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Ilustraciones
Dedicatoria
A todos los amables lectores de este pequeño libro de
ilustraciones, las cuales servirán de ayuda en la vida cotidiana
a cada uno de ellos.
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Tesoros del Pensamiento
101 Ilustraciones
2009
El Salvador.
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Tesoros del Pensamiento
Prólogo
101
ILUSTRACIONES es un libro basado en
compilación de relatos, citas célebres,
historias, reflexiones, poemas e ilustraciones
que contienen grandes moralejas útiles en la vida de cada
individuo. Este libro lo pongo en sus manos como un recurso de
ideas y de enriquecimiento para sus enseñanzas y sermones desde
el púlpito. Su lectura también es aconsejable en las aulas de clases,
en círculos de reuniones juveniles, en la familia y grupos pequeños
o pequeña congregación.
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Tesoros del Pensamiento
CONTENIDO
Número Título
Prólogo
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Tesoros del Pensamiento
35. Los celos de la mujer
36. Los obstáculos en nuestro camino
37. Los tres pinos
38. Los tres viejitos
39. Maestro José, Rita y Rosita
40. Mi máquina de escribir
41. Omar y Abdul
42. Ser Joven
43. Pelea en la carpintería
44. La lotería de la vida
45. Una Nueva Canción
46. ¿Dónde va tu dinero?
47. El libro de las parábolas
48. El emperador y su hija
49. ¿Ropa y zapatos por cuarenta años?
50. ¿Y los nueve dónde están?
51. Agua de la roca
52. Las Águilas
53. Lo que valemos para Dios
54. Vencedores
55. Fiel hasta la muerte
56. El barómetro
57. La fragancia de Cristo
58. Manos
59. Un automóvil nuevo
60. Parábola de las quejas
61. No faltes al templo
62. No nos quejemos
63. Perfume barato
64. Aprendí de Noé
65. ¿Sabes a dónde vas?
66. Nombres y más nombres
67. La mascota inteligente
68. Un amigo especial
69. Él no había venido
70. Sé tú mismo
71. Deja que se hunda
72. El rey anónimo
73. ¿Estás seguro?
74. Los diez mandamientos de Satanás
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Tesoros del Pensamiento
75. La diferencia
76. Riesgos
77. Todas las cosas ayudan a bien
78. No esperes morir para ir a la iglesia
79. Todo toma tiempo
80. Muchas razones por las que Dios no debió haberte llamado
81. El zapatero
82. La chica de los Cds
83. ¿Cuánto gana?
84. El juicio
85. Nunca te desanimes
86. Ricos y pobres
87. Y Jesús lloró
88. El árbol confundido
89. El ABC del cristiano
90. La verdadera amistad
91. El cocinero y su hija
92. Qué bello es vivir
93. El alacrán
94. Justicia humana a secas
95. Sólo pídelo
96. Un milagro de guerra
97. Cuando Dios se enamora
98. Si quieres correr no debes gatear
99. Aceptación incondicional
100. La última cena
101. POEMA: Juventud anuncia al mundo
Conclusión.
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Tesoros del Pensamiento
Ese hombre se pasó la vida esperando que los milagros prometidos llegasen,
pero nunca lo hicieron, así que al final murió solo y pobre. Cuando llegó a las
puertas del cielo vio al ángel que le había visitado tiempo atrás y protestó:
- "Me prometiste riqueza, una buena posición social y una bella esposa. Me he
pasado la vida esperando en vano.
- "Al no decidirte unos años más tarde, se le dio la idea a otro hombre
que no permitió que el miedo al fracaso le impidiera ponerlo en práctica.
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Tesoros del Pensamiento
El hombre asintió con vergüenza. "Esa fue la gran oportunidad de
salvarle la vida a cientos de personas, con lo que hubieras ganado respeto de
todos ellos" continuó el ángel.
El hombre volvió a asentir, pero ahora las lágrimas rodaban por sus
mejillas.
- "Sí, amigo mío, ella podría haber sido tu esposa" dijo el ángel. -"Y con
ella se te hubiera otorgado la bendición de tener hermosos hijos y multiplicar la
felicidad en tu vida".
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Tesoros del Pensamiento
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Tesoros del Pensamiento
Nuestra computadora señala que ya llamaste hoy. Por favor despeja la
línea para otros que también quieren rezar... O bien: Nuestras oficinas están
cerradas por Semana Santa. Por favor, vuelve a llamar el lunes.
Gracias a Dios que El nos responde y nos conoce por nuestro nombre...
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Tesoros del Pensamiento
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¿Quién Eres?
Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un
tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos,
naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.
Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la
desesperación del árbol, exclamó: “No te preocupes, tu problema no es tan
grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. Yo te daré la solución:
"No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas... Sé lo que
Dios quiere que seas, y para lograrlo, escúchalo." Y dicho esto, el búho
desapareció.
Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo
escuchar: "Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás
cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer
grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al
paisaje... Tienes una misión "Cúmplela".
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Tesoros del Pensamiento
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Llegaron los seis meses y todos los jóvenes desfilaban hacia el castillo con
hermosísimas y exóticas plantas.
"Este es el nuevo heredero del trono y se casará con mi hija, pues a todos
ustedes se les dio una semilla infértil, y todos trataron de engañarme plantando
otras plantas, pero este joven tuvo el valor de presentarse y mostrar su maceta
vacía, siendo sincero, real y valiente, cualidades que un futuro rey debe tener y
que mi hija merece".
“Por la gracia de Dios, seré puro, bondadoso y leal. Guardaré la ley del Guía
Mayor; seré siervo de Dios y amigo de la humanidad”.
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Tesoros del Pensamiento
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Así fue que, al principio del siglo, muchos hombres honrados servían al
Señor. Uno de ellos fue el misionero inglés Fredrick Glass, abuelo de mi esposa,
que durante treinta años recorrió, en el lomo de un burro, el interior del Nordeste
de Brasil.
Muchos años más tarde, el misionero pasó por el mismo lugar. Cuando vio
la colina, descubrió la casa que le trajo el recuerdo de aquella noche con la pareja.
-¿Y, mis hermanos? ¿Han leído aquel ejemplar de la Palabra de Dios que les
dejé?
-Sí señor pastor. Y sacamos del libro el nombre de cada uno de nuestros
hijos –dijo el hombre.
-Pero yo creía que el hermano me había hablado de ocho hijos. ¡Y aquí hay
sólo siete! -dijo el pastor, contando a los niños.
¡Ahí está el peligro de la lectura fuera de contexto! Ésta es sólo una historia
graciosa; sin embargo, muestra lo que sucede cuando las personas, aún las
educadas, forman conceptos de la lectura de la Palabra de Dios, sin la revelación y
la orientación del Espíritu Santo.
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Tesoros del Pensamiento
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AMOR DE MADRE
Se cuenta que en una pequeña ciudad se produjo un incendio en una modesta casa
y que, en poco tiempo, ardió en llamas. Los bomberos accionaron de inmediato,
pero la estructura de la casa era de madera, y al llegar al lugar no pudieron entrar
porque el riesgo de derrumbe era inminente. Así que se concentraron en evitar
que el fuego se expandiese por las casas vecinas.
Las llamas crecían y lanzaban al aire una columna de humo. Aquella calle,
generalmente calma, se llenó de personas atónitas que observaban, espantadas, la
furia del fuego. Chorros de agua eran lanzados por los bomberos pero parecían
perderse evaporados en el calor de las llamas, sin producir ningún efecto.
Entre esa multitud, una señora salió gritando; y antes de que alguien
pudiese impedirlo, ciega por la desesperación, venció las cuerdas de seguridad y
sin mirar para atrás, entró en la casa y desapareció en segundos, envuelta por el
humo.
El calor y el humo eran tan intensos que hacía que todos alrededor, aún a
la distancia, mantuvieran sus manos sobre el rostro como forma de protección.
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Tesoros del Pensamiento
Así, aquella pobre mujer, todavía joven, vivía recluida, evitando lo más que
podía, exponerse a que vieran su deformación. Pasaba los días cosiendo para
obtener su sustento.
Su hija, a quien salvara del fuego, era lo más precioso que le quedaba en la
vida.
-¡No, no! Es una empleada de mi madre. Mi mamá es muy linda, no fea como
esta mujer.
-Mi querida madre, hoy veo lo bella que eres. Para mí, eres la más linda de
todas las madres, pues sacrificaste tu belleza por la mía –concluyó la joven.
Cuando Jesús fue llevado a la cruz por nuestros pecados, Él fue dejado
desde las nueve de la mañana hasta las tres de la tarde, dice la Biblia que los que
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Tesoros del Pensamiento
lo miraban, no veían en Él ninguna hermosura para agradarse. Así fue despreciado
y no hicieron caso de Él.
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Tesoros del Pensamiento
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Descubrimiento de la NASA
¿Sabía usted que el programa Espacial de la NASA en los Estados Unidos
recientemente comprobó la veracidad de un hecho en la BIBLIA el cual se le
había considerado como un mito?
Una de las cosas más asombrosas que DIOS ha hecho entre nosotros
sucedió recientemente con nuestros astronautas y científicos espaciales en
Green Belt, Maryland. Estaban verificando la posición del sol, la luna y los
planetas para saber dónde se encontrarían dentro de cien años y en los
próximos mil años. Es indispensable saber esto para poder enviar satélites al
espacio y evitar que choque con algo una vez que han entrado en órbita. Se debe
proyectar la órbita en términos de la vida del satélite y saber la posición de los
planetas para que no destruyan los satélites.
Los ingenieros del Programa Espacial dijeron: "¡Ese es el día que falta!".
Rápidamente verificaron en la computadora retrocediendo en el tiempo a la
época descrita en la BIBLIA y descubrieron que se aproximaba, mas no era el
lapso de tiempo exacto. El lapso que faltaba en la época de Josué era de 23 horas
y 20 minutos, no era un día completo.
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Tesoros del Pensamiento
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“... porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que
es galardonador de los que le buscan” (v.6 úp).
Ilustración
"Un hombre que vivía en Long Island, Nueva York, compró un barómetro
(un instrumento para medir la presión) de alta calidad. Cuando se lo entregaron
en su casa, la aguja parecía dañada, señalando a la sección marcada "Huracán".
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Tesoros del Pensamiento
Según el conocido maestro bíblico E. Schuyler English, que narró esta
historia, este hombre agitó el barómetro pero el indicador se mantuvo igual.
Entonces el hombre se sentó y escribió una airada carta a la tienda donde la
había comprado. Al día siguiente dirigiéndose a su oficina en la ciudad de Nueva
York, puso la carta en el correo. Durante aquel día, un huracán azotó la costa
este. Aquella tarde el hombre volvió a su casa para descubrir que había perdido
el barómetro... y su casa.
El Cielo extiende esta invitación a todos sus hijos sin importar condición
alguna, depositemos todo el peso de nuestros problemas y de nuestra vida en el
Señor porque Él nos sostendrá y cuando venga el huracán, permaneceremos de
pie.
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Tesoros del Pensamiento
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Lo más formidable de todo esto era que el fruto de ese árbol era el pan. ¡Sí,
eso mismo! Cada mañana, ese extraordinario árbol producía panes frescos. Panes
del color del trigo, que resplandecían bajo los rayos del sol que pasaban entre las
hojas.
Los pájaros se juntaban cada amanecer, batiendo sus alas y picando los
panes. Como el árbol estaba a la vera de un riacho, sus panes también alimentaban
a los peces, que mordían las migajas que caían en el agua.
Los peces no veían nada de malo en comer el pan mojado, porque siempre
comieron todo mojado. Con todo, la arrogancia del gorrión les incomodaba.
Con el fin del otoño, el viento frío trajo las lluvias heladas. El gorrión, que
había nacido en la última primavera, no estaba prevenido como los otros pájaros
más viejos. Así, un sábado por la mañana, después de un sueño profundo, como de
costumbre, fue hasta el árbol de pan para alimentarse.
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Tesoros del Pensamiento
alimento preferido. El pájaro se quedó desolado y volaba en círculos alrededor del
árbol, con la esperanza de encontrar un pedazo seco.
¿Qué pasa pajarito? ¿Por qué tanta desesperación alrededor de ese árbol?
El gorrión percibió que todo aquel tiempo en que se burlaba de los peces
le volvió como una bofetada; porque ahora pasaba hambre, mientras aquellos a
quien siempre humillara, comían del pan con el mismo placer, pues la lluvia en
nada cambiaba el sabor de su alimento.
Los días fueron pasando y el gorrión no encontraba pan seco. El frío del
invierno aumentó, él se enfermó y murió.
Los pájaros y los peces somos nosotros, los cristianos. Algunos de nosotros
somos como los peces. Debido a las persecuciones e injurias que sufrimos, las
constantes acusaciones, estamos acostumbrados a comer nuestro pan, esto es,
servir a Jesús, mojado por las lágrimas que vertemos en momentos de dificultad.
Hay otros cristianos que son como los pájaros, acostumbrados sólo a
comer el pan en los días en que reina la alegría y el éxito. Cuando llegan las
persecuciones y el pan se vuelve mojado, lo rechazan y acaban por morir en la fe.
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El burro y el pozo
Un día, el burro de una campesina se cayó en un pozo.
Invitó entonces a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarla. Todos
tomaron una pala y empezaron a tirar tierra al pozo.
Pronto todo el mundo vio sorprendido como el burro llegó hasta la boca
del pozo, pasó por encima del borde y salió trotando dejando atrás a sus verdugos.
El truco para salirse del pozo es sacudírsela y dar un salto hacia arriba.
Cada uno de nuestros problemas es un escalón hacia arriba. Nosotros podemos
salir de los más profundos huecos si nunca damos nuestro brazo a torcer, pero
debemos tener el deseo ferviente de salir.
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Tesoros del Pensamiento
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Tesoros del Pensamiento
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EL CÁNTARO Y EL ALMA
Había una vez un rey que envió a su siervo a una expedición: -¿Ves esa
larga carretera, mi siervo? Seguirás por ella sin desviarte. El reino, para dónde vas,
está al final de ella. Durante todo el camino llevarás este cántaro, el cual entregarás
al rey de aquel lugar y recibirás tu recompensa. Así, conforme le fue ordenado,
partió el siervo, llevando un precioso cántaro, obra maestra de un alfarero.
La carretera se perdía de vista. Atravesaba planicies y ríos. Algunas veces
se extendían a lo alto dos montes, otras veces aparecían por el fondo dos valles.
Había trechos con árboles que proporcionaban sombra, pero había otros áridos,
castigados por el sol.
Pasados muchos días, el siervo encontró una caravana de gitanos. Estos
insistieron tanto que terminaron por convencerlo que siguiera con ellos. Luego él
aprendió el arte de engañar y mentir, fingiendo ver el destino de crédulos incautos
en la palma de la mano. Entre los vagabundos, el siervo adquirió el hábito del
abandono y la indolencia.
Engañado y engañando, no vio pasar el tiempo. Un día, como acordándose
de una pesadilla, recordó la orden del rey y fue a buscar el cántaro. Lo halló tirado,
lleno de polvo y con muchas marcas. Lo tomó y volvió para la carretera. ¡Más no
por mucho tiempo! Bastó enfrentar la primera subida para abandonar otra vez el
camino, tratando de bordear la montaña por un atajo.
Haciendo así acabó por encontrar una ciudad donde se estaba
construyendo un templo idólatra. El siervo, que se había vuelto avaro, vio que allí
podría ganar mucho dinero.
El templo demoró años para terminarse. Durante ese tiempo, él adoptó las
costumbres locales y se entregó al peligroso culto de los ídolos y a las prácticas
paganas. Adquirió nuevos vicios y se prostituyó, según era la tradición en aquel
pueblo.
Con el tiempo, se debilitó y enfermó. Perdió todo lo que tenía, fue
despreciado y expulsado de la ciudad. En su miseria, recordó más de una vez el
cántaro y la orden del rey. Sintió que la última chance de su vida era terminar la
expedición y recibir la recompensa.
El cántaro, cuyas marcas se habían vuelto rajaduras, estaba tirado en un
rincón. Había perdido todo el brillo y belleza.
Torpe y cansado, el siervo retornó a la carretera. Ahora ya no había gitanos
que se interesaran en él, o quien le diese trabajo. El siervo estaba envejecido, feo,
enfermo y acobardado.
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Tesoros del Pensamiento
Con sacrificio, llegó finalmente a su destino. Viendo los majestuosos
portones, el primer sentimiento que tuvo fue de remordimiento. Desperdiciar
tanto tiempo por nada.
