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La sal de monte: un ensayo de

"halofitogenografía" uitoto

Juan Álvaro Echeverri*


Óscar Román Jitdutjaaño * *~
Simón Román * * *
Introducción

También en estos reinos y confines


hace sal esta gente vil y sucia
de ceniza de palma con orines,
yen ella hacen todos grande hucia:1
estos son sus adobos más insines,
y la gente con ellos anda lucia.
Tiene casi el gusto de sardinas
arenques, pero mal sala cecinas.
(Juan de Castellanos)2

En estos endecasílabos, el cronista español Juan de Castellanos relata sobre


un tipo de sal que utilizaban indígenas del Alto Magdalena, en lo que es hoy
Colombia, a principios del siglo XVI. Se trata de una sal elaborada a partir de

Profesor, Instituto Amazónico de Investigaciones Imani, Universidad Nacional de Colombia, sede


Leticia; asesor del Programa Coama, Fundación Gaia Amazonas. jechever@dnic.unal.edu.co
Anciano uitoto, Resguardo Andoque de Aduche, Araracuara.
Indígena uitoto, Resguardo Andoque de Aduche, Araracuara.
1
Hucia: forma antigua fiducia, confianza.
2
Citado en Patiño, 1992, p. 36.

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la combustión de cortezas, cogollos y tallos de ciertas especies vegetales. Estas


sales vegetales o "sal de monte" han sido y continúan siendo utilizadas por
muchos pueblos americanos y de otros continentes, como se precisará más
adelante.
La sal de monte es elaborada por medio de tres procesos: (1) reducir a ceni-
zas los cogollos, cortezas o tallos de cierto número de especies vegetales; (2) lixi-
viar y filtrar los minerales solubles de la ceniza y (3) reducir por ebullición el
lixiviado hasta obtener la sal sólida y seca. Las sales obtenidas de esta manera son
sales alcalinas, ricas en potasio y micro elementos, y con bajo contenido de sodio.
En contraste con la sal mineral o cloruro de sodio, las sales vegetales son princi-
palmente sales de catión potasio en combinación con los aniones carbonato, clo-
ruro y sulfato:La presencia del anión carbonato les da un gusto acre y picante
-"casi el gusto de sardinas arenques"- y no son buenas para preservar carnes o
"salar cecinas" por su bajo contenido de sodio.
La utilización de sales vegetales por grupos nativos americanos ha sido muy
poco estudiada, aunque su empleo ha sido generalizado. Hoy en día, varios gru-
pos indígenas del Amazonas colombiano elaboran este tipo de sales como mezcla
indispensable para el ambil de tabac03 y para uso ritual, medicinal y culinario.
Son conocidas, entre otros, por los grupos uitoto, bora, muinane, andoque, no-
nuya, miraña y ocaina de la región del interfluvio Caquetá-Putumayo. Estos gru-
pos alcanzan una población de cerca de 5.000. El grupo mayoritario es el uitoto
von una población de cerca de 3.5004• Son hablantes de lenguas de la familia lin-
güística uitoto (uitoto, ocaina, nonuya), de la familia lingüística bora (bora, mi-
raña, muinane) y de la lengua aislada Andoque. A pesar de la diversidad
lingüística estos grupos constituyen un complejo cultural que comparte muchos
rasgos en organización social, sistemas de producción, rituales y mitología. Uno
de los rasgos que diferencia los grupos de esta zona de los grupos vecinos es la
utilización de tabaco en forma de ambil en combinación con sal vegetal. En este
artículo vamos a referirnos a las sales vegetales utilizadas por la etnia uitoto, a
partir de un trabajo de investigación llevado a cabo desde 1996 en la región del
Medio Caquetá colombiano.
La importancia de la sal para los grupos precolombinos ha sido estudiada
principalmente en las regiones andinas o costera~, donde hubo explotación de

3 El ambil de tabaco es una pasta que se consume por vía oral, preparada con el zumo cocinado de ho-
jas de tabaco. La sal vegetal con que los indígenas mezclan el ambil cumple una función en la absor-
ción de los alcaloides del tabaco.
4 Echeverri, 1997, p. 72. Estas cifras corresponden a la población que habita en el interfluvio Caque-
tá-Putumayo y no incluye la población asentada en otras regiones (Amazonia peruana, río Amazonas,
etc.).

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La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

sales de veta o sales marinas5• Sin embargo, pocos han sido los estudios sobre el
significado cultural de la sal en América, y más aún en los grupos amazónicos.
En la región amazónica, los depósitos naturales de sales minerales son poco
frecuentes. Para los animales herbívoros, el acceso a minerales es crítico. En cier-
tos sitios de la geografía amazónica, se encuentran afloramientos de sales prove-
nientes de estratos submarinDs antiguos. Estos sitios son conocidos como salados
o colpas, y a ellos concurren muchas especies animales para abastecerse de mine-
rales6• Los animales carnívoros obtienen sales de la sangre de sus presas.
Los uitoto no consumían sal mineral. Su abastecimiento de sodio y de otros
minerales esenciales en la dieta debió haber provenido de la ingestión de carnes
de animales y de la producción de sales de origen vegetal, la cual se conserva has-
ta hoy en día. Las sales vegetales, sin embargo, no sustituyen al cloruro de sodio.
La sal vegetal es una fuente importante de minerales, pero su uso en la dieta debe
ser muy restringido por su alto contenido de potasio (alrededor del 30%). Su uso
es más que todo ritual y generalmente en combinación con alcaloides.
La sal vegetal tiene propiedades medicinales conocidas por los indígenas
pero muy poco divulgadas. En su amplia obra The Healing Forest, Schultes y Raf-
fauf (1990) listan una gran cantidad de plantas de las cuales se ha reportado su
uso como base para la preparación de sal vegetal en la región del noroeste ama-
zónico. La obra de estos autores demuestra, sin embargo, que las propiedades
químicas y terapéuticas de la sal no han sido investigadas.
Sin embargo, el interés en esta sustancia no radica sólo en sus potencialida-
des terapéutica's o sus propiedades químicas; la síll de monte, en el pensamiento
religioso de los indígenas amazónicos, tiene una importancia central en la cos-
mogonía, los rituales y la curación. No obstante, hasta ahora ha sido una sustan-
cia que ha pasado totalmente inadvertida para la ciencia y cuyo sentido religioso
y simbólico no ha sido estudiado.

5 Véanse, por ejemplo, las ponencias presentadas al Simposio Historia e historiagrafía de la sal en Lati-
noamérica en el49 Congreso Internacional de Americanistas (Quito, julio de 1997): Reyes, 1997;
Williams, 1997; Liot, 1997; Worrle, 1997.
6 Roberto Pineda Camacho (s.f., pp. 149-150) escribe al respecto de los salados: "...constituyen espa-
cios naturales de gran interés ... Al salado concurren los animales a beber 'la leche' que mana de la ma-
dre tierra... Los abuelos dicen que los salados tienen--eomo las casas humanas-sus propios
capitanes (o jefes), sus propios chamanes, que son generalmente dantas o tapires, aunque las entradas
de esta maloca pueden ser controladas por otros animales". Reichel-DolmatoH (1996, p. 159), por
su parte, nos ofrece su versión del sentido simbólico de los salados: "Estos son lugares solitarios fre-
cuentados por dantas en busca de plantas con sabor a salo suelos salinos, y los cazadores tukanos las
observarán desde una pasera alta en un árbol... Simbólica y emocionalmente, los salados son simila-
res a puertos. Los salados son lugares liminales, son umbrales, como dicen los chamanes, y algunos
cazadores los cruzarán y serán transformados en dantas, para nunca regresar a sus familias".

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Gerardo Reichel-Dolmatoff nos brinda un acercamiento al significado de la


sal entre los indígenas tu kan o del Vaupés colombiano. Reichel (1996, p. 32) es-
cribe que "de acuerdo a los indígenas, la principal energía en el cosmos es gene-
rada por el sol y se llama bogá, una fuerza vital fundamental de un carácter
esencialmente espermático". Y agrega en una nota (ibid., p. 190): "El radical de
bogá (bo, bu, po, pu, mo, mu) puede encontrarse en un número de palabras que
se refieren, literal o metafóricamente, a un campo conceptual que tiene que ver
con la procreación, inseminación e impregnación". Entre las palabras citadas
como derivadas de ese radical (almidón de yuca, falo, inseminar, campo cultiva-
do, etc.) Reichel cita "-moá/sal, metafóricamente esperma" (ibid.).
Este sentido es confirmado por Christine Hugh-Jones (1979, p. 195) quien,
refiriéndose al proceso de preparación de carne entre los barasana (familia tuka-
no), afirma: "la sal y el ají agregados durante la ebullición pueden ser equipara-
dos a semen y sangre. No sólo son sus colores blanco y rojo apropiados para
semen y sangre, sino que también los términos barasana para ellos los relaciona a
los roles sexuales en la concepción. Sal es moa, 'sustancia activadora' (moa, mo-
ver, trabajar)".
En el rafue (palabra o narración)? de los indígenas uitoto, la sal simboliza el
semen del Padre Creador, el zumo del seno de la Madre. Así lo expresa Óscar
Román en el primer texto que grabamos en esta
investigación:

En aquel entonces,
en la historia del origen
del Padre Creador,
él se asentó
en este Suelo
y lo fecundó.
En aquel entonces,
el alimento de vida del Padre Creador
es leche de seno y salmuera.
Porque esa palabra no se había formado
en este Suelo Completo, él lo fertilizó.
El Padre Creador, en aquel entonces,
en ese punto, .
Fotografía 1. Oscar Román
Jitdutjaaño y la Palabra de sal ardió como palo de jiñona8,
(Fotografía de Marta Pabón).

7 En Echeverri y Candre (1993, pp. 161·163) puede encontrarse una discusión del concepto rafue.
8 Jiñona, especie arbórea de la familia Chrysobalanaceae de cuya corteza se extraen cenizas para mez-
clar con la arcilla para hacer alfarería.

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La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

ardió como sal de monte.


Este Suelo Completo era malo e infértil,
de ahí para acá ya el suelo de nacimiento
quedó impregnado;
antes era vidrioso, antes se desmoronaba.
Desde entonces ya toda esta tierra fue fertilizada,
mezclada con látex de juansoco y biogogi9,
en ese punto ya ardió como una llama azulada.
En ese punto, el Padre Creador, en aquel entonces,
ya en este Suelo,
quedó lleno
de sal, se enfermó, y esa enfermedad la lanzó hacia fuera, hacia el monte,
y allá nació como yerba de sal.
"La futura generación de vida,
a esta palabra y a este aliento,
con el que
en aquel entonces yo me formé,"
dice el Creador, "a esa leche de seno y salmuera,
después la generación de vida
los van a probar;
eso conocerán, y tendrán descendencia",
Diciendo esto, el Padre Creador
en este Suelo Completo
se transformó en tierra 10.

Una característica de este texto, y de todos los textos de la Palabra de la sal, es la


sexualización del mundo vegetal y natural. Aquí no encontramos la explicación
de los fenómenos naturales en términos empíricos y objetivos, sino la narración
de una experiencia vital sobre las sustancias y los seres. Este tipo de concepción
es común en el pensamiento alquímico y, en general, en las concepciones que se
llaman "animistas". Mircea Eliade, en un trabajo sobre metalurgia y alquimia,
nos puede ayudar a poner esta forma de pensamiento en perspectiva:
Cuando hablamos de la "sexualización" del mundo vegetal conviene que
nos entendamos sobre el sentido del término. No se trata de los fenóme-
nos reales de la fertilización de las plantas, sino de una clasificación mor-
fológica "cualitativa", que es consecuencia y expresión de una experien-

9 Juansoco es la Apocinaceae Couma macrocarpa; biogogi es la Moraceae Brossimum sp.


10 Óscar Román Jitdutjaaño, Araracuara, julio 14 de 1995 (traducción de Simón Román y Juan A.
Echeverri).

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cia de simpatía mística con el mundo. Es la idea de la Vida que,


proyectada sobre el cosmos, lo "sexualiza". No se trata de observaciones
"objetivas", "científicas", sino de una valorización del mundo que le ro-
dea en términos de Vida y, por tanto, de destino antropo-cósmico, que
implica la sexualidad, la fecundidad, la muerte y el renacimiento.

Se trata, pues, de una concepción general de la realidad cósmica, percibi-


da en tanto que Vida y, por consiguiente, sexuada, toda vez que la sexua-
lidad es un signo particular de toda realidad viviente. A partir de un
cierto nivel cultural el mundo entero, tanto el mundo "natural" como
el de los objetos y herramientas fabricados por el hombre, se presenta
como sexuado (Eliade, 1956, pp. 34, 36).

Citamos a Eliade en extenso porque nos ayuda a sortear un peligro en que


fácilmente incurren las investigaciones etnobotánicas o etnobiológicas de buscar
una correlación entre la "clasificación" indígena del mundo natural y la clasifica-
ción "científica". Eliade nos hace conscientes de que estamos frente a una con-
cepción sagrada del mundo donde la vivencia y las transformaciones que se
ejercen sobre él no están desligadas (objetivamente) de los procesos y vivencias
"internos" (subjetivos).
La Palabra de la sal es un discurso sobre la conducta y el manejo del de-
seo. El texto citado arriba comienza a narrar la creación de este mundo a par-
tir de un proceso de impregnación y mezcla de "este Suelo" con un zumo
fundamental -zumo del seno, zumo de sal- simbólico del semen. Esa mezcla
se complementa con látex y cenizas utilizadas en la preparación de arcilla. El
Padre Creador mismo arde y se convierte en cenizas para mezclarse en ese
Suelo. El proceso creador es un proceso de impregnación y mezcla. De allí el
Padre Creador (para quien ¡'este Suelo" es su cuerpo) se enferma al quedar lle-
no de semen, se embriaga de su propia sal. En uitoto se dice: Mooma Buinai-
ma iáironaide nobide "El Padre Creador se enfermó (se llenó de sal), se quedó
sin aliento". El saca esa enfermedad de sí y la "lanza afuera", es decir al mon-
te. Este es el origen de las plantas: son las enfermedades del Padre Creador,
pero al mismo tiempo son su semen representado por los minerales y sales
que están contenidos en ellas. Aquí se encuentra un doble proceso de impreg-
nación -de este Suelo con zumos y látex- y un proceso de inseminación -del
Padre que "lanza afuera" su enfermedad y su sal hacia el mundo-o
La Palabra de la sal es simultáneamente un discurso sobre el proceso crea-
dor, sobre la formación del individuo, sobre la conducta sexual, sobre el aprendi-
zaje, sobre las enfermedades, sobre el mundo natural. Esta multirreferencialidad
de la palabra salina es un atributo derivado, por una parte, de la vitalidad de las

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La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

imágenes del proceso creador alrededor de las cuales se articula y, por otra parte,
de su forma misma, una recitación en la cual el sentido se construye poética antes
que prosaicamente. En esa palabra, la sal de monte adquiere un significado y una
potencia mucho mayor que lo que puede significar en términos empíricos.
En lo que sigue trataremos sobre la sal de monte como un fenómeno empí-
rico que podemos observar, medir y analizar, y al mismo tiempo vamos a enfren-
tarnos a una concepción radicalmente diferente del conocimiento, donde los
fenómenos físicos, químicos y botánicos que se examinan son concebidos desde
el discurso vital del rafue. La sal de monte es una de las puertas por la cual se pue-
de acceder al eterno tema del rafue: la vida y el proceso creador. Si tratáramos de
la planta de tabaco o de la planta de coca, si hablásemos de las plantas en general
o de las curaciones o de los bailes, la narración llegaría a esos mismos procesos de
la vida y la formación. La sal, tal vez, es un punto privilegiado de entrada; en todo
caso, es el camino que hemos elegido y explorado y que ahora compartimos.
Es un reto para nosotros y una demanda para el lector entender las conexio-
nes, traslapes y disyunciones entre el meticuloso análisis que procederemos a ur-
dir sobre la elaboración de la sal de monte y los fragmentos del discurso cósmico
y religioso de Óscar. Más que apresurarnos a disectar y analizar ese discurso en
aras de una comparación con los "datos" químicos y demás, vamos a tratar de
darlo a conocer, en forma necesariamente parcial, desde el acceso privilegiado
de los procesos técnicos de elaboración de la sal de monte.
La expresión "halofitogenografía" que aparece en el título tal vez requiera
una explicación. Esta expresión, compuesta por Óscar Román, expresa en sus ra-
dicales griegos la pretensión de este trabajo de escritura (-grafía) sobre la forma-
ción (-geno-) de las plantas (-fito-) salinas (halo-, del griego halos "sal"). El
término halofitogenografía es la traducción de la expresión uitoto: iari komuiya-
be que se corresponde morfema a morfema:

halo- -fito- -geno- -grafía


iai- -rt komuiya- -be
"sal" "planta" "nacimiento" "escritura"

Enseguida se abordará la descripción de los procedimientos involucrados


en la preparación de sal desde una doble perspectiva: como un procedimiento
empírico descrito detalladamente a partir de nuestras experiencias y como un
discurso cósmico y religioso construido a partir de las especies vegetales y de los
procesos de purificación (quema), fecundación (filtrado) y concepción (secado).
Esto se trata en las dos primeras secciones.

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Juan Alvaro Echeverri - Óscar Román Jitdutjaaño - Simón Román

En la sección Sales de potasio (p. 128) se presentan datos sobre la composi-


ción química y el sabor de las sales resultantes de ese proceso, y en la sección Sal
de cenizas (p. 141) se discute la producción de sal vegetal en otras partes del
mundo y de América.

Los nombres de la sal

Los nombres de la sal son como chucha,


son como serpiente;
y por parte de oración es nombre de un niño.
En ese punto
se
convirtió en leche de seno.

Pensando en eso, ya por ese lado come


rimchas cosas fuertes,
muchas congas, muchas serpientes, muchas
enfermedades,
Símbolos de la sal
las devora y
(Dibujo de Óscar Román
sin embargo Muruy)
no le pasa nada;
como son sobras de lo quemado,
no se quema,
igualmente
no le pasa nada.
Esa es la palabra de la futura
generación de vida,
con esto se van a saludar unos a otros,
con esto se van a enseñar unos a otros,
pensando en eso nos dejó
esa palabra de sal.

Entonces desde el suelo va a comenzar


hasta arriba:
¿dónde está? Esa es la búsqueda del trabajo,
¿por dónde escapó? ¿por dónde escapó? ¿por dónde escapó?
¿quién lo tiene? ¿quién lo tiene?
Diciendo así sacó esa sal.
Sacándola,
la generación de vida

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La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

tomando esa esencia


se humaniza con palabra de humanidadll•

El símbolo más claro de la sal para los uitoto y para muchos otros grupos es
la figura de los animales ponzoñosos y de todo tipo de obstáculos. La sal se sim-
boliza como araña ponzoñosa, serpiente, hormiga conga, espinas de palma, pali-
zadas, bejucales (véase ilustración que acompaña al texto). En el texto citado
arriba se dice: "los nombres de la sal son como serpiente, son como chucha",
porque la sal del monte es el producto de las enfermedades y males que el Padre
Creador, "en aquel entonces", arrojó de sí "hacia fuera", hacia el monte y queda-
ron convertidos en plantas y animales: en toda la naturaleza. El monte contiene
esos males, enfermedades e impurezas del Creador.
Esas impurezas y males, sin embargo, pueden convertirse en potencia y ali-
mento cuando son procesados por medio del poder transformador del fuego. Ese
fuego transformador, es el que reduce la peligrosa maraña en alimento vital: sal.
Por eso "los nombres de la sal", dice Óscar, "son como chucha, son como serpien-
te", pero también "son como nombre de un niño", y más adelante: "En ese punto,
entonces, se convirtió en leche de seno". Lo que media entre lo nocivo (serpiente,
chucha) y lo vital (leche de seno) es el proceso transformador del fuego.
Es corriente escuchar entre los indígenas decir "voy a recoger basura" cuando
van a extraer la sal del monte. Esa recolección de "basuras" es una metáfora explíci-
ta de las enfermedades sociales y familiares. Esas arañas ponzoñosas, serpientes, he-
lechales, bejucales, son asimismo la envidia, la rabia, la confusión, la habladuría. La
preparación de sal opera como un proceso alquímico donde el trabajo sobre la ma-
teria natural es al mismo tiempo un trabajo sobre el cuerpo social y psíquico.
Para entender este punto fundamental hay que explicar la inextricable rela-
ción, en la Palabra de la sal, entre la formación del mundo, la formación del ser
humano y la conformación de relaciones sociales. La Palabra de sal de Óscar es
primero que todo un discurso sobre la formación del mundo por el Padre Crea-
dor Mooma Buinaima. La historia de la creación puede ser descrita como una in-
cesante lucha contra la enfermedad. En un principio, el Creador es todo, en sí
mismo se encuentra toda la naturaleza, no hay nada exterior a él. Está lleno de
sal, está lleno de semen, y toda esa vitalidad se convierte en su primera enferme-
dad: se debilita, se queda sin aliento, y buscando el principio de ese sufrimiento
él la expulsa de sí en forma de mucosidad, la consume por el fuego y prueba la
esencia salina que ahora ya no es nociva. Él se alivia, pero pronto se vuelve a en-

11 Óscar Román Jitdutjaaño, Araracuara, julio 14 de 1995 (traducción de Simón Román y Juan A.
Echeverri).

