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Tom. III. Núm. 329. 1295.

GACETA DEL GOBIBIINO


DE MÉXICO
DEL JUEVES 1 0 DE DICIEMBRÍ DE 1 8 1 2 .

El sr. gobernador del real fuerte de San Carlos de PerO'


te D. Juan Faldés, ha remitido á este superior gobierno el siguien-
te oficio y parte que acompaña.
Exmó. sr.—A la llegada á Perote de regreso de Vera-
cruz la respetable división del sr. D . Ciriaco de Llano, le pedí
se sirviese mandar un fuerte destacamento á los pueblos de Ja-
lacingo y Tesiutkn para arrollar á los rebeldes que inquietaban á
los demás pueblos, y promovían la insurrección, causando nota-
bles perjuicios é impidiendo la extracción de víveres; y accedicn-
d"p dicho gcfe á mi solicitud, dispuso una expedición de cerca de
seiscientos hombres al mando del teniente coronel D. José Mo-
ran, saliendo de este castillo el 20 de agosto ultimo y regresando
e^25, con el feliz resultado de haber alejado á los rebeldes de
aquellos contornos, é intimidando á los pueblos de la sierra con
la presencia de las tropas del rey, desconfiando de las segurida-
des y protección aparente que les ofrecen los bandidos.
Puesto en marcha para Puebla el sr. D. Ciriaco de. Lla-
no el 25 de agosto, y descoso yo de aprovechar los momentos de
una pacificación en la sierra, acordé le conveniente con mi segua-
do el sr. D. Miguel de Ungaro y dicho sr. general Llano la vis-
pera de su salida para Puebla, sobre repetir otra expedición con
tropas de este castillo, que auxiliadas con los valientes patriotas
de Zacapuaxtla y aquella iñdinda fiel, formasen un cuerpo respe-
tQblp que recorriesen de nuevo las cabeceras de Tesiutlan, Xala-
cingo, y pueblos del distrito para inspirar confianza y protección
á sus opriaiidos habitantes, cayendo á destruir y apresar, si era
posible, la ridicula junta que vino á situarse á Xalacingo.
Al efecto dispuso mi segundo la salida de ciento cuarenta "
1256.
hombrts, entre ellos treinta patriotas de caballería de Perote, to.
dos los de Tcsuitlan que habia acjui emigrados y se retiraron i
cubi-ir iiu pueblo, que se suxíüó con armas y municiones, con.
tando con el auxilio de patriotas é indios de Zacapoaxtla, que
también se unieron á la división, cuyas fuerzas se le confiaran
al ca|)itan del b itallon de Santo Domingo D. Carlos de Moya,
quien por el parte que es adjunto y me dirige mi segundo, ob-
servará V. E. los resultados favorables que tuvo la expedición.
Esta ha reducido á siete pueblos, asegurado las cabeceras de Ja-
lacingo y Tesiutlan, cubierto este último con mas de cien patrió-
tas armados y lo necesario para su dcffnsa, hibiendoles manda-
do devolver las armas y cañones que en el mes de mayo hice
traer á este Fuerte por recelos de que cayesen en poder de los
rebeldes. Se ha conseguido también la presentación al indulto de
varios cabecillas é indiada, perdiendo los rebeldes mas de cien
hombres muertos y un canon, con la desgracia por nuestra par-
te de haber muerto á pocas horas de herido de bala de escopc-
ta, por su demasiado arrojo un honrado sargento de voluntarios
de Madrid y dos patriotas de Perote heridos.
Dios guarde á V. E . muchos anos. Real fuerte de San
Carlos 9 de septiembre de 1812.—Exm6. sr.—Juan Faldés,—
£ x m 8 . sr, virey D. Trancisco Xavier Venégas.

