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ARTÍCULO DE OPINIÓN: DOS VISIONES

Estudiante: Juan Diego Maldonado Caicedo #17

10°C
Lic. Samaris Stefanía Amorocho Maldonado
Colegio Calasanz Cúcuta
Literatura
San José de Cúcuta, Norte de Santander
Septiembre 19 del 2018
LA IGNORANCIA COMO EL MOTOR DE LA SOCIEDAD ACTUAL

Primero que nada, la ignorancia proviene del latín ignorare, que significa “no saber”.
Se define como la ausencia de conocimiento o información sobre un asunto o
materia, o como también, la falta de cultura o instrucción de la persona que no ha
recibido formación o enseñanza. La ignorancia es considerada como elemento
intrínseco de la condición humana, donde la inteligencia esta privada de una
cognición debida. Cabe resaltar, que una de las tareas principales de la humanidad
ha sido siempre la de despejar la ignorancia de las generaciones actuales y las
futuras.
Ahora bien, la ignorancia es una tarea difícil de erradicar del todo; y es que hoy en
día suele manifestarse en ciertos individuos que se muestran a ojos de los demás
como personas sumamente sabias o conocedoras de todos y todo aquello que le
rodean, haciéndose parecer a sí unos completos eruditos; pero que en realidad son
una farsa, tanto para sí mismo, como para los demás que creen todo aquello que
provenga de esta persona. Lejos de darse cuenta estos sujetos que aparentan
poseer algo tan preciado como el conocimiento verdadero y que en realidad no lo
poseen, será difícil poner fin a su necedad nutrida en el propio desconocimiento de
los demás.
Así mismo, cuando evaluamos en la sociedad actual la humildad de las personas
referente a su conocimiento, los psicólogos Justin Krugger y David Dunning, de la
Universidad de Cornell en Nueva York, percibieron que, por lo general, aquellas
personas que estaban claramente por debajo de la media en cuanto a capacidad
intelectual y conocimientos, se creían los más listos del lugar. Por otro lado, aquellos
que eran más bien cultos y formados, se tenían en menor estima.
Además, se han establecido principios en cuanto que momento podemos considerar
a una persona ignorante o con el llamado “síndrome de Krugger-Dunning”. Estos
principios son: los incompetentes sobreestiman sus propias habilidades y los
incompetentes son incapaces de reconocer las habilidades en los demás. Como
consecuencia, esta nula capacidad para identificar sus limitaciones intelectuales,
conduce a dos elementos: que se tomen decisiones equivocadas y que su propia
inutilidad se convierta en la incapacidad de ser autocrítico.
Por otra parte, cabe mencionar el rol de la educación en estos aspectos. Si bien, la
educación en una sociedad de la información como en la que nos toca vivir, empieza
a ser cada vez una fuente poderosa de ignorancia. Muchas evidencias indican que,
en mucha gente, el título universitario no representa más que la acumulación de
cursos, áreas y acciones académicas, pero con la grave ausencia de sabiduría para
comprender, interpretar, actuar y transformar la realidad en la que esos
conocimientos deberían ser aplicados.
Por supuesto, la educación como ignorancia no tiene lugar solo en la educación
universitaria, sino que se funda en los niveles previos. La escolarización está
negando conocimientos fundamentales para alcanzar visiones integrales y
profundas sobre el mundo en que vivimos y en cambio se plantea el reemplazarlos
por “conocimiento prácticos” aquellos que “realmente sirvan”, haciendo así que la
sociedad considere a estos conocimientos como irrelevantes y que acarrean
grandes consecuencias tanto para la humanidad misma como para el día a día de
las personas y nos lleva a un mundo dependiente, principalmente de herramientas
como Internet, y no de nuestra memoria o conocimientos.
A su vez, la ignorancia no es del todo culpa del individuo sino en la forma en el que
este se ha visto guiado, interno en un sistema educativo negligente que ha sido
manejado por personas ciertamente igual de ignorantes a las actuales y que
mantienen una estrategia política globalizada y enriquecida por el discurso y una
práctica educativa tecnócrata, acrítica y frívola de quienes, insisten en la educación
como la herramienta más potente para mantener las condiciones que han favorecido
siempre a los poderes y mantienen a la población ausente de un conocimiento
crítico y profundo.
Finalmente, la inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la
destreza de aplicar los conocimientos en la práctica. El conocimiento es universal y
no se desea pensar que en algún punto de la historia, este sea considerado como
irrelevante, puesto que ningún de los que lo componen, suele ser inferior a otro,
aunque así se desea creerlo. Superar la ignorancia es tarea de todos y comienza
con superar la desinformación y recibir desde temprana edad no una educación,
sino una “formación” algo verdadero que nos permita ser miembros que aportan a
la Humanidad y a su crecimiento intelectual.

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