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Cabe estacar que el DSM quita estas formas clínicas y engloba las mismas dentro del espectro
esquizofrenico. También es importante tener en cuenta que el diagnóstico de psicosis se debe
realizar al final y no al comienzo ya que pueden ser episodios momentáneos, para eso se debe
evaluar la personalidad pre-mórbida, es decir como era antes la persona.
* Los antipsicóticos típicos son más caros que los atípicos, por este motivo en hospitales se
suelen ver muchos pacientes con síntomas adversos justamente para abaratar costos.
Otros EFECTOS ADVERSOS, además de los síntomas extrapiramidales, pueden ser aumento de
peso, alteración de la esfera sexual, amenorrea, galactorrea, crisis oculógiras (desviación
involuntaria de la mirada hacia un lado), sequedad en la boca, constipación, entre otras.
Los antipsicóticos poseen distintas formas de presentación:
Comprimidos vía oral.
Comprimidos sublinguales (por ejemplo, la asenapina).
Ampollas inyectables (por ejemplo: Haloperidol decanoato de efecto prolongado).
Gotas (útiles para regular dosis pequeñas: niños - ancianos)
Afecciones en el parto:
o Prematuro
o Prolongado
o Distocias de Parto con sufrimiento fetal (hipoxia)
o Instrumentación mecánica (fórceps)
En el inicio de la etapa escolar plena (de 6 a 10 años) las categorías diagnósticas en relación a
la etapa del desarrollo son:
o Trastornos de Aprendizaje
o Trastornos de Conducta
o Trastorno de Déficit de Atención e Hiperkinesia
o Neurosis infantiles
o Alteraciones vinculares (conductas de retraimiento social)
o Psicosis infantiles
EXCRECIÓN: El riñón es el principal órgano para la excreción de drogas. Los psicofármacos que
se excretan en proporciones elevadas por vía renal deben administrarse con suma precaución
en niños de meses.
Existen, además, CAMBIOS FARMACODINÁMICOS producidos por la maduración de las vías
neurológicas y sus funciones y CAMBIOS FARMACOCINÉTICOS causados por cambios
madurativos.
La indicación de Psicofármaco será de acuerdo a la presencia de síntomas perturbadores del
funcionamiento del sujeto afectado y que obstaculizan otros abordajes psicoterapéuticos. De
esta forma se pueden usar:
Benzodiacepinas, aconsejables en púberes y adolescentes, pero no en niños por su
efecto sedativo.
Antidepresivos, es polémico su uso en niños, a considerar en la pubertad y
adolescencia
Estabilizadores del Estado de Ánimo (Anticonvulsivantes), se utilizan en Trastornos en
que prevalecen conductas agresivas, impulsivas, conductas adictivas, inestabilidad
emocional, etc.
Antipsicóticos, preferir los Atípicos y en niños presentación en gotas para su mejor
dosificación
En trastornos de hiperkinesia y décifit de atención (TDAH), es decir en casos de niños
imposibilitados de mantenerse quietos y sostener la atención por tiempo breve se prescriben:
Derivados Anfetamínicos: Metilfenidato (Ritalina), Pemolina (Tamilán),
Dextroanfetamina.
Atomoxetina (Recit, Strattera): Nueva droga no derivada de la anfetamina que no
implica tantos requerimientos en cuanto a receta. Trata de resolver los efectos
adversos de las anfetaminas.
Cabe destacar que la medicación se puede discontinuar, por ejemplo, en horas escolares, fines
de semana o vacaciones lo que disminuiría los efectos adversos.
A la hora de recetar fármacos en vejez hay que tener en cuenta que la farmacocinecia y la
farmacodinamia actúan en un organismo envejecido por lo tanto se deben administrar dosis
bajas para evitar sobredosis.
También hay que considerar que al tratarse de pacientes que habitualmente reciben fármacos
de otras especialidades se deben de tener en cuenta las posibles interacciones entre
medicamentos.
* Se han encontrado receptores opioides en el cerebro, lo que permite pensar que estas
sustancias existen en el organismo en forma natural, a estos se los llama endorfinas.
De igual manera, se descubrió años más tarde la existencia en el cerebro de receptores
cannabinoides, esto permitió demostrar que el cannabis puede tener acción beneficiosa en
Epilepsia Refractaria, alivio del dolor y reducción de síntomas de náuseas y vómitos en
pacientes bajo tratamiento oncológico.