„Segun las instrucciones que para la pacificación de los


pueblos de la Sierra recibí de V. S. me dirigí al de Altotongo,
en donde se me presentó el gobernador de los indios con algunos
de ellos y otros varios individuos de razón, entre ellos D. José
Joaquín Gaseas, inspector que era de los rebeldes, manifestando
arrf pentimíento de sus desaciertos pasados, é implorando el in-
dulto que les concedí. Para atraerlos publiqué una proclama en
que les manifieste las ningunas utilidades que les podrían resul-
tar, cuando se labraban su propia destrucción.
Al otro día emprendí mi marcha al pueblo de Xalacingo,
en donde según todas las señales hasta las piedras eran insur-
gentes. Las casas abiertas y destruidas^ y á excepción del cura
y los vicarios no se veía viviente alguno; pero á poco se pre-
sentaron, acogiéndose al indulto, el sargento mayor de la insur.
gcncia D. José del Espíritu Santo Aguílarj con otros varios de
que acompaño í V. S. lista, á quienes hice manifiestos sus cr-*
1297.
rores y la destrucción que habían causado á su mismo puib ae-
gun lo tenían de manifiesto.
Como en este pueblo no habia con quien contestar por
que la divina Providencia quería que fuese castigado este infiel
vecindario, me marché al otro día al de Tesíiitlan, en donde to-
das las gentes de razón nos recibieron con las mas sinceras de-
mostraciones de júbilo. Restablecí los patriotas de este pueblo;
les encargué tanto al subdelegado como al capitán y demás, que
lo mas pronto foseasen y parapetasen varias avenid is del pueblo
mientras yo recorría otros pueblos, hasta el de Tatlauquitepec
que llegaba la comisión que V. S. me confirió. Llegué al de
Chinautia, cuyo gobernador con algunos indios se me presentó y
los amenacé si volvian á unirse á los rebeldes : lo mismo hice
en el de Atempa, Tételes, Nuallapan y Santiago, los que ya no
estaban en tan mala disposición escarmentados y temerosos de.^
que los patriotas con los indios de Zacapoaxtla cayesen sobre
ellos y los castigasen, como lo habían hecho justamente con el
mencionado pueblo de Tatlauquitepec por su rebeldía y lo adic-
to que aquel estaba á la mala causa. Este temor que manifesta-
ban lo inferí de varios papeles que cogí á los insurgentts y tuve
por oportuno, con acuerdo del famoso comandante D. Maria-
no Alonso Luque, se agregasen aquellos pueblos al invicto de
Zacapoaxtla, é hiciesen cansa común para defenderse de las ga-
villas de rebeldes que infestan á aquel pais, por lo que atendi-
das las circunstancias é inteligencia He Luque pueden resultar
los mejores efectos.
Dexando dicho pueblo en esta disposición y habiéndole
entregado al comandante de Zacapoaxtla las municiones y hari-
na que le llevaba, me regresé al pueblo de Tcísiudan eai donde
tuve aviso que la junta que se formó en Naulingo se hallaba en
Xalacíngo con bastante reunión de gente de la costa y los cabe-
cillas Rincón, Ochoa, González y el indio Simón de Santiago
con otros varios, y que tenían bastantes armas, y considerando
que los indios son ai propósito para ostigar y perseguir á los de
