Sie sind auf Seite 1von 5

Los recursos estilísticos

Es un recurso estilístico cualquier modificación que realiza el emisor de


un mensaje de uso común a los constituyentes lingüísticos de tal
mensaje para incrementar su expresividad de forma que tal texto,
transformado en literario, impresione la imaginación o la memoria del
lector o receptor del mismo; la literatura viene a constituir así una
especie de “tratamiento de belleza” que recibe el significado y el
significante del signo literario para asegurar su perduración en el tiempo
y en la psicología humana, de forma que pueda recordarse con facilidad
su forma o su efecto, bien por su abundancia de repeticiones o ritmos,
bien por su abundancia en asombro o extrañeza. Estos dos últimos
elementos, la repetición y la alienación, son los dos elementos que en
proporción variable se presentan en todo lenguaje literario y constituyen
las referencias fundamentales a que puede reducirse todo recurso
estilístico: recurrencia y/o diferencia. Mediante operaciones de adición
de elementos verbales (adiectio), supresión (detractio), transposición
(transmutatio) y sustitución (inmutatio) en la lengua de uso común se
crea el lenguaje ‘estilizado’ o literario.

Este tratamiento estético, esta función que Jakobson ha


denominado poética del lenguaje literario y que llama la atención sobre
la forma misma del mensaje de forma que cause placer y estructure
fuertemente el interior de una cláusula literaria para hacerla durar en el
tiempo protegida por su belleza, a pesar de su falta esencial de utilidad
pragmática en el momento de elocución, constituye lo que
llamamos literatura. Sin embargo, de la misma manera que una receta
de cocina no constituye arte, pero sí lo es un plato cocinado según dicha
fórmula, porque la receta no causa placer estético, la literatura no es en
sí misma un conjunto de procedimientos estilísticos, sino el efecto
humano o la huella sensible que produce en las percepciones,
experiencias y vida de un individuo.
La poesía muy rítmica y repetitiva suele ser propia de la inspiración
popular: reúne a la gente para que asuma una tradición recurrente,
rememorial. La poesía en la que abunda el otro elemento de extrañeza o
alienación, por el contrario, resulta mistérica y aísla al poeta de la
sociedad, es una tendencia aristocrática y cortesana que puede
representar por ejemplo un Góngora o un Quevedo.

Se suelen clasificar los recursos estilísticos en tres grandes grupos:


recursos fónicos, semánticos y sintácticos, pero esta denominación,
aunque es la que voy a seguir, es problemática en cuanto que muchos
de los efectos aquí reproducidos son mixtos y difícilmente pueden
clasificarse en un solo lugar. Más atinada me parece, por ejemplo, la
clasificación semiótica de Miguel Ángel Garrido:

LICENCIAS:

Transgresiones de una norma lingüística que no vuelven el enunciado


ininteligible como si fueran contra reglas fundamentales del código.

En cuanto a la relación significante/significado, tenemos licencias


poéticas como sinalefa, dialefa, sinéresis y diéresis, y metaplasmos
como aféresis, síncopa, apócope (versos de cabo roto, por ejemplo),
prótesis, epéntesis y paragoge; también la aliteración, onomatopeya y
armonía imitativa, acróstico, anagrama, palíndromo, quiasmo,
retruécano, calambur, paronomasia y similicadencia.

En cuanto a la sintaxis: elipsis, braquilogía, zeúgma, dilogía, reticencia,


interrupción e hipérbaton.

Por lo que toca a semántica: epíteto, sinquisis o mixtura verborum,


equívoco o antanaclasis, sinonimia etábole o expolición, histerología,
paradiástole, oxímoron, sinécdoque, metonimia, metáfora, alusión,
metalepsis, paradoja y perífrasis.
En cuanto a la relación signo/referente, preterición, permisión, ironía,
sarcasmo, asteísmo, hipérbole, lítote, plural de modestia o asociación,
dubitación, anacoenosis o comunicación, concesión e interrogación.

INTENSIFICACIONES.

Cuando no se transgrede la norma lingüística, pero podemos distinguir


elementos del enunciado como especialmente significativos a causa de
su insistente reiteración o por cualquier otro motivo, nos hallamos ante
el segundo gran grupo de las figuras, las intensificaciones.

En cuanto a relación significante/significado, anáfora, epífora o


conversión, complexión, reduplicación (epanalepsis, geminación o
epizeuxis), diácope, anadiplosis, concatenación, epanadiplosis,
derivación, políptoton.

