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Cinco claves

para mejorar la educación

colección
CUADERNOS DE PEDAGOGÍA CRÍTICA
1-UNO-1-UNO-1-UNO-1-UNO-1-UNO-1-UNO-1-UNO-1-UNO-1-UNO-1-UNO
ANDER-EGG, Ezequiel: Cinco claves para mejorar la educación, Chihuahua (Méxi-
co), Instituto de Pedagogía Crítica-Doble Hélice Ediciones, col. Cuadernos
de pedagogía crítica n. 1, 2011, 48 pp.

Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse
por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluidos fotocopia, grabación magnética o cualquier
sistema de almacenamiento de información o de recuperación sin permiso por escrito del autor y de la
institución, en los términos de la Ley Federal del Derecho de Autor, y en su caso de los tratados interna-
cionales aplicables, so pena de hacerse acreedor a las sanciones legales correspondientes, inclusive
cárcel.

DERECHOS RESERVADOS, PRIMERA EDICIÓN, 2011


© Ezequiel Ander Egg
© Reyes González Martín – Doble Hélice
por características gráficas y de edición.
© Instituto de Pedagogía Crítica
Efrén Ornelas n. 1406, col. Obrera
Chihuahua, Chih. CP 31350 IMPRESO EN MÉXICO
www.ipc.edu.mx PRINTED IN MEXICO
Cinco claves
para mejorar la educación

Ezequiel Ander-Egg
Son cientos las claves que pueden ayudar a mejorar la
educación… Cinco claves podrían ser, en el mejor de los casos,
un aperitivo para pensar algunos problemas que nos ocupan y
preocupan.
Ezequiel Ander-Egg
CINCO CLAVES PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

Presentación

E l Instituto de Pedagogía Crítica se congratula en presentar al


público la colección permanente “Cuadernos de pedagogía
crítica”, la cual tiene como propósito difundir escritos breves so-
bre el pensamiento crítico. Este proyecto nos permite poner el
conocimiento de vanguardia al alcance del lector de forma prác-
tica y económica, y a su vez entrar en contacto con expresiones
de resistencia de diferentes latitudes planetarias, que al igual
que nosotros luchan por un futuro menos desalentador.
Para el equipo que estamos impulsando este proyecto edito-
rial, la pedagogía crítica es, antes que nada, un encuentro de las
rebeldías, un puente comunicante entre toda expresión y movi-
miento de resistencia que lucha de forma tenaz y valiente, desde
la práctica educativa, contra todo tipo de dominación y explota-
ción de clase. La pedagogía crítica es un grito de indignación con-
tra las prácticas sexistas, racistas y homofóbicas. Es un coraje
hecho voluntad contra el modo capitalista de producción que ha
desembocado en la depredación del ecosistema planetario y en
la manipulación irresponsable del genoma humano.
Pero la pedagogía crítica también es un profundo acto de
amor que tiene puesto el corazón en la posibilidad de construir
un mundo menos desalentador, en donde no tenga cabida el lu-
cro, la avaricia y la ganancia feroz; un acto de amor que de forma
cotidiana construye una nueva forma de hacer política con ética;
un acto de amor en donde el sentido dialógico de la relación hu-
mana no permite ningún tipo de colonialismo o invasión cultural;
un acto de amor en donde la dignidad tiene un importante lugar
en la especie humana; un acto de amor en donde se bate a muerte
contra toda injusticia social; un acto de amor en donde la educa-
ción deja de ser un dispositivo de control, de normalización, de

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EZEQUIEL ANDER-EGG

disciplinarización y de domesticación para convertirse en una


práctica de concienciación y liberación. La pedagogía crítica, co-
mo una práctica de concienciación, parte del principio freiriano
según el cual: el encuentro amoroso entre los hombres se da en el
diálogo, cuando mediatizados por el mundo lo pronuncian; esto
es, lo transforman y, transformándolo, lo humanizan para la hu-
manización de todos.
En fin, la pedagogía crítica no es un objeto construido, acaba-
do, con derechos de autor, sino un campo en construcción, cons-
truyéndose, moviéndose, en donde cada práctica rebelde le apor-
ta su grano de arena. Es un sueño compartido de un mundo mejor
en donde las prácticas educativas lo hacen caminar de forma co-
tidiana.
La pedagogía crítica es un proyecto académico con sentido
político; o bien, un proyecto político con sentido académico. Es
un compromiso político y libertario con la vida y con la humani-
dad.
Cuando las personas descubren que sus problemas son se-
mejantes a los de la colectividad de la cual forman parte, y que
solo actuando juntos y unidos pueden resolverlos, le llamamos
política. Cuando una persona cree que puede resolver sus pro-
blemas solo, le llamamos egoísmo. Y cuando una persona cree
que no se pueden resolver sus problemas, le llamamos cobardía.
Invitamos a los lectores a que hagan suyo los cuadernos de
pedagogía crítica, que nos den la oportunidad de compartir sus
reflexiones con otras expresiones de resistencia como una nueva
forma de hacer política que haga posible visualizar un mundo
radicalmente diferente.
Estamos seguros que estos cuadernos son un proyecto de
largo aliento, porque tienen coraje y corazón.

Rigoberto Martínez Escárcega


Director del Instituto de Pedagogía Crítica

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CINCO CLAVES PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

Prólogo

O ptimismo patológico es el autodiagnóstico clínico de Eze-


quiel Ander-Egg; significa que desde la educación, vista co-
mo un complejo abierto, se concibe al “maestro… capaz de ani-
mar, infundir vida, movilizar, inquietar, sembrar ilusiones”.
En ese sentido, la creatividad y la actitud crítica se manifies-
ta, o debe manifestarse, en la docencia de manera permanente y
por antonomasia, lo cual no debe tomarse como una perorata del
romanticismo telenovelero ni de la felicidad fílmica norteameri-
cana. Es, por diferentes motivos, el “alma del quehacer docente”,
y lo menciono no solo para quien está realizando su actividad en
ámbitos áulicos; se aplica también a las diversas acciones y con-
textos socioculturales en que se desarrolla la educación; es de-
cir, el animador o promotor cultural, la promotora de salud o del
medio ambiente, o bien la trabajadora o trabajador social, quie-
nes de manera cotidiana practican y realizan actividades de en-
señanza y promueven procesos de aprendizaje para un cambio
social más justo.
Las “cinco claves para mejorar la educación” no debemos
verlas únicamente como propuestas, o como un resumen de
ideas que son dichas por múltiples autores desde una posición
crítica; a mi parecer es la síntesis de la experiencia Ander-Egg
cocinada frente a múltiples grupos de personas y profesiones,
gestadas en ámbitos que requieren de educadores o intervento-
res sociales comprometidos con un desarrollo humano cultural y
ambientalmente sustentable.
En esta posición, el quehacer pedagógico demanda sensibles
cambios en las actitudes y pensamientos; por lo tanto, los múlti-
ples profesionales de la educación encontrarán en este trabajo
estrategias claras y precisas de cómo enfrentar la desmotivación

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EZEQUIEL ANDER-EGG

y la rutina enfermiza que surge ante estos tiempos violentos y de


sin igual incertidumbre.
Puedo asegurar que al terminar de leer este texto, la emoción
por trabajar en la educación como acto de liberación será recu-
perada y, desde luego, vendrán cambios personales; entonces
Ezequiel cumplirá con la misión de contagiarnos con su optimis-
mo patológico.

Federico J. Mancera-Valencia
Chihuahua, Chih. Marzo de 2011

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CINCO CLAVES PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

Advertencia preliminar

E stoy bastante persuadido de que en unas jornadas, cursos o


congresos (ya sean de educación, trabajo social o anima-
ción), los discursos académicos que son leídos por el disertante
comunican muy poco al auditorio y es muy escaso lo que se apro-
vecha de ellos. Aun siendo una forma de trasmitir menos pesada
y aburrida, tampoco es muy fructífero el procedimiento utilizado
por los disertantes que se limitan a leer lo que aparece en una
pantalla, ya sea que utilicen el PowerPoint o un proyector. Cuan-
do un docente actúa de esa manera revela, además, que no sabe
utilizar pedagógicamente ese tipo de tecnología.
Con estas observaciones, de ninguna manera quiero afirmar
que un conferencista o disertante no deba tener a la vista el texto
con el contenido del tema que está desarrollando (o bien un es-
quema del mismo). No quiero decir tampoco que no deba utilizar
el PowerPoint o cualquier otra tecnología que sirva de apoyo vi-
sual a lo que se está explicando: esto es necesario en un mundo
impregnado por la civilización de la imagen.
Tampoco afirmo que el procedimiento que utilizo (pensar en
voz alta el tema que estoy desarrollando) sea el mejor modo de
comunicar; no descalifico otras formas de exponer. Conforme a
mi estilo personal, creo que el procedimiento que utilizo me per-
mite comunicar mejor, al mismo tiempo que me ofrece mayores
posibilidades para suscitar cuestiones vitales en la mente y en el
corazón de quienes escuchan, aunque lo que diga sean cuestio-
nes discutibles. Mi propósito es decir siempre lo que pienso del
modo más claro, preciso, concreto e inequívoco posible. Pienso
que lo que se dice claramente se puede decir, y lo que no se pue-
de decir claramente, mejor es no decirlo, porque no sirve de mu-
cho (frecuentemente no sirve para nada).

