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LA MUERTE =SEPARACIÓN

I). ES ALGO QUE TODOS EXPERIMENTAREMOS.


Las experiencias del ser humano son muchas y muy importantes, el nacer, el elegir una profesión, el casamiento y
también está el morir. Podemos intentar negar la muerte y evitar siquiera su mención o hermosearla con flores u
otros medios, pero la muerte suele ser la experiencia última más segura que encarará una persona. Eclesiastés 3:2
dice que “hay tiempo de nacer y tiempo de morir” Elegimos muchas cosas en nuestra vida pero la que no elegimos
es nacer y morir. Ambas están en las manos de Dios.
La Biblia nos enseña que: “Esta establecido a los hombres que mueran una sola vez” (Hebreos 9:27) Los tiempos
de la vida y de las cosas están en las manos de Dios. Morimos cuando Dios lo dispone. Lo que a nosotros nos
corresponde es usar la vida física, mientras la tenemos para glorificar su nombre y cumplir el propósito de nuestra
existencia.

II). ES ALGO EN LO QUE DIOS PROMETE CONSUELO.


De entre todos los momentos difíciles que pasamos como seres humanos, uno de los más difíciles es el despedir a
un ser querido. Por eso en este momento de angustia, dolor y tristeza debemos aferrarnos a Dios, quien promete
consolar a los que lloran y los puede sostener en este momento tan difícil. Mateo 5:4 “Bienaventurados los que
lloran, porque ellos recibirán consolación”. Pablo dice que Dios consuela, porque es “El Dios de toda
consolación”. (2 Corintios 1:3-4) Llorar por nuestro ser querido no es malo. Aun Jesús lloro por su amigo Lázaro.
(Juan 11) La muerte no trabaja con Dios. Al contrario es la enemiga de Dios. Jesús ha prometido que cuando venga
la muerte será destruida. (1 Corintios 15)
Debemos quedarnos con los buenos momentos que pasamos con nuestro familiar. Y recordarlo, no por sus defectos
que todos tenemos, sino por sus virtudes. Y perdonemos cualquier ofensa, cualquier agravio que nos pudo haber
causado. Porque vivir con rencores y resentimiento, no es vivir. Agradecer a Dios el tiempo que lo dejo.
Agradecerle que le conocimos y nos dejó una enseñanza con su vida.

III). ES ALGO QUE NOS DEBE HACER REFLEXIONAR.


Y nosotros que nos quedamos, pedirle a Dios lo mismo que le pidió el salmista: “Enséñanos de tal modo a contar
nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría” (Salmos 90:12) Ya sea que vivamos mucho o que vivamos
poco que los vivamos con sabiduría en todos los aspectos de nuestra vidas.
Y aunque nos veamos rodeados de maldad y de inseguridad podamos decir con confianza: “Jehová es mi pastor;
nada me faltará. 2 En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
3 Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. 4 Aunque ande en valle de
sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán
aliento”
Hermanos y amigos, Que la paz de Dios que sobre pasa todo entendimiento, fortalezca nuestros corazones y los
conforte con la gracia de Cristo. Para que a pesar de la ausencia de nuestro ser querido podamos continuar viviendo
el tiempo que Dios decida. Que Dios los bendiga.

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