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LOS DERECHOS REALES EN EL


ORDENAMIENTO JURÍDICO
PANAMEÑO
DR. JACINTO JAVIER ESPINOSA G.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 2
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

AUTORIDADES DE LA
UNIVERSIDAD DE PANAMÁ

Dr. Gustavo García de Paredes


Rector Magnífico

Dr. Justo Medrano


Vicerrector Académico

Dr. Juan Antonio Gómez


Vicerrector de Investigación y Postgrado

Nicolás Jerome
Vicerrector Administrativo

Mgtr. María del Carmen T. de Benavides


Vicerrectora de Extensión

Ing. Eldis Barnes


Vicerrector de Asuntos Estudiantiles

Dr. Miguel A. Candanedo


Secretario General

Mgtr. Luís Posso


Director General de los Centros Regionales Universitarios
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UNIVERSIDAD DE PANAMÁ
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS
CENTRO DE INVESTIGACIÓN JURÍDICA
2015

Dr. Gilberto Boutin I.


Decano

Dr. Luís Palacios Aparicio


Vicedecano

Lic. Judith Loré


Secretaría Administrativa

Dr. Virgilio Luque C.


Director del Centro de Investigación Jurídica

Investigadores:

Mgtr. Abdiel Algis Ábrego


Licda. Ilka Almanza
Dra. Sayonara Bezemer
Lic. Vanessa Campos Alvarado
Dr. Virgilio Luque C.
Mgtr. Auri Morrison C.
Mgtr. Carmen Rosa Robles
Lic. Camilo Rodríguez
Mgtr. Belquis C. Sáez N.
Licda. Arelis Ureña

Asistentes de Investigación:

Wilfredo Gómez
Cesibel Jiménez
Thalía León
Viveyka Montenegro
Katherine Pinto
Eyda Jazmín Saavedra
Guadalupe Vergara

Secretaria
Gisela Espinosa

Soporte Técnico
Eymer Padilla
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VIRGILIO LUQUE C.
Libro: Los Derechos Reales en el Director del Centro de Investigación Jurídica
Ordenamiento Jurídico
Panameño, Volumen I / Editado BELQUIS CECILIA SÁEZ NIETO
por el Centro de Investigación Directora del Boletín de Informaciones Jurídicas.
Jurídica de la Facultad de
Derecho de la Universidad de
Panamá. Ultimo Edificio. Planta CONSEJO EDITORIAL
Baja. Agosto 2015.

Publicación especial ISBN 978- GILBERTO BOUTIN ICAZA


9962-12-052-0 Correo Doctor en Derecho Internacional Privado.
Electrónico
Decano de la Facultad de Derecho, Universidad de Panamá
cij.up.2015@gmail.com

Las publicación fue recibida y


BELQUIS CECILIA SÁEZ N.
aprobada por el comité editorial
y presentada en este número. Catedrática de la Universidad de Panamá.

VIRGINIA ARANGO DURLING


Catedrática de Derecho Penal. Directora del
Departamento de Derecho Penal
Universidad de Panamá.

FRANKLIN MIRANDA
Profesor titular de la Facultad de Derecho
Universidad de Panamá

ROLANDO MURGAS TORRAZA


Dr. Honoris Causa. Universidad de Panamá.

AURA E. GUERRA DE VILLALAZ


Catedrática de Derecho Penal, Universidad Santa María La Antigua
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 5
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

PUBLICACIÓN ESPECIAL DEL DR. JACINTO J. ESPINOSA G.

VIRGILIO LUQUE
Director Centro de Investigación Jurídica
Universidad de Panamá
virluco@hotmail.com

BELQUIS CECILIA SÁEZ NIETO


Sub Directora Centro de Investigación Jurídica
Universidad de Panamá
magistrabelquis@gmail.com

DR. JACINTO J. ESPINOSA GONZÁLEZ


Doctor en Derecho con especialidad en Derecho Civil
Centro de Investigación Jurídica
Universidad de Panamá
jacintoespinosa17@hotmail.com
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 6
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

LOS DERECHOS REALES EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO


PANAMEÑO

VOLUMEN I

DR. JACINTO JAVIER ESPINOSA GONZÁLEZ

REPÚBLICA DE PANAMÁ
2015
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 7
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

ÍNDICE

DEDICATORIA 16

AGRADECIMIENTO 17

PROLOGO 18

Capítulo Primero

De los Derechos Reales en General

I. Concepto de Derecho Real. 20


II. Aspectos Sobresalientes de los Derechos Reales. 21
a. Poder directo sobre la cosa. 21
b. Oponibilidad. 22
c. Inmediatividad. 22
III. Sujetos involucrados en la relación de los Derecho Reales. 24
a. Sujeto Pasivo. 24
b. Sujeto Activo. 24
IV. El Vínculo Jurídico. 25
V. El Objeto de los Derechos Reales. 25
VI. Clasificación de los Derechos Reales. 26
VII. Posibilidad de crear otros Derecho Real. 28
VIII. Diferencias que existen entre los Derecho Reales y Derechos 30
Personales.

Capítulo Segundo
El Objeto de los Derechos Reales

I. Antecedente. 33
II. Concepto de Cosa. 34
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III. Susceptibilidad Jurídica de la Cosa. 35


a. La utilidad. 35
b. Susceptibilidad de apropiación. 36
c. Que tenga existencia propia. 38
d. Que sea jurídicamente relevante. 38
IV. Cosas y Bienes términos sinónimos como objeto de la relación 38
jurídica.
1. La que sostiene que los vocablos cosa y bienes son 38
diferentes.

a. Los que sostiene que el concepto de cosas resulta ser 38


más amplio que el termino bienes.

b. Los que sostienen que el término bienes resulta ser más 39


amplio que el término cosas.
2. Los que consideran que entre los términos Cosa y Bienes 40
no existe diferencia.

3. Derecho Positivo Nacional. 41

V. El Patrimonio. 42
a. Derechos que componen el Patrimonio. 43
b. Derechos que no se consideran parte del Patrimonio. 44
c. Teorías acerca de la Naturaleza Jurídica del Patrimonio. 45
1. Teorías Clásica o de Personalidad. 45
2. Teoría Moderna o del Patrimonio de afectación. 46
d. Clases de Patrimonio. 47
1. Patrimonio general o personal. 47
2. Patrimonio especial o separado. 48
3. Patrimonio de destino, en administración o afecto. 49
e. Criterios del Código Civil acerca del Patrimonio. 50
VI. Clasificación de las cosas. 50
a. Clasificación objetiva o en atención al objeto sobre el que 51
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recae el derecho.
1. Cosas corporales e incorporales. 51
2. De los Bienes muebles e inmuebles. 54
3. De los Bienes muebles. 56
3.1. Diferentes categorías de bienes muebles. 57
3.1. a. Bienes muebles por naturaleza. 57

3.1. b. Bienes muebles por disposición legal. 58

3.1.b.1 Supuestos de Bienes muebles por disposición de la 59

Ley.

1. Derecho y obligaciones. 59

2. Las acciones aunque sean hipotecaria que tengan por 62

efecto suma de dinero o efectos muebles.

3. Las acciones y cuotas de participación en compañía 62

mercantiles o civiles, aun cuando posean bienes

inmuebles.

4. Rentas y Pensiones. 64

3.1. c. Bienes muebles por anticipación. 65

4. De los bienes inmuebles. 66

4.1. De las diferentes clases de bienes inmuebles. 67

4.1. a. Bienes inmuebles por naturaleza. 67

4.1.b. Bienes inmuebles por adherencia o 68

incorporación.

4.1. c. Bienes inmuebles por destinación. 70


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4.1. d. Bienes inmuebles incorporales. 74

5. Cosas fungibles e infungibles o no fungibles. 75

6. Cosas consumibles o inconsumibles. 77

7. Cosas divisibles e indivisibles. 79

8. Cosas principales y accesorias. 83

8.1. Reglas para determinar cuando estamos 84

frente a una cosa principal o una accesoria.

8.2. Importancia de la clasificación. 85


9. Cosas presentes o futuras. 86

10. Cosas simples y cosas compuestas. 88

11. Cosas singulares y cosas universales. 89

11.1. Cosas singulares. 89

11.2. Cosas universales. 89

11.3. Transcendencia de esta distinción. 90

11.4. Clases de universalidad. 90

a. Universalidad de hecho o facti. 90

b. Universalidad de derecho o uiris. 91

12. Cosas específicas o determinadas y genéricas. 91

12.1. Cosas específicas o determinadas. 91

12.2. Cosas genéricas. 92

12.3. Importancia de la clasificación. 92

b. Clasificación patrimonial. 93
b.1. Según la apropiabilidad de que puedan ser objeto las 93
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cosas.
1. Cosas apropiables 93
2. Cosas no apropiables 93
b.2. Cosas comerciables y no comerciables. 95
b.2.1. Como puede ser la incomerciabilidad. 97
b.2.2. causas que originan la incomerciabilidad. 97
b.2.3. Importancia de la clasificación. 98
b.2.4. Cosas fuera del comercio de manera 98
absoluta.
b.2.5. Cosas fuera del comercio de manera 103
relativa o temporal.
c. Bienes según las personas a que pertenecen. 106
c.1. Los bienes del Estado. 107
c.2. Clasificación de los bienes del Estado. 109
c.2.1.Bienes de dominio público y de dominio 110
privado del Estado.
a. Criterios que atiende a la naturaleza de los 110
bienes.

b. Criterios que atiende a la afectación de los 110


bienes.

c. Criterios que atiende al carácter con que el 111


Estado posee los Bienes.

d. Criterio que atiende a la función económica 112


de los Bienes.

c.3. Tesis opuestas a la distinción de bienes del Estado. 112


c.4. ¿Qué corriente sigue nuestra legislación? 112
c.5.Clasificación del dominio público. 113
c.5.1.Dominio público marítimo. 114
c.5.2.Dominio público terrestre. 115
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c.5.3.Dominio público fluvial. 116


c.5.4.Dominio público aéreo. 116
c.6.Elementos que constituye el dominio público. 117
c.7.Caracteristicas de los bienes de dominio público. 119
c.7.1.Inalienables. 119
c.7.2.Imprescriptibles. 121
c.7.3.Insecuetrables e inembargables. 123
c.7.4.No tienen carácter lucrativo. 123
c.7.5.No pueden gravarse con derechos reales. 124
c.7.6.Se rigen por normas de derecho público. 124
c.7.7 Afectación de los bienes de dominio 124
público.
c.8.Bienes de propiedad privada del Estado. 124
d. Bienes de los municipios. 125
d.1.Bienes de uso público. 125
d.2.Bienes patrimoniales. 126

e. Bienes de propiedad de los particulares personas naturales 126


o jurídicas.
e.1. Características de estos bienes. 126

Capítulo Tercero
La Posesión

I. Derecho de posesión y derecho de poseer. 128


II. Concepto de posesión. 129
III. Elementos de la posesión. 130
a. Corpus. 130
b. Animus dominis. 130
c. Cumplir con el tiempo requerido. 130
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IV. Características de la posesión. 130


a. Pública. 131
b. Pacífica. 131
c. Ininterrumpida. 131
d. Exclusiva. 131
e. Debe darse con ánimo de dueño. 131
f. Es un hecho. 131
V. Naturaleza jurídica de la posesión. 131
a. Teoría subjetiva o clásica. 131
b. Teoría objetiva. 133
c. Teoría ecléctica. 134
d. Legislación Nacional. 136
e. Es la posesión un hecho o un derecho real en nuestra 137
legislación.
e.1. Doctrina. 137
e.2. Jurisprudencia. 138
VI. El sujeto posesorio. 141
a. Capacidad para adquirir la posesión. 141
b. Capacidad para ejercer los derechos que derivan de la 143
posesión.
VII. Tenencia. 143
a. Concepto de tenencia. 144
b. Características de la tenencia. 144
c. Requisitos de la tenencia. 145
d. Clases de tenencia. 145
e. Efectos de la tenencia. 147
VIII. Ventajas de la posesión. 148
IX. Inversión del título de la posesión. 149
X. Bienes objeto de la posesión. 152
XI. Clasificación de la posesión. 155
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1. Posesión útil y posesión inútil. 155


2. Posesión y coposesión. 159
2. a. ¿Quién es mejor poseedor? 160
3. Posesión legal o inscrita y posesión material o no 161
inscrita.
4. Posesión de buena fe y posesión de mala fe. 167

4. a. Requisitos para ser poseedor de buena fe. 168


4. b. sistema para determinar la buena o mala fe. 171
4. c. Legislación Nacional. 172
5. Posesión con justo título y posesión sin justo título. 174
a. En sentido amplio. 174

b. En sentido restringido. 175

XII. Actos que no confieren ni afectan la posesión. 177


XIII. Modos de adquirir la posesión. 178
1. Adquisición originaria de la posesión. 178
2. Adquisición derivativa de la posesión. 179
3. Requisitos de la adquisición originaria. 181
4. Requisitos de la adquisición derivativa. 181
XIV. Nuestra Legislación. 183
1. Por la ocupación material de la cosa o derecho poseído. 183
2. Por quedar la cosa sujeta a la acción de nuestra 186

voluntad.
3. Por los actos propios y formalidades legales establecida 186
para adquirir tales derechos.

3.1 La continuidad y la agregación posesoria. 188

3.2 Requisitos de la adquisición de la posesión 190


por causa de muerte.

XV. Recuperación de la posesión. 191


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XVI. Prueba de la posesión. 192


XVII. Pérdida de la posesión. 193
1. Pérdida voluntaria o involuntaria de la posesión. 194
2. Causas de pérdidas de la posesión. 196
2.1 Causas relativas a la propia voluntad del 196

poseedor.
2.2 Causas relativas a la propia cosa. 197

2.3 Causas relativa a un tercero. 197

XVIII. Efectos de la posesión. 197


a. Derecho del poseedor. 198
1. Ser respetado en la posesión de la cosa. 198

2. Hacer uso de la Acción Publiana (Acción 199


Reivindicatoria) o de los interdictos posesorios.

3. Percepción de frutos y rembolsos de gastos. 199

4. Derecho de retención. 201

b. Obligación del poseedor. 202

BIBLIOGRAFÍA 203
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DEDICATORIA

A mis hijos Javier, Juan Carlos y Lucas Javier


Dr. Jacinto Javier Espinosa González 17
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AGRADECIMIENTO

En agradecimiento al Profesor Virgilio Luque Director del Centro de


Investigación Jurídica de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas
de la Universidad de Panamá y a la profesora Belquis Sáez quienes
desinteresadamente han hecho posible la divulgación de este trabajo a
través de la página Web del Centro.

A la estudiante Guadalupe Vergara por haber tomado la


responsabilidad de actualizar las normas contenidas en la obra y a la
Estudiante Isarys De La Cruz por su colaboración con la portada.

PROLOGO
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 18
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

El libro del Dr. Jacinto Javier Espinosa González titulado LOS DERECHOS
REALES EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO PANAMEÑO, es una obra
completa de un tema de trascendencia nacional e internacional, ya que
los derechos reales (al menos los inmuebles) han adquirido en nuestro
medio una gran importancia, dado el auge inmobiliario que ha tenido
nuestro país en los últimos años.
La obra está expuesta en un lenguaje jurídico sencillo, entendible para
cualquier estudiante y profesional del derecho que quiera profundizar en
temas de la clasificación de los derechos reales, que es extensa y expuesta
con gran profundidad científica y jurídica.
Otro tema que vale la pena destacar de esta obra son los criterios vertidos
por el Dr. Jacinto Javier Espinosa González sobre la posesión que ha sido
muy discutido por la doctrina, legislación y jurisprudencia panameña y
que ha adquirido una importancia singular para la adjudicación de títulos
de propiedad por parte del Estado a través de la Autoridad Nacional de
Tierras. Y es que la posesión de una parcela de terreno por un espacio
determinado de tiempo es un elemento fundamental para que las
autoridades adjudiquen la titularidad de los bienes inmuebles.En el tema
de la prescripción adquisitiva de dominio, también la posesión de buna fe
ha adquirido mucha relevancia. Y es que la posesión entendida como un
hecho jurídico que produce consecuencias jurídicas y que se da cuando
una persona tiene en su poder una cosa corporal como señor y dueño de
buena fe da lugar a la usucapión. La jurisprudencia de la Corte Suprema
de Justicia ha avanzado mucho en el tema de los criterios para conceder la
usucapión ya que ahora es un fenómeno distinto a las constancias
registrales. Y como dice Manuel Albaladejo “la posesión requiere o
necesita dos elementos para configurarse y ellos son el corpus, que es la
cosa en sí y el animus rem sibi habendi que es la intención de tener la cosa
como propia, de comportarse respecto a ella como lo haría su dueño. Es
decir, la posesión requiere la intención y la conducta de un propietario. Así
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 19
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

se distingue de la mera tenencia, en la cual el tenedor reconoce en otra


persona la propiedad de la cosa en su poder”.
Por tanto, debemos seguir advirtiendo en el pórtico de esta obra de la
necesidad de abordar el estudio de la posesión y de los derechos reales
con especial espíritu crítico y con sano escepticismo, pues aunque otra
cosa parezca el estudio no santifica las meras ocurrencias injustificadas.

Este libro es fruto del trabajo realizado por el Dr. JACINTO JAVIER
ESPINOSA GONZALEZ, durante 40 años de abogado, docente, científico,
investigador y profesor universitario. Y para nosotros cumple todas las
expectativas planteadas por la doctrina y la jurisprudencia en un tema de
mucha discusión en nuestro país.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 20
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

DERECHOS REALES

CAPÍTULO I
DE LOS DERECHOS REALES EN GENERAL

I. Concepto de Derecho Real. La noción de derecho real guarda relación


con el nexo, vínculo de las personas con las cosas singulares, ya sean
materiales o inmateriales, mueble e inmuebles. El código civil no define
los Derechos Reales, no obstante, a propósito de la hipoteca, que
constituye un “iura in re aliena”, resalta lo fundamental de tales
derechos que es el sometimiento, subordinación directa e inmediata de
las cosas al poderío o señorío del titular del derecho, el cual es “oponible
erga omnes”. Sobre este particular, los artículo 337 y 1566 de la
excerta precitada preceptúan:
“Artículo 337: La propiedad es el derecho de gozar y
disponer de una cosa, sin más limitaciones que las
establecidas por la Ley.
El propietario tiene acción contra el poseedor de la
cosa para reivindicarla.”

“Artículo 1566: Las hipotecas sujetan directa e


inmediatamente los bienes sobre que se imponen, al
cumplimiento de las obligaciones para cuya
seguridad se constituyen, cualquiera que sea su
poseedor.
Las hipotecas son voluntarias o legales”

La Corte Suprema de Justicia, a este respecto, en fallo de 17 de octubre


de 1967 externa el parecer siguiente:
“El derecho real supone un sujeto pasivo (el que sufre el
gravamen) y un sujeto activo, esto es, titular del derecho real.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 21
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

Este derecho del titular tiene las siguientes manifestaciones:


a. Un aspecto interno en virtud de la cual se le atribuye un
poder directo e inmediato sobre la cosa.
b. Uno externo, en virtud de la cual este poder adquiere un
carácter absoluto, esto es, erga omnes”1

El Jurista MANUEL ALBALADEJO GARCÍA (q.e.p.d.), nuestro insigne


maestro, define los derechos reales, en los siguientes términos:
“El derecho real es un poder directo e inmediato sobre una cosa, que
concede a su titular un señorío, bien pleno (propiedad), o bien parcial
sobre aquella, de forma que el ámbito de poder concedido (que varía
según el derecho real de que se trate), tiene la cosa sometida a su
dominación”2. Así pues lo propio de un derecho real es la intensidad del
poder que confiere a su titular o dueño, así como la posibilidad de su
ejercicio inmediato y la oponibilidad a quien pretenda arrebatarlo,
obstaculizarlo o desconocerlo.

II. Aspectos Sobresalientes de los Derechos Reales.


a. Poder directo sobre la cosa: No implica necesariamente la
detentación material de la cosa objeto del derecho real. El derecho
existe independientemente de que se esté o no en la detentación
física de la cosa, así tenemos que en la hipoteca, si bien el titular
de dicho derecho real de garantía no posee ni disfruta la cosa
hipotecada, él puede perseguir el bien en poder de quien se
encuentre, hacer que se venda y cobrarse lo que se le adeuda (Ver
artículo 1549 de Código Civil), con la prelación de Ley.

1 Jurisprudencia Civil. Universidad de Panamá. Facultad de Derecho y Ciencias Políticas. Centro de


Investigación Jurídica. Panamá. 1968. Pág. 54.
2 ALBALADEJO GARCÍA, Manuel. Derecho Civil III. Derecho de Bienes. Volumen I. Librería Bosch. Barcelona,

España. 1974. Pág. 11.


Dr. Jacinto Javier Espinosa González 22
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

El poder directo sobre la cosa significa, a decir de ALBALADEJO3,


“Aquel señorío jurídico que (aunque falten facultades de goce, de
disfrute y de tenencia material de la cosa) atribuyen la posibilidad
de operar inmediatamente sobre ésta de alguna forma”. Por ello el
artículo 337 y 582 del Código Civil prevé la facultad de ejercer la
acción reivindicatoria por parte del propietario y el artículo 450 en
materia de presunción permite al poseedor hacer uso de tal acción.

b. Oponibilidad: Los derechos reales por ser absolutos, son oponibles


“erga omnes”. Toda persona, natural o jurídica, inclusive el propio
Estado tienen la obligación de no perturbar el goce del derecho y la
invocación de dicha regla, solo se da en la medida que el derecho
real respectivo sea perturbado, desconocido o lesionado por
terceros. El derecho real se ejerce, como dice CLEMENTE DE
DIEGO4 “frente a todos, y contra todos puede hacerse efectivo,
cualquiera puede perturbarle, y contra cualquiera que sea el
perturbador podemos intentar que sea reconocido y respetado. Por
eso se dice que el derecho real sigue a la cosa como la sombra al
cuerpo, y su titular puede hacerlo valer contra terceros poseedores
de ella”. A este respecto, es pertinente lo dispuesto en los artículos
1580, 1581 y 1582 del Código Civil al fijar las alternativas que le
quedan al tercer poseedor frente al reclamo del titular del derecho.

c. Inmediatividad: A decir de GIORGI significa “que el titular del ius in


re podía moverse solo respecto a aquella relación, teniendo un
poderío absoluto con caracteres de monopolio y sin precisar de la
asistencia, mediación o amparo de nadie. Esta inmediatividad
puede ser absoluta, como en el derecho de propiedad o limitada,
como en los demás derechos reales, pero siempre será

3ALBALADEJO GARCÍA, Manuel, M. Op. Cit. Pág. 11


4De Diego, Clemente. Instituciones de Derecho Civil Español. Tomo I. Artes Gráficas. Madrid, España. 1959.
Pág. 367.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 23
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

inmediatividad, es decir, que el titular del derecho real domina


directamente la cosa con poder absorbente, no necesitando de nadie
para la actualización de ese poderío”5

Esta posibilidad es válida frente a particulares y al propio Estado,


pues la Constitución Nacional garantiza la propiedad privada
adquirida conforme a derecho, se le protege con la acción de
AMPARO (art. 54 Constitución Nacional), entre otras acciones, no
es la única, y puede haber expropiación con indemnización (art.48
Constitución Nacional) por razones de utilidad pública e interés
social, mediante juicio especial (proceso) e indemnización que debe
ser justa y oportuna, de lo contrario sería desconocer un derecho
fundamental consagrado por la propia Carta Magna (ver Título III
de la Constitución Nacional, art. 47 )

La inmediatividad a decir de BARASI 6 es el modo de la relación


poder del hombre sobre la cosa que supone “la ausencia de todo
intermediario personalmente obligado”. El derecho real, dice Roca
Sastre7 “no supone la ausencia de intermediario, sino de un
intermediario personalmente obligado. En una servidumbre por
ejemplo, el titular de la misma no puede en principio gozar de ella
sin la intervención pasiva del dueño del predio sirviente. Aquí
ciertamente hay un intermediario, pero no por la condición personal
del deudor, sino por su significación real de poseedor o propietario
de las cosas que pierde tan pronto deje de ser tal, pasando al
adquirente de la misma el deber jurídico de abstención”.

5 PUIG PEÑA, Federico. Tratado de Derecho Civil Español. Tomo II. Volumen I. Editorial Revista de Derecho
Privado. Madrid, España. Pág. 3.
6 PUIG PEÑA, Federico. Op. Cit. Pág. 6.
7 PUIG PEÑA, Federico. Op. Cit. Pág. 6.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 24
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

III. Sujetos involucrados en la relación de los Derechos Reales.


a. Sujeto Pasivo: Está compuesto por la totalidad de la colectividad, la
sociedad como Estado organizado, lo que dificulta su
determinación, a diferencia de los derechos personales o de crédito
en que siempre hay un sujeto obligado, determinado o
determinable.
Hay situaciones en que el sujeto pasivo viene determinado por
razón de la posición que mantiene frente a la cosa objeto del
derecho real. Así ocurre en materia de servidumbre, pues el dueño
del predio sirviente está obligado individualmente frente al
propietario del predio dominante en razón de que su predio ha de
prestar un beneficio al predio dominante (art. 513 y 516 del Código
Civil)

b. Sujeto Activo: Puede ser una persona natural o jurídica, singular o


plural según el titular del derecho, lo compone una o más
personas; en cuyo caso se hablará de propiedad o co-propiedad si
el sujeto es singular o plural o cotitular del derecho (cousufructo).
El sujeto activo del derecho real puede ser determinado o
determinable, ello puede darse por ejemplo en el caso de las
servidumbres, pues el sujeto activo viene a ser el dueño del predio
en cuyo favor se estableció la servidumbre, predio dominante. El
dejar hacer o no hacer que sufra el predio sirviente, está expuesto,
como dice Puig Peña 8 “a una relación que permite el ejercicio de la
servidumbre a quien sea el dueño del predio dominante”. Es
determinable, v.g. cuando el titular del derecho real fallece o está
ausente y se precisa declaración de herederos para saber quiénes
devienen en sucesores jurídicos del causante o declarado ausente.

8 PUIG PEÑA, Federico. Op. Cit. Pág. 11.


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IV. El Vínculo Jurídico.


Es el nexo o relación que mantiene el titular del derecho real con la
cosa objeto de la relación jurídica, de allí el poder directo, inmediato y
oponible a terceros (erga omnes).

Ello permite al titular del derecho, hacerlo valer frente a cualquiera


infracción, violación o desconocimiento de que sea objeto por cualquier
persona y para ello dispone de acciones legales como la acción
reivindicatoria (art. 582 Código Civil), posesoria (art. 597 Código Civil),
entre otras. El vínculo jurídico existe con independencia que el derecho
haya o no sido vulnerado, lesionado, obstaculizado o impedido su
ejercicio, ello por el singular hecho de ostentar el derecho real
respectivo.

V. EL Objeto de los Derechos Reales.


Los derechos reales tienen por objeto las cosas singulares, ya sean
corporales o incorporales, mueble o inmuebles susceptibles de ingresar
al dominio patrimonial de las personas, que procuren una utilidad y
tengan autonomía o vida jurídica propia y por ello el ordenamiento
jurídico lo considera y le da protección jurídica. En un principio, el
derecho romano solo admitió la existencia de derechos reales sobre
cosas corporales, no así sobre las incorporales. Esto trajo como
consecuencia que se modificara el concepto de “res”, lo que dio lugar a
que bajo tal noción se comprendieran las cosas corporales e
incorporales.

El derecho civil vigente admite, sin lugar a dudas, que las cosas
incorporales pueden ser objeto de derechos reales. Son fundamentos
irrefutables de tal admisibilidad los artículos 454 y 466 del Código Civil
(a propósito del usufructo); y 1568 numerales 2, 8; el 1569 numeral 5;
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y 1576 (estos últimos respecto a la hipoteca), el 1622 (respecto a la


anticresis). Igualmente la propiedad exclusiva de la obra o derecho
intelectual (Ley 64 de 10 de octubre de 2012), también distinguida
como derecho de autor y la propiedad intelectual (ley 35 de 10 de mayo
de 1996). La Constitución Nacional se refiere a esto último en el
artículo 53 de la propiedad reconocida a todo autor, artista o inventos.

VI. Clasificación de los Derechos Reales.


Cualquiera clasificación que de los derechos reales se pretenda hacer,
debe tener en cuenta el poder que el mismo confiere a su titular9. En la
medida que el poder conferido sobre la cosa sea total, se habla de
derecho real pleno para significar la plenitud de atributos o facultades
sobre la cosa, en tanto será parcial, limitado 10 en cosa ajena como
también se le conoce, si tan sólo concede parte de los atributos que el
derecho conlleva sobre la cosa. Siendo este el punto de distinción,
ocurre entonces que solo hay un derecho real pleno, el cual es la
propiedad. Los derechos reales restringidos, limitados o en cosa ajena
requieren que les preceda el derecho real pleno, esto es, que su
nacimiento depende del desprendimiento de algún atributo “ius utendi,
ius abutendi” del derecho de propiedad. Estos derechos reales en cosa
ajena se puede agrupar en las siguientes categorías:
a. Derechos Reales de Goce: Comprende el usufructo, uso,
habitación, servidumbre y arrendamiento de inmueble
restringido.
b. Derechos Reales de Garantía: Concurren bajo esta
denominación la prenda, la hipoteca y la anticresis. El
profesor ALBALADEJO GARCÍA11(q.e.p.d.) habla de una
tercera situación de los derechos reales en cosa ajena, la cual
es la de los derechos reales de adquisición. Esta categoría

9 ALBALADEJO GARCÍA, Manuel. Op. Cit. Pág. 21-22.


10 Este tema será abordado con detenimiento en capítulos siguientes.
11 ALBALADEJO GARCÍA, Manuel. Op. Cit. Pág. 23.
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enmarca el tanteo y el retracto. Nuestro ordenamiento


prohíbe la retroventa (art. 1277 del Código Civil) mas admite el
retracto (art. 923 del Código Civil).

El jurista español Puig Peña12 hace una clasificación de los derechos


reales sobre la consideración siguiente:

1. En atención al objeto: Estos a su vez se subdividen en:


a. Derechos Reales en cosas corporales.
b. Derechos Reales en cosas incorporales

2. En atención a la protección que brindan:


a. Derechos Reales Provisionales: En este caso el derecho real
brinda a su titular una protección provisional, como ocurre
en la posesión. El poseedor detenta la cosa como si fuera
dueño (Art. 415 del Código Civil), pero no lo es, ya que no la
ha adquirido.
b. Derechos Reales Definitivos: En este supuesto, se brinda al
titular del derecho una protección definitiva. Tal es el caso
del derecho de propiedad, hipoteca, servidumbre,
usufructo, etc.

3. En atención a la plenitud o restricción de su contenido:


a. Derechos Reales Plenos: Estos confieren a su titular un
poder pleno y absoluto, como ocurre en el derecho de
propiedad. El titular de estos derechos puede realizar toda
clase de actos, sin más limitaciones que las establecidas

12 PUIG PEÑA, Federico. Op. Cit.


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por su propia voluntad o la Ley, y que no vayan en contra


de la Ley, el orden público y la moral.
b. Derechos Reales Restringidos: Conceden al titular un poder
limitado sobre la cosa, pues los mismo recaen en cosa
ajena y se limitan al goce o disfrute que el derecho confiere.
Son ejemplos de estos la prenda, hipoteca, anticresis,
usufructo, uso, habitación y servidumbre.

4. En atención a la Finalidad Institucional:


a. Derechos Reales Temporales: Un ejemplo de este derecho
es el usufructo, el uso, la habitación, la prenda, la
hipoteca; estos derechos están supeditados a un plazo o
condición, estos derechos se extinguen por el vencimiento
del plazo o cumplido el hecho constitutivo de la condición.
b. Derechos Reales Perpetuos: Un ejemplo de este derecho es
la propiedad, existe mientras el objeto sobre el cual recae
exista, extinguida o perecida la cosa desaparece el derecho.
c. Derechos Reales Típicos y Derechos Reales Atípicos: Esta
clasificación se refiere a si están o no regulados en el
Código Civil.

VII. Posibilidad de Crear otros Derechos Reales.


Las diferentes categorías de derechos reales que se mencionan en el
apartado anterior, conocidos como derechos reales típicos por cuanto
vienen tutelados de manera singular y concretamente cada uno de
ellos en la Ley, ha traído como consecuencia que la doctrina se
plantee la viabilidad de crear otros derechos reales, en virtud de la
autonomía de la voluntad, fuera de los contemplados en la Ley. Tales
derechos se denominarían, como dice ALBALADEJO GARCÍA,
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Manuel13 “atípicos porque la Ley no los regula en particular”. Este


tópico ha dado lugar a dos grandes sistemas:
a. Sistema de “Numerus Clausus”: Según este sistema no se
puede establecer más derechos reales que aquellos que la Ley
fija. Tal facultad escapa de la autonomía de la voluntad, por
cuanto que la constitución de derechos reales es de interés, no
solo particular, sino general, colectivo, pues los bienes
circulan en el tráfico jurídico y van a manos de otras personas
con los derechos reales constituidos sobre ellos. También se
argumenta a favor del sistema “numerus clausus”, el hecho de
que el mismo facilita la función calificadora del Registro
Público y que esta es privativa de esta entidad.
b. Sistema de “Numerus Apertus”: Este sistema se funda en la
autonomía de la voluntad y señala que no solo son admisibles
los diferentes derechos reales que la Ley enumera, sino
también caben otros derechos reales que los particulares
quieran establecer. Las partes son libres de imponer sobre sus
bienes los derechos que a bien tengan, eso si, que no
contraríen la moral, la Ley ni el orden público y ello no
contraviene la función calificadora del registrador.
c. Sistema que Rige en Panamá: Cabe preguntarse cuál de los
dos sistemas mencionados rige en Panamá. De los artículos
1106, 1753 (numeral primero), 1758 y 1764 (numeral
segundo) del Código Civil se desprende que el sistema a
aplicar es el “numerus apertus”. Así también lo admitió la
jurisprudencia, cuando la Sala Primera de la Corte Suprema
de Justicia (de lo Civil) en auto de 6 de mayo de 1970 expresó

13 ALBALADEJO GARCÍA, Manuel. Op. Cit. Pág. 26.


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que, “El principio del numerus apertus y no el de numerus


clausus, es el que rige en nuestro sistema registral” 14

VIII. Diferencias que existen entre los Derechos Reales y Personales.


Muchos son los puntos de distinción que separan los derechos reales
de los personales o de créditos.
Como quiera que CASTAN TOBEÑAS 15 aborda con claridad meridiana
los puntos diferenciadores de estos derechos, me voy a permitir
seguirlo al respecto. El autor en cita, parte con la ordenación
siguiente:
a. Por razón de las personas que intervienen en la Relación
Jurídica: En el derecho personal, el sujeto pasivo es
individual o plural o está determinado o es determinable; es
un sujeto invariable. En los derechos reales el sujeto pasivo
es la comunidad, es indeterminado. No obstante hay casos
como el de la servidumbre, en que el sujeto pasivo es una
persona especialmente obligada, pues el dueño del predio
sirvientes debe soportar el gravamen y a veces realizar una
acción positiva (Art. 515 del código Civil).
b. Por razón del objeto: El objeto de los derechos reales es una
cosa corporal o incorporal, mueble o inmueble, específica y
determinada. El derecho personal o de crédito tiene por objeto
una prestación, que puede consistir en un dar, hacer, o no
hacer una cosa (Véase el art. 973 del Código Civil).
c. Por razón del poder que atribuyen a su titular: El derecho
real implica un poder sobre una cosa y se ejerce directamente
sobre la cosa sin que sea necesario ningún intermediario
personalmente obligado. El derecho de crédito implica un

14 ARROYO CAMACHO, Dulio. 20 Años de Jurisprudencia de la Sala Primera (de lo Civil) de la Corte Suprema de
Justicia. San José, Costa Rica. Litografía Impresora Lil. S.A. 1982. Pág. 57.
15 CASTAN TOBEÑAS, José. Derecho Civil Español Común y Foral. Tomo II. Volumen I. décima Edición. Madrid,

España. Instituto Editorial Reuz. 1964. Págs. 24 y 25.


