Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
La función resarcitoria, la cual lleva ínsita la idea de reparación del daño ocasionado. Y se asienta
en uno de los pilares básicos de la responsabilidad civil, que"[. .. ] comporta siempre un deber de dar
cuenta a otro del daño que se le ha causado''2
En definitiva, "La reparación del daño significa el cumplimiento por el responsable de una prestación
en beneficio de la víctima, mediante la cual se hace efectiva la obligación surgida por un daño
injusto". La finalidad de la reparación es resarcitoria (compensar por el menoscabo), no sancionadora
(no busca castigar el autor).
En la medida factible, se procura revertir las consecuencias disvaliosas sufridas por la víctima
mediante un bien (la prestación en su favor) que la satisfaga por su mal (perjuicio injusto). La figura
de la balanza es graficante, “En la balanza de la justicia, la responsabilidad resarcitoria coloca un
bien (la reparación) al lado de un mal (perjuicio injusto) Se procura una conversión axiológica, que
en el daño patrimonial es por equivalente; y en el daño moral por satisfacción”3.
La función resarcitoria, ha generado innumerables divergencias doctrinarias y jurisprudenciales en
cuestiones, tales como, de la reparación plena o integral, la extensión del resarcimiento, los modos de
reparar el daño.
1
“Responsabilidad Civil en el Código Civil y Comercial” T. I. Director: José F. Marquez. Año 2015. Ed. Zavalia.
2
Bustamante Alsina, Jorge, Teoría general de la responsabilidad civil, Buenos Aires, Abeledo Perrot, 1997, 9na ed., p. 73.
3
Zavala de González, Matilde, Actuaciones por daños. Prevenir. Indemnizar. Sancionar, Buenos Aires, Hammurabi, 2004, 1ra ed., p.
44.
4
Alterini, Atilio Anibal, "Soluciones del Proyecto de Código en materia de responsabilidad civil", en La Ley, 30/07/2012, 30/07/2012,
1 - La Ley 2012-D, 1154.
1
interpretado en forma absolutamente literal como comprensivo de todos y cada uno de los daños
padecidos y con respecto a todos y cada uno de los damnificados”.
Por otra parte, se encuentran quienes utilizan la palabra "plena" o "integral" en sentido indistinto.
Rivera indica que, “Cuando se afirma que la reparación debe ser plena o integral se alude a que
debe indemnizarse todo daño causado, pero todo el daño no alude al daño material, sino al daño
jurídico que es indemnizado en cuanto tenga adecuada relación causal con el hecho...”.
Ello en cuanto la plenitud del resarcimiento debe interpretarse en sentido jurídico, y no de plenitud
material, es decir dentro de los límites que la Ley ha fijado, con carácter general, para la
responsabilidad civil.
Por último están quienes se enrolan en la idea de que la reparación integral es un mito, ya qué afirman
que es el propio ordenamiento jurídico civil el que fija diversas limitaciones a la reparación y optan
por llamarla "reparación justa".
Lo cierto es que la postura mayoritaria admite el principio de la reparación plena o integral,
según la denominación que el lector prefiera y adhiera. Y se han construido cuatro pautas elementales
que deben ser tenidas en cuenta por los Jueces, ya que constituyen el sendero hacía la consagración
de dicho principio:
a) Que el daño sea fijado en un momento determinado: al dictar sentencia.
b) La indemnización no debe ser inferior al perjuicio sufrido;
c) La apreciación debe efectuarse en concreto y;
d) La reparación no debe ser mayor al daño padecido porque habría un enriquecimiento sin causa.
Tradicionalmente ha existido una división categórica entre el Derecho Público y el Derecho Privado,
lo que generó, durante mucho tiempo, que ambas ramas del derecho transitaran por carriles distintos.
Así en el Derecho Público se parte de la base de una relación entre sujetos desiguales (el Estado como
sujeto fuerte dotado del poder de imperio frente al ciudadano o administrado como sujeto débil, en
donde se establece un tipo de relación en sentido vertical a través de la Ley), y en el Derecho privado
se partía del supuesto de dos sujetos en igualdad de condiciones (de negociación, con información
simétrica, en equivalencia de condiciones, y cuya relación se construye en sentido horizontal a través
del contrato).
Lo descripto promovió un ambiente adecuado para que nuestra Constitución haya sido “... una fuente
normativa muy poco utilizada por el Derecho Privado, durante un largo período histórico. Los
autores civilistas y, especialmente en el ámbito de la responsabilidad civil, no sentían la necesidad
de fundar las instituciones en la Constitución, ya que les bastaba con el Código Civil … Esta
tendencia sólo cambió cuando ya estaba muy avanzado el siglo XX, en las últimas dos décadas, en
que se comenzó a tratar de vincular las reglas del Derecho Privado con la Constitución Nacional”5.
