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TEMA 2: REVOLUCIÓN LIBERAL EN EL REINADO DE ISABEL II (1833-

1868).

INTRODUCCIÓN

El reinado de Isabel II significa la creación y la consolidación del estado liberal


transformándose la antigua monarquía absoluta en otra parlamentaria. En reinados
anteriores ya hubo varios intentos de cambio, por lo que el tránsito desde el Antiguo al
Nuevo Régimen se inscribe en un proceso más amplio, en el que no faltaron
interrupciones y sobresaltos, como ocurrió en el reinado de Fernando VII. Lo que ocurre
durante el de Isabel II es que el proceso se precipita, se acelera y, por fin, se resuelve en la
creación del Estado liberal. Un liberalismo que va a ser en esta primera etapa
mayoritariamente moderado y censitario, respondiendo a los intereses de la clase
oligárquica en el poder.
Para contextualizar el reinado de Isabel II debemos partir de la introducción del Nuevo
Régimen en las circunstancias especiales de la guerra de la Independencia, seguido de los
vaivenes de este nuevo régimen durante el reinado de Fernando VII, a su muerte, esta
lucha entre antiguo y nuevo régimen desemboca en las guerras carlistas. La regente María
Cristina y los liberales tuvieron que apoyarse mutuamente. El fin de las guerras carlistas y
la victoria del bando de Isabel II supondrían el triunfo del liberalismo y del nuevo
régimen.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Al finalizar la Guerra de la Independencia el país seguía enfrentado ideológicamente


entre liberales y absolutistas, ambos a la expectativa de la postura que tomase Fernando
VII a su regreso. En la primavera de 1814 el Rey regresó y mostró su disposición de
volver al absolutismo monárquico. La acción contrarrevolucionaria de algunos generales
contaba además con el apoyo de un grupo de diputados absolutistas, firmantes del
Manifiesto de los Persas que rechazaban la legislación nacida en Cádiz.
En los primeros días de mayo de 1814, Fernando VII declaró ilegal la convocatoria de
las Cortes de Cádiz y anuló toda su obra legisladora. Empezaba entonces la represión que
trataba por igual a los colaboradores del gobierno de José Bonaparte y a los liberales. La
Europa de la Santa Alianza dio nuevo empuje al absolutismo de Fernando VII que
apoyándose en la Iglesia y en los grandes propietarios nobiliarios, eliminó la libertad de
prensa y reinstauró la Inquisición .Este tribunal reinició su tarea de represión retirando
cientos de publicaciones y deteniendo a los liberales. Sin embargo cuando la Iglesia
reclamó la devolución de sus tierras, vendidas en el reinado de José I, Fernando VII se
negó a satisfacer su reclamación, confirmando la nueva distribución de la propiedad, en
manos de latifundistas partidarios de su reinado.
La oposición al reinado absolutista fue aglutinándose en distintas sociedades patrióticas
o la masonería de carácter secreto, muchos de estos opositores fueron militares con una
clara inclinación liberal.
Diferentes oficiales intentaron mediante la fuerza acabar con el absolutismo de Fernando
VII mediante pronunciamientos, ejemplos de estos fueron Espoz y Mina en Pamplona,
Porlier en A Coruña y Lacy en Barcelona, todos fracasaron en su intento.
El descontento popular también era evidente y se basaba sobre todo en la nefasta
política económica desarrollada desde el gobierno, el mercado americano está a punto de
perderse, se intenta la vuelta al Antiguo Régimen lo que retrasa el desarrollo industrial y
la fiscalidad resulta insuficiente para el mantenimiento del Estado. Todo el malestar

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existente estalló en 1820 cuando el comandante Rafael Riego, se levantó a favor de la
Constitución de 1812. Este pronunciamiento encontró apoyos en otras guarniciones de la
Península y nuevamente se formaron juntas liberales que se hicieron cargo de los
ayuntamientos hasta la reunión de las Cortes.
Desde el poder, los liberales eliminaron la Inquisición, impusieron el sistema fiscal
aprobado en Cádiz, suprimieron los señoríos, expulsaron a los jesuitas y confirmaron las
leyes que garantizan los derechos y las libertades de los ciudadanos, se suprimieron las
órdenes monacales y la desamortización de tierras de los monasterios( esta medida se
adoptó para intentar rebajar la deuda pública).
Volvieron a renacer las tertulias y centros de debate y la prensa volvió a ganarse el
sobrenombre de “cuarto poder”. Poco a poco los liberales se escindieron en dos grupos,
los moderados que habían participado en las Cortes de Cádiz, y los exaltados, jóvenes
seguidores de Riego.
La ruptura de los liberales vino motivada por la aplicación de las reformas: los
moderados o doceañistas querían restringir la soberanía del pueblo mediante un sufragio
limitado y una cámara alta en las Cortes. Por el contrario los exaltados defendían el
sufragio universal y una sola cámara en las Cortes. De esta escisión saldrán las posteriores
denominaciones de moderados y progresistas.
A la misma vez empiezan a aparecer grupos de absolutistas, partidas armadas de
voluntarios realistas que se harán fuertes en Navarra y Cataluña ( la Regencia de Urgell),
estos voluntarios declararán nulo todo lo dispuesto desde 1820 y a la vez provocarán la
formación de un gobierno exaltado en 1822.
En 1823 se produce la intervención internacional conocida como los Cien mil hijos de
San Luis, un ejército francés enviado por la Santa Alianza para restaurar el papel absoluto
de Fernando VII.
El rey invalidó toda la legislación del trienio e inauguró un periodo conocido como la
Década Absolutista.
Durante este período Fernando VII volvió a gobernar como monarca absoluto;
comenzó desatando una durísima represión, miles de españoles se pusieron a salvo en el
exilio, primero en Gran Bretaña y después en Francia, y desde estos lugares conspiraban
contra el reinado de Fernando VII.
A pesar de la vuelta al Antiguo Régimen, el gobierno intentó unas tímidas reformas: en
1823 se creó el Consejo de Ministros como órgano de consulta del rey, se reorganizó la
Hacienda (obra de López Ballesteros) estableciendo un presupuesto anual y abordando el
problema de la deuda pública.
A partir de 1824 se inauguró una fase de autarquía económica, nuevas roturaciones de
tierras y reducción del comercio exterior en beneficio de la industria nacional. Se
inauguró la primera siderurgia moderna en Marbella y se mecanizaban los textiles
catalanes, la Bolsa de Madrid iniciaba sus sesiones. A pesar de todo España seguía siendo
un país arruinado.
Pero el peor mal de España era sin duda la ausencia de una dirección política firme, los
continuos cambios de Gobierno son buena muestra de esto.
Dos graves problemas se cernían sobre el reinado de Fernando VII, por un lado los
liberales exaltados que se encontraban siempre dispuestos a preparar levantamientos
aunque sin apoyo popular, por otro lado los realistas puros o ultras, el sector más radical
del absolutismo que consideraba que el rey transigía demasiado con los liberales.
Este último grupo fue aglutinándose en torno a la figura de Carlos Mª Isidro, hermano
del rey y supuesto heredero al trono.
En 1830 el panorama es desolador, en Francia acaba de triunfar una revolución liberal y
la esposa del rey María Cristina ha dado a luz a una niña, Isabel. Antes del nacimiento del

