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"halofitogenografía" uitoto
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Juan Á/varo Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Simón Román
3 El ambil de tabaco es una pasta que se consume por vía oral, preparada con el zumo cocinado de ho-
jas de tabaco. La sal vegetal con que los indígenas mezclan el ambil cumple una función en la absor-
ción de los alcaloides del tabaco.
4 Echeverri, 1997, p. 72. Estas cifras corresponden a la población que habita en el interfluvio Caque-
tá-Putumayo y no incluye la población asentada en otras regiones (Amazonia peruana, río Amazonas,
etc.).
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La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto
sales de veta o sales marinas5• Sin embargo, pocos han sido los estudios sobre el
significado cultural de la sal en América, y más aún en los grupos amazónicos.
En la región amazónica, los depósitos naturales de sales minerales son poco
frecuentes. Para los animales herbívoros, el acceso a minerales es crítico. En cier-
tos sitios de la geografía amazónica, se encuentran afloramientos de sales prove-
nientes de estratos submarinDs antiguos. Estos sitios son conocidos como salados
o colpas, y a ellos concurren muchas especies animales para abastecerse de mine-
rales6• Los animales carnívoros obtienen sales de la sangre de sus presas.
Los uitoto no consumían sal mineral. Su abastecimiento de sodio y de otros
minerales esenciales en la dieta debió haber provenido de la ingestión de carnes
de animales y de la producción de sales de origen vegetal, la cual se conserva has-
ta hoy en día. Las sales vegetales, sin embargo, no sustituyen al cloruro de sodio.
La sal vegetal es una fuente importante de minerales, pero su uso en la dieta debe
ser muy restringido por su alto contenido de potasio (alrededor del 30%). Su uso
es más que todo ritual y generalmente en combinación con alcaloides.
La sal vegetal tiene propiedades medicinales conocidas por los indígenas
pero muy poco divulgadas. En su amplia obra The Healing Forest, Schultes y Raf-
fauf (1990) listan una gran cantidad de plantas de las cuales se ha reportado su
uso como base para la preparación de sal vegetal en la región del noroeste ama-
zónico. La obra de estos autores demuestra, sin embargo, que las propiedades
químicas y terapéuticas de la sal no han sido investigadas.
Sin embargo, el interés en esta sustancia no radica sólo en sus potencialida-
des terapéutica's o sus propiedades químicas; la síll de monte, en el pensamiento
religioso de los indígenas amazónicos, tiene una importancia central en la cos-
mogonía, los rituales y la curación. No obstante, hasta ahora ha sido una sustan-
cia que ha pasado totalmente inadvertida para la ciencia y cuyo sentido religioso
y simbólico no ha sido estudiado.
5 Véanse, por ejemplo, las ponencias presentadas al Simposio Historia e historiagrafía de la sal en Lati-
noamérica en el49 Congreso Internacional de Americanistas (Quito, julio de 1997): Reyes, 1997;
Williams, 1997; Liot, 1997; Worrle, 1997.
6 Roberto Pineda Camacho (s.f., pp. 149-150) escribe al respecto de los salados: "...constituyen espa-
cios naturales de gran interés ... Al salado concurren los animales a beber 'la leche' que mana de la ma-
dre tierra... Los abuelos dicen que los salados tienen--eomo las casas humanas-sus propios
capitanes (o jefes), sus propios chamanes, que son generalmente dantas o tapires, aunque las entradas
de esta maloca pueden ser controladas por otros animales". Reichel-DolmatoH (1996, p. 159), por
su parte, nos ofrece su versión del sentido simbólico de los salados: "Estos son lugares solitarios fre-
cuentados por dantas en busca de plantas con sabor a salo suelos salinos, y los cazadores tukanos las
observarán desde una pasera alta en un árbol... Simbólica y emocionalmente, los salados son simila-
res a puertos. Los salados son lugares liminales, son umbrales, como dicen los chamanes, y algunos
cazadores los cruzarán y serán transformados en dantas, para nunca regresar a sus familias".
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En aquel entonces,
en la historia del origen
del Padre Creador,
él se asentó
en este Suelo
y lo fecundó.
En aquel entonces,
el alimento de vida del Padre Creador
es leche de seno y salmuera.
Porque esa palabra no se había formado
en este Suelo Completo, él lo fertilizó.
El Padre Creador, en aquel entonces,
en ese punto, .
Fotografía 1. Oscar Román
Jitdutjaaño y la Palabra de sal ardió como palo de jiñona8,
(Fotografía de Marta Pabón).
7 En Echeverri y Candre (1993, pp. 161·163) puede encontrarse una discusión del concepto rafue.
8 Jiñona, especie arbórea de la familia Chrysobalanaceae de cuya corteza se extraen cenizas para mez-
clar con la arcilla para hacer alfarería.
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imágenes del proceso creador alrededor de las cuales se articula y, por otra parte,
de su forma misma, una recitación en la cual el sentido se construye poética antes
que prosaicamente. En esa palabra, la sal de monte adquiere un significado y una
potencia mucho mayor que lo que puede significar en términos empíricos.
En lo que sigue trataremos sobre la sal de monte como un fenómeno empí-
rico que podemos observar, medir y analizar, y al mismo tiempo vamos a enfren-
tarnos a una concepción radicalmente diferente del conocimiento, donde los
fenómenos físicos, químicos y botánicos que se examinan son concebidos desde
el discurso vital del rafue. La sal de monte es una de las puertas por la cual se pue-
de acceder al eterno tema del rafue: la vida y el proceso creador. Si tratáramos de
la planta de tabaco o de la planta de coca, si hablásemos de las plantas en general
o de las curaciones o de los bailes, la narración llegaría a esos mismos procesos de
la vida y la formación. La sal, tal vez, es un punto privilegiado de entrada; en todo
caso, es el camino que hemos elegido y explorado y que ahora compartimos.
Es un reto para nosotros y una demanda para el lector entender las conexio-
nes, traslapes y disyunciones entre el meticuloso análisis que procederemos a ur-
dir sobre la elaboración de la sal de monte y los fragmentos del discurso cósmico
y religioso de Óscar. Más que apresurarnos a disectar y analizar ese discurso en
aras de una comparación con los "datos" químicos y demás, vamos a tratar de
darlo a conocer, en forma necesariamente parcial, desde el acceso privilegiado
de los procesos técnicos de elaboración de la sal de monte.
La expresión "halofitogenografía" que aparece en el título tal vez requiera
una explicación. Esta expresión, compuesta por Óscar Román, expresa en sus ra-
dicales griegos la pretensión de este trabajo de escritura (-grafía) sobre la forma-
ción (-geno-) de las plantas (-fito-) salinas (halo-, del griego halos "sal"). El
término halofitogenografía es la traducción de la expresión uitoto: iari komuiya-
be que se corresponde morfema a morfema:
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La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto
El símbolo más claro de la sal para los uitoto y para muchos otros grupos es
la figura de los animales ponzoñosos y de todo tipo de obstáculos. La sal se sim-
boliza como araña ponzoñosa, serpiente, hormiga conga, espinas de palma, pali-
zadas, bejucales (véase ilustración que acompaña al texto). En el texto citado
arriba se dice: "los nombres de la sal son como serpiente, son como chucha",
porque la sal del monte es el producto de las enfermedades y males que el Padre
Creador, "en aquel entonces", arrojó de sí "hacia fuera", hacia el monte y queda-
ron convertidos en plantas y animales: en toda la naturaleza. El monte contiene
esos males, enfermedades e impurezas del Creador.
Esas impurezas y males, sin embargo, pueden convertirse en potencia y ali-
mento cuando son procesados por medio del poder transformador del fuego. Ese
fuego transformador, es el que reduce la peligrosa maraña en alimento vital: sal.
