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Pedro Tomás Gómez Píriz

EL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO
EN EL SIGLO XXI
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sin la autorización previa, expresa por escrito de la Editorial.

© Editorial: FORMACIÓN ALCALÁ.


Pol. Ind. El Retamal Parcela 6 Vial B
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ISBN 1ª edición: 978-84-9976-473-3 D.L.- J-1688-2011
Diciembre 2011
Maquetación, diseño e impresión: Editorial Zumaque
Autor

Pedro Tomás Gómez Píriz


Licenciado en Educación Física (Universidad de Granada).
Doctor en Educación Física (Universidad de Granada). Jugador
de fútbol profesional: Real Betis Balompié, Atco. Sanluqueño,
Granada CF.
Profesor Licenciatura de Ciencias Actividad Física y Deporte (Fa-
cultad Ciencias de la Educación. Universidad de Sevilla): Entrena-
miento Deportivo. Diplomatura de Fisioterapia (Ciencias de la Salud):
Preparación Física. Programas Doctorado, Máster y Expertos Univer-
sitarios en la Universidad de Sevilla. Miembro grupo PAI: Ciencia y
Deporte SEJ-470 (Universidad de Granada). Director de varias Tesis
Doctorales. Numerosas publicaciones en libros, revistas y comunica-
ciones en Congresos, así como participación en proyectos, cursos, con-
ferencias y seminarios impartidos.
Técnico deportivo y entrenador de fútbol juvenil. Preparador físico
de varios equipos como Dos Hermanas, Real Betis Balompié, Xerez CD
y Recreativo de Huelva en 1ª división.

5
Agradecimientos

Esta obra no tendría sentido si no agradeciera especialmente


a los deportistas con los que he compartido los momentos de
inspiración y con los que todo parece más fácil. Ellos han posibi-
litado llevar a efecto lo pretendido, sumergiéndose en un estado
deseado en el que no cuesta ningún esfuerzo trabajar.
A los/as estudiantes, fieles exponentes de las nuevas genera-
ciones, y a los que siempre estoy deseando contarles cosas, para
que nunca desfallezcan en el sentimiento ni en el hábito de apren-
der.
Siempre echamos de menos a colegas que compartan simila-
res ideales, inquietudes, incluso controversias. Para todos los que
se vean reflejados e identificados en mis palabras, y sobre todo
en el entrelíneas, un abrazo de ánimo inmenso. Especialmente a
mi amigo Marcos Álvarez, con el que disfruto sus éxitos como si
fuera yo el que los hubiera conseguido.
A los entrenadores, con los que he convivido muchas horas
de vestuario, como deportista y como preparador físico. A ani-
marlos en su dura tarea de dirigir a tantas personas, y a su cada
vez mayor perseverancia en la mejora de la prestación deportiva.

Para mi familia y amigos.

7
Índice

Prólogo................................................................................. 13
1 Introducción .................................................................... 15
2 Entrenamiento deportivo................................................ 21
2.1 Conceptos básicos de la teoría del entrenamiento de-
portivo......................................................................... 22
2.1.1 Definiciones. Aclaración. Características.
2.1.2 El entrenamiento deportivo como sistema diná-
mico complejo.
2.2 La integración de factores en el entrenamiento de-
portivo.......................................................................... 30
2.3 Principios generales y específicos de estructuración
del entrenamiento........................................................ 35
2.3.1 Leyes fundamentales del entrenamiento depor-
tivo
2.4 Estructuras de entrenamiento: Ejercicios por catego-
rías y grupos musculares............................................. 47
2.4.1. Ejercicios por grupos musculares: Análisis del
movimiento.
2.4.2 Estructuras implícitas en la organización del en-
trenamiento deportivo.
2.5 El deportista como sistema de organización complejo.
Sus capacidades motrices........................................... 53

9
2.5.1 Capacidades motrices. Definiciones. Aclara-
ción. Características.
3 Cualidades motrices de fuerza...................................... 65
3.1 Concepto y factores.................................................. 66
3.2 Momentos de fuerza. Eficacia mecánica y entrena-
miento.......................................................................... 68
3.3 Factores determinantes de la fuerza como cualidad
física............................................................................. 71
3.3.1 Modificaciones en el factor morfológico.
3.4 Clasificaciones y tipos de fuerza............................... 78
3.4.1 Tipos de fuerza.
3.5 Detección de tipologías de fuerza............................. 84
3.6 Manifestaciones de fuerza en el entrenamiento depor-
tivo: movimientos isocinéticos................................... 85
3.7 Manifestaciones de fuerza en el entrenamiento depor-
tivo. Fuerza isométrica máxima................................. 87
3.8 Manifestaciones en el entrenamiento deportivo.
Fuerza dinámica............................................................ 89
3.9 Manifestaciones en el entrenamiento deportivo.
Fuerza velocidad y potencia.......................................... 90
3.10 Metodologías para el entrenamiento de la cualidad
motriz fuerza............................................................... 94
3.10.1 Entrenamiento de la fuerza. Nivel iniciación.
3.10.2 Entrenamiento de la fuerza. Nivel perfeccio-
namiento.
3.11 Evaluación de la fuerza........................................... 114
3.11.1 Evaluación de la fuerza. Categorías por instru-
mentación a utilizar.
4 Cualidades motrices de amplitud de movimiento....... 119
4.1 Concepto de amplitud de movimiento y consideracio-
nes generales.............................................................. 119
4.2 Propiedades de la ADM............................................ 121
4.3 Métodos de entrenamiento de la ADM...................... 123
4.3.1 Técnicas para el entrenamiento de la ADM.
4.3.2 Facilitación neuromuscular propioceptiva.
4.3.3 Evaluación de la amplitud de movimiento.

10
5 Cualidades motrices de resistencia............................... 139
5.1 La resistencia como cualidad motriz.........................
5.1.1 Definición y tipos de resistencia.
5.1.2 Fundamentos del esfuerzo en cuanto a respues-
tas del deportista.
5.1.3 Entrenamiento de la resistencia.
5.1.4 Evaluación de la resistencia.
6 Estudio y entrenamiento de las cualidades coordina-
tivas y la velocidad............................................................. 171
6.1 Cualidades coordinativas. Definición. Clasificación.
Elementos constituyentes............................................. 171
6.2 La velocidad.............................................................. 177
6.2.1 La velocidad y su interrelación con las demás
cualidades.
7 Organización del entrenamiento................................... 183
7.1 Modelos propuestos de organización del entrena-
miento........................................................................... 184
7.1.1 Modelo combinado de cargas acentuadas y con-
centradas individuales.
7.2 La complejidad de la cuantificación de cargas.......... 194
Bibliografía.......................................................................... 207

11
Prólogo

¡Qué difícil es entrenar bien!, de una manera coherente, con-


trolar las variables externas que influyen en el rendimiento, sumi-
nistrarle a cada deportista su dosis adecuada de carga-descanso
para mejorar sus prestaciones en la competición, etc, etc, etc,…
pero sobre todo, qué difícil es que nos pongamos de acuerdo los
profesionales en el concepto de entrenamiento deportivo, lo cual
nos hace tener más dudas sobre nuestro propio trabajo, si va en
buena línea o por el contrario no llegaremos a buen puerto con
nuestra idea. Por este motivo, quiero resaltar el trabajo que se
os presenta como un manual imprescindible para comprender el
concepto del entrenamiento deportivo actual, donde la principal
cualidad que destaco en la obra es la simplicidad con la que el au-
tor ha tratado de exponer lo que muchos profesionales llevamos
años intentando ordenar y aclarar.
Tengo que agradecer a Pedro esta invitación que me hizo a
prologar su primera obra, porque con ello me siento participe de
la idea que ha llevado a plasmar en este libro, es la primera vez
que me siento a leer un libro en mis quince años como profesio-
nal en la preparación física de equipos de fútbol y termino con
una idea clara y sobre todo práctica del objetivo del entrenamien-
to y los medios a utilizar para conseguirlo, pero lo que más me
ha hecho disfrutar de este libro es la interrelación que el autor ha
querido buscar con el lector (le hace partícipe en todo momento
con ejemplos prácticos y discusiones sobre diferentes conceptos
ya establecidos en la literatura del alto rendimiento deportivo), y

13
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

especialmente la fácil comprensión en todo momento, lo cual te


permite una lectura relajada y en ningún momento perder el hilo
de la idea que el autor ha querido transmitir.
Pedro ha sido y es un deportista ejemplar, un estudiante in-
quieto y un profesor metódico, la unión de estas tres cualidades
le hace ser muy insistente a la hora de querer plasmar y mostrar
a todo el mundo cuáles son sus ideas para discutirlas y mejorar-
las en lo posible, por lo que no me cabe la menor duda que al
finalizar esta obra ya tenía en mente las mejoras a realizar para
la siguiente.
Se de buena tinta que a Pedro no le hace falta motivarlo para
que siga sacando a la luz pública sus inquietudes y conocimien-
tos, él siempre ha abogado por la comunicación e intercambio
de información entre todos los profesionales del mundo del alto
rendimiento deportivo y aquí ha dado su primer gran paso, esto
nos debe de servir a todos de ejemplo para que los profesionales
compartamos nuestros conocimientos abiertamente para poder
unificar criterios y mejorar la calidad del entrenamiento, y por
consiguiente, el rendimiento del deportista en la competición.

Marcos F. Álvarez Pérez


Preparador físico en clubes profesionales de fútbol
(Sevilla F.C., Tottenham Hotspur Football Club, Real Madrid,
CSKA Moscú y Dnipro, entre otros)

14
1. Introducción

La ocurrencia de publicar esta obra estuvo sujeta a una serie


de motivaciones que trasciende a algunos años atrás. Fruto de la
preocupación por el desarrollo de la profesión a lo largo de los
tiempos, de su evolución y, de lo que es más importante, de su
proyección al futuro, de ahí el título, este autor se embarca en la
difícil tarea de plasmar en el papel todo aquello que, en principio,
puede ser útil para el lector.
La tipología del lector es trascendental, pero, se ignora. Este
documento podrá estar en manos de expertos y/o inexpertos, para
todos/as espero que sirva. Unos comprenderán el esfuerzo que
supone traducir el trabajo realizado en la práctica con lo con-
trastado en la teoría, y viceversa. Por otro lado, aquéllos que, no
teniendo relación con esta disciplina, quieran iniciarse compren-
derán la dificultad y el nivel de preparación que se les va a soli-
citar. Es esta la cuestión esencial, diferenciar entre el nivel que
personalmente creemos tener y, en cambio, el que el deportista
le va a solicitar.
La mejora en la prestación deportiva como servicio prestado
por alguien a otro con la intención de proporcionarle un instru-
mento está inmersa en todos los órdenes del ámbito deportivo. El
profesional que dirige/gestiona debe mejorar ese servicio que le
presta al deportista. En este proceso de entrenar lo de menos es
quién y lo de más es cómo. Es el proceso el que hace diferenciar a
unos profesionales de otros/as. Es el proceso el que va a permitir
mejorar el producto, estoy convencido de ello.

15
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Todo el protocolo para el procedimiento en cuestión de la pre-


paración deportiva se engendra desde multitud de embriones, se
va a explicar algunos de ellos que ayudarán a entender el sentido
dado al libro.
1. La historia previa del autor.
Las circunstancias que me han acompañado a lo largo de la
vida, la relación constante con la actividad deportiva… recuerdo
a todos y cada uno de mis compañeros, técnicos y demás perso-
nalidades como si fuera ayer. Por otro lado, mi centro de forma-
ción deportiva y humana, en primer lugar tanto en un entorno
más informal, extraacadémica. He contado con una escuela de
formación en la que estaríais muy orgullosos de haber pertene-
cido, tal como yo lo estoy. He vivido situaciones dramáticas y
gloriosas, deportivamente hablando, pero con compañeros/as de
viaje con una denotada habilidad para vivir, para luchar y salir
adelante. A todos/as les agradezco haber subido al mismo tren.
2. Sobre la trayectoria profesional.
Otro embrión lo conforma la trayectoria profesional, corta
y para nada rimbombante. Como deportista primero y después
como técnico. Me ha permitido demostrarme que las cosas, cuan-
do se quiere, se llevan a efecto, que mucho del tiempo que se
dedica a entrenar se lo lleva la selección de estímulos; cuáles
son los más apropiados para tal o cuál situación y para tal o cuál
deportista. Que la adecuación de las circunstancias al objetivo
pretendido tiene tanta o más importancia que el propósito mismo,
entre otras cuestiones porque no serían posibles de conseguir.
Que el análisis exhaustivo de la situación, y todas sus caracterís-
ticas y pormenores asociados, permiten tener la consciencia tran-
quila a la hora de entrenar, permitiendo activar el arte de hacerlo,
ese estado que posibilita transportarse a una dimensión sin igual
en otro contexto.
3. Sobre la formación académica.
Como estudiante primero y profesor después. El poder trans-
mitir un pensamiento contiene fases muy intensas: primero, la
deliberación sobre el mismo, tarea sumamente compleja aun en-
contrándonos en la era del conocimiento. En segundo lugar, la
construcción de lo que quieres transmitir, cómo, con qué infor-
mación verbal y no verbal, con qué canales de comunicación, etc.
Las dos presuponen una proyección hacia la madurez que, aún
hoy, me parece fascinante.

16
Introducción

Recuerdo a todos/as y cada uno de mis compañeros y profeso-


res como si fuera ayer. Tengo permanentemente en mi memoria
sus anécdotas, sus clases, sus aportaciones, sus actos y un sin fin
de vivencias que, aún hoy, me aceleran el ritmo cardíaco.
Tras dieciseis años de docencia en la Universidad, simulta-
neando con colaboraciones como técnico deportivo, en la parcela
de la preparación física en distintos deportes, puedo afirmar que
esta simbiosis Universidad-Empresa-Sociedad es posible, es per-
fectamente factible, siempre y cuando las personas que la com-
ponen lo deseen…
El desarrollo profesional desde un punto de vista académico
amplía el horizonte en materia investigadora, docente y de ges-
tión. El profesionalismo deportivo hace reducirlo hacia factores
de eficacia y resultado. Ambos pueden y deben coexistir, de he-
cho conviven muy bien, eso sí en una batalla desgastadora cons-
tante y continua en la que el único ganador debe ser el deportista.
4. Sobre nuestro sentido profesional.
En otro orden de cosas, el libro está pensado desde una pers-
pectiva innovadora: desde la óptica del esfuerzo.
Al profesional de la actividad física y el deporte se le ha pre-
supuesto un ámbito muy diferente a su formación, y muchos lo
han asumido con éxito. Me explicaré algo mejor: este siglo XXI
debe permitir el encuentro, reencuentro para ser justos histórica-
mente, con nuestro rol en el rendimiento deportivo.
Tanto los técnicos deportivos, en sus distintos niveles, como
los Licenciados en Educación Física, en Ciencias de la Actividad
Física y el Deporte, como los próximos Graduados en Educación
Física, han tenido en sus distintos planes de estudios formación
en las distintas perspectivas científicas. Todas ellas han permitido
que habláramos en el mismo idioma, comunicarnos. No por ello
nos hacen ser especialistas en ninguna de ellas.
Al igual que ninguna Ingeniería hace especialistas en los últi-
mos procedimientos matemáticos, tampoco estaremos obligados
en los recientemente descubiertos en la perspectivas de la Física
y/o Psicología, por decir algunas muy afines al objeto de estudio
en cuestión.
De la misma manera, pero a la inversa, a ningún matemático
se le ocurriría destacarse en ninguna de las ingenierías. El pro-
fesional del deporte, para resumir, es especialista en coordinar

17
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

todas las perspectivas asociadas y que se manifiestan en la activi-


dad física y el deporte en las amplias y numerosas especialidades
deportivas. Éste es el sentido de este documento, un reencuentro
de nuestro objeto de estudio, desde la perspectiva del esfuerzo,
de la propia actividad que se desarrolla.
Se estará en condiciones de explicar ciertos parámetros fisio-
lógicos, p.e., pero desde la óptica de cómo ocurren en la propia
actividad que se desarrolla y, sobre todo, cómo manipular las
condiciones externas para que el proceso de adaptación se lleve
a efecto. Entender los fundamentos para comprender los efectos
deseados dentro de las distintas especialidades deportivas exis-
tentes parece una tarea suficientemente atractiva como para huir
de ella.
5. Sobre la evolución del conocimiento.
Dicho todo lo anterior, se está casi preparado para compren-
der el contenido. A todas luces los fundamentos teóricos, en los
que se sustentan los distintos apartados del libro, se encuentran
en los distintos manuales destinados a ellos, aspecto que, si a
bien lo consideran el lector, podrá profundizar acudiendo a los
mismos.
Es lógico pensar que en la era del conocimiento en la que nos
encontramos, y durante este siglo XXI, escribir algo que ya lo
está no aporta mucho a la evolución de la ciencia. Cualquier per-
sona que se preste en conocer lo específico de una materia tiene
suficiente recursos para satisfacer esa demanda: cursos de for-
mación específica, formación de postgrado, e-learning, la propia
documentación en internet, base de datos científicas, suficiente
material divulgativo, y un largo etcétera.
6. Sobre el título del libro.
La actividad desarrollada a lo largo de la historia por nues-
tros colegas había establecido una orientación cada vez más in-
tegradora de la preparación deportiva. Esta perspectiva es, como
se ha comentado y se defiende a lo largo del libro, inherente a
nuestro objeto de estudio. Romper esta inercia durante este siglo
es, cuanto menos, contradictorio. Explicar el éxito o fracaso de
un comportamiento humano tan complejo como el deportivo tan
sólo por cómo se manifiesta un factor no parece aportar mucho a
la espiral científica contemporánea, labrada durante toda nuestra
corta historia.

18
Introducción

Cualquier materia, en especial las que tratan con humanos,


tienen perfectamente asumido que es la interacción adecuada en-
tre todos los factores que inciden en la conducta la que puede
llegar a explicar su funcionamiento. Muy desarrollado en estas
otras disciplinas durante lo que va de este siglo, y de manera ex-
ponencial sus hallazgos, lo único que nos queda es mantenernos
alerta a estos avances y empezar a introducirlos en el nuestro.
El título hace mención a todas estas circunstancias. A su vez,
esta obra se establece como puente entre una edición impresa,
ésta, y la próxima editable como libro electrónico, sustancial-
mente diferente debido a las actuales metodologías renovadas de
lectura, en las que se pierde la linealidad, característica de las
impresas, a favor de la interactividad del que se sumerge en la
misma, en una nueva forma de aprender similares contenidos.
7. Sobre las herramientas que aporta.
Por último, esa orientación hacia los fundamentos desde el
esfuerzo se hace con el apoyo de datos reales, casos prácticos
que ayudarán a comprenderlo. Las leyes y principios afines al
rendimiento deportivo, y al propósito de la adaptación a sucesi-
vos esfuerzos, cada vez más exigentes, tienen aplicación directa
en la práctica.
El entrenamiento de las cualidades motrices, en una relación
continua entre ellas mismas, está orientado hacia una razón em-
pírica del conocimiento. Es trascendental entenderlas por separa-
do, metodológicamente así es, al igual que comprenderlas en su
conjunto, como en la realidad suceden.
En los últimos capítulos se ha querido incidir en la organiza-
ción del entrenamiento, en la cualificación y cuantificación del
mismo, todos ellos unidos gracias a la evaluación como herra-
mienta básica, incomprensibles por separado. Se deja este ámbito
específico abierto a próximas publicaciones, en preparación, ya
que el asunto requiere una monografía concreta. Posiblemente
sea en lo que más se avance en los próximos años.
Disfrute del libro, sumérjase en las profundidades de lo que
he querido transmitir, arriésguese en continuar la espiral del co-
nocimiento. Innove, crea en el deportista, en sus posibilidades,
mídalo y evalúelo para entender sus potencialidades y no sus li-
mitaciones… Él le responderá.
Con afecto y respeto a todo vuestro esfuerzo.

19
2. Entrenamiento deportivo

En el desarrollo del libro los distintos temas se orientarán a


una serie de objetivos que ayudarán a enmarcar el contenido en el
contexto específico de los mismos, de tal manera que invitamos
al lector a recurrir a la bibliografía referenciada en el caso de
querer profundizar más sobre ellos.
Puede ser, en ocasiones, necesario tener algunos conceptos
previos. Además, por la extensión y por la clara intención del
mismo, son necesarias experiencias prácticas ya que, aunque se
remite constantemente a aspectos empíricos, el sentido asocia-
do en cuestión viene precedido de reflexiones sobre la puesta en
práctica de dichos estímulos de entrenamiento. Cuánta más y
más variada sea la experiencia del lector posiblemente más sig-
nificado tenga el contenido a tratar.
Centrándonos en este primer tema los objetivos tratan de con-
textualizar los términos asociados a la temática, estos son: Pre-
parar al lector y acondicionarlo hacia las actuales características
del ámbito del entrenamiento deportivo:
-- Ubicar al entrenamiento como objeto de estudio científico.
-- Enfocar desde una perspectiva sistémica el proceso de pre-
paración.
-- Simplificar y establecer una concreción del proceso de en-
trenamiento desde las estructuras mayores hasta sus unida-
des básicas.
-- Organizar el pensamiento en cuanto a la necesidad de se-
guir un planning de actuación.
21
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

2.1. Conceptos básicos de la teoría del entrenamiento de-


portivo.
Antes de adentrarnos en aspectos conceptuales, y como a
cualquier actividad que se lleva a cabo en virtud de las particu-
laridades del comportamiento humano, nos exigiremos la obli-
gación primaria de encuadrar este desarrollo terminológico en
un marco único y común. Ya sea desde un ámbito académico
o desde cualquier otro que, aun no siéndolo, realice continuas
aportaciones interesantes e innovadoras a este contexto, ahora
deportivo. La autoexigencia terminológica en materia científica
debe permanecer siempre.
Nuestra manera de pensar y de comunicarnos es determina-
da por cómo somos terminológicamente hablando. La figura 1
muestra como el concepto Metodología en el Rendimiento De-
portivo (M.R.D. en Martín. Acero y Vittori, 1998), característico
de nuestra actuación se ve influido, en mayor o menor medida,
por un paradigma1 predominante. Aun siendo recomendable
orientarse hacia un nivel interparadigmático, esta definición
profesional determina en qué modelo se sustenta y con qué
características se desarrolla nuestra actividad, sobre todo si se
encuentra bajo supuestos compartidos quepermiten a una co-
munidad, en nuestro caso científica,solucionar problemas desde
reglas comunes. Ubicarse en cualquiera de ellos, paradigma cu-
alitativo, cuantitativo, crítico, etc., no es motivo para carecer de
otros fundamentos teóricos que repercutirán en nuestro nivel de
conocimiento (nivel teórico) y desembocarán en nuestra capa-
cidad de desarrollar empíricamente nuestro trabajo. Esto queda
esquematizado en ilustración 1, en ella se puede apreciar la rel-
ación entre el nivel empírico, puesta en práctica, y los distintos
niveles que caracterizan y deben fundamentar la actuación di-
recta, en la cancha, del entrenador.
Dicho de otra manera: los conceptos que utilizaremos deben
tener como base la terminología trascendente desde el punto de
vista científico. Hablar con un mismo lenguaje, como se puede
entender, nos categoriza como profesionales; ¿por qué llamar a
algo de una manera cuando otros lo entienden de otra?, ¿por qué
1 Ling. Cada uno de los esquemas formales en que se organizan las palabras
nominales y verbales para sus respectivas flexiones (RAE, 2010. En adelante,
y para evitar fatiga en la lectura, las definiciones de similares características
corresponden a la misma fuente).

22
Entrenamiento deportivo

definir algo que ya está definido? No debería existir ningún te-


mor a llamar a las cosas por su nombre.

Ilustración 1. Estructura del lenguaje científico (Martín-Acero y Vittori,


1998)
Por tanto, no es excusa ser más práctico, expresión bastante
habitual en el ámbito del deporte, sin un fundamento paradig-
mático, de la misma manera que no lo es tampoco ser más teóri-
co, bastante común en espacios académicos,sin un fundamento
empírico/real.
Observa lo que indica Martin D. Carl K. y Lehnertz K (2001)
referente a este tema:
Una metodología del entrenamiento tiene como función, en
tanto que teoría de la actividad de entrenamiento, elaborar y
estructurar las categorías fundamentales y los niveles jerárqui-
cos de la práctica, basándose en análisis de las exigencias del
rendimiento deportivo (es decir, de las normas del rendimiento
establecidas), y considerando los postulados científicos y la ex-
periencia práctica del entrenamiento. Además, hace falta esta-
blecer relaciones entre los elementos, precisar el propio lenguaje
de la especialidad, elaborar reglas y principios de la actividad, y
examinar la consistencia lógica, la exactitud léxica y la eficacia
práctica.
Esta dinámica implica en el ámbito del entrenamiento, en
ocasiones, tener postulados sin consistencia, fuera de toda rea-
lidad práctica, en un intento ficticio de establecer un campo de
conocimiento sin lógica alguna, limitando y oscureciendo lo que

23
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

se desea transmitir, sin cumplir principios básicos del método


científico. Esto ocurre en aquellos casos en los que los resulta-
dos de investigación no son producto de verdaderos problemas
científicos, o cuando lo son, no llegan a transmitirse de manera
adecuada a los verdaderamente interesados en los mismos. Sen-
cillamente suponen un alejamiento tácito de entornos, entre nive-
les teóricos y empíricos,y no repercuten positivamente en nuestra
orientación en materia de formación profesional.
2.1.1. Definiciones. Aclaración. Características.
La confusión de términos como, por ejemplo Preparación2
La confusión de tér- del deportista y entrenamiento3, es común en nuestro ámbito,
minos como, por
ejemplo Preparación siendo un tema todavía actual (Feriche & Delgado, 2003) y exis-
del deportista y Entre- tiendo muchas manifestaciones para referirnos a lo mismo.
namiento, es común en
nuestro ámbito. Entrenamiento deportivo vs Preparación del deportista

Existen algunas acepciones que mezclan ambos términos (Ta-


bla 1).
Definición Origen
Entrenamiento implica la existencia de un plan en
el que se definen los objetivos parciales, además
de los contenidos y de los métodos de entrena- (VV.AA, 1992)
miento, cuya realización debe evaluarse mediante
controles del mismo
Programa de ejercicios pensado para ayudar a
aprender las destrezas, mejorara la condición físi-
(Kent, 2003)
ca, y, en consecuencia, para preparar al deportista
para una competición concreta (p.257)
La forma fundamental de preparación del depor-
tista, basada en ejercicios sistemáticos y la cual re-
(Matvéev,
presenta en esencia, un proceso organizado peda-
1983)
gógicamente con el objeto de dirigir la evolución
del deportista (su perfeccionamiento deportivo)
Una actividad de búsqueda continua de los límites
físicos a los que puede llegar el ser humano en
(Sánchez Ba-
el contexto de la competición deportiva, bajo el
ñuelos, 1992)
método científico y el abandono sistemático del
método empírico
2. 1. tr. Prevenir, disponer o hacer algo con alguna finalidad. 7. prnl. Disponerse,
prevenirse y aparejarse para ejecutar algo o con algún otro fin determinado.
3. 1. tr. Preparar, adiestrar personas o animales, especialmente para la práctica
de un deporte.
24
Entrenamiento deportivo

*Nótese la mezcla, y por lo tanto incertidumbre, generada entre am-


bos términos.
Tabla 1. Definiciones relacionadas con los términos. Entrena-
miento deportivo y preparación del deportista* en literatura es-
pecífica.
La preparación del deportista indica una disposición del mis-
mo a los logros deportivos. Es un estado dinámico complejo, es
trascendental este término, y que se caracteriza por el nivel al-
canzado en la capacidad y disposición motriz en relación con
el entorno. Capacidad que depende, entre otros, del grado de
perfeccionamiento de los indispensables hábitos y habilidades;
disposición de la técnica, táctica y estrategia para el rendimiento.
El deportista estará preparado en función de su disposición, de su
habilidad, en hacer lo encomendado en su práctica deportiva, es
decir, mejorar sus prestaciones.
Como se aprecia no es más que un estado (dinámico y com-
plejo) en el que el deportista se encuentra fruto de su prepara-
ción. Todos los factores que se aplican en conjunto dentro de un
determinado sistema conforman los elementos de la preparación
del deportista. De este modo: la preparación del deportista es un
proceso multifacético de utilización racional del total de factores
(medios, métodos y condiciones) que permiten influir de manera La preparación del
deportista es un pro-
dirigida sobre el crecimiento del deportista.4 ceso multifacético de
El término entrenamiento se relaciona con el proceso.����
Ver- utilización racional
del total de factores
joshanski (1990) lo definió de manera acertada como: proceso (medios, métodos
planificado que pretende o bien significa un cambio (optimación, y condiciones) que
estabilización o reducción) del complejo de capacidad de ren- permiten influir de
dimiento deportivo (condición física, técnica de movimiento, tác- manera dirigida sobre
el crecimiento del
tica, aspectos psicológicos). deportista.
Sobre la base de esta terminología el concepto de Planifi-
cación del entrenamiento en la actualidad debe someterse a al-
gunas modificaciones. Existe una idea clara: diseñar un plan de
trabajo en materia de entrenamiento deportivo supone una adap-
tación de todas las medidas a corto y largo plazo del proceso de
entrenamiento hacia el alcance previsto de la forma deportiva (en
referencia a la unión inquebrantable entre la capacidad óptima de
4. El documento adaptado para esta reflexión tiene como origen la obra de
Matvéev (1983) Fundamentos del entrenamiento deportivo. Ed. Raduga:
Moscú. De esta manera se resalta la necesidad de recuperar documentos
originarios e históricos del fundamento deportivo.

25
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

rendimiento y la disposición para el rendimiento) (Verjoshanski,


1990, pág. 9)
El concepto de Disposición para el rendimiento tiene espe-
cial relevancia al incidir en la necesidad de incluirlo como ele-
mento inmerso en el proceso, es decir, como estímulo sin el cual
es imposible la preparación del deportista. Como se desarrolla-
rá en posteriores capítulos, si la concepción del entrenamiento
está cambiando continuamente, progresa y evoluciona, ¿por qué
no se encuentra ese mismo avance en cómo afrontarlo u orga-
nizarlo?. La disposición al rendimiento encierra mucho más que
el entendimiento de saber que el deportista se prepara para ello;
el deportista se prepara con ello, solo así es posible su mejora y
perfeccionamiento.
El deportista alcanza De una manera más clara, los técnicos deben asociar el pro-
niveles óptimos si ceso de preparación con el de competición. El deportista alcanza
dentro de su entre- niveles óptimos si dentro de su entrenamiento se ha incluido la
namiento se ha inclu-
ido la competición
competición como elemento insustituible, que aglutina y da sen-
como elemento insus- tido al desarrollo de los distintos factores de rendimiento.
tituible, que aglu-
tina y da sentido al 2.1.2. El entrenamiento deportivo como sistema dinámico com-
desarrollo de los dis- plejo.
tintos factores de ren-
dimiento. La dinámica de complejidad progresiva se inmiscuye cada
vez más en el ámbito del entrenamiento deportivo; ¿Qué es esto
de la dinámica compleja? Como se sabe, los comportamientos de
deportistas se encuentran inmersos en complejos sistemas que
están cambiando continuamente debido a las propias caracterís-
ticas de ellos y, a su vez, del contexto. Cuando se trata de es-
tablecer relaciones para aumentar el rendimiento deportivo nos
encontramos con una serie de elementos (deportistas, técnicos,
familias, seguidores, directivos, etc, la sociedad en general) que
al interactuar hacen influir al deportista de manera casi imprevi-
sible. Un mismo estímulo (entrenamiento) supone muchas for-
mas de respuestas. El mismo, en otro deportista o momento, no
produce los mismos efectos.
Este documento manifestado a comienzos del siglo pasado
(Navarro J. , 2001) ayudará a entender la imposibilidad de des-
prender estos acontecimientos de la vida del deportista, al ser un
fenómeno inherente al comportamiento humano.

26
Entrenamiento deportivo

Si conociésemos exactamente las leyes de la naturaleza y la


situación del Universo en el momento inicial, podríamos predecir
exactamente la situación de ese mismo Universo en un momento
posterior. Pero, aun cuando se diese el caso de que las leyes de la
naturaleza no tuvieran ningún secreto para nosotros, incluso así
sólo podríamos conocer la situación inicial aproximadamente. Si
esto nos permitiese predecir la situación siguiente con la misma
aproximación, eso es todo lo que necesitamos y diríamos que el
fenómeno habríase predicho, que está gobernado por leyes. Pero
no siempre es así; puede ocurrir que pequeñas diferencias en las
condiciones iniciales las produzcan grandes en el fenómeno final.
(…) La predicción se hace imposible y aparece el fenómeno fortuito.
(Declaración de Henry Poincaré (Science et Méthode, 1908) en
la que queda reflejada la esencia del caos. Haría falta casi un siglo
para que la ciencia afrontase su estudio) tomado por Crutchfield et
al. (1987, p. 80).

El gran matemático francés pronosticó el tiempo que necesi-


taríamos para afrontar esta temática científicamente. Todavía en
fase embrionaria en el ámbito del entrenamiento deportivo, ya
existen indicios esperanzadores al respecto en otras áreas y se
ha madurado mucho sobre el desarrollo de modelos específicos
sistémicos. También es cierto que a medida que la especialidad
deportiva es más compleja, en términos de número de interac-
ciones posibles, el modelo gana en dificultad o enredo debido a
dicha concurrencia (Martín Acero & Lago, 2005).
Una aplicación meritoria, aunque no concluyente, centrada en
un ámbito del entrenamiento deportivo es el PerPot metamodel,
propuesto por Perl (Torrents, 2005), que describe, básicamente,
la dinámica no lineal de la interacción entre cualquier tipo de
carga con el rendimiento mediante el uso de flujos retardados
entre potenciales teniendo en cuenta que el input introducido por
la carga produce, simultáneamente, un potencial de estrés y de
respuesta.
Gráficamente la complejidad de establecer un atractor, punto
de equilibrio del sistema producto de la interacción de la multi-
tud de factores, es similar a una balanza de tantos brazos como
número de ellos se relacionan (Ilustración 2). Sobre la base de
esta idea cualquier modificación de algunos de los factores de
rendimiento produce una alteración del sistema. Se estaría en dis-
posición de entender que, y en aplicación directa al entrenamien-
to, una modificación en una cualidad motriz, por ejemplo, lleva

27
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

consigo un movimiento de las demás, algu-


nas hacia arriba y otras en sentido contrario.
Este dinamismo es particularmente práctico
y de especial interés en la organización del
entrenamiento.
Conceptualización sistémica del entre-
namiento deportivo.
La teoría del caos es aplicable a la canti-
dad de interacciones ocultas, desconocidas,
que se dan en materia deportiva, y ha dado
pie a la explicación del Modelo sistémico en
entrenamiento deportivo5. Su interrelación,
Ilustración 2. Balanza multifactorial implícita
en el proceso de entrenamiento deportivo. como indica el texto, será difícil evaluarla,
controlarla y/o manipularla con programas
de entrenamientos habituales o entendidos bajo una visión tra-
dicional. Nos tendremos que acostumbrar a entenderlo como un
sistema dinámico complejo al que aspiramos a comprender en
este siglo XXI.
Es necesario, pues, modificar el enfoque con el que afrontar
el entrenamiento bajo una perspectiva contemporánea. He aquí
algunas características basadas en esta teoría que ayudarán, con
interpretaciones reales, a darle sentido en nuestro campo especí-
fico:
-- Tratamos con un conjunto de individuos o grupos interrela-
cionados, y de cuyas interacciones surge un comportamien-
to como un todo, como organización en conjunto. Procurar
y dar posibilidades a estas interacciones con decisiones
didácticas adecuadas propiciará que ese comportamiento
total del grupo sea mayor que la suma del de cada uno de
sus miembros.
-- En el desarrollo deportivo debemos ser conscientes de las
existencias de sistemas, subsistemas y suprasistemas, cada
uno de ellos en perfecta armonía con el predecesor. Hay que
considerar que las actuaciones individuales están sujetas a
las necesitadas por el grupo, y las de este, a su vez, depen-
diente de la entidad, como sistema superior, y todo ello en-
marcado dentro de una sociedad, y así sucesivamente.
5. Se recomienda la lectura de la tesis de Torrents Martín, C. (2005) La teoría de
los sistemas dinámicos y el entrenamiento deportivo Universitat de Barcelona.
INEFC. http://www.tesisenxarxa.net/TDX-0907105-105035/#documents

28
Entrenamiento deportivo

-- Introducirse en el interés por los problemas de relación, de


estructura, de interdependencia nos facilitará las líneas de
actuación a seguir. La búsqueda de problemas relevantes
ayudará a no centrar al grupo en situaciones individuales
o egocentristas. Sin embargo, entender las circunstancias
como de todos permitirá su resolución conjunta, más sen-
cilla y rentable.
-- En nuestro contexto hay que dar posibilidades a la apari-
ción de emergentes, no se está capacitado para limitar el po-
tencial de las personas. Cada día se debe dar posibilidades
de aparición de habilidades desconocidas por los distintos
miembros del grupo. Ello hará que cada uno pueda manifes-
tarse tal como es, permitirá su desarrollo dentro del grupo,
se esforzará al máximo y se identificará con el mismo.
-- Los análisis y valoraciones detectan la existencia de pun-
tos clave de confluencia y de influencia. El objetivo en el
control del proceso estará supeditado a la búsqueda de esos
elementos claves, identificados como puntos de unión y an-
claje que mantienen al sistema y reequilibran al mismo.
-- El proceso se encuentra en constante intercambio con su
entorno, que a su vez es cambiante.
-- La estructura está basada en el funcionamiento, tratando de
ejecutar las acciones que le son encomendadas. En ningún
trabajo se entiende que se establezca una serie de activida-
des que en ningún momento se llevarán a cabo, es, por tan-
to, el dinamismo una característica básica de la complejidad
del sistema en el deporte.
-- Con mecanismos de retroalimentación negativos y positi-
vos, inmersos en el mismo proceso.
-- En complejidad creciente (mayor autonomía con respecto
al medio). El sistema evoluciona de tal manera que él mis-
mo contempla dicha posibilidad de independencia.
-- Sistemas inventados. El conjunto de todos los elementos
implicados en el proceso de entrenamiento relacionados
entre sí contribuyen a determinarlo como único y progre-
sivamente nuevo, sujeto a variedades dado su dinamismo y
contextualización.
-- Sistemas de roles. Esa interrelación es realmente de pape-
les a desempeñar, cada función está desempeñada por un

29
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

miembro, grupo o conjunto de funciones que distinguen al


sistema.
-- Sistemas intencionales. En el que todos los elementos con-
tienen una determinación voluntaria en orden a un fin a con-
seguir por el propio sistema.
Si reflexionamos sobre lo que habitualmente hayamos en el
quehacer diario, en grupos o entrenamientos individuales, algu-
nas de las anteriores características las reconocemos en conduc-
tas que, sorpresivamente, se han dado. Esta circunstancia permite
ver la obviedad de que nos encontramos en sistemas de carac-
terísticas similares a las descritas; ¿Qué pasaría si las detectá-
ramos previamente?, ¿Y si las manipuláramos en beneficio del
proceso?. No cabe duda que si se incluye dentro de un programa
de entrenamiento se estaría en opciones claras de encontrar una
dimensión interesante de la preparación deportiva.

Pienso que el siglo XXI será el siglo de la


complejidad (Stephen Hawking)

2.2. La integración de factores en el entrenamiento depor-


tivo.
Durante el siglo pasado se hicieron grandes esfuerzos para
Existen tantos facto- consolidar la idea de que existen tantos factores que determinan
res que determinan el
rendimiento depor- el rendimiento deportivo que es inviable dotar de todo el prota-
tivo que es inviable gonismo a alguno de ellos por encima de los demás. Se afianzó
dotar de todo el pro- el proceso por el cual todos los especialistas componentes de la
tagonismo a alguno
de ellos por encima de
dirección de equipo aunarían esfuerzos en post de una prepara-
los demás. ción adecuada a los tiempos.
Se comenzó a aclarar que el proceso de entrenamiento tendía
hacia una concepción técnica/táctica/estratégica/teórica/física/
psicológica, entre otras, y que las ganancias en una no tenía sen-
tido con las pérdidas de las demás, e incluso que el buen trato de
cualquiera de ellas debía repercutir en la mejora de sus compañe-
ras de viaje, y viceversa (Figura 1).

30
Entrenamiento deportivo

OTRAS PERSPECTIVAS COMPORTAMIENTO


CIENTÍFICAS MOTOR

BIOMECÁNICA FISIOLOGÍA DEL


DEPORTIVA EJERCICIO

SISTEMAS DINÁMICOS COMPLEJOS DEPORTIVOS


Figura 1. Perspectivas científicas básicas de apoyo al entrenamiento
deportivo, adaptado de Gutiérrez (1998)
La integración de factores de rendimiento en el entrenamiento La integración de fac-
como paradigma resulta más fructífera cuanto más compleja es tores de rendimiento
en el entrenamiento
la especialidad deportiva. Es obvio entender que, por ejemplo, en como paradigma
la especialidad de rugby el buen control de las líneas de juego, resulta más fructífera
la sincronización entre todo el equipo poseedor de balón, o del cuanto más compleja
es la especialidad
equipo del defensa que ataca a éste, forma parte de un engranaje deportiva.
muy sofisticado. Estas especialidades en las que existe coopera-
ción y oposición, y se disfruta en espacios compartidos, tienen
mucho que decir, y que aportar, a esta nueva conceptualización
del entrenamiento integrado.
Veamos un ejemplo resumido de una situación de entrena-
miento bajo esta perspectiva. Como primer caso práctico, habi-
tual a lo largo del libro, se expone una situación de entrenamiento
en el que es fundamental el análisis y reflexión dirigidos hacia la
intencionalidad de la tarea.
Caso práctico 1. La integración de factores en el entrenamiento
deportivo en fútbol
Se parte de una situación general de juego (p.e. Ilustración 3)
en el que se puede describir como desde un 3X2 se culmina con
éxito (remate 3Xportero) A todas luces, aparentemente, se ha re-

31
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

suelto de manera adecuada, sin embargo desde un análisis táctico


más profundo fruto de una metodología observacional sistemáti-
ca, y en búsqueda de intenciones de mejora en alto rendimiento,
esto no sería así.

AT3
AT2

9
7
2
AT1
1

Ilustración 3. Situación general de análisis juego.


Si subdividimos esta jugada en tres análisis tácticos indepen-
dientes (AT1, AT2 y AT3) nos convendría generar algunas situa-
ciones para desarrollar conceptos básicos del deporte en cuestión:
- AT1: se parte de un 3X2, la decisión tomada por el futbo-
lista es incorrecta. Como regla general toda situación de su-
perioridad no puede ser rechazada y convertida en otra en
inferioridad (1X2).
- AT2: una vez cometido el error (1) y a falta de ayudas de
compañeros (2) el jugador número 2 decide confiar en sus
habilidades y salva la situación superando a los dos defen-
sas (si éstos fueran de nuestro equipo bien vendría un pro-
grama de reorganización táctica), dando lugar a una situa-
ción bastante ventajosa e inusual de nuevo en superioridad
clara 3Xportero.
- AT3: el jugador 2 ha fijado al portero y cede el balón a un
compañero en mejores condiciones.
Desde el punto de vista de la mejora constante de hábitos esta
nueva dimensión, producto del metanálisis propuesto, nos inte-
resa bastante ya que es el origen del desarrollo de programas de
entrenamiento individuales/grupales o de equipo. De tal mane-
32
Entrenamiento deportivo

ra que aislaríamos estas tres situaciones tácticas para entrenar,


aunque no se perdería de vista el concepto global del juego. Tal
como refleja la Ilustración 4,
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las decisiones individuales se en-
cuentran concéntrica y jerárquicamente organizadas en función
del grupo y del equipo (1), no siendo conveniente asilarlas sin
nexo de unión entre ellas (2).
1 2

Ilustración 4. Sobre dos formas extremas de considerar la interacción


de contenido táctico entre deportista/grupo/equipo.
Una vez realizado este paso previo de análisis estructural del
juego y decidido el espacio, los componentes y la intencionalidad
de la tareas a proponer, a diseñar en conjunción con el equipo téc-
nico competente, se determinan los tiempos de ejecución sobre
la base de incidir en un tipo de esfuerzo específico, resistencia
específica, directamente relacionado con el componente físico/
motor.
Estos tiempos no deben ser caprichosos, ni debe fomentarse
la asiduidad de siempre los mismos tiempos estandarizados. Por
profundizar más en la cuestión, dando una vuelta de tuerca más,
se proponen dos estrategias de entrenamiento:
1. Los tiempos deben ser similares a los que se dan en com-
petición. Esto queda resumido, p.e. en Tabla 2 (10 Secuencias
de intervalos trabajo/descanso real en fútbol). Estos datos, sólo
se muestran 10 para sintetizar el ejemplo, han sido extraídos de
competición (sin publicar, existe una variable fuente bibliográ-
fica en cuanto a este objeto de estudio y en distintos niveles). La
evolución a lo largo del partido nos da otra información válida
para la construcción de los tiempos de trabajo/descanso (Ilus-
tración 5). Visión general de evolución trabajo/descanso en fút-
bol) al principio o final del partido, además de distintas decisio-
nes técnico/tácticas que formarán parte de la intencionalidad de
los entrenamientos.

