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UNIVERSIDAD NACIONAL

“PEDRO RUIZ GALLO”


FACULTAD DE CIENCIAS HISTORICO SOCIALES
Y EDUCACION

“Sentimiento de identidad y pertenencia de los


estudiantes universitarios de Sociología de 5to ciclo
2014-II en agrupaciones, colectivos o movimientos”

ALUMNOS:

Bruno Ruiz, Harens


López Gonzales, Xiomara

DOCENTE:

 Soc. Nelly Gutiérrez Piedra

Lambayeque – JULIO, 2016


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1.- TITULO:

"La participación como promoción de integración de los estudiantes de 5to ciclo


de Sociología a agrupaciones, colectivos o movimientos académicos y/o
socioculturales"

2.- PRESENTACION:

La presente propuesta, comienza por el análisis y entendimiento de las


razones que mueven a los estudiantes a no participar dentro de una
agrupación, colectivo o movimiento afín a sus intereses o preferencias,
buscando difundir en ellos lo ventajoso de organizarse y empoderarse.

La presente propuesta es realizada por los estudiantes del V Ciclo Sociología


de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo para el curso de Taller de
Promoción Social I.

3.- TEMATICA DE LA PROPUESTA:

Psicosocial

4.- FUNDAMENTACION TEORICA:

1.- Sentido de pertenencia

1.1. Sentido de pertenencia e Identidad social

Tajfel (1978) define la identidad social como “aquellos aspectos de la imagen


del yo de un individuo que se deriva del conocimiento de su pertenencia a un
grupo o grupos sociales juntamente con el significado valorativo y emocional
asociado a esta pertenencia"

Esta valoración propicia que en la medida en que las personas se sientan


pertenecer a un grupo, se produzca una acentuación de la percepción de las
semejanzas entre el individuo y el grupo y de las diferencias con los demás
(Turner, 1990). Esto a la vez provocará que paralelamente se desarrollen
actitudes y formas de comportamiento en función de esta pertenencia, la cual
las personas expresan mediante la creación de símbolos distintivos de
identidad colectiva. Al respecto, Augé (1994) enfatiza que toda representación

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del individuo es necesariamente una representación del vínculo social que le es
consustancial.

Un grupo está constituido por personas que se relacionan entre ellas por un
sentido común de pertenencia. Esta relación implica un proceso de
socialización dentro del cual, según Levine, Moreland y Ryan (1998) subyacen
importantes procesos psicológicos como la identificación y el sentido de
compromiso. A saber:

- Identificación de los miembros con el grupo supone reforzar la influencia


del grupo sobre los individuos y, en consecuencia, acentuar la
dependencia de los miembros con respecto al grupo.
- El compromiso se refiere a los sentimientos de vinculación de los
individuos con el grupo, a la disposición de los sujetos a participar
activamente en la organización del grupo y a la construcción de
significados compartidos. Estos significados son los que, literalmente,
dan sentido, definen la identidad del grupo y propician la cohesión
grupal.

En este punto, es pertinente acuñar la definición de cohesión de grupo


aportada por Festinger (1950; citado por Turner, 1990) quien considera esta
como “la resultante de todas las fuerzas que actúan sobre los miembros para
que permanezcan en el grupo”. Por su parte, Turner afirma que la cohesión no
está basada en la atracción interpersonal (atracción entre los miembros como
personas individuales únicas) sino en la identidad que une a los miembros en
términos de su similitud grupal mutuamente percibida. Define el grupo social
como resultado de una interdependencia tanto funcional como psicológica entre
individuos, para satisfacer necesidades, metas y validar actitudes y valores.

El modelo de cohesión social de Turner (1990) explica el surgimiento de la


identidad grupal a partir de la cohesión social. Según este modelo, si no hay
cohesión social, no habrá identidad colectiva suficiente. Al no existir identidad
colectiva, dominará la propensión al individualismo. De este modo, la cohesión
de grupo es un síntoma y no una causa de la pertenencia al grupo. O sea, hay
cohesión porque hay pertenencia. Cuando se establece una identidad
colectiva, al mismo tiempo se pautan los patrones de conducta para las

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diferentes actuaciones, para la conservación y el desarrollo del grupo, así como
para la forma de relacionarse con otros grupos.