Por eso "los nombres de la sal", dice Óscar, "son como chucha, son como serpien-
te", pero también "son como nombre de un niño", y más adelante: "En ese punto,
entonces, se convirtió en leche de seno". Lo que media entre lo nocivo (serpiente,
chucha) y lo vital (leche de seno) es el proceso transformador del fuego.
Es corriente escuchar entre los indígenas decir "voy a recoger basura" cuando
van a extraer la sal del monte. Esa recolección de "basuras" es una metáfora explíci-
ta de las enfermedades sociales y familiares. Esas arañas ponzoñosas, serpientes, he-
lechales, bejucales, son asimismo la envidia, la rabia, la confusión, la habladuría. La
preparación de sal opera como un proceso alquímico donde el trabajo sobre la ma-
teria natural es al mismo tiempo un trabajo sobre el cuerpo social y psíquico.
Para entender este punto fundamental hay que explicar la inextricable rela-
ción, en la Palabra de la sal, entre la formación del mundo, la formación del ser
humano y la conformación de relaciones sociales. La Palabra de sal de Óscar es
primero que todo un discurso sobre la formación del mundo por el Padre Crea-
dor Mooma Buinaima. La historia de la creación puede ser descrita como una in-
cesante lucha contra la enfermedad. En un principio, el Creador es todo, en sí
mismo se encuentra toda la naturaleza, no hay nada exterior a él. Está lleno de
sal, está lleno de semen, y toda esa vitalidad se convierte en su primera enferme-
dad: se debilita, se queda sin aliento, y buscando el principio de ese sufrimiento
él la expulsa de sí en forma de mucosidad, la consume por el fuego y prueba la
esencia salina que ahora ya no es nociva. Él se alivia, pero pronto se vuelve a en-
11 Óscar Román Jitdutjaaño, Araracuara, julio 14 de 1995 (traducción de Simón Román y Juan A.
Echeverri).
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ceniza con minerales solubles en agua, no todas las sales vegetales son apreciadas
por los indígenas. El conjunto de especies considerado apto para extracción de
sal proviene de las sales "que tienen historia", es decir, aquellas especies que es-
tán incluidas en la historia de la creación y constituyen un símbolo de un mal que
el Padre Creador padeció y derrotó por medio del procesamiento por el fuego.
La siguiente es una revisión s0II!era de los principales grupos de plantas emplea-
dos para la extracción de sal por los uitoto. Esta información proviene directa-
mente de nuestra investigación de campo.
La principal fuente de sales son las palmas, particularmente las palmas espi-
nosas (géneros Astrocaryum y Bactris). De las sales de palma, las más apreciadas
y frecuentes son las de Attalea maripa o palma real y la de Astrocaryum gyna-
canthum ("sal de espina").
El segundo grupo de especies vegetales apreciadas para sal vegetal son las
plantas acuáticas y riparias, principalmente Cyclanthaceae, pero también Ara-
ceae, Thurniaceae y Podostemaceae. Estas son sales "frías" y de sabor "dulce" (es
decir "salado"; con presencia del anión cloruro). De este grupo, la sal más apre-
ciada es la de una especie de Cyclanthaceae (Sphaeradenia sp.), que crece en sue-
los rocosos o arenosos a la orilla de quebradas y ríos. En el cañón de Angosturas,
en el río Caquetá, crecen abundantemente y son una fuente permanente de sal
para las malocas cercanas.
Un tercer grupo de sales son las provenientes de cortezas de árboles. Se
extraen de especies de varias familias, pero principalmente de las familias Lecy-
thidaceae y Sapotaceae. De una Lecythidaceae en particular, Couratari guia-
nensis, se quema toda la madera del tallo, la cual puede permanecer ardiendo
durante más de un mes y producir muchos kilos de sal (más abajo reportamos el
rendimiento de uno de estos árboles). Las sales de cortezas de árboles son por
lo general de sabor más fuerte y picante (jarede, en uitoto) y con olor de orina
(kuérede).
También se saca sal de colmena de abejas (Irigona turculenta), de especies
de platanillos y de algunas especies cultivadas (piña, macambo, maíz, caña de
azúcar).
La forma más común de preparación de sal vegetal es en forma de gránulos,
y a partir de una o dos especies. Sin embargo, para los rituales se suele preparar
un tiesto de sal compacta, llamado kumeni en lengua uitoto. Esta sal de tiesto es
muy apreciada y constituye una forma de moneda o pago que se utiliza en oca-
siones tales como la construcción de malocas o en rituales de gran categoría. En
la elaboración del kumeni se pueden combinar numerosas especies, lo cual ga-
rantiza, según los indígenas, la solidez del tiesto de sal. Abajo reportamos la pre-
paración de un kumeni, en cuya elaboración intervinieron 60 especies vegetales
de 17 familias botánicas diferentes.
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Meníñokiai
38 Sapotaceae Manilkara bidentata (A.De.) Chev. corteza
(jifaiño)
39 Lecythidaceae (indet.) Jibeño corteza
40 Arecaceae Mauritia flexuosa L. fo Kinena cogollo
41 Arecaceae Oenocarpus bataua Marto Komaña cogollo
42 Olacaceae d. Chaunochiton lorantoides Benth. Vifrigi corteza
43 Lecythidaceae Lecythis pisonis Cambess. lairo jero corteza
44 Cyclanthaceae d. Ludovica sp. Emoyai tallo
45 Arecaceae Bactris fissifrons Mart. Zitori tallo
Phenakospermum guyannense (L.e. Iyoberi
46 Strelitziaceae cogollo
Richard) Endler ex Miq. Uiyoberi
47 Euphorbiaceae Hyeronima alchorneoides Allemo Ekoroai corteza
48 Arecaceae Attalea maripa Mart. JaTina semilla
49 Arecaceae Attalea maripa Mart. Jarina corteza
50 Arecaceae Astrocaryum chambira Burret Ñekina cogollo
Geonoma maxima varo chelidonura (Spruce) Fikaingo
51 Arecaceae tallo
Henderson ereri
52 Arecaceae Bactris gasipaes Kunth Jimena tronco
53 Bromeliaceae Ananas comosus (L.) Merr. . Ofaiyi tallo
54 Sterculiaceae Theobroma bicolor Bonpl. Mizeko cáscara
55 Rutaceae (indet.) Jeedo iama corteza
Arecaceae Palma
56 Elaeis guineensis ]acq. tallo
africana
57 Arecaceae Attalea insignis (Mart.) Drude Barikai pecíolo
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Estas son las especies extraídas del monte para elaborar sales. En 68 ca-
sos se procesó sal de una sola especie y en 10 casos se procesó sal de especies
agrupadas para finalizar con una sal que representa el mundo entero. Sacar
sal es limpiar los males y enfermedades para convertirlos en alimento huma-
no. Ahora se ilustrarán estas relaciones mostrando las asociaciones de algunas
de las sales extraídas con animales, enfermedades, animales mitológicos. La
Tabla 2 está organizada alfabéticamente según el nombre uitoto de las espe-
cies. En la primera columna, se indica el número secuencial de la sal que pue-
de compararse con el listado de la tabla 1 para obtener la información de su
identificación botánica. Las dos columnas de la derecha proveen una infor-
mación sumaria de la enfermedad o propiedad que dio origen a esa especie en
la historia de la Creación y de las especies animales, u otras asociaciones o his-
torias, con las que se relaciona la especie.
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Tabla 2. Significado en la historia de la creación de las especies vegetales para extraer sal
Enfermedades o
Sal Nombre uitoto Otras asociaciones
propiedades
Es origen de la construcción
de las casas (malocas).
17 Ereri
También es nacimiento de
muchos animales acuáticos.