33
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Intervalos Esfuerzos Recuperación


1 50,82 24,12
2 51,16 35,07
3 112,35 17,6
4 26,28 5,94
5 48,63 15,22
6 19,32 11,33
7 8,21 96,61
8 14,61 28,04
9 5,23 109,15
10 3,99 30,77
Tabla 2. 10. Secuencias de intervalos trabajo/descanso. Caso
práctico 1.

Relación
Relacionesfuerzos recuperación
esfuerzos/Recuperación

180

160

140

120
Segundos

100

80

60

40

20

Esfuerzos Recuperación

Ilustración 5. Visión general de evolución trabajo/descanso en fútbol.


2. La señal de partida/finalización del ejercicio no debe ser
conocida por los deportistas. Esta decisión es adecuada, desde el
punto de vista del aprendizaje motor. Los deportistas deben estar
y permanecer alertas durante la ejecución de la tarea. Informa-
ciones como …quedan 10 segundos, …cada repetición durará

34
Entrenamiento deportivo

2 min. ó …faltan 5 segundos para comenzar de nuevo, no serían


las más recomendables.
Todos los feedbacks administrados deben ser orientados hacia Todos los feedbacks
los objetivos de tarea sobre la base de lo observado en compe- administrados deben
ser orientados hacia
tición. La integración tiene como elemento central la idoneidad los objetivos de tarea
de la situación para los fines perseguidos, obviamente cualquier sobre la base de lo
requerimiento de preparación deportiva integra todos los facto- observado en compe-
res, por lo que la manera de esperar que el deportista se adapte, tición.
y solicitarle mejor rendimiento, pasa por examinar concienzuda-
mente qué se le va a pedir al mismo y presentarle situaciones en
las que pueda manifestarlo.
Por último, algo inherente a la capacidad del deportista en es-
tas especialidades deportivas pasa por la capacidad del mismo en
analizar y decidir para después ejecutar. Al respecto el concepto
de visión del juego toma un protagonismo esencial. En la obra
de Fradua (1997) se puede encontrar un alegato al entrenamiento
para la obtención de la información válida, aprender a ejecutar
las acciones previo análisis de los estímulos que aparecen y a
actuar conscientemente. Estas secuencias están implícitas en la
elaboración de las tareas, de todas e independientemente del ob-
jetivo de las mismas. Que todos los deportistas no perciben lo
mismo es algo evidente, sobre todo si no ven lo mismo.
Se ha expuesto una situación que debería ser habitual bajo la
perspectiva de integración de factores. La implicación técnica, La implicación téc-
táctica y estratégica junto con la emocional, social y cognitiva nica, táctica y estra-
tégica junto con la
conlleva una visión contemporánea y diferenciadora de los fun- emocional, social y
damentos que interactúan en la progresiva complejidad del en- cognitiva conlleva una
trenamiento. visión contemporánea
y diferenciadora de
2.3. Principios generales y específicos de estructuración del los fundamentos que
interactúan en la pro-
entrenamiento. gresiva complejidad
Realizar un breve recordatorio, mejor reconceptualización, del entrenamiento.
del apartado referido a las leyes fundamentales del entrenamien-
to no está de más. Hay que tener en cuenta que este apartado no
ha sido visto como muy atractivo, a veces demasiado complejo,
mal explicado o, simplemente, mal entendido. En cualquier caso,
si dijéramos que no es posible entrenar sin un concepto claro y,
sobre todo, práctico, de esta temática nadie se debería de sentir
extraño. Sin embargo no estaría nada mal profundizar y reflexio-
nar con documentos especializados en la materia.

35
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Las leyes tienen una validez genérica, consustancial


a cualquier comportamiento humano, y/o específica, efecti-
vamente también en el comportamiento motor, que siempre
deben tenerse en cuenta para la estructura y el proceso de
entrenamiento.
Todas las leyes y principios de entrenamiento se fundamentan
Todas las leyes y
principios de entre- en aspectos integrales, sí de nuevo, aspectos que integran a todos
namiento se funda- los factores que inciden en el rendimiento. Tradicionalmente se
mentan en aspectos han relacionado casi exclusivamente con aspectos biológicos. El
integrales, sí de
nuevo, aspectos que proceso de entrenamiento es un proceso de dosificación de estí-
integran a todos los mulos a los cuales se adapta el organismo dependiendo de multi-
factores que inciden tud de factores. Por tanto, diferentes personas y, más en distintos
en el rendimiento.
contextos, se encontrarán inmersos en desiguales procesos de
Adaptación en el tiempo y en el transcurso. Estas características
se dan a diario en nuestro proceso de entrenamiento.
Este bloque temático ha carecido de cotidianidad, se ha lle-
vado a lo más oscuro y no se le ha dotado de realismo, se podría
decir que se ha visto como poco práctico. Algunas de las ma-
nifestaciones de los estudiantes y entrenadores durante diversos
procesos de formación al respecto así lo indican. Resaltamos al-
gunas cuestiones:
1. ¿Se puede adaptar el sistema del deportista al proceso de
supercompensación? Respuesta: Sí, rotundo, el deportista
aprende y debe ser consciente a que todo el proceso de en-
trenamiento supone una organización de estímulos que po-
sibilitarán supercompensar.
2. el principio de multilateralidad ¿sólo se daría en el co-
mienzo del proceso de adaptación? Respuesta: No rotundo,
durante la temporada, y durante toda la vida del deportis-
ta, existen suficientes fundamentos para acudir a ejercicios
que cumplen preferentemente este principio cada vez que
se necesite, independientemente de la estructura de entre-
namiento.
3. Por tanto, los principios que suceden cuando se orienta la
adaptación hacia una especialidad deportiva ¿sólo y exclu-
sivamente se dan en deportistas de una determinada carac-
terística? Respuesta: en general, hablar de exclusividad en
materia de entrenamiento no hace más que incurrir en error.

36
Entrenamiento deportivo

Se puede hablar del uso preferente de principios de entre-


namiento que se dan en una fase del proceso de adaptación,
pero no de manera exclusiva.
La adaptación de un deportista al entrenamiento es tanto un
fin a conseguir como un proceso (Ilustración 6), que requiere el
tiempo necesario al ajuste con el estímulo presentado. Supuesto
que siempre es perseguido a distintos niveles de preparación,
en general superiores, y también inferiores en procesos de de-
sadaptación. Durante el mismo se dan un conjunto de fases, a
su vez originarias de distintos fenómenos, que se entremezclan
conviven y cohabitan en armonía. Si esta unión de características
simultáneas y diferentes pero acordes, bien concertadas y ade-
cuadamente pausadas, se rompiera, el proceso dinámico de suce-
sivas adaptaciones deja de existir.
Todos estos procesos que se dan en la adaptación del sistema
a condiciones nuevas tienen unas características concretas y pe-
culiares. Por un lado, sería fácil comprender como suceden en
el mismo tiempo, este solapamiento, total o parcial, es la prim-
era característica. El error en el entendimiento de estos procesos
es creerlos aisladamente, sin interrelaciones, las complementa-
riedades la segunda característica. Y, sin ser una contradicción,
como tercera, se excluyen, es decir, algunos procesos deben
darse anulando la presencia de otros (exclusión).
Definir, estructurar y analizar este ámbito es posible si
metodológicamente seccionamos las partes de las que se com-
pone. Pero es sólo para el entendimiento, para la comprensión
y correcta interpretación, debemos recurrir a la capacidad para
conectar todas ellas, a no perder nunca la visión global.
El mapa conceptual referido (ilustración 6. Mapa conceptual
adaptación al entrenamiento deportivo) ayuda a entender que,
aunque el proceso de adaptación ha sido explicado biológica-
mente, el mismo está sujeto a una visión más integral.

37
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Ilustración 6. Mapa conceptual adaptación al entrenamiento deportivo

2.3.1. Leyes Fundamentales del Entrenamiento Deportivo


El entrenamiento en sí debe respetar leyes inherentes a la con-
dición humana. El sometimiento a estímulos continuos no debe
sobrepasar los límites de lo racional, esa administración debe
fundamentarse en la lógica, y cuando esto no se cumple se estará
predestinado a dar palos de ciego, dirigidos hacia ningún sitio.
Analizar los siguientes enunciados debe suscitar reflexiones
interesantes que en el desarrollo de este tema tendrán sentido y
fundamentan su entendimiento:
La adaptación como -- La adaptación como producto de una relación lógica entre
producto de una rela-
ción lógica entre las
las cargas de entrenamiento y las capacidades disponibles
cargas de entrena- del deportista.
miento y las capaci- -- Entender las reglas y axiomas que fundamentan la adapta-
dades disponibles del
deportista. ción es comprender el proceso de entrenamiento como de
continua interacción entre las distintas preparaciones del
deportista.
38
Entrenamiento deportivo

-- La organización, planificación y estructuración del entre-


namiento debe propiciar que el ciclo adaptación/desadapta-
ción/readaptación mantenga viva la llama de los efectos de
los estímulos.
-- El estímulo debe ser aquél mínimo para que sea suficiente El estímulo debe ser
para conseguir los efectos del entrenamiento. aquél mínimo para
que sea suficiente para
Hans Hugo Bruno Selye tuvo que pensar algo parecido a esto conseguir los efectos
(Ilustración 7): del entrenamiento.

SEÑORES: TODA LA CUESTIÓN EN


EL PROCESO DE ENTRENAMIENTO ESTÁ
EN PERMITIR QUE EL SISTEMA SE ADAPTE,
DESEQUILIBRARLO, REEQUILIBRARLO, PERMI-
TIR QUE SE READAPTE... Y ASÍ SUCESIVAMENTE
ANTE MODIFICACIONES CONSCIENTES E INTEN-
CIONALES DE LAS CONDICIONES EXTERNAS
(ESTÍMULO).

Ilustración 7. Selye.
2.3.1.1. Ley de Selye o del síndrome general de adaptación.
Como punto de partida hay que saber diferenciar la adapta-
ción como proceso a conseguir, progresivamente a mayores es-
tímulos, y esta ley o síndrome general de adaptación, divulgada
desde Selye (1952), explica uno de los procesos implicados en
ese fin perseguido.

39
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

La suma de reacciones generales inespecíficas del organismo


consecutivas a una exposición, repentina o continuada, es decir,
a un stress o, en nuestro caso, un estímulo de entrenamiento com-
prende tres etapas: reacción de alarma (choque y contrachoque),
fase de resistencia y estado de agotamiento (Ilustración 8). Esto,
básicamente, es lo que sucede cuando se entrena, el estímulo de
entrenamiento produce un estado de alarma, el sistema se resien-
te y desciende sus niveles iniciales, p.e.; al realizar un ejercicio
intenso, tanto que se tenga que utilizar energéticamente el ATP de
reserva muscular, después de ejecutarlo esos niveles descienden.
Algo así es generalizable a todos los sistemas de los que dispone-
Es habitual que des-
pués de un entrena- mos, sin ir más lejos, es habitual que después de un entrenamien-
miento intenso los/as to intenso los/as deportistas estén más irritables y ariscos, he aquí
deportistas estén más una muestra más del aspecto integral del proceso.
irritables y ariscos.
De manera natural tendemos al equilibrio (homeostasis, este
concepto es muy aplicable a los principios de entrenamiento), es
ésta la explicación de las reacciones inespecíficas que antes se
comentó.
El sistema siempre tiende a reponer esos déficits provocados.
Estos procesos provocan un estado de alarma en el organismo
en su conjunto. Se cuenta con mecanismos para intentar paliar
dichos efectos, se busca la manera de que no vuelva a suceder,
¿Cómo?, lo veremos en los siguientes procesos.
específica
cruzada
RESISTENCIA

PERIODO: REACCIÓN DE ALARMA PERIODO DE RESISTENCIA PERIODO DE AGOTAMIENTO

Ilustración 8. Síndrome de Adaptación General. Tomado de la obra


original Endocrinología, de Hans Selye (1952, 116)
2.3.1.2. Ley de Schultz-Arnodt o ley del umbral.
La intensidad del entrenamiento es determinante en los resul-
tados de éste. Para ello el estímulo de entrenamiento debe tener

40
Entrenamiento deportivo

unas características concretas y dependerá de muchas circuns-


tancias. En ocasiones deberá superar un umbral de intensidad
mínimo para poder desencadenar una respuesta ulterior de adap-
tación, en otras no tendrá que ser excesiva, puesto que puede
desencadenar reacciones poco saludables para el deportista y
contrarias al objetivo pretendido.
Pero no todo se mide por superar, o no superar, un estímulo
mínimo o máximo; los objetivos a conseguir, la cualidad a desa-
rrollar, las condiciones del deportista, los estímulos anteriores,
los posteriores, es decir, el programa y la planificación a llevar
a cabo (organización del entrenamiento), y un sin fin de motiva-
ciones harán que la aplicación práctica de la ley del umbral se
realice de manera adecuada.
En cualquier caso, se abusa de este concepto, en la realidad
todavía se cree que presentar estímulos máximos indica buen
proceso de entrenamiento. La experiencia hará ver como los es-
tímulos óptimos son aquéllos que se limitan a obtener los efectos
programados. En general se dice que más vale quedarse corto
que sobrepasarse, esta no es más que una manifestación de la
adecuada relación entre en qué estado se encuentra el deportista
y que queremos obtener de él.

EL ESTÍMULO EFICAZ DEBE SER AQUÉL QUE SEA


MÍNIMO, PERO SUFICIENTE PARA MEJORAR EL
RENDIMIENTO
Habría que significar una serie de reflexiones en este aparta-
do. Parece lógico pensar que no sólo es interesante el tipo de es-
tímulo, sobre la base de multitud de criterios que afectan de una
u otra manera al sistema (intensidad, duración, complejidad de la
tarea) sino, entre otros, el tiempo de recuperación de los mismos,
la relación entre los anteriores y los posteriores y, sobre todo,
su distancia con la competición, que como se ha indicado ante-
riormente es el parámetro de referencia preferente. En síntesis,
si cualquier estímulo afecta negativamente al factor competitivo
podríamos interpretar inmediatamente un error de programación
y temporalización de los mismos. Hay que hacer constar, de nue-
vo, que el estímulo de competición se encuentra inmerso en el
proceso y queda definido como insustituible.
Bajo el PerPot metamodel (Torrents, 2005) se propone una
respuesta interesante a este juego de estímulos, así como de las

41
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

decisiones a tomar. Este modelo está diseñado para ser capaz de


optimizar el perfil de carga introducido con el fin de modificar
posteriores programas de entrenamiento en función del rendi-
miento producido. Se basa en una selección de la mejor solución,
ya que se generan todas las posibles, se combinan, y se selec-
ciona la que produce una mayor acción en función del perfil de
rendimiento, como variable final.
Los análisis similares al descrito son contemporáneos en la
forma de organizar el entrenamiento bajo perspectivas sistémicas
y evitan confundir, por ejemplo, un aumento en el rendimiento
producto de muchos factores interrelacionados, que puede suceder
simultáneamente al aumento de la carga, con una consecuencia di-
recta de la misma, producto de una concepción lineal del proceso.
Por último, para no extendernos demasiado, sin menoscabo
de dejar claramente expuesto la aplicación directa de estos proce-
sos adaptativos, el sistema se adapta a estimularse.En general el
deportista puede disminuir su rendimiento por dos estados extre-
mos: 1, por exceso de estímulos, fatiga denominémosle clásica
en relación con la explicada anteriormente, y 2, por defecto, es
decir, por falta de activación. El complejo proceso de adaptación
lleva implícito la disponibilidad del deportista para el esfuerzo,
fruto de la adaptación a la estimulación persistente. Estar acti-
vado implica una predisposición al rendimiento que no la tiene
estar desactivado. Ambos estados, de fatiga frente al de falta de
activación, están claramente vigentes y representados, sobre todo
en los días precompetitivos.
Caso práctico 2. Aplicación práctica de la ley de Schultz-Ar-
nodt o ley del umbral.
Este caso se plantea en virtud a la sincronización del estímu-
lo con el objetivo de entrenamiento, con el propósito de hacer
cumplir la ley del estímulo óptimo. Cuando la dirección del en-
trenamiento va dirigida, p.e., hacia la modificación del umbral
anaeróbico (en adelante U.An.), en una estructura de orientación
preferente, con el objetivo de que el deportista se adapte a tra-
bajar en esas condiciones. Esta adaptación debe ir dirigida de
una manera eficaz, es decir, el deportista se encuentra en zona
U.An. y hay que procurar que lo haga, 1, a más velocidad en
las mismas condiciones internas, acercando dicho parámetro al
volumen máximo de oxígeno (en adelante VO2Máx) y 2, fruto de
la adaptación a estos estímulos, se espera que la velocidad inicial

42
Entrenamiento deportivo

original suponga un estímulo por debajo de este nuevo umbral


anaeróbico6.
Las condiciones de la tarea requiere el conocimiento de, ade-
más de otros, de al menos la velocidad de obtención de dicho
parámetro. Para ello los deportistas se someten periódicamente
a la valoración del mismo, habitualmente en pruebas de labora-
torio con protocolo adecuado, los datos obtenidos son de vital
importancia para ser eficaz en el estímulo.
Las condiciones deben respetar una metodología interválica,
se explicará más adelante el por qué. El criterio para, por un lado,
ejecutar cada intervalo en un tiempo o distancia determinada y,
por otro, el número de intervalos o series están condicionados
por el momento en el que ya no se consigan los objetivos, y el
deportista sea incapaz de hacer el esfuerzo a esa velocidad eva-
luada. Es decir, cuando el estímulo ya no sea eficaz para los obje-
tivos pretendidos. Nos ayudaremos para ello básicamente de sus
sensaciones, habrá que comunicarse con el deportista, del ritmo
cardíaco, para la comprobación de que se está en los parámetros
de referencia cardíaca en cada serie7 y, de los actuales sistemas
de posicionamiento global por satélite (en adelante GPS). Estos
dispositivos nos facilitan la información instantánea de la velo-
cidad de carrera, del espacio recorrido, del ritmo cardíaco, etc.
Cuando todo lo anterior se controla obtendremos la distancia
o el tiempo base para ir continuando con el número de intervalos.
P.e., si eso ocurre en el octavo intervalo, es decir, el deportista
manifiesta una fatiga y a su vez, además de los signos externos,
generalmente la pérdida de técnica, se acompaña con superacio-
nes claras del ritmo cardíaco, se estaría en condiciones de de-
jarlo. En resumen, para el objetivo propuesto el estímulo ade-
cuado sería ocho carreras interválicas (recuperación incompleta,
generalmente sin dejar que descienda el ritmo cardíaco muy por
debajo de los niveles de referencia cardíaca en los que obtuvo el
U. An.) de 800 m. o 2’ de esfuerzo.
En el anterior caso práctico concurren dos decisiones intere-
santes: 1, es muy probable que las condiciones de entrenamiento
se modifiquen para otro día de entrenamiento, el deportista se en-

6. Se desarrollarán estos conceptos en el tema específico de la cualidad motriz


resistencia. Si el lector desea adelantarse puede acceder al tema resistencia y
volver.
7. Se estima que en el entrenamiento diario no son utilizados otros parámetros
internos, generalmente entorpecen los objetivos del mismo.

43
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

contrará en condiciones de hacer más, o menos. De ahí la impor-


tancia del control del mismo, pero se estaría en disposición de
afirmar que el estímulo es eficaz para el objetivo pretendido, y
2, la evaluación continua nos dará información sobre los nuevos
requisitos y condiciones a presentar en la siguiente estructura de
Hay que entender que entrenamiento. Hay que entender que el sistema del deportista es
el sistema del depor-
tista es dinámico y dinámico y cambiante a sucesivas propuesta de entrenamiento por
cambiante a sucesivas lo que esta ley del umbral debe tener como característica funda-
propuesta de entrena- mental la posibilidad de adaptación a esas modificaciones. Como
miento por lo que esta
ley del umbral debe se ha referido antes, entender que el deportista siempre responde
tener como caracte- de la misma manera a similares estímulos no sería adecuado.
rística fundamental la
posibilidad de adapta- 2.3.1.3. Principio de supercompensación.
ción a esas modifica- En puntos anteriores se comentó la situación de alarma en la
ciones.
que se encuentra el organismo al presentarse un estímulo (estrés)
de entrenamiento. Cualquier alteración de las circunstancias que
nos rodean produce dicha alarma. En el entrenamiento deportivo
lo que se hace es provocar conscientemente esta situación, ma-
nipulando contingencias (definida como posibilidad de que algo
suceda o no suceda), y que se desea provoquen un aumento en el
rendimiento.
Para que ese estado caótico que incita el entrenamiento no
vuelva a suceder el organismo tiene herramientas no sólo para
compensar, equilibrar, sino para elevar los niveles iniciales, con-
seguir un estado de sobrecompensación, y así evitar que algo pa-
recido aparezca de nuevo.
En palabras de Bompa (Entrenamiento de la potencia apli-
cado a los deportes, 2004, págs. 26-31):
No obstante, si el tiempo entre dos estímulos (sesiones
de entrenamiento) de intensidad alta es mayor, las fuentes de
energía no sólo se sustituyen sino que pueden superar el ni-
vel inicial, permitiendo que haya rebote en el organismo y se
ponga en estado de sobrecompensación. Hay que considerar
la sobrecompensación como la base del aumento funcional
en la eficiencia deportiva como consecuencia de la adapta-
ción del organismo al estímulo del entrenamiento y a la re-
posición de reservas de glucógeno en el músculo (sic).
Evidentemente el proceso de entrenar es complejo y se funda-
menta en sucesivos estímulos de distinta índole, resultando que
el sistema descienda de manera progresiva en función del some-
timiento a ellos.

44
Entrenamiento deportivo

Como era de esperar el organismo sigue en su labor de res-


ponder ante la avalancha de estímulos y, una vez entendido el
concepto de supercompensación simple, no nos resultará compli-
cado asociar la idea de la existencia de una supercompensación
no sólo acumulada, suma de continuos estímulos, sino también
compleja, conjunto de estímulos con diferentes características
que al interaccionar perturban el proceso habitual. Este tipo de
supercompensación es la que en la práctica y en el mayor número
de ocasiones se da. Se deben alternar los tipos de estímulos, ellos
producen un descenso en el deportista en su totalidad (línea re-
ferida a sistema en Ilustración 9), especialmente en los sistemas
requeridos para la realización del entrenamiento (demás líneas
que se refieren a otras cualidades demandadas en Ilustración 9).
El control de todo ello, en función de la estructura de entrena-
miento en la que nos encontremos, nos hará comprender la im-
portancia de la alternancia en las cargas, ese orden de estímulos
tan perseguido que haga interactuar adecuadamente y provoque
una superación de las características iniciales.

Ilustración 9. Supercompensación acumulada compleja durante una


serie de estímulos.
2.3.1.4. Principios de entrenamiento.
El lector debe entender que lo expuesto aquí forma parte de
una reconducción del tema tratado, esencial para la visión glo-
bal que caracteriza al libro, no pretendiendo establecer nuevas
ideas, y sí nuevos enfoques mediante sucesivas reflexiones e in-
terpretaciones de lo que sucede en la realidad del entrenamiento
deportivo diario.

45
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

En función de en qué fase del proceso de adaptación nos en-


contremos es obvio que la persona que realiza actividad física
estará sujeta a normas que serán la base, origen o razón funda-
mental sobre las cuales se va a proceder. Hablamos, en tal caso,
de principios de entrenamiento, que se encuentran constituidos
en la teoría y práctica del entrenamiento deportivo fruto de la
historia de este ámbito del conocimiento.
Si se establecen tres Si se establecen tres fases en el proceso de adaptación: Ini-
fases en el proceso de
adaptación; Iniciarla,
ciarla, asegurarla y orientarla, para cada una de ellas se habla de
asegurarla y orien- principios de entrenamiento preferentes. No hay que olvidar las
tarla. tres características presentadas anteriormente, y que ahora toman
un protagonismo claro (solapamiento, complementariedad y ex-
clusión). Lo interesante en este apartado no es tanto el nombre
con el que se conocen estos principios, siendo innumerables las
terminologías utilizadas producto de criterios diferentes, sino los
fundamentos que les hacen tener protagonismo preferente, no
exclusivo, dentro de una fase u otra de la adaptación general del
deportista a lo largo de su proceso de preparación.
Debido a la universalización y cotidianeidad en el uso de es-
tos principios se van a nombrar ubicándolos en función de esas
fases de este proceso adaptativo8:
1. Principios que se dan preferentemente en iniciación a la
adaptación al esfuerzo, también denominados de Carga en Gros-
ser y cols. (Zintl, 1991), o de esfuerzo (Grosser, Starischka, &
Zimmermann, 1988):
- De unidad funcional.
- Multilateralidad.
- De sobrecarga y progresión (incremento progresivo de la
carga).
- De estímulo eficaz (de versatilidad en la carga).
- De variedad.
- De relación óptima entre carga/recuperación (repeticiones).
- De incremento discontinuo de la carga (Ehlenz, Grosser, &
Zimmermann, 1990).
- De repetición y continuidad.
- De acción inversa.
8. La explicación de estos principios está suficientemente desarrollada en las obras
referidas, no siendo objetivo de esta obra reincidir en esta temática. Nótese, eso si,
la insistencia en el término preferentemente para indicar que estos principios de
actuación deben prevalecer sin perjuicio de utilizarlos o no en otras fases.

46
Entrenamiento deportivo

2. Principios que se utilizan preferentemente para asegurar/


garantizar la adaptación al esfuerzo, de ciclización (Zintl, 1991):
- De relación óptima entre carga y recuperación.
- De repetición y continuidad.
- Periodización.
3. Principios que se utilizan preferentemente para la orien-
tación y control de la adaptación al esfuerzo, de especialización
(Zintl, 1991), de dirección específica (Grosser, Starischka, &
Zimmermann, 1988):
- Especialización.
- Individualidad.
- Transferencia.
- De alternancia reguladora.
- De preferencia y de coordinación sistemática (Zintl, 1991) o
de primacía y coordinación consciente (Grosser, Starischka,
& Zimmermann, Principios del entrenamiento, 1988).
- Simulación del proceso.
2.4. Estructuras de entrenamiento: Ejercicios por categorías
y grupos musculares.
Entendiendo que todo proceso de entrenamiento debe estruc-
turarse en el tiempo, las partes que lo componen tienen similitu-
des. La principal es que en todas ellas, de una u otra forma, se
dan todas las leyes y principios de entrenamiento. Esto es rele-
vante ya que si el fin perseguido es la adaptación, en todas las
estructuras establecidas se debe propiciar dicho efecto, se estaría
hablando de adaptaciones a muy corto (desde el ejercicio), corto,
medio y largo plazo, indistintamente referidas a los tiempos de-
terminados en cada una de ellas.
La unidad básica de entrenamiento es el ejercicio, tarea o ac- La unidad básica de
tividad física (aquí la utilizaremos indistintamente sabiendo que entrenamiento es el
en las didácticas específicas se refieren a su distinción). En un ejercicio, tarea o acti-
vidad física.
análisis sintetizado, todo profesional debe ser conocedor de esta
temática, es decir; tiene conocimiento de lo que significa una ta-
rea, una sesión, etc., y tiene habilidad adquirida para diferenciar-
las.
Podemos encontrar multitud de criterios para la clasificación
de ejercicios. El siguiente es un resumen realizado por el autor
(Sánchez Bañuelos, 1992)�����������������������������������������
en el que se agruparon criterios de cla-

47
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

sificación y que han permitido a lo largo de los tiempos ampliar


las opciones didácticas en la organización y presentación de ejer-
cicios (figura 2), y que son reflejo de la complejidad/riqueza en
la elaboración de tareas analizadas la multitud de circunstancias
que acontecen en la labor diaria.
Según grado de participación corporal Según el área que desarrolla:
(Cratty,1982): Habilidades motrices:
Habilidades motrices finas Habilidades perceptivo-motrices
Habilidades motrices gruesas Habilidades motrices básicas
Mixtas Habilidades motrices genéricas
Grado de participación cognitiva (Knapp, Habilidades motrices específicas
1963): Habilidades socio-afectivas:
Predominantemente habituales Habilidade instrumentales
Predominantemente perceptivas Habilidades sociales
Grado de control que el ambiente puede Habilidades de cooperación
ejercer sobre el sujeto (Poulton, 1957): Habilidades de oposición
Abiertas Habilidades de cooperación-oposición
Cerradas Habilidades cognitivas
Grado de control del sujeto sobre la tarea Según el tipo de respuesta organizativa:
(Singer, 1986): Individuales
De regulación externa Colectivas
De regulación interna Según el tipo de ejecución:
Grado de duración del movimiento o flui- Simultáneas
dez de la habilidad (Fitts y Posner, 1968): Alternativas
Discretas o discontinuas Consecutivas
Continuas o fluidas Según el objeto primordial de la acción
Seriadas (Harrow, 1978; Seefeltd, 1979):
Características del sujeto-objeto (Fitts, Habilidades motrices básicas de locomoción
1962): H.M. básicas de manejo y dominio del cuerpo
Persona y objeto inicialmente estáticos H.M. de proyección, manipulacióhn y recep-
Persona estática y objeto en movimiento ción
Persona en movimiento y objeto estático Según el nivel de aprendizaje (Wickstrom,
Persona y objeto en movimiento 1990):
Según el factor que prevalezca: Habilidad motora fundamental
Cualitativas (prevalece actuación SNC) Habilidad deportiva
Cuantitativas (prevalece C F básicas)
Figura 2. Criterios para la clasificación de ejercicios (obtenido de Sán-
chez Bañuelos, 2002)
Una visión muy interesante, y que ofrece muchos recursos
a la hora de elaborar tareas, perfectamente adaptables a las dis-
tintas disciplinas deportivas supone la clasificación de ejercicios
diferenciando los que se utilizarían, por un lado, como medio
de entrenamiento restringido (desarrollo general y especial), y,
por otro, los elementos catalogados de competitivos (Zhelezniak,

48
Entrenamiento deportivo

1993)������������������������������������������������������������
. Estos últimos, de gran validez para constatar que la adap-
tación al esfuerzo debe ser dirigida hacia la disposición a la ac-
ción competitiva, refleja un propósito último de integración de
todas las ganancias parciales de las distintas preparaciones a las
que se somete el deportista (figura 3).

Figura 3. Ejercicios/medios de preparación en función de la especiali-


dad deportiva (Weineck, 2005, p. 34)

2.4.1. Ejercicios por grupos musculares: Análisis del movimiento.


En el ámbito del entrenamiento se ha orientado en ocasio-
nes las actividades por los grupos musculares implicados en el
movimiento, sobre todo desde un punto de vista mecanicista. De
nuevo se parte de la premisa de que el lector tiene fundamentos
básicos sobre el análisis del mismo y, por tanto, debe formarse en
qué grupos musculares están implicados en una actividad.
Para ello se va a desarrollar este tema básico de entendimien-
to del análisis del movimiento humano. Se debe ser especialista
en análisis de las acciones musculares, sobre todo en los casos de
rehabilitación deportiva nos será de vital ayuda. Esta visión está
bastante generalizada, es obvio interpretar el plano restringido
en el que se haya un profesional entendiendo toda esta compleja

49
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

materia únicamente desde este punto de vista, en ocasiones se


analizan los movimientos demasiado aisladamente obviando la
relación con cadenas cinéticas cada vez mayores, tal como se dan
en el movimiento deportivo. En cualquier caso, es muy atracti-
vo este ámbito del conocimiento en cuanto al entrenamiento de-
portivo como para no dedicarle un espacio concreto. Cuando se
quiera desarrollar un plan específico asociado a un grupo muscu-
lar concreto los análisis de este tipo son esenciales para el éxito.
Caso práctico 3. Análisis del movimiento.
El siguiente movimiento y análisis se centrará en la articula-
ción de la rodilla del deportista9. Si no se realiza ninguna acción
contradictoria, el movimiento siempre se analiza tomando como
referencia el eje transversal y plano sagital.
Descripción del ejercicio: el deportista realiza un salto con
contramovimiento y una flexión rápida de rodillas en el aire antes
de la recepción en el suelo. Se recomienda que el lector realice
en la práctica el ejercicio para llegar a vivenciarlo y comprender
lo que se deduce.
El salto debe ser rápido y, si no máxi-
mo, casi máximo para llegar a comple-
tar la flexión. Para ello deberá activar el
ciclo estiramiento y acortamiento (en
adelante CEA) del grupo muscular soli-
citado. Esto es:
-- Acción mecánica: flexión/exten-
sión rápida de rodilla (salto), rápida
flexión/extensión de rodilla (aire) y
flexión (recepción).
-- Grupo muscular: extensores de ro-
dilla (salto), flexores y extensores
(aire) y extensores (recepción). Ilustración 10. Análisis
-- Activación muscular: pliometría del movimiento (salto)
(CEA de músculos extensores de
rodilla en salto), concéntrica en ambas acciones en el aire y
excéntrica en recepción.
9. Aún restringiendo el análisis a la articulación de la rodilla, se debe constatar
que los movimientos deportivos son fruto de la intervención de cadenas
cinéticas, más o menos largas en función de la habilidad del deportista, con una
acción sinérgica y facilitadora de otros grupos musculares, sin los cuales sería
imposible la acción.

50
Entrenamiento deportivo

Desde esta situación analizada se plantean algunas cuestiones


que explican el movimiento global y que trascienden al análisis
restrictivo propuesto. Es decir, el ejercicio en sí tiene un estudio
más extenso, por ejemplo:
-- Las acciones, habitualmente, las realizan un grupo muscu-
lar, salvo que presentemos un movimiento totalmente ais-
lado.
-- Por tanto, y en relación a la anterior característica, todos los
análisis deben centrarse en la articulación objeto de estudio,
si no es así el movimiento es explicado fruto de una cadena
cinética.
-- Un grupo muscular cuando se activa podrá realizar su ac-
ción mecánica (activación concéntrica), controlar la con-
traria (activación excéntrica), mantener una acción (ac-
tivación isométrica) o desarrollar un mecanismo (CEA),
que en posteriores temas explicaremos, para aumentar el
resultado final (denominada popularmente activación plio-
métrica).
Este caso, por mucho que pueda interpretarse como comple-
jo su análisis, no hace más que solicitar remitirse y obligar a:
1, documentarnos en la distribución de un grupo muscular con
respecto a un eje de movimiento, y en una situación dada; 2,
analizar previamente el movimiento antes de determinar ejerci-
cios por grupos musculares; 3, no asumir conclusiones exentas
de exhaustivos análisis; 4, en cualquier caso, acudir a investi-
gaciones sobre la real participación de grupos musculares bajo
requerimientos tecnológicos fiables y protocolos adecuados; y 5,
las condiciones de investigación o deducción deben presentarse
bajo la perspectiva real y práctica del movimiento deportivo.
2.4.2. Estructuras implícitas en la organización del entrena-
miento deportivo.
Un análisis básico de las relaciones entre las distintas estructu-
ras nos hace ver que susprefijos; micro (pequeño), meso (medio)
y macro (grande), están, obviamente, en función de la duración a
lo largo del proceso de entrenamiento. De nuevo se refieren inter-
pretaciones con respecto a la aplicación práctica de los principios
de entrenamiento y las leyes fundamentales del mismo. Se co-
mentó anteriormente que el fin era la adaptación al esfuerzo, por
tanto, todos los procesos inmersos en este ámbito específico de la

51
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

teoría del entrenamiento tienen cabida, independientemente de la


estructura en la que se esté. Quiere esto decir que, sea cuál sea la
estructura en la que nos encontremos, se deben hacer cumplir las
leyes y principios que constituirán la posterior adaptación. Estas
estructuras cumplen, especialmente, los dos aspectos fundamen-
tales siguientes:
-- Están caracterizadas por la alternancia entre trabajo y des-
canso, de ahí la característica y denominación de ciclos.
-- En todas ellas, de una u otra manera, se dan las leyes funda-
mentales y principios de entrenamiento deportivo.
Así, se debe entender que en un ejercicio, como unidad básica
de entrenamiento, se dan esas dos características, el fin del mis-
mo en sí es que el deportista se adapte, en este caso a cortísimo
plazo, y para ello debemos establecer pautas de trabajo/descanso
adecuadas, permitiendo que el estímulo sea eficaz por el cum-
plimiento de este proceso. La aplicación práctica de las leyes y
principios en los que se sustenta la adaptación al esfuerzo es muy
útil en el dia a dia.
La necesidad básica de organizar las estructuras como agrupa-
ciones constituidas por otras de duración menor es lógica debido
al respeto del principio de periodización. Sin embargo cabe hacer
notar la necesidad de relacionarlas en un sentido, en este caso la
organización de las estructuras debe hacerse desde las mayores
a las menores. La relación entre ellas es tal que se determina la
consecución de sus objetivos en función de otros más generales
y perteneciente a una estructura superior, y así sucesivamente
(ilustración 11).
Un inciso sobre la idea de la organización del entrenamiento,
ya que perseguir un modelo de organización del entrenamiento
ha sido históricamente lo más perseguido. Somos más partidarios
del proceso, no del producto, por tanto, sabiendo que los modelos
establecidos lo son en unas circunstancias concretas, generalizar-
los no sería conveniente debido, por un lado, al convencimiento
profesional de que no es lo correcto, motivación basada en el
paradigma profesional elegido, y, por otro, fundamentado en el
respeto a las leyes y principios de entrenamiento implícitos en el
proceso de adaptación.
Esta temática, aunque se tratará al final del libro, es tan atracti-
va y extensa que necesitará un abordaje más amplio y explicativo

52
Entrenamiento deportivo

en sucesivas publicaciones. La organización del entrenamiento


está influida por la visión personal, paradigmaspredominantes así
como por la orientación profesional al respecto. Considerar a un
deportista como entidad compleja en relación continua con fac-
tores multidimensionales nos hace reflexionar sobre la necesidad
de establecer soluciones muy diversas en cuanto a la dosificación
y sucesión de estímulos.

Ilustración 11. Relaciones entre distintas estructuras de entrenamiento.

2.5. El deportista como sistema de organización complejo.


Sus capacidades motrices.
Anteriormente se ha hablado de la complejidad de todos los
elementos que conforman el proceso, dentro de la Teoría de los
sistemas dinámicos complejos, progresivamente el conocimiento
hacia lo específico en la materia entrenamiento deportivo va di-
rigiéndose hacia ello.
Es interesante que se entienda lo global del ámbito del entre-
namiento deportivo. El proceso es complejo, como en cualquier
conducta humana, en el ámbito específico del deporte también

53
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

lo es. No todo pasa por realizar un programa de actividad física


en virtud de las capacidades motrices que es capaz de desarro-
llar el deportista, el fin último obviamente será conseguir su
prosperidad en esta materia, pero la gran riqueza es entenderlo
como un proceso ilimitado, amplio y recurrente sobre las nu-
merosas posibilidades y factores que ello nos reporta de manera
integral.
Para explicar gráficamente la complejidad del proceso, obser-
va la siguiente ilustración (Weineck, 2005, p. 19)

Ilustración 12. Sobre complejidad del proceso de entrenamiento (Wei-


neck, 2005, p. 19).
Por respeto histórico se ha utilizado Matvéev, también lo en-
contrarás como Matvéiev o Matveyev en otras obras, que ha sido
un referente en su época, aunque se ha reducido/canalizado su
aportación al ámbito de la planificación deportiva. Hay que tener
en cuenta que después de la dictadura en España, todos los inves-
tigadores en distintos ámbitos se abrieron hacia todos los fren-

54
Entrenamiento deportivo

tes, esta apertura no estaba exenta de un sin sentido, supuso en


cualquier caso una oportunidad. En cuanto al entrenamiento de-
portivo quizás ocurriera lo mismo. La obra, y siempre contextua-
lizándola históricamente, de Álvarez del Villar (1983), para ser
justos también habría que referirse a los Cuadernos de Atletismo
que editaba la Federación Española de Atletismo, fueron referen-
tes y transmisores habituales de lo que sucedía en ese momento
histórico. La influencia en materia de entrenamiento procedió de
Europa (Tihany, Hungría; Akto Viru, Estonia; Jukka Viitasalo,
Finlandia; Juri Verkhoshansky, Rusia; Tschiene, Alemania) y
sucesivamente desde Italia y Francia. El continuum en materia
de conocimiento se ha ido expandiendo gracias a la evolución
divulgativa científica a EE.UU. y, especialmente a los países del
hemisferio sur, tan en boga en la actualidad.
Hoy en día, en plena era del conocimiento, se está en dis-
posición de decir que existe una difusión en materia de entre-
namiento deportivo enorme, han proliferado un gran número de
revistas especializadas y, por tanto, se tiene al alcance el material
necesario para saber qué está sucediendo y hacia qué líneas de
investigación nos orientamos. Sin olvidar los orígenes, se está
en un momento histórico apasionante. Cualquier persona que
quiera formarse puede hacerlo, existen multitud de vías, algu-
nas académicas, otras dentro también de una formación reglada,
una gran variedad de ofertas no regladas, etc. Por tanto, lo más
interesante ahora no es el conocimiento que se tiene sobre algo
sino el sentido y la intencionalidad que se imprime a ello, cómo
metodológicamente se hace y qué arte se desarrolla para implicar
a los deportistas y demás profesionales en el proceso.
En síntesis, se ha expuesto la inmensidad de factores que in-
ciden en el proceso, se ha resaltado cómo afectan los distintos
factores implícitos en el rendimiento deportivo (físico, técnico,
táctico, estratégico, psicológico, sociológico, etc.) pero ahora se
ha de orientar los contenidos del libro a la materia específica del
estudio de las capacidades motrices. La misión de los técnicos
especialistas en la materia es mejorarlas y posibilitar un aumento
en el rendimiento motor tanto en un objetivo de preparación gen-
eral como en el específico.

55
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

2.5.1. Capacidades motrices. Definiciones. Aclaración. Carac-


terísticas.
La concepción de capacidades motrices parece más idónea
que el de capacidades físicas, es por ello por lo que la llamaremos
así cada vez que surjan alusiones a ellas en nuestra materia. Esto
es comprensible, desde una dimensión mayor, y posiblemente
explique de mejor manera lo que sucede, aunque en la literatura
habitual lleguen a confundirse y a no comentarse las diferencias
que subyacen a la nomenclatura utilizada.
Por tanto, cuando se hace referencia a ellas estaríamos ha-
blando de unas capacidades que explican el movimiento huma-
no. El movimiento es analizado desde la perspectiva científica de
la Física, posiblemente a lo largo de los tiempos haya tomado el
nombre de capacidades físicas por este motivo. Sin embargo, el
movimiento humano es explicado también desde otros ámbitos,
hay que tener en cuenta que este tipo de comportamientos motri-
ces implican muchos procesos. Estos aspectos, llamémosle más
intrínsecos, también son abordables desde otras perspectivas, al-
gunas científicas (Psicología y Sociología, p.e.) y otras no. Pero
no se trata de centrarse en ninguna de ellas sino de definir la ca-
pacidad que tiene el o la deportista de desarrollar el movimiento
y ésta, basándonos en la de Israel (citado por Tschiene, 1985)
podría ser definida como:

Capacidades motrices: Posibilidades cuantitativas y cualitativas que


posee un deportista, hombre o mujer, orientadas para ser disfrutadas
en acciones motrices con un objetivo a conseguir de manera indivi-
dual o colectiva, e integradas en un sistema unitario.

