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ACIDENTES Y HERIDOS QUE HACER

Lo primero que hay que hacer es detener la hemorragia y prevenir la infección.

Acto seguido, hacer una evaluación del paciente, viendo si hay alteraciones vitales
como la respiración o el pulso.

Habrá que ver si el enfermo tiene alguna enfermedad, alergia, si toma


medicamentos, si no se ha vacunado de la antitetánica en los últimos 10 años, si
se ve que la herida ha de ser suturada, etc., ya que en caso afirmativo, se deberá
avisar a un médico.

Una vez que el paciente ha sido estabilizado, centrarse en la herida, tratando de


conocer el tiempo transcurrido desde su producción, cuál ha sido su causa y si hay
o no posibilidad de cuerpos extraños en ella.

Para medir la gravedad de las heridas, es preciso tener en cuenta las siguientes
características:

La profundidad, la localización y la extensión de las heridas, que pueden ser:

1. Heridas abiertas: en este tipo de heridas se observa la separación de los tejidos


blandos. Tienden a infectarse fácilmente. Se debe medir la gravedad teniendo en
cuenta la profundidad, la localización y la extensión de las heridas para decidir si
acudir o no al médico.

2. Heridas cerradas: son aquellas en las que aparentemente no hay lesión, sin
embargo, la hemorragia se acumula debajo de la piel, en cavidades o vísceras.
Aunque aparentemente no ha sucedido nada, las lesiones internas pueden ser de
gravedad. Ocurre generalmente cuando la persona herida manifiesta mucho dolor,
aunque la herida no parezca tan importante. En este caso, se recomienda acudir a
un centro asistencial para ser atendido por un médico inmediatamente.

3. Heridas simples: son heridas que afectan la piel, sin ocasionar daño en órganos
importantes: rasguños, heridas pequeñas y arañazos. Estas pueden ser curadas
en casa con ayuda de un botiquín.
4. Heridas complicadas: son heridas extensas y profundas con hemorragia
abundante; generalmente hay lesiones en músculos, tendones, nervios, vasos
sanguíneos, órganos internos y puede o no existir perforación visceral.

Cómo tratar las heridas que no son de gravedad en casa.

1. Contusiones ("golpes"): es de utilidad aplicar frío y calor a estas lesiones. Por


regla general, tener presente que en las primeras 24 horas se debe aplicar frío
(vasoconstricción, que frena el hematoma y reduce la hinchazón y el dolor), y
luego aplicar calor, ya que ayuda a reabsorber el hematoma. Para evitar secuelas
dolorosas, se recomienda reposo y analgésicos en casos de fuertes golpes.

2. Escoriaciones ("raspones"): es importante estar atentos porque en algunos


casos el "raspón" puede ser la puerta de entrada de una infección, o tétanos. Se
debe limpiar la herida haciendo correr sobre la escoriación abundante líquido
estéril (solución fisiológica) si lo tenemos o agua limpia y jabón, aunque sea
molesto y duela un poco. Si no es muy sangrante, puede dejarse al aire,
colocando alguna pomada antibiótica. Si, por otro lado, la herida sangra
profusamente o se la ve profunda, debemos cubrirla preferentemente con un
apósito grueso que, a diferencia de la gasa seca, no se pega. De continuar el
sangrado, la asistencia profesional es necesaria.

En todos los hogares es necesaria e imprescindible la existencia de un sencillo


botiquín.

Guardado en un lugar seguro, fuera del alcance de los niños, pero de fácil acceso,
puede ayudarnos en momentos en los que alguien sufra un accidente casero,
como una quemadura, un corte, una herida, a sanarlo hasta que, en caso de
necesidad, llega la asistencia médica.

Es muy fácil de armar. Solo hay que tener los siguientes materiales:

1. Gasa estéril.

2. Líquido desinfectante, antiséptico a base de yodo.

3. Tela o cinta adhesiva.

4. Gasas furasinadas (si se puede).

5. Vendaje elástico para cubrir lesiones en la muñeca, el tobillo, la rodilla y el codo.


6. Tijeras y unas pinzas.

7. Jabón.

8. Guantes de plástico.

9. Algodón estéril.

10. Manual de primeros auxilios.

Estos materiales se pueden colocar en una caja señalada con una cruz de color
rojo para que todos sepan que es un botiquín.

Epígrafe: Tener presente la profundidad, la localización y la extensión de las


heridas.

Epígrafe: Contusiones ("golpes"): es de utilidad aplicar frío y calor a estas


lesiones.

Epígrafe: Botiquín de primeros auxilios.

Actividades

1-Describe los tipos de heridas atendiendo la profundidad, la localización y la


extensión de las mismas.

2-Explica cómo se deben tratar las heridas que no son de gravedad, en casa.

Fractura
Un hueso puede romperse cuando recibe un golpe directo muy fuerte o cuando
sufre una tensión muy intensa. Puede fracturarse directamente en el punto de
impacto (dedo roto por un golpe de martillo) o indirectamente, por transmisión de
la fuerza al hueso (torsión de la pierna que produce una fractura de tibia). Las
fracturas se clasifican en abiertas (hay una herida que deja ver la fractura) o
cerradas (la piel está intacta).
Los síntomas de una fractura son: dolor intenso, imposibilidad de realizar algunos
movimientos, hematoma y, en algunos casos, deformidad. Las fracturas abiertas
pueden ir acompañadas de una hemorragia copiosa y, en ocasiones, de un estado
de shock: la víctima está pálida y mareada, presenta el pulso y la respiración
acelerados y puede desvanecerse.
La víctima debe ser traslada-da al hospital por personal especializado en el
transporte de heridos.

Luxación
Se produce cuando dos extremos óseos de una articulación se desvían y se
pierde el contacto entre ellos. Las articulaciones luxadas con más frecuencia son
las de las extremidades superiores: hombro, codo, dedos. Los síntomas son: dolor
intenso y deformidad de la articulación afectada. Una luxación puede ir
acompañada de una fractura

Esguince
Se debe a una distensión violenta de los ligamentos (tejidos que envuelven las
articulaciones), que pueden estar simplemente distendidos (esguince leve) o rotos
(esguince grave). El esguince se manifiesta por una hinchazón dolorosa de la
articulación, que aumenta al intentar moverla.

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