Inmediatamente buscó al rey y le contó su historia. Entregándole el
cántaro le dijo:
- ¡Majestad, es un cántaro! Estoy viejo, cansado y nada tengo en la vida. Te
ruego que me concedas la recompensa para que descanse en paz.
El rey abrió el viejo cántaro y comprobó que estaba completamente vacío.
- ¡Pobre hombre! No cuidaste de este cántaro pensando que estaba vacío.
En verdad él traía tu recompensa: el fino y valioso oro en polvo que fue colocado
en él y tú dejaste caer por las marcas y rajaduras. Si hubieses oído la voz de aquel
que te mandó, tendrías este tesoro guardado.
Así también fue tu vida. Tu cuerpo era el cántaro y tu alma el oro que
contenía. Abandonando el camino por el cual debías andar, adquiriste males y
vicios, marcando tu cuerpo con el pecado y la enfermedad, tal como este cántaro
envejecido.
Las sublimes virtudes, el amor, la bondad, la fidelidad y la obediencia
fueron sacadas de tu alma, así como el oro fue derramado del cántaro, sin que tú
lo percibieras. Hoy no tienes recompensa. Está vacío tu cántaro como vacía está tu
alma.
Sabio es el hombre que guarda su cántaro, preservando su alma. Tendrá
siempre un precioso tesoro en el que verá paz, alegría y la recompensa final: vivir
eternamente con Jesús.
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Tesoros del Pensamiento
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EL GANSO DIDI
En el tiempo en que el continente africano era habitado solamente por dos tribus,
hubo un grave problema en el bosque de Gana. Un terrible incendio se comenzó a
levantar en el horizonte, y sus llamas, esparcidas por el viento, fueron formando
un círculo, y había que abandonarlo antes de que se cerrara y matase a todos los
que estuvieran dentro de él.
Los animales nunca habían enfrentado una situación de peligro como ésa.
Lo peor era que estos animales eran desunidos y egoístas. Corrían para un lado y
para el otro desordenadamente, tratando de protegerse y el mayor pisoteaba al
menor.
Llenos de dudas, volvían para atrás y así estaban, con relinchos, rugidos y
gritos, en una desesperada confusión. El bosque era un caos. Del modo en que iba
la situación, pocos se salvarían.
Claro que precisaban de alguien con una visión amplia de la situación, que
los guiase con seguridad por el mejor camino. Unidos y uno ayudando al otro,
tenían mejores oportunidades de escapar de aquel horrible incendio.
Cuando estaban exhaustos, y muchos lloraban acurrucados a sus pequeños
hijos, se vieron parados en lo alto de un monte, donde el humo venía de todos
lados. Parecía que el círculo ya se cerraba. Había que esperar solamente que el
fuego llegara y los matara a todos.
Fue en este instante de angustia que, mirando para arriba, vieron el vuelo
de una bandada de gansos liderados por Didi. Él iba al frente de aquella formación
en “V”, luchando contra la dificultad del aire caliente por el fuego y, por lo tanto,
con poca sustentación para el vuelo. Incentivado por los gritos de sus compañeros
que venían atrás, Didi batía sus alas cada vez más fuerte, guiándolos para afuera
de aquel círculo mortal.
Didi sabía que el ganso que va al frente no está para exhibirse
vanidosamente. Por el contrario, tiene una gran responsabilidad, pues el
movimiento de aire que se produce en formación en “V” en escuadra, al batir sus
alas con empeño y fuerza, facilita el vuelo de los demás en un 70 por ciento.
Así iba él, con todo el coraje, venciendo la barrera del humo y del calor,
¡conduciendo a los demás al camino de la salvación!
¡Qué lección maravillosa para aquel momento de desesperación! Aquella
“V” volando en el cielo era en verdad la “V” de la victoria, y era también como la
aguja de la brújula apuntando el camino de salida.
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Tesoros del Pensamiento
Inmediatamente los animales aprendieron la lección y nombraron a la
jirafa para guiarlos. Ella tendría el deber de mantener los ojos en la escuadra de
los gansos de Didi, y todos los demás la seguirían.
Así encontraron la única salida disponible y se salvaron todos. Más que
eso: aprendieron una gran lección.
La unión en torno de su líder es en verdad el secreto de un vuelo seguro,
donde los que vienen atrás aprovechan el esfuerzo del que va al frente.
¿No fue así que el Señor Jesús nos enseñó?, ¿que aquél que es el primero
sirva a todos los demás?
Sólo los ciegos, por la vanidad o el orgullo, no entienden o prefieren volar
solos.
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Tesoros del Pensamiento
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En una época en la cual los poderosos hacían sus propias leyes, cuando el
mundo era algo para ser conquistado a cualquier precio, reyes y emperadores
escribieron su propia historia e inspiraron innumerables leyendas.
Una de ellas, pasada de generación en generación, cuenta que, al regresar
victorioso de sus invasiones por los reinos de Europa, trayendo riquezas y
prisioneros, un emperador mandó a preparar un suntuoso banquete. Embriagado
aún por el orgullo de sus recientes conquistas, dijo delante de sus invitados:
-¡He realizado innumerables conquistas y mi imperio se expande por todos
los pueblos y naciones!
¡Mi ejército es el más poderoso del mundo! ¡Por eso soy temido por mis
enemigos y admirado por mi pueblo! A partir de hoy, decreto que debo ser tratado
como "dios", ¡pues es eso mismo quien soy: dios!
Los invitados, una banda de aduladores y aprovechadores, rompieron en
palmas y gritos, clamando al emperador: "¡Nuestro dios! ¡Nuestro dios!"
Un sabio viajante, afortunado comerciante de oriente, viendo el delirio
insano de los invitados, se aproximó al soberano y le realizó un pedido:
- Señor "dios", vengo con humildad a pedirle ayuda. Tengo, en este
instante, una enorme caravana, cargada con los más preciosos alimentos, que
traigo para comercializar con vuestro imperio. Son más de 60 camellos y 120
hombres, parados en pleno desierto por causa de una tempestad de arena. Mi
experimentado carabinero nada puede hacer - dijo él.
-¿Por qué te atormentas con tan poco? Mandaré ahora mismo que 400
soldados salgan al encuentro de tu caravana, y la rescaten. En breve, estarán todos
aquí y nada se perderá - le aseguró el orgulloso "dios".
El hombre, oyendo la respuesta, retrucó respetuosamente:
-No os incomodéis a tal punto, señor "dios", trasladando centenas de
hombres que, ciertamente, tienen otras funciones y se encuentran a vuestro
servicio. Tan solamente manda a que el viento se aquiete y, así, en pocos segundos
resolveremos el problema.
En ese instante, viendo que no podría realizar tal hecho, el emperador
advirtió la locura de su pretensión. ¿Cómo controlar el viento? Se hizo entonces
un profundo silencio en aquel inmenso salón; hasta la música se detuvo. La
multitud entendió qué absurda era la comparación de un simple mortal con el
propio Dios.
¿Cuántas veces, aunque no seamos tan locos de perdernos en tales
devaneos, tenemos un poco del orgullo del emperador? Cuando juzgamos,
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Tesoros del Pensamiento
condenamos o criticamos a alguien, asumimos, sin notar, la posición del propio
Dios. Aún hasta cuando tomamos decisiones en nuestra vida personal sin
consultar al Creador. Llamamos a Jesús de Señor pero, en verdad, nos servimos a
nosotros mismos.
El Señor Jesús, cierta vez, fue llamado a intervenir en una causa ajena, y
respondió:
"¿Quién me constituye juez entre vosotros?" (Lucas12: 14), mostrando Su
cuidado en emitir conceptos. Bien dice el apóstol Santiago:
"¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y
estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será
mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por
un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el
Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello" (Santiago 4:13-15).
Que el Señor tenga misericordia de nosotros y nos enseñe a servir.
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Tesoros del Pensamiento
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Había un rey cuyo ejército estaba en guerra. La lucha era contra los pueblos que
intentaban invadir sus tierras. Aquel rey, que había sido un excelente soldado en
el pasado, ahora un tanto cansado, permanecía en el palacio recibiendo noticias
del frente de batalla a través de sus mensajeros.
No era un hombre viejo, pero pensaba que después de tantas conquistas
merecía permanecer en sus aposentos. Como era el rey, nadie podía decir algo en
contra.
Fue entonces que en un bello día, mientras paseaba por la terraza de su
palacio, vio por encima del muro a una mujer que se bañaba en su casa.
Impresionado con su belleza, el rey trató de traerla a su presencia.
Al conversar con ella, supo que se trataba de la esposa de uno de sus más
valientes soldados, quien se encontraba en el campo de batalla con el resto del
ejército.
Aprovechándose de la situación y creyendo que nadie descubriría su
trama, el rey tomó a aquella mujer como suya y la obligó a dormir esa noche con
él en el palacio.
Al día siguiente, el rey la despidió bien temprano, procurando olvidar el
hecho. Le recomendó a la mujer que guardara el secreto y que volviera para su
casa como si nada hubiera ocurrida.
Algunos meses después, todo parecía estar en orden. El rey ya ni se
acordaba más de aquella noche. Un día, la mujer volvió al palacio. Afligida, deseaba
una audiencia particular con su majestad. Alegaba que el asunto era muy grave.
El soberano la recibió; y en cuanto ella entró, le dijo que estaba
embarazada. ¡Fue como si el cielo se hubiera desmoronado sobre la cabeza del rey!
Y ahora, ¿qué pasaría cuando el marido volviera de la guerra y encontrara
que su mujer estaba embarazada? Ciertamente la llevaría a la corte y, de acuerdo
con las leyes, ¡ella sería declarada adúltera y castigada con la muerte!
¿Cómo salvarla a ella y también al bebé sin revelar el pecado que había
cometido?
El rey estaba afligido, sin poder consultarlo con ninguno de sus súbditos.
Entonces tuvo una idea para encubrir el problema. ¿Por qué no llamar al
soldado con urgencia y darle unos días de descanso? Al venir a su casa,
naturalmente poseería a su esposa y, cuando volviera de la guerra y la encontrara
embarazada, seguramente pensaría que la habría fecundado en esos días de
descanso.
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Tesoros del Pensamiento
Así, el soldado fue traído al palacio por orden real. Después de haber tenido
el honor de comer con el rey, recibió la orden de que aprovechase su descanso
para estar en casa con su esposa.
Cuando se despidió del soldado, el rey tenía la certeza de haber resuelto
todo. Sin embargo, a la mañana siguiente, tuvo una gran sorpresa. Su majestad
encontró al fiel soldado dormido en la puerta del palacio.
-¿Qué es esto, hombre? ¿No te traje de la guerra para que tuvieras la
recompensa de estar en tu casa con tu mujer? ¿Qué haces echado en la puerta de
mi palacio? –dijo el rey, indignado.
-Majestad, me siento honrado con todo lo que Vuestra Excelencia me
proporciona. Sin embargo, ayer a la noche, cuando dejaba el palacio, me sentí
inmensamente triste por estar a punto de encontrarme con la mujer que amo
mientras todos mis compañeros duermen al rocío de la noche, acampados por las
colinas, en lucha por la paz de nuestro país. Decidí, por lo tanto, dormir aquí para
que al sentir el viento de la noche, pudiese compartir el dolor de mis compañeros
–respondió el soldado.
El rey se sintió avergonzado. ¿Qué decirle a tan noble guerrero? Más que
nunca lo respetó. No pudiendo quebrar su fidelidad para con sus compañeros de
guerra, él lo envió de regreso al frente de combate.
Antes de partir, sin embargo, el rey le dio una carta lacrada para ser
entregada al comandante del ejército. Sin saberlo, el soldado llevó su sentencia de
muerte. La carta ordenaba que él fuera puesto en el frente de batalla más cruel.
Allá moriría en acción, el rey se casaría con la viuda, en fin, todo resuelto, pensó el
rey.
Pasado algún tiempo, cuando nuevamente la paz reinaba en el país, el
soberano estaba sentado en su trono, un profeta le trajo una causa curiosa:
-Apenas una oveja, una única oveja era todo lo que dos siervos fieles de
vuestra majestad poseían.
El pobre hombre cuidaba de ella con todo amor, pues era todo lo que tenía
en la vida. La amaba como el bien más preciado que Dios le diera. Un día, un
hombre rico, dueño de grandes rebaños, recibió visitas en su casa y, como no
quería deshacerse de una de sus ovejas, mandó que robasen y preparasen la oveja
de aquel pobre hombre.
Interrumpiendo, el rey, indignado, exclamó:
-¡Qué caiga sobre mí el castigo de Dios si pasa el día de hoy y no he cortado
la cabeza de tal hombre!
Toda la corte se calló delante del furor del rey. El hombre que cometió
tamaño desatino jamás escaparía con vida.
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Tesoros del Pensamiento
Antes de que los soldados salieran en busca de semejante criminal, el
profeta dijo al rey: -¡Eres tú el hombre al que me refiero, el rey! ¡Y con tus propias
palabras te condenaste a ti mismo!
El rey que se condenó a muerte es nada más y nada menos que el rey David.
Dios lo perdonó, sin embargo el castigo de su error fue tal vez uno de los mayores
aplicados en la Biblia. Su pecado, cometido en oculto, fue traído a la luz del sol, y
aquello que el rey tanto quería esconder, aún hoy, aproximadamente cuatro mil
años después, es tema en esta historia.
Jesús dijo que no hay nada escondido que no vaya a ser revelado: “Porque
nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser
conocido, y de salir a la luz” (Lucas 8:17).
Que el Espíritu Santo pueda dirigir nuestras vidas para que vigilemos y nos
mantenga en la batalla diaria, en el mejor lugar para refugiarnos de la tentación.
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Tesoros del Pensamiento
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El Ruido de la Carroza
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Fueron innumerables las veces en que el Señor Jesús nos enseñó el valor de la
modestia, y cómo es importante huir de la gloria traicionera de este mundo.
Además, esta gloria, que pertenece al diablo, fue ofrecida a Jesús tentándolo en el
desierto. El Señor la despreció y, el tentador, humillado y derrotado, se retiró.
Se cuenta que, anualmente, los animales de una cierta parte de la selva
amazónica se reunían en un claro del bosque, próximo a un caudaloso río, para
realizar un gran festival de novedades. Cada animal se acercaba trayendo alguna
cosa especial: una nueva comida, historias interesantes, un invento, pruebas de
fuerza, saltos acrobáticos... Todo con la finalidad de elegir el más admirable, el más
inteligente, al cual era concedido el título de Campeón de la Selva.
De lejos se oía el movimiento entusiasta de los animales que venían de
todas partes hacia el lugar preparado que servía de palco de exhibición. El show
comenzaba con el león en un número de fuerza. Seguía el mono con saltos, después
el hormigón mostraba una nueva manera de construir. Así, uno después del otro,
se esforzaban para impresionar a la audiencia y quedarse con el título.
El sapo Benito, muy vanidoso, compuso para aquel año algo tan
espectacular, que daba como cierta su victoria. Arregló con un pájaro atar en su
pata una cuerda, que él sostendría con la boca. Cada vez que bajase la cabeza,
tirando de la cuerda, sería la señal para que el pájaro volase más alto.
Por vez primera en la historia de la selva, todos verían a un sapo volador.
El pájaro contratado era el buitre, pues Benito pensaba: “No tiene sentido usar un
ave colorida, que le haga sombra a mi hermoso verde”.
Mientras los demás animales se acomodaban en el palco, Benito ni los
miraba. Sólo aguardaba el momento justo para su entrada triunfal.
Al aproximarse el fin del festival, el sapo apareció volando por encima de
las copas de los árboles y comenzó a rodear el claro del bosque. Quien primero lo
notó fue la jirafa, que no pudo contener la sorpresa:
-¡Miren para arriba, amigos! ¿Quién va volando allá en el cielo?
De inmediato todos miraron para lo alto y el sapo pasó a ser el centro de
atención. Era todo lo que Benito más quería. Se escuchaban frases como: “¡Qué
idea formidable!”; “¡Es un genio!”; “¡Qué coraje¡”.
Y así, cada vez que Benito oía una de esas frases, tiraba de la cuerda y el
buitre subía más alto.
La admiración era general. Tan alto estaba que no se podía distinguir quién
era el acróbata. Los animales se preguntaban unos a otros: “¿Quién es el valiente?
¿Será el ratón o el murciélago?
