Sie sind auf Seite 1von 10

LA ACCESIÓN-COMUNIDAD-POSESIÓN

La accesión es un modo originario de adquirir la propiedad, tanto mueble como


inmueble. En virtud de la accesión, el propietario de un bien adquiere lo que se
une, adhiere o incorpora materialmente a él, sea natural, sea artificialmente. En
una palabra, la doctrina coincide en que es accesión cualquier incremento o
ampliación del bien. Ahora bien, el fundamento de la accesión regulada en los
artículos 354 y siguiente del Código Civil Venezolano, como modo de adquisición
del dominio, radica en el fuerte poder atractivo de la propiedad que en ningún caso
permite la coexistencia de un concurrente dominio sobre ella de otra persona, de
manera que la propiedad atrae a su órbita la cosa ajena siempre que sea
accesoria llegando a convertirse en una verdadera expropiación.

Mientras Sánchez Román ve como fundamento de la accesión impropia un


principio de justicia, identificado con el derecho de propiedad, puesto que si las
cosas nos pertenecen es por las utilidades y provechos, que derivan de ellas entre
las cuales se encuentran las cosas que las mismas producen. A su vez el
fundamento de la accesión propia está en la necesidad y utilidad.

En el mismo orden de ideas, la propia definición de accesión lleva implícita la


existencia de dos clases de accesión:

 La accesión discreta, por producción o impropia: que es el derecho en


virtud del cual el propietario hace suyo todo lo que la cosa produce.
 La accesión continua, por unión o propia: que es el derecho en virtud del
cual el propietario hace suyo todo lo que se una o incorpore a la cosa
(natural o artificialmente) en calidad de accesorio y de modo inseparable.

Como señala Castán muy detalladamente, la accesión impropia implica un


movimiento de adentro hacia afuera (de la cosa a su provecho), mientras que la
accesión propia extraña un movimiento de afuera hacia adentro (de una cosa
hacia otra a la cual se une o incorpora). En el mismo orden de ideas, puede verse
claramente que la accesión impropia no responde al sentido etimológico de la
accesión (“ad”, a, hacia, “cedere”, aproximarse) y en ella como dice el autor
Josserand, opera una separación en el sentido de que el propietario hace suya
otra cosa que se separa de la que originalmente le pertenecía. En ese sentido, la
accesión indirecta por producción impropia Es el derecho en justicia del cual el
propietario hace suyo todo lo que la cosa produce, partiendo de dicha definición es
necesario hacer énfasis en que la accesión impropia sobre todo en relación con
los frutos naturales se caracteriza por el hecho de que el propietario hace suyo

“todo aquel que las cosas producen en virtud de sus propias fuerzas internas” y en
cierto sentido no es una causa legal de que aumente nuestra propiedad porque el
aumento proviene de la cosa misma (con o sin la intervención del hombre).

En relación el Código Civil Venezolano, en su Libro Segundo, Título II, Capítulo II


“Del derecho de accesión respecto del producto de la cosa”, en su artículo 552
estipula:

“Los frutos naturales y los frutos civiles pertenecen por derecho de accesión al
propietario de la cosa que los produce”… Lo que a su vez conduce a la necesidad
de examinar los conceptos de frutos y productos. De acuerdo con una clasificación
romana los proventos de una cosa podían ser frutos o productos. De tal manera
que los frutos eran definidos como todo lo que proviene de la cosa periódicamente
y sin alteración ni disminución sensible de substancia, mientras que los productos
eran definidos como todo lo que proviene de la cosa en forma no periódica y con
alteraciones o disminución sensible de sustancia. Ejemplos clásicos de frutos eran
las frutas de los árboles y las crías de los animales, y de productos, las piedras de
las canteras.