Es como alimentarse, es
Es nacimiento de la danta y
51 Fikaingo ereri principio del nacimiento
nacimiento de la paloma.
de la anemia.
Es perfumoso, asfixia,
hace estornudar; es liso,
22 Goróngori
no le entra nada (y puede
Piedra de pulir cerámica.
ser esterilidad)
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Sal Enfermedades o
Nombre uitoto Otras asociaciones
propiedades
Es la pereza, la
somnolencia, esa misma es
la rabia; está de pie
05,43 lairo jero Historia de
mostrándose y dice "soy
Jerofaikoño.
su madre, soy su palabra,
yo soy la producción",
pero es mentira.
Su cuerpo se llenó de
musgo, parecía como
maleza, estaba como puras
03,04, hojas secas, estaba como Es nacimiento de armadillo
]arma un montón de gusanos, de trueno, su nombre es
48,49
alacranes, de arañas, de Jarinurai.
hormigas; pero por dentro
estaba bien, no le había
pasado nada.
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Enfermedades o
Sal Nombre uitoto Otras asociaciones
propiedades
Nacimiento de tigre
Se debilitó, quedó como
58,59 Jirúruri mariposo, nacimiento de
una masa.
plantas malignas
Estaba acostado en la
hamaca como camarón:
09 Jogairi "no importa que me Sal de camarón
muera, no importa que no
exista"
Es nacimiento de armadillo
Suena como el viento
41 Komaña pequeño, es nacimiento del
zooooo...
oso tamandúa.
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Enfermedades o
Sal Nombre uitoto Otras asociaciones
propiedades
Al Padre lo tiene
aplastado, esa enfermedad Es nacimiento de la guama,
19 Rangogi, ]ífibegi se creyó poderosa, es es la cahuana de los animales
orgullo de los animales terrestres.
terrestres.
El corazón se le acelera, el
Nacimiento de la planta de
cuerpo lo siente como
10 Turao coca, historia de Nuiomarai,
maltratado, como
origen de Kudibini.
pisoteado
Es la madre tumbadora, es
yuca brava, ésa que está
42 Viirigi
tronando, "yo soy hacha",
dice.
Recolección
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Mapa 1
Ubicación del área de estudio:
La Región del Medio Caquetá en la Amazonia colombiana
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que contiene el meristemo blando, el resto del tallo y las hojas se desechan. De la
palma Attalea maripa, conocida como palma real, se utiliza, además del cogollo,
la corteza del tallo y los frutos. De la palma africana Elaeis guinensis se utiliza
toda la planta, incluidas las hojas. De la palma de chontaduro Bactris gasipaes se
utiliza el tallo sin la corteza.
De las plantas herbáceas'sólo se utilizan los tallos sin las hojas, desenterrán-
dolas completamente (véase fotografía 5).
De las especies cultivadas que se trabajaron, se utiliza: de la piña, el tallo; de
la maraca (Theobroma bicolor) y la guama (Inga edulis), la cáscara del fruto.
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Recolección 15 horas
Quemado 12 horas
Filtrado 8 horas
Secado 17 horas
Tiempo para procesar un kilo de sal 52 horas
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Madre de candela
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El pulguerío lo quemó,
el zancudero lo quemó,
el garrapaterío lo quemó.
¿Qué es lo que él no quemó?
ya entonces la humanidad,
¿por qué va a dormir intranquila?
¿Por qué va a lamentar?
¿Por qué va a estar caliente?
Con el corazón de esta candela,
yo arreglé, yo quemé,
para que la futura generación tenga vida,
para que la futura generación no se confunda,
para que no se asfixie,
para que su palabra sea sabrosa".
En ese punto él se desintegró,
se pulverizó,
quedó tendido como ceniza 13.
Todo el producto de la recolección va a la candela. El proceso de la quema
transforma "todo lo sucio, todo lo malo" en alimento, como mencionamos arriba.
Este es el significado de la quema. El Padre Creador Mooma Buinaima quema las
plantas del monte para enseñar a la humanidad, por una parte, cómo obtener el ver-
dadero alimento de vida y, por otra parte, cómo tener un comportamiento y una
conducta moralmente correctos, que a la vez redunda en un conocimiento claro. La
quema es entonces un proceso fundamental que se aplica igualmente a otros proce-
dimientos técnicos de transformación de los alimentos y sustancias: la coca, el taba-
co, la yuca se transforman y procesan por medio de la candela yeso los hace
saludables y "humanos". Esta función humanizadora de la candela es la que explica
que en la Palabra de sal, ella sea equiparada a "la Madre":
Esa candela es la propia madre,
este corazón de candela,
esta brasa,
candela de abundancia,
candela de humanización.
AlIado de esa candela yo duermo,
esa candela me alimenta.
Todo lo que viene a esta candela
ya no regresa.
13 Óscar Román Jitdutjaaño, quebrada Aguasal, abril 1 de 1996 (traducción de Simón Román y Juan A.
Echeverri).
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***
14 Óscar Román Jitdutjaaño, Quebrada Aguasal, abril 1, 1996 (traducción de Simón Román y Juan A.
Echeverri).
15 Agradecemos al químico Andrés López por sus aportes en la discusión de los resultados químicos.
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amoniacal) (calor)
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No todas las maderas son aptas para la combustión de la sal. Se evitan las
maderas resinosas y las que producen mucha ceniza porque pueden cambiar el
sabor y composición de la sal. Se prefieren las maderas que producen carbón,
pero evitando las que producen carbones fuertes que demoren mucho el enfria-
miento de la ceniza.
El siguiente es un listado de algunas de las clases de leña que fueron emplea-
das en la combustión de las sales (véase Tabla 3). Damos los nombres en lengua
uitoto (o castellano) y la familia botánica de las especies de donde fueron extraí-
das las leñas. Debido a que la leña era recogida de árboles muertos o calcinados
(maderas que se encontraban en chagras que habían sido quemadas) se hace difí-
cilla identificación.
Bignoniaceae aniroai
Celastraceae jodina
Chrysobalanaceae kañena
Chrysobalanaceae zoñena
Euphorbiaceae joerai
Euphorbiaceae nagameai
Fabaceae manana
Guttiferae yiikoai
Lecythidaceae bobairai
Lecythidaceae jero
Lecythidaceae jiákona
Lecythidaceae koduiro
Mimosaceae jizairai
Mirtaceae guayaba
Moraceae bubukai
M yristicaceae jiikai
Rubiaceae bokiai
Rubiaceae enókakiai
Rubiaceae jigirai
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Proporción cenizal
Tipos de tejidos incinerados
biomasa
Colmena 3,77%
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Salmuera de fecundación
En este texto se utilizan tres verbos que tienen significados dobles: por una parte,
se refieren a procesos atmosféricos (llover, tronar, relampaguear) y, por otra
parte, se refieren al trabajo de la yuca brava, que provee una imagen del procedi-
miento técnico que se utiliza en la sal. Estos verbos son:
16 Óscar Román Jitdutjaaño, quebrada Aguasal, abril 10 de 1996 (traducción de Simón Román y Juan
A. Echeverri).
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Ambos significados de los verbos tienen sentido aquí. Por una parte, el fil-
trado se hace con agua y ese primer filtrado del Creador se opera por medio de la
lluvia, pero también es como el trabajo de la yuca que separa el almidón del afre-
cho con ayuda del agua y un filtro. En la última estrofa, "él está como humo", se
habla de las cenizas que han acabado de arder, ya sólo hay humo. Por eso el filtra-
do que sigue a la quema es el que va a dar paso a la vida. Por eso el filtrado es
como despertar de nuevo. Si la quema purifica, el filtrado selecciona y da vida.