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Tesoros del Pensamiento
Al darse cuenta, desde lo alto, que todos lo confundían con otros animales
y no sabían quién realmente era, Benito, queriendo aclarar, les gritó:
-¡Soy el sapo Benito!
Fue la última frase que dijo en la vida. El pobre Benito, al abrir la boca se
soltó de la cuerda y cayó de las alturas de su gloria, estrellándose contra el suelo.
La historia del sapo nos enseña una gran lección. Los elogios son engaños
armados para agrandar la vanidad humana, llevando a las alturas el ego de
aquellos que buscan la gloria de este mundo. Cuanto más suben, mayor será la
caída.
Dice la Biblia:
“El hombre que lisonjea a su prójimo, red tiende delante de sus pasos”
(Proverbios 29:5).
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Tesoros del Pensamiento
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EL TIRADOR DE PIEDRAS
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EL VIAJE DE LA HUMILDAD
Se cuenta que la Humildad resolvió hacer un viaje para bendecir al pueblo que
vivía en una tierra distante y muy pobre. No había entre aquella gente ningún
bendecido; el pueblo vivía en la más completa miseria, sin rey y sin reina.
El camino para aquella ciudad era bastante largo y difícil, lleno de piedras
y encima, había un río muy caudaloso para atravesar. Por eso la Humildad buscó
un barco para transportarla.
El primer barco que encontró era bonito y grande. Nada tenía que
envidiarle a los más famosos yates de los cuales se tienen noticia, y que navegan,
como se acostumbra decir, “por los siete mares”. Tenía inmensas velas, sus
herrajes estaban cubiertos de oro y la madera de su casco era la más noble que
había.
Como la Humildad le pidió ayuda, el barco se dispuso a colaborar; sin
embargo el pago que exigió fue altísimo: quería que la Humildad le diese gloria y
admiración por su belleza y fuerza. Ella no tenía cómo pagar el precio deseado por
aquel barco y, de esa forma, otro pasajero lo alquiló y partió con él en el viaje.
La Humildad entonces encontró otra embarcación. Era también muy bella,
lista para cruzar aquellas aguas, pues tenía un motor de gran potencia.
Quería, sin embargo, un pago en oro y plata, cuyo valor era incontable.
Mientras la Humildad se espantaba por el precio, otro pasajero diligente lanzó
sobre la cubierta un baúl lleno de oro, y allá se fueron a navegar por las aguas.
El tercer barco que la Humildad encontró no era tan famoso como el
primero, ni tenía la fuerza del segundo. Pero cuando supo la importancia de su
misión, transformar la vida de los miserables, el barquito comenzó a moverse y,
todo alegre, la llevó hacia la margen opuesta del río, venciendo la distancia y la
fuerza de la correntada.
Del otro lado, el pueblo esperaba la llegada de la Humildad para ser
bendecido. Cuando los barcos llegaron, la mayoría corrió para el primero, atraídos
por su belleza. El pasajero que encontraron allí era el Orgullo, y quien lo recibió
acabó maldecido.
Otro gran grupo corrió para el segundo barco, atraídos por el barullo de
aquel motor fuerte y por el oro que relucía en la cubierta. El pasajero que ahí
estaba. Triste desilusión, era el Amor al Dinero y así, quienes corrieron para allá
se volvieron aún más miserables.
Solamente algunas pocas personas vieron en el tercer barquito algo más
fuerte que la belleza del primero y la fuerza del segundo. Corrieron a su encuentro
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Tesoros del Pensamiento
y, qué maravilla, encontraron a la Humildad y se transformaron en personas muy
felices. Fueron todas honradas.
La mayor virtud enseñada por las Sagradas Escrituras es la humildad; ella
siempre precede a la honra. El Señor Jesús nos garantizó que aquel que se humilla
a sí mismo heredará el Reino de Dios y será exaltado.
Israel esperó varios reyes y todavía espera al Mesías. El Señor Jesús,
nuestro Salvador, vino montado en un burrito. Él era el Rey que ofrecía la otra cara
a Sus enemigos, atendía a los pobres, comía con los pecadores y no luchó por la
gloria de este mundo.
Los judíos esperaban un Rey que luchase contra el dominio romano y les
devolviese la gloria de los tiempos de David. Por eso no Lo aceptaron.
El Señor Jesús es la Humildad; nosotros, los cristianos, somos los
barquitos. Se Lo llevamos a las personas, los que sufren serán bendecidos.
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Tesoros del Pensamiento
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Al principio veía a Dios como Aquel que me observaba, como un juez que llevaba
cuenta de lo que hacía mal, como para ver si merecía el cielo o el infierno cuando
muriera.
Era como un presidente, reconocía su foto cuando la veía, pero realmente
no lo conocía. Pero luego reconocí a mi Poder Superior; parecía como si la vida
fuera un viaje en bicicleta, pero era una bici para dos, y noté que Dios viajaba atrás
y me ayudaba a pedalear.
No sé cuando sucedió, no me di cuenta cuando fue, que El sugirió que
cambiáramos lugares, lo que sí sé es que mi vida no ha sido la misma desde
entonces. Mi vida con Dios es muy emocionante. Cuando yo tenía el control, yo
sabía adónde iba. Era un tanto aburrido, pero predecible. Era la distancia más
corta entre dos puntos. Pero cuando Él tomó el liderazgo, El conocía otros
caminos, caminos diferentes, hermosos; por las montañas, a través de lugares con
paisajes, velocidades increíbles.
Lo único que podía hacer era sostenerme; aunque pareciera una locura, Él
sólo me decía: "¡Pedalea!".
Me preocupaba y ansiosamente le preguntaba: "¿Adónde me llevas?". Él
sólo sonreía y no me contestaba, así que comencé a confiar más en Dios.
Me olvidé de mi aburrida vida y comencé una aventura, y cuando yo decía:
"Estoy asustado", Él se inclinaba un poco para atrás y tocaba mi mano. No confié
mucho en Él al principio, para darle el total control de mi vida. Pensé que la
echaría a perder, pero Él conocía cosas que yo no sabía acerca de andar en bici...
¡secretos!
Él sabía cómo doblar para dar vueltas cerradas, brincar para librar
obstáculos llenos de piedras, inclusive volar para evitar horribles caminos. Y
ahora estoy aprendiendo a callar y pedalear por los más extraños lugares. Estoy
aprendiendo a disfrutar de la vista y de la suave brisa en mi cara y sobre todo de
la increíble y deliciosa compañía de mi Dios.
Y cuando estoy seguro de que ya no puedo más, Él sólo sonríe y me dice:
"¡Pedalea!".
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FE SIN INTELIGENCIA
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A mi querida abuela
Esta es la historia de una joven madre, bien joven además, que salió para
ganarse la vida en compañía de sus siete hijitos, tres niños y cuatro niñas. Tenía
en ellos el más precioso tesoro de su vida y los amaba con todo su corazón. En el
camino, hubo días en que el sol derramaba su poderosa luz, esparciendo el brillo
de sus rayos sobre los campos, renovando la vida y entibiando la tierra. El viento
suave desparramaba el perfume de las flores, trayendo encanto y belleza a toda la
naturaleza.
Aquella madrecita, rodeada por sus pequeñitos, recogía de los jardines los
más lindos ramos, con los que adornaba cariñosamente a sus hijitos. En su corazón
decía tiernamente: “Mi Dios, en este día maravilloso de tanta belleza, enseñé a mis
hijos la alegría, la paz y el contento. ¿Encontraré día más feliz que este en toda mi
vida?” La larga jornada seguía y vinieron días en los que nubes negras y pesadas
oscurecían el cielo y parecían tocar la cumbre de los cerros. Los truenos rugían
lanzando rayos sobre la tierra y anunciaban la fuerza de la tempestad. Loa
animales del campo se juntaban bajo los árboles y las aves, asustadas, se
refugiaban donde podían. Aquella madrecita llena de coraje extendía sus brazos
fuertes y seguros para proteger en su regazo a sus asustados niños, trayéndole la
paz de una oración a Dios. En su corazón, decía ella: “Mi Señor, en este día de
tormenta consolé a mis pequeños y les enseñé el coraje, y la confianza en la
oración. ¿Encontraré día más feliz que este en toda mi vida?”.
Vinieron entonces los días de siembra. La tierra bendecida abría sus
tesoros para recibir de las manos de los hombres el sudor del trabajo. Aquella
madrecita tan trabajadora, con sus amados hijitos, se levantaba al alba y salía por
los campos bien preparados, lanzando las semillas escogidas en los surcos fértiles
de la tierra. En el esfuerzo de su trabajo, de vez en cuando levantaba los ojos y
contemplaba la labor de sus pequeños tan queridos, atentos y felices, cada uno en
su tarea, y decía en su corazón: “Mi Dios, en este día enseñé a mis hijos el valor del
trabajo, de la dedicación y de la fe en el futuro de lo que plantamos. ¿Encontraré
día más feliz que este en toda mi vida?”.
Pasaron los días y llegó finalmente el tiempo de la cosecha. La naturaleza
bondadosa llenaba los campos con holgura, engrandeciendo en el corazón de los
hombres el eterno amor de Dios.
Aquella madrecita dichosa, rodeada por sus hijos, recogía los cestos
llenándolos con abundancia. En los rostros de aquella familia humilde, la alegría
brillaba en los ojos y consolaba el cansancio de las manos. “Mi Dios -decía ella en
su corazón- en la abundancia de esta cosecha vi el placer del éxito en el semblante
de mis hijitos. Ellos aprendieron el valor del trabajo honesto y de la confianza en
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Tesoros del Pensamiento
las infalibles manos del Creador. ¿Encontraré día más feliz que éste en toda mi
vida?”.
Los años fueron pasando y la madrecita querida envejeció y de debilitó.
Sus cabellos se volvieron blancos como la nieve y sus manos, en otro tiempo
fuertes, estaban trémulas. Su paso firme de antes, ahora era pesado y su espalda
se curvaba por el peso de los años. Pasaba la mayor parte de los días sentada y su
corazón vagaba contemplando el horizonte en un mirar cansado. Sus hijos, ya
grandes, rodeaban a la madre querida, luchando entre sí por el privilegio de poder
tenerla entre sus brazos y aliviar su dolor. Aquella madre dedicada, de rostro y
manos marcados por las luchas de su vida, disfrutaba del amor que plantara en el
corazón de la familia que tanto amó. Recibía la honra de sus agradecidos hijos. No
tenía más fuerzas para trabajar, pero sus hijos queridos no dejaban que nada le
falte.. “Encontraré, mi Dios, día más feliz que éste?”, decía ella en su corazón.
La larga jornada de la madrecita querida llegaba a su fin: terminaba su
labor. Los cielos abrían sus puertas para recibir a aquella que venía cargada por
dos ángeles. Sus fuerzas se renovaron en la visión del trono de Dios; su rostro
resplandeció cuando su nombre fue hallado inscripto en el Libro de la Vida como
“mujer bienaventurada, profesora de amor, de sacrificio y de abnegación”. Su
corazón, como nunca se llenó del gozo de Dios en la confirmación de su salvación
eterna. ¡Ahora, la madrecita querida sabía que no encontraría día más feliz que
éste!
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IMPORTANCIA DEL
REFERENCIAL PATERNO
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LA CRUZ PESADA
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La Fe y la Esperanza estaban satisfechas con el maravilloso trabajo que
habían hecho en la vida de aquel hombre. Entonces los dos le dijeron al Amor:
-No te preocupes en realizar tu obra. Ya ves que, juntas, cambiamos
completamente la vida de este hombre, haciéndolo saludable y próspero.
Así, el Amor partió en busca de alguien a quien ayudar.
El hombre continuó creciendo. Su imperio se fue expandiendo por todos
lados. Eran tantas las casas que tenía que muchas de ellas ni siquiera las conocía.
Viajó por el mundo entero y no había nada que lo sorprendiera. Probó las mejores
comidas y se vistió con las mejores ropas. Era tanta su riqueza que, con el paso del
tiempo, el hombre perdió todo interés en la vida y se transformó en una persona
aburrida y triste.
-Tengo todo lo que un hombre puede desear, pero todavía me siento vacío
–decía.
La Fe y la Esperanza se preguntaban qué podrían hacer para volverlo
fuerte como antes. Ahora él ya poseía todo lo que la Fe y la Esperanza podían
conquistar. No precisaba del milagro de la cura ni las esperanzas en el futuro, pues
ya era muy rico.
-¿Quién nos podrá ayudar? No queremos que la obra que realizamos en la
vida de este hombre se desmorone, porque sería muy grande ese fracaso.
Así, las dos fueron en busca del Amor para pedirle ayuda. El Amor regresó
con ellas y realizó su obra en la vida de aquel hombre.
Al sentir Amor, él entendió a Dios y a Su extraordinaria obra. Comenzó a
haber en él un cambio completo, que le hizo sentir el deseo inmenso de tener
comunión con Dios, y estos momentos eran ahora mucho más importantes que
todo lo que había experimentado antes. Eran más importantes aún que su propia
salud y prosperidad.
De esta manera, olvidándose de sí mismo, se dedicaba a servir al prójimo.
Su fuerza aumentaba cada día; su motivación venía ahora del amor y de la
transformación que veía en la vida de aquellos a quienes ayudaba.
Encontró así la felicidad y nunca más la perdió. La Fe y la Esperanza
entendieron que aunque sus obras hubiesen sido de una grandeza extraordinaria,
con el correr del tiempo, sin el Amor, todo perdería sentido. La Fe es rápida, la
Esperanza permanece por más tiempo, pero el Amor nunca acaba.
Por eso, el apóstol Pablo nos enseña en la primera carta a los Corintios,
capítulo 13, versículo 13:
“Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor
de ellos es el amor”.
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La Historia de Pepe
Pepe era el tipo de persona que te encantaría ser. Siempre estaba de buen humor
y siempre tenía algo positivo que decir.
Cuando alguien le preguntaba cómo le iba, el respondía: "Si pudiera estar
mejor, tendría un gemelo".
Era un Gerente único porque tenía varias meseras que lo habían seguido
de restaurante en restaurante.
La razón por la que las meseras seguían a Pepe era por su actitud. Él era
un motivador natural: Si un empleado tenía un mal día, Pepe estaba ahí para
decirle al empleado cómo ver el lado positivo de la situación.
Él siempre decía: "Cada mañana me despierto y me digo a mí mismo: Pepe,
tienes dos opciones hoy: Puedes escoger estar de buen humor o puedes escoger
estar de mal humor.
Escojo estar de buen humor". "Cada vez que sucede algo malo, puedo
escoger entre ser una víctima o aprender de ello. Escojo aprender de ello". "Cada
vez que alguien viene a mí para quejarse, puedo aceptar su queja o puedo señalarle
el lado positivo de la vida. Escojo el lado positivo de la vida". "Todo en la vida es
sobre elecciones, cuando quitas todo lo demás, cada situación es una elección".
"Tú eliges cómo reaccionas ante cada situación, tú eliges cómo la gente afectará tu
estado de ánimo, tú eliges estar de buen humor o de mal humor". "En resumen, TÚ
ELIGES CÓMO VIVIR LA VIDA".
Reflexioné en lo que Pepe decía...
Poco tiempo después, dejé la industria hotelera para iniciar mi propio
negocio. Perdimos contacto, pero con frecuencia pensaba en Pepe, cuando tenía
que hacer una elección en la vida en vez de reaccionar contra ella.
Varios años más tarde, me enteré que Pepe hizo algo que nunca debe
hacerse en un negocio de restaurante; dejó la puerta de atrás abierta y una
mañana fue asaltado por tres ladrones armados. Mientras trataba de abrir la caja
fuerte, su mano, temblando por el nerviosismo, resbaló de la combinación.
Los asaltantes sintieron pánico y le dispararon. Con mucha suerte, Pepe
fue encontrado relativamente pronto y llevado de emergencia a una Clínica.
Después de ocho horas de cirugía y semanas de terapia intensiva, Pepe fue
dado de alta, aún con fragmentos de bala en su cuerpo.
Me encontré con él seis meses después del accidente y cuando le pregunté
cómo estaba, me respondió: "Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo".
Le pregunté qué pasó por su mente en el momento del asalto.
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Tesoros del Pensamiento
Contestó: "Lo primero que vino a mi mente fue que debí haber cerrado con
llave la puerta de atrás. Cuando estaba tirado en el piso, recordé que tenía dos
opciones: Podía elegir vivir o podía elegir morir. Elegí vivir".
-¿No sentiste miedo? Le pregunté.