A lo largo de la historia se han denominado de muy distintas


formas: cualidades físicas básicas, capacidades condicionales,
habilidades motrices, habilidades biomotrices, características
motrices básicas, etc. La diferencia en denominarlas capacidades
o cualidades radica en que las segundas son aquéllas medidas o
evaluadas. Cualidad significa etimológicamente (del lat. qualĭtas,
-ātis): Cada uno de los caracteres, naturales o adquiridos, que
distinguen a las personas, a los seres vivos en general o a las co-
sas (RAE) Por tanto, al utilizar cualidades físicas o motrices nos
referiremos a esas capacidades evaluadas que distinguen a unos/
as deportistas de otros/as. Esta distinción no debe ser producto

56
Entrenamiento deportivo

de cualquier decisión subjetiva10 puntual sujeta a premisas que


no contemplen criterios objetivos motrices y deportivos, gene-
ralmente decisiones tomadas con tendencias debidas a múltiples
orígenes, y que en ocasiones han cometido verdaderos sacrile-
gios deportivos. La premisa fundamental es, por tanto, haberlas
medido. El gráfico1 describe los distintos rasgos que caracterizan
al movimiento deportivo y en el que se puede apreciar la diversi-
dad e interconexión entre ellos.
SECUENCIA MOTRIZ
RASGOS
MOTORES RASGOS DE LA ESTRUCTURA MOTRIZ CINEMÁTICA
CUALITATIVOS
RASGOS
Ritmo RASGOS DE LA ESTRUCTURA MOTRIZ
MOTORES
DINÁMICA
Acooplamiento CUANTITATIVOS
Flujo Longitud
Exactitud Tiempo Estados de energía
Constancia Ángulos de las articu- Fuerzas
Amplitud laciones corporales Momentos de fuerza
Rapidez Situación Impulsos de fuerza
Fuerza Velocidad Cinética Potencial
Acelaración
Gráfico1. Características cuantitativas y cualitativas propuestas por
Martin (Grosser, Starischka, & Zimmermann, 1988).
2.5.1.1. Capacidades motrices. Clasificación.
Organizando términos, en lo que atañe a los contenidos de la
materia, la Ilustración 14
��������������������������������������������
es propicia para organizarlas metodológi-
camente, y nos servirá para guiar su posterior desarrollo.
CONDICIÓN MOTRIZ
CONDICIÓN FÍSICA
Cualidades
Velocidad Potencia Amplitud de Agilidad
Fuerza Resistencia coordinativas
movimiento
BASE ORGÁNICA Y NUTRICIONAL ADECUADA
Ilustración 14. Conformación de una condición motriz entendida sobre
la base de las capacidades físicas11.
10. Hay que aclarar que la subjetividad sistemática llega a ser una de las grandes
objetividades en el deporte.
11. Nótese que el pilar fundamental de todas es un estado bueno de salud y
de alimentación, precisamente el objetivo que se pretende alcanzar con el
desarrollo de ellas.

57
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Los intentos de definir conceptos limitan los mismos, meto-


dológicamente se podría afirmar que las capacidades motrices
engloban a las físicas, aunque en el desarrollo global del movi-
miento esto no sea susceptible de delimitarse. Desde un punto de
vista histórico las cualidades físicas se han intentado esquemati-
zar de multitud de formas, he aquí algunas de ellas:
GUNDLACH (1968)
- Capacidades condicionales (energéticas-determinadas).
- Cap. Intermedias (informativo-energético): Combinación de cuali-
dades con aspectos condicionales y coordinativos (Weineck, 2005)
- Cap. coordinativas (informativas-determinadas).
BOUCHARD (1974)
- Cualidades orgánicas
- CC. musculares
- CC. perceptivo-cinéticas
ÁLVAREZ (1983)
- CC. físicas básicas o fundamentales (Fuerza, resistencia, velocidad
y destreza. Original de Bellin de Couteau).
BOMPA (1983)
-Habilidades biomotrices y combinadas.
Tabla 3. Resumen de clasificaciones de las capacidades motrices
según diversos autores resumido de Álvarez del Villar (1983)
Desde Bates en 1973 (RFEA, 1989), precisamente en uno de
los cuadernos del entrenador antes referido, restringió el análi-
sis de las cualidades físicas considerando, lo que posteriormente
Cometti (1988) estableció como sistema deportista, a la cual-
idad fuerza como centro del análisis de las cualidades físicas
(figura 4).
Es posible que estas argumentaciones, por las que el órgano
origen de todo movimiento sea la unidad neuromuscular, y en un
intento de sistematizar y organizar metodológicamente el siste-
ma de capacidades motrices, determinen que sea la fuerza la que
tome un valor central en el análisis (figura 4). De ahí a centrali-
zar, y hacer casi exclusivo, el desarrollo del deportista sobre la
base sóla y exclusivamente de la misma pasa a ser una decisión
bastante restringida del rendimiento motor, concepto contrario a
la idea globalizadora perseguida a lo largo de esta obra.

58
Entrenamiento deportivo

Puestos a analizar lo que debe ocurrir no es cierto que sea el


músculo el órgano central, éste se encuentra irrigado, inervado
y en unas condiciones que si no existe energía (ATP) no se des-
encadenaría su activación. Definitivamente es la neurona la que
capacita y transmite la información, es sabido que las caracter-
ísticas de los neurotransmisores en unión con los receptores mus-
culares de los mismos determinan diferencias en la activación
y sus distintas formas de manifestarse, se estaría en la posición
de que si no fuera por al menos esa relación (motoneurona) no
existiría tal activación.
Esta reflexión, sustentada en fundamentos fisiológicos, hace
pensar que realmente son las cualidades coordinativas, por su
relación íntima con el sistema nervioso central y periférico, las
que deberían tomar ese valor central. Y así es, tanto en el origen,
todas las cualidades motrices deben partir de la premisa de que
las órdenes neuronales existan, como en el objetivo, las mismas
deben ponerse en relación con los propósitos del rendimiento
motor, sirviendo de enlace entre las ganancias obtenidas, gracias
al entrenamiento restringido de cada una de ellas, y el propio ob-
jetivo inmerso en las distintas especialidades deportivas.
AMPLITUD DE
MOVIMIENTO
ENERGÍA (ATP)

1 2 3
FUERZA

CUALIDADES
COORDINATIVAS

Figura 4. Representación del considerado sistema deportista.


Al respecto de las clasificaciones, concretamente en el aparta-
do El estado de la cuestión se especifica la siguiente idea (Pradet,
1999, págs. 16-21):
Los principales trabajos efectuados hasta hoy, sin em-
bargo, presentan una misma tendencia, multiplicar catego-
rías, lo que hace que en situaciones de entrenamiento sea

59
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

difícil utilizarlas. En el marco de la preparación física, y


puesto que ésta debe cubrir todo el campo de la motricidad,
una orientación así es inviable.
Este autor distinguió tres grandes categorías cuya utilización
parece ser útil, a saber (Ilustración 15):
-- Categoría 1. Para crear una motricidad de calidad elaborada
y desarrollar la facultad de realizar acciones de intensidad
máxima se reagrupan todos en una única familia: las cuali-
dades de potencia.
-- Categoría 2. Tener la capacidad de expresar una motricidad
de elevada intensidad no es suficiente para poder responder
al conjunto de obligaciones provocadas por la práctica de-
portiva. Mantener esta motricidad durante el máximo tiem-
po posible se reagrupa en una única familia: cualidades de
resistencia.
-- Categoría 3. La facultad de realizar una motricidad con un
nivel de eficacia muy alto se reagrupan en una tercera cate-
goría: cualidades de agilidad.
MOTRICIDAD ELABORADA

POTENCIA RESISTENCIA AGILIDAD


Conjunto de parámetros que Conjunto de parámetros que Conjunto de parámetros que
permiten efectuar acciones favorecen la expresión de la favorecen un nivel alto de efi-
de intensidad máxima. motricidad durante el máximo cacia y de motricidad.
- Fuerza tiempo posible.
- Velocidad

ESPECIALIDAD ATLETA PROCESO DE


Características: Características: ENTRENAMIENTO
- Técnicas - Genéticas Periodo:
- Energéticas - Morfológicas - Preparatorio
- Bioenergéticas - Precompetitivo
- Crecimiento - Competitivo
- Maduración
Nivel de control.

Ilustración 15. Clasificación de las cualidades en grandes categorías


(Pradet, 1999).
Vistas todas las anteriores propuestas se presenta la oportu-
nidad de relacionar adecuadamente estas capacidades que se de-

60
Entrenamiento deportivo

sarrollan en el deportista en virtud del objetivo que se pretenda


conseguir. La visión restringida se ha considerado como inade-
cuada en cuanto a dar solución a la multitud de propósitos, el sis-
tema deportista así lo manifiesta. Parece claro que las ganancias
de una cualidad no explicaría el rendimiento deportivo, esto es
algo lógico y consecuente con la complejidad del proceso. Consi-
derar a las cualidades como motrices ya induce a dimensionarlas
como tales, puesto que entre todas explican el movimiento.
Se puede afirmar que la dinámica tradicional en cuanto al
estudio de las cualidades ha adquirido exclusivamente un matiz
didáctico, han sido explicadas para que todos/as las entendiéra-
mos, separadas. Pero cuando se dan en el movimiento deportivo
el lector debe entender que adquiere otra dimensión, cualquier
movimiento podría ser descrito por cada una de ellas y por todas
a la vez.
El grupo de cualidades que da
sentido a toda esta visión integral
del movimiento es, sin duda algu-
na, las referidas a las coordinati-
vas, cualitativas por excelencia y
muy en boga en las actuales me-
todologías de entrenamiento, son
las que conectan las ganancias en
las demás cualidades motrices con
el propósito de la preparación del
deportista. Cada especialidad tie-
ne su propia idiosincrasia, y ésta
se encuentra identificada con la
interrelación con el grupo de cua-
lidades coordinativas. En la figura
5 se representa tal consideración,
en ella se puede apreciar como el
engranaje entre los distintos gru-
pos de cualidades debe ser premisa
fundamental en el proceso de en-
trenamiento. Una vez conseguida
esta sincronización queda relacio-
narla con la especialidad deportiva
en cuestión, y he aquí en donde
radica la orientación específica del
Figura 5. Interrelación coordinada de cualidades motri-
deportista hacia el rendimiento cu- ces enfocadas al propósito de la preparación deportiva.

61
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

ando este es su fin. Posteriormente en el desarrollo de cada una


de las capacidades se volverá a incidir en esta organización de
ideas con respecto a las cualidades coordinativas.
Sobre la evolución de las cualidades motrices a lo largo de
la historia se ha escrito bastante, a veces de manera incierta. Se-
guidamente se indica las fases sensibles, es decir, cuando estaría
el deportista más predispuesto para el desarrollo de cada una de
ellas, no confundiéndolas con la evolución de las mismas (Ilus-
tración 16).
Esta última reflexión nos lleva a interpretar, de nuevo, que
la relación que se haya tenido, se tenga o se vaya a tener, con la
práctica deportiva determina la evolución de las mismas, aten-
diendo, como no puede ser de otra manera, a las características
individuales y al grado de madurez adquirido.
Cualidades Físicas Edad (… continuar hacia alto rendimiento)
5-8 8-10 10-12 12-14 14-16 16-18 18-20
Fuerza máxima + ++ +++ +++……
Fuerza explosiva + ++ +++ +++…. +++….
Fuerza resistencia + ++ +++.. …….

Resistencia aeróbica + ++ ++ ++ +++ +++…..

Resistencia Anaeróbica + ++ ++ +++ +++…..

Velocidad de reacción + ++ ++ ++ +++ +++…..


Velocidad máxima acíclica + ++ ++ +++ +++…..
Velocidad máxima cíclica + ++ ++ +++ +++…..
Flexibilidad ++ ++ ++ +++ ….. ….. …..
Ilustración 16. Fases sensibles (Grosser, Starischka, & Zimmermann,
1988).
Analizar las cualidades motrices intrínsecas a cada especia-
lidad deportiva parece ser el primer escollo a salvar. Sin pro-
fundizar, elegir un deporte que se conozca y, en virtud de lo an-
teriormente expresado, indicando en una escala de valores qué
cualidades, o grupos de familia de cualidades, son relevantes a
desarrollar para obtener éxito en el mismo es una práctica muy
recomendable y que ayudaría a entender la importancia de la er-
gogénesis del deporte en materia de capacidades motrices pre-
dominantes. En la ilustración 17 se expone una matriz tipo que
debería ayudarnos a sintetizar este primer paso, ya que de cómo
62
Entrenamiento deportivo

de relevantes se interprete en nuestra especialidad así debe diri-


girse el proceso de entrenamiento.

Ilustración 17. Análisis previo requerido de capacidades físicas en una


especialidad deportiva.
Esta obra tiene el propósito del planteamiento actual de cada
una de ellas en el rendimiento deportivo: ¿Qué aportan al mis-
mo?, en la práctica, ¿cómo se manifiestan?, ¿qué enfoque se les
puede dar?, ¿cómo se podría incidir en cada una de ellas sin per-
der el punto de vista integrador de las mismas?, ¿qué soluciones
tenemos para sincronizar a lo largo del proceso de entrenamiento
la preparación de grupo sin menoscabo de la preparación indivi-
dual?
Todas estas cuestiones se encuentran inmersas en el duro tra-
bajo diario, y sabiendo la incertidumbre existente, la lectura y
comprensión de esta obra debe permitir aclarar algo el horizonte.
Para ello se comenzará con las cualidades motrices de fuerza,
las de resistencia, aquéllas relacionadas con la mejora en el ran-
go de movimiento (amplitud de movimiento) y se finaliza con
las que predominan en el rendimiento deportivo; las cualidades
motrices coordinativas, que permitirán conectar las ganancias de
las anteriores con el propósito de la preparación deportiva, en la
mayoría destinado a la mejora en la rapidez deportiva en toda su
dimensión12.

12. Parece obvio que en especialidades con propósito de precisión o artístico,


por ejemplo, dicha conexión se presupone entre el desarrollo de aquéllas y las
propias exigidas en su rendimiento.

63
3. Cualidades motrices de fuerza

Los objetivos pretendidos en este capítulo, y que serán simila-


res para las demás cualidades, son:
-- Definir el grupo de cualidades de fuerza e identificarlos
dentro del movimiento humano.
-- Ser capaz de detectar los tipos, así como sus peculiaridades
más comunes, en función de los distintos criterios de clasi-
ficación.
-- Conocer las distintas metodologías para su desarrollo.
-- Aplicar constantemente estos contenidos a la práctica.
-- Relacionar las distintas cualidades entre ellas mismas en
una búsqueda de preparación integral de todas ellas.

Figura 6. Perspectivas de estudio de la cualidad motriz fuerza.

65
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

-- Desde un punto de vista amplio las cualidades de


fuerza pueden ser estudiadas desde diversos puntos de
vistas, centrémonos en las perspectivas científicas que
podrían, de una u otra manera, hacer un enfoque válido
al respecto.
Desde todas ellas se obtiene información que se
utilizan para manipular situaciones, modificar entor-
nos y aplicar intenciones que permitan mejorar esta
capacidad. Nótese que esta capacidad tiene mucho
de cultural (la ilustración 18 es el símbolo en una
de las medallas conseguidas en un torneo de levan-
tamiento de piedras), algunos países y comunidades
tienen mucho avanzado en estas cuestiones. Además
de las aplicaciones tecnológicas, informáticas o de úl-
Ilustración 18. Componente cultu- timos avances en materia de metodologías de entre-
ral inmerso en la cualidad motriz
fuerza. namiento, esta cualidad está inmersa en la sociedad
y arraigada de tal manera que, obviamente estimulan
muchísimo los programas de formación y perfeccio namiento.
3.1. Concepto y factores.
Conceptualmente se necesita aplicar fuerza para, en relación
con las leyes de Newton:
-- Romper inercia de un cuerpo (fuerza para modificar inercia
de un cuerpo).
-- Cambiar aceleración (fuerza capaz de provocar aceleración
y/o desaceleración).
-- Cambiar de dirección (principio de acción-reacción).
Esta es una premisa fundamental, ya que es obvio que para
estudiar cualquier movimiento tengamos presente estas aplica-
ciones básicas de las leyes formuladas. En el ámbito de entre-
namiento deportivo se necesita aplicar fuerza siempre. Sin em-
bargo hay que ser más específicos, concretos y pragmáticos, ya
que para entender este ámbito concreto de entrenamiento de la
cualidad fuerza se debe analizar también:
-- Cómo interactúan las adaptaciones de las leyes de Newton.
-- Cómo se solicitan los estados de activación muscular en
función del tiempo.
-- Cómo se entrenan las propiedades neuromusculares en un
grado de tensión adecuado para la actividad (aprender a ser
eficaz mecánicamente).

66
Cualidades motrices de fuerza

-- Cómo se muestra una manifestación de fuerza predominante,


aunque en distintos grupos musculares se manifiesten todas.
Llegados a este punto nos centraremos en la relevancia de
esta capacidad. Se dice, por tanto, que:
-- Cualquier tipo de acción necesita fuerza.
-- Cualquier movimiento es una manifestación peculiar y úni-
ca de la fuerza. La prerrogativa del músculo es la de con-
traerse/activarse y tal función puede ser desarrollada y de-
terminada por fenomenologías diversas.
-- Existen diferentes modos de expresar la fuerza más que di-
ferentes tipos de fuerza.
-- Podría existir tantos tipos de fuerza como formas tiene de
manifestarse.
-- Nunca se manifiesta de forma pura y existe interacciones
de expresiones.
La fisiología y la física han sido las ciencias que más se han
adentrado en la definición de esta cualidad. Veamos algunas de
ellas relacionadas con el ámbito del deporte:

Capacidad de vencer una resistencia externa o reaccionar ante la misma mediante tensión
muscular (Kuznetsov, 1984)

Capacidad de producir tensión que tiene el músculo al activarse (Luttgens y Wells en Gonzá-
lez-Badillo y Ribas, 2002, p. 11)

Capacidad de la musculatura para deformar un cuerpo o para modificar la aceleración del


mismo: iniciar o detener el movimiento de un cuerpo, aumentar o reducir su velocidad o hacer-
le cambiar de dirección (op. cit.)

Aquello que empuja o tira por medio de un contacto mecánico directo o por la acción de la
gravedad y que altera o varía el movimiento de un objeto (op. cit.)

Tensión manifestada por músculo o grupo muscular a una velocidad determinada o en un tiem-
po determinado (adaptado de Knuttgen y Kraemer, 1987 y Harman 1993, en op. cit.)

Habilidad para generar tensión bajo determinadas condiciones definidas por la posición del
cuerpo, el movimiento en el que se aplica la fuerza, tipo de activación, velocidad del movimien-
to y tiempo deexposición (adaptado de Harman, 1993, op. cit.)

Como se puede apreciar los términos activación, tensión,


tiempo y velocidad van a ser determinantes para definir las carac-
terísticas con las que se manifiesta la cualidad fuerza.

67
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

OJO!!!, hay que puntualizar la necesidad de hablar de acti-


vación más que de contracción (figura ������������������������
7). Las razones son evi-
dentes, y tiene su justificación ya que lo que hace el músculo es
activarse, a veces con una participación mayoritaria de elemen-
tos contráctiles (activación concéntrica), otras de los elementos
elásticos (activación excéntrica) y en las demás manifestaciones
combinando adecuadamente ambos elementos (act. isométrica o
ciclo de estiramiento-acortamiento, en adelante CEA.)13

Figura 7. Hacia el término activación.

3.2. Momentos de fuerza. Eficacia mecánica y entrenamiento.


De la perspectiva de la Física aplicada al movimiento depor-
tivo (biomecánica deportiva) se desprende un concepto que per-
mite dirigir la atención hacia el de eficacia mecánica. Es sabida
la importancia de la distancia perpendicular al centro de giro,las
palancas óseas se movilizan por la existencia de un par de fuer-
zas (mejor un par de momentos de fuerzas) que permiten una
rotación sobre un eje de referencia, o no, cuyo centro es el de la
articulación. Fruto de la existencia de 1, un momento de fuerza-
MF (momento interno. A en ilustración 19), considerado aquí el
que produce el grupo muscular que se activa y la distancia per-
pendicular de su vector aplicación de fuerza al eje/centro de giro,
y 2, otro denominado momento de resistencia-MR (momento ex-
terno), considerado aquí el que produce la resistencia (peso del
deportista por ejemplo), contra la que se actúa, concretamente
línea de aplicación de fuerza que tiene su origen en el centro de
gravedad, línea de proyección del mismo, y la distancia perpen-
dicular al eje/centro de giro.
El juego entre estos dos conceptos supone algo tan trascen-
dente como que en ocasiones, y según convenga:
-- Se permitirá que el momento de resistencia/externo sea ma-
yor que el de fuerza/interno (activación excéntrica).
-- Se permitirá que el momento de fuerza/interno sea mayor
que el de resistencia/externo (activación concéntrica).
13. Se prescinde de otras formas de activaciones musculares (p.e.; auxotónicas,
isocinéticas, etc.). Sin embargo se hará mención a ellas cuando así se requieran.

68
Cualidades motrices de fuerza

-- Se permitirá que ambos sean similares (Activación Isomé-


trica).
-- Se permitirá que el momento de resistencia/externo sea
mayor al de fuerza/interno, al principio, y rápidamente se
invierta tal situación (activación con participación de CEA.
popularmente conocida como pliométrica).
En otro orden de cosas, y si se entendió las anteriores ex-
plicaciones, se podrá deducir que el tipo de palanca (1º, 2º y
3º género) determinará movimientos debidos al uso de palan-
cas más eficaces mecánicamente. Si se analiza el gráfico 2 se
observa los tipos de palanca a las que se hace mención y, sobre
todo se debe interpretar sobre la base de cuestiones trascenden-
tes en el rendimiento deportivo; ¿Qué implicación tiene para el
entrenamiento deportivo?, ¿qué palanca es más eficaz?, ¿qué
significa esto?

Gráfico 2.Palancas en el cuerpo humano. Donde:


-- F= Fulcro (punto de apoyo de la palanca. Triángulo verde).
-- R= Resistencia a movilizar (Momento de resistencia. Mo-
mento de fuerza externo. Cuadrado azul).
-- E= Esfuerzo (refleja la actividad muscular, momento de
fuerza interno, sólo representado por flecha azul).

69
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Si se comprendió la anterior reflexión es fácil responder a las


siguientes preguntas:
¿Qué grupo muscular genera más tensión (Newton) para una
misma resistencia a vencer? ¿El extensor de rodilla o el extensor
de tobillo? (para su mejor entendimiento hay que observar el grá-
fico 2 e ilustración 19. Respuestas:
1. El extensor de rodilla. Ésta es una palanca de 1º género,
además su brazo de palanca es bastante más pequeño que el de
resistencia.

Ilustración 19. Momento Interno/externo en rodilla. Imagen adaptada


de Gutiérrez (1998).
2. El extensor de tobillo, está inmerso en una palanca de 2º
género donde siempre MF es mayor a MR. Como la resistencia
a vencer, peso del deportista, es la misma, tendrá que generar
menor tensión que en el extensor de rodillas, donde MF es menor
a MR. En general el momento de resistencia también es menor
que en la rodilla. En el instante en que esto no ocurra, realizándo-
se movimientos contradictorios, por ejemplo saltando hacia atrás
retrasando el centro de gravedad (cdg) con respecto al pie que
impulsa, se expone al tríceps sural, y a su tendón, a una tensión
excesiva, siendo propenso que llegue a lesionarse o romperse.

70
Cualidades motrices de fuerza

¿Qué ocurre en los músculos del cuello como palan-


ca de primer género?. Aquí hay que tener en cuenta que
lo que se pretende en la tensión muscular es mantener el
equilibrio, el par de fuerza tiene en este caso otra función
diferente a los otros dos ejemplos, por ello las flechas tie-
nen el mismo sentido. Pero el cdg. de la cabeza, además
de pesar poco, casi siempre su distancia perpendicular al
centro de giro es pequeña (apoyo de la 1º vértebra cervi-
cal, atlas, en la base occipital), luego los músculos impli-
cados, al tener una distancia mayor a este punto, tendrán
que activarse relativamente poco para actuar sobre ella.
Luego, OJO!!, quizás no se tenga que incidir mucho sobre
la capacidad de generar tensión de éstos (Ilustración 20). Ilustración 20. Momento inter-
Como se habrá apreciado, y para concluir con este no/externo en cuello. Imagen
adaptada de Gutiérrez (1998)
tema, el conocimiento de la mecánica muscular es funda-
mental para posteriormente elaborar programas de mejo-
ra ya sea en procesos preventivos, rehabilitadores o relativos al
entrenamiento de la propia cualidad fuerza. En cualquier caso,
el aprendizaje de aspectos biomecánicos básicos debe ser inhe-
rente a la formación deportiva, y, por ende, antes de prescribir un
programa que tenga a la fuerza como cualidad de orientación es-
pecial hay que analizar el comportamiento en materia de eficacia
mecánica de cada una de las articulaciones.
3.3. Factores determinantes de la fuerza como cualidad física.
Existe una inmensidad de factores que influyen en el desa-
rrollo de la fuerza. Todos son interesantes pero aquí se prestará
especial atención sobre todo a los factores neuronales. En entre-
namiento deportivo las mayores adaptaciones se consiguen gra-
cias a estos procesos neurales, la mayor explicación de las ganan-
cias de fuerza queda supeditada desde los fenómenos producidos
desde la propia unidad neuromuscular, unidad básica, hasta las
interrelaciones entre ellas en un mismo músculo o entre distintos
grupos musculares.
Al considerar a esta cualidad como motriz es fácil entender la
complejidad implícita en el desarrollo de la misma. Entenderla
desde una visión mecanicista, o desde un punto de vista restrin-
gido, desde los cuáles tan sólo con una ganancia en materia de
volumen muscular conlleva la mejora en la misma no parece muy
productivo desde el ámbito del rendimiento deportivo. La tras-
cendencia de hacerla coincidir con aspectos técnicos específicos

71
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

no hace más que reforzar la perspectiva aportada en esta obra.


Entre otras muchas motivaciones, que alargarían infinitamente
este capítulo, la eficacia mecánica, ahora como objetivo de en-
trenamiento, está sujeta a procesos originados especialmente en
el factor neuronal.
Los factores que aúnan criterios en cuanto a la morfología, o
mejor dicho, a las características musculares, no sólo en cuanto
a la forma sino también a las propias composiciones internas de
los mismos, obtendrían interés sobre todo en ciertas patologías,
obviamente en aquéllas circunstancias como en atrofias muscu-
lares, por ejemplo, en las que la incidencia en metodologías que
subsanen tales deficiencias permitan equilibrar el sistema con
adaptaciones producidas al estímulo de entrenamiento adecua-
do.
Aparentemente una ganancia en masa muscular permitiría al-
canzar los objetivos propuestos, es fácil escuchar habitualmente
que los problemas de rodilla se arreglan con un fortalecimiento
del cuádriceps, esto no es lo mismo que aceptar que en situacio-
nes extremas de atrofia muscular del mismo músculo lo primero
a realizar sea conseguir igualar el volumen de masa muscular de
esa pierna con respecto a cuándo el deportista estaba sano, por lo
que tendríamos que tener una referencia de esta medida, aspecto
que, por lo general, no ocurre. Para todos los demás casos los
problemas de rodilla no se solucionan con el sólo aumento de su
sección transversal.
En cualquier caso, queda mucho por demostrar, mientras tan-
to orientemos los procesos de mejora a un conjunto de facto-
res ligados tanto a la estructura externa como interna, unido a
procesos de aprendizaje que quedan explicados por la afinidad
e implicación neuronal al movimiento que se realiza, la técnica
(ilustración 21).
3.3.1. Modificaciones en el factor morfo-
lógico.
Los tipos de fibra muscular es un tema
todavía hoy en tela de juicio, en controver-
sia casi, en cualquier caso siempre de actua-
lidad. Tanto es así que continuamente se ob-
tiene información al respecto. No podemos,
Ilustración 21. Sobre aprendizaje de la técnica por tanto, quedarnos en lo que se demostró
en la cualidad motriz fuerza.
hace 20 años, el desarrollo tecnológico y las

72
Cualidades motrices de fuerza

inquietudes de los científicos hacen que se esté continuamente


evolucionando en las condiciones de investigación, es por ello
por lo que siempre se debe estar prestos a las informaciones que
nos llegan.
Digamos que la característica más importante que tienen las
células musculares es su adaptabilidad, y es cierto, la adaptación
tiene aquí su mayor exponente. Di como es el entrenamiento, qué
estímulos son predominantes y así se adaptarán es un dicho que
resume bastante bien lo que puede llegar a acontecer.
El hombre y la mujer son animales preferentemente aeróbi-
cos, sería fácil deducir cuáles serán los tipos de fibras predomi-
nantes. Esta manera tan sutil de confirmar la adaptabilidad de
las fibras musculares permite reflexionar con mente abierta y no
concluyente esta temática. Por otro lado, la relación entre los
términos hipertrofia, número de fibras y tipos nos permite esta-
blecer tipologías de manifestar dicha adaptabilidad. La tabla 4
nos hace entender que, según distintos criterios, existen diferen-
tes tipos de adaptación relativa a la hipertrofia, por ejemplo, en
contraposición a la idea general de relacionar este término con
la ganancia, en valores absolutos, de la sección transversal del
músculo.
Relación entre factores morfológicos: hipertrofia, nº de fibras y tipos.
1. En función del carácter y magnitud de la carga con la que se trabaje:
a. Hipertrofia general.
b. Hipertrofia selectiva.
2. En función de la determinación del desarrollo de fuerza muscular:
a. Hipertrofia confirmativa. De fibras que ya predominan.
b. Hipertrofia compensatoria. Tipo de fibras que no predominan.

Tabla 4. Relación entre factores morfológicos de la cualidad mo-


triz fuerza.
1. En función del carácter y magnitud de la carga con la que
se trabaje encontraremos hipertrofia general o selectiva (depen-
diendo de los objetivos de entrenamiento).
2. En función de la determinación del desarrollo de Fuerza
muscular existirá hipertrofia confirmativa (de fibras que ya pre-
dominan) y otra compensatoria (que no predominan).

73
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Previamente habría que evaluar esta proporción en la totali-


dad del cuerpo humano, o al menos en los grupos predominan-
tes en nuestra especialidad deportiva, este mecanismo es aun
insuficientemente tratado14. Se hace necesario que en el ámbito
deportivo se profundice aún más en este asunto. Primero, de-
terminando un perfil del deportista en materia de composición
muscular. Segundo, en hacerlo habitual, los profesionales en esta
materia deben habilitar mecanismos y herramientas que sean fia-
bles, válidas y de aplicación práctica habitual en el proceso de
entrenamiento. Y tercero, incidir en la evolución de la capacidad
adaptativa en función de distintos estímulos de entrenamiento.
Un breve repaso histórico sobre los tipos de fibras, nomencla-
tura y terminología utilizada está expresado en el gráfico 3.
I. Fibras lentas II. Fibras rápidas
Dubowitz y I II
Pearse 1960
Engel 1962
Stein y B C A
Padykula 1962
Padykula y ROJAS INTERMEDIAS BLANCAS
Gauthier 1966
Yellin β αβ α
y Guth 1970
Brooke y I IIA IIB
Kaiser 1970
Burke S FR FF
y cols. 1971 (lentas) (rápidas resistentes) (rápidas fatigables)
Peter SO FOG FG
y cols. 1975 (lentas oxidativas) (rápidas oxid. flucol.) (rápidas flucolíticas)
Essen ST FTA FTB
y cols. 1975 (fibras lentas) (fibras rápidas) (fibras rápidas)
Denominación → →
← ←
más corriente
I IIC IIA IIAB IIB
Gráfico 3. Tipos de fibras musculares según distintos criterios de clasi-
ficación (Staron & Hikida, 2000).

14. No se pretende incidir sobre la complejidad de evaluar/determinar la


tipología de fibras musculares, aún habiéndose avanzado muchísimo en ello
con distintas técnicas invasivas y no invasivas. En cualquier caso dejemos a
los especialistas (fisiólogos) que nos den herramientas útiles para el uso diario.

74
Cualidades motrices de fuerza

Las isoformas (González-Badillo & Gorostiaga, 1995), es


decir, la composición de las proteínas miosinas de cadena pesa-
da, que son las que permiten hidrolizar mayor/menor número de
ATP., es el criterio de clasificación generalizado que permite de-
terminar los distintos tipos. Existen de tipo I (lentas), IIB (rápi-
das, pueden llamarse en humanos IIX), IIC y IIA (menos rápidas)
y IIAB. Hay otras bastante difícil de definir, las fibras híbridas
(tienen como característica esencial la coexistencia) Este término
parece ser bastante aclaratorio pues existen isoformas que tienen
la particularidad de que a lo largo del tiempo han mostrado una u
otra característica (González-Badillo & Ribas, 2002).
Dependiendo de los trabajos realizados por expertos se puede
encontrar otras simbologías que ayudan a entender la riqueza de
las mismas en manifestarse. En la ilustración 22 se observa la di-
versidad de formas en las que se adaptan las fibras cuando existen
estímulos de entrenamiento específicos, columna de la izquierda,
y la homogeneidad y constancia cuando no, columna de la dere-
cha (Staron & Hikida, 2000). En tres momentos diferentes (A-
B-C) la evolución de cada una de ellas evidencia características
diferentes, en la imagen identificadas por el color asociado. P.e.,
el código identificativo de fibra A, varía de color en los tres mo-
mentos y en la columna izquierda, algo que no ocurre para el
mismo código en la columna de la derecha.

Ilustración 22. Adaptabilidad de las células musculares ante estímulos


de entrenamiento, izquierda, y sin entrenamiento, derecha (Staron &
Hikida, 2000).
75
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Según estos análisis comparativos, que permiten acercarnos


progresivamente a la realidad, podemos encontrar situaciones en
las que hay bastante dinamismo celular en cuanto a su capaci-
dad adaptativa. En la ilustración 23 se encuentran diferencias,
estadísticamente significativas en hombres y mujeres, obtenién-
dose menor porcentaje de fibras IIB en el grupo de entrenamiento
duro de resistencia desde la primera semana hasta la octava, con
respecto al grupo control, en el vasto lateral.
30
% Type IIB Fibers

20

* *
*
10 *

0
1 3 5 7 9
WEEK
-■- trained men and women
-□- control men and women
Ilustración 23. Modificaciones en la proporción de fibras (tipo IIB) des-
pués de un entrenamiento duro de resistencia (Staron & Hikida, 2000).
Las conclusiones de los autores, referenciando otro estudio,
sobre la base de las investigaciones en cuanto al posible trasvase
de una a otra y, lo que es más importante, de uno a otro sentido,
es clara y se puede apreciar en ilustración 24.
En condiciones especiales como en ingravidez, las modifica-
ciones en la sección transversal para cada uno de los tipos de
fibras variaban en relación a los
TRAINING
datos que se representan en el
gráfico 4 (Convertino, 2000). I ?
IC = IIC IIA IIB
Se deduce la adaptabilidad de ?
las celulas musculares, en este SEDENTARY
caso ante la ausencia de estí- Ilustración 24. Esquema sobre la
mulos pudiendo desencadenar capacidad adaptativa de las fi-
atrofias musculares. bras musculares (ver texto).
Muchas de las adaptaciones tienen que ver, como se ha in-
dicado, con las modificaciones a nivel histoquímico en relación
con los estímulos que se presentan. La relación de la neurona

76
Cualidades motrices de fuerza

con las fibras inervadas componen una


sólida estructura que actúan y se adaptan
según las necesidades del movimiento.
En los distintos ejemplos se ha intenta-
do fundamentar el dinamismo y las pe-
culiaridades de la célula muscular, tanto
en presencia o ausencia de estímulos (1),
ante estímulos concretos (2) y cuando se
encuentra incluso en condiciones de in-
gravidez (y 3).
Las particularidades de esta cualidad
motriz de fuerza en cuanto a estos fac-
tores neuronales son trascendentes, es Gráfico 4. Proceso de adaptación en cuanto a la
posible que la explicación de la mejora sección transversal en fibras consideradas rápi-
de esta cualidad sea mayoritariamente das y lentas en situaciones de ingravidez (Con-
fruto del desarrollo de los mismos. Al- vertino, 2000).
gunos de ellos aparecen en la tabla 5.

Factores neuronales
1. Intramusculares:
- Frecuencia de estímulo-inervación, (sumación tempo-
ral). Sucesión de estímulos neuronales.
- Agrupación de unidades motrices, (sumación espacial).
Reclutamiento.
- Sincronización.
2. Intermusculares:
- Coordinación intermuscular (cadena cinética).
3. Factores ligados a la elasticidad muscular:
a. Ciclo estiramiento-acortamiento.
b. Reflejo de estiramiento (reflejo miotático).

Tabla 5. Factores neuromusculares de la cualidad motriz fuerza.


La implicación de las cualidades coordinativas en la aplica-
ción adecuada de fuerza se ha constituido como esencial en el
rendimiento deportivo (esto se ha propuesto desde el inicio). La
unión entre ambos aspectos debe sustentarse en la incidencia
con la que se haya conectado gracias a los estímulos presenta-
dos, y en la solicitud de una continua conexión con el sistema

77
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

nervioso central y periféricoen virtud a los factores neuronales


reseñados.
3.4. Clasificaciones y tipos de fuerza.
Para la organización de este complejo pero fascinante apar-
tado hay que tener en cuenta que se ha partido de la base de la
existencia de tantas tipologías de fuerza como formas tiene de
manifestarse.
En un primer nivel esta organización se refiere a grupos de
movimientos que aglutinan a manifestaciones de fuerza diferen-
tes, es decir a formas diferentes de generar tensión. Ya Vercho-
sanski15 (Zanon, 1988) expuso esta particularidad relacionando
los siguientes tipos de tensión que dan cabida a las preferentes
formas de generar tensión en distintas especialidades deportivas.
Se ha realizado una adaptación terminológica ya que el paso del
tiempo, y la consecuente evolución, obliga a ello:
-- Tónica: cuando se trata de vencer una gran resistencia du-
rante un tiempo largo y con una velocidad de ejecución apa-
rentemente lenta (empuje o arrastres de cargas).
-- Fásica: cuando se alternan fases de activación y relajación,
como ocurre en movimientos de tipo cíclico (ciclismo, pa-
tinaje, canotaje, etc.).
-- Fásico-tónica: cuando hay combinación de ambas (combi-
naciones de elementos gimnásticos).
-- Explosivo-tónica: cuando se trata de vencer una resistencia
de tipo submáximo de manera rápida (el squat jump con
sobrecarga, halterofilia).
-- Explosivo-balística: cuando se trata de vencer una resisten-
cia a máxima velocidad (salto de altura, salida de tacos o
lanzamientos).
-- Explosivo-reactivo-balística: se diferencia de la anterior
en que es más intensa y el tiempo de paso entre esta una
fase negativa a positiva del movimiento es menor (salto
de longitud, carrera de velocidad lanzada). La mejora en
la técnica hace aprovechar ciertos actos reflejos que se ac-
tivan ante la alarma que supone incrementar rápidamente
la tensión en una articulación. La respuesta rápida que se
obtiene es contraria, y por la misma vía refleja eferente,
15. Es de reseñar que en otras citas este autor aparece como Verchosanskij.

78
Cualidades motrices de fuerza

por lo que la articulación pasa rápidamente a una acción


mecánica contraria que si es aprovechada por el deportista
le supone un plus en la aplicación de fuerza (1) o un ahorro
energético importante (y 2).
-- Veloz-acíclica: cuando se trata de movilizar el propio cuer-
po ante situaciones que se presenten (cambios de dirección
o aceleraciones en los juegos deportivos, boxeo, etc).
-- Veloz-cíclica: se diferencia de la anterior en que existe una
repetición más continuada de la aplicación de la fuerza (el
sprint, pedaleo rápido).
Con la anterior relación de formas de manifestarse debidas
a distintas características del movimiento se deduce que se po-
dría establecer una primera clasificación global de la cualidad
en función de la especialidad deportiva en cuestión: Fuerza ge-
neral, en aplicaciones de fuerza con poca relación aparente con
la especialidad deportiva, o especial, con relación directa en los
movimientos específicos deportivos.
Una segunda opción es según la existencia o no de movimien-
to, y qué características básicas tiene éste en la manifestación de
la cualidad. Así encontraríamos: Fuerza estática (pasiva o acti-
va), dinámica, propulsiva16 y combinada.
En lo referente a los tipos de activaciones musculares, es fácil
entender que a distinto tipo, que en definitiva establece diferen-
te tensión, lleva implícito una desigual manifestación de fuerza,
recordemos las activaciones que se han establecido: Activación
Isométrica y A. Anisométricas, como lo son: A. concéntrica, ex-
céntrica y activaciones que hacen uso del CEA (pliométrica).
Como hemos reseñado, el concepto de momento de fuerza (in-
terno) nos llevó a concluir que en función del ángulo una misma
carga desempeña sobre la articulación un momento de resistencia
16. La propulsiva se refiere a la parte concéntrica (positiva) del movimiento
desde el inicio hasta el momento en que la aceleración es menor a la de la
gravedad, en tales circunstancias se está frenando. No siempre se da un empuje
para producir movimiento hacia delante, en aquellos movimientos (press de
banca, sentadillas, etc.), sobre todo con poco peso relativo a 1RM, en los que
después de realizar la activación muscular la última parte del mismo se dedique
a frenarlo, generalmente por seguridad, se determinan dos interpretaciones
diferentes; una relativa a la fuerza dinámica, la que siempre hemos tenido
presente, y otra a lo que ha sucedido en esa fase propulsiva, hasta la
desaceleración (González-Badillo & Ribas, 2002). Posteriormente seguiremos
hablando de esta particularidad de la fuerza.

79
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

(externo) diferente, al ser distinto su distancia perpendicular a la


línea de eje de giro. Esta consideración establece que a lo largo
del recorrido en una articulación no existe la misma tensión del
grupo muscular que actúa, variando su tono a lo largo del movi-
miento. Es evidente que en una activación concéntrica en todo
el recorrido del segmento el grupo muscular que lo moviliza no
mantiene la misma tensión, ni el mismo tono, por lo que clasifi-
caciones que han mantenido este criterio deberían actualizarse,
en cualquier caso deja de ser conveniente como criterio diferen-
ciador.
También, y en relación a la anterior controversia, la isoto-
nía podría ser el fundamento de un movimiento isocinético que
pretende repartir equitativamente la carga durante todo el arco,
adaptando la resistencia de manera que puede configurarse un
mismo MR en todo el recorrido. O aquellos ejercicios isocinéti-
cos que se realizan a una velocidad prefijada, con una resistencia
variable que se acomoda a la tensión desempeñada por el/la de-
portista a lo largo del arco de movimiento.
3.4.1. Tipos de fuerza.
Especificado lo anterior encontramos los siguientes tipos de
fuerza que, atendiendo a las definiciones establecidas, y mostrán-
donos con la cautela necesaria, a sabiendas del espacio y la inten-
cionalidad de este documento, son:
A. Fuerza máxima.
Máxima capacidad de producir tensión que tiene el músculo
al activarse.
B. Fuerza explosiva.
Máxima capacidad de incrementar la tensión en función del
tiempo que tiene el músculo al activarse. Se representa en la cur-
va fuerza-tiempo (C f-t), identificándose con la pendiente máxi-
ma y su mejora, según los objetivos de entrenamiento, consiste
en ir incrementando la cantidad de fuerza por unidad de tiempo
y/o conseguir ese incremento antes.

80
Cualidades motrices de fuerza

Gráfico 5. Curva fuerza-tiempo en tres deportistas diferentes.


Esta curva representa cualquier tensión generada, no necesa-
riamente una Isométrica Máxima como puede parecer en el grá-
fico 5.
��������������������������������������������������������������
Es decir, cualquier aplicación de fuerza puede verse repre-
sentada por una curva similar en la que siempre habrá un instante
en el que el valor de la pendiente sea máximo (RFDMáx.)17, en
el que existe un mayor incremento de fuerza. En relación a esta
característica de la fuerza, obtenerloantes y/o aumentarlo es un
objetivo primordial en el entrenamiento deportivo. Esto último
representa; 1, aplicar antes una fuerza y 2, aplicar más fuerza por
unidad de tiempo ante una resistencia dada.
En dicho gráfico 5, en donde se representan tres curvas f-t
diferentes con la misma cantidad de fuerza manifestada, se des-
prende la diferenciación en cuanto al mayor incremento de fuer-
za del caso A con respecto a B y C.
Por otro lado, como se ha comentado, no necesariamente
tiene que manifestarse una fuerza máxima, en el gráfico 6 se rep-
resenta tres solicitudes de fuerza a distintos porcentaje de 1RM.
y se puede apreciar igualmente esta capacidad de incrementar la
tensión en función del tiempo.

17. Nótese la zona de máxima RFD (rate of force development) identificativa


con la máxima expresión explosiva de la fuerza en cualquier tipo de activación.