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fermar. El Creador se enferma de todo tipo de males: sufre dolor de espalda, se


llena de soberbia, se siente sin aliento, se vuelve vanidoso, se apresura, se vuelve
voluptuoso, sufre calambres, no quiere levantarse de la hamaca. A cada padeci-
miento que sufre, el Creador lo descubre, lo arroja, lo consume por el fuego, y fi-
nalmente prueba el resultado que ahora es alimento. Toda esa sustancia que el
Creador va arrojando se convierte en la naturaleza y los seres vivientes.
En el gesto de preparación de la sal, el Creador simultáneamente crea la na-
turaleza externa como rastro de sus enfermedades y crea su propio ser como ali-
mento procesado e imagen de la humanidad. Esta "geografía" fundamental
domina toda la Palabra de la sal. Todas las plantas de donde se extraen las sales
tienen su origen en este proceso creador y sus nombres conservan los rastros de
los padecimientos del Creador.
Pero estos eventos no ocurren en este tiempo y este espacio. Estos eventos
ocurren, como dice Óscar, "en otro planeta". Esta historia, que puede leerse
como la historia de la creación del mundo, puede asimismo entenderse como el
proceso de la formación de una criatura humana en el vientre de la madre. La
criatura humana está sufriendo y está consolidando su ser en un proceso similar
al del Creador. La sal del Creador es el alimento primordial de la criatura huma-
na. El niño vive en un ambiente salino: el líquido amniótico. De allí obtiene todo
lo que necesita y también experimenta los mismos padecimientos del Creador.
La Palabra de la sal tiene, por virtud de su lenguaje, la capacidad de estar narran-
do, en los mismos términos, la historia de la creación del mundo y los procesos
de formación de una criatura humana en el vientre materno.
Ese mismo lenguaje y esa misma geografía, donde la sal es enfermedad
transformada en alimento por el proceso del fuego, puede así mismo aplicarse a
la formación de las relaciones sociales (y de éstas, primero que todo, la relación
de pareja) o a la adquisición de conciencia y conocimiento purificado en un indi-
viduo. Así, extraer sal del monte es recorrer esa geografía que en "otro espacio"
permitió la formación del mundo y de la criatura, y en el espacio social y psíqui-
co es metáfora de la conformación de relaciones sociales y de la conciencia.
En lo que sigue se explicará cómo se extrajeron sales del espacio natural y
geográfico del Medio Caquetá y se mostrarán parcialmente las relaciones y signi-
ficados que tienen esas plantas que se extrajeron, procesaron e identificaron. Pri-
mero, se listarán en detalle todas las especies vegetales utilizadas y, luego, se
identificarán los espacios naturales de donde se extrajeron esas especies.

Las enfermedades del Creador: especies vegetales


Los uitoto obtienen sal vegetal a partir de un número selecto de especies vegeta-
les. Aunque la combustión de cualquier especie vegetal (o animal) produce una

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La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

ceniza con minerales solubles en agua, no todas las sales vegetales son apreciadas
por los indígenas. El conjunto de especies considerado apto para extracción de
sal proviene de las sales "que tienen historia", es decir, aquellas especies que es-
tán incluidas en la historia de la creación y constituyen un símbolo de un mal que
el Padre Creador padeció y derrotó por medio del procesamiento por el fuego.
La siguiente es una revisión s0II!era de los principales grupos de plantas emplea-
dos para la extracción de sal por los uitoto. Esta información proviene directa-
mente de nuestra investigación de campo.
La principal fuente de sales son las palmas, particularmente las palmas espi-
nosas (géneros Astrocaryum y Bactris). De las sales de palma, las más apreciadas
y frecuentes son las de Attalea maripa o palma real y la de Astrocaryum gyna-
canthum ("sal de espina").
El segundo grupo de especies vegetales apreciadas para sal vegetal son las
plantas acuáticas y riparias, principalmente Cyclanthaceae, pero también Ara-
ceae, Thurniaceae y Podostemaceae. Estas son sales "frías" y de sabor "dulce" (es
decir "salado"; con presencia del anión cloruro). De este grupo, la sal más apre-
ciada es la de una especie de Cyclanthaceae (Sphaeradenia sp.), que crece en sue-
los rocosos o arenosos a la orilla de quebradas y ríos. En el cañón de Angosturas,
en el río Caquetá, crecen abundantemente y son una fuente permanente de sal
para las malocas cercanas.
Un tercer grupo de sales son las provenientes de cortezas de árboles. Se
extraen de especies de varias familias, pero principalmente de las familias Lecy-
thidaceae y Sapotaceae. De una Lecythidaceae en particular, Couratari guia-
nensis, se quema toda la madera del tallo, la cual puede permanecer ardiendo
durante más de un mes y producir muchos kilos de sal (más abajo reportamos el
rendimiento de uno de estos árboles). Las sales de cortezas de árboles son por
lo general de sabor más fuerte y picante (jarede, en uitoto) y con olor de orina
(kuérede).
También se saca sal de colmena de abejas (Irigona turculenta), de especies
de platanillos y de algunas especies cultivadas (piña, macambo, maíz, caña de
azúcar).
La forma más común de preparación de sal vegetal es en forma de gránulos,
y a partir de una o dos especies. Sin embargo, para los rituales se suele preparar
un tiesto de sal compacta, llamado kumeni en lengua uitoto. Esta sal de tiesto es
muy apreciada y constituye una forma de moneda o pago que se utiliza en oca-
siones tales como la construcción de malocas o en rituales de gran categoría. En
la elaboración del kumeni se pueden combinar numerosas especies, lo cual ga-
rantiza, según los indígenas, la solidez del tiesto de sal. Abajo reportamos la pre-
paración de un kumeni, en cuya elaboración intervinieron 60 especies vegetales
de 17 familias botánicas diferentes.

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Juan Alvaro Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Simón Román

A continuación presentamos la lista detallada de todas las especies vegetales


utilizadas para hacer sal, y su identificación. De la mayoría de las especies se co-
lectaron muestras botánicas, las cuales fueron identificadas en el Herbario Ama-
zónico del Instituto Sinchi (Dairon Cárdenas), en el Herbario Nacional del
Instituto de Ciencias Naturales (Rocío Bernal) o por botánicos (Mauricio Sán-
chez, OIga L. Montenegro, O. Román). Ejemplares de muchas especies se con-
servan en el Herbario Amazónico.
Se obtuvieron 68 sales a partir de 60 especies vegetales (incluidas algunas
variedades o subespecies de palmas) y 1 especie de insectos. Las especies vegeta-
les se distribuyen en 15 familias botánicas, a saber: 27 especies de palmas (Areca-
ceae), 8 especies de Cyclanthaceae, 7 especies de Lecythidaceae, 5 especies de
Sapotaceae, 2 especies de Bombacaceae, 2 especies de Olacaceae, 2 especies de
Mimosaceae, y de a una especie de Araceae, Bromeliaceae, Rutaceae, Dichapeta-
laceae, Euphorbiaceae, Sterculiaceae, Strelitziaceae y Thurniaceae. El número de
sales es mayor que el número de especies, porque en algunos casos se elaboraron
sales a partir de diferentes partes del mismo ejemplar, o de la misma parte de dos
ejemplares diferentes. Por ejemplo, de la palma real Atta/ea maripa, se extrajo sal
de la corteza, del cogollo y de los frutos.
Cada una de las 68 sales se elaboró a partir de una sola especie, a excepción
de las sales 14, 29 y 30, en las que intervinieron dos o más especies o variedades
de la misma especie.
En la Tabla 1 se encuentra el listado de las 68 sales elaboradas con la iden-
tificación botánica de la especie o especies empleadas en su elaboración, el
nombre en lengua uitoto de la especie y la parte de la planta utilizada para ex-
traer la sal. La secuencia numérica de las sales corresponde al orden cronológi-
co en que fueron elaboradas, entre el22 de marzo de 1996 (la sal número 01) y
el 4 de marzo de 1998 (la sal número 68).

Tabla 1. Lista de especies utilizadas para extraer sal vegetal

Sal Familia Especie Nombre uitoto Parte


01 Lecythidaceae Gustavia hexapetala (Aubl.) Sm. jamerla corteza
02 ülacaceae (indet.) Chapena corteza
03 Arecaceae Attalea maripa Mart. laTina corteza
04 Arecaceae Attalea maripa Mart. laTina flores
05 Lecythidaceae Lecythis pisonis Cambess. fairo jera corteza
06 Lecythidaceae Gustavia hexapetala (Aubl.) Sm. jameda corteza
07 Lecythidaceae Gustavia hexapetala (Aubl.) Sm. jameda madera

408
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

Sal Familia Especie Nombre uitoto Parte


Matisia af. intrincata (Robyn & Nilsson) láigina
08 Bombacaceae corteza
Alvers. mizégina
09 Cyclanthaceae Cyclanthus bipartitus Poit. ex A. Rich. fogairi planta
10 Cyclanthaceae Asplundia sarmentosa Galeano & R. Bernal Turao planta
11 Cyclanthaceae d. Sphaeradenia Nonókoo planta
12 Thurniaceae Thurnia sphaerocarpa (Rudge) Hook f. Zaikori planta
13 Arecaceae Bactris humilis (Wallace) Burret Iñori cogollo
Cyclanthaceae d. Sphaeradenia sp. Thurnia sphaerocarpa Nonókoo planta
14
Thurniaceae (Rudge) Hook f. Zaikori planta
15 Arecaceae Attalea racemosa Spruce Uiyoyi cogollo
16 Cyclanthaceae Cyclanthus bipartitus Poit. ex A. Rich. fibuiri planta
17 Arecaceae Lepidocaryum tenue Mart. Ereri cogollo
18 Arecaceae Astrocaryum jauari Mart. Korina cogollo
Rangogi
19 Mimosaceae Parkia pendula (Willd.) Benth. ex Walp. corteza
fífibegi
20 Arecaceae Oenocarpus mapora H. Karst. Gurikai cogollo
21 Arecaceae Astrocaryum gynacanthum Mart. Ruiriyi cogollo
22 Cyclanthaceae Cyclanthus bipartitus Poit. ex A. Rich. Goróngori planta
23 Arecaceae Astrocaryum murumuru Mart. Kikiyi cogollo
24 Lecythidaceae Couratari guianensis Aubl. fafegi fafena madera
25 Cyclanthaceae d. Ludovica sp. Emoyai tallo
26 Cyclanthaceae d. Sphaeradenia sp. Eiri Eizai tallo
Zííyaña
27 Arecaceae Mauritiella armata (Mart.) Burret cogollo
Yumuna
28 Lecythidaceae Gustavia longifolia Poeppig ex Berg. fameda (ua) corteza
Geonoma maxima varo spixiana (Mart.)
Henderson
Geonoma maxima varo maxima (Poit.)
29 Arecaceae Goguiri tallo
Kunth
Geonoma stricta varo piscicauda (Dammer)
Henderson
Geonoma macrostachys varo poiteauana
(Kunth) Henderson
30 Arecaceae Zíínuikori cogollo
Geonoma macrostachys varo acaulis (Mart.)
Skov

409
Juan Álvaro Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Sim6n Román

Sal Familia Especie Nombre uitoto Parte


31 Arecaceae Astrocaryum sciophillum (Miq.) Pulle Júúikuruyi cogollo
32 Sapotaceae Ecclinusa ulei (Krause) GilIy ex Cronquist Dairo corteza
láikona
33 Sapotaceae Ecclinusa bullata Pennington corteza
jífikona
34 Bombacaceae Eriotheca d. macrophylla Robyns Jáikina corteza
35 Dichapetalaceae Tapura d. guianensis Aubl. Zeema iaiña ramas
Manilkara bidentata bidentata (A.De.) Meníñokiai
36 Sapotaceae corteza
Chev. (ua)
Chrysophyllum sanguinolentum balata
37 Sapotaceae Bafákona corteza
(Pierre) Baehni

Meníñokiai
38 Sapotaceae Manilkara bidentata (A.De.) Chev. corteza
(jifaiño)
39 Lecythidaceae (indet.) Jibeño corteza
40 Arecaceae Mauritia flexuosa L. fo Kinena cogollo
41 Arecaceae Oenocarpus bataua Marto Komaña cogollo
42 Olacaceae d. Chaunochiton lorantoides Benth. Vifrigi corteza
43 Lecythidaceae Lecythis pisonis Cambess. lairo jero corteza
44 Cyclanthaceae d. Ludovica sp. Emoyai tallo
45 Arecaceae Bactris fissifrons Mart. Zitori tallo
Phenakospermum guyannense (L.e. Iyoberi
46 Strelitziaceae cogollo
Richard) Endler ex Miq. Uiyoberi
47 Euphorbiaceae Hyeronima alchorneoides Allemo Ekoroai corteza
48 Arecaceae Attalea maripa Mart. JaTina semilla
49 Arecaceae Attalea maripa Mart. Jarina corteza
50 Arecaceae Astrocaryum chambira Burret Ñekina cogollo
Geonoma maxima varo chelidonura (Spruce) Fikaingo
51 Arecaceae tallo
Henderson ereri
52 Arecaceae Bactris gasipaes Kunth Jimena tronco
53 Bromeliaceae Ananas comosus (L.) Merr. . Ofaiyi tallo
54 Sterculiaceae Theobroma bicolor Bonpl. Mizeko cáscara
55 Rutaceae (indet.) Jeedo iama corteza

Arecaceae Palma
56 Elaeis guineensis ]acq. tallo
africana
57 Arecaceae Attalea insignis (Mart.) Drude Barikai pecíolo

410
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

Sal Familia Especie Nombre uitoto Parte


58 Araceae d. Spathiphyllum sp. jirúruri cogollo
59 Araceae d. Spathiphyllum sp. jirúruri hojas
Kañakona
60 Arecaceae Mauritia carana Wallace tallo
. Duizékina
EiyiFiido
61 Arecaceae Astrocaryum murumuru Man. cogollo
fueyi
Pholidostachys synanthera (Mart.) H.E.
62 Arecaceae Fekori cogollo
Moore
jidigina
63 Arecaceae Irianea deltoidea Ruiz & Pavo tronco
Fegona
64 Lecythidaceae d. Eschweilera sp. jidkona madera
colmen
65 Apidae Trigona turculenta Emoki
a
66 Cyclanthaceae d. Cyclanthus sp. Emairi cogollo
67 d. Rutaceae (indet.) jeedo iaiña corteza
68 Mimosaceae Inga edulis Mart. jizaiko cáscara

Además de estas 68 sales elaboradas principalmente a partir de una especie,


efectuamos también la quema de 10 "grupos" de sales. Cada grupo consta de un
conjunto de especies relacionadas según el criterio de Óscar Román, quien dio
nombre a los grupos. En la quema de los grupos intervinieron especies ya utiliza-
das en las 68 sales monoespecíficas más algunas especies nuevas. En la quema del
grupo 10, que sirvió para la elaboración de un kumeni o tiesto de sal, intervinie-
ron todas las sales posibles, incluidas algunas plantas que no se utilizan normal-
mente para elaborar sal. .
Nueve de estos grupos corresponden a las cuatro fuentes principales de
donde se extraen sales, de la siguiente manera:
A. Palmas: Grupos 01, 07, 08
B. Sales de agua y herbáceas de tierra firme y altura: Grupos 09, 03
C. Sales de especies arbóreas: Grupos 02, 06, 04
D. Platanillos: Grupo 05
La siguiente es la composición de especies de cada uno de los grupos, en el
orden en que fueron trabajados:

Grupo 01: Kinérefoma (grupo de los cananguchos)


Familia Arecaceae: Mauritia flexuosa, Mauritiella armata,
Lepidocaryum tenue.

411
Juan Alvaro Echeverri - Óscar Román Jitdutjaaño - Simón Román

Grupo 02: Iáigorai (grupo de cáscaras de palo)


Familia Lecythidaceae: Gustavia hexapetala, Eschweilera
sp., Lecythis pisonis.

Grupo 03: Cyclanthaceae (epífitas y de tierra firme)


Asplundia sarmentosa, Sphaeradenia sp., Ludovica sp.,
Cyclanthus bipartitus.

Grupo 04: Iáigorai (grupo de cáscaras de palo)


Familia Olacaceae: indet.
Familia Bombacaceae: Eriotheca d. macrophylla, Matisia
af. intrincata.

Grupo 05: Iyobefoma (grupo de los platanillos)


Familia Heliconiaceae: Heliconia acuminata, H. velutina,
H. hirsuta.
Familia Strelitziaceae: Phenakospermum guyanense
Familia Musaceae: Musa paradisiaca.

Grupo 06: Iáigorai (grupo de cáscaras de palo)


Familia Sapotaceae: Chrysophyllum sanguinolentum varo
balata, Ecclinusa ulei, E. bullata, Manilkara
bidentata var. bidentata.

Grupo 07: :ekirema (grupo de palmas de espinas)


Familia Arecaceae: Astrocaryum chambira, A. jauari, A.
sciophillum, A. gynacanthum, Bactris fissifrons.

Grupo 08: jarirefoma (grupo de la palma real)


Familia Arecaceae: Attalea maripa, A. racemosa, A.
insignis.

Grupo 09: Rigaki iaizai (grupo de sales de los pescados)


Familia Cyclanthaceae: d. Spaheradenia sp., Cyclanthus
bipartitus var. 1, var. 2, var. 3, Cyclanthus sp.
Familia Thurniaceae: Thurnia sphaerocarpa.

Grupo 10: Kumeni (grupo del mundo entero): 60


especies vegetales de 17 familias botánicas:
Arecaceae (28 spp.): Astrocaryum chambira, A. jauari, A. gyna-
canthum, Attalea racemosa, A. insignis, Bactris simplicifrons,
B. humilis, Desmoncus sp., Euterpe precatoria, Geonoma ma-
xima var. maxima, G. maxima varo spixiana, G. maxima varo
chelidonura, G. stricta, G. macrostachys, G. sp., Iriartea del-

412
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

toidea, Iriartella setigera, Lepidocaryum tenue, Mauritia fle-


xuosa, Mauritiella armata, Socratea exorrhiza, Oenocarpus
bataua, O. mapora, O. bacaba, (indet.1), (indet.2), (indet.3),
(indetA).
Bombacaceae (2 spp.): Eriotheca d. macrophylla, Matisia af. in-
trincata. •
Bromeliaceae (2 spp.): Ananas comosus, Achmea brevicollis
(d.).
Cyclanthaceae (5 spp.): Asplundia sarmentosa, Sphaeradenia
sp.1, S. sp.2, Ludovica sp., Cyclanthus bipartitus,
Euphorbiaceae (1 sp.): Hyeronima alchorneoides.
Gramineae (2 spp.): Zea mays, Saccharum sp.
Heliconiaceae (3 spp.): Heliconia acuminata, H. velutina, H.
hirsuta.
Lecythidaceae (4 spp.): Gustavia hexapetala, G. longifolia,
Eschweilera sp., Lecythis pisonis.
Liliaceae (1 sp.): (indet.).
Mimosaceae (1 sp.): Inga edulis.
Musaceae (1 sp.): Musa paradisiaca.
Olacaceae (1 sp.): (indet.).
Sapotaceae (4 sp.): Chrysophyllum sanguinolentum varo balata,
Ecclinusa ulei, E. bullata, Manilkara bidentata var. bidentata.
Sterculiaceae (1 sp.): Theobroma bicolor.
Strelitziaceae (1 sp.): Phenakospermum guyanense.
Thurniaceae (1 sp.): Thurnia sphaerocarpa.
Pteridophytas (2 spp.): (indet.1), (indet.2).