Esta distinción tal como la concebían los romanos ha sido eliminada en el Código
Civil Venezolano al menos a los efectos de la accesión. En consecuencia, la
denominación del Capitulo pertinente, conjugada con el artículo 552 del Código
Civil Venezolano, revela que el legislador llama producto de las cosas a sus frutos.
De tal forma, los frutos naturales que enuncia el legislador incluyen los productos
de las minas o canteras. De tal modo que, al menos en materia de accesión el
legislador utiliza frutos y productos como sinónimos para comprender todos los
proventos de las cosas. Por lo tanto se puede inferir que los frutos civiles
provienen de los que económicamente se pudiese llamar cesiones del goce de las
cosa.

En referencia a la accesión continua: Es el derecho en virtud del cual el propietario


hace suyo todo lo que se una o incorpore a la cosa (natural o artificialmente) en
calidad de accesorio y de modo inseparable. Así mismo se podría definir como
aquella que se origina por la incorporación de una cosa (accesoria) a otra; bien por
obra del propietario o por un hecho natural. En ese sentido, la accesoriedad de
una o más cosas unidas o incorporadas respecto de otras que se califica como
principal. La Ley indica los discernimientos para determinar cuál es la cosa
principal en diversos casos que pueden presentarse.

Ahora bien, en el derecho se piensa que hay comunidad cuando dos o más
sujetos de derecho (comuneros) tienen una potestad de idéntica naturaleza
jurídica sobre el conjunto de un mismo objeto (cosa común), la comunidad puede
constituirse en cualquier forma, salvo que se aporten a ellas bienes inmuebles o
derechos reales, en cuyo caso será necesaria la escritura pública. La situación de
comunidad crea entre los comuneros una serie de relaciones jurídicas.

De tal manera que el estudio estructural de la comunidad se refleja su reglamento


en el Código Civil, su naturaleza jurídica, origen, nacimiento y disolución, el
régimen jurídico de la comunidad con respecto a la cosa común y la relación de
los comuneros frente a terceros y/o acreedores, así como de la integración a la
legislación venezolana de la comunidad indígena a través de La Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela de 1999 En efecto, ningún otro argumento
normativo venezolano ha abordado la temática indígena de una manera tan clara y
positiva, al abandonar la vieja concepción de lo indígena como problema a
resolver, para tratar lo indígena desde perspectiva filosófico-jurídicas que parten
desde la esencia misma del ser indígena, con el reconocimiento de derechos
propios y exclusivos.

En cuanto a su definición de comunidad se puede decir, que es la unión dos o más


sujetos que tienen un derecho de idéntica naturaleza jurídica sobre la totalidad de
un mismo objeto. Así mismo, la comunidad la integran individuos unidos por
vínculos naturales o espontáneos y por objetivos que trascienden a los
particulares. En cuanto a las clases de comunidad se encuentran: Comunidad Pro-
Indiviso: En la que el derecho de cada comunero se extiende a la totalidad del
objeto común. Comunidad Pro-Diviso: Representa únicamente un haz de
propiedades distintas, sobre partes concretas y autónomas del objeto, vinculadas
precisamente en este último. La comunidad es la atribución a varios sujetos de
uno o varios derechos. Hay comunidad cuando la propiedad de una cosa o de un
derecho pertenece pro indiviso a varias personas.

Por otra parte, la Concepción de los Filósofos Alemanes Karl Marx y Ferdinand
Tönnies: Marx se refirió a la comunidad primitiva como la forma más antigua de
organización social. "Ampliación de la familia", la comunidad fue en sus orígenes
nómada y pastoril antes de la aparición de la agricultura. Para Marx, la división del
trabajo en las comunidades es muy limitada, casi inexistente, ya que su objetivo
no es la producción, sino la subsistencia de la colectividad humana. Por otro lado,
la propiedad es de tipo comunal, ya que el territorio pertenece a la tribu. Desde el
marxismo, en la comunidad primitiva no existe la explotación del hombre por el
hombre y no hay Estado.