81
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

C. Fuerza rápida.
Tensión manifesta-
da por músculo o grupo
muscular a la máxima
velocidad determinada o
en el menor tiempo deter-
minado para manifestar-
la (denominada también
fuerza velocidad).
Se representa con la
curva fuerza-velocidad
(C f-v) y su mejora, se-
gún los objetivos de en-
trenamiento consiste en
Gráfico 6. Curva fuerza-tiempo en tres solicitudes de fuerza distintas.
aplicar la misma fuerza a
más velocidad y/o más fuerza a igual velocidad (op.cit., 31). En
este sentido se encuentran dos maneras de interpretar esta mani-
festación de fuerza: 1, de cómo el deportista es capaz de seguir
aplicando fuerza a lo largo de un movimiento dado, y 2, de cómo
el deportista es capaz de aplicar velocidad cuando se está apli-
cando más fuerza en distintos movimientos, por ejemplo, aumen-
tando la carga externa. El conocido protocolo de Bosco, entendi-
do como la exposición del deportista ante un aumento paulatino
de la carga, intenta expresar y medir esta cualidad (gráfico 7).
Durante el movi-
miento se tiene una ca-
pacidad para seguir aun
aplicando más fuerza
y/o aplicar la misma a
más velocidad, y esta
circunstancia esun ob-
jetivo de entrenamien-
to. Esto representa por
tanto: 1, aplicar más
fuerza en un mismo
movimiento y, 2, ha-
cerlo antes aplicando la
misma fuerza más rápi-
do, y, finalizar el movi-
miento antes.
Gráfico 7. Curva fuerza-velocidad (f-v) y de potencia

82
Cualidades motrices de fuerza

El técnico que desarrolla en la práctica diaria su actividad


puede no querer perder mucho tiempo en aspectos teóricos, pero
la aplicación de estos elementos es tal que bien vale un esfuerzo
y poder llevarlo a efecto.
En el gráfico 7�������������������������������������������
se representa como a medida que se va in-
crementando el peso la velocidad decrece y, hasta un punto, la
potencia se incrementa. Estas relaciones de velocidad y fuerza
manifestada no se expresan en línea recta sino de forma hiper-
bólica. El origen del protocolo de Bosco es consecuencia de una
respuesta que resolviera la relación entre la fuerza que es capaz
de ejercer el deportista, expresada con el peso que mueve, y a la
velocidad con la que la hace.
En el caso de los miembros inferiores, fundamental en la may-
oría de los deportes que se juegan en tierra, la acción de saltar
más, o lo que es lo mismo, aplicar una velocidad inicial mayor
en esas condiciones, supone un indicador de rendimiento. Si un
deportista (75 kg) es capaz de saltar 50 cms., si le sumáramos
75 kg adicionales no saltaría 25 cms., pero ¿Cuál es entonces esa
relación?, el ir incrementando el peso permite detectar qué evo-
lución manifiesta el deportista ante esta coyuntura, el peso con el
que consigue su máxima potencia y las velocidades con las que
fue capaz de hacerlo.
La importancia de estos dos conceptos en el ámbito del en-
trenamiento deportivo es incuestionable, dando como resultado
la dimensión del término potencia (definido en la física como
producto de fuerza y velocidad), indicador de rendimiento por
excelencia y que pone en relación óptima a la tensión y a la ve-
locidad con la que se genera (gráfico 7, curva 2).
Tal como se constató con la fuerza velocidad hay que diferen-
ciar dos comportamientos para evaluarla: 1, la mayor potencia que
un deportista es capaz de implementar en un movimiento dado,
y 2, la mayor potencia manifestada por un deportista expuesto a
diferentes cargas externas, de tal manera que se podría evaluar el
aumento de potencia con su peso corporal o con qué peso consigue
la máxima potencia, a qué velocida y, consecuentemente, establ-
ecer ciclos de entrenamiento para el aumento de ésta.
Muchos de los fundamentos fisiológicos de los que depende
estas manifestaciones que pone en relación al tiempo, la velo-
cidad y la tensión tienen explicación en los factores neuronales
(ver definición y factores). Por ello hay dos cosas que aclarar:

83
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

1. Metodológicamente, y para entender lo que acontece en


las distintas manifestaciones de fuerza, se ha intentado acla-
rar estos términos. Significa que es posible entrenar cada
una de ellas por separado, a medida que nos acerquemos al
objetivo de entrenamiento sería más recomendable no des-
engranarlas, y utilizar distintos medios para su desarrollo
o entrenamiento en su conjunto, tal como se va a dar en
la realización práctica del movimiento deportivo. Estable-
cer una conjunción sobre la base del factor neuronal, por
ejemplo atendiendo a las interrelaciones musculares cada
vez con cadenas cinéticas más largas repercutirá de manera
más adecuada a los efectos deseados.
2. Debido al factor común de relación, el neuronal de nuevo,
la mejora en una de ellas es muy probable que lleve implíci-
to la mejora en la otra, y viceversa. Éste es el motivo prin-
cipal por el que a lo largo de los tiempos ha existido ciertas
incertidumbres, se han confundido a los entrenadores y téc-
nicos especialistas y, como consecuencia, se ha errado en la
utilización de medios específicos para entrenarlos.
Estas apreciaciones no son más que aclaratorias para la con-
tinuación de la espiral científica, permitiendo conseguir un en-
tendimiento y así continuar evolucionando en el desarrollo del
objetivo de entrenamiento.
D. Fuerza resistencia.
Por último, y sin depreciación del valor que tiene en el entre-
namiento deportivo, encontramos una relación entre los sistemas
energéticos y la fuerza teniendo el concepto fuerza resistencia la
siguiente acepción: Relación en términos absolutos y/o relativos
de la capacidad de manifestar tensión, en función de la veloci-
dad, activación muscular o tipo de tensión entre otros factores, y
los sistemas energéticos necesarios para producirla. Esta cuali-
dad lleva implícitas muchas consideraciones para aplicarlas como
estímulos de entrenamiento que se desarrollarán posteriormente.
3.5. Detección de tipologías de fuerza.
Realmente el establecimiento de los tipos y demás manifesta-
ciones se establecen en función de qué se puede medir. Dicho de
otra manera di qué eres capaz de medir y conseguirás entender
de qué manifestación, tipología o expresión de la fuerza estás ha-
blando… Efectivamente, se desarrollan aquéllas cuestiones rela-
tivas a la cualidad motriz fuerza que sean posibles de gestionarse.

84
Cualidades motrices de fuerza

Estas detecciones generalmente se enfocan desde una meto-


dología inversa, estimándose los parámetros cinéticos desde los
cinemáticos. Se necesitarían aparatos específicos para poder va-
lorar la producción de fuerza real. Gracias a estas informaciones
se puede valorar todo aquello que se ha hablado en el tema de
manifestaciones y tipologías de la fuerza: Tensión (Newton), po-
sición, tiempo y, por tanto, velocidades, aceleraciones, potencia
manifestada, trabajo desarrollado, etc. Como se puede ver, todos
en relación con la perspectiva científica de la física que, aunque
no la única, en el momento en el que solicitamos valores es la que
más avanza al respecto.
3.6. Manifestaciones de fuerza en el entrenamiento deporti-
vo: movimientos isocinéticos.
Guardando un orden empecemos por movimientos isocinéti-
cos. No se va a extender en este asunto puesto que al hablar de
metodologías de trabajo, el método isocinético no es muy utiliza-
do en el rendimiento deportivo, tan sólo en el ámbito preventivo
o rehabilitador conllevando un estudio de posibles descompen-
saciones o disfunciones tanto entre grupos musculares para una
misma articulación o entre grupos musculares de distintas articu-
laciones. Al respecto Bosco (2000, pág. 62) indica:
…No cabe duda de que estos aparatos proporcionan infor-
maciones útiles sobre las características dinámicas de la acti-
vación muscular, aunque ésta sea producto de una acción parti-
cular que raramente se verifica
durante la actividad laboral o
deportiva.
En cualquier caso el es-
pecialista en entrenamiento
deportivo debe conocer su
existencia e interpretar los re-
sultados emitidos por la respec-
tiva unidad de valoración fun-
cional. Por otro lado, no es más
que una aplicación de lo visto
en las definiciones de momento
de fuerza y eficacia mecánica
como interesantes para obser-
var aspectos básicos de la apli-
cación de fuerza, sus causas y Ilustración 25. Máquina isocinética (Huesa & Carabias,
consecuencias. 2000, pág. 45).

85
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

En esta primera modalidad (ilustración 25) �������������������


se puede utili-
zar dicho equipamiento (máquina isocinética) para valorar la
actuación muscular hacia arriba (extensores de rodilla) y hacia
abajo (flexores de rodilla). Para ambos movimientos se valora
la máxima tensión instantánea que se puede ejercer (lo mide un
dinamómetro interno) en relación a la angulación o distancia per-
pendicular al eje de giro (torque en ilustración 26 comunidad de
medida N m).
Los resultados en dicha ilustración muestran comparaciones
entre una y otra pierna para ambos grupos musculares que pare-
cen constatar diferencias deducibles en un mismo deportista.

Ilustración 26. Resultados comparativos en flexión/extensión entre am-


bas piernas (op.cit. p. 64).
El uso de esta información, como se ha comentado anterior-
mente, tiene sentido en los campos especificados. En los tipos y
manifestaciones que se dan habitualmente en el ámbito deportivo
este tipo de movimiento no tiene especial sentido, salvo en pro-
gramas complementarios y una vez evaluada el déficit de fuerza
en los términos expresados.
El especialista en entrenamiento deportivo debe gestionar
e interpretar dichas valoraciones como conclusión a la fase de
rehabilitación de un deportista, en las fases subsiguientes de
readaptación al esfuerzo competitivo los indicadores de rendi-
miento deben ser más aplicados al ámbito específico, algunos de
ellos los resaltaremos posteriormente.
86
Cualidades motrices de fuerza

Se debe comprender que todos los músculos no tienen por qué


ejercer el mismo momento de fuerza (momento interno) que los
antagonistas de la acción que realizan, ya que ni en angulación
ni en momento de resistencia (momento externo) se asemejan.
Este dato es relevante debido a que una supuesta equiparación, y
sucesivas decisiones emanadas de la interpretación de supuestas
disfuncionalidades, puede acarrear una versión super o infrava-
lorada del estado del grupo muscular (p.e. de los músculos exten-
sores de la rodilla, que a su vez también participan en la flexión
de cadera, con respecto a los flexores de la rodilla, que también
son extensores de la cadera). En fin, una inadecuada interpreta-
ción y consecuente extrapolación de los resultados pueden llegar
a ser nocivos en rendimiento deportivo.
De ello se desprende que, antes de realizar cualquier valora-
ción, previamente ha debido existir una evaluación general para
así determinar un perfil del deportista cuando está sano, o cuando
consiguió excelentes resultados, para comparar dichas situacio-
nes. En relación a ello, todo este protocolo debe ir acompañado
seguidamente de un examen funcional con medidas de manifes-
taciones más relacionadas con su práctica deportiva.
Se defiende la idea de obtener perfiles de referencia en dis-
tintas fases del estado de forma del deportista. Esta herramienta
permitirá tener información válida y muy útil no sólo para con-
trastar el nivel de readaptación al esfuerzo sino el estado actuali-
zado de la forma deportiva. Esta idea se desarrolla en los temas
referidos a la organización del entrenamiento, si el lector lo cree
conveniente puede adelantarse, ir al apartado referido y volver
(ilustración 34 e ilustración 35).18
3.7. Manifestaciones de fuerza en el entrenamiento deporti-
vo. fuerza isométrica máxima.
Se deben protocolizar evaluaciones que nos permitan dar un
paso más para analizar las características del/a deportista. En ge-
neral debemos conocer: 1, la capacidad de generar fuerza y, 2, el
tiempo en la que se manifiesta.
En principio la mayor manifestación de fuerza es posible valo-
rarla gracias a la detección de la fuerza isométrica máxima (FMI).
Tendríamos que tener un dispositivo que lo evaluara, sobre todo
18. Si el lector lo cree conveniente puede adelantarse, ir al apartado referido
y volver (7.1.1 Modelo combinado de cargas acentuadas y concentradas
individuales).

87
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

la manifestada y, en la medida de nuestras posibilidades, en fun-


ción del desarrollo tecnológico, contrastarla con la aplicada.
En cuanto al ángulo de la articulación; es trascendental deter-
minar dicho factor como determinante en esta valoración y qué
incidencia tiene en la especialidad deportiva en cuestión. En el
siguiente gráfico, y para los flexores y extensores de rodilla en un
estado del deportista sentado con la resistencia en el extremo dis-
tal de la pierna, se observa cómo evoluciona de manera inversa la
cantidad de Nm en función de los ángulos valorados.
Nm Comentado lo anterior, se verá ahora como
se manifiesta esta fuerza isométrica máxima y
Ext. los indicadores que de ella emanan. Se observa
en ilustración 28 que además de conocer qué
cantidad de fuerza es capaz el/la deportista de
manifestar, ápice de la curva, se puede relativi-
zar con el tiempo que se dedicó a ello además
Flex. de cada uno de los índices de manifestación
de la misma (IMF=RFD), obteniendo la me-
jor (IMF máximo=RFD máximo)19 que, como
Arco de movimiento se ha explicado anteriormente, hace valorar
Ilustración 27. Relación entre fuerza desa- la manifestación explosiva de la fuerza mani-
rrollada y arco de movimiento en flexoex- festada. Y esto se debe realizar en virtud a las
tensores de rodilla en un estudio isométrico articulaciones involucradas en nuestro movi-
(Huesa & Carabias, 2000). miento deportivo en cuestión, y para cada una
de las angulaciones que deseemos.
FUERZA (N)
4500

2500

1500
RFD max Ilustración 28. Medidas del índice
500 de manifestación de fuerza (RFD.
100 Rate of force development) en una
activación máxima isométrica
0 200 400 600 800 1000 1200 (González-Badillo & Gorostiaga,
TIEMPO (ms) 1995)20
19. Matemáticamente es fácil obtener la mayor pendiente de la curva
representada.
20. Nótese la zona de máxima RFD identificativa con la máxima expresión
explosiva de la fuerza. Para el estudio de esta cualidad motriz se hace necesario
la lectura de González-Badillo & Gorostiaga (1995) y González-Badillo &
Ribas (2002).

88
Cualidades motrices de fuerza

Desde esta perspectiva se puede considerar dos cosas para el


rendimiento deportivo: 1, detectar RFD Máx (en Newton por se-
gundos) y el tiempo en el que se ha conseguido (milisegundos)
como indicadores de rendimiento y mejora de esta cualidad. Y 2,
aplicar ciclos de entrenamientos orientados preferentes a mani-
festaciones isométricas ya que específicamente pueden permitir
mejorar la capacidad de incrementar fuerza en función del tiem-
po.
3.8. Manifestaciones en el entrenamiento deportivo. Fuerza
dinámica.
Esencialmente en entrenamiento deportivo nos centraremos
en la cantidad de fuerza manifestada en movimiento así como
del tiempo dedicado a ello. Lo podremos valorar con multitud de
dispositivos (lo veremos más extensamente en el tema valoración
de la fuerza) y nos resultaría de interés, entre otros datos, las
siguientes características expresadas en movimiento, sobre todo
en fase propulsiva:
-- Fuerza dinámica máxima (directa o indirectamente).
-- Velocidades de obtención (velocidad media, pico de v.
máxima).
-- Potencia (media, máxima y propulsiva).
-- Recorridos (distancia del movimiento total o parcial).
-- Tiempos (totales o parciales).
Y mediante una metodología inversa, es decir, una vez ob-
tenidos los valores cinemáticos estimando los dinámicos, sobre
todo en fase propulsiva:
-- Fuerza manifestada (máxima o cualquiera manifestada, en
Newtons).
-- Fuerza propulsiva (% del total, % tiempo del total manifes-
tado empleado para ello).
-- RFD máximo (tiempo en su obtención).
-- Trabajo.
-- Impulso mecánico, recordar área bajo la curva f-t manifes-
tada para mover cualquier peso, es decir, fuerza x tiempo de
actuación.
El punto de partida será obtener estos datos referidos (gráfi-
co 8) en cada movimiento establecido, por grupos musculares
preferentes en nuestra práctica deportiva. A partir de aquí, y con

89
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

sucesivos protocolos con este tipo de instrumentación, podremos


obtener toda la información anteriormente descrita, por un lado,
además de poder determinar las cargas y los valores de máxima
potencia, así como los demás datos relevantes en ese momento.

Gráfico 8. Valores cinemáticos y dinámicos estimados. Obtenido con


encoder lineal y software (T-Force Dynamic Measurement System)

3.9. Manifestaciones en el entrenamiento deportivo. fuerza


velocidad y potencia.
Cada músculo tiene una manifestación de tensión específica
en el desarrollo de un movimiento dado y que incluye, de mane-
ra general, las 8 formas de tensión citadas en anteriores aparta-
dos. Naturalmente cada una de ellas puede ser asumida por cada
músculo involucrado en el movimiento de manera diferente, es
decir, de modo diferenciado para todos los otros grupos muscu-
lares del deportista y para todas las sucesivas fases temporales de
la acción. Por ejemplo: en la carrera, diferente tensión muscular
tienen los músculos extensores de la rodilla que los del tronco
o cuello (Zanon, 1988). Todos los grupos musculares, de una u
otra manera, están involucrados en el movimiento, directa o in-
directamente. La interacción adecuada entre todas las funciones
musculares posibilita la mayor eficacia mecánica en la acción
que se realiza. La potencia con la que se desarrolla para el ámbito
deportivo tiene que ver mucho con esta interacción.
Por otro lado, el concepto potencia global del sistema
(González-Badillo & Ribas, 2002), en el que no todos los grupos
musculares se manifiestan con la mayor potencia posible, pero
entre todos la propician, es una acepción que permite aceptar la

90
Cualidades motrices de fuerza

necesidad de involucrar a cadenas cinéticas largas y cada vez más


relacionadas con la especialidad deportiva. De ahí la interesante
tarea de tener una visión global del concepto, sin menoscabo de
poder desarrollar de manera aislada algunos grupos musculares.
Aclarado esto, se va a completar el concepto de las manifestacio-
nes de fuerza rápida y la potencia.

Gráfico 9. Curva de potencia máxima en un protocolo de cargas adi-


cionales.
Tener información sobre estas manifestaciones en relación
con la velocidad es de vital importancia. Esta particularidad que
tiene la fuerza de manifestarse en un movimiento deportivo,
como es el salto con carga adicional, es esencial para la valora-
ción de la potencia máxima manifestada en miembros inferiores.
De nuevo, hay que diferenciar cuál es la potencia máxima en
un movimiento dado (p.e. con el peso de un deportista) y cuál
es la máxima de todas las posibles, implica poner al deportista
en diversas situaciones y medir, generalmente con incremento
de carga adicional (gráfico 9). Definitivamente el protocolo con
cargas adicionales permite medir y obtener este dato.
Caso práctico 4. Evolución de la cualidad potencia.
La 1ª pregunta es: ¿Con qué carga externa debe desarrollar el
deportista esta cualidad?
Respuesta:Evidentemente con el máximo de la curva repre-
sentada (curva 2) y a la velocidad a la que se manifestó (gráfico7.
curva fuerza-velocidad (f-v) y de potencia).
La 2ª pregunta es: ¿Qué medidas de actuación son las que se
decidirá?
91
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Respuesta: A grandes rasgos dependerá de: a, el máximo ob-


tenido, posiblemente sea necesario conseguir más Potencia en
términos absolutos, y b, de la especialidad deportiva; o hacia la
derecha o hacia la izquierda, es decir, orientar el entrenamiento
más hacia la velocidad o más hacia la fuerza (Gráfico 10) estan-
do en función de qué deporte se trate (Gómez-Piriz, Gutiérrez, &
Peña, 2006).

Evolución curva Potencia

2200
A
B
2150
Potencia

2100

2050

2000
70 90 110 130 150

Kilogramos

Gráfico 10. Propuesta de actuación ante orientaciones de la curva de


potencia (Gómez-Piriz, Gutiérrez, & Peña, 2006).
El instrumental básico utilizado nos permite estimar los va-
lores de potencia y su relación con el peso adicional calculados a
partir de la ecuación de la línea de tendencia polinómica (gráfico
11).

Gráfico 11. Modificaciones de la curva de potencia en un futbolista


(Gómez-Piriz, 2004).

92
Cualidades motrices de fuerza

Los instrumentales actuales nos permiten obtener con mayor


fiabilidad los datos relativos a este proceso de evaluación.
Caso práctico 5. Evolución de potencia/velocidad en press de
banca.
Bosco (2000) manifiesta una evolución de la curva f-v para
una especialidad como el lanzamiento de peso de talla internacio-
nal, en tres momentos diferentes de su preparación (gráfico12).
Se puede apreciar cómo, básicamente, la curva de potencia máx-
ima, y su relación con la velocidad a la que se manifiesta, es
un indicador relevante en la preparación deportiva. Su evolución
determina la exactitud, debida a pequeñas variaciones de la cur-
va, con la que se entrena. Las ganancias de potencia, en primer
lugar (11/05/92, cruces), y la pequeña pérdida de la velocidad
para este ejercicio (press de banca) en el tiempo más cercano a
la competición (Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, 05/06/92,
triángulos), puede ser debido a algunos factores inmersos en los
procesos de preparación. Sin ir más lejos, el ejercicio evaluado
puede dejar de ser la referencia principal y la orientación del en-
trenamiento pasa a dirigirse hacia el ejercicio de lanzamiento del
peso, objetivo de la especialidad.
Este simple, pero determinante hecho de cerca de la com-
petición hacer uso de
ejercicios similares a
la misma y, por tanto,
perder valores en otros
movimientos que, aun
habiéndose utilizado
como prefe-rentes en
ciertas fases de la pre-
paración, dan paso al
propósito del entre-
namiento, que no es
otro que la mejora en el
rendimiento específico
deportivo, nos hace re-
flexionar sobre la Or-
ganización del Entre-
namiento y la dinámica Gráfico 12. Relaciones fuerza/velocidad y fuerza/potencia en ejerci-
de estímulos conse- cio press de banca con cargas crecientes y en tres momentos distintos
cuentes a la misma. (Bosco, 2000).

93
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

En definitiva, todas las tipologías de fuerza que se han rela-


cionado en los anteriores apartados son trascendentes en el en-
trenamiento deportivo, para su conocimiento, valoración y alte-
ración según estimemos conveniente. A partir de este punto se
centrará nuestra actuación en cómo modificarlos sobre la base de
una metodología de entrenamiento de la fuerza.
3.10. Metodologías para el entrenamiento de la cualidad mo-
triz fuerza.
Una vez definida la cualidad e identificada dentro del movi-
miento humano, detectados los tipos, así como sus peculiarida-
des más comunes en función de los distintos criterios de clasifi-
cación, nos encontramos en un foro común de comunicación, por
lo que ya se está en condiciones de conocer las distintas metodo-
logías para su entrenamiento.
Se habla de metodología a todo lo concerniente a la dirección
del entrenamiento, aspecto del profesional que permite el con-
trol de todo el proceso del mismo. En primer lugar, se invita a
abordar el entrenamiento como un procedimiento científico, toda
formación y actitud en este aspecto facilitará hacerlo con rigor.
Por otro lado, al tener la característica de metodológico, campo
de las didácticas generales y específicas, y siendo un proceso de
enseñanza y aprendizaje, la habilidad didáctica propiciará aspec-
tos relevantes tanto en la formación continua del/a profesional
como en el arte de ejecutarlas y llevarlas a la práctica21.
Para una correcta comprensión del apartado, éste se va a des-
glosar en distintos niveles, entendiendo estos como los diversos
estados en los que se encuentran los deportistas con respecto a la
fase de adaptación al entrenamiento de fuerza. No debe utilizar
la misma metodología aquél o aquella que se halla en fase de
especialización al de iniciación al esfuerzo. A su vez, se plantea-
rá procesos diferentes al que se inicia en el proceso, ya sea por
comenzar un programa de actividad física que otro por reiniciar-
se después de un tiempo inactivo, circunstancias que nos harán
tratar de diferente manera dicho programa.
Se distingue la diferencia entre desarrollo de la fuerza y en-
trenamiento de la fuerza. En la primera acepción no estaríamos
21. El término arte tiene aquí una acepción de habilidad, fruto de la formación
del profesional y su experiencia en materia de entrenamiento, con la que se
lleva a efecto lo organizado previamente. El lector debe comprender que el
conocimiento de aspectos puramente teóricos, sin aplicabilidad clara, no es
condición suficiente para conseguir el éxito en tan complejo proceso.

94
Cualidades motrices de fuerza

aplicando una metodología concreta para su mejora, aun existien-


do. Es decir, en determinadas fases, sin hacer uso de elementos ni
medios concretos para la mejora de la fuerza máxima, por ejem-
plo, no implica que ésta no aumente. Es fácil observar como dos
niños/as, uno/a sedentario/a y otro/a muy activo/a, tienen valores
diferentes para manifestar la capacidad de generar máxima ten-
sión en un movimiento dado. Esta circunstancia no es producto
del entrenamiento de dicha cualidad. Efectivamente, a lo largo de
nuestra vida deportiva el realizar actividad física va a repercutir,
por sucesivos y múltiples efectos, en todas las capacidades físicas
y motrices. Directamente relacionado con esta cualidad de fuerza;
permitir manifestar cada una de las particularidades de ella nos
permitirá aumentar los niveles de cada una por separado. Es decir,
en la medida de que se presente una gran variedad de posibilidades
se desarrollarán todas. Es por tanto beneficioso en todas las edades
activar a todas las posibles para producir dicho efecto.
En orden inverso, también es sabido que con metodologías
concretas también se mejoran las distintas manifestaciones de la
fuerza; un aumento de la fuerza máxima llevará consigo una me-
jora de la capacidad de generar tensión en función del tiempo.
Este efecto natural no es óbice para opinar que cualquier cosa
vale, es obvio que llegados a ciertos niveles debemos de adecuar
y orientar el entrenamiento a necesidades concretas. A grandes
rasgos se establecen dos niveles: de iniciación y perfecciona-
miento. Se debe comprender la existencia de fases intermedias en
las que se darán aspectos metodológicos combinados en cuanto a
frecuencia, densidad y elementos utilizados.
3.10.1. Entrenamiento de la fuerza. Nivel iniciación.
Todo el proceso en esta fase no debe limitarse al concepto
habitual de hacerlo con cargas externas adicionales ni en sólo
espacios concretos (salas de musculación) Se tenderá siempre al
uso de la habilidad didáctica aplicada a este tipo de población y
a los principios de entrenamiento que preferentemente se dan en
cada etapa (ver apartados de Leyes y principios de entrenamien-
to). La idoneidad para esta fase pasa por incidir en las metodo-
logías que reviertan en los aspectos neuronales, cuyas conside-
raciones se detallarán más adelante. Por excelencia este factor
neuronal está representado por la técnica, aspecto preponderante
no sólo en este nivel pero de especial atención en estos momen-
tos. En determinadas fases, edades prepuberales, puberales y
postpuberales, por diversos motivos (biológicos, psicológicos,

95
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

sociológicos, etc.) la idoneidad del desarrollo de esta cualidad


debida a los factores neuronales está suficientemente demostra-
da, por otro lado, esta consideración también es transferible a
fases de iniciación al entrenamiento en deportistas que inician
una nueva temporada de preparación.
Si se afirma que tienen cabida el trabajo de todas las manifes-
taciones de fuerza es por haberlas contextualizado y consensuado
en temas anteriores. Hay que tener en cuenta el concepto acuña-
do a cada una de ellas. Para ello se utilizarán:
-- Ejercicios generales: que inciden más en zonas concretas
(espalda, cintura pélvica, cintura escapular, miembros supe-
riores e inferiores).
-- Con autocargas: relacionados con desplazamientos o mo-
vimientos globales.
-- Con y sin accesorios: lanzamientos (preferentemente hacia
el espacio anterior), levantamientos, arrastres, empujes, etc.
Habrá que incidir preferentemente en el aprendizaje de la
cultura del levantamiento con peso adicional, haciendo es-
pecial hincapié en la técnica. Y, desde aquí, introducirse en
los distintos ejercicios básicos de trabajo con peso adicio-
nal.
-- Elementos y medios inmersos en nuestra vida cotidiana y
social: juegos (tradicionales, autóctonos), transportes, etc.
Por multitud de motivaciones, se indica la idoneidad en eta-
pas de iniciación de, por ejemplo, trabajar con pesos que se per-
mitan mover más de 6 veces (Letzelter, 1990). Aun tendiendo a
la simplicidad, no está exenta de orientaciones claras sobre los
propósitos en estas fases de iniciación en cuanto al desarrollo de
la fuerza.
Es de práctica habitual la utilización de cargas adicionales
en fases iniciales. El uso de estos elementos está generalizado,
sería bastante difícil reconducir su idoneidad u orientación, y es
posible que todos los beneficios se obtengan por lo que se ha
denominado efecto múltiple (González-Badillo & Gorostiaga,
1995), por el que las mejoras en las distintas manifestaciones
realmente se consiguen.
Es posible también observar mejoras en distintas manifesta-
ciones de fuerza por el solo hecho de realizar ejercicios de mus-
culación (gráfico 13).

96
Cualidades motrices de fuerza

CAMBIOS DE LOS VALORES MÁXIMOS DE FUERZA


Grupos de prueba
EJERCICIOS Agotamiento x
Control x ± s Medio x ± s Duro x ± s
±s
Tracción dorsal -1,2% ± 5,4% 9,1% ± 4,9% 14,0% ± 6,0% 17,6% ± 6,0%
Press de banca 3,1% ± 7,7% 8% ± 9,3% 7,4% ± 6,7% 12,7% ± 6,1%
Prensa de piernas 0,5% ± 6,2% 9,6% ± 7% 12,4% ± 9,5% 12,9% ± 8,0%
Flexión de piernas 3,8% ± 7,9% 11,0% ± 7,6% 21,4% ± 11,3% 22,4% ± 12,9%
Flexión tronco 0,7% ± 5,4% 6,4% ± 7,4% 3,6% ± 5,9% 8,5% ± 10,6%
Extensión posterior -0,6% ± 12,2% 8,3% ± 9,7% 8,1% ± 10,3% 11,1% ± 13,0%
CAMBIOS DE LOS VALORES DE RESISTENCIA DE FUERZA
Tracción dorsal 1,8% ± 24,0% 64,9% ± 27,9% 60,2 ± 32,1% 65,9% ± 32%
Press de banca 6,6% ± 20,9% 55,2% ± 32,9% 64,2% ± 26,3% 64,6% ± 47,7%
Prensa de piernas -2,6% ± 26,7% 57,5% ± 46,7% 73,9% ± 34,1% 91,7% ± 38,0%
Flexión de piernas -3,9% ± 19,7% 76,0% ± 46,8% 83,1% ± 43,8% 102,6% ± 35,8%
Flexión tronco 3,4% ± 21,4% 25,3% ± 22,2% 29,1% ± 21,7% 34,9% ± 29,2%
Extensión posterior 4,5% ± 36,8% 33,5% ± 30,5% 30,5% ± 31,6% 58,1% ± 47,9%

Gráfico13. Cambios significativos porcentuales de valores máximos de


fuerza y de resistencia en deportistas que realizan actividades de mus-
culación frente a los que no (Boeckh-Behrens & Buskies, 2005, pág. 50)
En dicho gráfico se constata la mejora en las manifestaciones
de fuerza máxima y resistencia en los grupos musculares espe-
cificados después de tres programas diferentes de entrenamiento
(percibidos como medio, duro y hasta el agotamiento). Al res-
pecto se resalta la idea que, aunque en general es con el entre-
namiento hasta el agotamiento en las que se consigue mayores
beneficios, no sería necesario acometer programas hasta tal ex-
tremo ya que con programas intermedios también se consiguen
mejora con respecto al grupo control. No es de extrañar que en
etapas avanzadas este tipo de entrenamiento no provoque el efec-
to deseado. Es lógico, efectivamente no es lo mismo desarrollar
la fuerza que entrenarla.
3.10.2. Entrenamiento de la fuerza. Nivel perfeccionamiento.
Hay que tener en cuenta que, aunque muchos deportistas apa-
rentemente se encuentran aquí, estado cuanto menos dudoso ya
que la cultura del entrenamiento de la fuerza en multitud de espe-
cialidades deportivas se encuentra en un estado pobre en relación
con la cantidad y calidad de movimientos que se les solicita, el
déficit en cuanto a evaluación de las distintas manifestaciones

97
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

nos hace ser positivos en cuanto a las mejoras potenciales que


aún hoy podemos obtener.
La anterior reflexión nos hace tomar decisiones a lo largo de
la organización del entrenamiento, incluyendo en primer lugar
elementos que conllevan objetivos generales durante el proceso
de introducción progresiva a la adaptación al esfuerzo (inicio de
temporada de entrenamiento).
Posteriormente los procedimientos se desarrollarán orienta-
dos especialmente hacia una monitorización continua y constan-
te, es decir, es inherente al proceso de entrenamiento en etapas
avanzadas tener apoyos tecnológicos y una intención hecha há-
bito de evaluación y control del proceso.
Como se determinó en su momento es necesario controlar las
siguientes tipologías de la capacidad de generar tensión, a saber:
-- La mayor capacidad de generar tensión: Fuerza máxima.
-- La capacidad de expresarla en función del tiempo: Fuer-
za explosiva, fuerza velocidad, y por tanto, la capacidad de
producirla en potencia.
-- La capacidad de relacionarla con un sistema energético
concreto: Fuerza resistencia.
Esta reducción a lo más simple no está exenta de complejidad
si se es deficitario de la conceptualización y el sentido dado en
los anteriores apartados. Un olvido, por ejemplo, de las distintas
maneras de generar tensiones o formas de manifestarse la fuerza
en el movimiento puede dar al traste en la dinámica de esfuerzos
destinados al entrenamiento especial.
3.10.2.1. Entrenamiento de la fuerza máxima.
La necesidad de entrenar esta cualidad no ha estado exenta de
controversias, todavía hay especialistas que se preguntan el por-
qué de su desarrollo cuando en su especialidad deportiva no sería
necesario, también existen los que insistentemente no la dejan de
trabajar. El objetivo aquí es olvidarse de tópicos, olvidarse de lo
que hacen unos y otros sin análisis previos, y centrarse en lo que
acontece en cada especialidad y en relación con el deportista.
A grandes rasgos, la capacidad máxima que se tiene para ge-
nerar tensión es necesaria entrenarla. En principio por ser una
cualidad por excelencia que, como se verá más adelante, permi-
tirá albergar modificaciones potenciales de las demás manifesta-
ciones. Por otro lado, todo movimiento necesita de una gran es-

98
Cualidades motrices de fuerza

tabilidad, sobre todo proximal, sin ella será muy difícil conseguir
la habilidad distal22.
Esta cualidad se puede entrenar desde dos puntos de vistas
extremos, quiere esto decir que metodológicamente se tendrá dos
opciones bien diferenciados en función de cuál es el factor que
se pretende modificar. En síntesis, 1, con incidencia en el factor
morfológico, representado por una mayor hipertrofia muscular23,
y 2, con mayor implicación neuronal, metodología preferente.
Ambas pueden provocar un aumento de la máxima capacidad de
generar tensión.
Para ambas circunstancias existen características concretas:
A. Modificaciones en cuanto al factor morfológico:
-- Provocar fatiga provocando un catabolismo progresivo.
-- Poco descanso entre series.
-- Cargas desde el 60% de 1RM adaptando progresivamente
el proceso según asimilación del esfuerzo, tanto los kilos
que se mueven como el total de las series.
-- Poco carácter del esfuerzo.
Entendiendo el término carácter del esfuerzo como indica-
dor de la cualificación/cuantificación intencional del entrena-
miento de fuerza y definido como núcleo de lo que un esfuerzo
significa en activación y estrés para el sistema neuro-muscular
(González-Badillo & Ribas, 2002). Al respecto, estos mismos
autores indican:
Una forma práctica de aproximarse a la cualificación
o cuantificación del esfuerzo a realizar, incluyendo la inten-
ción, es la determinación del carácter del esfuerzo, término y
concepto que ha sido propuesto por González-Badillo, y que
manifiesta el núcleo de lo que un esfuerzo significa en acti-
vación y estrés para el sistema neuro-muscular. Una concep-
ción rápida de este concepto se puede extraer de un ejemplo
concreto aplicado a un ejercicio de levantamiento de pesas.
Por ejemplo, asumamos que si un sujeto levanta con la máxi-
ma velocidad un peso de 70 kg. seis veces, pero se sabe que
este mismo sujeto es capaz de hacer, como máximo 10 repe-
22. Concepto biomecánico de eficacia por el que No existe habilidad distal sin
estabilidad proximal (Gutiérrez, 1998).
23. Hipertrofiar como aumentar, en valores absolutos, la sección transversal de
fibras musculares. Aunque nunca se olvidará la existencia de distintos tipos de
hipertrofia (ver apartado anterior para aclaración).
99
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

ticiones de las mismas características, se podría decir que


realiza un esfuerzo del 60% para las repeticiones máximas
realizables. Es decir, el carácter del esfuerzo representaría
la relación porcentual entre el ejercicio realizado y el máxi-
mo realizable por el sujeto (González-Badillo & Ribas, 2002,
pág. 170).
Se puede afirmar que este tipo de esfuerzos no supondría gran
activación ni estrés para el sistema neuromuscular. Es obvio que
la velocidad en la realización de los movimientos, aun siendo
peculiar, no implicaría hacerlo a la máxima posible, sobre todo
cuando se trata de un tipo de hipertrofia general, al deportista se
le insta a que haga consciente el movimiento, con gran impli-
cación atencional. Esa peculiaridad dota a la fase excéntrica de
mayor duración que la concéntrica en relaciones que van desde
1:1,5 a 1:3.
El fundamento es el históricamente denominado Bodybuil-
ding24 y sus variantes. El proceso catabólico debe ir unido íntima-
mente con el anabólico. Hay que considerar paralelamente aspec-
tos relacionados con la nutrición deportiva específica.
Este tipo de metodología ha supuesto demasiadas contradic-
ciones. Las distintas modalidades o variantes han servido para
incidir en la multitud de estímulos para este mismo objetivo. Un
estudio pormenorizado de las mismas nos permite no confundir
sobre el fundamento u origen; p.e., en aquéllas series en las que
el sujeto podría levantar más o menos kilos, o realizar más o me-
nos repeticiones, no se incide en el objetivo propuesto, es decir,
10 repeticiones se refieren a 10 movimientos con los kilos que
sólo se puedan realizar éstos. Los ajustes, en cuanto a kilos adi-
cionales, que durante las sucesivas series deben hacerse no deben
hacer más que adaptar las exigencias de la tarea a las nuevas
condiciones del deportista.
En la ilustración 29 se hace una estimación en un supuesto en
el que el deportista no pueda alcanzar las consabidas 10 repeti-
ciones con los mismos kilos en distintas series. Se podría con-
firmar que en las sucesivas se está incidiendo en el sistema de la
misma manera que en la primera, debido a la fatiga acumulada,
aunque sea con menos kilos adicionales.

24. Realización de 10 series de 10 repeticiones con los kilos con los que sólo se
puedan realizar las mismas, para ello se hace necesario evaluarlos.

100
Cualidades motrices de fuerza

En la
búsqueda
del mismo
efecto el
deportista
realiza
8 (10 rep)

Ilustración 29. Sobre la búsqueda del mismo efecto en el desarrollo de


la hipertrofia general como objetivo de entrenamiento (ver texto).
El siguiente gráfico 14 muestra otra característica que debe
tenerse en cuenta y que anteriormente se ha señalado, es decir, la
metodología para este objetivo se puede poner en función no sólo
del valor de la carga adicional sino de la relación con la potencia
recomendada (Bosco, 2000).
100% Fuerza Isométrica
Máxima

P. MÁX.

80%

50 60%

0 V. MÁX.
0 ENTRENAMIENTO PARA LA HIPERTROFIA
CARGA: 70-90% de 1RM
POTENCIA: 70-80% de la P. máx.

Gráfico14. Metodología para hipertrofia general (Bosco, 2000).

101
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Aún con matices, la aportación del valor de potencia es inte-


resante ya que nos podría hacer orientar esa hipertrofia hacia una
selectiva, a fibras específicas en nuestra especialidad, lo cuál per-
mitirá conseguir unos objetivos añadidos a los de la metodología
empleada muy interesante en el rendimiento deportivo.
B. Modificaciones en cuanto al factor neuronal
El otro gran grupo de metodologías de desarrollo de fuerza
posibilitan la incidencia en los factores debido a los procesos
neuronales. Aunque se haga mención a fuerza máxima todas las
manifestaciones que tienen al tiempo como factor de entrena-
miento deben respetar estas recomendaciones. Algunas caracte-
rísticas comunes son:
-- Permitir que se manifiesten los factores neuronales.
-- Es obligatorio evitar fatiga neuronal.
-- Se realizarán pocas repeticiones (1-4) y mucho descanso
entre ellas. Tanto el número de series y el de repeticiones
está sujeto al 100% del carácter del esfuerzo.
-- Cargas en zona de 1RM con las repeticiones posibles (para
fuerza máxima).
-- Carácter del esfuerzo máximo (gran especificidad de estí-
mulo). Es obvio que para entrenar la fuerza máxima las car-
gas deben rondar las obtenidas 4RM a 1RM La velocidad
debe ser la máxima posible con especial incidencia en la
aplicación desde el inicio y en el transcurso del movimien-
to. Es trascendente movilizar las cargas de manera rápida
en el trasvase de fase negativa a positiva si se quiere hacer
incidencia en el ciclo estiramiento acortamiento (CEA).
Es interesante indicar los aspectos referidos a los ejercicios
utilizados en función del contexto y objetivo para el que se rea-
lizan. Las indicaciones hacen resaltar la predominancia e ido-
neidad de utilizar ejercicios progresivamente de cadena cinéti-
ca larga para una adaptación neuronal y con una secuenciación
adecuada en relación con la especialidad deportiva (González-
Badillo & Gorostiaga, 1995) Estos autores recomiendan los ejer-
cicios olímpicos (figura 8 y figura 9), de transferencia media/alta
con la especialidad deportiva y de alta velocidad de ejecución,
como elementos interesantes a incluir en el proceso de entre-
namiento.

102
Cualidades motrices de fuerza

La importancia
del uso de estos ejer-
cicios, además de en
los objetivos propios,
radicó en la posibili-
dad de monitorizar-
los. Sin embargo en
la mayoría de espe-
cialidades deportivas
ha prevalecido el cri-
terio de hacerlos por
hacerlos más que el
de funcionalidad. Es
cierto que en ocasio-
nes su uso ha sido
indiscriminado, sin
evaluación de su téc-
nica y, mucho menos Figura 8. Movimiento olímpico 1.
y en consecuencia, como aplicación hacia objetivos pretendidos
en origen.
Por otro lado, la transferencia hacia la especialidad deporti-
va no es absoluta, a favor tienen su indudable aportación a la
conexión entre valores de potencia parciales con los progresiva-
mente más globales, fruto de la intervención de cadenas cinéticas
cada vez más largas. Por fin, las nuevas tecnologías (figura 10)
parecen vislumbrar la
deseable culminación
de dicho proceso.
Con ello es posible
acercarse más a la
transferencia total,
la mayor entre los
valores de máxima
potencia, ahora sí,
en relación con mo-
vimientos deportivos
propios de nuestra es-
pecialidad.
Y ¿de qué tiempo
se dispone para una
adaptación a este tipo Figura 9. Movimiento olímpico 2.

