ASIGNATURA : Filosofía y Psicología.

PROFESORA : Sandra Fierro Campano.

NIVEL : Cuarto medio.

Objetivo:
• Distinguir y contrastar Realismo e Idealismo.
• Conocer y analizar las diferentes posturas de algunos filósofos.

Algunos conceptos claves

Idealismo:
a) En teoría del conocimiento (es el contexto en que se emplea aquí; Kant no emplea el término fenomenismo y llama a su doctrina
«idealismo trascendental, denominando “idealismo empírico” a lo que hemos llamado aquí simplemente idealisrno -).
b) En metafísica, se llama idealismo a la doctrina de Fichte, Hegel y otros (la realidad última es Espíritu o Idea), y se opone al materialismo
(todo es materia).
c) En filosofía de la historia y en sociología del conocimiento los términos -idealismo» y “materialismo histórico” poseen otro significado.
Fenómeno:
Lo que aparece ante la conciencia; en las ciencias de la naturaleza: un hecho exterior y existente.

b) Realismo o idealismo
Si conocemos mediante una representación mental de la realidad (conocer es representarse en la mente lo que hay fuera de ella),
cabe preguntarse: entonces, qué es lo que conocemos: la realidad misma, o sólo su representación mental? Hay, al menos,
tres respuestas posibles:

El realismo afirma: 1) que lo que conocemos es la realidad misma, y 2) que, recíprocamente, a nuestro conocimiento corresponde (salvo,
por supuesto, cuando la mente crea su objeto, como en la fantasía) un objeto existente realmente. La «actitud natural» es un realismo
ingenuo que afirma que el mundo es tal y como lo conocemos (la representación es una copia de la realidad). En cambio, el realismo
filosófico es un realismo crítico, para el que la relación entre la representación y su objeto es sólo
de correspondencia las llamadas «cualidades sensibles» de las cosas (como el color, el olor. ) son sólo «interpretaciones» sensoriales de
estímulos físicos reales que proceden de las cosas.
En el s. XVII los racionalistas (DESCARTES) y los empiristas (LOCKE, HUME) adoptan una nueva doctrina: el idealismo. Ahora se
afirma que no conocemos directamente la realidad (las cosas), sino únicamente su representación. Nuestra mente es como un teatro en el
que «se presenta» el mundo: no es, por tanto, evidente que exista un mundo fuera de ese teatro. Sólo puedo estar seguro de mi existencia
como conciencia; sólo son evidentes mis ideas, pudiéndose dudar acerca de la existencia de las cosas. Sólo es evidente el hecho de que
ahora veo un libro, pero no es tan evidente que este libro exista: necesito hacer algún tipo de inferencia para estar seguro de ello. Por otro
lado, los idealistas suelen estar de acuerdo con el realismo crítico en esta cuestión: nuestras representaciones se corresponden con las
cosas en sí mismas, nos representamos las cosas «como son» (aunque no las conozcamos directamente).
El fenomenismo de KANT intenta superar las posturas anteriores. Concede al realismo (contra el idealismo) que la existencia de las
cosas es tan evidente como mi propia existencia: no necesito demostrar que existe el objeto que percibo. Pero (contra el realismo y el
idealismo) si conocemos con evidencia inmediata que existen las cosas, no podemos conocer de ninguna manera cómo son las cosas en sí
mismas (a la «cosa en sí» la llama Kant noumeno): lo único que conocemos es nuestro modo de representárnoslas (los fenómenos, según
la terminología de Kant). El fenomenismo suele definirse, a veces, de un modo bastante simplificador, así: sólo conocemos las
«apariencias» (lo que nos aparece, el fenómeno), no las cosas en sí mismas. Ello no significa que las apariencias engañen: son lo que son,
es decir, nuestro modo de conocer el mundo.

Responder en grupos los siguientes problemas planteados:

1. ¿Qué es lo que conocemos directamente? ¿Las cosas? ¿las ideas?

2. ¿Son las ideas copia exacta de las cosas? Si no es así, ¿qué relación existe entre cosas e ideas?
3. Aunque en la vida ordinaria no tenga sentido plantearse esta cuestión, ¿tiene
sentido filosóficamente plantearse la existencia del mundo como un «problema»?