocaron las trompetas. Al escuchar el pueblo la voz de la
trompeta, prorrumpió en gran clamor, y el muro se vino abajo. La gente escaló la ciudad, cada uno frente
a sí, y se apoderaron de ella. Un Gloria.

11.- Efesios 6, 10-20

Por lo demás, fortalézcanse en el Señor con la fuerza de su poder. Revístanse con la armadura de Dios,
para que puedan resistir las insidias del demonio. Porque nuestra lucha no es contra enemigos de carne
y sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra los Soberanos de este mundo de tinieblas,
contra los espíritus del mal que habitan en el espacio.

Por lo tanto, tomen la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo y mantenerse firmes
después de haber superado todos los obstáculos. Permanezcan de pie, ceñidos con el cinturón de la
verdad y vistiendo la justicia como coraza. Calcen sus pies con el celo para propagar la Buena Noticia de
la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, con el que podrán apagar todas las flechas
encendidas del Maligno. Tomen el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de
Dios. Eleven constantemente toda clase de oraciones y súplicas, animados por el Espíritu. Dedíquense
con perseverancia incansable a interceder por todos los hermanos, y también por mí, a fin de que
encuentre palabras adecuadas para anunciar resueltamente el misterio del Evangelio, del cual yo soy
embajador en medio de mis cadenas. ¡Así podré hablar libremente de él, como debo hacerlo.

12.- Salmo 91

Tú que vives bajo la protección del Dios Altísimo y moras a la sombra del Dios Omnipotente, di al Señor:
"Eres mí fortaleza y mí refugio, eres mi Dios en quien confió". Pues Él te librará de la red del cazador, de
la peste mortal; te cobijará bajo sus alas y tú te refugiarás bajo sus plumas. Su lealtad será para ti escudo
y armadura.

No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela en el día, ni a la peste que avanza en las tinieblas,
ni al azote que asola el mediodía. Aunque a tu lado caigan mil y diez mil a tu diestra; a ti no te
alcanzarán. Te bastará abrir los ojos, y verás que los malvados reciben su merecido, ya que has puesto tu
refugio en el Señor y tu cobijo en el Altísimo.
A ti no te alcanzará la desgracia Ni la plaga llegará a tu tienda, pues Él ordenó a sus santos ángeles que te
guardarán en todos tus caminos, que te llevarán en sus brazos para que tu pie no tropiece con piedra
alguna, andarás sobre el león y la serpiente, pisarás al tigre y al dragón.

Porque Él se ha unido a mí yo lo libraré, Lo protegeré pues conoce mí nombre; si me llama, yo le


responderé, estaré con Él en la desgracia. Lo libraré y lo llenaré de honores, le daré una larga vida, le
haré gozar de mí salvación.

13.- Oramos: El Magníficat (Lc. 1, 46-55)

María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios,
mi Salvador, porque él miró con bondad la humildad de su servidora. En adelante todas las generaciones
me llamarán bienaventurada, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es
santo!

Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la


fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los
humildes.

Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su
servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de
Abraham y de su descendencia para siempre». Un Gloria.

14.- Salmo 67

¡Se alza el Señor! Sus enemigos se dispersan y sus adversarios huyen delante de Él. Tú los disipas como
se disipa el humo; como se derrite la cera ante el fuego, así desaparecen los impíos delante del Señor.

Pero los justos se regocijan, gritan de gozo delante del Señor y se llenan de alegría.

¡Canten al Señor, entonen un himno a su Nombre! ¡Ábranle paso al que cabalga sobre las nubes! Su
Nombre es “el Señor”: ¡griten de alegría en su presencia!

El Señor en su santa Morada es padre de los huérfanos y defensor de las viudas: Él instala en un hogar a
los solitarios y hace salir con felicidad a los cautivos, mientras los rebeldes habitan en un lugar desolado.

Señor, cuando saliste al frente de tu pueblo, cuando avanzabas por el desierto, tembló la tierra y el cielo
dejó caer su lluvia, delante del Señor –el del Sinaí– delante del Señor, el Dios de Israel. Tú derramaste
una lluvia generosa, Señor: tu herencia estaba exhausta y tú la reconfortaste; allí se estableció tu familia,
y tú, Señor, la afianzarás por tu bondad para con el pobre. ¡Bendito sea el Señor, el Dios de nuestra
Salvación! Él carga con nosotros día tras día; él es el Dios que nos salva y nos hace escapar de la muerte.

Sí, Dios aplastará la cabeza de sus enemigos, el cráneo de los que se obstinan en sus delitos.

Dice el Señor: “Los traeré de Basan, los traeré desde los abismos del mar, para que hundas tus pies en la
sangre del enemigo y la lengua de tus perros también tenga su parte".
¡Canten al Señor, reinos de la tierra, entonen un himno al Señor, al que cabalga por el cielo, por el cielo
antiquísimo! Él hace oír su voz poderosa, ¡reconozcan el poder del Señor! Su majestad brilla sobre Israel
y su poder, sobre las nubes.