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EZEQUIEL ANDER-EGG

Todo cuanto digo en mis conferencias, cursos, libros (aun en


mis conversaciones), no lo afirmo como si fuese la verdad o la
respuesta correcta a los problemas que trato o analizo. Solo ex-
presa mi búsqueda de verdad y mis pobres hallazgos; siempre
estoy dispuesto a rectificar lo que pienso. De ahí que con fre-
cuencia, al comienzo de mis conferencias, repito una frase de
Platón: “Lo que digo, no lo digo como hombre sabedor, sino como
el que busca con vosotros la verdad”. Juntos podemos buscar
mejor.
Si hay un rasgo infalible para distinguir a los dogmáticos, fa-
náticos y sectarios es el de creerse poseedores de la verdad. Este
modo de ser y de pensar es la negación absoluta de una actitud
científica y del modo de ser de un buen educador. Además de los
dogmáticos y sectarios, existen dos tipos de pseudoteóricos de la
educación: los que anuncian pomposa y solemnemente una nue-
va alternativa pedagógica, y de aquellos que tienen la “cualidad”
de decir sandeces, majaderías y lugares comunes trufados de so-
lemnidad. Hace muchos siglos que Horacio, en su Arte poética,
criticaba a los que anuncian que han escrito una gran obra o una
nueva alternativa a lo ya tratado sobre un tema, y al final, partu-
rium montes, nasceteur ridiculus mus (se ponen de parto los
montes y nace un ridículo ratón).
Juzgo necesario dar una explicación acerca de la forma en
que presento este texto: no tiene el formato clásico de un libro o
de un artículo. Son notas que, de manera clara y concisa, presen-
tan lo sustancial de algunas cuestiones relacionadas con la edu-
cación y que de ninguna manera dispensan la necesidad de un
estudio más profundo, detallado y circunstancial. Un tratamiento
más amplio acerca de lo que pienso sobre estos temas es posible
encontrarlo en diferentes libros en los que hice algún desarrollo
de los mismos. Y también en otros autores se puede encontrar
una mayor información sobre estos temas.
Aquí solo he pretendido presentar, de una manera sencilla,
una serie de temas a modo de claves para mejorar la praxis edu-
cativa. Se trata de pequeñas llaves que abren diferentes puertas
para explorar y reflexionar acerca de lo que constituyen algunos
de los debates y propuestas de la problemática educativa.

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CINCO CLAVES PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

Amiga(o):
La tarea pendiente en el campo de la educación es urgente,
ingente, difícil y compleja. Frente a esta situación hay diferentes
reacciones de los educadores:
• Los docentes adocenados, que consideran que intentar mejo-
rar la educación es una misión imposible, siguen haciendo lo
que siempre han hecho: prescindir de la importancia de
aceptar que la sociedad ha cambiado y que las nuevas gene-
raciones son muy diferentes a sus padres y a sus maestros.
Con ellos no hay posibilidad de cambios educativos.
• Otros son conscientes de que todo empeño por mejorar la
educación es importante, pero a pesar de su buena voluntad,
no saben muy bien qué hacer y cómo hacerlo.
• Hay educadores que tienen la ilusión de poner todo su empe-
ño y utilizar las herramientas a su alcance para mejorar la
educación, procurando ser buenos docentes, capacitándose
y tratando de traducir a su práctica educativa todo lo que
aprenden. Son los educadores que intentan llevarlo a cabo en
el día a día de su tarea docente.
• Dentro de esta última categoría de educadores inquietos y
preocupados por mejorar la educación, están aquellos que
además de hacer un buen trabajo en el aula, participan (y al-
gunos militan) en los sindicatos de educadores, organizan
congresos y encuentros. Aun en las circunstancias políticas
en las que las posibilidades de cambio son muy reducidas, si-
guen luchando por una mejor educación y para que todos ten-
gan acceso a la escuela.
En estas cinco claves no es mucho lo que les ofrezco, solo
unas pequeñas rendijas de luz para reflexionar sobre unas pocas
cuestiones pedagógicas.
Ningún esfuerzo es vano, aun cuando las dificultades sean
inmensas. Siempre podemos hacer algo; es preferible dar un pe-
queño paso, antes que estar inmovilizados. No podemos preten-
der que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. Más
vale entusiasmarse con una utopía pedagógica que instalarse en
la tranquila indiferencia.

Ezequiel Ander-Egg
17 de octubre de 2009

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La tarea de educar ha sido tan sublimada y exaltada de palabra
como dificultada e ignorada en la práctica. La idealización de la
“noble tarea de apostolado” o de la “sagrada misión del maestro”
ha sido la música de fondo para la cruda realidad del “pasar más
hambre que un maestro de escuela” o del feroz individualismo
del “cada maestrillo…”. Sobre ese precario andamiaje se ha
pretendido construir la cultura de generaciones y generaciones.
Cuadernos de pedagogía

No podéis preparar a vuestros alumnos para que construyan


mañana el mundo de sus sueños, si ahora vosotros/as no creéis
en vuestros sueños.
No podéis prepararlos para la VIDA si no amáis la vida, si no creéis
que vale la pena hacer para cambiar la vida.
No podéis mostrar el camino, si estáis sentados, cansados y
descorazonados en el cruce de los caminos
Celestin Freinet

Más vale una cabeza bien hecha, que una cabeza bien llena.
Miguel Montaigne

Un niño no es una botella que hay que llenar, sino un fuego que
hay que encender.
Miguel Montaigne
CINCO CLAVES PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

I. Ser realistas acerca del


potencial que tiene la
educación para producir
cambios sociales y favorecer el
desarrollo del país

S e dice que la educación es el factor más decisivo e importante


para producir cambios sociales y favorecer el desarrollo de
los países. Y, además, que puede contribuir al fortalecimiento de
la democracia, la ciudadanía, la convivencialidad, la tolerancia y
los derechos humanos. Como consecuencia de todo ello, la edu-
cación sería el factor esencial por excelencia para mejorar la ca-
lidad de vida a través del desarrollo humano.
¿Qué responderías amigo(a) lector(a) a esta afirmación tan-
tas veces repetida?
Así formulado, el papel que se le asigna a la educación es una
verdad a medias. Consiguientemente, si no se hacen algunas pre-
cisiones, no hay posibilidad de dar una respuesta bien fundada y
con implicaciones prácticas. ¿Por qué?
Simplemente porque no existe la educación, como si toda for-
ma educativa expresase una realidad homogénea. Educación no
es un concepto con un contenido absolutamente unívoco. Existen
diferentes concepciones educativas, diferentes modelos educati-
vos, diferentes paradigmas educativos y diferentes praxis.
Conviene tener presente que la concepción que se tiene de la
educación es, fundamentalmente, un problema político: ¿qué ti-
po de sociedad queremos?, y, ¿qué tipo de hombres y mujeres
queremos formar? Aún más, derivado de ello, es un problema pe-
dagógico.
La educación puede ser un factor muy relevante para el cam-
bio social y para mejorar la calidad de vida:

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EZEQUIEL ANDER-EGG

Cuando es:
• Una educación como práctica de la libertad.
• Una educación que forma hombres y mujeres volcados hacia
el bien común.
Cuando ayuda:
• A comprender los mecanismos de funcionamiento de la so-
ciedad, la economía, la política y la cultura.
Y cuando está inspirada:
• En valores éticos y morales que motivan en tener una actitud
de ayuda y servicio a los demás, tanto a los que pertenecen al
entorno más inmediato, como a los que están más distantes,
con una especial opción a los desarrapados de la Tierra.
• En valores de solidaridad internacional, en cuanto somos
conciudadanos de la patria-Tierra y compañeros de la misma
nave espacial que en los últimos años hemos deteriorado
hasta el punto de correr el riesgo de una catástrofe de carác-
ter universal.
Decíamos que afirmar la importancia de la educación es una
verdad a medias, porque es evidente que no puede funcionar la
economía de un país si no existe una fuerza de trabajo adecuada-
mente preparada, y no hay posibilidades de desarrollo económi-
co sin contar con los profesionales y técnicos necesarios para lo-
grar ese propósito.
Que esto sea un lugar común en la actual concepción del de-
sarrollo económico y social no implica por sí mismo la posibili-
dad de lograr un desarrollo de la calidad de vida y que sea un fac-
tor que asegure una mejoría significativa de las desigualdades
sociales. Tampoco asegura la superación de la situación de de-
pendencia externa que han sufrido –y sufren– nuestros países.
En qué nos ayuda tener economistas (los Chicago boys) que son
capaces de elaborar modelos econométricos muy sofisticados, si
en ellos se excluye la variable de la dependencia externa.
No hay necesidad de argumentar para demostrar las conse-
cuencias de una educación muy avanzada técnicamente hablan-
do, pero ineficaz para un auténtico desarrollo de nuestros pue-
blos. Basta con tener en cuenta lo acaecido con las consecuen-
cias del proceso de globalización neoliberal que hemos sufrido:
permitió en algunos países un fuerte crecimiento económico con
la penetración de multinacionales apátridas. Se logró un mayor

