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La Madre Divina, es una parte de nuestro Real Ser. Ha sido venerada con
distintos nombres en las diferentes culturas del mundo: en Grecia como la
Casta Diana, Rea, en Creta como Cibeles, en el Indostán Milenario como
Devi Kundalini, Shakti o Parvati, en Egipto como Isis, y también Nuit o
Nut, entre los Aztecas es Tonantzin, en el Cristianismo es La Virgen María,
también es Maya, la Madre de Buda, etc. Ella es el poder serpentino que se
encuentra en el fondo mismo de toda la materia.
1. La Inmanifestada Kundalini:
Es la Madre Divina Kundalini antes de ser fecundada por el Espíritu Santo.
Es el fuego latente en nuestro interior, y que todos podemos manifestar,
para hacer esto, debemos volver puras nuestras aguas seminales.
1. Introducción
https://www.youtube.com/watch?v=e35wU_FiTmI
La Madre Divina no es una persona. Tampoco una entidad o ser, del tipo
que sea. La Madre Divina es vibración. Pero no una vibración cualquiera:
la Madre Divina es la Vibración Pura y Primigenia (VPP) del Vacío, del
No-Ser, de lo Inmanifestado, de lo que ni tiene ni admite nombre (No-
Nombre).
¿Qué es el No-Ser? No hagas conjeturas mentales y percíbelo desde tu
Corazón. Lo Real es que cuando sólo hay Amor, no hay Nada: es la propia
Fuente. No busques respuestas racionales, hállalas en tu interior. Lo cierto
es que el Vacío Absoluto es el del Todo Absoluto: cuando hay Todo, no hay
Nada.
Y el No-ser, Todo Absoluto y Nada Absoluta (Plenitud y Vacío), Vibra
(“vive”).
Su Vibración es la Madre Divina, cuya frecuencia vibracional, dada su
pureza, escapa a toda medida: es la Frecuencia del Amor.
La Madre Divina, Vibración Pura y Primigenia (VPP) del Todo Absoluto
y el Vacío, fluye vibracionalmente desde esta Fuente Una y Única como
Esencia Divina (“búdica” o “crística”). En terminología cristiana, la Madre
Divina es el “Hijo” (Cristo, Amor, Espíritu) que emana vibracionalmente
(“engendrado, no creado”) del “Padre” (el Todo Absoluto) y es Uno con el
Padre (Evangelio de Juan, 10,30), pues es su propia Vibración en
Emanación.
Y desde la Madre Divina, Vibración del No-Ser, se genera el Ser. Ella es la
Vía que hace factible que desde lo Inmanifestado se proyecte lo
Manifestado, que desde lo Innombrable surja por medio de la
reverberación de la Vibración Pura y Primigenia en el propio Vacío (tal
como si fuera su eco) todo lo que tiene nombre y todo lo nombrable, dando
lugar a la Creación en su integridad (el “Verbo” de los textos cristianos),
en la totalidad de sus facetas, escalas, Dimensiones y Manifestaciones.
3. Una Vida, una Consciencia, una Experiencia
5. Práctica meditativa
6. Mantra
La composición del Himno se basa en la repetición concadenada de un
único mantra en medio del cual se van introduciendo, en cada estrofa, los
contenidos del Himno. Finalmente, hay un recitativo que completa esos
contenidos.
Por tanto, el Himno tiene cinco componentes fundamentales: la melodía
musical (suave, pausada, repetitiva y con un constante trasfondo
vibracional); la letra como tal; el canto (voz vibrante femenina ajustada al
tono de la melodía y a la sagrada profundidad de la letra); el mantra en sí;
y el recitativo final.
Lo de menos en los mantras es su significado literal Su valor no se
encuentra en la traducción de las palabras, sino en el sonido y la vibración
exterior y, sobre todo, interior que producen.
El mantra del Himno a la Madre Divina es sencillo y puedes recitarlo
mientras lo escuchas para que reverbere en ti su vibración.
Así se escribe:
Ma Amba
Lalitha Devi
(contenido que cambia en cada estrofa)
Namastasyai
Namo Namah
Y esta es su pronunciación:
Ma-Am-ba
La-li-tha The-vi
(contenido que cambia en cada estrofa)
Na-mas-tas-ye-he, Na-mas-tas-ye-he,
Na-mas-tas-ye
Na-mo-ho-na-ma-já