103
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

de esfuerzos? Parece obvio que se tendría que utilizar una es-


tructura de entrenamiento que lo permita, y la conveniencia de
establecer un mesociclo con orientación preferente. Teniendo en
cuenta la aplicación práctica de los principios y leyes de entrena-
miento, se podría confirmar que: Cuanto más estímulos se pre-
senten y más carácter del esfuerzo, referido a las cargas utili-
zadas y a la velocidad manifestada, más se reduciría el proceso
de adaptación. Relacionado con lo anterior utilizando cargas del
85-100% o carácter del esfuerzo equivalente pueden encontrarse
mejoras en 2-5 semanas (González-Badillo & Ribas, 2002, pág.
182), en función de la densidad del estímulo.
3.10.2.2. Entrenamiento de la fuerza en repeticiones adecuadas.
Para unificar el criterio de porcentaje de carga adicional se
debe aclarar que es un parámetro en continua modificación, por
lo que hay que evaluar constantemente dicho factor. Desde el
test de 1RM se han venido tomando como referencia los por-
centajes de peso a mover. El protocolo del test ha dificultado esa
constante obtención de información sobre la adaptación a los va-
lores de carga adicional cuando se entrena. Los especialistas en
la materia, a sabiendas de estas circunstancias, han desarrollado
alternativas para dotar de funcionalidad y aplicabilidad a la de-
terminación de la fuerza máxima dinámica, por la que se obten-
dría la máxima capacidad de generar tensión en manifestaciones
dinámicas. Se aparta, sólo momentáneamente, la interacción de
ésta con el tiempo y la velocidad, claro que sería muy interesante
valorar la máxima carga adicional (1RM), o la relación con ella,
y la velocidad de movimiento, por la cuál no sería lo mismo
tener 1RM de 100 kilos moviendo unas veces al 100% de la ve-
locidad posible y otras al 50%. Es obvia la necesidad de aparatos
específicos para valorar y controlar esta cuestión.
La resolución de esta problemática, la máxima capacidad
de generar tensión, se va resolviendo progresivamente, sucesi-
vas investigaciones actualizan datos y conclusiones relevantes,
sobre todo, a la población a la que se transfiere los mismos.
Es lógico pensar que la capacidad de generar la máxima ten-
sión una sola vez está íntimamente relacionada con la máxima
capacidad de generar tensión dos veces, tres, y así sucesiva-
mente. Pero; ¿cuál es esa relación?, ¿es la misma para personas
sedentarias, entrenadas de nivel medio o muy entrenados? Es
lógico pensar que mientras más avanzados se encuentren los

104
Cualidades motrices de fuerza

deportistas más consistente será esa relación. Han sido muchos


autores los que intentan dar solución a esta problemática, así
que a distintas condiciones de investigación es posible encon-
trar diferentes resultados; Bosco (2000), citando a otros, expuso
la relación porcentual entre estas manifestaciones máximas de
la fuerza (gráfico 15).
Máximo número de repeticiones que Porcentaje de la carga
se pueden realizar en una serie máxima
1 RM 100%
2 RM 95 (± 2)%
3 RM 90 (± 3)%
4 RM 86 (± 4)%
5 RM 82 (± 5)%
6 RM 78 (± 6)%
7 RM 74 (± 7)%
8 RM 70 (± 8)%
9 RM 65 (± 9)%
10 RM 61 (± 10)%
11 RM 57 (± 11)%
12 RM 53 (± 12)%
Gráfico 15. Valores correspondientes al porcentaje de carga máxima
(columna derecha) y máximo número de repeticiones (columna izquier-
da) que se pueden realizar (Bosco, 2000).
Se observa como los márgenes se amplían a medida que las
repeticiones aumentan, esta es una peculiaridad generalizada,
puesto que cada vez influyen más factores, y es una estrategia
a adaptar en los procesos de entrenamiento. El margen, arriba
y abajo, suele ser una buena decisión en situaciones diarias de
entrenamiento.
Las opciones de valoración indirecta de la 1RM han sido re-
cogidas de otros autores (González-Badillo & Ribas, 2002, pág.
138) o en Tous (1999), se fundamentan en ecuaciones de re-
gresión lineal (es muy probable que esta relación sea de otro tipo)
y no tienen la posibilidad de márgenes como la anterior opción.
Los factores a considerar son R (repeticiones conseguidas, más
fiable entre 6 y10) y el peso levantado (peso en Kg).

1 RM=
PesoKg
/1,0278-0,0278·R
Ecuación 1. Estimación de 1RM. Brzycki (1993, ver texto).

105
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

1 RM=
100·PesoKg
/48,80+53,8 0,055·R

Ecuación 2. Estimación de 1RM. Wathan (1994, ver texto).


El peso que se mueve tiene unas repeticiones directas, o con
márgenes si se utilizan. Para todo lo demás se podría interpretar
como la utilización de otras metodologías demostradas o incluso,
el uso de desarrollos más o menos suaves de la fuerza. De esta
manera los siguientes gráficos especifican algunas metodologías
utilizadas en cuanto a repeticiones y series con porcentajes de la
1RM. que son fácilmente interpretables (Bosco, 2000)25.
4x 80%
3x 85%
1x 95% 2x 90%
2x 90% (b) 1x 95%
3x 85%
4x 80% 4x 1x 95%
5x 75% 5x 2x 90%
75% 6x 3x 85%
(a)
65% 7x 4x 80%
60% 8x (c)

Método alemán Método búlgaro


Piramide alemana Calentamiento Entrenamiento
1 x isometría máxima 2 x 3 x 50% 3 x 1 x 100%
1 x 1 x 100% 1 x 2 x 60% 3 x 2-3 x 85-90%
1 x 2 x 90% 1 x 1 x 70% 1 x 1 x 90%
1 x 3 x 80% 1 x 1 x 80% 1 x 3 x 100%
1 x 4 x 70% 1 x 1 x 90% 3 x 2-3 x 85-90%
1 x 5 x 60% 1 x 1 x 90%
1 x 4 x 70% 3 x 1 x 100%
1 x 3 x 80% 3 x 3 x 85%
1 x 2 x 90%
Ilustración 30. Sobre metodologías para el entrenamiento de la fuerza
máxima en función de las cargas adicionales y las repeticiones adecuadas
3.10.2.3. Entrenamiento de la fuerza: Explosiva, rápida y potencia.
Las características relevantes de la incidencia en aspectos neu-
ronales en el entrenamiento de la fuerza, que en el anterior aparta-
do se desarrolló, servirán como base para el entrenamiento de las
tensiones musculares que se dan en función del tiempo: permitir
25 Nótese el error de transcripción en la 4ª serie de entrenamiento bajo el
método búlgaro. Evidentemente no es posible realizar 3 rep. con el 100%.

106
Cualidades motrices de fuerza

que se manifiesten los factores neuronales, evitar fatiga neuro-


nal, las repeticiones con las que se consigan los máximos valores
evaluados tanto en curva fuerza tiempo (c f-t), como en la curva
fuerza velocidad (c f-v) o los máximos valores de potencia, mu-
cho descanso entre series. Y, por último, tanto el número de series
y el de repeticiones está sujeto al 100% del carácter del esfuerzo.
Puramente se puede incidir en cada una de ellas por separado,
sobre todo si existe conflicto o en períodos concretos es muy
recomendable. Para todo lo demás es posible que accediendo a
movimientos de cadenas cinéticas largas o ejercicios específicos
deportivos, bajo monitorización, se esté activando los mecanis-
mos neuronales que conlleven mejora en todas ellas.
En primer lugar, se puede activar las mejoras de las tres, ex-
plosiva, rápida y potencia, para un único movimiento, por ejem-
plo, cuando el ejercicio que nos interese esté muy relacionado
con el movimiento deportivo en el que se desee mejorar dichos
parámetros. Sin embargo, también es posible hacerlo individual-
mente con la utilización de aparatos y parcializando el trabajo
según interese.
Bosco ���������������������������������������������������
(2000) recomienda zonas de trabajo para estas mani-
festaciones de fuerza (en concreto el autor se centra en la ex-
plosiva), en relación a la potencia, obviamente en manifestación
máxima, y de la carga adicional, para ambas se necesita una
evaluación continua.

Gráfico16. Características del entrenamiento de la fuerza explosiva


(Bosco, 2000)
107
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Para este tipo de desarrollo de la fuerza se hace


muy necesaria la monitorización de los esfuerzos,
con aparatos que posean sistemas electrónicos de
medición, generalmente con encóder lineal o los
actuales acelerómetros, adaptables y aplicablesa
cualquier máquina de musculación que emplee
como resistencia externa la fuerza de la gravedad
o sistema similar. Actualmente son cada vez más
utilizadas las tecnologías basadas en aire compri-
mido con accesorios neumáticos e interface muy
apropiado para la aplicación del entrenamiento
hacia estas cualidades de fuerza (figura 10), sobre
todo por la alta gama de movimientos y, por tanto,
de grupos musculares específicos a cada especia-
Figura 10. Máquinas con últimas tec- lidad.
nologías para el control del entrena- El uso de movimientos en los que se ha com-
miento.
probado que se alcanza mayores valores de po-
tencia (p.e. olímpicos), o situaciones en las que se
manifiesta la mayor expresión de fuerza explosiva (fuerza iso-
métrica máxima), así como las expresiones explosivo-elásticas
y explosivo-elásticas-reactivas, muy relacionadas con el movi-
miento deportivo concreto, permiten conseguir el tratamiento
adecuado hacia estas cualidades de fuerza. La instrumentación
antes descrita (figura 10) va a permitir adaptar los movimien-
tos a la especialidad deportiva en cuestión. Esta posibilidad ha
supuesto un gran avance sobre todo en estructuras cercanas a
competición o en períodos de alta orientación de esfuerzos a la
especialidad deportiva. Por ejemplo, adaptar los valores de po-
tencia, recogidos en el interface de la máquina como feedback al
deportista que ejecuta, 1, en un gesto de lanzamiento en balon-
mano, 2, en un desplazamiento lateral específico en baloncesto,
3, un gesto técnico de drive en tenis, 4, un desplazamiento hacia
atrás en bádminton, etc. era algo impensable, pero deseado, hace
algunos años.
Caso práctico 6. Sobre entrenamiento de la fuerza, en manifes-
taciones en función del tiempo, y sus relaciones con la mayor
capacidad de generar tensión.
En la siguiente representación (gráfico 17), existe un momento
durante el proceso de entrenamiento en el que el deportista no me-
jora con el ritmo habitual. En tal caso un entrenamiento orientado

108
Cualidades motrices de fuerza

a la fuerza máxima permitiría un margen de desarrollo mayor: el


entrenamiento de la capacidad de generar tensión máxima hace
que el deportista se encuentre en un estado mayor de capacit-
ación de hacerlo en menos tiempo. Esta relación entre capacidad
de generar tensión máxima y hacerlo de manera más eficaz en
función del tiempo es un obstáculo a salvar en las metodologías
contemporáneas de entrenamiento deportivo. En este caso, es aún
más certera esta cuestión, se trata de un jugador de rugby con alta
experiencia en el trabajo con peso adicional, se puede deducir
su familiaridad con el contexto debido a la homogeneidad de los
datos. Su natural evolución, además de sus necesidades de ren-
dimiento, al ser de-lantero como puesto específico, va a permitir
tomar decisiones interesantes en cuanto a su proceso de entre-
namiento. El jugador en cuestión debe utilizar el peso obtenido en
zona de máxima potencia en la prueba (50-55 Kg.), la velocidad
con la que la obtuvo y, por tanto, la potencia (watios).
Por último, se alienta hacia la posibilidad de realizar multitud
de estímulos dirigidos al objetivo de entrenamiento, de manera
consciente y lógica. Documentarse y evaluar el estado del depor-
tista es un seguro de actuación.

Gráfico 17. Valores de potencia en un jugador de rugby (Temp. 07/08).


No cabe duda que la multitud de opciones al respecto hace
caer en la incertidumbre. Esto no es óbice para pensar que de
cualquier forma se podrá incidir en estas cualidades. A lo largo
del texto se apuesta por que el especialista pueda construir su
entrenamiento con la cautela y la seguridad sobre la base teórica
aquí desarrollada.
109
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Caso práctico 7. Elementos utilizados para entrenar la fuerza


explosiva, rápida y potencia en miembros inferiores. Activida-
des para entrenamiento orientado hacia la potencia.
El fin último es hacer posible que el deportista sea más po-
tente con su peso corporal. Los procedimientos a utilizar tienen
un denominador común a todas estas manifestaciones de fuerza,
similar a la metodología sobre factores neuronales antes detalla-
da. Los distintos elementos que se relacionan (tabla 6, y ejemplos
de sesiones en tabla 7) son útiles para incidir en la potencia del
deportista solicitada en la multitud de especialidades deportivas
que se practican en tierra, sobre todo en estructuras de entre-
namiento competitivas.
El deportista deberá someterse a un proceso de adaptación en
el que en una primera fase conseguirá mayores valores en térmi-
nos absolutos tanto de la curva f-t, la f-v, así como la de potencia.
En una segunda fase se orientará esa adaptación hacia las carac-
terísticas del deporte.
A falta de una evaluación adecuada de dichos elementos, el
uso de peso adicional, generalmente mientras permitan la correc-
ta ejecución técnica y en la incidencia en el aspecto neuronal, que
explicaría dicho avance. Parece evidente también la incidencia en
los miembros inferiores, sin embargo se podría realizar baterías
de ejercicios para otros distintos grupos musculares (miembros
superiores, de la cintura pélvica, de la cintura escapular, etc.) en
función de otras especialidades deportivas.
1. Saltar alto: un solo salto con contramovimiento con la intensidad
adecuada para subirse limpiamente a una altura concreta. La altura
debe suponer un reto y el movimiento debe respetar la técnica ade-
cuada.
2. Sentadillas, cargadas y arrancadas (técnica).
3. Ejercicios con barras de peso adicional (<20 kgs.) Ejemplos:
- Sentadillas + Salto + Amortiguamiento
- Barra desde detrás de la cabeza, hacer yerk (envión, 2º tiempo de
levantamiento)
- Barra desde 1º tiempo (hombros) hacer yerk (envión)
- Sentadilla con barra por delante.
4. Desplazamientos varios coordinativos con barra en hombros. Ele-
mentos que coordinan el apoyo con la tensión necesaria para hacerlo
coordinativamente.
5. Cuestas pequeñas (10 m.)

110
Cualidades motrices de fuerza

6. Escaleras pequeñas (6 escalones)


7: Multisaltos con dobles rebotes rápidos. Centrar la actividad en
la capacidad de reaccionar. El terreno es importantísimo, se reco-
mienda incluso la realización sobre pista específica de atletismo
(tartán)
Tabla 6. Tipo de ejercicios para entrenar la fuerza explosiva, rá-
pida y potencia.

Ejemplo sesión 1:
Sentadillas, cargadas y arrancadas (técnica) y contraste (4x6)
3X3 escalones pequeños (6) (mucha recuperación)
3X3 cuestas pequeñas (15 m.) (mucha recuperación)
Desplazamientos varios coordinados sobre línea = 15’
Desentumecer con técnica específica deportiva.
Ejemplo sesión 2:
Sentadillas, cargadas y arrancadas (técnica) y contraste (4x6)
Saltar alto (3X4)
Ejercicios con barras:
- Sentadillas + Salto + Amortiguamiento
- Desde detrás de la cabeza hacer yerk (envión)
- Desde 1º tiempo (barra hombros) hacer yerk (envión)
- Sentadillas con barra por delante.
- Desplazamientos varios coordinados sobre = 15’
- Desentumecer, entre otros objetivos, con técnica específica depor-
tiva.

Tabla 7. Tipo de sesiones para entrenar la fuerza explosiva, rá-


pida y potencia.
Con respecto al entrenamiento de la potencia a lo largo de los
distintos períodos. El especialista no debe caer en la tentación de
practicar desde el primer día hasta el último en el entrenamiento
reiterativo de la misma. Siendo el objetivo, no debe enmasca-
rarse con los mismos medios habituales para conseguirlo, de tal
manera que aunque se esté en período de competición el sistema
deportista necesita de las mejoras y mantenimiento de las capaci-
dades residuales que lo mantengan en los niveles adecuados de,
por ejemplo, un desarrollo de la máxima capacidad de generar
tensión (fuerza máxima) o aumentar los valores y características
específicas del máximo volumen de oxígeno (VO2Máx.) para la
cualidad motriz resistencia.

111
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Aun empleando ejercicios como los que se han descrito para


el entrenamiento de la potencia, a saber: con peso adicional,
rebotes o los específicos con monitorización del gesto, duran-
te todo el proceso no se estará en condiciones de confiar que
los objetivos se cumplan. Obsesionarse en la utilización de ele-
mentos idénticos al fin propuesto no significa la obtención del
mismo:
…la clave es el ritmo de mejora. El entrenamiento de
la fuerza ha demostrado obtener resultados mucho mejores
que el entrenamiento de la potencia, sobre todo cuando se
emplea la periodización de la fuerza máxima. Para mejorar
una hay que mejorar la otra. En estas condiciones, la poten-
cia aumenta con mayor rapidez y alcanza niveles más altos
(Bompa, 2000, pág. 12).
3.10.2.4. Entrenamiento de la fuerza resistencia.
Sobre esta manifestación hay que entender dos aspectos di-
ferenciadores: 1, el entrenamiento de la resistencia a la potencia
y, 2, la relación de esta cualidad con los distintos sistemas ener-
géticos que dotan al esfuerzo de una intensidad diferente y que
permiten una mayor duración de la capacidad de generar tensión.
Esta segunda característica tendrá que tratarse posteriormente, al
hablar de la cualidad resistencia.
Aun tratándose de una relación con un sistema energético
(sistema de los fosfágenos o fosfatos) resistir a la pérdida de
potencia merece un tratamiento especial debido a su aplicación
directa en la mayoría de las especialidades deportivas, por un
lado, y a su concreción metodológica, por otro. Cuando la mo-
nitorización existe se hace necesario valorar el comportamiento
del deportista al respecto; cómo pierde potencia es sólo posible
saberlo si se mide que potencia obtiene en cada movimiento. El
concepto de series y repeticiones, previamente establecido, tien-
de a desaparecer. En el gráfico18 se observa la evolución de los
valores de potencia media en fase propulsiva para dos series en
el movimiento de media sentadilla con cargas de 20 kilos adicio-
nales. Es importante observar la evolución de dichos valores y la
diferenciación de números de repeticiones para cada una de las
series.

112
Cualidades motrices de fuerza

Gráfico 18. Número de repeticiones para dos series consecutivas en


media sentadilla con la obtención mediante encóder lineal de los valo-
res de potencia media en fase propulsiva (ver texto).
Con respecto a la capacidad que se tiene de seguir generando
en potencia el movimiento existen estímulos con las siguientes
consideraciones:
1. ≤15/20 rep. ó 30/40’’ de ejecución es la duración estándar
para poder determinar una pérdida de valores en potencia
máxima. Parece obvio que con la utilización de los materia-
les anteriormente mencionados esta orientación pasa a ser
personal e intransferible.
2. Series hasta pérdida de técnica o velocidad de ejecución.
3. Descanso alto o el suficiente para repetir otra serie de ejer-
cicios con la misma calidad.
4. Gran variedad de trabajo según especialidad, utilizándose
diferentes y variados elementos.
5. Generalmente la metodología tradicional, habitualmente
utilizada en espacios como gimnasios con ejercicios locali-
zados no sería la más recomendable.
6. Evidentemente con autocargas, también con carga adicio-
nal, y mediante un control continuo de la situación.
La figura 11
����������������������������������������������������
representa las zonas de entrenamiento de esta cu-
alidad según el autor. Parece obvio que el porcentaje con respecto

113
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

a 1RM corresponde al evaluado y, de igual manera, el porcentaje


de la potencia máxima similar o muy cercana a la valorada.

Figura 11. Sobre entrenamiento de la resistencia a la fuerza rápida


(Bosco, 2000).

3.11. Evaluación de la fuerza


Desde el principio se ha apostado por la evaluación como ele-
mento sin el cual es imposible la incidencia en una específica
manifestación de fuerza, ser capaz de detectar los tipos es una
manera de empezar a entrenarlos conscientemente.
El tratamiento de la evaluación es de vital importancia en el
proceso de entrenamiento, en ocasiones no será posible reducirla
a un número, monitorizar el entrenamiento es posible en determi-
nadas especialidades deportivas, en otras no tanto, pero en todas
existe un proceso de evaluación adecuado.
Los pasos fundamentales para someterse a una evaluación
siguen un formato científico. La medida como tal es el instru-
mento por excelencia, todo lo que rodee al proceso de obtención
de datos va a determinar el valor de la misma por lo que hay que
tener muchísimo cuidado y talento para ello. La puesta en prác-
tica de los puntos siguientes ayudará a controlar esta cuestión en
cuanto al análisis y valoración no sólo de esta cualidad, servirá,
por tanto, para el resto de valoraciones de cualidades:

114
Cualidades motrices de fuerza

-- Protocolo concreto de realización de la prueba.


-- Definir la evaluación en la cualidad física.
-- Distinguir factores a considerar.
-- Analizar los pormenores.
-- Detectar qué es lo que se mide.
-- Aplicar pruebas sencillas.
-- Proporciona constante información.
-- Base suficientemente sólida.
-- Validez.
-- Fiabilidad.
La fuerza ha sido evaluada tradicionalmente en el ámbito es-
colar con pruebas que de una u otra manera establecían un valor a
una o varias manifestaciones de fuerza. Seguidamente se aprecia
la relación de ejercicios y el grupo de test de algunas conocidas:
← FUERZA EVALUADA EN CENTROS ESCOLARES TRA-
DICONALESMENTE:
- Flexión tronco (ab.) *
- Flexión de brazos mantenida. *
- Flexiones barras. 1
- Salto de longitud piés juntos. * (triple)
- Dinamometría manual. *
- Salto vertical. 1
- 1 Test de aptitud física * Batería Eurofit.
Gráfico 19. Test de valoración de la fuerza. Pruebas existentes en bate-
ría eurofit y de aptitud física.
Existen una variada parrilla de test y mucha cantidad de ejer-
cicios que son utilizados para medir esta cualidad (Martínez-Ló-
pez, 2001, págs. 130-187) Evidentemente la simple utilización
de un test concreto o la aplicación de protocolos establecidos en
la literatura específica, con aparataje más o menos actualizado,
por sí solo no capacita al profesional. Éste, sin embargo, debe
tener una cultura de la medición y un rigor propio de su categoría
profesional y, sobre todo, fruto de la capacidad de adaptación a
las circunstancias en las que vive su día a día.
La aplicación de los resultados debe ser instantánea, para uso
inmediato de los valores obtenidos en modo entrenamiento. El
uso de la información para entrenar permitió hace tiempo evolu-
cionar muchísimo, dejando atrás las formas antiguas de realizar

115
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

un test al principio, otro a mitad y una al final del proceso de


entrenamiento. La única estrategia existente que tiene como fun-
damento evaluar debe ser aportar constante información de cómo
se encuentra el deportista y cuáles son las distintas orientaciones,
en cuanto al apartado motor, sugerentes para la evolución del
mismo.
3.11.1. Evaluación de la fuerza. Categorías por instrumenta-
ción a utilizar.
Teniendo como fundamento la obra de McArdle, Kacth, &
Katch, 1990 que propone la clasificación según categorías y,
haciendo una adaptación a los tiempos actuales, se propone la
siguiente clasificación en función de la instrumentación utilizada
en la valoración del rendimiento de la fuerza.
CATEGORÍA I:
Para medición de fuerza isométrica máxima (FIM):
-- Tensiometría (mide la tensión generada mediante el cable
hace mover la aguja indicando el valor de la fuerza). Exis-
te una batería de test que se ha desarrollado para medir la
fuerza estática (mide contracción isométrica o estática) de
los músculos que activan los dedos, pulgar, muñeca, codo,
hombro, el tronco, cuello, cadera, rodilla y tobillo.
-- Dinamometría: cumple el efecto de compresión (se com-
prime un muelle de acero desplazándose la aguja). Existe
principalmente de la mano y espalda (aparatos estandari-
zados).
Para medición de fuerza dinámica máxima:
-- 1 RM.
-- Máximas repeticiones. 1RM indirecto.
CATEGORÍA II:
-- Aparatos que proporcionan una velocidad controlada/cons-
tante y resistencia variable (equipo isocinético), aplica una
fuerza igual en sentido contrario (también velocidad y resis-
tencia constantes).
-- Sistemas de registro de fuerzas basado en plataformas dina-
mométricas para valoración de dinámica de fuerzas (fuerza/
tiempo, fuerza/velocidad).
-- Sistemas de registro de variables tales como la velocidad
y aceleración instantánea, fuerza, potencia y cálculos de-

116
Cualidades motrices de fuerza

rivados. Cada vez son más utilizados


los acelerómetros en el rendimiento
deportivo (figura 12).
-- Técnicas basadas en la imagen, uti-
lizadas para medición de la técnica
y, mediante metodología inversa,
permiten estimar las variables ciné-
ticas manifestadas en el movimiento
(análisis biomecánicos).
-- Tensiomiografía. Esta opción per-
mitirá medir la capacidad de respu-
esta, el tiempo de activación y de re-
lajación, entre otros parámetros. De
manera no invasiva permitirá valorar
Figura 12. Acelerómetros como instrumenta-
los efectos de entrenamiento o el es- ción indispensable en la medición de la fuerza.
tado del deportista entre otras aplica-
ciones (visitar http://www.tmg-spain.
com) Debido a la utilización en superficie hay que prestar
especial atención al protocolo en cuanto a la colocación del
receptor, electrodos utilizados, etc.
El uso de toda esta amalgama de tests e instrumentación debe-
rá ofrecer información sobre las tipologías de fuerza que se han
estudiado y que seguidamente se relacionan (González-Badillo
& Ribas, 2002):
-- Fuerza dinámica máxima (directa o indirectamente).
-- Velocidades de obtención (velocidad media, pico de v.
máxima y v. propulsiva media).
-- Potencia (media, máxima y propulsiva).
-- Recorridos (distancia del movimiento total o parcial).
-- Tiempos (totales o parciales).
-- Fuerza manifestada (máxima o cualquiera manifestada, en
Newtons).
-- Fuerza propulsiva porcentaje del total, porcentaje tiempo
del total manifestado empleado para ello).
-- RFD máximo (tiempo en su obtención).
-- Trabajo.
-- Impulso mecánico.
Es interesante que todo lo relativo a la evaluación y control
del rendimiento sea orientado adecuadamente, no debe prevale-

117
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

cer ninguna otra cosa más que la utilización del método cientí-
fico. El extracto siguiente es fiel a estas consideraciones (Mac-
�����
Dougall, Wenger, & Green, 2000, pág. 131):
…Otro propósito de la evaluación de la fuerza y la po-
tencia, así como de otras características, es el desarrollo del
perfil del deportista que permita identificar tanto sus puntos
débiles como sus ventajas. La evaluación también se puede
utilizar para controlar el progreso del entrenamiento y la re-
cuperación de las lesiones. Los métodos más habituales de
evaluación de fuerza y potencia son las pruebas de levanta-
miento de pesas, las pruebas isométricas, las pruebas iso-
cinéticas y las pruebas específicas de salto. El criterio más
importante a la hora de seleccionar una prueba es la especi-
ficidad. Cuanto mayor sea la capacidad de una prueba para
simular el patrón de movimiento y el patrón de resistencia
de un deporte, más valía tendrá. Otros criterios para selec-
cionar una prueba son la velocidad, la accesibilidad a los
datos y análisis, y la factibilidad… la selección del equipo,
el instrumental, la calibración, las unidades de medida y la
expresión de los resultados, la posición y la estabilización
de los sujetos, el número de repeticiones y los períodos de
reposo y la estandarización de las instrucciones…

118
4. Cualidades motrices de amplitud de
movimiento

Los objetivos para este subapartado son comunes, en este


caso para la amplitud de movimiento se trata de:
-- Definir la cualidad e identificarla dentro del movimiento
humano.
-- Ser capaz de detectar los tipos, así como sus peculiaridades
más comunes, en función de los distintos criterios de clasi-
ficación.
-- Conocer las distintas metodologías para su desarrollo.
-- Aplicar estos contenidos en la práctica.
-- Relacionar las distintas cualidades entre ellas mismas en
una búsqueda de preparación integral de todas ellas.
4.1. Concepto de amplitud de movimiento y consideraciones
generales.
La cualidad relacionada con la capacidad de realizar los mo-
vimientos con altos grados de movilidad no ha sido bien tratada
históricamente. Tradicionalmente se ha estructurado el entrena-
miento para desarrollar cualquiera de las cualidades motrices,
fuerza o resistencia, por ejemplo y, en cambio, a la amplitud de
movimiento no se le ha dado un espacio en el proceso de entre-
namiento. No se entiende como actividad programada el utilizar
ejercicios antes, en la introducción progresiva en la sesión, o al
final, en la fase regresiva.
Antes de desarrollar este apartado se necesita ¡Otra aclaración
terminológica!, que permita ubicarla dentro del rendimiento de-

119
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

portivo en el lugar que le pertenece. Para ello se la va a tratar de


la manera que se solicita, en toda su amplitud y con significado
también en la mejora de la prestación deportiva. Es decir, los pro-
fesionales que la defienden deben mejorar su presentación, inci-
dir en las distintas metodologías y en organizar el entrenamiento
para que pase a ser una necesidad y no una obligación.
Holland, citado por Alter (1998, pág. 13) ya acuñó el término
amplitud de movimiento (en adelante ADM), éste aglutina una
reconceptualización propia de las características de esta cualidad
física, siendo el resultado de la interacción adecuada de propie-
dades elásticas, flexibles y móviles de los elementos que deter-
minan una articulación, se podría definir como máximo grado de
movimiento permitido por una articulación o articulaciones, en
función de su estructura y limitada por el aparato de conjunción
y la tensión de los músculos antagonistas.
El mayor o menor desarrollo de esta cualidad no se limita
a aplicaciones físicas, mayor o menor rango de movimiento, el
control del mismo toma protagonismo de tal manera que un buen
desarrollo de aspectos requeridos para la percepción corporal,
espacial y temporal tiene como resultado una dimensión especial
en su trabajo y mejora.
Se debe tener suficientemente claro qué cualidad, en aspectos
básicos, es de la que se trata. Se invita a desobedecer aspectos
tradicionales limitantes y que no concuerdan con los requisitos
previos necesarios para aumentar el rendimiento deportivo. Es
decir, el entrenamiento deportivo solicita las características gene-
rales y específicas de esta cualidad para su incidencia en la mejor
prestación deportiva.
Básicamente la ADM podrá ser estática y/o dinámica, y de-
sarrollarse sobre la base de movimientos pasivos y/o activos en
una interacción adecuada entre ellos. En general, las distintas es-
pecialidades deportivas solicitan movimientos activos y dinámi-
cos, por lo que, de inicio, la predominancia de ejercicios pasivos
no parece ser una decisión correcta en el desarrollo de esta cu-
alidad.
La estabilidad articular y su inseparable movilidad
Es actualmente obvio que estas dos características, estabili-
dad y movilidad, son necesarias para desarrollar un movimiento
deportivo. Sólo con la aclaración de permitir, compartir y com-

120
Cualidades motrices de amplitud de movimiento

paginar que las articulaciones sean móviles y estables se está


incidiendo, 1, en las metodologías predominantes y, 2, el lugar
de los programas específicos de ADM en el plan general de en-
trenamiento.
En contraposición a ello se extendió tradicionalmente la idea
de que un/a deportista con gran amplitud articular era poco es-
table, idea asociada con el término laxitud. Igualmente un/a de-
portista con gran estabilidad, robustez más bien, era poco móvil,
idea asociada con el término rigidez (ilustración 31). Ninguna
de las dos ideas expuestas tienen que ver, ni con la salud del
deportista, ni con la mejora de su rendimiento. Por tanto, lo que
se desarrolla en este tema es la inalterable concordancia entre la
ADM. y sus grandes posibilidades de estabilidad, y viceversa.

Ilustración 31. Inadecuación del concepto de amplitud de movimiento


en entrenamiento deportivo.

4.2. Propiedades de la ADM.


Serían innumerables las propiedades de esta cualidad, algu-
nas puramente fisiológicas, como la proporción de la proteína
elastina en la composición muscular. Pero el fundamento de su
desarrollo depende de muchos otros. Seguidamente se relacionan
algunas características relevantes en el ámbito del entrenamien-
to deportivo, aspectos que sirven para organizarnos en cuál es el
enfoque actual que se le va a dotar a la misma:
-- El grado de amplitud o movimiento de una articulación es
específico de ella.
-- La ADM no se mejora a corto plazo o sin un programa es-
pecífico.

121
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

-- En situación close-packing (compacto), concepto contrario


(loose-packed), las superficies articulares se vuelven total-
mente concordantes, sus medios de unión están en espiral,
tensos y es más difícil el movimiento en la articulación (Al-
����
ter, 1998, pág. 60). Esta consideración es interesante ya que
aunque la articulación en cuestión sea muy móvil (escápu-
lohumeral o coxofemoral, de tipo enartrosis) existen situa-
ciones en las que sus elementos de unión están tan tensos
que debe existir un control del movimiento requerido, de
otra forma se encuentra muy propensa a lesionarse.
-- La ADM puede ser desarrollada a cualquier edad mediante
un entrenamiento adecuado con diferente progreso ante dis-
tintos potenciales.
Aparentemente esta cualidad no ha estado en continua rela-
ción con las demás, tradicionalmente en tela de juicio, en algunos
momentos se llegó a afirmar que estaba contraindicada con el de-
sarrollo de otras cualidades. Sin embargo cuando un/a deportista
se mueve necesita de todas en perfecta armonía, por naturaleza
es así, por tanto, no parece lógico entenderlas de manera contra-
ria a su solicitud. Cualquier otra consideración no hace más que
evidenciar el déficit científico en demostrar la realidad.
El desconocimiento de su aportación al rendimiento deportivo
no hace más que frenar la natural evolución de la preparación
del deportista. Es más, en un intento de justificar su relevancia, y
debido a que las características elásticas musculares se ven bene-
ficiadas cuando existe un desarrollo programado de la ADM26 es
muy probable que todas aquellas manifestaciones en las que éstas
tengan incidencia directa, como sucede en las explosivo-elásticas,
se vean mejoradas. Esta afirmación es debida a la deducción ló-
gica de interrelación entre ambas: la mejora en las características
elásticas musculares incidirán en la generación en primer lugar,
y el mejor aprovechamiento ulterior, de la energía acumulada en
estos elementos en los movimientos requeridos. Se recuerda que
el ciclo estiramiento-acortamiento (CEA) supone la mayoría de
las acciones deportivas que se dan en deportes de tierra.
Exentos de tópicos sobre el desarrollo de la ADM, entrenán-
dola se obtienen grandes beneficios, algunos de los demostrados
no tienen mucho que ver con la forma en los que a lo largo de los
26. Al determinar que las características elásticas musculares mejoran se
hace referencia a que las propiedades de un cuerpo elástico evolucionan o
involucionan en función, o no, de su uso y práctica consciente.

122
Cualidades motrices de amplitud de movimiento

tiempos se han desarrollado. Las siguientes afirmaciones deben


propiciar metodologías claras de actuación (González-Badillo &
Ribas, 2002):
-- La ADM no parece cambiar las propiedades mecánicas del
músculo pero aumenta el rango de movimiento por una me-
jor tolerancia al estrés articular por estiramiento (op.cit.
p.58)
-- Los mejores resultados se obtienen con la metodología de
la facilitación neuromuscular propioceptiva (en adelante
FNP).
-- Los elementos viscosos pueden contribuir a las caracterís-
ticas elásticas musculares, aunque explicando no más del
30% de la elasticidad total. Sobre la base de la tixotropía27
se aumenta la de temperatura producto de la repetitivas acti-
vaciones/relajaciones musculares, se produce esa contribu-
ción de esas características viscosas musculares.
Efectivamente, la orientación que se va a dar, y las distintas
metodologías que deben predominar, no tienen que ver con las
que aún en la actualidad persiste en el ámbito del rendimiento
deportivo.
4.3. Métodos de entrenamiento de la ADM.
Algunas consideraciones generales al entrenamiento de la
ADM,previas a la explicación de los métodos posibles de utili-
zar, son interesantes para orientar los programas de mejora:
1. Intensidad. Referida a la tensión que se debe generar intra-
articularmente. La recomendación al respecto es: la máxima
intensidad antes de la aparición del dolor, que sucede como
señal de alarma, y que en este caso pasa a ser un instrumen-
to de feedback para el deportista para conocer sus posibili-
dades y limitaciones de movimiento.
2. Duración, en cuanto al tiempo de actuación. Debería ser
aquél que permita la adaptación a corto plazo en ese rango
de movimiento. Tiene mucho que ver con las característi-
cas del deporte y del deportista. Por ejemplo: un deportista
en gimnasia tiene una duración diferente a un deportista de
taekwondo, en general de mayor intensidad y menor dura-
ción. Este aspecto por sí mismo dota de diferente duración
al ejercicio y distinta metodología de desarrollo.
27. Cambio en la viscosidad inducido por el aumento de la temperatura tras
fricción de sus componentes moleculares.

123
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

3. Frecuencia de movimientos en tiempo determinado. Aso-


ciada a la anterior y relativa al tiempo y número de veces en
las que se realizan los ejercicios, y debería ser aquél número
a partir del cual no se perciba adaptación a ese rango. Sin
embargo el deportista de taekwondo, haciendo uso del mis-
mo ejemplo, deberá de adaptarse progresivamente a la rea-
lización de cada vez menos repeticiones y a más intensidad.
4. Velocidad/naturaleza del movimiento. Este aspecto aúna
todos los demás factores. Progresivamente en entrenamien-
to deportivo se irá utilizando velocidades similares a la de
la especialidad deportiva. Este aspecto dota de diferente
característica al ejercicio y distintas metodologías para su
desarrollo.
Ya, Tumanyan y Dzhanyan, citados por Alter (1998), ��������������
utili-
zando una combinación de ejercicios de fortalecimiento y de
estiramiento obtuvieron los mayores avances en ADM activa,
disminuyendo las diferencias entre la pasiva y la activa. Al
repecto cuanta más diferencia entre la ADM pasiva y la activa
mayor riesgo de lesión (Iashvili, 1983). Ésta es una máxima que
ayudará a entender la injusticia a la que se someten los/as de-
portistas, olvidándonos como directores de programas de ambas
consideraciones, en ocasiones sólo se incide en la manifestación
pasiva. Esta forma de actuar se agrava en situaciones en las que,
además de realizar un movimiento amplio al que hay que llegar
de manera activa, al deportista se le solicita que aplique fuerza.
Por ejemplo: al jugador de baloncesto al tratar de alcanzar un
rebote, o al taekwondista al dar una patada con altos rangos de
movimiento, o a la gimnasta que debe aplicar fuerza a un aro
para hacerlo girar con el pié a máximo rango de movimiento de
la cadera, al futbolista que en rangos amplios de movimiento se
le solicita un despeje o remate, etc.
4.3.1. Técnicas para el entrenamiento de la ADM.
Las características de los métodos de entrenamiento de la
ADM. basados en las características subyacentes a las ideas ex-
puestas, se fundamentan en movimientos, generalmente activos
y pasivos en todas sus modalidades o versiones, que determinan
técnicas de actuación diferentes. Se explican bajo el convenci-
miento, basado en la práctica, de que la combinación de todas
esas modalidades va a permitir una muy diversa gama de po-
sibilidades, que nada tiene que ver con una visión limitada al
respecto.
124
Cualidades motrices de amplitud de movimiento

4.3.1.1. Técnicas dinámicas.


Con utilización del movimiento, entre ellos los movimientos
considerados activos han obtenido una correlación mayor con el
nivel de logros deportivos que los movimientos pasivos (Iashvili,
1983) y en el ámbito deportivo deben prevalecer, sin discrimi-
nación absoluta de actuaciones pasivas, generalmente utilizadas
en tratamientos puntuales o desde la perspectiva rehabilitadora
en fases iniciales.
Entre estas técnicas dinámicas se destacan las basadas en
los movimientos balísticos, por tener especial incidencia en la
actuación muscular, tal como resulta de un análisis de multitud
de especialidades deportivas. Para los buscadores de fórmulas
metodológicas; Matveyev (1983) ya indicó series de 8-12 rep. en
las fases iniciales. Es fundamental el concepto de hasta que no
exista más ADM como principio general, o lo que es lo mismo,
hasta que exista la adaptación perseguida en los rangos de movi-
mientos útiles.
Dentro de este aparta-
do de técnicas dinámicas
no se puede olvidar el
uso de las mismas activi-
dades deportivas como
elemento importantísi-
mo para desarrollar una
ADM consecuente con
los requerimientos so-
licitados. Es decir, en los
propios movimientos de-
portivos existen posibili-
dades multivariadas que
llevan implícitas la me-
jora activa y dinámica de
esta cualidad. Entre ellos
los de cadena cinética
larga, p.e. lanzamiento
de jabalina, tiro en balo-
nmano, las habilidades
gimnásticas y las propias
acciones de juego en la
multitud de deportes de Figura 13. Elementos técnicos y tácticos como medio de entrena-
los que se dispone van miento de la ADM.

125
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

a ser una fuente inagotable de tareas muy válidas. Aun estando


poco estructuradas metodológicamente no hace más que adaptar
al deportista en las acciones a las que va a ser sometido en su vida
deportiva habitual (figura 13).
4.3.1.2. Técnicas estáticas.
Estas técnicas están basadas en el mantenimiento de una po-
sición que posibilita el estiramiento de un grupo muscular. En
general, en todas las técnicas se hace imprescindible el conoci-
miento de la acción mecánica del grupo muscular, la posición
adquirida está condicionada a ello ya que debe ser la contraria a
dicha acción.
El objetivo es mantener esa posición en rangos óptimos, o
máximos, con control de lo que sucede, debido al reflejo inverso de
estiramiento, por el que la información recibida desde la multitud
de receptores propioceptivos28 al producirse un exceso de tensión
sobre el tendón sobre un tiempo prolongado (aprox. mayor a 6’’),
y una vez superada la situación de alarma consecuente, se produce
un ulterior proceso de relajación del músculo que es estirado. En
la siguiente repetición debe constatarse un aumento del rango de
movimiento. Se deduce que el mismo fenómeno debe existir en la
articulación permitiendo esa tolerancia al estrés interno.
Estas técnicas obtienen gran relevancia y son muy utilizadas
debido a la existencia de feedbacks continuos, muy necesarios
en la toma de consciencia motora. En cualquier caso en ningún
momento se indicó la exclusividad, dentro de estas técnicas, de la
utilización de movimientos pasivos, por el contrario es muy útil
realizar métodos estáticos pero activos.
Desde estas técnicas se han desarrollado otras variantes: acti-
va/asistida, pasiva/asistida, activo/pasivo, pasivo/activo o mixtas
(acepción que aquí se orienta hacia el uso adecuado de una y
otra). En definitiva, son combinaciones que en ocasiones inciden
en una fase con una fuerza externa mayor, o menor, o una fuerza
interna mayor o menor realizada por el agonista de la acción.
El lector no debe, dado el número de posibilidades, desorien-
tarse, al contrario, debe tener claro que realmente sólo se trata de
una aplicación lógica, en este caso ante ejercicios estáticos, sin
movimientos, y con el uso de activación muscular (activos) o no
(pasivos).
28. Los receptores propioceptivos que intervienen en estas técnicas inciden en
los circuitos neuronales espinales facilitadores e inhibidores de los agonistas y
antagonistas, respectivamente.
126
Cualidades motrices de amplitud de movimiento

Por otro lado, existe la manipulación como método estático,


utilizada principalmente en el campo de la fisioterapia. Se trata
de diversas técnicas manipuladoras con las que se han determina-
do grandes avances en esta cualidad, sería, por tanto, beneficioso
combinarlas con las técnicas activas.
Y en relación al anterior campo profesional, las tracciones.
Específicas también del ámbito fisioterapéutico, aplicándose
también en forma de inversiones, suspensiones, etc. en el terre-
no del entrenamiento deportivo, siendo propicio no descuidar la
activación como esencial para el máximo beneficio de la cua-
lidad.
Al igual que se expresaba anteriormente cuando se refería a
la cualidad fuerza, el uso del concepto de cadena cinética está
en este apartado representado por el de estiramientos basados en
las cadenas musculares (Busquet, 2004). En síntesis se trata de
relacionar las posiciones que se adquieren en el ejercicio con los
distintos grupos musculares que se coordinan para la realización
de movimientos asociados. Desde esta óptica, que desarrolla aún
más el concepto de la amplitud de movimiento, los ejercicios no
tendrían que estar localizados en un solo, o po-
cos grupos musculares, de tal manera que la im-
plicación del control de la actividad, debida a la
concienciación de la tarea propuesta, toma una di-
mensión muy interesante desde el punto de vista
del entrenamiento deportivo.
Por último, las técnicas combinadas, relacio-
nan adecuadamente las consideradas estáticas y
dinámicas, FNP, manipulaciones y tracciones.
Defendidas como las que más desarrollo de la
amplitud de movimiento deportivo consiguen.
Las combinaciones de elementos van a ser uti-
lizados en nuestras sesiones de entrenamiento
para albergar un amplio repertorio de ejercicios
y técnicas.
4.3.2. Facilitación neuromuscular propioceptiva.
Esta metodología adquiere en esta obra es-
pecial relevancia. Muchos autores indican la
(1998) es- Figura 14. Adaptación de tarea bajo
idoneidad de esta posibilidad, Alter ����������
la perspectiva de cadenas musculares
pecificóvariantes diversas, fundamentadas en la (Busquet, 2004).
FNP que han gozado de gran popularidad. Pero;

127
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

¿Cuál es su fundamento?, ¿Qué efectos produce? Seguro que,


después de desarrollar estas vicisitudes, se tendrá la base para
ampliar las multitudes variantes existentes.
Fundamentalmente está sustentada en mecanismos neurofi-
siológicos, que se sustentan en informaciones aportadas por los
receptores propioceptivos. Por un lado existe el proceso de Fa-
cilitación, que posibilita la consecución de una acción posterior
de activación del grupo muscular agonista de la acción, y que se
consigue por medio de dos procedimientos:
-- Provoca la disminución del umbral de las motoneuronas,
por lo que ésta se excitaría con menor resistencia, propi-
ciando la ulterior activación.
-- Acciona un mayor reclutamiento de motoneuronas. Por el
que, para el posterior movimiento, este factor neuronal se
verá mejorado.
Por otro lado, se produce un mecanismo de inhibición, que
trata de suspender transitoriamente la actividad del grupo mus-
cular antagonista de la acción, del que se está estirando. Se con-
sigue gracias a dos procesos contrarios al de facilitación:
-- La disminución de la excitabilidad neuronal, por la que ésta
se excitaría con un estímulo mayor.
-- La reducción del reclutamiento de motoneuronas, por el
que no se beneficiaría este proceso.
En resumen, una activación del grupo agonista de la acción
produciría una inhibición refleja del antagonista, momento que
se aprovecharía para estirarlo (1). Paralelamente, un continuo
estiramiento del antagonista de la acción provocaría una facilita-
ción del agonista, instante en el que esta técnica aconseja la fase
de activación del mismo (y 2).
Una vez entendido estos mecanismos y a sabiendas de que la
velocidad de transmisión neuronal es a todas luces inapreciable,
las acciones se postulan como simultáneas y bajo un efecto de su-
perposición. Se mezcan efectos durante el mismo ejercicio, esta
convivencia de efectos debe interpretarse como natural y funda-
menta la gran amalgama de metodologías utilizadas.
Algunas de las variantes de esta técnica son (Alter, 1998):
-- Contracciones repetidas (a).
-- Iniciación rítmica (b).
-- Inversión lenta (c).

