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Fray Pedro Morel

Exégesis sobre el llamado de los primeros discípulos en Juan


1- Texto1:
35
Al día siguiente, Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos. 36.Fijándose en
Jesús que pasaba, dice: «He ahí el Cordero de Dios.» 37Los dos discípulos le oyeron hablar así y
siguieron a Jesús. 38.Jesús se volvió, y al ver que le seguían les dice: «¿Qué buscáis?» Ellos le
respondieron: «Rabbí - que quiere decir, "Maestro" - ¿dónde vives?» 39Les respondió: «Venid y
lo veréis.» Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Era más o menos la
hora décima. 40.Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y
habían seguido a Jesús. 41.Este se encuentra primeramente con su hermano Simón y le dice:
«Hemos encontrado al Mesías» - que quiere decir, Cristo. 42.Y le llevó donde Jesús. Jesús, fijando
su mirada en él, le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas» - que quiere decir,
"Piedra". 43.Al día siguiente, Jesús quiso partir para Galilea. Se encuentra con Felipe y le dice:
«Sígueme.» 44. Felipe era de Bestsaida, de la ciudad de Andrés y Pedro. 45.Felipe se encuentra con
Natanael y le dice: «Ese del que escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, lo hemos
encontrado: Jesús el hijo de José, el de Nazaret.» 46. Le respondió Natanael: «¿De Nazaret puede
haber cosa buena?» Le dice Felipe: «Ven y lo verás.» 47. Vio Jesús que se acercaba Natanael y
dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.» 48Le dice Natanael: «¿De
qué me conoces?» Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de
la higuera, te vi.» 49Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de
Israel.» 50Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver
cosas mayores.» 51.Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los
ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»
2- Contexto y delimitación de la perícopa
La perícopa que presentamos se encuentra en la primera parte del evangelio de Juan. Serían los
días iniciales de la revelación de Jesús enmarcados por el testimonio de Juan el Bautista y los
primeros discípulos del Bautista que acuden a éste cuando se manifiesta.
La secuencia se distribuye en dos jornadas (1,35-42 y 1,43-51), que comprenden ambas dos
escenas centradas en Jesús (1,37-39 y 1,41-42; 1,43 y 1,45-51); suceden a una escena inicial en
donde el Bautista rodeado de dos discípulos sigue siendo todavía el actor principal (1,35-36).2

En cuento a la delimitación, encontramos un corte en el v. 35, pues la escena anterior se refería a


al testimonio de Juan sobre Jesús (1, 29-34). Ahora, se presentan varias jornadas con la frase “al
día siguiente”, por ende, se entiende que hay un cambio de día e inicio de una nueva perícopa.
Por otra parte, se cerraría nuestro texto con el v. 51, pues hay un cambio cronológico y local (2,
1); los discípulos creen en Jesús cuando éste manifiesta su gloria en Caná.
3- Comentario
Vemos en este pasaje (1, 35-51) el encuentro de Jesús con sus primeros discípulos. Los cuatro
que aparecen en escena, a diferencia de los sinópticos3, no se encuentran en Galilea, sino se podría
referir a Betania (v.28). No son llamados por una palabra imperativa: «Venid tras de mí y os haré
pescadores de hombres». Sino que son orientados hacia Jesús por el Testigo y reconocen en él,
bajo diversos títulos, al Mesías de Israel. Si Andrés, Simón y Felipe son conocidos por otros
lugares, el cuarto discípulo, Natanael, el que cuantitativamente ocupa más lugar en el relato, es

1
Biblia de Jerusalén, DDB.
2
Cf. Dufour, León X., Lectura del Evangelio de Juan I, Sígueme, Salamanca, 1989.
3
Mt 4,18-22 = Mc 1,16-20, Lc 5,1-11
Fray Pedro Morel

desapercibido por la tradición sinóptica y sólo será nombrado una vez más en el evangelio de
Juan.
En el v. 35 menciona que Juan el Bautista poseía discípulos. Dos de ellos, después que el Bautista
se fija (emblepein) en Jesús, concentra la atención de sus oyentes en la persona de Aquel que va
a realizar el plan divino, sobre ese Jesús que está presente, “el cordero de Dios”.
Según la escena, vemos que los discípulos del Bautista siguieron a Jesús (v.37). Se habla de un
seguimiento impulsado por un testigo mediador. Esto lo encontramos en este versículo como
también en los siguientes (v. 40-42a; 45-47).
Seguidamente, en el v. 38 los primeros discípulos de Jesús no se nos muestran como pescadores
de Galilea que dejen sus barcas para seguir a Jesús, sino como hombres que están ya buscando
algo. Este seguimiento, implica vivir la vida con el maestro, es decir, el comportamiento expresa
en concreto en qué consistía entre los judíos la condición de discípulo: seguir a su rabbí4 no sólo
en sus desplazamientos, sino hasta el punto al que éste había llegado en su saber y sabiduría.
Ante la pregunta de Jesús “¿qué buscan?”, Jesús podría estar desplazando el objeto de esa
búsqueda de los discípulos en la participación de la relación de Jesús con el Padre, pues, la
inhabitación con Dios, la morada, el evangelista lo colocará en la boca de Jesús más adelante.5
Así pues, en el seguimiento a Jesús, ser discípulo implica ser “conducido a Él por la gloria”, venir
(a Jesús) significa comúnmente, “creer en él”. Por lo tanto, el primer ver (v.39) confluirá en estar
a su lado, de forma provisional, que dispone a un ver superior que es la morada definitiva.
Los vv. 40-42 tratan del encuentro Simón (Pedro) con Jesús por intermedio de Andrés, su
hermano. En la tradición sinóptica, Andrés y Simón son llamados juntos por Jesús. Según Jn,
Simón se acerca a Jesús por medio de su hermano: es de alguna manera segundo.
En los vv. 43-44 vemos la iniciativa de Jesús. Es Él quien llama a Felipe, quien era de Betsaida
al igual que Andrés y Pedro.
En los vv. siguientes 45-51 vemos el encuentro de Natanael con Jesús. El encuentro se produce
al igual que los versículos anteriores (40-42) por intermedio de alguien, es decir, por medio de
Andrés. Jesús ve a Natanael, y luego éste hace una confesión de fe declarándolo “Hijo de Dios,
rey de Israel”. Por su parte, Jesús, en el V. 51 anuncia que, en Él, la alianza está presente en la
tierra, su persona es el lugar en donde Dios se revela y se comunica a los hombres.
El testimonio de Juan y el llamado de los primeros discípulos -originariamente discípulos de Juan,
a los que se suman después Pedro, Felipe y Natanael, conforman el contenido del primer capítulo
(1,19-51). Juan obra "al otro lado del Jordán" (v 28) y allí tiene lugar el encuentro con Jesús.
Este encuentro con Jesús implica un proceso gradual conocimiento en la fe en el maestro. Esto no
se produjo inmediatamente, sino en la participación de la gloria misma del Señor, es decir, su
Pasión y Resurrección. El discipulado en Jn no tiene una perspectiva más allá de este mundo sino
en esta tierra donde el Hijo del Hombre enlaza el cielo con la tierra. La visión o crecimiento en la
fe se irá presentando a través de la contemplación de los signos de Jesús en la obra de Jn.

4
El término rabbi recién es utilizado a mediados del siglo I.
5
Jn 14,2s 23, 15,4s.

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