Tú eres temible, Señor, desde tus santuarios. El Dios de Israel concede a su pueblo el poder y la fuerza.
¡Bendito sea Dios!. (Gloria).

15.- Oración de liberación

Sea destruido, exterminado, neutralizado, el poder del príncipe de las tinieblas que viene persiguiendo,
perjudicando, esclavizando, dominando esas personas, deseando su ruina espiritual, material,
sembrando odio, orgullo, discordia, envidia, celos, y heridas. Sea destruido y exterminado, neutralizado
todo espíritu de desunión en los hogares de estas personas que viene provocando discordias , odio,
heridas, desentendimiento, orgullo, chisme, difamación, maldición, juicios. Sea también quemado,
destruido, deshecho todo y cualquier trabajo escrito, hecho contra estas personas.

Sea también quemado y destruido todo su conocimiento anterior y actual con espiritismo , ocultismo,
quimbandas, umbandas, control mental, rosacruces, masonería, mensana, ocultismo, y todo tipo de
supersticiones. Sea también quemado y destruido, exterminado y eliminado todo tipo de molestias
corporales y mentales, físicas y espirituales, opresión, persecución diabólica sobre nosotros y nuestras
familias. Sea destruido, aniquilado, quemado, neutralizando todo el poder del príncipe del mundo sobre
nosotros que viene provocando discordia, opresión, tristeza, depresión, angustia, soledad, aislamiento,
pánico, desánimo, envidia, odio, rebeldía, egoísmo, desentendimiento, ahora y para siempre. Un Gloria.

16.- Oración de petición a María desatadora de nudos

Santa María, llena de la presencia de Dios, durante los días de tu vida aceptaste con toda humildad la
voluntad del Padre, y el Maligno nunca fue capaz de enredarte con sus confusiones.

Ya junto a tu Hijo intercediste por nuestras dificultades y, con toda sencillez y paciencia, nos diste
ejemplo de cómo desenredar la madeja de nuestras vidas.

Y al quedarte para siempre como Madre Nuestra, pones en orden y haces más claros los lazos que nos
unen al Señor.

Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra, Tú que con corazón materno desatas los nudos que
entorpecen nuestra vida, te pedimos que nos recibas en tus manos… (pida aquí la petición),

y que nos libres de las ataduras y confusiones con que nos hostiga el que es nuestro enemigo.

Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo, líbranos de todo mal, Señora Nuestra y desata los
nudos, que impiden nos unamos a Dios, para que libres de toda confusión y error, los hallemos en todas
las cosas, tengamos en El puestos nuestros corazones y podamos servirle siempre en nuestros
hermanos. Amén.
17.- Alma de Cristo

Alma de Cristo santifícame, cuerpo de Cristo sálvame, sangre de Cristo embriágame, agua del costado de
Cristo lávame, pasión de Cristo confórtame.

Oh mi buen Jesús óyeme, dentro de tu llagas escóndeme, no permitas que me aparte de ti, del maligno
enemigo defiéndeme y en la hora de la muerte llámame y mándame ir a ti, para que con tus ángeles y
santos te alabe por los siglos de los siglos, Amén.

18.- Oración a San Benito (abad)

La Cruz Sagrada sea mi luz, no sea el demonio mi guía, retírate Satanás, no me ofrezcas cosas vanas, lo
que me ofreces es malo, bebe tú esos venenos. (1 Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria).

19.- Oraciones a los tres Arcángeles

A.- A San Miguel Arcángel

San Miguel Arcángel defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del
demonio, que Dios humille su soberbia.

Y tú príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno a Satanás y a los demás espíritus malignos que
vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

B.- A San Gabriel Arcángel

Ángel de la Encarnación, fiel mensajero de Dios, abre nuestros oídos para que estén atentos a las más
leves advertencias o toques del Corazón amoroso de Nuestro Señor.

Permanece siempre junto a nosotros, te lo suplicamos, para que comprendamos debidamente la Palabra
de Dios, la sigamos y obedezcamos y cumplamos dócilmente aquello que Dios quiere de nosotros. Haz
que estemos siempre disponibles y vigilantes para que el Señor, cuando llegue, no nos encuentre
dormidos.

C.- A San Rafael Arcángel

Tú, que eres lanza y bálsamo de Amor de Dios, hiere, te lo suplicamos, nuestro corazón con el Amor
ardiente de Dios. Deja que nunca sane esta herida, para que perseveremos cada día en el camino de la
caridad y que todo venzamos por el amor.

¡Ayúdenos santos y poderosos hermanos, siervos ante Dios!