Sin embargo, su colega alemán Ferdinand Tönnies quien construyó el tipo ideal
de comunidad. Tönnies hizo referencia a la ‘voluntad orgánica’ vinculada a este
tipo de organización social, que se constituye de tres formas: por placer, por hábito
y por la memoria. En estas tres formas se apoya la división clásica de las
comunidades: comunidades de sangre (la más natural y primitiva, de origen
biológico, como la tribu, la familia o el clan), comunidades de lugar (cuyo origen es
la vecindad, como las aldeas y asentamientos rurales) y comunidades de espíritu
(su origen es la amistad, la tradición y la cohesión de espíritu o ideología).
En cuanto a las clases de comunidad, pueden ser Originaria o Derivativa; la
primera supone el nacimiento de derecho, para un pluralidad de sujetos, con
prescindencia de un nexo generador de la situación comunitaria (así en la
hipótesis de adquisición de la copropiedad mediante la posesión útil cumplida por
varios sujetos durante el tiempo requerido para la consumación de la usucapión,
por ejemplo).mientras, la Comunidad Derivativa tiene su origen en un acto ínter-
vivos (donación, venta) o mortis causa (herencia, legado). De igual forma, la
comunidad puede ser Ordinaria, si se observa el derecho especial de pedir la
división de la cosa; o forzosa, en caso de que la naturaleza de la cosa (o
eventualmente, un pacto de indivisión) se oponga a la partición.

Por otra parte, la comunidad es Incidental si toma su origen en hechos o actos


extraños a la voluntad de los participes (comunidad hereditaria, por ejemplo); o
Convencional cuando surge por acuerdos voluntarios de los Intervinientes en la
situación comunitaria. Esta ultima especie se regula por pactos que ellos adopten,
de conformidad con las normas generales que presiden las relaciones negóciales.

En resumen la Comunidad nace: De un hecho o de una situación accidental y


temporal, como por ejemplo, la sucesión hereditaria. De un hecho voluntario,
ejemplo, adquisición de un bien mueble o inmueble hecha conjuntamente por
varios sujetos; igualmente si un titular hace participe a otras personas de su propio
derecho y de la voluntad de la ley (Comunidad legal) como por ejemplo,
comunidad de bienes entre concubinos. No obstante, la comunidad de derechos
reales se extingue por consolidación, esto es la absorción o concentración de
todas las cuotas en uno de los coparticipes que llega, así, a transformarse en
titular singular.

En referencia a la posesión es el poder físico (relación de hecho) entre una


persona y una cosa, en virtud del cual esta persona ejerce sobre la cosa las
facultades inherentes al dominio. Habrá posesión de las cosas cuando alguna
persona, por sí o por otro, tenga una cosa bajo su poder, con intención de
someterla al ejercicio de un derecho de propiedad. Poseedor es quien tiene sobre
una cosa el poder físico inherente al propietario, o al titular de otro derecho real
que lo confiera.

Ahora bien, en las comunidades primitivas, posesión y propiedad se confundían,


hasta que el derecho romano comenzó a regular la propiedad de forma separada
remarcando sus diferencias. Según esta doctrina, la posesión era un estado
protegible. Posteriormente el derecho canónico le dará una mayor ampliación de
protección a la elemental detentación del bien o derecho. El derecho germánico le
otorgó aún más importancia. De tal manera que no fuese presumible sino más
bien detentarle.

Es una situación de hecho, mas no de derecho como lo es la propiedad (derecho


real por excelencia y consecuencia de la posesión a través de la prescripción).La
posesión requiere o necesita dos elementos para configurarse y ellos son el
corpus, que es la cosa en si y el animus rem sibi habendi que es la intención de
comportarse como su dueño, es decir la posesión requiere la intención y la
conducta de un dueño. De esta manera distinguimos de la tenencia en la cual el
poseedor reconoce en otro la propiedad de la cosa en su poder

En el código civil venezolano nos explica así:

"la posesión es la tenencia de una cosa, o el goce de un derecho que ejercemos


por nosotros mismos o por medio de otra persona que detiene la cosa o ejerce el
derecho en nuestro nombre C.C.V Art. 771).A propósito de esa definición, tomada
del código napoleónico, caben, al menos, dos observaciones:

a) De la letra de la ley parecería inferirse que los actos que constituyen la


posesión semejan, sea el ejercicio del derecho de propiedad, caso en el
cual se hablaría de "posesión de cosas", sea el ejercicio de otro derecho,
caso en el cual se hablaría de "posesión de derechos". pero esa distinción,
correlativa a las nociones romanas de "possessio" y "quasi possessio", no
tiene verdadera razón de ser porque tanto en la "posesión de cosas" como
en la "posesión de derechos", lo que ocurre es que de hecho se ejercen
sobre una cosa, las facultades propias de un derecho, sea éste la
propiedad u otro derecho distinto.
b) El Código Civil Venezolano al definir la posesión no menciona
explícitamente el elemento "animus", lo que parecería implicar que nuestro
legislador no toma el punto de partida típico de la teoría subjetiva sobre la
posesión, que es la clara distinción entre posesión y detentación. Ello, a su
vez, resulta desconcertante cuando se sabe que el conjunto de nuestras
normas legales sobre posesión se fundamenta en esa teoría subjetiva". Así,
"prima facie", parecería que no queda sino la alternativa de admitir lisa y
llanamente que nuestra definición legal de posesión es incompleta o que
nuestro legislador rompió la unidad del sistema subjetivo al acoger la teoría
objetiva precisamente para definir la posesión.

Sin embargo, un análisis más profundo lleva a otras conclusiones. El artículo 771
del código civil distingue expresamente entre dos situaciones:

1º) La de quien tiene la cosa o goza del derecho por sí mismo o a través de otro y

2° La de quien sólo tiene la cosa o goza del derecho en nombre de otro.


Precisamente, esa distinción, de acuerdo con la doctrina francesa, italiana y
nuestra, es el fundamento de la distinción legal entre posesión y detentación, ya
que la ley califica como posesión a la primera de dichas situaciones (tener la cosa
o gozar del derecho por sí mismo o a través de otro); pero no a la segunda (tener
la cosa o ejercer el derecho "en nombre de otro"). No obstante, puede ocurrir que
una persona tenga la cosa en nombre de otra y goce sobre la misma cosa de un
derecho por sí misma. En tal caso, esa persona es al mismo tiempo detentadora
respecto de la "cosa" y poseedora respecto del" derecho". Así, por ejemplo, quien
mantiene frente a la cosa la relación propia de su usufructuario es detentadora
respecto de la cosa ("rectius", respecto de la propiedad) y poseedora respecto del
usufructo.

3º) En todo caso nuestro legislador no es muy riguroso en su terminología y


excepcionalmente usa la palabra posesión en un sentido que comprende tanto la
posesión propiamente dicha como la detentación. Así ocurre, por ejemplo, cuando
regula el interdicto de despojo.

En el mismo orden de ideas, la posesión originaria se da cuando la posesión se


inicia por el sólo comportamiento del poseedor, es decir, por un acto unilateral del
adquiriente, sin el concurso de la voluntad del poseedor anterior. No existe
transmisión de posesión sino que ella se origina directamente por el sujeto en
virtud de un comportamiento suyo. Se da cuando la posesión se inicia por el sólo
comportamiento del poseedor, es decir, por un acto unilateral del adquiriente, sin
el concurso de la voluntad del poseedor procedente.

La adquisición originaria presenta tres características fundamentales:

 Es un acto jurídico: toda conducta humana que produce efectos jurídicos es


un acto jurídico.
 Es un acto unilateral: no se requiere el consentimiento del poseedor anterior
sino la sola la voluntad del adquiriente.
 Es un acto real: se requiere que la cosa quede efectivamente dentro de la
esfera de disposición del sujeto. En el Derecho venezolano, la adquisición
de la posesión es un acto jurídico no negociar, por lo tanto no se requiere la
capacidad negociar sino que basta la capacidad de entender y de querer
como por ejemplo, Alguien que pierde las gafas y otros se las apropia, sólo
tiene la posesión, pero con el paso del tiempo, por usucapión será
propietario, sin contar con el anterior titular).