En esta misma línea, Vargas Alfaro (1999) plantea que las características
comunes de los miembros de un grupo propician el auto reconocimiento,
afianza los vínculos entre ellos y los hace más sólidos y coherentes tanto hacia
adentro como hacia afuera del grupo. Propone, además, que el sentido de
pertenencia es elemento movilizador de la actividad grupal por lo que es
importante crear las estrategias necesarias para su efectiva construcción.

Entre las consecuencias positivas que tiene la cohesión en los grupos, puede
resaltarse la satisfacción de los miembros del grupo, aumento de la atracción,
unidad y compromiso con las tareas y aumento del rendimiento del grupo. Se
presenta entonces un camino de dos vías: el sentido de pertenencia potencia la
socialización y la cohesión grupal y a su vez, estas fortalecen el sentido de
pertenencia.

Relación de sentido de pertenencia, socialización y cohesión social

A nivel de la sociedad mayor, Feres (2007) apunta que el sentido de


pertenencia interviene en los procesos de vinculación e identificación
ciudadana y con las instituciones y grupos que integran el Estado nación. En
este nivel, el sentido de pertenencia se manifiesta a partir de indicadores como
multiculturalismo, tolerancia, no discriminación, capital social, participación,
expectativas de futuro, movilidad social, integración y afiliación social.

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Sobre la relación entre el sentido de pertenencia y la identidad social, Turner
(1990) concluye que la identidad social no se produce con solo pertenecer
formalmente a una colectividad, sino con sentirse pertenecer. El sentido de
pertenencia se construye sobre la base de la identificación de la persona con el
grupo, con el lugar y con la colectividad formal, cuyos valores y objetivos son
conocidos y compartidos por el grupo. Es por esto que el sentido de
pertenencia es fundamental para que se desarrollen procesos de cooperación
social, para que las sociedades puedan resistir las tendencias a la
fragmentación y para afianzar la inclusión y cohesión sociales.

Indicadores del sentido pertenencia a nivel de la sociedad global

2.- Dimensiones del sentido de pertenencia

2.1. Dimensión psicológica-social

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En el capítulo anterior se definió el sentido de pertenencia como una necesidad
humana básica. En muchos estudios se evidencia su importancia para el
funcionamiento y el bienestar psicológico de las personas. La satisfacción de
esta necesidad conduce a una variedad de emociones positivas como el gozo,
la calma, el entusiasmo y la felicidad (Strayhorn, 2012).

Sentirse parte de un todo, ya sea de un grupo, de una institución o de una


geografía es una de las tres necesidades psicológicas básicas y esenciales
para el desarrollo humano, junto con la autonomía (poder hacer) y la
competencia (saber hacer) (Osterman, 2000). La satisfacción de cada una de
estas necesidades influye en el desarrollo de importantes procesos
psicológicos como la motivación intrínseca, internalización, el bienestar y la
salud.

Una persona auto motivada busca retos y oportunidades de expandir sus


conocimientos y sus experiencias, mientras que los procesos de aceptación de
normas, valores y regulaciones apoyan el desarrollo de la autonomía y la
resiliencia. La dimensión psicológica del sentido de pertenencia hace referencia
a sentirse seguro de sí mismo, valorado, necesitado y significativo dentro de un
grupo o sistema. Asimismo, incluye los procesos de desarrollo de la
competencia social que habilita a los seres humanos a interactuar
significativamente con otros, a desarrollar lazos afectivos y construir relaciones
perdurables que propiciarán integración grupal y cohesión social.

2.2. Dimensión afectiva

Diversos estudios sustentan la relación del sentido de pertenencia con la


vinculación afectiva, la identificación y el posicionamiento individual en un
grupo. El sentido de pertenencia contiene elementos afectivos y cognitivos, por
cuanto del conocimiento personal que cada individuo tenga sobre su relación
en el grupo resultará una respuesta afectiva (Strayhorn, 2012). Coincidiendo
con esto, Vargas (1999) apunta que el sentido de pertenencia de una persona
implica una actitud consciente y comprometida afectivamente con el conjunto
de significados de una determinada colectividad, en cuyo seno la persona
participa activamente. Las características individuales y del grupo configuran la
identidad social e influirán en la construcción del sentido de pertenencia.