Las drogas interfieren con la forma en que las neuronas envían, reciben y procesan las señales
que transmiten los neurotransmisores. Algunas drogas, como la marihuana y la heroína, tienen
la capacidad de activar neuronas porque su estructura química es similar a la de un
neurotransmisor natural del organismo.
La dopamina se encuentra en concentraciones muy altas en las regiones del cerebro que
regulan la motivación y los sentimientos de satisfacción, esto la convierte en un fuerte
motivador para el consumo de drogas ya que los sistemas de transmisión dopaminérgicos el
sustrato fundamental sobre el que actúan estas sustancias para manifestar su capacidad
adictiva.
El consumo de sustancias provoca una actividad agonista dopaminérgica en el núcleo
accumbens, éste núcleo está vinculado a los sistemas de recompensa psicológicos y a la
motivación, es decir al refuerzo positivo y al estado hedónico placentero en dónde no se
produce la saciedad que se espera de un estímulo recompensante.
Este fenómeno de saciedad no se genera debido a que al consumir habitualmente una
sustancia adictiva nuestro cerebro se acostumbra a ella, lo que produce que se suprima la
producción normal de Dopamina y, por lo tanto la persona necesite de una dosis de esa
sustancia para compensar la pérdida.
Esto lleva a que la persona aumente el ritmo de consumo produciendo una hipodopaminergia.
A esto se lo conoce como fenómeno de tolerancia. Como consecuencia, se desarrolla una
dependencia que hace necesario aumentar la dosis de forma progresiva para conseguir los
mismos resultados o efectos.
Hay distintos estadios en una adicción a sustancias:
USO: consumo esporádico de una sustancia.
ABUSO: cuando el consumo se hace habitual.
ADICCIÓN: imposibilidad de suspender el consumo ya que aparecen síntomas de
abstinencia. Dependencia psicofísica de la sustancia de consumo
Hoy en día adquiere plena vigencia el concepto de Comunidad Terapéutica, sobre todo en
aquellas patologías que comparten un patrón de conducta como las adicciones, en dónde el
acto de consumir lleva implícito una serie de hábitos intercambiables en grupos de adictos.
En el TEPT nos encontramos ante un evento de tal intensidad que supera los límites de lo que
un sujeto puede elaborar, dejándolo en un estado de perplejidad, paralización emocional, sin
posibilidad de dar una respuesta adecuada. Este evento traumático es un fenómeno psíquico
provocado por un impacto externo que causa una falla de la capacidad procesual, por lo tanto
constituye un cuadro difícil de asistir ya que lo Real impacta y no puede enlazarse a una
representación, es decir que el trauma no se puede representar.
La situación traumática puede ser un único evento o eventos repetidos a lo
largo del tiempo
El TEPT como cuadro clínico psiquiátrico puede aparecer luego de un evento traumático
externo al sujeto de carácter amenazante tal como guerras, genocidios, migraciones masivas
forzadas, catástrofes naturales, torturas, violaciones, etc.
Los síntomas pueden ser de aparición inmediata o tardía (hasta 6 meses después):
Evolución aguda: Duración de los síntomas menor a 3 meses. Se resuelve en corto
plazo por los mecanismos adaptativos.
Evolución crónica: Duración de los síntomas más de 3 meses. Se incluye dentro de las
llamadas patologías actuales, porque se observa síntomas similares en ex
combatientes de las guerras mundiales, dichos síntomas se agrupan para dar lugar a
esta nueva entidad nosológica, planteando a la vez tratamientos específicos.
En pacientes con evolución crónica es posible que desarrolle alguna adicción (alcoholismo,
abuso de otras sustancias)
Estos síntomas pueden ser:
Síntomas disociativos tales como:
- Numbing o anestesia emocional que aparece como mecanismo de defensa ante el
evento traumatico (ante el relato del mismo permanecen inmutables).
- Amnesia disociativa
- Desrealización
- Despersonalización
- Reducción de la atención
- Síntomas de reexperimentación
- Síntomas evitativos
- Ansiedad y aumento de la activación (arousal) – Hipervigilancia - Inquietud motora -
Respuesta exagerada de sobresalto – Irritabilidad.
- Insomnio, pesadillas recurrentes con el evento traumático.
- Recuerdos intrusivos (flashback)
Síntomas somáticos tales como:
- Piel (afecciones inespecíficas, caída del cabello)
- Gastrointestinales (diarreas, vómitos, etc.)