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poder o facultad contra la persona del deudor para exigirle, la


realización de una prestación consistente en un dar, hacer, o
no hacer una cosa (Véase el art. 973 del Código Civil) de cuyo
cumplimiento responden el sujeto obligado con todos sus
bienes presentes y futuros (Art. 1653 del Código Civil). Los
derechos reales son derecho de exclusión, ya que su actividad
se circunscribe a conceder al titular el poder de no ser
perturbado por ninguna persona en el desenvolvimiento de su
libre actividad en relación con la cosa, los derechos personales
son derechos de vinculación, de unión de cumplimiento de la
prestación objeto de tal derecho.

d. Por su eficacia: El derecho real es absoluto ya que se puede


ejercitar, hacer valer contra toda persona, es oponible “erga
omnes”. El derecho real confiere un poder de persecución y de
preferencia.
El derecho de crédito es un derecho de efectos relativo, ya que
solo puede exigirse y hacerse efectivo contra la persona del
deudor o sujeto obligado o sus herederos.
e. Por los modos de originarse: Los derechos personales tienen
por fuente creadora el contrato, la Ley, los cuasi contratos y
los hechos ilícitos en que intervenga culpa o negligencia (Art.
974 del Código Civil).
Los derechos reales en cambio, precisan de un título y modo.
Los derechos reales pueden adquirirse por ejemplo: por
prescripción, ocupación, accesión, descubrimiento de tesoro,
sucesión mortis causa y tradición lo que no sucede respecto a
los derechos de crédito.
f. Por su duración y causa de extinción: El derecho real es
ordinariamente perpetuo y su ejercicio lo consolida. El
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perecimiento o destrucción total de la cosa sobre el cual recae,


trae consigo la extinción del derecho real.
El derecho de crédito tiene naturaleza transitoria y su
ejecución lo extingue, ya que envuelve la realización de la
prestación y con ello desaparece la finalidad del vínculo
jurídico.
g. Por la protección que ejerce: Los derechos reales conceden a
su titular la protección mediante una acción real; en cambio
los personales brindan tan solo una acción personal.
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CAPÍTULO II

EL OBJETO DE LOS DERECHOS REALES


LAS COSAS

I. Antecedentes. En cuanto al concepto de cosa, hay que establecer el


antecedente que ha tenido. La noción de cosa, viene relacionada con la
susceptibilidad de percepción a través de los sentidos. Antiguamente,
el marco de interpretación o conocimiento de la persona se
circunscribía respecto al objeto, aquellas cosas de las que tenían una
percepción de tipo material, físico o real. Vale recordar que en el
derecho romano inicialmente solo se consideraban cosas, las
corporales. Desde aquellos tiempos viene forjándose el concepto. Se
hablaba en un principio teniendo como referencia la percepción
material de las cosas, como algo tangible y visible, de existencia
corpórea o física.

Las relaciones jurídicas sólo podían referirse a aquellas cosas


corporales. Dentro de esta categoría se distinguía “pecus” para hacer
referencia al ganado. Estas son las primeras referencias al concepto de
cosas, llamadas por estos el “corporis” o “corpora”. Con el desarrollo
social, económico, tecnológico, político, científico y cultural que el
pueblo romano experimentó, la sociedad en sí, por razón del sinnúmero
de actividades que las personas realizan, el concepto de “res” pasa a
comprender tanto las corporales, como las incorporales. A partir de ese
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momento los romanos empiezan a admitir la posibilidad de relaciones


jurídicas sobre cosas incorporales.

A este respecto BIONDI dice que: mientras las “res” constituían una
categoría cerrada (Y la noción continúa hermética hasta nuestros días), el
concepto de “res” incorporales, aun siendo idéntica su nominación, es
una categoría abierta que se desarrolla continuamente en conexión con el
movimiento de la economía y de las relaciones jurídicas. Respecto a las
“res” incorporales los romanos dicen que se trata de cosas que pueden
percibirse, no con los sentidos, sino con nuestra inteligencia. Pero no
cualquier identidad puede concebirse solo intelectualmente, es para los
romanos “res” incorporal, sino solamente aquellos “in iure consistunt”;
esto es, los derechos16.

II. Concepto de Cosa. En el mundo de las relaciones se da un vínculo no


solamente jurídico, sino social, económico, histórico, religioso, cultural
y científico. Para la sociedad importa el conjunto de personas como un
todo dentro del medio en que se desenvuelven.

Para la economía, interesa el aspecto del desarrollo económico, como


medio de erradicación de la pobreza, condiciones y calidad de vida de
allí la búsqueda del estado de bienestar, etc., en que haya una
interrelación del ser humano, producto de la actividad económica del
propio hombre con menos desigualdad y más justicia social.

Para el derecho, en cambio, interesa aquello que tenga relevancia


jurídica, puesto que la sociedad y sus miembros están organizadas y
reguladas jurídicamente, toda vez que interesan al derecho.

16BIONDI, Biondo. Los Bienes. Editorial Bosch, traducida la segunda edición por Antonio de la Cymanza
Martínez Radio. Barcelona, España. 1961. Pág.19.
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En el campo filosófico, su objeto es diferente de lo que ocurre en otros


campos del saber. Hay cosas que importan para la filosofía, pero no
para el derecho. Así, el concepto de cosa vale desde el punto de vista
que tenga importancia para el derecho, de tal forma que le lleve a la
sociedad a regularlo y pueda concebirse como el objeto de la relación
jurídica y, por ende, se denomina cosas. Para BIONDI, cosa es
“cualquier entidad material o inmaterial que sea jurídicamente relevante,
esto es, que se tomaban en consideración por la Ley en cuanto constituye
o pueda constituir objeto de relaciones jurídicas. Cosa es la referencia
objetiva del Derecho Subjetivo Protegido”17.

MESSINEO analiza el concepto de cosa, atendiendo a la utilidad y


apropiabilidad de las cosas que tiende a satisfacer necesidades
humanas, cuando dice: “Cosa es una porción cualquiera del mundo
externo que sea susceptible de ser utilizada o apropiada por el sujeto
para satisfacer con ella sus necesidades económicas y espirituales”18

Así pues, es importante para la determinación de cosas, que las


mismas sean relevantes para el derecho, que sean apropiables,
utilizables y que proporcione al sujeto satisfacciones económicas y
hasta espirituales y gocen de existencia propia y hasta dependiente
como sucede con las principales y accesorias como se verá más
adelante al tratar las diferentes categorías de cosas.

III. Susceptibilidad Jurídica de las Cosas. Se refiere a la idoneidad de las


mismas para entrar en el mundo de las relaciones jurídicas. La
susceptibilidad expresa la idoneidad de las cosas para ser objeto de las
relaciones jurídicas, son aptas y reúnen las exigencias de la ley.

17BIONDI, Biondo. Op. Cit. Pág. 2.


18MESSINEO, Francisco. Manual de Derecho Civil y Comercial trad. De Santiago Sentis Melendo. Tomo II.
Editorial Jurídica. Buenos Aires, Argentina. 1954. Pág. 858.
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En tal sentido, se hace necesario la concurrencia de ciertos requisitos


que las hacen idóneas y que son, a saber:

a. La Utilidad: Que ofrezcan una utilidad a los sujetos titulares


de los derechos subjetivos. Esta utilidad tiene que ser
primordialmente de tipo económico, incluso puede ser de tipo
moral, oferta que tiende a satisfacer necesidades humanas.

Algunos autores hablan de patrimonialidad; es decir, que las


cosas deben tender a satisfacer necesidades económicas, de
allí que se hable de utilidad económica, sin embargo, hay
autores que sostienen que esa utilidad económica no es
elemento de las cosas consideradas por el derecho, sino por el
contrario, aunque deben proporcionarle, por razón de las
relaciones jurídicas que recaigan sobre las mismas,
satisfacción de necesidad no solamente económicas, sino
también morales y otros hablan de las espirituales, esa
satisfacción de necesidades económicas debe medirse en
cuanto que procure asegurar la satisfacción de un interés
individual y social de la comunidad. Bajo este punto de vista,
se miran las cosas tendientes a proporcionar una utilidad, la
satisfacción de necesidades sociales e individuales, de ahí que
el derecho les procure la protección, importancia y tutela
jurídica.

Hay situaciones en las cuales se considera jurídicamente


cosas que no proporcionan una utilidad económica como el
caso del derecho al nombre, a la personalidad, al honor, son
cuestiones extra patrimoniales, sin embargo, el ordenamiento
le brinda protección; y por esa consideración que el mismo le
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presta no debe desconocerse las utilidades que las mismas


proporcionan.
b. Susceptibilidad de Apropiación: Para que las cosas sean objeto
de relaciones jurídicas o encajen dentro de la susceptibilidad
jurídica de las mismas, deben ser apropiables. Ello no
significa, en modo alguno, que sean apropiables “in actum”;
sino que basta que sean susceptibles de apropiación. Así
encontramos la categoría de las cosas llamadas “res nullius”,
que son aquellas que no pertenecen a nadie, pero que puede
ocurrir que quien primero las encuentre y aprehende, las hace
suyas (artículos 360 y 361 del Código Civil).

También tenemos las llamadas Cosas Comunes Naturales, de


las cuales resulta imposible apropiarse, como el aire, el agua y
la luz, sin embargo, hay que tener en cuenta que en la medida
en que sea factible aprovecharse del aire, el oxígeno, de la luz
solar, los rayos solares y la recolección de agua, no escapan de
la susceptibilidad de apropiación, es regla general que estos no
son susceptibles de apropiación por su especial naturaleza,
como cosa comunes, sino solo en la excepción mencionada.

En relación con la apropiabilidad, el profesor Dulio Arroyo


(q.e.p.d.) en sus “Apuntes de Derechos de Bienes”, indica que
“no hace necesario que los bienes sean apropiables en el
momento en que se realiza el acto jurídico, sino que por el
contrario, basta que sean susceptibles de apropiación”; pone de
ejemplo el caso de las “res nullius”, cosas que no pertenecen a
nadie y que son objeto de apropiación por los particulares
desde que estos entran en posesión de las mismas. Por otra
parte distingue el hecho de que una cosa pertenezca al
dominio público del Estado, no impide que en el futuro sea
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objeto de apropiación y se sujeta al dominio de los particulares


en la medida que se les haya desafectado el carácter de bien
de dominio público y pase al dominio patrimonial del mismo.
El artículo 324 de nuestro Código Civil al definir cosa o bienes
introduce la exigencia de este requisito. En ese mismo sentido
se manifiesta el artículo 326 de la misma exenta legal.

c. Que tenga Existencia Propia: No es cosa la que constituye una


parte de un todo. El cuerpo humano en su totalidad no se
considera cosa, porque no puede ser objeto de una relación
jurídica, excepto en los supuestos de partes no vitales del
cuerpo humano, de allí que se permite la donación de órganos,
flujo sanguíneo, tejidos, leche materna, óvulos y
espermatozoides. El hecho de la exigencia de este requisito no
excluye la clasificación de las mismas en principales y
accesorias como veremos más adelante.

d. Que sean Jurídicamente Relevantes: Por ello el ordenamiento


las considera el objeto de la relación jurídica y protege el
derecho recaído sobre ella. De allí que el Código le dedique el
Título I del libro II a las varias clases de bienes.

IV. Cosas y bienes términos sinónimos como objeto de la relación


jurídica.

Sobre el concepto de cosa y bienes, la doctrina ha cuestionado si son


sinónimos o si por el contrario, tienen diversa significación, lo cual
ha dado lugar a dos corrientes doctrinales: una que sostiene que
existe una similitud y otra que afirma que existen diferencias entre
ambas:
1. La que sostienes que los vocablos cosa y bienes son diferentes:
Dentro de esta corriente se distinguen dos grupos:
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a. Los que sostienen que el concepto de cosas resulta ser


más amplio que el término Bienes: Entre el término bienes
y el término cosas, existe una relación de género a especie
porque todos los bienes resultan ser cosas, pero no todas las
cosas son bienes.
Bajo el concepto de bienes, se entiende las cosas que
procuran utilidad a las personas y son susceptibles de
apropiación privada y hacen parte del patrimonio de la
persona.

Según MESSINEO19 “cosa es cualquier porción del mundo


exterior que sea susceptibles de ser utilizada o apropiada por
el sujeto para satisfacer con ellas sus necesidades
económicas o espirituales”.

Señala que la mayor de las veces se toma el concepto de cosa


como referencia del derecho subjetivo, real y sucesorio. El
concepto jurídico de cosa coincide con el concepto económico
de bien y de riqueza, pero que esta coincidencia no es plena
o total porque en el fondo, estos conceptos no resultan ser lo
mismo.
Para este autor, el punto diferenciador entre cosas y bienes
está en que la cosa hace referencia a una entidad
extrajurídica, es “un bien en estado potencial y se convierte
en tal cuando se hace materia de una particular calificación
jurídica” y que “tal calificación estaría constituida por la
idoneidad de la cosa para dar cumplimiento a una
determinada función económica y social, objetivamente
considerada” y por tanto hay que entender que el concepto

19 MESSINEO, Francisco. Op. Cit. Págs. 258 y 259.


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Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

de bien, en sentido jurídico, hace referencia a la “cosa idónea


para dicha función”.

b. Los que sostienen que el término Bienes resulta ser más


amplio que el término Cosas: Se apoyan a esta
conceptualización de las cosas corporales e incorporales y
señala que el concepto cosa se reduce a las cosas corporales;
y que el concepto de bienes abarca tanto a la una como a la
otra.

2. Los que consideran que entre los términos Cosa y Bienes no existe
diferencia: Se trata de términos sinónimos. El principal defensor de
esta corriente es BIONDI20 cuando dice: “se trata de dos términos
que consideran a la misma entidad desde diversos aspecto. Cosa
alude a una entidad objetiva independiente de un sujeto, con tal que
sea jurídicamente relevante. Bien, en cambio reclama interés,
ventaja, utilidad y por tanto se refiere a un sujeto. Cosa tiene
referencia objetiva. Bien, tiene una referencia subjetiva”. Según el
autor “cosa es la referencia objetiva del derecho subjetivo”. El
derecho subjetivo tiene por referencia un objeto y un sujeto, es
decir, los derechos conferidos a un sujeto hacen alusión a derechos
reales sobre una cosa determinada y específica; de allí que cosas o
bienes es la referencia objetiva de un derecho subjetivo. Para
BIONDI “Se trata solo de dos puntos de vista, ya que la noción de
cosa para fines jurídicos coinciden con la de bien; a la cosa se refiere
el interés, la ventaja, ya que es jurídicamente cosa, en cuanto
presente un interés jurídicamente apreciable; esto es, cuando es

20 BIONDI, Biondo. Op. Cit. Pág.20.


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bien. Inversamente al bien se refiere la idea de cosa, o sea, entidad


que produce o la que se refiere a utilidad”.

Este autor concluye que los conceptos de cosas y de bienes son


equivalentes y que la noción de bien reclama la idea o noción de
utilidad respecto al sujeto.
Indica BIONDI21 que el concepto de cosas como entidad objetiva se
refiere a aquella sobre la que se ejercita el derecho subjetivo; y los
bienes, como el interés que constituye el contenido de los derechos
subjetivos, puede tener importancia o una utilidad para los efectos
de la explicación de la coexistencia de pluralidad de derechos
subjetivos respecto a la misma. Según el mismo autor, puede
ocurrir que varias personas tengan diferentes derechos reales
sobre la misma cosa; y esa distinción solamente podría tener
trascendencia para esos efectos, pero jurídicamente, es irrelevante
la distinción que se pueda mantener entre uno y otro porque
ambas envuelven y significan lo mismo, y es preferible entender
tales términos como sinónimos.

3. Derecho Positivo Nacional: En nuestra legislación debo indicar que


el artículo 324 del Código Civil define los bienes; al señalar que
“todas las cosas que son o pueden ser objeto de apropiación, se
consideran bienes muebles o inmuebles”.
En nuestra legislación debe entenderse el término cosa como
sinónimo o equivalente de bienes, pues es admisible la
constitución de derechos, no solo sobre las cosas corporales sino
también sobre las incorporales (Art. 324, 325, 326, 337 y 342 del
Código Civil).

21 Ibídem, pág.20.
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Los artículos 157 y 158 del proyecto del Código Civil del Profesor
Garay dicen respectivamente:

Artículo 157: Son bienes las cosas corporales o


incorporales que son o pueden ser objeto de derecho.
Artículo 158: Puede ser objeto de derecho todas las cosas
que no están fuera del comercio por naturaleza o por
disposición de la Ley.

Sobre el particular también es pertinente el artículo 1122 del Código Civil


a propósito del objeto de los contratos y que el código emplea
indistintamente los vocablos cosas y bienes para referirse al objeto de la
relación jurídica que sobre los mismos gravita según derecho subjetivo
respectivos.

V. El Patrimonio.

Los bienes o cosas se les valora y tutela en la medida que sean aptas
para ingresar al dominio patrimonial de las personas, he allí el porqué
el artículo 324 del Código Civil disponga al definirlos que sean “objeto
de apropiación”. Y es que entre el termino bienes o cosas y patrimonio
existe una honda interrelación, pues uno se refiere al objeto de la
relación jurídica (cosas o bienes) y el otro gravita en el aspecto
sustantivo referido en razón del titular o dueño de ese objeto y que lo
ingresa a su patrimonio mediante uno de los diferentes modos de
adquirir determinados en la ley. He allí la necesidad obligada de
referirnos al presente aspecto que no se puede sustraer del particular
estudio en los derechos reales. Hay varias teorías que tratan de explicar
la naturaleza jurídica del patrimonio y se discute sobre qué
constituye el patrimonio.
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El patrimonio está en íntima relación de las cosas con el sujeto titular


de las mismas, de allí que las cosas como el objeto de la relación
jurídica patrimonial precisan de la necesidad de apropiabilidad (Art.
324 del Código Civil). Las cosas no se pueden valorar aisladamente, ni
separadas de su vinculación con el sujeto titular o dueños de las
mismas.

Veamos, en primer lugar los elementos constitutivos del patrimonio y


luego las teorías acerca de la naturaleza jurídica del patrimonio.

a. Derechos que componen el Patrimonio:


 Derechos Patrimoniales y Derechos No Patrimoniales: Aquí
hay dos (2) teorías:
1. La que considera que el patrimonio lo constituyen los
derechos patrimoniales y los extrapatrimoniales como los
derechos de la familia, de la personalidad, obligaciones de
tipo moral, etc.
2. La doctrina que considera que conforman el patrimonio
los llamados derechos patrimoniales, o sea, los derechos
de contenido económico, sobre bienes inmateriales
(propiedad literaria), relaciones económicas del derecho
de familia y las acciones emanadas de estos derechos.
Entre los seguidores de esta teoría está MESSINEO22,
para quien por patrimonio debe entenderse “un conjunto
de relaciones comprendidas derechos y obligaciones, esto
22 MESSINEO, Francisco. Op. Cit. Pág. 261.
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es de elemento variable que serían el aspecto activo y


pasivo, que tiene como titular un sujeto y que están
vinculados entre sí”.
 Bienes Presentes y Futuros: Hay dos (2) teorías:
1. La que afirma que el patrimonio solo está integrado por
los bienes sobre los que actualmente tiene potestad el
titular, o sea, los que posee actualmente.
2. La que considera que el patrimonio está integrado por los
bienes presentes y futuros, esto es, los que puede
adquirir el titular. Esta teoría es la generalmente
aceptada y seguida por nuestro Código Civil (Artículo
1122 y 1653).
 Las Obligaciones y los Derechos: Comprende dos (2)
corrientes:
1. Para una, el patrimonio solo lo componen los derechos, ya
que las obligaciones son carga del patrimonio.
2. Para la otra teoría el patrimonio lo componen los derechos
y obligaciones.

Para ALBALADEJO “Esta cuestión no tiene otro alcance que el


terminológico; y lo que importa es únicamente ver si en cada caso
que la Ley habla del patrimonio o se refiere a él, piensa en el
patrimonio total o sólo en el patrimonio activo. Decidirse por una u
otra solución al problema de interpretación de la norma ante la
que se esté”. Por ejemplo, en el artículo 628 del Código Civil al
tratarse de la transmisión del patrimonio por causa de muerte se
incluye dentro del concepto de patrimonio, los activos y pasivos
del causante o fallecido.

b. Derechos que no se consideran parte del Patrimonio.


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 Los Derechos Individuales, Civiles y Políticos.


 Derechos derivados de la Personalidad: Derecho al nombre, a
la imagen, al honor.
 Derechos de Familia sin ningún contenido Patrimonial: Patria
potestad, autoridad marital, tutela, filiación, parentesco, etc.
 Derechos y Acciones para lograr un estado civil determinado
en caso de ser desconocido: El estado de viudez, de casado
(a), divorciado (a), unido (a), de hijo, etc.
 Cualidades y Atributos Personales que pueden dar lugar a la
adquisición de bienes, la fama, el prestigio, la clientela, etc.

Todos estos derechos tienen carácter personalísimo,


inalienable, intransmisible e imprescriptible, de allí el por qué
no hacen parte del patrimonio.

c. Teorías acerca de la Naturaleza Jurídica del Patrimonio:


1. Teoría Clásica o de la Personalidad: Esta teoría
(Elaborada por AURBRY y RAY) concibe el patrimonio
como un atributo o emanación de la personalidad.

Para esta teoría el patrimonio es el conjunto de derechos


y obligaciones de contenido pecuniario que tiene por
titular a una misma persona.

Principios que propugna esta Teoría.


 Sólo las personas naturales o jurídicas pueden
tener un patrimonio, por ser las únicas capaces de
tener derechos y adquirir obligaciones.
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 Toda persona tienen necesariamente un


patrimonio, comprendiendo los bienes presentes y
futuros.
 El patrimonio es inseparable de la persona durante
la vida de ésta, por ello no hay transmisión a título
universal del patrimonio por actos intervivos, solo el
caso previsto en el artículo 3 de la Ley 1 de 5 de
enero de 1984 sobre fideicomiso.

Objeciones a esta Teoría.


Esta teoría ha sido criticada ya que no es cierto que el
patrimonio sea una emanación de la personalidad, pues
no debe confundirse este concepto con la capacidad de
adquirir bienes patrimoniales, ya que hay patrimonios sin
titular, las personas pueden tener varios patrimonios y no
hay una propiedad sobre el patrimonio.

Al respecto dice GENY: “Es natural que se pueda


presentar el conjunto de derechos y obligaciones en una
persona como si formara un todo complejo, independiente
de los objetos particulares que lo componen y sometidos a
un régimen homogéneo que responda al concepto de
universalidad jurídica”.

Objetando esta teoría personalista, VALENCIA ZEA23 dice:


“Que una persona si bien es cierto tiene una voluntad y
debe tener un patrimonio y que éste resulta ser indivisible,
esa noción dada por AUBRY y RAY es una noción

23 VALENCIA ZEA, Arturo. Tratado de Derecho Civil.


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puramente psicológica. En cambio la noción de patrimonio


es puramente económica y que el impide que aún cuando
exista esa declaración de voluntad por parte del sujeto y
que el patrimonio no pueda dividirse por partes materiales
eso da origen a que en un momento dado una persona
carezca de patrimonio”.

2. Teoría Moderna o del Patrimonio Afectación: Para esta


teoría el patrimonio consiste en un conjunto de derechos
y obligaciones que están afectos a un fin determinado.

Principios que propugna esta Teoría.


 En el patrimonio lo fundamental es el destino o
afectación de los bienes, no la persona. Por ello puede
existir un patrimonio sin dueño.
 La persona puede tener más de un patrimonio; por
ejemplo: La herencia aceptada a beneficio de
inventario, la propiedad fiduciaria (Ley No. 1 de 5 de
enero de 1984).
 El patrimonio puede ser transmitido en su totalidad
por acto intervivos, especialmente por contratos, pues,
no existe una prohibición legal en tal sentido. Es más
en materia de fideicomiso puede transmitirse la
totalidad de un patrimonio (Artículo 3 de la Ley No. 1
de 1984).
Objeciones a esta Teoría.
Esta teoría ha sido criticada especialmente por pretender
desconocer la existencia de un patrimonio que se
caracteriza por estar íntimamente vinculado a un sujeto.

d. Clases de Patrimonios.
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1. Patrimonio General o Personal: Es el conjunto de


derechos y obligaciones valuables económicamente, que
pertenece a una persona en la medida de su existencia.
Este patrimonio varia en la medida que la persona celebre
actos jurídicos de enajenación o se les transfieran bienes.

Referente al activo patrimonial dice ALBALADEJO24 “Que


sirve por un lado, a la satisfacción de los fines y
necesidades de la persona, y por otro de garantía para sus
acreedores, en cuanto que del cumplimiento de las
obligaciones responda el deudor con todos sus bienes
presentes y futuros” (Ver artículo 1653 del Código Civil).

2. Patrimonio Especial o Separado: Está constituido por


una masa de bienes independiente o autónomo sujeto a un
régimen jurídico distinto del que rige el patrimonio general
de una persona. Son ejemplos de esta clase de patrimonio
los siguientes:
 La herencia aceptada a beneficio de inventario,
en cuya hipótesis la persona tiene dos masa
patrimoniales; la suya y la que heredó,
respondiendo de las deudas y demás cargas de
la herencia, sólo con los bienes de esta última
(Véase el artículo 894 del Código Civil).

24
ALBALADEJO, Manuel. Op. Cit. Pág. 12 y ss.
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 El pecunio de los hijos sujetos a patria potestad


(Ver artículo 335 del Código de la Familia y el
Menor).
 El constituido por una empresa de
responsabilidad individual en que el socio o
empresario destina parte de su patrimonio y se
constituye uno separado que es el que
corresponde por las deudas sociales. Así se
refiere el artículo 25 de la Ley No. 4 de 9 de
enero de 2009.
Artículo 25. “La responsabilidad económica de
cada socio por las obligaciones contraídas por la
sociedad estará limitada al monto de su
participación hecha o prometida.”
Al respecto dice ALBALADEJO25 “La segregación
del patrimonio separado, lo establece la Ley. En
general, la persona no puede por su sola
voluntad detraer a su patrimonio total, grupos de
relaciones (existentes o que puedan surgir
después) y formar con ella un patrimonio
separado (declarándolo exento, por ejemplo de
responsabilidad por deudas); únicamente cabe
calificar de voluntad la creación del, patrimonio
separado, en el sentido de ser voluntaria la
realización del hecho (así, aceptar la herencia a
beneficio de inventario)”.
 El caso del patrimonio transmitido en
fideicomiso (Ley No. 1 de 5 de enero de 1984).

25
ALBALADEJO, Manuel. Op. Cit. Pág. 13
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3. Patrimonio de Destino, en Administración o Afecto:


Formado por un conjunto de bienes que se caracterizan
por su especial destino y no por estar vinculados a una
persona, según ALBALADEJO “Tal patrimonio suele
llamarse de destino, por basarse en su unidad actual, no en
la pertenencia a una persona, sino en la destinación común
(Al titular futuro) de todas las relaciones que lo componen”

Los autores estiman que esto se presenta en los casos


siguientes:
 Por no haber nacido la persona (Nasciturus).
 Por estar la herencia yacente.
 Por desaparición de la persona (Por ausente).
 Por haber decretado la quiebra del deudor.
 La propiedad fiduciaria (Ley No. 1 de 5 de enero
de 1984) y la propiedad fundacional (Ley No. 25
de 12 de junio de 1995).

e. Criterio del Código Civil acerca del Patrimonio: Nuestro Código


no define el patrimonio, pero utiliza el término en los artículos
489 a propósito del usufructo y 631 relacionado a la sucesión
mortis causa así como la Ley 1 de 5 de enero de 1984 sobre
fideicomiso; y en cuanto a la teoría que admite sigue la clásica o
de personalidad. Así habla del patrimonio del difunto (Artículo
628), como también alude al patrimonio obligado a propósito
del derecho de prenda general (Artículo 1653). No obstante
concibe patrimonios separados y en administración (Artículo
808) que va en contra de la teoría personalista.
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El patrimonio es considerado una universalidad jurídica a


propósito de la sucesión por causa de muerte (Artículo 3 de la
Ley N° 1 de 5 de enero de 1984 y artículo 628 del Código Civil).

VI. Clasificación de las Cosas. Corresponde ahora, luego de la


intervención necesaria del capítulo anterior, retomar el estudio del
objeto de los derechos reales, las cosas. Las cosas son el objeto de las
relaciones jurídicas patrimoniales, en este caso de los derechos reales.
Variedad de clasificación jurídica de las cosas puede hacerse
dependiendo del criterio que se aplique.

Procuraré ceñirme, en la medida de las posibilidades, a la sistemática


empleada por el legislador en la estructuración de la clasificación de
cosas. Así, pues nos acogeremos a una primera clasificación objetiva,
que atiende al objeto sobre el que recae el derecho, otra clasificación
patrimonial que se refiere a la apropiabilidad y comerciabilidad de las
cosas y finalmente atendiendo a los sujetos a quienes las cosas
pertenezcan por haber ingresado a su patrimonio.

a. Clasificación Objetiva o en Atención al Objeto sobre el


que recae el Derecho.

1. Cosas Corporales e Incorporales.


Esta clasificación es de vieja data, se remonta a tiempos del
Derecho Romano.

En el Derecho Romano, en sus inicios solamente eran objeto de


relaciones jurídicas las cosas corporales, no así las
incorporales. Con la evolución económica, política, cultural y
social que este pueblo experimentó, da lugar a admitir las cosas
incorporales y ello, ocurre al modificarse el concepto de “res”
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(Cosa), a partir de ese momento es objeto de relación jurídica,


tanto las cosas corporales como las incorporales.

Vista estas ideas previas, cabe expresar que por cosas


corporales se debe entender aquellas que tienen existencia
material, física y corporal, y que es perceptible por el hombre a
través de los sentidos. Tal ocurre, por ejemplo en el caso de un
animal, de un vehículo, de una máquina, de un libro, de un
árbol, de una casa, de un terreno o finca, un edificio, un
apartamento en propiedad incorporada a P.H. (propiedad
horizontal).

Las cosas incorporales son aquellas que solamente son


cognoscible por el ser humano a través del intelecto, de la
mente, de la psiquis como es el caso del derecho, de las
obligaciones y de las acciones, se trata de abstracciones creadas
por el propio ordenamiento jurídico.

En relación a estos derechos, cabe indicar que a juicio del


profesor CARRILLO26 en el caso de los derechos considerados
como cosas incorporales no cabe tratar el derecho real de la
propiedad. El sostiene que esa dificultad de tratarlo dentro de la
categoría de los derechos obedece a que ha sido tradición, desde
los tiempos del Derecho Romano, considerar o identificar el
derecho real de propiedad con la cosa en sí. Mas no olvidemos
que una realidad jurídica es el derecho y otra es su objeto que
son las cosas sobre el cual recae; no cabe confundir el derecho
con su objeto que es la cosa en sí.

26 CARRILLO, Rogelio María. Op. Cit. Pág. 17.


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En relación a esta clasificación VALENCIA ZEA27 al hablar de la


legislación colombiana, entiende por cosas corporales aquellas
que solamente pueden ser percibidas por los sentidos, dice,
como en el caso de una casa, un libro; esto es, las que tienen
cuerpo; y es que solo los cuerpos ocupan un lugar en el espacio;
solamente las cosas corporales son susceptibles de ser
perceptibles o percibidas por el hombre a través de sus
sentidos.
Respecto a las cosas incorporales, expresa el autor que son las
que consisten en meros derechos, como es el caso de los
créditos; lo mismo sucede con relación a la servidumbre activa.
A esto debo agregar el derecho de hipoteca voluntaria,
usufructo, anticresis y derecho de autor.

Importancia de la Clasificación.
La importancia que tiene esta clasificación, en cuanto a las
cosas corporales, obedece a que existe uniformidad en relación
con la legislación que las regula, salvo lo referente a la
destinación que el propio legislador hace de los bienes muebles
a los inmuebles a pesar de ser corporales en ambos casos
(Artículo 325 del Código Civil).

En cambio, en cuanto a las cosas incorporales, vale decir que la


legislación no es uniforme. Así, encontramos que en relación a
los derechos personales o de crédito, éstos tienen normas
propias, específicas, que los regula (Artículo 973 y ss del Código
Civil) y que solamente son aplicables con relación a esta
categoría de derechos no así en cuanto a otro, por ejemplo el
derecho de autor, el derecho de invención. Estos derechos se
27 VALENCIA ZEA, Arturo. Op. Cit. Pág. 9.
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rigen por normas especiales existentes para cada uno de ellos;


no existe una legislación uniforme con relación a estas
diferentes categorías de cosas incorporales (Ley No. 64 de 10 de
octubre de 2012 y Ley No. 35 de 10 de mayo de 1996).

Hay normas propias para los derechos de créditos o personales,


que regulan las relaciones jurídicas celebradas entre personas,
que dan consecuencia a derechos personales. Las normas que
regulan esos derechos no son aplicables al derecho de autor o
de invento, estos tienen normas especiales. Las cosas
corporales se regulan por un mismo tipo de norma: existe
uniformidad normativa, excepto el caso de las cosas inmuebles
y muebles que, siendo corporales, tienen una legislación
distinta y se rigen por normas propias.

En cuanto a esta clasificación, aun cuando no se haga


referencia de manera específica y concreta de la misma, no
menos cierto es que existen preceptos que dan pie para
sostener que en nuestro medio se admite la distinción entre
cosas corporales e incorporales. Así se desprende de los
artículos 324, 325, 326 y 327 del Código Civil, que alude a la
clasificación de los bienes y los artículos 1232 y 1234 de la
misma excerta, que se refiere a la compraventa.

El proyecto del Código Civil del profesor Narciso Garay, en el


artículo 157 hace referencia a esta clasificación al decir que
“son bienes las cosas corporales o incorporales que son o pueden
ser objeto de derecho”. Al proporcionar este Proyecto de Ley una
definición de bienes, hace referencia específica al objeto de la
relación jurídica (las cosas) independientemente sean corporales
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o incorporales, muebles o inmuebles, fungibles o no fungibles,


consumibles o no, apropiables o inapropiables.

2. De los Bienes Muebles e Inmuebles.


Esta es la clasificación más relevante que contiene el Código
Civil. A este respecto el Libro Segundo Título III, Capítulo
Primero y Segundo, regula lo relativo a esta categoría de bienes.
A ella se refiere de manera directa el artículo 324 del Código
Civil que al hablar del objeto del derecho de propiedad indica
que todas las cosas que son o pueden ser objeto de apropiación
se consideran bienes muebles o inmuebles.

Vale expresar, en cuanto a esta clasificación, que la misma se


refiere a la ubicación en el espacio y a la posibilidad o no de
desplazamiento de las cosas. Así encontramos que se habla de
bienes muebles para hacer referencia a los que presentan
aptitudes de desplazamiento de un punto a otro sin menoscabo
de su sustancia, ya sea por su propia fuerza o con ayuda de
una fuerza externa, más no solamente se reputan bienes
muebles aquellos que conllevan una posibilidad de
desplazamiento, existe otras categorías de bienes a los cuales
sin tomar en cuenta tal situación, el legislador los considera
como muebles.

El artículo 325 del Código Civil, por su parte, indica las


diferentes categorías de bienes inmuebles. En los bienes
inmuebles resulta lo contrario a lo que ocurre a los bienes
muebles, no presentan aptitudes de desplazamiento. Los bienes
inmuebles son aquellos que no pueden trasladarse, o
desplazarse de un lugar a otro si no sufren menoscabo en su
sustancia. Los bienes inmuebles no solamente son aquellos que
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con el desplazamiento ven alterada su sustancia sino que


comprende también otras categorías que la ley les asigna esa
condición inmobiliaria. Es la ley la que indica pautas para
determinar si se está ante una u otra categoría de bienes.

Así tenemos que a propósito de los bienes muebles, el artículo


326 del Código Civil, medular en este aspecto, indica que “se
reputan bienes muebles los susceptibles de apropiación no
comprendidos en el capítulo anterior…”, es decir, los no
contemplados en el artículo 325, que hace referencia a los
inmuebles. Agrega el artículo preindicado y en general todos los
que puedan transportarse de un punto a otro sin menoscabo de
la cosa inmueble a que estuvieran unidos y no solo son muebles
los previstos por el precitado precepto, sino también los
indicados en el artículo 327.
Los bienes muebles no solamente son aquellos que presentan
aptitudes de desplazamiento de un lugar a otro por sus medios
o su propia fuerza, sino aquellos que pueden ser desplazados de
un lugar a otro por fuerza extrañas, como el caso de la ayuda
mecánica o de fuerza bruta, ya sea del hombre, de animales o
de vehículo a motor.

La calidad del bien mueble no viene determinada solamente por


la especial circunstancia de desplazamiento que concurra en
una cosa en un momento dado, sino que a ello debe aunarse la
no alteración de la sustancia de la cosa como consecuencia de
la movilización o en virtud de un acuerdo jurídico que anticipa
la naturaleza mobiliaria de un bien inmueble (compraventa de
cosecha futura o pignoración de frutos futuros).
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3. De los bienes muebles.


A propósito de los bienes muebles, de los artículos 326 y 327 del
Código Civil, se desprende que debe entenderse por estos bienes
aquellas cosas corporales que pueden desplazarse de un lugar a
otro por su propio medio, en cuyo caso se habla de bienes muebles
animados como es el caso de los semovientes o aquellos cuyo
desplazamiento requiere de la colaboración de una fuerza exterior o
externa en este supuesto estamos frente a los llamados bienes
muebles inanimados, como es el caso de un vehículo, de una
máquina, de un buque, una mesa, una silla, una carreta, una
aeronave, en la medida que estos no estén contemplados dentro de
aquella categoría de bienes inmuebles que aún siendo muebles el
legislador reputa como inmueble, empero no solo los bienes
muebles están comprendidos por estas dos categorías sino por el
contrario, también existen aquellos que aun no teniendo una
existencia corporal se circunscriben a los llamados bienes muebles
incorporales y aquellos que siendo inmueble, por una declaración
de voluntad anticipada del propietario de los mismos, en acuerdo
con terceras personas le dan anticipadamente la categoría de
muebles, no obstante de ser inmuebles por adherencia,
incorporación o unión.