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Como la identidad social, la pertenencia determina un perfil. Asociadas a esa
pertenencia se definen expectativas sobre el comportamiento, modos de
actuación y desempeño de las personas lo cual, a su vez contribuye a sentirse
parte. A escala grupal, el sentido de pertenencia contribuirá con la integración
social de las personas así como a la realización individual, mientras que a
escala de la nación, el sentido de pertenencia juega un importante papel en
una sociedad cohesionada. Feres (2007), lo relaciona con la cohesión social.
Coincide con esto Ottone (2007), quien afirma que el sentido de pertenencia
"incluye todas aquellas expresiones psicosociales y culturales que dan cuenta
de los grados de vinculación e identificación ciudadana respecto de toda la
sociedad y de los grupos que la conforman”.

Otro elemento relacionado con la dimensión afectiva del sentido de pertenencia


es la memoria colectiva, determinante en la definición de las personas como
grupo. Esta memoria colectiva constituye un elemento de cohesión y
diferenciación tan fuerte y poderoso que se superpone a situaciones de
amenaza de extinción o vulnerabilidad grupal o institucional, convirtiéndose en
el principal aliado de permanencia y continuidad (Sánchez, 2002). Los valores
ideológicos compartidos, como la filosofía, los códigos, los patrones de
conducta, ritos, modos de conducirse se convierten en símbolos que viabilizan
los procesos de identificación de las personas y por consiguiente, la
construcción de sentido de pertenencia.

La vinculación afectiva, el sentirse parte de un grupo, de una sociedad o de una


institución trae consigo implicaciones como la fidelidad, confianza, sentimientos
de identidad y de seguridad. Por tanto, fortalecer y garantizar el sentido de
pertenencia es, en sí mismo, un fin.

2.4. Dimensión académica

La razón de ser de las Universidades es la formación académica de sus


estudiantes bajo unos parámetros de calidad y unos principios éticos y
filosóficos preestablecidos en su filosofía. Esta formación académica supone
una estructura curricular y organizacional que coordine los contenidos y las
estrategias didácticas dentro de un ambiente propicio al buen desenvolvimiento
de los procesos de enseñanza-aprendizaje.

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Diversos estudios han puesto en evidencia que una oferta curricular pertinente
y actualizada así como estrategias de enseñanzas dinámicas y retadoras
implican al estudiantado, impactan su desempeño y facilitan la identificación
con la carrera y el centro de estudios (Astin, 1984; González, 2005; Ríos, 2010;
Soria, 2005; Strayhorn, 2012). De igual manera, hacen referencia a la influencia
del clima del aula y del campus en la buena actitud hacia el aprendizaje, las
relaciones sociales, la autoeficacia y en el sentido de pertenencia en general.

Dimensiones del sentido de pertenencia

En síntesis, conocer las dimensiones del sentido de pertenencia permite


comprender la importancia de este sentimiento a partir de sus diferentes
contenidos de identificación, vinculación afectiva y construcción de significados
con el grupo y con el ambiente físico. El sentido de pertenencia constituye en sí
mismo un componente de la identidad personal, de las afiliaciones, de los
intereses y del desarrollo humano.

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La fragmentación social

El consumismo configura jóvenes temerosos que recurren constantemente a la


competencia con sus pares para sobresalir y lograr aquello que la sociedad de
consumo impone. De esta manera, se crean seres solitarios y desconfiados
que afectan la vida en comunidad, lo cual conlleva a su vez a la fragmentación
social. A continuación se presentan algunos argumentos que dan cuenta de
cómo se va dando la fragmentación social:

El consumismo

El consumismo es un rasgo de la sociedad actual que afecta las probabilidades


de elección y conducta individuales al configurar un estilo de vida basado
exclusivamente en la búsqueda de placeres inmediatos y satisfacciones al
instante. Al respecto, Bauman (2008: 47) afirma que:

El consumismo es un tipo de acuerdo social que resulta de la reconversión de


los deseos, ganas o anhelos humanos (si se quiere “neutrales” respecto del
sistema) en la principal fuerza de impulso y de operaciones de la sociedad
occidental actual, una fuerza que coordina la reproducción sistémica, la
integración social, la estratificación social y la formación del individuo humano,
así como también desempeña un papel preponderante en los procesos
individuales y grupales de autoidentificación, y en la selección y consecución
de políticas de vida individuales.