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CINCO CLAVES PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

nivel de ingresos de sectores privilegiados de la sociedad, pero al


mismo tiempo acentuó las desigualdades sociales. Poco o nada
ayudaron para atenuar las situaciones de marginalidad y exclu-
sión social. La sola educación no es suficiente para realizar la
igualdad al interior de la sociedad.
Lo que aquí he querido destacar es que la educación por sí
sola no cambia ni desarrolla nada. Pero sin ella, no existe posibi-
lidad alguna de transformación social, ni de desarrollo. Las
transformaciones sociales pasan, en última instancia, por los
cambios estructurales que se pueden hacer desde una política de
Estado orientada a la construcción de una sociedad más justa y
fraternal. La educación puede ayudar con todas sus potencialida-
des cuando existe una voluntad política de hacerlo y se toman las
medidas conducentes para lograrlo.

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EZEQUIEL ANDER-EGG

II. Cómo mejorar la calidad de


la educación y los resultados
educativos

E l concepto calidad de la educación es un ómnibus lingüístico


al que todos se suben. No he conocido a nadie que esté en
contra. Se trata de un concepto que encierra una multiplicidad de
significados y también un contrasentido o paradoja: ¿qué es la
educación carente de calidad? No cabe duda de que es uno de los
retos fundamentales de la educación, pero: ¿en qué consiste?,
¿cómo lograrla?
La síntesis que presentamos está muy lejos de ofrecer un pa-
norama relativamente exhaustivo sobre el tema. Son apenas al-
gunas notas para reflexionar.
Durante muchos años la calidad educativa estaba asociada a
más cantidad. El énfasis se puso en atender los aspectos cuanti-
tativos:
• Básicamente asociada a la cantidad de escolarización,
creando las condiciones para que exista una mayor escolari-
zación en todos los niveles educativos.
• Se partía del supuesto de que altos niveles de financiamiento
se traducirían en una mejor calidad educativa; no cabe duda
de que un mejor presupuesto educativo es condición necesa-
ria para mejorar la educación, pero ello no garantiza por sí
mismo la calidad de la educación.
• Mayor número de profesores y maestros.
• Incrementar el presupuesto.
• Mejorar la infraestructura, especialmente la construcción de
mejores edificios escolares.
• Disponer de mayor cantidad y mejor calidad de los recursos
didácticos.
• Asegurar la universalización de las enseñanzas generales
básicas a toda la población.

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CINCO CLAVES PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

En este momento histórico, la idea de la mejoría de la educa-


ción estaba asociada a los derechos sociales y políticos de todos
los ciudadanos.
Actualmente se pone el énfasis en atender los aspectos cuali-
tativos, sin descuidar los aspectos antes mencionados.
Inicialmente se pensó que la manera más adecuada era me-
jorar el nivel educativo del profesorado. Como consecuencia de
ello, la capacitación docente se consideró prioritaria y lo más im-
portante. El esfuerzo no ha sido en vano, pero se dieron tres re-
sultados que no necesariamente mejoraron la calidad de la edu-
cación:
1. En algunas experiencias hubo una saturación de información
y, con frecuencia, esa información no se transformó en cono-
cimiento.
2. Como consecuencia de lo anterior, lo que se recibe en los cur-
sos, conferencias y jornadas de formación docente no se tra-
duce en innovaciones o cambios significativos en la praxis
educativa:
• Una cosa es lo que los docentes reciben como formación: co-
nocer nuevos enfoques pedagógicos, y nuevas experiencias
educativas.
• Otra cosa es lo que los docentes hacen con lo que reciben
como formación y lo que efectivamente trasladan a su praxis
educativa.
Sin embargo, hay docentes que han aprovechado la forma-
ción recibida y las lecturas que han hecho para mejorar su la-
bor cotidiana, pero el contexto institucional en donde reali-
zan su labor docente obstaculiza o bloquea todo cambio sig-
nificativo. Esto ocurre por varias razones:
• No encuentran respaldo en las autoridades del centro (hay
directores de centros educativos que actúan como si no
necesitasen reciclarse), pero lo peor, ignorantes de los
cambios producidos en la sociedad y en la pedagogía, no
aceptan ninguna sugerencia que signifique innovar lo que
ya se hace.
• No encuentran colaboración o participación en otros do-
centes, enfermos de algunos de los virus de la educación a
los que aludimos en otra parte.

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EZEQUIEL ANDER-EGG

• No encuentran interés ni motivación en los estudiantes,


actitud y comportamiento propio de los adolescentes “pa-
sotas” (los que pasan de todo y nada les interesa).
3. En algunos países en donde los cursos, jornadas y congresos
daban puntaje, produjo un cambio de expectativas en los do-
centes que participaban en actividades de formación. Capa-
citarse para mostrar la práctica educativa les hacía esperar
remuneraciones acordes a su capacitación. Al no darse esos
incentivos, perdieron y atenuaron sus propósitos de renova-
ción.

La necesidad de hacer la formación en los mismos


centros educativos

Sin embargo, con otros colegas, haciendo autocrítica de nuestro


trabajo, hemos llegado a la conclusión de que han sido limitados
los cambios que se lograron, si la tarea de formación es una labor
que se realiza con profesores aislados que asisten a cursos, jor-
nadas, etcétera, a título personal. Esto hay que seguir haciéndo-
lo, pero debemos tender a que la formación implique al claustro
de profesores de cada centro.
En los últimos años, sin dejar de hacer todo lo que hemos se-
ñalado precedentemente, se relativizó su importancia y se consi-
dera necesario mejorar los centros educativos como unidades
operativas de cambio e innovación. Con ello se trata de involu-
crar al conjunto del cuerpo docente de cada institución educati-
va, aunque siempre haya los que tienen telarañas mentales y es-
tén anquilosados sin ninguna motivación para mejorar. Al fin de
cuentas, lo que se propone actualmente es un nuevo modelo de
formación docente para mejorar la calidad de la educación.
Esta labor conjunta en cada centro se complementa en otros
tres aspectos que hay que mejorar para lograr una educación de
mayor calidad y mejores resultados:
1. Mejorar los estilos de dirección.
2. Racionalizar el gasto. Aun cuando muchos centros sufren
una insuficiencia de recursos, no se aplica el principio de
costo-beneficio.

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CINCO CLAVES PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

3. Y, como complemento de todo lo anterior, mejorar el clima or-


ganizacional, factor importante y decisivo que condiciona el
funcionamiento del centro educativo.
El clima organizacional permite que el trabajo en el centro
educativo sea más productivo y gratificante. Cabe señalar que
existe un nivel macroeducativo y un nivel microeducativo que
condiciona el clima organizacional.
A nivel macroeducativo, existen cuatro condicionamientos
principales:
1. El reconocimiento social que tienen los educadores.
2. Las condiciones económicas del salario.
3. Las políticas administrativas relativas a los ascensos.
4. Que la política de la entidad rectora en materia de educación
procure que los centros educativos dispongan local, equipa-
miento y material bibliográfico necesario para la labor edu-
cativa.
A nivel microeducativo, el clima organizacional depende de
los siguientes factores principales:
• El trabajo en sí mismo: tipo de actividades que realizan los
docentes, recursos, espacios y equipamientos, dotación de
laboratorios y salas de tecnología.
• Posibilidades de asumir responsabilidades y de participar en
las decisiones del cuerpo docente.
• Oportunidad de hacer aportes, presentar iniciativas y que es-
tas sean atendidas.
• Existencia (o no) de un ambiente de relaciones interpersona-
les gratificantes entre los docentes.
• Grado de disciplina y rendimiento académico del alumnado.