6u clase, escribí á Luque para que me niandaí-c una cuadrilla
de los de su pueblo, quien no se cont<^rftó con mandarme tres-
cientos, sino que también el con veinte patriotas de los suyos
voló á reunirseme, y al otro día dispuse atacar á Xalacingo por
tres puntos, deseoso de que la junta cayese en mi poder, para lo
12P3.
cual mandé á los patriotas de Tesiutlan para que por el camirfo
leal de ambos pueblos lea llamase la atención, mientras yo con
Id detnas gente superando barrancas fragosísimas me dirigi;i al
pueblo de S, Juan Siulteíelco, en donde mé encontré con mía
.ivanzada de picaros que matando á varios y disper'>ando á los
demás acelerando la miircha llegué -al mencionado pueblo de Xit-
lacingo, en donde no encontré gente alguna, y al mismo tiempo
me avisaron de la avanzada que por el camino de Tesiutlan se
oía un vivo tiroteo de fusil y canon, y al momento dispuse que
el til iente D. Ignacio Urrea se quedase con treinta hombres
con&erví'.ndo el pueblo, las cargas de municiones y demás. A los
tenientes D. Juan Carriles y D. Joíié Martin les mandé que cd'n
cuiirenta hombres se dirigiesen por la derecha, y yo con otros
tantos segui por el camino recto hacia donde oiamos el tiroteó,
V cuando llegamos á donde estaban los enemigos ya !o hablan
verificado con sus guerrillas de infantería y caballería el teniente
D . Miguel Buenabad y el de igual clase Luquc, y á un ntismo
tiempo los atacamos por todas partes y desapareció tan vil cana-
lla, dexando en nuestro poder el único canon que tenían, un estan-
darte,~ varias armas y caballos, mas de cien muertos que quedaron
sembrados por el campo, y á no ser por lo emboscado del ter-
reno, lo encubierto de los frondosos niaices y el cngaiío que la
tropa tuvo coiT los patriotas de Tesiutlan y Zacapbaxtla por no
tener distintivo de los insurgentes, según se verifico el plan que
me tenia propuesto, no hubiera quedado alguno de la gran reu-
nión que tenian, la que por las profundas barrancas se precipi-
tó y no pudimos seguirles rhas el alcance.
Habiendo regresado al pueblo me informaron que la jun-
ta de farsa viendo que no pedia subsistir y sabiendo por pape-
les míos que llegaron á su poder que iban á ser atacados, se
marcharon á la una de la mañana de aquel dia diciendo que le
iban á pedir auxilio á Morelos para sostener los puntos del
norte de esta fortaleza.
Todos los señores oficiales, sargentos y soldados que he
tenido el honor de mandar, son acreedores á que V. S. los reco-
miende á la superioridad del Exm&. señor virey por la entrgia
y valor conque desvarataron la gran chusma despreciando el vi-
vo fuego que nos haci.in por los callejones y desde las embosca-
das, lo que fue' causa de que nos mataran un sargento segundo •
1299.
de voluntarios de Madrid, é hiriesen dos patriotas de Pcrote y
tres de Tesiutlon y un cabillo muerto.
Dio; guarde á V. S. muchos años. Real fuerte de san
Carlos de Fcrcte O de septiembre de 1812.—Cários de Moya.
—Sr. gobernador encargado de las operaciones militares, coro-
nel D. Miguel üiigaro.