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heredero, el rey había hecho publicar una Pragmática Sanción que restablecía la sucesión
tradicional de la monarquía hispánica permitiendo reinar a las mujeres, es decir la Ley
Sálica quedaba anulada. Pero en 1832, aprovechando la enfermedad del rey se derogaba
la Pragmática Sanción. Una vez recuperado Fernando VII confirmó los derechos
sucesorios de su hija Isabel y nombro un nuevo gobierno presidido por Cea Bermúdez
que buscaría apoyos en los liberales moderados. En septiembre de 1833 moría Fernando
VII y su viuda heredaba en nombre de su hija la corona de España, que también
reclamaba para sí Carlos María Isidro, quien negó la legitimidad de la princesa de
Asturias para ocupar el trono y adoptó el nombre de Carlos V, publicando en el
manifiesto de Abrantes el 1 de octubre de 1833 sus pretensiones, los carlistas preparaban
ya su primer levantamiento.

LA REGENCIA Y EL REINADO DE ISABEL II

El testamento de Fernando VII nombraba a su cuarta esposa Maria Cristina “Regente y


Gobernadora” con poder absoluto hasta que su hija Isabel alcanzase la mayoría de edad.
Maria Cristina coma Regenta intenta una política de conciliación entre liberales y
absolutistas. A los liberales les concedió una amplia amnistía, a los absolutistas les
confirma en el gobierno al mantener a Cea Bermúdez como jefe del mismo. Estas
medidas no contentaron a ninguno de los dos grupos: a los liberales les parecieron
insuficientes, mientras que los absolutistas estaban ya decididos par la sucesión de Don
Carlos.

La Primera guerra carlista (1833-1839)

El levantamiento carlista, cuyas primeras partidas habían aparecido después de la muerte


de Fernando VII, obligo a la Regente a buscar el apoyo de los liberales. Su primera
medida fue la sustitución de Cea Bermúdez por el liberal doceañista Martínez de la Rosa.
De 1833 a 1839 España se vio envuelta en una guerra civil cuyos contendientes
presentaban las siguientes características:
- Los carlistas recibieron también el nombre de realistas o apostólicos y su programa se
basaba en un absolutismo a ultranza al que añadirían posteriormente la defensa de los
fueros (instituciones de gobierno autónomas, su sistema propio de justicia y la exención
fiscal y de quintas para el servicio militar). Su tradicionalismo religioso se concretaba en
el lema: Dios, Patria, Rey.
- Los liberales fueron también conocidos con el nombre de cristinos o isabelinos. Su
objetivo es restaurar el régimen liberal y la Constitución de 1812.
Ambas fuerzas recibieron el apoyo de distintos sectores sociales:
- Los carlistas, de los pequeños propietarios rurales que veían amenazadas sus tradiciones
y creencias por el liberalismo uniformizador y centralizador de origen francés, a lo que
hay que añadir el apoyo de la mayor parte del clero regular y del bajo clero secular. El
escenario carlista tuvo sus bases definitivas en Vascongadas, Navarra, el Maestrazgo y
norte de Cataluña. .
- Los liberales contaron en cambio con el apoyo de las masas urbanas (burgueses,
artesanos, obreros y el de un sector del ejército) y dominaron las grandes ciudades incluso
del área del carlismo (Bilbao, Pamplona y San Sebastián).
La guerra adquirió una dimensión internacional. Los carlistas contaron con la simpatía de
las potencias absolutistas europeas: Austria, Rusia y Prusia y con el reconocimiento de los
reyes de Cerdeña y Nápoles. Por el contrario los isabelinos contaron con el apoyo de las

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potencias liberales europeas: Francia, Inglaterra, Portugal. La Santa Sede mantuvo una
actitud neutral.
La guerra en un principio había sida planteada por los carlistas eludiendo las grandes
batallas y recurriendo al sistema de partidas guerrilleras que tan buen resultado había dada
en la guerra de la Independencia El general Tomas Zumalacárregui logro convertir esta
partidas indisciplinadas y dispersas en un verdadero ejército que obtuvo las primeras
victorias contra la regenta Maria Cristina. Su muerte en el sitio de Bilbao priva al ejército
carlista de su figura más importante.
Esta desaparición y la crisis en que se vio sumido el carlismo explican la victoria del
general liberal Espartero en Luchana sobre su oponente Maroto. Posteriormente, el
Convenio de Vergara (acuerdo que puso fin a la guerra en Navarra y el País Vasco e
implicó la admisión de los militares carlistas en el ejército isabelino, respetándoles su
categoría), agosto de 1839, puso fin a la guerra, aunque ésta se prolongó todavía cerca de
un año en Levante y Cataluña, protagonizada par Ramón Cabrera, el "tigre del
Maestrazgo".'
Fue una guerra entre dos grandes principios: el liberalismo y el absolutismo y, como
sucederá en 1936, la guerra cobró proyección internacional en cuanto que en ella se
solventaban creencias y problemas de la civilización europea.