Continuó: "Los médicos fueron geniales. No dejaban de decirme que iba a
estar bien. Pero cuando me llevaron al quirófano y vi las expresiones en las caras
de los médicos y enfermeras, realmente me asusté. Podía leer en sus ojos: Es
hombre muerto. Supe entonces que debía tomar una decisión.
-¿Qué hiciste? pregunté.
"Bueno, uno de los médicos me preguntó si era alérgico a algo y respirando
profundo grité:
-Sí, a las balas- Mientras reían, les dije: estoy escogiendo vivir, opérenme
como si estuviera vivo, no muerto".
Pepe vivió por la maestría de los médicos, pero sobre todo por su
asombrosa actitud. Aprendió que cada día tenemos la elección de vivir
plenamente; la actitud, junto con la fe en Dios, puede cambiarlo todo.
Dijo el Señor: “Ante ti he puesto la vida y la muerte; elige la vida para que
vivas”.
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Tesoros del Pensamiento
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Había una vez un circo que recorría todas las ciudades del interior. No era muy
grande, pero igual representaba una gran atracción. Cuando las carretas se
asentaban en un lugar, con sus cabinas pintadas y los animales en las jaulas,
llegaba la novedad y la alegría.
Lo que más llamaba la atención eran los elefantes. El mayor de ellos era
Valdir, un animal venido de la India, país donde los elefantes son sagrados y
adorados como dioses. De pequeño, el elefantito vio a su padre desfilar adornado
por las calles, donde gente de todo tipo arrodillada le pedía favores.
La religión hindú es una trampa más del diablo para engañar a los
incautos. Enseña que las almas reencarnan y siguen un proceso de evolución. Son
millares los dioses que se originan de esa enseñanza completamente contraria a
la Palabra de Dios. Si eso fuera verdad, con el pasar de los milenios el ser humano
mejoraría su naturaleza; mientras lo que se observa es que el pecado se multiplica
a medida que se aproxima el fin de los tiempos. El Señor Jesús advierte
sabiamente:
“Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”
(Mateo 24: 12).
Por las vueltas del destino, el paquidermo fue vendido aún joven, y
después de un largo viaje en barco, terminó en el circo. Como era orgulloso, nunca
aprendió ningún truco. Además, ni siquiera dio la más mínima atención a los
tantos entrenadores que tuvo.
Así, el elefante indio fue de circo en circo, hasta que terminó sin grandes
privilegios, en uno bien modesto donde Tonio, un elefante africano muy humilde
tenía éxito y siempre terminaba trabajando por los dos.
-Eres ridículo, Tonio. Jamás me someteré a este papel de elefante de circo.
Debes saber que soy un animal sagrado, un dios reencarnado –decía el
presuntuoso Valdir.
Para no decir que Valdir era inútil, el dueño del circo, que sabía de la total
apatía del animal, ofrecía una recompensa para quien consiguiese hacerlo sentar,
que es el truco más elemental para un elefante amaestrado.
Los candidatos tiraban de la cuerda atada al pescuezo del elefante, se
colgaban de su rabo, le empujaban las patas, traían ratas para asustarlo, le ofrecían
maníes, pero nada surtía efecto. Valdir era propiamente un elefante muy
orgulloso.
Hasta que un día, un experto muchacho, acostumbrado a lidiar con la
terquedad de las mulas, asistió al espectáculo y decidió enfrentar el desafío. Él era
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Tesoros del Pensamiento
puntero izquierdo del equipo de fútbol. Tenía una zurda poderosa; la patada del
muchacho era una bomba que perforaba la red.
-Señoras y señores, ahora el elefante más terco del mundo desafía a quien
pueda hacerlo sentar –anunció el dueño del circo.
El muchacho se levantó y se dirigió al centro del picadero. Miró seriamente
a los ojos pequeños y soberbios del animal; y después comenzó a rodearlo, como
buscando algún punto débil. Cuando estaba detrás del elefante, lanzó una patada
potentísima, que pegó en medio de los grandes testículos de Valdir, que le caían
colgando entre las patas traseras.
El elefante sólo tuvo tiempo de emitir un largo y doloroso
“¡¡¡uííííííííííííííííííí´!!!”, mientras que las patas de atrás perdían el equilibrio y se
deslizaban, haciendo que aquellas toneladas se sentaran en el suelo.
La platea deliraba y el muchacho recibió el premio. Al día siguiente, el circo
partió para otra ciudad; pero ahora tenían un problema: ¿cómo aprovechar al
elefante como una atracción que justificara todo lo que comía, y lo incómodo de
transportarlo de un lado para el otro? Resolvieron cambiar de exigencia. En vez
de hacerlo sentar, el premio se le daría a quien hiciera que Valdir dijera sí y no. De
esa manera estarían seguros de que nadie llevaría el premio.
En la primera noche de espectáculo en la nueva ciudad, la platea estaba
repleta cuando fue lanzado el desafío, y el mismo muchacho descendió de los
asientos en dirección al picadero. Al verlo, el orgulloso elefante sintió un temblor
que lo recorrió desde la punta de la cola hasta la punta de la trompa. Todo el
mundo ya ha oído hablar de la “memoria de elefante”; y Valdir recordaba
claramente aquella patada terrible. El muchacho miró dentro de sus ojos y
lentamente comenzó a rodearlo, exactamente como la vez anterior. En cada vuelta,
Vladir sudaba frío. El joven se aproximó, levantó aquella oreja inmensa y le
susurró al oído:
-¿Me conoces, Valdir? –a lo que el elefante de inmediato respondió
moviendo la cabeza de arriba abajo, ¡representando un “sí”!
-¿Quieres otra patada de aquéllas? –a lo que el elefante contestó moviendo
la cabeza de un lado al otro, ¡expresando un angustiado “no”!
-¡Entonces siéntate, Valdir! –a lo que el animal rápidamente obedeció,
doblando las patas traseras y sentándose dócilmente.
El público explotó en aplausos, mientras que el dueño del circo,
boquiabierto y a disgusto, pagaba el premio al muchacho. El orgullo es tremendo
y nos hace tercos como el elefante Valdir. Admirador de sí mismo, el orgulloso no
oye nada y se considera el dueño de la verdad. Hasta que llega el día, aquel día, en
que Valdir se sentó. Mejor y mucho menos doloroso es aprender a través de la
humildad. Tonio, el humilde elefante africano, que era considerado por Valdir
como ridículo, hasta hoy da carcajadas cuando recuerda la cara de Valdir.
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La joven y la flor
Había una vez una joven muy rica y hermosa; todo lo que deseaba lo obtenía, pero
siempre su vida carecía de alguna cosa. Los afanes y el trabajo le ocupaban todo el
tiempo, y cuanto más lograba, más esfuerzo y esmero tenía que hacer para
mantenerlo. Si el trabajo la superaba, ella no podía atender a sus hijos; si surgían
problemas, dejaba de lado a su marido... Y así, las personas que amaba siempre
quedaban para después.
Un día, su padre, un hombre sabio, le dio un regalo: una flor carísima y
rarísima, de la que había sólo un ejemplar en el mundo.
Cuando se la dio le dijo: "Hija, ¡esta flor te va a ayudar más de lo que te
imaginas! Tendrás sólo que regarla y podarla de vez en cuando, y algunas veces
conversar un poquito con ella. Te dará a cambio un perfume maravilloso y
hermosas flores que te alegrarán con sólo verlas". La joven se emocionó mucho
con el obsequio, ya que la flor era de una belleza sin igual. Los primeros días, ella
cuidaba su tesoro con esmero y la flor iba desarrollándose naturalmente.
El tiempo fue pasando, los problemas la invadían y ocupaban gran parte
de su tiempo. Cuando llegaba a casa ojeaba la flor y la veía bien, estaba linda,
perfumaba bastante, así que pasaba de largo y continuaba con sus quehaceres.
Hasta que un día, sin haber dado señales de que realmente algo malo
estaba sucediendo, la flor murió. Al llegar a la casa, la joven se asustó mucho, la vio
reseca, sus flores estaban caídas y sus hojas amarillas. Lloró mucho; estaba sin
consuelo cuando llamó a su padre y le contó lo que había pasado. Entonces fue que
su padre le respondió: "Yo me imaginaba que algo así sucedería; pero no puedo
darte otra flor, porque no existe otra igual a esa en el mundo. Era única; así como
tus hijos son únicos, y tu marido y tu familia, y tus amigos... Todos son bendiciones
que el Señor te dio para que tú los cuides. Tienes que aprender a regarlos, podarlos
y darles atención; porque así como la flor, los sentimientos también mueren. Tú te
acostumbraste a ver la flor siempre allí, siempre florida, siempre perfumada, y te
olvidaste de cuidarla. ¡Cuida a las personas que amas! Cuando Dios nos da,
automáticamente nos hace responsables por eso que nos dio. Distribuyamos
nuestro tiempo con sabiduría y con amor.
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Tesoros del Pensamiento
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LA MONTAÑA Y EL GRANO DE ARENA
Había una vez una montaña imponente que se erguía a la orilla del mar. Su cima
alcanzaba las nubes del cielo. Ella se enorgullecía de su grandeza y, como una reina
en su trono, reinaba soberana teniendo el mar a sus pies y el respeto y la
admiración de los hombres.
Junto a la montaña había una playa y en ella un grano de arena. Era tan
común y pequeño como cualquier otro de los incontables granos que formaban
aquella franja blanca entre el mar y la tierra.
-Señora montaña, ¿me podría decir lo que ve de lo alto de su grandeza?
Cuénteme, por favor, cómo son los reinos de los hombres, los campos, los ríos y
los valles. Sé que tiene la visión del mundo y nada se esconde a sus ojos.
De lo alto de su arrogancia, la montaña miró con desdén y respondió:
-¿Quién eres tú, insignificante grano de arena, para hacerme preguntas y
querer saber lo que ven mis ojos? ¿No percibes la distancia que hay entre nosotros
y que jamás perdería mi tiempo conversando con alguien tan pequeño y
despreciable? Si tienes la pretensión de conocer el mundo, entonces vas a tener
que ser llevado en los pies de alguien para que te dejen por ahí, tirado en cualquier
lugar, según sea tu destino anónimo e inútil.
Comprendiendo su pequeñez, el grano de arena se calló. La montaña
elevaba sus ojos altivos hacia el horizonte, como si nada hubiera sucedido. Al caer
la noche, el pobre grano de arena contemplaba el infinito de los cielos y su
inmensidad de estrellas. Brillando a lo lejos, parecían también pequeños granos
de arena flotando en el espacio.
Por la mañana, el mismo sol que iluminaba la montaña también hacía
brillar la arena en la playa. Una brisa suave, soplando la tierra gentilmente, levantó
aquel grano de arena y lo lanzó en el mar. Mientras se hundía lentamente,
penetrando en la profundidad del océano, pensaba triste en el sueño que tenía.
Ahora todo parecía perdido. Jamás tendría una nueva oportunidad para
contemplar la belleza del mundo, ni a la majestuosa montaña que tanto lo
despreciaba.
Pero al vagar por las aguas, el grano de arena vino a caer en la membrana
blanda de una ostra abierta que, al sentirlo, se cerró de golpe.
-¿Quién eres? –preguntó el molusco.
-Soy un pequeñito grano de arena que el viento lanzó al mar –respondió él.
Y los dos comenzaron a conversar. Cuando la ostra escuchó la historia del
grano de arena y del sueño que tenía, se puso tan triste que empezó a llorar. Sus
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Tesoros del Pensamiento
lágrimas lo envolvieron y se fue haciendo cada vez más grande, hasta quedar
convertida en una linda perla.
Un día, unos buzos hallaron aquella ostra en el fondo del mar. La abrieron
y descubrieron la hermosa perla. Era la más bella de todas las que habían visto.
Vendida por un alto precio, acabó transformada en valioso anillo de una reina. Así,
el grano de arena viajó por todos los rincones de la tierra.
Dice la Palabra de Dios que el Señor Jesús exalta al humilde y humilla al
soberbio. Por eso, muchas veces somos llevados al desierto, pues bajo el intenso
del día o el frío de la noche, la más sólida montaña termina por transformarse en
pequeñitos granos de arena.
En cierta forma, el grano de arena, en su pequeñez y humildad, es más
fuerte que la montaña. Ésta, bajo el efecto de la erosión, se deshace cada día,
mientras que el grano de arena, por su propio tamaño, es prácticamente
indivisible.
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Tesoros del Pensamiento
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Había una vez un joven africano que no frecuentaba la iglesia y le daba poca
importancia a la oración. Él vivía en Mozambique, pero soñaba con viajar para
África del Sur. Él pensaba que ese país vecino le ofrecería mejores condiciones de
vida y de trabajo. Como no tenía el permiso para cruzar la frontera, resolvió ir por
el medio de los matorrales, atravesando los campos y montañas que separan esos
países.
Así fue como él partió en busca de su sueño. Cuando el sol se escondió,
sintió miedo. Es que los campos de África están llenos de leones feroces, que salen
para cazar aprovechando la oscuridad de la noche.
De repente, él escuchó el pavoroso rugido y vio el brillo de las enormes
garras de un león. Con el cuerpo todo tembloroso, cayó de rodillas y se puso a orar
como nunca lo había hecho antes.
Pasaron algunos instantes y como nada había sucedido, él abrió un poquito
los ojos y, para su sorpresa, vio que el león también estaba de rodillas, haciendo
una oración.
El muchacho se llenó de coraje. La oración parecía haber funcionado. Al
final, aún sin nunca haber buscado a Dios, había conseguido salir de la situación.
Sin miedo, se levantó y dijo:
-¡Muy bien, señor león! ¡Estoy muy contento de ver que usted es también
un buen cristiano!
A lo que el rey de la selva respondió:
-No tanto, mi joven. Sin embargo, ¡nunca dejo de hacer mi oración antes de
las comidas!
Sabio es aquel que anda siempre con Dios, aún antes de que el león
aparezca. El que vive en comunión constante con su Creador, disfruta lo mejor de
esta vida. Planta cada día la buena semilla y vas a cosechar con abundancia por el
resto de tu vida.
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Tesoros del Pensamiento
32
Un viejo rey tenía dos hijos. Como ya se sentía débil para gobernar, llamó al mayor
y le pidió que encontrase entre las doncellas del reino, aquella que reuniera más
condiciones para convertirse en reina y la hiciera su esposa.
El viejo monarca sabía lo importante que era para el futuro rey tener una
mujer sabia como esposa. Así, mandó preparar un gran baile en el palacio e invitó
a las más lindas jóvenes para que el príncipe pudiera elegir.
Después de observar cuidadosamente a todas las candidatas, el príncipe se
decidió por dos, que eran absolutamente magníficas.
Eran las más bellas, más talentosas e igualmente educadas. Sin saber cuál
elegir, él las invitó a vivir en el palacio donde podría, a través de la convivencia,
confirmar que la elegida sería así la más preparada.
El príncipe era, como su padre, un joven humilde y de excelente corazón.
Quería que, con su casamiento, el pueblo de su reino tuviera una verdadera reina,
que sirviera de ejemplo a todas las demás jóvenes del reino.
Un día, en viaje a lugares distantes de su reino, él sufrió un accidente. Cayó
del caballo y se golpeó la cabeza en la raíz de un árbol, quedando ciego. ¡Qué
tragedia para un joven tan especial y con un futuro tan brillante!
Volvió a su palacio con la idea de renunciar a su derecho de reinar en favor
de su hermano más joven, pues pensaba que un rey ciego no podría servir tan bien
a su pueblo. Ya no frecuentaba más los salones de baile ni desfilaba gallardamente
por las calles de su reino. El príncipe ciego prefería quedarse encerrado en sus
aposentos, meditando sobre su vida.
Al poco tiempo todos los amigos se fueron alejando de él para acercarse a
su hermano, quien era ahora el futuro rey. Se realizó otro baile, entonces, para
escoger la doncella que desposaría el hermano más joven.
Las dos mozas también fueron invitadas para el acontecimiento. Sin
embargo, una de ellas no aceptó la invitación. Ella se había enamorado del otro
príncipe, quien ahora estaba ciego, y sentía que no podría ser feliz con nadie más.
El salón de fiestas del palacio estaba colmado de lindas doncellas, todas
bien vestidas para la ocasión. En medio de la fiesta, el príncipe ciego entró al salón
con traje real, y para sorpresa de todos, viendo perfectamente.