Defiéndanos de nosotros mismos, de nuestra cobardía y tibieza, de nuestro egoísmo y ambición, de


nuestra envidia y desconfianza, de nuestras ansias de riquezas, bienestar y fama.
Desátenos de las cadenas del pecado y del apego a las cosas temporales. Quítenos las vendas de los ojos
que nosotros mismos nos pusimos para no tener que ver las necesidades de nuestro alrededor y poder
así, tranquilamente, ocuparnos y compadecernos de nosotros mismos. Traspasen nuestro corazón con la
santa ansiedad de Dios para que no dejemos de buscarlo con ardor, contrición y amor.

20.- Súplica a los Santos Ángeles:

¡Dios, Trino y Uno, Omnipotente y Eterno! Antes de acudir a tus siervos, los Santos Ángeles, para
implorar su auxilio, nos postramos ante Tu Presencia y Te adoramos Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Alabado seas y glorificado por toda la eternidad!

¡Todos los ángeles y los hombres que creaste Te adoren, Te amen y Te sirvan, Dios Santo, Fuerte e
Inmortal!

¡Y Tú, oh María, Reina de todos los Ángeles, acepta benigna nuestros ruegos que les dirigimos a tus
siervos y preséntalos al Altísimo, Tú que eres la omnipotencia suplicante, la medianera de las gracias, a
fin de que obtengamos gracia, salvación y auxilio! Amén.

21.- Levántate

Levántate oh Dios! por medio de la poderosa intercesión de la Santísima Virgen María, de San Miguel,
San Rafael y San Gabriel arcángeles y de todos los santos de la milicia celestial a destruir a todos los
enemigos malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas, humildemente te lo pedimos,
en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

22.- Oración para sellar la Liberación y la Sanación.

(Con el dedo pulgar de la mano derecha hacemos la señal de la cruz en la frente)

Con la Sangre preciosa de Jesús sellamos esta liberación y sanación que tú Dios Padre, Dios Hijo y Dios
Espíritu, acabas de hacer en mi vida, en mi familia, en mi comunidad y en donde tu misericordia actuó,
para que no vuelvan más estos males ni espíritus, ni de la misma clase, ni de naturaleza parecida.

Te rogamos, Padre Dios, que el Espíritu Santo ocupe todo nuestro ser y restaure las virtudes que estos
males han destruido en nosotros.

Desata en nosotros todos los dones y frutos de tu Santo Espíritu.Envíanos tus ángeles portadores de paz,
unidad, salud, protección y prosperidad.

Espíritu Santo de Dios recibe la consagración perfecta y absoluta de todo nuestro ser, de nuestras
familias y comunidades.

Dígnate ser en adelante nuestro Director, nuestra Luz, nuestro Guía, nuestra Fuerza y todo el Amor de
nuestros corazones. (1 Padre Nuestro, 3 Ave María y Gloria).
23.- La Coraza de San Patricio

Me levanto hoy…Por medio de poderosa fuerza, la invocación de la Trinidad. Por medio de creer en sus
Tres Personas. Por medio de confesar la Unidad, Del Creador de la Creación.

Me levanto hoy…Por medio de la fuerza del nacimiento de Cristo y su bautismo. Por medio de la fuerza
de Su crucifixión y su sepulcro. Por medio de la fuerza de Su resurrección y ascensión, Por medio de la
fuerza de Su descenso para juzgar el mal.

Me levanto hoy…Por medio de la fuerza del amor de Querubines. En obediencia de Ángeles, En servicio
de Arcángeles. En la esperanza que la resurrección encuentra recompensa. En oraciones de Patriarcas,
en palabras de Profetas, en prédicas de Apóstoles, en inocencia de Santas Vírgenes, en obras de
hombres de bien.

Me levanto hoy… Por medio del poder del cielo, Luz del sol, Esplendor del fuego, Rapidez del rayo,
Ligereza del viento, Profundidad de los mares, Estabilidad de la tierra, Firmeza de la roca.

Me levanto hoy…Por medio de la fuerza de Dios que me conduce, Poder de Dios que me sostiene,
Sabiduría de Dios que me guía, Mirada de Dios que me vigila, Oído de Dios que me escucha, Palabra de
Dios que habla por mí, Mano de Dios que me guarda, Sendero de Dios tendido frente a mí, Escudo de
Dios que me protege, Legiones de Dios para salvarme, De trampas del demonio, De tentaciones de
vicios,

De cualquiera que me desee mal, Lejanos y cercanos, Solos o en multitud.

Yo invoco éste día todos estos poderes entre mí y el malvado, Contra despiadados poderes que se
opongan a mi cuerpo y alma, Contra conjuros de falsos profetas, Contra las negras leyes de los paganos,
Contra las falsas leyes de los herejes, Contra obras y fetiches de idolatría, Contra encantamientos de
brujas, forjas y hechiceros, Contra cualquier conocimiento corruptor de cuerpo y alma.