Este cambio de paradigma ha sido trascendental ya que la llamada "constitucionalización del Derecho
Privado" ha permitido situar al hombre como sujeto de derechos y obligaciones, adoptando una
mirada mas integral y holística, del ser humano como sujeto susceptible de sufrir no sólo lesiones
patrimoniales sino también a su espíritu.
La consecuencia directa es que la legislación ordinaria, infraconstitucional como lo es el CCCN, no
puede contradecir a la Constitución.
La constitucionalización del Derecho Privado ha impactado directamente en el sistema de la
responsabilidad civil, y en la actualidad se admite en forma prácticamente pacífica que el principio
de no dañar, la protección de la persona, la propiedad y el patrimonio ostentan rango constitucional.
5
Lorenzetti, Ricardo L., "Fundamento constitucional de la reparación de los daños", La Ley, 2003-C, 1184, Responsabilidad Civil
Doctrinas Esenciales, t. 1. 01/01/2007, 207-RCyS, 2010-11, 265.
2
El núcleo normativo lo encontramos en el Art. 196 de la Constitución Nacional en donde la Corte
Suprema de Justicia ha arraigado el fundamento constitucional del principio alterum non laedere y
el consecuente derecho a la reparación integral. En este punto calificada doctrina ha sostenido que
esta norma [. ..] excede la preservación del derecho a la intimidad. En esencia, también significa: las
acciones de los hombres que de algún modo perjudiquen a un tercero, están sometidas a la autoridad
de los magistrados. Los hechos que dañan injustamente, son reprobados por el Derecho y deben
generar consecuencias jurídicas [ ...]7.
En el artículo 19 de la Constitución Nacional se condensan dos axiomas:
a) la regla de la libertad (las acciones no lesivas se encuentran al margen de la autoridad pública);
b) la regla de la responsabilidad (quien daña a otros debe dar cuenta de sus actos). Resuenan las
ideas tradicionales de que no hay libertad sin responsabilidad y de que el hombre es libre precisamente
porque es responsable.
Si bien la norma analizada constituye el eje, se puede adicionar lo dispuesto en la Constitución
Nacional artículos 16, 17, 28 y 33, y el objetivo de afianzar la justicia contenido en el Preámbulo. Se
puede complementar con instrumentos internacionales tales como, Convención Americana de
Derechos Humanos Art. 1 inc. 1; Art. 21 inc. 2; Art. 63 inc. 1.
Este análisis nos conduce indefectiblemente a concluir que “...el neminem laedere tiene raigambre
constitucional. La Corte Suprema ha señalado, con todo acierto, que el artículo 19 de la Constitución
Nacional, interpretado a contrario sensu, significa que las acciones […] que perjudican a terceros,
están sometidas al juzga miento de los magistrados […] La constitucionalización de los daños
conlleva, entre otros efectos positivos, el dejar de lado los “catálogos”, las “series cerradas”
respecto de los perjuicios resarcibles. Tal concepción tiene que ver con la “sacralidad” de la persona
humana”8.
6
Constitución Nacional – ARTICULO 19. Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral
publica ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios y exentas de la autoridad de los Magistrados. Ningún habitante
de la Nación será obligado a hacer lo que la Ley no manda, ni privado de lo que ella no prohíbe.
7
Zavala de González, Matilde, Actuaciones por daños. Prevenir. Indemnizar. Sancionar, Buenos Aires, Hammurabi, 2004, 1ra ed.
8
Mosset lturraspe, Jorge, Derecho Civil Constitucional, Santa Fe, Rubinzal-Culzoni, 2011, l" ed., p. 421.
9
CSJN., 05/08/1986 "Santa Coloma, Luis F. y otros c/ Empresa Ferrocarriles Argentinos", La Ley, 1987-A, 442 - Cita on. line:
AR/JUR/611/1986.
10
CSJN, 05/08/1986, "Gunther, Raúl F. c/EjércitoArgentlnó"-AR/JUR/2036/1986.
11
CSJN., "Luján, Honorlo J. c/ Estado Nacional", Fallos: 308:1109.
3
excluyente en el Derecho Privado, sino que expresa un principio general que regula cualquier
disciplina jurídica”.
En precedentes como "P., F.F., c/ Ferrocarriles Argentinos" y "Peon", la Corte Suprema de Justicia
continúa revalidando la vigencia del principio como constitucional y aseverando que: “el derecho a
la reparación del daño injustamente sufrido, que deriva del principio alterum non laedere tiene, en
nuestro sistema, raíz constitucional, sea que se lo considere como un derecho autónomo (argumentado
en el Art. 33, Constitución Nacional), o emplazado en el Art. 19 de la Constitución Nacional ('Santa
Coloma', 'Gunther' y 'Luján'), o como derecho inferido de la garantía de propiedad (Arts 14, 17 y
'Motor Once').