Esa esencia pura (sal) es la misma, en un principio, para todos los seres. La histo-
ria de la creación narra cómo los animales actuaron inmoralmente y utilizaron
mal ese poder de vida. La palabra de filtrado es asi también el principio del reco-
nocimiento de lo que es humano, es decir moralmente correcto.
En ese punto,
hay que gotear
esa esenCia,
esencia de sal:
de qué manera
se alegra el corazón;
en ese momento
no es dañino.
Eso es
filtrar.
En ese punto
ya
esta tierra
es tierra
de sal,
nombre
de vida.
En esta tierra,
con la misma sustancia,
-zumo de seno,
sal-
las árboles,
las hormigas,
los animales,
los peces,
la antigua generación,
anteriormente
con la misma esencia
ellos también,
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Esa salmuera es semen que genera vida "en la cuna". Ese principio de fecun-
dación es recurrente en la Palabra de sal. Es la fecundación de la vida del Padre
Creador que, primero que todo, se fecunda a sí mismo: su Creación más que
creación de "la" naturaleza es creación de su propia naturaleza; por otra parte, es
la fecundación que ocurre en el vientre femenino y, finalmente, es la fecundación
de la propia conciencia. En este sentido, la misma forma de la Palabra de sal se
convierte en "goteo" para enseñar, para transmitir, para instilar conciencia. Esa
forma de hablar se llama daibíriya úai "palabra de goteo": cada palabra cae
como una gota, una a una. Con esta palabra de goteo habla Óscar en lo que si-
gue:
Ese es el niie
nombre mameki
de salmuera, iaibi
zumo, iibi
Esa iidi
salmuera filtrada daibírabi
en la iidi
cuna ikuri
ya antes jááedi
goteabaIS. daijide
Esa iidi
Palabra iai
de sal, úai
es iidi
la misma nii
palabra rafue
17 Óscar Román Jitdutjaaño, quebrada Aguasal, agosto 20 de 1996 (traducción de Simón Román y Juan
A. Echeverri).
18 Óscar RománJitdutjaaño, quebrada Aguasal, agosto 26 de 1996 (traducción de Simón Román y Juan
A. Echeverri).
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de enseñar kaimare
amorosamente, yoyino
es ntt
filtrar gota a gota. chopíridua
Lo que ntt
ya antes jaae
estaba imúikangona
como cemza, jooide
en nuestro tiempo bebénemo
en la misma daaje
palabra aiñira
de trabajo, úaimo
ahora aiyi
se VIene eróikana
estudiando19• atika
Cada línea de texto está marcada por una pausa, o sea que el texto de la de-
recha debería leerse palabra a palabra, cayendo como un goteo, pausado, repeti-
tivo. Es el mismo filtrado que se replica en la palabra que lo explica. Pero no es
éste el único asunto del lenguaje de la Palabra de sal que podemos resaltar en este
punto. La traducción es particularmente difícil porque para poder entender te-
nemos que remitirnos a esa "geografía moral" a la que se aludió antes. Antes se
introdujo una diferencia fundamental que se expresa en la oposición entre el
monte "allá afuera" (jino) y el espacio humano (beno "aquí"), representado por
las plantas cultivadas. Esta oposición se expresa de manera muy gráfica en el
proceso de preparación de la yuca, donde se separa del almidón (humanidad) del
afrecho (seres naturales). El Creador en su proceso creador lanza afuera (jino)
las enfermedades y recoge la sal que es alimento para la humanidad "aquí"
(beno). Esta geografía es una geografía de la enfermedad y la salud. El monte es
la fuente de las enfermedades, las cuales pueden ser transmutadas en vida me-
diante el procesamiento por el fuego.
El proceso de filtrado permite introducir una nueva dimensión en esa geo-
grafía, en este caso una dimensión (aparentemente) temporal, a partir de la tra-
ducción de un par de líneas. Donde dice (columna derecha, último fragmento)
aiñira úaimo se traduce (columna izquierda) "en la palabra de trabajo". Pero esta
traducción no es exacta. Aiñira se refiere a los trabajos del Hijo del Creador, lla-
mado Aiñfraima. El Hijo del Creador constituye la segunda fase de la historia de
19 Óscar Román Jitdutjaaño, quebrada Aguasal, febrero 21 de 1998 (traducción de Simón Román y
Juan A. Echeverri).
436
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto
***
437
Juan Á/varo Echeverri - Óscar Román Jitdutjaaño - Simón Román
kilos de ceniza, y uno pequeño, con capacidad hasta 5 kilos de ceniza. En la foto-
grafía 9 se muestra el zeeki grande, revestido con hojas de platanillo y cargado
con 3,8 kilos de ceniza.
Otro tipo de filtro, denominado moyoida, se fabrica con un pedazo de cor-
teza de balso fenakai (Ochroma pyramidale), la cual se calienta al fuego doblán-
dola hasta darle forma de embudo y se sujeta tejiéndolo con bejuco. Este filtro se
sostiene de la misma manera que el filtro zeeki. El filtro moyoida se utilizó en la
última parte del trabajo por ser un filtro cerrado (no como el zeeki que es una es-
438
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto
tructura abierta) que, según Óscar, debería utilizarse "para cerrar el trabajo". En
la fotografía 10, se muestra un filtro moyoida recién elaborado.
439
Juan Á/varo Echeverri - Óscar Román Jitdutjaaño - Sim6n Román
B 28 indígena M adulto
C 25 indígena M adulto
D 5 indígena F adulto
E 29 no-indígena
. M adulto
F 3 no-indígena M joven
G 3 no-indígena F joven
Se tiene desde un hombre indígena mayor hasta una mujer no-indígena joven.
Con los datos de tiempos y volúmenes de agua y salmuera se elaboraron algunos
440
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto
índices que permiten ver diferencias en los estilos de filtrado. Cada dairaima co-
nocía el procedimiento para filtrar y pudo observar cómo filtraban los otros; sin
embargo, cada uno empleó los tiempos y los volúmenes de agua a su criterio,
produciendo diferencias importantes, como lo demuestran los siguientes ín-
dices:
441
Juan Alvaro Echeverri - 6scar Román Jitdutjaaño - Simón Román
ta ese momento (índice 5) puede ser igual, mayor, o menor que el volumen
de agua que finalmente va a quedar incorporado en la ceniza (índice 6). Si
se divide el índice 5 entre el índice 6 se obtiene un nuevo índice que se lla-
mará "índice de anticipación del goteo". Si el índice es menor que 1,00,
quiere decir que el goteo se produjo antes de que la ceniza estuviera total-
mente saturada de agua; por el contrario, si el índice es mayor que 1,00,
quiere decir que el goteo no se produjo aun cuando la ce'niza estaba satu-
rada de agua. Esta relación se presentó en un rango entre 0,53 hasta
2,00, con un promedio exacto de 1,00. Es decir, en el caso más bajo del
rango, el goteo se produjo cuando escasamente la mitad de la ceniza esta-
ba empapada y, en el valor más alto, el goteo se vino a producir cuando
la ceniza tenía el doble del agua que podía retener. Al estudiar las razo-
nes de que el goteo se anticipe o se atrase con respecto al momento de sa-
turación (que es cuando teóricamente debería ocurrir), se observa lo
siguiente:
442
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto
443
Juan Á/varo Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Simón Román
Antes no sabía,
antes
no era nada;
antes, cuando estaba prendido del hilo de guacuri,
se decía que no era nada.
Así estaban las cosas
y el Padre Creador a ese aliento de la palabra,
en aquel entonces, lo hizo asentar.
20 Óscar Román Jitdutjaaño, Araracuara, julio 14 de 1995 (traducción de Simón Román y Juan A.
Echeverri).
444
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto
Ese
aliento salino
se asentó.
En ese punto el Padre se espesó,
ya en ese punto comenzó a regurgitar.