Así pues cabe indicar que bajo esta idea de bienes muebles debe
entenderse la referida a las tres clases de bienes muebles que
existen y que vemos adelante. El artículo 326 nos da una noción de
bienes muebles, partiendo de una idea de exclusión, indicando que
se “reputan bienes muebles los susceptibles de apropiación no
comprendidos en el capítulo anterior” o sea, en el Capítulo Primero
del Libro Segundo que regula los bienes inmuebles.
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Cualquier categoría de bien no contemplada dentro de los


supuestos enunciados en el artículo 325, la ley entiende a tenor de
lo establecido en el artículo 326 que se reputan muebles.

3.1. Diferentes categorías de Bienes Muebles.

Los bienes muebles se clasifican en bienes muebles por naturaleza,


bienes muebles por disposición legal y bienes muebles por
anticipación.

La doctrina respecto, a los muebles por disposición de Ley, prefiere


llamarlos incorporales.

3.1.a. Bienes Muebles por Naturaleza.


Existen cosas que son movibles por si mismo, esto es, por
su propia naturaleza, por su propia condición, tiene su
propio mecanismo de locomoción, de desplazamiento.

Los bienes muebles por naturaleza son aquellos que hacen


referencia a la posibilidad de desplazamiento por si mismo
de un lugar a otro, en cuyo caso se les llama bienes muebles
animados (es el caso de los semovientes), o que para
desplazarse requieren de la ayuda, del apoyo de una fuerza
extraña o exterior, en cuyo caso se les denomina bienes
muebles inanimados (como por ejemplo una máquina, un
vehículo, una mesa, una silla, una piedra, un buque, una
aeronave); dicho desplazamiento debe realizarse sin que se
produzcan una alteración o detrimento en la sustancia de la
cosa.
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Lo característico en esta categoría de bienes consiste en la


posibilidad de desplazamiento sin alteración de la sustancia
de la cosa. Esta variedad de bien mueble comprende dos
categorías: los semovientes o cosas corporales animadas (un
caballo, una vaca, aves, un perro, un conejo, los animales
en general, etc.) y las cosas corporales inanimadas (una
banca, una silla, un trozo de madera, un quintal de arroz,
un pedazo de roca, una mesa, una raqueta, un martillo,
etc.).

3.1. b. Bienes Muebles por Disposición Legal.


En relación a esta categoría de bienes la doctrina prefiere
llamarlos bienes muebles incorporales.

A propósito de estos bienes muebles por disposición de Ley


se refiere el artículo 327 del Código Civil y la tipificación la
hace el propio legislador sin atender a la posibilidad de
movilidad de los mismo, o detrimento de su sustancia, sino
por el contrario, es la Ley la que le imprime ese carácter
mueble cumpliendo los presupuestos exigidos.

3.1.b.1Supuestos de bienes muebles por disposición de


la Ley: El artículo 327 establece los derechos y
obligaciones; las acciones, aun cuando sean hipotecarias
que tengan por objeto sumas de dinero o efectos
muebles; las acciones o cuotas de participación en
compañías mercantiles o civiles aun cuando las mismas
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posean bienes inmuebles y las rentas y pensiones.


Veamos cada una de estas categorías mobiliarias.
1. Derechos y Obligaciones: Con relación a esto; la
doctrina prefiere distinguir en atención a si se trata
de derechos u obligaciones. Sobre la base de esta
distinción los derechos reales son muebles cuando
tienen por objeto cosas muebles; en cambio son
inmuebles cuando tienen por objeto cosas
inmuebles. Así encontramos que en el caso de la
hipoteca, según se trate de la concebida conforme el
Decreto Ley No. 2 de 24 de mayo 1955 modificado y
derogado artículos del mismo por la Ley 129 de 31
de diciembre de 2013 que tiene por objeto bienes
muebles, allí el derecho real que recae sobre un
mueble, debe reputarse un bien mueble. En cambio
si el derecho real recae sobre una finca, heredad,
inmueble, en ese caso el derecho real es un bien
inmueble y sus mejoras o incorporado al régimen
de P.H. también lo son en tanto la prenda siempre
será mueble, no puede recaer sobre bienes
inmuebles, en consecuencia esta siempre será
mueble. Situación distinta ocurre cuando se trata
de anticresis, hipoteca de cédula, habitación,
servidumbre que siempre tendrán por efectos cosas
inmuebles, en cuyo caso esos derechos reales
siempre se les reputará inmuebles.

En cuanto a los derechos personales o de créditos


se refiere, la doctrina no es uniforme en la
determinación de si los derechos personales son
muebles o inmuebles. Prefieren estudiar el
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problema si se trata de una obligación de dar o no,


obligaciones de hacer o no hacer. Sobre esta
perspectiva sostienen que tratándose de una
obligación de dar una cosa mueble, el derecho
personal nacido de esta obligación de dar un efecto
mueble siempre tiene que reputarse bien mueble.
En cambio, si la obligación consiste en dar un
inmueble, este sector doctrinal es partidario que se
repute bien inmueble.

Valga la pena poner por ejemplo el caso en que se


celebra un contrato de compraventa de una
grabadora, ésta es un bien mueble. El derecho
personal que tiene el comprador de exigir respecto
del vendedor la entrega de este objeto mueble, es
un bien mueble porque recae respecto a una
obligación de dar un bien mueble. Situación
distinta ocurre en el supuesto que se trate de una
obligación de dar una finca, por ejemplo, en el que
se ha celebrado un contrato de compraventa y nace
para el vendedor la obligación de dar la finca
vendida y el comprador tiene el derecho de exigir la
entrega de esa cosa. El derecho personal que tiene
el acreedor o comprador es inmueble porque tiene
por referencia una cosa inmueble.

Cosa diferente ocurre cuando se trata de una


obligación de hacer o de no hacer. La doctrina con
relación a esto sostiene que el derecho personal en
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estos siempre será un bien mueble. En nuestra


legislación la doctrina se encuentra dividida. Así
encontramos que el profesor ARROYO28 sostiene
con base al numeral décimo del artículo 325 en
asocio con el 326 y 327 del Código Civil que los
derechos personales o de créditos aún cuando
tengan por referencia bienes inmuebles siempre se
reputarán bienes muebles.

El profesor Noriega y el profesor Carrillo por su


parte, sostienen que los derechos personales o de
crédito no siempre son muebles y para confirmar su
punto de vista parten de considerar si el derecho
personal o de crédito tiene por referencia una cosa
mueble o inmueble según sea el caso. Criterio que
compartimos y que encuentra asidero jurídico en lo
dispuesto por los artículos 979, 980, 982, 985 del
Código Civil y el artículo 1619 del Código Judicial.

2. Las acciones aunque sean hipotecarias que


tengan por efecto sumas de dinero o efectos
mueble: Respecto a esta categoría de bienes, debo
destacar que tradicionalmente se considera que las
acciones serán muebles o inmuebles, según tengan
por referencia bienes muebles o inmuebles.

28 Véase CARRILLO, Rogelio de María. Op. Cit. Pág. 22.


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Así por ejemplo, encontramos con relación al


derecho de propiedad, el derecho de usufructo, el
derecho de prenda, la hipoteca que según, recaiga
sobre mueble o inmueble, la acción que tenga el
titular será mueble o inmueble en la medida en que
el objeto de la relación sea de una u otra categoría.
Eso es indiscutible, de allí entonces que el artículo
327 sostenga que las acciones aún cuando sean
hipotecarias se reputaran muebles siempre y
cuando tengan por objeto sumas de dinero o efectos
muebles. La acción hipotecaria derivada del Decreto
Ley No. 2 del 24 de mayo de 1955 reformado por la
Ley 129 de 31 de diciembre de 2013 siempre es de
naturaleza mueble.

3. Las acciones y cuotas de participación en


compañía mercantiles o civiles, aún cuando
posean bienes inmuebles: En cuanto a esta
categoría de bienes muebles vale traer a colación
visto al hablar del patrimonio29 en que se indica
que el patrimonio del ente jurídico es cosa distinta
o diferente de lo que ocurre respecto al patrimonio
de los socios o accionistas del ente.

Es sabido que las acciones o cuotas de


participación son el signo representativo del aporte
hecho por cada uno de los socios en la sociedad de
capital, se trate de personas jurídicas por acciones

29 Supra Pág. 21 y ss
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(sociedades anónimas) reguladas por Ley 32 de


1927 o personas jurídicas de responsabilidad
limitada regulada por la Ley 4 de 9 de enero de
2009. El legislador entiende y así lo dispone, que
las cuotas de participación necesariamente se
reputan bienes muebles, independientemente que el
patrimonio del ente jurídico esté compuesto por
bienes muebles o inmuebles. Con relación a esto es
pertinente lo indicado por RIPERT y BOULANGER30
que: “La parte de los socios está representada en su
patrimonio, por el título de una naturaleza especial,
que es considerado como un valor distinto, siempre
mobiliario”. Indica el autor a continuación que “en
realidad económica, el activo social no existe dos
veces. Sin embargo, en derecho se le encuentra en
dos lugares diferentes: se halla primero en el
patrimonio del ser moral y otras veces repartidos por
fracciones en el patrimonio de los socios; pero lo que
posee cada socio no es más que una representación
de su parte real, la que está en la masa colectiva
solamente. Este resultado es uno de los efectos más
curiosos de la personalidad moral”. Así pues cabe
puntualizar que para los efectos de la
determinación de la categoría de bienes muebles de
las acciones o cuotas de participación en las
sociedades civiles o mercantiles resulta indiferente
al legislador que el patrimonio o el haber social de
dicho ente venga constituido por una masa de
bienes muebles o inmuebles. Es necesario recordar

30 RIPERT, Georges y BOULAUGER, Jean. Tratado de Derecho Civil según el Tratado de Planel. Tomo VI
(Derechos Reales). Ediciones La Ley. Buenos Aires, Argentina. 1965. Pág. 75.
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que el patrimonio no está constituido solamente por


cosas, sino por derechos y obligaciones que
también son cosas cuando habla de bienes muebles
o inmuebles hace referencia a derechos recaídos
sobre las cosas, no en el sentido de la cosa en sí,
sino los derechos inmateriales sobre dicha cosa
como objeto de relaciones jurídicas.

4. Rentas y Pensiones: Se llama renta a juicio de


RIPERT y BOULAUGER “a una prestación anual que
una persona debe a otra y que así sea en especie o
ya sea en dinero”. A propósito de nuestra
legislación, la renta no necesariamente tiene que
ser anual sino puede ser periódica, mensual,
bimestral o trimestral.

En cuanto a las rentas y pensiones, debo indicar


que a juicio del profesor CARRILLO, las rentas y
pensiones son consideradas muebles, sin embargo
sostiene que las rentas percibidas tiene el carácter
de mueble no así las no percibidas, que se reputan
inmuebles, eso con base en los artículos 1569 y
1571 del Código Civil. Este razonamiento es válido
toda vez que las rentas pendientes hacen parte del
inmueble que las produce y no se puede hipotecar
separadamente y a ella se extiende la hipoteca.

3.1.c. Bienes Muebles por Anticipación:


Son aquellas cosas que siendo inmueble por adherencia o
por destino el dueño en virtud de un acuerdo de voluntades
con un tercero le atribuyen una naturaleza mueble
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anticipada con tal que la separación del predio en el cual se


encuentra incorporado o adscrito se produzca en un término
razonable. Respecto a estos, el autor francés RIPERT
sostiene que esta categoría de bienes muebles está
constituida por ciertas categorías de inmuebles que se
encuentran incorporadas al suelo y que son en
consecuencia una especie nueva de bienes muebles por
razón de que las partes en virtud de un acuerdo de
voluntades determinan anticipadamente darle la categoría
de bienes muebles antes de que se produzca la separación
del inmueble al cual pertenecen. Lo importante con relación
a estos bienes muebles es que no es la Ley la que le da la
categoría de tal, sino por el contrario esa casualidad nace
como resultado de un acuerdo de voluntad del dueño del
inmueble con un tercero. Es el caso de un contrato
relacionado con la tala de árboles, la venta de frutos
pendientes y la demolición de un edificio, la venta de
pastizales, etc. (artículo 1220 y 1772 del Código Civil) o de la
venta de aves, especies acuícola, de animales en engorda en
establos o de cerdos en porquerizas.

Para concluir con los bienes muebles por anticipación vale traer a
colación los requisitos que según la doctrina francesa deben
concurrir:
a. Se requiere la intervención de la voluntad de las partes
contratantes o sea del propietario de la cosa principal (dueño)
y del comprador o adquiriente.
b. Que la movilidad resulte de una intención seria y no de
manera ficticia o incierta o carente de verdadera intención o
propósito.
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c. Que el bien cedido u objeto de la enajenación debe destinarse


a ser separado del inmueble del cual forma parte, debe existir
una voluntad seria dirigida a producir la separación.
d. Que esa separación debe efectuarse dentro de un tiempo
determinado y próximo.
e. Que la destinación de la movilidad de la cosa debe ser cierta
y no eventual; es decir, que esa movilidad debe llegar a
realizarse y no que quede sujeta a acontecimientos o
eventualidades irrealizables, imprevisibles.

4. De los bienes inmuebles.


A esta categoría alude el artículo 325 Capítulo I del Libro II, Título I
del Código Civil.
Los bienes inmuebles, como se dijo antes, son aquellos que no
pueden desplazarse o movilizarse de un lugar a otro sin que se
produzca menoscabo o detrimento en su sustancia, salvo aquellos
que la propia Ley les reputa inmueble o aún cuando no siendo
inmuebles por naturaleza la Ley le da la categoría de inmueble aún
siendo los mismos muebles, por el destino que le dé el propietario de
la cosa principal para su adorno, embellecimiento, explotación o
cultivo, como ocurre con los inmuebles por destino o los que siendo
muebles se unen o incorporan a un inmueble principal, ejemplo los
edificios, las plantas, etc.

De este concepto se desprende que existen bienes inmuebles por


naturaleza, bienes inmuebles por adherencia, bienes inmuebles por
destinación y bienes inmuebles por disposición de Ley o bienes
inmuebles incorporales, como también se les denomina.
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4.1 De las Diferentes clases de bienes inmuebles.

4.1.a Bienes Inmuebles por Naturaleza

Los supuestos que recoge el Código son aquellos a que hace referencia
el numeral primero y ocho del artículo 325 cuando habla de las
tierras, las minas, las canteras, escoriales y las aguas vivas o
estancadas.

Respecto de las tierras y caminos, cabe indicar que el suelo y el


subsuelo constituyen el ejemplo típico de esta categoría de bienes. Por
supuesto los caminos, aún cuando hayan sido creados como vías de
acceso o de comunicación por el hombre, constituyen una categoría
de bienes inmuebles por naturaleza.
Con respecto a los caminos, DEMÓFILO DE BUEN (q.e.p.d.) indica
que independientemente de la finalidad o del destino que le dé el
hombre, ello no desnaturaliza a los caminos como bienes inmuebles
que son.

En cuanto a las minas, canteras y escoriales serán inmuebles en la


medida que su materia esté unida al yacimiento, una vez separados
dejan de ser inmuebles y devienen en muebles. Igual naturaleza tiene
las aguas vivas o estancadas, no así las aguas destiladas,
embotelladas o embazadas cuya movilidad está determinada por la
posibilidad de desplazamiento, sea del hombre o de otra fuerza
extraña, deben tener el mismo trato que tienen todos los productos
enlatados, embotellados o procesados.
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4.1. b. Bienes Inmuebles por Adherencia o Incorporación

Estos bienes se encuentran unidos de manera física o material y


permanente a un inmueble de tal forma que no se pueden separar o
desprender del inmueble al cual se encuentra unidos, sin que se
ponga en peligro su sustancia, es decir, que pueda ocasionarse por su
separación, el detrimento del mismo. Aquí se aplica la regla de
subordinación de lo accesorio a lo principal.

4.1. b.1.Características.

En cuanto a los caracteres que presentan esta categoría de bienes,


vale indicar lo siguiente:
 Están unidos de manera física o material al inmueble del cual
forman parte, constituyendo con el inmueble principal, o sea, al
cual se encuentre adherido, un todo, una unidad.
 La inmovilidad puede ser ocasionada por un hecho del hombre
o de la propia naturaleza. La separación que pudiera producirse
de la cosa pone en peligro la sustancia o la naturaleza de la
misma. No pueden separarse sin menoscabo de su sustancia.
 La unión debe ser de carácter permanente, en el sentido que
deben encontrase incorporados y no ser una unión con
propósito eventual o temporal, sino con sentido de
permanencia.
4.1. b.2 Supuestos en que se dan estos Bienes.

El Código Civil recoge tres supuestos en el artículo 325:


a. Los edificios y construcciones de todo género adherido al
suelo: Respecto de esta categoría de inmueble es necesario
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puntualizar algunas cosas. En materia de hipoteca, tenemos que


esta se extiende a lo accesorio respecto al inmueble sobre la cual
recae. Al respecto el artículo 1571 del Código dispone “La hipoteca
se extiende a las accesiones naturales a las mejoras, a los frutos
pendientes y rentas no percibidas al vencer la obligación…”.
Para mayor claridad vale ampliar si un inmueble (una finca o
predio) está afectado por un gravamen hipotecario y sobre el
mismo se construye o edifica con posterioridad a la existencia del
gravamen, no solamente de las obligaciones que vienen
garantizadas por dicho gravamen, hace frente el bien raíz
principal, sino también la edificación levantada con anterioridad o
con posterioridad a la fecha de constitución del gravamen sobre el
inmueble principal que originalmente se hipotecó.

En los títulos constitutivos de dominio, rige el principio de que lo


accesorio sigue la suerte de lo principal. Según este principio el
edificio también se entiende incorporado al inmueble, forma parte
del mismo, y se tiene por dueño al de la cosa principal, salvo
estipulación o prueba en contrario (Artículo 371). El que tiene el
título constitutivo de dominio con base a que ha edificado en
terreno ajeno, puede perfectamente hipotecarlo, pero el acreedor
que tiene un crédito con base a eso, sabe que está poniendo en
juego, en riesgo su crédito (Artículos 1568 numeral primero y 370).

La edificación en terreno ajeno puede provenir con base a un


contrato (Artículo 1444 del Código Judicial) o porque se edifica en
el terreno ajeno sin autorización del dueño (Artículo 373 del Código
Civil).

b. Los árboles, plantas y frutos pendientes, mientras estuvieren


unidos a la tierra o formaren parte integrante de un inmueble:
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A este supuesto alude el numeral segundo del artículo 325. Los


árboles no pueden existir independientemente del suelo, se
encuentran vinculados mediante la adhesión. Esta categoría de
inmueble son tales, con independencia de quien haya hecho la
plantación. Los frutos pendientes son inmuebles porque están
adheridos al árbol o planta, que a su vez está incorporado al suelo,
dejan de serlo tan pronto se perciban o se les dé una naturaleza
mueble por anticipado. Lo que no prevé el código es el caso de las
plantas en invernaderos que deben tener la naturaleza del bien
donde se tiene la plantación bajo ese tipo de explotación o
producción económica que entiendo se trataría de inmueble por
estudio.

c. Todo lo que está unido a un inmueble de una manera fija, de


suerte que no pueda separarse de él sin quebrantamiento de la
materia o deterioro del objeto: A esta categoría se refiere el
numeral tercero del artículo 325. Así encontramos, por ejemplo, el
caso de las maquinarias de extracción de aguas subterráneas, los
pozos, los molinos de viento que se encuentran fijos en una
heredad o unidos físicamente a la finca. En la medida que no
pueden ser desprendido del terreno en el cual se encuentran, sin
que se produzca una alteración o deterioro del mismo como dice el
Código se reputan inmueble.
También hacen parte de estos inmuebles las carreteras, puentes,
calles, avenidas, autopistas, corredores, cercas, bayas, las vías
férreas.

4.1.c. Bienes Inmuebles por Destinación.


En cuanto a la otra categoría de inmueble que recoge el Código, es la
de los inmuebles por destinación. Se trata de aquella categoría de
bienes inmuebles que siendo muebles por naturaleza se destinan de
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manera permanente al uso, cultivo, explotación, aprovechamiento,


embellecimiento o adorno de un inmueble por parte de su dueño.
Vale señalar, como ocurre con los bienes muebles por anticipación,
que el Código entiende que si el propietario de un inmueble destina
determinados bienes muebles, de naturaleza corporal, no incorporal,
a la explotación de un inmueble de su pertenencia, se considera que
esos muebles destinados al cultivo, uso y beneficio, se reputan
inmuebles. Es el propietario del inmueble quien les da el destino y es
esta especial circunstancia la que le imprime tal categoría de
inmobilidad.

4.1. c.1.Caracteres.
Lo característico31 de esta categoría de bienes inmueble radica en que:
 Se trata de bienes muebles inanimados por naturaleza que son
desplazables de un lugar a otro y que llevan el destino originado
por el dueño del inmueble para la consecución de sus fines.
 Los bienes muebles deben ser destinados a la explotación,
cultivo, beneficio, uso o adorno de un inmueble por el
propietario del mismo con carácter de permanencia.
 La unión que realiza el propietario del inmueble debe ser
puramente ideal, intelectual. Esa unión debe ser el producto de
una intención sería del dueño del inmueble, es éste quien le
debe adscribir el destino y no un tercero como el depositario, el
arrendatario, habitador, usuario, usufructuario, verbigracia.

4.1. c.2.Supuestos en que se dan estos Bienes.

El Código recoge esta categoría de bienes inmuebles en los numerales


4, 5, 6, 7, 8 y 9 del art. 325 y se refiere a propósito de:
31Ver Fallo de 29 de mayo de 1991. R.J. de mayo de 1991 pág. 31. Código Civil, Editorial Mizrachi & Pujol,
Panamá.
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a. Las estatuas, relieves, pinturas u otros objetos de uso u


ornamentación, colocados en edificios o heredades por el dueño del
inmueble de tal forma que revele el propósito de unirlos de un
modo permanentemente al fundo.

No todas las categorías de bienes muebles que tengan que ver con
la ornamentación o embellecimiento de un edificio quedan
incluidas en esta categoría de bienes, por ejemplo, el hecho de que
se amueble una habitación por un arrendatario o habitador no le
da esta calidad de inmueble. Por el contrario, se hace referencia a
estatuas, relieves, pinturas u otros objetos que tienden a la
ornamentación, del inmueble al cual se incorpora o destinan por el
propio dueño del bien principal lo que no tiene lugar en el ejemplo
anterior.
b. Las máquinas, vasos, instrumentos o utensilios destinados por el
propietario de la finca a la industria o explotación que se realice en
un edificio o heredad, y que directamente concurra a satisfacer las
necesidades de la explotación misma.

Es importante destacar con relación a este supuesto que el Primer


Tribunal Superior de Justicia, en ocasión de una solicitud de
levantamiento de secuestro, señaló a propósito de una serie de
máquinas destinadas a la explotación del negocio de cine lo
siguiente: “Los enseres, vasos, máquinas e instrumentos necesarios
para la explotación de un negocio de industria, son en sí
considerados y desligados del negocio o de la industria a que
sirven, bienes muebles, pero adquieren el carácter del inmueble
cuando se los relacionan con dicho negocio o industria, como si por
una accesión funcional se incorporan a la industria misma o a los
inmuebles que le sirven. Una nave posee atributos de movilidad
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indiscutibles; sin embargo es un inmueble por disposición de la


Ley”.

“En el caso concreto, las máquinas y accesorios indispensables para


el funcionamiento del teatro Cecilia, son inmueble legalmente
hablando por disposición de la Ley, por lo tanto entran en la
categoría de los bienes muebles sujetos a secuestro y sobre los
cuales no cabe el levantamiento del mismo”. Resolución de 21 de
mayo de 1943 proferida por el Tribunal Superior de Justicia en la
acción de levantamiento de secuestro interpuesto por Carmen E.
de Arias, Cecilia E. de Arias y otros. Registro Judicial No. 5 de
mayo de 1943, pág. 11432

c. Los viveros de animales, palomares, colmenas, estanques de peces


o criaderos análogos, cuando el propietario los haya colocado o los
conserve con el propósito de mantenerlos unidos a la finca y
formando parte de ella de un modo permanente.

Con relación a esto, la doctrina sostiene que no solamente se


reputan inmuebles los viveros, palomares, colmenas o criaderos,
sino que también, por razón la explotación en sí, lo son también
los animales que allí se encuentran, no así los que no están en
cautiverio.

d. Los abonos destinados al cultivo de una heredad que estén en las


tierras donde hayan de utilizarse.

Respecto a este punto, es pertinente señalar que no solamente se


debe entender como inmueble por destinación los abonos, sino

32Jurisprudencia Civil. Editada por la Sección de Investigación Jurídica de la Facultad de Derecho y Ciencias
Políticas de la Universidad de Panamá. 1968. Pág. 27.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 75
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también las semillas que se encuentran depositadas en la heredad


en la cual se va a realizar la explotación agrícola, así como los
fungicidas y plaguicidas, ello en razón del destino que se persigue
y por aplicación de interpretación analógica.

e. Los diques y construcciones que aún cuando sean flotantes estén


destinados por su objeto y condiciones a permanecer en un punto
fijo, en un río, lago o costa.

4.1.d. Bienes Inmuebles Incorporales.

Los bienes inmuebles incorporales que se presentan en nuestra


legislación resultan ser:
 Los derechos (usufructo, uso, habitación, anticresis, hipoteca) y
las acciones que tienen por objeto bienes inmuebles (acción
hipotecaría, reivindicatoria, posesoria, deslinde y
amojonamiento, cercamiento y participación) y las
servidumbres.
 Las concesiones administrativas de obras públicas.

En cuanto a los derechos, se hace necesario distinguir si se trata de


un derecho real o personal para determinar si es inmueble. No cabe
duda que los derechos reales serán inmuebles cuando recaen sobre
inmueble, lo propio ocurre con los derechos personales que siempre
se les considera mueble. El derecho de anticresis, servidumbre, de
habitación, la hipoteca de cédula y la de bienes inmuebles siempre
son inmueble, púes permanentemente están vinculados con
inmuebles.

Por lo que a las acciones se refiere, las mismas tendrán naturaleza


inmueble si recaen sobre inmueble (Artículo 583 y 597 del Código
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 76
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

Civil). La acción de partición de bien inmueble indiviso, la


reivindicación, la acción hipotecaria inmueble y los interdictos
posesorios son ejemplo de inmuebles incorparales.

Basta que los derechos y las acciones tengan por objeto cosas
inmuebles, para que se les repute inmuebles, tendrá la misma
naturaleza que la cosa sobre el cual recae.

Las Concesiones Administrativas de Obras Públicas también se le


consideran inmuebles incorporales, tal como lo dispone el numeral
décimo del artículo 325. Por tales, se entiende aquella en que el
Estado autoriza a particulares para que hagan determinadas obra por
su propia cuenta y riesgo, concediéndole derecho a explotar por
determinado tiempo, revirtiendo al estado luego del vencimiento del
plazo de la concesión.

5. Cosa Fungible e Infungible o No Fungible.

Esta clasificación expresa la idea de sustitución, subrogación o


reemplazo. Una cosa puede perfectamente reemplazar a otra en la
medida en que dicho reemplazo sea lícito hacerlo en el mundo de las
relaciones, cualesquiera sean estas, pero bajo el prisma jurídico.
BIONDI indica que la clasificación que nos ocupa descansa en “la
consideración social que se tiene comúnmente de las cosas”33

Los romanos, para expresar el término sustituibilidad, importante en


esta clasificación lo hacían con la frase “res in genere functionem
recipiente”.

33BIONDI, Biordo. Los Bienes. Traducción de Antonio de la Esperanza Martínez Radio. Casa Editorial Bosch.
Barcelona, España. 1961. Pág. 82 y ss.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 77
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Dice BIONDI que si bien las cosas fungibles son sustituibles, esta
nota no es la característica esencial y primaria de esa noción jurídica
de cosa. La sustituibilidad “es ante todo, consecuencia del hecho de
que las cosas fungibles: son cosas idénticas”. La noción jurídica de la
cosa fungible -agrega el autor- “viene dada precisamente por la
identidad económica-social de la que deriva sustituibilidad”34.

No resulta ser lo mismo, ni debe confundirse el término fungible con


equivalente. Este último, indica BIONDI “tiene una consideración
económica relación de cosas a valor, lo que es extraño a la noción
jurídica de fungibilidad es una particular cualidad de determinadas
categorías de cosas deducidas de la común y general consideración
social. Por tanto, la determinación de tal cualidad queda sustraída a la
valoración individual”35.

En sentido contrario se manifiesta LOMANOCO cuando afirma que


“las cosas se distinguen en fungible o no fungible de acuerdo con la
voluntad, expresa o tácita de las partes interesadas en que dichas
cosas sean o no capaces de ser sustituidas por otras de la misma
especie y calidad”36. A esto el profesor CARRILLO agrega las
“cualidades intrínsecas de las cosas”.

Por cosa fungible entendemos aquellas que se manifiestan por su


peso, cantidad, número, medida o valor susceptibles de sustitución o
reemplazo por otra u otras de la misma especie y calidad, por así
determinarlo las partes o disponerlo la propia Ley.
Las cosas infungibles o no fungibles son aquellas que no admiten
posibilidad de reemplazo o sustitución, por otra de la misma especie,
calidad, peso, número, medida y valor

34 BIONDI, Biardo. Op. Cit. Pág. 83.


35 BIONDI, Biondo. Op. Cit. Pág. 84.
36 CARRILLO, Rogelio de María. Op. Cit. Pág. 32.
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Importancia de la Clasificación.
Esta clasificación tiene relación con los contratos y las obligaciones
que sobre esta categoría de cosas pueden celebrarse en un momento
dado. Así vemos a propósito de la compensación legal, ésta puede
tener cabida, según el ordinal 2º del artículo 1082 del Código Civil,
cuando se trate de cosas fungibles; el comodato versa sobre cosas no
fungible (Artículo 1431), el mutuo cosas fungibles (Artículo 1444) y en
materia de aportes a sociedad, se refiere el artículo 1378, a propósito
de cosa fungible y no fungible.

El usufructo, anticresis y el arrendamiento recae sobre cosas no


fungibles ya que hay la obligación de conservar la cosa en su forma y
sustancia y de restituirla al vencimiento. Igual sucede con los bienes
transmitidos en propiedad fiduciaria (Ley 1 de 5 de enero de 1984).

6. Cosas consumibles o inconsumible.

Para los romanos, la noción de cosas consumibles se recogía bajo la


expresión “usu consumentum”. Esto es, que usándolas conforme a su
destino se destruyen en su esencia y destino. En cambio, cosas no
consumibles son las “res quae nom consumentum”, es decir, aquellas
que pueden ser utilizadas por un tiempo indefinido, sin que el uso
conlleve destrucción sensible de la esencia o sustancia de la cosa.
Esta clasificación descansa en la idea de uso continuado o repetido de
las cosas o no, se permite el uso o aprovechamiento reiterado o no.

La consumibilidad puede comprender, la física y la jurídica y no son


coincidentes.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 79
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Desde el punto de vista físico, una cosa, es consumible cuando se


destruye por su primer uso o aprovechamiento de manera inmediata
o instantánea, como por ejemplo, los comestibles, combustible, los
líquidos o de una manera progresiva no instantánea o paulatina como
los vestidos, muebles, zapatos. Autores como BIONDI las llaman
“cosas deteriorables”37, se trata de cosas perecederas (artículo 556 del
Código Judicial).
Las cosas no consumibles son aquellas que por su especial naturaleza
no se destruyen tan fácilmente, como es el caso de un clavo, tornillo,
una cadena de acero, un martillo, yunque, etc.

Desde el punto de vista jurídico se habla de cosas consumibles para


indicar aquellas cosas que pueden consistir en una enajenación, en
una pérdida o destrucción, que constituyen justamente el único uso
posible de ellas, sin que necesariamente lleguen a destruirse
materialmente.

Bajo este ángulo precisa establecer que cosas son no consumibles:


Son las que están fuera del comercio, no son susceptibles de tráfico
jurídico, de enajenación temporal o definitivamente.

Importancia de la Clasificación.

La misma radica en que las cosas consumibles no pueden ser objeto


de actos jurídicos que impliquen la cesión del goce temporal de ellas
con la consiguiente obligación de restitución. De allí entonces, que las
cosas consumibles no puedes ser objeto de usufructo (Artículo 452 y
457 del Código Civil), ni de arrendamiento (Artículo 1297), ni de
comodato (Artículo 1431 y 1444), ni de anticresis (artículo 1623), ni

37 BIONDI. Los Bienes. Op. Cirt. Pág. 94.


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de fideicomiso (Ley No. 1 de 5 de enero de 1984). Estos actos dan


derecho a gozar de la cosa con la consiguiente obligación de restituirla
al vencimiento y conservarlas con la diligencia de un buen padre de
familia.

7. Cosas Divisibles e Indivisibles.

Esta clasificación se refiere a la susceptibilidad de fraccionamiento, de


división de que puedan ser objeto las cosas.

Desde el punto de vista físico todas las cosas son susceptibles de


fraccionamiento, de división en minúsculas partes. Así, tenemos que
el átomo es susceptible de descomposición; un animal puede
materialmente descomponerse en sus partes, al ocurrir ello trae como
consecuencia su desaparición. Pero esta descomposición física de que
pueden ser objeto las cosas, no coincide con la noción jurídica de
divisibilidad. Desde el punto de vista jurídico, no todas las cosas son
divisibles. De allí que bajo el ámbito jurídico, una cosa es divisible
cuando puede fraccionarse de manera que las partes resultantes de la
división desempeñen la misma función que el todo, de modo que entre
las partes y el todo solo exista una diferencia cuantitativa y no
cualitativa.

Por el contrario, son indivisibles aquellas cosas que no son


susceptibles de fraccionamiento, o sea, las que los romanos
denominan “quae sine interitu divide non possient”.

MESSINEO señala que las cosas divisibles “son las que pueden
reducirse a partes homogéneas, cada una de las cuales reproduzca (en
proporciones reducidas) el todo originario y sin que las partes que de
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 81
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ello resulten pierdan utilidad económica respecto del todo indivisible,


por naturaleza, son las otras”38.

La divisibilidad de las cosas, indica BIONDI “es extraña a la idea que


requiere que las partes resultantes de la división tengan la misma
esencia y función del todo, pero no es necesario que la suma de las
partes divididas represente exactamente el valor del entero; la división,
en algunos casos, significa la conveniencia o no de fraccionar la cosa,
pero no influye sobre la noción de divisibilidad jurídica. Es posible
fraccionar la cosa, pero no influye sobre la noción de divisibilidad
jurídica. Es posible que el fraccionamiento de un terreno o de un edificio
signifique respecto del todo, aumento de valor, como inversamente es
posible que la división de un brillante signifique disminución. Esto, no
obstante, terreno, casa y diamante son siempre cosas divisibles,
porque el fraccionamiento no destruye su esencia”39

A la noción jurídica de indivisibilidad se refiere el artículo 409 del


Código Civil cuando dice que “…los propietarios no podrán exigir la
división de la cosa común cuando de hacerla, resulte inservible para el
uso a que se destina”

En nuestro ordenamiento, la indivisibilidad jurídica de las cosas


puede ser pactada por los comuneros o copropietarios en virtud de
acuerdo de voluntad (Artículo 408) o puede provenir de mandato de la
Ley, cuando al hacerse la división de una cosa común, la misma
resulta inservible por su propia naturaleza, teniendo que acudir a los
tribunales para la venta judicial (Artículo 412), si los comuneros o
copropietarios no acuerdan en adjudicárselas a uno con el

38 MESSINEO, Op. Cit. Pág. 272.


39 BIONDI. Op. Cit. Pág. 95.
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consiguiente pago a los demás en las proporciones monetarias


correspondientes.

Como hemos dicho en líneas supra, la indivisibilidad no solo puede


ser establecida por las partes, sino que ella misma puede venir
determinada por la Ley. Así ocurre al tratar de hacerse la división de
una cosa común, la misma resulta imposible por razón de la especial
cualidad de la cosa, que no puede realizar la función o que no se le
puede dar el uso a que está destinada la misma.

El artículo 412 confirma la misma situación al expresar que si “la


cosa fuere esencialmente indivisible o no admite cómoda división y los
condueños no convinieren en que se adjudique a uno de ellos,
indemnizado a los demás, se venderá y repartirá su precio”.

A propósito de la partición de la herencia, el artículo 908 del Código


Civil señala que “ningún coheredero puede ser obligado a permanecer
en la indivisión; la partición de la herencia podrá siempre pedirse, con
tal que los coherederos no hayan estipulado lo contrario.
No puede estipularse indivisión por más de diez años; pero cumplido
este término podrá renovarse el pacto”. Mas la Constitución Nacional
(artículo 292) permite que ese plazo puede pactarse hasta 20 años
toda vez que los copropietarios pueden limitar la disposición del bien
indivisamente convenido ha dicho lapso de tiempo.

