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Ya que los contactos entre las regiones y los diversos reinos Visigodos, Ostrogodos,
Burgundios, Alamanos, Vándalos, etc., se habían vuelto muy escasos, las divergencias
lingüísticas se acentuaron cada vez más y dieron a luz a idiomas romances distintitos. La
o ͞lengua romana rústica͟, hablada en el norte de Francia (reino de
los Francos), se volvió diferente de aquella hablada en el sur del país (reino de los Visigodos)
y de aquella hablada en Italia (reino de los Ostrogodos) o en Dacia (reino de los Gépidos), etc.
Todo el sistema del latín hablado popular se vio modificado al pasar al
(derivado de
la palabra que se fragmentó en diferentes variantes según las regiones. Mientras
que el latín escrito quedaba intacto, las lenguas habladas, que iban a transformarse en
francés, español, italiano, catalán, etc., se formaban lentamente. Es en este sentido que se
habla de las lenguas romances: de origen latino, se diferenciaron cada vez más al llegar a ser
muy distintas pero conservando numerosos elementos comunes. Algunos 400 o 500 años
separaron al latín popular del siglo IV del primer texto francés (siglo XI). Puede consultarse,
por una parte, una tabla que muestra una tipología histórica de las lenguas romances; por
otra, un mapa de las lenguas romances.
Cuando el reino de los Francos paso a manos de Charlemagne en 760 (dinastía de los
Carolingios), este emprendió la reimplantación del antiguo Imperio romano. Casi lo logra en
Occidente: se le escaparon Gran Bretaña y España, que permanecieron en manos de los
Anglo-Sajones y de los Árabes. Sus tentativas para reunificar al Imperio de Oriente (llamado
Imperio Bizantino) fallaron. Cuando se hizo coronar emperador del Santo Imperio romano
germánico en latín: Sacrum Romanorum Imperium Nationis Germanicæ; en alemán: Heiliges
Römisches Reich Deutscher Nation ʹ en diciembre del 799, su reino se extendía del norte de
España hasta los límites orientales de la Actual Alemania, de Austria y de Eslovenia (ver el
mapa del imperio de Charlemagne [carolingiens]).
La unificación política lograda por Charlemagne no duró tanto tiempo como para que
éste impusiera en todo su imperio el fráncico, su lengua materna.
Con la muerte de Charlemagne, en el 814, y después con la de su hijo, Louis le Pieux (en
el 840), sus nietos se disputaron el Imperio: Lothaire (795-855), Pepin (803-838) y Louis (805-
967); tardíamente y después de un segundo lecho, Charles (823-877). Finalmente, Charles le
chauve y Louis le Germanique sellaron una alianza contra su hermano mayor, Lothaire, con
los Juramentos de Estrasburgo (Serments de Strasbourg) del 842, redactados por vez primera
en lengua dicha vulgar (del latín vulgus: ͞pueblo͟).
El 29 de febrero del 888, el duque Eudes fue elegido rey por sus pares, los grandes
señores de Francia Occidental. Pero la autoridad real declinó constantemente en Francia, ya
que vasallos llegaron a ser más poderosos que el rey. En efecto, ahí los príncipes ejercieron el
poder político de manera autónoma. El del rey se vio obligadamente limitado: solo jugaba el
papel de árbitro en el poder más simbólico que real. Las guerras feudales se suscitaron
mientras que en Europa se sufría con una economía totalmente rudimental.
Todos estos eventos políticos y militares han tenido consecuencias determinantes para
el destino de las lenguas. La expansión del Imperio romano provocó la extensión del latín,
que sólo conoció éxitos y conquistas hasta el siglo V; él no pudo sobrevivir sin embargo al
estallido del Imperio y fue fragmentado en una multitud de dialectos. Las lenguas germánicas
tienen cierta influencia en las lenguas románicas, pero no pudieron asimilarlas. Diversos
factores explican este fenómeno poco corriente (los vencidos que asimilan a los vencedores):
los invasores germánicos chocaron con una población mucho más numerosa que ellos
(solamente el 5% de la población) y debieron practicar la exogamia (matrimonios mixtos);
además, no pudieron constituir Estados durables y fragmentaron constantemente su poderío
político. Sólo la aristocracia franca practicó el bilingüismo durante algunos siglos antes de
adoptar la lengua de los vencidos. Solamente algunos ͞irreductibles͟ cerca de la frontera
lingüística de las lenguas románicas y de las lenguas germánicas conservaron su lengua
fráncica. Hoy, cuatro formas de fráncico (ver el mapa) son habladas en Moselle (No 57): el
(en el país de Nied); el
(de la cuenca minera hasta
Alsacia); el
el
(en el país thionvillois). El
fráncico aún hablado en el nordeste de Francia conserva por lo tanto un vestigio lingüístico
de los Francos que fundaron Francia.
