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Al ir tomando conocimiento de la Palabra de Dios vemos que uno de los aspectos que
Dios da a conocer con gran énfasis y absoluta claridad es, precisamente, Su
naturaleza Todopoderosa y su deseo de extender ese poder a los hombres.
Dios desea que los hombres vivamos vidas plenas y que llevemos fruto. Para llegar a
manifestar esta calidad de vida, se necesita…poder de Dios…, y es entonces por esto
que Dios hace disponible Su poder, porque lo necesitamos.
Bíblicamente, así como en cualquier aspecto de la vida, una vez que una persona
sabe QUE ESTA DISPONIBLE, el próximo paso es saber COMO RECIBIRLO.
En lo que a Dios respecta, el COMO DE RECIBIR aquello que El hace disponible para
el hombre es… CREER.
Y aquí estamos en presencia de una de las leyes más grandes que enseña la Palabra
de Dios, la cual establece que:
Cuando se habla de una ley, significa que existe una regla y norma constante e
invariable a que están sujetas las personas o las cosas.
Bajo idénticos parámetros, su cumplimiento es inevitable.
Por ejemplo, la ley de la gravedad establece que todo cuerpo es atraído por una
fuerza hacia el centro de la tierra.
La ley de la creencia establece que aquello que yo crea lo voy a recibir, o en
otras palabras, uno recibe aquello que cree.
Mateo 8:13
Entonces Jesús dijo al centurión: Vé, y como creíste, te sea hecho, y su criado fue
sanado en aquella misma hora.
El centurión creyó que el Señor Jesús sanaría a su criado y qué sucedió? ...
“fue sanado en aquella misma hora ..."
El hombre jamás recibirá las cosas que Dios tiene dispuestas para él por creer lo
que dicen los diarios, por creer lo que diga un líder político o religioso, o por
creer que con ser bueno eso alcanza.
Ahora bien, habiendo aclarado esto, nos toca avanzar para ver cómo uno aprende a
creer o cuál es la fuente para esa creencia que es el cómo para recibir de Dios.
La creencia (en cuanto a los asuntos de Dios) es (viene) por el oír y el oír por la
Palabra de Dios.
La fuente que provee enseñanza correcta en cuanto a cómo creer correctamente con
relación a los asuntos de Dios es, precisamente, la Palabra de Dios, no ninguna
otra fuente.
Podrá haber muchos hombres que digan "... yo tengo mi fe, o yo soy un hombre de
mucha fe ..." pero en verdad, sin un sustento firme de la Palabra de Dios es solo
una frase.
Quisiera que por favor vean esto que es tan tremendo, en el libro de Hebreos.
Hebreos 11:6
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a
Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Este gran versículo nos informa que para acercarse a Dios hay que CREER Y CREER LO
SIGUIENTE:
QUE LE HAY (en otras palabras que existe)
Y (crea también)
¡QUE ES GALARDONADOR DE LOS QUE LE BUSCAN!
Dios desea y espera que los hombres tengan vidas plenas y activas, manifestando Su
poder en el diario vivir y para esto es necesario creer.
Si deseáramos en este momento, definir o presentar la esencia de lo que es creencia
o creer correctamente, debemos ir a la Palabra de Dios y verlo en:
Hebreos 11:1
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Marcos 11:23
Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate
en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo
que diga le será hecho.
Debemos saber que la duda afecta seriamente el ánimo del hombre, sometiéndolo a una
inseguridad en toda su vida.
Debemos buscar estabilidad en nuestro ánimo y esto se logra eliminando dudas que el
mundo genera.
Es la creencia que se basa en la Palabra de Dios, la que permite que las cosas
sucedan y el poder de Dios sea una realidad para nuestro diario vivir. Es la
creencia correcta lo que hace que todo sea posible.
Marcos 9:23
Jesús le dijo: Si puedes creer
al que cree todo le es posible.
Sabiendo esto, somos cada uno de nosotros quienes debemos pararnos firmes,
erradicar dudas de nuestro corazón con la verdad de la Palabra de Dios y decidir
tener esa firme convicción en las promesas de Dios, con el fin de comenzar a vivir
una nueva calidad de vida, una vida con seguridad, con fortaleza interior, con
alegría de vivir, con resultados y fundamentalmente con paz en el corazón.