En ese punto el Padre
como pepa de sal
se cuaja21•
Estar prendido del hilo de guacuri22 (nemona igaimo yitina) quiere decir
que todavía todo el poder de humanización está en los testículos, es decir que un
hombre todavía es soltero, todavía no ha "cuajado" su potencia de vida (semen-
sal): es decir todavía sus trabajos son promesa. Aquí se emplean los dos verbos
que se refieren al proceso de secado: la sal debe "asentarse" (rainade) y debe
"cuajarse" (dujude). Y ¿dónde se cuaja y se asienta? En la mujer.
Ya entonces,
se cuaja
como halo.
mn cuál tierra?
En esta
tierra,
tierra
de humanidad,
tierra
de vida,
tierra
de ciencia,
allí se cuaja23•
"Se cuaja como un halo" quiere decir que se forma como vida en el espacio
de la humanidad, que es cuerpo de mujer, que es campo de cultivo, que es el pro-
pio cuerpo de la persona, que es el espacio de las relaciones sociales. Ese halo,
imagen de la sal cuajada, es el último proceso de la transformación de lo natural
en humano. Por este proceso lo humano que se identifica por lo cultivado y lo
21 Óscar Román Jitdutjaaño, quebrada Aguasal, abril 1 de 1996 (traducción de Simón Román y Juan A.
Echeverri).
22 El fruto comestible de Poraqueiba sericea, también conocido como umarí.
23 Óscar Román Jitdutjaaño, quebrada Aguasal, agosto 20 de 1996 (traducción de Simón Román y Juan
A. Echeverri).
445
Juan Alvaro Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Sim6n Román
Vamos a ahora a describir los procesos técnicos del secado de la sal. La salmuera
resultante del filtrado se coloca al fuego en una olla, especialmente destinada
para este fin, y se pone en ebullición hasta extraer toda el agua de la salmuera.
Así se seca.
El secado de sal es un proceso dispendioso y lento. Para secar un litro de sal-
muera se empleó un promedio de 1:25 horas, en un rango de 0:39 a 4:03 horas.
El proceso de secado pasa por varias fases. Cuando la salmuera fresca se coloca a
cocinar se puede administrar candela fuerte para que mantenga un nivel alto de
evaporación. Cuando la sal se torna espesa, toma un color rojo oscuro y comien-
za a regurgitar (rukude) y a rebullir (tamede) produciendo fuertes saltos en la su-
perficie de la salmuera. En este punto se necesita un calor constante, pero no
demasiado alto, para mantener la ebullición de la salmuera sin que salte fuera de
la olla. Algunas sales en esta fase comienzan a lanzar chisguetes de salmuera espe-
sa. Algunos indígenas consideran que cuando la sal chisguete a (zokuade) quiere
decir que uno no ha guardado dieta.
Los volúmenes de salmuera puestos a secar variaron entre 800 mI. hasta
11.750 mI., con un promedio de 3.840 mI. Obtuvimos la concentración de las
salmueras dividiendo el peso de la sal seca obtenida por el volumen de salmuera
puesto a secar. La concentración varió entre 12 gramos / litro hasta 255 gil, con
un promedio de 66 gil.
A medida que la salmuera se espesa, debe mantenerse un fuego controlado
y no tocar la sal. Óscar dice que si se toca la sal antes de que ella haya endurecido,
la sal "se ahoga" (nobide). La sal se deja quieta hasta el punto que seca y cambia
del color pardo rojizo a un color rosado claro o crema (véase fotografía 12). En
ese punto se comienza a machucar con un palito y a moverla hasta dejarla com-
pletamente seca. •
Las sales obtenidas variaron en color desde blanco níveo hasta café oscuro;
algunas presentaron tonalidades ámbar y rojizas. El color caté oscuro que se ob-
tuvo en algunas sales pudo deberse al paso de carbón durante el filtrado.
El secado de la salmuera se realizó con leña, bien sea colocando la olla sobre
tres palos grandes en medio de los cuales se prende fuego, o sobre una estufa vie-
ja de metal. Se utilizaron cinco tipos de ollas: una de aluminio esmaltado (pel-
446
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto
tre), tres de vidrio refractario de tamaños diferentes y una de barro cocido. Estas
ollas fueron dedicadas exclusivamente al trabajo de sal.
Anteriormente se utilizaban ollas de barro cocido para secar sal. Estas ollas
se llaman iaiko. El barro de esas ollas tiene que estar esmeradamente bien pulido
para que la sal no penetre el barro, porque lo destruye. Comentan los viejos que
aún las mejores ollas duraban tres o cuatro secadas de sal. En un caso utilizamos
una olla de barro la cual fue fabricada por una mujer bora a petición nuestra
(véase fotografía 13).
Ya
en ese punto
lo concibe
como oración;
447
Juan Á/varo Echeverri - Óscar Román Jitdutjaaño - Simón Román
en ese punto
es oración
de sacar todo el poder,
es oración
de rendimiento.
En ese momento,
se dice:
sangre
de danta,
verdadero
caldo de ají,
verdadero
zumo
de abundancia.
448
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto
En ese momento,
ahora
se dice
que es
una playa de arena
limpia.
449
Juan Alvaro Echeverri - Óscar Román Jitdutjaaño - Sim6n Román
Composición química
24 La palabra alcalino deriva del árabe al-qili, que significa cenizas vegetales, ya que éstas son particular-
mente ricas en carbonato sódico y potásico (Sienko y Plane, 1965, p. 375).
450
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto
25 Sobre la importancia metabólica de las sales de potasio, anotan Goodman y Gilman (1978, p. 825):
"Como catión intracelular predominante, el potasio tiene una importancia evidente. Los trastornos
de su homeostasia son particularmente notables debido al papel vital que el ion asume en el manteni-
miento de la excitabilidad eléctrica en los nervios y músculos. El potasio también tiene una función
importante en la génesis y corrección de los desequilibrios del metabolismo ácido-base. Las sales de
potasio son por lo tanto importantes agentes terapéuticos, pero resultan sumamente peligrosas si no
se emplean de manera debida".
451
Juan Á/varo Echeverri - Óscar Román Jitdutjaaño - Simón Román
452
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto
453
Juan Alvaro Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Simón Román
¿A qué saben las sales vegetales? Juan de Castellanos en los versos citados al prin-
cipio, informa que "Tiene casi el gusto de sardinas arenques". En general, en la
literatura médica, el sabor de las sales de potasio es mal reputado: "Las sales de
potasio tienen un sabor bastante desagradable, y pueden ser irritantes para el
tracto gastrointestinal" (Goodman y Gilman, 1978, p. 832). Sin embargo, para
los nativos, el sabor de las sales es una de sus cualidades más apreciadas; la sal ba-
ruya, por ejemplo, es famosa por su buen sabor.
En esta investigación se dieron a probar las mismas 51 sales analizadas química-
mente a cinco indígenas (tres hombres y dos mujeres). A los catadores indígenas no se
les informó cuál de las sales estaba probando. Dos de los catadores dieron su opinión
en lengua uitoto, los otros en español, aunque todos utilizaron la categoría uitoto jare-
de cuando era el caso. Jarede es un sabor no deseable en la sal y combina las nociones
de "cortante", "caliente" y sabor amoniacal.