Y ¿cómo es posible que el conjunto de la sociedad occidental adopte el


consumismo como estilo de vida? En la sociedad de consumidores el mercado
a través de los medios de comunicación y el marketing diseña estrategias que
crean en los sujetos la necesidad de alcanzar una vida llena de lujo y confort,
para ello ofrece una gran cantidad de nuevos productos los cuales “encarnan”
la promesa de convertir a los sujetos en seres interesantes, bellos y famosos.
Esta promesa es diseñada por estrategias publicitarias dirigidas generalmente
a los jóvenes, grupo poblacional caracterizado por tener una mente abierta

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para experimentar y remplazar aquellos productos consumidos
tradicionalmente, por otros productos lanzados “seductoramente” al mercado.

El mercado ofrece productos atractivos en buena parte por su carácter


novedoso, pero que pierden rápidamente su valor y utilidad con el fin de
incentivar nuevamente el consumo. Esta tendencia contrasta con la anterior
estrategia de mercado que consistía en ofrecer productos de muy buena
calidad que prometían “durar toda una vida”. En la actualidad, por el contrario,
la prioridad es la novedad, la posibilidad de experimentar nuevas sensaciones y
consumir productos que prometen cambios, renovación y diferenciación. Los
jóvenes entran en el juego del consumismo con la promesa de que mientras
más lo hagan más rápido lograrán ser únicos o simplemente poder ser, o según
Bauman (2008: 27) “sobresalir a esa chatura gris de invisibilidad, asomar la
cabeza hacerse reconocibles entre una masa indiscriminada de objetos no
diferenciables, que flotan con igual peso específico y así lograr captar la
atención”

El reto para el joven consiste entonces en salir de esa “masa” uniforme para
convertirse en un objeto vendible, en un objeto deseable que no teme perder su
antigua identidad, su cultura y sus tradiciones; joven que lucha por borrar todo
rasgo que indique pobreza o aquello que impida semejarse a la tendencia
imperante3 . El joven queda así obligado a vivir un estilo de vida acelerado sin
tiempo para detenerse en grandes asuntos o problemáticas. El mercado
requiere de un joven dispuesto al cambio y, a la vez, al acoplamiento rápido a
los códigos que el mismo mercado impone.

Siguiendo esta lógica, no importan las dificultades o retos que los jóvenes
tengan en común, lo único importante será satisfacer aquellas “necesidades”
individuales que cada uno cree indispensable así no haya suficiente tiempo
para disfrutar de la aparente satisfacción, ya que un momento después, una
vez se obtiene el objeto deseado, el joven perderá rápidamente el interés
porque el mercado se encargará de crear la sensación de una nueva necesidad
que no puede satisfacerse con aquello adquirido, conformándose de esta
manera un círculo vicioso que nunca termina: consumir, desechar y remplazar.

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En otras palabras, el mercado crea múltiples carencias con vestimenta de
necesidades que deben ser satisfechas por los jóvenes para evitar el riesgo de
quedar excluidos de aquello que se impone momentáneamente. Para ello, los
jóvenes deben emprender una carrera constante para lograr entrar al mundo
del mercado, o sea, entran en la lógica del consumismo en la cual el joven
expresa disposición para sobresalir a si sea a costa de los otros.

Los jóvenes inscritos en esta dinámica aprenden a ser seres competitivos,


individualistas, que, de acuerdo con Bauman (2008:75), “deben defender con
uñas y dientes sus objetivos, así éstos se conquisten desalojando a otros seres
humanos, precisamente la clase de seres humanos que sí se ocupan de los
demás o necesitan de sus cuidados”. De esta manera, el consumismo crea
seres desconfiados, solitarios, temerosos, ensimismados que sólo se
preocupan por sí mismos.