También es pertinente el artículo 918 que dispone “Cuando una cosa


sea indivisible o desmerezca mucho por su división, podrá adjudicarse
a uno, a calidad de abonar a los otros el exceso en dinero.
Pero bastará que uno sólo de los herederos pida su venta en pública
subasta y con admisión de licitadores extraños, para que así se haga”.
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Con relación a las obligaciones, el Código Civil en el artículo 1036 y


siguientes habla de las obligaciones divisibles y de las obligaciones
indivisibles y particularmente el 1038 dispone que: “se reputará
indivisibles las obligaciones de dar cuerpo cierto y todas aquellas que
no sean susceptibles de cumplimiento parcial”.
Las obligaciones de hacer serán divisibles cuando tengan por objeto la
prestación de un número de días de trabajo, la ejecución de obras por
unidades métricas en otras cosas análogas que por su naturaleza sean
susceptibles de cumplimiento parcial.
En las obligaciones de no hacer la divisibilidad o indivisibilidad se
decidirá por el carácter de la presentación de cada caso particular”.

Ya hemos dicho que existen cosas incorporales que vienen


representadas por los derechos y las acciones. A este respecto es
importante señalar lo establecido en materia de obligaciones divisibles
e indivisible, sobre las cuales el legislador se atiene a una serie de
supuestos específicos sobre la susceptibilidad de cumplimiento
parcial o no, según tengan por objeto cosas divisibles e indivisibles.
En materia de hipoteca, prenda y anticresis, se establece en el
artículo 1551 el principio de la indivisibilidad de la hipoteca y de la
prenda; al igual que el artículo 1628, a propósito de la anticresis, que
remite al artículo 1551, lo cual hace extensivo a la anticresis la
aplicación del principio de indivisibilidad. Ello significa que si una
obligación vienen amparada por un número plural de bienes, ante el
incumplimiento de la obligación que viene garantizada, ya sea con
prenda, con hipoteca o anticresis, el acreedor de cualquiera de estos
tres tipos de garantías puede accionar contra la totalidad de los
bienes garantes o contra uno de ellos, a fin de hacer cumplir el crédito
insoluto. La divisibilidad de la hipoteca, prenda o anticresis hay que
pactarla. La servidumbre es un derecho real esencialmente indivisible
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e inmueble (Artículo 517 del Código Civil) independientemente que el


predio dominante o el sirviente se dividan.

8. Cosa Principales y Accesorias.

Esta clasificación procura agrupar las cosas atendiendo a la idea de


subordinación, de dependencia de una cosa a otra según el fin,
destino o incorporación.

a. Principales: Son las cosas que tienen existencia propia, que son
jurídicamente independiente, tiene autonomía, existen por sí solas.

b. Accesorias: Son las que se subordinan a otras, dependen de ellas,


necesitan de una cosa principal para existir. La existencia de una
hipoteca, una prenda o una anticresis depende de la existencia de
una obligación principal a la cual acceden y garantizan (Artículo
1548 y 1566), la servidumbre exige la existencia de un predio
sirviente y dominante (Artículo 513 y 516). Y los inmuebles por
incorporación o destino precisan de una cosa principal a la cual
las accesorias se unen o adicionan.

En cuanto a la accesoriedad, se distinguen dos modalidades o


especies de cosas:
1. Las partes integrantes de una cosa que comprende, por ejemplo
a los “inmuebles por accesión”, y
2. Las pertenencias que incluyen a los “inmuebles por destinación”.
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Los artículo 387 a 395 del Código Civil contemplan las diferentes
situaciones, en que puede darse la accesoriedad, lo cual puede
producirse:
1. De mueble a inmueble: (inmueble por destinación y por
incorporación) (artículo 325 incisos 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 9).
2. De inmueble a inmueble (tierras agregadas por aluvión) o de
árboles o tierras por avulsión (Artículo 378, 380 y 384).
3. De mueble a mueble: (amplificadores de sonidos, computadoras)
(artículos 387, 388, 389, 390, 391, 392 y 393 del Código Civil).

8.1 Reglas para determinar cuando estamos frente a una cosa


principal o una cosa accesoria.

Hay varias pautas fijadas por el legislador como son:


 La finalidad perseguida con la incorporación (Artículo 388).
 El valor de la cosa (Artículo 389).
 El volumen de cada cosa (Artículo 389).

Estas reglas deben observarse y aplicarse rigurosamente en su orden


de prioridad tal como se desprende de los artículos preindicados y que
dicen:
“Artículo 388: Se reputan principal, entre dos cosas
incorporadas, aquellas a que se ha unido por adorno, o
para su uso o perfección.”(Lo subrayado es nuestro).

“artículo 389: Si no puede determinarse por la regla del

artículo anterior cual de las dos cosas incorporadas es

la principal, se reputará tal el objeto de más valor y

entre dos objetos de igual valor, el de mayor volumen.


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En la pintura y escultura, en los escritos impresos,

grabados y litografías, se considerará accesoria la

tabla, el metal, la piedra, el lienzo, el papel o el

pergamino.” (Lo subrayado es nuestro).

8.2 Importancia de la Clasificación.

La importancia primordial de esta clasificación radica en el hecho que


lo accesorio sigue la suerte de lo principal, según texto del artículo
982 del Código Civil, que dice y reza así:
“Artículo 982: La obligación de dar cosa
determinada comprende la de entregar todos sus
accesorios aunque no hayan sido mencionados”

Además, a propósito de la hipoteca el artículo 1571 del mismo Código


dice: “La hipoteca se extiende a las accesiones naturales, a las
mejoras, a los frutos pendientes y rentas no percibidas al vencer la
obligación, y al importe de las indemnizaciones concedidas o debidas
al propietario por los asegurados de los bienes hipotecados, o en virtud
de expropiación por causa de utilidad pública, así en el caso de
permanecer la finca en poder del que la hipotecó como en el pasar a
manos de un tercero”

Hay casos en que puede extinguirse lo accesorios pero no lo principal


por ejemplo un automóvil que sirva de garantía y se queme o se le
declare pérdida total, la deuda u obligación garantizada que es lo
principal no se extingue por tal hecho, ella subsiste y el sujeto
obligado (deudor) responde por ello con el resto de su patrimonio,
incluido el salario (artículo 1653 del Código Civil).
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Por otra parte, cabe destacar que la cosa legada deberá ser entregada
con todos sus accesorios y en el estado en que se halle al morir el
testador (artículo 843).

9. Cosas Presentes y Futuras.

La noción de cosas presentes y futuras parte de la idea de sí las cosas


existen al momento en que se contrae la obligación o en que se realiza
el acto; existen “in actum”, tienen una presencia actual, física y
jurídica.

Puede ser que la cosa aún no exista, como en el caso de un contrato


de promesa de arrendamiento o de promesa de compraventa sobre
una casa o edificio que se tiene proyectada su construcción.

El artículo 1122 del Código Civil dispone que: “Pueden ser objeto de
contrato todas las cosas que no estén fuera del comercio de los hombre,
aún las futuras”. (Lo subrayado es nuestro).

Además, el artículo 1653 del Código Civil se refiere a esta clasificación


de las cosas que al consagrar el derecho de prenda general dispone
que: “Del cumplimiento de las obligaciones responde el deudor con
todos sus bienes, presentes y futuros”.

Las cosas presentes, son las que tienen existencia real, efectiva y
actual, tienen vida jurídica “in actum”; y por cosas futuras, aquellas
que signifiquen frutos esperados o una esperanza, que si bien no
tienen existencia real actual pueden llegar a tenerla.
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MESSINEO señala que es “futura para todos, una cosa que todavía no
existe in natura (no ha nacido, no ha surgido, no se ha producido); pero
es futura, igualmente, para determinado sujeto, una cosa existente in
actum, cuando se promete el hacerla entrar en el propio patrimonio (un
fundo a adquirir)”. Agrega el citado autor, que “es futuro para el
acreedor el bien que se le debe, el cual debe entrar, pero no ha entrado
todavía a formar parte de su patrimonio; es futuro también el fruto del
árbol, en cuanto no se haya separado todavía, de manera que es
presente, pero como parte del árbol”40.

Importancia de la Clasificación.

Las cosas presentes in actum son susceptibles de ser objeto de


relaciones jurídicas en todo tiempo, siempre que no estén sustraídas
del comercio. Sobre cosas futuras, el artículo 956 del Código Civil
indica:
Artículo 956: La donación no podrá comprender los
bienes futuros. Por bienes futuros se entiende
aquellos que el donante no puede disponer al tiempo
de la donación.

Lo expresado en la norma transcrita significa que al donante no le


está permitido disponer de cosas que no le pertenecen aún, que no
hacen parte de su patrimonio y es que nadie puede disponer de lo que
no le pertenece, salvo el caso previsto por el artículo 1227 del Código
Civil.
CARRILLO41 destaca que las cosas futuras pueden entrar en la
compraventa bajo dos posibles situaciones:

40 MESSINEO. Op. Cit. Pág. 279.

41 CARRILLO, Rogelio de María. Op. Cit. Pág. 40.


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a. Como cosas esperadas; y


b. Como cosas de esperanza.

Además, el artículo 1220ª del Código Civil, en relación con el mismo


aspecto señala:
Artículo 1220ª: En la venta de frutos pendientes o
futuros y en las de cosas muebles que puedan
describirse distintamente la tradición del dominio se
efectuará según las reglas generales, a menos que en
el contrato se fije la época en que deba efectuarse. En
este último caso no perjudicará a tercero sino desde
que se tome nota del contrato en la oficina pública que
designen las leyes administrativas o los reglamentos.
Pero de ninguna manera perjudicará a tercero que
haya adquirido sus derechos de acuerdo con las
disposiciones que regulan el Registro de la Propiedad
o cuando tales derechos tengan un origen anterior a
la fecha de la anotación del contrato en la forma
establecida en este artículo.

10. Cosas Simples y Cosas Compuestas.

MESSINEO dice respecto a estas que “es cosa compuesta o compleja,


la cosa que conste de varios elementos o partes y que se denominan
universitates rerum cohaerentium”42.

En el mundo de las relaciones con las cosas, desde el punto de vista


físico, todas las cosas son compuestas; desde el punto de vista
jurídico, nace la necesidad de distinguir las cosas compuestas de las
cosas simples. En relación con las simples, los elementos singulares o
42 MESSINEO. Op. Cit. Pág. 279.
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particulares están en tal forma fusionados o unidos que no pueden


separarse sin producir el menoscabo de las mismas, y entonces, su
integridad, su funcionalidad o utilidad se ve afectada.

MESSINEO dice que debe entenderse por cosas compuestas “Las que
resultan de la cohesión de varios elementos o partes, unificados por
finalidad unitaria, los cuales, sin embargo, son discernibles y a veces
separables, del todo mediante la descomposición (una máquina, una
nave) de manera que pueden re-adquirir la individualidad y la
autonomía, como cosas con identidad propia. Por tanto, con el criterio
físico debe combinarse el económico de unidad de función y el jurídico
de la relación de integración recíproca entre elementos”43.

Las cosas simples son aquellas que no obstante ser compuesta de ser
desarmadas o descompuestas pierden su autonomía física y dejan de
servir para su finalidad y función.

MESSINEO las define como “aquellas en que los elementos singulares


que la componen están de tal modo fusionados, que no se pueden
separar del todo sin destruirlas y haber perdido su individualidad
práctica, económica y jurídica”44.

11. Cosas Singulares y Cosas Universales.

11.1 Cosas singulares: son aquellas que están integradas por las
llamadas “cosas simples y compuestas”.

11.2 Cosas Universales: Es la agrupación de varias cosas singulares


entre las que pueden distinguirse y enumerarse las partes

43 Ibídem.
44 Ibídem.
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integrantes, y que, a su vez, tienen una común denominación


(biblioteca, herencia), y que forman una universalidad (es el caso de la
biblioteca que la integran los anaqueles, máquinas, escritorios,
ficheros, etc., y en el caso de la herencia compuestas por bienes,
muebles e inmuebles (activos), débitos y créditos (pasivos). (Ver
artículo 628 del Código Civil a propósito de la sucesión mortis causa).

11.3 Trascendencia de esta distinción. Obedece a que algunos


actos jurídicos o acciones legales tienen por referencia cosas
singulares. Es difícil que se refieran a una universalidad, salvo el caso
de compraventa del derecho de herencia (Artículo 1283). La Ley No. 1
del 5 de enero de 1984, artículo 3, permite el fideicomiso de la
totalidad del patrimonio.

La acción reivindicatoria solo puede ejercerse sobre cosas singulares


(Artículo 582) en tanto que la acción de petición de herencia alude a
una universalidad, activos y pasivos de la herencia (Artículo 628 del
Código Civil).

El trato jurídico que la ley le da a estas categorías de cosas es


diferente pues, a propósito del usufructo de un rebaño o piara de
ganado, resulta que el usufructuario no goza del derecho a
usufructuar la totalidad de las crías, ya que con éstas debe reponerse
las cabezas que mueran o sean víctimas de animales rapaces (Artículo
483).

A la herencia como universalidad que es, el Código le da un trato


especial en el Libro III “De la sucesión por causa de muerte y de las
donaciones entre vivos”, consideración que resulta ser ajena a los
bienes que componen el haber hereditario.
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11.4 Clases de Universalidad.

a. Universalidad de hecho o de facti. Es la que resulta de la


integración de una pluralidad de cosas corporales singulares,
simples o compuestas. Respecto a esta universalidad
MESSINEO expresa que “la universalidad está constituida por
un agregado o cohesión de cosas (por lo regular homogéneas),
pertenecientes a la misma persona o unificada (nexo orgánico
de cohesión) por tener destino unitario a una finalidad”45.
Agrega el citado autor que “la Ley tiene el cuidado de
establecer que con la formación de la universalidad de hecho,
no desaparece la posibilidad de que las cosas singulares que la
componen constituyan objeto de actos separados (sea negocio) y
relaciones jurídicas”. Esto es, indica el autor “que no queda,
anulada la individualidad de hecho”46. Este autor, habla de
universalidad de hecho, mobiliaria, inmobiliaria y mixta según
recaiga en esta clase de bienes.

b. Universalidad de derecho o “iuris”, es la que está integrada por


un conjunto de derechos o de relaciones jurídicas, como son
los activos y pasivos de una persona, cuya vinculación viene
establecidas por la Ley. El ejemplo típico de una universalidad
de derecho lo constituye la herencia, es decir, el patrimonio
hereditario, que es el resultado del conjunto de relaciones
jurídicas activas o pasivas realizadas por el de cuyus (Artículo
628 del Código Civil), así como también se presentan esta
universalidad en el caso del proceso de concurso de acreedores
o de quiebra (art. 1791 y 1792 del Código Judicial)

45 MESSINEO. Op. Cit. Pág. 290.


46 MESSINEO. Op. Cit. Pág. 91.
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12. Cosas Específicas o Determinadas y Genéricas.

12.1 Cosas Específicas o Determinadas.


Son aquellas que están determinadas de una manera individual,
plena y específica y se dan a conocer por sus características
particulares (La finca No. 2,040, inscrita en el Tomo 33. Folio 225 del
Registro de Propiedad, Sección de la Provincia de Colón). Se trata
aquí, de una cosa singular, inconfundible, única y con características
propias que no puede ser confundida con ninguna otra de su mismo
género, especie y calidad.

12.2 Cosas Genéricas.


Son aquellas que no están determinadas o individualizadas de otras
de su mismo género, y que pueden confundirse con una serie o
conjunto de cosas iguales entre sí, de forma tal que puede hacerse
alusión a cualquiera de ellas (una oveja, una cartera, un automóvil,
un juego de té).

12.3 Importancia de la Clasificación.


Rige el principio de que el género nunca perece, lo cual tiene
importancia para efectos de la responsabilidad contractual. El
obligado a dar una cosa específica o determinada, tiene la obligación
de conservarla con la diligencia de un buen padre de familia (Artículo
979) el artículo 34c del Código Civil dispone que quien “debe
administrar un negocio como un buen padre de familia, es
responsable de la culpa leve” que se traduce en la falta de aquella
diligencia y cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus
negocios propios y entregar todos sus accesorios, salvo estipulación
en contrario (Artículo 982). En las obligaciones de especies o cuerpo
cierto, es causa de extinción de la misma, el que la cosa debida se
pierda sin culpa del deudor y antes de constituirse en mora (Artículo
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1068). En las obligaciones de género, como la cosa a darse no está


individualizada, aun cuando se pierdan cosas del mismo género a la
que se obligó una persona, la obligación de entregarla subsiste,
puesto que, el género nunca perece. En las obligaciones de género, no
habiéndose expresado la cualidad de la cosa a darse, el acreedor no
podrá compeler al deudor a que entregue una de calidad superior, ni
el deudor entregarle una de inferior calidad (Artículo 1054).

B. Clasificación Patrimonial.
La clasificación que a continuación se da de las cosas, obedece a la
relación de éstas con una persona natural o jurídica en razón del
ingreso patrimonial de las mismas, tal como se infiere del artículo 324
y 326 del Código Civil.
b.1. Según la apropiabilidad de que pueden ser objeto las
cosas.
2. Cosas Apropiables: Las que son susceptibles de dominio del
Derecho Real de Propiedad y que vienen a incrementar la
masa patrimonial de un sujeto determinado, sea persona
natural o bien jurídica.

3. Cosas No Apropiables: Son aquellas que no son susceptibles


de apropiación en vista que no pueden ser objeto de dominio;
por eso, no pueden incorporarse al patrimonio de una
persona, pertenecen a todos; y por pertenecer a todos,
escapan al dominio. En relación con la noción de “res
comunis ominis” es posible que las mismas, en alguna de sus
partes, puedan ser motivo de apropiación (Descomposición
del aire en los elementos que lo integran, esos elementos son
susceptibles de apropiación –el oxígeno-, lo mismo ocurre con
la luz solar, v.g. los rayos ultravioletas, la energía eólica
obtenida del aire en razón de los vientos).
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En relación con estas cosas es importante el concepto que COVIELLO


nos proporciona: “Son cosas comunes, las que por su misma
naturaleza no son capaces de llegar a ser objeto de dominio del hombre
cuando son consideradas en su totalidad, puesto que, si en vez de
considerarlas en su totalidad se mira en sus partes, estas cosas están
en el comercio, son objeto de derecho privado, como lo evidencia la vida
cotidiana. El aire es común, pero el gas, el oxígeno y el hidrógeno que
se extraen del aire se venden, usualmente; el agua es objeto de derecho
privado, en cuanto se encuentran en fundos privados o recogidas en
recipientes; el mismo mar puede ser parcialmente ocupado y ser objeto
de derecho”.

Las cosas apropiables se dividen en dos categorías:


a. Apropiables apropiadas: Son las que tienen un dueño actual
y conocido con motivo del dominio, de su apropiación, se
conoce su dueño por tener un título o estar en posesión del
bien.
b. Apropiables inapropiadas: Si bien no tienen un dueño actual,
son susceptibles de llegar a pertenecer a un sujeto
determinado, con motivo de su apoderamiento, es el caso de
las cosas res nullius, que se adquieren por ocupación de quien
primero la aprenda( Articulo 345, 360 y 361del Código Civil).

Respecto a las res nullius los artículos 360 y 361 del Código Civil
preceptúan:
Artículo 360: Estimase bienes vacantes, los
inmuebles que se encuentran dentro del territorio
nacional sin dueño aparente o conocido, y
mostrencos los muebles que se hallen en el mismo
caso.
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Artículo 361: Lo bienes vacantes y los mostrencos


pertenecen a los municipios dentro de cuya
jurisdicción se encuentren.

Sobre el particular, también es pertinente tener en cuenta la Ley 24


de 7 de junio de 1995 y sus modificaciones que regula la vida
silvestre.

Importancia de esta Categoría de Bienes.

En cuanto a la trascendencia de esta clasificación, vale indicar que


las apropiables están dentro del comercio de los hombres, y pueden
ser objeto de relaciones jurídicas; mientras que las cosas no
apropiables no lo están, y por su propia naturaleza no pueden ser
objeto de dominio, de apropiación, ni de afectación o transmisión.

b.2. Cosas Comerciables y No Comerciables.


Atiende a la noción de enajenación de que son susceptibles las cosas
en un momento dado (Artículo 292 C.N.). Los romanos, al hablar de
las cosas comerciables y no comerciables las denominaban res in
comercium y res extra-comercium, conceptos que no coinciden con la
noción de res in patrimonium y res extra patrimonium.

Para los romanos, las res extra comercium son aquellas que están
fuera del comercio, que denotan una esfera no patrimonial en el
campo de lo privado.

Los romanos, distinguen también respecto a la res extra comercium,


las res humani iuris y las res divini iuris. Las res humani iuris se
refiere a la vida humana y puede ser humanae o publicae.
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BIONDI 47 señala: “Cosa fuera del comercio es aquella que está fuera
del círculo de las relaciones patrimoniales privadas. Fuera del comercio
no quiere decir, como a veces se afirma, fuera del ordenamiento
jurídico, ya que a las cosas que se le da tal calificación están en el
ámbito del derecho y están sujetas a un particular régimen jurídico, que
esencialmente y en su función, no corresponde al privado”. Agrega el
autor en referencia que: “La nota caracterizadora fuera del comercio
está determinada por la general inaplicabilidad del derecho privado y
más precisamente, de las instituciones que tienen carácter patrimonial
o por su aplicación con particulares aditamentos y regímenes diversos.
Son siempre cosa o bienes, o sea, entidades jurídicas, que dan utilidad
al hombre, pero sustraídos a la esfera de las relaciones de carácter
privatístico y patrimonial”.

Sigue comentando el autor que: “Las cosas fuera del comercio son
inalienables cuando la enajenación implique transferencia de un sujeto
a otro; igualmente no son susceptibles de venir afectada por la
prescripción, esto es, que una cosa que está fuera del comercio no
puede ser ganada o perdida por prescripción ni adquisitiva ni extinta”.

Respecto a esta clasificación de cosas comerciables e incomerciables


el artículo 1122 del Código Civil señala: “Pueden ser objeto de contrato
todas las cosas que no están fuera del comercio de los hombres, aún
las futuras”. Por su parte la Constitución Nacional en su artículo 292
dispone que “no habrá bienes que no sean de libre enajenación, salvo
lo dispuesto en los artículos 62 y 127” a propósito del patrimonio
familiar y las tierras de las comarcas indígenas consagra éste último
un régimen de propiedad colectiva. Así pues, por cosas comerciables
debe entenderse aquellas que están en el mundo de las relaciones

47 BIONDI. Op. Cit. Pág. 263 u 264.


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jurídicas y que pueden ingresar al patrimonio de una persona por


razón del tráfico o de los actos jurídicos realizados sobre las mismas.
En cambio debe entenderse por cosas no comerciable, aquellas que
no presentan la idoneidad necesaria para ser objeto de tráfico o de
relaciones jurídicas por parte de los sujetos de derecho privado y por
ende, no entran a formar parte de un patrimonio determinado, tal
inidoneidad puede venir dada por la propia naturaleza de la cosa, por
la propia Constitución o la Ley, o bien por el mismo dueño mediante
un acuerdo voluntario (Artículo 1106 del Código Civil) y pueden ser
permanente o temporal.

b.2.1 Como puede ser la Incomerciabilidad.

La incomerciabilidad, puede ser absoluta o relativa. Se entiende que


la incomerciabilidad es absoluta cuando bajo ninguna circunstancia
puede ser objeto de un acto jurídico de derecho privado, más si
pueden ser en algunos casos objetos de actos jurídicos de Derecho
Público (Concesiones Administrativas). En cambio, una cosa está
fuera del comercio de manera temporal o relativa cuando no puede
ser objeto de relaciones jurídicas mientras dure la causa que origina
la incomerciabilidad, superado esto las cosas adquieren la
comerciabilidad. De allí su carácter temporal, vale recordar que el
artículo 292 de la Constitución Nacional establece el principio de la
libre enajenación de las cosas, así como su restricción hasta por
veinte años.

b.2.2 Causa que origina la Incomerciabilidad.

La incomerciabilidad de las cosas puede presentarse por


circunstancias diversas, ya sea por la propia naturaleza de la cosa, es
el caso de las llamadas cosas comunes (res comunis omnis) o por
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determinarlo la propia Constitución o la Ley o bien por un acto


declaratorio de voluntad. Cuando la incomerciabilidad es fruto de una
declaración de voluntad, la misma puede ser producto de un acto
bilateral o unilateral; la incomerciabilidad está determinada por la
Ley, por ejemplo, cuando las cosas están secuestradas o embargadas
o está prohibida su adquisición como sucede con venta de animales
enfermos (artículo 1264 y 1265), la disposición de una herencia
futura (artículo 1122) o del estado civil, no puede realizarse un acto
jurídico dirigido a la mutación del estado civil de soltero a casado o de
casado a soltero, de menor a mayor de edad, esto no es posible pues
el artículo 5 del Código Civil lo considera nulo y esa inmovilidad viene
determinada por la Ley siempre que se den los presupuestos legales y
superadas las circunstancias que lo subordina.

b.2.3. Importancia de la Clasificación.


Solo las cosas comerciables pueden ser objeto de actos jurídicos
(Artículo 1122 del Código Civil). Los actos jurídico que tengan por
objeto cosas no comerciables adolecen de nulidad absoluta, por ser su
objeto ilícito (Artículo 5 del Código Civil). Por otra parte, las cosas que
están en el comercio son las únicas que pueden ser objeto de
posesión y pueden ganarse por prescripción, no así las que están
fuera del comercio (Artículo 422 y 1675 del Código Civil).

b.2.4 Cosas Fuera del Comercio de Manera Absoluta.


En relación a los supuestos en que se da la incomerciabilidad
absoluta, ello ocurre a propósito de:
a. Las cosas comunes (res comunes omnis): Estas están fuera del
comercio por su propia naturaleza, como sucede con el aire, el
alta mar, el agua de los mares, ríos, arroyos, la luz, el paisaje, el
ambiente, la oscuridad, etc.
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b. Las tierras del Estado, de los municipios e instituciones


autónomas y semiautónomas del Estado (Artículo 1670 del
Código Civil), así como las tierras comprendidas por las
comarcas indígenas (Artículo 127 de la Constitución Nacional).
c. Las tierras de las comarcas y pueblos originarios sólo admiten
la propiedad colectiva tal como lo dispone la excerta
constitucional y la Ley 72 de 2008 y el decreto ejecutivo 223 de
29 junio de 2010 que contempla la regulación del procedimiento
a seguir antes por Dirección Nacional de Reforma Agraria hoy la
Autoridad Nacional de Titulación de Tierras (Ley 59 de 8 de
octubre de 2010, artículos, 4 inciso, 6, artículo 7, inciso 11, 23,
28). La Ley 80 de 2009 en su artículo 3 tal como fue reformado
por el artículo 88 de la Ley 59 de 8 de octubre de 2010 reconoce
la posesión de tierras nacionales a personas nacionales o
jurídicas por un período mayor de 5 años en el territorio insular
y zonas costeras siempre que se pruebe la posesión mediante
uso habitacional, residencial, turístico, agropecuario, comercial
o productivo de la tierra. Sin perjuicio de los medios probatorios
indicados para los efectos de la titulación el petente puede
valerse de actos demostrativos de dominio, documentos
expedidos por autoridades nacionales, autoridades locales de
policía, testigos de la comunidad, colindantes y cualquier medio
de prueba permitido por el Código Judicial. La posesión de tales
tierras nacionales precisa además del tiempo, más de 5 años
que tenga lugar de forma pacífica ininterrumpida, exclusiva y
con ánimo de dueño. Este reconocimiento de la posesión de
tierras nacionales no aplica a la situación prevista, a propósito
de tierras nacionales, en el artículo 291 de la Constitución
Nacional.
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d. Las cosas destinadas a un uso público, servicio público, función


pública, bienes de dominio público del Estado o de los
Municipios.

Los artículos, 258 de la Constitución Nacional, 743 del Código


Administrativo y 329 del Código Civil (ord. 1º) señalan como de
uso público, los bienes destinados a un uso público como
ocurre con los caminos, canales, ríos navegables, torrentes,
puertos y puentes construidos por el Estado, las riberas de los
ríos navegables, playas, riberas de las mismas y radas. Estas
cosas están fuera del comercio por disposición de la propia
Constitución y de la Ley.

Además el Código Civil en su artículo 333, a propósito de los


bienes de los Municipios, dice que son bienes de uso público los
caminos vecinales, las playas, calles, puentes y aguas públicas,
los paseos y las obras públicas de servicio general costeadas por
los mismos Municipios.

Importante es la Ley 106 de 8 de octubre de 1973, que regula el


régimen municipal, cuando el artículo 69, a propósito del
patrimonio de los Municipio, dispone:
Artículo 69: El patrimonio municipal está constituido
por el conjunto de bienes, rentas, impuestos,
derechos, acciones y servicios pertenecientes al
municipio. De modo concreto lo integran: Primero como
bienes de uso público, las calles, avenidas, parques,
playas, paseos, caminos, puentes y arboladas
siempre que no pertenezcan a la Nación” (El
subrayado es nuestro).
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Esta norma recoge los supuestos contenidos en el artículo 333


del Código Civil y además incluye como bienes que están fuera
del comercio de manera absoluta, por disposición de la Ley los
bienes destinados a un servicio público a que hace referencia el
ordinal 2do. del artículo 329 del Código Civil y los numerales
2do. y 3ro. del artículo 258 de la Constitución Nacional.

El numeral 2do. del artículo 329 del Código Civil dispone que
son bienes de dominio público los que pertenecen
privativamente al Estado, sin ser de uso común, y están
destinados a algún servicio público o al fomento de la riqueza
nacional como las murallas, fortaleza y demás obras de defensa
del territorio y las minas, mientras no se otorgue su concesión.

Por su parte, los numerales 2 y 3 del artículo 258 de la


Constitución Nacional dispone que pertenecen al Estado y son
de uso público, y por consiguiente, no pueden ser objeto de
apropiación privada las tierras y las aguas destinadas a un
servicio público y a toda clase de comunicaciones; así como las
tierras y las aguas destinadas o que el Estado destine a
servicios públicos de irrigación, de producción hidroeléctrica, de
desagüe y de acueductos.

e. Los destinados al fomento de la riqueza nacional o a la defensa


del territorio nacional y todos los bienes de dominio o uso
público. (Ver Ley No. 24 de 1994 “Sobre Vida Silvestre”; y los
artículo 257 y 258 de la Constitución Nacional sobre “Bienes de
Propiedad del Estado”).

f. Los derechos personalísimos de uso y habitación. A estos se


refiere el artículo 508 del Código Civil “Los derechos de uso y
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habitación no se pueden arrendar ni traspasar a otro, por


ninguna clase de título”. La disposición pretranscrita atribuye al
derecho real restringido de uso y de habitación un carácter
personalísimo por su asignación e intrasferibilidad. La
exclusión del comercio está determinada por disposición de la
propia Ley.

g. El patrimonio familiar, su inalienabilidad está determinada por


el artículo 62 de la Constitución Nacional y 475 del Código de la
Familia y del Menor.

h. Los alimentos futuros. A este respecto el artículo 385 del Código


de la Familia y del Menor indica: “No es renunciable ni
trasferible a un tercero el derecho de alimento. Tampoco puede
compensarse con lo que el alimentista adeuda al que ha de
prestarlo”.
i. La posibilidad de disponer respecto a herencia futura. El
artículo 1122 dispone sobre el particular lo siguiente: “Sobre la
herencia futura no se podrá, sin embargo, celebrar otros
contratos, que aquellos cuyo objeto sea practicar entre vivos la
división de un caudal conforme al artículo 912”.

j. El estado civil, los derechos civiles y políticos y la capacidad de


las personas. Sobre estos no puede realizarse ningún tipo de
acto jurídico tendiente a cambiarlo. No puede modificarse o
alterarse mediante un acto declaratorio de voluntad, la
condición de soltero; por ejemplo, un acto de enajenación de la
condición de soltero, casado, viudo, divorciado, menor o mayor
de edad no es jurídicamente posible. Ello se logra por
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 104
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cumplimiento de las circunstancias y procedimientos fijados por


la Ley.

k. Los derechos morales de la propiedad exclusiva de la obra. (Ver


artículo 44 y 45 de la Ley N° 64 de 10 de octubre de 2012 sobre
Propiedad de Derecho de Autor).

l. El Canal de Panamá es inalienable (artículo 315 de la


Constitución Nacional), su enagenabilidad casi sería imposible
jurídicamente, pues precisaría una reforma constitucional y su
inalienabilidad como parte del patrimonio de la nación hace de
él un bien de dominio público del Estado sumado a la lista de
los bienes de dominio público recogida en el artículo 258 de la
exenta constitucional.

b.2.5 Cosas Fuera del Comercio de la Manera Relativa o Temporal.

Los supuestos en que una cosa está excluida del comercio en forma
relativa, son aquellos a que hacen referencia los artículos siguientes:
a. Artículo 1778 del Código Civil y artículo 1227 ordinal tercero
del Código Judicial, en relación con una cosa cuya propiedad se
litiga.
Artículo 1778: Además de las inscripciones definitivas
de que tratan los capítulos anteriores, habrá también
inscripciones provisionales que se harán también en
las respectivas secciones del Registro Público, cuando
se trate de los siguientes documentos o actos
judiciales.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 105
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1. Las demandas sobre dominio de bienes inmuebles y


cualesquiera otras que versen sobre propiedades de
derechos reales, o en las cuales se pida la
Constitución, declaración, modificación, limitación o
extensión de cualquier derecho real sobre inmueble…”

Conforme el artículo 1227 ordinal tercero del Código Judicial el


bien no queda fuera del comercio, pero afectará a terceros
adquirentes quienes no podrán inscribir acto jurídico alguno
que conlleve enajenación o afectación del bien hasta tanto no se
dirima la controversia motivo de la demanda.

b. Artículos 1778 del Código Civil y 533 del Código Judicial. Estos
se refieren a las cosas embargadas y secuestradas. Se establece
que tratándose de inmuebles ello debe comunicarse al Registro
Público, a fin de que los bienes en tales situaciones sean
sustraídos del comercio.
Artículo 1778: Habrá también inscripciones
provisionales que se harán en las respectivas
secciones del Registro Público cuando se trata de los
siguientes documentos o actos jurídicos:
……….
4º. Los autos de secuestros de bienes raíces. Esta
inscripción será válida por el tiempo que disponen las
leyes de procedimiento y será cancelada de acuerdo
con ellas.
5º. El embargo que se haga de bienes raíces.

c. La acción de suspensión. A esta se refiere el artículo 565 del


Código Judicial el cual por razón de una acción judicial incoada
contra una persona, el demandante puede solicitar al tribunal
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 106
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que ordene al demandado se abstenga de realizar cualquier acto


relacionado con la disposición de sus bienes, tal como se indica
a continuación:

Artículo 565: El demandante o el que pretenda


demandar puede pedir al Juez del conocimiento que
ordene al demandado suspender cualquiera
transacción, negociación, innovación, transformación,
operación u obra respecto de la cosa que es objeto de
la demanda, que pueda perjudicar su derecho.
Pedida la suspensión, el juez la decretará sin
audiencia del demandado y siempre que el
demandante dé caución suficiente para responder de
los perjuicios resultantes de la suspensión.

d. Artículo 924 del Código Administrativo. Este artículo contempla


lo relacionado con la venta o adquisición de armas, de
explosivos y ciertos tipos de drogas.

e. Artículo 1264 del Código Civil. A propósito de la compraventa de


animales enfermos el precepto preindicado dispone”…no serán
objeto del contrato de venta los ganados y animales que
padezcan enfermedades contagiosas. Cualquier contrato que se
hiciere respecto de ellos será nulo”. En igual sentido dispone el
artículo 1285 “también será nulo el contrato de ventas de los
ganados y animales si, expresándose en el mismo contrato el
servicio o uso para que se adquieran, resultaran inútiles para
prestarlos” esto se da (V.G.) con los animales estériles o
impotentes que no cumplen la función reproductora.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 107
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f. La Propiedad Familiar. Esta es temporal y por ende la


incomerciabilidad es por el tiempo que dure la propiedad del
bien sometido a este especial régimen de propiedad (artículo
475 del Código de la Familia)

g. Las cosas afectadas por declaración bilateral o unilateral de


voluntad del propietario del bien, lo que puede tener lugar hasta
un plazo máximo de veinte años (Artículo 292 de la
Constitución Nacional). Ello puede ocurrir (verbi gracia) por
razón de una cláusula de no enajenar (Artículo 292 de la
Constitución Nacional) o de la promesa de compraventa de bien
raíz registrada (Artículo 1221 infine del Código Civil).