Cristo escúdame hoy…Contra filtros y venenos, Contra quemaduras, Contra sofocación, Contra heridas,
De tal forma que pueda recibir recompensa en abundancia.

Cristo conmigo…Cristo frente a mí, Cristo tras de mí, Cristo en mí, Cristo a mi diestra, Cristo a mi
siniestra, Cristo al descansar, Cristo al levantar, Cristo en el corazón de cada hombre que piense en mí,
Cristo en la boca de todos los que hablen de mí, Cristo en cada ojo que me mira, Cristo en cada oído que
me escucha.

Me levanto hoy…Por medio de poderosa fuerza, la invocación de la Trinidad, Por medio de creer en sus
Tres Personas, Por medio de confesar la Unidad, Del Creador de la Creación. Rezar un Gloria.
Vuelva a decir con firmeza y en lo posible a viva voz

el propósito de este Cerco de Jericó:

24.- Oración de la Coraza de la Sangre del Redentor

Oh coraza de la sangre del redentor; protégeme en todos mis caminos y batallas espirituales; cubre mis
pensamientos, potencias y sentidos con tu coraza protectora; reviste mi cuerpo con tu poder.

Que los dardos incendiarios del maligno, no me toquen ni en el cuerpo, ni en el alma; que el veneno, ni
el hechizo, ni el ocultismo me hagan daño; que ningún espíritu encarnado o descarnado me perturbe;
que Satanás y sus huestes del mal, huyan de mí al ver la coraza de tu sangre protectora.

Libérame de todo mal y peligro gloriosa sangre del redentor, para que pueda cumplir la misión que me
ha sido encomendada y dar gloria a Dios. Me consagro y te consagro mi familia voluntariamente al poder
de tu sangre redentora.

“Oh mi buen Jesús, libérame a mí y a mi familia y seres queridos de todo mal y peligro.”Amén

25.- Oración Final de alabanzas y Acción de Gracias

¡Oh, Padre Celestial! En Nombre de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, Te agradezco la Fuerza y el Poder
del Espíritu Santo, como Se lo diste a Josué y a sus compañeros ante las murallas de la ciudad de Jericó.

¡Te agradezco por darnos a mí y a quienes hacemos esta oración, el mismo Amor y la misma Unidad en
Tu Santo Espíritu!

Gracias, Jesús, por romper todas las murallas de las maldiciones venidas de nuestros antepasados y de
los días presentes.

Gracias, Jesús, por romper todas las murallas de egoísmo, envidias, tristeza, depresión, angustia,
soledad, miedos, desánimo, odio, rebeldía, discordia, violencia, orgullo, mentira, intriga, juzgamiento,
celos y resentimientos; sean cuales fueran sus orígenes.

Gracias, Jesús, por romper las murallas de peleas, contiendas, disoluciones de matrimonios, de familias,
y de todo tipo de desunión.

Gracias Jesús, por romper las murallas de las enfermedades sean cuales fueran; principalmente de
cáncer, leucemia, lupus, diabetes, SIDA, enfermedades del sistema nervioso, sistema circulatorio, sistema
renal, sistema digestivo, sistema respiratorio, sistema reproductivo, de la piel, de todo tipo de molestias
y dolores en el cuerpo, así como de cualquier otra enfermedad física, sea cual fuera.
Gracias, Jesús, por también romper las murallas de enfermedades como depresión, dependencias de
vicios, alcohol, drogas, prostitución, homosexualismo, enfermedades de la mente, del alma y del
espíritu.

Gracias, Jesús, por romper las murallas de las dificultades financieras, falta de empleo, dificultades en los
negocios, dificultades en el trabajo, falta de dinero, y otras dificultades materiales; sean cuales fueran.

Gracias, Jesús, por romper todo ocultismo pasado y presente, sea de magia, sortilegio, dependencia,
pacto, o de entrega con entidades; sean los orígenes que fueran.

Gracias, Jesús, por romper las murallas de los malos pensamientos, malas pasiones, y de las injurias de
Satanás, originados en nuestra mente.

Gracias, Jesús, por romper, derribar, destruir, arrasar y anular toda acción de Satanás y de los ángeles
caídos en nuestra vida. Te Damos las gracias por renovarnos totalmente en Tu Preciosísima Sangre y en
Tus Llagas.

Gracias, Jesús, nuestro Único Señor y Rey, por Romper y Derribar todas las murallas que impidan se
realice la obra de Dios en nuestra vida.

Te agradecemos por este Nuevo Pentecostés en nosotros, creemos en Tu Victoria, que es nuestra.

Como María, y con María, nuestra Madre Santísima, Te entregamos nuestras vidas por completo para
que Tú, Señor, seas eternamente, Adorado, Exaltado y Glorificado.

¡Como Uno, nos unimos en el Amor y la Paz; al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo!

¡Amén!

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