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Un vistazo sobre la génesis de la prospectiva

Comentario sobre el libro de Elke Seefried,


Zukünfte. Aufstieg un Krise der zukunftsforschung 1945-1980
Corinne Roels

Presentación del artículo por Hugues de Jouvenel


La historia de las reflexiones sobre el futuro y de la
prospectiva dio lugar a varios libros y artículos que emanaban esencialmente de autores
americanos y franceses. Pero, excepto error por nuestra parte, nadie se había ligado tanto como
Elke Seefried que debe exponerse cómo esta “indisciplina” se percibía en Alemania
inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial. Por lo tanto, el acta de su libro por
Corinne Roëls aporta un alumbrado interesante, incluso debido a las controversias que puede
suscitar.

Texto
Los estudios sobre el futuro y la prospectiva inicialmente se desarrollaron en los Estados
Unidos y Europa Occidental. Con su obra sobre “el desarrollo y la crisis de la prospectiva, 1945-
1980”, la historiadora alemana Elke Seefried ofrece una lectura de dimensión internacional de
la historia de la prospectiva que se ha convertido progresivamente, a partir de los años
cincuenta, en una categoría científica y política principal de los dos lados del Atlántico.
Basándose en la hipótesis que existe varios futuros posibles que podrían anticiparse o incluso
controlarse, la prospectiva se utilizó en primer lugar como fuente de peritaje de una planificación
de Estado en pleno desarrollo, pero habría entrado a continuación en crisis durante los años
setenta, mientras que los límites del poder de transformar el futuro por medio de nuevos
métodos y racionales resultaban evidentes.

El autor construye su tesis a partir del análisis de las raíces transatlánticas de la prospectiva,
y de las redes internacionales que llevaron la prospectiva y permitieron la circulación de las
ideas entre los Estados Unidos y la Europa Occidental. Lo ilustra examinando el desarrollo de
la prospectiva en un país, la República Federal de Alemania (RFA). La perspectiva
internacional y el ejemplo de Alemania aportan un nuevo alumbrado a todos los que se
interesan por la historia de la prospectiva. El desarrollo de la prospectiva moderna después de
1945 resulta ampliamente de una colaboración entre los Británicos y los Americanos que,
durante la Segunda Guerra Mundial, elaboraron nuevos métodos de planificación
estratégica y militar basados en las matemáticas y los datos cuantitativos, designadas bajo el
nombre de Operational Research (investigación operativa).
Desplegando a gran escala en la posguerra estos métodos de investigación, el Gobierno
americano financió proyectos llevados por equipos pluridisciplinares compuestos de
centenares de investigadores. Estos think tank , entre los cuales figura la RAND
Corporation, proporcionaban a las necesidades del Gobierno americano de
técnicas y métodos de planificación estratégica y militar. Los trabajos entonces adoptados se
basaban en los fundamentos teóricos del behaviorismo (o comportementalismo) y en
dos nuevas teorías: por una parte la teoría de los juegos, que permite evaluar las distintas
decisiones estratégicas en las situaciones de conflicto, por otra parte la cibernética, que
explora las normas de circulación y los mecanismos de control de los flujos de
información en sistemas complejos, y entre el sistema y su entorno. El análisis de sistema, en
cuestión por RAND Corporation como una ciencia de la estrategia derivada de
la cibernética, condujo a la creación de nuevos métodos de prospectiva como las simulaciones
por ordenador en un sistema, las situaciones o el método Delfos (análisis sistemático de las
opiniones de expertos sobre acontecimientos futuros precisos).

Estos nuevos métodos de origen americano se introdujeron en Europa Occidental al final de


los años cincuenta y durante los años sesenta, en particular en RFA donde, nos recuerda Elke
Seefried, la planificación se desacreditaba después de la experiencia nacional-socialista.
Pero la conceptualización de la prospectiva, la posibilidad de un futuro abierto a distintos
futuros y la dimensión normativa de los futuros deseables deben ponerse al crédito de
intelectuales de Europa Occidental como el Francés Bertrand de Jouvenel, o Ossip

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K.Flechtheim y Olaf Helmer, ambos emigrantes alemanes en los Estados Unidos, que
permitieron la circulación de las ideas entre la Europa Occidental y los Estados Unidos.
La prospectiva está entonces estrechamente vinculada a la guerra fría, que favoreció los
intercambios entre las dos orillas del Atlántico. Éstos estuvieron respaldados por el Congress of
Cultural Freedom (CCF), una red de intelectuales, científicos y hombres políticos creada en
1950 y financiada por la CIA (Central Inteligencia Agency), en particular por medio de
la fundación Ford que trabajaba en favor no sólo del capitalismo liberal, la
democracia y el antimarxismo, sino también de la planificación.
Esta fundación creada en 1936 tenía un objeto filantrópico que cohabitaba en realidad con
objetivos políticos: afianzar en Europa Occidental y en el tercer mundo una imagen positiva de
la cultura americana.

Tres Corrientes de pensamiento


La formación del concepto de prospectiva se basa en tres corrientes de pensamiento a pesar de
que los individuos tienen experiencias personales propias y cursos intelectuales diversos. Así
pues, Elke Seefried distingue tres corrientes de pensamiento en los años sesenta.