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EZEQUIEL ANDER-EGG

III. Los cuatro elementos


básicos de la praxis educativa
La enseñanza es una profesión ambivalente. En ella te puedes
aburrir soberanamente y vivir cada clase con una profunda
ansiedad; pero también puedes estar a gusto, rogar cada día al
cielo con las manos y vivir con pasión el descubrimiento que, en
cada caso, hacen los alumnos.
José M. Esteve

L a praxis educativa es un acontecimiento complejo que impli-


ca cuatro elementos fundamentales que retroactúan entre sí.
De la forma en que esta interacción se produce depende en bue-
na parte la calidad de la educación.

1. El educador

Podemos llamarlo también maestro, profesor, animador, facilita-


dor. Es el factor más importante (aunque no exclusivo) para me-
jorar la práctica educativa. Un buen docente puede educar, intro-
ducir cambios en la escuela y producir innovaciones, aun con
una mala ley de educación, y aun sin ley de educación. Para ello
debe tener un cierto nivel de conocimientos acerca de lo que en-
señe, habilidades de comunicación y capacidad empática.
Un docente debe ser consciente de que es preferible empren-
der y realizar el más pequeño cambio que no hacer nada y vivir
quejándose por lo mal que están las cosas. “En este mundo no se
consigue lo posible, si no se intenta lo imposible una y otra vez”.
Como vivimos en un mundo cambiante, el docente debe ser
consciente de que “el verdadero maestro”, como decía Tolstoi,
“es solo aquel que sigue educándose a sí mismo, mediante la vo-
luntad de perfeccionarse sin fin”: no hay que enseñar solo lo que
nos enseñaron, ni enseñar como nos enseñaron. De ahí la necesi-

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CINCO CLAVES PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

dad de educación permanente con el fin de profundizar sus cono-


cimientos, mejorar su maduración personal y desarrollar sus
cualidades didácticas.
Si el maestro trabaja ilusionadamente, ese solo hecho crea
un clima favorable para aprender. La biofilia, el amor a la vida, ha
de caracterizar el modo de ser docente, y su arte supremo ha de
ser despertar el gusto y la alegría por aprender.
Un docente enseña:
• Por lo que dice…: vale algo, más bien poco; cuando alguien
dice: “haz lo que yo digo, no lo que yo hago” es algo repudia-
ble, escandaloso si es un maestro.
• Por lo que hace…: tiene más valor, en vez de decir “hagan es-
to”, hacerlo; los alumnos hacen lo que ven hacer, mucho más
que lo que el docente dice que hagan.
• Por lo que es…: lo testimonial es lo que verdaderamente edu-
ca: pues enseña una forma de vida en la que se expresa la
forma de realizarse como ser humano.
Y el mejor testimonio que puede ofrecer un maestro es mos-
trar (por su modo de ser y hacer) que la vida merece vivirse cuan-
do se tiene un proyecto de vida que va más allá de los propios
intereses y necesidades personales.
El docente que es un verdadero maestro es aquel que es ca-
paz de animar, infundir vida, movilizar, inquietar, sembrar ilusio-
nes. Tiene que creer en sus alumnos(as), aun en los más dísco-
los. Y ese confiar en ellos, no es tanto por lo que les dice, sino por
la posibilidad que les da para ser ellos mismos. He de decir, a
modo de síntesis, que la función del maestro es encender un fue-
go en cada alumno para que él sea protagonista de su propia
vida.
Decenas y decenas de páginas se pueden escribir sobre la fi-
gura del educador, de sus roles cambiantes en el trasfondo de
funciones constantes. Me limitaré a señalar cinco cuestiones que
me parecen significativas:
1. El valor de la honestidad del docente que está por encima de
su propia imagen, en cuanto a reconocer lo que no sabe. Ante
la pregunta de un alumno sobre algo que no tiene respuesta,
cuando el profesor o maestro dice “esto no lo sé”, está ense-
ñando; mejor dicho, está educando en el valor de la honesti-
dad.

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EZEQUIEL ANDER-EGG

2. Hay un baremo para medir lo que el docente sabe en cuanto


docente. Se puede formular sintéticamente de la manera si-
guiente: nadie sabe cuánto sabe hasta que tiene que enseñar
lo que sabe. Hay docentes que tienen el secreto de ser aburri-
dos, otros de no ser entendidos por el barullo mental que tie-
nen y otros que se hacen odiar por su prepotencia y autorita-
rismo con el que quieren ocultar su incompetencia.
3. Comprender la dimensión humana del proceso de enseñan-
za-aprendizaje; de ahí la importancia de aprender todo lo re-
ferente a la dimensión emocional en el trato con sus alumnos
(de ello hablaré en otro apartado).
4. Tener en cuenta que la educación en valores no consiste en
transmitir una ética prediseñada. En este punto hay que re-
cordar a Montaigne cuando afirma que “un niño no es una bo-
tella que hay que llenar, sino un fuego que hay que encender”.
5. Por último, aunque estemos muy lejos de hacer una enume-
ración relativamente completa, hacemos referencia a la tri-
ple “C”, que configura el estilo del buen educador. Debe ser:
• Competente: conocer bien la asignatura que enseña, prepa-
rar responsablemente sus clases. Eso no basta, tiene que sa-
ber comunicar, lo que supone dominar los códigos y canales
de comunicación: verbales, gestuales y tener un dominio
adecuado en el uso de los apoyos audiovisuales.
• Coherente: ser coherente entre lo que dice, enseña y hace.
• Comprometido: expresado por la generosidad en su apertura
y preocupación por sus alumnos, poniendo de relieve aquello
que Emmanuel Mounier señalaba como el aspecto funda-
mental de toda persona: “la capacidad de ser para el otro” y
que algunos psicólogos llaman la “sensibilidad alterocéntri-
ca”.

2. El educando

A lo largo de la historia de la educación, según hayan sido las ten-


dencias predominantes en cuanto al modo de concebir y realizar
el acto educativo, se han puesto diferentes énfasis en lo referente
al factor que se considera más decisivo en el proceso de ense-
ñanza-aprendizaje.

24
CINCO CLAVES PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

En ciertos momentos se consideró que ese factor era el edu-


cador (el docente); en otros, la preeminencia se dio a los que
aprenden. La balanza sobre el peso relativo de los factores inter-
vinientes se ha movido entre el learning (el aprendizaje) y el tea-
ching (el enseñar). Hablo de énfasis o de importancia relativa,
porque nadie ha sido tan simplista como para considerar un solo
factor… Actualmente, en la pedagogía moderna el énfasis se po-
ne en el que aprende; se trata, pues, de una concepción paido-
céntrica. De ahí que el educador debe sensibilizarse en el enfo-
que pedagógico centrado en el que aprende y desarrollar una re-
lación de ayuda basada en una relación empática.
El educando se considera como el responsable último e in-
sustituible de su propio aprendizaje. El constructivismo enfatiza
de manera particular el considerar que el sujeto que aprende de-
be ser activo y participante en el proceso mismo de adquisición
de conocimientos. El esfuerzo personal del educando no puede
ser sustituido por nadie. De lo que se trata es de que los alumnos
aprendan a aprender, lo que los constructivistas denominan
“proceso de autoestructuración de nuevos conocimientos”. Carl
Rogers decía: “El aprendizaje social más útil es el aprendizaje
del proceso de aprendizaje”.
Muchos y variados factores y circunstancias inciden para
que el educando se haga responsable de su propio aprendizaje.
De todos ellos vamos a señalar dos: que el alumno esté motivado
(y obviamente que el educador sea capaz de motivar) y que lo que
se le enseña sea para él significativo (significatividad lógica y sig-
nificatividad psicológica) y que los conocimientos que reciban
sean para él funcionales. Para motivar hay que adecuar los méto-
dos de enseñanza y que esta sea activa con contenidos adecua-
damente seleccionados.