En el fallo "Gorosito" del máximo tribunal, el cual llamó verdaderamente la atención ya que
significó una regresión en la materia, se estableció que el principio de reparación plena puede estar
sujeto a limitaciones o restricciones, tanto en el Código Civil como en otros sistemas, y que la
imposición de tales limitaciones constituye una facultad discrecional del Congreso de la Nación.
Finalmente el Alto Cuerpo en la causa "Aquino, Isacio c/ Cargo Servicios Industriales S.A."
retoma el camino originario y sostiene el principio de la reparación integral al declarar la
inconstitucionalidad del Art. 39 inc. 1 de la Ley 24.557 que imponía al trabajador un tope
indemnizatorio.
ARTICULO 1740.- Reparación plena. La reparación del daño debe ser plena. Consiste en la
restitución de la situación del damnificado al estado anterior al hecho dañoso, sea por el pago en
dinero o en especie. La víctima puede optar por el reintegro específico, excepto que sea parcial o
totalmente imposible, excesivamente oneroso o abusivo, en cuyo caso se debe fijar en dinero. En el
caso de daños derivados de la lesión del honor, la intimidad o la identidad personal, el juez puede, a
pedido de parte, ordenar la publicación de la sentencia, o de sus partes pertinentes, a costa del
responsable.
Asimismo nos encontramos con el 173812, el cual dispone que la indemnización comprenderá la
pérdida patrimonial, el lucro cesante y la perdida de chance cuando la contingencia sea razonable y
guarde adecuada relación de causalidad con el hecho generador. Deberán tenerse en cuenta,
especialmente, las consecuencias de la violación a derechos personalísimos, integridad personal,
salud psicofisica, afecciones espirituales legítimas y las que interfieran en su proyecto de vida.
La discusión acerca de la denominación “plena” o “integral”, parece haberse zanjado. En este sentido
el nuevo Código ha optado por la calificación de la “reparación plena”. En los fundamentos del
Anteproyecto del CCCN encontramos la justificación:
a) la indemnización del daño nunca es integral, porque no coincide el daño 'real' con el 'jurídico'. Si
hay algo que pueda ser denominado 'real', comprende muchos aspectos que para el legitimado del
derecho son importantes, pero el sistema jurídico excluye. Por ejemplo, hay un régimen de causalidad
que no cubre todas las consecuencias, sino sólo las previsibles porque hay que valorar la posición del
agente. También hay limitaciones difíciles de superar, como ocurre, por ejemplo, con la
indemnización dineraria que nunca puede conformar la desaparición de un ser querido;
b) la indemnización, a su vez, tiene relación con los distintos subsistemas en los que se aplica y hay
numerosos supuestos en los que hay límites en el derecho vigente. Además, muchos de ellos
provienen de convenios internacionales, como ·ocurre, por ejemplo, en materia de transporte aéreo
12
ARTICULO 1738.- Indemnización. La indemnización comprende la pérdida o disminución del patrimonio de la víctima, el lucro
cesante en el beneficio económico esperado de acuerdo a la probabilidad objetiva de su obtención y la pérdida de chances. Incluye
especialmente las consecuencias de la violación de los derechos personalísimos de la víctima, de su integridad personal, su salud
psicofísica, sus afecciones espirituales legítimas y las que resultan de la interferencia en su proyecto de vida.
4
c) en otros casos, hay diferentes modos de solucionar un mismo problema, como sucede con los
accidentes de la circulación: unos países lo incluyen en la seguridad social, otros lo cubren con el
seguro de primera persona, otros lo regulan mediante la responsabilidad civil, la mayoría con límites
en la cobertura.
Frente a toda esa variedad y, teniendo en cuenta la tradición argentina en la materia, se ha decidido
consagrar, como principio general, la reparación' plena. Como todo principio, debe lograrse su
satisfacción en la mayor medida posible, lo que no es incompatible con que, en situaciones
delimitadas, pueda armonizarse con otros principios y establecerse una limitación por medio de leyes
especiales.
En armonía con dichos fundamentos, blandidos en el Anteproyecto, el Código Unificado trae ciertas
limitaciones a la reparación plena13.
13
[...]por razones de equidad (artículo 1742) o de fuente convencional (artículo 1743). En algunos casos las cláusulas limitativas de
responsabilidad se tienen por no escritas por tratarse de bienes indisponibles o cuando ·afectan la Integridad de la reparación,
como por ejemplo en la responsabilidad en el transporte de personas por los daños corporales o muerte. (artículo 1292), en el
contrato de caja de seguridad (articulo 1414), en la responsabilidad del hotelero (artículo 1374) y de los establecimientos
equiparados (artículo 1375). Galdós, Jorge, "La función resarcitorla, el darlo y el riesgo creado", en Rivera, Julio César,
Comentarios al proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación, Buenos Aires, Abeledo Perrot, 2012, 1 a ed., p. 913.