En primer lugar, el enfoque normativo personificado por Bertrand de


Jouvenel y el físico atómico alemán Carl Friedrich von Weizsäcker, que contempla la
consolidación del orden democrático (Jouvenel) y la paz (Weizsäcker) en un tiempo
marcado por el ritmo desenfrenado de la evolución científica y técnica. Este enfoque se
califica de normativa ya que contempla un objetivo, a saber un futuro deseable. La
prospectiva se concibe aquí, no como una ciencia, pero como un arte que se basa en las
capacidades de anticipación de una élite que toma, a la imagen de la élite ciudadana y
virtuosa de Aristote, las mejores decisiones. El carácter ontológico de este enfoque está
representado por Weizsäcker, cerca del Evangelische Studiengemeinschaft (centros de
investigación protestantes) que reflexionaba a la responsabilidad cristianos en la organización
política del mundo y en la protección de la libertad y la paz.

En segundo lugar, el enfoque empírico-positivista, enfoque dominante en los años


sesenta en los Estados Unidos y en los think-tanks. Está representada por
científicos como el sociólogo americano y miembro del CCF Daniel Bell, el matemático,
filósofo de las ciencias y colaborador de RAND Corporation Olaf Helmer, el físico americano
de RAND Corporation y fundador de Hudson Institute Herman Kahn, y del creador del
término “informático”, el cibernético alemán Karl Steinbuch. Según este enfoque
technofilo que se inspira en el behaviorismo y en el positivismo, la previsión y la
planificación deben basar en conocimientos científicos objetivos que permiten predecir el
futuro o al menos algunos de sus aspectos. Se trata aquí de extrapolar tendencias, de
formalizar procesos de decisión, cuantificar los datos y determinar evoluciones con ayuda de
simulaciones por ordenador.
En tercer lugar, el enfoque critico emancipador. Está vinculada a la historia de Alemania a
causa de la experiencia de la persecución y la dictadura vivida por sus
principales representantes: el jurista y politólogo Ossip K. Flechtheim, y el ensayista y
periodista Germano-austríaco Robert Jungk. El Noruego Johan Galtung, uno de los principales
fundadores de la investigación sobre la paz (peace research) que tiene raíces comunes
con la prospectiva, forma también parte de esta corriente. Cerca de la teoría crítica, esta
corriente, resultante de la izquierda política, considera que la prospectiva hace el vínculo
entre la planificación social oficial y la construcción participativa del futuro. Permite
también una visualización creativa del mantenimiento de la paz.

A pesar de esta diversidad de enfoques, los fundadores de la prospectiva compartían tres


convicciones profundas:
1. Existía varios futuros posibles que podían pensarse y crearse. La confianza en esta
capacidad de orientar el futuro está sin duda alguna característica del optimismo de los años
sesenta vinculado al auge económico y tecnológico.
Reconocer la pluralidad de los futuros durante la guerra fría , era también
distinguirse del enfoque determinista de los marxistas, aceptando al mismo tiempo la
necesidad de la planificación.

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2. Los nuevos métodos, fundados sobre la informática, y sobre la cibernética como
promesa de unificación de las ciencias y de reducción de la complejidad, permitirían pronto
prever el futuro a medio y largo plazo, y orientarlo activamente por medio de la
planificación vista como un instrumento principal de la modernización. Según el alto
funcionario alemán Peter Menke Glückert, cofundador del Gesellschaft für Zukunftsfragen
(Sociedad por las razones futuro) y del World Futuro Estudios Federación (WFSF), “sin
planificación sistémica, la prospectiva no sería concebible. Sólo la mejora de la teoría de los
sistemas acompañada de las técnicas informáticas modernas hizo posible la prospectiva. ”
3. La prospectiva por si mismo era holística y en consecuencia internacional. El futuro no se
consideraba aisladamente, sino como un conjunto en el seno del cual se trataba de
analizar las interacciones liberándose de las fronteras nacionales. El enfoque holístico
permitía también diferenciar la prospectiva de la previsión económica.

Estos puntos comunes no bastaron a unificar el concepto de prospectiva y a elevarlo al rango de


una nueva ciencia. A pesar de eso, este métadisciplina sin
tradición propia, sin campo ni métodos bien definidos encontró un éxito mediático
ante el público. Un paradigma común de la prospectiva se forma, a términos de los
cuales la dimensión transnacional parecía esencial para que la prospectiva
prosiga su desarrollo.