En medio del silencio que se hizo, el príncipe subió los escalones que
llevaban al trono y anunció con gran calma:
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Tesoros del Pensamiento
-Una vez más podemos comprobar que la Palabra de Dios es sabia y
maravillosa. Tenía una decisión muy difícil de tomar, pues las dos jóvenes que
escogí eran absolutamente iguales y merecedoras de la corona. Un día, cuando leía
la Biblia, noté que el Señor había cerrado los ojos de Adán, haciéndolo caer en un
profundo sueño, mientras le preparaba a su esposa. Percibí que mi dilema estaría
resuelto si también cerrara mis ojos. Con los ojos abiertos consideraba sólo el
aspecto físico. No observaba los atributos invisibles de un verdadero carácter. De
las dos jóvenes que decían amarme, solamente una probó lo que sentía, no
aceptando la invitación a este baile. Así, ella es la elegida para ser futura reina y
reinar a mi lado.
¿No es interesante que, aunque la visión sea importante, las cosas
invisibles sean aún más importantes y permanentes que las visibles? ¿No vive el
justo por la fe? ¿Y no es la fe la certeza de las cosas que no se ven? ¿No fue el rey
David elegido por cualidades que no se podían ver con los ojos físicos?
“...no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues
las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2
Corintios 4:18).
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Tesoros del Pensamiento
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-¡Espera!- lo interrumpe el filósofo. ¿Ya hiciste pasar por las tres rejas lo
que vas a contarme?
-Al menos lo habrás pasado por la segunda reja que es la bondad. Eso que
deseas contarme, ¿es bueno para alguien?
-¡Ah vaya!... La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso
que tanto te inquieta?
Anónimo.
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Tesoros del Pensamiento
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LO FATAL
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Tesoros del Pensamiento
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Se dice por ahí, que el fuego encima de la montaña, el agua que cae montaña abajo
¡y la furia de la mujer celosa son cosas que nadie puede detener! Aquel que se casa
con una de ellas tiene un volcán dentro de la casa. Nadie sabe cuándo va a explotar.
Además, hasta hace poco tiempo atrás, los americanos acostumbraban
bautizar los huracanes que de vez en cuando arrasaban sus ciudades, con nombres
femeninos. Aurora, Elvira Jane y tantos otros. Esa práctica, por ser de muy mal
gusto, fue abolida recientemente por el esfuerzo del activo Movimiento Femenino
Americano.
Algunos dicen que toda mujer es celosa y que todo comenzó con nuestra
madre Eva, allá en el Paraíso. Se cuenta que todo iba muy bien en el maravilloso
Jardín del Edén, donde nuestros padres eran felices y llevaban una vida en la dulce
comunión del amor. Estaban siempre juntos y conversaban sobre todo, sin
ninguna interferencia ajena y sin secretos.
¿Cómo pelear? ¿Cómo discutir? ¡No había absolutamente ninguna razón,
por pequeña que fuese, para generar discordia! Nada me dijo; me dijo, chusmeríos
de vecinos, teléfono, televisión. Nada de cuentas atrasadas, expensas, escuela de
los niños. ¿Embotellamiento? ¡Ni pensar!
Sólo imagine, un lugar sin ninguna preocupación, salud perfecta, completa
alegría, ¡y un universo entero para ser descubierto! ¡Todo era novedad! No había
lluvia; ¡apenas un delicado rocío regaba la vegetación por las madrugadas!
Un día, sin embargo, mientras recogía racimos de uva, nuestro padre Adán
se detuvo a observar un pájaro diferente, con colores muy lindos, que volaba de
una rama para la otra, exhibiendo su hermoso plumaje.
Adán se sentó a pensar en el nombre que daría a esa linda ave. Tenía que
ser un nombre muy especial. Pensó y pensó, y cautivado por el sonido que el ave
emitía, parecido a la vocal “a” cuando es pronunciada bien abierta, decidió cuál
sería el nombre de aquella ave.
Se levantó, llamó al ave que, obedeciendo, voló suavemente desde la rama
donde se encontraba, hasta que se posó en el brazo extendido de Adán.
-Eres un ave bella, y oyendo tu canto, decidí que tu nombre será arara- dijo
el hombre.
Moviendo el brazo para arriba, impulsó al pájaro que, volando,
desapareció entre los árboles.
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Tesoros del Pensamiento
Adán, entonces, agarró las frutas y se puso a caminar, sin notar el tiempo
que había pasado. Llegó al Jardín del Edén ya bien tarde, se acostó sobre la hierba
y se adormeció.
¡Nuestra madre Eva desconfiaba! Por primera vez Adán llegaba tan tarde
y, simplemente se acostó y se durmió. En ese instante, nuestra madre, muy
nerviosa, comenzó a contar: “una, dos, tres, cuatro...”
¿Qué estaría verificando, contando con tanta preocupación y nerviosismo?
¿Qué habría perturbado su calma, haciéndola quedar, por primera vez tan agitada?
¡Contaba las costillas de nuestro padre Adán, para ver si Dios había sacado
alguna para hacer a otra mujer!
Así el arar causó el atraso del hombre y en consecuencia los celos de la
mujer. Nadie sabe si esta historia es verdadera. El amor no arde en los celos. Los
celos son sentimientos vacíos, motivados muchas veces por actos irrelevantes.
Aun así, causan tanto dolor al corazón.
¿Cómo ser feliz en el amor? ¡El cristiano que entrega la vida al Espíritu
Santo y se casa con otro cristiano, es feliz y no precisa tener celos de ninguna
índole!
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Tesoros del Pensamiento
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LOS OBSTÁCULOS EN NUESTRO CAMINO
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Tesoros del Pensamiento
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Había una vez tres pinos plantados en una vasta floresta en el reino de
Swazilandia, al sur de África. Cada uno de ellos tenía un sueño.
El primero, muy ambicioso, soñaba con ser rico, el más rico de todos los
pinos. Quería ser, en el futuro, un gran baúl adornado con piedras preciosas, donde
el rey guardase sus posesiones de más valor. Ya se veía siendo el centro de todas
las atenciones, en la sala más lujosa del palacio, usada solamente para las
ocasiones especiales y para invitados ilustres.
Y entonces, en el instante en que fuese abierto, vería la mirada de
admiración de aquellos que hubiesen tenido el honor de contemplarlo. Era la
gloria que él más quería en la vida.
El segundo pino, que sólo pensaba en sí mismo, quería aprovechar la vida
y viajar por el mundo. Su sueño era transformarse en una carabela, para que los
vientos la empujaran por los mares de la vida.
Se imaginaba llegando a las más bellas islas del Caribe o a los lujosos
puertos de Europa, recibiendo la brisa fresca del Pacífico y siendo besado por las
aguas frías del Índico. Quería tener lo mejor que la vida pudiera ofrecerle.
El tercer pino era muy diferente de los otros dos. No era tan alto como el
primero ni tenía un tronco tan fuerte como el segundo. Su sueño era ser útil de
alguna forma y poder a quien lo precisase.
Así vinieron compradores de todas partes del mundo para elegir la madera
que mejor se adaptara a sus negocios. Uno a uno los árboles se fueron, y de toda
aquella inmensa floresta que cubría las montañas como una alfombra, sólo quedó
el tercer pino. El único que no fue escogido, porque notaban que no servía para los
negocios de este mundo.
Hasta que un día, un carpintero vino en busca de madera. Quería una bien
simple, sin nada especial, porque lo que pretendía hacer con ella no era una
suntuosa arca del tesoro, tampoco una carabela.
Felizmente, el tercer pino fue llevado de la floresta, así pudo iniciarse un
proceso de reforestación.
El primer pino se transformó en un arca hermosa, tallada con el escudo
real. Estaba en el centro de la sala más bella del palacio. Hasta que un día el palacio
fue invadido por los enemigos, y mataron al rey, robándole el tesoro. Como el arca
era muy grande y pesada, tiraron todo lo que había en ella e incendiaron el palacio.
El pobre pino murió quemado en las llamas, abandonado y vacío.
El segundo pino, cuando viajaba por los mares helados del norte, fue
azotado por los vientos y lanzado violentamente contra las rocas de una isla,
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Tesoros del Pensamiento
despedazándose. De esa forma murió ahogado, y quedó sepultado en el fondo del
mar.
El tercer pino, cuyo sueño era servir, fue transformado por las manos del
carpintero en una cruz, que un día fue colocada sobre las costillas ensangrentadas
del Señor Jesucristo.
Sabía que no había riqueza mayor que servir, y para tener lo mejor que la
vida pudiera ofrecerle, debía amar y dedicarse al prójimo. De esa forma tenía la
seguridad de que encontraría la paz y la felicidad.
Por supuesto que los otros dos pinos lo consideraban estúpido e ingenuo.
Ellos lo despreciaban, y aunque hubiesen sido plantados cerca unos de otros, lo
mantenían fuera de las conversaciones.
El tiempo fue pasando y los tres pinos fueron creciendo. Un día apareció
en la floresta un oficial del rey, con la misión de escoger el pino ideal para construir
un baúl donde el rey pudiese guardar su tesoro.
Cuando el primer pino oyó eso, creyó que su oportunidad había llegado.
Estiró lo más que pudo sus ramas y secó su tronco. Era realmente muy lindo.
Cuando el hombre lo vio, quedó impresionado y lo compró. Y allá se fue el primer
pino para transformarse en el guardián del tesoro del rey.
No mucho después, otro comprador visitó la floresta. Era un capitán que
buscaba madera para construir un barco. El segundo pino tenía ahora la chance
que esperaba. Se curvó cuanto pudo para un lado y para el otro, mostrando gran
elasticidad en sus fibras, para adaptarse a la forma del casco de un navío.
No precisó de nada más. El marino lo compró. Allá se fue el segundo pino
para convertirse en una carabela, tal como era su sueño.
Ayudó, así al Señor a cumplir el mayor servicio que un siervo jamás
cumplió: dar Su propia vida para salvar a Sus hermanos.
Su deseo de servir hizo de él el más precioso tesoro de madera de la
humanidad: la cruz de Jesús. Y todavía lo llevaron a viajar por todas las partes del
mundo, cargado por aquellos que saben que la verdadera riqueza es servir, y
obedecer la orden:
“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz
cada día, y sígame” (Lucas 9:23).
Me pesa en el corazón, al escribir esta historia, el recuerdo de algunos
colegas, misioneros como yo, que se dejaron llevar, para volverse baúles de dinero
o para ser señores de sí mismos, en los vientos de los sentimientos y pensamientos
de la carne.
Nuestro Dios y Padre posee todas las cosas y todo conoce. Sin embargo,
eligió el servicio como Su gran tesoro. Dijo Jesús:
“Mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven,
y el que dirige, como el que sirve” (Lucas 22:26).
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Tesoros del Pensamiento
Pienso que Él se apoyaba en el propio Dios cuando dijo esas palabras. ¡Él
es el mayor, pero también el que más sirve!
Todos los seres en este mundo, y si otros hubiera fuera de él, fueron
creados y son sustentados por Dios. Sin Él, nada de lo que existe hubiera
aparecido. Por eso, a Él toda la gloria, para siempre. ¡Amén!
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Tesoros del Pensamiento
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Tesoros del Pensamiento
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Cuando la persona está triste, bebe para olvidar. Cuando está alegre, bebe
para conmemorar. Si hace calor, toma una bebida bien helada; si hace frío, una
para calentarse. Ahí está la maldita sutileza. Va llegando despacio, paso a paso,
para tomar su lugar.
Fue así que la bebida entró en la vida de José Severino da Silva, un joven
del interior que vino a tentar suerte a la gran ciudad. Él dejó su tierra con el sueño
de volverse rico. Su primer empleo fue de peón de obra. Era un muchacho fuerte,
con muy buena voluntad y rápido para aprender.
José, Rita y Rosita vivían una vida simple, pero llena de paz y abundancia.
Hasta que un día, después del trabajo José entró en un bar, invitado por los amigos.
¡Maldita Hora!
Las visitas al bar fueron más frecuentes. De dos o tres veces por semana,
pasaron a ser todos los días. José, que acostumbraba estar en casa de vuelta a las
siete, para comer con la familia y mirar alguna película por la televisión, ahora no
llegaba antes de las diez, distante, torpe, fingiendo que no sucedía nada.
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Tesoros del Pensamiento
El fin del día, que marcaba con alegría en la vida de Rita y Rosita el regreso
del padre al hogar, pasó a ser un momento de angustiosa espera, asomándose a la
ventana o quedándose de pie en el portón, mirando de un lado para el otro.
José ya no podía estar sin la bebida. Iba para el bar todo el día,
principalmente los fines de semana. Así era como la bebida lo apresaba desde
temprano. Poseído por el vicio, llegaba tarde a la obra. Comenzó a desinteresarse
y a perder la voz de mando. Se equivocaba en las cosas más simples y se escapaba
del trabajo.
Pero lo peor todavía estaba por venir. Un día, cuando él bebía como de
costumbre, alguien le trajo la noticia de que su hija, Rosita, ardía en fiebre.
Precisaba de su atención urgente.
Abatida por las vicisitudes de la vida, por la ausencia del padre, por los días
de poco o casi nada para comer, la linda Rosita ahora era piel y hueso. Su
cuerpecito indefenso fue víctima de una cruel tuberculosis que, furtivamente, se
apoderó de sus pequeños pulmones.
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Tesoros del Pensamiento
Muy tarde en la noche, a la hora en que el tabernero ahuyenta a los
borrachos y cierra las puertas del bar, José, con pasos torpes, fue rumbo a su casa.
A cierta distancia vio extrañas luces brillando en la sala. Al aproximarse, vio un
pequeño cajón, rodeado por pequeñitas velas y simples flores. Estaban velando a
Rosita, la pobre niña no había podido resistir.
Cuando el efecto del alcohol fue, poco a poco, dejando la mente de aquel
infeliz padre, la desesperación y el remordimiento lo fueron conduciendo a las
tinieblas. Impotente para enfrentar la realidad, crecía en su interior la loca sed del
alcohol que lo envolvió, en busca de un escape.
Sin dinero para saciar el vicio, se aproximó, sin ser visto, al pequeño cajón
y, antes que lo cerraran, arrancó de los pies de su hija los zapatitos que habían sido
donados para el entierro. Rosita fue enterrada descalza; así culminó su corta
existencia.
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Tesoros del Pensamiento
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MI MÁQUINA DE ESCRIBIR
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Tesoros del Pensamiento
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OMAR Y ABDUL
Hay una antigua leyenda que lleva al extremo del ridículo los increíbles niveles de
odio y envidia que actúan en el corazón de los hombres. Hombres que desprecian
el mayor tesoro que existe, o sea el amor de Dios, para envidiar cosas pasajeras
como los bienes materiales.
Los dos habían sido muy ricos. Eran comerciantes establecidos en el ramo
de la venta de alfombras. Ganaron mucho dinero y, como tenían sus tiendas una
enfrente de la otra, en una de las principales calles de la ciudad, se transformaron
en terribles rivales.
Vivían acusándose y denunciando las estafas uno del otro, y aunque eran
primos, la rivalidad que había entre ellos era mayor que cualquier vínculo
sanguíneo.
Con el deseo de juntar más dinero, los dos hacían cualquier negocio.
Falsificaban mercaderías, exageraban los precios, engañaban en los cambios y
evadían los impuestos, aparte de robarles a los empleados.
-¡Abdul! Piensa con cuidado en todas las maravillas que tus ojos ya vieron,
en los lugares que pasaste y en los libros que leíste, y no te olvides de pedirlas a
todas -gritó Omar.
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Tesoros del Pensamiento
-¡Amigo, ese consejo que me das es para ti! ¡Jamás pediré las maravillas
que deseo, pues sé que recibirás el doble!
Comenzó la pelea otra vez, ¡y mucho peor que antes! En minutos estaban
rodando por el suelo, tratando ambos de que el otro hiciera el pedido primero.
Era tanta la envidia que se tenían, que los dos enviaron una carta a los
fiscales del rey, denunciando las irregularidades del otro. Ambos fueron
condenados. Huyeron antes de que pudieran encarcelarlos, y esa misma noche,
por ironía del destino, se encontraron en la misma ruta, sufriendo ambos la aridez
del desierto.
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Tesoros del Pensamiento
-Omar y Abdul, vine para salvarlos. ¡Pidan lo que quieran que les será
concedido!
Al oír eso, los dos explotaron de alegría. Imaginaron los palacios, siervos y
siervas, reinos, fortunas, negocios, alfombras, propiedades y principalmente
escapar de aquel desierto sin fin. ¡Todo era como un sueño!
El amor al dinero es la raíz de todos los males, como dice la Sagrada Biblia.