Las regencias (1833-1843)

El denominador común de este período es la guerra carlista, cuyo desarrollo incidirá de


manera decisiva en el gobierno de ambas regencias.
En la regencia de Maria Cristina (1833-1840) destacan dos hechos esenciales: la victoria
frente a la contrarrevolución y la consolidación del liberalismo.
El primero está presidido par la promulgación del Estatuto Real (1834), obra del liberal
moderado Martínez de la Rosa. El Estatuto no se puede considerar una Constitución, en
cuanto niega a las Cortes el poder legislador; es la expresión de un sistema intermedio
entre el absolutismo y constitucionalismo. El Estatuto navegaba entre la idea tradicional
de los tres estamentos y el unicameralismo de las Cortes de Cádiz, y así establecía un
parlamento formado por dos cámaras: el “Estamento de Próceres”, que reuniría a la vieja
aristocracia de sangre y a la nueva aristocracia del dinero y el prestigio, y el “Estamento
de Procuradores” (para ser elegido miembro de este último había que estar en posesión de
una renta anual de 12.000 reales como mínimo). Sólo podían votar los mayores
contribuyentes de cada distrito; es decir, que para tomar parte en las elecciones había que
ser rico, y para poder ser elegido, mucho más.
Sin embargo supone un avance en la marcha hacia el liberalismo y una ruptura con la
política de Cea Bermúdez, a quien, no obstante, se le deben dos medidas importantes en
el campo administrativo: la creación del Ministerio de Fomento y la nueva división
provincial (obra de Javier de Burgos).
La consolidación del liberalismo será una consecuencia derivada del propio Estatuto ya
que éste no contenta ni a absolutistas ni a liberales. La facción mas radical de éstos, que
toman el nombre de progresistas, canalizara el descontento de las masas populares debi-
do, entre otros motivas, al desarrollo de la guerra carlista y al agravamiento de su
situación laboral. Esto dará lugar a una oleada revolucionaria en el verano de 1835 que
culminara con la quema de conventos ( a partir del rumor de que los religiosos partidarios
del carlismo habían envenenado las aguas) y de la fábrica de tejidos "Bonaplata", primera
en instalar en España la máquina de vapor (fenómeno de carácter ludita).
Estos desordenes provocaron la destitución de Martínez de la Rosa y el nombramiento
del conde de Toreno, un liberal un poco menos moderado, que aunque inició medidas

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anticlericales (expulsión de los jesuitas y supresión de los conventos que no tuviesen, por
lo menos, 12 individuos profesos) no pudo acabar con los desordenes. En el otoño de
1835 Toreno era destituido y subía al poder Juan Álvarez Mendizábal., abiertamente
progresista, quien inició una serie de reformas económicas que culminaron con la
desamortización.
El gobierno de Mendizábal, se enfrentó pronto a la Regente, partidaria de la vuelta de
los moderados, y acabó dimitiendo en mayo de 1836. Esta dimisión iría acompañada de la
disolución de las Cortes para proceder a nuevas elecciones. Se esperaba que el resultado
de estas fuera de signo más moderado.
Sin embargo, antes de que se llegaran a reunir las nuevas Cortes se produjo un
levantamiento similar al producido el año anterior. Ante la ineficacia de las soluciones
políticas, una parte del ejército se unió a los descontentos, sublevándose en el palacio de
la Granja ("pronunciamiento de los sargentos", agosto de 1836), lo que traerá consigo la
promulgación de la Constitución de 1837, marco base para el desarrollo de una serie de
medidas revolucionarias entre las que destacaron las siguientes:

- Restablecimiento de la libertad de imprenta.


- Restablecimiento de la milicia nacional.
- Supresión de los mayorazgos.
- Supresión del diezmo.
- Continuación de la obra desamortizadora iniciada por Mendizábal en 1835.
- Soberanía nacional

Una vez aprobada la Constitución, la regente disolvió las Cortes y convocó nuevas
elecciones que fueron ganadas por los moderados, pero la prolongación de la guerra
carlista hizo que estos fueran progresivamente dimitiendo. Ante la crisis suscitada se
produjo la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones. Esta vez el triunfo es
para los progresistas que controlaran las Cortes pero no el gobierno que sigue en manos
moderadas.
El triunfo final de los progresistas y la terminación de la guerra carlista tuvo como artífice
al general Espartero La oposición de la Regente a la Ley de Ayuntamientos de 1840
(elección alcaldes y concejales) , unido a diversos problemas ligados a su vida
privada( matrimonio morganático con un guardia de la Corte y las indicaciones del
testamento de Fernando VII) la forzaron a renunciar y a marchar fuera del país. En su
ausencia se nombró a un nuevo Regente: el General Espartero (1841-1843), era un
militar de una dilatada experiencia en el campo de las armas, de procedencia humilde
había ido haciendo su carrera en los diferentes conflictos en los que España se vio
envuelta desde la Guerra de la Independencia. Su éxito más importante se produjo durante
su actuación en la guerra carlista (Batalla de Luchana, 1836), una vez desterrada la
regente, Espartero fue elegido Regente en las Cortes debido al apoyo de los progresistas.
La marcha hacia el liberalismo se vio frenada paradójicamente por un problema
económico. La burguesía catalana, que había abrazado el liberalismo político, en el
aspecto económico reclamaba un proteccionismo para su industria algodonera,
perjudicada par el tratado librecambista que España había firmado con Inglaterra. El
tratado supuso en Barcelona una acción revolucionaria protagonizada par los proletarios
que veían peligrar sus puestos de trabajo y por los patronos que ven la ruina de sus
negocios y a nivel político aparecen por primera vez elementos republicanos.
Para terminar con esta situación Espartero ordeno el bombardeo de la ciudad desde
Montjuich y la posterior represión. Esta actitud desacreditó al Regente y aconsejo su
relevo, pero de nuevo, y coma será normal en la historia de España, el cambio no se