En cuanto a sintaxis, asíndeton, polisíndeton, sujeción, dialogismo


(estilo directo, indirecto, sermocinación o idolopeya), exclamación,
apóstrofe.

En cuanto a semántica, expolición, símil, antítesis, anticipación o


prolepsis, coreección, gradación (ascendente o descendente),
suspensión.

Relación signo/referente: descripción o écfrasis (prosopografía, etopeya,


pragmatografía, cronografía, topografía), enumeración, sinatroísmo o
congeries, sentencia, epifonema.

Por otra parte, los recursos estilísticos se clasifican también


habitualmente por la intencionalidad de los mismos, como recursos
de logos, de ethos o de pathos. Los recursos de logos apelan a la
razón del hombre (entimema, silogismo, sorites, etiología,
razonamiento, antipófora, apofasis, contrario, expeditio, posapódosis,
proecthesis); los del ethos apelan a la credibilidad (anamnesis, litotes,
paronomasia), y los del pathos a los sentimientos y pasiones comunes,
a las respuestas emocionales (apóstrofe, adynaton, aposiopesis,
conduplicación, epanortosis, epímone, ominatio o presagio,
sinonimia, perclusio, deesis, descripción).

Recursos fónicos

A la hora de analizar un texto, una de las cuestiones ineludibles que debemos


abordar es la localización de aquellos recursos estilísticos que el autor ha
empleado al elaborar el texto con el fin de dar belleza y expresividad al mensaje,
causar extrañeza en el lector, crear un estilo propio que le diferencie del resto de
autores, etc.

Normalmente buscamos estos recursos en los textos literarios, y, especialmente,


en la poesía, ya que en estos se da esencial importancia a la forma que presenta
el texto. Pero, no debemos olvidar, que los recursos estilísticos también están
presentes en otros tipos de textos como los periodísticos, en los que muchas
veces el autor es un escritor reconocido y quiere dejar patente su estilo literario, o
los publicitarios, que buscan sorprenden y captar al receptor con todos los
medios disponibles a su alcance, entre ellos los recursos estilísticos propios del
lenguaje literario. Por ello, debemos estar atentos al realizar un comentario de
cualquier tipo de texto, no solo si nos enfrentamos a un texto literario, y señalar
todos aquellos recursos literarios que localicemos.
Con el objetivo de establecer una metodología clara que nos ayude a dar
coherencia a nuestro comentario de texto y atendiendo a los distintos niveles del
lenguaje podemos clasificar estos recursos de la siguiente manera: recursos
fónicos, recursos léxico-semánticos y recursos morfosintácticos. Esta
clasificación nos permitirá saber qué figuras retóricas intervienen en cada nivel y,
además, nos ayudará a obtener un comentario de texto bien estructurado y
ordenado.
Aquí, vamos a centrarnos exclusivamente en los recursos fónicos que podemos
encontrar en un texto. Estos recursos son aquellos en los que el autor juega con
los sonidos de la lengua para conseguir un fin estético y podemos citar los
siguientes: la aliteración, la onomatopeya, la paronomasia y el palíndromo.
A continuación, explicaremos brevemente y de forma sencilla en qué consiste
cada uno de estos recursos fónicos.

La aliteración es básicamente la repetición de un sonido (uno o varios fonemas)


con el objetivo de expresar un concepto o crear una sensación.
La onomatopeya consiste en la reproducción de sonidos de la naturaleza o de la
realidad por medio del lenguaje.
La paronomasia es la repetición de palabras que presentan un sonido parecido y
un significado distinto.
Podemos definir el palíndromo como aquella palabra o frase que se lee igual de
izquierda a derecha, que de derecha a izquierda.
Una vez revisados los recursos estilísticos pertenecientes al nivel fónico, debemos
recordar que en los textos poéticos debemos efectuar además un análisis
métrico en el que tendremos que señalar el ritmo, la rima, la medida de los
versos, el tipo de estrofa que ha empleado el autor, tipos de versos que aparecen
en la composición poética, las pausas y encabalgamientos.
Así, finalmente, habremos completado en nuestro comentario de texto todo
aquello que aparece en el nivel fónico y pasaremos a localizar otros recursos
literarios que intervienen en el nivel léxico-semántico y en el morfosintáctico.

Das könnte Ihnen auch gefallen