3. Los componentes del currículum

Cuando se hace referencia a los componentes del currículum, y


en especial a las decisiones que se han de tomar para su elabora-
ción, hay coincidencia en señalar que estos pueden agruparse en
cuatro grandes cuestiones principales: qué enseñar, cuándo en-
señar, cómo enseñar y qué, cómo y cuándo evaluar. A ello se sue-

25
EZEQUIEL ANDER-EGG

le añadir todo lo referente a la orientación y tutoría y los medios


de atención a la diversidad.
La relación educador-educando es asimétrica: uno tiene que
enseñar y el otro tiene que aprender. No se trata de una relación
igualitaria, como algunos habían deducido del libro de Freire so-
bre La educación liberadora.
Podríamos resumir todo esto en el siguiente esquema sobre
las decisiones que se han de tomar acerca del proyecto curricu-
lar:

DECISIONES DEL PROYECTO CURRICULAR

• ¿Qué enseñar? Contenidos educativos. Se trata del conjunto


de asignaturas y actividades previstas que hacen referencia
al conjunto de los aprendizajes que se consideran necesarios
en un momento histórico determinado y en una sociedad con-
creta.
• ¿Cuándo enseñar? Secuenciación y temporalización de obje-
tivos y contenidos. La secuenciación hace referencia a la or-
ganización y desarrollo de los contenidos, de modo que se
asegure un orden y una progresión lógica en la presentación
del aprendizaje. La temporalización consiste en distribuir los
tiempos concretos en que se desarrollan las secuencias en el
aula. Se trata de que lo que se enseñe encaje con lo que el
alumno sabe y con lo que tiene que aprender. No se puede en-
señar cualquier cosa en cualquier momento, para que la en-
señanza sea significativa.
• ¿Cómo enseñar? Estilo y estrategias pedagógicas. Aspectos
instrumentales y operativos. Para enseñar no basta con sa-
ber la asignatura que se enseña: es necesario tener una es-
trategia pedagógica y métodos de enseñanza-aprendizaje.
• ¿Qué, cómo y cuándo evaluar? Estrategias y procedimientos
de evaluación que, en la práctica educativa, deben ser un ins-
trumento y parte del proceso de enseñanza-aprendizaje. La
evaluación es para apreciar el aprovechamiento de los edu-
candos y apreciar, también, en qué medida se han consegui-
do (o no) los objetivos educativos propuestos. La evaluación
no es para saber lo que los alumnos no saben, sino para me-
jor aprovechar su formación.

26
CINCO CLAVES PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

• Orientación y tutoría. Acción de ayuda y orientación paralela


a la acción del docente, con el fin de optimizar el proceso
educativo, teniendo en cuenta la capacidad y potencialidad
de cada alumno.
• Medidas de atención a la diversidad. Se relaciona con la lla-
mada “educación personalizada”, conforme a la cual se pro-
cura desarrollar las potencialidades de cada uno según sus
posibilidades, dentro del contexto de una oferta plural. Ope-
rativamente, este objetivo se logra a través de una diversifi-
cación curricular como respuesta a las diferencias individua-
les. Atiende a necesidades educativas especiales de quienes
tienen algún tipo de discapacidad física, psíquica o sensorial.
También debe prestar atención diversificada a los niños su-
perdotados.

4. El medio

Es el contexto o circunstancia en que tiene lugar la experiencia


de enseñanza-aprendizaje. Se trata del conjunto de los factores
sociales, económicos, culturales y políticos (y la forma en que re-
troactúan entre sí) y que condicionan el funcionamiento del siste-
ma educativo. Estos factores son cambiantes y se expresan de
manera diferente en distintas coyunturas históricas.
La escuela y los educadores sufren el condicionamiento de la
situación o momento histórico en que se vive. Hay un condiciona-
miento económico, según sea la importancia (expresada en el
presupuesto) que le otorga la administración pública. Por otro la-
do, también influye el reconocimiento social que tienen los do-
centes de la sociedad en su conjunto y de los distintos grupos y
sectores de la misma.
El conocimiento y comprensión de esta situación contextual
nos revela y pone de manifiesto:
• Los factores que condicionen el funcionamiento del sistema
educativo en su conjunto, principalmente la educación públi-
ca, aunque no de manera exclusiva, porque también afecta a
escuelas de gestión privada.
• Todo lo anterior condiciona la labor de los educadores y, por
supuesto, de los educandos, por la forma que influye la situa-
ción contextual en la familia a la que pertenecen (algunos que

27
EZEQUIEL ANDER-EGG

carecen de ella). Lo educandos también están condicionados


en su modo de ser y de hacer por sus grupos de referencia y
de pertenencia. De manera especial, los compañeros de es-
cuela juegan un papel muy importante. Todo esto configura
una serie de mediaciones y predisposiciones.
Estas breves consideraciones nos ponen de relieve la falacia
de una afirmación muchas veces repetida acerca de la igualdad
de oportunidades. Para algunos, eso era posible con solo el ingre-
so al sistema educativo. Se partía del supuesto de que la escuela
sería un factor democratizador por excelencia y que el solo acce-
so a la educación era la clave de la igualdad.
La desigualdad social es un factor hondo y decisivo que obs-
taculiza la igualdad de oportunidades. Las condiciones de parti-
da limitan las posibilidades de las personas a lo largo de su vida.
Algunos estudios realizados por el INCE en España revelan que
el nivel cultural de las familias provoca una diferencia de 14 pun-
tos entre los alumnos. En Argentina, los estudios realizados por
CETERA ponen de manifiesto que los niveles de deserción cre-
cen en los hogares pobres, donde los estudiantes se ven forzados
a dejar la escuela para buscar trabajo. La deserción aumenta a
medida que se deterioran las condiciones económicas.
Esto no obsta para que la escuela haya sido –y siga siendo–
un canal de movilidad ascendente. Hay personas que, desde la
pobreza, han llegado a ser escritores, empresarios, profesores.
Pero estos logros que algunos alcanzaron por sus esfuerzos per-
sonales son excepciones. La dramática situación de América La-
tina, en donde alrededor de 100 millones de personas viven en
situación de pobreza, 30 millones son analfabetos y 110 millones
no terminaron la educación primaria, no nos permite hablar de
igualdad de oportunidades.
Se ha dicho que la educación es un factor importante para el
fortalecimiento de la democracia. Esto es igualmente cierto, pero
es necesaria la democratización del sistema educativo. Para ello
hay que terminar:
• Con los personajillos o burócratas que suelen existir en las
oficinas educativas gubernamentales. Cuestión agravada
cuando son ignorantes de las cuestiones educativas y, ade-
más, sin ganas de aprender.

28
CINCO CLAVES PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

• Con los directores, rectores, supervisores e inspectores del


orden y mando.
La democratización comienza en la escuela: democracia in-
terna en su funcionamiento y procurando la mayor implicación
de los padres y las madres en todo lo que concierne a la educa-
ción de los hijos.

29
EZEQUIEL ANDER-EGG

IV. La importancia de la
dimensión emocional en la
práctica educativa

E n la educación tradicional, las emociones han sido escasa-


mente consideradas. El énfasis ha estado puesto en la razón,
en la dimensión cognitiva; a raíz de esto se ha menospreciado lo
que queda fuera de la racionalidad. Como consecuencia de ello
existe un analfabetismo emocional generalizado.
Esta perspectiva o concepción del ser humano, que conside-
ra que la nota distintiva del mismo es la racionalidad, es una for-
ma de empobrecimiento vital. El ser humano es razón, pero es
también sentimientos, emociones, pasiones; risa, llanto, tristeza.
Lo que nos hace verdaderamente humanos es la mezcla/combi-
nación de todo eso.
La afectividad y el mundo de los sentimientos concierne a las
cuestiones más profundas y hondas del ser humano. Sin embar-
go, mucha gente tiene miedo de expresar sus sentimientos y
emociones. Como seres cariñosos y eróticos que somos, tenemos
que aprender a expresar con libertad y naturalidad nuestra emo-
cionalidad. No hacerlo es un bloqueo que impide la expresión
plena de nuestra personalidad. Por otro lado, las emociones
constituyen una parte importante de los mecanismos de motiva-
ción que, como todo educador sabe muy bien, juega un papel re-
levante en el proceso de aprendizaje y en muy variadas formas
de acción para el logro de diferentes objetivos.
Goleman, en su libro sobre La inteligencia emocional, al ha-
blar de los acuerdos cooperativos entre cabeza y corazón, pensa-
miento y sentimiento, nos dice: “Este circuito explica por qué la
emoción es tan importante para el pensamiento eficaz, tanto en
la toma de decisiones acertadas como en el simple hecho de per-
mitirnos pensar con claridad”.

30
CINCO CLAVES PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

La importancia de lo emocional ya fue destacada hace varios


siglos por Leonardo da Vinci: “Cualquier saber nuestro tiene sus
principios en los sentimientos”. Alexis Carrel, Premio Nobel de
Medicina, se expresaba de manera parecida: “No es la razón, si-
no los sentimiento los que conducen al hombre a la cumbre de su
destino”. Por su parte, Albert Einstein, que es una expresión má-
xima del pensar científico, decía: “Los sentimientos son la fuerza
fundamental de toda creación humana, por más sublime que tal
creación parezca ante nuestros ojos”.
Decíamos al comienzo de este párrafo que durante muchas
décadas, en el ámbito de la educación, se dio prioridad al desa-
rrollo cognitivo de los alumnos. A la luz de los aportes de la neu-
rociencia y de ciertas corrientes psicológicas, la consideración
es inversa: nuestros afectos y sentimientos nos hacen más inteli-
gentes y más creativos. En el sistema límbico, especialmente en
la amígdala y sus interacciones con las áreas corticales involu-
cradas con la cognición, es la forma en que las emociones inciden
sobre la cognición, y viceversa. Esto explica por qué las emocio-
nes influyen sobre el pensamiento eficaz y la toma de decisiones.