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produjo mediante el juego político, sino por el concurso de las armas: el pronunciamiento
militar. Para solucionar el problema institucional que suponía la marcha del regente, las
Cortes acordaron adelantar la mayoría de edad de la reina, que aún no había cumplido los
14 años, edad establecida por la Constitución de 1837 para tenerla.

El reinado de Isabel II

Los partidos políticos

El triunfo de los liberales en la guerra carlista supuso la implantación de su sistema


político basado en la Soberanía Nacional expresada en la Constitución elaborada par unas
Cortes cuyos diputados, elegidos mediante sufragio, representan la voluntad nacional. Sin
embargo estos principios fueron desarrollados de forma distinta par los dos sectores del
liberalismo, los moderados y progresistas.
Moderados:

- Concepto de soberanía compartida, Rey y Cortes, lo que fortalece el poder real.


- Cortes bicamerales: Cámara Alta, por designación real. Cámara baja, mediante
elecciones.
- Sufragio censitario restringido, expresión del liberalismo doctrinario según el cual el
dinero y la cultura permiten votar y ser elegidos.
- Cuestión religiosa: confesionalidad del Estado.
- Milicia Nacional: supresión de ésta.
- Ayuntamientos: designados por los alcaldes
- Política económica: básicamente proteccionista.
- Bases sociales: la burguesía y el sector mas cualificado de las clases medias:
terratenientes, altos funcionarios, hombres de negocios, profesiones liberales,
propietarios, oficiales del ejército.
La Constitución que mejor refleja la ideología del partido moderado es la de 1845.

Progresistas:
- La Soberanía Nacional reside únicamente en las Cortes. Disminuyen las competencias
de la corona.
- Cortes unicamerales, aunque se admite el bicameralismo siempre que la cámara alta sea
electiva.
- Sufragio censitario, pero mas amplio que el de los moderados.
- Cuestión religiosa: separación Iglesia - Estado, libertad de culto.
- Milicia Nacional: apoyo y defensa.
- Ayuntamientos: elección por los vecinos del municipio.
- Política económica: mayoritariamente librecambista.
- Bases sociales: clases medias, pequeños comerciantes, empleados, artesanos y
suboficiales del ejército.
La Constitución de 1856 ("non nata") es la que mejor refleja los principios del
progresismo durante el reinado de Isabel II.

La Década Moderada (1844-1854)

La acción militar dirigida por el general Narváez frente a las tropas del Gobierno tuvo
lugar en Torrejón de Ardoz. La victoria de los pronunciados supuso de hecho el triunfo de

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los moderados, quienes gobernaran los diez primeros años del reinado personal de Isabel
II.
Entre las realizaciones más importantes del periodo destacan:
- La Constitución de 1845. Exponente de la mentalidad de los moderados, liberalismo
doctrinario, representa el triunfo del sufragio censitario muy restringido (sólo el 1% de los
españoles tenía derecho al voto) y se constituía un Senado cuyos miembros eran
designados por la Corona, el poder ejecutivo está por encima del legislativo puesto que
puede gobernar por “decretos” y disolver las Cortes, la unidad religiosa de la nación, el
fortalecimiento del poder real puesto que la soberanía es compartida entre el rey y las
Cortes, y la preocupación por controlar el orden público.
- El Concordato de 1851. Se firmó con la Santa Sede para solucionar el problema de las
relaciones Iglesia-Estado deterioradas a raíz de la desamortización eclesiástica y otras
medidas de tipo liberal.Sus aspectos más relevantes eran los siguientes:
- Reconocimiento de la Religión Católica como "única de la Nación Española".
- Regulación del pleito de la Desamortización. La Iglesia aceptaba las ventas consumadas
y el Estado se comprometía a dotar el culto y el clero, y a reconocer a la Iglesia el derecho
de adquirir y poseer bienes.
- Regulación de jurisdicciones y atribuciones respectivas.
- Reestructuración administrativa de la Iglesia española.
El Concordato será el documento básico para entender las posteriores relaciones Iglesia-
Estado en nuestro país.
- Proceso de centralización: De acuerdo con el espíritu moderado tienen lugar en la
década diversas medidas uniformadoras y racionalizadoras herederas de la política
borbónica del siglo XVIII y de la Revolución Francesa. Entre ellas destacan las
siguientes:
a. Tendencia a la constitución de un orden jurídico unitario: Proyecto de Código Civil
que declaraba abolidos todos los fueros, leyes, usos y costumbres anteriores a su
publicación, y un nuevo Código Penal.
b. Tendencia a la centralización administrativa: se mantiene la provincia (creada durante
la regencia de Maria Cristina) coma división territorial, sustituyendo progresivamente a
las de "reino" y "región". Al frente de la provincia la máxima autoridad civil será la del
Gobernador, quien a su vez nombraba a los alcaldes.
c. Simplificación del sistema tributario anulando particularismos regionales. En la nueva
ley la carga principal era sobre la propiedad (Alejandro Mon, ministro de Hacienda, 1845)
Creación del Banco de España, controlado par el Estado, que se reserva el derecho de
nombrar a su gobernador.
c. En el campo de la educación se aprobarán dos medidas importantes, el plan de estudios
de Gil y Zárate, para centralizar la Universidad española, y la Ley Moyano de instrucción
pública.
d. La unificación de pesos, medidas y monedas con la implantación oficial del Sistema
Métrico Decimal.
e. Creación de la Guardia Civil como un cuerpo que debía garantizar el “orden”.

