La Apofilita (K, Na) Ca4Si8O20 (OH, F) •8H2O, es un mineral perteneciente a la clase
de los silicatos, sub-clase filosilicatos, el cual en estricto rigor no es un mineral como tal, sino un “grupo mineral” (al igual que el Granate, la Turmalina, el Berilo, entre otros que presentan una gama de variedades), ya que pese a ser un mineral incoloro, el conjunto de átomos de Flúor, Sodio e Hidroxilo que forman parte de la estructura química (no siempre se encuentran los tres), lo hacen adoptar tonalidades que van desde el blanco, verde, rosado, pardo y amarillo, de acuerdo a la proporción en que estos se encuentren, determinando así las posibles variedades Fluorapofilita, Natroapofilita e Hidroxiapofilita. Su sistema cristalino tiene una gran peculiaridad, ya que por un lado cristaliza en el sistema tetragonal (Fluorapofilita y Natroapofilita) y asimismo en el sistema ortorrómbico (Hidroxiapofilita), en donde además presenta una singular versatilidad de hábitos cristalinos, yendo desde el masivo, tabular, prismas cortos o en maclas racimosas pinacoides (muy semejantes a las formaciones de Aragonito Sputnik) que a menudo al estar truncadas dan a origen al hábito pseudocúbico, estando de igual forma presente el piramidal y los más importantes y cotizados cristales “bipiramidales” (muy semejantes a los Cuarzos), los cuales por lo general son pequeños (menores de 2 cm) y están sujeto a matrices formando estalactitas, estando en primer lugar de la demanda coleccionista. Su ambiente de formación se da como mineral secundario de origen hidrotermal, al interior de cavidades de origen gaseoso en rocas ígneas extrusivas, como granitos, fonolitas y diabasas. Los principales yacimientos de este mineral se encuentran en Potosí-Bolivia, Guanajuato-México, Quebec-Canadá, Arizona-USA y ampliamente distribuida por India, destacando la mina Poona en el estado de Maharashtra, de donde se extraen las mejores paragénesis con zeolitas del planeta, estando asociada la Apofilita normalmente con Estilbita, Natrolita y/o Heulandita, como también otros filosilicatos de la misma mina como Okenita, Prehnita, Girolita y Cavansita, al igual que otros más comunes como Calcedonia (en gran variedad de casos), Calcita y Cuarzo. Dado que se trata de un mineral con múltiples cristalizaciones, suelo ser confundido puntualmente con otros especímenes, dentro de los cuales destaca la Fluorita cúbica, que al poseer el mismo brillo vítreo a anacarado de la Apofilita, dureza y sobre todo una de sus cristalizaciones semejante, representa un normal distractor a la hora de su identificación, sin embargo, como se mencionó durante el texto, uno de los hábitos que presente la Apofilita es en realidad “pseudo”-cúbico, es decir que no presenta una formación cúbica perfecta, dadas las caras del pinacoide truncadas, reflejando un sistema normalmente tetragonal (en caso de la Hidroxiapofilita ortorrómbico), y si no fuese completamente notoria la vista frontal y aérea de los cristales, siempre hay que tener en cuenta las formaciones en maclas de ambos minerales (que son las más comunes, ya que rara vez se presentan cristales solitarios para ambos casos), que en el caso de la Apofilita se presentan exclusivamente maclas en base a prismas cortos, que convergen desde un mismo punto (piñas o sputniks), mientras que la Fluorita forma maclas de penetración entre dos o más cristales cúbicos perfectos. Otro mineral que genera gran controversia, en especial en su hábito bipiramidal es el Cuarzo cristal (también llamado Cuarzo hialino), que pese a que evidentemente se diferencia en dureza, 7 vs 4.5 en la escala de MOHS, por su común diafanidad se confunde con la Apofilita incolora, pero se distinguen en forma visual bajo el conteo de las caras en la vista aérea del cristal, que dado el sistema cristalino trigonal o hexagonal del Cuarzo, debe presentar tres, seis o en muy raras ocasiones siete (hablando en este caso de los llamados Cuarzos maestros, tema que no nos compete), mientras que la Apofilita exclusivamente cuatro, siendo de suma importancia, en el caso de que los cristales sean pequeños, observar con lupa para el conteo respectivo de las facetas.