31
EZEQUIEL ANDER-EGG

V. Los virus de la educación

H emos hecho algunas referencias a cuestiones puntuales que


pueden ayudar a mejorar la calidad de la educación. Pero
también existe lo que podemos llamar los virus de la educación,
en cuanto agente infeccioso del proceso educativo. Mientras no
exista vacuna en contra de estos virus, resultan infructuosos los
cursos y jornadas de formación docente. Nos vamos a limitar a
señalar media docena de ellos y que, a nuestro parecer, son los
mayores obstáculos para mejorar la calidad de la educación.

Virus 1

Creo que el virus más pernicioso es la desmotivación de los do-


centes y la rutina en las prácticas pedagógicas. He conocido pro-
fesores (de nivel medio y universitario) que van a impartir clases
–o a dictarlas– llevando sus “apuntes” (carpetas, folios o cuader-
nos) de hojas amarillas con el paso de los años, durante los cua-
les nada cambiaron, mejoraron o corrigieron: los mismos conte-
nidos y anécdotas, y a veces los mismos chistes. Santos Guerra
explica muy bien las dos vertientes de rutinización de las prácti-
cas pedagógicas que se complementan y condicionan:
1. Una personal, “por la que cada profesor mecaniza sus prácti-
cas e incluso sus actitudes y su pensamiento”.
2. Otra institucional, que “posee elementos personales y es-
tructurados”, la rutina del docente y la rutina de la escuela.
Por su parte, la desmotivación y la rutina se combinan de ma-
nera óptima para producir otro virus, o al menos su caldo de cul-
tivo: hacer opaca y aburrida la tarea educativa.

32
CINCO CLAVES PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

Virus 2

La falta de alegría, de ilusión y de entusiasmo por parte de los do-


centes. La tarea docente se hace opaca y aburrida cuando el edu-
cador es incapaz de transmitir alegría y carece de “humor peda-
gógico” conforme con aquello que hace siglos había recomenda-
do Comenius: en la clase debe intercalarse lo jocoso y lo serio de
una manera alegre, de tal forma que lo agradable siempre esté
unido con lo útil.
Esta opacidad se produce, sobre todo, cuando el docente tra-
baja sin ilusión, realizando sus tareas sin entusiasmo, ni alegría,
incapaz de ser un animador que alienta el aprendizaje. Hace
quince siglos, San Agustín escribió: “que el maestro enseñe con
la mayor alegría posible, pues cuanto más alegre sea, tanto más
gustosamente se le escuchará”.
La práctica educativa se vuelve aburrida y rutinaria cuando
el educador no encuentra sentido a lo que hace, ni gratificación
por su trabajo. Algunos docentes se preguntan muchas veces:
¿para qué vengo a la escuela? Cuando no hay respuestas claras y
estimulantes, el docente está “condenado” a ser indefectible-
mente aburrido o estar desilusionado.
Otra forma en que este virus se manifiesta, y que afecta a la
tarea educativa, es la “seriedad pedante” o la “solemnidad vacía”
del que enseña; con ello se puede aparentar lo que no se es y di-
simular u ocultar lo que sí es. Con ese estilo nunca habrá alegría
ni en enseñar ni en aprender.
Sin que agotemos el listado de las manifestaciones del virus
de la opacidad, hemos de señalar la falta de ética de aquellos que
tienen cargos de responsabilidad (director, inspector, supervisor,
etcétera) y aceptan corruptelas de diferente naturaleza.

Virus 3

Otro virus generalizado en el ámbito educativo es el individualis-


mo. Cada docente va a su aire (cada maestrillo con su librillo), sin
que le importe en absoluto lo que enseñan los otros colegas. No
es extraño encontrar –lo he constatado en muchos colegios– que
un mismo tema ha sido tratado en varias asignaturas. Cada uno
en su feudo, en el mejor de los casos constituyendo grupúsculos

33
EZEQUIEL ANDER-EGG

que no siempre tienen como principal interés las cuestiones pro-


piamente educativas.
Por su parte, cada alumno está básicamente preocupado por
aprobar las asignaturas (algunos con el menor esfuerzo posible)
y, en el otro extremo, otros esforzándose por obtener las mejores
notas posibles, ya que el éxito en la escuela preanuncia el éxito
profesional en el sentido de tener la posibilidad de trepar la pirá-
mide del prestigio social.
Todo esto, en ciertas circunstancias, es exacerbado por una
especie de darwinismo pedagógico: lo que importa es estar por
encima de los demás. En ese ambiente, la competitividad se vuel-
ve extrema. No se trata de mejorarse como persona, sino de ser
el primero de la clase, el que obtiene las mejores calificaciones.
En el polo opuesto están los “pasotas”, los que pasan de todo, a
los que nada les interesa. Es otra forma de individualismo, pues-
to que, centrados en sí mismos, carecen de todo sentido de soli-
daridad.

Virus 4

Un cuarto virus es el poco aprecio por la formación profesional y,


a veces, su desvalorización (escuelas técnicas, escuelas de artes
y oficios, como antes se les denominaba). La paradoja viene dada
por el hecho de que las salidas profesionales de las carreras téc-
nicas ofrecen más posibilidades para encontrar un puesto de tra-
bajo, pero suelen ser menos valoradas, ya sea por razones cultu-
rales o de prestigio.

Virus 5

Otro peligroso y pernicioso virus para la formación de los estu-


diantes es la intoxicación gramatical y su “capacidad” de perder
el gusto por la lectura. El escritor español Luis Landero, con mu-
cha profundidad e ironía, ha explicado este virus, aunque no lo
llamara con este nombre. A finales de 1999 escribió en el diario
El País: “Tengo un joven amigo que, después de diez años de es-
tudiar gramática, se ha transformado en un analfabeto de lo más
ilustrado. Se trata de un estudiante de bachillerato de nivel me-
dio, como tantos otros, y aunque tiene dificultades casi insalva-

34
CINCO CLAVES PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

bles para leer con soltura y criterio el editorial de un periódico,


es capaz sin embargo de analizar sintácticamente el texto que
apenas logra descifrar. Su léxico culto es pobre, casi de supervi-
vencia, pero eso no le impide despiezar morfológicamente, como
buen técnico que es, las palabras cuyo significado ignora y enu-
merar luego de corrido los rasgos del lenguaje periodístico y co-
mentar las perífrasis verbales y explayarse aun en otras lindezas
formales de ese estilo”.
En diferentes países se realizaron estudios acerca de lo que
los niños y niñas leen mientras están en la escuela primaria y lo
que luego leen cuando han hecho dos o tres años de bachillerato.
En general leen mucho menos, como si el gusto por leer se hubie-
se perdido. Algunos atribuyen esta circunstancia a la “buena y
sacrosanta causa” que es el aprendizaje de la lengua, o sea, el es-
tudio de la gramática, como si esta no se aprendiese mucho me-
jor leyendo o escribiendo. Sin duda hay otros factores, pero la in-
toxicación gramatical es un factor importante. Así como las eva-
luaciones a veces hacen perder el placer de estudiar, la gramáti-
ca –cuando intoxica– hace perder el placer de leer.

Virus 6

Por último –lejos aún de agotar el “listado de los virus” que sufre
la educación–, señalamos uno que afecta o dificulta una forma-
ción más integral de los educandos: la no valorización, en todo su
significado o importancia para la formación humana, de las asig-
naturas artísticas como música, canto, teatro, plástica o dibujo;
y, en otro orden de cosas, la no valorización de la educación físi-
ca. Todas estas asignaturas, de ordinario infravaloradas, son las
que más pueden ayudar a la formación de la sensibilidad artísti-
ca y a la captación de la belleza. Por otro lado, este tipo de forma-
ción sirve para compensar la sobrecarga de lo racional-intelec-
tual que desde siempre parece haber existido en la educación,
mediante el desarrollo de la dimensión afectivo-emocional.