Sociedad del riesgo

Reconocer los límites del control humano sobre aquello percibido como
amenazas es aceptar también la incapacidad de las instituciones que
tradicionalmente respaldaban al ciudadano. Tal impotencia genera una
sensación de inseguridad en las personas que ha dado lugar a lo que Beck
(1997) denomina la sociedad del riesgo. En la sociedad del riesgo, el joven se
siente aislado, solitario y temeroso de la relación y contacto con los otros,
fragmentándose la colectividad, la vida en comunidad y fortaleciéndose una
sociedad basada en el miedo, la sospecha y la búsqueda exhaustiva y quizás
irreflexiva de la seguridad.

Esta situación puede verse, por ejemplo, en la película mexicana “La Zona”5 ,
la cual muestra a un sector pudiente de la sociedad refugiado en un conjunto
residencial rodeado por muros, vigilado por cámaras y custodiado por una
empresa de seguridad privada, todo ello con el objetivo de garantizar a sus
residentes la anhelada seguridad así tengan que asumir como costo el
aislamiento, casi por completo, de un contexto social problemático que los
intimida.

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La explicación ofrecida por Beck de la paranoia generada por la falta de
seguridad permite entender la situación de los jóvenes: en primer lugar, los
jóvenes en la búsqueda de seguridad tienden a separarse de lo colectivo, de lo
público, para esconderse y aislarse de aquello que les produce miedo; en
segundo lugar, la sensación de inseguridad impulsa a los jóvenes a consumir
todo tipo de productos y artefactos que conlleven la promesa de seguridad y
por tanto defensa de los temores que perciben en el medio social y, en tercer
lugar, las propuestas finalmente adoptadas, por lo general de control y
vigilancia, generan, contradictoriamente, consecuencias como la perdida de la
privacidad y la intimidad, o sea que impactan la libertad.

Entre las estrategias para enfrentar esos temores, Bauman (2002:53) formula
la de “refundir enormes miedos que no permiten hacer nada, en un conjunto de
pequeños trabajos “prácticos” cuya potencial realización no desalienten de
entrada”. En otras palabras, es preferible enfrentar pequeños problemas que
sean fáciles de controlar, a enfrentar problemas de carácter colectivo que
resultan más difíciles de afrontar. Estos pequeños problemas o pequeñas
causas conllevan a que en la actualidad exista una diáspora de grupos que
sirven de lugar de acogida para todos aquellos jóvenes que comparten un
mismo temor; y aunque se desconfía del otro, paradójicamente es en el otro
donde se identifican miedos similares.

Es decir, los jóvenes enfrentados al miedo y a la soledad se identifican con las


necesidades individualistas de otros sujetos, identifican un enemigo en común
y emprenden acciones de diversa índole, por ejemplo:

Como el proyecto de reciclar sustancias tóxicas en el vecindario, la liberación


de un pedófilo, la indulgencia ante los que trasgreden la prohibición de fumar,
(la gordura), o la noticia de que en un terreno en desuso del vecindario se
establecerá un camping (Alonso, 2003:26).

Emprender estas pequeñas acciones crea en los jóvenes la sensación de ser


ciudadanos activos, deliberantes, prestos a la movilización, preocupados por
los demás; sin embargo sus prácticas son de corta durabilidad emprendidas
alrededor de causas privadas que solo buscan la satisfacción de necesidades
individuales, como alcanzar a toda costa la seguridad personal.

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Los jóvenes, en medio del miedo y de las acciones que solo reivindican las
angustias y los sufrimientos individuales, se encuentran cada vez más aislados
y sin un referente que les permita sentirse protegidos, acogidos e identificados
colectivamente. En momentos como estos, los seres humanos, de acuerdo con
Alonso (2003:19), “(…) ya no saben muy bien quiénes son, a qué conjunto
pertenecen y qué es lo que los liga a unos con otros”, generándose así una
crisis de identidad y una dificultad para socializarse. Este panorama muestra la
transfiguración de la política: el miedo y la búsqueda de un enemigo común
aparecen como el móvil principal para emprender la acción y no la opción para
encontrarse con el otro y buscar colectivamente la posibilidad de construir una
alternativa a grandes problemas comunes para todos.

Individualismo y soledad

Los seres humanos están en un momento de la historia en el cual tienen la


responsabilidad de cuidarse a sí mismos, de constituirse también en un objeto
vendible y de competir en un mundo gobernado por el mercado y la falta de
seguridad , lo que conlleva al desdibujamiento de los asuntos públicos porque
genera la fragmentación de los grupos sociales y la creciente individualización.