Cuando se observa la geografía lingüística de Europa, se constata que el antiguo
territorio de Francia occidental coincide hoy con un territorio lingüístico exclusivamente
románico (excepción hecha de Gran Bretaña y de las provincias vascas), sean los dos tercios
de Francia actual, lo que probaría la asimilación de la lengua franca. En cambio, la antigua
Francia oriental mantuvo la lengua franca, el fráncico, ya que este territorio corresponde hoy
a los países germánicos como Alemania, Alsacia, Suiza alemánica y Austria. En cuanto a
Lotharingie, se asemeja a los territorios germánicos en el norte (Bélgica flamenca, Países
Bajos, Luxemburgo) y románicas para el resto (Bélgica valona, oeste de Francia, Suiza
francófona, Italia). Ahí donde los francos fueron mayoría, mantuvieron su lengua germánica,
que más tarde se transformaría y se fragmentaría en un gran número de dialectos; ahí donde
fueron minoría, fueron rápidamente asimilados y romanizados (ver el mapa del territorio
germánico actual). En Galia romanizada, la lengua rústica, llamada también (el
románico) en uso hasta el siglo VII dará nacimiento al francés del siglo VIII.
Pero en esta época románica, la aristocracia franca hablaba aún el germánico. Es sólo
con (en el 987) que el primer rey de Francia habla como lengua materna la
lengua románica vernácula (más bien que el germánico).
Pero el reino de Francia controlado por el rey era en ese momento un muy pequeño
reino (ver la zona en azul): l͛Île-de-France. Francia estaba entonces dominada por poderosos
señores que se repartían el territorio: por ejemplo, los condes de Flandre y los duques de
Normandía en el norte; los duques de Borgoña en el este y los duques de Aquitania en el sur.
En razón de las invasiones extranjeras, estos señores habían vastos territorios obtenido
del rey en agradecimiento a sus servicios.
No sorprende que el fráncico de los Francos haya dejado vestigios en Francia misma. El
francique mosellan (o francique lorrain) forma parte del habla fráncica del oeste y es hablado
hoy por alrededor de 400,000 locutores en el departamento de la Moselle (No 57),
particularmente en la región de Thionville. Cuatro formas de fráncico son habladas en
Moselle: le francique mosellan (en el país de Nied); le francique rhénan (en el país de
thionvillois). No olvidemos que esta región esta dividida en dos por la frontera lingüística que
separa las lenguas romances y germánicas. Le francique lorrain ou francique de la Loraine
conserva aún vestigios lingüísticos de los francos que fundaron Francia.
Con el fin de hacerse una idea de la evolución del latín hasta la aparición de lo que se
llamará el ͞francés͟, el lector se remitirá a las traducciones de los Juramentos de Estrasburgo
(Serments de Strasbourg). El texto original (texto 3) a sido redactado en romance rústico (o
͞romanz͟) en el 842 para Louis le Germanique, quien se dirigía a los soldados de Charles le
Chauve, y en germánico para este, quien se dirigía a los soldados de su hermano. Los textos
1, 2, 4, 5 y 6 son traducciones que reproducen el estado de la lengua en seis épocas (del latín
clásico al francés contemporáneo).
Comparando los textos 1 (latín clásico), 2 (latín popular) y 3 (romance rústico), pueden
notarse enormes diferencias en el plano fonético: se notará, por ejemplo, la aparición, en
romance, de [ z ] y de [ ͚ ], que provienen de influencias germánicas. En el plano morfológico,
se pasó de tres géneros (masculino, femenino y neutro) a dos ʹ con la desaparición del
neutro ʹ; además, la declinación, inicialmente con seis casos en latín, pasó a dos (sujeto y
complemento). He aquí un esquema que muestra la declinación del adjetivo latino purus y
su paso al italiano y al francés tanto antiguo como moderno.
Por lo que toca a la sintaxis, las preposiciones pasaron a ser más numerosas y el orden
de las palabras tuvo tendencia a permanecer bastante libre. En fin, en cuanto al vocabulario,
la ͞lengua románica rústica͟ tomó prestado cerca de un millar de palabras de las lenguas
germánicas, particularmente de las palabras de origen militar y palabras ligadas con la
organización social de los Germanos, pero solamente algunas centenas han permanecido
hasta hoy. Sin embargo, la lengua románica rústica permaneció como una lengua
exclusivamente oral y el latín continuó siendo sólo una lengua escrita.
Además de la historia interna de la evolución de la lengua per se, comienza una doble historia
paralela que conviene seguir si se quiere comprender el conjunto de los hechos: la lucha del francés
contra las otras lenguas habladas en Francia y la lucha del francés escrito contra el latín. Como
siempre, son eventos políticos y militares los que terminarán por asegurar la supremacía del francés.
Los periodos de conmoción han acarreado cambios lingüísticos mientras que los periodos más calmos
han permitido a la lengua ͞dirigir͟ sus transformaciones. Resumiendo, el estado de la lengua francesa
refleja siempre el estado de la sociedad, sea cual fuese el régimen feudal durante el periodo de
consolidación del poder real, durante la Revolución francesa, o durante el periodo moderno o
contemporáneo.
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