Estas son las especies extraídas del monte para elaborar sales. En 68 ca-
sos se procesó sal de una sola especie y en 10 casos se procesó sal de especies
agrupadas para finalizar con una sal que representa el mundo entero. Sacar
sal es limpiar los males y enfermedades para convertirlos en alimento huma-
no. Ahora se ilustrarán estas relaciones mostrando las asociaciones de algunas
de las sales extraídas con animales, enfermedades, animales mitológicos. La
Tabla 2 está organizada alfabéticamente según el nombre uitoto de las espe-
cies. En la primera columna, se indica el número secuencial de la sal que pue-
de compararse con el listado de la tabla 1 para obtener la información de su
identificación botánica. Las dos columnas de la derecha proveen una infor-
mación sumaria de la enfermedad o propiedad que dio origen a esa especie en
la historia de la Creación y de las especies animales, u otras asociaciones o his-
torias, con las que se relaciona la especie.

413
Juan Alvaro Echeverri - Óscar Román Jitdutjaaño - Simón Román

Tabla 2. Significado en la historia de la creación de las especies vegetales para extraer sal

Enfermedades o
Sal Nombre uitoto Otras asociaciones
propiedades

Lo que es rasquiñoso el Es nacimiento del armadillo


57 Barikai Creador lo experimentó coletrapo, es nacimiento del
en la palma barikai. armadillo pequeño

Es principio del nacimiento


de la mujer, se simboliza
Es seno dulce, es alimento como planta aromática de
02 Chapena
mujer; plantas frías. Es
de la madre.
símbolo del cumplimiento de
la ley.

Decimos que ya estamos


Nacimiento de los puercos
61 Eiyi, fiido fueyi maduros, que ya
de monte.
envejecimos.

Es invisible, está arriba, es


difícil de interpretar. Se Se simboliza como águila
25,44 Emoyai agarra de la espalda (no se arpía; es tigre del aire, es
ve): lanza dardos, es conga.
doloroso.

Es origen de la construcción
de las casas (malocas).
17 Ereri
También es nacimiento de
muchos animales acuáticos.

62 Fekori En ese punto enviudó.

Es como alimentarse, es
Es nacimiento de la danta y
51 Fikaingo ereri principio del nacimiento
nacimiento de la paloma.
de la anemia.

Es la imagen del tiesto de sal


kumeni. Antes estaba en la
trompa del cerrillo, en la
En ese punto él dijo: "ya
trompa del puerco de monte,
me formé como hombre,
29 Goguiri en el lomo de cerrillo, en el
ya me asenté". Se asentó
lomo del puerco. Es la
como estantillo.
imagen de la rótula, de la
punta del esternón, del
cartílago de la nariz.

Es perfumoso, asfixia,
hace estornudar; es liso,
22 Goróngori
no le entra nada (y puede
Piedra de pulir cerámica.

ser esterilidad)

414
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

Sal Enfermedades o
Nombre uitoto Otras asociaciones
propiedades

En ese punto la Madre ya


habla como mujer
madura, ya es mamá. En
13 Iñori Es nacimiento de la primera
ese punto el seno de la
maldad: oso hormiguero.
madre es seno jugoso, es
seno de vida, seno de
humanización.

Estaba como vejez en la Lo sembró en el monte y lo


08 láigina mizégina boca, estaba como sacó a la chagra como
pudriéndose, es baboso. chocolate.

Ese que dice "soy candela


33 láikona jífikona del corazón de la tierra,
soy palo de yuca"

Es la pereza, la
somnolencia, esa misma es
la rabia; está de pie
05,43 lairo jero Historia de
mostrándose y dice "soy
Jerofaikoño.
su madre, soy su palabra,
yo soy la producción",
pero es mentira.

Se considera como el pubis


de la boruga, es poder de la
01,06,07 ]ameda Se infla, hace dar pedos. generación de animales que
tienen pinta (charapa, tigre,
boa, boruga, danta).

Su cuerpo se llenó de
musgo, parecía como
maleza, estaba como puras
03,04, hojas secas, estaba como Es nacimiento de armadillo
]arma un montón de gusanos, de trueno, su nombre es
48,49
alacranes, de arañas, de Jarinurai.
hormigas; pero por dentro
estaba bien, no le había
pasado nada.

Es palabra de afán, Historia de Ebema (el loco),


55,67 ]eedo iaiña palabra de locura, de Yinákaire, Jeedini (la
prostitución. chucha). Es sal de chucha

Está frío, hace que uno no


16 ]ibuiri Representado por el caloche.
se bañe, hace envejecer.

415
Juan Á/varo Echeverri - Óscar Román Jitdutjaaño - Simón Román

Enfermedades o
Sal Nombre uitoto Otras asociaciones
propiedades
Nacimiento de tigre
Se debilitó, quedó como
58,59 Jirúruri mariposo, nacimiento de
una masa.
plantas malignas

Estaba acostado en la
hamaca como camarón:
09 Jogairi "no importa que me Sal de camarón
muera, no importa que no
exista"

Está durmiendo al medio


31 Júúikuruyi día, esta acostado en la Es un ejemplo.
hamaca con su mujer.

Se encalambró, se le Es el nacimiento del oso


encogieron los pies. El hormiguero; sus antecesores
canangucho es por donde son el jimuizingo (una
40 Kinena Cyperaceae pequeña), la
se dice que la gente se
socializó (por medio de palma de techar y el
los bailes). cananguchillo.

Es nacimiento de armadillo
Suena como el viento
41 Komaña pequeño, es nacimiento del
zooooo...
oso tamandúa.

Es nacimiento de los puercos.


Muchas cosas tiene ñekina
(cumare, chambira): Es fibra
de tejer (venas), amarra
(como reumatismo), es
hamaca de nacimiento, es
líquido de formación, es
Es rabia, es tristeza. Es gripa. Se prohibe cuando la
50 Ñekina medicina y es rayo, ya esposa está en período de
relampaguea. menstruación. Del cumare se
sacó la bodoquera (el rayo:
armamento: un estudio). Es
otro yarumo (la hoja de
. cumare seca sirve para
mezclar con la coca). Es el
origen de la primera
búsqueda de la palabra.

11 Nonókoo La locura Nacimiento de tigre

416
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

Enfermedades o
Sal Nombre uitoto Otras asociaciones
propiedades

Al Padre lo tiene
aplastado, esa enfermedad Es nacimiento de la guama,
19 Rangogi, ]ífibegi se creyó poderosa, es es la cahuana de los animales
orgullo de los animales terrestres.
terrestres.

El que pone trabas, el que


21 Ruiriyi Nacimiento del cerrillo
pone trampas

El corazón se le acelera, el
Nacimiento de la planta de
cuerpo lo siente como
10 Turao coca, historia de Nuiomarai,
maltratado, como
origen de Kudibini.
pisoteado

Leche rancia, que no es


15 Uiyoyi verdadera leche, da ganas Es nacimiento de armadillo.
de vomitar.

Es la madre tumbadora, es
yuca brava, ésa que está
42 Viirigi
tronando, "yo soy hacha",
dice.

Es cuerpo de mujer (es


Es poder de los animales
12 Zaikori frío), es rasquiñoso, antes
acuáticos, de la boa de agua.
estaba como alergia

Por un lado salió como ziiño


Está armado, lleno de (pajarito) y por otro lado
espinas; al Creador lo como cananguchillo. Es el
30 Zíínuikori tenía atravesado pero él batidor de cahuana. Se
no se daba cuenta, lo considera como palabra de
chuzaba como una vara. un sabio (dueño del baile de
tablón).

Recolección

T odas las sales elaboradas fueron recolectadas en el sector de Araracuara en la


región del Medio Caquetá colombiano, principalmente en las cuencas de la que-
brada Aguasal (afluente del río Yarí), del río Yarí y del río Caquetá. Este sector se
encuentra ubicado entre los 0° 10' Y 0° 40' de latitud Sur y los 72° 00' Y 72° 30'
de longitud Oeste. En el mapa 1 se ubica el área de estudio en la Amazonia co-
lombiana y en el mapa 2 se precisan las principales áreas donde las sales fueron
colectadas.

417
Juan Á/varo Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Simón Román

76' 74' 72' 70' 68'

4.1----f-+---I---=+--...::::==-=--.J-+---r-------;"'"'~'ktL---____,__:;II''''f:~.___--____14·

2·1--_____,~-+..,L-----+-----+-;:-+---=---_ct_----_____,f+__r~h~__12·

0·1-----+=_ ...•~rt!i'-rJ-----.:::;;f-+-____,;~""r-----l~_i+-----_+----____1
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2·'f-----I--------j---t---~ ----+_+-=::~,_____+---- 2'


__

4·f-----+------+-----+------J~:4.m~odi__;:_:_----+_---- 4'

76' 74' 72' 70' 68'

Mapa 1
Ubicación del área de estudio:
La Región del Medio Caquetá en la Amazonia colombiana

418
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

En el sector del Medio Caquetá (véase mapa 1) se encuentran representa-


dos tres grandes paisajes amazónicos: (1) afloramientos rocosos de origen pa-
leozoico que conforman la serranía de Araracuara, formando terrazas
elevadas al sur y al norte del río Caquetá y ocasionando rápidos en el curso
del río; (2) el plano de origen sedimentario Terciario que forma las terrazas y
colinas disectadas de la tie ra firme, con suelos generalmente ácidos y arcillo-
sos y cubiertos de monte alto; y (3) las terrazas aluviales del río Caquetá y sus
afluentes principales. El área de estudio señalada en los mapas 1 y 2 se en-
cuentra cubierta de bosque primario, con algunas zonas intervenidas alrede-
dor de los asentamientos humanos a lo largo del río Caquetá, donde se
encuentra vegetación secundaria y pequeñas áreas descubiertas.
La extracción de sales se llevó a cabo en seis sectores, que aparecen indica-
dos con círculos u óvalos en el mapa 2. Los tres sectores señalados con las letras
mayúsculas A, B, C son aquellos de donde se extrajeron el mayor número de sa-
les; y los sectores identificados con las letras minúsculas d, e, f fueron aquellos de
donde se extrajeron una o dos sales.
El sector de donde se extrajo el mayor número de sales fue la cuenca de la
quebrada Aguasal (Sector A), donde se levantó una casa como base para la inves-
tigación12, De los alrededores de este sitio se extrajeron 42 sales de todos los ti-
pos. Del curso de la quebrada y sus orillas se extrajeron varias sales acuáticas y
riparias. El resto de las sales, principalmente especies arbóreas y palmas, se extra-
jeron del plano de origen sedimentario terciario, consistente en orillares altos y
colinas disectadas, cubiertas de bosque primario con dosel entre 20 y 30 metros,
sotobosque denso y suelo franco arcilloso con pH entre 4 y 6.5,
El segundo sector de extracción fue la orilla del río Yarí, aguas abajo de la
desembocadura de la quebrada Aguasal (Sector B), de donde se extrajeron 10 sa-
les. El río Yarí es un río de aguas oscuras y una anchura de 700 m. De sus orillas se
extrajeron principalmente palmas, como el yavarí (Astrocaryum jauari), que cre-
ce abundantemente en la ribera, el canangucho (Mauritia flexuosa), que crece en
zonas inundables, palmas del género Geonoma, que crecen en el soto bosque de
terrazas bajas, algunas especies arbóreas extraídas del plano sedimentario tercia-
rio (una Euphorbiaceae y una Lecythidaceae) y platanillo gigante que crece en
abundancia en los caños que desembocan al río.
El tercer sector de extracción fue en las inmediaciones de Araracuara (sec-
tor C), sobre todo en zonas de chagras (áreas intervenidas para cultivo) y rastro-

12 El nombre en español de la quebrada Aguasal es la traducción de su nombre en lengua Andoque:


ñxkxse (grafía Andoque: -x- representa una vocal posterior baja, ·se se pronuncia como el español
che), que significa "quebrada sal de monte (ñxkx)". Este nombre alude a la presencia en su curso y sus
riberas de abundantes especímenes salineros de las familias Cyclanthaceae y Thurniaceae.

419
Juan Á/varo Echeverri - Óscar Román Jitdutjaaño - Simón Román


N
E11-E3--=~:-E3-="~OM..
EIcaIa

Mapa 2. Principales sectores de recolección de sal


A: Cuenca de la quebrada Aguasal. B: Orillas del río Yarí. C: Zonas intervenidas alrededor de
Araracuara. D. Afloramiento rocoso al sur del río Caquetá. E. Terraza aluvial del río Caquetá
F. Orilla del río Yarí, abajo del chorro de Gamitana

420
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

jos (bosque secundario) a unos dos kilómetros al NE del asentamiento y cerca de


la orilla del río Caquetá en áreas intervenidas. De estas partes se extrajeron 13
sales, que incluyen plantas que no crecen en el Yarí o en la quebrada Aguasal,
como las palmas Astrocaryum gynacanthum, Astrocaryum murumuru y Attalea
insignis; algunas especies cultivadas: chontaduro (Bactris gasipaes), piña (Ananas
comosus), maraca (Theobroma bicolor), palma africana (Elaeis guinensis); yal-
gunas plantas acuáticas de la familia Araceae.
Del Sector d, correspondiente a un afloramiento rocoso al sur del río Ca-
quetá, se extrajo canangucho de sabana (Mauritia carana), el cual solo crece en
este tipo de ambiente. Esta especie forma extensos grupos asociados a otra vege-
tación de baja altura. El afloramiento tiene una cobertura vegetal del 500/0 y sus
suelos sobre sustrato rocoso son poco profundos, mal drenados y permanente-
mente inundados.
El Sector e es una terraza baja en la llanura aluvial del río Caquetá, unos 15
kilómetros al este de Araracuara, de donde se extrajo la palma Pholidostachys
synanthera, que sólo crece en esta parte.
Finalmente, el Sector f corresponde a la orilla del río Yarí, unos 40 kilóme-
tros río arriba desde la bocana de la quebrada Aguasal, inmediatamente aguas
abajo de un gran chorro o rápido conocido como La Gamitana, formado por el
afloramiento rocoso del macizo de Araracuara. De este sector se extrajeron col-
menas de 'Trigona turculenta, una abeja no ponzoñosa que hace sus colmenas
principalmente sobre troncos de la palma Astrocaryum jauari.
La recolección del material vegetal en el monte se efectuó en grupos de dos a seis
personas y consumió un promedio de 3.5 horas por sal. En todos los casos la re-
colección del material implica la muerte de las plantas: derriba del árbol o palma
o desarraigo de la planta.
En el caso de especies arbóreas, se derriba el árbol con hacha y se extrae
toda la corteza del fuste, valiéndose de hachas y machetes (véanse fotografías 2 y
3). Las cortezas de algunas especies se desprenden con facilidad, en tanto que
otras necesitan más trabajo para retirarlas.
Sólo de una especie arbórea, la enorme Couratari guianensis, se utiliza la
madera del fuste en lugar de la corteza. En este caso, la quema de la madera se
lleva a cabo en el mismo sitio de la tumba y se construye un rancho encima del ár-
bol para evitar que la lluvia apague el fuego. La combustión de un ejemplar de 40
metros de altura y 84 cm de diámetro tomó más de un mes.
En el caso de las palmas sólo se utilizan los cogollos, es decir, el meristemo
superior de la palma. En las palmas acaules, el cogollo se encuentra subterráneo
y la palma debe ser desenterrada (véase fotografía 4). En las palmas con tallo, el
cogollo se encuentra en su parte superior. Solamente se utiliza la parte del tallo

421
Juan Alvaro Echeverri - Óscar Román Jitdutjaaño - Simón Román

Fotografía 2. Simón Román Fotografía 3. Sacando corteza


sacando corteza de iairo jero
de chapena (Olacaceae) (Lecythis pisonis)

Fotografía 4. Alicia Sánchez extrayendo cogollo de uiyoyi


(Atta/ea racemosa)

422
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

que contiene el meristemo blando, el resto del tallo y las hojas se desechan. De la
palma Attalea maripa, conocida como palma real, se utiliza, además del cogollo,
la corteza del tallo y los frutos. De la palma africana Elaeis guinensis se utiliza
toda la planta, incluidas las hojas. De la palma de chontaduro Bactris gasipaes se
utiliza el tallo sin la corteza.
De las plantas herbáceas'sólo se utilizan los tallos sin las hojas, desenterrán-
dolas completamente (véase fotografía 5).
De las especies cultivadas que se trabajaron, se utiliza: de la piña, el tallo; de
la maraca (Theobroma bicolor) y la guama (Inga edulis), la cáscara del fruto.

Fotografía 5. Extracción de zaikori


(Thumia sphaerocarpa)
de quebrada Aguasal

423
Juan Á/varo Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Simón Román

El material vegetal se empaca en "morrales" llamados catarijanos o capi-


llejos en español (jaduyu en uitoto) los cuales se fabrican en el sitio de reco-
lección a partir de las frondas de la palma de seje (Oenocarpus bataua) y de
fajas de cortezas ("cargueros") de varias especies de Lecythidaceae y Anona-
ceae. En promedio se trajeron 90 kilos de material vegetal por cada misión de
recolección, en un rango de 7 kilos (la recolección más pequeña) hasta 490 ki-
los (la recolección más grande).
Algunas especies son comunes y abundantes, en tanto otras especies son es-
casas y difíciles de ubicar. La ubicación de todas estas especies en el monte, reali-
zada antes de la misión de recolección, fue trabajo de Óscar Román Jitdutjaaño.
Una vez colectado el material vegetal, se procede a procesar la sal por me-
dio de los procedimientos del quemado, el filtrado y el secado, que se explican
en la siguiente sección.

Purificar, fecundar y cuajar: hacer sal

En este trabajo de investigación se realizaron 106 procesamientos de sal, que


involucraron la quema de 9.945,3 kilogramos de material vegetal (peso fres-
co). De la combustión de ese material resultaron 239,5 kilos de ceniza. Del
filtrado de esta ceniza se obtuvieron 26,3 kilogramos de sal seca. En prome-
dio, un 2,4% de la biomasa quedó transformado en ceniza (en un rango 0,7%
a 10.1 %) Yun 11 % de la ceniza se extrajo en forma de sal seca (en un rango de
1% a 37%). Combinando ambos cálculos, se tiene que en promedio un 0,26%
del peso de la biomasa fresca es obtenido en forma de sal veg6-tal seca (en un
rango de 0,01 % a 0,85%). Es decir, que de la quema de 100 kilogramos de
material fresco se podría esperar obtener un promedio de 260 gramos de sal
seca.
El procesamiento de sal vegetal, con la tecnología indígena utilizada, re-
quiere considerable tiempo. A partir de los datos de tiempo invertidos en las di-
ferentes labores de procesamiento, se estiman los siguientes promedios de
tiempo para obtener un kilo de sal seca:

Recolección 15 horas
Quemado 12 horas
Filtrado 8 horas
Secado 17 horas
Tiempo para procesar un kilo de sal 52 horas

424
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

En el cálculo de estos tiempos se desestimaron los procesamientos que rin-


dieron menos de 100 gramos de sal (27 procesamientos), los cuales elevarían ex-
cesivamente el tiempo medio por kilo. El procesamiento de sal que rindió menos
fue 4 gramos y el que rindió mas fue 1.461 gramos, con un promedio de 253 gra-
mos de sal por procesamiento.
Enseguida se describirán en detalle las tres fases que intervienen en la pre-
paración de la sal (quema, filtrado y secado) abordándolas tanto desde su signifi-
cado cósmico y religioso como desde la descripción del procedimiento técnico.

Madre de candela

Ya entonces, [el Padre Creador] en ese punto,


lo sucio, lo malo, lo arroja
a la candela.
Allí se quema.
Enseguida, a las espinas
las arroja a la candela.
"¿Qué espina los va a asustar?
El camino por donde andará la futura generación
ya lo arreglé".
Así se dice en la Palabra.
En ese punto, corta el bejuco espinoso,
lo arranca
y lo lanza a la candela.
Allí los quema,
allí los viene destruyendo.
Allí mismo,
él quema la palma de espinas.
De ahí siguiente,
"A esa araña peligrosa
que tiene corona,
yo la lancé a la candela;
a la hormiga conga ya la quemé en la candela.
Este Suelo Completo yo lo quemé".
El arregló,
él
fue quemándolo todo en la candela,
la mugre de aquí,
el fastidio de aquí lo quemó,
ese helechal lo quemó.