C. Bienes Según las Personas a que Pertenecen.


El Capítulo III del Libro II del Código Civil regula esta materia bajo la
denominación “De Los Bienes Según las Personas a que Pertenecen”. Del
texto del articulado de este capítulo, se desprende que, según
denominación del mismo, el legislador distingue en bienes del Estado, de
los Municipios y de los particulares; pero no menos cierto es que esta
clasificación que hace el legislador en atención a quien es el sujeto titular
de los mismos, la denominación que se da en este capítulo no armoniza
con el texto del artículo 328, que distingue entre bienes de dominio público
o de propiedad privada.

A propósito de la legislación española, CASTAN TOBEÑAS señala respecto


a la distinción entre bienes según las personas a que pertenezcan.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 108
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“Aunque muy relacionadas entre sí, no coinciden por completo estos dos
criterios de clasificación, pues si bien los bienes de los particulares son
siempre de propiedad privada, los bienes del Estado y de las corporaciones
públicas (provinciales, municipios) pueden ser de dominio público o de
propiedad privada”48

La clasificación a que hace referencia el Capítulo III atiende a las personas


a quienes pertenecen las cosas; y habla de bienes del Estado, de los
Municipios y de los particulares; en tanto que la clasificación a que alude
el artículo 328 se refiere, como dice el profesor ARROYO49 “al carácter o fin
con que las corporaciones públicas poseen dichos bienes”. Es decir, la
condición de bienes de dominio público o de dominio privado de los entes
públicos atiende la finalidad perseguida por el propio ente, cosa que no se
toma en cuenta en relación con los particulares. El punto de referencia en
cuanto a los bienes del Estado, de los Municipios y de los particulares es el
sujeto a quien pertenecen.

c.1. Los Bienes del Estado.

En relación con los bienes del Estado, es importante destacar la noción de


dominio público. El artículo 328 habla de bienes de dominio público, por
tales debe entenderse aquellos que están destinados a la consecución de
fines de interés público, o sea, satisfacción de necesidades de la
comunidad, esto es a proporcionar una utilidad general denominada “uso
público”.
Ese uso público que involucra los bienes de dominio público, a juicio de
MESSINEO da “Derecho de uso no solamente al Estado, sino, además, todo

48 CATAN TOBEÑAS, cit. ARROYO C., Dulio. Estudios Jurídicos. Panamá. Imprenta Nacional. Primera Edición.
1960. Págs. 9 y 10.
49 ARROYO C., Dulio. Op. Cit. Pág. 38.
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ciudadano singular tiene derecho a hacer uso de los mismos, derechos de


uso limitado por las leyes y por las exigencias del ejercicio del uso directo
correspondiente, en primer término, al Estado y a los ciudadanos”. Agrega el
autor que “en relación con los bienes de dominio público, bajo la noción de
dicha categoría de bienes puede haber aquellos que están destinados al
uso directo del público, como ocurre en el caso de las vías públicas, de las
aceras, las carreteras, de las calles; otros, en cambio están destinados a
fines de interés público y se encuentran sustraídas al uso público. Por otra
parte, existen otros que están destinados a proporcionar el ejercicio de un
servicio público o de la cultura de los individuos como ocurre en relación
con el derecho que tiene toda persona de acudir a una biblioteca y hacer
uso de los libros”50.

Allí ese derecho de uso se encuentra limitado, pues la noción de dominio


público “es la expresión del destino necesario y exclusivo de los bienes a
una función pública”51

Es importante en relación con los bienes del Estado, la distinción entre


bienes de dominio público y bienes de dominio privado, toda vez que el
artículo 329 del Código Civil señala los supuestos en que se presentan los
bienes de dominio público, al disponer que: “Son bienes de dominio público:

1. Los destinados al uso público, como los caminos, canales,


ríos, torrentes, puertos y puentes construidos por el Estado,
las riberas, playas, radas y otros análogos.
2. Los que pertenecen privativamente al Estado, sin ser de
uso común, y están destinados a algún servicio público o al
fomento de la riqueza nacional, como las murallas,

50 MESSINEO, Francisco. Op. Cit. Págs. 302 y 303.


51 Ibídem.
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fortalezas y demás obras de defensa del territorio, y las


minas mientras no se otorgue concesión”.

Por otro lado vale destacar, el artículo 330 del Código Civil dispone
que todos los demás bienes pertenecientes al Estado y que no se
enmarcan en las situaciones enumeradas por el artículo 329, se
reputarán bienes de propiedad privada del Estado.

Las minas no son susceptibles de propiedad privada, pero si pueden


ser objeto de concesiones administrativas. Las minas son de
propiedad del Estado y escapan de la apropiación de los particulares
como lo establece el artículo 257, numeral sexto de la Constitución
Nacional. La norma en referencia preceptúa:
“6. Las salinas, las minas, las aguas subterráneas y termales,
depósitos de hidrocarburos, canteras y los yacimientos de toda clase
no podrán ser objeto de apropiación privada pero podrán ser
explotadas directamente por el Estado mediante empresas estatales o
mixtas o ser objeto de concesión u otro contrato para su explotación por
empresas privadas”. (Lo subrayado es nuestro).

Son bienes de propiedad del Estado, pero no son bienes de dominio


público; son susceptibles de ser objeto de actos jurídicos como el caso
de una concesión administrativa, más sin embargo en modo alguno
no pueden ser objeto de propiedad privada. Vale tener presente
respecto a esta distinción de bienes de dominio público y bienes de
dominio privado del Estado, como dice el profesor ARROYO52 que la
enmarcación de las diferentes categorías de bienes del Estado y de los
Municipios dentro de esas dos nociones, no significa, en modo alguno
convertirse en bienes de propiedad privada de los particulares,
cuando concurran ciertas circunstancias.
52 ARROYO C., Dulio. Op. Cit. Pág. 38.
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c.2. Clasificación de los Bienes del Estado.

El Capítulo III del Título Primero, Libro II del Código Civil hace una
clasificación de los bienes con base a las personas a quien
pertenecen. Indica el capítulo en su artículo 328 que los bienes,
según este criterio de distinción “Son de dominio público o de
propiedad privada”.

En vista de esa doble clasificación, es necesario ver la distinción de


bienes de dominio público y bienes de dominio privado del Estado.
Esta distinción se hacía ya en el Derecho Romano; empero es
necesario señalar, como lo hace el profesor ARROYO53 que “al
ordenamiento Romano escapó la consideración de la doble
personalidad del Estado de distinguir su actividad como soberano
(Estado Poder), de su actividad como simple persona jurídica titular de
derechos patrimoniales (Estado Físico)” y es que bajo tal noción “en el
derecho, la actividad del Estado es de carácter público (político-
administrativo); de allí, que las llamadas res pública no constituían en
Roma, una propiedad de derecho civil, sino una de derecho público”.

c.2.1. Bienes de Dominio Público y de Dominio Privado del


Estado.

Corrientes doctrinales han tratado de explicar el fundamento de la


distinción de estas categorías de bienes del Estado y que a
continuación se exponen.
a. Criterios que atiende a la naturaleza de los bienes. Fue defendido
por algunos juristas galos como BERTNILMY54, GAUNDRY55 y

53 ARROYO C., Dulio. Op. Cit. Pág. 10 y 11.


54 Cit. por BALLFI. Concepto del Dominio Público. Casa Edit. Bosch. Barcelona, España. Pág. 32.
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DELVINCOURT56 fundados en el artículo 538 del Código Civil


Francés en que el dominio público comprendía las cosas que no
eran susceptibles de propiedad privada.

Los bienes de dominio público sólo abarcaban las cosas que por
su propia naturaleza, no son susceptibles de apropiación privada
(agua, luz solar, aire, etc.)

Los autores franceses COLIN y CAPITANT57 sostienen que,


concebir los bienes de dominio público bajo la idea de los que no
son susceptibles de apropiación privada sería restringir la
concepción de bienes de dominio público a los que por su propia
naturaleza entran en esa categoría; por lo que, no podrán
incluirse caminos, y puertos entre los bienes de dominio, que en
efecto lo son.
b. Criterios que atiende a la afectación de los bienes. Un sector de
la doctrina trata de explicar la diferencia entre estos tipos de
bienes (dominio público y dominio privado) acudiendo a la idea
del destino o afectación de los bienes. Al respecto hay dos
criterios:
1. Una fracción sostiene que es condición suficiente y
necesaria para que las cosas formen parte del dominio
público, que se trate de bienes destinados al uso directo
de todos los habitantes; y bajo esta consideración hay
autores que se inclinan a pensar que la noción de los
bienes de dominio público se refiere, única y
exclusivamente, a “porciones de territorio destinados al
uso público que, en consecuencia, no son susceptibles de

55 Cit. por BALLFI. Concepto del Dominio Público. Casa Edit. Bosch. Barcelona, España. Pág. 32.
56 Cit. por BALLFI. Concepto del Dominio Público. Casa Edit. Bosch. Barcelona, España. Pág. 32.
57 COLIN y CAPITANT. Curso Elemental de Derecho Civil. Edit. Bevs. Madrid, España. 1942. Segunda Edición.

Tomo II Volumen.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 113
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propiedad privada”58. Este grupo goza de muy poca


aceptación.
2. Un segundo grupo sostiene que la idea de dominio
público es una noción más amplia que la anterior y que
se encuentra vinculada a función pública. Por bienes de
dominio público, entiende todo aquello destinado, de
manera directa a un servicio público, a un uso público a
la realización de una función pública. Todos los bienes
adscritos a cumplir alguno o todos estos fines son de
dominio público.

c. Criterios que atiende al carácter con que el Estado posee los


Bienes. Este criterio se basa en la doble personalidad que
presenta el Estado. De allí que son bienes de dominio público,
los que el Estado posee en su calidad de titular del poder público
y de dominio privado, los que posea como cualquier otra persona
jurídica o natural de derecho privado.

d. Criterio que atiende a la función Económica de los Bienes. Según


esta corriente, son bienes de dominio público los que tienen por
destino la satisfacción directa de las necesidades de la
comunidad, en tanto los de dominio privado son los idóneos,
para satisfacer, de manera indirecta dichas necesidades.

c.3. Tesis Opuestas a la Distinción de Bienes del Estado.

Dentro de la corriente opositora a la tendencia divisionista, el


argentino BIELSA59 afirma que el Estado solo tiene una categoría de

58 ARROYO C., Dulio. Op. Cit. Págs. 13 y 14


Dr. Jacinto Javier Espinosa González 114
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bienes: los fiscales o patrimoniales y que, como persona jurídica no


puede tener más que un solo patrimonio, en consecuencia, afirma que
los bienes públicos no pertenecen al Estado, sino al pueblo que
ostenta su representación a través del propio Estado.

c.4. ¿Qué Corriente Sigue Nuestra Legislación?

En relación a nuestra legislación son importantes los artículos 329


del Código Civil y el 47, 48, 257, 258 y 282 de la Constitución
Nacional para determinar que posición sigue nuestro ordenamiento.
De los citados artículos se infiere la corriente que impera en nuestra
legislación, es la que afirma que por bienes de dominio público deben
considerarse los que se encuentran destinados a la realización de un
uso público, un servicio público, una función o un fin público, de esa
corriente participa el profesor ARROYO60.(q.e.p.d.)

En la Constitución Nacional el artículo 48 establece una obligación


inherente al propietario, consistente en que la propiedad realice una
función social, que consagra la expropiación mediante un proceso
especial con indemnización, motivadas por razones de utilidad
pública o de interés social. La noción de dominio público está
vinculada y entrelazada con la de función, uso, fin y servicio público,
son nociones que se complementan para dar lugar a un mismo
cometido y satisface necesidades propias de la colectividad como
parte integrantes del Estado. La obligación que tiene todo propietario
en razón de la función social que los bienes adquiridos legítimamente
conforme la ley, son contrapesos al reconocimiento que la
constitución (artículo 47) hace al derecho de propiedad como garantía
fundamental. Ello permite al Estado dominio público eminente de los

59 BIELSA, cita por ARROYO C., Dulio. Op. Cit. Págs. 15 y 16.
60 ARROYO C., Dulio. Op. Cit. Pág. 14.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 115
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mismos al consagrar la posibilidad de revertirlos por razones de


utilidad pública o interés social definidas en la ley mediante un
proceso judicial especial de expropiación (artículo 1913 al 1931 del
Código Judicial) y la respectiva indemnización con las garantías del
debido proceso.

c.5 Clasificación del Dominio Público.

Visto lo anterior, corresponde ahora referirnos a la clasificación del


dominio público, respecto del cual ARROYO distingue los bienes de
dominio público de acuerdo con los parámetros siguientes:
1. En atención a la naturaleza y situación de dependencia de
los mismos;
2. Según la forma en que se incorporan al dominio público.

Sobre esta doble noción ARROYO señala que dentro de la primera, se


habla de dominio público marítimo, dominio público terrestre, fluvial,
aéreo y en cuanto a la segunda, distingue entre dominio público
natural integrado por los bienes que por naturaleza quedan
incorporados al dominio público como los ríos y dominio público
artificial, en que los mismos no por su propia naturaleza se entienden
incorporados al dominio público, sino que lo están como resultado de
una declaración legislativa, como los camino, aceras, calles, etc.

c.5.1 Dominio Público Marítimo.

Según el artículo 258 de la Constitución Nacional, el dominio público


marítimo comprende el mar territorial, las playas de mar y sus
riberas, radas y puertos construidos por el Estado, los esteros y la
plataforma continental submarina, las cuales son de aprovechamiento
libre y común.
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c.5.1.a. El Mar Territorial.

Se entiende por tal, la franja de agua que se extiende a lo largo de las


costas de un Estado, desde las líneas de la más baja marea, a una
distancia mar a fuera que va a todo lo largo del territorio, trazada
paralela a una línea imaginaria. Esta franja de mar territorial es la
prolongación soberana del territorio de un Estado.

El mar territorial varía de un país a otro, por falta de uniformidad


legislativa y de criterios internacional delimitadores del mismo,
algunos países reconocen tener sólo tres millas; otros, doce millas;
algunos cuatro millas, o seis millas y hay países que reconocen tener
doscientas millas, como era anteriormente nuestro país que por Ley
No. 31 de 1967 lo fijó en esa extensión. Esta última se redujo a doce
millas en virtud de la Ley No. 38 de 1996, artículo 3.

c.5.1.b. Playas de Mar, Radas y Puertos Construidos por el Estado,


Esteros y Otros.

También son bienes de dominio público marítimo los citados arriba.


Su importancia radica en el uso de los mismos por los pescadores,
para efectos de la pesca, en concordancia con lo que el propio Código
Civil entiende por “bienes de dominio público”, a tenor de lo que
establece el numeral primero del artículo 329, que reza: “1º: Los
destinados al uso público, como los caminos, canales, ríos, torrentes
puertos y puentes construidos por el Estado, las riberas, playas, radas
y otros análogos”.

En cuanto a las playas, el legislador ha regulado su uso en la Ley No.


35 de 1963, Ley No. 21 de 1974, Ley No. 20 de 1985, Ley No. 36 de
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 117
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1995, Decreto Ejecutivo No. 70 de 26 de abril de 1968, Resolución No.


62 de abril del 2003, la Ley 80 de 2009 y la Ley 59 de 8 de octubre de
2012.

c.5.1.c. La Plataforma Continental Submarina, el Lecho y el Subsuelo


del Mar Territorial

También es parte del dominio público marítimo (Artículo 258 de la


Constitución Nacional ordinal cuatro). Según la Ley No. 58 de 1987,
en relación con la Ley No. 31 de 1967, esa plataforma continental
submarina se extiende a la distancia del mar territorial.

c. 5. 2. Dominio Público Terrestre.

Está constituido por todos aquellos bienes existentes en la superficie


terrestre del Estado como son los caminos, puentes, canteras,
cárceles, cuarteles, fortalezas, construidos por el Estado y las minas,
yacimientos, el subsuelo del territorio. Esto se refiere, en forma
global, a los bienes de dominio público que se encuentren dentro de la
totalidad del territorio del país.

A propósito de los bienes municipales, el artículo 333 del Código Civil


especifica:
“Artículo 333. Son bienes de uso público en los
Municipios, los caminos vecinales, las plazas, calles,
puentes y aguas públicas, los paseos y las obras
públicas de servicio general costeados por los mismos
Municipios las aceras hacen parte de las calles.
Todos los demás bienes que los Municipios posean
serán patrimoniales y se regirán por las disposiciones
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de este Código, salvo lo dispuesto en leyes


especiales” (Ref. Ley No. 106 de 1973).

c. 5. 3. Dominio Público Fluvial.

Según el artículo 258 de la Constitución Nacional, numeral 1, 2 y 3,


está constituido por las aguas lacustres y fluviales (ríos, lagos,
canales, corrientes y riberas de ríos navegables, las aguas destinadas
o que el Estado destine a servicios públicos de irrigación, de
producción hidroeléctrica, desagüe y de acueductos).

c. 5. 4. Dominio Público Aéreo.

Está constituido por el espacio aéreo que se extiende sobre el


territorio del Estado y se circunscribe a la parte del dominio público
terrestre (Superficie Territorial) y marítimo comprendido dentro de las
fronteras del territorio del Estado (Artículo 258 numeral cuarto de la
Constitución Nacional)61.

c. 6. Elementos que Constituye el Dominio Público.

Del texto del artículo 329 del Código Civil, en relación con el artículo
258 de la Constitución Nacional, se desprende que son:
c.6.1. Debe tratarse de bienes destinados a una utilidad
pública, un servicio público, a una función pública o a un
uso público. La doctrina plantea cierta inquietud respecto a
este elemento. Hay quienes afirman, que solo pueden ser
objeto de dominio público los bienes inmuebles, no los

61Véase I H-Ming Wang. La Delimitación de la Soberanía Vertical. Edición de la Sección de Derecho Aeronáutico
y del Espacio del Instituto de Vitoria. Madrid, España. 1965.
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bienes mueble. Sin embargo, se ha llegado a considerar que


no es así, porque lo que lo determina no son los bienes, sino
la función que está destinado a cumplir.

Por otra parte hay quienes piensan que pueden ser objeto de
dominio público tanto los bienes muebles como los inmuebles
corporales, más no así los incorporales. Hay quienes no lo
consideran así, pues comprende las cosas incorporales,
porque entran en ellos, los derechos de autor (ver Ley 64 de
10 de octubre de 2012) y los “derechos y acciones” de que
trata el artículo 257 numeral 3 de la Constitución Nacional.

Este elemento obedece al especial destino o afectación de los


bienes que serán de uso directo del público, destinado al
fomento de la riqueza nacional, al cumplimiento de un
servicio público o a la defensa del territorio, siendo esto lo
característico de los bienes de dominio público (Artículos 258,
numeral 1, 2 y 3 de la Constitución nacional y artículo 329
del Código Civil).

La destinación de los bienes incluye el cumplimiento de un


servicio público o una función pública adscrita al ámbito
administrativo, legislativo o judicial.

c.6.2 Debe tratarse de bienes que pertenezcan o tengan por


titular al Estado o un ente de Derecho Público. Artículo 1940
del Código Judicial, numeral 1. Este es un elemento subjetivo
en que, aparte del elemento, anterior, lo determinante para
que un bien se considere de dominio público es su
titularidad, su pertenencia. A este respecto es pertinente la
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definición que de Estado da el numeral 1 del artículo 1940


del Código Judicial que reza así:
“Artículo 1940:…
1º: Por Estado ha de entenderse la Nación, el
Municipio o cualquier entidad pública autónoma
o descentralizada…”
c.6.3 Debe tratarse de Cosas Susceptibles de Dominio
Público. Este es un elemento objetivo que alude a las cosas,
independientemente de sí son corporales o no sobre los
cuales puede recaer el dominio público; esto es, que puedan
desempeñar una función pública, un fin o uso público, un
servicio público, prestado por una entidad pública cualquiera
sea su carácter administrativo, legislativo o judicial.
c.6.4. Debe tratarse de Bienes que estén sujetos a un
Especial Régimen de Derecho Público. Es la Constitución y
las Leyes las que declaran, reconocen o dan carácter de bines
sujetos al dominio público y así lo admitió la jurisprudencia.
Cuando la Ley regula ese dominio, sujeta tales cosas a un
régimen jurídico especial, que por recaer sobre cosas
afectadas al dominio público del Estado, dichas normas
pasan a tener carácter de Derecho Público.

Aún cuando parte de este elemento normativo se encuentre


consagrado en el Código Civil, los bienes objeto de dominio
público se rigen, exclusivamente por normas de Derecho
Público, especialmente de Derecho Administrativo, como
indica el profesor ARROYO62.

La Ley No. 17 de 29 de agosto de 1979 declaró bienes de


dominio público a los bienes que reviertan a la República de
62 ARROYO C., Dulio. Op. Cit. Pág. 21.
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Panamá como consecuencia del Tratado Torrijos-Carter63.


Muchos de estos bienes han sido desafectados de tal carácter
y han pasado a ser parte del dominio privado de los
particulares.

c. 7. Características de los Bienes de Dominio Público.

Estos bienes los caracteriza el ser inalienable, insecuestrables,


inembargable, imprescriptible, no lucrativo y no pueden ser objeto de
derechos reales.
c.7.1. Inalienables: La inalienabilidad se refiere a que los
bienes se encuentran sustraídos del comercio, por mandato
de la propia Constitución Nacional y la Ley. Este carácter lo
plasma el artículo 258 de la Constitución Nacional, cuando
dice “Pertenecen al Estado, son de uso público y, por
consiguiente, no pueden ser objeto de apropiación privada”.
El Código Civil en el artículo 332 también consagra esta
nota de inalienabilidad cuando a propósito de los bienes del
Municipio dice: “Los bienes de dominio público y de uso
público en los Municipios cuando dejan de estar destinados
al uso general o a las necesidades de la defensa del
territorio, pasan a formar parte de los bienes de propiedad
del Estado”

También el Código Administrativo recoge este carácter al


expresar el artículo 743 que este tipo de bienes es
inalienables. Dicho artículo reza así: “Las vías, puentes y
acueductos públicos o bienes de uso común, no podrán
enajenarse ni reducir, en ningún caso”.

63 Promulgada en la G.O. No. 18914 de 2/9/1979.


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La inalienabilidad de estos bienes debe entenderse en el


sentido de que no son susceptibles de enajenación en
sentido absoluto mas no en sentido parcial; que la
inalienabilidad de los mismos se refiere a que de ninguna
manera pueden ser enajenados ni total ni parcialmente, a
particulares mientras tengan ese carácter, más si pueden
ser objeto de concesión administrativas, lo que genera una
relación jurídica distinta de la cual emergen derechos y
obligaciones.

Esa inalienabilidad trae como consecuencia que estos


bienes no puedan ser objeto de apropiación, embargo o
secuestro y respecto a esta característica hay que
puntualizar dos aspectos:
a. Que la inalienabilidad no tiene carácter absoluto y que
esto obedece a que se trata de bienes, natural o
normalmente apropiables pero que solo por su especial
afección, quedan sustraídos del comercio, cuando cesa
la sustracción, estos bienes pueden entrar a formar
parte de los bienes de dominio privado del Estado, o de
los Municipios y recobran entonces su aptitud o
idoneidad de enajenabilidad (Ver fallo de 5 de
Diciembre de 1992, Sala Tercera de la Corte Suprema
de Justicia, G.O. 23501 de 16/3/98).
b. Que esa inalienabilidad de bienes de dominio público
guarda relación única y exclusivamente con actos de
naturaleza privada, ya que ellos, pueden ser objeto de
utilización colectiva, mediante permisos o concesiones
administrativas64.

64 ARROYO C., Dulio. Op. Cit. Pág.22.


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c.7.2. Imprescriptible: Como quiera los bienes de dominio


público del Estado están fuera del comercio, en modo
alguno serán susceptibles de prescripción. Este aspecto es
importante a propósito de lo establecido en el artículo 1675
del Código Civil que preceptúa:
“Artículo 1675. Son susceptibles de prescripción
todas las cosas que están en el comercio de los
hombres...”

Por otra parte el artículo 1670 del Código Civil (Reformado


por el Decreto de Gabinete No. 75 del 21 de marzo de 1969)
indica en relación con el Estado, los Municipios y las
entidades autónomas y semiautónomas que sus tierras son
imprescriptibles. Igual sucede con las tierras comprendidas
en las comarcas indígenas, pues son inalienables e
imprescriptibles y su explotación es a través de la propiedad
colectiva (Artículo 127 de la Constitución Nacional).

El artículo 9 de la Ley No. 1 de 1959, aborda el tema de la


prescripción y señala que la misma puede esgrimirse como
acción o como excepción por quién tenga una prescripción
adquisitiva de dominio a su favor, contra cualquier persona
pero que esa acción no puede invocarse contra el Estado o
los Municipio, respecto a bienes declarados
imprescriptibles.

Del estudio del artículo 1670 (Reformado por el citado


Decreto de gabinete No. 75 de 1969) que establece que las
tierras del Estado, de los Municipios o entidades autónomas
o semiautónomas son imprescriptibles. Respecto de los
bienes muebles del Estado la prescripción tampoco sería
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posible, a tenor de lo dispuesto por la Ley 1de 1959 artículo


9 indicado supra. Obsérvese bien que hay bienes muebles e
inmuebles que son objetos de dominio público del Estado y
que todos ellos son imprescriptibles según la Ley por el solo
hecho de ser bienes declarados por ella, excluidos del
comercio, entonces este tipo de bienes mal pueden
adquirirse por prescripción. Estas disposiciones no hacen
más que confirmar el contenido del artículo 258 de la
Constitución Nacional que indica que los bienes que
pertenecen al Estado y que son de uso público no pueden
ser objeto de apropiación privada. Esto excluye de entre los
bienes aptos de adquisición por prescripción todos los
bienes muebles e inmuebles de dominio público y todos los
bienes muebles de dominio privado del Estado en su
acepción amplia expresada por el artículo 1940 del Código
Judicial. No pueden ser adquiridos por prescripción los
bienes muebles, de dominio privado del Estado, también
llamados patrimoniales, entendidos por tales los del Estado,
los Municipios o de las entidades autónomas o
semiautónomas tengan el carácter de dominio o uso
público.

c.7.3. Insecuestrables e Inembargables: Esta característica


según el artículo 1939 numeral cuatro del Código Judicial,
se da porque en contra del Estado y los Municipios no
pueden ejercerse medidas cautelares.

Tal carácter fue confirmado por el extinguido Tribunal de lo


contenido Administrativo (Hoy Sala III de la Corte Suprema
de Justicia) cuando en consulta que le fuera formulada en
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1952 por el Gerente de la Caja de Seguro Social, exteriorizó


el siguiente parecer: “Para este Tribunal, la Ley no permite
que la Nación o sus organismos entre las cuales ocupa
destacado puesto la Caja de Seguro Social, puedan ser
condenada en costas o ejecutadas dentro de la República.
Tal extremo, por razones de equidad, solo puede ser
considerado para el caso de una empresa del Estado
fundamentalmente mercantil, carácter que está muy lejos de
tenerla exclusivamente dedicada al servicio del Seguro Social.
La Caja de Seguro Social, de conformidad con el artículo 1939
del Código Judicial no puede ser ejecutada, embargada ni
condenada en cotas”.
c.7.4. No tienen carácter lucrativo: En efecto, los bienes de
dominio público no reportan ingresos al Estado como
resultado de su explotación o aprovechamiento pues están
dirigidos a un servicio público, una función pública y no con
propósito especulativas o de pingues utilidades económicas,
está ausente el animus lucrandi. COVIELLO65 indica que
“no es nota característica del dominio público la
productividad, pues como, su uso por los particulares es
gratuito, este no produce renta al Estado”. Estos bienes no se
explotan con ánimo lucrativo, el interés sumo es el de la
colectividad y se dirigen a satisfacer necesidades de esta.
c.7.5. No pueden gravarse con Derechos Reales: Este rasgo
es consecuencia de la inalienabilidad, insecuestrablilidad e
inembargabilidad de los bienes del dominio público.
c.7.6. Se rigen por normas de Derecho Público.
c.7.7.Afectación de los bienes de Dominio Público. La
afectación del dominio público puede venir señalada por

65 Citado por ARROYO C., Dulio. Op. Cit. Pág. 23.


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disposición expresa de la propia Constitucional Nacional


(art. 258) o bien en razón de expropiación por razones de
utilidad pública o interés social (art.48 de la Constitución
Nacional) definidos en la Ley. En fin la afectación de los
bienes de dominio público pueden surgir de la multiplicidad
de funciones que tiene el Estado para con la ciudadanía, ya
sea por su adscripción directa a una función pública, un
servicio público, un fin público o utilidad pública etc. La
desafectación de los mismos debe llevar igual canal que la
afectación a la dominicalidad, ya sea por reforma
constitucional (art. 258) o en virtud de la Ley que los
desafecte y los ingresa al dominio privado del Estado y
puede enajenarlos para el mayor desarrollo y explotación
económica cumpliendo los parámetros legales establecidos
para la venta de tales bienes. 66

c.8. Bienes de Propiedad Privada del Estado.

Son todos aquellos que pertenecen al Estado y que no están


comprendidos en la categoría de bienes de dominio público del
mismo.

c.8.1. Característica de los Bienes de Propiedad Privada del Estado:


o C.8.1.a. Enajenables conforme la Constitución y la Ley.
o C.8.1.b.Imprescriptibles.
o C.8.1.c Insecuestrables e Inembargables.
o C.8.1.d Productivo, generan riquezas, beneficio, provecho
económico, ingresos al Estado.

66
Ver fallo N° 401 de la Corte Suprema de Justicia por razón del Recurso de Inconstitucionalidad presentado
contra la Resolución Administrativa N°609-98 de 11-11-1998 entre la Autoridad de la Región Interoceánica y
la Sociedad Fuerte Amador Resort y Marina.
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o C.8.1.e No se afectan con Derechos Reales.

D. Bienes de los Municipio. A esto se refiere la Constitución Nacional,


artículo 246 y la Ley que desarrolla y tutela a los municipios como entes
partes de la división geográfica del territorio nacional (Artículo 5 y Título
VIII de la Constitución Nacional).

Los bienes Municipales son de dos clases:


d.1.Bienes de Uso Público: Entre los bienes de uso público que
enumera el artículo 333 del Código Civil y el artículo 69 de la Ley No.
106 de octubre de 1973, tenemos los siguientes:
1. Puentes y caminos vecinales.
2. Calles y avenidas, formando parte de las calles las aceras.
3. Las plazas, parques y paseos.
4. Las obras públicas de servicio general costeados por los
Municipios.
5. Las aguas públicas.

d.1.a. Características
Al igual que los bienes de dominio público del Estado, a estos
bienes los caracteriza:
a. Inalienables;
b. Insecuestrables e Inembargables.
c. Se poseen sin animo lucrativo; y
d. No se afectan con Derechos Reales.
e. Son imprescriptible.

d.2.Bienes Patrimoniales (Artículo 331 del Código Civil): Entre estos


cabe mencionar:
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1. Los bienes vacantes y mostrencos (Artículo 360 del


Código Civil; Artículo 69 numeral 3º de la Ley No. 106 de
1973).
2. Las herencias de los que fallecieron en su jurisdicción sin
dejar herederos (Artículo 692 del Código Civil; Artículo 69
numeral 4º de la Ley No. 106 de 1973).
3. Las rentas e ingresos (Artículo 69 numeral 6º de la Ley
No. 106 de 1973).
4. Los bienes donados a los Municipios que no tengan el
carácter de uso público.
e. Bienes de Propiedad de los particulares (Personas Naturales o
Jurídicas).
e.1. Características
e.1.a. Enajenables. (Artículo 1122 del Código Civil; Ver
artículo 292 de la Constitución Nacional) transferibles por
actos inter-vivos o mortís-causa a título gratuito u oneroso,
sin más formalidades que los fijados por la Ley (Ver artículo
1130 y 1131 del Código Civil).
e.1.b. Prescriptibles. (Artículo 1675 del Código Civil).
e.1.c. Embargables. (Artículo 523 y 1647 del Código
Judicial) o secuestrables, excepto los excluidos por la Ley.
e.1.d. Susceptibles de gravarse con Derechos Reales.
(Artículos 1567 y 1568 del Código Civil).
e.1.e. Son productivos o lucrativos, se tienen para que
generen riquezas, provecho económico a su dueño y causen
ingresos al Estado por razón de los tributos o impuestos
fijados por la Ley que los afecta.
e.1.f. Se rigen por normas de Derecho Privado. Le son
aplicables las disposiciones del Código Civil o leyes
especiales, que se refieren a ellos: Ley No. 1 de 5 de enero de
1984 (Sobre Propiedad Fiduciaria), Ley No. 64 de 10 de
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octubre de 2012(Sobre Derecho de Autor y Derechos


Conexos), Ley No. 31 de 18 de junio de 2010(establece el
Régimen de Propiedad Horizontal), Decreto Ley No. 2 de 24
de mayo de 1955, reformada por la Ley 129 de 31 de
diciembre de 2013 sobre el acceso al crédito de garantía
mobiliaria, Ley No. 22 de 1952(Sobre Prenda Agraria), Ley
No. 7 de 1990 (Sobre Arrendamiento Financiero), Ley No. 93
de 1973 y sus reformas (Sobre Arrendamiento).

CAPÍTULO III

LA POSESIÓN
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El Código Civil se refiere a este tópico en el Título VII, Capítulo I del Libro
II bajo la denominación de “De la Posesión”. El tema de la posesión, es de
aquellos del Derecho Civil que ha provocado las más enconadas
discusiones doctrinales desde antaño hasta nuestros tiempos; es como
dice IHERING “el juguete que el hada del derecho ha puesto en la cuna de
la doctrina”67. La posesión como hecho, presenta tantos laberintos que los
estudiosos del derecho incursionan insensatamente en su estudio,
tratando de escudriñar su sentido, alcance y propósito.

I. Derecho de Posesión y Derecho de Poseer.

Es necesario distinguir en relación con el tópico objeto de estudio lo


relacionado con el ius posesionae y el ius poseindendi que tienen
significación distinta. El derecho de posesión (ius posesione) consiste
en el derecho de poseer una cosa fundada en un poder de hecho, a
quien el ordenamiento jurídico le brinda protección. El profesor
CARRILLO68 (q.e.d.p.), indicaba que el ius posesione “se presenta
como una figura autónoma, independiente de todo derecho anterior” en
consideración al poseedor que no deriva su derecho, más no podemos
desconocer que la cosa objeto de posesión pertenece a otro, salvo
prueba en contrario. No podemos olvidar la transmisibilidad y
trasmisibilidad de los derechos derivados de la posesión que dan
lugar a la adquisición derivativa de la misma.

Al derecho de poseer se contrapone el derecho a poseer (ius


possidendi) que es el que corresponde a la persona a quién, según la
Ley, toca la facultad de poseer la cosa. Este derecho a poseer
descansa en un poder jurídico inherente al dominio o cualquier otro
derecho real respecto de una cosa susceptible de posesión.

67 Cit. Vallet de Goytiralo. Juan B. Estudios sobre Derecho de Cosas. Editorial Montecoroso, S.A., Madrid,
España. 1973. Pág.22.
68 CARRILLO, Rogelio de María. Op. cit. Pág. 135.
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II. Concepto de Posesión.

El Código Civil (Artículo 415) define la posesión como “la retención de


una cosa o el disfrute de un derecho con ánimo de dueño”. La norma
en referencia alude a dos elementos básicos para que haya posesión,
como son el corpus (elemento material) y el animus domini (elemento
subjetivo). Para tener la calidad de poseedor no es suficiente los
elementos indicados, sino que además ellos deben durar por lo menos
un período de tiempo mínimo que el Código Civil fija en un (1) año
(Artículo 599) y la Ley 80 de 2009 en su artículo 3 reformado por el
artículo 88 de la Ley 59 de 8 de octubre de 2010 dispone a propósito
de tierras nacionales que la Nación reconoce la “posesión de una
persona natural o jurídica por un periodo mayor de 5 años sobre
tierras de la Nación, en el territorio insular y las zonas costeras”. Y
que la misma (posesión) pueda ser “adquirida de una persona que la
tuvo y el nuevo poseedor se subrogará a los deudores y al tiempo de
posesión que tenía el antiguo poseedor”. En este caso el tiempo que
debe tener el poseedor, para ser reconocido como tal es mayor (5
años) al requerido por el Código Civil respecto de tierras de
particulares con título de dominio (1 año), tal como se infiere del texto
expreso del artículo 599 y 601.