En general, las sales no parecen suscitar las respuestas "sabor amargo", "sa-
bor metálico" o "sabor astringente". Las términos más frecuentes para calificar
el sabor de las sales fueron suave, dulce, frío, sabroso, cortante, caliente, fuerte,
jarede, simple, sabroso. Este conjunto de términos parece organizarse alrededor
de tres conjuntos de oposiciones:
454
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto
455
Juan Á/varo Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Simón Román
Parte
Sal Nombre Uitoto Familia e03 el SO. Sabor Perfil
utilizada
46 Iyoberi, Uiyoberi Strelitziaceae Cogollo 27,4 3,3 8,0 farede pero buena
456
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto
Parte
Sal Nombre Uitoto Familia
utilizada COl a SO. Sabor Perfil
Grupo 2
Zííyaña, Tallo y
27 Arecaceae 21,3 6,3 17,2 Fuerte, jarede, sabrosa
Yumuna cogollo
1-
40 Kinena Arecaceae Cogollo 19,8 10,1 12,3 Dulce y fria
L-
Simple y cortante
20 Gurikai Arecaceae Cogollo 23,5 4,8 13,9
(poco)
07 Jameda rete Lecythidaceae Madera 19,2 5,0 18,1 Cortante (un poco)
Grupo 3
Jáikona
33 Sapotaceae Corteza 18,0 2,8 19,6 Caliente, algo jarede
jífikona
Ramas
35 Zeemaiaiña Dichapetalaceae 15,6 3,2 23,7 Caliente, simple
y hojas
1-
37 Bafákona Sapotaceae Corteza 16,9 3,6 15,9 Fuerte
L-
Meníñokiai
38 Sapotaceae Corteza 14,4 4,5 24,8 Caliente, jarede
(jifai)
42
32
Viirigi
Dairo
Olacaceae
Sapotaceae
Corteza
Corteza
15,1
17,2
1,1
3,2
25,3
32,6
Simple
jarede, simple
la:
457
Juan Á/varo Eeheverri - Ósear Román ]itdutjaaño - Simón Román
Parte
Sal Nombre Uitoto Familia C03 CI SO, Sabor permJ
utilizada
Nonókoo y Cyclanthaceae
14 Planta 11,6 16,1 35,3 ]arede
zaikori Thurniaceae
Tallo
51 Ftkaigo ereri Arecaceae 8,2 4,5 34,7 Dulce
25 Emoyai Cyclanthaceae
blando
Cortante y luego
36 Meníñoktai Sapotaceae Corteza 8,8 6,7 34,6
dulce
Grupo 3
28 ]ameda (ua) Lecythidaceae Corteza 2,5 7,3 49,6 Dulce, algo cortante
458
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto
Parte
Sal Nombre Vitoto Familia eo} el SO. Sabor Perfil
utilizada
Grupo 2
Corteza,
49 Jarina Arecaceae 10,2 24,2 10,4 Fria y dulce
c~gollo
Grupo 3
Nota: La identificación botánica de las especies puede obtenerse consultando la tabla 1, utilizando
como referencia el número de la sal.
El principal uso conocido de las sales vegetales producidas por los indígenas ui-
toto y grupos vecinos es servir de mezcla para el ambil de tabaco. Las sales vege-
tales que se adicionan al ambil cumplen una función en la absorción de los
alcaloides del tabaco; Richard Evans Schultes (1945) escribió al respecto: "La
preparación de ambil es interesante porque muestra otro ejemplo del uso de ce-
nizas alcalinas con un alcaloide narcótico, una costumbre aparentemente distri-
buida en muchas partes del mundo".
La hoja de tabaco contiene como moléculas estructurales una serie de polí-
meros dentro de los cuales se encuentra un polisacárido denominado amilosa. El
ion cloruro activa la secreción de la enzima amilasa presente en la saliva. Por
otra parte, el ambil de tabaco es una preparación ácida (pH 5). Los alcaloides del
tabaco requieren un medio alcalino para ser solubles en agua.
Por lo tanto, la sal debe cumplir al menos dos funciones químicas al mez-
clarse con el ambil: debe contener cloruros que activen la secreción de ami lasa, y
debe proporcionar un medio alcalino que haga solubles los alcaloides del tabaco.
Los carbonatos y los sulfatos producen compuestos alcalinos. Por consiguiente,
la presencia de los tres aniones es deseable, pero se debe evitar concentraciones
muy altas de carbonatos. Un perfil de concentraciones como el de las sales dulces
459
Juan Á/varo Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Simón Román
El chimó
Los antiguos timote-cuica, de la Sierra de Mérida en Venezuela, preparaban am-
bil de tabaco. Aunque los timote-cuica desaparecieron, la costumbre de consu-
mir tabaco en forma de ambil ha permanecido en la Sierra de Mérida y se
extendió a la zona del Golfo de Maracaibo y al llano venezolano y colombiano.
Ese ambil es conocido como chim6. El chimó es preparado por cocción de hojas
de tabaco y la adición de algunas mezclas vegetales para darle cuerpo y sabor. Al
chim6 se le agrega una sal alcalina durante la cocción del tabaco. Según Ka-
men-Kaye (1971), se acostumbra agregar dos tipos de sales alcalinas en la prepa-
ración del chimó: (i) un preparado de cenizas vegetales, denominado "la
cernada", y (ii) una sal encontrada en el fondo de un lago, que se llama urao.
(i) La cernada se asemeja mucho a la sal vegetal, con la excepción de que
no es sometida a los procesos de filtrado y secado. Kamen-Kaye (ibid., p. 45)
explica:
La palabra "cernada" es empleada para una torta sólida de ceniza y tam-
bién para el líquido resultante de remojar esta ceniza. La ceniza resulta de
quemar material vegetal y el líquido es potasa cáustica o lejía. Ordinaria-
mente contiene un promedio de 25% a 300/0 de cal y 0,5% de potasa y es
fuertemente alcalina.
En Venezuela, se utilizan varios tipos de material reducidos a cenizas para
preparar la cernada. Los siguientes son los preferidos, de acuerdo a Vale-
ro (comunicación personal):
1) La madera de bucare (Erythrina spp.), plantado como sombrío para
los cafetos, también conocido como anauco, ceibo, inmortal.
2) Las cáscaras del fruto o la vaina del tallo de plátano o banano ...
3) Los desperdicios del fríjol (caraotas) (Leguminosae). Consiste en los
tallos, vainas y hojas que quedan después de que los frijoles secos
460
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto
Los kogi e ijka no mezclan el ambil con sales vegetales. Ellos utilizan una mezcla
alcalina (cal extraída de conchas marinas) como aditivo para el consumo de la
hoja de coca. La preparación del concentrado de tabaco entre los kogi es descri-
ta brevemente por Reichel-Dolmatoff (1949-50, p. 79, citado en Kamen-Kaye,
1971, p. 33):
Ellos cocinan las hojas de tabaco durante horas y días hasta que obtienen
un jugo concentrado espeso. Ellos mezclan éste con un poquito de almi-
dón de yuca y sagú [Maranta arundinacea] y lo guardan en un calabacito
(tami) tapado a su vez por otro más grande. Con la uña del dedo se saca
una pequeña cantidad de esta pasta y se unta en los dientes y encías cuan-
do se mastica la coca.
Los uitoto y tribus vecinas también preparan ambil, pero no agregan ningún agen-
te alcalinizante durante la cocción de zumo de tabaco. El ambil se prepara ponien-
do a cocinar durante varias horas hojas de tabaco que han sido previamente
lavadas con agua fría para retirar la goma que las recubre. Cuando las hojas han
sido suficientemente cocinadas, se pasan por un colador y se exprimen para sepa-
rar el zumo. Este zumo se coloca de nuevo a cocinar hasta que adquiere una con-
sistencia espesa y un color rojo intenso y oscuro. En este punto se le agrega una
mezcla de "baba" vegetal (maraki) para darle consistencia y elasticidad al ambil.
Se utilizan como mezclas, entre otras, la Rapataceae Rapatea sp. (eráguai o baitá-
461
Juan Á/varo Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Simón Román
Sal de cenizas
Algunas tribus negras de una amplia porción de África central y occidental, a am-
bos lados del río Congo, utilizan la llamada sel de cendres (sal de cenizas). Se dice
que los nativos prefieren esta sal a la sal de sodio ordinaria (Denton, 1984, p.