Confecluí de 13 de octubre dice el mismo sr. gobernador


lo siguiente.
Exm8. sr.—Adjunto remito á V. E. otro parte de D .
Pedro Llonin de la Torre, capitán de patriotis de Tesiutlan, con-
traido á lo que trabajaron aquellos en la expedición dirigida con-
tra el pueblo de Xalacingo el dia 26 de agosto úUirao, salida de
este castillo á las órdenes del capitán D. Cários Moya, y de cu-
yo resultado he dado cuenta á V. E . en oficio de 9 de septiem-
bre ; per® no incluyéndose allí el parte de los patriotas de Teu-"
sitian, que auxiliaron al capitán Moya en la expedición, lo acom-
paiio, esperando que si fuere del superior agrado de V. E. se
sirva mandarlo insertar en la gaceta del gobierno para satisfac»
cion de los interesados que tan bien se portaron.

,,De acuerdo con el comandante de la división destinada


á la pacificación de la Sierra D. Cários Moya, el 1° de septiem-
bre nos dirigimos por diversos jjuntos con el objeto de atacar al
rebelde pueblo de Xalacingo, donde según noticias habia una
crecida reunión de bandidos. En efecto me destinó con los pa-
triotas de este pueblo, inclusos cuatro de caballeria de Perote á
ocupar uno de los puntos principales por donde tenían que hacer
su fuga siempre que fuesen batidos por la división, lo que puse
en exec'icion inmediatamente, y antes de llegar al parage de Tes-
camapa avisté una avanzada que luego se retiró llenándonos de
vituperios con el lenguage que siempre acostumbra esta clase de
gentes. No obstante esto seguí mi marcha en el mejor orden
hasta apoderarme de una loma que indispensablemente debia ocu-
par para observar los movimientos del enemigo, que en pelotón
se me presentó á la vista, desafiandonos y gritando, viva nuestra
señora de Guadalupe ís'c.
Yo que según el plan que teníamos formado debia espe-,
rar pronto auxilio en caso de ser atacado, no tuve embarazo en
1300.
avanzar solare la canalla, la que valiéndose de ta ventijosi sitUa*
cion que ocupaba, asi por su eminencia como también por los
parapetos que de antemano tenian formados en un áspero bos-
que que la mitma naturaleza les proporcionó en la birranca de
Yahuimolco, nos rompieronel fuego á muy corta distancia; pe-
. ro lo contestaron mis valientes patriotas y io sostuvieron con in-
creible tesón y serenidad por el largo espacio de tres cuartos de
hora; y observando que d refuerzo no llegaba tan breve como
lo exigia el caso, dispuse con algunos de mis pa riotüS y parte
de los de cab.illcria (mientras los restantes seguían el iuego al
mando del c;ipitan nombrado D. Juan Francisco de Atcaga) to-
mar la loma inmediata con el fin de envolverlos, lo que á penas
se puso en execucion cuando llegó ei auxilio que esperaba, y
visto esto por el enemigo se puso en precipitada fuga, sirvién-
dole de abrigo las crecidas milpas y escabroso del terreno, sin
que diese lugar á maniobrar la caballeria.
El glorioso resultado de esta acción ha sido tomarles un
\>\ caiíon que se les dio á los de Zacapoaxtia, un estandarte de
í-'. nuestra seríora de Guadalupe, que conduxeron mis patriotas á
f' este pueblo y con mutha veneración conservan en su cuartel:
";/ dexar sembrados en el campo diez y ocho rebeldes muertos y
/ muchos heridos, de los cuales, según declaración de un prisiore-
ro herido en la misma acción y otros varios, aseguran que ta
las rancherías han muerto de estas resultas mas de ochenta infe-
lices, sin que por nuestra ¡jarte haya habido mas desgracia que Ja
de tres patriotas heridos de alguna gravedad, de los cuales t s
uno de ese pueblo.
El recomendar á alguno en particular seria hacer agravio
i los demás, pues todos y sin excepción hicieron de su [ a t e
mas de lo que yo esperaba por ser la primera vez que se b tian
con el enemigo, por cuyo motivo gradúo esta acción por i na de
las recotmendabies á S. E. suplicando á V. S. tenga á bien ele-
vársela cuando haya oportunidad, pues me seria muy sen.sib.e
que estos honrados patriotas careciesen del justo aprecio á que
ae han hecho acreedores.
Dios guarde á V. S. muchos anos. Tcsiutlan octubre
5 de 1812.—Pahlo José Llonin de la Torre.—-St. comaudaiite y
gobernador D . Miguel Ungaro.

Continúan las relaciones de los Juramentos de la ConstitU'