La burguesía no dejó de aprovechar la favorable coyuntura para lanzarse al mundo de


los negocios. La desvinculación de las propiedades, ya fuera la desamortización
eclesiástica o la civil, aumentó los movimientos económicos. Mejoró la industria, sobre
todo la textil (en Cataluña); la metalúrgica (sobre todo la andaluza, en Málaga y El
Pedroso) y la naval (en el norte). Se construyeron los primeros ferrocarriles, aunque
todavía en modesta escala: Barcelona-Mataró, Madrid- Aranjuez.

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Del mismo modo se observan en esta época los primeros problemas sociales provocados
por la falta de legislación social.

La revolución del 54

Entre 1854 Y 1868 tiene lugar la segunda fase del reinado de Isabel II. Ambas fechas
son el inicio de dos revoluciones, la primera iniciará el bienio progresista y la segunda la
revolución de 1868, llamada también "Septembrina" o "Gloriosa", que supuso el
destronamiento de Isabel II y seis años de gobierno democrático.
Los últimos años de la década moderada se caracterizan por la corrupción administrativa,
precedida de un retroceso en las libertades. La oposición al gobierno partió esta vez de los
mismos moderados, a los que O'Donnell prestó su espada y las masas populares dieron su
apoyo.
La revolución de 1854, para algunos historiadores versión de la revolución
europea del 48, presenta en su desarrollo un proceso revolucionario completo.
Se inicia con una crisis parlamentaria, continuada por el clásico pronunciamiento donde el
general O'Donnell se pronuncia contra el gobierno en Vicálvaro (la "Vicalvarada") y
Cánovas del Castillo suministra la base ideológica a través del Manifiesto de Manzanares,
que recogía los puntos básicos de los progresistas: mejora de la ley electoral y de
imprenta, descentralización de la administración, rebaja de los impuestos y restauración
de la milicia nacional. A ello hay que sumar una serie de levantamientos populares como
los de Madrid, San Sebastián, Barcelona y Zaragoza.
La reina llama a Espartero y le encarga la formación de un gobierno que compartirá con
O'Donnell, que durara solo dos años (Bienio Progresista) y tendrá como primer objetivo
la elaboración de una nueva constitución (la de 1856) que no llego a estar vigente, la "non
nata". En ella se recogen los principios políticos de la burguesía radical española. El
principal de ellos es el de la Soberanía Nacional, bandera del liberalismo progresista
frente a la soberanía compartida, propia del liberalismo doctrinario.
La obra política del gobierno se centra en la promulgación de la "Ley de Desamortizaci6n
General" de Pascual Madoz (1855), y en la defensa del régimen a través de la Unión
Liberal, partido ecléctico fundado por O'Donnell, que aglutinaba a los menos radicales
tanto del partido moderado coma del partido progresista y que puede considerarse coma el
primer partido de centro. A la izquierda del equipo gobernante queda el joven Partido
Democrático, en el que destaca Castelar; a la derecha rebrotara el carlismo que
protagonizara un levantamiento fallido.
Las agitaciones sociales que tienen lugar en Cataluña, Zaragoza, Levante y, por primera
vez, en el campo castellano provoca, la dimisión de Espartero quien cede el gobierno a su
ministro O'Donnell.

Moderados y unionistas

De 1856 a 1868 se alternaron en el poder dos fuerzas políticas: la Unión Liberal de


O'Donnell y el Partido Moderado de Narváez.
La principal característica del nuevo régimen será el eclecticismo que en política interior
se traduce en una vuelta a los principios del liberalismo doctrinario con la aceptación de
la Constitución de 1845. En política exterior el deseo de recuperar el perdido prestigio
internacional de España lleva a la participación en empresas como:
- La guerra de Marruecos.
- La expedición a Conchinchina.

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- La expedición a Méjico.
La más importante intervención militar tuvo como escenario Marruecos, con el pretexto
de la defensa de Ceuta y Melilla de los ataques de las tribus rifeñas. Aquí adquirió
prestigio militar y popular el general Prim. España obtuvo el territorio de Ifni, una región
del sudoeste de Marruecos que disponía de barcos pesqueros.
Desde el punto de vista económico se incrementaron las inversiones públicas
(vinculadas en numerosas ocasiones a los negocios particulares de muchos dirigentes
políticos). En esta época concluyó la realización de dos obras públicas de enorme
relevancia: el tendido ferroviario (1856-1866) y el Canal de Isabel II (1858), que
abastecería de agua a Madrid.
Mientras tanto, la crisis moral, económica y política sacude a España.
Crisis moral que se manifestaba en un sistema parlamentario viciado en el que las
camarillas políticas presionan a la Corona para hacer la elección desde arriba,
prescindiendo del cuerpo electoral.
Crisis económica derivada de la que desde 1865-66 sufre el resto de Europa. La crisis
afecto a tres sectores: compañías ferroviarias, instituciones financieras e industria textil
catalana, que con anterioridad había visto disminuir sus importaciones de algodón debido
a la guerra de secesión norteamericana. La burguesía se despega del régimen mientras que
el paro obrero crea un ambiente propicio para el desarrollo revolucionario de la crisis
política.
Crisis política producida por diversas razones:
- Agotamiento biológico de unos hombres (O'Donnell muere en 1867 y Narváez al año
siguiente) y de un sistema.
- Discordia entre moderados y unionistas.
- Alianza entre progresistas y demócratas (sublevación del cuartel de San Gil).
Finalmente, en Ostende (Bélgica) se unificarán las fuerzas hostiles a Isabel II,
progresistas y demócratas, y, tras la muerte de O'Donnell, los unionistas. Todos ellos
tramaron una conspiración, "Pacto de Ostende", que pondrá fin al reinado de Isabel II.