El papel fundador de las redes internacionales


Elke Seefried no hace más que mencionar al filósofo francés Gaston
Berger que forjó la palabra “prospectiva”, o la creación en 1966 del WFS (World Future
Society) en los Estados Unidos por Edward Cornish, ya que su perímetro de influencia siguió
siendo nacional; se concentra en el papel fundador de las redes internacionales.
Fue, en 1960, la creación en primer lugar de Futuribles por Bertrand de Jouvenel con el
apoyo de la fundación Ford. El objetivo de esta red consistía en reflexionar sobre los medios de
estabilizar el modelo democrático en los países de la Europa del Oeste y los nuevos
países descolonizados. Pero, en 1966, la financiación de la fundación Ford no se renovó en
favor de Futuribles, la fundación Ford, bajo la señal de la distensión de las relaciones
internacionales, dedicándose entonces a la creación de un nuevo instituto de investigación
aplicada a Laxenbourg, cerca de Viena, en Austria: el IIASA (International Institute for
Applied Systems Analysis). Creado en 1964 por Robert Jungk y Johan Galtung, y resultante
la corriente critica emancipadora, Mankind2000 representaba una importante red transnacional
. Se situaba al cruce de una comunidad de investigadores sobre la prospectiva y la paz, y de
un movimiento social en favor de la paz. En un contexto de guerra
fría y riesgo de conflicto nuclear, esta red integraba también previsionistas del bloque del Este.
El WFSF surgió de Mankind2000,oficialmente en 1973 en París, en vínculo con
la asociación Futuribles Internacional. Se trataba, para los participantes de Mankind2000, de
establecer un Comité permanente interdisciplinario de los profesionales de la
prospectiva en el mundo. Al mismo tiempo comunidad de investigadores y movimiento social que
pretendía movilizar a la población con el fin de forjar el futuro de manera
participativa, el WFSF por otro lado se caracterizaba por la euforia tecnológica del
tiempo, llevado por la visión radiante de una modernidad postindustrial tecno-científica.

En 1968 se creó otra red transnacional de prospectiva, el Club de Roma, en particular,


por el hombre de negocios italiano Aurelio Peccei, el químico escocés y director del servicio de
los Asuntos económicos de la Organización de Cooperación y Desarrollo
Económicos (OCDE) Alexander King, y el astrofísico de origen austríaco trabajando en el
servicio científico de la OCDE Erich Jantsch.
A diferencia de Mankind2000 y del WFSF, el Club de Roma constituía un grupo de expertos,
y de ninguna manera un movimiento social, él tenía por objeto concebir el orden global del
mundo desde el punto de vista occidental sin pretender incluir en la reflexión a los
investigadores de países del Este o los países en desarrollo. Se trataba no de reflexionar
libremente en el futuro, sino de encontrar los medios de reducir el retraso de los países de
Europa Occidental con relación a Estados Unidos en los ámbitos de la ciencia, la
tecnología y la formación, gracias a las técnicas esencialmente cuantitativas es del campo de
la previsión tecnológica(technological forecasting) como los modelos,

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las simulaciones, las técnicas de planificación. El Club de Roma forma parte de la corriente
empírica-positivista de la prospectiva.
¿La prospectiva en crisis?
A los ojos del autor, entre 1968 y 1972, la consideración de la
ecología y el individuo en la prospectiva, los debates sobre los límites del crecimiento, que
constituyen el tema del primer informe del Club de Roma parecido en 1972 3, el
cuestionamiento del modelo de crecimiento combinado a un pesimismo creciente señalan, al
final de los años sesenta y a principios de los años setenta, un corte en la prospectiva
transnacional. Los protagonistas de la corriente empírica-positivista, que por otro lado no habían
previsto el choque petrolífero de1973 y la crisis económica, se confiaron menos a
las previsiones, y cuestionaron los conceptos de modernización y control del futuro, en
particular, debido a la aparición de nuevas tendencias monetarias y financieras en
las políticas económicas. Los modelos cuantitativos y las simulaciones a escala del planeta se
borraron, sin desaparecer completamente, detrás de métodos
cualitativos, intuitivos y participativos, y análisis llevados a escala de regiones y territorios
diferenciados. El horizonte de las reflexiones se redujo, en vínculo con su nueva orientación
hacia el individuo, sus valores y la calidad de la vida, en lugar de la técnica. En 1980, dos
elementos constitutivos de la prospectiva habían desaparecido: su dimensión émancipadoa
que se había traducido en un movimiento social y una fuerte politización en los años
sesenta y 1970 por una parte, y la ambición de poder predecir, controlar y
racionalizar el futuro por otra parte. Parecido en 1977, el libro del economista francés Michel
Godet titulado Crisis de la previsión, desarrollo de la prospectiva refleja esta ruptura, pero su
interpretación difiere de la de Elke Seefried. A su modo de ver, en un contexto de
incertidumbre, mientras que la confianza en la continuidad del crecimiento económico había
desaparecido, es la previsión, basada en la extrapolación de los invariantes, que entró en
crisis. La prospectiva, sin rechazar los métodos de la previsión, se puso entonces en marcha, ya
que permitía concentrarse en los márgenes de maniobra que existían entre los
invariantes y construir futuros diferentes. El cuestionamiento de algunas prácticas del
enfoque empírico-positivista en favor del enfoque normativo-ontológico durante los años
setenta, y el borrado del enfoque critico emancipador permitieron, a nuestro sentido, a
la prospectiva atravesar esta “crisis”. Llevada por la necesidad de prever y la aparición de
nuevos retos como el cambio climático, la prospectiva no dejó de difundirse y está hoy a
la obra en la mayoría de las organizaciones públicas o privadas, y en la mayoría de los países.

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