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el mito o la leyenda. Todos ellos giran en torno al hecho de no haber conseguido nunca
el cetro mundial, cuando era uno de los más cualificados candidatos, y en cambio,
obtener el título honorífico de "Eterno Subcampeón", al clasificarse en segundo lugar en
varios Torneos de Candidatos al título.
Una de las leyendas más extendidas, relata que Paul se dejó ganar por Mikhail
Botvinnik en el Match-Torneo de 1948, en el que se decidió el sucesor de Alekhine,
quien dejó el trono de Campeón del Mundo vacante, al morir en Estoril en 1946, cuando
aún detentaba el título.
Realmente, si observamos el cuadro clasificatorio de aquel torneo, encontramos algo
que nos puede resultar extraño:
Es imposible demostrar que Keres se dejó ganar por Botvinnik. Pero sí que hay
reveladoras manifestaciones de quienes conocieron a ambos, y además vivieron aquella
época de guerra y posguerra, donde tantos ciudadanos soviéticos sufrieron la presión del
gobierno stalinista.
Paul era estonio. Aunque la URSS era una federación de repúblicas, no todas eran vistas
por igual, y la sangre rusa gozaba de privilegios sobre las demás nacionalidades. Hitler
y Stalin firmaron un pacto de no agresión, que el Fürher incumplió ocupando Estonia,
donde vivía Keres. Bajo dominio alemán, Paul siguió jugando al ajedrez, ya que lo
contrario supondría tanto el hambre como el perder la forma deportiva, ante un
inminente match contra Alekhine, derecho que había ganado al vencer en el torneo
AVRO 1938.
Una vez reconquistada Estonia por los soviéticos, todos aquellos que habían mantenido
alguna actividad laboral, comercial o de cualquier otro tipo, bajo dominio nazi, fueron
juzgados como traidores. Keres salvó la vida de milagro, al interceder por él otros
ajedrecistas, incluido el propio Botvinnik. Ello marcó a Paul para siempre. Nadie le dijo
que era Mikhail quien debía vencer en el Campeonato del Mundo, pero Keres era
consciente de que una espada de Damocles pendía sobre su cabeza y que no debía hacer
sombra a quien era un ruso de sangre pura, y además afecto al partido comunista.
Ello nos dejó con un regusto entre amargo, por lo injusto, y de consuelo, por conocer de
primera mano, lo que muchos imaginábamos: que Keres había sido el mejor de su
época.
La parte crucial del match es entre las partidas 17ª y 23ª, seis
partidas en las que hubo 2 tablas y cuatro terminaron con definición.
Tras la partida 23ª, a Devik le vinieron a visitar unos altos mandos
del KGB, recordándole a Bronstein que ellos ya tienen a un campeón
mundial y no necesitaban a otro. Además, el padre de Bronstein
había estado en Siberia, y si no quería que retornase a uno de esos
gulag, ya sabe lo que le convenía. La 24ª partida, terminó en tablas
para sorpresa de Botvinnik, que le ofrecieron el empate y la
posibilidad de retener su corona.