CONCLUSIONES

Durante el largo reinado de Isabel II asistimos a una serie de cambios que consolidaran
definitivamente el estado liberal, racionalizando y organizando la estructura del Estado
español, sentando, en definitiva, las bases de la España moderna.
.- Consolidación de la monarquía parlamentaria
Se establece la división de poderes, el reconocimiento de los derechos individuales, la
afirmación del principio de la soberanía nacional, el sufragio, el pluralismo
político...Todos estos principios se recogen en las distintas Constituciones. Es un periodo
básico en la historia del Constitucionalismo español. Existen cuatro constituciones; el
Estatuto Real - que no es una constitución, sino una carta otorgada, la Constitución de
1837, que pese a sus contradicciones se considera una constitución progresista, la de
1845, constitución conservadora por antonomasia y la que más importancia y vigencia
tuvo, y la Constitución non nata de 1856 - este apelativo viene del hecho de que no se
llegó a aplicar.
.- Consolidación del pluralismo político
La división del liberalismo que ya apareció en el trienio liberal, se consolida y se
amplia. Al partido moderado y progresista - los dos más importantes, se les une el
Demócrata, la Unión Liberal y la primeras formulaciones del republicanismo. No
obstante, existe un marcado predominio del partido moderado o conservador
.- Cambios económicos

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La política económica es llevada a cabo fundamentalmente por gobiernos progresistas.
Dentro de estas disposiciones legislativas cabe destacar todo el proceso desamortizador de
la tierra, la supresión del régimen señorial y los gremios, la ley de ferrocarriles, la Ley de
Sociedades Bancarias y Crediticias...
.- Cambios administrativos
Las reformas administrativas son llevadas a cabo por gobiernos conservadores,
destacando la centralización del estado con la división provincial de Javier de Burgos y la
creación de la figura de los gobernadores civiles y militares, la reforma de la Hacienda
Pública -refundiendo la multiplicidad de impuestos en sólo cuatro- la aprobación del
Código Penal, la firma del Concordato con la Santa Sede, la creación de la Guardia Civil,
cuerpo armado de carácter conservador, rural y pseudo-militar, en contraposición del
carácter progresista y urbano de la Milicia Nacional, la organización de la Instrucción
pública, asumiendo el Estado la obligación de la enseñanza como asunto público...
Está consolidación del estado liberal se hace con muchas dificultades y superando
muchos obstáculos que imponían las viejas fuerzas tradicionales. Una de las
características del reinado de Isabel II (y de toda la historia contemporánea de España) va
a ser el protagonismo militar; protagonismo militar que viene dado no solo por el hecho
de que los cambios de gobierno se produjesen a raíz de pronunciamientos militares, sino
también por la presencia de militares como líderes de los partidos políticos

DOCUMENTOS TEMA 2

1. El partido reaccionario -partido moderado-, aceptó, obligado por las circunstancias, la


Constitución de 1837 producto de la soberanía nacional, pero se propuso minar por su
cimiento el edificio que se había construido con leyes contrarias a su verdadero espíritu.
¿Acaso el proyecto moderado sobre libertad de imprenta aprobado por el Senado no
barrenaba en su esencia el pacto constitucional, creando obstáculos e interponiendo
procedimientos contrarios a la institución del jurado... Y si volvemos los ojos a llamada
Ley de Ayuntamientos tan abiertamente contraria a la Constitución ¿no vemos sancionada
en ella una coacción inmoral a la votación de los concejales? Igual predilección reclama
la venta de bienes nacionales, incluso los cuantiosos del clero secular, no sólo por su
importancia e influencia sobre el crédito, sino como garantía del régimen constitucional...
Manifiesto de la Junta de Madrid, 12 del 10 de 1840
Guía de composición:
1.- La etapa de las regencias en el reinado de Isabel II, abarca desde 1833 a 1843. Se
distinguen dos periodos claros; el de transición hasta el 36 y el del triunfo del liberalismo.
Dentro de la segunda etapa destaca la lucha entre los moderados y progresistas para
imponer sus ideales. Los moderados están liderados por la regente María Cristina y los
progresistas por el héroe de las guerras carlistas Espartero. ¿A qué circunstancias se
refiere el texto, cuando dicen que los moderados aceptaron la Constitución del 37
presionados por ellas?
2.- Los autores del manifiesto están de acuerdo con la Constitución del 37, pero no con
las leyes posteriores que la desarrollan. En ese desarrollo legislativo posterior se observa
la ideología moderada. ¿Cuál era?
3.- Al hilo del texto ¿cuáles son los principios ideológicos de los progresistas o exaltados?