35
EZEQUIEL ANDER-EGG

Anexos
Anexo 1
Cómo ha ido variando a lo largo de los últimos sesenta
años la preocupación central de la escuela

L a escuela tradicional estaba preocupada por transmitir co-


nocimientos; más bien, yo diría que por transmitir informa-
ciones, algunas inútiles y otras muy poco útiles. La pedagogía es-
taba asentada en una estructura piramidal, fundamentada en la
autoridad y la disciplina, el formalismo, el didactismo y la memo-
rización.
A mediados del siglo XX, y más acentuadamente en la década
del sesenta, bajo la influencia del modelo conductista predominó
la propuesta del aprender a hacer; la escuela estaba fuertemente
enfocada al aspecto pragmático y utilitario.
Luego, el modelo cognitivista consideró que lo más importan-
te era el aprender a aprender y aprender a pensar. Las nuevas
estrategias educativas suponen un tránsito del magistrocentris-
mo (el énfasis puesto en el que enseña) al paidocentrismo (el én-
fasis puesto en el que aprende). Los nuevos procedimientos di-
dácticos procuraban hacer posible la consecución de los objeti-
vos propuestos.
Actualmente comienzan a vislumbrarse dos ideas en cuanto
a lo que debería ser la preocupación principal de la escuela: en-
señar a ser personas y a convivir; esto es, para ser personas hay
que aprender a vivir:
• Aprender a vivir, no en el sentido de que la escuela debe pre-
parar para la vida, sino que la escuela sea la vida misma.
• Aprender a convivir: una escuela cuyo modo de funcionar sea
una formación para la convivencia y el aprendizaje coopera-
tivo que empieza en los primeros años y pasa por diferentes
fases según la evolución de los niños y adolescentes.
Lograr unos niveles de convivencia y de relaciones amistosas
es una tarea primordial y difícil. Desde hace unas dos décadas, el

36
CINCO CLAVES PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

fenómeno denominado violencia escolar es una preocupación en


casi todas las instituciones educativas (escuelas primarias y se-
cundarias). La mejor medida preventiva es lograr una conviven-
cia pacífica. Este estilo educativo, que consiste básicamente en
resolver las diferencias y los problemas excluyendo toda forma
de agresividad y de violencia, no es solo una forma de prevenir la
violencia en la escuela, sino también un modo de formar futuros
ciudadanos convivenciales, tolerantes, respetuosos y dialógicos.
Para ello, en la escuela tienen que aprender a dialogar, a disentir
con absoluto respeto de las personas, a saber argumentar y justi-
ficar lo que piensan.

Anexo 2
Sugerencias para enseñar en y para la libertad

Cuando te levantes cada día, antes de ir a la escuela, si dices


“otro día más”, ello revela que estás desanimado. No eres el úni-
co o la única que sufre este desánimo: el malestar docente (burn
out), que algunos llaman también “síndrome del quemado”, es un
sentimiento que se apodera de los profesionales de cualquier
campo, cuando tienen la “sensación” de que su trabajo no es útil.
Sería injusto exigirte heroísmo, comprendo tu situación. Pe-
dirte que aceptes estas sugerencias sería revelar, de mi parte,
una gran incomprensión del sufrimiento humano… De todos mo-
dos te pido que las leas: yo sería muy feliz si te ayuda a que el
barco de tu vida encuentre su timón. Por de pronto, procura no
comenzar cada día desde una visión pesimista y derrotista. Esto
malogra lo mejor que hay en ti.
En la educación, y en todos los ámbitos de la vida, es preferi-
ble dar aunque sea un pequeño paso, antes que resignarse di-
ciendo y justificándose con el argumento de que no se puede ha-
cer nada.
Prepara responsablemente las clases y actividades para que
sean atractivas y dinámicas. Enseña con alegría y entusiasmo.
Que los contenidos de lo que enseñas sean significativos,
tanto desde el punto de vista lógico, psicológico y social. Es decir,
que interesen a tus alumnos. Recordando el consejo de Freire
que debemos pasar de “la pedagogía de la respuesta a la pedago-
gía de la pregunta”.

37
EZEQUIEL ANDER-EGG

No esperes nunca tener un curso homogéneo; la heterogenei-


dad es algo inherente a los grupos humanos: lo es también en el
aula. En cada curso que tendrás a lo largo de tu vida docente te
encontrarás con un grupo heterogéneo de alumnos.
Sé amigable, dialógico, positivo y empático con tus alumnos.
Gana la confianza y el afecto de ellos, excluyendo toda forma de
autoritarismo, coerción o de expresiones melosas. Recuerda que
la educación personalizada exige que cada alumno se sienta “al-
guien” en la forma como lo trates, y no “algo” impersonal.
Alégrate de que los alumnos te pregunten y preocúpate por
los que nunca preguntan. Procura que todos los alumnos partici-
pen fructíferamente en la dinámica general del trabajo en el aula.
Mantenlos activos. Refuérzalos positivamente.
No tienes que ser un simple transmisor de información y co-
nocimientos; debes ofrecer desafíos y alentarlos para que tomen
una posición activa, como agentes de su propia formación.
Permite que los alumnos aporten ideas, sugerencias y pro-
puestas de toda naturaleza, entre ellas cómo mejorar las clases.
Utiliza diferentes formas de apoyo y recursos visuales. Haz
un uso razonado, equilibrado y creativo de las mismas. Esto su-
pone y exige pensar al mismo tiempo en sus responsabilidades/
posibilidades y en sus riesgos/distorsiones para la práctica edu-
cativa.
Integra lo audiovisual como recurso dentro de las prácticas
educativas. Para ello, todos necesitamos una alfabetización vi-
sual. Esto supone aprender el lenguaje de la imagen como algo
distinto del lenguaje oral y del escrito.
En el uso de estas nuevas tecnologías, a las que aludimos en
los dos últimos puntos, tenemos que tener en cuenta que nada
puede sustituir la comunicación interpersonal.
Procura que en la clase no haya dos focos de atención, de mo-
do que los alumnos puedan estar concentrados en lo que están
tratando o haciendo.
Después de preguntar, deja el tiempo necesario, de modo que
los alumnos estén concentrados en lo que se está tratando y ha-
ciendo.
Tanto como sea posible hay que salir de las paredes de la es-
cuela; la educación extramuros es absolutamente necesaria. Ya
sea que se visite una granja, una fábrica o un museo.

38
CINCO CLAVES PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

Por último (sin que las sugerencias que he realizado sean ex-
haustivas), no olvidar nunca que, como educador, eres un refe-
rente muy importante para tus alumnos, por lo que dices, haces
y, sobre todo, por lo que eres.

Anexo 3
Qué valores enseñar

Cuando hablamos de valores podemos aludir a los valores éticos,


estéticos, lógicos y económicos. Si nos ceñimos al ámbito de la
educación, se habla de valores éticos. Dentro de ese contexto, la
educación en valores es un tema central en todas las sociedades
y en todos los tiempos.
Los valores son, en lo más profundo, una opción personal de
cada ser humano, en relación con lo que se considere como bue-
no o malo, lo que debe hacerse o dejar de hacer.
La educación nunca es neutra, es decir, nunca es avalorativa,
ni tampoco no-directiva. La cuestión es: ¿qué valores hay que en-
señar? En el modelo de sociedad que se quiere alcanzar y el tipo
de hombre y mujer que se quiere formar, es el marco referencial
más importante. Se trata de la respuesta al para qué de la educa-
ción que, en el fondo, como ya lo indicamos, es una cuestión polí-
tica-filosófica-ideológica. De ella se ha de derivar la pedagogía
capaz de concretarla.
Así formulada, la respuesta a la cuestión “qué valores ense-
ñar”, cuando se pretende el tránsito de un tipo de sociedad a otra
(el caso de Venezuela, agosto 2009), ello trae aparejado una serie
de problemas y de confrontaciones.
De ahí que algunos propongan una “zona de acuerdo mínima”
en cuanto a los valores a enseñar, expresada en la Declaración
Universal de las Naciones Unidas, en la que se reconocen los va-
lores que dignifican la existencia de todo ser humano, cualquiera
sea su clase social, raza, etnia, religión o nacionalidad.
Y con esta formulación, también surge la controversia: ¿cómo
se pueden reconocer los valores que dignifican al ser humano, en
el contexto de la perversidad del capitalismo, el feroz egoísmo
que fomenta y la falta de solidaridad con aquellos que carecen de
lo más elemental para vivir con un mínimo de dignidad?

39
EZEQUIEL ANDER-EGG

Educación en valores para vivir es educar para la solidari-


dad. Conscientes de que en la sociedad en que vivimos el darwi-
nismo social del “sálvese quien pueda”, de no preocuparnos por
los otros, es dominante. ¿A qué conduce esta falta de una ética
solidaria? Lo ilustramos con la sabiduría de Quino:

40
CINCO CLAVES PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

El desarrollo como persona es hacerse uno mismo, pero esto


no se puede lograr como si cada ser humano fuera un átomo ais-
lado. Nos hacemos con los otros. Nunca nos realizaremos en ple-
nitud sin un sentido de solidaridad con los demás. Para humani-
zarnos, la fraternidad y la solidaridad, “la capacidad de ser para
el otro”, como dice Mounier, es una dimensión sustancial de los
valores humanos.
Además de la Declaración de Derechos Humanos, se han he-
cho conocer diferentes propuestas acerca de la necesidad de
compartir valores que aseguren el destino de los seres humanos
y del planeta en que vivimos. Escogemos como elemento de re-
flexión dentro de la escuela, el Manifiesto 2000 para la cultura de
la paz y la no violencia.