128
Cualidades motrices de amplitud de movimiento

-- Inversión lenta – contención (d).


-- Estabilización rítmica (e).
-- Contracción-relax (f).
-- Contención-relax (g).
-- Inversión agonística (i).
-- O algunas mezclas entre las anteriores o incluso las técnicas
populares de streching o superstreching.
Metodológicamente no debe preocupar esta simultaneidad y
superposición, más bien, en sentido contrario, muchos de los mo-
vimientos deportivos gozan también de todos estos efectos, por
lo que estaríamos en el camino de la consecución de los objetivos
de entrenamiento.

Gráfico 20. Algunas técnicas de FNP. (Alter, 1998, pag. 109)29.

29. Al ser textual se mantienen los términos de la misma. Hay que recordar
que las apreciaciones contracción isotónica hace mención en la actualidad a las
activaciones anisométricas (concéntrica y excéntrica)..

129
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Los tipos de activaciones musculares, y cuestiones relacio-


nadas con el análisis del movimiento, todavía hoy cuentan con
diversas acepciones que bien vendrían aclarar. Se hace necesaria
una simbiosis terminológica en campos profesionales asociados
al rendimiento deportivo. Con los siguientes ejemplos el lector
deberá entender la premisa terminológica desarrollada en los
primeros temas de este libro como prerrequisito para considerar
nuestro campo como científico, el entrenamiento deportivo lo es,
aunque se tenga que trabajar duro para mantenerlo.
Ejemplo 1, los ejercicios denominados pasivos, aún se les
consideran como producto de la intervención de un asistente,
persona que facilita dicho ejercicio, no entendiéndose simple-
mente como la ausencia de activación del agonista de la acción o,
en técnicas estáticas, de la falta de activación del grupo muscular
que permitiría mantener la posición.
Ejemplo 2, un grupo muscular no es agonista, o antagonista,
de otro grupo muscular sino de la acción mecánica que se realiza,
de una extensión el grupo muscular flexor es antagonista de la
misma, no de los extensores.
Ejemplo 3, si un grupo muscular antagonista de la acción que
se desarrolla actúa, siguiendo con el anterior caso el flexor en la
extensión, controlándola, el tipo de activación muscular es ex-
céntrica.

130
Cualidades motrices de amplitud de movimiento

Ejemplo 4, si el agonista de la extensión es el que actúa, ex-


tensor, el tipo de activación se denomina concéntrica.

Gráfico 21. Sobre ejercicios de ADM (y 2).

131
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Caso práctico 8. Sobre metodologías FNP informales o no me-


todológicamente estructuradas.
Las siguientes situaciones prácticas ayudarán a entender que,
aunque no constituidas metodológicamente como las anteriores
propuestas, también nos permiten similares efectos. Se reco-
mienda también la utilización de estas técnicas desestructura-
das, es decir, sin una estructura estricta en materia de tiempo de
estiramiento o de activación. Son situaciones naturales, lúdicas y
bastante atractivas, y que permite aumentar la variedad de ejerci-
cios a usar. Veamos algunos ejemplos:
-- Deportista que se suspende de un
listón e intenta desplazarse hacia
ambos lados consiguiendo activar a
altos grados de movimientos, relajar
y de nuevo activar reiteradamente
los grupos musculares y articula-
ciones implícitas en el movimiento
(Fig. 15).
-- Deportistas en situaciones de lucha
adquiriendo en el suelo posiciones
en las que se ven obligados a fajar-
se e intentar deshacerse del compa-
ñero/rival. La estabilidad articular
y el desarrollo del inicio de apli-
Figura 15. Las suspen-
cación de fuerza, no sólo con su siones como desarrollo
cuerpo sino con el del compañero/ de la cualidad amplitud
adversariohace casi imprescindi- de movimiento.
bles su uso como desarrollo de la ADM de Movimiento
(Fig. 16).
-- El juego como el enredo
(twister), por el que en fun-
ción del azar deben llegar a
alcanzarse con los distintos
segmentos el círculo del co-
lor en cuestión sin perder la
estabilidad con gran rango
articular, pude constituirse
como modelo de desarrollo
en forma de juego de la cua-
lidad ADM (Fig. 17).
Figura 16. La lucha como desarrollo de la cualidad amplitud

132
Cualidades motrices de amplitud de movimiento

Actualmente los usos de plataformas vibratorias,


aunque se pretenda dar más utilidad de la que realmen-
te tienen, posiblemente por razones comerciales, tienen
sus motivaciones en los procesos neurofisiológicos an-
tes descritos para la FNP. La velocidad de transmisión
neuronal es, como se ha comentado, inapreciable, por
tanto los efectos de simultaneidad y superposición son
inapreciables. Esta convivencia de efectos es deducible
que se den en situaciones en las que las velocidades
de activación/relajación se potencian, como con estos
aparatos. Por tanto, estamos ante una propuesta nada
nueva en cuanto a sus fundamentos pero sí en cuanto
a la disposición de situaciones que de otra manera sería
imposible. El fin último es conseguir altas dosis de esta-
bilidad articular sin menoscabo de su movilidad, y esto
es un signo de salud (Fig. 18). Figura 17. Tapiz del juego del
enredo para desarrollo de la
cualidad ADM.

Figura 18. Plataformas vibratorias como instrumento de técnica FNP.


Las técnicas de desarrollo de la cualidad física ADM quedan
diferenciadas básicamente en función del nivel de los ejecutan-
tes, preferentemente se utilizarán:
-- Ejercicios dinámicos y en presencia de actividades lúdicas
en la fase de iniciación, con incidencias variadas en las dis-
tintas técnicas mostradas.
-- Todas las técnicas desarrolladas anteriormente en la fase de
perfeccionamiento, con inclusión de movimientos deporti-
vos específicos.

133
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

4.3.3. Evaluación de la amplitud de movimiento.


Para valorar la amplitud de movimiento de la articulación
(ADM=ROM, range of movement) deberían utilizarse diferentes
test, para distintas articulaciones, y así poder conocer la real o
global del sujeto.
No hay una prueba general que ofrezca valores representa-
tivos de ADM. corporal total, las pruebas son específicas para
cada articulación, grupo muscular y área de tejido conectivo.
En general es mejor medir mediante tests que midan ángulos
(grados). Para ello se utilizará especialmente en el rendimiento
deportivo la metodología que utiliza los procedimientos biome-
cánicos, en los que se hace necesario la captura de imágenes.
Actualmente con la posibilidad de hacerlo con cámaras digitales
y software específico se simplifica este proceso.
Aun no siendo una cualidad que habitualmente se mida en el
ámbito del entrenamiento, salvo en las especialidades deportivas
que dependan de ella, el convencimiento sobre la relevancia de
esta cualidad para el rendimiento del deportista tiene que ver mu-
cho con la necesidad de evaluarla. Los nuevos procedimientos
pueden incentivar a su utilización como valor de rendimiento,
por otra parte muy útil en ciertas articulaciones y en fases de
rehabilitación deportiva.
En el gráfico 22 se puede observar las mediciones realizadas
en dos ejercicios diferentes. Se puede apreciar las diferencias
existentes entre mantener de manera activa la pierna extendida
en flexión de cadera y el ángulo conseguido lanzando dicho
segmento en un movimiento balístico, lanzando la pierna hacia
arri-ba. Entre otras consideraciones podremos saber las diferen-
cias entre la ADM pasiva, coincidente con el ángulo obtenido
en el movimiento balístico, y la ADM activa estática. Esta
medición puede interpretarse como indicador de rendimiento
para este movimiento y para las articulaciones involucradas en
el mismo.
Esta forma de actuar es simple y puede constituirse como ha-
bitual en las mediciones en gestos trascendentes en la práctica
deportiva. En el mismo gráfico se observa como existe un des-
fase entre ambos ejercicios en todos los deportistas, en algunos
casos puede conllevar un procedimiento en el entrenamiento de

134
Cualidades motrices de amplitud de movimiento

la cualidad diferente para distintos deportistas. En concreto, el


jugador 2 obtiene 60º de diferencia, la mayor diferencia de todos,
en el jugador 4 es de 20º. Este dato nos hace interpretar que sobre
el jugador 2 predominaría una metodología activa, hasta acercar
ambos rangos de movimiento.

Gráfico 22. Diferencias entre ADM activa estática y ADM activa balís-
tica para la cadera en el plano sagital, lanzamiento de pierna arriba,
mediante análisis en 2D.
Tradicionalmente el uso de centímetros ha supuesto falta de
validez y fiabilidad en la obtención de los datos. Obviar las ca-
racterísticas antropométricas del deportista, por ejemplo, puede
falsear las medidas en cuanto esta cualidad. Una simple interre-
lación de estos datos permite obtener datos más válidos. Se rela-
cionan las siguientes formas de actuar que pueden ayudar a este
propósito.
Caso práctico 9. Adaptación test 1 ADM.

Figura 19. Test 1 de evaluación de la ADM (a sit-and-reach test).

135
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Este test, por sí mismo, no daría una información válida. Cier-


tas estrategias permiten ponderar los resultados y evidentemente
solucionan, en parte, el problema, por ejemplo:
cadera hombro
Índice de valoración=[distancia entre (cm)-distancia entre (cm)]+distancia obtenida test
talón dedos
Ecuación 3. Índice de valoración de ADM 1.
Un deportista (A) con 100 cm. de piernas (distancia entre ta-
lón y cadera), 60 cm. de brazos (distancia entre dedos y hombro),
por tanto 40 cm. de diferencia entre ambas longitudes. Si en el
test obtuvo 10 cm. obtendría 50 como indicador en esta prueba.
Otro deportista (B) con medidas (75/60) y el mismo valor en
el test obtendría 25 como índice de valoración. Deportista (C)
con medidas (75/45, 10) tendría como valor (40) frente a otro
deportista (D; 75/55, 20) que consiguiendo más en el test tendría
también valor 40. Decisiones de este tipo reducen adjetivos erró-
neos dirigidos a ciertos deportistas, que por sus características
concretas, en este caso antropométricas, no tienen por qué ser
sometidos a infravaloraciones en cuanto a la cualidad ADM30.
Caso práctico 10. Adaptación test 2 ADM.
Esta ponderación de resultados en otros tests son más comú-
nes (test de hombros) y evidentemente solucionan también la fal-
sedad de la medida (ecuación 4):
distancia entre manos Test (cm)
Índice de valoración=
anchura de hombros

Ecuación 4. Índice de valoración de ADM 2.

Caso práctico 11. Adaptación test 3 ADM.


Como se ha indicado otras opciones nos permiten obtener
datos en situaciones recomendables, y muy válidas para el en-
trenamiento posterior de la cualidad. En el caso que se expone
cualquier software específico nos puede dar información sobre el
ángulo obtenido, en este caso, por las líneas proyectadas de las
que unen tobillo/rodilla de ambas piernas, tomando el cruce entre
ambas como centro figura 21).

30. Hay que resaltar la injusticia que en ocasiones, cada vez menos, estas pruebas
ocasionaron en entornos educativos determinando incluso la calificación en la
materia de educación física.

136
Cualidades motrices de amplitud de movimiento

Figura 21. Test 3 de evaluación de la ADM.

Caso práctico 12. Adaptaciones test 4 de la ADM.


Esta estrategia es muy interesante y está fundamentada en la
utilidad de movimientos deportivos, valga la explicación desa-
rrollada para el movimiento de lanzar la pierna arriba (gráfico
22). Es decir, movimientos referidos a especificaciones del de-
porte en concreto y adaptado al mismo que nos aportan informa-
ciones útiles para el desarrollo posterior de la cualidad (gimnasia
artística, deportes de lucha, atletismo, golf, ciclismo, etc…). Una
adaptación al ámbito deportivo obtenida de Fontecha (1999), so-
bre aspectos generales de esta cuestión, nos permite proponer
actividades según las siguientes características:
-- Movimientos que abarquen la totalidad de las cadenas ciné-
ticas básicas aplicables en la actividad deportiva.
-- Cada tarea propuesta son gestos del deporte.
-- El material necesario mínimo y económico (recomendable
técnicas cinematográficas).
-- Tiempo de dedicación reducido.
-- Pocas pruebas para completarlo.
-- Fácil comprensión.
-- Medición rápida, sencilla e inmediata.
Las posibilidades con las que nos encontramos desde esta
nueva visión de la valoración de la cualidad suponen un punto de
partida de tratamiento más igualitario con respecto a otras cuali-
dades. Por tanto, se trata de una cualidad muy medible, con altos

137
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

grados de fiabilidad y, sobre todo, validez. Dirigir la atención


hacia la comparación entre ADM pasiva, activa y ciertos movi-
mientos balísticos es muy interesante desde el punto de vista del
rendimiento deportivo.

138
5. Cualidades motrices de resistencia

La captación de un esquema homogéneo en el estudio de las


cualidades hace que los objetivos para la cualidad resistencia
sean los siguientes:
-- Definir la cualidad resistencia e identificarla dentro del mo-
vimiento humano.
-- Ser capaz de detectar los tipos de resistencia, así como sus
peculiaridades más comunes, en función de los distintos cri-
terios de clasificación.
-- Conocer las distintas metodologías para su desarrollo.
-- Aplicar estos contenidos en la práctica.
-- Relacionar las distintas cualidades entre ellas mismas en
una búsqueda de preparación integral de todas ellas.
5.1. La resistencia como cualidad motriz.
Ha sido una cualidad que en el transcurso de la historia ha
tenido sus más y sus menos. Existieron tendencias conducen-
tes a priorizar el entrenamiento en base a ella, posteriormente
se infravaloró su aportación al ámbito del entrenamiento, y así
sucesivamente. Por otro lado, es obvio que aunque el enfoque ha
sido casi exclusivamente fisiológico, los factores que interfieren,
potenciándola o disminuyendo sus posibilidades según se orien-
ten, son muchos más; cualquiera que se vea sometido a este tipo
de esfuerzos podrá hacer un alegato a los procesos psicológicos
o técnicos que determinan su rendimiento.

139
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

El factor cultural es relevante, incluso existen sociedades es-


tructuradas, en parte, por lo potencialmente hábil que se mues-
tren sus habitantes en pruebas de resistencia (ilustración 32.
Sobre culturas asociadas al éxito en la cualidad resistencia) Las
condiciones sociales y medioambientales, además de las propia-
mente genéticas, propician que haya deportistas especialmente
dotados para ciertos esfuerzos relacionados con esta cualidad,
generalmentecon vinculación hacia medias y
largas distancias.
Se podría confirmar que la cualidad motriz
resistencia depende mucho de la consideración
que de ella se tenga. Los deportistas, y sus téc-
nicos, deben ser conscientes del sacrificio al que
se tienen que asociar especialmente cuando se
trata de tareas cuyo objetivo sea, de una u otra
manera, soportar un esfuerzo durante un tiempo
Ilustración 32. Sobre culturas asociadas y a una intensidad determinada. Este cambio de
al éxito en la cualidad resistencia. chip es de vital importancia para conseguir los
objetivos de entrenamiento de esta cualidad.
5.1.1. Definición y tipos de resistencia.
En un breve recordatorio de algunas de las definiciones de la
resistencia se han elegido las siguientes, especialmente por su
trascendencia histórica y simplicidad en su entendimiento:
Capacidad de realizar un esfuerzo de mayor o menor intensidad
durante el mayor tiempo posible (Álvarez del Villar, 1983)
Capacidad para resistir a la fatiga (Harre, 1987)
Para aglutinar todas las manifestaciones de la resistencia los
términos comunes que deben caracterizar todas las definiciones
deben ser: intensidad, duración y fatiga. La definición de Harre,
aun siendo simple, es bastante aclaratoria para esta cualidad mo-
La fatiga es el factor triz. La fatiga es el factor clave, haciendo mención a la pérdida
clave, haciendo men-
ción a la pérdida de
de eficiencia mecánica en relación con el movimiento previsto
eficiencia mecánica en y el que realmente se hace, en un desfase con el que se está ca-
relación con el movi- pacitado a hacer. Fisiológicamente hablando los distintos meta-
miento previsto y el bolismos implícitos en los distintos sistemas energéticos pueden
que realmente se hace,
en un desfase con el verse afectados por este fenómeno imposibilitando la continua-
que se está capacitado ción de la relación cantidad de energía a obtener en un determi-
a hacer. nado tiempo y la disponibilidad de esa relación. En la tabla 8 se
desarrolla algunos indicadores de fatiga externos, considerados

140
Cualidades motrices de resistencia

así los que se manifiestan habitualmente en el esfuerzo y siendo


de vital trascendencia sobre todo cuando no se tienen desarrollos
tecnológicos para su control, esta situación es bastante habitual
en la práctica diaria.
Reanudación
después del
Fatiga leve Fatiga intensa Fatiga límite esfuerzo

Enrojecimiento
Enrojecimiento intenso con la Las manchas pálidas
Color de piel Leve enrojecimiento
intenso aparición de duran varios días
manchas pálidas

Intenso con Muy intenso con


Medio en base a la
Sudor secreción por secreción por todo Secreción nocturna
temperatura
encima de la cintura el cuerpo

Alteración completa
Disminución de la coordinación, Movimientos
Movimientos de la precisión, movimientos imprecisos y
Ejecución motora seguros en función inseguridad y flojos, aumento disminución de la
del nivel aumento de los de los errores fuerza en las 24-48
errores y movimientos horas sucesivas
vacilantes

Incapacidad
Falta de atención,
para corregir los
incapacidad Distracción,
Normal, sin movimientos y
Concentración para asimilar nerviosismo y falta
nerviosismo para concentrarse
explicaciones de concentración
en las 24-48 horas
técnicas
sucesivas

Dificultad para
Músculos pesados y dormir y falta de
Músculos
doloridos, vértigos, descanso, elevada
Aún se puede débiles, dificultad
Sensación del náuseas, sensación frecuencia cardíaca
realizar cualquier respiratoria y pocas
estado de salud de vómito, incluso después
tipo de esfuerzo capacidades de
escozores en el de 24 horas,
rendimiento
pecho persistentes dolores
musculares

Aún dispuestos a Ganas de descansar


Ningunas ganas de
Disponibilidad Deseo de realizar la realizar la actividad, y de interrumpir la
entrenarse al dia
hacia el esfuerzo actividad pero aumentando las actividad, tendencia
siguiente
pausas a darse por vencido

Tabla 8. Síntomas de la fatiga e indicadores desde distintas


perspectivas, adaptado de Harre en Tamorri (2004).
Las clasificaciones que se van a utilizar son bastante típicas
aunque en el desarrollo de este tema se pretende dotar a las mis-
mas de una visión diferente, de acorde con el libro. En función de
diversos criterios son las que se muestran en tabla 9.

141
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

En función de la participación muscular.


1. Según volumen de participación:
R. Local
R. General/global
2. Según forma de intervención (movimiento o no):
Dinámica
Estática
Según la relación con la especialidad deportiva:
1. De base
2. Específica
En función de los sistemas energéticos preferentes; con uso prefe-
rente o no de O2 en sus reacciones metabólicas (1), con producción
preferente o no de lactato en las mismas (2) y relacionados con prin-
cipios inmediatos preferentemente solicitados (y 3):
1. Resistencia preferentemente aeróbica (generalmente glucolítica y
lipídica)
2. Resistencia preferentemente anaeróbica (glucolítica) láctica
3. Resistencia preferentemente anaeróbica aláctica (sistemas de los
fosfágenos)
Tabla 9. Clasificaciones de la cualidad resistencia.
Sobre todos los tipos es importante entender que existen den-
tro de ellas algunas especificaciones (aeróbica de media o larga
duración, en potencia anaeróbica láctica, etc.), por otro lado, se
pueden entremezclar, dando como resultado expresiones como
resistencia anaeróbica aláctica estática local o, aeróbica específi-
ca. Bien, todas ellas explican de una u otra forma las característi-
cas del movimiento deportivo en cuanto a esta cualidad.
5.1.1.1. Dinámica de sistemas energéticos preferentes. Visión
clásica.
El ámbito fisiológico, aun no siendo el factor exclusivo, es al
que más le ha preocupado históricamente aportar herramientas
para el entendimiento de los procesos que se dan en los esfuerzos
en función de los mecanismos energéticos y estructurales que le
acompañan. No hay que olvidar que el campo psicológico, socio-
lógico, físico, etc. tienen también respuestas lógicas, y demos-
tradas científicamente, para explicar el comportamiento de los
deportistas ante estas situaciones.
Ninguna de estas perspectivas científicas es nuestro campo de
actuación, de hecho sus informaciones provienen desde la óptica
de las perspectivas científicas de apoyo al rendimiento deporti-

142
Cualidades motrices de resistencia

vo. La premisa fundamental es que el profesional de la actividad


física y el deporte debe hacer interactuar todas estas informacio-
nes proporcionadas y aunarlas en el verdadero protagonista: el
deportista. Todas las controversias emanadas de intereses parti-
culares quedan en un segundo plano.
En honor al esfuerzo de los fisiólogos y de las numerosas e
interesantísimas aportaciones, se está en la obligación de estu-
diarlas, comprenderlas y traducirlas en el qué hacer diario del
entrenamiento deportivo. En ello se fundamenta una parte muy
importante del estudio de la resistencia, en saberlas llevar a la
práctica.
Sobre la base de lo anterior, se hace necesaria la actualiza-
ción y continuo estudio del apartado fisiológico. La interesante
distinción profesional es que el/la especialista en entrenamiento
deportivo debe actuar desde la perspectiva del esfuerzo. Es ésta
una dimensión clara, concisa y sustancialmente diferenciadora
de nuestro campo de actuación. En la medida que se sepa aplicar
los adelantos científicos, en este caso en materia fisiológica, y
acoplarlos en los esfuerzos que se realizan en la multitud de es-
pecialidades motrices y deportivas más exclusividad y categoría
tendrá nuestra actuación profesional.
Desde esta perspectiva, y como base del estudio de esta cuali-
dad, es imprescindible manejar la obra de Zintl (1991). Además,
por supuesto, de los distintos manuales que se encuentran sobre
fisiología del esfuerzo y sucesivas publicaciones periódicas al
respecto. En cualquier caso, se va a intentar, siempre que sea
posible, obviar nomenclaturas y términos específicos del ámbito
fisiológico. Esto viene motivado por: 1, no es el propósito de este
libro, además de suponer una extensión extra del mismo, y 2, no
es el campo específico del especialista en entrenamiento deporti-
vo y, por tanto, no se pretende desorientar profesionalmente,y
sí orientar de manera adecuada hacia el campo de trabajo del
mismo.
Básicamente, la dinámica de los sistemas energéticos que pre-
dominan en un esfuerzo dado se fundamentan en la cantidad de
energía por unidad de tiempo (ATP/Tº, producción de energía
gráfico 23) y la duración posible de esa relación. Se dice que las
características de cada uno de los sistemas posibilitan, a grandes
rasgos, una muy buena relación, otros media y otros baja, con el
consiguiente entendimiento de la multitud de relaciones inter-
medias. Este primer parámetro se manifiesta de manera inversa
143
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

a la disponibilidad de esa relación (duración), es decir, a mayor


relación ATP/Tº menor disponibilidad, y al revés, menor relación
ATP/Tº mayor disponibilidad31.
Producción de energía (en %)
aerobia
100
90
80
70
60
50
40
30
20 anaerobia
10
0
Duración de la carga

Gráfico 23. Evolución tradicional de producción de energía y su du-


ración
Los procedimientos anaeróbicos de obtención de energía tie-
nen la particularidad de tener una mayor relación energía/tiempo
y los aeróbicos menor, que en cambiopermiten mantener ese es-
fuerzo más tiempo. En general, todos y cada una de las posibi-
lidades para obtener energía capacitan para todos los esfuerzos
que se manifiestan en movimiento (gráfico ��������������������
23. Evolución tradi-
cional de producción de energía y su duración).
Especificando un poco más esta idea, en el gráfico 24 se ex-
plicita esas mismas relaciones. Los procedimientos anaeróbicos,
sistema de los fosfatos y el metabolismo glucolítico anaeróbico,
son requeridos en esfuerzos con alta demanda de energía/tiempo.
Los procesos aeróbicos, glucolisis aeróbica, lipólisis y proteínico
en situaciones extremas, abastecen al sistema para esfuerzos que,
sin tanta exigencias metabólicas, la necesitan durante mucho
tiempo.
Al respecto hay que especificar que tradicionalmente este
esquema básico ha supuesto un erróneo entendimiento de la
dinámica de sistemas en relación al esfuerzo. La disponibilidad
de los mismos es tal que la interpretación de que primero se utili-
31. Este término disponibilidad energética hace mención a la cualidad o
condición de un sistema en mantener esa relación de cantidad de energía en
función del tiempo. Es un concepto que representa de manera adecuada lo que
realmente ocurre en el esfuerzo.

144
Cualidades motrices de resistencia

za uno y cuando se agota comienza el otro o hasta un tiempo de-


terminado no empieza a funcionary una serie de manifestaciones
de este tipo, no han hecho más que entorpecer su entendimiento.

370
Fosfatos

250 Glucólisis
Descomposición (aeróbia)
del glucógeno
Descomposición de los
ácidos grasos
125

0
10 s 1min 10min 100 min Tiempo
(log)

Gráfico 24. Disponibilidad de sistemas energéticos en una visión clá-


sica
5.1.1.2. Dinámica de sistemas energéticos preferentes. Visión ac-
tual.
Todos los sistemas energéticos se activan y se encuentran en
ON siempre, a expensas de lo requerido por el esfuerzo a rea-
lizar. Cada vez que solicitemos uno de ellos nos sometemos a
las posibilidades del mismo, a saber; relación energía/tiempo y
disponibilidad de esta relación. Estas características son perso-
nales e intransferibles, pero obtienen una evolución similar alos
gráficos anteriores. El objetivo de entrenamiento es intentar au-
mentar ambos parámetros: relación energía/tiempo así como la
disponibilidad de esta relación.
La especialidad deportiva, en relación directa con estas carac-
terísticas individuales, marca la tendencia a seguir (ergogénesis
del deporte en materia fisiológica) pero el punto de inicio de todo
ello es que los sistemas funcionan preferentemente, no de manera
exclusiva, y se encuentran a disposición en función del esfuerzo.
Cuando se comenta que en una especialidad deportiva existe una
prevalencia de un sistema energético la aportación energética es
suministrada preferentemente por ese sistema, lo cual no signifi-
ca que no haya aportación de los demás.
El siguiente nivel supone dar un paso más, hacia delante, so-
bre la dinámica de sistemas energéticos preferentes en relación
145
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

directa al esfuerzo realizado. Para ello hacemos uso del gráfico


25, en este caso la óptica de análisis esdesde la perspectiva del
ámbito del entrenamiento deportivo y del esfuerzo que puede lle-
gar a solicitarse.

Gráfico 25. Dinámica de sistemas energético/esfuerzo. Visión actual


(ver texto).
El deportista representado con la línea naranja comienza con
un esfuerzo en el que predomina el metabolismo aeróbico. El
deportista representado con línea azul, lo comienza solicitando
preferentemente el anabolismo anaeróbico.
Para entender esta visión estos esfuerzos se plasman sobre el
fondo de las características básicas de los tres tipos de sistemas
energéticos que los deportistas pueden solicitar (1, 2 y 3 en grá-
fico 25). El lector deberá entender una serie de aspectos básicos
que determinan cada uno de los esfuerzos que solicitan, a saber:
-- Relación energía/Tº. Factor que determina la posibilidad de
obtener energía en función del tiemposobre un determinado
sistema energético (en orden decreciente 3, 2 y 1 en Gráfico
25).
-- Disponibilidad de la relación ATP/Tº. Factor que nos infor-
ma de, una vez requerida esa relación energética, con qué
duración es posible mantenerlasobre un determinado siste-
ma energético (en orden creciente 3, 2 y 1 en gráfico 25).

146
Cualidades motrices de resistencia

-- Calidad del movimiento. Factor que manifiesta, a grandes


rasgos, qué tipo de movimiento se quiere realizar deter-
minando el sistema energético preferente a utilizar. Mov-
imientos de mayor potencia, mayor complejidad, mayor
requerimiento del sistema neural, mayor solicitación de
capacidades coordinativas, etc. repercuten directamente
en una mayor calidad del movimiento y en un sistema de
mayor relación energía/tiempo. En buena lógica de orden
decreciente 3-2-1 en gráfico 25.
Desde otro punto de vista en tabla �������������������������
10 se resume cómo se man-
ifiestan estas tres características básicas del movimiento, repre-
sentados por las flechas, número y sentido. Estos tres factores
definen las solicitudes de los sistemas energéticos requeridos,
siendo comprensible la amplia amalgama de esfuerzos en fun-
ción de dichos factores que hacen casi infinitos los análisis po-
sibles. Seguidamente en el caso práctico se especifican tres tipos
de esfuerzo que ayudarán a comprender esta temática.

Esfuerzo 1. Esfuerzo 2. Esfuerzo 3.


Actividad mínima Actividad media Actividad máxima

Relación energía/Tª ↓↓↓↓↓ ↑↑↑↑↑


Disponibilidad ↑↑↑↑↑ ↓↓↓↓↓
Calidad del movimiento ↓↓↓↓↓ ↑↑↑↑↑
Tabla 10. Dimensiones por las que se caracterizan los distin-
tos sistemas energéticos en función de los esfuerzos en 1, 2 y 3
(ver texto).
Caso práctico 13. Esfuerzos que determinan dinámicas de sis-
temas energético/esfuerzo diferentes. Visión actual.
La pregunta a contestar es ¿cómo evolucionarían las prefe-
rencias de demandas energéticas en una actividad física que rea-
liza un deportista cuyos esfuerzos tienen como características la
evolución desde zona 1 a 2 y desde ahí a zona 3, de éste a 1 de
nuevo y posteriormente a 2 (deportista representado con línea
discontinua en gráfico 25) y otro con la secuencia 3-2-3-2 (depor-
tista representado con línea continua)? Seguidamente se detalla
un poco más estas condiciones de análisis.
Descripción actividad física 1, línea discontinua (ver simul-
táneamente gráfico 25):

147
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

El deportista inicia el esfuerzo desde el sistema preferente-


mente aeróbico (esfuerzo 1 en tabla 10), aumenta la complejidad/
ritmo del mismo solicitando cada vez mayor relación energía/
tiempo tomando protagonismo progresivamente el metabolismo
anaeróbico (esfuerzo 2 en tabla 10) y sucesivamente el anaeró-
bico aláctico (esfuerzo 3 en tabla 10). Decreciendo esa comple-
jidad/ritmo del esfuerzo, su solicitud se desplaza hacia la prefe-
rencia aeróbica(esfuerzo 1 en tabla 10), terminando la actividad
aumentándola por última vez (final de flecha) en gráfico 25.
Descripción actividad física 2, línea continua (gráfico 25)
con secuencias de zonas de predominancia energética 3-2-3-2:
El deportista inicia una actividad muy fuerte con protagonis-
mo anaeróbico aláctico (esfuerzo 3 en tabla 10), reduce de ma-
nera regresiva el mismo con una cada vez mayor preferencia del
metabolismo anaeróbico láctico (esfuerzo 2 en tabla 10) para de
nuevo aumentar la actividad hacia la máxima relación energía/
tiempo (esfuerzo 3 en tabla 10) y finalizar con un esfuerzo un
poco menor (esfuerzo 2 en tabla 10).
Con estos análisis se podrían explicar todos los movimientos
deportivos desde un punto de vista de dinámica de sistemas ener-
géticos predominantes y, por tanto, acercar las circunstancias del
esfuerzo específico y las demandas energéticas necesarias para
ello en una visión más práctica en el ámbito del entrenamiento
deportivo.
5.1.2. Fundamentos del esfuerzo en cuanto a respuestas del de-
portista.
Las características del esfuerzo, así como los parámetros fi-
siológicos que las determinan, han sido suficientemente desarro-
llados en el ámbito de la fisiología del ejercicio, se recomienda
leer la fundamentación relacionada con esta cualidad motriz con
respecto al origen nervioso del umbral aeróbico-anaeróbico,
(González-Badillo & Ribas, 2002, pág. 105) Se va a analizar para
qué nos sirven estos parámetros y qué conclusiones se sacan de
la información obtenida para su transcripción al entrenamiento
deportivo.
Conocer cómo responde fisiológicamente un/a deportista ante
un esfuerzo debe ser básico. Ante exigencias similares, expresa-
das en parámetros del movimiento manifestado (velocidad, po-
tencia, trabajo, etc.) la evolución de los indicadores fisiológicos
nos da una información clara de sus condiciones.

148
Cualidades motrices de resistencia

Estas pruebas de esfuerzo, generalmente máximos, a los que


se someten los deportistas tienen el propósitode conocer su com-
portamiento fisiológico y tales circunstancias de esfuerzo incre-
mental, progresivo ycon un tiempo de permanencia en cada fase,
debe permitir que haya una adaptación y estabilización de sus
constantes fisiológicas. Este último apartado es trascendental
ya que cualquier protocolo que no respete este principio puede
falsear los datos, o medir otra cosa, y, en consecuencia, entor-
pecer la metodología de entrenamiento a utilizar. Esta simple in-
formación de tiempo requerido para estabilizar el sistema nos
permitirá conseguir objetivos referidos a adaptar al deportista a
unas condiciones dadas.

Gráfico 26. Relación de umbral anaeróbico (U.An) y volumen máxi-


mo de oxígeno (VO2Max.) y zonas de entrenamiento determinadas una
vez obtenidos los factores fisiológicos necesarios (Gómez Piriz y Soto,
2004)32
En el gráfico ����������������������������������������������
26 se muestra cómo evolucionan los valores fi-
siológicos (generalmente relación O2/CO2, acumulación de ácido
láctico o ritmo cardíaco) a medida que se incrementa el esfuerzo.
Las relaciones metabólicas sufren alteraciones, es obvio que los
cambios sucedidos en los parámetros evaluados son producto del
esfuerzo que se va realizando. En cada ocasión en la que estos
parámetros fisiológicos evolucionan de diferente manera, rompen
con la relación de puntos observados estableciendo un punto de
inflexión, se constata como suceso metabólico trascendente en el
ámbito del entrenamiento.
32. Zona 1, de prevalencia anaeróbica. Zona 2, de transición aeróbica/
anaeróbica (zona umbral anaeróbico). Zona 3, de prevalencia anaeróbica.
Zona 4, de máximo volumen de oxígeno. Zona 5, de tolerancia máxima a la
acumulación de lactato.

149
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Dichos acontecimientos, se interpretan como muy intere-


santes para el entrenamiento deportivo. Sucesivamente, aparecen
el umbral ventilatorio 1 (UV1) que en este texto se hace corre-
sponder con el umbral aeróbico (U.A.), el umbral ventilatorio
2 (UV2) correspondido con el umbral anaeróbico y el volumen
máximo de oxígeno (VO2Máx.)33. En general: Necesitamos saber
cuándo y cómo suceden los parámetros mencionados (umbral
anaeróbico, volumen máximo de oxígeno y la relación entre el-
los) para organizar y orientar adecuadamente el entrenamiento
de la cualidad resistencia.
Las zonas establecidas entre dos puntos de inflexión determi-
nan objetivos de entrenamiento diferentes (gráfico 26): zona 1,
de prevalencia aeróbica, zona 2 de adaptación a las condiciones
de umbral anaeróbico, de transición aeróbica/anaeróbica, zona
3, de prevalencia anaeróbica, zona 4 de adaptación a las condi-
ciones de VO2Máx. y zona 5, zona de máximo esfuerzo y de
tolerancia al mismo y a condiciones de gran acidez en el medio
interno.
Caso práctico 14. Aplicación datos pruebas de esfuerzo.
Es evidente la continua relación de las respuestas fisiológicas
con el esfuerzo. Con respecto a la interpretación de resultados
de pruebas de esfuerzos, y su aplicación en situaciones de entre-
namiento, se resumen los datos reales recogidos en una prueba
de esfuerzo en deportistasde la especialidad fútbol (2ª división
española. Tabla 11). En el cuadro que se resalta en esta tabla se
observa en la primera columna la velocidad de carrera en Km/h
de obtención del umbral anaeróbico, en segunda columna en m/s
y en tercera la proporción para el tiempo en las series (en segun-
dos), en fase inicial para 400 m, en sucesivas series (600 y 800
m) se adaptó a los tiempos de paso.
Los datos que se obtienen, representables en el gráfico 26, tie-
nen como objeto incidir en los parámetros fisiológicos de rendi-
miento, entre otros; modificar el umbral anaeróbico con respecto
al VO2Max. Este aspecto es esencial en el rendimiento deportivo
en la especialidad de fútbol (Gómez-Piriz & Soto, 2004). Para
ello se utilizó, como se ha comentado, la velocidad en la que
33. Dichas concordancias, tanto sus análisis y su evolución histórica son
desarrolladas en la obra de López-Chicharro & Legido Arce(1991)

150
Cualidades motrices de resistencia

sucedió este acontecimiento. Se realizaron sesiones específicas


para el entrenamiento de este factor (15 sesiones).

Tabla 11.Datos reales prueba de esfuerzo en deportistas (Fút-


bol).
En cada una de las sesiones para modificar el umbral anaeró-
bico y acercarlo al VO2Max se utilizó un método interválico en
la que la recuperación fue incompleta (relación trabajo/descanso
2:1) en series de 400 metros (8 series) y a las velocidades per-
sonalizadas para cada deportista según datos obtenidos. Para el
control del esfuerzo se utilizaron monitores de ritmo cardíaco,
configurados también como marcador de ritmo de carrera. Aun-
que destinados para constatar el ritmo cardíaco se utilizó este
material también para conocimiento de resultados en cuanto al
ritmo de carrera, lo importante en estos casos es mantener las
series a velocidad umbral, permitiendo la adaptación a dichas
condiciones.
El ritmo cardíaco en las pruebas de esfuerzo progresivo in-
cremental evoluciona de acuerdo al mismo, existiendo una co-
rrelación alta. Como es sabido estadísticamente las correlaciones
muestran cómo evolucionan una serie de datos, entre ellos el rit-
mo cardíaco, los volúmenes de O2 o CO2, etc., con el esfuer-
zo solicitado (potencia o velocidad determinada en protocolo).

151
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Hay que aclarar que la correlación no determina una situación


causa-efecto. Por tanto, es sabido que a un mismo ritmo cardíaco
es posible que se estén dando unas consecuencias distintas. Es
trascendental tener esta cuestión clara, el control de la tarea está
sujeto a otras variables más que interactúan, como es en este caso
la velocidad de carrera.

Gráfico 27. Resultados umbral anaeróbico test 1 y 2 después de 15


sesiones con objetivo preferencial (Gómez-Piriz, 2009).
El gráfico ���������������������������������������������������
27 presenta los resultados con respecto a las modi-
ficaciones de los umbrales anaeróbicos en pretest y postest en
laboratorio (valores en UAn. en febrero):
-- Se observa la secuencia de líneas azules (postest en febrero)
y las marrones (pretest en octubre). El postest 2 presenta
indicios de mejora.
-- Los valores de O2 en U.An. muestran indicios de ser ma-
yores en el test 2, como ocurre con la velocidad (Vel.U.An).
-- Hay otros casos en los que los datos han evolucionado de
manera distinta (flecha verde o blanca).

152
Cualidades motrices de resistencia

Gráfico 28. Relación U.An/VO2Max Test 1 y Test 2 (Gómez-Piriz, 2009).


Con respecto al objetivo de entrenamiento referido a la modi-
ficación del U.An con respecto a VO2Max (gráfico 28):
-- Al observar la relación entre ambos parámetros (%), no
existe tanta diferencia como en las velocidades de obten-
ción del UAn.
-- A falta de otros grandes análisis, se podría concluir que
para una misma relación los deportistas que así lo manifies-
ten van más rápido. El sujeto marcado por la flecha blanca
puede decirse que, después del programa de entrenamiento,
consiguió los objetivos propuestos de manera excelente.
Estos procesos llevados a cabo y expuesto como caso prác-
tico durante el propio proceso de competición cumplenuna fun-
ción esencial; son tan importantes los resultados como el proceso
científico inmiscuido en el competitivo. Posiblemente las modi-
ficaciones planteadas hayan sido causadas por el propio estímulo
de competición, estímulo por excelencia y que presupone esfuer-
zos específicos en fútbol muy propicios para conseguir los obje-
tivos de entrenamiento.
5.1.3. Entrenamiento de la resistencia.
De nuevo se diferencian las estrategias útiles en dos grandes
grupos de deportistas en función del nivel de adaptación al esfuerzo.

153
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

En el inicio de la adaptación a esta cualidad es recomendable


incidir en multitud de elementos para desarrollarla, así como en
la variedad de métodos (explicados en la fase de perfecciona-
miento). Es muy apropiado utilizar medios diferentes (bicicleta,
carrera, natación, patinaje, etc.):
Actividades lúdicas con control y presencia de distintas inten-
sidades y ricas en su variedad.
En perfeccionamiento el principio de individualidad toma es-
pecial protagonismo. Es clásica la clasificación de los métodos
de entrenamiento en función de la continuidad del esfuerzo, en
cuanto a la intensidad, y la existencia o no de pausa (gráfico 29).

CONTINUO { I CTE.
I VARIABLE
NO PAUSA

FRACCIONAD { INTERVALICO
REPETICIONES
PAUSA INCOMPLETA
PAUSA COMPLETA
COMPETICIÓN
Gráfico 29. Esquema de la clasificación habitual de métodos de entre-
namiento de la cualidad resistencia.
En la aplicación de estos métodos el previo conocimiento de los
parámetros fisiológicos se hace imprescindible. Se analiza seguida-
mente cada uno de ellos acompañado con la relación esquemática
de cómo se manifiesta el ritmo cardíaco, representativo de la mani-
festación de la carga interna a la que se ha sometido al deportista en
el intento de seguir las particularidades de cada método.
A. Método continuo e intensidad constante (gráfico ���������
30). Gen-
eralmente de preferencia aeróbica y más o menos extensivo e
intensivo en función del tiempo o distancia y de la velocidad
que se esté en estas condiciones. Para ello es indispensable ob-
tener los parámetros en los que se da el umbral anaeróbico para,
conociendo la velocidad, situarse en un ritmo de carrera menor34.
Cerca de la velocidad de obtención de dicho indicador obtendrá
una características más intensiva que a otra más lenta.
Es casi imposible mantener una actividad que suponga una
continuidad pura, esto se puede apreciar no sólo en el ritmo car-
díaco sino en cualquier otro parámetro, habitualmente no esta-
mos capacitados para mantener una velocidad constante en una
34. Se entiende utilizando la carrera o los valores obtenidos en cicloergómetro,
en bicicleta, o si la especialidad deportiva remar por debajo del ritmo de paladas
establecido, etc.

154
Cualidades motrices de resistencia

actividad dada, y menos sin un feedback objetivo sobre la misma.


Para estos casos se recomienda que se tenga a la intencionalidad
con la que se hace la tarea como indicador del método elegido,
es decir, si los objetivos de la misma y la solicitud al deportista
es que intente conseguir esa continuidad y constancia en la tarea
nos estaremos refiriendo a este método.

Gráfico 30. Evolución de ritmo cardíaco en método continuo e intensi-


dad constante.