425
Juan Á/varo Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Simón Román

El pulguerío lo quemó,
el zancudero lo quemó,
el garrapaterío lo quemó.
¿Qué es lo que él no quemó?
ya entonces la humanidad,
¿por qué va a dormir intranquila?
¿Por qué va a lamentar?
¿Por qué va a estar caliente?
Con el corazón de esta candela,
yo arreglé, yo quemé,
para que la futura generación tenga vida,
para que la futura generación no se confunda,
para que no se asfixie,
para que su palabra sea sabrosa".
En ese punto él se desintegró,
se pulverizó,
quedó tendido como ceniza 13.
Todo el producto de la recolección va a la candela. El proceso de la quema
transforma "todo lo sucio, todo lo malo" en alimento, como mencionamos arriba.
Este es el significado de la quema. El Padre Creador Mooma Buinaima quema las
plantas del monte para enseñar a la humanidad, por una parte, cómo obtener el ver-
dadero alimento de vida y, por otra parte, cómo tener un comportamiento y una
conducta moralmente correctos, que a la vez redunda en un conocimiento claro. La
quema es entonces un proceso fundamental que se aplica igualmente a otros proce-
dimientos técnicos de transformación de los alimentos y sustancias: la coca, el taba-
co, la yuca se transforman y procesan por medio de la candela yeso los hace
saludables y "humanos". Esta función humanizadora de la candela es la que explica
que en la Palabra de sal, ella sea equiparada a "la Madre":
Esa candela es la propia madre,
este corazón de candela,
esta brasa,
candela de abundancia,
candela de humanización.
AlIado de esa candela yo duermo,
esa candela me alimenta.
Todo lo que viene a esta candela
ya no regresa.

13 Óscar Román Jitdutjaaño, quebrada Aguasal, abril 1 de 1996 (traducción de Simón Román y Juan A.
Echeverri).

426
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

Esta candela es candela arregladora.


Yo no existo,
yo no sé nada,
la madre es la que arregla,
la madre es la que devora,
la madre es la que sabe devorar,
pues yo no sé nada,
yo sólo bebo del seno [como niño],
solamente sé lo que es seno
En el pecho de la madre
estoy acostado.
Yo estoy inmaduro,
voy a madurar,
voy a hablar14•
Esta Madre de Candela es asimismo la que funda la agricultura. Ella es la que
permite transformar el monte natural en un campo de cultivo por medio de la que-
ma, ella es la que permite transformar los alimentos, ella es la que transforma lo na-
tural en humano, lo nocivo en alimenticio. Ella es también la base del conocimiento
y la sabiduría: "yo no sé nada, yo sólo bebo del seno". Ella es una devoradora de car-
ne, ella es caníbal, los humanos sólo tienen que lactar el producto de su trabajo.

***

De los tres procedimientos que se emplean para elaborar la sal-quemado,


filtrado y secado- sólo en la combustión se operan las transformaciones propia-
mente químicas. Los otros dos procedimientos operan cambios físicos: separa-
ción de iones solubles de la ceniza y separación del agua de la solución resultante.
Cuando el material vegetal se somete a combustión, la fracción orgánica se
elimina en forma gaseosa -principalmente en forma de gas carbónico COz, ni-
trógeno amoniacal NH3 y vapor de agua HzO- y la fracción inorgánica queda en
forma de cenizas. Durante la combustión, la materia orgánica se destruye, se
hace volátil y desaparece, y los elementos minerales que se encontraban forman-
do parte de las moléculas orgánicas, como depósitos salinos o como iones, apare-
cen fijos en las cenizas en forma oxidada. Por consiguiente, con la calcinación se
obtienen todos los elementos minerales de la planta, pero no conservan ni su
composición ni su grado de oxidación15•

14 Óscar Román Jitdutjaaño, Quebrada Aguasal, abril 1, 1996 (traducción de Simón Román y Juan A.
Echeverri).
15 Agradecemos al químico Andrés López por sus aportes en la discusión de los resultados químicos.

427
Juan Á/varo Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Simón Román

Las muestras de ceniza que se obtuvieron presentan una coloración que va


entre el gris y el café y contienen, en diferentes grados, trozos de carbón (véase
fotografía 6). Esto indica que la calcinación del material vegetal no siempre es
completa.

Fotografía 6. Cenizas de Astrocaryum gynacanthum (ruiriyi) "En ese punto él se


desintegró, se pulverizó, quedó tendido como ceniza".

La presencia de nitritos en algunas de las sales examinadas confirma que el


proceso de calcinación no fue completo en esos casos. En un proceso de calcina-
ción completa los cambios químicos que sufren los compuestos de nitrógeno son
los siguientes:

NH3 N02 . N03


(nitrógeno .(nitrito) (nitrato)

amoniacal) (calor)

Es decir, en un proceso completo de calcinación todo el nitrógeno, por la acción


del calor, debe quedar en forma de nitrato. Si la calcinación no es completa, el ni-
trógeno puede aparecer como nitritos o en forma amoniacal. En 16 de las sales
procesadas se encontraron nitritos en proporciones entre 10 y 60 partes por mi-
llón, y en una sal se encontró una concentración de 0,033% de nitrógeno como
nitrógeno amoniacal.

428
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

Sin embargo es notable que la calcinación fue completa en muchos casos,


dado que la tecnología de combustión empleada es bastante simple. Describimos
enseguida los métodos que empleamos para la quema de las sales.
La quema se realiza al aire libre y sobre la tierra. Para quemar las sales, se
prepara una pira de leña sobre la cual se colocan los pedazos de material vege-
tal extraídos del monte que 6e cortan en pedazos pequeños para facilitar su
combustión. Cuando hay amenaza de lluvia se puede construir un techo de ho-
jas para proteger la pira. No se utiliza ningún otro tipo de combustible diferen-
te de la leña y en ningún caso se sopla la hoguera para avivar la combustión. La
persona a cargo de la quema enciende la pira de leña y va colocando los trozos
de material vegetal hasta que quedan totalmente amontonados encima de la
pira ardiente. De ahí en adelante se vigila la combustión, reacomodando oca-
sionalmente la leña para mantener una combustión constante y redistribuyen-
do los trozos de material vegetal para garantizar que todos se calcinen (véase
fotografía 7).

Fotografía 7. Óscar Román quemando


plantas de zaikori (Thurnia sphaerocarpa).

429
Juan Á/varo Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Simón Román

No todas las maderas son aptas para la combustión de la sal. Se evitan las
maderas resinosas y las que producen mucha ceniza porque pueden cambiar el
sabor y composición de la sal. Se prefieren las maderas que producen carbón,
pero evitando las que producen carbones fuertes que demoren mucho el enfria-
miento de la ceniza.
El siguiente es un listado de algunas de las clases de leña que fueron emplea-
das en la combustión de las sales (véase Tabla 3). Damos los nombres en lengua
uitoto (o castellano) y la familia botánica de las especies de donde fueron extraí-
das las leñas. Debido a que la leña era recogida de árboles muertos o calcinados
(maderas que se encontraban en chagras que habían sido quemadas) se hace difí-
cilla identificación.

Tabla 3. Tipos de leña utilizadas para la combustión de las sales

Familia botánica Nombre uitoto


Annonaceae jirida

Bignoniaceae aniroai
Celastraceae jodina

Chrysobalanaceae kañena

Chrysobalanaceae zoñena
Euphorbiaceae joerai

Euphorbiaceae nagameai
Fabaceae manana
Guttiferae yiikoai
Lecythidaceae bobairai

Lecythidaceae jero

Lecythidaceae jiákona
Lecythidaceae koduiro
Mimosaceae jizairai

Mirtaceae guayaba
Moraceae bubukai
M yristicaceae jiikai

Rubiaceae bokiai
Rubiaceae enókakiai
Rubiaceae jigirai

430
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

Familia botánica Nombre uitoto


Sapotaceae bafákona
Sapotaceae yamana
Sapotaceae jifikona
(indet.) . bobokai
(indet.) jaitaikuruai
(indet.) jiigina
(indet.) jozoidoai
(indet.) raóziai
(indet.) yikona

Con la combustión de la leña, se busca someter el material vegetal a un pro-


ceso de deshidratación. Los cogollos y partes blandas de las plantas contienen
mucha humedad y se debe prever un proceso de deshidratación más largo, en
contraste con las cortezas de árboles que contienen menos humedad. Una pira
bien preparada debe mantenerse ardiendo en forma constante sin producir lla-
mas de mucha altura.
Se registró el tiempo de combustión en llama viva de todas las quemas reali-
zadas. Este tiempo se mide desde el momento en que se enciende la pira hasta
cuando se observa que todo el material vegetal se encuentra completamente cal-
cinado, aunque no apagado. En este momento aún restan muchos pedazos de
carbón encendido y el enfriamiento completo de la pira puede tomar 10 horas o
más. La quema a llama viva más rápida tomó 1hora y 15 minutos (12 kilogramos
de corteza de una Rutaceae) y la más lenta tomó 10 horas (170 kilogramos de
colmena de 'Trigona turculenta).
Teniendo en cuenta el peso del material vegetal puesto a incinerar, se obtienen
los siguientes promedios de tiempo de combustión a llama viva (véase Tabla 4):

Tabla 4. Tiempos medios de combustión

Peso del material vegetal Duración promedio de la


puesto a incinerar combustión a llama viva
10 a 50 kilogramos 2 horas 10 minutos
50 a 100 kilogramos 3 horas 30 minutos
100-200 kilogramos 4 horas 50 minutos
485 kilogramos 5 horas 40 minutos
490 kilogramos 5 horas

431
Juan Á/varo Echeverri - Óscar Román Jitdutjaaño - Simón Román

La cantidad de ceniza resultante de la combustión varía según la natura-


leza de los tejidos empleados. Las sales vegetales extraídas provinieron de sie-
te tipos de tejidos principales: (1) cogollos y partes jóvenes de palmas y de
algunos platanillos, (2) cortezas de árboles maduros, (3) madera de árboles
maduros (dos especies), (4) tallos, pecíolos y bulbos de plantas herbáceas
(principalmente Cyclanthaceae), (5) tallos más lignificados de algunas palmas
(chontaduro, palma africana, canangucho de sabana y otras), (6) cáscaras de
frutos (Inga edulis y Theobroma bicolor), y (7) la colmena de la abeja Trigona
turculenta.
La cantidad de ceniza resultante es inversamente proporcional a la cantidad
de materia orgánica presente en cada tipo de tejidos. El leño del tallo, por ejem-
plo, es una parte muy lignificada -constituida de materia orgánica casi pura- y
muy lavada por la circulación de savia. Las partes blandas de la planta (como los
cogollos y tallos blandos), por el contrario, contienen más minerales y, por lo
tanto, rinden una proporción mayor de ceniza.

La tabla 5 provee las relaciones porcentuales medias entre el peso de la ce-


niza obtenida después de la combustión y el peso del material vegetal fresco para
cada uno de los tipos de tejidos empleados.

Tabla 5. Proporción ceniza / biomasa

Proporción cenizal
Tipos de tejidos incinerados
biomasa

Tallos y bulbos de herbáceas 4,30%

Colmena 3,77%

Cogollos de palmas 3,27%

Corteza de árboles 3,04%

Tallos de palmas 1,60%

Madera de árboles . 1,51%

Cáscara de frutos 1,49%

El promedio general de la proporción ceniza/biomasa fue 2,4%, en un ran-


go de 0,71% (quema de 196 kilogramos de tallo de Mauritia carana o canangu-
cho de sabana) a 10,14% (quema de 59 kilos de Cyclantus bipartitus, una planta
riparia).

432
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

Una vez la Madre de candela ha efectuado su labor, se procede a filtrar.

Salmuera de fecundación

Filtrar es fecundar. El proceso de quemado separa la sustancia inorgánica de la ma-


teria vegetal que contiene las impuezas y enfermedades. Esa sustancia mineral puri-
ficada por el fuego es como el semen del Padre Creador y es leche del seno de la
Madre. Pero ese alimento, ese semen, todavía está en desorden, todavía necesita
perfeccionarse para que de origen a la vida. El filtrado, gota a gota, es inseminación.
El principio del arte de filtrar se nombra así:
Antes todo se desmoronaba, se derretía,
antes llovía,
antes tronaba,
antes relampagueaba.
Por esta razón el Padre Creador dijo:
"¿Dónde va a gotear?
La futura humanidad que ha de nacer
después va a hacer gotear.
Estoy concibiendo el principio del pensamiento
de filtrar,
que no se olvidará".
En ese punto ya,
él está como humo,
En ese punto, sólo
se simboliza como cenizas,
se simboliza como debilidad16•

En este texto se utilizan tres verbos que tienen significados dobles: por una parte,
se refieren a procesos atmosféricos (llover, tronar, relampaguear) y, por otra
parte, se refieren al trabajo de la yuca brava, que provee una imagen del procedi-
miento técnico que se utiliza en la sal. Estos verbos son:

biide caer lluvia (llover); estar tendido (como masa,


como ceniza)
giride tronar; rallar yuca
boride relampaguear; separarse en dos

16 Óscar Román Jitdutjaaño, quebrada Aguasal, abril 10 de 1996 (traducción de Simón Román y Juan
A. Echeverri).

433
Juan Á/varo Echeverri - Óscar Román Jitdutjaaño - Simón Román

Ambos significados de los verbos tienen sentido aquí. Por una parte, el fil-
trado se hace con agua y ese primer filtrado del Creador se opera por medio de la
lluvia, pero también es como el trabajo de la yuca que separa el almidón del afre-
cho con ayuda del agua y un filtro. En la última estrofa, "él está como humo", se
habla de las cenizas que han acabado de arder, ya sólo hay humo. Por eso el filtra-
do que sigue a la quema es el que va a dar paso a la vida. Por eso el filtrado es
como despertar de nuevo. Si la quema purifica, el filtrado selecciona y da vida.
Esa esencia pura (sal) es la misma, en un principio, para todos los seres. La histo-
ria de la creación narra cómo los animales actuaron inmoralmente y utilizaron
mal ese poder de vida. La palabra de filtrado es asi también el principio del reco-
nocimiento de lo que es humano, es decir moralmente correcto.

En ese punto,
hay que gotear
esa esenCia,
esencia de sal:
de qué manera
se alegra el corazón;
en ese momento
no es dañino.
Eso es
filtrar.
En ese punto
ya
esta tierra
es tierra
de sal,
nombre
de vida.
En esta tierra,
con la misma sustancia,
-zumo de seno,
sal-
las árboles,
las hormigas,
los animales,
los peces,
la antigua generación,
anteriormente
con la misma esencia
ellos también,

434
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

con la misma esencia,


tuvieron vida17•

Esa salmuera es semen que genera vida "en la cuna". Ese principio de fecun-
dación es recurrente en la Palabra de sal. Es la fecundación de la vida del Padre
Creador que, primero que todo, se fecunda a sí mismo: su Creación más que
creación de "la" naturaleza es creación de su propia naturaleza; por otra parte, es
la fecundación que ocurre en el vientre femenino y, finalmente, es la fecundación
de la propia conciencia. En este sentido, la misma forma de la Palabra de sal se
convierte en "goteo" para enseñar, para transmitir, para instilar conciencia. Esa
forma de hablar se llama daibíriya úai "palabra de goteo": cada palabra cae
como una gota, una a una. Con esta palabra de goteo habla Óscar en lo que si-
gue:

Ese es el niie
nombre mameki
de salmuera, iaibi
zumo, iibi
Esa iidi
salmuera filtrada daibírabi
en la iidi
cuna ikuri
ya antes jááedi
goteabaIS. daijide

En la columna derecha está el original del texto uitoto traducido en la columna


izquierda. Así sigue hablando en el siguiente fragmento que habla del goteo
como enseñanza:

Esa iidi
Palabra iai
de sal, úai
es iidi
la misma nii
palabra rafue

17 Óscar Román Jitdutjaaño, quebrada Aguasal, agosto 20 de 1996 (traducción de Simón Román y Juan
A. Echeverri).
18 Óscar RománJitdutjaaño, quebrada Aguasal, agosto 26 de 1996 (traducción de Simón Román y Juan
A. Echeverri).

435
Juan Alvaro Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Simón Román

de enseñar kaimare
amorosamente, yoyino
es ntt
filtrar gota a gota. chopíridua
Lo que ntt
ya antes jaae
estaba imúikangona
como cemza, jooide
en nuestro tiempo bebénemo
en la misma daaje
palabra aiñira
de trabajo, úaimo
ahora aiyi
se VIene eróikana
estudiando19• atika

Cada línea de texto está marcada por una pausa, o sea que el texto de la de-
recha debería leerse palabra a palabra, cayendo como un goteo, pausado, repeti-
tivo. Es el mismo filtrado que se replica en la palabra que lo explica. Pero no es
éste el único asunto del lenguaje de la Palabra de sal que podemos resaltar en este
punto. La traducción es particularmente difícil porque para poder entender te-
nemos que remitirnos a esa "geografía moral" a la que se aludió antes. Antes se
introdujo una diferencia fundamental que se expresa en la oposición entre el
monte "allá afuera" (jino) y el espacio humano (beno "aquí"), representado por
las plantas cultivadas. Esta oposición se expresa de manera muy gráfica en el
proceso de preparación de la yuca, donde se separa del almidón (humanidad) del
afrecho (seres naturales). El Creador en su proceso creador lanza afuera (jino)
las enfermedades y recoge la sal que es alimento para la humanidad "aquí"
(beno). Esta geografía es una geografía de la enfermedad y la salud. El monte es
la fuente de las enfermedades, las cuales pueden ser transmutadas en vida me-
diante el procesamiento por el fuego.
El proceso de filtrado permite introducir una nueva dimensión en esa geo-
grafía, en este caso una dimensión (aparentemente) temporal, a partir de la tra-
ducción de un par de líneas. Donde dice (columna derecha, último fragmento)
aiñira úaimo se traduce (columna izquierda) "en la palabra de trabajo". Pero esta
traducción no es exacta. Aiñira se refiere a los trabajos del Hijo del Creador, lla-
mado Aiñfraima. El Hijo del Creador constituye la segunda fase de la historia de

19 Óscar Román Jitdutjaaño, quebrada Aguasal, febrero 21 de 1998 (traducción de Simón Román y
Juan A. Echeverri).

436
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

la creación, luego que el Padre ha desaparecido y él reconstituye, arregla, organi-


za, recompone (aiñirite) todos los trabajos que el Creador dejó en desorden. Se
puede hablar entonces de dos espacios de "tiempo" que son el tiempo del Crea-
dor y el tiempo de Aiñiraima, ambos anteriores al tiempo de la humanidad. Estos
tiempos pueden reflejarse en dos verbos: el Creador mameide ("concibe") y Ai-
ñiraima aiñirite ("arregla"). Ya en el tercer y último tiempo, la humanidad taijide
("trabaja").
De alguna manera, los procesos de quemar y filtrar semejan esa secuencia.
La quema separa en un proceso devorador y brutal lo nocivo de lo esencial. El fil-
trado organiza de una manera metódica el resultado de esa primera separación.
Todavía no hay vida humana, todavía se está en un momento de fecundación ro-
deado de muchos peligros. Por eso, Óscar dedica un tiempo muy prolongado en
la Palabra de sal al goteo, porque ésta es la búsqueda del nacimiento y el ordena-
miento de esa primera separación fundamental.
Así mismo, en la elaboración de la sal, el filtrado es un proceso que se hace
con cuidado. Quien filtra debe hacerlo con un ánimo tranquilo, sin prisa y en si-
lencio. Algunos indígenas prescriben dietas, sobre todo dietas sexuales y algunas
alimenticias (como pescado) para que el filtrado dé buen rendimiento. Del filtra-
do depende el buen éxito del procesamiento de la sal. Por eso se dice que hay
personas que "tienen buena mano" y obtienen un rendimiento alto y una sal de
buen color (blanco) y buen sabor.