III. Elementos de la Posesión

a. Corpus. Consiste en la serie de hechos que lleva a cabo el


poseedor en razón de la detentación de la cosa o del disfrute del
derecho de que se trate y que le da el carácter de poseedor
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 132
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sumado al animus domini; se trata de hechos positivos, propios


del dominio como son el arrendamiento, corte de madera,
construcción de edificios, cerramientos, plantaciones,
sementeras, sembradíos que el poseedor lleva a cabo sin el
consentimiento de quién disputa la posesión69. Se traduce en el
hecho mismo de la detentación o disfrute que le permiten realizar
actos propios de dominio mediante la ocupación material de la
cosa (Artículo 423) o del disfrute del derecho.

b. Animus Domini. Es el acto consiente y voluntario de estar en


conexión con la cosa o derecho de que se trate y que le permite
realizar actos o hecho inherentes al dominio y que no los
realizaría de no existir tal conexión y los terceros así lo entienden
y reconocen.
c. Cumplir con el tiempo requerido. Que la retención o disfrute y el
animus dominis dure por lo menos un año en el caso de tierras
tituladas de particulares (Artículo 599 del Código Civil), en el de
tierras nacionales el tiempo es de más de 5 años (Ver Ley 80 de
2009 artículo 3 reformado por el artículo 88 de la Ley 59 de 8 de
octubre de 2010).

IV. Características de la Posesión.


Esta debe ser o sea que el corpus y el animus domini ha de ser:
a. Pública: Esto es que no sea clandestina, que se ostente el bien
objeto de posesión a la vista del público en general y
particularmente de quien tenga derecho a oponerse (artículo
1679).

69Consultar Fallo de La Corte Suprema de Justicia de 21 de febrero de 1994. Registro Judicial de febrero del
mismo año.
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b. Pacífica: Que no medie violencia, fuerza en sus diferentes


manifestaciones en la detentación de la cosa o disfrute del
derecho (artículo 426 y 1679).
c. Ininterrumpida: Que sea continuada, permanente, incesante que
no haya cesación continuidad en la detentación o del disfrute y
es que cualquier reconocimiento expreso o tácito del dominio
ajeno interrumpe la posesión (artículos 1679, 1681, 1682, 1683,
1684 y 1685).
d. Exclusiva: Que no haya dos poseedores de la misma cosa o
derecho que se disfruta, de allí que el artículo 431 indique que
no puede reconocerse la posesión en dos personas distintas fuera
de la coposesión o indivisión como expresa la norma.
e. La posesión debe darse con ánimo de dueño: este se presume. La
detentación o disfrute debe tener lugar con tal carácter.
f. Es un hecho: Así lo dispone el artículo 431 y además capaz de
producir efectos jurídicos.

V. Naturaleza Jurídica de la Posesión.

Sobre el particular tenemos que tres teorías han tratado de dar el


fundamento de la posesión, que a saber son: La subjetiva o clásica de
SAVIGNY, la objetiva de IHERING, y la ecléctica de SALEILLES.
Veamos cada una de estas posiciones doctrinales.
a. Teoría Subjetiva o Clásica: Esta teoría tuvo su aparición por el
año 1803 y su fundador es el jurista alemán FREIDERICH VON
SAVIGNY.

Según ésta la posesión es el estado de hecho que da a una


persona la posibilidad de aprovechamiento de una cosa o
disfrute de un derecho con ánimo de dueño, en que el poseedor
se presenta y proyecta ante la colectividad como si fuera dueño
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de la cosa, a la cual el ordenamiento jurídico le reconoce efectos


jurídicos y por ende brinda protección. ALBALADEJO70 indica
que para la determinación del poder de hecho que implica la
posesión no precisa la tenencia material de la cosa por parte del
poseedor, pues el poseedor en ejercicio del poder que conlleve la
detentación viene facultado para realizar actos de dominio, por
ejemplo dar la cosa objeto de posesión en arriendo o usufructo.

Principios en que se Funda.

1. La posesión es un hecho, con efectos jurídicos, por lo cual


el ordenamiento jurídico le brinda protección.
2. Requiere la concurrencia de dos elementos, como son el
corpus y el animus domini, los cuales son independientes.
3. El animus domini es el elemento primordial de la posesión,
por cuanto involucra la idea de detentación de una cosa a
título de dueño, que le permite conservarla y disfrutarla.
4. El corpus como elemento de la posesión es el poder físico
que una persona tiene sobre una cosa, sin requerirse la
tenencia material de la misma, solo se demanda la
posibilidad de ejecutar hechos o actos que pongan de
manifiesto la dominación de la cosa de manera exclusiva y
directa.
5. El animus domini es la voluntad concreta de tener la cosa
para si en forma exclusiva, se actúa como dueño y señor
de la cosa. Esa voluntad que concurre en la posesión,
demanda una “especial voluntad: Ejercer la propiedad, lo
que se traduce en no reconocer a nadie más un derecho
superior (animus domini)”71.

70ALBALADEJO, Manuel. Op. cit. Pág. 36 y 55.


71VALENCIA ZEA, Arturo. Derecho Civil, Tomo II. Derechos Reales. Editorial Temis. Bogotá, Colombia. 1967.
Pág. 51 y s.s.
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6. El animus domini se presume, salvo prueba en contrario,


por lo que quien tiene una cosa, se le presume que la posee
con ese animus (Artículo 432 del Código Civil).
7. Las cosas se pueden poseer en nombre propio o en nombre
de otro (Ver artículo 424 del Código Civil).

b. Teoría Objetiva: Esta teoría nace como consecuencia de la


abierta discrepancia que IHERING tiene de la posesión romana,
tal como la concibe SAVIGNY. Según el defensor de esta teoría
la relación posesoria se determina por el animus possidendi;
existe posesión en todos los casos en que se da una relación
material voluntaria con la cosa. Para esta teoría la posesión es
el ejercicio de un poder de derecho sobre las cosas de acuerdo a
su natural destino. Toda relación entre persona y cosa implica
posesión.

IHERING72 señala que la posesión es la “exteriorización del


dominio” esto es, “el estado normal externo de la cosa, bajo el
cual se cumple el destino de servir a los hombres”, que “toma
según la diversidad de las cosas un aspecto exterior diferente;
para los unos se confunde con la detención o posesión física,
para los otros no” continua diciendo IHERING que “la
existencia de la posesión es cuestión de pura experiencia, es
una cuestión de la vida ordinaria”. Extendiendo la posesión a los
derechos, la concibe como la “exterioridad del derecho”.

Principios en que se funda

1. La posesión es un derecho real, esto es el derecho subjetivo


protegido.

72 Cit. Vallet De Goytisolo, Juan B. Op. cit. Pág. 27 y 28.


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2. El Corpus y el Animus son elementos que se


complementan, nacen simultáneamente y son
interdependientes.
3. La posesión requiere que haya animus possidendi, es decir,
la intención de servirse de la cosa y no animus domini.
4. El elemento relevante es el corpus, ya que el animus
possidendi se encuentra implícito en el corpus.
5. Todo detentador es poseedor, por lo que toda detentación
es posesión, a pesar de tenerla para otro; salvo que la Ley
disponga otra cosa; y
6. Dos personas pueden estar en posesión simultánea de una
misma cosa, es el caso de posesión derivada o inmediata.

c. Teoría Ecléctica: Esta corriente ocupa una posición intermedia


entre las dos corrientes anteriores y concibe la posesión como
un hecho, siendo el Corpus y el Animus elementos
independientes. SALEILLES73 sustituye la “potestad de hecho
por el uso económico de la cosa; la conexión económica de la cosa
con la persona”. WINDSCHEID74 por su parte, observa que “la
conexión sólo deberá entenderse si la cosa depende de la
persona y que esa dependencia sólo existirá si la persona tiene
poder de hecho sobre la cosa”.

Tal como se ha indicado, esta corriente concibe el Corpus y


Animus bajo un prisma distinto, por lo que vale ver cada uno de
ellos.
1. Corpus: Para SALEILLES75 en la posesión “lo que
constituye el Corpus Posesorio es un conjunto de hechos
susceptibles de descubrir una relación primeramente de

73 Cit. Vallet De Goytisolo, Juan B. Op. cit. Pág. 27.


74 Ibídem.
75 Idibem.
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apropiación económica, un vínculo de explotación de la cosa


puesta al servicio del individuo entre aquel a quien dichos
hechos se refiere y a la cosa que estos tienen por objeto”.
Estando el Corpus representado por un fenómeno
económico de apropiación de riqueza, para que ésta (la
posesión) constituya aquél, indica el profesor CARRILLO
que la misma debe ser: a) Actual o Presente; b)
Permanente; c) Indiscutible; d) Pública; esto es que el
poseedor debe presentarse frente a terceros ejerciendo
actos materiales de apropiación económica que evidencien
el propósito de adueñarse de la cosa.
2. El Animus: SALEILLES76 expresa un concepto distinto del
animus en la posesión al decir que “es la realización
consciente y voluntaria de la apropiación económica de las
cosas”. Es poseedor quien se presenta como dueño de la
cosa y no quien tiene el propósito de serlo, de allí que el
precitado teórico señala que “el título de la toma de
posesión deberá tomarse en consideración sólo en dos
casos: a) Cuando el mismo contradiga las apariencias que
revela el acto de la detentación; b) Cuando sirven para
demostrar que existe de parte del detentador un carácter de
dependencia económica que involucra toda idea de posesión
jurídica”. La posesión requiere que la cosa se explote en
beneficio propio, no obstante no todos los que explotan las
cosas en beneficio propio son poseedores; es necesario que
lo hagan de manera independiente. Procura demostrar su
punto de vista con el ejemplo de un arrendamiento, quien
a pesar de explorar la cosa en interés propio, no es
poseedor por cuanto que no procede de manera
independiente por encontrase remitido al propietario de la
76 Cit. CARRILLO, Rogelio de María. Op. Cit. Págs. 143 y 144.
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cosa, quien obra como dueño, además de pagar un canon


por el aprovechamiento de la cosa.

d. Legislación Nacional: Vistas las teorías que vienen supra


expuestas, cabe preguntarse a ¿cuál de ellas se acoge nuestro
ordenamiento? Antes de proceder a responder la interrogante
planteada, es necesario buscar las bases legales que nos
llevarán a dar una solución lo más acertada posible.

El artículo 415 del Código Civil, medular en la concepción que


de la posesión se pueda tener, preceptúa que “se llama posesión
la retención de una cosa o el disfrute d un derecho con ánimo de
dueño...”. Por otro lado, el artículo 427 de la citada excerta
legal, prescribe que “La posesión de la cosa no se entiende
perdida mientras se halla bajo el poder del poseedor, aunque
este ignore accidentalmente su paradero”. Además, a propósito
de la adquisición de la posesión, el artículo 423 reza: “La
posesión se adquiere por la ocupación material de la cosa o
derecho poseído, por el hecho de quedar estos sujetos a la acción
de nuestra voluntad, o por los actos propios y formalidades
legales establecidas para adquirir tal derecho”. Los preceptos
transcritos ponen de manifiesto que en nuestro ordenamiento
impera, en materia de posesión, la teoría de SAVIGNY, en el
sentido de que deben concurrir los dos elementos demandados
por dicha teoría para que se entienda que existe posesión, esto
es el Corpus y el Animus Domini, no obstante, que en el
artículo 423 del Código Civil sólo se exija el Corpus, sin hacerse
mención del Animus Domini. El profesor CARRILLO 77 indica
que esa omisión legislativa “puede ser llenada por la
jurisprudencia en el sentido de que uno de los principios de la
77 CARRILLO, Rogelio de María. Op. cit. Pág. 146.
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teoría clásica es que el animus domini se presume”. Además es


necesario que el corpus y el animus domini sea reiterativo e
incesante por un año mínimo para que se tenga tal investidura.

e. Es la Posesión un Hecho o un Derecho Real en nuestra


Legislación: En atención a las discrepancias doctrinales y
jurisprudencia que sobre este tópico se han dado, obligante
resulta ver por separado, para una mejor comprensión, cada
uno de los criterios que a continuación se exponen:

e.1 Doctrina: La doctrina sostiene que en nuestra


legislación impera el principio de considerar a la posesión como
un hecho con efectos jurídicos y no un derecho como la
considera algunos fallos jurisprudenciales.

Entre los defensores de la posesión como hecho tenemos a los


profesores ARROYO y NORIEGA. Los argumentos que han invocado
para considerar a la posesión como un hecho son los siguientes:
 Que ninguno de los artículos del Código Civil que
contienen los Derechos Reales hace referencia a la
posesión como Derecho Real.
 Que el concepto de posesión que nos proporciona el
artículo 415 del Código Civil pone en evidencia la
aplicación de la teoría clásica o subjetiva, que considera
a la posesión como un hecho.
 Que la posesión en nuestro derecho no puede
inscribirse en el Registro Público y que los únicos
derechos a inscribirse son los derechos reales, sean
estos plenos o totales, restringidos o limitados.
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Por otra parte, agregaríamos nosotros, la protección legal


que se le da a la posesión mediante acciones posesorias
(Artículo 597) y la reivindicatoria (Artículo 588) ello no
significa que se le reconozca la categoría de Derecho Real. A
esto vale agregar el texto del artículo 431 del Código Civil
que de manera expresa y diáfana considera la posesión
como un hecho al decir que “la posesión, como hecho, no
puede reconocerse en dos personas distintas fuera de los
casos de indivisión” (El subrayado es nuestro). Allí vale
observar que el legislador hace énfasis, resalta con relación
a la posesión que es un hecho, al indicar que la posesión,
como hecho, y no habla de la posesión como derecho. Cosa
distinta hubiese sido si el legislador dispusiese que la
posesión no puede reconocerse, más observa que el mismo
al decir de la posesión, hace una salvedad al poner entre
coma, como hecho, lo cual refleja sin mayor detalle, no
discusión, el de considerar a la posesión como un hecho.
Por otro lado la posesión no solo es un hecho sino que es un
elemento esencial de un modo de adquirir el dominio, como
es la usucapión o prescripción adquisitiva del dominio, en
que la sentencia que la declara es la que se inscribe en el
Registro Público al oficiarla el Juez de la causa una vez esté
ejecutoriada.

e.2 Jurisprudencia: La jurisprudencia patria se ha


pronunciado al respecto en ciertos fallos que paso a
señalar:
En fallo de 10 de marzo de 1923 (Registro Judicial No. 21,
pág. 203, extraído de la jurisprudencia de HERRERA,
Tomo 3, página 145) con relación a una compraventa de
derechos posesorios, la jurisprudencia se manifestó en el
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sentido siguiente “Que la posesión no entra en los derechos


reales a propósito de la compraventa de la posesión de un
terreno. El artículo 1131 del Código Civil se refiere a los
derechos reales sobre bienes inmuebles y esos derechos
son: el dominio, la herencia, el usufructo, uso, habitación,
servidumbre activas, prenda e hipotecas”. Este precedente
señala escuetamente que la posesión no resulta ser un
derecho real. Sin embargo, en fallo 30 de mayo de 1961, la
Corte Suprema de Justicia se pronunció en sentido
distinto al considerar a la posesión como un derecho real,
cuando dice que “la posesión participa de la esencia de los
derechos reales toda vez que ella también relaciona al
hombre con las cosas de la naturaleza y se halla protegida
por acciones reales, como son la restitución de la posesión
por causa de despojo que pueda ejercitar el poseedor
contra todos los que en alguna forma pretendan
inquietarlo en el goce de sus derechos” y concluye que “el
carácter de derecho real que tiene la posesión no puede
negársele solo porque no es inscribible en el Registro
Público, el Contrato de Transmisión de Derecho Posesorio
aunque conste en un instrumento público en
cumplimiento de los que ordena el ordinal lo del artículo
1131 del Código Civil”. La Corte ha variado de opinión con
respecto a la posesión, de lo cual se denota una falta de
precisión conceptual y determinación de la naturaleza de la
posesión por parte de la jurisprudencia.

En fallo de11 de junio de 1959, también se consideró como


un derecho real.
Las razones en que descansa la concepción emitida por la
Corte Suprema de Justicia son:
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1. Que los derechos reales son aquellos que se ejercen


como un derecho real.
2. Que la posesión relaciona a las cosas de la naturaleza
con el hombre y que el poseedor se encuentra protegido
por acciones reales, como es el caso de la acción por
restitución, por razón de despojo.
3. El hecho de que la transmisión de derechos posesorios
no sea inscribible en el Registro Público no le
desnaturaliza su condición de derecho real, por cuanto
que mal puede inscribirse en el Registro Público la
transmisión de un derecho que no aparece inscrito en
dichas oficinas.
4. Que la posesión constituye un derecho real provisional
diferente a los derechos reales definitivos.

La Corte Suprema de Justicia en fallo de 14 de agosto de


1973, por razón del recurso de casación en el juicio
declarativo entre Manuel G. Ceballos Polo vs. El Instituto
de Vivienda y Urbanismo y José Daniel Alvarado Correa,
ha cambiado de parecer al decir: “La posesión cuando no
se deriba del derecho de dominio que tiene un
propietario sobre determinado inmueble, no se
considera por nuestro derecho positivo como un
derecho, sino como un hecho”. Tal se deduce de lo
dispuesto en el artículo 415 del Código Civil; sin embargo,
se anotó que aún considera esa posesión como un hecho,
el legislador consideró necesario compararlo respecto de
los posibles conflictos sobre retroactividad, por tal razón,
en el artículo 22 del Código Civil le otorga una
consideración especial a esa posesión de que esa
disposición legal no es aplicable a la presente controversia,
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si demuestra que nuestro ordenamiento jurídico ha


querido concederle a la posesión considerada como un
hecho, el amparo que se confirma con respecto que a
través de todo el Código se le confiere posesión (El
subrayado es nuestro).

VI. El Sujeto Posesorio.

El sujeto en la posesión puede serlo, las personas jurídicas o las naturales


singulares o plurales, según el caso con capacidad jurídica para obligarse.

En cuanto a las personas jurídicas y como sujeto de la relación posesoria


tal admisibilidad resulta del texto del artículo 71 del Código Civil que
indica “las personas jurídicas pueden adquirir o poseer bienes de toda
clase...”. A los extranjeros, sean personas naturales o jurídicas les está
vedado poseer tierra del Estado o de particulares a menos de 10 Km. de la
frontera con los países limítrofes (Artículo 291 de la Constitución
Nacional).

Dentro de este tópico, necesario se hace ver ciertas situaciones que giran
en torno al sujeto posesorio como es lo referente a la capacidad desde su
doble aspecto esto es, la capacidad para adquirir y para ejercer la
posesión.

a. Capacidad para Adquirir la Posesión: El artículo 429 del Código


Civil dispone que los menores y los incapacitados pueden adquirir
la posesión. Sin embargo, es bien sabido, como lo hemos dejado
sentado antes, que en nuestro ordenamiento en materia posesoria,
prima la teoría clásica o de SAVIGNY, que exige que para que haya
posesión se requiere el Corpus, El Animus Domini y el tiempo. Si
en nuestra legislación, la posesión demanda esos elementos y con
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carácter preferente el animus domini que presume una aptitud


volitiva de querer, entender y comportarse como dueño de una cosa
tenemos que arribar, a pesar del texto del artículo 429, a la
conclusión que los incapaces no pueden adquirir por sí mismo la
posesión. El profesor CARRILLO78 en este mismo orden de ideas,
expresa que “los dementes y los infantes no pueden adquirir la
posesión en nuestro medio por carecer de discernimiento, pese al
contenido del artículo 429 que se refiere a la simple ocupación de las
cosas por seres dotados de órganos adecuados para la aprehensión
de las cosas corporales”.

Cosa distinta ocurre si la posesión se adquiere por cuenta y a


nombre de dichos discapaces (Artículo 416) máxime que el artículo
424, dispone que la adquisición de la posesión puede tener lugar
personalmente, por representantes legales, por mandatario o por
agente oficioso, requiriéndose en ese último caso, tal como lo
prescribe la precitada norma, in fine, “que la persona en cuyo
nombre se haya verificado el acto posesorio lo ratifique”, ratificación
que opera retroactivamente al inicio del hecho posesorio.

El maestro español ALBALADEJO GARCÍA79 indica en “la posesión


por representación hace falta que la voluntad posesoria del
representante se encamine a poseer para el representado (tiene el
señorío sobre la cosa) por cuenta y en nombre de éste, o al menos por
su cuenta”. A esto cabe adicionar el hecho de la trasmisión mortis
causa de la posesión a los herederos y tales personas (menores e
incapaces) no están previstas en los incapaces para heredar
(Artículos 425, 428, 634, 635 y 641).

78 CARRILLO, Rogelio de María. Op. cit. Pág. 182.


79 ALBALADEJO GARCÍA, Manuel. Op. cit. Pág. 40.
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b. Capacidad para ejercer los derechos que derivan de la Posesión: La


posesión puede ser ejercida en nombre propio o en nombre de otro
(Artículo 416); tratándose de menores, estos sólo pueden ejercitar
los derechos que les corresponden en la posesión en la medida que
vengan asistidos de sus correspondientes representantes legales
(Artículo 429). Los capaces pueden ejercer los derechos que la
posesión les conceda por sí mismo o a través de mandatarios
(Artículo 424).

VII. Tenencia.

Antes de proseguir con el estudio de la posesión se hace necesario ver


lo relacionado con la tenencia, a la que se refiere el artículo 415, que
aún cuando no, constituye posesión, está al servicio de aquella,
puesto que los actos relacionados por ejemplo con el arrendatario, el
depositario, usufructuario y acreedor prendario, que son meros
tenedores, no obstante la naturaleza de derecho real, en los dos
últimos casos, por detentar la cosa sin ánimo de dueño redundan en
interés del poseedor, además de la obligación del tenedor de declarar
el nombre y la residencia de la persona a cuyo nombre la tiene ante
una acción reivindicatoria (Artículo 589). La doctrina habla de
posesión mediata esto, como dice ALBALADEJO80 “hay pues un
desdoblamiento de posesiones en el que uno conserva una posesión
como derecho, pasando a otro la posesión como hecho” y de posesión
inmediata para referirse al que tiene la posesión. Esta distinción de la
posesión, en mediata e inmediata, de que habla la doctrina y
legislaciones extranjeras, no es recogida en nuestro ordenamiento por
el contrario se legisló distinguiendo entre posesión y tenencia.

80 ALBALADEJO GARCÍA, Manuel. Op. cit. Pág. 54.


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a. Concepto de Tenencia: El artículo 415 del Código Civil


proporciona este concepto, cuando, la define diciendo que
“Tenencia es la retención de una cosa o el disfrute de un derecho
sin ánimo de dueño”. Basta que una persona retenga una cosa o
disfrute un derecho reconociendo el dominio de otra persona,
para que se le repute mero tenedor. Justamente eso es lo que
distingue a la posesión de la tenencia, en esta se observa la
ausencia de elemento subjetivo propio de la posesión como lo es
el animus domini y las identifica la concurrencia del corpus.

Resultan ser tenedores el arrendatario, el depositario, el


usufructuario, el comodatario, el acreedor prendario, el acreedor
anticrético, el usuario y el habitador, no obstante ser en algunos
de esos supuestos titulares de derechos reales, ya que ellos
detentan reconociendo el dominio ajeno.

b. Características de la Tenencia: Los rasgos propios de la tenencia


se reducen a los siguientes:
 Es absoluta, ya que el mero tenedor lo es frente a toda
persona, es decir, es oponible “erga omnes”.
 Es continuada, como dice el profesor CARRILLO81 “en el
sentido de que los sucesores del mero tenedor normalmente
también son meros tenedores” ya que a los sucesores del
tenedor se les transmiten los derechos que pueda tener éste
respecto a la cosa detentada (Artículo 628).
 Es generalmente inmutables, en el sentido que por regla
general la tenencia no se transforma en posesión, sin
embargo como veremos más adelante al referirnos a la
inversión del título encontramos que puede darse la
situación de que un mero tenedor se convierta en poseedor
81 CARRILLO, Rogelio de María. Op. cit. Pág. 151
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 147
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(desconoce el dominio ajeno y se comporta con ánimo de


dueño) o un poseedor se convierta en mero tenedor
(mediante el reconocimiento del dominio ajeno).
 Es temporal ya que existe la obligación del tenedor de
restituir la cosa una vez se cumpla el plazo o la condición
que subordina la detentación. Otra cosa es que llegado el
momento de restituir la cosa, el tenedor rehusé y continué
con animus domine detentado la misma.

c. Requisito de la Tenencia: La tenencia exige la concurrencia de


ciertos requisitos, a saber:
 El corpus o elemento material, consiste en la retención de
una cosa o disfrute de un derecho (Artículo 415).
 Que el corpus se efectué sin ánimo de dueño (Artículo 415).
 Que haya animus detinendi, esto es, tener conciencia de
estar en contacto con la cosa objeto de la detentación
reconociendo el dominio ajeno, hay plena convicción de la
titularidad de otro, pues su detentación se funda en un acto
jurídico que le sirve de sustento.

d. Clases de Tenencia: En atención al interés que presenta el


tenedor respecto a la cosa o derecho que detenta, se habla de:
 Tenencia con interés.
 Tenencia sin interés.
Atendiendo al interés con que el tenedor detenta la cosa o
disfruta un derecho, encontramos que el mismo puede hallarse
en varias situaciones como son:
1. Que tenga un derecho real sobre la cosa, tal como sucede
con el acreedor prendario, anticrético, el usufructuario, el
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 148
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usuario, el habitador y el arrendamiento de inmueble


inscrito;
2. Puede tener un derecho personal, como ocurre respecto al
depositario, comodatario y el arrendatario no inscrito; y
3. Que sólo tenga un derecho precario, por detentar la cosa
o disfrutar un derecho fundado en un acto licencioso, de
tolerancia o facultativo del propietario de la cosa (Ver
artículo 417, 430 y 1680).

De las situaciones en que pueda encontrase el tenedor respecto a


la cosa o derecho detentado, la que mayor protección le ofrece el
ordenamiento jurídico resulta ser aquella que funda en un
derecho real por razón de las acciones con que viene protegido.
En estos casos en que el tenedor es dueño de su derecho real y
tenedor a la vez, puede hacer uso de las acciones posesorias en
la medida que tal derecho sea inmueble, es decir, que tenga por
objeto cosas raíces cualquier sea su clase (Ver artículo 597 y
603).
Además, viene facultado para ejercer como simple tenedor la
acción de restablecimiento por despojo violento contenida en el
artículo 609 en caso que medie despojo violento.

Solución distinta ocurre con el tenedor que sólo tiene un derecho


personal quien conforme los artículos 609 y 1312 del Código
Civil la acción que puede intentar es la de restablecimiento por
despojo violento.

Por último, quien tenga un derecho precario, que detenta la cosa


por mediar licencia o mera tolerancia, indica el profesor
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 149
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CARRILLO82 “tiene un derecho más débil que depende de la buena


voluntad del propietario, ya que éste, en cualquier momento puede
privarlo de la tenencia”.

Los tenedores sin interés en la detentación como el nombre lo


indica carecen de interés, valga la redundancia, detentan la cosa
por y para otro; se encuentran subordinados a el dueño de la
cosa. Se les considera simple servidor de la posesión, son como
indica ALBALADEJO83 “instrumentos de la posesión”. Agrega el
autor que el “servidor posesorio es el ejecutor material del señorío
posesorio del poseedor, cuya voluntad gobierna la situación,
siendo este el único a quien se protege y respecto al único en que
se producen los efectos de la posesión”.

e. Efectos de la Tenencia:
1. Conforme el artículo 589 el tenedor de la cosa que se
reivindica debe declarar el nombre y la residencia de la
persona a cuyo nombre la tiene.
2. Tiene según el artículo 609 y 1312 del Código Civil y el 963
del Código Administrativo, derecho para oponerse a las
agresiones de que sea objeto.
3. El tenedor que sea titular de un derecho real inmueble,
sobre una cosa, puede ejercer las acciones posesorias aún
contra el propietario tal como establecen los artículos 597,
603 y 609.
4. El tenedor fundado en un derecho real está facultado para
hacer uso de la acción reivindicatoria (Artículo 584 Código
Civil).

82 CARRILLO, Rogelio de María. Op. cit. Pág. 150.


83 ALBALADEJO GARCIA, Manuel. Op. cit. Pág. 53 y 54.
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VIII. Ventajas de la Posesión.


1. El poseedor se presume dueño de la cosa mientras no se pruebe lo
contrario (Véase 432, 434 y 595 del Código Civil).Se trata de una
presunción iuris tantum.
2. El poseedor de buena fe, y aún el de mala fe pueden adquirir por
prescripción adquisitiva el dominio de la cosa o derecho poseído
(Ver artículo 1678 y 1698).
3. La buena fe se presume siempre (Artículo 419) salvo prueba en
contrario, pues se trata de una presunción iuris tantum.
4. El poseedor se presume que posee con justo título y no se le
puede obligar a exhibirlo (Artículo 434) excepto que invoque
prescripción, en cuyo caso es necesario probar que el título es
justo, valido y verdadero (Artículo 1960, 1961).
5. Está protegido por acciones posesorias cuando se trata de la
posesión de inmueble o de derechos reales sobre inmuebles
(Artículo 597).
6. El poseedor puede ejercer la acción reivindicatoria cuando pierde
la posesión de la cosa y se hallaba en posibilidad de poder ganarla
por prescripción (Artículo 587) no indica cual, es el plazo, puede
ser menos de un año o seis meses en el caso de despojo violento
(Artículo 609). En este último caso puede hacer uso de la acción
de restablecimiento por despojo violento para recuperar la
posesión.
7. La posesión de buena fe de los bienes muebles equivale al título
(Artículo 450).
8. El poseedor tiene a su favor la presunción de que continua
disfrutando la cosa en el mismo concepto en que adquirió la cosa
(Artículo 421) y el poseedor actual que lo fuese en época anterior
se presume que ha poseído la cosa durante el tiempo intermedio
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(Artículo 445). Se trata de una presunción iuris tantum, que


admite prueba en contrario.

IX. Inversión del Título de la Posesión.

La inversión del título no es más que la transformación o mutación


de la calidad de tenedor a poseedor o viceversa. Existen situaciones
en las que puede producirse la transformación o mutación del status
que en un momento dado ocupa una persona respecto de una cosa o
derecho. Ello tiene lugar en virtud del cambio del animus alienus o
del animus domini.

En la tenencia y en la posesión concurre un elemento común, el


corpus, un elemento material que tanto en la posesión como en la
tenencia resulta ser inmutable, constante, no varía, a diferencia de lo
que sucede respecto al animus que si tiene lugar una modificación
por razón de la actitud que pueda tomar o asumir el detentador de la
cosa en determinada circunstancia. Una persona que es mero
tenedor, mediante acto unilateral, puede decidir transformar su
animus en la detentación de tenedor a poseedor, desconociendo el
dominio ajeno respecto de la cosa que detentaba, sustituyendo el
animus alienus por el animus dominis por cuanto ahora comporta
como dueño de la cosa frente a la colectividad y principalmente ante
quien tiene derecho a oponerse y no hace uso de las acciones o
recursos legales en el término fijado por la Ley.

La conversión del título debe ser pública y pacífica frente a los


terceros; y al propietario o poseedor de la cosa según el caso quien
debe ser conocedor de la situación de conversión a fin que pueda
oponerse a la conversión mediante el ejercicio de las acciones o
recursos legales correspondientes y de manera oportuna. El profesor
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Rogelio de María Carrillo (q.e.p.d.) considera que “el tenedor que


aspire a convertirse en poseedor debe asumir igual actitud ante el
propietario a fin de que éste pueda enterarse de su cambio de actitud y
reaccione si lo tiene a bien”84.

Por ejemplo: El caso de un arrendatario el mismo puede ponerle cese


a su condición de arrendatario, que es un mero tenedor y seguir en
detentación de la cosa, pero ya no en calidad de arrendatario (tenedor)
sino como poseedor desconociendo el dominio ajeno, poniéndole cese
a el pago de los cánones de arrendamiento que tenía que hacer; pero
eso no solamente debe presentarse respecto a los asociados sino
primordialmente en relación con él mismo dueño de la cosa, quien si
adopta una actitud pasiva o inactiva ante el cambio adoptado por
parte de quien era arrendatario y ha pasado a ser poseedor a
comportarse como tal, está permitiendo que el mismo pueda en un
momento dado y por el transcurso del tiempo convertirse en el titular
en virtud de prescripción adquisitiva, pues la posesión ha durado el
término establecido por la ley (Artículo 1692, 1694 y 1696), además
de cumplir con las otras exigencias legales.

Otra situación es la que ocurre cuando el poseedor reconoce la


existencia del dominio ajeno respecto de la cosa que el posee, esto, es
que renuncia a su calidad de poseedor y se convierte en mero tenedor,
así lo establece el artículo 1685 del Código Civil cuando dice que:
“Cualquier reconocimiento expreso o tácito que el poseedor hiciera del
derecho del dueño, interrumpe asimismo la posesión”.

El solo hecho de reconocer expresa o tácitamente el dominio ajeno y


mantenerse en la detentación está produciendo la inversión del título

84 Cit. CARRILLO, Rogelio de María. Op. cit. Pág. 171.


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de la detentación. Ello ocurre v.g. si celebra un contrato de


arrendamiento, comodato, usufructo, uso, habitación, o abandona la
cosa, etc.
En la medida que existan hechos que demuestren el reconocimiento
del dominio ajeno, allí sustituye el animus domini por animus alieni a
diferencia de lo que ocurre cuando el tenedor cambia a poseedor se
sustituye el animus alieni por el animus domini.

Otro aspecto relacionado con el tema es si se admite que mediante un


acto unilaterial se produzca esa conversión; pues en el Derecho
Romano no se admitía la conversión del título mediante un acto
unilateral, es decir, una causa subjetiva, sino por el contrario si se
admitió la inversión del título cuando mediaba una causa objetiva,
por ejemplo: El arrendatario podía transformar su título mediante la
existencia de una causa objetiva como en el caso de un contrato
traslaticio de dominio (una compra venta). Aquí, el arrendatario se
convertía en dueño de la cosa; pero para que se produjera eso se
necesitaba que mediara una causa objetiva representada mediante un
contrato traslaticio de dominio.

El arrendatario se transformaba en poseedor en virtud del contrato


traslaticio de dominio que es una causa objetiva, en ningún momento
consideraron que mediante una acción unilateral de parte del
poseedor o tenedor, pudiese darse la inversión del título.
Algunas legislaciones como la Mejicana y la Chilena recogen esta
situación de la conversión del título basada en causa objetiva. En
cambio, nuestro derecho admite que la transformación del título
puede darse en virtud de causa subjetiva, mediante una
manifestación unilateral de voluntad. Es así que la Corte Suprema de
Justicia ha reconocido en fallo de 1953 que mediante una voluntad
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 154
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unilateral del tenedor de la cosa podría producirse la transformación


o inversión del título85.

Quién alegue la conversión del título le corresponde demostrar y


probar que ese hecho ha ocurrido, de allí que el artículo 421 expresa
“se presume que la posesión se sigue disfrutando en el mismo concepto
en que se adquirió, mientras no se pruebe lo contrario”.

X. Bienes Objeto de Posesión.

La posesión puede tener por objeto cosas corporales e incorporales,


muebles o inmuebles que sean apropiables singulares y determinadas
presentes, que están en el comercio, susceptibles de derecho privado
patrimonial. No pueden ser objeto de posesión las cosas que están
fuera del comercio (cfr. Artículos 442, 446 y 1675 del Código Civil), y
los bienes de uso y dominio público (cfr. Artículos 258 de la
Constitución Nacional y 329 y 330 del Código Civil) del Estado y de
los municipio y los de propiedad privada del Estado y los
patrimoniales de los municipios, así como las tierras nacionales o de
los particulares situadas a menos de 10 Km. de las fronteras con los
países limítrofes (Artículo 291 de la Constitución Nacional). A este
respecto también es importante destacar que en el caso de las tierras
nacionales la Ley 80 de 2009 y la Ley 59 de 2010 permite que dichas
tierras puedan ser objeto de posesión mas no de prescripción
adquisitiva tal como lo dispone el artículo 1670 del Código Civil.

85 La Corte Suprema de Justicia, Sala Primera de lo Civil, en fallo del 11 de marzo de 1953 (R.J. No. 20 p.80), se
ha pronunciado en el sentido siguiente: “En esta forma no cabe duda que el demandante entro a ocupar sin
ánimo de dueño y que luego permaneció en el terreno por tolerancia del propietario. Como, por otra parte, no ha
demostrado exactitud la conversión del título de tenente a poseedor, ni tampoco el momento preciso a partir del
cual dejo de ser tenente para convertirse en poseedor es evidente que el Tribunal Superior de Justicia precedió con
acierto al considerar Asunción Flores dentro de la situación jurídica existente al iniciar sus actos sobre la cosa en
litigio. En estas condiciones mal podía operar en su provecho la presunción de animus domini que la Ley otorga a
los que prueban la ocupación pacífica, pública y no interrumpida (subrayado es nuestro).
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 155
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

Además de que el bien objeto de posesión debe ser apropiable,


conforme el artículo 422 del Código Civil, también es necesario que
recaiga sobre cosas determinadas, específicas presentes, excepto
cuando se trata del derecho de herencia (Artículo 425), que no es
susceptible de posesión más si los bienes que la componen.

En cuanto a que debe ser cosa cierta el profesor ARROYO86 indica que
aún cuando ello no está contemplado en nuestro ordenamiento de
manera expresa, no es concebible que pueda ser objeto de posesión
una cosa incierta o indeterminada así como tampoco puede recaer el
derecho de propiedad sobre esta categoría de bienes.