Y la envidia que causa no tiene límites. Parece que para aquel que ama el dinero
no le basta solamente con ser rico, es necesario que los otros sean pobres y lo
envidien. La derrota del otro le trae más alegría que su propia victoria.
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna" (Juan
3:16).
Dios ama, y porque ama da lo mejor que tiene: ¡Su Hijo! El diablo odia, y
porque odia, ¡roba!
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Tesoros del Pensamiento
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Pelea en la carpintería
Se cuenta que cierta vez hubo en una carpintería una extraña asamblea. Fue una
reunión de herramientas para ajustar sus diferencias. El martillo presidió la
reunión; pero los participantes le notificaron que tenía que renunciar. ¿La causa?
Hacía demasiado barullo y, además, se pasaba todo el tiempo golpeando.
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Tesoros del Pensamiento
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La Lotería de la Vida
Por Juan Carlos Caramés
Luis era una de esas personas jugadoras de la suerte. Cuál fue su sorpresa, un día,
cuando revisó la lista de ganadores de la lotería y se había sacado el premio mayor,
algo así como 5 millardos de bolívares. Sintió mareos, la mirada se le nubló y a
punto estuvo de tener un paro cardíaco. Gritó, aplaudió, rio a carcajadas y
finalmente lloró de felicidad. De inmediato se dirigió a su banco y en forma por
demás confidencial le pidió al gerente que le hiciera el favor de cobrar, el premio,
a su nombre y depositar en su cuenta. Llegó ya de noche a su casa, después de
confirmar que el premio había sido debidamente cobrado y depositado. Era tal su
alegría que destapó una botella de champagne, puso su música favorita y
comenzó a imaginar, ahora que era inmensamente rico, todo lo que haría, lo que
compraría, los viajes que realizaría, los regalos que le gustaría entregar a sus
seres más queridos. Completamente en estasis, le sorprendió que alguien a esa
hora de la noche tan avanzada tocaran a su puerta, con tal fuerza, que pareciera la
quisieran derrumbar. Al abrir, rápidamente, su sorpresa fue aún mayor pues
nunca esperaba a ver al visitante que recibió: era la muerte, la cual le ordenó: ---
Vengo por ti, es hora de que me acompañes al más allá. --- Con un espanto que le
desfiguró el rostro, reclamó: Ahora no, ¿No ves que soy rico y finalmente podré
realizar todos mis sueños? --- Lo siento, le replicó la muerte, yo no puedo esperar,
es ahora o ahora; no hay alternativa. --- Intentó sobornarla--- Mira, te doy la mitad
de mi fortuna si me dejas vivir por lo menos un año. Y un rotundo "NO" recibió por
única respuesta. Pero él insistió. Bueno, te puedo entregar 4 millardos a cambio
solamente de un mes, ¿Qué te parece? Y nuevamente recibió la sentencia
determinante. Finalmente, decepcionado, le ofreció toda su fortuna a cambio de
tener la oportunidad de disponer solamente de cinco minutos, y a lo que la muerte
concedió sin mucho agrado. De inmediato, el pobre hombre tomó papel y lápiz y
escribió: Para aquellos que puedan llegar a leer esto: Vivan la vida intensamente
aquí y ahora, pues de tanto pensar en el mañana se pueden quedar en su intento
sin mañanas y sin vida.
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Tesoros del Pensamiento
cargos del pasado que se pueden graduar en el arte de no vivir. Hoy estamos aquí
y ahora ésta es la única certeza que poseemos. Aprendamos a estar y sin esperar
atrevámonos a ser felices. La vida se nos va y de una cosa debemos estar seguros,
jamás volverá. Es como el agua que nunca más volverá a pasar por el mismo río. Y
como punto final, piensen que el único equipaje que nos podemos llevar es el
aroma de la felicidad que damos a otros y a nosotros mismo. Concluida la carta le
dio la mano a la muerte y dando un último vistazo a sus recuerdos y con un
profundo suspiro se alejó hasta que la oscuridad los envolvió. El futuro nos
tortura y el pasado nos encadena. He aquí por qué se nos escapa el presente.
Fuente: Historia tomada del libro "Líderes del Tercer Milenio", Miguel Ángel
Cornejo.
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Tesoros del Pensamiento
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Alguien dijo una vez, "el destino significa hallar la melodía que nos
interprete". Es una idea que invita a pensar el hilo conductor de la existencia como
si fuera el tema de una composición musical. Un poema del escritor alemán Heine,
declara: "Donde mueren las palabras nace la música". Ciertamente la música es un
prodigioso lenguaje que habla de lo que hay en nosotros de inexplicable, que
expresa nuestras emociones más frecuentes, que tiene la virtud de trasmitir el
tono anímico que mejor nos describe. ¿Cuál es la melodía que interpreta nuestra
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Tesoros del Pensamiento
experiencia? ¿Cómo es la música de su vida y de la mía? Cada uno ejecuta su propia
música con los sonidos que le son exclusivos.
Pero también está la música que hace danzar la vida, la de sonidos alegres
y vivaces, que despiertan el entusiasmo e inflama el ánimo de regocijo y placer. El
objetivo es pensar en esas músicas jubilosas como modelo a seguir, como una
invitación a desarrollar la voluntad de ser feliz. Un ejemplo ilustrativo es el autor
del Salmo 40, quien experimentó el cambio de la canción que interpretaba su
existencia, llegando a entonar otra música de temple alegre y estimulante, que
transformó totalmente su disposición. Dice ese poema e himno: "Pacientemente
esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la
desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre piedra y enderezó mis
pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios". Como mi
paciente "víctima", David estaba angustiado, debido a que sus enemigos se
multiplicaban y era atacado injustamente. En medio de la crisis, se sentía hundir
cada vez más profundamente en un pozo de lodo pegajoso y opresivo. Esta
descripción es típica de los depresivos. Frecuentemente expresan sentirse dentro
de un pozo oscuro y profundo, mirando la salida desde las profundidades como
un puntito de luz lejano e inaccesible. David sintió esa angustia de ser tragado por
la tierra, pero no se desesperó, conservó la esperanza en Dios, hasta que
experimentó la respuesta divina, de ser rescatado del abismo, liberado del horror
y del ahogo que lo estrangulaba. Entonces sintió que su espíritu despertaba a la
alegría, que un cántico nuevo emergía de sus entrañas, un sentimiento gozoso de
plenitud y júbilo.
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Tesoros del Pensamiento
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¿DÓNDE VA TU DINERO?
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Tesoros del Pensamiento
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El hombre salió y llegó a Jericó y allí vio a la Reina Jezabel sentada alto en
una ventana y cuando ella lo vio, se rio de él, y él dijo: "¡Échenla abajo!", él dijo:
"¡Échenla abajo!", otra vez. Y ellos la echaron abajo setenta veces siete. Y
recogieron los fragmentos en doce cestas y ahora, lo que yo quiero saber es ¿de
quién será ella esposa en el día de la Resurrección?"...
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Tesoros del Pensamiento
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EL EMPERADOR Y SU HIJA
Hubo una vez un emperador que convoco a todos los solteros del reino pues era
tiempo de buscar pareja a su hija. Todos los jóvenes asistieron y el rey les dijo:
"Os voy a dar una semilla diferente a cada uno de vosotros, al cabo de 6
meses deberán traerme en una maceta la planta que haya crecido, y la planta más
bella ganara la mano de mi hija, y por lo consiguiente el reino".
Así se hizo, pero había un joven que planto su semilla pero no germinaba,
mientras tanto, todos los demás jóvenes del reino no paraban de hablar y mostrar
las hermosas plantas y flores que habían sembrado en sus macetas.
Llegaron los seis meses y todos los jóvenes desfilaban hacia el castillo con
hermosísimas y exóticas plantas.
El rey dijo entonces: "Este es el nuevo heredero del trono y se casara con
mi hija, pues a todos ustedes se les dio una semilla infértil, y todos trataron de
engañarme plantando otras plantas, pero este joven tuvo el valor de presentarse
y mostrar su maceta vacía, siendo sincero, real y valiente cualidades que un futuro
rey debe tener y que mi hija merece".
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Tesoros del Pensamiento
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En el Sermón del Monte Jesús dijo: Y por el vestido ¿por qué os congojáis?
Reparad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan; Más os digo, que
ni aun Salomón con toda su gloria fue vestido así como uno de ellos. Y si la hierba
del campo que hoy es, y mañana es echada en el horno, Dios la viste así, ¿no hará
mucho más a vosotros, hombres de poca fe?" (Mateo 6:28-30).
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Tesoros del Pensamiento
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"Y respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpios? ¿Y los
nueve dónde están?" preguntó Jesús. ¿Tan pronto se olvidaron de dar gracias?
Que irónico que un no-judío volvió para darle gracias por su saneamiento
al Rey de los Judíos. Ese día él llegó a ser sano y salvo por su inmensa fe en el Hijo
del Hombre. Llegó a ser un ejemplo de la gracia que debe habitar en el corazón de
los herederos del Cielo.
Aun hoy, la pregunta sigue haciéndose. Cuéntese una vez que un pastor
vivió en un activo puerto de mar. Después de una terrible tormenta, clavó en su
iglesia un cartel con los nombres de nueve marineros. Sobre los nombres escribió:
"Perdidos en el mar". La noticia cundió por toda la ciudad, y uno tras otro los nueve
hombres vinieron a protestar. Después de cada protesta, el pastor tachaba un
nombre. En la reunión de esa noche explicó: "Se me pidió que orara por la
seguridad de once personas del naufragio del viernes. Sólo dos vinieron a
solicitarme que diera gracias por su feliz retorno. Di por sentado que las otras
nueve se habían ahogado".
¿Le agradeces todas estas mercedes? ¿Le has dado gracias por este día de
vida que vives hoy? ¿Estamos entre los nueve, o somos como aquel samaritano
que volvió, lleno de agradecimiento? "
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Tesoros del Pensamiento
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AGUA DE LA ROCA
El pueblo de Israel, debido a su temor y ansiedad, "tentaron a Jehová" (vers. 7).
Airados, y temiendo morir de sed en ese desierto caliente, amenazaron con
apedrear a Moisés. La crisis apenas se describe en sus rasgos esenciales, pero el
momento sin duda fue crucial. Quedó por cierto marcado en la historia del pueblo.
Siglos más tarde, el Señor recordó a Israel este acontecimiento, por medio del
salmista David: "En la calamidad clamaste, y yo te libré; te respondí en lo secreto
del trueno; te probé junto a las aguas de Meriba" (Sal.81:7).
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Tesoros del Pensamiento
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LAS ÁGUILAS
"Cuando las águilas envejecen su pico es largo y puntiagudo, se curva, apuntando
contra el pecho, sus alas están envejecidas y pesadas, y sus plumas gruesas, volar
se hace ya tan difícil que entonces el águila, tiene dos alternativas: morir o
enfrentar un doloroso proceso de renovación que durará 150 días, 5 meses.
¿Acaso no sentimos a veces como las águilas que nos faltan fuerzas para
continuar?
Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse ahí
en un nido cercano a un paredón donde no tenga la necesidad de volar, después
de encontrar ese lugar, el águila empieza a golpear su pico en la pared hasta
conseguir arrancarlo, luego debe esperar el crecimiento de uno nuevo, con el que
desprenderá una a una sus uñas, hasta que estas vuelvan a nacer, comenzará a
desplumar cada una de sus viejas plumas y después de ese tiempo sale para su
vuelo de renovación a vivir aproximadamente 30 años más.
Solamente libres del peso del pasado, con el perdón a flor de labios,
podremos aprovechar el resultado valioso que siempre trae una renovación.
Dejemos de alardear respecto a que no necesitamos renovarnos, cambiemos
primero nuestra manera de pensar y entonces comprenderemos que la voluntad
de Dios es buena, agradable y perfecta para nuestra vida.
Ensayemos a buscar el vuelo alto de las águilas para remontar otros cielos
y no el vuelo rastrero de los loros que no hacen sino repetir todo lo que el mundo
quiere que repitan.
Voy a extenderme hacia lo que Dios tiene para mí. Estoy listo para caminar
en su propósito para caminar en el destino que Dios ha preparado para mi vida.
Allá voy...
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Tesoros del Pensamiento
...El que sana todas tus dolencias; El que rescata del hoyo tu vida; El que te
corona de favores y misericordias; El que sacia de bien tu boca, de modo que te
rejuvenezcas como el águila (Salmo103:4).
Pon tus actos en las manos del Señor y tus planes se realizarán (Proverbios
16: 3).
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Tesoros del Pensamiento
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Pero él con la cuerda solamente podía salvar a uno de ellos. Él sabía que
su hijo conocía a Jesucristo y lo amaba. También sabía que el amigo de su hijo no
era cristiano. ¿Qué haría? Un terrible dolor debía de haberle roto el corazón. Le
gritó a su hijo: 'Te amo' y le arrojó la cuerda a su amigo, quién fue salvado. El
cadáver de su hijo jamás fue hallado.
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Tesoros del Pensamiento
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VENCEDORES
"Un rey recibió como obsequio, dos pequeños halcones, y los entregó al maestro
de cetrería para que los entrenara. Pasando unos meses, el maestro le informo al
rey que uno de los halcones estaba perfectamente pero que al otro no sabía qué le
sucedía, no se había movido de la rama donde lo dejo desde el día que llegó.
Encargo entonces la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió. Al día
siguiente por la ventana, el monarca pudo observar, que el ave aún continuaba
inmóvil. Entonces decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una recompensa,
a la persona que hiciera volar al halcón, a la mañana siguiente, vio al halcón
volando ágilmente por los jardines. El rey le dijo a su corte, traedme al autor de
ese milagro. Su corte rápidamente le presento a un campesino.
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Tesoros del Pensamiento
Un verdadero líder, tiene seguridad en si mismo para permanecer solo,
coraje, para tomar decisiones difíciles, audacia, para transitar hacia lo nuevo con
pasión, y ternura suficiente, para escuchar las necesidades de los demás. El
hombre no busca ser un líder, se convierte en líder por la calidad de sus acciones
y la integridad de sus intentos.
Los líderes son como las águilas, no vuelan en bandadas... Los encuentras
cada tanto y volando solos.
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Tesoros del Pensamiento
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Tesoros del Pensamiento
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EL BARÓMETRO
"Un hombre que vivía en Long Island, Nueva York, compró un barómetro (un
instrumento para medir la presión) de alta calidad. Cuando se lo entregaron en su
casa, la aguja parecía dañada, señalando a la sección marcada "Huracán".
El Cielo extiende esta invitación a todos sus hijos sin importar condición
alguna, depositemos nuestra vida en el Señor porque Él nos sostendrá y cuando
venga el huracán, permaneceremos de pie."
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Tesoros del Pensamiento
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LA FRAGANCIA DE CRISTO
"¡Un cristiano es un frasco de perfume viviente!" Doquiera vaya, gracias a Dios, él
hace de mi vida una constante procesión de triunfos en Cristo, que difunde el
perfume de su conocimiento en todo lugar, por mí. Tenemos este tesoro, el
perfume de su conocimiento, en "vasos de barro”. Y estamos para esparcir este
perfume doquiera vayamos.
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Tesoros del Pensamiento
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MANOS
"Durante el siglo XV, en una pequeña aldea cercana a Nüremberg, vivía
una familia con 18 niños. Para poder poner pan en la mesa para tal prole, el padre,
y jefe de la familia, trabajaba casi 18 horas diarias en las minas de oro, y en
cualquier otra cosa que se presentara.
A pesar de las condiciones tan pobres en que vivían, dos de los hijos de
Albrecht Durer tenían un sueño. Ambos querían desarrollar su talento para el arte,
pero bien sabían que su padre jamás podría enviar a ninguno de ellos a estudiar a
la Academia.
Los grabados de Albretch, sus tallados y sus óleos llegaron a ser mucho
mejores que los de muchos de sus profesores, y para el momento de su graduación,
ya había comenzado a ganar considerables sumas con las ventas de su arte.
Sus palabras finales fueron: "Y ahora, Albert hermano mío, es tu turno.
Ahora puedes ir tú a Nüremberg a perseguir tus sueños, que yo me haré cargo de
ti".
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Tesoros del Pensamiento
Todos los ojos se volvieron llenos de expectativa hacia el rincón de la
mesa que ocupaba Albert, quien tenía el rostro empapado en lágrimas, y movía de
lado a lado la cabeza mientras murmuraba una y otra vez: "No... no... no..."