Caso práctico 15. Aplicación de las nuevas tecnologías para el


control de los ritmos de esfuerzos.
Las informaciones basadas en las nuevas tecnologías (GPS.)
permiten que el deportista pueda mantener un esfuerzo en las mis-
mas condiciones de velocidad, consiguiendo un ritmo constante
durante el tiempo de desarrollo de la tarea. Cuando al deportista
se le solicita rodar, término asociado a esta metodología, lo hace
por debajo del umbral. Para ser efectivos, el conocimiento du-
rante el esfuerzo de la velocidad por debajo del umbral (VUAn.),
sobre la base de un instrumento que nos proporciona la veloci-
dad instantánea, esto hace que se encuentre en desuso los pasos
parciales en tiempo (p.e. 3’30’’ el kilómetro) como indicador de
mantenimiento del ritmo de carrera.
En la figura 22
������������������������������������������������
se aprecia el resultado de un esfuerzo solic-
itado con estas características (11 Km/h a ritmo constante medi-
ante un dispositivo que lo controla de manera instantánea). En
cualquier caso nótese la falta de constancia entre la velocidad y el
ritmo cardíaco, por un lado, y las oscilaciones, por otro, tal como
se ha referido antes.

155
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Figura 22. Nuevas tecnologías aplicadas al entrenamiento de la resis-


tencia.
B. Método continuo e intensidad variable (gráfico 31).
���������
Uti-
lizado habitualmente en condiciones que permiten en sus dis-
tintas fases estar por debajo y/o por encima del umbral anaeróbi-
co, más o menos extensivo e intensivo en función del tiempo o
distancia que se esté en cada fase.
A este tipo corresponde una gran variedad de métodos, en
otros tiempos bastantes utilizados (fartleck, entrenamiento rota-
tivo continuo, entrenamiento total, método de waldniel, carrera
alegre de los polacos, etc.), sin embargo han sido utilizados en
función de las sensaciones del deportista o por imposición técni-
ca, desconociéndose las velocidades individuales de dicho pará-
metro, vital en el uso de esta metodología.
En un momento histórico, desde mediados del siglo pasado,
estas oscilaciones en el ritmo permitieron un gran avance en las
metodologías de entrenamiento, sobre todo debido al gran auge
de deportistas centroeuropeos, de Europa del este y países escan-
dinavos. La mejora de las marcas se producía gracias a una forma
de variar el esfuerzo utilizando irregularidades en el terreno, di-
ficultades en los desplazamientos, mezclados con intervenciones
conscientes en la intensidad de carrera, etc. En cubierta, se esta-
ban produciendo alteraciones del umbral anaeróbico con respec-
to al VO2Máx. entre otras, que, como es conocido en los tiempos
actuales, permitían modificar ciertos parámetros de eficacia fisio-
lógica. Estas variantes del método además provocan respuestas
positivas, muchas psicológicas, al enfrentamiento a este tipo de
esfuerzos de resistencia, de adaptación rápida, poco aburrida, de
carrera alegre, etc. lo que agrandó aún más su popularidad.
156
Cualidades motrices de resistencia

Su importancia radicó en que, a partir de su predominio, se


dejó de establecer los criterios de cantidad como exclusivos de
los deportes de resistencia pasando a tomar protagonismo los de
calidad. En contrapartida, se tergiversó tanto la información que
se establecieron metodologías caprichosas, sin fundamento sobre
los verdaderos efectos originarios, dando paso a un sin fin de
estímulos en los que se establecían velocidades a desarrollar en
distancias o tiempos determinados premeditadamente sin atender
a las condiciones específicas. Generalmente desarrollados en es-
pacios de entrenamiento muy alejados del propio de la especiali-
dad, no eraextraño ver a jugadores de baloncesto o de balonmano
realizar carreras lineales por el prado o parque, que, en definitiva,
distaba mucho de los propósitos de la preparación de estos de-
portistas.

Gráfico 31. Evolución de ritmo cardíaco en método continuo e intensi-


dad variable.
C. Método fraccionado/discontinuo y pausa incompleta, el
entrenamiento interválico o intermitente (gráfico 32).
�������������
Utiliza-
do habitualmente en condiciones de adaptación específica, por
ejemplo a velocidades de umbral anaeróbico, VO2Máx., o en
situaciones de entrenamiento para la resistencia específica. De
igual manera, más o menos extensivo e intensivo en función del
tiempo o distancia que se esté en estas condiciones.
Hay que resaltar la importancia del establecimiento del tiem-
po de descanso como variable esencial. Este factor, por sí mis-
mo, determinará que las condiciones de la tarea mantengan las
mismas posibilidades en cada intervalo. Un descanso excesivo
provocaría un descenso de las condiciones de trabajo, lo cual di-
ficultaría la consecución del objetivo en intervalos posteriores.
A grandes rasgos, estos métodos están orientados hacia aquéllas
ocasiones en las que no sería conveniente establecer una pauta
de descanso tan grande que al iniciar el siguiente intervalo parte
del tiempo se dedicara a conseguir las condiciones en las que se

157
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

encontrarían los beneficios de la tarea. P.e., cuando el entrena-


miento va dirigido a la adaptación en zona umbral (anaeróbico).
Mediante este método, que debe permitir la adaptación del de-
portista en esas condiciones, se proponen situaciones interválicas
en las que siempre que se realice un intervalo se esté cerca de las
mismas. Es, por tanto, adecuado establecer períodos de descanso
cuando el deportista no pueda mantener el ritmo de carrera por-
que sus condiciones hagan deducir que se encuentra por encima
del umbral (necesidad de monitorización) e iniciar cuando se en-
cuentre en condiciones de volver a trabajar en esa zona.
Por otro lado, recurrir al descanso incompleto permite adaptar
al deportista a condiciones de rápida recuperación. Son muy utili-
zados, en forma de trabajo intermitente, sobre todo para el entre-
namiento de resistencia específica, en especialidades deportivas
en las que son necesarias estas condiciones de trabajo. Como se
puede interpretar, el entrenamiento consciente necesita de mucha
reflexión y control de la tarea. Tradicionalmente su uso ha estado
caracterizado por un mismo tiempo de trabajo y descanso, directa-
mente proporcional a aquél. Sin embargo, dadas las actuales ten-
dencias, enmarcadas dentro de la propia especialidad deportiva,
esta conjunción de trabajo/descanso no se presenta tan equitativa.
De tal manera se pueden encontrar esfuerzos muy largos seguidos
de un tiempo corto de descanso, y viceversa, no siguiendo la mis-
ma distribución durante el desarrollo del total de la tarea (ver dis-
tribución de esfuerzos explicada en caso práctico 1. La integración
de factores en el entrenamiento deportivo en fútbol).

Gráfico 32. Evolución de ritmo cardíaco en método fraccionado/dis-


continuo y pausa incompleta.
D. Método fraccionado/discontinuo y pausa completa (grá-
fico 33). Utilizado habitualmente en condiciones de adaptación
especializada, por ejemplo en condiciones de simulación del pro-
ceso, más o menos extensivo e intensivo en función del tiempo o
distancia en relación con las condiciones de competición.
158
Cualidades motrices de resistencia

Se utiliza en situaciones en las que se pretenden que cada se-


rie se realice con la misma calidad que la anterior. El número de
éstas estará en función de la consecución de la técnica o de los
objetivos propuestos en cada repetición.

Gráfico 33. Evolución de ritmo cardíaco en método fraccionado/dis-


continuo y pausa completa.

5.1.4. Evaluación de la resistencia.


Efectivamente, lo primero que se tiene que evaluar son los
parámetros referidos, recomendablesen pruebas de laboratorio,
siempre que el protocolo esté estandarizado y el equipamiento
en continua revisión, calibración y con adecuado mantenimiento.
Todo deportista debe tener como base la constatación de estos pa-
rámetros y sus características tanto fisiológicas como biomecáni-
cas y, por supuesto, más concretamente las cinemáticas, referidas
a las velocidades con las que se obtuvieronlos parámetros fisio-
lógicos (relación de U.An. y VO2Máx.) y las zonas consecuentes
de entrenamiento determinadas una vez obtenidos los factores
fisiológicos necesarios en laboratorio (gráfico 26) que como se
ha indicado es el elemento fundamental de manipulación de los
estímulos de entrenamiento.
Sin duda este proceso es todavía costoso, aunque existan
herramientas de gestión para hacer uso de ellos, y aún poco ac-
cesible para todo deportista que se preste a entrenar en materia
de resistencia. Esperemos que en este siglo esta situación se haga
algo habitual para los miles de deportistas que se encuentran en
cierto desamparo. Por este motivo, y en honor a ellos/as se desar-
rollan pruebas que pueden determinar de manera indirecta esos
mismos datos, sin descartar que en toda estimación el error de la
medida existe.
Se van a desarrollar tres pruebas de valoración tipo para la
medición de: VO2Máx., umbral anaeróbico y resistencia an-
aeróbica aláctica o pérdida de potencia, todas ellas basadas en la
carrera y, tal como se ha indicado, de forma indirecta.

159
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

5.1.4.1. Valoración indirecta de VO2Máx.


Tradicionalmente la valoración de la resistencia ha perse-
guido la obtención de información válida en tests de campo. La
comprobación de la fiabilidad con respecto a los de laboratorio
no ha estado exenta de intentos continuos y de cierta controver-
sia, todo ello para dotar de instrumentos que posibiliten a los
profesionales medir las características físicas de los deportistas,
en este caso los valores de los indicadores fisiológicos volumen
máximo de oxígeno (VO2Máx) y la velocidad en la que se obtu-
vo, así como del umbral anaeróbico (U.An.) son imprescindibles
en la determinación de programas de desarrollo de la cualidad
resistencia.
Se han analizado y correlacionado los valores de volumen
de oxígeno obtenido en entornos de laboratorio y en pista, para
protocolos continuos, obteniendo una alta y significativa correla-
ción entre ambos datos; r= 0.92 (Gadoury & Leger, 1986; Brue,
1985), r=0.93 (Mellin & al, 1996), y también se ha aceptado la
igualdad entre ambos valores (Berthoin & al., 1994; Mellin & al,
1996; Leger & Mercier, 1984; Leger, Mercier, Gadoury, & Lam-
bert, 1988). Pirnay (1996) indicó que el test de Léger y Boucher
es una alternativa adecuada para calcular la velocidad máxima
aeróbica (VAM.) y el volumen máximo de oxígeno consumido
(VO2máx.) pero, en sus palabras; donde mejor se obtienen es
en el laboratorio. Como se ha indicado la estandarización y el
cumplimiento de un protocolo exacto es más probable que se
controle en este espacio.
Sobre la base de estos datos se han utilizado las anteriores
pruebas para la obtención de dicho parámetro fisiológico, pero
¿Se ha respetado el protocolo?, ¿existe fiabilidad en los aparatos
e instrumentación utilizados?
El test course navette, una adaptación a test de campo de los
mismos autores, en distancias de 20 m. y esfuerzos de ida y vuel-
ta, también ha sido valorado positivamente en este aspecto con
un valor de r=0.95 en adultos y r=0.89 en niños (Léger, Mercier,
Gadoury, & Lambert, 1988) con respecto a los datos de laborato-
rio. Al respecto Brue (1985) indicó la idoneidad del test de Léger
debido a la progresión del esfuerzo.
Para la realización fácil, habitual y en situaciones donde exis-
ten pocos medios para valorar la máxima velocidad aeróbica se

160
Cualidades motrices de resistencia

utiliza el test de la Universidad de Montreal, también conocido


por test Léger y Boucher (Léger & Boucher, 1980).
Todo indica que el test de Léger y Boucher (op.cit.) ha sido
contrastado en distintos núcleos de población obteniendo resulta-
dos relevantes en cuanto a su validez. En el estudio referenciado
los autores realizan el test de campo dividiendo el espacio en
50 m. y con sonido (feedback para llevar el ritmo de carrera)
analógico, en cintas de casete e incluso con la utilización del sil-
bato con el uso del cronómetro manual por parte del medidor. Es
obvio deducir la falta de fiabilidad de la puesta en acción del test
mediante este procedimiento.
Caso práctico 16. Modificación de test de Léger y Boucher en
pista.
Se pretende, sobre la base de este test de esfuerzo progresivo
de Léger y Boucher (test de Universidad de Montreal), reincidir
en la validez de la información del test, demostrada en labora-
torio, dotar de una herramienta útil y solucionar el problema
manteniendo la fiabilidad del mismo. La aportación pretende no
obviar aspectos concretos, en cuanto al protocolo de realización
de la prueba. Para ello se necesita de aplicaciones que permitan
dar el bip cada 20 metros, por ejemplo, manteniendo la veloci-
dad propuesta en el protocolo del test, en soporte digital y sobre
la base de realización del test en pista de 400 m., por ejemplo.35
Las características generales del test de Léger y Boucher (da-
tos originales) son las siguientes:
-- Pista de 400 metros subdivida con conos cada 50 metros.
-- La velocidad inicial es de 8 Km/h.
-- Cada 2’ (palier/período) se eleva 1 Km/h.
-- Total de paliers/períodos: 18.
-- Toque de silbato coincide con el paso por los conos.
-- Recogida de datos con el monitor de ritmo cardíaco.
-- Velocidad aeróbica máxima de carrera del último palier/
período.
El marco teórico de referencia es el test de Léger y Boucher
(test Universidad de Montreal) y se presenta como alternativa
35. Con este procedimiento se entiende que se podría adaptar a un feedback más
o menos continuo, en función de la distancia parcial, y en un terreno diferente,
conocida la distancia, configurada y diseñada previamente.

161
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

adecuada para calcular la velocidad máxima aeróbica(VAM.) y


el volumen máximo de oxígeno (VO2máx.), ambos de manera
indirecta. El valor se obtiene con el cálculo de la siguiente fór-
mula, donde v es la velocidad que se corresponde con el período
o palier alcanzado:

VO2Max=14,49+ (2,143 v)+(0,032v2)


Ecuación 5.Estimación de VO2Máx. (Léger & Boucher, 1980)
La adaptación que se propone permite la realización en situa-
ciones donde existen pocos medios para valorar el VO2Max. en
el concurren los siguientes objetivos:
1. Generar los recursos informáticos en la valoración de la re-
sistencia en formato digital como archivos de sonido sobre
la base del test referido.
2. El propósito es que se pueda acceder mediante este recurso
a un conocimiento más directo y práctico de los contenidos
de la materia de entrenamiento deportivo en el bloque espe-
cífico de la cualidad resistencia. Con la realización de este
test, con el protocolo propuesto, se está ante la posibilidad
de aplicar y adaptar dicha prueba, basándonos en los datos
originales en laboratorio, al campo deportivo y didáctico,
facilitando la valoración de dicha capacidad en diversos nú-
cleos de población sin gran coste.
3. Elaborar el protocolo en formato digital36, de fácil uso en
reproductores portátiles de sonido. Estas aplicaciones re-
producen digitalmente una secuencia de sonidos digitales
(bip), en formato mp3, wav y convertible a cualquier otro,
lo que va a permitir el mejor y más adecuado seguimiento
del ritmo de carrera exigido en cada uno de los períodos en
los que se incrementa el esfuerzo progresivamente, hasta la
inferencia de la máxima capacidad del sujeto de realización
del esfuerzo al llegar al volumen máximo de oxígenoen el
menor tiempo posible.
La adaptación de este test contiene las siguientes variables:
1. Se convierten los tiempos y las distancias en parciales de
20 m. (gráfico 34 y gráfico 35) y se han adaptado las señales
acústicas en formato digital (mp3 y wav) para un feedback
36. Este producto se encuentra en fase de registro y edición. Póngase en contacto
con el autor para disponibilidad de los archivos elaborados (ptgomez@us.es).

162
Cualidades motrices de resistencia

adecuado para
el deportista que
realiza el test,
siendo trans-
portable esta
información en
cualquier repro-
ductor de sonido 400 m.
que habitual-
mente se comer-
cializan. 20 m.
Señales visuales

Gráfico 34. Pista de atletismo (400 m.) y distribución de señales visua-


les cada 20 m.

Gráfico 35. Características adaptables del test Léger-Boucher para


obtención VO2Max: períodos o estaciones, velocidades, tiempo acumu-
lado del test y VO2Máx. estimado (Léger & Boucher, 1980).

163
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

2. Los datos obtenidos pueden sustituirse en la fórmula de


estimación del test y obtención de resultados. Los valores
de VO2max. (unidad de medida ml/Kg/min) se estiman con
la ecuación 5. Estimación de VO2Máx. (Léger & Boucher,
1980) (op.cit. p.79), donde v, como se ha comentado, es la
velocidad obtenida en la estación en la que el deportista no
fue capaz de mantener el ritmo.
5.1.4.2. Valoración indirecta de umbral anaeróbico.
El test de Conconi, cuyo objetivo es determinar, a través de
método indirecto, el umbral anaeróbico sobre la base de los cam-
bios de la frecuencia cardiaca, es el test de campo más utilizado
para este fin.
El protocolo en origen (Conconi & al., 1982) indicó su desa-
rrollo en una pista de atletismo de 400 mts. posterior a la rea-
lización de 15-20 minutos de calentamiento. Se procede a colo-
car al deportista un pulsómetro o monitor de ritmo cardíaco, se
comienza la prueba a una velocidad de 10 km/h, cada 200 mts se
aumenta la velocidad en 0,5 km/h, el mismo es notificado a los
atletas mediante señales acústicas (toque de silbato), la prueba
finaliza cuando los atletas no pueden mantener la velocidad es-
tablecida. Es obvio deducir la falta de fiabilidad de la puesta en
acción del test mediante este procedimiento.

Gráfico 36. Datos test de Conconi (Schneider & al., 1993)

164
Cualidades motrices de resistencia

Actualmente todavía es una herramienta muy fiable y un po-


tente predictor de rendimiento. Se utiliza para determinar el um-
bral anaeróbico de manera no invasiva, en la práctica es fácil
de aplicar y el método parece exacto siempre que se cumpla el
protocolo. Se basa en la correlación entre el umbral anaeróbico
y un punto de inflexión en el ritmo cardíaco durante la prueba
de ejercicio incremental. La razón por la cual algunos autores
han cuestionado la validez del concepto es el hecho de que la
respuesta no es uniforme. Los mecanismos fisiológicos detrás de
la frecuencia cardiaca aún no han sido analizados y todavía hay
algunas cuestiones pendientes en relación con este método �����
(Ign-
jatovik, Hofmann, & Radovanović, 2008).
Desde siempre se ha constatado que cualquier alteración en
la velocidad, o en el aumento progresivo de la misma, así como
del registro del ritmo cardíaco modificaría mucho los resultados
(López & Legido, 1991), respetar el protocolo es condición in-
dispensable.
Se pretende, sobre la base de este test, reincidir en la validez
de la información del test, demostrada en laboratorio, dotar de
una herramienta útil y solucionar el problema manteniendo la
fiabilidad del mismo. La aportación pretende no obviar aspectos
concretos, en cuanto al protocolo de realización de la prueba.
Para ello se necesita de aplicaciones que permitan dar el bip cada
20 metros, manteniendo la velocidad propuesta en el protocolo
del test, en soporte digital y sobre la base de realización del test
en pista de 400 m.
Para la realización en situaciones donde existen pocos medios
para valorar el U.An. se presenta esta aportación en el concurren
los siguientes objetivos:
1. Generar los recursos informáticos en acondicionamiento
físico en formato digital como archivos de sonido sobre la
base del test de Conconi.
2. El propósito es que se pueda acceder mediante este recurso
a un conocimiento más directo y práctico de los contenidos
de la materia de entrenamiento deportivo en el bloque es-
pecífico de la cualidad resistencia. En la realización de este
test, con el protocolo propuesto, se está ante la posibilidad
de aplicar y adaptar dicha prueba, basándonos en los datos
originales en laboratorio, al campo deportivo y educativo,
facilitando la valoración de dicha capacidad en diversos nú-
cleos de población sin gran coste.
165
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

3. Elaborar el protocolo en formato digital37, de fácil uso en


reproductores portátiles de sonido. Estas aplicaciones re-
producen digitalmente una secuencia de sonidos digitales
(bip), en formato mp3, wav y convertible a cualquier otro,
lo que va a permitir el mejor y más adecuado seguimiento
del ritmo de carrera exigido en cada uno de los períodos en
los que se incrementa el esfuerzo progresivamente, hasta
la inferencia de la máxima capacidad del sujeto de realiza-
ción del esfuerzo al llegar al umbral anaeróbico en el menor
tiempo posible.
La adaptación deltest contiene las siguientes variables:
1. Se han convertido los tiempos y la
distancia en parciales de 20 m. (grá-
fico �������������������������������
34�����������������������������
y gráfico ������������������
37����������������
) y se han adap-
tado las señales acústicas en formato
digital (mp3 y wav) para un feedback
adecuado para el deportista que reali-
za el test.
2. Con la colocación de un monitor de
ritmo cardíaco, y con los datos obte-
nidos según protocolo propuesto por
Conconi (gráfico ������������������
36����������������
), pueden susti-
tuirse en el gráfico de estimación del
test y cálculo de la velocidad de ob-
tención del U.An. Posteriormente se
podrá establecer una relación (%) con
respecto a la velocidad de obtención
del VO2max.
Las contribuciones científico-téc-
nicas de estas aportaciones se pueden
extender sobre dos líneas generales.
Por un lado sobre los propios ins-
trumentos de investigación: con la
metodología utilizada se puede aco-
meter de una manera más económica
trabajos de medición de la cualidad
Gráfico 37. Características generales test Conconi resistencia. Además, bajo este pro-
para obtención umbral anaeróbico: períodos o es-
taciones, velocidades, tiempo entre señales y tiempo cedimiento se pueden elaborar otros
acumulado del test. recursos con una relación con otros
37. Este producto se encuentra en fase de registro y edición. Póngase en
contacto con el autor para disponibilidad de los archivos elaborados.

166
Cualidades motrices de resistencia

protocolos de laboratorio para la medición de otros indicadores


de rendimiento, p.e. el habitual utilizado en centros de medicina
para pruebas de esfuerzos con el objetivo de obtener ambos pa-
rámetros a la vez, U.An. y VO2Máx., en una misma prueba, o en
otros medios como el acuático, en bicicleta, etc.
Por último, la contribución que supone este tipo de herra-
mientas para la mejora y actualización en materia de formación
de profesionales con nuevas herramientas de valoración de la
cualidad resistencia. Al respecto, hay que constatar que, p.e. el
test de Conconi, que data de 1982, es utilizado tal como fue ge-
nerado originalmente, con ciertas modificaciones en cuanto al re-
gistro del ritmo cardíaco debido al desarrollo tecnológico. Estas
adaptaciones digitales propuestas para la valoración indirecta de
estos parámetros de resistencia permiten entender las pruebas en
sí mismas y, además, inciden en la competencia específica de
crítica y análisis reflexivo en materia de evaluación deportiva.
5.1.4.3. Valoración indirecta resistencia anaeróbica aláctica.
Anteriormente hemos dado relevancia también a la manifes-
tación de resistir a la pérdida de potencia, que se corresponde di-
rectamente con la evaluación de un tipo de resistencia que hemos
denominado anaeróbica aláctica. Esta relación queda gráfica-
mente explicada en el gráfico38 (Weineck, 2005), en el mismo se
puede apreciar, como es lógico, la fuerte relación entre esta man-
ifestación de resistencia (denominada resistencia de corta dura-
ción, 1), resistencia a la fuerza (2) resistencia a la velocidad (3) y

Gráfico 38. Relación entre tipos de resistencia (Weineck, 2005)

167
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

resistencia a la fuerza rápida (y 4). Esta cualidad es trascendente


en una perspectiva global del rendimiento deportivo, por lo que
se hace prioritario poder establecer herramientas para medirla.
Para la tipología de resistencia de menor duración y en esfuer-
zos de máxima intensidad esa estimación indirecta de las capa-
cidades del deportista puede abastecernos de mucha información
sobre el proceso de adaptación del deportista al entrenamiento de
los mismos, sus potencialidades y debilidades al respecto.
La medición de esta específica manifestación de la resisten-
cia (Anaeróbica Aláctica), como se ha indicado, también se le
podría denominar test de resistencia a la potencia o resistencia
a la velocidad, basado en la carrera. Se puede medir con el test
RAST (running-based anaerobic sprint test) cuyo protocolo trata
de medir el tiempo empleado en 6X35m. con un descanso de 10’’
en cada repetición. A partir de estos se estima la potencia desa-
rrollada. Este test está correlacionado con el wingate anaerobic
(WANT) de uso habitual en laboratorios. Es un buen predictor de
la pérdida de potencia por lo que su uso para el trabajo de esta
cualidad es muy interesante.
Como se ha comentado (gráfico �����������������������������
38) la resistencia a la velo-
cidad (resistencia a la fuerza rápida) obtiene una fuerte relación
con la resistencia en esfuerzos de corta duración. Este aspecto
le confiere un lugar en la matriz de indicadores de rendimiento
deportivo, y de manera restringida, de la cualidad resistencia.
Seguidamente se analizará la utilización de esta herramienta así
como las distintas decisiones que se tomarán en el transcurso del
proceso de entrenamiento mediante un caso práctico.
Caso práctico 17. Resultado e interpretación del test RAST. en
un jugador de rugby
Los resultadospertenecen a un jugador de rugby de categoría
internacional (gráfico 39). La aplicación de los resultados de este
test es muy interesante desde distintas ópticas. En primer lugar
es posible estimar la potencia relativa máxima en esta distancia,
lo que permite orientar el entrenamiento hacia esa cualidad en
déficit. Por otro lado, se constata la pérdida de la misma a lo largo
de las distintas repeticiones evaluadas, por lo que se podría esti-
mar el número de repeticiones por serie a las que se debe adaptar
el deportista para sucesivos esfuerzos similares. En el caso que
se presenta es a partir de la tercera repeticióncuando pierde po-
tencia, de esta manera las series de resistencia a la velocidad o de

168
Cualidades motrices de resistencia

potencia basada en la carrera, si fuera este el objetivo de entre-


namiento, no deberían exceder de 3-4 repeticiones, hasta nueva
medición de los efectos de entrenamiento.

Gráfico39. Test RAST (running-based anaerobic sprint test) en un juga-


dor de rugby de categoría internacional.
En el gráfico 40 se observan otros datos resumidos, reales yde
la misma especialidad deportiva, medidos para esta cualidad de
resistir a la pérdida de potencia en carrera. Las decisiones a to-
mar están determinadas en relación a dos cuestiones relevantes:
1, la potencia máxima obtenida por cada deportista, el jugador
4 obtiene la mayor y, 2, las sucesivas repeticiones en donde se
constata esa pérdida, individual y diferente en cada sujeto.
Debido a ello no existirían los mismos programas de entre-
namiento para todos los jugadores. Los jugadores 1-2-3 deben
someterse a una serie de estímulos para el entrenamiento de la
potencia (ver apartados anteriores referidos a ello: entrenamiento
de la fuerza: explosiva, rápida y potencia. P.123), sin embargo la
decisión a tomar con el jugador nº4 sería diferente, correspon-
diéndole estímulos para el entrenamiento para resistir a la pér-
dida de potencia (entrenamiento de la fuerza resistencia).
En una siguiente estructura de entrenamiento se deberá con-
statar, mediante la evaluación pertinente, que los deportistas
mejoran, con resultados lógicos fruto de las adaptaciones a los
objetivos de entrenamiento, a saber:

169
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

- Los deportistas 1-2-3 han mejorado y manifiestan mejor po-


tencia (1) y,
- El deportista 4 se ha adaptado y manifiesta un aumento en
las repeticiones capaz de realizarlas manteniendo los valo-
res máximos de potencia.
Si ello se ha producido, se invertirán los objetivos de
entrenamiento:el jugador 4 debe someterse a una serie de es-
tímulos para el entrenamiento de la potencia, por otro lado, a los
jugadores nº1-2-3 les corresponderían estímulos para el entre-
namiento para su resistencia a la pérdida de potencia.

Gráfico 40. Valores de RAST. para 4 sujetos deportistas de alto nivel


(rugby).

170
6. Estudio y entrenamiento de las cualidades
coordinativas y la velocidad

Los objetivos de este tema intentan ubicar a estas cualidades


coordinativas y las relativas a la rapidez dentro del rendimiento
deportivo. Se tratarán de definirlas e identificarlas dentro del mo-
vimiento humano; ser capaz de detectar los tipos de cualidades
coordinativas y sus elementos, así como las peculiaridades más
comunes del concepto velocidad, en función de los distintos cri-
terios de clasificación. Además de conocer las distintas metodo-
logías para su desarrollo y aplicar estos contenidos en la práctica,
relacionar a estas cualidades entre ellas mismas, y con las demás,
para una búsqueda de preparación integral del deportista.
Fruto de la relación entre ellas y de una visión integral de las
mismas y del deportista, se obtiene como resultado esta cuali-
dad de velocidad muy solicitada en el rendimiento deportivo. Se
orientará más al concepto de rapidez, pero se puede dirigir tam-
bién hacia otro propósito, en función de la especialidad deporti-
va, como la precisión y/o ejecución en cuanto a la valoración de
la técnica, por ejemplo. En la medida en que las otras cualidades
motrices se hayan entrenado, y se hayan puesto en sincronización
con las cualidades coordinativas, más cerca se estará de conse-
guir el objetivo de entrenamiento en la mayoría de las especiali-
dades deportivas.
6.1. Cualidades coordinativas. Definición. Clasificación. Ele-
mentos constituyentes.
En los primeros temas de esta obra se comentó la prevalencia
de este grupo de cualidades en las actuales formas de entrenar,

171
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

convirtiéndose en el eje central en el desarrollo de actividades


de entrenamiento. En relación a ello se tendrán en cuenta varios
aspectos que son propios de su entrenamiento y que ayudarán a
entender su utilización como herramienta:
- La predominancia y relevancia de estas cualidades coordi-
nativas como elemento de conexión entre las capacidades
desarrolladas (fuerza, administración y resistencia) y los
objetivos propios de entrenamiento. Son necesarias para la
realización de movimientos rápidos, precisos, armónicos,
en definitiva, rentables mecánica y energéticamente.
- Habitualmente obtienen muchas acepciones, aparecen en
literatura específica de multitud de maneras, pero repre-
sentan en cualquier caso un objeto de estudio específico,
tales como: Cualidades motrices, cualitativas, de calidad de
aprendizaje, cualidades perceptivo-cinéticas, cualidades de
precisión motriz, etc.
- Definir este grupo de cualidades es comenzar a delimitar sus
posibilidades dada la dimensión y sentido amplio abarcado
por las mismas. Meinel & Schnabel (1988), la definieron
como: Particularidades relativamente fijadas y generaliza-
das del desarrollo de los procesos de conducción y regula-
ción de la actividad motriz.
- Son las capacidades que permiten organizar, regular y con-
trolar el movimiento.
Las bases funcionales de esta cualidad encuentran explicación
en el Sistema Nervioso Central (S.N.C.) y periférico, a través de
órganos sensoriales o analizadores táctiles, visuales, vestibula-
res, acústicos y, sobre todo, cinestésicos. Para su entendimiento
adecuado se debe profundizar en contenidos relativos al aprendi-
zaje, control y desarrollo motor.
La evolución hasta la madurez en movimientos coordinativo-
sa los que se somete un deportista pasa por ser esencial. Las ex-
periencias durante toda la vida en materia de actividades físicas y
los deportes practicados van a determinar nuestro nivel, sin duda
producto desde la formación en iniciación deportiva. Las distin-
tas fases en las que nos encontramos en relación a ellas quedan
esquematizadas en gráfico 41.
En circunstancias naturales desde etapas prenatales esto
ocurre tal como se indica en dicho gráfico, en las más habituales

172
Estudio y entrenamiento de las cualidades coordinativas y la velocidad

son fruto del proceso/estado en el que se encuentre el deportista


a lo largo de su formación. Este estado va a confirmar la necesi-
dad de una línea de actuación continua y constante a lo largo de
nuestras vidas. El estado del deportista tiene que ver más con sus
experiencias e historial previo, también en alto nivel, que con la
edad biológica.

Adolescente
Fase sensible
Total maduración

Etapa puberal
Fase crítica: reorganización

Etapa prepuberal
Esencia en el proceso de mielinación
Fase sensible: 4-7 años. 11-12 años

Fase neonatal
Movimientos de motricidad humana

Gráfico 41. Madurez y evolución cualidades coordinativas.


En virtud a ello el estado de evolución y madurez del SNC.
y periférico, como se ha comentado, va a ser el proveedor de
las posibilidades del deportista ante las distintas solicitudes de
entrenamiento.
En función de distintos criterios de clasificación se detallan
las distintas tipologías de cualidades coordinativas más utilizadas
en el ámbito deportivo (tabla 12). Todo ello, en conjunción con el
fundamento teórico expuesto en los primeros temas en relación
a las distintas formas de establecer tipos de ejercicios, ayudará a
dimensionar adecuadamente este grupo de cualidades38.

38. Ver en el mismo tema, ��������������������������������������������������������


figura 2. Criterios para la clasificación de ejercicios
(obtenido de Sánchez Bañuelos, 2002).

173
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

1. Según el grado de similitud con la especialidad deportiva:


- CC. CC. Generales (habilidad motora fundamental).
- CC. CC. Específicas (habilidad deportiva).
2. Según los segmentos corporales:
- CC. CC. Dinámica general.
- CC. CC. Óculo-segmentaria.
- CC.CC. Segmento/segmentaria.
3. Según el área que desarrolla con respecto a la motricidad:
- Perceptivo/motrices.
- Motrices básicas
- Motrices genéricas
- Motrices específicas
4. Según el área que desarrolla con respecto a la relación social
y afectiva:
- Instrumentales.
- Sociales
- De cooperación
- De oposición
- De cooperación y oposición
5. Según el tipo de respuesta organizativa:
- Individuales.
- Colectivas
Tabla 12. Criterios de clasificación y tipologías de cualidades
coordinativas en el ámbito deportivo.
Un desarrollo aun más amplio de este apartado estaría referi-
do a la clasificación expuesta en anteriores temas (figura ������
3) de-
bida a una adaptación de los contenidos a desarrollar y su rela-
ción directa con el momento de preparación y a la especialidad
deportiva (Zhelezniak, 1993). La significación de esta última re-
flexión es de vital trascendencia, ya que pone de manifiesto que
si el entrenamiento no se pone en relación con los movimientos
deportivos específicos, en un concepto de preparación específica,
el proceso de preparación no queda completo.
Para incidir de una manera completa en situaciones de en-
trenamiento que incidan en estas cualidades coordinativas se
concretan sus elementos básicos, elementos que componen el
desarrollo de las mismas. Es decir, cada vez que se orienten las

174
Estudio y entrenamiento de las cualidades coordinativas y la velocidad

tareas hacia algunos de estos elementos que se relacionanse so-


licitarán estas cualidades. Dicho de otra manera, cada vez que
se quiera incidir en la mejora de estas cualidades coordinativas
habrá que modificar las situaciones de entrenamiento sobre la
base de algún elemento de los relacionados, esto propiciará la
consecución de los objetivos pretendidos.
1. Capacidad de combinación o acoplamiento de movimientos:
- Deportes técnico-combinatorios.
- Amalgama de secuencias técnicas.
- Coordinación segmentaria.
2. Capacidad de orientación espacio-temporal:
- De adaptación, dirección y control del movimiento en el espacio
y en el tiempo.
- Movimiento global corporal en exactitud con la tarea motriz a
ejecutar.
3. Capacidad de diferenciación cinestésica:
- Control fino de la acción (sobre todo en valoraciones estéticas).
- Capacidad de relajación muscular.
- Modificación necesaria de la tensión muscular, angular y acele-
ración de segmentos.
4. Capacidad de equilibrio:
- Estático y dinámico.
5. Capacidad de reacción.
Tabla 13. Elementos constituyentes de las cualidades coordina-
tivas.
Por último, y aunque se sea reiterativo, las cualidades coordi-
nativas suponen el nexo de unión entre las ganancias obtenidas
en el entrenamiento considerado restringido de cada una de las
cualidades motrices desarrolladas en los sucesivos apartados y
los propósitos pretendidos en la preparación del deportista. Todo
ello desde una visión integral de esa preparación del deportista y
con una intención clara de conjuntar los factores de rendimiento
deportivo. Se habrá mejorado en fuerza, o resistencia, o amplitud
de movimiento, en todas y cada una de sus manifestaciones, pero
si no se relaciona con la mejora en los procesos adaptativos en
cuanto a las cualidades coordinativas generales y específicas no
se habrá conseguido el objetivo final.

175
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

6.2. Velocidad.
Esta cualidad es el objetivo de entrenamiento, por tanto, salvo
en especialidades en las que el propósito sea otro, toda la orien-
tación del entrenamiento debe dirigirse a conseguir este objetivo.

Todos los tipos de entrenamiento y preparación tienen como


objetivo común aumentar las manifestaciones de la velocidad
del deportista (Verjoshanski, 1990).
Se antoja simplista el hecho de relacionar esta cualidad con
el simple objeto de conseguir desplazarse en el menor tiempo
posible. En la mayoría de las especialidades deportivas, además
de conseguirlo, la complejidad de la tarea a realizar nos hace ser
más ambicioso. De esta manera, el deportista debe estar rápido
para las multitudes de acciones que se le presentan; rápido en
percibir, en analizar, en decidirse, en ejecutar, en recibir la re-
troalimentación de lo sucedido… y todo ello con una variable de
precisión de acuerdo con una serie de factores complejos que se
presentan simultáneamente.
Manno (2000) estableció la velocidad como un aspecto de
la capacidad de hacer algo en el menor tiempo, sin embargo el
mismo autor determinó el término de rapidez como habilidad
motora compleja. Realmente esta complejidad es la que se le so-
licita al deportista en cada una de las especialidades deportivas,
en algunas más que otras. Por todo lo anterior, limitar hacia el
concepto de habilidad de hacer las cosas en el menor tiempo
posible ha supuesto una inadecuada orientación de las situacio-
nes de entrenamiento, salvo en aquéllas cuyo propósito sea éste
(en algunas modalidades de atletismo, natación, ciclismo, etc.).
En cualquier caso, y haciendo un análisis profundo de dichas ac-
tividades, nos permite concluir que también en ellas la tarea se
presupone suficientemente compleja, por muy simple que apa-
rentemente parezca.
Algunas definiciones alcanzan esta dimensión compleja del
término, en general en todas ellas se relaciona a la velocidad con
una capacidad motora específica, en este caso resolver hacién-
dolo en menos tiempo. Por otro lado, al término rapidez se le
confiere una propiedad más general o global del sistema nervioso
central que explicaría la adecuación con la tarea real a resolver
(Verkhoshanski, 2001)����������������������������������������
. Otro motivo más que hace necesario in-
volucrar a las cualidades coordinativas para tal fin.

176
Estudio y entrenamiento de las cualidades coordinativas y la velocidad

Se ha expresado anteriormente que una mejora en estas cua-


lidades coordinativas va a permitir una adecuada conexión entre
las ganancias en las demás (fuerza, amplitud de movimiento, re-
sistencia) con el fin último, hacerlo más rápido. Esta orientación
del entrenamiento debe motivar, por sí sólo, la constante pre-
sentación de tareas que inciden en elementos coordinativos cuyo
objetivo ulterior es conseguir mayor rapidez en las acciones.
El concepto de acto motor rápidocomo cualidad resultante de
la fuerza y la coordinación (Martín-Acero y Vittori, 1998) hace
vislumbrar esa relación. Para estos autores el acto motor rápido
queda establecido como:
-- Índice cualitativo integrado.
-- Resultante de todo el proceso de entrenamiento.
-- Criterio principal de eficacia.
Sin embargo al tratarse de objetivo principal de entrenamien-
to la evaluación para detectar la acción motora compleja de hacer
las cosas rápidas está muy en relación con las peculiaridades téc-
nicas y tácticas específicas de cada modalidad deportiva. Se hace
difícil medirla, siendo el proceso de evaluación más complejo a
medida que más factores interactúan. Especificado todo lo ante-
rior, en esta obra nos centraremos en la utilización de manifesta-
ciones de velocidad (o de rapidez) que son fáciles de controlar,
las que se pueden constatar como medida fiable y relativamente
válidas, independientemente de las especialidades deportivas,
constituyéndose como indicadores de rendimiento.
Para todas ellas son necesarios procesos de control, consta-
tando medidas de validez y fiabilidad. Estos dos criterios de es-
pecial relevancia en el uso del método científico, se conjugan
en un intento de obtención de la información. Es posible que en
la búsqueda fiable se pierda algo de validez, esto ocurre con el
control de esta cualidad. Así las mediciones no permiten tener
toda la información del acto motor rápido, sin embargo esta cir-
cunstancia no es óbice para no evaluar aspectos dentro de esta
habilidad que nos proporcionará una información consecuente
con el estado del deportista.
La clasificación tradicional de velocidad ha supuesto aceptar
sus tipos como comunes. Las que han tenido mayor convergencia
entre los diversos autores han sido:
-- Tiempo de reacción motora, rapidez de movimientos y rit-
mo de movimientos (Manno, 2000).

177
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

-- Velocidad de reacción, velocidad de movimiento y veloci-


dad frecuencial (Grosser, 1992).
La relacionada con los tiempos de reacción motor son evalua-
bles bajo protocolos estrictos al respecto, quizás en la búsqueda
de la fiabilidad, por otro lado poco habituales en el rendimiento
deportivo, constatándose diversas experiencias en perspectivas
científicas psicológicas. En relación a esto último, para algunas
especialidades deportivas de tipo complejas los protocolos, ha-
bitualmente ante estímulos sonoros o visuales y sometidos a res-
puestas simples, no han conseguido dar toda la dimensión a la
evaluación/mejora de la multitud de procesos que se les solicitan
a los deportistas en competición.
Un jugador de waterpolo, p.e., está sujeto a estímulos a to-
das luces difíciles de constatar en situación estándar, debido a
los muy diversos estímulosen el juego a los que debe prestar la
atención, por otro lado no a todos por igual. Todos estos ele-
mentos se procesan en situaciones complejas y se ejecutan con
muy variadas formas potenciales de actuación. Como se puede
apreciar presentar situaciones de entrenamiento en las que todas
esas variables se dan es relativamente sencillo, sin obviarse el
trabajo técnico/táctico exhaustivo que le precede, sin embargo,
evaluarlas no lo es tanto.
La velocidad de ejecución es posible valorarla con el uso de
herramientas biomecánicas, con metodología directa o inversa,
por las que se puede estimar las velocidades alcanzadas por el
implemento o los distintos segmentos implicados en el movi-
miento (Gutiérrez, 1998).
Por tanto, y por deducción lógica después de la obviedad
manifiesta, queda la velocidad de desplazamiento como indica-
dor de rendimiento, y se podrá utilizar para control del mismo
aun sabiendo la parcialidad de su interpretación. Los nuevos
dispositivos, con tecnología GPS. incorporada, permiten entre
otros factores valorar las velocidades instantáneas. Además, de-
pendiendo del sistema utilizado y el software requerido, se puede
detallar el tiempo que se tardó en conseguir cada una de ellas.
En el entrenamiento deportivo actual la velocidad máxima, por
un lado, y el tiempo que se tarda en obtenerla, por otro, son dos
indicadores especialmente válidos. Por tanto, estos dos datos pa-
recen ser relevantes (gráfico 42).

178
Estudio y entrenamiento de las cualidades coordinativas y la velocidad

Gráfico 42. Relaciones entre velocidades máximas y tiempo necesario


para obtenerlas.
Con esta información es posible decidir una serie de actuacio-
nes. En líneas generales existen deportistas que son rápidos y la
velocidad máxima la alcanzan pronto (sujetos 3 y 6, p.e.), están
otros que, no siendo tan rápidos, también la obtienen más tarde
(sujetos 2 y 9, p.e.). Como se puede comprobar, la evolución de
estos parámetros permite orientar el entrenamiento de manera
individualizada, y en función de las debilidades, oportunidades,
amenazas y fortalezas de las capacidades de cada uno de ellos.
Parece obvio que estos parámetros evaluados son materia de ges-
tión, transferibles a la organización del entrenamiento.
6.2.1. Velocidad y su interrelación con las demás cualidades.
En el entrenamiento de la cualidad rapidez hay que estar espe-
cialmente cauteloso con los estímulos que se presentan y con las
contingencias que los rodean. En ocasiones se decide alterar los
contenidos de la sesión al no corresponder lo planificado con las
capacidades reales del deportista. Hay que tener en cuenta que
sentirse rápido es una cuestión bastante compleja en la que sub-
yacen muchos factores que deben confluir en el mismo instante,
esto es difícil de conseguir. Si estas condiciones no se dan es muy
probable que el objetivo no se consiga, es conveniente esperar
otro momento para activarlas.

179
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

En cualquier caso al deportista le satisface observar que el


proceso de entrenamiento es fruto de un exhaustivo y persona-
lizado examen de la situación. En el gráfico 43 se observa los
valores en 30 y 15m. para un grupo de futbolistas profesionales
(Temporada 04/05 2ª División española), este dato ejemplifica
una primera decisión en relación con el déficit en esta cualidad,
para dos expresiones concretas (velocidad desde parado y lan-
zada) y, por tanto, de nuevo en las decisiones futuras a tomar en
cuanto a su entrenamiento.