En estas circunstancias, mientras menos relaciones cara a cara tengan los


jóvenes, asimismo serán menores las posibilidades que tendrán de salir
lastimados. De esta manera se genera lo que Beck denomina un proceso de
individualización que implica:

En primer lugar, un proceso de desvinculación y en segundo lugar, un proceso


de revinculación a nuevas formas de vida de la sociedad industrial en
sustitución de las antiguas, en las que los individuos deben producir,
representar y combinar por sí mismos sus propias biografías” (Citado en
Alonso, 2003:20).

Es decir, en los contextos de fragilidad, desigualdad e inseguridad en que vive


el joven aumenta el reto de moldearse y responsabilizarse por sí mismo.

En el caso de los jóvenes, la individualización tiene por lo menos tres maneras


de expresarse, todas ellas entre sí relacionadas: la creación de una imagen de

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su subjetividad, la pérdida de la privacidad vía medios informáticos y el
aislamiento o separación en el encuentro cara a cara.

En primer lugar, la sociedad de consumo crea jóvenes que están obligados a


edificar una imagen propia que les permita competir en un mundo donde lo más
importante es la apariencia y la capacidad de adquisición; esto conlleva a
profundizar las diferencias, agudizar las desigualdades y, por consiguiente,
genera desconfianza.

En segundo lugar, a pesar de la soledad a la que han sido conducidos los


jóvenes debido a la competencia, el temor y la desconfianza, la sociedad de
consumo crea múltiples estrategias para invadir la privacidad de los jóvenes y
persuadirlos de que no están realmente solos. Para ello, crea dispositivos como
celulares, computadores portátiles o iPod, los cuales permiten al joven
participar en redes virtuales, por ejemplo, Facebook o Twitter y estar en
contacto permanentemente. Según Josie Appleton, en la actualidad los jóvenes
priorizan la participación en estos espacios virtuales, entre otros asuntos,
porque permite evitar el contacto cara a cara, con un resultado imprevisible9 y
además, permite a los jóvenes construir múltiples identidades con el objetivo de
lograr visibilidad de acuerdo a las exigencias que impone el mercado.

Pero la participación en redes virtuales implica una renuncia a la privacidad y la


intimidad. Al respecto, Deresiewicz (2010:23) en su artículo “El fin de la
soledad” comenta:

La tía de una adolescente que conozco me contó que ésta había enviado hacía
poco tres mil mensajes de texto en un mes. Es decir, cien por día o uno cada
diez minutos mientras estaba despierta (mañana, tarde y noche), todos los días
de la semana, en clase, durante el almuerzo, mientras hacía las tareas y se
cepillaba los dientes. En promedio nunca está sola más de diez minutos
seguidos. Esto es, nunca está sola.

2. PARTICIPACIÓN EN LOS JÓVENES:

2.1. La juventud como proceso de articulación en la vida social

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 Definida desde un punto de vista sociológico, la juventud es, hoy en día,
el largo proceso a través del cual el individuo logra integrarse y participar
en esa estructura multidimensional que es la vida social moderna.
 Dicho de otro modo, la juventud es el período vital en el que se
concreta, a lo largo de cierto recorrido temporal, ese proceso
crecientemente complejo de articulación del individuo en la vida social al
que se ha hecho referencia.
 La condición crecientemente compleja y exigente de ese proceso se
expresa en la duración cada vez mayor del mismo: si la etapa juvenil es
cada vez más larga, ello se debe a que el problema sociológico de
integración y participación social que debe resolverse en esa etapa,
exhibe unos perfiles cada vez más complejos.
 De manera que los avatares y la misma expansión de la fase juvenil de
la vida son uno de los mejores indicadores de la complejidad creciente
que está adquiriendo nuestra vida social.
 En efecto, lo que hacen los jóvenes en el largo período en el que se
comportan sociológicamente como tales es, básicamente, prepararse
para la complejidad de la vida social moderna (o, si se prefiere, anudar y
estabilizar los vínculos que han de sostener su participación personal en
ella).