Más de 450 años han pasado desde ese día. Hoy en día los grabados,
óleos, acuarelas, tallas y demás obras de Albretch Durer pueden ser vistos en
museos alrededor de todo el mundo. Pero seguramente usted, como la mayoría de
las personas, sólo recuerde uno. Lo que es más, seguramente hasta tenga uno en
su oficina o en su casa.
La próxima vez que veas una copia de esta creación, mírala bien. Permite
que sirva de recordatorio, si es que lo necesitas, de que nadie, nunca, ¡triunfa solo!"
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Tesoros del Pensamiento
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UN AUTOMÓVIL NUEVO
"Un joven muchacho estaba a punto de graduarse, hacia muchos meses que
admiraba un hermoso coche deportivo que vio en un concesionario, sabiendo que
su padre podría comprárselo le dijo que ese coche era todo lo que quería.
Fue tanta la decepción del joven que se fue de la casa a hacer su vida.
Pasaron muchos años y el joven se convirtió en un exitoso hombre de negocios.
Tenía una hermosa casa y una bonita familia, pero cuando supo que su padre que
ya era anciano estaba muy enfermo, pensó en visitarlo.
"Y si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos,
cuanto más nuestro Padre Celestial dará a sus hijos aquello que le pidan"
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Tesoros del Pensamiento
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Tesoros del Pensamiento
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Cuando llegó a las puertas del cielo vio al ángel que le había visitado
tiempo atrás y protestó:
- "Me prometiste riqueza, una buena posición social y una bella esposa.
¡Me he pasado la vida esperando en vano!
- "Al no decidirte unos años más tarde, se le dio la idea a otro hombre que
no permitió que el miedo al fracaso le impidiera ponerlo en práctica.
Recordarás que se convirtió en uno de los hombres más ricos del reino.”
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Tesoros del Pensamiento
El hombre volvió a asentir, pero ahora las lágrimas rodaban por sus
mejillas.
"Sí, amigo mío, ella podría haber sido tu esposa" dijo el ángel.
Pero tenemos una ventaja sobre el hombre del cuento... ¡Aún estamos
vivos!
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Tesoros del Pensamiento
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NO FALTES AL TEMPLO
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Tesoros del Pensamiento
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NO NOS QUEJEMOS
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Tesoros del Pensamiento
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PERFUME BARATO
En un mundo donde todo se imita y se vende como el original, es curioso ver lo
que Dios le ordenó a Moisés con respecto al perfume de los sacerdotes. Leyendo
de Éxodo 30:31-33 vemos los detalles.
"Este será mi aceite de la santa unción por vuestras edades. Sobre carne de
hombre no será untado, ni haréis otro semejante, conforme a su composición:
santo es; por santo habéis de tenerlo vosotros. Cualquiera que compusiere
ungüento semejante, y que pusiere de él sobre extraño, será cortado de sus
pueblos."
¿Por qué Dios exigió esto así? Sencillo, el olor era sello del sacerdocio, de
los siervos de Dios. Por el olor todos podían saber que el que oliera así era
sacerdote y se acordarían de Dios pues el sacerdote representaba a Dios. Además,
si alguien imitaba este ungüento y daba mal ejemplo a los hijos de Israel, el pueblo
podía pensar que "si los sacerdotes pueden hacer eso nosotros también podemos".
El olor debía ser siempre símbolo de alguien consagrado a Dios.
Casi 3,400 años más tarde, Dios todavía exige que aquellos que le sirven,
los que están consagrados a Él, que huelan bien. Pero no es un símbolo externo,
sino por dentro. Es en el corazón.
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Tesoros del Pensamiento
"Aprovéchate hoy mientras esta oferta dure" Acuérdate, ¡pide, que hay!
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Tesoros del Pensamiento
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APRENDÍ DE NOÉ
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Tesoros del Pensamiento
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Antes de ir al próximo vagón del tren, miró hacia atrás y vio al Dr.
Einstein de rodillas mirando por debajo de su asiento tratando de
encontrar su boleto. El conductor regresó y suavemente dijo, "Dr.
Einstein, por favor no se preocupe por el boleto. Sé quién es usted."
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Tesoros del Pensamiento
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Tesoros del Pensamiento
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LA MOSCA INTELIGENTE
Una vez una araña construyó una red hermosa en una casa vieja para
atrapar moscas. Cada vez que una mosca aterrizaba en la red, se enredaba
y se lo devoraba. Así hacía para que cuando otra mosca viniera pensara
que la red era un lugar seguro para descansar.
Así que él voló hasta que vio que había luces como la de él. Él estaba
a punto de aterrizar entre ellos cuando una abeja zumbó cerca y dijo, "No
haga eso. No seas tonto, eso es papel para atrapar moscas. Todos mueren
allí." "No seas tonto," dijo el cucubano, "Ellos solo bailan." Luego aterrizó,
quedó atrapado en la pega del papel y murió con los demás. Moraleja: No
hay la seguridad en números, ni en nada más.
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Tesoros del Pensamiento
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UN AMIGO ESPECIAL
Recibí una llamada telefónica de un muy buen amigo. Me dio mucho gusto su
llamada y lo primero que me preguntó fue:
-¿Cómo estás? Y sin saber por qué le contesté -"Muy solo". -¿Quieres que
hablemos?- me dijo. Le respondí que sí y me dijo:
-¿Qué pasó? Y me dijo: -Fui al doctor y me dijo que estoy muy enfermo. Yo
me quedé mudo... él me sonrió y me dijo: -Ya hablaremos de eso. Que tengas un
buen día... se dio la vuelta y se fue.
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Tesoros del Pensamiento
Ahora aprovecho más el tiempo con la gente que quiero... Les deseo que
tengan un hermoso día y recuerden... "El que no vive para servir... no sirve para
vivir..." La vida es como una escala, si miras hacia arriba siempre serás el último
de la fila, pero si miras hacia abajo verás que hay mucha gente que quisiera estar
en tu lugar.
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Tesoros del Pensamiento
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ÉL NO HABÍA VENIDO
Hace algunos años se publicó una postal Navideña que llamó mucho la
atención, dicha postal se titulaba: "Si Cristo no hubiese venido." Tenía su
fundamento en las palabras de nuestro Salvador, "Si yo no hubiese
venido." La postal representaba a un pastor evangélico que en la mañana
de Navidad, se había quedado dormido en su despacho y soñaba en un
mundo en que Jesús nunca había venido.
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Tesoros del Pensamiento
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SÉ TU MISMO
Una de las mejores ayudas para vencer el descontento es saber que Dios desea que
tú seas ti mismo y no que trates de ser otro.
Al seguir cabalgando, empezó a sentir el calor del sol. Después decidió ser
el sol, y se convirtió en el sol, pero cuando las nubes le impidieron brillar sobre la
tierra, pidió ser una nube. Se convirtió en una nube y regó los campos con lluvia.
El agua arrastró todo con excepción de una gran roca que estaba en el río. Por lo
tanto, Hashmu pensó que era preferible convertirse en una roca, pero cuando un
hombre comenzó a cincelarlo con sus herramientas, decidió que quería ser
hombre. Y una voz dijo: "¡Hashmu, sé tú mismo!" De modo que Hashmu volvió a
tomar sus instrumentos de trabajo y reanudó contento sus tareas.
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EL REY ANÓNIMO
En INGLATERRA, cuándo los carros empezaron a ser lo suficientemente comunes
para amenazar a los peatones, alguien propuso la idea de hacer áreas de cruce
(cruza calles) en los cuales la gente podría cruzar de manera segura de un lado de
la calle a la otra. Se pintaron rayas blancas en las calles, y se pusieron postes con
rayas blancas y negras con grandes esferas anaranjadas encima para identificar
estas áreas de cruce para tantos peatones y los conductores.
Un día, poco después de pintar las áreas, el Rey Jorge y la Reina María iban
paseando por Londres y vieron los cruza calles pintados. El rey decidió ver cómo
eran personalmente. "Estaciona al final de la calle por un minuto.", el rey ordenó
a su chofer, "Quiero ver cómo funcionan estos cruza calles." El chofer se detuvo y
se estacionó. El rey, sin mirar para ver si alguien venía, bajó de su carro y comenzó
a cruzar la calle.
Un coche venía bajando la a prisa calle hacia él. El conductor pisó los frenos
y vino a parar a apenas unas pocas pulgadas del monarca asustado. "¿Qué haces
idiota?" gritó el conductor. "¿No sabe que debes mirar en ambas direcciones antes
de cruzar la calle?" Entonces, con coraje siguió su camino. Cuando el rey volvió a
su carro, él se quejó a la reina, "Nunca me han hablado de ese modo así antes. ¿No
sabía ese hombre quién soy?" "Estoy segura que él no sabía quién eres", dijo la
reina apaciguando al rey, "o él habría sido más cortés. La mayoría de la gente no
espera ver al rey cruzando la calle llevando la ropa común. Ellos te reconocen sólo
por los retratos, en que usted viste en ropa de gala y llevando una corona."
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Tesoros del Pensamiento
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¿ESTÁS SEGURO?
Cuando aquella tarde llegó a la vieja estación, le informaron que el tren en el que
ella viajaría se retrasaría aproximadamente una hora. La elegante señora, un poco
fastidiada, compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua para
pasar el tiempo. Buscó un banco y se sentó preparada para la espera. Mientras
hojeaba su revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer un diario. De
repente, la señora observó como aquel muchacho, sin decir una sola palabra,
estiraba la mano, agarraba el paquete de galletas, lo abría y comenzaba a comerlas,
una a una, despreocupadamente.
La mujer se molestó por esto, no quería ser grosera, pero tampoco dejar
pasar aquella situación o hacer de cuenta que nada había pasado; así que, con un
gesto exagerado, tomó el paquete y sacó una galleta, la exhibió frente al joven y se
la comió mirándolo fijamente a los ojos. Como respuesta, el joven tomó otra
galleta y mirándola la puso en su boca y sonrió. La señora ya enojada, tomó una
nueva galleta y, con ostensibles señales de fastidio, volvió a comer otra,
manteniendo de nuevo la mirada en el muchacho. El diálogo de miradas y sonrisas
continuó entre galleta y galleta.
La señora cada vez más irritada, y el muchacho cada vez más sonriente.
Finalmente, la señora se dio cuenta que en el paquete quedaba la última galleta. "-
No podrá ser tan descarado", pensó mientras miraba al joven y al paquete de
galletas. Con calma el joven alargó la mano, tomó la última galleta, y con mucha
suavidad, la partió exactamente por la mitad. Así, con un gesto amoroso, ofreció la
mitad de la última galleta a su compañera de banco. ¡Gracias! - dijo la mujer
tomando con rudeza aquella mitad. "De nada." - contestó el joven sonriendo
suavemente mientras comía su mitad.
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Tesoros del Pensamiento
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8. No te afanes por llevar una vida limpia; hay otros más sucios que
tú.
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LA DIFERENCIA
AYER, CUANDO TEMPRANO AL DESPERTAR ME APRESURE A COMENZAR EL DÍA,
TENIENDO TANTAS METAS QUE ALCANZAR PENSÉ: "PARA ORAR TIEMPO NO
HABÍA".
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RIESGOS
Pero uno tiene que correr riesgos, porque el mayor riesgo en la vida es
no arriesgar nada.
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Tesoros del Pensamiento
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“¡Qué necio he sido" pensó. "Me quejé de que la lluvia estaba arruinando
mi viaje a casa. Pero si la lluvia no hubiera humedecido la pólvora del arma del
ladrón, yo habría sido muerto. Nunca hubiera llegado a casa para reunirme con mi
familia".
Pero los que confían en Dios no deben preocuparse por los sinsabores que
la vida le brinda. Su fe debe descansar en las promesas que Dios ha hecho para
nosotros. Dios es lo suficientemente poderoso para convertir nuestros problemas
y nuestras derrotas en las victorias más increíbles del mundo. Donde sólo vemos
oscuridad, Dios ve el sol de mediodía. Todo lo que nos sucede ahora, es semilla del
gozo eterno que tendremos en la nueva Jerusalén. Es cuestión de ser optimista y
confiar que Dios hará tal como Él ha prometido y nos asegura que El no nos va a
fallar.
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Tesoros del Pensamiento
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Un día un caballo de la casa del anciano se soltó y huyó a las colinas. "Un
caballo se nos ha escapado" dijo el viejo chino "¡Qué mala suerte!", le dijeron
vecinos. Les dijo el viejo chino. "¿Por qué dicen que es mala suerte?”
A los pocos días por la tarde, el hijo estaba trabajando con un trío de
sementales, cuando fue arrojado al suelo y se rompió una pierna. Los vecinos
vinieron esa misma noche para manifestar su tristeza y dolor al granjero, y
dijeron: "Tu hijo se he rota una pierna, ¡Qué mala suerte!" El viejo granjero
respondió una vez más: "¿Cómo saben que es mala suerte?"
Efectivamente, a los pocos días más tarde se levantó una guerra y pasaron
unos sargentos para el pueblo pare llevarse a los jóvenes que estaban en buena
salud. Los 10 jóvenes a los que se llevaron, nunca regresaron; pero al hijo del
granjero se salvó de ir a la guerra y morir debido a la pierna rota. Los hijos del
Altísimo no tienen suerte, pero si desarrollan paciencia, verán su fe en el Señor
crecer. Tengamos paciencia y fe en Dios. Él nos mostrará lo que podamos necesitar
para ser victoriosos en Su nombre. Dale tiempo a Dios y Él te contestará todas tus
preguntas y dudas de manera que dirás: "¡Qué bien hace Dios todas las cosas!".
Dale tiempo para que El pueda mostrar sus bondades, su cuidado y amor contigo
todos los días. Dale tiempo a Él y Él te la dará a ti.
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EL ZAPATERO
El expresidente Ronald Reagan tenía una tía que lo quería mucho y era
muy bondadosa con él. En una ocasión ella llevo al joven Reagan a un
zapatero para que le hiciera un par de zapatos a la medida.
Ronald Reagan contaba que cuando fue a buscar los zapatos, uno
de ellos tenía la puntera cuadrada y la otra redonda. El zapatero lo miro y
le dijo: "Esto te enseñará que desde ahora en adelante, no debes permitir
que la gente tome decisiones por ti". Y el expresidente agregaba: " Aprendí
allí mismo a tomar mis propias decisiones, si uno no lo hace, otro lo hará
por uno".
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Tesoros del Pensamiento
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El Chico pensaba que era la sonrisa más hermosa que había visto en toda
su vida, y sintió el deseo de abrazarla, de declarársele en ese mismo instante.
Tartamudeando le dijo: "Si, eeehhh, uuhhh, me gustaría comprar un C.D.". Y sin
pensar tomó el primero que vio y le dio el dinero. La chica le entregó el disco con
una amigable sonrisa. El joven enamorado no dejó de pensar en ella durante toda
la tarde. Ni siquiera escuchó el disco, ya que él no tenía más que una grabadora de
casete. Al siguiente día quiso volver a verla y fue a la tienda.
Al estar frente a esa hermosa sonrisa no supo que decir y volvió a pedir un
C.D.
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Tesoros del Pensamiento
En adelante visitaba la tienda todos los días para comprar un C.D. Ella
siempre se los envolvía, y él se los llevabas a su casa y los metía a su closet. El era
muy tímido para invitarla a salir y, aunque trataba no podía. Su mamá se enteró
de esto e intento animarlo a que se aventara, así que el siguiente día se armó de
coraje y se dirigió a la tienda. Y como todos los días compró otra vez un C.D. y como
siempre ella se fue atrás para envolverlo. Él tomó el C.D. y mientras ella no estaba
viendo, rápidamente dejo una nota en el mostrador y salió corriendo de la tienda.
La nota era una declaración. Durante varios días chico no se atrevió a llegar a la
tienda para recibir la respuesta, a unos metros de la tienda regresaba a su casa.
Su madre volvió a animarlo y luego de dos semanas por fin llegó a la tienda
pero no vio a la chica hermosa. Al preguntar por ella se enteró con tristeza que se
había ido a otra ciudad a estudiar y ya no trabajaba ahí. Mucho lamentó no haber
ido antes por la respuesta y muy triste guardó los discos en un lugar donde no los
viera tanto con la esperanza de no pensar más en la muchacha. En el verano el
chico fue a la tienda con la esperanza de que por las vacaciones la chicha hubiera
regresado y pudiera encontrarla pero al no encontrarla, regresó a su casa
desilusionado. Al siguiente verano volvió a ir para no encontrarla de nuevo. Para
el joven no hubo verano siguiente. A la edad de 20 años el chico falleció de cáncer.