Me comprometo en mi vida cotidiana, mi familia, mi trabajo, mi


comunidad, mi país y mi región a:

1. Respetar todas las vidas. Respetar la vida y la dignidad de ca-


da persona, sin discriminación ni prejuicios.
2. Rechazar la violencia. Practicar la no violencia activa, recha-
zando la violencia en todas sus formas: física, sexual, psico-
lógica, económica y social, en particular hacia los más débi-
les y vulnerables, como son los niños y los adolescentes.
3. Liberar mi generosidad. Compartir mi tiempo y mis recursos
materiales, cultivando la generosidad a fin de terminar con la
exclusión, la injusticia y la opresión política y económica.
4. Escuchar para comprenderse. Defender la libertad de expre-
sión y la diversidad cultural, privilegiando siempre la escu-
cha y el diálogo, sin ceder al fanatismo ni a la maledicencia y
el rechazo del prójimo.
5. Preservar el planeta. Promover un consumo responsable y un
modo de desarrollo que tenga en cuenta la importancia de to-
das las formas de vida y el equilibrio de los recursos natura-
les del planeta.
6. Reivindicar la solidaridad. Contribuir al desarrollo de mi co-
munidad, propiciando la plena participación de las mujeres y
el respeto de los principios democráticos, con el fin de crear
juntos nuevas formas de solidaridad.

41
EZEQUIEL ANDER-EGG

Anexo 4
Diez perlas del maestro Fernando Savater

Todos saben que Savater es un filósofo y ensayista, quizás el más


popular y conocido en los países que hablan español. Si decimos
maestro es porque lo es. Como para dejar un sabor de profundi-
dad y lucidez pedagógicos, algunos educadores hemos elegido
diez frases de Savater que iluminan y motivan.

Vaya por delante que tengo a maestras y maestros por el gremio


más necesario, más esforzado y generoso, más civilizado de
cuantos trabajamos para cubrir las demandas de un Estado de-
mocrático.
Entre los baremos básicos que pueden señalarse para cali-
brar el desarrollo humanista de una sociedad, el primero es, a mi
juicio, el trato y la consideración que brinda a sus maestros.
Hay que evitar el actual círculo vicioso, que lleva de la baja
valoración de la tarea de los maestros a su ascética remunera-
ción, de esta a su escaso prestigio social y por tanto a que los do-
centes más capacitados huyan a niveles de enseñanza superior,
lo que refuerza los prejuicios que desvalorizan el magisterio.
La verdadera educación no solo consiste en enseñar a pen-
sar, sino también en aprender a pensar sobre lo que se piensa, y
este momento reflexivo –el que con mayor nitidez marca nuestro
salto evolutivo respecto de otras especies– exige constatar nues-
tra pertenencia a una comunidad de criaturas pensantes.
El aprendizaje… es un proceso necesario para llegar a ad-
quirir la plena estatura humana. Para ser hombre no basta con
nacer, sino hay también que aprender. La genética nos predispo-
ne a llegar a ser humanos, pero solo por medio de la educación y
la convivencia social conseguimos efectivamente serlo.
Sin duda, la propia habilidad de aprender es una muy distin-
guida capacidad abierta, la más necesaria y humana quizá de to-
das ellas.
La capacidad de aprender está hecha de muchas preguntas y
de algunas respuestas, de búsquedas personales y no de hallaz-
gos institucionalmente decretados; de crítica y puesta en cues-
tión en lugar de obediencia satisfecha con lo comúnmente esta-

42
CINCO CLAVES PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

blecido. En una palabra: de actividad permanente del alumno y


nunca de aceptación pasiva de los conocimientos ya deglutidos
por el maestro, que este deposita en la cabeza obsecuente. De
modo que, como ya tantas veces se ha dicho, lo importante es el
enseñar a aprender.
Si un recorte de los recursos estatales deteriorase la ense-
ñanza pública hasta el punto de hacer irremediable el triunfo so-
cial de la privada, nos indignaría, sería una auténtica vergüenza y
un atentado inequívoco contra la libertad democrática que consi-
deramos nuestro prioritario ideal político.
La enseñanza no puede ser un bien más de los que se ofrecen
en el mercado. Si así fuera… no habría oportunidad de superar
las desigualdades de origen existentes. Los pudientes contarían
con buenas escuelas bien remuneradas, con los mejores profeso-
res y medios, con establecimientos excelentes en los barrios re-
sidenciales próximos a los hogares que habitan sus hijos. Los po-
bres, en cambio, no tendrían derecho más que a escuelas tan po-
bres como ellos mismos, las únicas que aceptarían instalarse en
los barrios económicamente menos prometedores, gestionados
por santos de la resignación social o de la frustración profesio-
nal.
El sentido de la educación es conservar y transmitir el amor
intelectual a lo humano.

Anexo 5
Una carta fraternal a los participantes del Congreso
Internacional de Educación de Montevideo, Uruguay
(octubre de 2009)

He reflexionado en voz alta ante ustedes un poco más de una ho-


ra. Es más lo que no dije que lo que dije de algunas cuestiones
relacionadas con la educación.
Ojalá haya podido transmitirles lo mucho que valoro vuestra
tarea docente. Y mucho más deseo haberles transmitido ganas
de vivir ilusionadamente, con fuego en el corazón, con pasión,
amando todo lo existente y amando aún la propia vida por des-
graciada que sea. De este modo podemos decir, con nuestro mo-
do de vivir, que la vida no es una pasión inútil y que es mucho más

43
EZEQUIEL ANDER-EGG

plena cuando uno se consagra a una causa que esté más allá de
los propios intereses individuales.
Muchas razones tenemos todos los seres humanos para des-
corazonarnos; todos sufrimos decepciones. Si pensamos en ello,
nos hundimos, nos amargamos y nos inmovilizamos. Pero si a pe-
sar de todo queremos sembrar en nuestros alumnos ilusiones y
transmitirles entusiasmo, ellos aprenderán lo más importante:
que la vida merece vivirse.
Sueño, sueño que ello es posible… Perdidos están los que no
sueñan. Piensa que tu futuro es una acuarela y tu vida el lienzo en
el que vas a pintar los colores; entonces serás capaz de reencon-
trar al mundo y llenar de poesía cada encuentro con los otros.

Que la poesía de la vida,


de tu vida,
invada el mundo mercantilizado
y monetarizado en que vivimos.

Que logres vivir en cada instante


un estado de ánimo amoroso
en comunión con todo lo existente.

Entonces, y solo entonces, habrás descubierto el secreto de vivir


con permanente paz en tu corazón y con una gran figura interior
que permite integrar nuestra inteligencia, nuestros sentimien-
tos, nuestra voluntad y nuestra praxis para contribuir a que otro
mundo sea posible: más justo, más fraternal, más humano, y que
lo más humano de lo humano, la ternura, también sea posible.

44
CINCO CLAVES PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

Contenido

Presentación ..................................................................................... 7
Prólogo.. ............................................................................................ 9

Advertencia preliminar ................................................................. 11


I. Ser realistas acerca del potencial que tiene
la educación para producir cambios sociales y
favorecer el desarrollo del país ............................................. 15
II. Cómo mejorar la calidad de la educación y los resultados
educativos ................................................................................ 18
La necesidad de hacer la formación en los mismos
centros educativos .................................................................. 20
III. Los cuatro elementos básicos de la praxis educativa ........ 22
1. El educador ....................................................................... 22
2. El educando ...................................................................... 24
3. Los componentes del currículum ................................... 25
4. El medio ............................................................................. 27
IV. La importancia de la dimensión emocional
en la práctica educativa ......................................................... 30
V. Los virus de la educación ....................................................... 32

Anexos
Anexo 1. Cómo ha ido variando a lo largo de los últimos
sesenta años la preocupación central de la escuela .......... 36
Anexo 2. Sugerencias para enseñar en y para la libertad ........ 37
Anexo 3. Qué valores enseñar ...................................................... 39

45
EZEQUIEL ANDER-EGG

Anexo 4. Diez perlas del maestro Fernando Savater ................. 42


Anexo 5. Una carta fraternal a los participantes del Congreso
Internacional de Educación de Montevideo, Uruguay
(octubre de 2009) ..................................................................... 43

Esta primera edición de


Cinco claves para mejorar la educación
se terminó de imprimir en Chihuahua, Chih., México,
en marzo de 2011, en los talleres gráficos de Impresora Standar, SA de CV,
con domicilio en Ernesto Talavera n. 1207,
col. Rubio, CP 31020, Chihuahua, Chihuahua, México.

Edición y producción: Martín Reyes.

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