2.2. La articulación de los jóvenes en la vida social como proceso


dinámico

 Ocurre, sin embargo, que la articulación de los jóvenes en la vida social


es un proceso dinámico. O, mejor, es un proceso doblemente dinámico:
por una parte, los jóvenes cambian (deben cambiar) a lo largo de ese
proceso.
 Pero, además, la realidad social que es el objeto de esa articulación
cambia también (y en parte como consecuencia del propio proceso de
expresión e intervención social de los jóvenes).
 La razón de que esa realidad cambie es que la complejidad que es
propia de la misma no tiene un carácter estático, sino expansivo: se
alimenta sin cesar a sí misma.

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 El indicado proceso de articulación es por ello similar al intento (siempre
arriesgado) de subirse a un tranvía en marcha. Un tranvía, además,
cuya velocidad y dirección va a depender en buena medida de las
actitudes, creencias y proyectos de los propios usuarios que lo toman a
la carrera.
 En otras palabras: no hay un punto de llegada estable que pueda ser el
objetivo “a priori” del proceso de integración de los jóvenes en la vida
social. Ese punto de llegada se crea en el proceso mismo, y depende de
los avatares de éste.

5.- OBJETIVOS GENERALES:

Diseñar una propuesta sobre participación en los jóvenes que contribuya a que
se inserten a agrupaciones o colectivos académicos, sociales y/o culturales.

5.1.- OBJETIVOS ESPECIFICOS:

 Investigar y analizar cuáles son las razones que mueven a los


estudiantes a no participar a través de grupos.
 Difundir entre los jóvenes lo ventajoso de organizarse y empoderarse.
 Proponer a través de talleres formas de motivación que generen interés
hacia la participación, por parte de los estudiantes a participar en
agrupaciones, colectivos y movimientos.

6.- BENEFICIARIOS DE LA PROPUESTA:

Estudiantes de V Ciclo de Sociología, Aula - 703

7.- LUGAR DE EJECUCION:

Aula 703 FACHSE

8.- METODOLOGIA

8.1.- METODOLOGIA GENERAL

Los talleres realizados con los jóvenes universitarios, inician con dinámicas y
animaciones rompehielos (Herramienta 01: La telaraña, Herramienta 02: La

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hora del Drama) que propiciaran la confianza en sí mismos, entre ellos y con
los promotores sociales.

El siguiente paso es compartir ideas y conocimientos previos acerca de la


participación de los jóvenes en agrupaciones, o colectivos académicos,
sociales y/o culturales (Herramienta 03: Árbol de problemas), posteriormente se
desarrollará el tema (Herramienta 04: Participación juvenil ) Buscar alguna
lectura con cuestionario sobre este tema

8.2.- METODOLOGIA ESPECÍFICA

a) Herramienta 01: La telaraña

Objetivos:

Promover la participación e integración

Descripción del método:

1. Los participantes se ubican de pie formando un círculo. A uno de ellos se


le entrega una madeja de lana, y al recibirla tiene que decir su nombre,
edad, hobbies, lo que esperan del grupo, lo que les interesa del grupo,
etc.
2. A continuación toma la punta del cordel y le lanza la bola al otro
compañero, quien a su vez tiene que presentarse de la misma manera.
3. La acción se repite hasta que todos los participantes van quedando
enlazados en una especia de telaraña.
4. Una vez que todos se han presentado, quien se quedó con la bola al
final debe regresarla al que antes se la había entregado, repitiendo los
datos que dio ese compañero, este posteriormente tiene que hacer lo
mismo, de forma tal que la bola va siguiendo la mismo trayectoria pero
en sentido inverso, hasta regresar al compañero que inicialmente la
comenzó a lanzar.

Tiempo estimado: 15 min

Materiales requeridos: Un ovillo de lana

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b) Herramienta 02: La hora del drama

Objetivos:

Fomentar el trabajo en grupo e imaginar cómo es estar en una situación


planteada por el promotor social e interpretarla de una forma corta mediante
una dramatización en una presentación teatral, para entender el problema
como si estuviesen inmersos en él.