En relación con las cosas incorporales se hace necesario prestar


atención a la distinción entre derechos reales y derechos personales.
No todos los derechos reales son susceptibles de posesión y para que
los mismos sean objeto de tal deben ser apropiables y recaer sobre
cosas determinadas o específicas.

No pueden ser objeto de posesión los derechos reales siguientes:


1. Las servidumbres continuas no aparentes y las discontinuas
sean o no aparentes. Aquellas que no se utilizan de manera
sucesiva sino en tiempo prolongado y depende de actos del
hombre, a que alude el artículo 521 del Código Civil en relación
con el 514 de la misma excerta legal.
Estas servidumbres sólo se pueden adquirir en virtud de título,
lo que no ocurre con la servidumbre continua y aparente que, se
puede adquirir por título o prescripción adquisitiva y por
consecuencia son susceptibles de posesión.
2. Los derechos reales de garantía (hipoteca, prenda y anticresis) y
derecho real de arrendamiento inscrito. Estos derechos nacen en
86 Cit. CARRILO, Rogelio de María. Op. cit. Pág. 172.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 156
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virtud de un contrato y no de una relación jurídica posesoria,


pues esta no es posible en ellos.
3. Las universalidades de derecho. Ejemplo la herencia, cuya
naturaleza se ha discutido si es real o personal. En nuestra
legislación la herencia es un derecho real (Artículo 584) así lo ha
admitido la Corte Suprema de Justicia, no obstante existen
autores que discrepan con tal criterio. 87 La herencia la
componen los activos y pasivos del fallecido y se reclama a través
de la acción de petición de herencia, más si son posibles los
bienes que la componen.

En cuanto a los derechos personales, la doctrina no se encuentra de


acuerdo si son o no objeto de posesión, de allí que existan dos
corrientes.
a. Un sector sostiene que los derechos personales si pueden ser
objeto de posesión, cuando la persona se conduce como un
acreedor, ya sea reclamando del deudor el monto de una
deuda y los intereses mediante la acción judicial
correspondiente.
b. El otro sector afirma que los derechos personales no pueden
ser objeto de posesión porque no pueden ser adquiridos por
prescripción y no admiten un ejercicio continuado porque el
crédito se agota al ejercitarse.

No obstante, este sector admite que los créditos constituidos en


títulos al portador si pueden ser objeto de posesión, por estar
incorporados al título.

87“La Corte Suprema de Justicia en fallo de 10 de marzo de 1926, ILJ. 1121 P.203, considera que la herencia es
un derecho real (Jurisprudencia Herrera, Tomo II, Pág. 1350). En fallo de 4 de junio de 1923, R.I. 452 Pág. 498 la
Corte ha variado de criterio al considerar que los derechos hereditarios no son derechos reales sino personales (Ver
Jurisprudencia Herrera).
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En relación con lo anterior surge la duda respecto de los derechos


incorporados al título al portador y es que en materia de documentos
negociables, se presume tenedor de un documento a quien lo tenga en
su poder (una letra o un documento que se ha girado al portador pero
no nominativamente, salvo que esté endosado). Puede ocurrir que una
persona tenga en su poder un título al portador y la ley presume que
quien lo tiene es tenedor en debido curso y se le presume dueño,
salvo prueba en contrario.

Para ilustrar la situación vale poner el ejemplo siguiente: si se gira un


CHEQUE “PÁGUESE AL PORTADOR LA SUMA DE B/.500.00” y resulta
que se le entregó a una persona distinta a quien iba dirigido o se le
extravió; y quién lo tiene en su poder puede hacerlo efectivo por
simple endoso, surge la situación de que un derecho personal sea
susceptible de posesión.

El profesor CARRILLO sostiene que en nuestra legislación los


derechos personales no son susceptibles de posesión porque en esta
materia posesoria nuestro legislador se inspiró en el codificador
español, quién no reconoce los derechos personales como objeto de
posesión88.

XI. Clasificación de la Posesión.


1. Posesión Útil y Posesión Inútil: Hay quienes se refieren a la
posesión viciosa y la posesión no viciosa para identificar esta
clasificación.

88 CARRILLO, Rogelio de María. Op. cit. Pág. 174 y 175.


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La posesión útil o no viciosa es aquella que da una protección


mediante las acciones posesorias respecto de bienes raíces o
inmuebles.

El profesor ALBALADEJO89 define la “posesión vicioso o inútil


como aquella que se adquiere mediante el despojo del poseedor
anterior, esto sin su voluntad o contra ella”.

La posesión útil puede ser regular e irregular.

Para que tenga lugar la posesión útil regular es necesario que


cumpla los requisitos siguientes:
a. Que se posea con justo título. El justo título se
presume (Artículo 434) y no se puede obligar a
exhibirlo, esta presunción no vale en la prescripción,
pues hay que probar que el título es justo (Artículo
1691)
b. Que medie buena fe, esta se presume salvo prueba en
contrario; y
c. Que medie tradición, para el caso de la invocación de
la transferencia de un título de dominio, como ocurre
con la compraventa

Este tipo de posesión permite adquirir el dominio por


prescripción adquisitiva ordinaria.

La posesión útil irregular es la que no reúne los elementos o


requisitos de la posesión útil regular o carece de algunos de sus
requisitos (justo título, buena fe, etc.). Se gana el dominio de la

89 ALBALADEJO GARCÍA, Manuel. Op. Cit. Pàg.41.


Dr. Jacinto Javier Espinosa González 159
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cosa o el derecho real mediante prescripción extraordinaria que


precisa un plazo de seis años para los bienes muebles y para
los inmuebles quince años.

La posesión inútil o viciosa se subdivide en:


a. Posesión inútil clandestina.
b. Posesión inútil violenta.

La posesión viciosa violenta es aquella que tienen lugar


mediante la concurrencia de un acto violento.

La posesión inútil clandestina es la que se adquiere mediante la


comisión de un acto subrepticio, oculto, de tal forma que quien
tenga derecho a oponerse no puede hacerlo por razón de la
clandestinidad que envuelve al hecho posesorio.

Un ejemplo de posesión inútil violenta es el caso de un sujeto


que apuntándole un arma de fuego a otro, se lleva el maletín de
éste y adquiere posesión de la cosa en virtud de un acto de
violencia. En relación con la posesión viciosa clandestina, y
violenta se afirma que la misma puede habilitarse para ganar
por prescripción una cosa habida de tal manera en la medida
que haya prescrito la acción penal, esto es la acción para exigir
responsabilidad penal por razón del hecho delictivo cometido
respecto a la cosa, o haya prescrito la acción civil que pudiese
tener el dueño de la cosa mueble como consecuencia del acto
realizado con violencia (Artículo 1693).

A propósito de la división de la posesión viciosa o inútil en


clandestina y, violenta el doctor NORIEGA sostiene que, la
posesión clandestina puede sanearse cuando prescribe la
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 160
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acción del poseedor anterior, conforme a los artículos 601 y 609


del Código Civil y que la posesión clandestina y la violenta
conducen a adquirir el dominio a través de la prescripción
extraordinaria, conforme los artículo 1693 y 1696 del Código
Civil90. Y es que conforme a los artículos citados la acción que
pudiese tener el desposeído de la cosa respecto a la desposesión
de la misma, ya sea por violencia o clandestinidad, es el
interdicho o acción de restablecimiento por despojo o despojo
violento y el término para este tipo de posesión comenzará a
partir del último acto violento o que haya cesado la
clandestinidad, y en cuyo caso puede el poseedor habido bajo
tales circunstancias empezar a contar su tiempo para los
efectos de ganarla por prescripción extraordinaria en la medida
que se ajuste a las exigencias de Ley; es decir, que posea por el
tiempo establecido por la Ley y con ánimo de dueño de manera
ininterrumpida y pacífica ya que si se mantiene la
clandestinidad o violencia, mal puede entenderse que la
persona está poseyendo, más, por el contrario, está tratando de
adquirir una cosa de manera oculta o violenta sin permitir que
los interesados puedan ejercitar las acciones tendientes a
oponerse a ello, lo que es contrario al hecho de la posesión.
A este respecto es pertinente lo dispuesto por el artículo 426 del
Código Civil que expresa: “En ningún caso puede adquirirse
violentamente la posesión legal mientras exista un poseedor que
se oponga a ello. El que se crea con acción o, derecho para privar
a otro de la posesión de una cosa, siempre que el poseedor
resista la entrega deberá solicitar el auxilio de autoridad
competente”.

90 CARRILLO, Rogelio de Marías. Op. Cit. Pág. 159.


Dr. Jacinto Javier Espinosa González 161
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Si bien es cierto que puede haber una detentación violenta o


clandestina por parte de una persona, que no es poseedor bajo
tales circunstancias, ello no faculta al poseedor legal para que
de la misma forma trate de hacer reingresar a su patrimonio la
cosa habida bajo tales circunstancias (de manera violenta o
clandestina) por el contrario, ante la renuencia de dicha
persona de restituir la cosa, el despojado debe, tal como lo
establece el artículo 426 del Código Civil en su parte final,
acudir a la autoridad competente a fin que por esos canales se
restablezca la posesión de dicha cosa. De lo contrario puede
incurrirse en hacerse justicia por sus propias manos, lo que es
contrario a derecho y constituye delito.

2. Posesión y Coposesión: La coposesión atiende a la concurrencia


de más de una persona en la posesión de una misma cosa, hay
pluralidad en el sujeto posesorio. Se es poseedor si solamente
existe la posesión exclusiva, es un solo poseedor de la cosa, el
sujeto posesorio es singular. En cambio, existe coposesión
cuando se trata de dos o más personas poseedoras de una
misma cosa (existe una titularidad común respecto de la cosa,
objeto de coposesión) de tal forma que los derechos derivados de
esa coposesión se encuentran ejercidos proindiviso, sin
individualización de parte, se detenta en unidad.

El artículo 436 del Código Civil señala: “Cada uno de los


participantes de una cosa que se posea en común, se entenderá
que ha poseído exclusivamente la parte que, al dividirse le
cupiere durante todo el tiempo que duró la indivisión. La
interrupción en la posesión del todo o parte de una cosa poseída
en común, perjudicará por igual a todos”.
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Como puede observarse este artículo hace referencia a la


coposesión, en tanto el artículo 431 se refiere a la posesión al
disponer: “La posesión, como hecho, no puede reconocerse en
dos personas distintas, fuera de los casos indivisible. Si surgiera
contienda sobre el hecho de la posesión, se considerará como
mejor posesión la que se funde en título legítimo; a falta de este o
en presencia de títulos iguales la posesión más antigua; siendo
de igual fecha la actual, y si ambas fueren dudosas será puesta
la cosa en depósito mientras se decida a quien pertenece”.

El profesor CARRILLO dice en relación con la coposesión, que a


la misma le son aplicables las reglas que en materia de
comunidad de bienes rigen en nuestra legislación en la medida
que la naturaleza de la coposesión lo permita esto es, se
aplicarán las reglas que rigen la comunidad de bienes respecto
a la coposesión91, ello a efecto de la determinación de los
correspondientes derechos y participación en la comunidad.

2.a ¿Quién es mejor Poseedor?

En caso de controversia sobre el hecho de la posesión se


tiene por mejor poseedor:
1. Al que se funda en título legítimo.
2. A falta de título o en presencia de título iguales será
mejor posesión la más antigua, lo que deberá
probarse.
3. Si la posesión es de igual fecha se tiene por mejor
poseedor a quien está actualmente en la posesión.

91 CARRILLO, Rogelio de María. Op. cit. Pág. 160.


Dr. Jacinto Javier Espinosa González 163
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4. Si ambas fueren dudosa será puesta la cosa en


depósito hasta que se decida la controversia.

3. Posesión Legal o Inscrita y Posesión Material o No Inscrita: Esta


clasificación es fruto de la jurisprudencia.
La posesión legal es aquella que se produce por el simple hecho
de la inscripción del dominio en el Registro Público y por tanto,
basta que esa inscripción tenga lugar para que se entienda que
el poseedor inscrito es a la vez presumiblemente poseedor
material, salvo prueba en contrario.

De acuerdo a la Ley, al poseedor legal se le tiene como poseedor


material, empero puede ocurrir que sólo sea poseedor legal más
no material por ser un tercero el actual poseedor material de la
cosa. Esto puede conducir a una prescripción adquisitiva del
dominio sino se ejerce oportunamente las acciones legales
correspondientes.

La posesión material o no inscrita es aquella que no aparece


registrada en el Registro Público y que es la verdadera posesión
y está admitida como un hecho. De allí que la jurisprudencia
haya dicho que la venta de un inmueble mediante escritura
pública no inscrita en el Registro Público, no produce la
posesión inscrita, porque no se ha hecho la inscripción; y ese
simple hecho de otorgamiento de la escritura no produce
posesión. Entonces, la posesión material resulta ser aquella en
que el poseedor está en posesión física de la cosa y la misma se
prueba mediante las presunciones legales y hechos positivos
como los indicados en el artículo 606 del Código Civil.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 164
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Cabe preguntarse si la posesión inscrita o legal se refiere a los


inmuebles, única y exclusivamente o si abarca también los
muebles.

El profesor ARROYO92 sostiene que la posesión legal, simbólica


o inscrita únicamente se refiere a los inmuebles. Nosotros
entendemos que la posesión legal o inscrita se refiere, no
solamente a los inmuebles, sino también a muebles, en algunos
supuestos, como ocurre a propósito del Registro Único
Vehicular y de Matrícula de Circulación que se lleva a cabo
respectivamente en la Dirección del Tránsito y los Municipios.

La clasificación que distingue entre la posesión legal o inscrita y


la posesión material atiende a que la posesión legal nace con la
inscripción del Registro Público y la no inscrita se refiere a la
posesión material de la cosa, al hecho mismo de la posesión
mediante la detentación física de la cosa o al disfrute del
derecho.

En consecuencia, la posesión legal o inscrita es aquella que


nace como resultado de un derecho real inscrito en el Registro
Público y constituido sobre una cosa y basta con que se
inscriba la escritura por la cual se transmite ese derecho, para
que se entienda que mediante la inscripción, fluye la posesión
legal, en tanto que la posesión que no aparece inscrita en el
Registro suele llamarse “posesión material”.

La Corte Suprema de Justicia en el año 1920 se pronunció en


el sentido de que la escritura, en sí no constituye posesión

92 Cit. CARRILLO, Rogelio de María. Op. cit. Pág. 160 y s.s.


Dr. Jacinto Javier Espinosa González 165
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

inscrita y que se hace necesario para que un acto contenido en


una escritura pública se entienda como origen de la posesión
legal o simbólica que la escritura se inscriba en las oficinas
correspondientes del Registro Público. Esta posesión se acredita
a través de la respectiva certificación del Registro (art. 605 del
Código Civil)

Mientras tanto la no inscripción de la misma por el contrario


significará una mera posesión material en cuanto se tenga el
poder físico o material respecto de la cosa o derecho de que se
trate.

El profesor ARRORYO señala, a propósito de esta clasificación


que:
a. Es posible que el poseedor inscrito no esté en
posesión material de la cosa sino que la detente un
tercero y,
b. Que esta clasificación se refiere a los bienes
inmuebles o derechos reales constituidos sobre
inmuebles, pero que, en ningún momento puede
referirse a bienes muebles.

Lamentamos discrepar con el insigne citado autor (q.e.p.d.),


estimamos que la posesión legal o simbólica no se refiere única
y exclusivamente a bienes inmuebles, sino también a bienes
muebles, porque en el Registro Público al inscribir algunas
categorías de bienes que son muebles por naturaleza, pero
reputados inmuebles para efectos puramente regístrales, como
es el caso, de las aeronaves (aviones), sin embargo, el legislador
dispuso que para que pudieran inscribirse necesitaban una
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Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

naturaleza congruente con las de los bienes inscribibles y los


ha reputado inmuebles para los efectos regístrales.
A este respecto, la jurisprudencia nacional93 dice que “una nave
posee atributos de movilidad indiscutibles sin embargo es un
inmueble por destinación de la Ley”. La naturaleza de estos
bienes es mueble pero el legislador lo ha revestido de la
categoría de inmueble con el propósito de inscribirlos en el
Registro Público.

En relación con las aeronaves existe un doble registro de la


misma; porque además de la inscripción que se hace en el
Registro de la Propiedad figura un registro de carácter
administrativo que se lleva en la Dirección de Aeronáutica Civil.
Pero la titularidad sobre ellas se acredita mediante la
certificación expedida por el Registro Público según se establece
en el Código de Comercio, artículo 56 (ordinales 2), 57 (ordinal
11). La Ley 55 de 6 de agosto de 2008 en sus artículos 1, 7, 12
y 17 obedece a la inspección de las naves en la Dirección de la
Autoridad Marítima Nacional.

El profesor ARROYO (q.e.p.d.) opina también que, en nuestro


derecho la posesión so es inscribible en el Registro Público sino
sólo como consecuencia de la inscripción del derecho de
dominio o de derecho real constituido sobre un bien objeto de
inscripción. Una vez se haya inscrito la propiedad, se entiende a
su vez, inscrita la posesión respecto del bien objeto de la
inscripción así como cuando una vez inscrito el derecho real
constituido sobre el bien objeto de inscripción se entiende

93 Jurisprudencia Civil, Universidad de Panamá, Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, Centro de


Investigación Jurídica. Panamá. 1968 pág. 27 Fallo del Primer Tribunal Superior de Justicia, de 21 de mayo de
1943 R.J. No. 5 de 1943.
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inscrita igualmente la posesión de dicho derecho. Indica


ARROYO además que la inscripción de la posesión confiere al
titular del derecho la llamada “posesión legal” a su vez se
entiende que le confiere la posesión material.

En nuestro medio, según el citado autor cabe hablar de


posesión legal en sentido amplio y restringido.
 En sentido amplio la posesión legal es la posesión
reconocida como tal por la Ley por cuanto existe el
Corpus y el Animus Domini y además se cumple con
los demás requisitos de la Ley.
 En sentido restringido, la posesión legal es única y
exclusivamente, la posesión inscrita o simbólica (por
oposición a la posesión material).

Por otra parte agrega que tanto el poseedor material como legal
pueden ejercitar acciones posesorias en la medida que cumplan
los requisitos exigidos por la Ley según el artículo 599 del
Código Civil, el cual dice: “No podrá instaurar acciones posesoria
sino el que ha estado en posesión tranquila y no interrumpida
durante un año completo, salvo que tenga título inscrito”, agrega
que el poseedor legal o inscrito se le considera en nuestra
legislación como mejor poseedor en relación con el poseedor
material, situación desprendida de lo establecido en los artículo
605 y 606 del Código Civil, que indica la forma en que puede
acreditarse la titularidad de la posesión legal o de la material en
nuestro medio.

La posesión legal o inscrita puede acreditarse mediante la


simple certificación del Registro Público, en tanto que la
posesión material puede acreditarse mediante las presunciones
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legales previstos por el Código Civil o por aquello hechos


positivos a que da derecho sólo el dominio. Los artículos
precitados disponen que:
“Artículo 605: La posesión de los derechos
registrados se prueba por la nota del
respectivo registro y mientras esta posesión
subsista, no será admisible ninguna prueba
de posesión con que se pretenda impugnarla.
(El subrayado es nuestro)
Artículo 606: La posesión del suelo deberá
probarse por hechos positivos, de aquellos a
que sólo da derecho el dominio como el
arrendamiento, el corte de madera, la
construcción de edificios, la de cerramientos
las plantaciones o sementares y otros de igual
significación ejecutados sin el consentimiento
del que disputa la posesión”. (El subrayado es
nuestro).

De las observaciones que plantea el profesor ARROYO, se


deducen ciertas consecuencias, a saber:
1. El artículo 601 del Código Civil dice que la acción
posesoria prescribe en un año, cuando el que perdió la
posesión carece de título inscrito. En los demás casos,
prescribe lo mismo que la acción reivindicatoria. El
poseedor simbólico o inscrito puede ejercer las acciones
posesorias en la medida en que sus derechos no hayan
prescrito respecto a la cosa, mientras el poseedor material
sólo puede hacer uso de las acciones posesorias en
cuanto haya estado por lo menos un año en posesión de
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la cosa en forma ininterrumpida. Además de


ininterrumpida, la posesión por parte del poseedor
material debe ser pacífica y pública, es decir, deben
concurrir los requisitos de la Ley.
2. Según el artículo 597 del Código Civil el poseedor inscrito
puede ejercitar la acción posesoria aún contra el poseedor
material, ya sea para adquirir la cosa o para recuperarla o
conservarla.
3. El artículo 601 del Código Civil, ya visto, indica que las
acciones posesorias, respecto al poseedor material, tiene
un plazo de prescripción de un año, mientras las acciones
posesorias respecto al poseedor inscrito prescribirán en
todo caso, según haya prescrito el derecho que le
pertenece.
4. Conforme a los artículo 605 y 606 del Código Civil
transcrito la manera en que se acredita la posesión legal o
simbólica, resulta ser más fácil en relación con la
posesión material, porque según el artículo 605 la
posesión legal se prueba con la simple certificación
expedida por el Registro de la Propiedad, donde debe
constar quién es la persona que aparece inscrita como
propietaria de la cosa, y por ende poseedor legal o
inscrito. Para la posesión material, en cambio, hay que
remitirse a ciertos hechos positivos que pongan de
manifiesto su existencia respecto de la cosa, como ocurre
con el artículo 606 el cual expresa los hechos o elementos
demostrativos de quién tiene la posesión material de la
cosa.

4. Posesión de Buena Fe y Posesión de Mala Fe: Respecto a esta


clasificación el profesor ALBALADEJO distingue por posesión de
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mala fe “cuando el poseedor conoce que posee indebidamente” y


posesión de buena fe “cuando el poseedor estima erróneamente
tener derecho a la posesión de que disfruta y que ella se basa en
una idea de error”94.

VALENCIA ZEA dice que “es poseedor de buena fe el que


descansa en la idea de adquirir la posesión por los medios
legítimos”95.

Nuestra legislación, en el artículo 418, destaca al respecto que


“Se reputa poseedor de buena fe al que ignora que en su título o
modo de adquirir exista vicio que lo invalide. Se reputa poseedor
de mala fe al que se haya en caso contrario”. El artículo 1687
dice “La buena fe del poseedor consiste en la creencia de que la
persona de quién recibió la cosa era dueño de ella, y podía
transmitir su dominio”. Estos dos preceptos, exteriorizan dos
aspectos complementarios de una misma idea, que consiste en
la noción de error, creer una cosa por otra o que una falsa es
verdadera.

4. a Requisitos para ser poseedor de Buena Fe.


1. Que exista un título o modo de adquirir que justifique
la posesión.
2. Que dicho título tenga un vicio que lo invalide.
3. Que el poseedor ignore la existencia de dicho vicio.

En relación al requisito de la ignorancia del poseedor


sobre la existencia de un vicio que invalide su título, el
legislador establece la presunción de la buena de del

94 ALBALADEJO, Manuel. Op. cit. Pág. 58.


95 VALENCIA ZEA, Arturo. Op. Cit. Pág. 124.
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poseedor y ordena quién alegue lo contrario (o sea la


mala fe) le corresponde probarla, tal como lo establece el
artículo 419 del Código Civil que indica “La buena fe se
presume siempre y al que afirma la mala fe de un
poseedor corresponde la prueba”.

Por otra parte el artículo 421 del Código Civil,


íntimamente vinculado con esto, expresa: “Se presume
que la posesión se sigue disfrutando en el mismo concepto
en que se adquirió mientras no se pruebe lo contrario”.

Respecto a la situación de buena fe o mala fe, debemos


entender entonces que es poseedor de buena fe, aquel que
ignora si en su título o modo de adquirir existe un vicio
que lo invalide (Artículo 418), sobre la creencia que una
persona que le hace la transferencia o transmisión, es
quién verdaderamente podría hacerla. De acuerdo con el
artículo 1687 del Código Civil, encontramos que el
poseedor de mala fe sería lo contrario esto es, aquel que
sabe que su título o modo de adquirir tiene un vicio que lo
invalida, es conocedor del vicio en el título que funda la
posesión.

En relación con la distinción entre poseedor de buena fe y


mala fe, surge un tema de importancia como es el de la
transmutación de la posesión. Este fenómeno jurídico
ocurre cuando el poseedor de buena fe conoce la
existencia de un vicio en su título y continúa en ejercicio
de la posesión, pero se transforma de poseedor de buena
fe a poseedor de mala fe. El fenómeno de la
transmutación lo puede invocar el que alegue la mala fe
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 172
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

de la posesión a efecto de interrumpir la posesión en la


prescripción (Artículo 1681).

En relación con esto ALBALADEJO GARCIA expresa que


“La posesión que comenzó de buena fe se convierte en
mala fe o lo que en principio fue de mala fe se transforma
en de buena fe, cuando el poseedor llega después a tener
conocimiento de su falta de derecho a poseer, o pasa a
creer que lo tiene”96.

A propósito la transmutación posesoria es importante lo


establecido en el artículo 420 del Código Civil que
expresa: “La posesión adquirida de buena fe no pierde este
carácter sino en el caso y desde el momento en que existan
actos que acrediten que el poseedor no ignora que posee la
cosa indebidamente”.

GARCIA VALDECASAS, jurista español, dice al respecto


de la transmutación de la posesión que para que la
posesión de buena fe “se convierta en de mala no basta
que el poseedor salga de su error sino que es preciso que
este cambio subjetivo se exteriorice”97 que existan actos
que lo acrediten según dispone el artículo 420 del Código
Civil panameño, que corresponde al 435 del Código Civil
español.

ALBALADEJO GARCIA indica que en la medida que “ese


cambio no se exteriorice, no es posible apreciarlo” y agrega
que “la buena fe no cesa necesariamente porque el

96 ALBALADEJO GARCIA, Manuel. Op. Cit. Pág. 60.


97 GARCIA VALDECASAS, Guillermo citado por ALBALADEJO GARCIA, Manuel, Pág. 60 ss.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 173
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

poseedor sea demandando reclamándole la posesión de


que disfruta, ya que puede seguir creyendo que le
corresponde y defenderse de la reclamación que considere
improcedente” en cambio “cuando la reclamación haga
cesar la buena fe, el momento de tal cese debe ser aquel en
que el poseedor conozca su falta de derecho de poseer”98.

Por otro lado, en atención a esta idea, cabe destacar que


el ser poseedor de mala fe no quiere decir que sea un
poseedor de no recta moral, como indica ALBALADEJO
GARCIA “sino simplemente saber que la posesión
que tiene por ciertas circunstancias, carece del título legal
que la justifique”.

Para el fenómeno de la transmutación posesoria tal como


se desprende del texto del artículo 420 es necesario:
 Que exista un poseedor que ha adquirido la posesión de
buena fe.
 Que el poseedor no ignore que posee la cosa
indebidamente.
 Que el poseedor se convierta, lo que hace necesario
probarse, pues, existe la presunción de la buena fe en el
caso y se deshace en el momento en que existan actos
que acrediten tal circunstancia.

4. b. Sistema para determinar la Buena o Mala Fe.

En relación con el momento en que debe apreciarse la


voluntad del poseedor, existen dos sistemas:

98 Ibídem.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 174
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1. El sistema del Derecho Romano, según la cual la


buena fe del poseedor debe apreciarse al tiempo en
que se adquiere o entra en la posesión.
2. El sistema del Derecho Canónico que sostiene que la
buena fe del poseedor no debe apreciarse al tiempo
que se produce la adquisición de la posesión sino que
debe observarse mientras se dure en la misma.

4. c. Legislación Nacional

Nuestra legislación se inclina hacia éste último sistema, de


acuerdo con el artículo 420 del Código Civil que dice: “La
posesión adquirida de buena fe no pierde este carácter sino
en el caso y desde el momento que existan actos que
acrediten que el poseedor no ignora que posee la cosa
indebidamente”.

Del contenido de este artículo se desprende que la buena fe


del poseedor debe observarse en todo momento; de allí que
en él se indique que una vez que el poseedor efectúe actos
que acrediten que él sabe que no tiene derecho a poseer, se
entenderá que se ha producido el fenómeno de la
transmutación de la posesión de buena fe a mala fe.

Indudablemente, tanto la posesión de mala fe como la de


buena fe, habilitan para ganar por prescripción el dominio
de una cosa o el derecho real constituido sobre la misma
(Artículos 1692, 1694 y 1696 del Código Civil), en el primer
caso por la prescripción extraordinaria y en la segunda (de
buena fe) por la ordinaria.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 175
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

Ventajas del Poseedor de Buena Fe.

El ser poseedor de buena fe está revestido de ciertas


ventajas como son, a saber:
a. Puede adquirir el dominio de una cosa o derecho real
recaído sobre ella, en un lapso de tiempo más corto
(prescripción ordinaria) a diferencia de lo que ocurre
con el poseedor de mala fe quien, igualmente está
habilitado para ganar por prescripción una cosa, pero
el término que se requieren para la adquisición por
prescripción extraordinaria es mucho mayor.

Para ganar por prescripción ordinaria, el primero


(poseedor de buena fe) requiere tan solo tres años
para los muebles (Artículo 1692 del Código Civil) y
para los inmuebles diez años entre presentes y veinte
entre ausentes (Artículo 1694 del Código Civil). En
tanto que para ganar por prescripción extraordinaria
el poseedor de mala fe requiere seis años para los
muebles (Artículo 1692 del Código Civil) y quince años
para los inmuebles (Artículo 1696 del Código Civil).
b. En la posesión de bienes muebles, conforme el
artículo 450 del Código Civil, su buena fe hace que la
posesión equivalga al título, situación que no se da en
cuanto a la posesión de mala fe.
c. El poseedor de buena fe hace suyo los frutos
percibidos, sin que exista la obligación de restituirlos
(Artículo 437 del Código Civil); en cambio el poseedor
de mala fe, según el artículo 441 del Código Civil está
obligado a restituir los frutos percibidos, cuando dice
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 176
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que: “El poseedor de mala fe abonará los frutos


percibidos y los que el poseedor legítimo hubiera podido
percibir, y sólo tendrá derecho a ser reintegrado de los
gastos necesarios hechos para la conservación de la
cosa”.
d. El poseedor de buena fe tiene derecho a que se le
restituya, se le reintegre el valor de los gastos
necesarios y útiles en que ha incurridos por razón de
la conservación de la cosa objeto de posesión (Artículo
439 del Código Civil), en tanto que el poseedor de
mala fe sólo tiene derecho a que se le satisfagan los
gastos necesarios (Artículo 441 del Código Civil).
e. El poseedor de buena fe tiene derecho a retener la
cosa poseída a diferencia de lo que ocurre con el
poseedor de mala fe que, si bien tiene derecho a que
se le satisfaga el importe de los gastos necesarios en
que hayan incurrido, no puede en cambio, retener la
cosa (Artículo 439).
f. Por otra parte el poseedor de buena fe no responde del
deterioro o pérdida de la cosa poseída, fuera de los
casos en que se justifique haber procedido con dolo; el
poseedor de mala fe responde del deterioro o pérdida
en todo caso, y aún en los ocasionados por fuerza
mayor. (Artículo 443 del Código Civil, Ver “fuerza
mayor”, artículo 34 del Código Civil).

5. Posesión con justo título y posesión sin justo título: Sobre esto
es importante indicar que de título se habla en dos sentidos:
uno amplio y otro restringido.
a. En sentido amplio el título se refiere al hecho o acto
jurídico que constituya o sirva de causa o antecedente a
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 177
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

la posesión. Bajo esta idea el jurista francés POTHIER


considera que el título “es un contrato o acto jurídico a
consecuencia del cual una persona ha entrado en
posesión de una cosa”.
b. En sentido restringido el título es como indica el
profesor Demófilo de Buen “la causa jurídica de la
posesión”, esto es “el hecho o el conjunto de hechos de los
cuales la posesión se deriva como una consecuencia
jurídica y no como algo arbitrario”.

En cuanto al título, nuestra legislación no proporciona


definición alguna; sin embargo, se infiere de los
Artículos 418, 434, 450, 1689, 1690 y 1696 del Código
Civil, que nuestra legislación utiliza esta noción en
sentido restringido. El artículo 434 dice que “El poseedor
tiene a su favor la presunción legal de que posee conjunto
título, y no se le puede obligar a exhibirlo” empero en
cuanto a la idea de título justo o injusto el artículo 1689
del Código Civil que guarda relación con el artículo 434
establece “Entiéndase por justo título en el que legalmente
basta para transferir el dominio o derecho real de cuya
prescripción se trate”.

Sobre esta idea tenemos que el título puede ser justo o


injusto, para que se considere que un título es justo
debe ser verdadero y válido, tal como lo indica el artículo
1690. El legislador establece la necesidad de probar la
existencia del justo título, esta circunstancia no se
presume cuando se aduce usucapión (Artículo 1691 del
Código Civil) y quien alegue debe probarlo, mas la
presunción de justo título si vale en la posesión.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 178
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Sobre el título al que alude el Artículo 1690 para la


prescripción debe ser válido y verdadero, indica el
profesor CARRILLO que eso quiere decir que: “Todo
aquello que existe basta para transferir el dominio y que
no contenga vicio de falsedad, de simulación o nulidad,
que le prive de los efectos jurídicos, ha de ser verdadero
porque un título simulado o falso no sirve ni puede servir
para prescribir, porque no es susceptible de producir
efectos jurídicos de ninguna clase. Por la misma razón, ha
de ser válido porque los título nulos no transmiten
derecho alguno aunque el que transmite sea el
propietario”99.

El título injusto es aquel que, legalmente, no basta para


transferir el dominio, es decir, que no reúne los
requisitos para ello, según se desprende a contrario
sensu del artículo 1689 del Código Civil. Si el justo título
es el que basta para transferir el dominio o derecho real
de cuya prescripción se trate, el injusto será lo contrario,
el que no es apto o no basta para transferir el dominio
porque no reúne las exigencias de la ley para ello.

Indica el profesor CARRILO que “será justo el título que


por su propia naturaleza sea capaz de transmitir el
dominio aunque exista algún defecto físico que afecte la
facultad de disponer del transmitente, debido a que
precisamente para subsanarlo existe la prescripción que
de otro modo sería inútil”100. Esto significa que aún

99 CARRILO, Rogelio del María. Op. Cit. Pág. 167.


100 Ibídem.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 179
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cuando exista un vicio en el título el mismo es


susceptible de saneamiento mediante la prescripción
extraordinaria, en todo caso de que no sea necesaria la
existencia de un justo título. La noción de justo título se
reserva para la prescripción ordinaria de bienes
inmuebles, según lo establece el artículo 1694 del
Código Civil, no así en relación a los bienes muebles,
pues en cuanto a estos el artículo 1692, a propósito de
la prescripción ordinaria indica que el dominio de los
bienes muebles se prescribe por la posesión
ininterrumpida de tres años con buena fe, en tanto que
el 1694 expresa: “El dominio y demás derechos reales
sobre bienes inmuebles se prescriben por la posesión
durante diez años entre presentes y veinte años entre
ausentes con buena fe y justo título” (El subrayado en
nuestro).

El justo título se requiere única y exclusivamente para la


prescripción ordinaria de bienes inmuebles. De allí que
la importancia de la distinción entre título justo y título
injusto, solo tenga transcendencia para los efectos de la
prescripción ordinaria de bienes inmuebles y no de los
muebles, por cuanto el artículo 1694 hace referencia
sólo a los primeros y no a los segundos ya que respecto
de estos rige la presunción del artículo 450.

XII. Actos que no confiere ni afectan la posesión

Nuestro ordenamiento contempla varios supuestos de actos que ni


afectan ni confieren la posesión, estos son:
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 180
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a. Los actos de mera tolerancia a los cuales aluden los artículos


415 y 443 del Código Civil.
b. Los actos realizados en virtud de licencia o de mera tolerancia
del dueño o del poseedor de la cosa, tal como lo contempla los
artículos 417, 430 y 1680 del Código Civil.
c. La omisión por parte del dueño, de actos de mera facultad a
los cuales se refieren los artículos 417 y 1680 del Código Civil.
d. Los actos violentos realizados con el propósito de obtener la
posesión (Artículos 426, 430, 599 y 1680 del Código Civil).
e. Los actos clandestinos realizados sin el consentimiento del
poseedor de una cosa (Artículo 430 y 1679 del Código Civil).

XIII. Modos de Adquirir la Posesión.

Los modos de adquirir la posesión son de dos clases: ordinarios y


derivativos.