***

Volvámonos ahora a la descripción técnica del proceso de filtrado. Luego de que


las cenizas se han enfriado, se separan cuidadosamente los carbones e impurezas. No
se realiza ningún tamizado ni ninguna separación fina de los carbones porque se dice
que esto hace perder la sal. Las cenizas se colocan en filtro. Para filtrar se agrega agua
a la ceniza hasta que comienza a gotear, lo que puede tomar entre unos pocos minutos
hasta más de 20. Este goteo de salmuera se recoge en una vasija (véase fotografía 8).
El primer goteo del filtrado por lo general tiene un sabor fuertemente salino. El filtra-
do continúa hasta que la salmuera se torne insabora o adquiera sabor de lejía (solución
fuertemente alcalina). En algunos casos, se utiliza agua tibia para realizar el filtrado,
cuando la ceniza ha estado guardada más de un día.
Se utilizaron tres tipos de filtro. Uno, denominado zeeki, es una estructura
en forma de embudo hecha con astillas de tallo de la palma kotodorida (Iriatrella
setigera), entretejidas con bejuco entero. Su interior se recubre con hojas de pla-
tanillo (Heliconia spp.) o uva caimarona (Pourouma cecropiifolia). Este filtro se
sostiene en una estructura de madera triangular la cual se apoya en una columna
de madera. Se utilizaron dos de estos filtros: uno grande, con capacidad hasta 8

437
Juan Á/varo Echeverri - Óscar Román Jitdutjaaño - Simón Román

Fotografía 8. Goteo de la salmuera de


¡airo jera (Lecythis pisonis)

kilos de ceniza, y uno pequeño, con capacidad hasta 5 kilos de ceniza. En la foto-
grafía 9 se muestra el zeeki grande, revestido con hojas de platanillo y cargado
con 3,8 kilos de ceniza.
Otro tipo de filtro, denominado moyoida, se fabrica con un pedazo de cor-
teza de balso fenakai (Ochroma pyramidale), la cual se calienta al fuego doblán-
dola hasta darle forma de embudo y se sujeta tejiéndolo con bejuco. Este filtro se
sostiene de la misma manera que el filtro zeeki. El filtro moyoida se utilizó en la
última parte del trabajo por ser un filtro cerrado (no como el zeeki que es una es-

438
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

tructura abierta) que, según Óscar, debería utilizarse "para cerrar el trabajo". En
la fotografía 10, se muestra un filtro moyoida recién elaborado.

Fotografía 9. Filtro zeeki Fotografía 10. Filtro moyoida

El tercer tipo de filtro es


una "hamaca" elaborada con un
pedazo de corteza de Moraceae
(o en su defecto un pedazo de
tela o costal) sujeto por las pun-
tas y suspendido entre dos so-
portes. En la fotografía 11, se
muestra este tipo de filtro elabo-
rado con un pedazo de tela blan-
ca, el cual contiene 1,2 kilos de
ceniza. El filtro en hamaca pro-
duce un goteo en numerosos lu-
gares (dada su forma), en tanto
que los otros dos filtros con for-
ma de embudo producen un go-
teo singular en la punta. Fotografía 11. Filtto de "hamaca"

439
Juan Á/varo Echeverri - Óscar Román Jitdutjaaño - Sim6n Román

En los dos filtros en forma de embudo se coloca un elemento filtrante en el


fondo de la estructura. Se utilizaron como elementos filtrantes o bien tallos de
Selaginella amazonica o estopa, en algunos casos agregando carbón encima del
elemento filtrante. En el filtro de hamaca no se utiliza ningún elemento filtrante,
distinto de la tela o el costal de poliuretano con que se fabricaron las hamacas.
En los 106 procedimientos de filtrado realizados, se tomaron mediciones
del peso de la ceniza, del volumen de agua agregado a la ceniza desde el comien-
zo hasta el primer goteo, del volumen total de agua empleado en el filtrado, del
volumen de la salmuera resultante, del tiempo empleado hasta el primer goteo y
el tiempo total empleado en el filtrado, y se tomaron mediciones del pH de la
primera salmuera (cuando comienza el goteo) y de la última salmuera (cuando se
concluye el filtrado).
El color de la salmuera va desde amarillo claro (casi transparente) hasta na-
ranja rojizo y se presentaron pH desde 8 hasta 14 (básico a fuertemente básico),
siendo 11 y 12 los valores más frecuentes. El color naranja o rojo en algunas de
las salmueras puede deberse al paso de carbón durante el filtrado. El color más
común de la salmuera es el amarillo en diferentes intensidades. No parece haber
correlación entre el pH de la salmuera y su color. Probablemente el color amari-
llo derive de la presencia de amonio.
Los procedimientos de filtrado estuvieron principalmente a cargo de siete
personas, 4 indígenas y 3 no-indígenas. Utilizamos el término uitoto Dairarma
para referirnos a la persona que efectúa el filtrado.

Tabla 6. Características de las personas a cargo del filtrado

Dairaima Nro. de filtrados Etnicidad Sexo Edad


A 3 indígena M mayor

B 28 indígena M adulto

C 25 indígena M adulto

D 5 indígena F adulto

E 29 no-indígena
. M adulto

F 3 no-indígena M joven

G 3 no-indígena F joven

Se tiene desde un hombre indígena mayor hasta una mujer no-indígena joven.
Con los datos de tiempos y volúmenes de agua y salmuera se elaboraron algunos

440
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

índices que permiten ver diferencias en los estilos de filtrado. Cada dairaima co-
nocía el procedimiento para filtrar y pudo observar cómo filtraban los otros; sin
embargo, cada uno empleó los tiempos y los volúmenes de agua a su criterio,
produciendo diferencias importantes, como lo demuestran los siguientes ín-
dices:

1. Velocidad de filtrado (litros/hora): Expresa el número de litros de sal-


muera producidos en una hora de filtrado. Se calcula dividiendo el volu-
men de la salmuera resultante por el tiempo total del filtrado expresado
en horas. Las velocidades de filtrado variaron en un rango de 0,6 a 7,5
l/hora.
2. Velocidad de aplicación del agua antes de comenzar el goteo (mililitros/mi-
nuto): Se obtiene dividiendo el número de mililitros de agua aplicados a la
ceniza antes del goteo, entre el número de minutos transcurridos.
3. Velocidad de aplicación del agua después del goteo (mililitros/minuto): Se
emplea la misma fórmula, pero considerando el volumen de agua aplicado
y los minutos transcurridos desde que el filtro comienza a gotear hasta que
se suspende el filtrado.
4. Volumen de agua agregado a la ceniza (litros/kilogramo): Expresa el núme-
ro de litros de agua empleados en el filtrado, ponderados por el peso de la
ceniza en kilogramos. En promedio, se aplicaron 3,4 litros de agua por kilo-
gramo de ceniza, en un rango entre 1,5 y 8,3 l/kg.
5. Volumen de agua agregada a la ceniza antes del goteo (litros/kilogra-
mo): Expresa el número de litros de agua empleados en el filtrado antes
de iniciarse el goteo, ponderados por el peso de la ceniza en kilogramos.
En promedio, se aplicaron 1,4 litros de agua por kilogramo de ceniza an-
tes de iniciarse el goteo, en un rango entre 0,7 Y 3,4 l/kg.
6. Retención de agua en la ceniza (litros/kilogramo): Expresa el volumen
de agua que fue agregado a la ceniza y que no fue extraído en forma de
salmuera, es decir, el volumen de agua que se quedó en la ceniza. Se ob-
tiene restando el volumen de salmuera obtenido del volumen total de
agua utilizado en el filtrado, ponderado por kilogramo de ceniza. En
promedio, un kilogramo de ceniza retuvo 1,5 litros de agua en un rango
entre 0,5 a 3,4 l/kg.
7. Índice de anticipación del goteo: La comparación de los índices 5 y 6 per-
mite hacer la siguiente consideración, que lleva a establecer un último índi-
ce sobre el estilo de filtrado. A la ceniza se le agrega agua y la ceniza se va
empapando lentamente hasta que llega un punto en que se satura y comien-
za a gotear por la parte inferior del filtro. El volumen de agua agregado has-

441
Juan Alvaro Echeverri - 6scar Román Jitdutjaaño - Simón Román

ta ese momento (índice 5) puede ser igual, mayor, o menor que el volumen
de agua que finalmente va a quedar incorporado en la ceniza (índice 6). Si
se divide el índice 5 entre el índice 6 se obtiene un nuevo índice que se lla-
mará "índice de anticipación del goteo". Si el índice es menor que 1,00,
quiere decir que el goteo se produjo antes de que la ceniza estuviera total-
mente saturada de agua; por el contrario, si el índice es mayor que 1,00,
quiere decir que el goteo no se produjo aun cuando la ce'niza estaba satu-
rada de agua. Esta relación se presentó en un rango entre 0,53 hasta
2,00, con un promedio exacto de 1,00. Es decir, en el caso más bajo del
rango, el goteo se produjo cuando escasamente la mitad de la ceniza esta-
ba empapada y, en el valor más alto, el goteo se vino a producir cuando
la ceniza tenía el doble del agua que podía retener. Al estudiar las razo-
nes de que el goteo se anticipe o se atrase con respecto al momento de sa-
turación (que es cuando teóricamente debería ocurrir), se observa lo
siguiente:

1. Tipo de filtro: Si se promedia el índice de anticipación para los tres ti-


pos de filtro, se observa que la hamaca tiende a anticipar el goteo y los
zeeki a postergado, pero no de manera significativa: hamaca 0,91, zee-
ki grande 1,04, zeeki pequeño 1,08.
2. Dairaima: Por el contrario, si se compara el índice de anticipación me-
dio por dairaima se obtienen variaciones más significativas: E 1,25, G
1,20, F 1,12, D 0,99, C 0,98, B 0,92, A 0,65 (véase tabla 6 para el sig-
nificado de las letras).

Lo anterior muestra que el dairaima influye decisivamente en la anticipa-


ción del goteo, y si se compara con las características de las diferentes personas,
se observa que es el hombre indígena de edad mayor quien obtiene en promedio
el goteo más anticipado. Como se expresó antes, filtrar es fecundar, y ese primer
goteo es metáfora de desarrollo sexual. Pero el goteo anticipado no debe inter-
pretarse como "eyaculación precoz", sino como pronta liberación de la energía
sexual. La demora en la producción del goteo es interpretada como "asfixia"
(Óscar dice que la sal nobide "se asfixia, se queda sin aliento"). Por lo tanto, pare-
ce ser que un índice bajo de anticipación del goteo es deseable. Los índices más
altos fueron obtenidos por los dairaini (pI) no-indígenas. Enseguida se comparan
los diferentes índices en los siete dairaini, como una manera de entender sus esti-
los de filtrado:

442
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

Tabla 7. Índices comparativos de las personas a cargo del filtrado

Dairaima Índice 1 Índice 2 Índice 3 Índice 4 Índice 7


A 3,7 26 127 5,0 0,65
B 1,8 18 44 3,5 0,92
e 2,0 "U 55 3,4 0,98
D 2,0 7 50 2,2 0,99
E 1,4 11 39 2,9 1,25
F 1,5 6 92 2,5 1,12
G 1,8 8 38 2,4 1,20

Índice 1: Velocidad de filtrado (litros/hora)


Índice 2: Velocidad de aplicación del agua antes de comenzar el goteo (mililitros/minuto)
Índice 3: Velocidad de aplicación del agua después del goteo (mililitros/minuto)
Índice 4: Volumen de agua agregada a la ceniza (litros/kilogramo)
Índice 7: Índice de anticipación del goteo.

Se observa que el dairaima A (hombre indígena de edad mayor) presenta un


estilo de filtrado netamente diferenciado del resto: produce mucha más salmue-
ra por hóra, aplica el agua a la ceniza con considerable mayor velociclad tanto an-
tes del goteo como después del goteo y, en general, aplica mucha más agua por
kilo de ceniza. Esto conduce a un goteo notablemente anticipado. Este parecería
ser el estilo de filtrado preferible, o por lo menos aquel demostrado por la perso-
na de mayor experiencia, el cual sus "alumnos" indígenas y no-indígenas no al-
canzaron a lograr aunque los primeros tuvieron más éxito que los segundos.
Una vez obtenida la salmuera, se procede a deshidratarla por medio del se-
cado para obtener finalmente la sal. Si el filtrado es la fecundación, el secado es la
formación de una nueva vida.

Cuajar el halo de vida

En ese punto [la sal],


se
cuaja como una semillita,
y al cabo,
ya ahora,
regurgita,
chisguete a,
rebulle.
"No se aleje,

443
Juan Á/varo Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Simón Román

no mire a otro lado"


Así no más se dice20•

El secado es la metáfora tecnológica de la concepción vital. Es en esta fase que se


asegura el resultado y que se ve el producto de todos los otros trabajos. Esa semi-
llita que se cuaja es la primera figura del mundo y de la primera formación de la
criatura humana.
En este fragmento se emplean tres verbos que se refieren a los movimientos
de la salmuera durante el secado:

"regurgitar" rukude Es el sonido que produce la salmuera cuando


está espesa, indicando que tiene mucha sal.
"chisguetear" zokuade Cuando la sal regurgita, puede también
"saltar", enviando chisguetes de salmuera
espesa fuera de la olla.
"rebulle" tamede Literalmente "se mezcla"; es el movimiento
enérgico de la salmuera durante la ebullición.

Estos movimientos y sonidos de la salmuera son promesa de contenido


de sal, pero también amenazan contra el proceso fundamental que es "cuajar"
la semillita: que quede firme y silenciosa. Cuando la sal chisguetea se pierde
fuera de la olla, y si rebulle mucho puede derramarse. Por eso el consejo de las
tres líneas finales: no se aleje, no mire a otro lado. Son consejos para que la sal
permanezca en su olla, y para que todo el trabajo de formación no se desper-
dicie.
Cuajarse, asentarse es el principio de toda formación. Es el gran trabajo del
Creador luego de purificar y de inseminar. Ese semen -sal- tiene que tomar for-
ma. Así lo dice:

Antes no sabía,
antes
no era nada;
antes, cuando estaba prendido del hilo de guacuri,
se decía que no era nada.
Así estaban las cosas
y el Padre Creador a ese aliento de la palabra,
en aquel entonces, lo hizo asentar.

20 Óscar Román Jitdutjaaño, Araracuara, julio 14 de 1995 (traducción de Simón Román y Juan A.
Echeverri).

444
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

Ese
aliento salino
se asentó.
En ese punto el Padre se espesó,
ya en ese punto comenzó a regurgitar.
En ese punto el Padre
como pepa de sal
se cuaja21•

Estar prendido del hilo de guacuri22 (nemona igaimo yitina) quiere decir
que todavía todo el poder de humanización está en los testículos, es decir que un
hombre todavía es soltero, todavía no ha "cuajado" su potencia de vida (semen-
sal): es decir todavía sus trabajos son promesa. Aquí se emplean los dos verbos
que se refieren al proceso de secado: la sal debe "asentarse" (rainade) y debe
"cuajarse" (dujude). Y ¿dónde se cuaja y se asienta? En la mujer.

Ya entonces,
se cuaja
como halo.
mn cuál tierra?
En esta
tierra,
tierra
de humanidad,
tierra
de vida,
tierra
de ciencia,
allí se cuaja23•

"Se cuaja como un halo" quiere decir que se forma como vida en el espacio
de la humanidad, que es cuerpo de mujer, que es campo de cultivo, que es el pro-
pio cuerpo de la persona, que es el espacio de las relaciones sociales. Ese halo,
imagen de la sal cuajada, es el último proceso de la transformación de lo natural
en humano. Por este proceso lo humano que se identifica por lo cultivado y lo

21 Óscar Román Jitdutjaaño, quebrada Aguasal, abril 1 de 1996 (traducción de Simón Román y Juan A.
Echeverri).
22 El fruto comestible de Poraqueiba sericea, también conocido como umarí.
23 Óscar Román Jitdutjaaño, quebrada Aguasal, agosto 20 de 1996 (traducción de Simón Román y Juan
A. Echeverri).

445
Juan Alvaro Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Sim6n Román

procesado se diferencia radicalmente de lo natural. Lo que se traduce como "tie-


rra de ciencia" (fidimai nagini) quiere decir "el espacio donde se perciben, se es-
cuchan, se reciben noticias" de los alimentos procesados (es decir, se come) y por
ende es anuncio de las criaturas humanas bien formadas.

Vamos a ahora a describir los procesos técnicos del secado de la sal. La salmuera
resultante del filtrado se coloca al fuego en una olla, especialmente destinada
para este fin, y se pone en ebullición hasta extraer toda el agua de la salmuera.
Así se seca.
El secado de sal es un proceso dispendioso y lento. Para secar un litro de sal-
muera se empleó un promedio de 1:25 horas, en un rango de 0:39 a 4:03 horas.
El proceso de secado pasa por varias fases. Cuando la salmuera fresca se coloca a
cocinar se puede administrar candela fuerte para que mantenga un nivel alto de
evaporación. Cuando la sal se torna espesa, toma un color rojo oscuro y comien-
za a regurgitar (rukude) y a rebullir (tamede) produciendo fuertes saltos en la su-
perficie de la salmuera. En este punto se necesita un calor constante, pero no
demasiado alto, para mantener la ebullición de la salmuera sin que salte fuera de
la olla. Algunas sales en esta fase comienzan a lanzar chisguetes de salmuera espe-
sa. Algunos indígenas consideran que cuando la sal chisguete a (zokuade) quiere
decir que uno no ha guardado dieta.
Los volúmenes de salmuera puestos a secar variaron entre 800 mI. hasta
11.750 mI., con un promedio de 3.840 mI. Obtuvimos la concentración de las
salmueras dividiendo el peso de la sal seca obtenida por el volumen de salmuera
puesto a secar. La concentración varió entre 12 gramos / litro hasta 255 gil, con
un promedio de 66 gil.
A medida que la salmuera se espesa, debe mantenerse un fuego controlado
y no tocar la sal. Óscar dice que si se toca la sal antes de que ella haya endurecido,
la sal "se ahoga" (nobide). La sal se deja quieta hasta el punto que seca y cambia
del color pardo rojizo a un color rosado claro o crema (véase fotografía 12). En
ese punto se comienza a machucar con un palito y a moverla hasta dejarla com-
pletamente seca. •
Las sales obtenidas variaron en color desde blanco níveo hasta café oscuro;
algunas presentaron tonalidades ámbar y rojizas. El color caté oscuro que se ob-
tuvo en algunas sales pudo deberse al paso de carbón durante el filtrado.
El secado de la salmuera se realizó con leña, bien sea colocando la olla sobre
tres palos grandes en medio de los cuales se prende fuego, o sobre una estufa vie-
ja de metal. Se utilizaron cinco tipos de ollas: una de aluminio esmaltado (pel-

446
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

Fotografía 12. Sal de jairo jero (Lecythis pisonis) en olla de vidrio


refractario.

tre), tres de vidrio refractario de tamaños diferentes y una de barro cocido. Estas
ollas fueron dedicadas exclusivamente al trabajo de sal.

La olla de vidrio refractario es particularmente adecuada para la extrac-


ción de sal, porque el vidrio es inerte y no reacciona con los elementos pre-
sentes en las sales. Las ollas de aluminio son rápidamente corroídas por la
acción de las sales. La olla esmaltada funciona bien mientras el esmalte no se
agujeree. La olla refractaria, al ser más gruesa acumula más calor que una olla
metálica y tiende a mantener unos niveles de temperatura más estables y sos-
tenidos, proporcionando un secado más suave. Además, la sal se adhiere con
menos facilidad al vidrio.

Anteriormente se utilizaban ollas de barro cocido para secar sal. Estas ollas
se llaman iaiko. El barro de esas ollas tiene que estar esmeradamente bien pulido
para que la sal no penetre el barro, porque lo destruye. Comentan los viejos que
aún las mejores ollas duraban tres o cuatro secadas de sal. En un caso utilizamos
una olla de barro la cual fue fabricada por una mujer bora a petición nuestra
(véase fotografía 13).

Existe una oración o conjuración que se emplea mientras se está secando la


sal, para asegurar que asiente bien. Así explica Oscar este punto:

Ya
en ese punto
lo concibe
como oración;

447
Juan Á/varo Echeverri - Óscar Román Jitdutjaaño - Simón Román

Fotografía 13. Secado de salmuera


de komaña (palma Oenocarpus bataua)
en olla de barro.

en ese punto
es oración
de sacar todo el poder,
es oración
de rendimiento.
En ese momento,
se dice:
sangre
de danta,
verdadero
caldo de ají,
verdadero
zumo
de abundancia.

448
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

En ese momento,
ahora
se dice
que es
una playa de arena
limpia.