Gráfico 43. Evaluación de la velocidad 30m. y corta 15m. (tiempo en se-


gundos) en futbol profesional (Temporada 04/05 2ª División española).
Con la utilización de los test como herramienta para el entre-
namiento inmediato se pueden dirigir los estímulos de una mane-
ra más individualizada. En el gráfico ���������������������������
44 se aprecia las evolucio-
nes obtenidas entre test 1 y 2 en el desarrollo de una estructura
de entrenamiento orientada a esta cualidad para el mismo grupo
de deportistas.

180
Estudio y entrenamiento de las cualidades coordinativas y la velocidad

Gráfico 44. Evolución de la velocidad de desplazamiento después del


desarrollo de una estructura de entrenamiento orientada a esta cuali-
dad en futbol profesional (Temporada 04/05 2ª División española).
Si se contrasta esta información con el salto vertical con con-
tramovimiento (CMJ), como indicador de la explosividad y po-
tencia con el propio peso, las posibilidades de individualizar los
estímulos aumentan (gráfico 45). Hay que recordar que como
objetivo de entrenamiento estas dos cualidades se encuentran ín-
timamente relacionadas. En el dicho gráfico se puede observar
como existen deportistas que siendo rápidos son deficitarios en
potencia (1), otros que no siendo tan rápidos tampoco son po-
tentes (2), y los que siendo rápidos también muestran resultados
altos en potencia (3). Para cada grupo determinado se estable-
cerán metodologías de entrenamiento diferentes.
Sólo si se valora habitualmente es posible recibir información
y así reajustar la organización del entrenamiento. La evolución
de ambos datos nos hace reflexionar sobre quién va consiguiendo
los objetivos de entrenamiento y en qué fase o estructura estaría
predispuesto a incluirse (gráfico 46). Como se aprecia no todos
cumplen y evolucionan de la misma forma. Por esta circunstan-
cia no a todos sería recomendable aplicarle los mismos estímulos
definidos en la estructura siguiente de entrenamiento.

181
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Velocidad/CMJ
Test 1 Sept/04
4,6

6 20 22 1

4,5 16
17 2

Test 1 Velocidad 30 m. 4,4


3 21 9 12

18

4,3 14

15 7

4 5
4,2
19

11 13 10

4,1
28 31 34 37 40 43 46 49 52

Test 1 Salto CMJ.


Gráfico 45. Velocidad/CMJ como indicador de rendimiento deportivo
en futbol profesional (Temporada 04/05 2ª División española).

Gráfico 46. Velocidad/CMJ comparación Test 1/2 en futbol profesional


(Temporada 04/05 2ª División española).

182
7. Organización del entrenamiento

En este último apartado se ha creído conveniente abordar la


temática de la organización del entrenamiento como aspecto sin-
tetizador de lo concerniente a cómo afrontar la difícil tarea de
la dinamización de cargas en un proceso tan complejo como es
Organizar el entre-
el entrenamiento deportivo. Organizar el entrenamiento significa namiento significa
controlar el proceso mediante la actuación sobre todos los facto- controlar el proceso
res que lo determinan. Especialmente orientado a las funciones mediante la actuación
sobre todos los facto-
del preparador físico, éste no puede estar al margen de todo lo
res que lo determinan.
que puede influir en el desarrollo de su profesión, más concre-
tamente debe estar presente en todos los acontecimientos que
pueden llegar a alterar la actividad que le ha sido encomendada.
Esta misión le hace pertenecer a un grupo de trabajo al que
se le confieren multitud de objetivos centrados especialmente en
el aumento del rendimiento de los deportistas. Deportistas que
desempeñan su labor dentro de un colectivo más o menos com-
plejo, y en función de los fines de la entidad deportiva a la que
representan.
Los objetivos específicos a los que van destinados los siguien-
tes subapartados son:
-- Incidir en el método científico como elemento caracterís-
tico en el desarrollo de la organización del entrenamiento.
-- Promover la práctica de una evaluación efectiva.
-- Asociar los resultados obtenidos con la medición mediante
un diseño, planificación y organización del entrenamiento
deportivo.

183
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

La evaluación, el con- Para cualquiera que sea el modelo decidido deben existir unos
trol del rendimiento pasos a cumplir (figura 23). Como se observa la evaluación, el
y la planificación del control del rendimiento y la planificación del entrenamiento son
entrenamiento son
componentes de la
componentes de la organización compleja del proceso de entre-
organización com- namiento. Estos elementos se encuentran estrechamente vincu-
pleja del proceso de lados entre sí y nunca analizables por separado. Se incide en la
entrenamiento. necesidad de la evaluación como fundamento de la organización
del entrenamiento y, por tanto, del método científico como pre-
ponderante en el mismo.

Figura 23. Sobre organización del entrenamiento.


Se puede apreciar como el trabajo es complejo, la organiza-
ción del mismo también. Esta ordenación está sujeta a la adecua-
ción de una serie de factores, desde el sistema de competición
hasta envolver al conjunto de deportistas y demás personal de la
entidad de una cultura investigadora e innovadora común a un
plan de intervención.
7.1. Modelos propuestos de organización del entrenamiento.
Todo entrenamiento debe estar organizado, seccionado y tem-
poralizado, es una de las premisas para gestionar y dirigir el pro-
ceso de entrenamiento. Se utilizan términos afines, pero no signi-
fican lo mismo, se hace necesario aclararlos terminológicamente.
No podemos decir que planificamos cuando temporalizamos o

184
Organización del entrenamiento

programamos, y viceversa, aunque en la práctica diaria se simul-


tanean y complementan.
Este desarrollo terminológico es fruto del análisis desde un
punto de vista general, se adapta de términos existentes en la
RAE., y desde una perspectiva específica en entrenamiento de-
portivo (González-Badillo & Gorostiaga, 1995, págs. 229-230)39.
Esta terminología se desarrolla con el propósito de habituarnos
a organizar nuestro pensamiento cuando tengamos que organizar
nuestro entrenamiento.
Planificación (def. RAE. Plan general, metódicamente orga-
nizado y frecuentemente de gran amplitud, para obtener un obje-
tivo determinado): En el ámbito del entrenamiento deportivo es
una actividad orientada a estructurar óptimamente un proceso…
y deben aparecer los objetivos, las técnicas, métodos, proce-
dimientos de control tanto de los resultados esperados como del
proceso. Directrices o criterios globales del entrenamiento que
deben de tenerse en cuenta al programar.
Programación (def. RAE. Idear y ordenar las acciones nece-
sarias para realizar un proyecto): En el ámbito del entrenamiento
deportivo es una organización concreta y detallista de todos los
elementos y factores que se proponen en la planificación, do-
tándolos de un orden, una distribución en el tiempo y una se-
cuenciación. Se deben armonizar las leyes fundamentales y los
principios de entrenamiento con las características del depor-
tista y el fin a conseguir. Implica el conocimiento de los procesos
adaptativos, el potencial de entrenamiento de los ejercicios y la
reacción de los deportistas a dichos estímulos.
Periodización (def. RAE. Establecer períodos para un pro-
ceso histórico, cultural, científico, etc.): En el ámbito del entre-
namiento deportivo es un aspecto de la programación dedicado a
secuenciar y temporalizar las actividades, saber interrelacionar
en el tiempo el entrenamiento de todas las habilidades motrices.
Temporalización: Acción de convertir lo proyectado en tem-
poral con la realización de un cronograma específico.
El siguiente caso práctico va a adelantar algunas característi-
cas generales habituales con respecto a las estructuras de entre-
namiento. Se presenta para dar paso al tema a tratar y para obser-
var las variadas soluciones que, aún hoy, sin orden ni concierto,
se encuentran universalizadas.
39. También es una obra de referencia �������������������������������������
García-Manso, Navarro, & Ruiz (1996).

185
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Caso práctico 18. Sobre modelos de organización del entrena-


miento deportivo
Un entrenador muestra su plan de trabajo, en el argot deporti-
vo es habitual el uso indiscriminado delos términos desarrollados
anteriormente. El lector debe comprender que un plan de trabajo
es un proceso mucho más complejo que lo que se determina en
la práctica cotidiana. Sin embargo, es algo en lo que hay que
reparar drásticamente, por muy generalizado que se encuentre,
es decir, establecer un plan de trabajo no es copiar un supuesto
modelo, más o menos utilizado en determinadas situaciones, y
para determinados deportistas.
Sobre la base de lo que se representa en la figura 24 gene-
ralmente se ha decidido históricamente el modelo a utilizar en el
proceso de entrenamiento.

Figura 24. Modelos históricos de planificación deportiva.


Es típico indicar el programa a llevar a cabo, caracterizado
exclusivamente por un tipo de cronograma general de inicio con
la ubicación de la competiciones. Distribuyéndose los períodos y
subperíodos que conforman el tiempo de actuación, por ejemplo
el establecido en figura 25.

186
Organización del entrenamiento

Mes ENERO I FEBRERO I MARZO I ABRIL


Fechas 3 8 10 15 17 22 24 29 31 5 7 12 14 19 21 26 28 5 7 12 14 19 21 26 28 2 4 9 11 16 18 23 25 30
Semanas 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17
Bloques ACUMULACIÓN ACUMULACIÓN TRANSFERENCIA REALIZACIÓN
Microciclo c c c r c I I r c I I c r PC PC C C
% Microciclo 60 70 75 50 60 90 90 50 60 90 90 60 40 30 30 20 20
↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑

Figura 25. Cronograma general periodizado.


Estas decisiones previas deben ser producto de un análisis
exhaustivo y profundo de todos y cada uno de los factores que
interactúan en la preparación del deportista. Las cuestiones a re-
solver son:
- ¿Qué se describe con estos modelos?
- ¿Quedan reflejadaslas características de cada término defi-
nido anteriormente (planificación, programación, periodización
y temporalización) conformando una organización del proceso
de entrenamiento?
Evidentemente, no. En general el siguiente cuadro explicita
algunos de los déficits puntuales al tomar este, u otros, modelos
de actuación.
Planificación:
 No existe plan general ni metódicamente está organizado.
 Copia un nombre.
 No hay objetivos, ni técnicas, ni métodos, ni procedimientos de control, etc.
 No se establece directrices o criterios de actuación.
 No hay plan “B”.
Programación:
 Se obvia idear y ordenar las acciones de manera consciente.
 No hay organización concreta y detallista de todos los elementos y factores
 Se debe constatar y armonizar las leyes fundamentales con las características
del deportista, el modelo elegido de origen tampoco lo permite.
 No se detalla los procesos adaptativos con respecto a la competición, la
metodología del rendimiento deportivo debe orientarse hacia la competición
 No se concreta la reacción de los deportistas (evaluación).
Periodización:
 No se secuencia ni temporaliza las actividades sino que divide en partes.
 Aunque se proyecte lo planificado, si este apartado es erróneo de base, no
cumple su objetivo.

187
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Este es uno de los grandes problemas que subyacen en la


metodología del entrenamiento, a saber; reproducir un modelo
cuando no se cumplen los requisitos básicos o no se han difundi-
do las características del mismo, en un intento de subsanar este
déficit con la terminología confusa y poco clara.
El proceso de entrenamiento debe estructurarse sobre la
base de: modelo de planificación elegido, las leyes y princi-
pios de entrenamiento y, por tanto, de los procesos adapta-
tivos del deportista.
En cualquier caso se va a exponer ideas relativas a la organi-
zación del entrenamiento. Se espera que el lector sepa entender
y cuidar la información, ubicándola en el contexto general del
libro y, sobre todo, de los deportistas a los que van a dirigir dicho
proceso de preparación.
7.1.1. Modelo combinado de cargas acentuadas y concentradas
individuales.
Este grupo de modelos es muy apropiado en especialidades
deportivas con un similar sistema de competición, gracias a su
uso podremos combinar la preparación del equipo con la indi-
vidual, con un planteamiento intermedio entre las que tienen al
estudio del deporte como centro de análisis y las que tienen al
estado del deportista como fundamento (figura 24).
Este modelo común tiene su origen en la estructura denomi-
nada de macrociclos integrados (Navarro F., 1994). Aunque
destinado en su origen a situaciones en las que el proceso de
adaptación al esfuerzo no está suficientemente resuelto (etapas
iniciales de entrenamiento) muchas razones nos llevan a utilizar-
lo. El sistema de competición actual, al que cada vez más nos
estamos habituando, no permite otra óptica, este es el caso de la
mayoría de los deportes en donde el proceso de entrenamiento se
encuentra inmiscuido de manera íntima con muchas competicio-
nes y todas ellas de larga duración.
Lo novedoso del planteamiento es tratar a la competición y
a la disposición al rendimiento como elementos esenciales en la
preparación deportiva. Definitivamente la competición pasa a ser
una herramienta de preparación además de un fin en sí mismo.
Como se indicó en los apartados iniciales, en los que se definió
el concepto de entrenamiento, la disposición para el rendimiento
tiene especial relevancia como elemento inmerso en el proceso,

188
Organización del entrenamiento

es decir, como estímulo sin el cual es imposible la preparación


del deportista. La concepción del entrenamiento está cambiando
continuamente, progresa y evoluciona, aunque en ocasiones to-
davía se acomete programas de entrenamiento bajo perspectivas
tradicionales. La disposición al rendimiento encierra mucho más
que el entendimiento de saber que el deportista se prepara para
ello; definitivamente el deportista se prepara con ello.
El modelo en cuestión intenta aunar los objetivos de entre-
namiento comunes, de grupo (cargas acentuadas), con los indi-
viduales, del deportista (cargas concentradas). Para este segundo
modelo individual el estableciendo de una evaluación continua
de cualidades que influyen directamente en el rendimiento del
deporte se hace imprescindible. En momentos determinados de
la programación, el objetivo de las fases concentradas es mejorar
aspectos determinantes en el desarrollo delos factores de com-
petición. Para ello el trabajo específico, con sesiones comple-
mentarias o sesiones de grupo con orientación individualizada de
cada deportista, estará orientado por las necesidades (déficits) en
cada momento.
Por otro lado, el modelo de cargas acentuadas (García-
Verdugo, 2007) es de bastante aplicación práctica, ya que en la
mayoría de las especialidades deportivas la simultaneidad y el
solapamiento de cualidades físicas es patente. Algunas caracte-
rísticas de este modelo son:
-- Objetivos según orientación preferente de una cualidad mo-
triz.
-- Solapamiento de adaptaciones a distintas cualidades. De-
ben coexistir adecuadamente.
-- El comienzo de la saturación de las reservas adaptativas con
respecto a una cualidad determina la disminución de la inci-
dencia en esa dirección y el comienzo en otra.
La competición requiere de la manifestación de todas las cua-
lidades a la vez, por lo que no sería adecuado preparar al de-
portista orientando las cargas de manera concentrada hacia una
cualidad cuando se va a necesitar de todas. Esta es la primera
motivación por la que la convivencia entre todas ellas es una con-
dición indispensable y perfectamente factible en las condiciones
de preparación.
Se ha denominado también método multidireccional acentua-
do (Martínez-Poch, 2009), siendo una triangulación operativa de

189
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

métodos generales y especiales de trabajo a lo largo de la etapa


competitiva que se conjugan para cumplir con los principales ob-
jetivos del entrenamiento:
-- Mantener el rendimiento lo más alto posible durante todo
el campeonato.
-- Incrementar el mismo en la búsqueda de la permanente su-
peración, como objetivo principal del entrenamiento depor-
tivo.
-- Evitar el síndrome de sobreentrenamiento.
-- Evitar la pérdida de la condición física.
La ilustración 33 muestra un ejemplo de cómo se dinamizan
a lo largo de un macrociclo de entrenamiento las distintas cuali-
dades. El lector debe entender que es posible aumentar el ren-
dimiento compitiendo, esta consideración es esencial. También
es posible entender como el deportista a medida que entrena y
compite, si no ocurre ninguna circunstancia adversa, mejora su
condición motriz general y específica. Las formas de acumu-
lación para un futuro no serían aplicables cuando el sistema de
competición y por tanto de preparación no sólo no lo permite
sino que requiere un rendimiento instantáneo adecuado.

Ilustración 33. Ejemplo de modelo de cargas acentuadas.

190
Organización del entrenamiento

Por otro lado, el modelo de cargas concentradas específicas


para la preparación del deportistase lleva a cabo en planificacio-
nes complementarias y subyacentes al modelo de organización
general del entrenamiento40. En adecuada simbiosis, la cualidad
predominante en cargas acentuadas deberá convivir claramente
con la característica específica a desarrollar en el deportista. El
orden en el desarrollo de las mismas estará en función de la cua-
lidad preferente, p.e.: si la cualidad fuerza, en todas sus mani-
festaciones en función del tiempo, es la cualidad preferente en
el grupo las cualidades a entrenar en el deportista serán las coor-
dinativas y las relacionadas con el acto motor rápido, pues todas
ellas tienen una relación directa con el mismo sistema preferente
de incidencia. Esta ordenación lógica pervive en las demás inte-
racciones entre cualidades.
Algunas de las características de este modelo de cargas con-
centradas son:
-- Concentración de las cargas durante un período adecuado
para la adaptación del deportista a las mismas.
-- Se utilizan sistemáticamente los medios seleccionados.
-- Se intentan optimizar los objetivos pretendidos hacia mayo-
res niveles de forma deportiva.
-- Todas las ganancias en las cualidades precedentes se trans-
fieren hacia la próxima estructura.
Para ello la evaluación, de nuevo, toma protagonismo, en
este caso con orientación individual. El perfil del deportista en
relación a los indicadores de rendimiento motor va a ser la he-
rramienta por la que se tomarán las decisiones en cuanto a su
preparación individual.
Teniendo como base la ilustración 34 e ilustración 35. Nos
servirán para entender en el procedimiento descrito para este
modelo de concentración de cargas en una orientación individual
de la preparación. Se muestra como son las características de
deportistas A, C, D y E en cuatro pruebas: dos isocinéticas de
control (fuerza 30º/s y 180º/s) y otras dos más funcionales e in-
terpretadas como indicadores de rendimiento en su especialidad
(fútbol en ilustración 34 y remo en ilustración 35) (MacDougall,
Wenger, & Green, 2000, págs. 123-126). Se aceptan estos in-
40. En la práctica combinar la preparación general de equipo/grupo con
una organización del entrenamiento individual, complementaria, parece ser
un modelo muy sugerente a seguir y que podría evitar muchos problemas o
solucionarlos de manera conjunta o individual.

191
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

dicadores como válidos en este ejemplo por corresponder a los


datos de origen en dicha obra. Cada profesional podrá adaptar los
indicadores propios y seleccionados a sus necesidades concretas.
El valor de referencia (valor 0 en resultados estándar Z en
ambos gráficos) puede establecerse según distintos criterios, a
saber: los valores del grupo, los reflejados en literatura científica,
los del deportista en anteriores estados óptimos de forma, etc.
Esta información nos orienta hacia las decisiones a tomar
según las características individuales del deportista y su mani-
festación en cuanto al nivel alcanzado de preparación, en este
caso los valores de resistencia relacionados con VO2Máx. y po-
tencia anaeróbica. El plan diseñado para estos deportistas será
diferente, y tendremos que estar muy finos para Dar en la diana,
expresión que representa la atención especial en deportistas con
alta experiencia y trayectoria deportiva.
En la ilustración 34 se observa es estado de cada deportistas
para los indicadores establecidos. El deportista A se encuentra
debilitado con respecto al valor de referencia para VO2Máx. y
potencia anaeróbica, pero fortalecido para los indicadores en
máquina isocinética. Como se ha indicado en anteriores aparta-
dos este estado es común en situaciones en las que no se ha orien-
tado hacia estímulos de preparación especial en esta especialidad
deportiva (fútbol). Entre otras interpretaciones a este deportista
se le debe orientar sus estímulos hacia estas cualidades en espera
de una adaptación hacia esfuerzos relacionados con ellas que le
permitirá la mejora en el rendimiento deportivo específico.
En la misma ilustración el jugador C es un caso diferente,
sus niveles en cuanto a las cualidades específicas (VO2Máx. y
potencia anaeróbica) se encuentran mejorados con respecto al
marco de referencia, no siendo así para los indicadores obtenidos
en máquina isocinética. Se pueden tomar distintas decisiones en
virtud del análisis de muchos factores que interfieren, p.e., si los
valores de referencia en cuanto a fuerza 30º/s y 180º/s son es-
pecialmente bajos se podrá programar su mejora. De cualquier
manera es obvio el buen nivel alcanzado en las cualidades de
preparación especial (VO2Máx. y potencia anaeróbica).

192
Organización del entrenamiento

· A
VO2 máx C

Potencia
anaeróbica A C

Fuerza
30% C A

Fuerza
180% C A

·
VO máx E D
2

Potencia
anaeróbica D E

Fuerza E
30% D

Fuerza D E
180%

-2,0 -1,0 0 1,0 2,0


Resultados estándar (z)

Ilustración 34. Perfiles de jugadores de fútbol. Cada medida está con-


trastada con un valor de referencia (ver texto) (MacDougall, Wenger,
& Green, 2000, pág. 123)
Reflexiones diferentes son producto de lo que representa la
ilustración 35 ya que la especialidad deportiva es distinta (remo),
lo que determina la orientación de los resultados obtenidos.
Aunque los indicadores de rendimiento están sujetos a la de-
cisión de los profesionales en cuanto al paradigma elegido para
el desarrollo de su profesión, determinados por factores entre los
que los recursos tecnológicos toman especial protagonismo, en
este apartado se resalta el proceso como tal, adecuando los es-
tímulos hacia los déficits manifestados por los deportistas.

193
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

·
VO2 máx E G

Potencia G E

Fuerza G E

· I
VO2 máx B I

Potencia B I I

Fuerza B I I

·
VO2 máx C K

Potencia C K

Fuerza C K

-2,0 -1,0 0 1,0 2,0


Resultados estándar (z)

Ilustración 35. Perfiles de deportistas de remo. Cada medida está con-


trastada con un valor de referencia (ver texto) (MacDougall, Wenger,
& Green, 2000).

7.2. La complejidad de la cuantificación de cargas.


En relación a esta temática, han existido tantos intentos de
establecer este parámetro de cuantificación de las cargas en el
rendimiento deportivo como número de perspectivas científicas
de abordaje. Históricamente, y aun en la actualidad, se ha referi-
do la necesidad de controlar variables internas, concentración de
lactato, relación testosterona/cortisol, el ritmo cardíaco, su va-
riabilidad, etc. de multitud de maneras. Éstas han ido acompaña-
das de otras variables psicológicas (estado de ánimo, percepción
subjetiva del esfuerzo, de la fatiga, etc.) cuyos fines han sido dar
respuesta a cómo afecta el entrenamiento al deportista.
Tan perseguido destino, en honor a la verdad, no es utilizado
en la práctica diaria, con honrosas excepciones en especialidades
deportivas menos complejas. Se hace necesario orientar el mode-
lo de cuantificación hacia variables que en el ámbito del entre-
194
Organización del entrenamiento

namiento deportivo sean útiles y relativamente fáciles de usar.


Por fin, la manifestación del movimiento realizado parece ser el
objeto de estudio, es decir, cuantificar en función de las caracte-
rísticas propias del esfuerzo.
Seguidamente se va a exponer una experiencia sobre esta
cuestión. Sobre la base de cómo se muestra el deportista con re-
specto al movimiento manifestado y de cómo percibe dicho es-
fuerzo se pretende establecer una herramienta de cuantificación,
en este caso en la especialidad deportiva fútbol, que se espera sea
objeto de sucesivas investigaciones al respecto y no sólo en este
deporte.
Se contrastó valores recogidos para el seguimiento, control y
evaluación del rendimiento deportivo, mediante tecnología GPS
Spi EliteTM y software Team AMS (GPSsport system), por un
lado. Para verificar o, al menos tener una referencia con la mag-
nitud de la carga percibida por los deportistasse utilizó la escala
de Borg como herramienta para valorar la percepción subjetiva
del esfuerzo y en relación con el tiempo de entrenamiento. El
procedimiento llevado a cabo durante sesiones de entrenamiento
(13) con una integración física, técnica, táctica y estratégica per-
mitió la obtención de datos (124) para cuantificación de la carga
manifestada. El sistema utilizado y los resultados obtenidos, en
las condiciones de investigación especificadas, puede llegar a de-
sarrollar un modelo individualizado de dinámica de cargas.
En el ámbito del entrenamiento deportivo ha sido una con-
stante el intento de relacionar la carga externa con la interna de
los deportistas. Existen muchos factores que interfieren, influ-
yen, en la determinación tanto de una como otra. Se podría decir
que existen tantos indicadores de rendimiento de lo que sucede
como objetivos pretendidos, de esta forma desde todas las pers-
pectivas científicas se encontraría una explicación al efecto del
movimiento deportivo en el deportista.
Puestos en la realidad manifestada en el transcurso de los
años, la cuantificación en deportes colectivos se reivindica hacia
síntesis y concreciones fruto de la propia dinámica del juego, de
su complejidad e idiosincrasia. En esta experiencia se pretendió
cuatro aspectos relevantes: 1, la valoración sobre la base de la
influencia de la manifestación del movimiento deportivo, re-
cogida con tecnología GPS, como indicador de la cuantificación
del rendimiento (carga manifestada externa); 2, la percepción
manifestada por el deportista en cuanto a ese movimiento y la
195
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

duración del esfuerzo (magnitud de la carga percibida), y 3, dis-


tribución y análisis por jugador.
La tecnología GPS se está generalizando en el ámbito deportivo,
especialmente en las especialidades que se ejecutan en el exterior
(Riewald, 2008). Se dice que los atletas y entrenadores al utilizar la
tecnología GPS mejoran, por un lado, la formación y, por otro, la
información proporcionada a los deportistas (Sawicki, 2006).
El sistema SPI Elite (GPSports Systems) desarrolla una nueva
generación en tecnología deportiva para el seguimiento, control
y evaluación del rendimiento deportivo, utilizada tanto en fútbol
(Premier League inglesa), en rugby (Professional Rugby Union y
Liga Nacional de Rugby Australiana) como en fútbol australiano.
El dispositivo registra con exactitud las variables manifestadas por
el deportista cuando realiza la acción en base a los datos propor-
cionados por el sistema de posicionamiento global (GPS) y el soft-
ware asociado; variables cinemáticas (aceleraciones, velocidades,
distancias), variaciones del ritmo cardíaco, incluso en situaciones
complejas como altos impactos (placajes, saltos, tackles, encon-
tronazos y colisiones) y cambios bruscos de velocidad asociados a
estas circunstancias de la actividad.
Recientemente criterios de validez y fiabilidad han sido des-
critos para este tipo de instrumentación en deportes de equipo en
condiciones de investigación sobre variadas velocidades y distan-
cias (Coutts & Duffield, 2008). Otros autores lo han corroborado
para el deporte del Hockey en nueve participantes (Hannah, Morris,
& Sunderland, 2009); los resultados de este estudio sugieren que
el sistema GPS y sus algoritmos (Spi EliteTM ha sido el utilizado)
pueden proporcionar un instrumento válido para la medición du-
rante el partido de hockey. Para valorar el efecto de ciertas prendas
deportivas, Higgins, Naughton, y Burgess (2009) simularon situa-
ciones específicas en baloncesto (circuitos) constatando la fiabili-
dad de esta tecnología para la determinación del rendimiento.
Bonnaci (2008) relacionó en su estudio, realizado en la Uni-
versidad RMIT en Melbourne (Australia) con un jugador del Hei-
delberg United Football Club (Graham Hockless), la evolución de
los datos obtenidos por el mismo sistema de nuestra investigación
con aspectos fisiológicos. Por otro lado, Hartwig, Naughton y
Searl (2008), esta vez con jugadores de rugby, han cuantificado las
cargas en distintas estructuras de entrenamiento observando, por
ejemplo, un alto compromiso, por la carga de gran impacto, en su-
jetos en formación en las situaciones habituales de entrenamiento.
196
Organización del entrenamiento

Este sistema parece tener el potencial científico para el ob-


jetivo de dotar información acerca de patrones de movimiento
durante juegos y entrenamientos. La carga manifestada, pará-
metro sintetizador producto de la interacción de todos esos fac-
tores analizados, y equivalente a la solicitación impuesta al ju-
gador, son analizadas por el software Team AMS de GPSports,
permitiendo obtener objetivamente indicadores válidos y fiables
de nuestro proceso de entrenamiento. Lo definido como carga
corporal (Total Body Load) que soporta el jugador en una deter-
minada actividad es la relación de todas las variables cinemáticas
e individuales anteriormente descritas, todo ello sobre la base de
valores cuantitativos y cualitativos del movimiento.
Por otro lado, el empleo de técnicas para la valoración de la
magnitud de la carga percibida requiere que cada deportista pro-
porcione al final de la sesión de entrenamiento un valor personal
y subjetivo referente a la cantidad de esfuerzo experimentado.
Este parámetro es calculado gracias a la relación de la RPE (ta-
bla 14. Rating of Perceived Exertion) o Escala de Borg (Borg,
1998), junto con el tiempo de exposición a ese esfuerzo, en este
caso minutos de exposición a ese esfuerzo (Foster & al., 2001).
El mismo procedimiento ha sido utilizado como valor que repre-
senta la magnitud de la carga percibida en cada sesión (Barbero,
Coutts, & Andrín, 2007). Éste se obtiene del producto del valor
de la escala del esfuerzo percibido por el tiempo de duración de
la sesión (en minutos).
Exertion RPE
no exertion at all 6
extremely light 7
8
very light 9
10
light 11
12
somewhat hard 13
14
hard (heavy) 15
16
very hard 17
18
extremely hard 19
maximal exertion 20
Tabla 14. Rating of perceived exertion.

197
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

En este tipo de deportes de cooperación y oposición, como es


el fútbol, y que se ejecuta en espacios compartidos, la valoración
de la carga externa a la que se somete el deportista es difícil.
Este punto de partida se acentúa con el carácter competitivo y
la propia idiosincrasia del deporte. Llevarlo a cabo de la manera
más funcional y rentable, interfiriendo lo menos posible en el
proceso y permitiendo entrenar integrando todos los factores de
rendimiento deportivo (técnico, táctico, estratégico, etc.) parece
ser la tendencia a seguir. Sobre la base de estos parámetros a
analizar, valorados en situaciones de entrenamiento complejas
en fútbol, se explica las condiciones de investigación utilizadas.
La intencionalidad del proceso queda orientada en los siguientes
objetivos:
-- Valorar el indicador de cuantificación del rendimiento en
fútbol profesional mediante el sistema GPSports.
-- Mostrar relaciones entre los indicadores obtenidos de cuan-
tificación del rendimiento con los datos emanados de la
magnitud de la carga de entrenamiento de cada sesión me-
diante la percepción del esfuerzo manifestado por el depor-
tista y el tiempo de exposición.
-- Desarrollar un modelo de cuantificación individualizada en
función de los resultados.
El diseño utilizado perfiló la investigación hacia una orienta-
ción decisional, correlacional, cuasiexperimental, al tratar gru-
pos naturales, descriptiva, empírica, con un carácter intragrupo
y de caso único.
Los sujetos de investigación fueron 22 jugadores de la plan-
tilla del Real Club Recreativo de Huelva (1ª División española.
Temp. 07/08) Durante 13 sesiones de entrenamiento considera-
das trascendentes desde el punto de vista físico/técnico/táctico
y en sucesivos microciclos, se obtuvieron un total de 124 datos.
Los materiales utilizados fueron los relativos al sistema SPI
Elite, compuesto por 10 dispositivos receptores colocados en la
espalda de los jugadores (ilustración 36) y el software Team AMS
(GPSports Systems) que traduce y descodifica la información ob-
tenida para ser tratada digitalmente.

198
Organización del entrenamiento

Ilustración 36. Receptores SPI Elite y jugadores con dispositivo.


La hoja relativa a la magnitud de carga percibida recogía infor-
mación usando la escala completa de RPE (Rating of Perceived
Exertion. Tabla 14) de 0-20, y el tiempo total de entrenamiento.
El plan a seguir se constituyó en tres fases. Previo a la obten-
ción de los datos se decidió el reparto del sistema de manera alea-
toria estratificada en función de los puestos específicos (defen-
sas, medios y delanteros). La hoja relativa a RPE se pasó a todos
los jugadores durante los días que duró el proceso y el tiempo fue
controlado por el cuerpo técnico. Ambos datos eran descargados
en el ordenador el mismo día del entrenamiento (fase 2) para su
posterior análisis (fase 3).
Además del software específico (interface en ilustración 37)
se analizaron los datos en hoja de cálculo Excel de Microsoft Of-
fice 2007 y con SPSS v.14 estadísticamente.

Ilustración 37. Interface del sistema SPI Elite (GPSports Systems).


Los resultados obtenidos, de manera resumida, se exponen
a continuación. Como se muestra, y debido a su extensión, así

199
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

como a las pretensiones propias del libro, se expone un ejemplo


de los datos relativos a una sesión (18/03/2008) tanto de GPS,
resumen de las variables que hace interactuar el software Team
AMS (Tabla 15), como la magnitud de carga percibida mostrada
por cada jugador (Tabla 16).
Distance Avg Max Avg Max Min Total Body
Player Nº
m. Speed Speed HR HR HR Load
17 4310,9 3,3 21,5 129 190 60 62305,9
21 5615,0 4,3 23,1 127 171 86 79951,1
13 5349,9 4,2 23,1 137 194 88 73763,9
16 4685,1 3,6 21,5 112 168 71 92505,7
7 4710,7 3,7 25,6 116 180 69 43531,6
14 5117,0 4,0 28,9 129 185 79 118652,3
4 4979,0 4,0 25,9 138 188 85 124616,9
19 3986,3 3,2 22,4 148 200 92 49934,3
12 3813,6 3,2 20,9 124 178 66 198615,0
Promedio 42,57 3,71 23,66 128,95 183,78 77,33 93764,08

Tabla 15. 9 casos reales referidos a los datos presentados por el


software Team AMS. Sesión 18/03/2008 (Duración 70’)
18/03/2008
Jugador RPE Tº Carga
Sujeto 1 16 70 1120,00
Sujeto 2 15 70 1050,00
Sujeto 3 15 70 1050,00
Sujeto 4 15 70 1050,00
Sujeto 5 15 70 1050,00
Sujeto 6 15 70 1050,00
Sujeto 7 16 70 1120,00
Sujeto 8 16 70 1120,00
Sujeto 9 16 70 1120,00
Sujeto 10 70
Sujeto 11 15 70 1050,00
Sujeto 12 14 70 980,00
Sujeto 13 14 70 980,00
Sujeto 14 15 70 1050,00
Sujeto 15 70
Sujeto 16 16 70 1120,00
Sujeto 17 16 70 1120,00
Sujeto 18 15 70 1050,00
Sujeto 19 15 70 1050,00
Sujeto 20 15 70 1050,00
Sujeto 21 17 70 1190,00
Sujeto 22 70
Sujeto 23 18 70 1260,00
Sujeto 24 16 70 1120,00
Sujeto 25 70
Sujeto 26 16 70 1120,00
CARGA X n-1 1085,00

Tabla 16. Datos reales magnitud de la carga percibida (RPE x


tiempo). Sesión 18/03/2008
200
Organización del entrenamiento

Los datos obtenidos por tecnología GPS mostraron significa-


tividad en la prueba de contraste con la normal (tabla 17). Los
datos RPE no cumplieron la condición de normalidad. Se puede
apreciar gráficamente la evolución de ambas variables (gráfico47)
existiendo correlación lineal significativa débil (Rho=0.33) entre
los datos suministrados por el sistema (GPS) y la magnitud de la
carga percibida para la totalidad de las sesiones. La evolución de
los datos para este puesto específico se aprecia en dicho gráfico,
esta sería la curva que manifiesta la consideración de la carga
manifestada y la percibida en la totalidad de los datos.
Rho
Normalidad
Variable N Promedio Mínimo Máximo Sd Spear-
K-S, z (p)
man
Datos RPE 13 1182,85 360,00 1890,00 297,08 0.799 (0.546)
0,33*
Datos GPS 13 127258,19 103172,14 642603,60 103172,14 1.931 (0,001)
Tabla 17. Datos descriptivos de todos los datos recogidos GPS y
RPE, valor de significación con normalidad y correlación (Rho
de Spearman, * significativa)

Gráfico 47. Evolución de los datos GPS y RPE (eje secundario) en la


totalidad de las sesiones.
Con respecto a puestos específicos existió correlación (me-
dia-débil, 0.42) entre ambas series de datos sólo para los delan-
teros, no así para el resto de puestos específicos (tabla 18). La
evolución de los datos para este puesto específico se aprecia en
gráfico 48, esta sería la curva que manifiesta la consideración de
la carga manifestada y la percibida en la totalidad de los datos
para los delanteros.
201
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Variable N Mínimo Máximo Media Desv. típ. Correlación


Datos defensas GPS 41 34411,70 642603,60 148574,65 139452,38
n.s
Datos defensas RPE 41 600,00 1890,00 1206,99 313,74
Datos medios GPS 38 28270,90 406876,60 126414,47 90945,20
n.s
Datos medios RPE 38 360,00 1680,00 1148,84 288,14
Datos delanteros GPS 45 10810,00 277368,50 108549,01 65878,15
0,42*
Datos delanteros RPE 45 600,00 1785,00 1189,59 292,96
Tabla 18. Datos descriptivos de datos recogidos GPS y RPE por
puestos específicos y correlación (Rho de Spearman, * significa-
tiva)

Gráfico 48. Evolución de datos del puesto específico delanteros


(Rho=0.42).
Al analizar los resultados por jugador, la correlación entre
los datos obtenidos (carga externa) y la relativa a magnitud de
carga percibida en todas las sesiones en las que participaron no
encontró significatividad en la mayoría de los casos, salvo en los
sujetos nº 2 (Rho= 0.99), 6 (Rho=0.8) y 17 (Rho=0.8). Por tanto,
parece una asignatura pendiente poder correlacionar ambas se-
ries de datos en la práctica diaria. Debido a la fiabilidad demos-
trada por el dispositivo,se hace prioritario en el desarrollo de un
programa de similares características entrenar a los deportistas a
manifestar sus percepciones de esfuerzo41.
41. Aun siendo una herramienta muy utilizada percibir el esfuerzo es una
habilidad susceptible de ser entrenada en situaciones en las que se requiere
de fiabilidad, con protocolos concretos y bajo programas intencionales. En
la práctica cotidiana es tan útil como posible de que interfieran variables
contaminantes en la medición.
202
Organización del entrenamiento

Una de las aplicaciones de los datos referidos a carga externa


expresada por el dispositivo SPI (Total Body Load) es la relación
en porcentaje entre la mayor carga manifestada y las demás. Si
se obtiene el máximo de cada jugador (carga externa máxima
manifestada) a lo largo de un período se puede establecer el por-
centaje de carga manifestada en los demás entrenamientos. Este
dato es de gran utilidad ya que solucionaría, en parte, el problema
de las dinámicas de cargas a lo largo de las distintas estructuras
de entrenamiento, sobre todo en entrenamientos de campo y con
contenidos de naturaleza compleja.
Como ejemplos, se exponen las dinámicas de cargas que su-
puso el proceso de investigación para los deportistas sujetos 7,
8 y 14 (gráfico 49). En el mismo se puede apreciar como una
misma sesión supone una carga diferente para cada deportista.
Esta valoración puede llegar a dar una información válida para
poder dinamizar las cargas de manera individual.

203
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

Gráfico 49. Dinámicas de cargas sobre la base de datos GPS para los
deportistas sujetos 7, 8 y 14.
En el gráfico 50 se aprecia el promedio de la dinámica de
cargas del grupo en cada sesión. Parece obvio que, dada las cir-
cunstancias, el problema no se soluciona tratando al global de
jugadores y sí a cada uno de los deportistas. Como se puede cons-
tatar, se está en el camino de abordar con suficiente fiabilidad las
dinámicas de cargas a nivel individual con este tipo de disposi-
tivo.

Gráfico 50. Dinámica de cargas sobre la base del promedio de carga


externa expresada por el dispositivo SPI (Total Body Load).
En síntesis y una vez analizados los datos, existen indicios de
relación (Rho=0.33) entre la carga externa, obtenida mediante
el dispositivo GPS y el software Team AMS, con magnitud per-
cibida de la carga por los deportistas (Rho=0.42 en delanteros),
pero se necesita de otras condiciones y diseños de investigación
para confirmar esta circunstancia. Se hace necesario, sobre todo,
204
Organización del entrenamiento

controlar la variable de magnitud de carga percibida por lo que


se recomienda procesos de entrenamiento orientados a este ob-
jetivo. En cualquier caso, la existencia o no de las correlaciones
puededeberse al reducido tamaño de la muestra, por otro lado im-
posible de adquirir otra mayor, las circunstancias y condiciones
que suponen este tipo de valoraciones en un grupo profesional y
en período de competición así lo establecen.
Por otro lado, existen opciones de reducir la escala de per-
cepción subjetiva, como versión resumida de la utilizada (0-10),
posiblemente hubiera permitido menor dispersión de datos y
consecuentemente alguna modificación de parámetros estadísti-
cos, la idoneidad de la escala original está fuera de dudas, ya que
permite mejor la expresión de lo solicitado.
El dispositivo GPS se muestra con fiabilidad y consistencia,
teniendo en cuenta que el entrenamiento diario en situaciones
reales de juego, con las variadas circunstancias intrínsecas al
mismo, podrían dificultar la recepción de los datos (se perdieron-
sólo 6 de ellos). Hannah, Morris, y Sunderland (2009) lo cons-
tataron para hockey, las experiencias previas en otros deportes
con mayores dificultades, rugby y baloncesto (en referencias des-
critas anteriormente) así como en fútbol (Higgins, Naughton, &
Burgess, 2009) siendo, por tanto, un instrumento válido para este
fin.
La necesidad de valorar el indicador de cuantificación del ren-
dimiento en fútbol profesional mediante el sistema GPSports,con
la decisión de relacionar porcentualmente sus valores permite
tener datos objetivos en cuanto a la dinámica de cargas individu-
alizadas.
La dinámica de cargas y su cuantificación en situaciones de
entrenamiento real se encuentra en un momento crucial. El con-
tinuo avance en esta materia, paralelamente al desarrollo tec-
nológico, permitirá obtener información válida, y fiable, para di-
cho objetivo. Esta circunstancia, en conjunción con las variables
fisiológicas, psicológicas, etc., desarrollada por los profesionales
destinados a tal efecto, va a suponer una valoración muy rentable
y eficaz en el tan ansiado propósito de cuantificar y cualificar las
cargas de entrenamiento.
Como era de suponer, la organización del entrenamiento debe
sustentarse en herramientas de control del mismo. La cuantifi-
cación y cualificación del esfuerzo es un paso adelante en esta

205
El entrenamiento deportivo en el siglo XXI

consideración, de tal manera que mediante ellas podrán decidirse


si es conveniente, o no, continuar con el proceso de entrenamien-
to, cambiar de estímulos o dosificarlos de distinta forma.
Este dinamismo y capacidad de adaptación del propio proceso
de organización de estímulos puede llegar a formar parte de algo
inherente a la preparación del deportista del siglo XXI. De la ac-
titud y de la inquietud con la que los profesionales de este ámbito
afronten esta temática dependerá que así sea.

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Reseñas

Cristina Centeno Soriano


Colección: Administración, empresa y recursos humanos
ISBN: 978-84-9976-964-6
272 páginas

GESTIÓN DEL PROCESO DE CAMBIO PERSONAL.


El cambio es la característica que mejor define nuestro tiempo. Cambios en todos
los órdenes que nos afectan a los individuos y a las sociedades en su conjunto.
Cambios de diferente ritmo, impacto e intensidad.

Jesús López Monedero


Colección: Acción social
ISBN: 978-84-9976-658-4
138 páginas.

DIÁLOGOS EN NUESTRO ORGANISMO. Filosofía y Psicología de la


Osteopatía.
La sociedad moderna, la vida cotidiana, el ser humano que no vive, sino que
se enfrenta como en una guerra diaria a las horas que le restan para trabajar y/o
soportar a su familia, componen un índice que habla muy negativamente de lo
que debería ser el objetivo fundamental de nuestros trabajos y nuestros días.
Otros títulos de la colección
Deporte
Fisioterapia y rehabilitación de rodilla
Prevención y tratamiento de lesiones en la práctica deportiva
Masaje deprtivo y lesiones del deporte
Lesiones asociadas a la carrera
Vendajes fuuncionales en ciencias de salud
Se terminó de imprimir en los talleres gráficos de Editorial Zumaque en Polí-
gono Industrial El Retamal, parcela 6, vial B de Alcalá la Real (Jaén)
en diciembre de dos mil once.

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