2. Yo reconozco que debe haber una perfecta igualdad al concederse los derechos civiles.
Yo reconozco que el último mendigo de España tiene los mismo derechos para que se
respeten los harapos que lleva sobre sí, que el que puede tener un potentado para que se
respeten los magníficos muebles que adornan su palacio... pero en los políticos no. Los

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derechos políticos no se conceden como privilegios a toda clase de personas, no; son un
medio para atender a la felicidad del país, y es preciso que se circunscriban a aquellas
clases cuyos intereses, siendo los mismos que los de la sociedad, no se puedan volver
contra ella.
Discurso de Calderón Collantes 1844
Guía de composición.
1.- Contextualiza el texto
2.- Calderón Collantes dice que "debe haber una perfecta igualdad al concederse los
derechos civiles", después de su texto se desprende que resume los derechos civiles en
uno ¿cuál?
3.- Calderón Collantes había afirmado que "la pobreza es más que un infortunio, es signo
de estupidez" para defender la exclusión de los grupos sociales más humildes del derecho
al voto. ¿Por qué? ¿Cómo justifica esa limitación?
4.- Relaciona la ideología del partido moderado, con sus bases sociales y con la defensa
del sufragio censitario, siempre basándote en este texto.

3.

Distintos uniformados de la Guardia Civil


4. EL CONCORDATO DE 1851
Art.1º. La religión católica, apostólica, romana... se conservará siempre en los dominios
de S.M católica con todos los derechos y prerrogativas de que debe gozar según la ley de
Dios y lo dispuesto por los sagrados cánones.
Art2º. En consecuencia, la instrucción en las Universidades, Colegios, Seminarios y
Escuelas públicas o privadas de cualquiera clase, sería en todo conforme a la doctrina de
la misma religión católica...
Art.3º. Tampoco se pondrá impedimento alguno a dichos prelados ni a los demás
sagrados ministros en el ejercicio de sus funciones, ni los molestará nadie bajo ningún
pretexto...; antes bien cuidarán todas las autoridades del reino de guardarle y de que se les
guarde el respeto y consideración debidos..., principalmente cuando hayan de oponerse a
la malignidad de los hombres que intentan pervertir los ánimos de los fieles y corromper
las costumbres, o cuando hubiere de impedirse la publicación, introducción o circulación
de libros malos y nocivo-
5. EL MANIFIESTO DE MANZANARES
Nosotros queremos la conservación del Trono, pero sin la camarilla que le deshonra;
queremos la práctica rigurosa de las leyes fundamentales, mejorándolas, sobre todo la
Electoral y la de Imprenta; queremos la rebaja de los impuestos, fundada en una estricta

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economía; queremos que se respeten en los empleos militares y civiles la antigüedad y los
merecimientos; queremos arrancar los pueblos a la centralización que los devora,
dándoles la independencia local necesaria para que conserven y aumenten sus intereses
propios, y como garantía de todo esto, queremos plantearnos la Milicia Nacional

6. LAS CONSTITUCIONES DEL SIGLO XIX. 1833-1874


.- El estatuto real
Art1.º Su Majestad la Reina Gobernadora, en nombre de su hija Doña Isabel II ha resuelto
convocar las Cortes generales del Reino.
Art1º. Las Cortes generales se compondrán de dos Estamentos: el de Próceres del Reino y
el de Procuradores del Reino
Art.24º Al rey toca exclusivamente convocar, suspender y disolver Cortes
Art 32º. Queda, sin embargo, expedito el derecho que siempre han ejercitado las Cortes
de elevar peticiones al Rey.
Constitución de 1837
..."Siendo la voluntad de la Nación revisar la Constitución política promulgada en
Cádiz...Las Cortes generales decretan y sancionan la siguiente Constitución"
Art. 13.- Las Cortes se componen de dos cuerpos colegisladores... el Senado y el
Congreso de los diputados
Art. 12.- La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey
Art 15.- Los senadores son nombrados por el rey a propuesta, en lista triple, de los
electores.
Art. 2.- Todos los españoles pueden imprimir y publicar libremente sus ideas sin previa
censura
Art. 11.- La Nación se obliga a mantener el culto y los ministros de la Religión Católica
que profesan los españoles
Art. 70.- Para el gobierno interior de los pueblos habrá Ayuntamientos, nombrados por
los vecinos, a quienes la ley conceda este derecho.
Constitución de 1845
"Doña Isabel II, por la gracia de Dios y de la Constitución de la Monarquía
española...sabed: Que siendo nuestra voluntad y la de las Cortes del Reino ... hemos
venido en decretar y sancionar la siguiente:"
Art 13.- Las Cortes se componen de dos Cuerpos Colegisladores...: el Senado y el
Congreso de los Diputados
Art 12.- La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey
Art. 14. El número de senadores es ilimitado: su nombramiento pertenece al Rey
Art 17.- El cargo de senador es vitalicio.
Art 2.- Todos los españoles pueden imprimir y publicar libremente sus ideas sin previa
censura
Art. 11.- La Religión de la Nación española es la Católica, Apostólica, Romana. El Estado
se obliga a mantener el culto y sus ministros.
Proyecto de Constitución de 1856
La soberanía nacional es el principio básico de donde proceden todos los poderes
públicos.
La corona ve limitados sus poderes con respecto a la del 37, pero mantiene el derecho al
veto.
Tanto el Congreso como el Senado son de carácter electivo.
Se establece la milicia nacional en cada provincia. Se amplía la declaración de derechos
con la inclusión del jurado para los delitos de imprenta, abolía la pena de muerte por
delitos políticos y establecía la libertad de conciencia. El artículo 75 declaraba que para el