La salmuera se nombra como zumo alimenticio, como caldo de ají, como


sangre de danta, y como arena limpia de la playa. En los nombres de la oración
alternan los colores rojo y blanco -de sangre y semen- que la salmuera toma al
espesar: primero un color rojo -como sangre de danta, como caldo de ají- y lue-
go cambia a amarillo para quedar finalmente como un montón de abundante
arena blanca (véase fotografía 14).

Fotografía 14. Sal seca de ruiriyi (Astrocaryum gynacanthum).


"Ahora se dice que es una playa de arena limpia".

Las sales de potasio

El término sal se aplica a ~ustancias producidas por la reacción de un ácido con


una base y se caracterizan por tener enlaces iónicos y una estructura cristalina
cuando están en estado sólido. Las sales, en general, están formadas por el catión
de una base y el anión de un ácido. Pueden definirse "como los productos resul-
tantes de la reacción de un ácido con una base" (Sienko y Plane 1965, p. 217) o,
con mayor precisión, como los compuestos "que resultan de la acción de un áci-

449
Juan Alvaro Echeverri - Óscar Román Jitdutjaaño - Sim6n Román

do O de un óxido ácido sobre una base o un óxido básico, o también de la acción


de un ácido sobre un metal" ("Sel", Lexis: Dictionaire de la langue franf5aise,p.
1631).
Los aniones más frecuentes de las sales que se encuentran en la naturaleza
son el cloro (Cl), el azufre (S), el nitrógeno (N), y el carbono (C). Existen sales
neutras y sales alcalinas. Las sales con anión carbonato (C03-) y sulfato (SOd
son alcalinas24• Las sales con anión cloruro (Cl-) son neutras.
La mayoría de las plantas obtiene el grueso de los elementos minerales que
requieren por medio de las raíces, pero algunas veces las sales son obtenidas por
las hojas. En las plantas acuáticas, las sales son absorbidas por toda la superficie
de la planta y las raíces son significativamente menos importantes en este aspec-
to. Las plantas epífitas, que crecen en los troncos y ramas de los árboles, también
dependen de las hojas para la absorción de nutrientes inorgánicos lavados por la
lluvia desde el follaje encima de ellas (Sutcliffe y Baker, 1974, p. 1).
Las sales minerales se originan en las rocas de la litosfera por procesos de
desgaste que descomponen lentamente las estructuras cristalinas complejas hasta
convertirlas en compuestos solubles. Éstos se disocian en agua formando catio-
nes de carga positiva y aniones de carga negativa que son transportados por la
lluvia, las corrientes de agua y los ríos a los lagos y los océanos donde son absor-
bidos e incorporados en la biosfera (ibid., pp. 1-2).
Estos minerales que las plantas absorben del suelo y del agua pueden ser ex-
traídos por medio de la combustión de la planta y posterior lixiviación de las ce-
nizas y evaporación del líquido remanente, como se ha examinado.
Las sales derivadas de este proceso van de sales alcalinas a muy alcalinas, ri-
cas en microelementos y compuestas principalmente por los aniones carbonato,
cloruro y sulfato y por el catión potasio. Según Andrés López (1996), el produc-
to de la lixiviación de las cenizas derivadas de la combustión de las plantas y pos-
terior evaporación del líquido remanente no se podría llamar sal puesto que no
se da un proceso de cristalización propiamente dicho. Se puede decir entonces
que se trata de sales "amorfas".

Composición química

Se realizaron análisis de diez macro elementos (carbonato, cloruro, sulfato, fosfa-


to, nitrato, nitrito, potasio, sodio, magnesio y calcio) en 51 de las sales obteni-
das, y análisis de nueve microelementos (hierro, cobre, manganeso, cinc,

24 La palabra alcalino deriva del árabe al-qili, que significa cenizas vegetales, ya que éstas son particular-
mente ricas en carbonato sódico y potásico (Sienko y Plane, 1965, p. 375).

450
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

molibdeno, boro, bario, estroncio y vanadio) en 25 de las 51 sales. Los carbona-


tos, cloruros y sulfatos representan la mayor proporción de aniones, constitu-
yendo entre el 34% y el 80% del peso de la sal seca en proporciones muy
variables entre las sales, como se discutirá más adelante. Los nitratos, que se des-
componen fácilmente con el calor, aparecen en un rango entre 0,0010/0 y
0,172%. Los fosfatos se encuel}tran en proporciones entre 0% y 0,48%.
El principal catión que se encuentra en estas sales es el potasio (K), que se
presentó en concentraciones entre e136% y e148,5% en las 51 sales que se anali-
zaron, con un promedio de 36% de peso de potasio. Los otros macroelementos
se encontraron en cantidades muy reducidas. El sodio (Na) se encontró en con-
centraciones entre el 0,007% y el 0,391 %, el magnesio (Mg) entre 0% y el 7%, y
el calcio (Ca) entre el 0,01 % y 0,6% (véase Tabla 8).
Las sales vegetales pueden ser entonces denominadas "sales de potasio",
constituidas principalmente por los compuestos carbonato de potasio, cloruro
de potasio y sulfato de potasio. En el metabolismo de las plantas, los compuestos
de potasio son absorbidos del suelo en forma de tartratos y oxalatos, los cuales
pueden ser convertidos en carbonato de potasio por medio de la combustión de
la planta. En los animales superiores, los iones de potasio, junto con los iones de
sodio, actúan en las membranas celulares en la transmisión de los impulsos elec-
tromagnéticos en las fibras nerviosas y musculares y en el equilibrio entre la ab-
sorción de alimento y la disposición de desperdicios de las células. La carencia o
el exceso de potasio en el cuerpo es fata125• El cloruro y el sulfato de potasio son
utilizados como fertilizantes, y el primero es materia prima para la producción
de otros compuestos importantes de potasio (Encyclopaedia Britannica, 1996).
Bunge (citado en Denton, 1984, p. 87) postuló la hipótesis de que una dieta
alta en potasio genera una necesidad de sodio debido a que el potasio incrementa
la pérdida de sodio Sin embargo, esto es desmentido por los pueblos africanos
que utilizan sal vegetal y no parecen preferir la sal de sodio, y por los mismos ui-
toto, que no solían consumir sal de sodio. Lapicque (citado en Denton, 1984, p.
88), en el caso africano, sugiere que "la explicación del uso de sal [vegetal] es que
ésta debería ser considerada como un condimento y no como una comida. Es
una sustancia agradable y al mismo tiempo útil por su acción sobre los sentidos,
pero no una sustancia necesaria para el mantenimiento continuo del cuerpo".

25 Sobre la importancia metabólica de las sales de potasio, anotan Goodman y Gilman (1978, p. 825):
"Como catión intracelular predominante, el potasio tiene una importancia evidente. Los trastornos
de su homeostasia son particularmente notables debido al papel vital que el ion asume en el manteni-
miento de la excitabilidad eléctrica en los nervios y músculos. El potasio también tiene una función
importante en la génesis y corrección de los desequilibrios del metabolismo ácido-base. Las sales de
potasio son por lo tanto importantes agentes terapéuticos, pero resultan sumamente peligrosas si no
se emplean de manera debida".

451
Juan Á/varo Echeverri - Óscar Román Jitdutjaaño - Simón Román

Si comparamos nuestros datos con los datos presentados por Lemonnier


(1984) para las sales de diversos pueblos anga de Papua Nueva Guinea, se obser-
va que la composición química de las sales uitoto y anga es comparable por la
presencia de un alto contenido de potasio, un bajo contenido de sodio y un con-
tenido variable e impredecible de los otros macroelementos. Lemonnier al com-
parar los datos de carbonatos, cloruros, sulfatos, potasio, sodio, calcio y
magnesio obtenidos de 17 sales provenientes de 10 regiones distintas, observa
que la comparación de los datos "plantea más problemas que los que ayuda a re-
solver" (ibid., p. 105). La única conclusión clara que obtiene Lemonnier es que la
sal baruya, la sal vegetal más prestigiosa de toda la región anga, se caracteriza por
una fuerte proporción de cloruro de potasio, mientras que las otras sales anga
presentan proporciones variables de cloruros, sulfatos y carbonatos. En la tabla 8
se comparan cinco de las sales presentadas por Lemmonier con los valores me-
dios obtenidos para las 51 sales uitoto analizadas.

Tabla 8. Comparación de concentración de macro elementos entre sales vegetales uitoto y


algunos grupos anga de Papua Nueva Guinea (en porcentajes del producto seco)

C03- CI- 5°4- K+ Na+ Ca+ Mg++

Sales Vitoto (51)


Mínimo 0,38 1,10 3,24 26,90 0,01 0,00 0,00
Máximo 34,07 26,20 55,90 48,50 0,39 3,00 7,00
Promedio 13,26 9,59 25,10 36,08 0,06 0,41 0,60

Baruya n.d. 46,00 5,00 -40,00 + + +


Menye 1,50 22,10 13,70 38,10 0,40 2,40 0,03

Tauri 11,50 7,40 46,00 31,30

Putei 10,40 3,60 46,70 -50,00 0,09 0,06 0,02

Putei 39,60 11,60 3,30 -50,00 0,01 0,20 0,15

Datos de Baruya, Menye, Tauri y Putei tomados de Lemmonier (1984).


- Aproximadamente.

Se encontró que la sal baruya es excepcional por el alto contenido de cloru-


ros y potasio. Las otras sales anga se encuentran en rangos comparables de con-
centración con las sales uitoto.
El análisis de nueve microelementos en 25 sales arrojó los siguientes con-
centraciones:
• Boro (B). Se detectó en 25 sales, en un rango entre 10 y 1500 ppm (partes
por millón).

452
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

• Molibdeno (Mo). Se detectó en 24 sales, en un rango entre 5 y 700 ppm.


• Vanadio (V). Se detectó en 24 sales, entre 20 y 700 ppm.
• Cobre (Cu). Se detectó en 19 sales, en un rango entre 10 y 50 ppm.
• Bario (Ba). Se detectó en 16 sales, entre 20 y 1000 ppm.
• Estroncio (Sr). Se detectó en 9 sales, entre 100 y 300 ppm.
• Manganeso (Mn). Se detectó en 6 sales, en un rango entre 20 y 100 ppm.
Cinc (Zn). Se detectó en 5 sales, entre 3 y 500 ppm.
• Hierro (Fe). Sólo fue detectado en la Sal 03, en una proporción de 20,04
ppm.
Boro, molibdeno y vanadio se encuentran presentes en todas o casi todas las
muestras analizadas; cobre, bario y estroncio también son frecuentes. Mangane-
so, cinc y hierro son menos frecuentes. Las siguientes son algunas observaciones
sobre el potencial nutricional y terapéutico de varios de los microelementos de-
tectados (López, 1996):
• El boro no se encuentra clasificado como elemento esencial en la nutrición
humana.
• La cantidad disuelta de molibdeno es extraordinariamente baja, de modo
que concentraciones de 1 ppm se consideran altas en un análisis de suelo.
En el organismo humano se encuentra en tejidos y líquidos tisulares, forma
parte de las enzimas e interviene en el metabolismo de las grasas, descom-
poniéndolas para formar energía.
• El vanadio participa activamente en la mineralización de huesos y dientes.
En el hígado, regula el colesterol en la sangre. La falta de vanadio provoca
arterioesclerosis y exceso de colesterol.
• El cobre es esencial para que el hierro pueda formar parte de la hemoglobi-
na. Su carencia puede ocasionar anginas, rinitis, cistitis y otras infecciones.
El manganeso interviene en el crecimiento de los huesos y en la formación y
elasticidad de los cartílagos. Su carencia provoca el endurecimiento de los
tejidos y de las articulaciones. Es importante en la prevención del reumatis-
mo degenerativo.
El cinc forma parte de un centenar de enzimas, y participa en la síntesis del
tejido óseo. Forma parte de la molécula de insulina, necesaria para el meta-
bolismo de la glucosa. Su carencia puede provocar enanismo, anemia, im-
potencia, frigidez y disturbios menopáusicos. Las mujeres gestantes o en
período de lactancia requieren niveles más altos de este nutriente. Es intere-
sante que la mayor concentración de cinc se detectó en la sal derivada de la
combustión de los cogollos de la palma Bactris humilis, cuyo nombre uitoto

453
Juan Alvaro Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Simón Román

es iñori, que significa "planta-mujer", de la cual se dice en la Palabra de la


sal: "En ese punto la Madre ya habla como mujer madura, ya es mamá. En
ese punto, el seno de la madre es seno jugoso, es seno de vida, seno de hu-
manización" (véase Tabla 2).
• El hierró es un componente de la hemoglobina, imprescindible para lo oxi-
genación de los tejidos y las células. Su carencia provoca anemia, anorexia,
mayor receptividad a las infecciones y sensación de fatiga.
Dos de los microelementos presentes en 24 de 25 muestras analizadas (mo-
libdeno y vanadio) cumplen funciones en el metabolismo de las grasas. Esto ten-
dería a confirmar una creencia común en la región amazónica de que la sal de
monte "es buena para adelgazar".
Cada una de las sales tiene un perfil singular de microelementos. La
muestra más rica en microelementos es la Sal 11, derivada de la Cyclantha-
ceae Sphaeradenia sp. (non6koo), una epífita que se adhiere a los troncos de
los árboles, con un total de 2280 ppm de microelementos; la muestra más po-
bre en microelementos fue la de la Sa128, obtenida de la corteza de la Lecythi-
daceae Gustavia longifolia (ua jameda), árbol que crece en terrazas bajas, con
un total de 30 ppm.

Química del sabor

¿A qué saben las sales vegetales? Juan de Castellanos en los versos citados al prin-
cipio, informa que "Tiene casi el gusto de sardinas arenques". En general, en la
literatura médica, el sabor de las sales de potasio es mal reputado: "Las sales de
potasio tienen un sabor bastante desagradable, y pueden ser irritantes para el
tracto gastrointestinal" (Goodman y Gilman, 1978, p. 832). Sin embargo, para
los nativos, el sabor de las sales es una de sus cualidades más apreciadas; la sal ba-
ruya, por ejemplo, es famosa por su buen sabor.
En esta investigación se dieron a probar las mismas 51 sales analizadas química-
mente a cinco indígenas (tres hombres y dos mujeres). A los catadores indígenas no se
les informó cuál de las sales estaba probando. Dos de los catadores dieron su opinión
en lengua uitoto, los otros en español, aunque todos utilizaron la categoría uitoto jare-
de cuando era el caso. Jarede es un sabor no deseable en la sal y combina las nociones
de "cortante", "caliente" y sabor amoniacal.
En general, las sales no parecen suscitar las respuestas "sabor amargo", "sa-
bor metálico" o "sabor astringente". Las términos más frecuentes para calificar
el sabor de las sales fueron suave, dulce, frío, sabroso, cortante, caliente, fuerte,
jarede, simple, sabroso. Este conjunto de términos parece organizarse alrededor
de tres conjuntos de oposiciones:

454
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

frío vs. caliente


dulce vs. jarede
sabroso vs. Simple

En uno de los dos extremos de la percepción se ubican las sales "calientes y


jarede" (sales de un sabor no deseado) y en el otro las sales "frías y dulces" (en ge-
neral, el sabor más deseable de las sales). No obstante, una sal puede ser dulce
pero simple, o puede ser jarede pero sabrosa. Además, no todas las sales dulces
son frías ni todas las jarede calientes. Algunos catadores describían los cambios
en el sabor: "Caliente, pero enseguida se enfría" o precisaban matices y combi-
naciones de sabor: "Fría, medio cortante y buen sabor." Unos pocos agregaron la
categoría de "tiene anestesia". Algunas sales fueron percibidas por los cinco cata-
dores de manera muy homogénea, bien como "dulces" o como "fuertes". Otras
sales suscitaban respuestas contradictorias y variadas.
Parece existir una correlación entre la concentración de los tres aniones
principales (carbonato, cloruro y sulfato) y el sabor percibido de las sales. Sa-
les con alta concentración del anión cloruro tienden a ser percibidas como
"dulces y frías", y sales con alta concentración de carbonato tienden a ser per-
cibidas como "calientes y jarede". La presencia del anión sulfato en combina-
ción con los otros dos parece tender a "suavizar", o incluso a hacer insípido,
los otros sabores.
La tabla 9 muestra los datos de aniones y una descripción sumaria de las
diferentes cataciones de cada sal. La tabla contiene 45 sales agrupadas de
acuerdo con los resultados de un análisis estadístico de agrupamiento (cluster
analysis), utilizando como variables las concentraciones de los tres aniones.
El análisis permite distinguir dos niveles de agrupamiento: cuatro grupos que
se han denominado "sales dulces y frías", "sales dulces y calientes", "sales
fuertes" y "sales muy fuertes". Los tres primeros a su vez se subdividen en tres
subgrupos distinguidos con números. En total se obtienen diez agrupamien-
tos. De cada agrupamiento se ha obtenido el promedio de concentración de
cada anión, y en la columna derecha se representan estos valores mediante un
diagrama de barras. La columna negra representa la concentración de carbo-
nato, la columna blanca la de cloruro y la gris la de sulfato.
Las "sales muy fuertes" presentan las concentraciones más altas de carbona-
to, en combinación con bajas concentraciones de cloruro y sulfato. Las "sales
fuertes" presentan también altas concentraciones de carbono en combinación
con concentraciones crecientes de sulfato y cloruro, hasta llegar a las "sales fuer-
tes - grupo 3", en las que el sulfato predomina sobre el carbonato. En este último
grupo una de las sales ya es percibida como "dulce".

455
Juan Á/varo Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Simón Román

Los tres grupos de sales "dulces y calientes" presentan las proporciones


más altas de sulfato con concentraciones decrecientes de carbonato y varia-
bles de cloruro. En estos grupos de sales se presentan percepciones de sabor
diversas, y en algunos'casos contradictorias: muchas veces son percibidas
como dulces, frecuentemente también como calientes y, en algunos casos,
como simples.
Por último, los tres grupos de sales "dulces y frías" presentan las concentra-
ciones más altas de cloruro. Las sales del grupo 1, con alguna concentración de
carbonato, son percibidas como "algo jarede"; las sales de los grupos 2 y 3 pre-
sentan concentraciones decrecientes de carbonato y son inequívocamente perci-
bidas como "dulces y frías".
No parece haber una correlación muy clara entre los grupos así establecidos
y las familias botánicas de las plantas, excepto tal vez para los grupos de sales dul-
ces y frías, que fueron extraidas principalmente de plantas acuáticas y palmas.
Las sales de especies arbóreas tienden a ubicarse en los grupos de sales fuertes o
calientes.