QUE BIENES SE PUEDEN POSEER Y CUALES NO

Todas las cosas que están en el comercio, son susceptibles de posesión. No lo


serán los bienes que no fueren cosas, salvo disposiciones de este Código. Ahora
bien, la primera observación que se hace es que sólo se puede poseer cosas, es
decir, los bienes corporales, pues la posesión presupone el poder físico sobre la
cosa. No obstante, no basta que sea una cosa, además debe estar en el comercio,
es decir, su venta y circulación sea libre. Esto implica que no esté prohibido, no
sea inmoral ni contrario a las buenas costumbres. Si se atiende sólo a la
definición legal de posesión parecería que el objeto de la misma son las cosas
(rectius, la propiedad de las cosas) y los derechos sin otra limitación que las cosas
o derechos que por alguna circunstancia no puedan ser objeto de una actuación
posesoria.

Se consagraría así una situación completamente opuesta al Derecho Romano


clásico que en sentido estricto sólo admitía la posesión que recaía sobre las cosas
y las abarcaba plenamente de tal modo que la posesión correspondiera en el
plano de los hechos a lo que supone la propiedad en la esfera de los derechos. Al
parecer pues, nuestro Derecho habría concebido la posesión como el ejercicio de
un derecho aun cuando no implicara el señorío pleno sobre la cosa y en tal virtud
todos los derechos serían en principio susceptibles de posesión.

Pero en el deseo de que la noción de posesión sea el supuesto común de efectos


homogéneos, se reduce el objeto de la misma de manera que no puede hablarse
de posesión (en el sentido de que venimos tratando) cuando no se puedan
producir los efectos típicos de la usucapión y sobre todo de la protección
interdictal. Por ello se dice que entre los derechos sólo son susceptibles de
posesión, los derechos reales y se excluyen del campo de la posesión
propiamente dicha tanto la posesión de estado como la posesión de créditos (aun
cuando una y otra se asemejen a la posesión propiamente dicha en cuanto
constituyen situaciones de hecho que son imagen de una situación de derecho y
en que gozan de la protección jurídica).

No obstante lo expuesto, tampoco significa que todas las cosas y derechos reales
sean susceptibles de posesión.

1° Por lo pronto, no son susceptibles de posesión, o si se quiere solo son


susceptibles de una posesión irrelevante, las cosas cuya propiedad no puede
adquirirse, ya que la Ley dispone que: "No produce efecto la posesión de las
cosas cuya propiedad no puede adquirirse" (C.C., Art. 778).

2° Por otra parte, como la posesión es un poder de hecho sólo puede recaer sobre
los derechos que tengan por objeto las cosas corporales. Las llamadas
posesiones de cosas incorporales no producen nunca los mismos efectos que la
posesión propiamente dicha y casi puede decirse que sólo sea semejan a ésta en
que constituyen la imagen de un derecho.3° Dado el contenido del derecho de
hipoteca, a pesar de ser éste un derecho real, no es posible la existencia de un
estado de hecho que se asemeje al ejercicio del derecho de hipoteca, razón por la
cual el derecho de hipoteca no es susceptible de posesión. Finalmente, las clases
de posesión no son diversas y a pesar de existir, entre ellas existen elementos
comunes a todas, como es el animus y el corpus, así como la buena fe de la cual
se presume de todos los poseedores.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Calvo. B Emilio. Código Civil Venezolano de 1982

Garay, Juan. Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000)

Sánchez Román Felipe Estudio de Derecho Civil II (2004).

Tönnies, Ferdinand, (1947). Comunidad y Sociedad

Das könnte Ihnen auch gefallen