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gobierno interior de los pueblos sólo habrá ayuntamientos, compuestos por alcaldes y
regidores de nombramiento directo por los vecinos
Constitución de 1869
La Nación española, y en su nombre las Cortes Constituyentes, elegidas por sufragio
universal...
Art 32.- La soberanía reside esencialmente en la Nación de la cual emanan todos los
poderes
Art 34. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes. El Rey sanciona y promulga
las leyes.
Art. 33.- La forma de gobierno de la Nación española es la Monarquía...
Art. 35.- El poder ejecutivo reside en el Rey, que lo ejerce por medio de sus ministros.
Art. 36.- Los tribunales ejercen el poder judicial.
Art 3. Todo detenido será puesto en libertad o entregado a la autoridad judicial dentro de
las veinticuatro horas siguientes
Art 17.- Tampoco podrá ser privado ningún español de derecho de emitir libremente sus
ideas y opiniones, del derecho de reunirse pacíficamente, del derecho de asociarse para
todos los fines de la vida humana
Art 21.- La Nación se obliga a mantener el culto y los ministros de la religión católica.
Proyecto de Constitución de 1873
La nación española, reunida en Cortes Constituyentes, deseando asegurar la libertad,
cumplir la justicia y realizar el fin humano a que está llamada la civilización, decreta y
sanciona...
Art 39. La forma de gobierno de la Nación española es la República federal
Art 40... El poder de la Federación se divide en poder legislativo, poder ejecutivo, poder
judicial y poder de relación entre estos poderes..
Art 50.- Las Cortes se compondrán de dos Cuerpos: Congreso y Senado
Art.34.- El ejercicio de todos los cultos es libre en España.
Art 35. Queda separada la Iglesia del Estado.
Art 36.- Queda prohibido a la Nación o al Estado federal, a los Estados regionales y a los
Municipios subvencionar directa ni indirectamente ningún culto...
7.

Abrazo de Vergara.
8. " Vizcaínos: una facción anti-religiosa y anti-monárquica se ha apoderado del mando
durante la larga enfermedad de nuestro difunto rey, y trata de adquirir ascendientes para
exponernos sin defensa a los ataques de la revolución y de la anarquía que combatimos en
1.823. Sus partidarios consideran las leyes antiguas y fundamentales del Reino abolidas
por otras nuevas, y después de haber alterado el orden de sucesión al trono con una

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audacia que no presenta otro ejemplo en la Historia, quieren hacer a España cómplice de
las abominables maquinaciones que la propaganda revolucionaria inventa para destruir el
orden social en Europa.
Vizcaínos, habéis proclamado a vuestro legítimo soberano, el magnánimo y virtuoso:
D. Carlos Mª Isidro de Borbón, que se os ha presentado rodeado del amor de todos los
españoles, para cicatrizar las llagas que el genio destructor del orden social os había
causado..."
Proclama de la Diputación de Vizcaya. Bilbao, 5 de octubre de 1.833
9. Artículo 1.°. El capitán general, don Baldomero Espartero, recomendará con interés al
Gobierno el cumplimiento de su oferta de comprometerse formalmente a proponer a las
Cortes la concesión o modificación de los fueros.
Articulo 2.° Serán reconocidos los empleos, grados y condecoraciones de los generales,
jefes, oficiales y demás individuos dependientes del ejército del Teniente general don
Rafael Maroto, quien presentará las relaciones con expresión de las armas a que
pertenecen, quedando en libertad de continuar sirviendo, defendiendo la Constitución de
1837, el trono de Isabel II y la regencia de su augusta madre, o bien de retirarse a sus
casas los que no quieran seguir con las armas en la mano.
Artículo 3.° Los que adopten el primer caso de continuar sirviendo, tendrán colocación en
los cuerpos del ejército, ya de efectivos, ya de supernumerarios, según el orden que
ocupan en la escala de la inspecciones a cuya arma correspondan.
Artículo 4.° Los que prefieran retirarse a sus casas, siendo generales o brigadieres
obtendrán su cuartel para donde lo pidan, con el sueldo que por el reglamento les
corresponda: los jefes y oficiales obtendrán licencia ilimitada o en retiro según su
reglamento. Si alguno quisiere licencia temporal, la solicitará por el conducto del
inspector de su arma respectiva y le será concedida, sin exceptuar esta licencia para el
extranjero; y en este caso, hecha la solicitud, por el conducto del capitán general don
Baldomero Espartero, éste les dará el pasaporte correspondiente, al mismo tiempo que dé
curso a las solicitudes recomendando la aprobación de S. M.
Artículo 5.° Los artículos precedentes comprenden a todos los empleados del ejército;
haciéndose extensivos a los empleados civiles que se presenten a los doce días de
ratificado este convenio.
Artículo 6.° Si las divisiones navarra y alavesa se presentasen en la misma forma que las
divisiones castellanas, vizcaína y guipuzcoana, disfrutarán de las condiciones que se
expresan en los artículos precedentes.
Artículo 7.° Se pondrá a disposición del capitán general don Baldomero Espartero los
parques de artillería, maestranzas, depósitos de armas de vestuarios y víveres que estén
bajo la dominación y arbitrio del teniente general don Rafael Maroto.
Artículo 9.° Los prisioneros pertenecientes a los cuerpos de las provincias de Vizcaya y
Guipúzcoa y los de los cuerpos de la división castellana que se conformen en un todo con
los artículos del presente convenio, quedarán en libertad, disfrutando de las ventajas que
en él mismo se expresan para los demás. Los que no se convinieren sufrirán la suerte de
los Prisioneros.
Artículo 10.° El capitán general don Baldomero Espartero hará presente al Gobierno para
que éste lo haga a las Cortes, la consideración que se merecen las viudas y huérfanos de
los que han muerto en la presente guerra, correspondiente a los cuerpos a quienes
comprende este convenio -Espartero -Iturbe -Cuevillas -Francisco Fulgosio- Cabañero
-Díez Mogrovejo -Lasala -José Fulgosio -Eguía -Selgas -López Cabañas -Lagartu.
Convenio de Vergara agosto de 1839

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