87). Pales, en su libro Les sels alimentaires, reporta que en África occidental fran-
462
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto
cesa, las áreas con uso dominante de sales vegetales y las áreas de coto (bocio) en-
démico se superponen (citado por Dentan, 1984). Sin embargo, Prinz (1993), en
su estudio de la sal vegetal entre los azande sugiere que ha sido precisamente el
abandono de este hábito el que ha causado el incremento en el endemismo del
coto: "...parecería estar justificado sugerir que la alta concentración de yodo en
las sales de ceniza tradicionalmente producidas hayan protegido a los Azande
hasta el siglo 20 de las consecuencias de la deficiencia de yodo ... Sin embargo,
desde que la sal de cocina ... ha sido importada, la gente ha abandonado sus sales
tradicionales" (ibid., p. 246). Los azande elaboran sal a partir de las cenizas de
plantas de las familias Sterculiaceae, Graminae, Compositae, Marantaceae, Zin-
giberaceae y Loganiaceae (ibid., pp. 344-345).
¿Qué es esta sal? ¿Cómo la producen los baruya? Es sal de potasio, no sal
de sodio, hecha de las cenizas de la caña alta (Coix gigantea, Koenig ex
Rob., comúnmente llamada lágrimas de Job), y es cultivada en vastas te-
rrazas despejadas, irrigadas por pequeños arroyos. Cada año, las cañas,
que crecen hasta una altura de varios metros, son cosechadas, puestas a se-
car y amontonadas para quemar. Las cenizas son protegidas del viento y la
lluvia por un techo, mientras el tsaimaye (de tsala, sal, y maye, flor) hace
un filtro valiéndose de totuma s largas, secas y vacías, que va colocando
encima de una hoja de pandano. El tsaimaye llena las totumas con las ce-
nizas y luego agrega sobre ellas agua sacada del río. El agua recoge los ele-
mentos salinos a medida que pasa por el filtro. La solución salina gotea en
la hoja de pandano, y es recogida en tubos de bambú y conducida a un
horno, de cuatro a cinco metros de largo .... [El tsaimaye] agrega la sal-
muera sobre moldes de arcilla refractaria enterrados en el fondo del hor-
no. Durante cinco días y cinco noches, el tsaimaye vigila su fuego,
463
Juan Á/varo Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Simón Román
¿Qué hacen los baruya con su sal? Ellos la usan para consumo ceremonial
y como medio de comercio. No es, como nuestra sal de cocina, una comi-
da cotidiana, por dos razones. Una es perfectamente material, y nace de su
propia observación empírica, es decir, que si ellos consumen mucho de su
sal, se enferman. Porque el potasio es aún más salado que el sodio, y, si es
consumido en exceso, actúa como un veneno violento. La otra razón es
ideológica. Los baruya creen que la sal tiene el poder de enfriar el hígado,
el cual es el asiento de la fuerza en los seres humanos. Por esta razón es re-
servada para circunstancias excepcionales que marcan puntos cruciales en
la vida del individuo y del grupo ... Pero la sal es también el principal me-
dio de comercio de los baruya, y desde bien antes de la llegada de los blan-
cos ellos la trataban como una especie de moneda. Ellos la utilizaban para
obtener de las tribus vecinas todo lo que era materialmente necesario para
la reproducción de su vida social y no se hallaba en su propio territorio.
464
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto
La sal de los uitoto se parece mucho más a las sales de los grupos anga no-baruya,
como se mostró en la sección anterior (véase la tabla 8).
Weller et al. (1996) han descrito la producción de una sal mixta que se ela-
bora de manera análoga a las sales vegetales, en varios grupos de la región de
Irian Jaya (Papua Nueva Guinea). Estas sales se obtienen impregnando fibras ve-
getales en fuentes salinas naturales, quemando los vegetales así impregnados de
salmuera, y finalmente compactando en forma de panes las cenizas saladas.
26 Entre otras, las sales anga se elaboran a partir de Coix lachryma, Impatiens spp., Asplenium sp., Cyat-
hea sp., Elatostema sp., Zingiber sp. (Lemonnier, 1984, pp. 106-7).
465
Juan Á/varo Echeverri - Óscar Román Jitdutjaaño - Simón Román
Existe información sobre numerosos pueblos americanos que han extraído sal
vegetal con diferentes fines. Estas informaciones son, en la mayoría de los casos,
anecdóticas. Una revisión somera de la literatura nos permite mencionar los si-
guientes pueblos que han extraído o aún extraen sales de origen vegetal:
• Los indígenas del río Tocuyo (Venezuela), en el siglo XVI, extraían sal de
cenizas de enea (cf. Typha) (Arellano Moreno, 1950, p. 153, citado en Pati-
ño,1992).
• Los pueblos del río Magdalena (Colombia), en el siglo XVI, sacaban sal de
"polvos [ceniza] de palmas" (Friede, 1960, NR, p. 259, citado en Patiño,
1992).
• Los quijos, del piedemonte oriental ecuatoriano, en el siglo XVI, hacían
una sal amarga de yerbas (Ortegón, 1973, p. 15, citado en Patiño, 1992).
• Los indígenas de la costa Pacífica entre Panamá y Perú, en el siglo XVI, usa-
ban una sal mixta sacada de las cenizas de raíces de mangle yagua de mar
(Oviedo y Valdés, 1959, V, p. 96, citado en Patiño, 1992).
• Los maynas del Marañón (Perú), en el siglo XVII, extraían sal de la ceniza
de las pepitas de una especie de palma (Acuña, 1942, p. 92).
• Los indígenas del río Putumayo (Colombia Perú), en el siglo XVIII, ex-
traían sal de la planta llamada "huojuary" (Cuervo, 1894, IV, p. 276, citado
en Patiño, 1992, pp. 34-37)27.
27 "Danle un gusto excelente con el salitre intenso que resulta a los Huaques de la mata quemada que
llaman Huojuary; remeda el gusto de la sal de que carecen todos estos Yndios" (Cuervo, citado en Pa-
tiño, 1992).
466
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto
28 "La salla hacen de vnos árboles que hay en aquellas montañas, a manera e coyol [palma espinosa
Acrocomia viniferaj o coco; rajan este árbol, hazénlo astillas, quemanlo, hazen cenilfa, hazen de ella
legía; esta en vna olla grande la echan, sola la legía sin la cenilfa, y a fuego manso la van calentando
hasta que se convierte en sal; es muy blanca, pero no tan fuerte como la que vsamos" (Serrano y Sanz,
citado en Patiño, 1992).
29 "[Los indios llaneros] no tienen sal de la mar, exepto de una que en muchas partes usan los indios ha-
cer de ceniza de cogollos de palma, y es una sal que resquema y amarga, casi a manera de salitre, y es
muy blanca; hace de ella panecillos pequeños de la forma de la vasija en que los cuajan" (Aguado, ci-
tado en Patiño, 1992). Estos "panecillos pequeños" son aparentemente muy similares a los "tiestos
de sal" o kumeni que elaboran los uitoto y tribus vecinas.
30 "Hacen estos indios cantidades de sal de una hierba que llaman Capinassu y [que] se azucara en pa-
nes, que más parece salitre que sal, y lo llevan a vender a otras naciones" (Heriarte, 1662, citado en
Porro, 1996, p. 128). Agrega Porro (1996, pp. 128-129) que "el comercio de sal y de otras mercan-
cías era también activo entres las dos márgenes del Amazonas abajo del [río] Negro. Los Tupinamba
de la isla Tupinambarana mantenían relaciones amistosas con diversas tribus de las cuencas del Uru-
bu y del Uatuma ... 'y el principal de que se proveían los Tupinambá era de sal, que los amigos les
traían para sus intercambios y que afirmaban venir de otras tierras vecinas de las suyas' (Acuña). Se-
ñálase en este pasaje la circunstancia de la mediación comercial entre productores y consumidores de
sal, mediación que iremos a encontrar claramente definida en los circuitos comerciales del río Negro
y del Blanco".