Descripción del Método:

1. Se divide al aula en grupos y se reúnen formando un círculo cada grupo.


2. Cada grupo elabora una dramatización que narra una situación que
tenga que ver con el problema.
3. Preparan y planifican su escenificación en unos minutos.
4. Finalmente presentan su dramatización delante del aula

Tiempo estimado: 20 min

Materiales requeridos: Fichas pre-diseñadas que ayuden a la creación de


una escenificación con el tema identidad y pertenencia.

c) Herramienta 03: Árbol de problemas

Objetivos:

Profundizar el problema “desinterés e individualismo” en el sentido del análisis.


Este ejercicio debe ayudar a los jóvenes a entender mejor la problemática, y
distinguir entre causas y efectos

Descripción del Método:

1. Explicar a los grupos de trabajo que se va a buscar identificar los


problemas/causas y consecuencias que nos remitan al problema
principal.
2. Pedirles identificar las causas o razones que les parecen más
importantes en relación al problema central.

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3. Repartir tarjetas para que los grupos mediante trabajo de equipo y lluvia
de ideas identifiquen las principales causas y consecuencias del
problema.
4. Requerir a los grupos, revisar las demás tarjetas para identificar si otros
problemas no son la causa del problema colocado en el centro.
5. Pedir a los grupos que coloquen las tarjetas identificadas como “causas”
en las raíces del árbol debajo de la tarjeta del problema central y las
tarjetas identificadas como “efectos/consecuencias” en la copa del árbol,
en la parte superior de la tarjeta central.
6. Finalmente pedir a cada grupo que escoja un representante para que dé
a conocer los puntos que ellos consideraron para completar el árbol.
7. Pedir a los participantes su opinión sobre el ejercicio y recibir aportes si
es que quisieran aportar algo más para mejorar el árbol de problemas,
que se ha elaborado con todos los grupos.

Tiempo requerido: 30 min

Materiales: tarjetas, papelotes y plumones

d) Herramienta 04: Tema “Participacion Juvenil” Buscar alguna


lectura con cuestionario sobre este tema

Objetivos:

Analizar en la lectura, el tema de participación juvenil, para una posterior


reflexión y desarrollo de un cuestionario de preguntas críticas, que contribuya
con la retroalimentación del tema.

Descripción del Método:

1. Lectura del cuento, análisis y reflexión.


2. Luego compartir ideas puntuales acerca de la lectura
3. Desarrollo del cuestionario.

Tiempo requerido: 30 min

Materiales: Hojas de papel bond y lapiceros.

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9.- CRONOGRAMA:

CRONOGRAMA DEL TALLER


HORA ACTIVIDAD PROMOTOR
RESPONSABLE
9:00 am a 9:15 am Presentación de los Xiomara López y Harens
promotores y Bruno
características
generales del taller
9:15 am a 9:30 am Dinámica : Herramienta Xiomara López
N° 1 “Telaraña”
9:30 am a 9:45 am Presentar alcances Harens Bruno
respecto a la “Identidad
y sentimiento de
pertenencia”
9:45 am a 10:10 am Dinámica: Herramienta Xiomara López
N° 2 “La hora del drama”
10:10 am a 10:20 am Conclusiones y Xiomara López
resultados de la
dinámica
10:20 am a 10:50 am Dinámica : Herramienta Harens Bruno
N° 3 “Árbol de
problemas”
10:50 am a 11:15 am Conclusiones de la Harens Bruno
dinámica
11:15 am a 11:30 am BREAK Harens y Xiomara
11:30 am a 12:00 m Tema: “Ventajas de Xiomara López
pertenecer a un
colectivo, liderazgo y
colectividad”
12:00 m a 12:30 pm Dinámica: Herramienta Harens Bruno
N° 4 Tema
“Participación Juvenil”
12:30 pm a 12:40 pm Conclusiones de la Harens Bruno

20
Dinámica
12:40 pm a 1:00 pm Conclusiones generales Harens Bruno y Xiomara
del taller, despedida con López
música.

10.- PRESUPUESTO:

PRESUPUESTO
MATERIALES MONTO
Hojas bond S/. 10.00
Cartulinas S/. 5.00
Plumones S/.6.00
Papelotes S/. 4.00
Galletas S/. 10.00
Frugos S/. 25.00
Pasajes de los promotores S/. 20.00

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