1. Adquisición originaria de la posesión: indica aquella manera


unilateral en virtud de la cual una persona adquiere la
posesión respecto de una cosa. En este tipo de posesión no
existe causa de transmisión de la posesión respecto al
poseedor, por lo contrario, él se presenta en cuanto a la
posesión de la cosa, como si la misma hubiese nacido por
primera vez, no existe un antecedente que sirva de causa o vía
de transmisión de la posesión de modo que ésta tiene lugar en
virtud de un acto unilateral que produce la adquisición, allí se
presenta por la sola intervención de la voluntad del
adquiriente (es decir del poseedor) igual como ocurre en la
caza y pesca, como modalidades de ocupación (adquisición
originaria).
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 181
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VALENCIA ZEA estima que la adquisición originaria de la


posesión es “un acto jurídico unilateral y real. En este acto
jurídico unilateral, pues debe mediar la voluntad de adquirir la
posesión y solo la voluntad de quien quiera adquirir” (Se
presenta la concurrencia de una sola voluntad en cuanto a la
adquisición de la posesión). “Es real dada la circunstancia de
que no es suficiente la sola voluntad, sino que esta debe estar
acompañada de la efectiva adquisición del poder de hecho o
sea la constitución de una relación material de la cosa”101.

La concepción de VALENCIA ZEA de la adquisición originaria


de la posesión coincide con la concepción clásica de la
posesión que exige la concurrencia de dos elementos:
a. El Corpus (relación material con la cosa o del derecho
que se disfruta).
b. El Animus Domini (voluntad unilateral del adquiriente
traducido en la conciencia o el ánimo de hacer suya la
cosa que tiene, en virtud de la relación material o
contacto directo que existe con la cosa).

2. Adquisición derivativa de la posesión: Es aquella que resulta


de la transmisión del poseedor anterior al actual o nuevo
poseedor. La posesión derivada presupone la existencia de un
poseedor anterior, en que la adquisición de la posesión por
parte del adquirente ocurre en razón de una causa o de un
título que le sirve de antecedente.

La adquisición derivativa de la posesión implica una sucesión


jurídica de la posesión y se entiende como tal, la transmisión

101 VALENCIA ZEA, Arturo. Op. Cit. Pág. 84.


Dr. Jacinto Javier Espinosa González 182
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que de la posesión de una cosa hace una persona a otra. Por,


ello se da la sucesión jurídica posesoria a propósito de la
posesión derivativa.

La posesión derivativa puede tener lugar por acto inter vivos o


mortis-causa. Ejemplo de posesión derivativa inter vivos
tenemos la cesión de una cosa objeto de posesión en pago de
una obligación, la venta y donación de una cosa objeto de
posesión entre vivos. Por acto mortis causa opera en virtud del
fallecimiento de una persona que transmite a sus herederos
(por testamento o ab intestato) la posesión que el tenía de las
cosas al tiempo de su deceso, subrogándose los herederos en
todos sus derechos.

VALENCIA ZEA señala que la adquisición derivativa como


“sucesión jurídica que es, indica que una determinada relación
posesoria se encuentra radicada en una persona y que esta se
transmite a otra. El propietario puede transmitir a otro una
posesión a nombre propio, tal como sucede cuando vende, dona
o permuta; también el arrendatario puede transmitir a otro su
posesión en nombre ajeno, como cuando sub- arrienda”102.

Como se ve, la adquisición derivativa puede ser por acto inter


vivos cuando se produce la transición de la posesión a terceras
personas en vida del propio transmiten (venta, dación en pago,
cesión, donación). En cambio es por acto mortis-causa cuando
su causa es el deceso de una persona poseedora.

102 VALENCIA ZEA, Arturo. Op. Cit. Pág. 84.


Dr. Jacinto Javier Espinosa González 183
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La sucesión posesoria en este tipo de posesión derivativa


tendrá lugar según haya mediado o no un acto de disposición
de última voluntad, en que los herederos derivarían la
posesión de las cosas de acuerdo con la voluntad expresada
por el causante respecto a ellas en su testamento; de no
mediar tal acto, la derivación se da según lo ordena la Ley.

Conforme nuestra legislación, siempre habrá lugar a la


adquisición derivativa de la posesión ya que los bienes
vacantes o mostrencos de un causante, en defecto de
herederos testamentarios o ab intestato pertenecen, según la
Ley al Municipio del lugar en que el difunto tuvo su último
domicilio (Artículo 692 del Código Civil) quien hereda en
última instancia. Ello indica que la adquisición de la posesión
por acto mortis-causa no puede tener lugar en forma
originaria, ya que no habrá lugar a bienes vacantes o
mostrencos del difunto, cuyo heredero en último lugar es el
municipio en previsión de que no se dé el caso de herederos
legítimos.

3. Requisitos de la adquisición originaria:


 Que la adquisición de la posesión sea producto de un
hecho o acto unilateral del adquiriente de la posesión,
esto es que solamente tiene lugar en virtud de la
participación de la voluntad del adquiriente.
 Que sea real como lo expresa VALENCIA ZEA103 en el
sentido de que sea efectiva la adquisición del poder de
hecho sobre la cosa lo que precisa la existencia de una
relación material con la cosa o derecho que se disfruta.

103 VALENCIA ZEA, Arturo. Op. Cit. Pág. 84.


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4. Requisitos de la adquisición derivativa:


 Que la adquisición sea producto de un acto jurídico
bilateral si es entre vivos, o por sucesión mortis-causa si
obedece a que la posesión se adquiere en virtud del
fallecimiento del titular, es decir, en virtud de la
continuidad dela posesión por razón del deceso de la
persona que antes la tuvo (poseedor original).
 La adquisición del poder de hecho en la posesión
derivativa es la relación material con la cosa o del
disfrute del derecho.

La nota distintiva entre la adquisición originaria y


derivativa es la concurrencia en la originaria de un acto
de voluntad unilateral y en la derivativa un acto jurídico
bilateral o de un simple hecho (fallecimiento del
poseedor).
En cuanto a lo característico de la adquisición derivativa
de la posesión, el profesor CARRILLO expresa que “El
adquirente puede hacer una posesión de que carecía el
transmitente o una posesión de grado superior, por lo que
no tiene vigencia el principio general de que nadie puede
transmitir a otro más derechos de los que tiene”104. De
allí si el transmitente es un poseedor de mala fe y el
adquirente o sucesor ignora la existencia del vicio
respecto a la posesión que se le transmita, eso no lo
afectará mientras ignore la existencia de vicios de la
posesión que tenía el transmitente reputado poseedor de
mala fe (Ver artículo 420 del Código Civil ya transcrito).

104 CARRILLO, Rogelio de María. Op. Cit. Pág. 184.


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XIV. Nuestra Legislación.

En cuanto a los modos de adquirir la posesión nuestro ordenamiento


se refiere a ello en el Capítulo II, Título VII del Libro II del Código
Civil y particularmente el artículo 423, así:
“Artículo 423. La posesión se adquiere por la
ocupación material de la cosa o derecho poseído o
por el hecho de que dar estos sujetos a la acción
de nuestra voluntad o por los actos propios y
formalidades legales establecidas para adquirir
tal derecho”. (Lo subrayado es nuestro)

Los modos de adquirir la posesión según este artículo son los


siguientes:

1. Por la ocupación material de la cosa o derecho poseído. En


relación con la ocupación material de la cosa o derecho
poseído, estamos frente a un tipo de adquisición originaria de
la posesión que implica la aprehensión material de la cosa por
un acto unilateral de voluntad. Un típico ejemplo de esta
posesión originaria es la ocupación a la cual se refieren los
artículos 345 y siguientes.

Respecto a este primer supuesto el profesor DULIO ARROYO


(q.e.p.d.) ha observado lo siguiente:
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 186
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a. Indica que nuestro legislador no fue muy acertado al


contemplar los derechos dentro del supuesto del
artículo 423 del Código Civil, por cuanto el corpus se
deduce del derecho sobre la cosa, por lo cual debió
excluirse tal situación.
b. Por otra parte indica que existe cierta imprecisión
terminológica por parte del legislador en el artículo 423,
cuando habla de derecho poseído, porque el término
“poseído” da la idea de que la posesión ya se ha
adquirido (pretérito pasado), es decir supone la
adquisición previa, cuando no la hay, porque si algo es
poseído, mal puede hablarse entonces de modo de
adquirir la posesión.

Otro aspecto en relación con los inmuebles es si están o


no inscritos debido a que hay inmuebles que están
inscritos en el Registro Público que son la mayoría y
otros que no están.

Las tierras nacionales son inmuebles, pero no todas


aparecen inscritas en el Registro Público. No obstante,
no estar inscrito el inmueble, ello no desnaturaliza su
condición de inmueble.
Los bienes inmuebles que no aparecen inscritos en el
Registro Público pueden, según el profesor CARRILLO105
(q.e.p.d.), “adquirirse por la posesión de ocupación,
siempre que concurran los requisitos del corpus y animus
domini, aunque no sea posible la adquisición del dominio
por tener en todo caso dueño” (Ver artículo 345 y 361).

105 Ibídem.
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En cuanto a los bienes inscritos en el Registro Público,


señala el profesor CARRILLO106 que si son susceptibles
de posesión, por varias razones:
a. Que si bien es cierto que la inscripción de los
bienes inmuebles en el Registro Público confiere
la posesión legal al igual que la posesión material,
esto sólo resulta ser una presunción iuris
tantum, es decir, que admite prueba en contrario.
De estar en posesión material del bien, y puede
acreditarse que el propietario inscrito no está en
posesión material del bien, y se puede ejercer
entonces el interdicto posesorio107 o al
desposeído, por un tercero que intente ganar el
bien por prescripción.
b. Que la acción posesoria del poseedor inscrito
prescribe igualmente como ocurre con la acción
reivindicatoria cuando un tercero adquiere por
prescripción la cosa (Ver artículo 601, 1699 y
1700 del Código Civil).
c. Que conforme el artículo 601, el poseedor inscrito
puede perder la acción posesoria.
d. Que el artículo 605 del Código Civil no guarda
armonía o afinidad con los principios que en
nuestro ordenamiento rigen la materia posesoria,
por cuanto el mismo fue tomado de las
legislaciones chilena y colombiana que sientan
principios totalmente distinto sobre la posesión.

106Ibídem.
107 Interdicto posesorio: Acción ante los tribunales que incoa quien desea adquirir de algo o recuperar la
posesión de que se le ha privado.
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e. En nuestra legislación, es posible usucapir contra


título inscrito en el Registro Público, tal como se
desprende de los artículos 447, 1686 y 1696 del
Código Civil.

2. Por quedar la cosa sujeta a al acción de nuestra voluntad.


Indudablemente, esta categoría de adquisición de la posesión
en nuestro ordenamiento se refiere a aquella que tiene lugar
en virtud de un título traslaticio de dominio o de posesión, es
decir, se trata de una posesión derivativa entre vivos.

La primera adquisición de la posesión por ocupación material


de la cosa o disfrute del derecho es la adquisición originaria
que ya hemos visto, en cambio, esta que tratamos consiste en
que, al quedar la cosa sujeta a la acción de nuestra voluntad,
la posesión se adquiere en virtud de un acto de adquisición
derivativa, es decir, presupone la existencia de un poseedor
anterior que es quien transmite la posesión al nuevo
adquiriente mediante acto inter-vivos en razón del título
traslaticio de dominio. Pero el caso que vemos ahora se
refiere, única y exclusivamente, a la categoría de adquisición
de la posesión por acto inter vivos, que tiene lugar en virtud
de acto realizado en vida de los transmitentes como ocurre
con la compraventa de derechos posesorios.

3. Por los actos propios y formalidades legales establecidas para


adquirir tales derechos. Los actos mortis-causa son el
supuesto en que se dan los actos propios y formalidades
legales establecidos para adquirir tales derechos, a ello se
refieren los artículos 425 y 428 del Código Civil, que se
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 189
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transcriben a continuación, para mayor claridad y


compresión:
“Artículo 425: La posesión de los bienes
hereditarios se entiende transmitida al
heredero sin interrupción y desde el momento
de la muerte del causante, en el caso en que
llegue a adquirirse la herencia. El que
válidamente repudia una herencia, se
entiende que no la ha poseído en ningún
momento.
Artículo 428: El que suceda por título
hereditario no sufrirá las consecuencias de
una posesión viciosa de su causante, sino se
demuestra que tenía conocimiento de los vicios
que la afectaban; pero los efectos de la
posesión de buena fe no le aprovecharan sino
desde la fecha de la muerte del causante”.

En la posesión por causa de muerte no se presenta una doble


posesión sino todo lo contrario. El artículo 628 del Código
Civil define la sucesión como “la transmisión de los derechos
activos y pasivos que componen la herencia de una persona
muerta, a la persona que sobrevive a la cual la Ley o el
testador llama para recibirla”.

En este supuesto de adquisición de la posesión, se presenta el


fenómeno de la continuidad jurídica posesoria, pues el sucesor
o heredero no es más que un continuador patrimonial del
causante o difunto en el ejercicio de los derechos derivados de
la posesión, no representa a aquel sino se subroga en los
derechos patrimoniales que tenía el fallecido, la persona de
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 190
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

éste se extingue por tal hecho, por ello los herederos se


involucran en función de los efectos patrimoniales de ese
caudal relicto y no de la persona que ya no tiene existencia
jurídica ni física.

A esta especial situación de posesión por causa de muerte


conferida por ministerio de la Ley a favor de los herederos, se
le ha distinguido con el nombre de “posesión civilísima”, es
decir, existe una posesión a favor de los sucesores de una
persona, independientemente de que hayan aceptado o no la
herencia, y la Ley los reputa poseedores de los bienes o
derechos que correspondían al difunto.

La expresión continuidad posesoria se refiere a herederos y


legatarios, y en relación con ella se presenta el importante
fenómeno jurídico de la accesión o agregación posesoria en la
cual la posesión habida por el difunto beneficia a sus
herederos, en la medida que se trate de un poseedor de buena
fe. Recordemos que los legatarios también son herederos a
título singular y los otros a título universal.

3.1 La continuidad y la agregación posesoria. La agregación o


accesión posesoria significa que para los efectos de la
usucapión, los herederos, como continuadores de la
relación jurídica patrimonial posesoria del difunto, pueden
computar el tiempo ganado en la posesión por el causante,
con anterioridad a la fecha en que se produjo el
fallecimiento y, para ello, las personas de los herederos se
tienen como tales por el hecho del deceso de una persona,
independientemente de que la aceptación de la herencia se
produzca con posterioridad, pero siempre debe tener lugar
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 191
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

y la herencia se retrotrae al tiempo en que se produjo la


muerte (Ver artículo 630 del Código Civil)

Para los efectos de la usucapión es importante la


agregación o accesión de la posesión que se ha establecido
en beneficio de los herederos.

La continuidad posesoria de los herederos no se ve


afectada por el hecho de que el difunto hubiere sido un
poseedor de mala fe, mientras el heredero ignore la
existencia de los vicios en la posesión habida por el
causante (Artículos 425 y 428 del Código Civil).

El artículo 1697 del Código Civil dice: “En la computación


del tiempo necesario para la prescripción se observarán las
reglas siguientes:
a. El poseedor actual puede completar el tiempo
necesario para la prescripción uniendo al suyo el de
su causante.
b. Se presume que el poseedor actual, que lo hubiera
sido en época anterior, ha continuado siéndolo
durante el tiempo intermedio, salvo prueba en
contrario.
c. El día en que comienza a contarse el tiempo se tiene
por entero, pero el último debe cumplirse en su
totalidad”.

Puede ocurrir que una persona que está en posesión de un


inmueble y pretenda usucapir, enajena los derechos
posesorios que tiene sobre la cosa, a un tercero que
continúa disfrutándolo como si fuera dueño de la cosa. El
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 192
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

tiempo que con anterioridad a la enajenación, estuvo la


cosa en posesión del enajenante, también se agrega al
tiempo en virtud del cual el adquirente continúa en
posesión de la misma y los tiempos sumados darían lugar
a que pueda usucapirse la cosa.

La continuidad posesoria no se da cuando se trata de


poseedor de mala fe, que es el transmitente en relación
con los sucesores (Ver artículo 428) y que tal como indica
el profesor CARRILLO la mala fe “es un elemento subjetivo
personalísimo, que no es transmisible ni por actos entre
vivos ni por actos por causa de muerte”108.

De allí que no pueda sancionarse a los herederos por los


defectos de una posesión viciosa o de mala fe habida de
parte del causante, pues la buena fe se presume siempre.
Por ello, se considera a los herederos, poseedores de
buena fe, mientras no se demuestre lo contrario (Ver
artículo 419 del Código Civil) y no les afecta la posesión
viciosa de su causante, a menos que se demuestre que
tenían conocimiento de los vicios.

3.2 Requisitos de la adquisición de la posesión por causa de


muerte: Para que se produzca la posesión por causa de
muerte, se hace necesaria la concurrencia de ciertos
requisitos:
a. La posesión supone detentación de la cosa o disfrute
de un derecho con ánimo de dueño por parte del

108 CARRILLO, Rogelio de María. Op. Cit. Pág. 189.


Dr. Jacinto Javier Espinosa González 193
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causante, por ello el causante debió estar en


posesión de los bienes cuya posesión transmite.
b. Que haya herederos, porque el último en suceder, en
defecto de sucesores, tentados o intentado es el
municipio del lugar donde el difunto haya tenido su
último domicilio (Artículo 692).
c. Que la herencia sea aceptada por los herederos
(Artículo 423).

XV. Recuperación de la Posesión.

La posesión puede ser recuperada, según el artículo 451 del Código


Civil, ya sea porque el tercero que ha privado al poseedor de la cosa,
la devuelve, o porque el poseedor ejercita las acciones tendientes a
recuperar la posesión. Estos son actos puramente voluntarios de un
tercero o del verdadero poseedor. Sobre el particular es pertinente lo
dispuesto en el artículo 451 del Código Civil que al respecto
establece “El que recupera, conforme a derecho, la posesión
indebidamente pérdida, se entiende para todos los efectos que pueda
redundar en su beneficio que la ha disfrutado sin interrupción”.

Es importante destacar que el poseedor puede recuperar la posesión,


conforme a derecho mientras no haya transcurrido un año, según se
establece en el artículo 601 del Código Civil “la acción posesoria
prescribe en un año cuando el que perdió la posesión carece de título
inscrito. En lo demás casos prescribe lo mismo que la acción
reivindicatoria”.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 194
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El poseedor no inscrito, pues, debe ejercitar la acción posesoria,


conforme a derecho, dentro del año siguiente al momento de la
pérdida de la posesión, por hecho imputable a un tercero, que no sea
el verdadero dueño de la cosa o quien posea con igual o mejor
derecho (Ver artículo 587).

Para los efectos de la recuperación los artículos 597 y 599 del Código
Civil dicen:
“Artículo 597. Las acciones posesorias tienen
por objeto adquirir, conservar o recuperar la
posesión material de los bienes raíces o
derechos reales constituidos en ellos.
Artículo 599. No podrá instaurar acción
posesoria sino el que ha estado en posesión
tranquila y no ininterrumpida durante un año
completo, salvo que tenga título inscrito”.

Esto significa que aquel que no ha estado por un lapso mínimo de


un año en posesión de la cosa, no puede hacer uso de la acción
posesoria para recuperarla cuando hubiere sido privado de la
posesión de la cosa o disfrute del derecho objeto de dicha posesión,
pues para tener la calidad de poseedor es necesario detentar la cosa
en calidad de tal por lo menos por un año ininterrumpido.

XVI. Prueba de la Posesión.

La posesión puede probarse por diferentes medios:


1. Por Presunción: Se ha establecido una presunción a favor del
poseedor en el sentido de que posee con justo título y no se le
puede obligar a exhibirlo, salvo que invoque la prescripción, en
cuyo caso, para usucapión, deberá exhibirlo (Ver artículo 434
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 195
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y 1681 del Código Civil). Esto rige para el poseedor no


inscrito.109
2. Por certificación oficial. El artículo 605 del Código Civil señala:
“La posesión de los derechos registrados se prueba por la nota
del respectivo Registro, y mientras esta posesión subsista, no
será admisible ninguna prueba de posesión con que se
pretenda impugnarla”.
Se refiere a la posesión registrada, ésta más que probar la
posesión acredita el dominio.
3. Mediante hechos positivos. Cuando se trate de posesión no
inscrita, la manera de probar la posesión está establecida en el
artículo 606 del Código Civil, que dice: “La posesión del suelo
deberá probarse por hechos positivos, de aquellos a que sólo da
derecho el dominio como el arrendamiento, el corte de madera,
la construcción de edificios, la de cerramientos, las plantaciones
o sementares y otros de igual significación, ejecutados sin el
consentimiento del que disfruta la posesión”. Este medio
probatorio también puede acreditar actos o hechos realizados
por quien tenga la posesión legal o inscrita, pues se trata de
actos o hechos realizados por el dueño como de la efectividad
del ejercicio del dominio. Estos hechos positivos pueden
probarse a través de testigos, certificación de autoridad de
policía, peritos e inspección ocular de la cosa objeto de
posesión. El artículo 3 de la Ley 80 de 2009 reformado por el
artículo 88 de la Ley 59 de 2010 habla entre los medios
probatorios de la posesión de tierra insular o costas de la
nación de uso habitacional, residencial, turístico,
agropecuario, comercial o productivo de la tierra, actos
demostrativos de dominio documentos emitidos por
autoridades nacionales, locales de policía, testigos de la
109
Véase pag.129
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 196
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

comunidad o los colindantes y cualquier otro medio de prueba


consagrado por el Código Judicial.

XVII Pérdida de la Posesión.


El artículo 446 del Código Civil indica:
“El poseedor puede perder la posesión:
1. Por abandono de la cosa.
2. Por cesión hecha a otro, por título oneroso o gratuito.
3. Por destrucción o pérdida total de la cosa, o por quedar está
fuera del comercio.
4. Por la posesión de otro aún contra la voluntad del antiguo
poseedor, si la nueva posesión hubiere durado bastante tiempo
para que prescriban las acciones que este Código concede al
antiguo poseedor contra el nuevo”.

Esta norma contempla las situaciones a través de las cuales se


pierde la posesión; sin embargo, es importante anotar que la referida
norma no contempla la totalidad de las formas en que se pierde la
posesión, así tenemos que no se prevé el ejercicio de la acción
reivindicatoria por parte del propietario de la cosa, que hace que el
poseedor material pierda la posesión o de las acciones posesorias
(Artículos 582 y 59 del Código Civil), tampoco contempla el caso del
reconocimiento expreso o tácito del dominio ajeno, que si prevé el
artículo 1685 a propósito de la prescripción.

1. Pérdida Voluntaria o Involuntaria de la Posesión. La pérdida


voluntaria es aquella que tiene lugar en virtud un acto o hecho
jurídico unilateral o bilateral del poseedor.
a. Unilateral. Cuando por acto voluntario propio del
poseedor éste abandona la cosa (Numeral 1ro. Del
artículo 446 del Código Civil) o por el reconocimiento
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 197
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expreso o tácito que el poseedor hace del dominio ajeno


de la cosa (Artículo 1685).
b. Bilateral. Cuando la posesión es transferida a título
oneroso o gratuito (Numeral 2 do. Del artículo 446 del
Código Civil), no constituye pérdida de una posesión
sino transmisión de la posesión, se da una sucesividad
jurídica posesoria en manos del nuevo poseedor. Aquí
hay una subrogación de los efectos y del tiempo del
poseedor cedente al poseedor adquiriente y se le
computa el tiempo de la posesión del primero con el
posterior del adquiriente (art. 1697) Ver ley 59 de 2010
artículo 80.

La pérdida involuntaria es la que procede de hechos o


circunstancias que privan al poseedor de la detentación de la
cosa, haya o no un nuevo poseedor, como ocurre por ejemplo
cuando se pierde o se destruye la cosa en forma total, o
cuando queda fuera del comercio o cuando un tercero lo priva
o lo desposee; situaciones en las cuales se dan consecuencias
totalmente ajenas a la voluntad del poseedor.

Cabe señalar que no ejercer el poder de hecho sobre la cosa,


según indica el profesor ALBALADEJO110 no da lugar a la
pérdida de la posesión por cuanto, poseer no es usar ese poder
de hecho, sino por lo contrario tenerlo.

En al artículo 449 del Código Civil que habla de los bienes


muebles, distingue en animales fiero, domésticos y
domesticados, cuando dice: “Los animales fieros, sólo se
poseen mientras se hallen en nuestro poder; los domesticados o
110 ALBALADEJO GARCIA, Manuel. Op. Cit. Pág. 79
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 198
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

amansados se asimilan a los mansos o domésticos, si


conservan la costumbre de volver a casa del poseedor”. (Ver Ley
No. 24 del 7 de junio de 1995).

Es importante este precepto, por cuanto indica que hay poder


sobre la cosa en la medida en que esta se encuentre en poder
del poseedor y éste no pierde la posesión de los animales
mansos o domésticos, si se alejan y conservan el llamado
animus revertendi (La costumbre de volver a casa de su
poseedor) como lo consagra la norma en referencia.

En cuanto a los animales fiero (Aquellos que carecen del


animus revertendi) el artículo 449 indica que solo se poseen
mientras se hayan en nuestro poder. ALBALADEJO indica que
la situación de que el animal fiero se posee mientras esté en

nuestro poder (artículo 449 que corresponde al artículo 465


del Código Civil Español) significa o expresa dos situaciones:
a. Sólo están en nuestro poder, mientras no estén libres,
cautivos, bajo el señorío de nuestra voluntad.
b. Sólo son de nuestra propiedad si los poseemos111.

2. Causas de pérdidas de la Posesión. La posesión, en términos


generales, puede perderse por causas diferentes: por causa
relativas a la propia voluntad del poseedor, a la propia cosa
objeto de posesión o a la voluntad de un tercero.

2.1 Causas relativas a la propia voluntad del poseedor:


a. Abandono.

111 ALBALADEJO GARCIA, Manuel. Op. Cit. Pág. 79.


Dr. Jacinto Javier Espinosa González 199
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

b. Cesión a título oneroso o gratuito. No es que se pierde


sino que se transmite, se produce un cambio en el
sujeto posesorio en virtud del fenómeno jurídico de la
sucesividad jurídica posesoria.
c. Conversión cuando el poseedor se transforma en mero
tenedor (Ver artículo 1685 del Código Civil) por pérdida
o reconocimiento del dominio ajeno.

2.2 Causas relativas a la propia cosa:


a. Pérdida o destrucción total de la cosa.
b. Quedar la cosa fuera del comercio.
c. Los animales fieros que escapan de su dueño y los
animales domesticados que pierdan el animus revertendi
(Artículo 449)

2.3 Causas relativas a un tercero:


a. El propietario de la cosa que la reivindica respecto al

actual poseedor, a fin de no perderla por prescripción o


bien ejerce las acciones posesorias (Artículo 597).
b. Robo, hurto o usurpación de la cosa por un tercero, si el
poseedor no ejercita las acciones correspondientes
dentro del tiempo establecido por la Ley (Artículo 609 y
1893), el plazo de prescripción de la acción es de seis (6)
meses.

Del artículo 446 del Código Civil se desprende que la posesión puede
desaparecer porque se tenga el corpus y no el animus, o porque se tenga
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 200
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

el animus y no el corpus (Numerales 1ro., 3ro. Y 4to. del artículo 446). Se


pierde la posesión a falta del corpus y a falta del animus domini cuando la
cosa se destruye totalmente o queda fuera del comercio, de acuerdo con la
hipótesis del numerla1 ro. Del artículo 446 del Código Civil.

XVII. Efectos de la Posesión.

En cuanto a los efectos de la posesión, no puede adoptarse un punto


de vista general, sino el de las consecuencias jurídicas (derechos y
obligaciones) que nacen del hecho posesorio, mediante la distinción
de la posesión de mala o de buena fe.

El artículo 431 del Código Civil, para determinar cuándo se trata de


mejor posesión o quien es mejor poseedor, formula la probanza de la
posesión y no sus efectos.
“La posesión, como hecho, no puede reconocerse
en dos personas distintas, fuera de los casos de
indivisión. Si surgiera contienda sobre el hecho
de la posesión, se considera como mejor
posesión la que se funde en título legítimo, a la
falta de éste o en presencia de título iguales, la
posesión más antigua, siendo de igual fecha, la
actual y si ambas fueren dudosas, será puesta
la cosa en depósito mientras se decide a quién
pertenece”.

Estos hechos y circunstancias permiten demostrar quién es mejor


poseedor que otro y ello ocurre según lo siguiente:
a. La que se funde en título legítimo.
b. A falta de título o en presencia de títulos iguales vale la
posesión más antigua.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 201
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

c. Si es de igual fecha, prima la posesión actual.


d. Si ambas fueren dudosa, la cosa se coloca en depósito hasta
que se decida la pertenencia.

A. Derecho del Poseedor.

1. Ser respetado en la posesión de la cosa. Según el artículo 432


del Código Civil: “Todo poseedor tiene derecho a ser respetado
en su posesión y si fuere inquietado en ella, deberá ser
amparado o restituido en dicha posesión por los medios que
establecen los Código Judicial y Administrativo”.

2. Hacer uso de la Acción Publiana (Acción Reivindicatoria) o de


los Interdictos Posesorios. Al uso de esta acción se refiere el
artículo 587 del Código Civil y de las acciones o interdictos
posesorios (Artículo 597).
3. Percepción de frutos y reembolsos de gastos. Frente a una
prestación mutua por parte del poseedor y de la persona a
quien corresponde la verdadera posesión de la cosa, aquel
tiene derecho a percibir los frutos de la cosa.

“Artículo 437. El poseedor de buena fe hace


suyos los frutos percibidos mientras no sea
interrumpida legalmente la posesión”

Vemos que el poseedor de buena fe tiene derechos a los frutos


percibidos y a los frutos que estén en condición de ser
percibidos por él, y a las utilidades según lo ordena el Código
Civil.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 202
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“Artículo 438. Si al tiempo en que cesare la buena fe


se hallaren pendientes algunos frutos naturales,
tendrá el poseedor derecho a los gastos que hubiese
hecho para su producción y, además, a la parte del
producto líquido de la cosecha proporcional al tiempo
de su posesión”

El poseedor, pues, tiene derecho a los frutos percibidos y


aquellos que posiblemente sean cosechados al tiempo en que
cese su buena fe.
En cambio, según el párrafo primero del artículo 441 del
Código Civil, señala una obligación de restituirlos por parte del
poseedor de mala fe, cuando dice: “El poseedor de mala fe
abonará los frutos percibidos y los que el poseedor legítimo
hubiere podido percibir, y sólo tendrá derecho a ser reintegrado
de los gastos necesarios hechos para la conservación de la
cosa”.

Así, pues, tanto el poseedor de mala fe como el de buena,


según los artículos 439 y 442 tienen derecho a que se les
reembolsen los gastos necesarios en que hubieren incurrido
en la conservación de la cosa. Pero sólo el poseedor de buena
fe tiene derecho, además, a que se le reembolsen los gastos
útiles; no así el poseedor de mala fe.

Los gastos de puro lujos y de recreo no son reembolsables a


los poseedores ni de buena fe ni de mala fe, por lo contrario,
en la medida en que puedan los objetos accesorios
desprenderse de la cosa a la cual se han incorporado sin que
ésta sufra merma o menoscabo, los poseedores pueden
recuperarlos. Respecto a ello el Código Civil dice:
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 203
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

“Artículo 440. Los gastos de puro lujos o mero recreo no


se abonarán al poseedor de buena fe; pero podrá
llevarse los adornos con que hubiere embellecido la cosa
principal, sino sufriere deterioro y si el sucesor en la
posesión no prefiere abonar el importe de lo gastado.

Artículo 441. Los gastos hechos en mejoras de lujo y


recreo no se abonará al poseedor de mala fe, pero podrá
éste llevarse los objetos en que esos gastos se han
invertido, siempre que la cosa no sufra deterioro y el
poseedor legítimo no prefiera quedarse con ellas
abonando el valor que tengan en el momento de entrar
en la posesión”

4. Derecho de retención. El poseedor de buena fe tiene derecho


hacer uso del derecho legal de retención, mientras no se le
satisfagan los gastos reembolsables en que haya incurrido. Así
lo establece el párrafo primero del artículo 439. Sin embargo,
aunque el poseedor de mala fe tiene derecho a los gastos
necesarios, no puede hacer uso de la retención de la cosa.

Si bien el artículo 450 del Código Civil señala que la posesión


de bienes muebles de buena fe equivale al título, tal
presunción admite prueba en contrario. Tal norma recoge una
serie de situaciones en las cuales, cuando se hayan pignorado
al Banco Nacional de Panamá o en Montes de Piedad o se
hayan adquirido cosas muebles por remate público o en bolsa
o en ferias, pero pertenezcan a quién le hayan pignorado, el
verdadero dueño las recupera si abona el precio pagado por el
adquiriente.
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El artículo 450 del Código Civil dice:


“La posesión de los bienes muebles adquirida de buena
fe, equivale al título. Sin embargo, el que hubiese
perdido una cosa muebles o hubiese sido privado de
ella ilegalmente, podrá reivindicarla de quién la posea.
Si el poseedor de la cosa mueble perdida o sustraída la
hubiese adquirido de buena fe en remate público, no
podrá el propietario obtener la restitución sin rembolsar
el precio dado por ella. Tampoco podrá el dueño de
cosas empeñadas en el Banco Nacional o en Montes de
Piedad obtener la restitución, cualquiera que sea la
persona que las hubiere empeñado, sin reintegrar antes
al establecimiento la cantidad del empeño y los
intereses vencidos.
En cuanto a las adquiridas en bolsa, feria o mercado de
un comerciante legalmente establecidos y dedicados
habitualmente al tráfico de objetos análogos, se estará a
lo que dispone el Código de Comercio”

B. Obligaciones del Poseedor.

Las obligaciones que nace de la posesión se reducen a:


1. Si se trata de un poseedor de buena fe, no tiene
responsabilidad de ninguna naturaleza por pérdida o deterioro
de la cosa objeto de posesión salvo que haya mediado dolo de
su parte (Artículo 443), el dolo hay que probarlo y ello
corresponde a quien lo invoca.
2. El poseedor de mala fe responde de la pérdida o deterioro de la
cosa en todo caso, aun cuando fuere por fuerza mayor, si
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 205
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

maliciosamente retrasó la entrega de la cosa al legítimo


poseedor.
3. El poseedor de mala fe debe reembolsar el importe del valor de
los frutos percibidos (Artículo 441) y los que el poseedor
legítimo hubiere podido percibir.

BILIOGRAFÍA

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Volumen I, Librería Bosch, Barcelona, España, 1974.
ARROYO CAMACHO, Dulio, 20 Años de Jurisprudencia de la Sala Primera
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ARROYO CAMACHO, Dulio, Estudios Jurídicos, Panamá, Imprenta
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BIONDI, Biondo, Los Bienes, Editorial Bosch, traducida la segunda


edición por Antonio de la Cymanza Martínez Radio, Barcelona, España,
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CASTAN TOBEÑAS, José, Derecho Civil Español Común y Formal, Tomo II,
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COLIN y CAPITANT, Curso Elemental de Derecho Civil, Editorial Bevs.


Madrid, España, 1942, Segunda Edición, Tomo II Volumen.
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DE DIEGO, Clemente, Instituciones de Derecho Civil Español, Tomo I, Artes


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MESSINEO, Francisco, Manual de Derecho Civil y Comercial, De Santiago
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PUIG PEÑA, Federico, Tratado de Derecho Civil Español, Tomo II, Volumen
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VALLET DE GOYTIRALO, Juan B, Estudios sobre Derecho de Cosas,


Editorial Montecoroso, S. A. Madrid, España. 1973

VALENCIA ZEA, Arturo, Derecho Civil, Tomo II, Derechos Reales, Editorial
Temis, Bogotá, Colombia. 1967.

Dr. JACINTO JAVIER ESPINOSA GONZÁLEZ

jacintoespinosa17@hotmail.com

Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño es una obra


que comprende el estudio y análisis jurídico de los bienes logrados por las
personas naturales o jurídicas en su cotidiano actuar.

Se trata de una obra cuyo estudio está concentrado en el Régimen Jurídico


de los Bienes Conforme el Código Civil de Panamá. La obra por su
naturaleza y desarrollo ordenado, constituye una fuente de consulta
obligada, tanto para quienes como estudiantes, atendiendo su
responsabilidad formal, como para quienes en su misión como
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facilitadores cumplen con sentido de pertenencia y competencia en su


cotidiana labor.

Esta obra es de consulta obligada por aquellos ciudadanos y profesionales


del derecho que tienen vocación por estudiar el intríngulis que surge
respecto del patrimonio de las personas.

Dr. JACINTO JAVIER ESPINOSA GONZÁLEZ

jacintoespinosa17@hotmail.com

 Egresado con el título de Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas


de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de
Panamá.

 Doctor en Derecho con especialidad en Derecho Civil de la


Universidad Complutense de Madrid, España.
Dr. Jacinto Javier Espinosa González 208
Los Derechos Reales en el Ordenamiento Jurídico Panameño ISBN 978-9962-12-052-0

 Ex – Decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la


Universidad de Panamá.

 Profesor regular titular de la Cátedra de Derecho Civil con más de


cuarenta años (40) de dedicación a la docencia universitaria.

 Ha publicado obra como: Legislación Panameña sobre el Negocio de


Banca; Dictámenes Jurídicos sobre Banca; El Derecho de Bienes,
Transmisión Patrimonial Mortis Causa- Régimen Jurídico
Sucesorio.

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