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• Los carijona del río Mesay (Colombia), a finales del siglo XIX, utilizaban
una sal extraída de la ceniza de unas plantas que crecen sobre las piedras en
las corrientes de agua (Domínguez et al., 1996, p. 138)31.
Las referencias sobre producción y utilización de sales de origen vegetal en
América en el siglo XX son escasas. En el Amazonas brasileño se utilizan las in-
florescencias, aún sin abrir, de las palmas Iriartea ventricosa (bombona, pachiúba
barriguda) y Oenocarpus bacaba (seje, milpeso) (Cascudo, 1983, 1, p. 140, cita-
do en Patiño, 1992). En el río Xingú (Brasil), los nativos hacen sal a base del bu-
chón de agua (Eicchornia crassipes) (Posey, citado en Patiño, 1992).
En el Amazonas colombiano, los indígenas de la familia lingüística tukano
obtienen sal a partir de las cenizas de una especie acuática de la familia Podoste-
maceae32• Los indígenas tanimuka (familia lingüística tukano) y yukuna (familia
lingüística arawak) extraen sal de varias especies de palmas y plantas acuáticas
para la celebración de ceremonias de imposición de nombres (Fausto Tanimuka,
río Miriti-Paraná, comunicación personal).
Schultes y Raffauf (1990) listan 14 especies de las cuales se ha reportado su
uso como base para la preparación de sal vegetal en el noroeste amazónico. Cris-
tina Garzón y Vicente Makuritofe (1990), en un trabajo sobre etnobotánica uito-
to, listan los nombres uitoto de 25 especies de las cuales se obtienen sales
vegetales; ellos sólo dan la identificación botánica de siete de ellas. Gloria Ga-
leano (1991), en un trabajo sobre palmas de la región de Araracuara, lista nueve
especies de palmas utilizadas para extraer sal vegetal. Constanza La Rotta (s.f.),
en un trabajo de etnobotánica entre los Miraña, lista cinco especies utilizadas
para sal vegetal. Maria Cecilia López (1989), en su tesis de grado sobre botánica
uitoto, menciona ocho especies utilizadas para sal vegetal. Thomas Griffiths
(1998), en su tesis doctoral sobre los uitoto nipode, menciona los nombres de 42
especies vegetales utilizadas para la extracción de sal, de las cuales 15 especies es-
tán identificadas. Todos estos trabajos se refieren a la región del Medio Caquetá
colombiano, con excepción del de Schultes y Raffauf que incluye información de
todo el noroeste amazónico.
Combinando todas las especies vegetales reportadas por estos autores, se
obtiene un listado de 54 sales vegetales diferentes. De éstas, 11 están sin identifi-
31 Probablemente la misma planta denominada caruru (una Podostemaceae), utilizada por los indígenas
de habla tukano (véase nota siguiente).
32 Según Schultes y Raffauf (1990, p. 369; d. también 1994) se trata de la especie Rhyncolacis nobilis
van Royen. Reichel-Dolmatoff (1996, p. 158) menciona también una Podostemaceae acuática de la
cual extraen salios tukano, identificada como Mourera fluviatilis. Reichel agrega que las dantas visi-
tan los sitios donde crecen estas plantas para lamerlas, e incluso nadan con considerable riesgo para
morder plantas que crecen debajo del nivel del agua.
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Conclusiones
Sales vegetales han sido elaboradas y empleadas por pueblos de Oceanía (Papua
Nueva Guinea), África central y occidental y América tropical. El uso de estas sa-
les no ha estado ligado al consumo culinario ordinario, sino más bien al consumo
ritual y, en ocasiones estas sales han constituido artículos importantes de inter-
cambio. A pesar de existir abundante información que muestra que las sales ve-
getales fueron elaboradas por numerosos pueblos americanos y que continúan
siendo utilizadas, es una sustancia que ha pasado inadvertida y ha sido documen-
tada de manera muy superficial en estudios antropológicos y botánicos. El pre-
sente estudio es una contribución para subsanar esa carencia.
La sal vegetal producida por los uitoto, por los pueblos de Nueva Guinea y
por algunas tribus africanas, consiste principalmente en compuestos de cloruro,
carbonato y sulfato de potasio, con concentraciones muy bajas de sodio, calcio y
magnesio, y trazas de un conjunto variable de micro elementos. Las sales de pota-
sio no constituyen un "sustituto" de la sal mineral cloruro de sodio, y en cambio
representan un aporte importante de minerales que cumplen funciones en el me-
tabolismo de las grasas y en la prevención de enfermedades.
La composición química de las sales vegetales depende de las especies y teji-
dos de donde se obtienen las cenizas, pero las concentraciones de los diferentes
aniones y cationes varían sensiblemente de una sal a otra. La única concentración
que parece ser predecible es la del potasio, que tiende a estar alrededor del 36%,
llegando hasta cerca de 50%. La variabilidad en la concentración de los aniones
está claramente correlacionada con el sabor de la sal, siendo preferidas las sales
con mayor concentración de cloruro y baja concentración de carbonato.
Los tejidos vegetales preferidos para extracción de sal por los uitoto son los
cogollos o meristemos jóvenes de palmas, sobre todo de las palmas espinosas, los
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tallos de plantas acuáticas, riparias y epífitas (de las familias Cyclanthaceae, Ara-
ceae y Thurniaceae) y las cortezas de algunas especies arbóreas, principalmente
de las familias Lecythidaceae y Sapotaceae.
Las técnicas empleadas por los uitoto para la preparación de sal son básica-
mente similares a las que se encuentran documentadas o reportadas para otras
partes de América y del mundo. La sal baruya de Papua Nueva Guinea es indu-
dablemente la que muestra la mayor especialización y refinamiento técnico. El
procedimiento empleado por los uitoto, que hemos descrito aquí, produce sales
"amorfas" (no cristalizadas); sin embargo, en contextos ceremoniales los uitoto
preparan una sal tan compacta que se parece mucho más a los panes de sal de los
baruya. Todas las partes del proceso requieren una gran habilidad, lo que tiene
incidencia en la calidad y cantidad del producto final. En el quemado es impor-
tante la selección del tipo de leña, que podría introducir elementos no deseados
en la ceniza; en el filtrado es crucial el manejo de la velocidad, cantidad y oportu-
nidad en la administración del agua; y en el secado son decisivos la calidad del re-
cipiente y la administración del tiempo e intensidad del calor.
La observación y registro de 106 eventos de preparación de sal permite es-
tablecer que 100 kilogramos de material vegetal fresco puestos a quemar pueden
rendir unos 260 gramos de sal seca (es decir, un 0,26% del peso); y que para ob-
tener un kilogramo de sal seca, con la tecnología utilizada en campo, se pueden
requerir 52 horas de trabajo. Esta última cifra puede estar exagerada puesto que
las estimaciones de tiempo se hicieron extrapolando a partir de tiempos emplea-
dos en procesos de recolección y procesamiento de un promedio de 90 kilos de
material vegetal, en un rango de 7 a 490 kilos.
***
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Ese goteo se recoge en esa "cuna", pero aún el resultado es invisible, inesta-
ble, inseguro. Para verlo y asegurarlo hay que "cuajar" - hay que secar y asentar.
Los uitoto, y otras tribus vecinas, emplean dos formas de secado que re-
quieren grados de habilidad diferentes. Una forma ordinaria y corriente, que no
requiere un grado alto de especialización, es la que hemos descrito aquí y que
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Reconocimientos
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