- Cardiológicos (hipo o hipertensión, taquicardias inespecíficas)
- Alteraciones endócrinas (hipo o hipertiroidismo, alteraciones del ciclo menstrual)
Síntomas depresivos con probable evolución a cuadros depresivos crónicos
Las bases neuroquímicas del TEPT remiten a una desregulación de múltiples sistemas
neuroquímicos incluyendo aquellos regulados por la noradrenalina como el eje hipotálamo-
hipofisiario-adrenal (HHA), la tiroides, y los sistemas opiodes endógenos. Este eje está
relacionado con el estrés. Se genera adrenalina y la noradrenalina.
La investigación sugiere que los pacientes con TEPT desarrollan receptores adrenérgicos
regulados negativamente en respuesta al aumento de las concentraciones circulantes de
noradrenalina. Los sistemas serotoninérgicos son también importantes y juegan un papel en la
modulación de la respuesta a la activación (arousal)
Se puede tratar con los siguientes psicofármacos:
Ansiolíticos: Se empieza por los más sencillos en pocas dosis para no generar adicción.
Inductores al sueño
Antidepresivos
Antipsicóticos: En casos de ansiedad intensa o emergencia de síntomas psicóticos. De
perfil sedativo
Uso de antihipertensivo por su efecto beta adrenérgico: novedoso en el trastorno por
estrés postraumatico. Actuan bloqueando a la adrenalina.
No existen tratamientos específicos, pero los psicofármacos recomendados son:
Mirtazapina: Antidepresivo ISRS que a bajas dosis facilita el descanso nocturno.
Prazosina: antihipertensivo (antagonista beta adrenérgico), usado para el
tratamiento de las pesadillas del TEPT
Clonidina: antihipertensivo (antagonista beta antiadrenérgico)
Propanol: disminución de la frecuencia cardíaca y antihipertensivo
También se destacan los tratamientos NO farmacológicos como:
Terapia cognitivo-conductual: Terapia verbal que se enfoca en la modificación de las
respuestas emocionales, los pensamientos y los comportamientos negativos asociados
con los trastornos psicológicos.
Desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares EMDR: Tratamiento
psicológico que reduce el estrés de acontecimientos traumáticos mediante
movimientos oculares.
Exposición con prevención de respuesta: Terapia verbal que se enfoca en exponer al
paciente a experiencias traumáticas o fóbicas en un entorno seguro para reducir los
trastornos psicológicos asociados.
ENFERMEDADES PSICOSOMÁTICAS
Son enfermedades generales con repercusión importante en el aparato psíquico. Implican una
relación mente – cuerpo.
Las enfermedades psicosomáticas remiten a un trastorno orgánico en el cuál los factores
psicológicos desempeñan un papel esencial. En ellas, opera una escisión que divide la mente
del cuerpo dejando al cuerpo como un objeto debido a que esta disociación no puede ser
sostenida desde el psiquismo transformando al cuerpo en un desecho de enfermedades.
Esto se puede observar en el relato del paciente que habla de su cuerpo como algo externo,
como algo separado de la psiquis ya que justamente no es consciente del conflicto psíquico
existente.
Si bien Freud no habla de psicosomática, en su obra introduce la noción de conversión
histérica dónde hace referencia a la manifestación de un conflicto inconsciente mediante un
síntoma físico. Aquí opera una fantasía que actúa como intermediaria entre el cuerpo negado y
el enfermo.
Entre las enfermedades psicosomáticas se distinguen:
Categorías psicopatológicas: Trastornos psicosomáticos claramente diferenciados.
Cualquier tipo de relación entre lo psíquico y lo somático: Afecciones somáticas con
repercusión evidente a nivel psíquico.
Para el tratamiento de las mismas, es importante tener en cuenta que la medicación a indicar
dependerá del síntoma psíquico que prevalezca. Generalmente subyace un estado depresivo
por lo que lo más habitual es la indicación de Antidepresivos, de preferencia los de última
generación, aunque también se usan con frecuencia medicaciones ansiolíticas y/o
antipsicóticos de perfil sedativo, como también inductores al sueño.
Todo paciente afectado de una afección Psicosomática o Enfermedad Médica con importante
repercusión psíquica debe ser incluido en un tratamiento Psicoterapéutico y en algunos casos
se los incluye en Psicoterapias Grupales. También es importante ubicar el momento oportuno
para la derivación psiquiátrica siempre manteniendo un margen de tiempo de escucha.