1301.
ñon prestados por los tribunales y cuerpos de esta capital.
Para dar cumplimiento a la real orden de 10 de mayo
último sobre la jora solemne de la Conatitiicien política de la
monarquía española, procedió el sr. comandante y sargento ma-
yor del regimiento urbano del Comercio D. Martin Ángel Mi-
chaus, á combocar con arreglo á ordenanza, ujia junta de seno-
res capitanes en la que cgn intervención de los caballeros repre-
sentantes de los demás subalternos, se acordaron los medios mas
sencilios y decorosos para solemnizar el acto con demostraciones
que mas bien inspirasen ideas de sentimientos de lealtad y rego-
cijo, que de superfluidad y profusión.
Al efícto se colocó en la mañana del 19 de octubre úl-
timo el retrato de nuestro amado monarca el sr. D. Fernando
V I I baxo doacl, en medio de una vistosa perspectiva figurada
sobre la puerta del cuartel en su fachada exterior, con dos gra-
naderos á loá lados, de la mejor talla y recomendable presencia,
que asi por el aliño de sus personas como por la hermosura de
sus bicrj dispi e^tos uniformes, firmaban un puntQ de vista mujr f^\
agradable. [,, ^¿
En la parte interior del cuartel se puso otra perspectiva
en igual forn^a a lomada con tapices, y eu el centro el retrato de
S. M. A los lados se veian vestidos los corredores del patio
principa', de lienzos finos, y sobre fondo blanco texidas con sime-
tría y bien matizados colores, muchas bandillas de bcda con ara-
ñas, j.antallas y otro» adornos artificiosamente colorados.
Avilada la oficialidad y tropa por la orden general del
cuerpo, se formó con banderas en el patio, y á las siete de la
mañana se presentó el sr. comandante con la Constitución en
la mmo acompañado de los ayudantes capitanes graduados D. Mi-
guel Rafael de Medina, excrciendo funciones de sargento ma-
yor; de semana D. Antonio Alonso de Tcran, del capellán Br.
D . Antonio Olazaran, y de un subalterno; á estos seguia la ban-
da de tambores, músicos y cuarenta granaderos escogidos, y es.
tando al frente de la tropa presentó ésta las armas y batió mar-
cha hasta que dicho gefe subió con los señores oficiales y bande-
ras al tablado principal, y entrcgio la Constitución al expre-
sado ayudante de semana para que la leyese en la forma or-
diñaría.
Concluido este acto prestó el juramento el comandante
sobre el libro de los evangelios que .se halKibí» §pl?;te ,jyia mesa
1302.
bien adornada, con puntual arreglo á la fórmula prcscripta en
el real decreto inserto, y convirtiéndose á la oficialidad y tropa
después de una breve arenga, le correspondi'íron todos con las
mí|S sinceras y cordiales expresiones diciendo,.si juramos, y pro-
rumpiendo en aclamaciones de viva ¡a patria, viva la Constitu-
ción, viva el rey y viva el Exmó. sr, virey.
Inmediatamente desfiló la tropa formando en batalla en
la plazuela cercana al cuartel, en donde hizo fuego graneado,
maniobrando con la mayor destreza en mas de media hora, mar-
chando después en coluna los granaderos con los dos tro/ios de
gastadores y toda la oficialidad presidida de su comandante, pa- ,
ra la iglesia de N . P^ S. Francisco que se hallaba preparada con
la magnificencia propia de este magestuoso templo, eu e! qpe se
cantó la misa de gracias y Te-Deum con toda la solemnidad
que demandaba el acto, habiendo dicho una plática compendio-
sa y enértjica el nominado capellán, después del evangelio.
Las compaíiias de granaderos que se hallaban formadas .
en el cementerio hicieron cuatro descargas con la uniformidad
que acostumbran, restituyéndose la tropa formada en coluna 4
su cuartel luego que finalizó la función , y logrando la satisfac-
ción de que al pasar por la plaza de armas se hallase el Exirtów -
sr. virey' asomado en uno de los balcones del real palacio, ¿
quien se hizo el saludo correspondiente por el sr. comandante y
oficiales.
Tuvo la felicidad este cuerpo de no tener preso alguno
en el cuartel y por lo mismo no se hizo visita, y aún que care-
ce de fondos reales por ser sus servicios de puro desinterés y
fidelidad, acordó gratificar á la tropa con cuatro reales en mano.
á cada soldado, músico y tambor, y seis á los cabos, por los ca-
pitanes de las compañías, cuyos gastos lastaron de su peculio. i
En la casa del comandante se colocó también otro retra-
to del sr. D. Fernando VII, adornándose les balcones con ricos
tapices y arañas de plata y cristal, habiendo sido completa la
iluminación'que hubo la noche de este dia, asi en dicha casa co-
mo en el cuartel por dentro y por fuera, y extraordinario el co»-
curso de señoras y otras personas de. todas ciabas y órdeiiea
del estado, que se dignaron contribuir con su personalasijteR-
cia á solemnizar la función.

Mn la imprenta de J). Jmn Smüst^ df Arizpe.

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