Tabla 9. Comparación de perfiles de concentración de aniones


y sabores de las sales

Parte
Sal Nombre Uitoto Familia e03 el SO. Sabor Perfil
utilizada

SALES MUY FUERTES

11 Nonókoo Cyclanthaceae Planta 22,6 7,0 4,4 Simple, picante, caliente

08 Láigina mizégina Bombacaceae Corteza 28,8 2,8 5,0 Muy jarede

46 Iyoberi, Uiyoberi Strelitziaceae Cogollo 27,4 3,3 8,0 farede pero buena

SALES FUERTES Grupo 1

Caliente pero buen


44 Emoyai Cyclanthaceae Tallo 24,6 1,4 17,9
sabor

34 ]áiktna Bombacaceae Corteza 27,3 2,3 8,4 Muy jarede

47 Ekoroai Euphorbiaceae Corteza 29,4 2,3 12,8 ]arede


~.
19 Rangogi Mimosaceae Corteza 24,0 5,6 11,6 Simple

456
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

Parte
Sal Nombre Uitoto Familia
utilizada COl a SO. Sabor Perfil

Grupo 2

1 04 Jartna Arecaceae Flores 18,3 9,2 13,3 jarede (poco)

Caliente, fuerte, algo


48 Jartna Arecaceae Semilla 20,5 6,5 11,4
dulce

Zííyaña, Tallo y
27 Arecaceae 21,3 6,3 17,2 Fuerte, jarede, sabrosa
Yumuna cogollo
1-
40 Kinena Arecaceae Cogollo 19,8 10,1 12,3 Dulce y fria
L-

Simple y cortante
20 Gurikai Arecaceae Cogollo 23,5 4,8 13,9
(poco)

07 Jameda rete Lecythidaceae Madera 19,2 5,0 18,1 Cortante (un poco)

22 Goróngori Cyclanthaceae Planta 18,7 6,5 19,4 Caliente (poco)

Grupo 3

Jáikona
33 Sapotaceae Corteza 18,0 2,8 19,6 Caliente, algo jarede
jífikona

10 Turao Cyclanthaceae Planta 22,9 9,6 16,0 Caliente, jarede

Ramas
35 Zeemaiaiña Dichapetalaceae 15,6 3,2 23,7 Caliente, simple
y hojas
1-
37 Bafákona Sapotaceae Corteza 16,9 3,6 15,9 Fuerte
L-

Meníñokiai
38 Sapotaceae Corteza 14,4 4,5 24,8 Caliente, jarede
(jifai)

06 Jameda igorai Lecythidaceae Corteza 18,6 11,8 21,8 Dulce

SALES DULCES Y CALIENTES Grupo 1

42

32
Viirigi

Dairo
Olacaceae

Sapotaceae
Corteza

Corteza
15,1

17,2
1,1

3,2
25,3

32,6
Simple

jarede, simple
la:

457
Juan Á/varo Eeheverri - Ósear Román ]itdutjaaño - Simón Román

Parte
Sal Nombre Uitoto Familia C03 CI SO, Sabor permJ
utilizada

SALES DULCES Y CAUENTES Grupo 2

Nonókoo y Cyclanthaceae
14 Planta 11,6 16,1 35,3 ]arede
zaikori Thurniaceae

21 Ruiriyi Arecaceae Cogollo 7,3 13,5 34,8 Frío, dulce

Tallo
51 Ftkaigo ereri Arecaceae 8,2 4,5 34,7 Dulce

25 Emoyai Cyclanthaceae
blando

Tallo 10,0 6,8 39,3 Dulce, caliente


L.-
Cogollo
41 Komaña Arecaceae 10,9 9,7 30,5 Frío y sabroso
, frutos

Cortante y luego
36 Meníñoktai Sapotaceae Corteza 8,8 6,7 34,6
dulce

Grupo 3

30 Zíínuikori Arecaceae Cogollo 2,2 13,2 42,2 Dulce

50 Ñektna Arecaceae Cogollo 4,8 2,2 44,1 Dulce

39 ]ibeño Lecythidaceae Corteza 5,0 3,4 41,0 Simple 1


24 ]afegi, jafena Lecythidaceae Madera 0,4 14,4 48,4 Dulce
L..r
31 ]úúikuruyi Arecaceae Cogollo 2,5 11,8 44,0 Dulce

28 ]ameda (ua) Lecythidaceae Corteza 2,5 7,3 49,6 Dulce, algo cortante

23 Kiktyi Arecaceae Cogollo 4,6 7,6 53,1 Medio cortante y frío

SALES DULCES Y FRÍAS Grupo 1

13 Iñori Arecaceae Cogollo 4,8 10,6 23,2 Dulce, frío

05 laira jera Lecythidaceae Corteza 7,2 17,4 21,3 Dulce

18 Korina Arecaceae Cogollo 8,3 10,5 22,0 Algo jarede, caliente

26 Eiri, eizai Cyclanthaceae Cogollo 9,4 14,1 26,4


Dulce, un poquito
jarede
l{
17 Ereri Arecaceae Cogollo 10,5 8,5 21,8 Dulce, algo jarede

458
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

Parte
Sal Nombre Vitoto Familia eo} el SO. Sabor Perfil
utilizada

Grupo 2

Corteza,
49 Jarina Arecaceae 10,2 24,2 10,4 Fria y dulce
c~gollo

03 Jarina Arecaceae Corteza 6,5 21,1 7,9 Dulce

12 Zaikori Thurniaceae Planta 0,9 26,1 14,9 Frío, dulce

Grupo 3

16 Jibuiri Cyclanthaceae Planta 3,2 26,2 18,5 Frío

15 Uiyoyi Arecaceae Cogollo 5,4 20,3 19,9 Frío y dulce

Nota: La identificación botánica de las especies puede obtenerse consultando la tabla 1, utilizando
como referencia el número de la sal.

Ambil de tabaco y sales alcalinas

El principal uso conocido de las sales vegetales producidas por los indígenas ui-
toto y grupos vecinos es servir de mezcla para el ambil de tabaco. Las sales vege-
tales que se adicionan al ambil cumplen una función en la absorción de los
alcaloides del tabaco; Richard Evans Schultes (1945) escribió al respecto: "La
preparación de ambil es interesante porque muestra otro ejemplo del uso de ce-
nizas alcalinas con un alcaloide narcótico, una costumbre aparentemente distri-
buida en muchas partes del mundo".
La hoja de tabaco contiene como moléculas estructurales una serie de polí-
meros dentro de los cuales se encuentra un polisacárido denominado amilosa. El
ion cloruro activa la secreción de la enzima amilasa presente en la saliva. Por
otra parte, el ambil de tabaco es una preparación ácida (pH 5). Los alcaloides del
tabaco requieren un medio alcalino para ser solubles en agua.
Por lo tanto, la sal debe cumplir al menos dos funciones químicas al mez-
clarse con el ambil: debe contener cloruros que activen la secreción de ami lasa, y
debe proporcionar un medio alcalino que haga solubles los alcaloides del tabaco.
Los carbonatos y los sulfatos producen compuestos alcalinos. Por consiguiente,
la presencia de los tres aniones es deseable, pero se debe evitar concentraciones
muy altas de carbonatos. Un perfil de concentraciones como el de las sales dulces

459
Juan Á/varo Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Simón Román

y frías parecería ser el más adecuado en cuanto a sabor y efectividad en su combi-


nación con el tabaco.
La utilización de tabaco en forma de ambil es muy restringida en el conti-
nente suramericano. El tabaco lamido, o ambil, se emplea únicamente, en la
zona del Golfo de Maracaibo (timote-cuica), en la zona del Caquetá-Putumayo,
en algunas zonas aisladas del piedemonte peruano (campa [?] y piro), y en la Sie-
rra Nevada de Santa Marta (kogi, ijka y sanka) (Wilbert, 1987, pp. 40-42). Apa-
rentemente, sólo en la región del Caquetá-Putumayo se le adiciona sal vegetal al
ambil de tabaco. A continuación se presentará brevemente a la utilización del
ambil en estas tres regiones y su asociación con mezclas alcalinas.

El chimó
Los antiguos timote-cuica, de la Sierra de Mérida en Venezuela, preparaban am-
bil de tabaco. Aunque los timote-cuica desaparecieron, la costumbre de consu-
mir tabaco en forma de ambil ha permanecido en la Sierra de Mérida y se
extendió a la zona del Golfo de Maracaibo y al llano venezolano y colombiano.
Ese ambil es conocido como chim6. El chimó es preparado por cocción de hojas
de tabaco y la adición de algunas mezclas vegetales para darle cuerpo y sabor. Al
chim6 se le agrega una sal alcalina durante la cocción del tabaco. Según Ka-
men-Kaye (1971), se acostumbra agregar dos tipos de sales alcalinas en la prepa-
ración del chimó: (i) un preparado de cenizas vegetales, denominado "la
cernada", y (ii) una sal encontrada en el fondo de un lago, que se llama urao.
(i) La cernada se asemeja mucho a la sal vegetal, con la excepción de que
no es sometida a los procesos de filtrado y secado. Kamen-Kaye (ibid., p. 45)
explica:
La palabra "cernada" es empleada para una torta sólida de ceniza y tam-
bién para el líquido resultante de remojar esta ceniza. La ceniza resulta de
quemar material vegetal y el líquido es potasa cáustica o lejía. Ordinaria-
mente contiene un promedio de 25% a 300/0 de cal y 0,5% de potasa y es
fuertemente alcalina.
En Venezuela, se utilizan varios tipos de material reducidos a cenizas para
preparar la cernada. Los siguientes son los preferidos, de acuerdo a Vale-
ro (comunicación personal):
1) La madera de bucare (Erythrina spp.), plantado como sombrío para
los cafetos, también conocido como anauco, ceibo, inmortal.
2) Las cáscaras del fruto o la vaina del tallo de plátano o banano ...
3) Los desperdicios del fríjol (caraotas) (Leguminosae). Consiste en los
tallos, vainas y hojas que quedan después de que los frijoles secos

460
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

han sido desgranados. Se considera especialmente bueno para pre-


parar la cernada, según Valero (comunicación personal).
Antes de que el agua en la cual la ceniza se ha remojado sea agregada al mó
[jugo de tabaco], se cuela a través de un trapo para que no queden restos
de material en el chimó. A una cantidad dada de mó, se le agrega cerca de
un cuarto de cantidad de ¡;:ernada (Valero). Dependiendo de la cantidad
de cernada, el chimó es más o menos bravo.
(ii) Uraa (ibid., p. 41):

Urao (también juraa, hurao, xurao, sesquicarbonato de soda) se encuentra en


el fondo de un lago en Lagunillas,cerca de la ciudad de Mérida. Ha estado en
uso -no exclusivamente con el chimó- desde tiempos precolombinos y se dice
que está casi agotado.
El uraa -una sustancia grisosa o amarillo grisosa, soluble en agua, de sa-
bor alcalino- ocurre en formaciones de capas lenticulares de espesor va-
riable.

El ambil de los kogi

Los kogi e ijka no mezclan el ambil con sales vegetales. Ellos utilizan una mezcla
alcalina (cal extraída de conchas marinas) como aditivo para el consumo de la
hoja de coca. La preparación del concentrado de tabaco entre los kogi es descri-
ta brevemente por Reichel-Dolmatoff (1949-50, p. 79, citado en Kamen-Kaye,
1971, p. 33):

Ellos cocinan las hojas de tabaco durante horas y días hasta que obtienen
un jugo concentrado espeso. Ellos mezclan éste con un poquito de almi-
dón de yuca y sagú [Maranta arundinacea] y lo guardan en un calabacito
(tami) tapado a su vez por otro más grande. Con la uña del dedo se saca
una pequeña cantidad de esta pasta y se unta en los dientes y encías cuan-
do se mastica la coca.

El ambil de los uitoto y pueblos vecinos

Los uitoto y tribus vecinas también preparan ambil, pero no agregan ningún agen-
te alcalinizante durante la cocción de zumo de tabaco. El ambil se prepara ponien-
do a cocinar durante varias horas hojas de tabaco que han sido previamente
lavadas con agua fría para retirar la goma que las recubre. Cuando las hojas han
sido suficientemente cocinadas, se pasan por un colador y se exprimen para sepa-
rar el zumo. Este zumo se coloca de nuevo a cocinar hasta que adquiere una con-
sistencia espesa y un color rojo intenso y oscuro. En este punto se le agrega una
mezcla de "baba" vegetal (maraki) para darle consistencia y elasticidad al ambil.
Se utilizan como mezclas, entre otras, la Rapataceae Rapatea sp. (eráguai o baitá-

461
Juan Á/varo Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Simón Román

kori); una Malpigiaceae (marákio); la Sterculiaceae Theobroma bicolor (mizeyi);


almidón de yuca (Euphorbiaceae Manihot esculenta). Después de agregar la mez-
cla vegetal, se continúa cocinando a fuego muy bajo hasta que adquiere una consis-
tencia espesa. El producto final, que puede ser tan duro como una brea, se debe
almacenar en un sitio seco y tibio para evitar que le den hongos o se descomponga.
El ambil nunca es consumido en esta forma pura. Para consumirlo debe combinar-
se con sal vegetal. La sal se combina generosamente con el ambil puro de tabaco,
en una proporción aproximada de una parte de ambil por 10 partes de sal.

Fotografía 15. Mezcla de ambil de tabaco con sal vegetal


(fotografía de OIga L. Montenegro).

Sal de cenizas

Sal vegetal en África y Papua Nueva Guinea

Algunas tribus negras de una amplia porción de África central y occidental, a am-
bos lados del río Congo, utilizan la llamada sel de cendres (sal de cenizas). Se dice
que los nativos prefieren esta sal a la sal de sodio ordinaria (Denton, 1984, p.
87). Pales, en su libro Les sels alimentaires, reporta que en África occidental fran-

462
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

cesa, las áreas con uso dominante de sales vegetales y las áreas de coto (bocio) en-
démico se superponen (citado por Dentan, 1984). Sin embargo, Prinz (1993), en
su estudio de la sal vegetal entre los azande sugiere que ha sido precisamente el
abandono de este hábito el que ha causado el incremento en el endemismo del
coto: "...parecería estar justificado sugerir que la alta concentración de yodo en
las sales de ceniza tradicionalmente producidas hayan protegido a los Azande
hasta el siglo 20 de las consecuencias de la deficiencia de yodo ... Sin embargo,
desde que la sal de cocina ... ha sido importada, la gente ha abandonado sus sales
tradicionales" (ibid., p. 246). Los azande elaboran sal a partir de las cenizas de
plantas de las familias Sterculiaceae, Graminae, Compositae, Marantaceae, Zin-
giberaceae y Loganiaceae (ibid., pp. 344-345).

En Papua Nueva Guinea se encuentra toda una gradación en cuanto a las


fuentes, producción, circulación y consumo de sales minerales y vegetales. Las
comunidades de agricultores y criadores de puercos de las Tierras Altas occiden-
tales, donde abundan las fuentes de sales minerales, producen sal empacada en
forma de panes que son intercambiadas en largas distancias. A esta forma de pro-
ducción y consumo de sal mineral (sal de sodio) se oponen las poblaciones de las
Tierras Bajas, de cazadores y explotadores de la palma sagú, que no conocían la
sal mineral y mostraban incluso una profunda repulsión a su consumo (Wel1er et
al., 1996). Sin embargo, en las Tierras Altas orientales se encuentran grupos, no-
tablemente los pueblos de la familia lingüística anga, que producen sales vegeta-
les que cumplen una función importante en las redes de intercambio. Entre estos
grupos anga, la sal vegetal más prestigiosa es la sal de los baruya, extraída de la
caña cultivada, Coix gigantea, que Maurice Godelier (1969) describió como "la
moneda de sal de los baruya". Godelier (1986 [1982], pp. 131-132, (nuestra
traducción del inglés) describe así esta sal:

¿Qué es esta sal? ¿Cómo la producen los baruya? Es sal de potasio, no sal
de sodio, hecha de las cenizas de la caña alta (Coix gigantea, Koenig ex
Rob., comúnmente llamada lágrimas de Job), y es cultivada en vastas te-
rrazas despejadas, irrigadas por pequeños arroyos. Cada año, las cañas,
que crecen hasta una altura de varios metros, son cosechadas, puestas a se-
car y amontonadas para quemar. Las cenizas son protegidas del viento y la
lluvia por un techo, mientras el tsaimaye (de tsala, sal, y maye, flor) hace
un filtro valiéndose de totuma s largas, secas y vacías, que va colocando
encima de una hoja de pandano. El tsaimaye llena las totumas con las ce-
nizas y luego agrega sobre ellas agua sacada del río. El agua recoge los ele-
mentos salinos a medida que pasa por el filtro. La solución salina gotea en
la hoja de pandano, y es recogida en tubos de bambú y conducida a un
horno, de cuatro a cinco metros de largo .... [El tsaimaye] agrega la sal-
muera sobre moldes de arcilla refractaria enterrados en el fondo del hor-
no. Durante cinco días y cinco noches, el tsaimaye vigila su fuego,

463
Juan Á/varo Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Simón Román

retirando las impurezas de la película de sal que se cristaliza en la superfi-


cie del agua a medida que se evapora ... Él terminará con una barra de sal
cristalizada que puede pesar aproximadamente dos kilos. Dependiendo
del tamaño de su horno, él puede producir entre doce y quince barras por
quema.
Vale la pena reproducir en cierto detalle la descripción de Godelier de la sal
baruya, por sus similitudes y diferencias con la sal producida por los uitoto. Los
baruya son tal vez los más finos y especializados productores de sal vegetal. En la
producción de sal baruya se encuentran los mismos procedimientos técnicos que
se emplean en África y Ámérica: someter material vegetal a combustión, filtrar
las cenizas, deshidratar la salmuera resultante del filtrado. No obstante, algunas
diferencias son notables: los baruya no utilizan diferentes especies vegetales sil-
vestres sino una sola especie cultivada, la producción de sal está a cargo de un es-
pecialista, y la tecnología del proceso incluye refinamientos que permiten la
producción de 20 a 30 kilos de sal de gran calidad y características estables. Es
notable el contraste en la manera de secar; si comparamos la descripción de Go-
delier (cf. también Lemmonier, 1984) con la que presentamos arriba, notamos
que en la producción de la sal baruya se da un secado lento (cinco días) que per-
mite la formación de un cuajo cristalino, que es embalado cuidadosamente y
constituye un bien de intercambio (véase fotografía 16). Sobre los usos de esta sal
por los baruya y su importancia comercial, Godelier (ibid.), p. 133, agrega:

¿Qué hacen los baruya con su sal? Ellos la usan para consumo ceremonial
y como medio de comercio. No es, como nuestra sal de cocina, una comi-
da cotidiana, por dos razones. Una es perfectamente material, y nace de su
propia observación empírica, es decir, que si ellos consumen mucho de su
sal, se enferman. Porque el potasio es aún más salado que el sodio, y, si es
consumido en exceso, actúa como un veneno violento. La otra razón es
ideológica. Los baruya creen que la sal tiene el poder de enfriar el hígado,
el cual es el asiento de la fuerza en los seres humanos. Por esta razón es re-
servada para circunstancias excepcionales que marcan puntos cruciales en
la vida del individuo y del grupo ... Pero la sal es también el principal me-
dio de comercio de los baruya, y desde bien antes de la llegada de los blan-
cos ellos la trataban como una especie de moneda. Ellos la utilizaban para
obtener de las tribus vecinas todo lo que era materialmente necesario para
la reproducción de su vida social y no se hallaba en su propio territorio.

Pierre Lemonnier (1984), posterior a Godelier, describió en detalle la pro-


ducción de sal vegetal entre los baruya y entre otros grupos de la familia lingüís-
tica anga y demostró la especificidad de la sal baruya, producida a partir de la
caña cultivada, que consiste principalmente en cloruro de potasio, en contraste
con las sales vegetales de los otros grupos, elaboradas principalmente a partir de

464
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

Fotografía 16. Comercio de sal baruya. A la izquierda un hombre youndouye siente


el peso de un pan de sal que acaba de recibir de un tsaimaye (hacedor
de sal) baruya (fotografía de M. Godelier, en Godelier, 1986, [1982],
inserto entre pp. 188 Y 189, reimpreso con permiso del autor).

plantas silvestres, con contenidos más altos de carbonato y sulfato de potasi026 •

La sal de los uitoto se parece mucho más a las sales de los grupos anga no-baruya,
como se mostró en la sección anterior (véase la tabla 8).
Weller et al. (1996) han descrito la producción de una sal mixta que se ela-
bora de manera análoga a las sales vegetales, en varios grupos de la región de
Irian Jaya (Papua Nueva Guinea). Estas sales se obtienen impregnando fibras ve-
getales en fuentes salinas naturales, quemando los vegetales así impregnados de
salmuera, y finalmente compactando en forma de panes las cenizas saladas.

26 Entre otras, las sales anga se elaboran a partir de Coix lachryma, Impatiens spp., Asplenium sp., Cyat-
hea sp., Elatostema sp., Zingiber sp. (Lemonnier, 1984, pp. 106-7).

465
Juan Á/varo Echeverri - Óscar Román Jitdutjaaño - Simón Román

Algunos grupos de esta región también producen sales vegetales a partir de la


combustión de la fibra del tronco del banano, no impregnada en salmuera:
"Se quitan las hojas y la cáscara exterior del tronco de banano. Se machaca el
tronco para separar las diferentes capas vegetales; estas fibras se ponen a po-
drir sobre el techo de la casa, probablemente para que se forme salitre. Des-
pués de secas, se las quema y la ceniza se embala en hojas" (ibid., p. 19). Con
una técnica similar los eipo, de las Tierras Altas del este, producen una sal a
partir de las hojas de epífitas (Aspleniunm acrobryum, de la familia Asplenia-
ceae): "El producto terminado es una sal fibrosa, carbonosa y negra, con poca
concentración de cloruro de sodio" (ibid).