Un día su madre, entró en el cuarto de su difunto hijo para arreglarlo, así que abrió
su closet. Para su sorpresa se topó con montones de C.D'S envueltos. Ninguno
estaba abierto. Llena de curiosidad, tomó algunos y se sentó sobre la cama para
verlos, al desenvolver el primero encontró una nota que su hijo nunca leyó y decía:
"¡Hola!, veo que te gusta la música tanto como a mí. Me invitan a una fiesta
el viernes y no tengo con quien ir. ¿Te gustaría ir conmigo, Sofía?"
De tanta emoción la madre abrió otro y otro para descubrir que eran
saludos de la chica. Uno de los últimos decía: "Hola, me siento triste de que nunca
haces caso a mis notas pero me devuelves la alegría al volver diariamente. La
semana que viene salgo fuera de la ciudad a estudiar y ya no voy a trabajar aquí,
pero vendré casi todos los fines de semana y si mi cliente favorito quiere que lo
siga atendiendo podrá visitarme en mi casa. Sofía". Al final venía un número
telefónico, una dirección y un pequeño mapa. No esperes demasiado para
demostrar tu amor a ese alguien especial, díselo hoy, mañana puede ser muy
tarde. No solamente a tu pareja sino de todos tus próximos: tus padres, hermanos,
amigos, hijos, etc.
Demuestra tu amor a los demás ahora que puedes hacerlo, que están
presentes, que físicamente es posible. Recuerda que mañana: si no los aparta la
vida, lo hará... la muerte.
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Tesoros del Pensamiento
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¿CUÁNTO GANAS?
--Papi, ¿Cuánto ganas? Dijo el pequeño con voz tímida fijando sus expresivos ojos
en su agotado padre que llegaba del trabajo.
-¿Así que para eso querías saber cuánto gano? Vete a dormir y no me estés
molestando, ¡Muchacho aprovechado!
El incidente lo hizo sentirse culpable. Tal vez su hijo quería comprar algo...
-¿Para qué lo querías? Tallándose los ojos, su hijo metió la manita debajo
de su almohada y saco varios billetes arrugados.
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Tesoros del Pensamiento
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EL JUICIO
Después de haber vivido "decentemente" en la tierra, mi vida llegó a su fin. Lo
primero que recuerdo es que estaba sentado sobre una banca, en la sala de espera
de lo que imaginaba era una Sala de Jurados.
Estaba tan molesto con Satanás por todas las cosas que estaba diciendo de
mí e igualmente molesto con mi abogado, quien estaba sentado en silencio. Yo
sabía que era culpable de las cosas que me acusaban, pero también había hecho
algunas cosas buenas en mi vida. ¿No podrían esas cosas buenas por lo menos
equilibrar lo malo que había hecho?
Satanás terminó con furia su acusación y dijo: "Este individuo debe morir
eternamente, es culpable de todos los pecados y actos que he acusado, y no hay
ninguna persona que pueda probar lo contrario. Por fin se hará justicia este día".
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Tesoros del Pensamiento
su Esplendor y Majestad. Entonces me di cuenta porque me había parecido tan
familiar, era Jesús quien me representaba, Mi Señor y Salvador.
Cuando Jesús se iba a sentar, hizo una pausa, miró a su Padre y suavemente
dijo: "No se necesita hacer nada más, lo he hecho todo".
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Tesoros del Pensamiento
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NUNCA TE DESANIMES
El único sobreviviente de un naufragio llegó a la playa de una diminuta y
deshabitada isla. Pidió fervientemente a Dios ser rescatado, y cada día
escudriñaba el horizonte buscando ayuda, pero no parecía llegar.
Recuerda la próxima vez que tu cabaña se vuelva humo, puede ser la señal
de que la ayuda y gracia de Dios viene en camino.
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Tesoros del Pensamiento
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RICOS Y POBRES
Una vez un padre de familia acaudalada llevo a su hijo a un viaje por el campo, con
el propósito de que este viera cuan pobre era la gente del campo, que
comprendiera el valor de las cosas y lo afortunados que eran ellos. Estuvieron por
espacio de un día y una noche completos en una granja de una familia campesina
muy humilde. Al concluir el viaje y de regreso a casa el padre le pregunto a su hijo.
--- ¡sí!
-- ¿y qué aprendiste?
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Tesoros del Pensamiento
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Y JESÚS LLORÓ
Entonces Jesús llevó a sus discípulos a la montaña y reuniéndolos a su alrededor;
les enseñaba diciendo:
"¡Dichosos los que están tristes, pues Dios les dará consuelo!"
"¡Dichosos los de corazón humilde, pues recibirán la tierra que Dios les ha
prometido!"
"¡Dichosos los que sufren persecución por hacer lo que Dios les pide, pues
el reino de Dios les pertenece!"
Entonces: Simón Pedro dijo: ¿Para qué hay que aprender eso?
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Tesoros del Pensamiento
“Y Jesús lloró”.
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Tesoros del Pensamiento
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EL ÁRBOL CONFUNDIDO
Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo
que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos,
naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.
Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver
la desesperación del árbol, exclamó: No te preocupes, tu problema no es
tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. Yo te daré la
solución: "No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas...Sé
lo que Dios quiere que seas, y para lograrlo, escúchalo."
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Tesoros del Pensamiento
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LA VERDADERA AMISTAD
"Si tú tuvieses cien años, yo quiero vivir cien años menos un día, así nunca tendré
que vivir sin ti". Winnie Pooh.
“El verdadero amigo es aquel que aparece cuando el resto del mundo
desaparece". Anónimo.
"Los amigos son una forma que usa Dios para cuidar de nosotros".
Anónimo.
"Todos oyen lo que tú dices. Los amigos escuchan lo que tú hablas. Pero los
mejores amigos prestan atención a lo que tú no dices".
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Tesoros del Pensamiento
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EL COCINERO Y SU HIJA
Una hija se quejaba a su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan
difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por
vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema,
aparecía otro.
Los granos de café sin embargo eran únicos. Después de estar en agua
hirviendo, habían cambiado al agua.
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Tesoros del Pensamiento
Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un
corazón endurecido? ¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua
hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de
ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las
cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor
mejoren. ¿Cómo manejas la adversidad?
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Tesoros del Pensamiento
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- Me manda Dios por ti. Dice que escuchó tus quejas y tienes razón, es hora
de descansar.
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Tesoros del Pensamiento
No, no fue una pesadilla, fue otra oportunidad para disfrutar de ti, de mi
bebé, de mi familia, de todo lo que Dios creó. ¿Sabes?, estando muerto ya nada
puedes hacer y estando vivo puedes disfrutarlo todo.
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Tesoros del Pensamiento
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EL ALACRÁN
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Tesoros del Pensamiento
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Ana, de treinta y siete años, de Exeter, Inglaterra, agarró la olla con las dos
manos y de pronto la vació toda sobre los pantalones de Lee Roberts, su huésped
de diecinueve años. ¿La razón del hecho? El joven había cometido abusos
deshonestos con una hijita de la mujer. La hijita tenía cinco años.
«Lo que esta mujer hizo —dijo el juez Jonatán Clarke— es justicia humana
a secas. Pero de todos modos, debo condenarla a dos años de cárcel.»
Amig@, muchas veces se producen casos como éste. Una madre, cuya hijita
ha sido víctima de violación por parte de un vil delincuente, hace justicia con su
propia mano. Arroja agua hirviente sobre la parte del cuerpo del hombre que ella
considera más responsable
.Pero aún hay algo peor que eso, ¡Cuántas veces cuando nos damos el lujo
de ejercer el rol de JUECES, de INQUISIDORES; CARNE DE PECADO...
¡CONDENANDO A CARNE DE PECADO!; PALADINES DE NUESTRA PROPIA
JUSTICIA (la cual es como trapos de inmundicia ante la Suprema Santidad del
Único y Verdadero Juez de todos los seres creados), habremos hecho afrenta del
Santo Nombre de Dios...!
Hay casos en los cuales el pueblo sabe hacer justicia. Pero las leyes
humanas actuales, las que se usan en el ejercicio de la actual jurisprudencia, NO
permiten actos de condena ni mucho menos de ajusticiamiento popular (por parte
de muchos, o unos cuantos...). Si las leyes humanas se reservan ese derecho,
¡Cuanto más las LEYES DIVINAS, que verdaderamente SI tienen su razón!"
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Tesoros del Pensamiento
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Tesoros del Pensamiento
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SOLO PÍDELO
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Tesoros del Pensamiento
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UN MILAGRO DE GUERRA
Durante la guerra en Korea, un hombre fue gravemente herido en un campo de
batalla en Heartbreak Ridge. Sus amigos estaban cubiertos en una cueva de zorros
como a 10 metros del lugar cuando este fue herido en una emboscada. Mientras el
fuego continuaba, los otros hombres discutían entre ellos que hacer. Pero como el
fuego era intenso era difícil seguir arrastrándose y traer a su compañero herido,
pues eso significaría la misma muerte.
Por un rato nadie se movía. Los hombres que estaban en la cueva podían
escuchar a su compañero herido clamar por ayuda. Entonces uno de los hombres
que estaba en la cueva empezó a mirar el reloj. No podía quitar la vista del mismo.
Todos los demás lo notaron y empezaron a preguntarle cosas, pero el soldado no
dejaba de mirar el reloj y permanecer en silencio.
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Tesoros del Pensamiento
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¿Será esto posible? Bueno... el libro de Cantares dice que Sí. ¡Qué bueno sería saber
entonces qué es lo que enamora el corazón de Dios!
Por todo esto podemos decir sin temor a equivocarnos que Dios se
enamora, y si somos a su imagen y el torrente de sentimientos que por nosotros
corre tuvo su origen en Él, podríamos imaginarnos un poco las situaciones que
pueden enamorar su corazón, y yo creo que de lo que Dios se enamora es del
corazón. ¿Qué es lo que hizo que Él se enamorara de un pastorcito de ovejas
olvidado hasta de su familia? Él dijo: "me he buscado uno conforme a mi corazón"
(Hechos 13:22)
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Tesoros del Pensamiento
pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante
tu Dios" (Miqueas 6:8).
Es bueno ir de rodillas y levantar las manos y tal vez agradable como actos
físicos, pero a Él lo que más le preocupa es MI CORAZÓN. ¿Qué es lo que Dios busca
en nosotros, y en nuestro corazón?
1. Que hagas justicia, es decir que vivas en su rectitud, que oigas lo que Él
te dice en el corazón.
2. Que ames misericordia, o sea que vivamos como Él nos hizo vivir, en su
misericordia.
Lo que creo que enamoró a Dios, del corazón de ese pastorcito, fue lo que
El vio que haría aun en los momentos más obscuros de su vida. Aun en su pecado
y desobediencia, David llegó a decir:
Tal vez que miramos y recordamos esa primera vez, que no vemos su
actitud sino que miramos lo que siente, que sabemos que me ama y la amo, que
eso no ocurre sólo en los momentos buenos y prósperos sino en todos los
momentos, aun en los difíciles y en esos mucho más, ¿no?
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Tesoros del Pensamiento
Tal vez al fin eso sea simplemente el amor, algo mucho más sencillo de lo
que pensamos, y menos complicado de lo que creemos, y sería bueno que
supiéramos que podemos volvernos a Él en cualquier circunstancia, que nada es
demasiado terrible como para no poder detenernos y decirle:
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Tesoros del Pensamiento
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En estos días estoy pensando mucho en este viejo refrán, y pienso cuántas
veces en nuestra vida espiritual ansiamos y deseamos con todo nuestro corazón
convertirnos en los corredores más veloces en la Carrera Espiritual, y con tristeza
nos damos cuenta que lo deseamos pero en realidad todavía estamos "gateando".
Nos damos cuenta de ello cuando nuestros sueños nos alcanzan y la realidad de
nuestras fuerzas nos enfrenta a la imposibilidad de realizarlos.
¿Sabes amigo mío? Casi siempre estoy en ese lugar. En estos días estuve
delante de tremendas presiones, viendo delante de mis ojos los sueños de toda
una vida, y a la vez viendo a mi alrededor tambalear todo por lo que uno espera, y
me pregunté ¿Qué hacer? Mi querido amigo y compañero de reflexiones, te voy a
contar mi realidad: ¡NO LO SE!
¡Imagínate todas las cosas que pasaron por mi cabeza! Casi sin pensar le
respondí: "si en verdad está enamorado de mi... ¡cuánto dolor le estoy dando al no
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Tesoros del Pensamiento
corresponderle de la misma manera!", y él me contestó: "No. Él no piensa así, y
nadie sabe por qué… Solo te ama. Dios está enamorado de vos", me repitió...
Tal vez sea hasta la próxima vez que me encuentre en otro momento de
debilidad y me vea gateando en vez de correr, y nuevamente las palabras de mi
amigo vengan a mi corazón y me hagan recordar que: EL ESTA ENAMORADO DE
MI.
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Aceptación Incondicional
"No ames lo material y uses a la gente, ama a la gente y usa lo material".
Una mujer dijo: "Soy madre de tres hijos de 14, 12 y 3 años y recientemente
terminé mi carrera universitaria. La última clase que tomé fue Sociología. La
maestra estaba muy inspirada con las cualidades que yo deseaba ver con las cuales
cada ser humano había sido agraciado. Su último proyecto fue titulado "Sonríe".
Pidió a la clase que saliera y le sonriera a tres personas y documentaran sus
reacciones. Yo soy una persona muy amistosa y siempre sonrío a todos y digo
"hola", así es que pensé que esto sería pan comido, literalmente.
Me gradúe con una de las lecciones más grandes que jamás hubiera
aprendido: ACEPTACIÓN INCONDICIONAL”.
Mucho amor y compasión se envía a cada persona que lea esto y aprenda
cómo amar a la gente y usar lo material, no a amar lo material y usar a la gente. Si
crees que esta historia te ha llegado de alguna manera, por favor compártela con
todos los que conozcas.
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Tesoros del Pensamiento
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La Última Cena
A Leonardo Da Vinci le llevo siete años completar su famosa obra titulada "La
Ultima Cena". Las figuras que representan a los 12 apóstoles y a Jesús fueron
tomadas de personas reales.
La persona que sería el modelo para ser Cristo fue la primera en ser
seleccionada. Cuando se supo que Da Vinci pintaría esta obra, cientos de jóvenes
se presentaron ante Leonardo Da Vinci para ser seleccionados. Da Vinci buscaba
un rostro que mostrara una personalidad inocente, pacífica y a la vez bella.
Buscaba un rostro libre de las cicatrices y los rasgos duros que deja la vida
intranquila del pecado.
Este hombre estaba sentenciado a muerte por haber llevado una vida de
robo y asesinatos. Da Vinci viajó a Roma en cuanto supo esto. Este hombre fue
llevado a la vista de Da Vinci a la luz del sol.
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Tesoros del Pensamiento
Por medio de un permiso del rey, este prisionero fue trasladado a Milán al
estudio de Leonardo Da Vinci. Por varios meses este hombre se sentó
silenciosamente frente a Da Vinci mientras el artista continuaba con la ardua tarea
de plasmar en su obra al personaje que había traicionado a Jesús.
Cuando Leonardo dio el último trazo a su obra se volvió a los guardias del
prisionero y les dio la orden de que se lo llevaran. Mientras salían del recinto de
Da Vinci el prisionero se soltó y corrió hacia Leonardo Da Vinci gritándole: "¡Da
Vinci! ¡Obsérvame! ¿No reconoces quién soy?" -Leonardo Da Vinci lo estudió
cuidadosamente y le respondió: "Nunca te había visto en mi vida, hasta aquella
tarde fuera del calabozo de Roma."
¿Tanto podrá cambiar el rostro de un hombre por el tipo de vida que lleva?
Tengamos cuidado en que nunca llegue el DÍA en que ni nosotros mismos nos
acordemos de quien somos.
Dime con quién andas y te diré quién eres. Acerquémonos pues a Dios y el
diablo huirá de nosotros.
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POEMA
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Tesoros del Pensamiento
6. No deslumbres tu mirada
Con el brillo terrenal
No pierdas tu vida haciendo
Aquí tesoro mortal
Haz tesoro en los cielos
En la mansión eternal.
7. Sé un soldado de la cruz
Entona un himno triunfal
Que el bendito Salvador
Ha de derrotar al mal
De pie, juventud cristiana
Nuestra causa es inmortal.
-Pedro Héctor.
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CONCLUSIÓN
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