Sales vegetales en América

Existe información sobre numerosos pueblos americanos que han extraído sal
vegetal con diferentes fines. Estas informaciones son, en la mayoría de los casos,
anecdóticas. Una revisión somera de la literatura nos permite mencionar los si-
guientes pueblos que han extraído o aún extraen sales de origen vegetal:

• Los indígenas del río Tocuyo (Venezuela), en el siglo XVI, extraían sal de
cenizas de enea (cf. Typha) (Arellano Moreno, 1950, p. 153, citado en Pati-
ño,1992).
• Los pueblos del río Magdalena (Colombia), en el siglo XVI, sacaban sal de
"polvos [ceniza] de palmas" (Friede, 1960, NR, p. 259, citado en Patiño,
1992).
• Los quijos, del piedemonte oriental ecuatoriano, en el siglo XVI, hacían
una sal amarga de yerbas (Ortegón, 1973, p. 15, citado en Patiño, 1992).
• Los indígenas de la costa Pacífica entre Panamá y Perú, en el siglo XVI, usa-
ban una sal mixta sacada de las cenizas de raíces de mangle yagua de mar
(Oviedo y Valdés, 1959, V, p. 96, citado en Patiño, 1992).
• Los maynas del Marañón (Perú), en el siglo XVII, extraían sal de la ceniza
de las pepitas de una especie de palma (Acuña, 1942, p. 92).
• Los indígenas del río Putumayo (Colombia Perú), en el siglo XVIII, ex-
traían sal de la planta llamada "huojuary" (Cuervo, 1894, IV, p. 276, citado
en Patiño, 1992, pp. 34-37)27.

27 "Danle un gusto excelente con el salitre intenso que resulta a los Huaques de la mata quemada que
llaman Huojuary; remeda el gusto de la sal de que carecen todos estos Yndios" (Cuervo, citado en Pa-
tiño, 1992).

466
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

• Los indígenas de Cayena (Guayana Francesa) obtenían, en el siglo XVIII,


sal de cenizas de la palma Maximiliana (palma real) (Barrere, 1743, pp.
162-163, citado en Patiño, 1992).
• Los indígenas de la región de Jávita, en el Casiquiare-Orinoco (Venezuela,
Brasil), a finales del siglo XVIII, elaboraban una sal llamada "chivi" a partir
de la ceniza de una conferva (alga), de las inflorescencias y frutos de la pal-
ma de seje, y de la planta llamada cupana del género Paullinia (Humboldt
1981, pp. 261-262).
• Los mayas de Yucatán, en el período colonial, extraían sal de guano (una es-
pecie de palma) (Farriss, 1984, p. 124).
Los jicaques de Tegucigalpa (Honduras), en tiempos coloniales, extraían sal
de los espádices de una palma (Serrano y Sanz, 1908, p. 368, citado en Pati-
ño, 1992)28.
• Los indígenas del llano venezolano y colombiano, en tiempos coloniales,
utilizaban sal extraída de la ceniza de cogollos de palma (Aguado, 1918, 1,
p. 722; 1957, I1I, p. 496; Simón, 1963, 11, p. 119, citados en Patiño,
1992)29.
• En la cuenca del Manacapuru, entre el Solimóes y el bajo río Negro, una se-
rie de tribus que Acuña engloba bajo el término de Caraba yana extraían sal
probablemente de cenizas vegetales (Porro, 1996, p. 128)3°.

28 "La salla hacen de vnos árboles que hay en aquellas montañas, a manera e coyol [palma espinosa
Acrocomia viniferaj o coco; rajan este árbol, hazénlo astillas, quemanlo, hazen cenilfa, hazen de ella
legía; esta en vna olla grande la echan, sola la legía sin la cenilfa, y a fuego manso la van calentando
hasta que se convierte en sal; es muy blanca, pero no tan fuerte como la que vsamos" (Serrano y Sanz,
citado en Patiño, 1992).
29 "[Los indios llaneros] no tienen sal de la mar, exepto de una que en muchas partes usan los indios ha-
cer de ceniza de cogollos de palma, y es una sal que resquema y amarga, casi a manera de salitre, y es
muy blanca; hace de ella panecillos pequeños de la forma de la vasija en que los cuajan" (Aguado, ci-
tado en Patiño, 1992). Estos "panecillos pequeños" son aparentemente muy similares a los "tiestos
de sal" o kumeni que elaboran los uitoto y tribus vecinas.
30 "Hacen estos indios cantidades de sal de una hierba que llaman Capinassu y [que] se azucara en pa-
nes, que más parece salitre que sal, y lo llevan a vender a otras naciones" (Heriarte, 1662, citado en
Porro, 1996, p. 128). Agrega Porro (1996, pp. 128-129) que "el comercio de sal y de otras mercan-
cías era también activo entres las dos márgenes del Amazonas abajo del [río] Negro. Los Tupinamba
de la isla Tupinambarana mantenían relaciones amistosas con diversas tribus de las cuencas del Uru-
bu y del Uatuma ... 'y el principal de que se proveían los Tupinambá era de sal, que los amigos les
traían para sus intercambios y que afirmaban venir de otras tierras vecinas de las suyas' (Acuña). Se-
ñálase en este pasaje la circunstancia de la mediación comercial entre productores y consumidores de
sal, mediación que iremos a encontrar claramente definida en los circuitos comerciales del río Negro
y del Blanco".

467
Juan Alvaro Echeverri - Óscar Román Jitdutjaaño - Simón Román

• Los carijona del río Mesay (Colombia), a finales del siglo XIX, utilizaban
una sal extraída de la ceniza de unas plantas que crecen sobre las piedras en
las corrientes de agua (Domínguez et al., 1996, p. 138)31.
Las referencias sobre producción y utilización de sales de origen vegetal en
América en el siglo XX son escasas. En el Amazonas brasileño se utilizan las in-
florescencias, aún sin abrir, de las palmas Iriartea ventricosa (bombona, pachiúba
barriguda) y Oenocarpus bacaba (seje, milpeso) (Cascudo, 1983, 1, p. 140, cita-
do en Patiño, 1992). En el río Xingú (Brasil), los nativos hacen sal a base del bu-
chón de agua (Eicchornia crassipes) (Posey, citado en Patiño, 1992).
En el Amazonas colombiano, los indígenas de la familia lingüística tukano
obtienen sal a partir de las cenizas de una especie acuática de la familia Podoste-
maceae32• Los indígenas tanimuka (familia lingüística tukano) y yukuna (familia
lingüística arawak) extraen sal de varias especies de palmas y plantas acuáticas
para la celebración de ceremonias de imposición de nombres (Fausto Tanimuka,
río Miriti-Paraná, comunicación personal).
Schultes y Raffauf (1990) listan 14 especies de las cuales se ha reportado su
uso como base para la preparación de sal vegetal en el noroeste amazónico. Cris-
tina Garzón y Vicente Makuritofe (1990), en un trabajo sobre etnobotánica uito-
to, listan los nombres uitoto de 25 especies de las cuales se obtienen sales
vegetales; ellos sólo dan la identificación botánica de siete de ellas. Gloria Ga-
leano (1991), en un trabajo sobre palmas de la región de Araracuara, lista nueve
especies de palmas utilizadas para extraer sal vegetal. Constanza La Rotta (s.f.),
en un trabajo de etnobotánica entre los Miraña, lista cinco especies utilizadas
para sal vegetal. Maria Cecilia López (1989), en su tesis de grado sobre botánica
uitoto, menciona ocho especies utilizadas para sal vegetal. Thomas Griffiths
(1998), en su tesis doctoral sobre los uitoto nipode, menciona los nombres de 42
especies vegetales utilizadas para la extracción de sal, de las cuales 15 especies es-
tán identificadas. Todos estos trabajos se refieren a la región del Medio Caquetá
colombiano, con excepción del de Schultes y Raffauf que incluye información de
todo el noroeste amazónico.
Combinando todas las especies vegetales reportadas por estos autores, se
obtiene un listado de 54 sales vegetales diferentes. De éstas, 11 están sin identifi-

31 Probablemente la misma planta denominada caruru (una Podostemaceae), utilizada por los indígenas
de habla tukano (véase nota siguiente).
32 Según Schultes y Raffauf (1990, p. 369; d. también 1994) se trata de la especie Rhyncolacis nobilis
van Royen. Reichel-Dolmatoff (1996, p. 158) menciona también una Podostemaceae acuática de la
cual extraen salios tukano, identificada como Mourera fluviatilis. Reichel agrega que las dantas visi-
tan los sitios donde crecen estas plantas para lamerlas, e incluso nadan con considerable riesgo para
morder plantas que crecen debajo del nivel del agua.

468
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

cación botánica, 18 son palmas, 4 son Cyclanthaceae, 3 son Lecythidaceae, 3 son


Sapotaceae y el resto (15) pertenecen a otras 13 familias: Araceae, Clusiaceae,
Dioscoreaceae, Euphorbiaceae, Gentianaceae, Gesneriaceae, Hymenophylla-
ceae, Lycopodiaceae, Marantaceae, Olacaceae, Podostemaceae, Polypodiaceae y
Sterculiaceae.
Esta lista provee la única"aproximación a las sales de origen vegetal utiliza-
das por los grupos indígenas de esta parte de la Amazonia hasta el presente. La
lista sin embargo, tiene muchas deficiencias. Aparte del número de especies no
identificadas, gran número de las otras han sido identificadas sin obtención de
un ejemplar botánico o sin siquiera ver el ejemplar vivo. Solamente Schultes y
Galeano se basan en un trabajo botánico riguroso.

Conclusiones

Sales vegetales han sido elaboradas y empleadas por pueblos de Oceanía (Papua
Nueva Guinea), África central y occidental y América tropical. El uso de estas sa-
les no ha estado ligado al consumo culinario ordinario, sino más bien al consumo
ritual y, en ocasiones estas sales han constituido artículos importantes de inter-
cambio. A pesar de existir abundante información que muestra que las sales ve-
getales fueron elaboradas por numerosos pueblos americanos y que continúan
siendo utilizadas, es una sustancia que ha pasado inadvertida y ha sido documen-
tada de manera muy superficial en estudios antropológicos y botánicos. El pre-
sente estudio es una contribución para subsanar esa carencia.
La sal vegetal producida por los uitoto, por los pueblos de Nueva Guinea y
por algunas tribus africanas, consiste principalmente en compuestos de cloruro,
carbonato y sulfato de potasio, con concentraciones muy bajas de sodio, calcio y
magnesio, y trazas de un conjunto variable de micro elementos. Las sales de pota-
sio no constituyen un "sustituto" de la sal mineral cloruro de sodio, y en cambio
representan un aporte importante de minerales que cumplen funciones en el me-
tabolismo de las grasas y en la prevención de enfermedades.
La composición química de las sales vegetales depende de las especies y teji-
dos de donde se obtienen las cenizas, pero las concentraciones de los diferentes
aniones y cationes varían sensiblemente de una sal a otra. La única concentración
que parece ser predecible es la del potasio, que tiende a estar alrededor del 36%,
llegando hasta cerca de 50%. La variabilidad en la concentración de los aniones
está claramente correlacionada con el sabor de la sal, siendo preferidas las sales
con mayor concentración de cloruro y baja concentración de carbonato.
Los tejidos vegetales preferidos para extracción de sal por los uitoto son los
cogollos o meristemos jóvenes de palmas, sobre todo de las palmas espinosas, los

469
Juan Á/varo Echeverri - Óscar Román Jitdutjaaño - Simón Román

tallos de plantas acuáticas, riparias y epífitas (de las familias Cyclanthaceae, Ara-
ceae y Thurniaceae) y las cortezas de algunas especies arbóreas, principalmente
de las familias Lecythidaceae y Sapotaceae.
Las técnicas empleadas por los uitoto para la preparación de sal son básica-
mente similares a las que se encuentran documentadas o reportadas para otras
partes de América y del mundo. La sal baruya de Papua Nueva Guinea es indu-
dablemente la que muestra la mayor especialización y refinamiento técnico. El
procedimiento empleado por los uitoto, que hemos descrito aquí, produce sales
"amorfas" (no cristalizadas); sin embargo, en contextos ceremoniales los uitoto
preparan una sal tan compacta que se parece mucho más a los panes de sal de los
baruya. Todas las partes del proceso requieren una gran habilidad, lo que tiene
incidencia en la calidad y cantidad del producto final. En el quemado es impor-
tante la selección del tipo de leña, que podría introducir elementos no deseados
en la ceniza; en el filtrado es crucial el manejo de la velocidad, cantidad y oportu-
nidad en la administración del agua; y en el secado son decisivos la calidad del re-
cipiente y la administración del tiempo e intensidad del calor.
La observación y registro de 106 eventos de preparación de sal permite es-
tablecer que 100 kilogramos de material vegetal fresco puestos a quemar pueden
rendir unos 260 gramos de sal seca (es decir, un 0,26% del peso); y que para ob-
tener un kilogramo de sal seca, con la tecnología utilizada en campo, se pueden
requerir 52 horas de trabajo. Esta última cifra puede estar exagerada puesto que
las estimaciones de tiempo se hicieron extrapolando a partir de tiempos emplea-
dos en procesos de recolección y procesamiento de un promedio de 90 kilos de
material vegetal, en un rango de 7 a 490 kilos.

***

Aunque este estudio ha rendido información empírica detallada sobre la produc-


ción de sal uitoto en sus aspectos botánicos, técnicos y químicos, nuestro objeti-
vo principal va más allá. Hemos querido mostrar cómo el procedimiento técnico
de la sal, para los uitoto y en particular para el anciano Óscar Román, es un me-
dio para discurrir y enseñar sobre los procesos fundamentales de la vida, prefigu-
rados en esa esencia mineral que tiene el doble significado de sustancia nociva y
alimento vital: la sal.
El procesamiento de la sal para los uitoto no implica el mero conocimiento
técnico. La preparación de sal y el discurso sobre ella es una práctica de conoci-
miento que puede compararse tal vez con la alquimia. Así como para el operario
la Obra es transformación de la materia objetiva y, simultáneamente, transfor-
mación de su propio entendimiento y conciencia subjetiva, el trabajo de la sal, es
formador de conducta humana. Al proceso de hacer sallo podemos describir y
cuantificar, pero esa tecnología de la materia palidece frente al proceso de trans-

470
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

formación interno, proceso educador, que la extensa exposición de Óscar (de la


que aquí sólo hemos revelado fragmentos) demuestra.
La Palabra de sal, en palabras de Óscar, es "educación sexual". La sal es
"potencia de vida" y como tal es "todos los males de este mundo" y "leche del
seno de la Madre". La recolección de sal en el monte, que requiere identificar las
especies, sus nombres y sus hábitats, es identificación y memoria de la historia
del Creador que ha dejado sus huellas en el espacio natural y en los nombres de
las especies. Esas especies contienen el semen del Creador -su sal- pero aún im-
pura. Esa sal, vida del Creador, se simboliza como animales ponzoñosos, espinas,
bejucos, helechales, troncos -metáforas de las enfermedades físicas, psíquicas y
sociales que el humano en todo trabajo debe sortear. Lo que trasforma esa sal im-
pura, nociva, en alimento de vida humana -leche del seno de la Madre- es el po-
der transformador del fuego, que la Palabra de sal nombra como Madre de
Candela, Madre Devoradora.
Las cenizas que sobreviven al fuego transformador son colocadas y confina-
das en un filtro que como un falo va goteando su esencia purificada en un reci-
piente que se concibe como una "cuna". El hombre que filtra está inseminando.
El filtrado es un trabajo lento pero decidido. La Palabra de sal, en monotonía
agobiadora, más que describir este goteo-inseminación lo replica en su lenguaje:
Esa
palabra
de sal
es
la misma
palabra
de enseñar
con amor
es
filtrar
gota
a
gota

Ese goteo se recoge en esa "cuna", pero aún el resultado es invisible, inesta-
ble, inseguro. Para verlo y asegurarlo hay que "cuajar" - hay que secar y asentar.
Los uitoto, y otras tribus vecinas, emplean dos formas de secado que re-
quieren grados de habilidad diferentes. Una forma ordinaria y corriente, que no
requiere un grado alto de especialización, es la que hemos descrito aquí y que

471
Juan Á/varo Eeheverri - Ósear Román Jitdutjaaño - Simón Román

consiste en colocar la salmuera en ebullición hasta deshidratada completamente.


La otra, de mayor valor y prestigio ceremonial, se efectúa por medio de un seca-
do lento obteniéndose una pieza de sal compacta llamada kumeni que significa
"el mundo entero".
En ambos casos el secado es consolidación y conformación, y la lucha del
hacedor de sal es la de asentar su obra, porque en el paso de lo líquido a lo sóli-
do la sal "regurgita, chisguete a, rebulle". El secado de sal es comparable a la
concepción de una criatura en el vientre femenino, está rodeado de peligros, es
misterioso. Allí se consolida y toma forma; ya tiene dedos, manitas, naríz, es-
ternón, rótula, tiene lóbulo de la oreja, ya tiene forma humana y por último se
alumbra y ya habla.
Purificar, fecundar y concebir son los tres procesos vitales que correspon-
den a las procesos técnicos de quemar, filtrar y secar. De ésto se habla en la Pala-
bra de sal de Óscar y es lo que hemos tratado de mostrar aquí. Con esa palabra
entonces concluimos33:
iaizai mairiedino La sal de monte es la fortaleza,
iaizai ua komini naie la sal de monte es sustancia de humanidad.
kai indígena uitoto joonega Nosotros indígenas uitoto conservamos
rafue esa palabra,
iaizai mairie la fuerza de la sal de monte,
kai abi uai palabra de nuestro cuerpo,
korminitaiya uai bite palabra con que nos formamos.
ie jenodikai Eso buscamos,
kioiyena jitairede para que se vea, porque es necesario
onoiyena para entender
yolueyena para enseñar.
jaae kai uzutai uai La palabra antigua de nuestros abuelos
bie mei antropologiana es como la "antropología",
bie mei eiño komuitagakai es con lo que la madre nos dio vida.
bie cuaternariamo kai mameka En este suelo "cuaternario" (América)
kai kaana uai buscamos la palabra de nuestra vida.
kominina kai biya uai Con eso nos alimentamos,
afe uai guitikai con la palabra que nos hizo humanos.
ie mei kai nii Esta es, entonces,
nii ua nuikiraina mameide nuestra Corona
yaiginina mameide nuestra Insignia.

33 De ponencia presentada a 49 Congreso Jnternacional de Americanistas, Quito, Ecuador, julio, 1997


(Óscar Román, traducción de Juan A. Echeverri).

472
La sal de monte: un ensayo de "halofitogenografía" uitoto

Reconocimientos

Las siguientes instituciones y personas han contribuido sustancialmente al desa-


rrollo de este trabajo de investigación: la Fundación Gaia Amazonas, quien lo
apoyó logística y financieramente desde sus inicios; la bióloga OIga Lucía Mon-
te negro, quien efectuó las primeras colecciones de plantas y realizó varias identi-
ficaciones de especies; el químico Andrés López, quien adelantó todo el trabajo
de análisis químico; el antropólogo Pedro Pablo Parrado, quien nos acompañó
en la primera salida de campo; el botánico Dairon Cárdenas, curador del Herba-
rio Amazónico del Instituto Sinchi, quien nos colaboró con la identificación de
las especies arbóreas; la bióloga Rocío Bernal, quien nos colaboró con la identifi-
cación de las Lecythidaceae; el Consejo de Ancianos de la comunidad indígena
Andoque de Aduche, en cuyo territorio se realizaron las fases de campo; Alejan-
dro ]aramillo y Marta Leonor Chaparro, por su amistad y hospitalidad en Arara-
cuara; Marta Lucía Pabón, compañera del alma y de la vida; los indígenas Alicia
Sánchez, Urbano Sánchez y ]enny Muruy Andoque, compañeros en las fases de
campo, y los jóvenes indígenas Diego Guerrero Román, Miguel Guerrero Ro-
mán, Hoover Román, y Alpidio Márquez, aprendices y asistentes de campo.
Este trabajo ha recibido apoyo financiero del Programa Coama de la Fun-
dación Gaia Amazonas, con patrocinio de la Unión Europea; de una beca de in-
vestigación del Instituto Colombiano de Cultura Colcultura (Colombia); del
Earth Love Fund (Inglaterra); del Centro Colombiano de Estudio de Lengua
Aborígenes Ccela a través de un proyecto del Instituto Colombiano de Antropo-
logía, y del Instituto Amazónico de Investigaciones Imani de la Universidad Na-
cional de Colombia, Sede Leticia.

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